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- rdf:value = " El señor GARCÍA .-
En primer término, quiero saludar al Presidente y al Director Ejecutivo del Consejo Nacional para la Regionalización y Descentralización de Chile (CONAREDE), señores Heinrich von Baer y Miguel Cellino , respectivamente, que se encuentran en tribunas.
Señor Presidente , el proyecto de reforma constitucional que nos convoca, en mi opinión, significa un tibio avance en materia de regionalización, pero necesario. El hecho de que la ciudadanía pueda elegir a través de sufragio universal a los integrantes de los consejos regionales constituye un gran adelanto.
Si mal no recuerdo, en diciembre recién pasado tuvimos la elección de los últimos consejos regionales que estarán en funciones por los próximos cuatro años. Francamente, en muchos casos da vergüenza ajena la forma como se compran votos. Es algo que ha venido ocurriendo. El Parlamento no ha sido capaz de entregar las herramientas constitucionales y legales para impedirlo. Esa práctica tiene que terminar. Y la única forma de hacerlo la constituye la elección popular.
Dicha modalidad de elección de los integrantes del consejo regional entregará autonomía al CORE, y también la suficiente prestancia ante la ciudadanía, de tal forma que sean personas conocidas que respondan por sus actuaciones ante quienes los han elegido. Y no como ocurre hoy en la gran mayoría de los casos -salvo honrosas excepciones- donde los consejeros regionales, que deciden cuantiosos recursos para el desarrollo de las respectivas Regiones, son personas desconocidas que pasan absolutamente inadvertidas.
Me gustaría que también se pudiera elegir al presidente del consejo regional, pero manteniendo la figura del intendente. Creo en el Estado unitario y aquella autoridad debe llevar adelante las políticas públicas del Gobierno que fue elegido para tal efecto.
Sin embargo, las Regiones debieran tener fuerza propia y, para ello, contar con un presidente del gobierno regional que pueda negociar con el nivel central una estrategia de desarrollo, el financiamiento de destinaciones de recursos plurianuales y, por supuesto, el presupuesto anual.
Si nosotros logramos que los consejos regionales tengan su plan de acción y que negocien su financiamiento a través de distintos proyectos, estaremos consiguiendo que las ciudades, las localidades, los sectores rurales, los extensos territorios de nuestra patria -hoy prácticamente deshabitados- se puedan transformar en verdaderos polos de desarrollo.
Y a eso debemos apuntar.
Debe atacarse el actual centralismo asfixiante. El hecho de que prácticamente la mitad de la población nacional esté concentrada en la Región Metropolitana, es algo cuyo análisis no admite más demora. Y si agregamos las de la Quinta y la Octava, nos encontramos con que gran parte del país está constituido por Regiones pequeñas, que aportan poco al producto interno bruto y tienen escaso desarrollo. Y, en consecuencia, existe la amenaza cierta de que sus jóvenes busquen cada día otros horizontes en las Regiones más grandes y vayamos perdiendo, probablemente, a los profesionales con mayor preparación y capacitación para llevar crecimiento a las zonas más pobres o con menores niveles de progreso.
Por eso, señor Presidente , porque creemos en la regionalización y en la descentralización, los Senadores de Renovación Nacional votaremos favorablemente la idea de legislar, sin perjuicio de todos los perfeccionamientos que estimamos indispensables introducir en la discusión particular del proyecto.
He dicho.
"
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