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El señor WALKER, don Patricio ( Presidente ).-
Corresponde ocuparse en el oficio de Su Excelencia la Presidenta de la República , con el cual solicita el acuerdo del Senado para la participación de tropas chilenas en la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Nacionales Unidas en la República Centroafricana (MINUSCA), con informe de las Comisiones de Relaciones Exteriores y de Defensa Nacional, unidas.
--Los antecedentes sobre el oficio (S 1.854-05) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Se da cuenta en sesión 96ª, en 26 de enero de 2016.
Informe de Comisión:
Relaciones Exteriores y Defensa Nacional (unidas): sesión 98ª, en 27 de enero de 2016.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).-
Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ ( Secretario General ).-
El Ejecutivo hizo presente la urgencia para el despacho de dicho oficio en los términos del párrafo segundo del número 5) del artículo 53 de la Constitución.
Las Comisiones de Relaciones Exteriores y de Defensa Nacional, unidas, dejan constancia de los fundamentos del Gobierno para requerir el acuerdo del Senado respecto de la participación de Chile en la MINUSCA, la que produciría repercusiones político estratégicas y operacionales tácticas; contribuiría a la política exterior chilena a través del empleo de efectivos militares en un ambiente internacional; y también a la preparación y experiencia profesional del contingente chileno, que interactuaría con efectivos militares de diversos países de Europa, Latinoamérica, Asia y África, permitiendo a nuestros efectivos un acceso privilegiado a información sobre la conducción de operaciones en un escenario africano.
Las Comisiones de Relaciones Exteriores y de Defensa Nacional, unidas, recibieron en audiencia al Ministro de Relaciones Exteriores subrogante y Ministro de Defensa Nacional , señor Juan Antonio Gómez; al Director de Seguridad Internacional y Humana de la Cancillería , señor Julio Bravo, y a diversos representantes del Ministerio de Defensa Nacional, y, luego de analizar los antecedentes relativos a esta materia, acordaron recomendar que se otorgue el acuerdo solicitado por Su Excelencia la señora Presidenta de la República , por la unanimidad de sus miembros presentes, Senadores señores Araya, García-Huidobro, Guillier, Letelier, Navarro, Pérez Varela, Pizarro y Prokurica.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).-
En discusión el oficio de Su Excelencia la Presidenta de la República.
Tiene la palabra el Senador señor Guillier, Presidente de la Comisión de Defensa Nacional.
El señor GUILLIER .-
Señor Presidente , recibimos un oficio de Su Excelencia la Presidenta de la República , Michelle Bachelet , mediante el cual solicita el acuerdo del Senado para la participación de tropas chilenas en la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Centroafricana. En rigor, se pide la autorización para la participación de cuatro Oficiales Jefes de las Fuerzas Armadas (mandos medios) para integrarse en los Cuarteles Generales de la MINUSCA: un Teniente Coronel de Ejército, un Mayor de Ejército, un Capitán de Corbeta de la Armada y un Comandante de Escuadrilla, todos por doce meses.
Existe la posibilidad de agregar un quinto integrante, por supuesto, con la anuencia del Senado.
En las Comisiones unidas la votación fue unánime: ocho Senadores se manifestaron partidarios de apoyar esta solicitud.
Las razones son múltiples.
Primero, es importante para los propios oficiales de las Fuerzas Armadas adquirir experiencia en situaciones de crisis internacional.
Segundo, se establecen vínculos con otras Fuerzas Armadas que estén participando.
Asimismo, la misión ofrece ventajas políticas y estratégicas para nuestro país, puesto que África representa una gran cantidad de votos -más de 40-, necesarios para eventuales candidaturas chilenas a organismos internacionales.
Chile no tiene vínculos significativos con el continente africano, que, si bien pasó por una década perdida -según se decía-, empieza a repuntar y a transformarse en un actor significativo en el escenario internacional, particularmente en áreas como el comercio y la energía, que nos pueden traer algunos beneficios.
Es una manera de ingresar a un continente donde solo tenemos embajadas en cuatro países, en circunstancias de que los países limítrofes tienen a lo menos el doble o el triple de representación.
