-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/640615/seccion/akn640615-ds52-ds13
- frbr:creator = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3449
- frbr:creator = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1997
- frbr:creator = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1753
- frbr:creator = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3021
- frbr:creator = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2787
- frbr:creator = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3270
- frbr:creator = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1925
- frbr:creator = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/516
- frbr:creator = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/685
- frbr:creator = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/507
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/640615/seccion/entity2F3ZSQAJ
- bcnres:tieneTramiteConstitucional = http://datos.bcn.cl/recurso/nulo
- bcnres:tieneTramiteReglamentario = http://datos.bcn.cl/recurso/nulo
- rdfs:label = "Moción de los diputados señores Escobar, Chahuán, De Urresti, Enríquez-Ominami, Lobos, Sepúlveda, don Roberto; Silber; Valenzuela; Vallespín, y de la diputada señora Rubilar, doña Karla. Modifica el Código Sanitario, en orden a ampliar la protección de la maternidad incor-porando un nuevo sentido y alcance al concepto de salud reproductiva reconociendo la existencia de los trastornos de fertilidad de cualquiera de los integrantes de una pareja y su incidencia en la salud. (boletín N° 6624-11)."^^xsd:string
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/640615
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/640615/seccion/akn640615-ds52
- bcnres:tieneProyectoDeLey = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/proyecto-de-ley/6624-11
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- rdf:type = bcnres:MocionParlamentaria
- rdf:type = bcnses:SeccionDocumentoCuenta
- dc:title = "DOCUMENTOS DE LA CUENTA"^^xsd:string
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2787
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1997
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3449
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1925
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/507
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/516
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/685
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3021
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3270
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1753
- bcnres:tieneMateria = http://datos.bcn.cl/recurso/tema/proteccion-a-la-maternidad
- bcnres:tieneMateria = http://datos.bcn.cl/recurso/tema/codigo-sanitario
- bcnres:tieneMateria = http://datos.bcn.cl/recurso/tema/regulacion-de-la-fertilidad
- bcnres:tieneMateria = http://datos.bcn.cl/recurso/tema/proteccion-de-la-familia
- bcnres:tieneTerminoLibre = http://datos.bcn.cl/recurso/tema/trastornos-de-fertilidad
- bcnres:tieneTerminoLibre = http://datos.bcn.cl/recurso/tema/salud-reproductiva
- rdf:value = " Moción de los diputados señores Escobar, Chahuán , De Urresti , Enríquez-Ominami , Lobos, Sepúlveda, don Roberto ; Silber ; Valenzuela ; Vallespín , y de la diputada señora Rubilar , doña Karla .
Modifica el Código Sanitario, en orden a ampliar la protección de la maternidad incorporando un nuevo sentido y alcance al concepto de salud reproductiva reconociendo la existencia de los trastornos de fertilidad de cualquiera de los integrantes de una pareja y su incidencia en la salud. (boletín N° 6624-11).
“I. REFLEXIONES PREVIAS.
Cada moción que hemos presentado ha sido el producto de la observación de la realidad con sus bondades y desventuras. Cuando se tiene por norte realizar un buen trabajo por el tiempo que se te ha asignado, se empieza a mirar con ojos críticos lo cotidiano, las historias que te llegan, las personas con las que te rodeas y sus mensajes y necesidades. Cuando se empatiza con el sentir de una persona o grupo, resulta casi imposible no hacerse cargo y tratar de elaborar una propuesta que solucione el problema y mejore la calidad de vida de nuestros compatriotas.
La generación a la que pertenezco son los eternos jóvenes de los ochenta, marcados por la historia y gestores desde la pasión de grandes cambios. Somos la generación de los que se casaron más de una vez, se casan tarde o simplemente no se casan, de los que estudian varias cosas desafiando el orden establecido. Somos los abuelos del mañana, muchos de nosotros somos padres tardíos, a una edad donde nuestros padres tenían la tarea hecha...
