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- rdf:value = " El señor ULLOA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Pablo Galilea .
El señor GALILEA.-
Señor Presidente, al inicio de mi intervención pensaba saludar a los señores ministros, pero parece que a ellos no les interesa este debate y mucho menos lo que podamos expresar los diputados de regiones, porque, más que ministros de Estado, parecen ministros de Santiago.
Nuevamente estamos convocados a solucionar el grave problema que hoy viven los habitantes de la capital. El famoso Plan Transantiago, que pretendía solucionar el transporte urbano de los santiaguinos, ha sido un fracaso.
Fundaré mi voto en contra del proyecto en las siguientes razones.
Primero, la compensación que se pretende entregar a las regiones es una pequeñez, puesto que sólo la recibirán las ciudades de más de 50 mil habitantes.
En el caso de la región que represento, sólo una de las diez comunas recibiría el beneficio; las otras nueve -como dijo el diputado Lorenzini -, “buenas noches los pastores”.
Y digo “recibiría” porque, al igual que en Santiago, se pretende, a través de una planificación centralizada, llamar a una licitación para que el ministerio y los operadores alcancen una negociación. Es decir, también se intenta trasladar ese modelo fracasado a las regiones.
Segundo, lejos de disminuir, el déficit ha aumentado. El ministro Cortázar se comprometió con el país a que el déficit sería de 10 millones de dólares en diciembre del año pasado, pero hoy alcanza a 52 millones de dólares. O sea, estamos ante un verdadero saco sin fondo. Nunca llega la solución.
Tercero, el Transantiago sigue entregando un mal servicio, con largas filas de espera, lentitud en los desplazamientos, la gente no lo ocupa y, si lo hace, no paga.
Cuarto, antes de seguir entregándole más recursos se deben modificar los contratos en cuanto al pago por pasajero, fomentar la competencia entre los alimentadores y rediseñar los recorridos.
Permítanme realizar algunas conversiones que dimensionan la magnitud de los recursos que se han entregado al Transantiago.
Por ejemplo, se podrían haber construido treinta nuevos hospitales, que tanto esperan muchas regiones y comunas de Chile; se podrían haber solucionado los problemas de 100 mil chilenos en materia de vivienda; se podría haber construido trece veces el tramo que falta de la Carretera Austral, para conectar a la provincia de Palena y a la Región de Aisén con el resto del país.
Seguramente, como resultado de nuestro voto en contra -ya lo hemos visto en la Sala-, se nos acusará de mezquindad política y de aprovechamiento del sufrimiento de la gente. ¡No es así! ¡Aquí no estamos pretendiendo desalojar a nadie! ¡Se están desalojando solos!
Señalo lo anterior, porque la Alianza por Chile ha concurrido muchas veces a acuerdos para sacar del pantano al Gobierno. Antes lo hicimos en materia de transparencia y, hace pocos días, en el ámbito de la educación, en que los propios parlamentarios de la Concertación no respetaron su palabra.
¡No nos digan que no estamos contribuyendo a la solución de este problema! ¡Ustedes tienen la solución!
Como dijo el Presidente del Senado, el Gobierno no puede traspasar la responsabilidad de este fracaso al Parlamento. Así como no nos consultaron para su implementación, no tienen tampoco por qué buscar la solución a través de la aprobación de este proyecto, sobre todo, cuando tienen el 2 por ciento constitucional para buscar esa solución.
Quienes somos representantes de regiones, siempre hemos reclamado por la falta de interés del Gobierno central por el desarrollo del territorio y las ciudades que no pertenecen a Santiago. La mejor forma de solucionar los problemas de la capital es fortaleciendo las regiones. Resulta injusta la indiferencia con que son escuchadas nuestras dificultades. Es habitual que los ministros de Estado exhiban una indolencia culpable frente a los requerimientos de la población que no habita en la capital, excepto cuando una situación tiene repercusión en los medios de comunicación, porque ahí aparecen los ministros en las regiones, hacen la cuña en la prensa y de vuelta a Santiago, a la cúspide de la burocracia, donde creen que los problemas se arreglan con un data show o en un escritorio.
Esta actitud resulta muy injusta e indignante y una ofensa directa a quienes sufrimos día a día el centralismo en la utilización grosera del justificado sentimiento de postergación que existe en las provincias y regiones para hacer un intento de maquillaje al fracasado Transantiago .
¿Qué tuvo que pasar para que el Gobierno se acordara de las regiones? Simplemente, el fracaso del Transantiago.
Por su intermedio, señor Presidente, quiero señalar al ministro que en Aisén también tenemos graves problemas de transporte que no se arreglan con lo que hoy se está proponiendo. Los taxis colectivos, los taxis básicos, los buses escolares, en general, la locomoción colectiva, y para qué hablar del transporte de carga y de los altos costos de la conectividad marítima y aérea. Los aiseninos tenemos antiguas y largas demandas sobre la materia que nunca han sido escuchadas.
Voy a rechazar el proyecto no sólo porque es una falacia que no arregla nada, no sólo porque es tirar el dinero a un saco roto, no sólo porque sería condescender a la incapacidad e ineficiencia del Gobierno, sino porque rechazo el manoseo que se ha hecho de un tema tan sensible.
He dicho.
"