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- rdf:value = " LISTAS DE ESPERA EN HOSPITALES Y DÉFICIT DE ESPECIALISTAS EN REGIONES. Proyecto de acuerdo.El señor WALKER ( Presidente ).-
Esta sesión ha sido motivada en una presentación suscrita por 43 honorables diputadas y diputados, con el objeto de analizar las “listas de espera en los hospitales y el déficit de especialistas en regiones”.
Han sido citados el ministro de Hacienda , don Andrés Velasco, y las ministras de Salud , señora María Soledad Barría Iroumé, a quien le agrademos su presencia, y de Educación, señora Yasna Provoste Campillay, quien se ha excusado de asistir por encontrarse en regiones.
El tiempo previo de 15 minutos, corresponde al Comité del Partido Renovación Nacional.
Tiene la palabra, por 9 minutos, la diputada señora Karla Rubilar.
La señora RUBILAR (doña Karla).-
Señor Presidente , en primer lugar, voy a dar lectura a una carta enviada a esta diputada por el presidente del Colegio Médico .
Diputada Dra. Karla Rubilar.
Presente.
Ruego a usted representar la voz del Colegio Médico de Chile en la sesión especial de la H. Cámara de Diputados de hoy 6/6/2007, señalando lo siguiente:
El Colegio Médico constata que año a año persisten serias listas de espera de enfermedad Auge y no Auge. Las Auge fueron constatadas en más menos noventa mil prestaciones registradas fuera de plazo, y las no Auge, enfermedades como las várices y las hernias, son de muchos meses.
La reforma de la salud no significó expansión de cargos médicos ni expansión en los hospitales.
La carencia de especialistas no obedece a la falta de interés médico, sino a escasos incentivos financieros para atraer y retener profesionales en el sector público.
Es escandaloso que dos tercios de los diez mil ochocientos médicos de hospitales estén a contrata en sus cargos, generando gran inestabilidad laboral.
Fraternalmente,
Dr. Juan Luis Castro , presidente del Colegio Médico de Chile .”.
He querido partir dando lectura a la carta que me enviara el presidente del Colegio Médico , en la cual se señala claramente que no se trata de un tema político de Renovación Nacional, ni de la UDI, sino que es una preocupación real de lo que está pasando en el país y frente a la cual no podemos ponernos una venda en los ojos.
Tenemos información disponible no alentadora respecto de los problemas que aquejan a las personas que a diario deben acudir a los hospitales para recibir atención médica.
No existe un registro nacional unificado de la cantidad de médicos generales y especialistas que se forman o ejercen en el territorio nacional. Más serio aún es que los datos oficiales están basados en información proporcionada muchas veces por el Colegio Médico, por lo que se presume incompleta, toda vez que la colegiatura en Chile no es obligatoria.
El Plan Auge o Sistema Auge que hoy contempla, con gran asombro, 56 patologías con garantía de cobertura y resolución explícita, implica considerar la disponibilidad de recursos humanos, suficientes médicos, y pensar en estrategias destinadas a reducir su déficit. Pero, para ello, debe existir un diagnóstico claro del tipo y cantidad de médicos requeridos para satisfacer las necesidades de la población.
A grandes rasgos, la desigual distribución se comporta de manera similar en las distintas categorías de especialidades: pediatría, obstetricia, ginecología, medicina interna y cirugía general, donde el 61 por ciento de las regiones se ubica bajo el promedio contra la situación percibida en las categorías de medicina general y especialidades derivadas. Por ejemplo, sólo la Región Metropolitana se encuentra por sobre el promedio.
El análisis de estos antecedentes permite detectar otras cosas. La Región del Maule evidencia un déficit de profesionales médicos en todas sus áreas, siendo especialmente crítico el caso de medicina general: menos de la quinta parte del promedio nacional. Asimismo, destacan los rubros de especialidades básicas y clásicas, en las que la región se aleja más aún del promedio. En las especialidades derivadas sólo es superior a la Región de la Araucanía.