Además, existen naciones vecinas que están participando con efectivos militares en operaciones de mantención de la paz y de mediación humanitaria en ese continente. Es el caso de Perú, con más de 90 funcionarios o soldados.
Por consiguiente, se ha estimado que la salida de tropas nacionales, aun en un número tan reducido, podría representar una primera fase en cuanto a contribuciones y aportes a países de África, que es una región que empieza a situarse en el horizonte de nuestras relaciones internacionales en forma bastante tardía.
Por esa razón, por ocho votos a favor, las Comisiones unidas aprobaron esta misión, que tiene como propósito proteger a civiles; apoyar el proceso de transición de las autoridades de Estado; facilitar la prestación inmediata, plena, segura e irrestricta de asistencia humanitaria; ofrecer protección con el amparo de las Naciones Unidas; promover los derechos humanos; contribuir a la creación de un Tribunal Penal Especial que permita, ante cualquier eventualidad -incluso pensando en estos cuatro oficiales-, tener garantizado un debido proceso, en el contexto de un país inestable; y, por último, trabajar en labores de desarme, desmovilización, reintegración y repatriación.
La misión sería por un año, a partir de los primeros días de febrero. Por lo tanto, estamos encima. De hecho, los cuatro oficiales deberían salir el 9 de ese mes.
Por ello, se estimó que esta solicitud debía abordarse y despacharse rápido, dado que no se presentó ninguna objeción en las Comisiones unidas de Defensa Nacional y de Relaciones Exteriores.
Eso es todo, señora Presidenta.
Muchas gracias.
La señora MUÑOZ (Vicepresidenta).-
Tiene la palabra el Senador señor Prokurica.
El señor PROKURICA.-
Señora Presidenta , como el Senado sabe, hemos apoyado siempre con fuerza la participación de nuestras Fuerzas Armadas y de nuestro país en distintas instancias, incluidas las misiones de paz.
Tenemos varios argumentos para ello.
El primero es que Chile ha basado todo su desarrollo, su crecimiento, en el comercio exterior. Y este no funciona cuando hay inestabilidad política.
No podemos aprovecharnos solo cuando nos conviene. Tenemos una responsabilidad como país en un mundo globalizado; no nos es lícito mirar para el lado.
Siempre que los Presidentes de la República han solicitado nuestra participación, Renovación Nacional ha estado disponible para dar su apoyo.
Sin embargo, en esta oportunidad quiero hacer dos prevenciones.
La primera la expresó muy bien ayer el Presidente de las Comisiones unidas: hay que cuidar las formas. Este es un grupo de oficiales que tiene que irse ya la próxima semana. Y pedir autorización al Senado en estas condiciones podría terminar en un bochorno, porque si eventualmente no están los votos necesarios tendríamos una misión que se ha preparado, que se ha anunciado a las Naciones Unidas y que termina mal.
Por ello, quiero señalarle al Gobierno que en esta materia no cabe actuar con improvisación; es preciso estar al tanto de este tema, y pienso que así tendrá que ser en el futuro.
Y una cuestión de fondo: cuando en la Comisión de Defensa Nacional se nos propuso la participación de Chile en África, pensamos que la mejor forma de hacerlo no era en África Central, sino en el Cuerno de África, en la zona marítima, mediante una fragata, para enfrentar el problema de la piratería, de manera que no hubiera contacto directo, por el riesgo que significa para nuestra gente.
Por eso, pido al señor Ministro de Defensa que, como esta es una misión pequeña, de solo cuatro oficiales, se les encomiende analizar la realidad de la República Centroafricana, que -les informo- hace tres años no tiene Presidente de la República .
Es decir, estamos frente a un país que vive una situación extraordinariamente grave, y por eso se justifica la participación de las Naciones Unidas y de esta misión chilena: para poner orden y rescatar a los civiles de una guerra tribal, religiosa y política.
Pero existe un componente más serio aun: un problema sanitario de proporciones. El 16 por ciento de los fallecimientos -o sea, un número muy importante de personas- se deben al paludismo.
La situación tiene que preocuparnos porque deseamos ayudar a establecer la paz y participar en este mundo globalizado, pero también queremos cuidar a nuestras Fuerzas Armadas, para que no vayan a cualquier lugar.