Cuando uno ve las cosas desde una perspectiva de largo plazo empieza a apreciar las pequeñas señales que nos da la sociedad en la que vivimos y en las conversaciones aparecen temáticas humanas en la que se advierten trazas de desigualdad social. El presente proyecto de ley aborda precisamente un área en donde la brecha social y la falta de recursos limita hasta anular, en ciertos casos, uno de los proyectos de vida más relevantes y trascendentes de una pareja unida por matrimonio o vínculo análogo ….. es el deseo de tener descendencia.
II. EL CICLO DE LA VIDA.
El nacimiento de un hijo es uno de los momentos más especiales en la vida de una persona. Por una parte, se cumple con uno de los ciclos de la naturaleza, que es el procrear. Además en el plano emocional y en otros más elevados, se descubre uno de los significados de la trascendencia, pasando de una vida centrada en el yo, a una vida centrada en un nosotros, en un proyecto de familia. Cualquier persona que sea padre o madre puede hablarnos de eso.
A nivel gubernamental mucho se ha invertido en políticas de fomento a la natalidad, paternidad responsable, protección a la maternidad y al que está por nacer. En ese contexto, se han adoptado medidas para propender a disminuir la tasa de embarazos adolescentes y “entusiasmar” a las parejas que quieren tener hijos. Como examinaremos más adelante, estas medidas son indispensables para asegurar un ritmo adecuado de natalidad con miras a mantener y lo posible superar la tasa de equilibrio poblacional. Si ello no ocurre enfrentaremos el drama de muchos países desarrollados en los que la población envejece sin generación de recambio que sustente a esa nación.
Sin embargo, hay que manifestar que, las políticas en materia de salud no han tenido el mismo celo respecto de aquellas parejas que enfrentan obstáculos de índole médica para ver realizados sus sueños de tener hijos biológicos. Al respecto, debemos comentar que pareciera que engendrar un hijo fuera algo obvio, un acto que debiera resultar exitoso, es el destino natural de una pareja que está unida por lazos de amor y para ellos un hijo es el símbolo de ese sentimiento. Para muchas parejas afortunadamente es así Sin embargo, existen muchas parejas que ven complicado el cumplimiento de este sueño y empieza un calvario personal, familiar y porque no decirlo social ya que como veremos, soluciones al problema existen, pero el bolsillo manda y discrimina, dejando fuera del sueño de ser padres al que no tenga medios para pagar por él, lo que constituye a juicio nuestro una evidente situación de desigualdad.
Esta desigualdad se produce porque en nuestro país, a diferencia de los países desarrollados, se ha omitido darle a los trastornos de fertilidad el carácter de enfermedad, más bien se estima que es una condición de uno o ambos integrantes de la pareja. Debemos señalar que esta omisión no es inocua. La consecuencia es la indiferencia del sistema de salud público y privado que no le otorga cobertura. Como veremos, los procedimientos aumentan de costo a medida que aumenta su complejidad y el tratamiento a realizar dependerá, en buena medida, de los resultados de los exámenes a los que es sometida la pareja afectada. Es en ese punto, donde se produce la desigualdad. Dos parejas enfrentadas al mismo diagnóstico clínico, con la misma posibilidad de convertirse en padres biológicos, si efectuaran los tratamientos que la medicina reproductiva tiene para tales efectos, pueden correr distinta suerte sólo por un tema de recursos económicos y si no los tiene, por no calificar en el incipiente programa de fertilización asistida que Fonasa ha venido desarrollando.
El sueño de ser padres entonces, podría verse truncado por la falta de financiamiento, por la indiferencia del sistema, por una visión cortoplacista de país. En este instante, emerge una palabra en la cultura popular que desde hace milenios asusta a mujeres y hombres. Es la palabra esterilidad que cual lápida sepulta sueños y autoestima conduciendo al camino de la frustración y resignación. En el ámbito médico el término usado habitualmente es infertilidad, término menos traumático que el anterior, ya que se vislumbran soluciones que serán de menor o mayor complejidad atendidas las causas que determinan la infertilidad de una pareja.
