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El señor WALKER, don Patricio ( Presidente ).-
Corresponde ocuparse en el oficio de Su Excelencia la Presidenta de la República mediante el cual solicita el acuerdo del Senado para nombrar en el cargo de Contralor General de la República al señor Enrique Petar Rajevic Mosler, respecto del cual se ha hecho presente la urgencia en los términos del párrafo segundo del número 5) del artículo 53 de la Constitución Política.
--Los antecedentes sobre el oficio (S 1.830-05) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Se da cuenta en sesión 50ª, en 8 de septiembre de 2015.
Informe de Comisión:
Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento: sesión 60ª, en 13 de octubre de 2015.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).-
Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ ( Secretario General ).-
La Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento recibió en audiencia al señor Rajevic en sesión a la que también asistieron los Ministros del Interior y Seguridad Pública, Secretario General de la Presidencia y Secretario General de Gobierno , y el Senador señor Moreira.
La Comisión deja constancia, por la unanimidad de sus miembros presentes, Senadores señores Araya, De Urresti, Espina, Harboe y Hernán Larraín, de que en la proposición en estudio se ha dado cumplimiento a los requisitos, formalidades y procedimiento previstos por nuestro ordenamiento jurídico para la designación del Contralor General de la República .
Cabe tener presente que el acuerdo del Senado para nombrar al señor Enrique Rajevic requiere tres quintos de los Senadores en ejercicio, esto es, 22 votos favorables.
El señor WALKER, don Patricio ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Presidente de la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento, el Senador señor De Urresti.
El señor DE URRESTI.-
Señor Presidente , corresponde que el Senado se pronuncie, de conformidad con lo que prescribe el inciso segundo del artículo 98 de la Constitución Política, respecto de la proposición de Su Excelencia la Presidenta de la República para designar en el cargo de Contralor General de la República al señor Enrique Petar Rajevic Mosler .
En esta materia el Senado ejerce una función exclusiva muy relevante y que incidirá directamente en la manera en que se ejercerá la función de control de la Administración del Estado en los próximos ocho años. La ciudadanía espera que actuemos de manera responsable y pensando en el bien de Chile.
En ese espíritu, la Comisión que presido examinó la referida proposición presidencial; recibió en audiencia al señor Ministro del Interior y Seguridad Pública , y escuchó al señor Enrique Rajevic .
En primer lugar, tuvo presente que para ser designado Contralor General de la República se exige que el candidato sea un abogado con al menos diez años de titulación, que haya cumplido cuarenta años de edad y que posea las calidades para ser ciudadano con derecho a sufragio.
Asimismo, que su designación corresponde al Presidente de la República , previo acuerdo del Senado, adoptado por los tres quintos de sus miembros en ejercicio. Dura ocho años en el cargo, no puede ser designado para el período siguiente y cesa en él al cumplir setenta y cinco años.
De tal forma, la Comisión comprobó que el candidato es chileno, que tiene más de cuarenta años de edad y que realizó sus estudios universitarios de pregrado en la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde obtuvo el grado de licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales y se tituló como abogado en el año 1996. En el año 2002 obtuvo el grado de máster en Política Territorial y Urbanística del Instituto Pascual Madoz de la Universidad Carlos III de Madrid. Y en el año 2011 accedió al grado de doctor en Derecho por la Universidad Carlos III de Madrid, con la tesis , con especial referencia a España y Chile.
Cohesión social e intervención administrativa en el territorio urbano
Igualmente, constató que ha ejercido diversas labores profesionales, especialmente en el sector público. En efecto, a partir del año 1996, y en distintos períodos, se ha desempeñado como abogado asesor de los Ministerios Secretaría General de Gobierno, de Vivienda y Urbanismo y Secretaría General de la Presidencia.
Entre septiembre de 1997 y enero de 1999 fue jefe de Gabinete del Ministro de Vivienda y Urbanismo. Entre marzo de 2009 y enero de 2013 se desempeñó como Director Jurídico del Consejo para la Transparencia. Desde marzo de 2014 hasta la fecha ha actuado como asesor de la señora Ministra de Vivienda y Urbanismo y, desde mayo de 2015, como asesor del Programa de Modernización del Estado de la Subsecretaría de Hacienda .
Además, se constató que el señor Rajevic ha ejercido labores docentes en la Facultad de Derecho de la Universidad Alberto Hurtado y en otros centros académicos. Cuenta con diversas publicaciones en el ámbito del Derecho Público, el Derecho a acceso a la información pública y el Derecho urbanístico. Asimismo, ha asistido o ha sido ponente en diversos congresos o seminarios sobre las materias ya indicadas, según se da cuenta en su curriculum vitae, que se anexa al informe de la Comisión.
Durante su presentación ante el órgano técnico, el candidato explicó los que a su juicio eran los tres grandes ejes que deberían proyectar el trabajo de la Contraloría y las funciones que esta debería ejercer.
En tal sentido, detalló las medidas que él implementaría para cumplir con la función de control de legalidad a través del trámite de toma de razón y registro, la emisión de dictámenes y el control de personal.
También se refirió a la función de auditoría o verificación del uso de los recursos públicos y al cumplimiento de los procedimientos que debe observar la Administración Pública.
Finalmente, mencionó la función de contabilidad general de la nación y a las labores que cumple el órgano contralor en el denominado "juicio de cuentas".
Igualmente, observó que es muy importante revisar el Estatuto del Personal de la Contraloría, pues en la actualidad todos sus funcionarios son empleados de exclusiva confianza, lo que no se condice con la seriedad de una institución encargada de controlar el principio de probidad.
Por otra parte, indicó que se debe cuidar que la Contraloría tenga las capacidades que se requieren para cumplir con las nuevas tareas que surgen, por ejemplo, de la aplicación de la Ley del Lobby, de las que imponen las declaraciones de intereses y de patrimonio, y de otras.
En síntesis, abogó por el desarrollo de un nuevo marco legal para la Contraloría que ponga al día su regulación orgánica, que data del año 1952, con el fin de permitir que en el siglo XXI el órgano contralor siga siendo un referente de la Administración Pública chilena.
Con respecto a esta exposición, los integrantes de la Comisión formularon diversas preguntas y observaciones relativas a materias tales como la desconcentración regional del servicio, la importancia de implementar herramientas tecnológicas que permitan a la Contraloría ejercer el control de legalidad en la actuación de la Administración Pública y la inversión de los recursos públicos.
Igualmente, se le inquirió acerca de los controles y límites que debe aplicar el ente contralor a las universidades estatales y los municipios y los esfuerzos que debe realizar en materia de fiscalización, control de legalidad y auditoría.
También se le preguntó sobre cuestiones que han difundido diversos medios de comunicación social y que dicen relación con una beca que recibió del Estado para cursar estudios de posgrado en el extranjero y la posible imparcialidad con que cumpliría la labor si fuera designado Contralor General de la República .
A todas estas observaciones y preguntas respondió el señor Rajevic , según se consigna en el informe del órgano técnico.
En virtud de tales consideraciones, la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento tiene el honor de informar que la proposición de su Excelencia la Presidenta de la República para nombrar a don Enrique Petar Rajevic Mosler Contralor General de la República cumple con los requisitos, formalidades y procedimientos previstos por el ordenamiento jurídico vigente.
He dicho.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).-
¿Le parece a la Sala que se abra la votación y se permita, por supuesto, que todos los Senadores funden el voto?
Acordado.
En votación.
--(Durante la votación).
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).-
Tiene la palabra la Honorable señora Lily Pérez.
La señora PÉREZ ( doña Lily) .-
Señor Presidente , después de oír el informe del Senador De Urresti, quiero señalar lo siguiente.
En este caso, el proceso de designación del nuevo Contralor General de la República no se ha destacado precisamente por su carácter republicano.
Entre la terquedad del Ejecutivo por ubicar a uno de sus cercanos en el cargo y los confusos hechos en torno a una beca de estudios doctorales y a los vínculos contractuales que ha mantenido el candidato del Gobierno con el Estado y con varios Ministerios y servicios públicos ¿hemos debatido acaso la magnitud y la importancia del cargo de Contralor General de la República , que dura 8 años, que excederá a este Gobierno y también al próximo?
Se trata de un faro de probidad que controla todos los actos de administración del Estado.
Eso estamos votando hoy. No nos estamos pronunciando sobre la lealtad a un Programa de Gobierno. Porque he leído declaraciones de algunos Senadores -lo digo con gran cariño y respeto- que hablan de que no consideran idóneo a este candidato, pero que por lealtad a la Presidenta o a su Administración sienten el deber de votar a favor.
Eso no es lealtad: eso es obsecuencia.
Cuando uno tiene convicción, ser leal con un Gobierno significa votar haciendo que este reconozca que hay un error.
La lógica de ello es simple, y debe ser fácil para nosotros los Senadores entender que el Estado necesita poderes claramente delimitados y separados, a fin de establecer eficaces controles en el ejercicio de aquellos que la ciudadanía nos confiere.
Y el Contralor no está al margen de esa exigencia.
En el último tiempo, producto de las investigaciones que lleva adelante el Ministerio Público, mucho se ha hablado de la relación entre lo público y lo privado. Y hemos criticado fuertemente ese vínculo. ¿Pasa lo mismo con el candidato a Contralor, el señor Rajevic ? Si aprobamos su designación, ¿pasará de ser una persona controlada a un controlador?
Le pido al Senador Hernán Larraín que preste atención, porque es un tema que a todos nos debiera importar mucho.
¿Qué garantía de imparcialidad puede tener alguien que fue asesor de Ministerios del actual Gobierno y que, eventualmente, el día de mañana será controlador de lo mismo por lo que él fue controlado? ¿Eso da cuenta de un buen Contralor General?
Nunca en la historia de la Contraloría había sucedido que sus propios funcionarios emitieran juicios públicos en contra de la nominación de un candidato. Eso es algo nuevo. Pero no es antojadizo. No es un capricho de los funcionarios. Y no pongo en discusión su currículum, su idoneidad personal ni moral; este es un tema de idoneidad profesional para ese cargo en particular.
Nuestro país está al debe en todo lo que dice relación con probidad, corrupción, delimitación de lo privado con respecto a sus vínculos con la política.
Para esta designación, el Ejecutivo , usando subterfugios, ha dilatado lo más posible su proceso con el fin de acomodar los votos. Y acomodar los votos, además, mediante presiones, a mi juicio, bastante indebidas e indecorosas.
Que un Ministro del Interior señale a través de los medios de comunicación, en una especie de chantaje emocional a sus Senadores y Senadoras, que pone su cargo a disposición si no es elegido su candidato a Contralor General (que lo va a exceder en el tiempo a él, a su Gobierno y también al próximo) es una presión indebida.