Por lo anterior, nos gustaría que esta misión mantuviera informado al Senado permanentemente, para observar cómo evoluciona la situación y para que, según planteó el señor Ministro de Defensa , la segunda etapa, con un envío superior de personal de tropa para estar en terreno, sea bien evaluada y no signifique grandes riesgos para nuestra gente que participa en estos procesos de paz.
La señora MUÑOZ (Vicepresidenta).-
Tiene la palabra el Senador señor Tuma.
El señor TUMA.-
Señora Presidenta, quisiera solicitar la apertura de la votación, con el fin de permitirnos asistir a las Comisiones que siguen funcionando.
La señora MUÑOZ (Vicepresidenta).-
¿Habría acuerdo?
Acordado.
Se abre la votación.
--(Durante la votación).
La señora MUÑOZ (Vicepresidenta).-
Tiene la palabra el Senador señor Pérez Varela.
El señor PÉREZ VARELA .-
Señora Presidenta , indudablemente tenemos un mundo con diferentes y sucesivos conflictos ubicados en lugares disímiles.
Y Chile, luego de su participación en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, tiene que formar parte de estas misiones de paz e ir viendo la posibilidad de aportar al logro de la solución de los conflictos en distintas partes del mundo.
Hemos debatido largamente la situación de Haití, en donde, como país, solo tenemos presencia militar. Y creemos que el problema allí es básicamente político y no se ha resuelto adecuadamente.
Ahora nos solicitan autorización para que cuatro oficiales vayan a la República Centroafricana, nación que desde 1997 vive un conflicto que ha ido escalando sucesivamente.
Por lo tanto, estamos ante una situación extraordinariamente compleja, en virtud de la cual un número muy significativo de países, incluyendo a Bolivia, Brasil y Uruguay, tienen hoy tropas en ese lugar. Y surge la necesidad de incorporar contingente de Chile.
Es importante, señor Presidente , que no solo nos quedemos con la autorización de tropas. Teniendo presente lo que pasa en Haití, también debemos llevar a cabo un análisis político de lo que ocurre en los territorios en los cuales vamos a estar presentes.
Si no lo hacemos, podemos cometer un error y que los soldados chilenos se vean enfrentados a situaciones políticas complejas y difíciles, comúnmente acompañadas de violencia y no sujetas a un análisis de inteligencia política o diplomático para prever lo que ocurrirá y actuar en consonancia.
Creo que Chile debe participar en misiones en África. Ayer en la discusión salió un dato sumamente preocupante: solo tenemos cuatro embajadas en ese continente. Y vamos a llegar siete el 2019.
No hay duda de que se trata de una expresión mínima, pues estamos ante un continente con dificultades, pero que tiene una expresión extraordinariamente importante en el mundo político. Por ende, nuestro país debe estar en África.
Me parece que el hecho de que cuatro oficiales chilenos vayan a estar en los cuarteles generales es un paso mínimo. Ellos no van a tener acción en terreno, sino que actuarán en operaciones aéreas, de logística, que son absolutamente necesarias.
Tal como lo anunciaron el Canciller subrogante y el Ministro de Defensa José Antonio Gómez , que nos acompaña, tendremos que enviar tropas a la República Centroafricana. Ya se habla de un comando de ingenieros y de helicópteros.
Por lo tanto, debemos hacer un análisis político de cómo esta misión va avanzando y cómo se va solucionando el problema, o de si no va a tener solución, como, al parecer, es el caso de Haití. Y esto abre, necesariamente, la posibilidad de establecer un plan de salida.
En África estamos recién empezando. Y debemos tomar la experiencia de Haití para hacer un análisis mucho más diplomático y político que permita tener conocimiento exacto de lo que pasa en la República Centroafricana. Por lo menos en los temas militares, como dijo el Presidente de la Comisión de Defensa , existe un avance importante para que nuestros militares estén en esta misión.
Pero el militar es solo un aspecto de una misión. No es toda la misión. Y nosotros nos estamos preocupando solo de esa parte. Por consiguiente, les estamos entregando a nuestras Fuerzas Armadas una responsabilidad adicional, ya que van en representación del Estado de Chile, con las consecuencias políticas que significa estar en determinado territorio.
