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El señor MEZA (Vicepresidente).-
En el tiempo del Partido por la Democracia, tiene la palabra al honorable diputado señor Rodrigo González.
El señor GONZÁLEZ .-
Señor Presidente , deseo utilizar el tiempo que me ha concedido mi bancada para referirme a la reforma previsional.
Considero que ésta es una buena reforma del sistema de pensiones asistenciales, expresada especialmente en la creación de la Pensión Básica Solidaria que beneficiará a mas de quinientos mil chilenos de los sectores más vulnerables.
Sin embargo, el proyecto, desde el punto de vista de una reforma previsional integral es insuficiente. Sin duda, debe valorarse el Aporte Previsional Solidario, que es una contribución a las pensiones más bajas. Pero una gran mayoría de los pensionados, especialmente de pensiones más bajas, que creían que éstas iban a subir este año, quedarán esperando recibir un mejoramiento en el corto plazo. Muchos de ellos, de avanzada edad, morirán antes de alcanzar a recibir la pensión máxima de 255 mil pesos, previsto para el 60 por ciento de la población más vulnerable para julio de 2012. Algunos pensionados, que hoy obtienen entre 250 mil y 300 mil pesos, incluso, el próximo año, podrían experimentar una leve baja en sus pensiones, como consecuencia del recálculo de las tasas de mortalidad.
El sistema previsional que estamos consagrando con esta reforma no incorpora mecanismos solidarios como los establecidos por la OIT, dentro de los principios universales de la seguridad social, como es el criterio o norma básica de la contribución tripartita.
Además, de acuerdo con lo aprobado por el Senado en su reciente sesión, se está infringiendo un derecho básico de los cotizantes, que es el de poder elegir dónde cotizar. En efecto, en esta legislación se está obligando a los ciudadanos a cotizar en el sistema privado; se está privando al ciudadano cuya opción no es cotizar en una administradora privada, sino en el sistema público. Se le está negando la posibilidad de elegir.
Los representantes de la Oposición, que siempre argumentan ser defensores de la libertad, en este caso se han negado a brindar la posibilidad de elegir a los chilenos, exigiéndoles forzosamente que coticen en las AFP privadas. En efecto, se ha eliminado del proyecto original la posibilidad de que exista un agente público que participe en la administración del sistema de pensiones; se ha borrado de una plumada la posibilidad de que el Banco del Estado haga una contribución en este sentido.
Sin embargo, resulta estimulante y constituye una buena señal que el Gobierno se haya comprometido, en esta sesión, a enviar este año, después del pago de las primeras nuevas pensiones, un proyecto de ley que autorice la participación de una filial del Banco del Estado, creada especialmente para este efecto, en la administración de las pensiones.
En ningún sistema previsional del mundo, estructurado conforme a las normas internacionales de seguridad social -y así lo deben considerar también todas y todos los colegas diputados-, existe la posibilidad del
retiro programado y que a una persona se le agote su fondo previsional, como ocurre en Chile, cayendo forzosamente en una pensión asistencial, por cierto, de exclusivo aporte fiscal. Esta institución también debería reformarse.
En suma, en esta reforma queda incólume, como arquitectura principal del sistema previsional, el régimen de capitalización individual y la administración privada de los fondos previsionales, con una postergación, a plazos remotos, del incremento de las pensiones más bajas que reciben cerca de novecientos mil pensionados en Chile.
Por ello, ésta no es una reforma previsional de fondo como la que los pensionados y la mayoría del país hemos anhelado. Sin desconocer que representa un avance en las pensiones asistenciales y en el pilar solidario, es todavía insuficiente. Somos muchos los que continuaremos luchando hasta lograr una reforma que incluya los aspectos que constituyen una evidente carencia.
He dicho.
"