En este escenario, la impactante inequidad distributiva de especialistas médicos existente en el país hace imperativo que los recursos médicos y la creación de la capacidad necesaria para formar los que faltan se expresen en hechos palpables. Desde el punto de vista legal, el Ministerio de Salud y los servicios de salud deberían tener la capacidad de ejercer presión sobre el sistema formativo para que éste se adecue a las necesidades del país, planteando, incluso, la necesidad de modificar los criterios para hacerlo más eficiente.
Los distintos cuerpos legales entregan a la autoridad del sector la capacidad para que la formación del recurso humano médico sea lo que se necesita realmente, sobre la base de estudios propios. Sin embargo, el Ministerio de Salud no ha realizado estos estudios y actualmente basa su discurso, al momento de ofrecer cupos de especialización, en criterios poco sustentables y más bien discrecionales.
Existe también otra realidad asociada a la falta de coordinación. Los cupos realmente efectivos y ofrecidos en los concursos no son necesariamente los acreditados. Esta información demuestra el poco peso relativo de los cupos ofrecidos en las especialidades comprometidas en el Plan Auge. Preocupante es la situación de cirugía general, medicina interna, urología, pediatría y otorrinolaringología, especialidades que no alcanzan ni siquiera al 30 por ciento de la capacidad acreditada.
Quiero mostrar una apreciación de las falencias hecha por los médicos generales de zona. En estos cuadros se puede apreciar la distribución de los servicios de salud. Algunos tienen un déficit increíble de especialistas. No quiero pensar en Llanquihue, Chiloé, Palena y otros lugares. Ésta es la realidad de nuestro país.
Queremos que la ministra nos diga cómo se va a superar el déficit de especialistas existente en regiones, porque no es posible ilusionar a las personas diciéndoles que las patologías incorporadas en el Plan Auge serán cubiertas con la construcción de hospitales maravillosos, si no hay incentivos para que los profesionales médicos vayan a trabajar a regiones. No es verdad que a los médicos no les interese la salud pública. Los médicos generales de zona han manifestado que están dispuestos a especializarse y retornar a los lugares donde se desempeñaron como tales.
Queremos que la ministra nos dé respuestas concretas sobre la forma en que se va a solucionar una problemática que afecta a las regiones y a los más desposeídos de nuestro país.
He dicho.
El señor WALKER ( Presidente ).-
Dentro del tiempo previo de Renovación Nacional, tiene la palabra la honorable diputada señora Ximena Valcarce.
La señora VALCARCE (doña Ximena).-
Señor Presidente , el terremoto de 2001 que afectó a Arica destruyó el hospital Doctor Juan Noé Crevani y la ministra conoce a lo que ha quedado reducido. No obstante, atiende a una población de 200 mil habitantes y esperamos la construcción de un nuevo edificio para el 2009. La directora del Servicio de Salud de Arica prometió que para ese año tendríamos los especialistas médicos que se necesitan.
En Arica faltan especialistas: sólo está cubierto el 20 por ciento de los que se requieren. Debido a esto, los pacientes tienen que ser trasladados al Hospital Regional de Antofagasta para que reciban la atención que necesitan, lo que, por supuesto, dificulta la atención de la población de esa ciudad en todo sentido.
Las listas y los promedios de espera para cirugía son realmente alarmantes. En la actualidad, hay 2.131 pacientes en lista de espera quirúrgica. Las patologías de mayor incidencia son hernia abdominal, con 376 pacientes; várices, con 211, y cataratas, con 210. Se dice que la espera aproximada es de ocho meses, pero en cataratas es de 32 meses y en várices llega a los 60.
Por eso, queremos que la ministra se pronuncie al respecto y que nos dé garantías de que las personas del extremo norte de nuestro país contarán con los especialistas que necesitan. Sabemos que muchas de las personas que viven en Arica hoy deben trasladarse a la vecina ciudad peruana de Tacna para tratarse las patologías que las afectan, porque en Arica no tenemos especialistas.
He dicho.