Por lo tanto, le pido al Gobierno que, a partir de la aprobación de esta solicitud, se tengan más presentes las consideraciones políticas y diplomáticas en estas misiones de paz.
La señora MUÑOZ (Vicepresidenta).-
Tiene la palabra el Senador señor Letelier.
El señor LETELIER .-
Señora Presidenta , estimados colegas, la realidad de la República Centroafricana es dramática. Es uno de los países más pobres de África y uno de los que exhiben peores índices de desarrollo humano en el mundo.
Desde su independencia de Francia, en 1960, ha sufrido inestabilidad política permanente, en gran medida debido al intervencionismo extranjero y a los conflictos que se producen entre las comunidades que habitan la zona noreste del país, esencialmente musulmanas, y las del este, que son más bien de denominación cristiana y de las tradiciones del África subsahariana.
En los últimos 18 años el nivel de tensión en esa nación ha sido muy grande. Comenzó con golpes de Estado, inestabilidades y coaliciones con tremenda injerencia externa, y culminó, en fecha reciente, con el derrocamiento del general Bozizé, que gobernó el país durante más de 12 años, cuando fue derrotado por una coalición encabezada por Michel Djotodia , de tendencia más bien musulmana, situación que generó un nivel de inestabilidad dramático.
Quiero recordar que la República Centroafricana está flanqueada, al noreste, por Sudán del Sur, lugar en que ha habido una conflictividad tremenda en el África subsahariana; al norte, por Chad; al sur, por la República Democrática del Congo, otra nación plagada de inestabilidades y problemas de conflictos internos severos, y al oeste, por la República del Congo y Camerún.
Es una zona de alta inestabilidad. Recordemos que en los últimos 30 años más de 2 millones de personas han muerto o han sido asesinadas en el cinturón subsahariano producto de conflictos internos y acciones de genocidio. ¡Para qué recordar la dramática realidad de Ruanda!
Lo que está pasando en África es motivo de preocupación en el planeta, en las Naciones Unidas. Y nuestra presencia en el Consejo de Seguridad de este organismo internacional y nuestra vocación de paz confirman, a mi juicio, la importancia de nuestra participación en las fuerzas de paz desplegadas en ese continente.
Esta no es la única operación sino una de las múltiples operaciones que se están llevando a cabo en África. Estamos autorizando por un año (desde el 10 de febrero de 2016 hasta el 9 de febrero de 2017) la presencia preliminar de cuatro oficiales chilenos.
Es probable -así lo entiendo- que este sea el primer paso para la presencia de un número mayor de contingente chileno en el continente africano, porque un instrumento de nuestra política exterior debe ser el compromiso por la paz en África.
No es por un cálculo de corto plazo. Esta decisión tiene que ver con nuestro compromiso hacia un continente con el cual compartimos historias comunes, al menos en lo que respecta al subcontinente sudamericano.
Se trata de una zona en la cual tenemos la corresponsabilidad de cooperar en el desarrollo de sus países, ayudando, en esta etapa, a la creación de instituciones, a la generación de condiciones de estabilidad democrática, y también, por cierto, en este proceso de transición, a crear condiciones de seguridad, promoción y protección de los derechos humanos y a la realización de otras tareas de cooperación, para lo cual ya hay varias agencias presentes.
Señora Presidenta , estas acciones no solo engrandecen a nuestro país, sino que también demuestran el profesionalismo de nuestras Fuerzas Armadas al participar en terreno.
El despliegue de nuestros oficiales tendrá lugar, esencialmente, en dos ciudades que no son lugares tranquilos, sino de alta conflictividad, situación que debemos asumir. Y en particular Bangui, ubicada en la zona suroriente del país, donde en su momento se generaron cuadros de alta tensión.
Sin embargo, es tremendamente importante la cooperación que podamos realizar ahí, así como también en Kaga Bandoro, otra de las grandes ciudades de esa república.
Termino, señora Presidenta , manifestando nuestra predisposición no solo de votar a favor, sino de respaldar este tremendo esfuerzo que se está desplegando para alcanzar mayor presencia en el África subsahariana.
Tenemos embajadas en los países del norte de ese continente, pero también debemos hacernos presentes en la zona subsahariana, donde están las grandes naciones, las grandes poblaciones y las mayores necesidades.
