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- rdf:value = " El señor ZALDÍVAR (don Andrés) .-
Señor Presidente, adhiero a todo lo que han manifestado diversos señores Senadores sobre la necesidad de contar con una política de inmigración. Eso es fundamental.
El economista John Galbraith, en uno de sus libros, sostiene que dos elementos son esenciales para impulsar el desarrollo de los países: la educación y la immigración.
El inmigrante es alguien que hace un esfuerzo de tal naturaleza que provoca un mayor potencial de desarrollo en las actividades que desempeña.
Y eso lo vemos en la realidad.
Chile experimenta una inmigración bastante fuerte desde las naciones vecinas, principalmente desde Perú. También se ha registrado una inmigración de profesionales en el último tiempo desde Ecuador , Venezuela , Argentina e, incluso, Colombia. Además, con motivo de la crisis económica en Europa, hubo una notoria migración de profesionales a Chile desde España, lo cual ha sido positivo.
En muchas partes de nuestro país uno ve la fuerte presencia de profesionales extranjeros, sobre todo del ámbito médico.
Por lo tanto, una nación que quiere desarrollarse debe contar con una política de inmigración.
Chile ha tenido en su historia varios momentos de inmigración: la alemana; la italiana; la española, a raíz de la Guerra Civil; etcétera.
Sin embargo, carecemos de una política estructurada y organizada sobre el particular.
Por otra parte, en materia de aplicación de la Ley de Extranjería, quiero destacar -me parece bastante positiva- la modalidad para otorgar visas de residencia y de trabajo a las personas que llegan a Chile, sobre todo desde los países vecinos.
Si uno entra a la página web del Departamento de Extranjería, notará que es posible seguir el trámite completo (hasta cuando la persona obtiene la documentación respectiva). El procedimiento es bastante eficiente.
Deseo destacarlo, porque se trata de un servicio muy valorado por el extranjero, no por el que está buscando la nacionalidad -esa es la última fase-, sino por aquel que necesita permiso de residencia, visa de trabajo, etcétera, documentos que para ellos son muy importantes.
Ahora bien, el proyecto de ley en análisis no regula la inmigración. Se vincula con esta indirectamente. La última etapa que busca cumplir un extranjero que se ha radicado en nuestro país es acceder a la nacionalidad chilena, para lo cual debe renunciar a la propia, de acuerdo con la norma constitucional.
Para que esa persona tome tal decisión, se le exige cierta mayoría de edad. Hace algún tiempo era a los 21 años; hoy es a los 18.
Como se dijo muy bien en la Sala, esta iniciativa fue impulsada y llevada adelante -quiero darle mi reconocimiento- por el Diputado Jaime Pilowsky , quien fue uno de los autores del texto sobre el cual hoy estamos pronunciándonos. Incluso participó en el análisis de la Comisión de Gobierno del Senado.
Se propone, primero, fijar la edad en 18 años -algo de toda naturalidad dentro de nuestro ordenamiento jurídico- para que el interesado decida solicitar la nacionalidad chilena.
Pero, además, se les permite acceder a la nacionalidad chilena a los hijos de extranjeros que hayan cumplido 14 años, siempre que tengan más de cinco años de residencia y cuenten con la autorización de quienes están a cargo de su cuidado personal.
Por último, se contempla un caso especial: que los menores de 18 años cuyo padre o madre sea refugiado y haya logrado la carta de nacionalización -es lógico- podrán nacionalizarse, sin cumplir otros requisitos y siempre contando con su voluntad.
Insisto -y concuerdo con los demás Senadores al respecto- en que sería positivo implementar una política sobre inmigración. Lo relativo a la concesión de la nacionalidad es diferente; constituye solo una etapa final. La inmigración -el hecho de que los extranjeros lleguen a Chile; logren visa de residencia, y tengan las facilidades para desempeñarse bien en las labores que realizan- muchas veces enriquece la actividad del país en su conjunto.
Por esas razones, voto positivamente y hago un llamado para que en un próximo tiempo ojalá podamos debatir y analizar un proyecto sobre inmigración en Chile, que aborde tal fenómeno en forma permanente y con visión de futuro.
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