A continuación examinaremos la posición del área de medicina reproductiva, especialidad en donde confluyen la investigación, los adelantos tecnológicos y la especial interacción de los médicos y su equipo con las personas que tratan y sus expectativas, sueños y miedos, en el largo proceso de intentar ser padres, proceso éste último que pone a prueba el amor, la tolerancia y la madurez de una pareja sometiéndolas en muchas oportunidades a niveles de estrés y sufrimiento psicológicos comparables, según las investigaciones de la doctora Jolande Bland , al que se experimenta en las enfermedades oncológicas o cardiopatías.
III. LOS TRASTORNOS DE FERTILIDAD. UN PROBLEMA DE LA PAREJA Y UNA CUESTIÓN DE SALUD PÚBLICA.
¿Por qué no nos embarazamos? Esta pregunta, que hubiera ocasionado sorpresa en nuestros abuelos, se la están formulando cada vez más parejas en nuestro país y, en general en los países desarrollados y en vías de desarrollo. Las respuestas son muchas. En primer lugar tenemos el hecho de que ahora existe una suerte de control sobre el momento adecuado para intentar un embarazo. Ello tiene varias causas: la primera de ellas es que a nivel sociológico el rol de la mujer ha cambiado reconociéndole su derecho a estudiar, trabajar, desarrollar una carrera y alcanzar realizaciones en un área reservada hasta hace no mucho tiempo al mundo masculino.
Al respecto, cabe señalar que, pese a toda la legislación y políticas implementadas para proteger la maternidad, la decisión de intentar un embarazo complica a muchas parejas y en particular a las mujeres, quienes desean esperar “el momento adecuado”, desde un punto de vista personal, afectivo y económico para engendrar un hijo. Esta situación ha traído un progresivo retraso en la edad en que las mujeres tienen su primer hijo y hoy, no es extraño ver mujeres de más de 35 años en plena campaña para ser madres por primera vez. Es ahí donde el término “adecuado” toma un cariz contradictorio ya que lo que lo es para la pareja puede recibir una mirada opuesta desde el punto de vista médico.
Luego debemos consignar que desafortunadamente el estilo de vida y las presiones externas han agregado un fuerte grado de estrés al hecho de engendrar un hijo. En este punto volvemos a insistir en que resulta imposible pensar para el común de la gente que un hombre y una mujer sanos no puedan presentar un embarazo. De allí que resulte de especial importancia conocer la posición de la Organización Mundial de la Salud y del área de medicina reproductiva al respecto.
1. LOS TRASTORNOS DE FERTILIDAD...LA VISIÓN DE LA MEDICINA REPRODUCTIVA.
Corresponde señalar en primer término que desde la década del setenta la OMS ha venido impartiendo instrucciones y efectuando estudios sobre los trastornos de fertilidad. Al respecto, hay que convenir que los datos que maneja a nivel mundial son perturbadores. Más de ochenta millones de personas en el mundo se encuentra afectada por estos trastornos.
Si examinamos el listado internacional de enfermedades y problemas de salud de la OMS correspondiente al año 2007, advertimos que se encuentran incluidas las enfermedades del sistema genitourinario. Más aún, los capítulos 7 y 8 del listado abordan derechamente los problemas de infertilidad femenina y las complicaciones ocasionadas por la realización de tratamientos de fertilización asistida. Por tanto, podemos concluir que ante los ojos de la OMS, la infertilidad es una enfermedad.
Luego, cabe destacar que existe consenso en la comunidad médica para estimar que la infertilidad es la imposibilidad de concebir un niño naturalmente o de llevar un embarazo a término después de un año de vida sexual activa sin uso de medios contraceptivos.