Si el actual Ministro del Interior es capaz de decir esas cosas por la prensa no quiero imaginar lo que es capaz de decirles a sus Senadores por teléfono o en conversaciones privadas. ¿Qué tipo de presiones se darán? ¿Qué cosas les habrá dicho? ¿Qué existirá detrás de estas presiones?
No lo sé, y tampoco quiero especular.
Ojalá que la próxima designación del Fiscal Nacional, que veremos prontamente en el Senado, sea guiada a la altura de las circunstancias.
Y espero, de todo corazón, que hoy los Senadores y las Senadoras tomen una decisión sensata y que escuchen las exigencias de la ciudadanía.
El señor WALKER, don Patricio ( Presidente ).-
Concluyó su tiempo, Su Señoría.
Tiene un minuto adicional.
La señora PÉREZ ( doña Lily ).-
Gracias, señor Presidente .
Por ello, voto en contra del candidato del Ejecutivo.
Deseo que el Gobierno rectifique y proponga a una persona independiente que tenga la idoneidad requerida para ejercer el cargo de Contralor General de la República.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Prokurica.
El señor PROKURICA.-
Señor Presidente , en nombre de Renovación Nacional, quiero empezar mi intervención con una pregunta a los señores Senadores: ¿Qué perfil se necesita en Chile para ocupar el cargo de Contralor General de la República?
Hace unos meses, la Presidenta de la República nos dio ciertos lineamientos, cuando en la despedida de Ramiro Mendoza dijo que garantizaba que la elección del nuevo Contralor General de la República, que lo sucederá tras ocho años en el cargo, se basaría en su idoneidad profesional e independencia, tal como lo exige la ciudadanía.
Dijo la Presidenta : "Se avecina una nueva etapa para la institución, sé que muchos sienten la ansiedad por conocer el nombre que propondremos. La nominación llegará en su momento. Pero tengan la certeza que la elección se basará en la idoneidad profesional, la capacidad de entender nuevos desafíos que demanda la tarea fiscalizadora de nuestro país y el compromiso irrestricto con la transparencia e independencia de esta institución, porque es esa independencia la que nos da garantía a todos los actores de la sociedad de imparcialidad, objetividad y responsabilidad en el control del uso de los recursos y bienes que nos pertenecen a todos y a todas.
"Porque la fortaleza y salud de la Contraloría y de todas las instituciones públicas, es también la fortaleza y la salud de nuestra república y democracia.".
Hay que recordar cuál es la importancia del cargo de Contralor General de la República, que dura ocho años.
Según la Constitución, la Contraloría es un órgano autónomo. Y, a su vez, el artículo 1° de su Ley Orgánica señala: "La Contraloría General de la República, independiente de todos los ministerios, autoridades y oficinas del Estado, tendrá por objeto fiscalizar el debido ingreso e inversión de los fondos del Fisco, de las Municipalidades, de la Beneficencia Pública y de los otros Servicios que determinen las leyes".
Eso significa que ese cargo tiene que ser ejercido por una persona que cumpla con ciertos requisitos básicos: profesionalismo, currículum, experiencia. Pero, además, y tomando en cuenta el actual ambiente de siembra de dudas sobre la actividad política y de suspicacias acerca del uso de los recursos públicos que pertenecen a todos los chilenos -como dice la Presidenta -, la persona que ocupe el cargo de Contralor debe contar con la suficiente independencia para evitar sufrir las presiones del gobierno de turno -del actual y del próximo-, de la Oposición y, también, de los grupos de poder.
Voy a leer el currículum laboral del señor Rajevic para que ustedes saquen sus propias conclusiones.
Al menos desde el año 1996, ha prestado servicios a distintas reparticiones públicas.
Ha sido jefe de gabinete de los Ministros de Vivienda en los Gobiernos de los Presidentes Frei Ruiz-Tagle y Lagos. Asimismo, fue asesor de las Ministras de Vivienda Sonia Tschorne y Patricia Poblete .
En 2009 asumió como director jurídico del Consejo para la Transparencia, para lo cual renunció al partido político de la Concertación al que pertenecía.
Durante el 2014 prestó servicios de asesoría a las Subsecretarías de Vivienda, de Economía y de Hacienda, y también a la Dirección de Presupuestos.
Durante este año, y hasta la fecha, desarrolla actividades en las Carteras de Vivienda y de Hacienda.
Recordemos que la ley Nº 19.880, que establece las Bases de los Procedimientos Administrativos que rigen los actos de los órganos de la Administración del Estado, en su artículo 12, consagra el principio de la abstención: "Las autoridades y los funcionarios de la Administración en quienes se den algunas de las circunstancias señaladas a continuación, se abstendrán de intervenir en el procedimiento y lo comunicarán a su superior inmediato, quien resolverá lo procedente.".
Y agrega en el punto 5 la siguiente causal de abstención: "Tener relación de servicio con persona natural o jurídica interesada directamente en el asunto, o haberle prestado en los dos últimos años servicios profesionales de cualquier tipo y en cualquier circunstancia o lugar.".
La semana pasada en la Comisión de Constitución, el señor Rajevic , al ser consultado sobre su posible inhabilidad, sostuvo que esa causal efectivamente lo afectaría, pero solo en tres subsecretarías (Hacienda, Economía y Vivienda) y en una dirección (de Presupuestos). Según él, números mínimos si se considera el aparataje estatal.
Sin embargo, la minimización realizada por el postulante es de la mayor gravedad.
El señor WALKER, don Patricio ( Presidente ).-
Concluyó su tiempo, señor Senador.
Le doy un minuto adicional para que termine.
El señor PROKURICA.-
Gracias, señor Presidente.
Sinceramente, pienso que el currículum del señor Rajevic afecta directamente su idoneidad para este puesto.
Otro elemento que atenta contra la independencia que debe tener el cargo de Contralor son los nexos del postulante con algún partido político o candidato determinado. Hay que recordar que tiempo atrás se conoció que el señor Rajevic , siendo funcionario público, aportó a la primera campaña de la Presidenta Bachelet . Y también es conocida la militancia política que suscribió.
Finalmente, luego de exponer parte de su trayectoria laboral y profesional, les pregunto: ¿cumple el candidato con el requisito de independencia necesaria para ocupar tan importante cargo?
Yo creo que no, señor Presidente.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Ossandón.
El señor OSSANDÓN .-
Señor Presidente , el Gobierno de la Presidenta Bachelet ha propuesto el nombre del abogado Enrique Rajevic para que asuma la Contraloría General de la República.
Durante este proceso, hemos sido invadidos por una serie de informaciones sobre su perfil. Tales antecedentes ni siquiera fueron divulgados por nosotros desde la Oposición, sino que surgieron desde los propios medios de comunicación.
Hemos tomado conocimiento de que el señor Rajevic se vio afectado por una demanda del Consejo de Defensa del Estado a raíz de un problema con una beca para estudiar en una universidad española, y que en la actualidad tiene contratos de asesorías con distintas instancias del Gobierno.
El asunto relativo al Consejo de Defensa del Estado fue resuelto por prescripción y no por una convicción del involucrado de querer reparar la deuda. Cabe hacer notar que existen dictámenes de la Contraloría que han obligado a ciudadanas chilenas a pagar su beca.
Quiero dejar en claro que soy un ferviente partidario de que el cargo de Contralor sea asumido por un abogado independiente, sin tachas ni dudas de ninguna especie y comprometido cien por ciento con la probidad y la transparencia. Así el órgano contralor puede ejercer una correcta fiscalización de las acciones de los distintos servicios del Estado.
Señor Presidente, un principio de fiscalización fundamental es la imparcialidad en el ejercicio del cargo.
Saquémonos la venda de los ojos: Rajevic no cumple con esa característica. Es un hombre de la actual Administración, que se desempeña como asesor del Ministerio de Vivienda y Urbanismo. Por ello, no nos da garantía de ninguna especie. Su trabajo en el servicio público siempre ha estado ligado, primero, a los Gobiernos de la Concertación y, ahora, a los de la Nueva Mayoría.
En el campo diríamos que esta persona, para ejercer bien su eventual tarea de Contralor, debería "morder la mano de quien le dio de comer". En esto seamos sinceros: ¡por Dios que es difícil que eso pase! Tendríamos un Contralor que se "controlará" para juzgar a los suyos y que podría perder el "control" para fiscalizar a los otros.
¡No me digan que eso no es así, cuando en el 2005 Rajevic aparece en el listado de contribuyentes que dieron dinero para la campaña de la Presidenta Bachelet ! ¿Existe algo más comprometedor y menos independiente que aportar recursos a una campaña política en forma pública?
Con toda sinceridad he dicho, y seguiré diciendo, que un Contralor no puede presentar ataduras ideológicas, partidarias o laborales. Por lo mismo, desde que partió esta discusión, estimé que el nuevo Contralor puede venir perfectamente del mundo de la academia o ser un funcionario de carrera. Pero, al parecer, eso es un pecado.
Más allá de los nombres, señor Presidente , quiero dejar sentada mi idea de fondo: el Contralor en un Estado democrático, de Derecho, bajo ninguna circunstancia debe ser de confianza del gobierno de turno.
La transparencia de la que tanto hablamos, y para la cual se han creado incluso comités asesores a cargo de prestigiosos académicos, exige que sean inspeccionadas todas las dependencias públicas. Y, para que los resultados sean eficaces, el fiscalizador no puede ser dependiente del fiscalizado.
Chile se ha vanagloriado durante años de ser un lunar en el mundo. Y en esta línea siempre hemos creído que la Contraloría debe mantener su separación absoluta del gobierno. El nuevo Contralor no debiera escuchar súplicas o peticiones de quienes ejercen el poder político. Desgraciadamente, con esta designación no hay garantías de eso.
Veo con preocupación que algunos colegas hoy se van a tener que tragar sus opiniones, que fueron sinceras y profundas, a causa de una presión indebida. Como dije en la prensa, fueron metidos en una máquina moledora de carne.
Para terminar, quiero decir que, en lo personal, para mí esta votación es difícil, pues conozco a la familia de Enrique Rajevic. Además, él es puentealtino y valoro su formación profesional.
Sin embargo, me asiste la convicción profunda, cuidando el espíritu republicano de las instituciones, de que es nuestro deber votar en contra de este nombramiento.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Pérez Varela.
El señor PÉREZ VARELA .-
Señor Presidente , sin duda, la proposición que nos ha formulado la Primera Mandataria para designar al nuevo Contralor General de la República presenta algunos visos de incoherencia.
Durante el año en curso el Gobierno ha hecho un esfuerzo, que la Oposición ha apoyado, para mejorar sustantivamente las normas de probidad y transparencia. La idea es que los organismos públicos se manejen con criterios objetivos y que quienes los dirigen cumplan dos requisitos básicos: autonomía e independencia.
En definitiva, se busca garantizarle al conjunto de la sociedad que las autoridades en el ejercicio de sus funciones van a actuar de manera autónoma y con gran independencia.