Por lo tanto, la bancada del Partido Socialista va a votar favorablemente la solicitud.
La señora MUÑOZ (Vicepresidenta).-
Tiene la palabra la Senadora señora Van Rysselberghe.
La señora VAN RYSSELBERGHE.-
Señora Presidenta , quisiera partir mi intervención diciendo que de verdad me parece una falta de respeto que estemos discutiendo esto hoy día, en una semana que se supone que no era legislativa y en la que no íbamos a tener sesiones, y que ya esté tomada la decisión de que estas personas viajen hasta la República Centroafricana y solo se necesite nuestra autorización formal para que puedan despegar.
Yo supongo que esta decisión estaba tomada desde hace mucho y, por lo tanto, se podría haber previsto y no haberla dejado, con este nivel de improvisación, para última hora.
De verdad, creo que esta es una falta de respeto más, de todas las que hemos sufrido estas últimas semanas. Y me parece, francamente, impresentable.
Me imagino que debe ser importante, pero quienes no somos miembros de la Comisión de Defensa ni tampoco poseemos experiencia internacional no hemos tenido tiempo para conocer, salvo por las intervenciones de los Senadores que me antecedieron en el uso de la palabra, la importancia de todas estas relaciones y de mandar y gastar recursos chilenos en el extranjero y los beneficios que ello trae para nuestro país.
De acuerdo a lo planteado por los colegas que ya hablaron, debe ser importante, pero, claramente, no hemos tenido el tiempo necesario para analizarlo ni decidirlo. Y es la razón por la cual me voy a abstener. Porque creo que el procedimiento es malo. Esto se sabía desde hace mucho tiempo y me parece que transformar al Senado en un buzón, donde solo podemos aprobar, no es bueno.
¿Qué pasaría si nosotros decidiésemos no dar la autorización?
¡Sería bochornoso para el Ministerio de Defensa, para el Ejército y para el Gobierno!
Por lo tanto, se asume que vamos a decir que sí. ¡Y eso es transformar al Senado en un buzón, lo cual me parece, francamente, una falta de respeto!
Es por eso que yo, señora Presidenta -lo reitero-, me voy a abstener. No voto en contra porque hago un acto de fe y supongo que esta es una decisión beneficiosa para el país, pero, sinceramente, no tengo los antecedentes como para poder votar de manera positiva.
La señora MUÑOZ (Vicepresidenta).-
Tiene la palabra el Senador señor Allamand.
El señor ALLAMAND.-
Señora Presidenta , ciertamente, en Renovación Nacional vamos a votar a favor de la autorización que se nos está solicitando, pero es importante hacer una pequeña reflexión en la misma línea en que ya lo han hecho otros colegas.
Soy de los que creen que la participación de Chile en operaciones de paz debe ser un sello de nuestro país, tanto desde el punto de vista de su política exterior como de su política de defensa.
Considero que, más allá de las conveniencias que algunos señores Senadores han expresado, como la presencia o no de Chile en África, aquí el trasfondo de participar o no en operaciones de paz debe obedecer a una convicción profunda sobre la identidad de nuestro país.
Lo que estoy señalando es que Chile debe participar en operaciones de paz por el compromiso que el país tiene con valores que lo identifican puertas adentro y puertas afuera.
Si nosotros decimos que albergamos una convicción profunda en términos de la adhesión a la democracia, del respeto a los derechos humanos y a todo lo que hoy día se conoce, en el ámbito del Derecho Internacional, como la "responsabilidad de proteger", debemos estar dispuestos a participar en operaciones de paz, más allá de las conveniencias que puedan surgir respecto de, por ejemplo, la presencia o no de otros países en las zonas en cuestión.
Esto tiene que ser una convicción, tiene que ser un sello de cómo Chile se ve a sí mismo.
Hay que hacer notar, señora Presidenta , que hoy los países se reflejan en un espejo que es el mundo. La forma en que los países actúan en el exterior dice mucho más respecto de ellos mismos que lo que puede hacer un conjunto de declaraciones.
Dicho eso, voy a realizar dos comentarios adicionales que estoy seguro que el Gobierno debería considerar.
