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- rdf:value = " El señor LEAL (de pie).- Señor Presidente, señoras diputadas y señores diputados:
Hoy, rendimos homenaje a un chileno ilustre, Pedro León Gallo Goyenechea , y a los 150 años de la Revolución Constituyente, de 1859, que él encabezó.
Pedro León Gallo es el más distinguido exponente que Copiapó y la región de Atacama han dado a la República, dejando como legado el partido más antiguo de Chile, el Partido Radical, las primeras ideas liberales, una visión de un país federativo con autonomía de sus regiones y toda una vida de lucha social y política para liberar al país de las ataduras autoritarias que impedían el pleno ejercicio de la libertad.
Hijo del acaudalado minero, dueño de la mina de plata de Chañarcillo, don Miguel Gallo Vergara , y de doña Candelaria Goyenechea y Sierra . Nació en Copiapó, en 1830.
Realizó su formación en el colegio Merced, de Copiapó, y en colegios de Santiago, como el Instituto Nacional, adquiriendo una vasta cultura e inquietud intelectual permeada por el racionalismo cartesiano y el positivismo.
En 1848, ingresó como oficial a la Guardia Nacional, lo que lo llevó a enfrentar el alzamiento del coronel Urriola , en el llamado Motín de Urriola, defendiendo al gobierno del Presidente Manuel Montt .
En 1852, siendo aún muy joven, vuelve a Copiapó para colaborar en los negocios familiares. Junto a su hermano se dedica a la industria minera, donde demostró gran habilidad para los negocios, expandiendo la fortuna familiar y el prestigio de la familia Gallo Goyenechea como grandes empresarios mineros. Fue, precisamente, la posesión de esa riqueza lo que le permitió desarrollar un pensamiento independiente de las ideas tradicionales de la oligarquía chilena, ya que nunca se sintió verdaderamente identificado con los dos pensamientos políticos imperantes en el Chile de aquel tiempo: el conservador gobernante y el liberal tradicional, a los cuales Pedro León Gallo criticaba por no estar compenetrados con las necesidades regionales.
En vez de disfrutar de los beneficios que le granjeaba el hecho de pertenecer a una de las familias más acaudaladas de Chile, tempranamente, Pedro León Gallo sintió el llamado de la política, lo que se manifestó recién despuntando los 20 años, en una serie de comunas en el periódico santiaguino “La Tribuna”, donde adscribía a las tesis de orden público y al gobierno de Manuel Montt, pero en un marco de reformas que garantizaran una más amplia institucionalidad democrática y de libertades personales.
Posteriormente, es elegido regidor, siendo el primero y único que llega a tal cargo por aclamación popular. Desde ese cargo, pidió un voto de censura contra el intendente José María Silva Chávez , por incumplimiento de una ordenanza que impedía la flagelación de los soldados de la guardia de seguridad por el jefe de la policía.
Tempranamente, fue acusado de desacato a la autoridad y destituido del cargo, proceso en el cual se granjeó el apoyo popular y, prontamente, fue puesto al frente del Club Constituyente, que proclamaba la reforma de la Constitución Política mediante una asamblea popular. Este hecho, el análisis descarnado de las limitaciones que significaba la Constitución conservadora y autoritaria de 1833 para el ejercicio democrático del país, la falta de autonomía de las provincias y el exacerbado centralismo de Santiago, lo llevaron a desencantarse del Gobierno de Manuel Montt y a frecuentar los círculos opositores del Norte Chico y de Santiago, vertiendo sus agudas críticas a través del periódico “El Copiapino”.
En 1859, hace justamente 150 años, lidera un alzamiento regional, conocido como la Revolución Constituyente, que lo llevó a enfrentarse militarmente al Gobierno de Montt, por la situación de desmedro de las provincias respecto de Santiago y el carácter autoritario que estaba adquiriendo esa administración. Con mineros atacameños, formó un ejército de más de mil hombres, estableció una maestranza y una casa de monedas que fundió armas, cañones, balas y monedas, y organizó una junta política que agrupó a ciudadanos descontentos con el gobierno, logrando tomar el control de Copiapó.
Decide avanzar con su ejército revolucionario atacameño conocido como los constituyentes, con destino a Santiago. Con ese objetivo, primero, toma posesión de Vallenar, para luego dirigirse a La Serena y Coquimbo, donde vence al ejército gobiernista, en la batalla de Los Loros, el 14 de marzo de 1859, tomando posesión de la ciudad. Además, mostró gran calidad militar, al poner en práctica los primeros carros blindados, en el mundo, para ser usados en conflictos bélicos.
Sus visionarios ideales eran la libertad de imprenta y de asociación, la organización universal y democrática de la guardia nacional, la educación primaria gratuita y obligatoria, la autonomía de las regiones y la unidad de América. Sin embargo, semanas después, es derrotado en la batalla de Cerro Grande, el 29 de abril, y en Petorca, el 14 de octubre. Fue juzgado y debió partir desterrado a Argentina. Posteriormente, se dirigió a Estados Unidos de América y a Europa. Regresó a Chile en 1863, luego de que el Presidente José Joaquín Pérez dictara una ley de amnistía.