Hemos conocido proyectos de ley en materia económica que fijan a quienes han ejercido determinadas funciones en el Estado la prohibición de desempeñar cierto tipo de actividades tanto en el ámbito privado como en el público durante un tiempo.
También hemos visto cómo se ha ido fortaleciendo un órgano fiscalizador esencial para la estabilidad democrática, para la transparencia de las elecciones y para el financiamiento de las campañas y los partidos. Me refiero al Servicio Electoral, entidad a la que se le otorgó autonomía constitucional y se le establecieron mecanismos objetivos para garantizar su independencia.
Sin embargo, en la primera oportunidad que se presenta para designar a quien va a dirigir el organismo encargado de realizar el control y la fiscalización de los actos de la Administración, se propone a una persona -yo tengo una buena opinión de ella- que no tiene ni la independencia ni la autonomía para asumir ese cargo.
En efecto, se trata de alguien vinculado esencialmente al Gobierno y a la estructura política que lo sustenta, que siempre ha estado en puestos de asesor o de jefe de gabinete, preocupado de llevar adelante e impulsar las políticas gubernamentales y de colaborar en ellas.
Se quiere poner a una persona con esas características a la cabeza de la Contraloría General de la República, cuyo deber es fiscalizar los actos de la Administración.
Estoy seguro de que a los Senadores y a las Senadoras de la Nueva Mayoría no se les escapa la conclusión: este nombramiento -en el evento de que se apruebe la solicitud- genera una duda más que razonable de que durante ocho años vayamos a tener una Contraloría enérgica, una Contraloría robusta, una Contraloría inquisitiva, como exige la ciudadanía.
Por ello, la incoherencia en esta proposición me llama profundamente la atención, y no logro escudriñar cuál fue su real objetivo.
Además, aquí no hubo una conversación previa del Gobierno con la Oposición de modo institucional, como sí ha ocurrido en otros procesos de designación. A mí, como jefe de la bancada de la UDI, el Ministro del Interior me informó solo un mes antes que la Presidenta de la República había decidido mandar este nombre.
El señor NAVARRO .-
¿Y eso qué es?
El señor PÉREZ VARELA .-
No es una conversación ni un intento de socializar tal nominación. Es entregar un dato: "Vamos a proponer a esta persona". ¡Y punto!
¡Así no se conversa, no se socializa, no se logran acuerdos!
La Constitución establece un quórum alto sobre el particular para que la persona designada cuente con un respaldo significativo de las distintas fuerzas políticas. Ello garantiza a la ciudadanía que la futura autoridad realizará su función de acuerdo a las características propias del cargo de Contralor de la República .
De ese modo obramos cuando acogimos el nombramiento de don Ramiro Mendoza hace ocho años.
Señor Presidente , lo que tenemos al frente, más allá de las condiciones y características personales del señor Rajevic , es una mala decisión gubernamental, en la cual, de hecho, hubo dificultades al interior de la propia coalición oficialista, como es de público conocimiento.
Por lo tanto, el pecado original de esta situación fue la determinación del Gobierno de tratar de imponer un nombre, sin sopesar que este carece de requisitos fundamentales, como autonomía e independencia, para ocupar el puesto de Contralor General de la República, autoridad que debe fiscalizar los actos de la Administración.
En consecuencia, votamos que no.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Montes.
El señor MONTES.-
Señor Presidente , es la primera vez que me toca participar en una decisión de esta naturaleza. Sé que es algo muy significativo, muy trascendente y, por lo mismo, nos obliga a reflexionar mucho al respecto como bancadas, como personas, como Senadores.
A mí me resulta chocante que haya argumentos descalificadores.
Entiendo que existan discrepancias, diferentes visiones, pero de ahí a insinuar descalificaciones acerca de las características de la persona propuesta para ocupar el puesto de Contralor es otra cosa. Me parece que ello no se corresponde con esta instancia.
Yo conozco a Enrique Rajevic . Me ha tocado trabajar con él aquí, en el Parlamento, al menos durante siete años. Por tanto, conozco sus cualidades. ¡Sé lo impecable, lo íntegro, lo serio que es!
Es una persona que, ante los distintos problemas que debe enfrenar, razona; ve distintas posibilidades, y, a partir de ello, decide.
¡Yo no tengo dudas de eso!
Además, su trayectoria profesional y académica es impecable.
Basta ver su currículum: hizo un doctorado -siguió ciertas etapas para ello-; realizó muchos cursos; obtuvo varios títulos en distintas áreas, adquiriendo un profundo conocimiento de Derecho Administrativo; fue profesor universitario. En fin, ha demostrado en su desarrollo académico sus enormes conocimientos, capacidades y condiciones. Lo mismo, en su desempeño profesional en el Estado.
Eso lo sabe cualquiera que lo haya conocido. De ahí que me extraña que algunos que rechazan su postulación digan que lo conocen, que han visto su trabajo. Si así fuera, sabrían que actúa con libertad y con la capacidad de emitir un juicio ecuánime respecto de distintas materias.
En todo caso, lo que más me llama la atención es el cuestionamiento a su trayectoria política: al hecho de haber trabajado en el Estado y de haber sido militante.
Quiero que reconozcan que en la Administración anterior de Michelle Bachelet se decidió nombrar a una persona precisamente del sector opuesto al de Gobierno, pues se consideró que reunía las condiciones adecuadas, más allá de su inclinación política. Algunos de nosotros estuvimos de acuerdo; otros no. Con todo, se analizó su desempeño. De hecho, se manifestó alguna objeción con relación a su trayectoria, pero nunca se le cuestionó por haber estado vinculado políticamente a determinados sectores.
Por otra parte, el hecho de haber trabajado en el Estado, a diferencia de lo que se piensa y dice acá, le da a este candidato una gran capacidad para poder enjuiciar distintas materias.
Nunca en la historia hemos contado con un Contralor que sepa de desarrollo urbano, de cómo construir ciudades y del desarrollo de las municipalidades. Pues bien, la persona que hoy propone el Ejecutivo conoce toda esa área, que está muy subdesarrollada en nuestras capacidades administrativas y de la propia Contraloría.
Asimismo, la circunstancia de haber sido militante en algún momento no descalifica al postulante. En todo caso, este ya renunció a su partido, como lo hicieron en su momento muchos otros para asumir distintas funciones.
La historia de Chile la han construido personas que han formado parte de partidos políticos. Muchos argumentos pueden ser válidos, pero no el que cuestiona la militancia. ¡Hay gente ecuánime también en los partidos! ¡Hay gente en ellos capaz de pensar con sentido de Estado, a largo plazo!
Los argumentos dados por algunos Senadores de enfrente -esos que hoy sostienen que el candidato a Contralor no puede ser exmilitante, ni esto ni lo otro- posiblemente en algún momento se vuelvan en su contra.
Lo importante, más allá del resultado de esta votación, es destacar los méritos de Enrique Rajevic y valorar todas sus potencialidades y capacidades. Ojalá nadie lo descalifique por la prensa y se reconozca lo que él es, independiente de las diferencias que tengamos.
¡No lo descalifiquen!
Pido a aquellos que han insinuado descalificaciones que las retiren. Ello es muy relevante si se considera que varios Senadores de las bancas de enfrente lo conocen y hasta han trabajado con él.
El señor Rajevic , quien nació en Puente Alto y estudió en esta misma comuna y también en San Bernardo, ha demostrado la capacidad de un puentealtino para llegar a ser un gran profesional, como lo ha sido en su labor en los Ministerios, en la vida nacional, y para obtener posgrados, todo lo cual lo habilita para ser un Contralor.
Como Senador por Puente Alto, me siento orgulloso de esta persona nacida y formada en dicha comuna, y que podría ser Contralor de la República. ¡Ojalá que lo sea!
Enrique Rajevic posee una enorme vocación pública y grandes conocimientos. Sin duda, realizará un tremendo aporte como Contralor, incorporando capítulos que hasta hoy no se han tratado.
Espero que la Sala apruebe su nombramiento.
Voto a favor.
--(Aplausos en tribunas).
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).-
Recuerdo a los asistentes en las tribunas que está prohibido aplaudir.
Tiene la palabra el Senador señor Pizarro.
El señor PIZARRO.-
Señor Presidente , a la Oposición, a la Derecha, le asiste todo el derecho del mundo a oponerse a una propuesta de la Presidenta de la República para llenar un cargo extraordinariamente importante en el funcionamiento de nuestro país.
Pero no tiene derecho a la descalificación gratuita; no tiene derecho a desconocer la trayectoria de una persona intachable.
No me gustan la demagogia ni el populismo con que algunos colegas han descalificado con tanta frivolidad a alguien que es hijo del esfuerzo.
Porque el señor Rajevic estudió, al igual que miles de jóvenes, gracias al sistema de financiamiento de becas del Estado.
Se recibió de abogado de la Pontificia Universidad Católica -entiendo que algunos Senadores de las bancas de enfrente lo conocían de aquella época- con nota 7 en su tesis, y le fue otorgado a su egreso el premio Monseñor Carlos Casanueva . ¡A más de a alguno le dirá algo tal reconocimiento!
En fin, la trayectoria de este candidato es impecable.
Además, ha servido a la patria en una materia altamente trascendental: en el ámbito de la transparencia.
¡No estamos hablando de cualquier persona!
En verdad, me molesta la frivolidad con que algunos descalifican los méritos de otros, en lugar de reconocerlos.
Yo entiendo la diferencia. A algunos no les gusta que profesionales de este nivel (con estudios de posgrado, con doce cursos de perfeccionamiento) trabajen en la Administración del Estado.
Entonces, pregunto: ¿dónde labora un experto en Derecho Administrativo? ¿En Marte? A quienes son abogados les pido que me digan dónde trabaja alguien con esa especialidad.
El señor Rajevic fue elegido por la Alta Dirección Pública para ser Director Jurídico del Consejo para la Transparencia y, además, por los consejeros de este organismo, entre los cuales hay gente representativa de los sectores de la Derecha que hoy descalifican con tanta frivolidad.
Me gustaría que hubiera un poquito más de rigor.
Y ojalá nos respondieran aquellos que en el diálogo previo, cuando se vieron muchos nombres, planteaban que fuera alguien externo al órgano contralor, porque necesitábamos una Contraloría dirigida con conocimiento, con expertise, con experiencia en el Estado.
Resulta que ahora es pecado, constituye un problema que alguien trabaje para el Estado.
Ahora es reprochable que alguien piense o posea una idea política. ¡Por favor! Si todos tenemos pensamientos. Y es lógico y natural, en una democracia como la nuestra, que cada uno crea en determinada visión de sociedad. ¡Y le descalificamos la independencia por eso!
¡Ah, fue militante! ¡Ah, entonces no puede participar!
