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- rdf:value = " El señor ÁLVAREZ ( Presidente ).-
Cito a reunión de Comités sin suspender la sesión.
Tiene la palabra el diputado señor Cristián Monckeberg.
El señor MONCKEBERG (don Cristián).-
Señor Presidente, nuevamente nos encontramos en esta Sala para tratar los problemas del Transantiago.
En innumerables ocasiones nos hemos referido a ellos: en sesiones especiales, en interpelaciones -una a un ex ministro del Interior y otra sobre el crédito BID- en dos comisiones investigadoras, sobre el Transantiago y sobre el crédito BID. Al final, al cabo de casi tres años, llegamos a la conclusión de que nunca se ha llevado adelante una política pública tan mal diseñada, tan mal implementada y tan mal ejecutada como la del Transantiago.
Lo peor de todo es que se hizo de espaldas a la gente. Hay que resaltarlo y no olvidarlo, por cuanto para aprender de los errores se debe hacer el intento por no olvidarlos. Para mirar hacia el futuro se debe tener claro qué se ha hecho mal.
El Transantiago es la peor política pública diseñada por los gobiernos de la Concertación. No lo digo yo -no es una frase original-, sino de personeros de la Concertación. Esto debe servir para sacar conclusiones, pues se generó un sistema de transporte público en la ciudad de Santiago, pero no se preguntó nada a la gente, a los usuarios. Esto grafica lo que ocurre cuando se trabaja con técnicos fuera de todo control y de toda conexión con la realidad.
Este sistema se hizo entre cuatro paredes, supuestamente por genios, y se pretendió llevarlo adelante de un día para otro.
Todavía recuerdo cuando se decía que en febrero o marzo de ese fatídico año esto iba a cambiar, y que, de un día para otro, tendríamos un sistema nuevo. Recuerdo que nos dormimos con los microbuses amarillos y despertamos con los famosos microbuses del Transantiago.
Ése fue uno de los mayores errores. Ningún sistema de transporte público que tenga por objeto modificar el transporte de una ciudad, se hace de un día para otro. Normalmente, estas transformaciones duran años. Primero, se empiezan por alguna comuna o sector; y luego, se corrige, y así, sucesivamente, se agregan nuevos sectores, hasta llegar a la total transformación del sistema de transporte público de alguna ciudad.
Pues bien, ahí estuvo el error garrafal que todavía estamos pagando mediante la ley de Presupuestos, el 2 por ciento constitucional, etcétera, a lo que se suma la cantidad de créditos pedidos. Pero resulta que también lo está pagando la gente que más ha sufrido con este sistema, la que lo ha pasado más mal. Sin embargo, como el tema dejó de ser noticia en los diarios y dejó de ser portada de los noticiarios, se cree que la situación mejoró de la noche a la mañana.
Reconozco que se ha hecho un esfuerzo, que el ministro se ha esforzado por sacar adelante el Transantiago y que por empeño no se ha quedado. Pero no es lo que se vendió, lo que se prometió y lo que se dijo. Recordemos que se anunció que este sistema se autofinanciaría. Recuerdo haber escuchado a Nicolás Eyzaguirre , ministro de Hacienda en la época, quien dijo que esto funcionaría tiqui-taca; que sin necesidad de modificar la tarifa, con los alimentadores y el sistema de troncal, esto caminaría sin ningún problema y que, además, generaría un mejor sistema de transporte público a la ciudad.
También lo escribió y lo dijo el actual ministro de Hacienda , Andrés Velasco , quien contaba con informes de los cuales tomamos conocimiento en la comisión investigadora. Pero el famoso tiqui-taca no fue tal. De hecho, el ministro Cortázar llegó a esa cartera por el desastre del tiqui-taca, es decir, para solucionar los errores cometidos.
No podemos olvidarlo. Cuando se cometen errores de tal magnitud, que afectan con tal fuerza a la ciudadanía, no se pueden olvidar. No se trata de ser majadero, sino de no olvidar la historia para no volver a cometer esos errores.
Hay mucha gente que la pasó mal, sobre todo adultos mayores, quienes se vieron impedidos de salir y tomar el famoso micro amarillo, porque cambió el sistema. Hoy no se atreven a salir, no quieren salir, porque no conocen los recorridos, tienen temor de que el microbús les sea incómodo o que puedan caer y sufrir accidentes.
Además, hasta el día de hoy en el colectivo quedó instalada la idea de que el sistema no funciona bien y no es seguro.
Espero que de aquí en adelante esto empiece a cambiar en forma radical. Hemos hecho importantes esfuerzos, no sólo para criticar -rol importante de la Oposición-, sino también para mejorar este sistema. El ministro puede dar fe de que en la Cámara de Diputados hemos hecho esfuerzos para solucionar un problema que afecta a la ciudadanía.