Primero: en la actualidad, las operaciones de paz van bastante más allá de los aspectos militares. Pensar según la lógica de que las operaciones de paz son simplemente operaciones militares es no entender el problema.
Chile debiera tener un involucramiento, ojalá multidisciplinario, con una visión mucho más de conjunto respecto de estas operaciones. No se trata de decirles, a las fuerzas que despleguemos, que sean ellas las que realicen, exclusivamente, la tarea de apreciación política de nuestra presencia. Aquí, lo que nosotros deberíamos hacer es involucrar al conjunto de la sociedad civil, al conjunto de los Poderes del Estado, para no seguir entendiendo estas operaciones como únicamente militares.
Segundo: acá tenemos una oportunidad extraordinariamente valiosa para intentar reforzar uno de los sellos de nuestra política de defensa, que es Cruz del Sur.
Cruz del Sur es la única fuerza binacional conjunta al servicio de Naciones Unidas para operaciones de paz. Y es uno de los grandes logros de nuestra relación con Argentina.
Señora Presidenta, hasta ahora no se ha logrado, por distintas razones, que esa fuerza se despliegue con el carácter original con la que fue pensada.
Lo que estoy diciendo es que Chile debiera mirar su participación en operaciones de paz ojalá en el marco de Cruz del Sur. No es razonable que, si tenemos un acuerdo con Argentina para actuar de manera combinada, estemos operando en forma separada.
Por lo tanto, esta es una muy buena oportunidad para reactivar esa posibilidad.
Y por último, señora Presidenta , termino con un simple comentario.
Las operaciones de paz son, desde el punto de vista del contingente, cien por ciento voluntarias. Y tendrán que seguir siendo así.
No obstante -quiero señalarlo con el resguardo y la cautela del caso-, no se puede afirmar que vamos a participar en operaciones de paz -las que, en algunos casos, se hallan en un límite delicado entre imposición y mantención de la paz- sobre la base de que nuestro personal no asumirá riesgos. Los Senadores, señora Presidenta , deben estar perfectamente conscientes de que esa es una ecuación imposible.
No se puede decir "Vamos a participar en operaciones de paz" y, acto seguido, señalar: "Sí, lo vamos a hacer, pero en la medida en que ellas no conlleven ningún riesgo".
¡Siempre conllevan riesgos!
El Gobierno, las Fuerzas Armadas, el Ejército, están plenamente capacitados para disminuir al máximo esos riesgos, pero estos existen y es algo que los señores parlamentarios deben considerar al momento de votar.
He dicho.
La señora MUÑOZ (Vicepresidenta).-
Tiene la palabra el Senador señor Coloma.
El señor COLOMA.-
Señora Presidenta, quiero ser coherente con lo que siempre he sostenido a propósito de la salida de tropas chilenas al extranjero.
Lo he conversado con el Ministro Gómez y espero que podamos encontrar una fórmula para subsanar lo que a mi juicio es una dificultad insalvable en esta materia.
Aquí hay dos aspectos diferentes.
Uno es que algunos oficiales destacados de las distintas ramas de las Fuerzas Armadas puedan ir a colaborar, al estilo de Bosnia y Herzegovina, como misión más bien veedora de determinados acuerdos o situaciones que se puedan dar, lo que, en sí mismo, es algo perfectamente legítimo.
Otro aspecto muy distinto es lo que aquí se ha señalado en cuanto a que este es como el primer paso para un segundo escalón que signifique la salida de tropas, en este caso a una región de África.
¿Por qué digo que quiero ser coherente conmigo mismo? Porque yo he sido insistente en defender el sentido del artículo 101 de la Constitución, que dispone que "Las Fuerzas Armadas (...) están constituidas única y exclusivamente por el Ejército, la Armada y la Fuerza Áerea" y "Existen para la defensa de la patria" -¡de la patria!- "y son esenciales para la seguridad nacional".
Esa es la definición de la misión que tienen las Fuerzas Armadas. Y, en esa lógica, no veo dónde quepa la salida de tropas chilenas al extranjero, en particular, en este caso, a una región africana.
Si se cambiara la Constitución para que ella estableciera la lógica de las misiones de paz dentro de las Fuerzas Armadas -enmienda que planteé hace algunos años y que no fue aprobada por apenas un voto-, yo no pondría mayores obstáculos. Es un tema de criterio.