¿Y la enorme cantidad de gente que hemos nombrado en altísimos cargos y que, teniendo militancia política, lo han hecho muy bien? Porque la independencia no dice relación con la militancia, sino, como sostenía el Senador Montes, con el buen criterio, con el conocimiento, con una persona capaz de razonar, de decidir, de saber lo que es objetivamente bueno o no y dónde hay una falta.
Y les digo lo siguiente: si el día de mañana hubiera una causa que lo afectara, no me cabe duda de que Rajevic se inhabilitaría. Porque aquí estamos hablando de una institución. ¿O me van a decir que ninguno de los Contralores anteriores se ha inhabilitado cuando les han tocado casos que los afectan? Y son otros funcionarios de la Contraloría quienes resuelven esas causas. ¡Si así funcionan las instituciones!
Entonces, francamente, una cosa es discrepar y otra es descalificar.
Se publicó una carta relativa a la designación del nuevo Contralor, firmada por los exconsejeros del Consejo para la Transparencia Alejandro Ferreiro ; Raúl Urrutia , abogado, gran amigo y excolega Diputado ; Roberto Guerrero y Juan Pablo Olmedo , y por el actual consejero Jorge Jaraquemada .
Ellos le pidieron a Rajevic que fuera la persona que implementara el Consejo para la Transparencia porque fue de los que más participaron en la discusión y elaboración de la Ley de Transparencia que hoy rige en nuestro país.
Yo, de verdad, les pido seriedad, colegas. Sobre todo a algunos de los que lo conocen y a algunos que dijeron que podían votar por una persona idónea, honesta, proba y sobre todo que se ha formado a sí misma, con las oportunidades pequeñas que existen en nuestro país.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Larraín.
El señor LARRAÍN.-
Señor Presidente , en verdad, definir acerca del nombramiento de Enrique Rajevic en el cargo de Contralor General de la República es quizás para mí una de las decisiones políticas más difíciles que me ha tocado en mi trayectoria como Senador. Llevo más de veintiún años en esa calidad y pocas veces me he visto enfrentado a un dilema de esta complejidad.
Efectivamente, conozco a Enrique. Fue mi alumno; se desempeñó como mi ayudante por varios años, y sé de quién se trata.
Es más, hay quienes han señalado que yo debería inhabilitarme, precisamente por mi conocimiento acerca de él.
Creo que eso es absolutamente improcedente. Lo conozco mucho profesionalmente, pero no tengo vínculos de amistad personal ni existen otros factores de esta naturaleza que pudieran inhabilitarme para participar en esta decisión.
Pero, a mayor abundamiento, no solo hay una razón material, sino también una formal que me impide inhabilitarme.
La Ley Orgánica del Congreso Nacional señala que los Senadores no podemos inhabilitarnos cuando se trata del ejercicio de las atribuciones exclusivas del Senado, y esta es una de ellas. Por lo tanto, no procede la inhabilitación.
A lo mejor habría sido cómoda esa posición, pero no corresponde: debo votar.
Y la decisión es difícil porque conozco muy bien a Enrique. Lo conocí en su época de estudiante, hasta que se recibió. Fue un gran alumno. Se trata de una persona seria, con mucha capacidad de análisis, muy rigurosa.
No solo lo vi en esa condición. Ustedes saben de mi vinculación con los temas de transparencia. Por ese motivo, me tocó mucho saber del trabajo del Consejo cuando se instaló y pude apreciar la contribución de Enrique Rajevic como Director Jurídico del Consejo para la Transparencia.
Por lo tanto, creo que es una persona que reúne muchas características que lo hacen ser idóneo y profesionalmente muy serio.
Eso, en un lado de la balanza.
En el otro, a nadie escapa que se trata de una decisión que ha terminado siendo política.
Los jefes de Comités de los Senadores de la antigua Alianza -hoy Chile Vamos- han manifestado su oposición. Algunas razones podrán no ser las más justas o las más adecuadas, pero se trata de una decisión que ha sido sopesada y representa el sentimiento de la Oposición.
En mi caso personal, he votado en muchas oportunidades en contra de los planteamientos de mi bancada. Y lo haré siempre que, por razones de consciencia, así lo estime necesario.
Hoy, sin embargo, me toca presidir un partido. De manera que mis responsabilidades en materia de decisiones son distintas. No creo en las órdenes de partido, pero sí en las voluntades colectivas que se van aunando para tener un sentimiento común, una expresión común que nos identifique y que nos dé cierta validez por la coherencia en el plano externo.
Sin embargo, cabe considerar otro antecedente.
Hoy vivimos quizás uno de los momentos más difíciles de la política chilena, por la crispación existente, por la desconfianza, por el descrédito, por muchas razones que todos aquí conocemos, y no es necesario abundar en ellas.
El Contralor es una figura clave como nadie precisamente en la preservación del Estado de Derecho democrático, en la seguridad, en las normas de transparencia y probidad, en el cumplimiento de los actos legales y en el uso de los recursos fiscales.
Por lo tanto, un Contralor no solo debe ser idóneo y profesionalmente serio y competente -características que posee Enrique Rajevic -, sino que también ha de reunir un respaldo que no sea mínimo.
En mi concepto, tener hoy un Contralor que no represente en forma amplia el sentimiento generalizado del Senado no le hace bien ni a la persona ni a la institución.
Lamentablemente, por la forma como esto fue hecho, no se logró ese consenso.
En tal sentido, creo que se hace muy difícil respaldar a una persona que pudiera ser elegida por un voto, y particularmente el del Presidente de un partido de la Oposición.
Es eso lo que hace, en mi caso, la situación prácticamente imposible.
Yo no podría votar en contra de Enrique Rajevic. Me parecería profundamente injusto. Pero por las razones políticas que he mencionado tampoco me puedo pronunciar a favor.
Por lo tanto, con mucha molestia y dolor personal, me abstengo.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Araya.
El señor ARAYA .-
Señor Presidente , sin duda, no ha sido un camino fácil llegar a la decisión que nos convoca hoy día.
Soy responsable de mis actos y de las cosas que digo.
Y si bien tuve un cuestionamiento bastante serio de cómo el Gobierno llevó la discusión o la propuesta de la Presidenta de la República para nombrar nuevo Contralor a Enrique Rajevic , quiero reivindicar la labor política.
Y discúlpeme, señor Presidente -por su intermedio-, pero les digo a la Senadora Lily Pérez y al Senador Ossandón que yo no cedo a presiones: a mí me convencen con razones. Y de eso he dado muestras suficientes en los doce años que fui Diputado y en el año y medio que llevo en el Senado.
Así que yo, señor Presidente , no voy a aceptar las imputaciones que realiza la Senadora Lily Pérez al voleo. Si ella tiene conocimiento de algo, le pido -por su intermedio, señor Presidente - que se ponga seria y que señale cuáles fueron las presiones.
¿Por qué llegué a este convencimiento habiendo cuestionado al señor Rajevic?
Debo señalar que no lo conocí personalmente sino hasta su presentación ante la Comisión de Constitución.
Habían surgido cuestionamientos -esto lo conversamos largamente con el Ministro del Interior- que no fueron aclarados en su oportunidad.
Uno de ellos es el relativo a la beca. En este sentido, junto con el Senador De Urresti recabamos los antecedentes, nos reunimos con el Presidente del Consejo de Defensa del Estado . Y, efectivamente, cuando se inicia la acción judicial en contra del señor Rajevic esta estaba prescrita. Pero no nos equivoquemos acá, porque el Presidente del Consejo de Defensa del Estado nos señaló que era el mandante el que pedía los cobros de la beca. Ellos buscaban que se cumplieran los requisitos y se dieran por cumplidas las becas. Las exigencias eran tres: volver al país, hacer clases en una universidad del Estado o trabajar en la Administración Pública y graduarse.
Efectivamente, Enrique Rajevic logra graduarse después de cierto período, en el cual hizo su tesis. Tiene algunos problemas personales, pero logra cumplir el objetivo. Por esa razón tampoco sigue adelante la acción judicial de parte del Consejo de Defensa del Estado, impulsada por el Ministerio de Desarrollo Social, que era el que otorgaba las becas. Ese tema se despeja.
El segundo cuestionamiento -obviamente, es algo que a uno le puede merecer ciertas dudas- dice relación con la imparcialidad con que posiblemente actúe tal o cual Contralor o tal o cual persona. En este punto, Enrique Rajevic tuvo la honestidad suficiente para reconocer que él efectivamente militó en un partido de la antigua Concertación, hoy Nueva Mayoría. Y eso no nos debiera llamar a escándalo, porque en otras ocasiones han sido designadas personas que tienen un pensamiento político, pero que lo ocultan bajo un manto de independencia. Uno de los temas que más me complicaba radicaba en el nivel de independencia que podía tener el futuro Contralor atendidos los distintos contratos que había celebrado en la Administración del Estado.
Reitero: a él no lo conocía. Terceras personas me comentaron de su calidad y de su idoneidad profesional. Además, es uno de los pocos profesionales expertos en urbanismo, de los que carecemos en Chile. Me hablaron muy bien de él y del trabajo que desempeñó. Lo hicieron personas de la Alianza integrantes del Consejo para la Transparencia, además de los consejeros más afines a la Concertación. Se refirieron a su idoneidad profesional, a su calidad moral, a que había actuado en un rol absolutamente independiente.
Es cierto, uno puede decir: "Aquí está cuestionada la independencia". Y se coloca como un bien absoluto que no hubiera ningún tipo de control. Si uno siguiera el razonamiento de nuestros colegas de la Alianza, lo que ocurre es que por tener el Contralor cierta inclinación política no hay forma de controlarlo. Parece que a muchos de ellos se les olvidó leer la Constitución, que les permite acusar constitucionalmente a un Contralor por notable abandono de deberes. Y si actúa en forma parcial, obviamente está cayendo en esa circunstancia.
Entonces, aquella independencia que probablemente se ve afectada tiene su contrapeso en la misma Carta Fundamental. Y al interior de la propia Contraloría, si hubiera cuestionamientos derivados de los trabajos que él hubiese desempeñado, por esta inhabilidad de los dos años, existen las formas de subrogación interna para que, en la eventualidad de que el Contralor no pueda sancionar una materia, la resuelva el subrogante legal.
Entonces, por esa lógica, es falso hablar de que se afecta la independencia y no hay cómo controlar lo que haga el Contralor. Las normas de control existen.
Yo llegué a un convencimiento, producto de distintos informes jurídicos y también de cartas de respaldo a Enrique Rajevic suscritas no solo por gente de la Concertación, sino también de la Alianza. En ellas se sostenía que era una persona que había dado testimonio de absoluta independencia e imparcialidad cuando ejerció sus cargos públicos, en una labor tan trascendental como la que le correspondió desarrollar en el Consejo para la Transparencia en los comienzos de ese organismo.
En razón de eso, con el convencimiento personal producto de la discusión llevada adelante -yo revindico el rol del Ministro del Interior de debatir, de entregar argumentos-, he decidido apoyar esta nominación.