Al respecto, el Consejo Internacional de Difusión de Información sobre Infertilidad (Internacional Council on Infertility Information Dissemination , Iciid) considera que una pareja es infértil:
a) No han concebido después de más de 12 meses de mantener relaciones sexuales sin protección, o después de 6 meses si la mujer tiene más de 35 años de edad. La duración reducida para mujeres de más de 35 años se debe la rápida declinación de la fertilidad a partir de esa edad, hace necesario el que, en estos casos, la pareja busque ayuda médica más rápidamente.
b) No puede llevarse el embarazo a término.
La infertilidad afecta aproximadamente al 15% de las parejas. Aproximadamente el 35% de los casos se deben a un factor masculino, 55% se deben a un factor femenino, y el resto es de causas inexplicables.
Cabe destacar que la verdadera esterilidad sólo ocurre en unas pocas situaciones específicas. Veamos: en la mujer, las causas pueden ser la falta de ovulación por cuestiones hormonales, malformaciones en los órganos sexuales, radiaciones nocivas, las secuelas de enfermedades tales como la tuberculosis o la gonococia y la existencia de quistes, fibromas o pólipos. En el caso del hombre, generalmente la esterilidad puede deberse a causa de la producción de una cantidad de semen por debajo de lo necesario para fecundar el óvulo, la movilidad defectuosa de los espermatozoides aunque su número sea adecuado, la obstrucción de los conductos por los que transitan, la disfunción eréctil, secuelas de enfermedades como las parotiditis o paperas, o radiaciones nocivas.
En los casos antes mencionados se deberá recurrir a procedimientos con tecnología médica específica y avanzada.
La infertilidad es compleja. Tiene causas y consecuencias múltiples según el género, los antecedentes sexuales, el estilo de vida, la sociedad y los antecedentes culturales de las personas afectadas. Por tal motivo, se ha considerado que constituye un problema de salud pública mundial. Debemos tener en cuenta que más de 80 millones de personas cerca de 8 a 12 por ciento de las parejas de todo el mundo son o han sido infértiles. Aunque para algunos la infertilidad es principalmente un problema de las mujeres, los hombres a menudo contribuyen a la infertilidad y también se ven afectados por ella.
El doctor Timothy Farley , que fue miembro del Grupo de Estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre Diagnóstico y Tratamiento de la Infertilidad y actualmente es coordinador del Departamento de Salud Reproductiva e Investigación en la OMS, opina: “La infertilidad no es realmente una cuestión que atañe sólo a un miembro de la pareja. La infertilidad es una cuestión que atañe a ambos miembros de la pareja”.
La infertilidad surge cuando uno o ambos miembros de la pareja son estériles o su fertilidad está gravemente reducida. La esterilidad de uno de los miembros siempre hará infértil a la pareja. Por tal motivo, siempre se habla de pareja infértil, expresión que permite a la pareja solidarizar entre ellos y evita el calvario de cargar con una culpa personal. Es al interior de la pareja donde se discute y decide. En definitiva son ambos en conjunto quienes emprenderán el camino de ser padres y cada examen, cada intento, cada éxito, cada fracaso es parte de una largo embarazo para lograr el sueño de ver nacer a un hijo. Como podrá apreciarse, se trata de un proceso de largo aliento en el que el grado de sufrimiento psicológico, hace indispensable que la pareja camine con algún tipo de apoyo.
2. LOS TRATAMIENTOS DE FERTILIZACIÓN ASISTIDA.
En este punto nos basaremos en la información contenida en la página web de la Unidad de Medicina Reproductiva del Hospital Clínico de la Universidad de Chile. Debemos agradecer además, la colaboración de los profesionales de dicha unidad, doctores David Vantman y Armando Cortínez , por su disposición a instruirnos sobre el tema e inspirarnos con sus experiencias profesionales en el estudio y redacción del presente proyecto.
a) Tratamientos de baja complejidad
a 1) Inducción de la ovulación.