Pero aquí estamos hablando de algo distinto.
Recordemos que para el caso de la salida de tropas a Haití se dijo, en distintos Gobiernos, que mi objeción se salvaba porque ese país se hallaba en Latinoamérica y que, siendo así, se entendía que era importante para nuestra seguridad nacional estar en una zona con menos problemas. Y creo que en Haití nos metimos en un enredo casi insalvable a estas alturas, porque hubo cierto vértigo por participar en estas acciones excepcionales sin ver cómo salir después de ellas.
Lo concreto es que llevamos diez años en Haití -como ustedes han visto, y lo señalamos en su momento- y su situación, según vi en el diario de ayer, está casi peor que cuando se enviaron los primeros efectivos, y no hay opciones.
Existe un problema de segunda vuelta electoral: es un conflicto gigantesco, una tensión social equivalente a la de hace diez años. Las tropas de la MINUSTAH no saben cómo salir de allí, y los países lo están haciendo individualmente. Es cosa de que Sus Señorías observen los medios a fin de constatarlo.
Dar ahora un paso que tenga que ver con el continente africano, creo que excede por completo el rol que la Constitución establece para las Fuerzas Armadas.
Insisto, más allá del criterio, tengo dudas respecto al involucramiento de nuestro país en conflictos en lugares completamente ajenos a su influencia, y me parece que esto apunta en un sentido no consistente con el que nos ordena la Carta Fundamental y que debemos cumplir.
Entonces, en esto hay un tema muy profundo que llamo al Gobierno a revisar, sobre todo en esta lógica de masificar las intervenciones en misiones de paz sin cambiar el texto constitucional. Lo digo porque este dispone que las Fuerzas Armadas están para la defensa de la patria y son esenciales para la seguridad nacional, ¡y ambas funciones no se encuentran involucradas aquí!
Por tanto, aquí hay una contravención a lo que la misma Constitución consagra, que de alguna manera hay que resolver.
En atención a esos dos aspectos, el primero me parece inocuo desde un punto de vista constitucional y no tengo problema al respecto. Pero como debo advertir cuáles son los efectos posteriores, debo asumir que esto no apunta en un sentido correcto y, a mi juicio, vulnera el artículo 101 de la Carta Fundamental, como lo he señalado en otras ocasiones.
Mientras no se reforme la Constitución, no puedo coherentemente apoyar esta salida de oficiales, porque después se va a transformar en salida de tropas.
En función de esos argumentos, no voy a apoyar este proyecto.
El señor WALKER, don Patricio ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Senador señor Hernán Larraín.
El señor LARRAÍN.-
Señor Presidente , normalmente tengo acuerdos con el Senador Coloma . Pero no siempre.
En esta materia entiendo las prevenciones e inquietudes que él ha manifestado, que yo he compartido muchas veces. Porque en el caso particular de Haití, la permanencia casi indefinida de tropas chilenas allá hace que nuestro rol cambie. Y pienso que, como lo hemos señalado hace rato, es tiempo de que nuestra presencia en Haití deje de tener carácter militar, y que cambie por una función de otra naturaleza: civil, de apoyo al desarrollo de Haití .
No obstante, entiendo que existan otras circunstancias respecto de nuestra presencia, porque cuando firmamos la Carta de Naciones Unidas nuestro compromiso incorporó la obligación de cooperar a fomentar y a establecer y garantizar la paz mundial. Y esas palabras, que en numerosas ocasiones suenan como retóricas sin contenido, llenas de vacíos, de pronto tienen cuerpo y aparecen con realidad. En el caso de Haití, así ocurrió en un momento determinado.
También sucede lo propio en el caso de la República Centroafricana.
Si nosotros revisamos los antecedentes fundamentales, la República Centroafricana, que es un país muy pobre, con mucha violencia, ha vivido un golpe de Estado tras otro desde el año 2003. Y esto, con grandes dificultades de distinto tipo, tanto de carácter religioso como también tribal. Hay conflictos entre una población musulmana y otra cristiana.