Por cierto, hoy no estamos en una discusión técnica sobre si el Contralor cumple o no los requisitos. Si al final del día esto se ha terminado transformando en una pugna política donde legítimamente la Alianza puede plantear que no le gusta este nombre porque quiere una persona con otras características. Y es legítima la discusión política.
Es cierto que quienes apoyamos a una coalición de Gobierno estamos dispuestos muchas a veces a aprobar lo que pide el Ejecutivo . Pero sinceremos esta discusión.
El señor WALKER, don Patricio ( Presidente ).-
Ha concluido su tiempo, señor Senador.
Tiene un minuto adicional.
El señor ARAYA .-
Termino pidiendo que no ahondemos en un tema que, a mi juicio, está resuelto en la propia ley, en la propia Constitución. Y, además, el candidato propuesto por el Gobierno ha dado garantías de su imparcialidad en un órgano tan trascendental como el Consejo para la Transparencia, labor reconocida no solo por quienes lo propusieron en su minuto -gente de la Concertación-, sino también por personas de la Alianza.
Voto a favor.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Allamand.
El señor ALLAMAND.-
Señor Presidente , en primer lugar, quiero rescatar el tono de este debate y hacer presente que, más allá de la fuerza con que se expongan los argumentos, yo al menos soy de aquellos que se apartan por definición de toda descalificación personal. Y creo que esa debiera ser una norma permanente. No solo no debe haber descalificaciones personales a la hora de la designación de una autoridad, sino tampoco entre nosotros en el momento de las argumentaciones respecto de los distintos proyectos de ley.
Me da la impresión de que esa norma no siempre se cumple entre quienes estamos presentes.
¿Qué estamos discutiendo? ¿Cuál es el fondo de este debate? Ni más ni menos que cuáles son los requisitos que ha de cumplir el Contralor en este momento determinado de la historia de nuestro país, en el que vivimos una situación institucional compleja.
En la Oposición, desde el día uno, señalamos que debía haber dos criterios fundamentales. Por un lado, el de la competencia profesional y lo que podríamos denominar la "solidez académica". Pero, al mismo tiempo, coincidimos en la Oposición en hacer presente que en este caso en particular, por el cargo de que se trata, la independencia política era fundamental. Y ella tenía que poder expresarse, porque de alguna manera era un pasaporte respecto de la imparcialidad que se requiere para desempeñar este cargo.
Durante todas estas semanas yo escuché decir en muchas oportunidades a personeros de Gobierno -no sé si la frase original provino o no de la Presidenta de la República - que una decisión de esta naturaleza no podía zanjarse por un voto. ¿Y por qué pretendemos hacerlo, entonces, por un voto?
Me pregunto si no existen, entre todos los destacados posibles candidatos a este cargo, personas que cumplan con esos dos requisitos elementales: competencia profesional, capacidad académica y conocimiento de la materia e independencia política.
Señor Presidente , ¿algunos de los Senadores que van a apoyar esta designación consideran de verdad, en el fondo de su corazón, que se cumple el requisito de independencia política?
Cuando surgieron otros nombres, muchas veces se hizo ver, y eso lo entendió el propio Gobierno, que era fundamental en esta etapa -y en cualquier otra, pienso yo- que lográramos combinar estos dos elementos. ¿Por qué, entonces, se insiste en una persona que a todas luces no refleja el concepto de independencia política, que resulta indispensable para el ejercicio de este cargo? ¿O ustedes me van a decir que una persona que es aportante en campañas, que se desempeña con una clara orientación política durante toda su vida profesional, da garantías de independencia e imparcialidad política? ¡Por supuesto que no!
¡Este es el punto de fondo!
Pero lo que yo veo acá es un propósito que francamente no logro entender: ¿por qué se busca este camino en circunstancias de que ha existido la posibilidad tan amplia de buscar a otros candidatos que reúnan estos dos requisitos? ¿O me van a decir ustedes que no hay en el panorama chileno alguien capaz de ser Contralor que reúna estos dos requisitos elementales, lo que nos lleva a optar siempre por alguien con una clara orientación política? ¿Por qué tiene que ser así?
Lo que veo acá es una decisión equivocada, y sobre todo cierta obcecación. Perfectamente podría haberse optado por otros nombres que reunieran los dos requisitos que la Oposición está solicitando: competencia profesional e independencia política. Y a lo menos en este segundo punto para mí es evidente que ese umbral, esa exigencia no se cumple.
Por esa razón, rechazo este nombramiento.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Lagos.
El señor LAGOS.-
Señor Presidente, valoro la forma tranquila en que se está debatiendo. Pero, ciertamente, no puedo compartir los argumentos que he escuchado de la parte de enfrente del Hemiciclo.
Acá la Derecha chilena ha dicho que aquellos que tienen ideas, que las expresan y que quieren participar en la cosa pública han de asumir un costo.
Eso es lo que están señalando.
Ahora, el argumento de la independencia política tiene que ver con decir "Usted fue militante: esa es una tacha". Así lo planteó un Senador de las bancas de enfrente: "Está tachado por haber sido militante".
Y no se valora nada más.
Entonces, aquí se castiga tener ideas, visiones, querer participar en la cosa pública.
¿Qué señal se les está dando a los ciudadanos? Que se les da la espalda a quienes quieren trabajar en lo público.
Eso es lo que se está haciendo: se penaliza tener una idea.
Un especialista en Derecho Administrativo -lo manifestó el Senador Pizarro- ¡dónde más va a trabajar si no es en el Estado! ¿Va a ir a una empresa privada a hablar de Derecho Público y de Derecho Administrativo?
¡No es así!
Acá hay una falacia. Y la señal que se entrega es pésima.
De otro lado, se habla del momento complejo que vive la política. Se está diciendo que estar en política es un problema: "Participar en lo público va a traer un costo. ¡Váyase al sector privado a trabajar!"
Ese discurso está tan en sintonía con lo que he escuchado de algunos Senadores y de cierto sector de nuestro país que reniegan de la política, de la cosa pública, que cuando uno quiere hablar de una nueva Constitución se expresa: "No le importa a los chilenos"
¡Sí importa! Ustedes saben que es así. Porque lo que decidamos establecer en una nueva Carta va a afectar en el día a día.
¡Pero seguimos con la martingala de decir que a nuestros compatriotas no les gusta la política!
Todo lo que está pasando ahora va a ser noticia hoy en la noche y saldrá en los diarios: tiene relevancia.
Yo habría preferido que señalaran otro argumento, y no que plantearan que el candidato "no es independiente".
Más duele todavía cuando se expresa: "Estoy en un brete; soy presidente de un partido y, en consecuencia, debo optar".
Yo entiendo la difícil situación en que se encuentra el Senador Larraín. Pero -y me permito reflexionar al respecto- ¡precisamente este es el minuto de hacer la diferencia en el sentido de que no se puede penalizar a quien piensa distinto!
¡Si eso es lo que están haciendo!
El mensaje que están dando es: "¡Guarde, mi amigo! ¡Guay de que yo llegue algún día a tener que adoptar alguna decisión; porque si piensa distinto, no voy a confiar en usted!".
También escucho decir: "¡Un puentealtino como yo!".
No, señor Presidente. No es como creen algunos.
El señor Rajevic es un puentealtino sacrificado: estudió y se sacó la mugre.
¿Pero qué ocurre? Se le castiga porque piensa distinto.
No hay ni una razón para penalizar de esa forma a una persona de esas características.
La señal que se está dando es: "No participe en política; no se comprometa; no dé su opinión; no se exprese, porque eso va a tener un costo".
Enrique Rajevic fue Director Jurídico del Consejo para la Transparencia, seleccionado a través de un concurso público del Sistema de Alta Dirección Pública.
Eso no es suficiente: ¡Idoneidad!
Por último, quiero terminar mi intervención señalando tres ejemplos que tal vez ayuden a la Derecha chilena y a algunos Senadores a reflexionar su voto.
Aylwin Azócar , no el Presidente de la República , sino su hermano: ¡cinco años Contralor!
¿Alguien lo cuestionó?
Enrique Silva Cimma , no el que fuera Canciller: ¡Contralor durante nueve años! Todos saben que ejerció bien su cargo.
¿Alguien no estaba al tanto de que era radical?
No quiero hablar de Sergio Fernández Fernández . Sobre él tampoco hubo cuestionamiento.
El señor MONTES.-
¡El Senador designado...!
El señor LAGOS.-
Exactamente.
Señor Presidente , sé que hay posiciones de bancada, acuerdos políticos. Pero ojalá tengamos los 22 votos que se requieren para que el señor Rajevic sea Contralor y que la señal no sea: "Quienes participen de la cosa pública serán sancionados; aquellos que no piensen como yo van a ser castigados; quienes no compartan mi visión no tendrán la posibilidad de ejercer un cargo como corresponde".
Voto a favor.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Ignacio Walker.
El señor WALKER (don Ignacio) .-
Señor Presidente , se han objetado la independencia política y la imparcialidad de don Enrique Rajevic .
Yo quiero leer una carta que escribieron personas de distinto signo político (de Gobierno y de Oposición; de Derecha, de Centro y de Izquierda), que dice: "se han expresado cuestionamientos que, en nuestra opinión, resultan totalmente injustos. En particular, nos referimos a la supuesta falta de independencia política para asumir la función de contralor general.
"Los abajo firmantes" - Alejandro Ferreiro , Raúl Urrutia (ex Diputado de Renovación Nacional ), Roberto Guerrero , Jorge Jaraquemada , Juan Pablo Olmedo (o sea, hay personas de Derecha que la suscriben)- "compartimos la condición de haber sido miembros del primer Consejo Directivo del Consejo para la Transparencia, entidad en la que Enrique Rajevic se desempeñó como su director jurídico entre 2008 y 2012." (es decir, Gobiernos de la Presidenta Bachelet y del Presidente Piñera ) "En esa condición, fuimos testigos" -durante cuatro años- "de un desempeño profesional de excelencia, siempre riguroso e imparcial, tanto en tiempos del primer gobierno de la Presidenta Bachelet como en el del Presidente Piñera ." (dos y dos) "Por ende, podemos afirmar con plena convicción y conocimiento que Enrique Rajevic cuenta con las credenciales profesionales, la idoneidad moral y el carácter necesario para desempeñar funciones de control en relación con la administración del Estado con los mayores estándares de ética pública y al margen de cualquier consideración relativa a las ideas políticas de quien gobierne el país.".
Aquí tenemos, señor Presidente , el testimonio de cinco personas (de Centro y de Derecha) que conocieron al señor Rajevic , que trabajaron cuatro años con él y que dan cuenta de su imparcialidad y de su independencia política.
Es más, Sus Señorías pueden ver en el Directorio Transparencia Activa, -lo acabo de leer- que Enrique Rajevic fue contratado en 2013 por el Gobierno del Presidente Piñera para el estudio de la reforma del Código Procesal Civil.