La inducción de la ovulación consiste en un tratamiento médico cuyo objetivo es conseguir una óptima maduración de uno o varios ovocitos. Se realiza un tratamiento de inducción de la ovulación en todas aquellas mujeres que presentan alteraciones de la ovulación, realizando una estimulación de la ovulación para conseguir un mayor número de ovocitos, con el fin de aumentar las posibilidades de embarazo en aquellas mujeres sometidas a Técnicas de Reproducción Asistida (fiv, inseminación, etc.).
El porcentaje de embarazo oscila entre un 10 y un 20% por ciclo de tratamiento, por lo que a menudo será necesario realizar más de un ciclo para conseguir el embarazo. Se aconseja realizar entre tres y seis ciclos de tratamiento. Para conseguir la máxima eficacia en cada ciclo, se irá evaluando la conveniencia de modificar si fuera preciso alguna de las pautas a seguir.
a 2) Inseminación Intrauterina.
La Inseminación Intrauterina es un procedimiento ampliamente utilizado en el tratamiento de diversos desórdenes reproductivos. La inseminación pretende que la fecundación se consiga de forma natural en el interior de las trompas, que es donde normalmente se produce. No obliga a guardar reposo o a suspender las actividades cotidianas.
El proceso consta de tres fases:
1 fase de estimulación ovárica,
2 inseminación intrauterina propiamente dicha
3 fase lútea.
La inseminación consiste en depositar en el interior del útero la muestra de semen previamente mejorada. Se efectuará una sola vez en el ciclo, pues por los controles previos se sabe cual es el momento óptimo.
Es una técnica rápida, completamente indolora en la que se utiliza un fino catéter de plástico que nos permite dejar el semen próximo ala desembocadura de la trompa.
a 3) Cirugía Endoscópica
La endoscopia se define como la observación directa del interior de un órgano o cavidad mediante un sistema óptico o endoscopio (tubo con iluminación conectado a una cámara de vídeo y monitor de televisión), que se introduce a través de orificios naturales o a través de la pared abdominal. Así se obtiene una información más fiable que las aportadas por otras exploraciones externas, como el examen físico, la ecografía o las técnicas radiológicas.
b) Tratamientos de alta complejidad
b 1) Fecundación In Vitro (IVF).
La fecundación in vitro (IVF), uno de los tratamientos de la fertilidad más conocidos, básicamente implica la fecundación de un óvulo en un plato de laboratorio y la transferencia posterior del embrión al útero de una mujer. El tratamiento de IVF es un método de tecnología de reproducción asistida (ART) adecuado para las parejas con alguna de las diferentes causas de infertilidad, que incluyen infertilidad por factor tubárico, endometriosis y ciertos tipos de infertilidad por factor masculino.
b 2) Microinyección Intracitoplasmática de Espermatozoides (Icsi).
Gracias a esta técnica, el 95% de los varones con serios problemas de fertilidad podrán tener sus propios hijos. Mediante este proceder, un sólo espermatozoide se deposita en el interior del ovocito para lograr la fecundación.
b 3) Criopreservación de ovocitos y espermatozoides.
Esta técnica está indicada, en primer lugar, para las mujeres que corren riesgo de perder su capacidad reproductiva por diversas afecciones como las oncológicas. También puede utilizarse cuando existen antecedentes de endometriosis o menopausia temprana. Además, su uso se extendió para aquellas que deciden ser madres más allá de los 40 años.
La criopreservación de semen implica recolectar y congelar espermatozoides para utilizarlos más adelante. Durante este tratamiento para la infertilidad en el hombre, se recolectan espermatozoides y se mezclan con un medio de congelación que permite que los espermatozoides sobrevivan el proceso de congelación.
b 4) Microcirugía endoscópica.
