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La señora MUÑOZ (Vicepresidenta).-
Por favor, ¡silencio en las tribunas!
Es lamentable que no nos entendamos.
Les pido una vez más que no hagan manifestaciones.
Es posible escuchar con respeto, aunque no gusten las intervenciones.
Tiene la palabra el Senador señor Coloma .
El señor COLOMA.-
Señora Presidenta, el año 2008 el Gobierno de la Presidenta Bachelet , a partir del diagnóstico de la modernización laboral, estableció una Comisión Especial -la Comisión Meller- para precisamente hacer de nuestro país un lugar más justo.
En ella se entendía que la clave era buscar potenciar el trabajo; mejorar el salario; avanzar en la competitividad y equidad social; aumentar la participación, y buscar que la capacitación fuera el eje del desarrollo de Chile.
En ese momento, las encuestas mostraron 60 por ciento de adhesión a un Gobierno que entendía que esa era la mejor forma de enfrentar los problemas de Chile.
Luego, el año 2015, el segundo Gobierno de la Presidenta Bachelet instala la misma discusión, pero con una perspectiva completamente equivocada, pues para esa relación laboral, lejos de la lógica de la capacitación, de aumentar la participación de los jóvenes y de las mujeres, de una adaptabilidad real en materia laboral, se prefirió la lógica del conflicto, en el entendido de que la clave era el sindicalismo forzado, la huelga sin remplazo y el ahogo de la libertad.
Esta semana la misma empresa de encuestas dice que el Gobierno tiene 25 por ciento de adhesión.
No lo digo simplemente para representar un cambio en la mentalidad de los chilenos. Ello es el efecto de políticas públicas equivocadas. Porque una cosa es entender la realidad, y otra muy diferente, tratar de hacer Chile de nuevo.
Estamos siendo testigos, señora Presidenta, de cómo un Gobierno absolutamente fuera de brújula aborda los problemas sociales de nuestro país (que le permitieron gobernar y llegar a 62 por ciento de adhesión) a través de un cambio total de las reglas del juego, como si Chile no hubiera tenido 30 años virtuosos en materia económica y social.
Se intenta hacer todo de nuevo.
Lo hicieron con un estrepitoso fracaso en la reforma tributaria; lo continuaron intentando por medio de una educacional que ya nadie defiende; lo insinúan a través de reformas constitucionales o derechos de agua, y lo consolidan a través de esta reforma laboral.
Los países tienen que entender la naturaleza de los problemas. No pueden, a partir del tironeo de sectores ideológicos de Izquierda, hacer creer que su realidad es la única valiosa.
Bien lo decía hoy un Senador que no pertenece a las bancadas de Oposición al señalar que los problemas de la modernidad son completamente distintos de lo discutido acá. Se relacionan con las nuevas tecnologías, con Internet, con la robótica, con los teléfonos móviles, con la llamada "uberización de la economía", nombre que surge a partir de la experiencia de Uber, una empresa de transporte privado de personas, que provee una aplicación que permite ubicar por celular a un taxi, el cual no pertenece a una flota para tal efecto, como antiguamente ocurría.
La equivocación de esta reforma radica, lisa y llanamente, en no darse cuenta de que, en vez de generar ese Chile justo, se empezará a crear uno mucho más injusto, ¡porque no hay nada más injusto que el desempleo!; ¡no hay nada más injusto que la disminución en las remuneraciones!; ¡no hay nada más injusto que el cierre de las pymes!
Ese es el camino que est��n pavimentando quienes se hallan detrás de esta iniciativa.
La sindicalización forzada, señor Presidente, es propia del siglo XIX.
Se pretende legislar para que en el país solo un sindicato -no el derecho que asiste a las personas- pueda negociar las condiciones de trabajo en una empresa.
¡En qué otra parte existe, como regla general, esa nueva sindicalización forzada!
La huelga sin remplazo será la espada de Damocles contra la pequeña y mediana empresa.
Toda la semana anterior en el Maule me reuní con los pequeños empresarios y con los productores del mundo agrícola, quienes me dijeron que, si se aprueba la huelga sin remplazo, no podrán sostener su emprendimiento una semana por lo difícil que resulta el ámbito en que se desarrollan.
También se habla de la extensión forzosa de los beneficios. O sea, si un trabajador de una empresa no quiere ser parte de un sindicato, porque no cree en él, no tiene ningún derecho a negociar beneficios, aunque haya otra manera de conseguirlos distinta de la sindicalización.
Señora Presidenta, cuando ganó este Gobierno, que no me representa, de verdad sentí que oiría a la gente y trataría de aplicar racionalidad a la necesidad de proyectar un modelo virtuoso, que elimine las dosis de abuso que existían.
Había una gran oportunidad en esta materia, pero se desaprovechó.
Con esto el Gobierno de la Presidenta Bachelet del 2015 le está dando una bofetada al Gobierno de la Presidenta Bachelet del 2008. No lo digo yo, sino Patricio Meller , distinguido exmilitante de la DC, quien lamenta que se borre lo que tanto costó articular con inteligencia; que se destruya un país que tanto costó armar para entregar mayor justicia.
Este no es solo un paso en falso. ¡Es un paso al vacío!
Mucho del Chile virtuoso, del cual yo, por lo menos, me siento parte -junto con numerosos parlamentarios, con quienes hemos buscado establecer reglas del juego claras-, hoy día se desmorona.
Voto en contra de esta pésima reforma laboral, señora Presidenta.
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