Entonces, muchas personas de Derecha o de Centroderecha dan testimonio de su imparcialidad.
El señor Jaraquemada es Director Ejecutivo de la Fundación Jaime Guzmán .
Por otra parte, se ha dicho que aquí existirían conflictos de intereses, porque el señor Rajevic se habría desempeñado en algunos servicios públicos o Subsecretarías del Estado.
Señor Presidente , ¿qué persona, especialista en Derecho Público y en Derecho Administrativo, puede no estar relacionada con la Administración del Estado?
Eso sería muy raro.
Se señala que el señor Rajevic habría trabajado en algunos servicios públicos y en tres Subsecretarías.
¡Pero eso es lógico!
Tiene la formación académica (doctor en Derecho Administrativo por la Universidad Carlos III, de España) y cuenta con la experiencia práctica. Por lo tanto, posee las dos cosas que se necesitan para desempeñarse como un buen Contralor.
Entonces, cómo puede plantearse que un experto en Derecho Administrativo, al cual se propuso para ser Contralor General de la República, tenga conflictos de intereses por haberse desempeñado en la Administración del Estado y, además, trabajado en el Consejo para la Transparencia.
Ahora, señor Presidente, para ser franco, yo no conocía ni de nombre a Enrique Rajevic.
Pero desde marzo pasado presido la Comisión de Vivienda y Urbanismo. Y lo aprendí a conocer durante estos siete meses.
Se trata de una persona de excepción. Estoy seguro de que los miembros de la referida Comisión aquí presentes podrán dar cuenta de ello. Porque el señor Rajevic es un gran experto en materias de urbanismo, en cuestiones de ciudad.
Sepamos, pues, reconocer el mérito de las personas.
Enrique Rajevic nació en la comuna de Puente Alto. Estudió en San Bernardo y Puente Alto.
Ingresó a la Escuela de Derecho de la Pontificia Universidad Católica, donde pudo estudiar por becas del Ministerio de Educación y de la Fundación Juan Pablo II . No contento con ello, fue presidente del centro de alumnos de esa casa de estudios.
El señor WALKER, don Patricio ( Presidente ).-
Su Señoría dispone de un minuto adicional para terminar.
El señor WALKER (don Ignacio) .-
Obtuvo el premio Monseñor Carlos Casanueva . Su tesis de licenciatura fue calificada con nota siete.
Después estudió en España gracias a una beca de MIDEPLAN. Realizó un doctorado en la Universidad Carlos III, de Madrid.
Entonces, hay independencia política e imparcialidad en Enrique Rajevic (lo atestiguan las personas que señalé). No existen en él conflicto de intereses, pues es lógico que un especialista en Derecho Administrativo se desempeñe en la Administración del Estado.
El perfil del señor Rajevic es el prototipo de lo que queremos en una sociedad meritocrática, que no es neutra políticamente y que valora el esfuerzo, el currículum.
Por todo lo expuesto, con mucho gusto voto a favor.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Harboe.
El señor HARBOE.-
Don Iván Aróstica , ex Jefe de la División Jurídica del Ministerio del Interior del Gobierno del Presidente Sebastián Piñera, hoy Ministro del Tribunal Constitucional ; don Cristián Letelier , ex Diputado de la UDI, hoy Ministro del Tribunal Constitucional ; don Jorge Jaraquemada , miembro del Consejo para la Transparencia, Director Ejecutivo de la Fundación Jaime Guzmán ; don Raúl Urrutia , militante de Renovación Nacional y ex Presidente del Consejo para la Transparencia ; don José Antonio Galilea , militante de Renovación Nacional y miembro del Directorio de Televisión Nacional de Chile; don Cristián Leay , ex Diputado de la UDI, militante de este partido y miembro del Directorio de Televisión Nacional de Chile.
Esos son algunos de los nombramientos que Senadores de la vereda del frente aprobaron para la integración de diversas instituciones de nuestro país: señor Allamand , señora Pérez y muchos otros Senadores que han intervenido acá concurrieron con su pronunciamiento favorable (porque me di el trabajo de leer la votación de cada uno de esos parlamentarios muy distinguidos). Y en ninguna de las oportunidades pertinentes tuvieron argumentos como los que adujeron esta tarde. No cuestionaron las militancias políticas tratándose de la integración de instituciones tan importantes como el Tribunal Constitucional, el Consejo para la Transparencia, el Directorio de Televisión Nacional.
Sin embargo, ahora, cuando hay un nombre que no les satisface, realizan cuestionamientos acerca de la ex militancia política de un destacado profesional.
Despejado ese punto, en primer lugar, quiero agradecerle al señor Rajevic , tal como lo hice en la Comisión de Constitución cuando concurrió a presentar sus ideas y su visión con respecto a lo que debiera ocurrir en materia de modernización de la Contraloría General de la República, por su disposición para participar en el proceso de designación de una autoridad tan importante como la del Contralor, a sabiendas de los cuestionamientos públicos de que iba a ser objeto, a pesar de que tenía claro que algunos Senadores o dirigentes políticos utilizarían la descalificación como una forma de inhibir su postulación.
Le agradecí la disposición a una persona que -como se señaló- en virtud del mérito, de las becas, del esfuerzo personal y familiar logró formarse como abogado en la Pontificia Universidad Católica obteniendo ni más ni menos que nota siete en su examen de grado. Probablemente ninguno de nosotros la alcanzó, ¡salvo el Senador Larraín...!
Lo que quiero connotar, señor Presidente, es que se trata de un profesional destacado.
Posteriormente, realizó un doctorado.
A pesar de todo ello, de sus altas calificaciones, de su vasta trayectoria laboral, dadas su experiencia y sus numerosas publicaciones, el señor Rajevic opta por servir a nuestro país desde una posición tan importante como la Contraloría General de la República.
También es relevante destacar que durante su presentación el señor Rajevic no solo esclareció -a mi juicio, de manera contundente- los cuestionamientos que se habían hecho, sino también se permitió exponer sobre los avances que ha experimentado la Contraloría en los últimos años y plantear desafíos, como la necesidad de ir descentralizándola cada vez más, de darles estabilidad laboral a sus funcionarios, de crear mecanismos de celeridad en los procesos preventivos. Es decir, que no solo sea el órgano encargado del control de legalidad de los actos de la Administración, sino que tenga, además, un rol formativo en la Administración Pública, para prevenir los eventuales conflictos de intereses, los conflictos de legalidad o, incluso, las faltas a la probidad.
En consecuencia, cuando no solo estamos ante una persona que se halla disponible para ejercer determinado cargo, sino que también es especialista en la materia, creo que corresponde que la valoremos, más allá de las diferencias que tengamos.
Espero, pues, que Enrique Rajevic sea nombrado Contralor General de la República.
Voto a favor.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Quintana.
El señor QUINTANA.-
Señor Presidente , en primer lugar, debo hacer presente que no conozco a don Enrique Rajevic . Y lo señalo porque el Senador Ignacio Walker , ex Presidente de la Democracia Cristiana , también manifestó algo similar: dijo que lo conoce desde hace siete meses.
Considero importante destacar aquello, pues no se trata de una persona que haya estado en las filas de la Concertación o de la Nueva Mayoría, que hubiera participado en la elaboración de programas de Gobierno, en fin.
Las funciones que Enrique Rajevic ha realizado en el Estado han sido muy acotadas, en aspectos muy específicos.
En la Subsecretaría de Vivienda y Urbanismo: Ley General de Urbanismo y Construcciones; cuestiones relativas a ciudad; asuntos vinculados con lo urbanístico.
No ha sido asesor del Ministerio del Interior, ni del Ministerio Secretaría General de la Presidencia.
Probablemente, muchos Senadores habrán visto al señor Rajevic , pero no lo han podido conocer porque no ha trabajado como asesor en materias políticas.
Sí, es un destacado abogado.
Ahora bien, como varios parlamentarios señalaron, una persona experta en Derecho Administrativo ¡dónde puede trabajar si no es en ese ámbito entregando su mirada, por ejemplo, respecto del Estatuto Administrativo o de materias vinculadas con probidad!
Se desempeñó en el Consejo para la Transparencia.
Señor Presidente, poco a poco se ha ido cayendo la argumentación un tanto odiosa con la que algunos Senadores de las bancas de enfrente comenzaron este debate, mediante la cual cuestionaban la imparcialidad del señor Rajevic.
A esta altura eso ya no se sostiene.
Me parece que lo expresado por los integrantes -todos muy destacados- del Consejo de la Transparencia, quienes han dado fe de los méritos profesionales y académicos de Enrique Rajevic, pero en particular, de la forma como resuelve las situaciones a las que se ve enfrentado, echa por tierra tal cuestionamiento.
El Honorable señor Harboe señaló recién ejemplos de nombramientos que Senadores de Oposición aprobaron para la integración de diversas instituciones de nuestro país, tan importantes como la Contraloría General de la República. Y en ninguna de las oportunidades pertinentes cuestionaron las militancias políticas ni tuvieron argumentos como los que invocaron ahora.
Creo que no existen razones para maltratar (a ratos así me ha parecido) de esa manera al señor Rajevic.
No hay duda que él reúne todos los méritos profesionales, académicos (realizó, además, un doctorado) que le permiten encabezar un organismo tan relevante como la Contraloría General de la República, que desde los tiempos de la Real Audiencia ha cumplido una función fundamental en los juicios de cuenta, en materia de control de juridicidad, en fin.
Tengo la certeza de que Enrique Rajevic, si es ratificado por el Senado, enfrentará sus tareas con autonomía, independencia y capacidad de juicio.
Yo me quedo con las palabras de quien probablemente lo conoce mejor que muchos de nosotros. El Senador Larraín dijo que se trata de una persona seria y competente.
Como señaló Su Señoría, y con mucha honestidad, aquí el asunto finalmente es de índole político.
Algunos dijimos que acá faltó diálogo. Y tal vez hubo más conversaciones con algunos parlamentarios de Oposición que con personeros de nuestras propias bancas.
Señor Presidente , pese a la historia meritocrática del señor Rajevic , un puentealtino auténtico, de esfuerzo, algunos Senadores le están negando la posibilidad de ser nombrado Contralor.
Yo espero que Sus Señorías recapaciten; que no cometamos una injusticia.
No fue la generalidad, pero recuerdo que hubo casos de personas provenientes de la empresa privada, lo cual no es un pecado, que incluso eran contraparte en tribunales, y sin embargo desempeñaron funciones destacadas durante el Gobierno anterior.
Por lo tanto, creo que este no es momento para rasgar vestiduras, sino para entender que como país atravesamos todavía por una crisis de confianza muy importante.