Entendemos por endoscopia el conjunto de técnicas quirúrgicas o diagnósticas que utilizan sistemas ópticos para introducirse dentro del cuerpo. En ginecología se utiliza la laparoscopia para visualizar la cavidad abdominal y la histeroscopía para visualizar el interior del útero.
Como puede advertirse, las investigaciones en el área de la medicina reproductiva permiten contar con una amplia gama de tratamientos que están disponibles para la pareja afectada, de acuerdo con el diagnóstico efectuado por especialistas. Lo que puede truncar esta vía son los recursos económicos que dispongan con el siguiente proceso de dolor e impotencia. Sin duda estamos frente a una situación de inequidad social.
En ese sentido debemos manifestar que, a nivel de políticas de salud, existe una deuda pendiente con un sector de la sociedad que espera menos indiferencia, esperan políticas humanizadas que permitan a las parejas el acceso a los tratamientos, sin que ellos implique agregar un nuevo ingrediente de estrés a sus vidas. No se puede ofrecer el resultado pero si podemos ofrecer la oportunidad.
Dentro del concepto de salud reproductiva debemos incorporar, a juicio nuestro, los tratamientos de fertilización asistida. Con ello, nos sumaremos al acuerdo de la ONU del año 2006, en orden a posibilitar el acceso universal de las personas a la salud reproductiva para el año 2015.
Sin perjuicio de la observación expresada anteriormente, corresponde reconocer el esfuerzo de un plan piloto de fertilización asistida de alta complejidad implementado con recursos de Fonasa, el que examinaremos a continuación.
3. EL PROGRAMA DE FERTILIZACIÓN ASISTIDA DE FONASA.
El Idimi (Instituto de Investigaciones Materno Infantil) es una Unidad Básico-Clínica, inserta en el Hospital San Borja Arriarán que depende del Servicio de Salud Central del Estado de Chile y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Los ciclos que aquí se realizan son una copia fiel, en cuanto a tecnología física y médica, de cualquier centro privado del país. El financiamiento de ellos, proviene de Fonasa; la tutela técnica, del Ministerio de Salud, y la parte operativa del Idimi.
Este Programa de Fertilización ofrece a la pareja todas las prestaciones requeridas para el diagnóstico y tratamiento integral de fertilización asistida en cualquiera de sus etapas: estudios de evaluación para ingresar al programa, inducción de ovulación, evaluación del factor masculino, aspiración folicular utilizando dos técnicas, transferencia embrionaria y soporte hormonal. Es decir todo lo que comprende un tratamiento de FIV o Icsi, hasta las seis semanas de embarazo.
Este programa es absolutamente gratis, desde la entrada hasta el resultado del test de embarazo, y de ser positivo, hasta la ecografía de segundo mes de gestación. No se pagan consultas médicas, ecografías, exámenes de sangre, fármacos que son muy caros-, derecho a pabellón, anestesia, anestesistas, arsenaleras, biólogos, psicólogo, insumos de pabellón y laboratorio.
Para acceder al programa de gratuidad, se requiere que ambos integrantes de la pareja estén afiliados a Fonasa durante a lo menos 18 meses; tener el diagnóstico médico de infertilidad que requiere fertilización asistida de alta complejidad; ser pareja estable por dos años a lo menos; la mujer, debe ser menor de 38 años, sin hijos vivos, independiente de quién es el padre biológico; en el caso de los hombres, no hay edad, sólo ser la pareja de una mujer con la patología o ser él quien tiene la patología (33% de los casos) y tener la hoja de derivación del Servicio de Salud Respectivo.
El número de cupos disponibles al año es de 340, y de esos, 280 se realizan en el Idimi, ya que Chile esta regionalizado por servicios de salud. Sólo se puede postular una vez, independiente del resultado, lo que se considera como ciclo realizado el haber tenido estimulación con gonadotrofinas (fármacos para hacer crecer los óvulos). Cabe destacar que el porcentaje de embarazos es de aproximadamente 38 por ciento por ciclo.