A mi juicio, en la Cámara de Diputados existieron bases para alcanzar un acuerdo, pero no se logró. No voy a analizar las causas, pero hubo intenciones, ganas y esfuerzos para sacar adelante un acuerdo, el cual hoy está llegando en tercer trámite constitucional, como consecuencia del trabajo que se llevó adelante en la Comisión de Transportes del Senado. En ese sentido, en mi opinión es necesario apoyar las modificaciones del Senado, sobre todo en lo que dice relación con el cambio institucional que se producirá en materia de transporte urbano. Al respecto, cabe recordar que una de las conclusiones más importantes de la comisión investigadora es la falta de una institucionalidad acorde para enfrentar el sistema de transporte público en la ciudad y la falta de una autoridad que pudiera coordinar eso.
Ello llevó a que tanto el ministro como el subsecretario de la época se vieran muy complicados y enredados porque no tenían las facultades ni las herramientas para enfrentar este problema. Así, por ejemplo, el que un troncal deba cruzar una parte de la ciudad no es decisión de una autoridad, se requieren muchas autoridades para lograr que el troncal se construya.
El problema mayor es que las vías exclusivas o segregadas donde funcionan los troncales debieran haber estado listas hace ya bastante tiempo, pero lo estarán en su totalidad recién en 2014, porque las autoridades no tenían las facultades necesarias para tomar una decisión al respecto y tampoco existía una institucionalidad fuerte. Eso representa un importante avance. El ministerio traspasará ciertas facultades a la autoridad metropolitana de transportes.
Se trata de una materia muy importante que debemos sacar adelante. Hoy se encuentra radicada en la Comisión de Transportes de la Cámara de Diputados. La hemos analizado en algún momento, pero se ha detenido su estudio a la espera, precisamente, del surgimiento de este acuerdo.
Por tanto, el Gobierno, en lo poco que le resta de su mandato, debe abocarse a sacar adelante esto por la importancia que reviste.
También es relevante lo que dice relación con el panel de expertos y las tarifas. Pienso que no es bueno ni positivo que las tarifas dependan de una decisión política. Debemos reconocer que para ninguna autoridad es agradable dar a conocer alzas de tarifas. Por eso, esas alzas se deben analizar desde un punto de vista absolutamente técnico, aun cuando reconozco que hoy eso se está abordando bien, incluso, el que la variación tarifaria no pueda exceder del 5 por ciento del valor de la tarifa de cada mes y una serie de otros principios. Creo que ese tema está bien abordado y complementado.
En cuanto al rediseño del Transantiago, mucho se discutió al respecto, sobre todo en lo que dice relación con la ausencia de competencia. Ahí sí debo reconocer que estamos muy mal, porque ese es el germen de uno de los tantos problemas que se produjeron con el Transantiago.
Por eso, a partir de la renegociación de los contratos -que parte ahora en agosto de 2009-, ojalá se fomente la competencia a través de las famosas zonas exclusivas que hoy existen, lo que necesariamente mejorará el nivel del servicio. Si se introduce competencia a los alimentadores, éstos se esforzarán por ir a buscar pasajeros; pero hoy el sistema es absolutamente al revés, porque no existe ningún incentivo, ninguna zanahoria -por decirlo en forma gráfica- para que los empresarios de micros salgan a buscar pasajeros y presten un buen servicio. Si se premia con mejores tarifas a un empresario por el buen servicio que presta se esforzará necesariamente por dar un mejor servicio a la ciudadanía y a los usuarios del sistema de transportes, buscará los recorridos útiles que le permitan prestar un mejor servicio a los usuarios.
Creo que el rediseño del Transantiago y el rediseño en general de la estructura de alimentador y troncal está en entregar una mayor posibilidad de competencia y de liberalización de esas parcelas, esos estancos que existen, sin eliminar completamente el concepto de compensación, pero sí entre los alimentadores, aunque quede entre alimentador y troncal. Creo que es una buena señal.
Ese tema se conversó largamente y fue una de las conclusiones de la Comisión Investigadora del Transantiago y del panel de expertos que convocó el ministro hace ya bastante tiempo, en uno de los tantos veranos que pasó trabajando.
Lo concerniente al crédito BID -como dijo el diputado Montes- no es una majadería. No queremos dejarlo afuera porque sí. Lo que sucede es que se saltó el Congreso Nacional y las normas legales, y al ser un crédito entre privados, necesariamente es mucho más caro. Entonces, si se rechaza la respectiva disposición -como queremos-, eso permitirá que de alguna manera se renegocie en forma distinta por el Ejecutivo con el fin de permitir que el costo no sea tan alto para el Estado.
He dicho.
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