Argumentar, como lo han hecho algunos Senadores, que militar o haber militado en un partido o tener o haber tenido una opinión política puede ser motivo para recibir una objeción significa haber entendido muy poco lo que nos ha ocurrido como nación en el último tiempo, y particularmente hoy, cuando hemos de resolver en torno a una institución como la Contraloría, que deberá funcionar a base de una lógica muy distinta, pues en el Estatuto Administrativo hay un capítulo muy específico sobre la probidad, el cual deberá ser impulsado y llevado adelante por el nuevo Contralor.
Voto a favor.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Guillier.
El señor GUILLIER .-
Señor Presidente , el Congreso chileno siempre es una sorpresa: nunca imaginé que se pudiera dar como argumento para descalificar a alguien el que haya aportado a una campaña electoral, sobre todo si lo ha hecho como persona natural, que es lo que postulan las actuales reformas.
Tampoco me parecería lógico que se objetara a quien ha servido en el Estado, como si eso fuera una especie de demérito para ascender a un cargo importante.
Más me llama la atención que se confunda la independencia política con la independencia de criterio.
Don Enrique Silva Cimma y don Arturo Aylwin , mencionados acá, pertenecían a partidos -se sabía, era público-, pero tenían independencia de criterio para discernir entre lo correcto y lo incorrecto, entre lo legal y lo ilegal, entre lo bueno y lo malo. Y eso los hizo grandes, no la independencia o la asepsia política.
Pero que de aquel hecho se haga cuestión en el Parlamento me llama la atención.
También me llama la atención la creciente descalificación que se está utilizando cada vez que alguien asoma como probable candidato a un cargo de servicio público con alguna jerarquía: en los medios de comunicación, en la opinión pública y también en el Congreso Nacional.
Yo tenía ciertas dudas, a raíz de una información que recibí por los medios de comunicación, acerca del señor Rajevic , a quien no conozco. Sin embargo, creo que en su exposición ante la Comisión de Constitución aclaró muchas cosas.
El que ha debido estudiar con beca entiende mejor a aquellos que vienen de la educación pública, de familias modestas, quienes no gozan de tiempo indefinido para sacar sus títulos, sino que deben apegarse al rigor de dicho beneficio, que se otorga bajo condiciones estrictas, las que no siempre se pueden cumplir.
No creo que el señor Rajevic sea la primera persona en pasar por tal situación. El porcentaje de chilenos que cursan estudios de pregrado o de posgrado y se atienen exactamente al tiempo establecido al comenzarlos es reducido.
Por lo tanto, su explicación no me pareció incorrecta.
Tampoco considero que don Enrique Rajevic esté inhabilitado moralmente.
Además, demostró una gran capacidad y una trayectoria adecuada.
En consecuencia, creo que nos estamos ofuscando o molestando más por cuestiones referidas al procedimiento o el modo mediante el cual el Gobierno -y hay que asumir la crítica- ha ido buscando a las personas para que ejerzan determinados cargos en la Administración Pública.
Empero, hay que poner las cosas en el lugar que corresponde.
Pienso que, efectivamente, en las decisiones en que se comprometen varios Poderes del Estado falta más diálogo, falta más apertura, falta considerar más la visión de los otros, y llegar a consensos de mayor amplitud.
Pero hacer escarnio de una persona porque el sistema político chileno no está funcionando bien me parece un exceso.
Originalmente, yo tenía ciertas dudas. La exposición del señor Rajevic me aclaró algunas.
Siempre hay personas mejores que otras; siempre algunas resoluciones son mejores que otras. Sin embargo, hay que tomar decisiones.
Ahora, lo que no podemos hacer es empezar a descalificar a la gente por su desempeño público como un factor que pudiera inhibir o limitar sus posibilidades para asumir cargos en el Estado. Ello, a mi entender, envuelve una contradicción absoluta.
Por esa misma razón, voy a apelar primero a la situación política. Porque, finalmente, esta es una decisión política; lo dijo el propio Presidente de la UDI, Senador don Hernán Larraín , por quien tengo gran respeto. Hay que ponderar muchos factores.
En consideración a todo aquello, admitiendo que el proceso de selección no fue el mejor, no quiero descalificar a la persona en cuestión, ni tampoco que a alguien que ha sido capaz de abrirse camino en la vida en función del mérito se le bloquee simplemente porque nuestra clase política no está actuando bien.
Solo quiero decirles a quienes están condicionando el nombramiento propuesto que he sido testigo de cómo aquí se cuotean cargos para la Corte Suprema o para el Tribunal Constitucional. Y no creo que haya habido el mismo equilibrio o igual consideración o ponderación al decidir sobre la designación de Contralor General de la República .
Entonces, me parece bien el paso que se está dando.
No obstante, espero que aquel criterio tan riguroso se aplique también tratándose de los otros cargos de la Alta Administración del Estado.
Por ahora, y dado que nuestra realidad es esta, voy a votar que sí.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Navarro.
El señor NAVARRO.-
Señor Presidente, de un tiempo a esta parte, en general las relaciones Senado-Gobierno se han visto como en el caso del rey Midas, quien transformaba en oro todo lo que tocaba: lo que tocamos lo transformamos en conflicto.
En efecto, hay procedimientos que debieran ser connaturales al ejercicio de las escasas facultades que tiene la Cámara Alta en un sistema presidencialista monárquico, donde todo el poder se concentra en el Primer Mandatario. Desde tal perspectiva, los nombramientos de esta índole abren un poquito de democracia.
Empero, hemos pasado de la crítica política a la inquisición política.
Porque lo que yo tengo en este caso es una crítica política de procedimiento.
En el año 2006 Paulina Veloso, a la sazón Ministra de la SEGPRES , durante nueve meses intentó conciliar con la Derecha, con la Oposición, un nombre para el empleo de Contralor General de la República .
Lamentablemente, Paulina Veloso salió del Gobierno. Llegó Viera-Gallo; repuso la política de los acuerdos -¡la nefasta política de los acuerdos!-, y hubo Contralor, Ramiro Mendoza , quien no era un candidato que la Presidenta de la República hubiera propiciado.
Fue un acuerdo político de Viera-Gallo, ¡el rey de los acuerdos!
Entonces, hubo Contralor, pues medió un acuerdo político con la Oposición.
Señor Presidente , podemos criticar. Pero transformar en la Inquisición el nombramiento de una autoridad es una mala práctica, que nos perjudica a todos. Porque si en nuestro país hay un ente que todavía mantiene prestigio es la Contraloría General de la República, lo mismo que la Fiscalía. Y debemos cuidar las instituciones.
Por lo tanto, si el debate que se abre se hace en términos descalificatorios, termina contaminando tanto a ese organismo cuanto al Senado.
Señor Presidente, debo decir que yo no me dejo presionar. Y lo he demostrado en esta Sala: cuando tengo convicción, actúo con ella hasta el final.
Siento, pues, que aquí ha habido una acción política carente de diálogo.
¡La política del secretismo le ha hecho mal a este Gobierno, a mi Gobierno!
El secretismo -es decir, tomar decisiones no consultadas- envuelve el riesgo de equivocarse. Y se comparte ese riesgo, mas no se discute antes de nominar.
Ahora, uno quisiera pensar que en la designación del próximo Fiscal Nacional va a haber más diálogo: con el Gobierno, con la Oposición. La idea es que podamos tener opinión ex ante y no ex post, porque en este último caso después no hay modo de corregir.
En tal sentido, debo puntualizar que el nombramiento de Contralor General de la República tiene una condición especialísima: esa autoridad ejerce dominio pleno sobre los funcionarios del Órgano Contralor, pues absolutamente todos son de confianza, dependen de ella.
¡En la Contraloría no hay carrera funcionaria!
Allí sobrevive el que está de acuerdo con el Contralor. Allí se es evaluado por una sola persona o por el entorno del Contralor.
¡En ninguna otra parte de la Administración Pública existe tanto poder concentrado!
En mi concepto, es una situación que debemos revisar.
Señor Presidente , en esta lección de contradicciones uno debiera evaluar lo que han planteado los funcionarios de la Contraloría: que un funcionario de carrera sea designado por el Presidente de la República y votado por el Senado, y que se les dé carrera funcionaria.
Pero en este esquema, en que el Contralor determina quién sigue y quién se va, quién asciende y quién no, ello es imposible, porque el control que se ejerce en dicho ente es muy poco democrático.
Por eso, voy a votar a favor de la propuesta de la Presidenta de la República . Y si alguna lección hay que sacar, lo veremos dentro de la Nueva Mayoría. Para el nombramiento, estableceremos procedimientos de diálogo permanente y evitaremos lo que ha sido esta cantinela de Senadores que antes cuestionaron duramente y hoy cambiaron de posición -lo valoro- para apoyar el nombramiento propuesto.
No sé si reuniremos el quórum exigido, pues se requerían votos más allá de la Nueva Mayoría. Era una tarea política del Ministro del Interior , quien dijo claramente que asumiría las consecuencias de llevar adelante la negociación. Espero que los tengamos, para nombrar al Contralor y con ello evitar que la Contraloría siga acéfala (en otros gobiernos lo ha estado durante varios meses).
Además, espero que evaluemos seriamente el establecimiento de la carrera funcionaria en la Contraloría General de la República y la decisión de que el próximo Contralor sea de las filas de esa institución, propuesto por la Presidenta de la República y votado por el Senado.
Voto a favor.
La señora MUÑOZ (Vicepresidenta).-
Tiene la palabra el Honorable señor Zaldívar.
El señor ZALDÍVAR (don Andrés) .-
Señora Presidenta , yo no iba a intervenir, pues tengo criterio formado sobre lo que debo hacer.
Sin embargo, a raíz del debate habido aquí, quisiera que reflexionáramos los Senadores que estamos en esta Sala, y principalmente aquellos que se han manifestado en forma crítica respecto del candidato a Contralor General de la República que se nos propuso.
De la discusión y de los antecedentes que se nos han entregado fluye que don Enrique Rajevic tiene todos los méritos desde los puntos de vista académico y formativo.
Se trata de una persona, como se ha dicho acá, con una carrera profesional, especialmente en el ámbito administrativo, ejemplar.
Escuché el testimonio de un profesor del señor Rajevic , de quien este fue ayudante: el Senador Hernán Larraín , quien lo calificó como un hombre meritorio.
Se ha expresado desde todas las bancas: nadie discute los méritos del postulante a Contralor General de la República; todos los reconocen.
¿En qué se escudan, señor Presidente?
El Senador Allamand dijo -y creo que citó a la Presidenta de la República- que para un cargo como ese se necesita más que un voto de diferencia.
Efectivamente, es mucho mejor que un candidato reciba mayor cantidad de votos y tenga una mayoría importante. Pero darle el respaldo no depende solo de nosotros, sino también de ustedes, sobre todo si se reconocen los méritos del postulante.
Nadie ha afirmado que el señor Rajevic tiene deméritos.