IV. LA SITUACIÓN DE LA TASA DE NATALIDAD EN CHILE. UNA CURVA DESCENDENTE.
Este programa piloto que hemos examinado, constituye un buen inicio. Sin embargo, estamos lejos de la realidad de las políticas de salud implementadas en países más desarrollados que el nuestro en donde, por ejemplo, se garantiza un determinado número de ciclos. Este no es un tema menor ya que en los últimos 40 años, la tasa de natalidad en Chile ha caído de 3,5 hijos por mujer fértil a 1,9. La tasa se asemeja a la de países europeos, que ven con preocupación cómo su población envejece, pero a diferencia de muchas naciones europeas- en Chile los incentivos a aumentar la natalidad son escasos.
Ante este escenario, creemos que el sistema de salud debe contribuir a financiar los tratamientos de fertilización asistida de parejas infértiles, que en Chile constituyen entre el 10 y 15% de las parejas en edad reproductiva. Estas parejas quieren tener hijos, están dispuestas a hacer los tratamientos, pero deben ser apoyadas.
El gran problema es que la mayoría de las terapias modernas en relación a la infertilidad no han sido codificadas por Fonasa, lo que en la práctica significa que éstas no son cubiertas por esta institución ni tampoco por las lsapres. No es un tema menor si pensamos que un tratamiento de alta complejidad tiene un costo mínimo cercano a los dos millones de pesos, monto que incluye exámenes, seguimientos, intervención y fármacos que no tienen ningún tipo de cobertura. Si además, se otorgara cobertura a los tratamientos de baja complejidad habría un notable impacto positivo, a juicio nuestro, en la tasa de natalidad, por la reducción del tiempo que le toma a una pareja conseguir un embarazo.
Hasta la fecha, en palabras del doctor Hernán Monasterio , director de Fonasa , en entrevista dada a El Mercurio en septiembre recién pasado, no está descartado que los tratamientos de fertilidad se conviertan en prestaciones de libre elección en Fonasa, “pero para que eso ocurra con cualquier prestación lo tradicional ha sido que ésta haya tenido un amplio desarrollo en el sector público, que tengamos varios centros que la puedan ofrecer. Y eso aún no ha ocurrido”.
Nos asiste la convicción de que ha llegado la hora de debatir el tema y de hacer un punto de inflexión en la cosmovisión existente sobre los trastornos de fertilidad. Tenemos que tener la visión y el coraje de mirar el futuro y de actuar con prontitud. Con ello, marcaríamos una senda de largo plazo para construir el país que queremos con mejorías evidentes en la calidad de vida, incrementando el número de los hijos nacidos vivos, protegiendo la maternidad, permitiendo el desarrollo de proyectos de familia, en un ambiente menos desigual y más digno.
Proyectos como este abren una senda, por las que muchas personas por circunstancias de vida deberán transitar. El resultado de ese viaje no depende de nosotros, el misterio de la vida depende de factores que no siempre podemos comprender. Lo importante es abrir una ruta que devuelva ilusiones y permita concretar un sueño de muchos ...... ser padres.
V. CONTENIDO DEL PROYECTO.
En este punto, debemos manifestar que tratándose de temas tan sensibles como éste, advertimos que nuestras facultades como parlamentarios no son suficientes para convertir este sueño en realidad. Necesitamos, si queremos discutir y aprobar el proyecto tal como lo habíamos ideado el patrocinio del Ejecutivo. De hecho a inicios de este año se iniciaron conversaciones para promover nuestro fin último. El transcurso de los meses ha dicho otra cosa.
Esta situación nos obliga a replantear su contenido, a hacerlo más humilde. Nosotros planteamos en el proyecto originalmente redactado, que los trastornos de fertilidad femeninos y masculinos el carácter de patología que limita la salud y calidad de vida de las personas y parejas que la padecen. Luego, proponíamos que las pautas que dicte el Ministerio de Salud sobre la materia se ajustarán a los parámetros y definiciones determinados por la Organización Mundial de la Salud.