En el año 2014, Naciones Unidas, en vista del cuadro bastante dramático que existía en esa zona, que incluía, por ejemplo, que 70 por ciento de los niños en edad escolar no pudieran asistir a clases durante largos períodos, dijo: "Tenemos que hacer algo, no podemos ser espectadores, y vamos a establecer una misión de paz".
Se nos pide que colaboremos en esa misión de paz mediante el aporte de tropas. Pero como toda misión de paz, no solo implica la presencia militar. También hay otras aristas de apoyo administrativo, logístico, en el ámbito más propiamente civil. Y, en la medida que eso se vaya dando, mayor razón habrá para que tengamos injerencia en esta materia.
Por consiguiente, señor Presidente , entiendo las prevenciones, porque en el caso de Haití ya llevamos 12 años -si mal no recuerdo- con presencia de tropas y con un énfasis menor en lo que debería ser nuestra labor: de apoyo al desarrollo, de carácter civil y humanitario.
Espero que ello cambie. Sin embargo, si nos han pedido este requerimiento, como ha sido no solamente en el caso de Haití, sino también en el de Bosnia y Herzegovina, comparto la necesidad y la conveniencia de autorizar esta presencia de tropas, con una duración que no se exceda en el tiempo para que no repitamos lo de Haití y con un énfasis de carácter humanitario y de desarrollo.
Es importante nuestra presencia, porque la República Centroafricana requiere la solidaridad mundial.
La única inquietud que deseo manifestar es que ha habido muchas denuncias por violaciones a los derechos humanos de tropas que han estado en la República Centroafricana. Se trata de delitos sexuales que habrían sido cometidos por efectivos instalados en la MINUSCA, lo cual debería ser esclarecido.
A mi juicio, se corre el grave riesgo de que el abuso se dé también en las tropas nacionales, y no quisiéramos que Chile se viera involucrado en situaciones de esa naturaleza.
Por eso, es conveniente que se esclarezcan esos hechos, conjuntamente con nuestra presencia allá, a fin de evitar algún efecto colateral en nuestras actividades en la zona.
Por tales consideraciones, voy a apoyar la solicitud para la autorización de la salida de tropas que formula el Ejecutivo.
El señor WALKER, don Patricio ( Presidente ).-
Señor Secretario .
El señor LABBÉ ( Secretario General ).-
¿Alguna señora Senadora o algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor WALKER, don Patricio ( Presidente ).-
Terminada la votación.
--Se aprueba la solicitud de la Presidenta de la República para autorizar la participación de tropas chilenas en la MINUSCA (29 votos a favor, 3 abstenciones y 2 pareos).
Votaron por la afirmativa las señoras Allende, Goic, Muñoz y Lily Pérez y los señores Allamand, Araya, Espina, García, García-Huidobro, Guillier, Harboe, Horvath, Lagos, Hernán Larraín, Letelier, Montes, Moreira, Orpis, Ossandón, Pérez Varela, Pizarro, Prokurica, Quintana, Quinteros, Rossi, Tuma, Ignacio Walker, Patricio Walker y Andrés Zaldívar.
Se abstuvieron la señora Van Rysselberghe y los señores Coloma y De Urresti.
No votaron, por estar pareados, los señores Girardi y Matta.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).-
Tiene la palabra el señor Ministro de Defensa Nacional.
El señor GÓMEZ ( Ministro de Defensa Nacional ).-
Señor Presidente , en primer lugar, agradezco a las señoras y a los señores Senadores por haber aprobado el envío de esta misión de paz a África.
Este es un cambio muy importante en la política internacional, en cuanto al desarrollo de esta actividad en países en gran conflictividad.
Pido disculpas, señor Presidente , por la premura en el envío de esta solicitud. Prefiero ser directo. No es que esto no se haya conversado o analizado, sino que la relación que se tiene con Naciones Unidas y la negociación respecto a los lugares de envío de las tropas tiene su tiempo y su premura.
Sin embargo, en la segunda y tercera fases vamos a hacer todos los esfuerzos para que esta situación no se repita.
Se trata de una actividad importante en el ámbito internacional: la presencia de Chile en un continente conflictivo.
Por eso, señor Presidente, reitero mis agradecimientos al Senado por dar el acuerdo para el envío de esta misión de paz.
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