La probidad, aspecto que se pudo poner en duda, tampoco está en juego: todos hacen un reconocimiento a ese respecto.
Entonces, ¿qué se dice? Que no tiene independencia.
Empero, no nos encubramos con ese argumento.
Todos sabemos -y el Senador Guillier lo dijo muy bien aquí- que la independencia de una autoridad en sus actuaciones es muy distinta de las ideas que ella pueda tener.
Una autoridad debe tener ideas, pero ha de garantizar su independencia al ejercer el cargo correspondiente.
No podemos prejuzgar en el sentido de que un hombre con todos esos méritos no va a responder a su independencia. De ella, por lo demás, también dan cuenta cartas escritas y juicios emitidos por gente que conoce a don Enrique Rajevic como persona que ha actuado con independencia; por ejemplo, en el Consejo para la Transparencia.
¿Por qué sancionarlo, entonces? ¿Por qué castigarlo con una votación negativa? ¿Es solo un objetivo político lo que se persigue con un pronunciamiento de tal índole? ¿Por qué no reflexionamos? ¿Por qué no actuamos en consecuencia y le damos la confianza a alguien que tiene méritos para ocupar el cargo en cuestión?
Ahora, si lo hace mal o no cumple sus obligaciones -lo decía muy bien el Senador Pedro Araya -, para eso está la responsabilidad política, que permite perseguir el incumplimiento.
Por tales razones, insto a que quienes debemos votar esta tarde nos pronunciemos conforme a los méritos de la persona propuesta y a que no juzguemos sus conductas antes de que se registren.
Por tales razones, señor Presidente, voto a favor. Y pido que emitamos nuestro pronunciamiento en conciencia. No carguemos nuestra conciencia con una votación injusta respecto a una persona que no merece que se le niegue la posibilidad de ejercer el cargo de Contralor General de la República.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Coloma.
El señor COLOMA.-
Señor Presidente , quizás el Senador Navarro, en legítima argumentación de sus posiciones, esclareció una cuestión de fondo que está detrás del nombramiento del Contralor General de la República .
Nuestro colega se refirió a lo sucedido hace ocho o nueve años, cuando, en circunstancias parecidas, el Gobierno propuso un nombre, el que fue objetado -estuve viendo las actas- por una mayoría de Senadores en función precisamente de aquello de lo que estamos hablando esta tarde: de la independencia. Y se hizo mención de la independencia jerárquica con relación al Poder Ejecutivo , de la independencia funcional con respecto a los actos objeto de fiscalización por la Contraloría.
El Senador Navarro nos recordó algo bien interesante. Dijo que la Ministra Veloso , quien buscó acuerdo durante nueve meses, propuso un nombre sin ningún grado de consenso y que ello no resultó. Añadió que posteriormente el Ministro Viera-Gallo , con (voy a citar textualmente lo que dijo Su Señoría) "la nefasta política de los acuerdos", logró lo que no había conseguido su antecesora, la Ministra Veloso : el nombramiento, en aquel escenario, de Ramiro Mendoza .
Entonces, estimados parlamentarios, formulo mi pregunta de fondo: ¿Fue Ramiro Mendoza un mal Contralor?
La señora ALLENDE .-
¡Sí!
El señor COLOMA.-
Lo pregunto por su intermedio, señor Presidente.
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).-
Les pido a los presentes en las tribunas guardar silencio. No se permiten las manifestaciones.
Continúa con el uso de la palabra el Senador señor Coloma.
El señor COLOMA.-
Yo creo que Ramiro Mendoza fue un buen Contralor.
El señor MONTES .-
¡Yo, no!
La señora ALLENDE .-
¡Fue bastante malo!
El señor COLOMA.-
No siempre estuve de acuerdo con lo que él sostenía. No siempre concordamos. Pero, en mi concepto, logró darle a la Contraloría un carácter y una impronta que fueron importantes para dicho ente.
En todo caso, debo señalar que yo tenía muchas dudas respecto de tal nombramiento, pues pensaba que debía estar vinculado al Órgano Contralor. Sin embargo, estimo que el "nefasto acuerdo" a que hizo referencia el Senador Navarro fue virtuoso.
Ahora, quiero decirle al colega que me antecedió en el uso de la palabra que si uno no se pronuncia a favor ello no puede significar una descalificación. Porque si es así, no hagamos votaciones. Si alguien cree que porque uno no apoya a un candidato lo está descalificando, entonces no tengamos sistema, porque significa que estamos obligados a votar solo de determinada manera.
Precisamente, lo que pide el constituyente -porque se trata de una norma que viene de la Carta- es que cada uno resuelva en conciencia lo que resulta mejor para una institución vital como la Contraloría, respecto de la cual -en esto todos vamos a estar de acuerdo- el concepto de independencia, aunque importante, no es el único. Porque no es el único: tiene que haber una impronta, una capacidad, un grado de conocimiento.
Entonces, señor Presidente , creo que el Senador Navarro aclaró parte de la cuestión: no cualquier persona que proponga la Presidenta de la República , por mucho que ostente este cargo, va a tener que recibir la aprobación de todos.
Y yo reclamo precisamente la política de los acuerdos, que, en la lógica de país, permite elegir por una mayoría amplia -y no gracias a un voto de diferencia- a un Contralor que se sentirá facultado durante ocho años y no tendrá pendiendo sobre su cabeza la espada de Damocles de la eventual acusación constitucional como única alternativa.
Entonces, creo que uno, respetando a las personas, respetando a las instituciones, tiene derecho a reclamar una política de entendimiento basada en razones de Estado. Y si la Contraloría no es una cuestión de Estado, ¡díganme qué es! Porque creo que aquí todos vamos a coincidir en que no puede ser de un lado o de otro: debe ser un ente capaz de representar los actos del Gobierno, cualquiera que este sea.
Por eso, señor Presidente , siento que uno no ningunea a nadie, no ataca a nadie, no denigra a nadie cuando actúa en conciencia.
Creo, pues, que en esta materia no hay que aplicar la política de las imposiciones, sino la política de los entendimientos. Y, tal como resultó fructífero a mi juicio -a juicio de todos, aparentemente no- un escenario donde aquello fue posible, yo reclamo que en nuestro país eso puede seguir siendo viable. No estamos condenados a tener un desacuerdo permanente en esta materia: nos hallamos estimulados a lograr que la persona elegida tenga un amplio respaldo y que todos sientan que están cumpliendo con su deber.
Por eso, señor Presidente, en este caso no voy a apoyar la propuesta del Gobierno, a la espera de que haya otro tipo de políticas de acuerdo en esta materia.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Horvath.
El señor HORVATH.-
Señor Presidente , la Contraloría General de la República, por definición, es la entidad fiscalizadora superior de Chile. Todo lo que es ingreso, gasto, inversión, fondos fiscales, municipales, organizaciones y servicios, incluso personas públicas, pasa por dicha institución.
Ese ente viene aparejado desde la propia Colonia. Comisiones especiales de la Universidad de Princeton analizaron en su minuto la situación de nuestro país y propusieron la creación de la Contraloría, que cumple ochenta y ocho años.
Deseo señalar lo anterior porque nosotros, como herencia de la corona española -sin ser todos de ese origen-, somos tremendamente legalistas y apegados a las formas. Y ello nos ha jugado siempre en contra. Por eso, la Contraloría desempeña un rol clave.
En seguida, se ha planteado a esta Corporación la persona de Enrique Rajevic Mosler. Tengo el mejor concepto a su respecto en todo sentido. O sea, no solo cumple con las normas legales y constitucionales.
El que esté vinculado a un sector político no es pecado. Se ha nombrado en el cargo a gente que hemos conocido. En efecto, Enrique Silva Cimma , radical, fue Contralor en la época de Jorge Alessandri y de Eduardo Frei Montalva , y Arturo Aylwin Azócar , gran regionalista, fue independiente incluso de las posiciones de su hermano Presidente de la República . O sea, el factor político tampoco influye.
Creo que existe otro aspecto. En primer lugar, tenemos que reformar la Contraloría, como institución. No puede ser que hasta la última persona del organismo se halle condicionada al Contralor de turno por ejercer funciones críticas, por ser de dependencia exclusiva. Eso no habla bien de una entidad de esta naturaleza, y, además, amplifica, por cierto, todo el centralismo.
En segundo término, no puede convertirse a la Contraloría, como lo vimos en los últimos años, en otro poder del Estado, el cual, en el fondo, influye en todas las decisiones públicas y municipales o las frena. Independientemente de quien ejerza el cargo que nos ocupa, no cabe que el paso por ella tome cuatro meses o que una resolución o un decreto sean devueltos por no estar tachada una página en blanco. A esos extremos hemos llegado.
A mi juicio, es preciso mantener algunos conceptos mínimos en la materia. Desde luego, estimo que los dos tercios de los Senadores en ejercicio que la Constitución exige para la designación son pocos. Y ello queda demostrado aquí. No puede ser que definamos a un Contralor por un voto para allá o un voto para acá. El candidato actual presenta, como se ha expresado, todas las características académicas y profesionales para ocupar el cargo, pero no cuenta con una adhesión transversal para ello. Y eso lo perciben las propias personas en la Contraloría y la gente externa.
La propia Presidenta de la República ha dicho: "No podemos tener un jefe de esta naturaleza, de tanta implicancia nacional, por un voto a favor o un voto en contra". Considero que esto último es un error profundo.
También entendemos que muchos otros cumplen con los mismos requisitos.
No voy a descalificar para nada a Enrique Rajevic , porque creo que está siendo sometido a un cálculo o una posición tremendamente injusta. De hecho, tiene que persistir respecto de la condición de servidor público. Pero no concita una adhesión transversal ni nos da garantía de una Contraloría para el siglo XXI regionalizada como queremos.
Por eso es que no voy a rechazarlo, pero sí me voy a abstener.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).-
Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ ( Secretario General ).-
¿Alguna señora Senadora o algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor WALKER, don Patricio ( Presidente ).-
Terminada la votación.
--Por 21 votos contra 12 y 3 abstenciones, se rechaza la proposición de Su Excelencia la Presidenta de la República al no reunirse el quórum constitucional exigido.
Votaron por la afirmativa las señoras Allende, Goic y Muñoz y los señores Araya, De Urresti, Girardi, Guillier, Harboe, Lagos, Letelier, Matta, Montes, Navarro, Pizarro, Quintana, Quinteros, Rossi, Tuma, Ignacio Walker, Patricio Walker y Andrés Zaldívar.
Votaron por la negativa las señoras Lily Pérez, Van Rysselberghe y Von Baer y los señores Allamand, Chahuán, Coloma, Espina, García, García-Huidobro, Ossandón, Pérez Varela y Prokurica.
Se abstuvieron los señores Horvath, Hernán Larraín, y Moreira.
El señor WALKER, don Patricio ( Presidente ).-
Se suspende la sesión para celebrar una reunión de Comités.
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