A su turno, establecíamos que el Ministerio de Salud tenía el deber de promover e implementar las medidas necesarias pertinentes con el objeto de: A) difundir a la población información sobre los trastornos de fertilidad, su diagnóstico y alternativas de tratamiento; B) promover el acceso no discriminatorio de las personas que lo requieran a los diferentes tratamientos existentes con el propósito de tratar integralmente los trastornos de fertilidad en el sistema de salud, mediante la codificación de las respectivas patologías, exámenes de diagnóstico, procedimientos, fármacos y tratamientos de baja y alta complejidad; C) Apoyar y patrocinar la investigación científica y médica en el área de la salud reproductiva a través del Fonis o el fondo que lo reemplace.
Es precisamente este último punto, quizás el más relevante, sobre el que carecemos de toda facultad para proponerlo por la vía de una moción parlamentaria. Sobre dicho aspecto versaron las conversaciones que se sostuvieron con el Ministerio del ramo y en las cuales se adoptaron acuerdos para regular por la vía de la asignación de los códigos respectivos, materias que incluso fueron publicadas en los medios de prensa en Enero recién pasado
Debemos confesar que no nos agrada simplificar el presente proyecto, pero menos nos agrada la pasividad el no hacer existiendo tanto por hacer y, por ello este proyecto define el concepto de salud reproductiva y reconoce la importancia de los trastornos de fertilidad y su incidencia en la calidad de vida y la salud.
Finalmente, hacemos presente que se ha ingresado a tramitación el proyecto de ley originado en Mensaje que regula la información, orientación y prestaciones en materia de regulación de fertilidad. Nos parece que, en el análisis de la realidad se está partiendo de un concepto de salud reproductiva que sólo abarca el aspecto de la anticoncepción y no el de los tratamientos para las personas que padecen trastornos de fertilidad, hecho éste último que, a juicio nuestro discrimina a una parte de nuestros compatriotas que ven que su sueño de paternidad no es compartido por el Estado que está al servicio de la persona humana y cuya finalidad es promover el bien común de acuerdo con lo expresado en nuestra Carta Fundamental.
Por tanto,
En virtud de las consideraciones expuestas, de lo previsto en el artículo 65 de la Constitución Política de la República de Chile, lo expuesto en el artículo 12 de la ley N° 18.918 en concordancia con el Reglamento Interno de la H. Cámara de Diputados vengo en presentar el siguiente:
PROYECTO DE LEY.
ARTICULO ÚNICO: Introdúcense las siguientes modificaciones en el Libro Primero “de la protección y promoción de la salud”, Título Primero denominado “de la protección materno infantil”, del Código Sanitario, cuyo texto coordinado, refundido y sistematizado fue fijado por el DFL 725 de 1967.
A) Sustitúyese la denominación actual del Título primero “de la protección materno infantil”, por la siguiente:
“de la promoción de la salud reproductiva y protección materno infantil”.
B) Agrégase un nuevo párrafo primero denominado “de la promoción de la salud reproductiva” y a continuación los siguientes nuevos artículos 15 A) a 15 D).
“ARTÍCULO 15 A: El pleno goce de la salud humana comprende la libertad y el derecho de procrear. Como consecuencia de lo anterior se reconoce que la existencia de trastornos de fertilidad femeninos y masculinos inciden en la calidad de vida y en el estado de salud de las personas y parejas que los padecen.
ARTÍCULO 15 B: Las pautas que dicte la autoridad sanitaria sobre la materia se sustentarán en los parámetros y definiciones determinados en esta materia por la Organización Mundial de la Salud.
C) Agrégase un nuevo segundo párrafo denominado “de la protección materno infantil”, antes del artículo 16 del Código Sanitario”.
"