El legado más importante que dejó Pedro León Gallo , junto a Manuel Antonio Matta , fue la fundación, en 1863, de la primera asamblea electoral radical en Copiapó. Proveniente de un sector crítico del liberalismo, o de los “liberales rojos”, como se les llamaba, la corriente radical liderada por Gallo y Matta proponía educación laica, descentralización administrativa y libertad electoral, además de su rechazo al conservadurismo clerical y al autoritarismo Montt-varista. Con estas banderas de lucha política, el incipiente movimiento se convertiría, en 1888, durante su primera convención nacional, en el Partido Radical de Chile -el más antiguo a nivel nacional -, estructurado a nivel de todo el país, con programa único y dirección central. Asimismo, Gallo fundó el periódico El Constituyente, en el cual defendió tenazmente la necesidad de reformar en profundidad la Constitución de 1833.
En 1866, Pedro León Gallo es proclamado candidato presidencial, lo que representó un homenaje a su valor cívico y un símbolo de los ideales políticos progresistas. Posteriormente, en 1867, fue elegido diputado por el departamento de Copiapó, continuando en el Congreso Nacional su lucha por el ideario radical: el derecho a sufragio, la suspensión de la pena de muerte, la separación de la Iglesia del Estado, la reforma de la Constitución de 1833, que limitaba el poder del Ejecutivo, la creación de un Registro Civil, entre otras propuestas de marcado carácter progresista y de gran espíritu visionario.
Su gran desempeño en el cargo y el enorme apoyo popular le significaron ser reelegido diputado por dos períodos más, en 1870 y 1873. Con posterioridad, en 1876, se convirtió en senador.
Pedro León Gallo tenía extraordinarias condiciones de orador. Su elocuencia y vigor, y sus palabras sentidas y conmovedoras, entusiasmaban y agitaban a la muchedumbre presente en las tribunas del Congreso Nacional de aquel tiempo. Todo eso ha quedado felizmente registrado en los boletines de la Cámara de Diputados y del Senado de la República.
Como senador, Pedro León Gallo participó en trascendentales debates sobre la educación y las reformas constitucionales destinadas a restringir las potestades del Ejecutivo. En todos ellos, mostró su profunda vocación democrática y libertaria. Ejemplo de eso es su intervención en el hemiciclo del Senado, en junio de 1877, cuando señaló lo siguiente: “Algo de malo debe tener esta Constitución -refiriéndose a la Constitución de 1833cuando a su sombra han podido existir leyes de imprenta como las que hemos tenido, en que se ha aprisionado el pensamiento sin dejarle la libertad requerida para su manifestación exterior; algo de malo debe tener esta Constitución, cuando han podido existir la ley de Régimen Interior que está vigente y la de municipalidades, que mantiene a estas corporaciones en una tutela ominosa, y cuando hace necesario presentar leyes secundarias para garantir los derechos sagrados del hombre”. Esto decía Pedro León Gallo .
Otra de sus facetas fue su gusto por la poesía. Influido por la generación francesa de 1848, comenzó su afición por la poesía, en especial por la de Víctor Hugo y Edgar Quinet , además de los poetas españoles del Siglo de Oro. Destacan sus trabajos líricos sobre los patriotas de la independencia, sus traducciones del francés de varios autores y sus estudios biográficos, como el de José Joaquín Vallejo , más conocido como Jotabeche, quien, sin duda, fue el escritor costumbrista más importante del siglo XIX de nuestro país.
En Pedro León Gallo se fundían el militar y el poeta, el político y el intelectual, el empresario y el luchador social, el hombre de inmensa fortuna y, al mismo tiempo, el progresista deseoso de igualdad, el hombre con visión de Estado y el defensor de la autonomía regional, todas aristas de una personalidad multifacética, llena de profunda inquietud por el ser humano y presurosa a luchar por un destino mejor para la nación y, en especial, para su querida Atacama .
Fallece en Santiago, el 16 diciembre de 1877, debido al agravamiento de una antigua herida que recibió en la batalla de Los Loros, en 1859. Pero queda el recuerdo indeleble de un luchador incansable por la democracia y la libertad.
Señor Presidente, permítame hacer una reflexión final. La historia oficial nacional ha ignorado las historias regionales. Ella ha sido funcional a la ideología y a la cultura del centralismo que caracteriza a nuestro sistema político. Por eso, no tenemos fuertes identidades regionales y, por lo mismo una débil identidad nacional.
Es necesario rescatar las historias locales; hay que decir que los descubridores españoles llegaron a Atacama y fundaron, mucho antes que Santiago, el valle de San Francisco de la Selva, que hoy es la ciudad de Copiapó; hay que saber que las riquezas de Chile de mitad del siglo pasado se fundaron en el mina de plata de Chañarcillo, descubierta por el arriero Juan Godoy , en 1832. Minimizar la historia local le ha hecho mal a este país.
Por eso, este homenaje a Pedro León Gallo Goyenechea es un homenaje, también, a tantos hombres y mujeres que han escrito la historia de Chile desde las regiones y que aún son completamente ignorados.
Descorramos este velo de incultura, asociémonos con la riqueza de nuestros pueblos originarios y de quienes construyeron en cada lugar la República, la democracia y la historia social de Chile. De esa forma, seremos un país más rico y diverso, que fue lo que anheló Pedro León Gallo Goyenechea .
He dicho.
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