El señor WALKER ( Presidente ).-
Tiene la palabra la honorable diputada señora Marta Isasi.
La señora ISASI (doña Marta).-
Señor Presidente , en el Hospital Regional Doctor Ernesto Torres Galdames de Iquique tenemos falencias en las siguientes especialidades, que se encuentran en una situación crítica: endocrinología, broncopulmonar, neurología infantil, otorrinolaringología, oftalmología, dermatología, radiología, anatomía patológica, siquiatría, siquiatría infantil y fisiatría. En total, once especialidades médicas.
Las listas de espera, que vienen de 1999, suman 847 casos, sólo en lo que se refiere a traumatologías de adultos. Las personas deben esperar largas horas, y muchas veces ni siquiera son atendidas.
El hospital Doctor Ernesto Torres Galdámes fue construido pensando en una población de 90 mil habitantes, pero las estadísticas indican que la provincia ya llegó a una población que supera las 285 mil personas, lo que significa que el número de habitantes se ha triplicado; sin embargo, no han aumentado los personales de médicos, paramédicos, enfermeras y auxiliares, que se encuentran colapsados.
En cuanto al hospital básico de Alto Hospicio -la comuna tiene más de 75 mil habitantes-, que será inaugurado muy pronto, es un consultorio con servicio de urgencia y con ocho camillas de observación. Lamentablemente, no posee maternidad ni camas de hospitalización. Si consideramos que el Hospital Regional de Iquique está totalmente colapsado, que presta atención a los habitantes de siete comunas y que la provincia del Tamarugal debería tener otra alternativa, resulta urgente contar, por lo menos, con el servicio de maternidad.
Por otro lado, ante posibles y reiteradas negligencias médicas, quiero saber cuáles han sido las medidas administrativas que ha adoptado el Ministerio de Salud.
Por último, el año pasado, se contrataron servicios externos para informar un importante número de exámenes, siendo el médico a cargo del departamento de rayos X uno de los que llenó las bases de la licitación. Pero resulta preocupante que ese facultativo aparezca como socio de la empresa que se adjudicó la licitación. Por eso, oficié a la Contraloría General de la República , a fin de que estos graves hechos sean investigados.
En reiteradas visitas he detectado el sentir de mi pueblo, por lo que estoy en condiciones de decir que no se está cumpliendo con el número 9° del artículo 19 de la Constitución Política, que asegura a todas las personas el derecho a la protección de la salud. ¿Cómo puede ser posible que una persona que ingresa con apendicitis a un hospital, por no ser atendido oportunamente, haya fallecido por septicemia luego de una peritonitis?
Por su intermedio, señor Presidente, quiero decir a la ministra que con la salud de nuestro pueblo no se juega.
He dicho.
El señor WALKER (Presidente).-
Tiene la palabra la señora Soledad Barría, ministra de Salud.
La señora BARRÍA, ( ministra de Salud ).-
Señor Presidente , en primer lugar, quiero manifestar mi satisfacción por dirigirme a las señoras diputadas, a los señores diputados y al país, para dar cuenta de las medidas que se están adoptando para hacer frente a las demandas crecientes de salud.
Felizmente, desde el punto de vista de la salud de la población, nuestro país tiene resultados cada vez mejores, con una expectativa de vida cada vez mayor. Por lo tanto, se nos presentan nuevos desafíos, por lo que agradezco a los señores parlamentarios la inquietud manifestada.
Como todos sabemos, las listas de espera existen. Debemos reconocer que tenemos listas de espera en los servicios de salud.
En todos aquellos sistemas en que el acceso a las prestaciones, desde el punto de vista económico, no es un freno; desgraciadamente, existen listas de espera.
En los sistemas privados de salud no existen listas de espera, puesto que los pacientes primero juntan los recursos para después solicitar ser atendidos.
Tenemos mucho interés en analizar la situación actual para adecuar los servicios a las necesidades de las personas, razón por la cual hemos investigado. Recientemente, entre enero y marzo, investigamos en cada uno de los 28 servicios de salud cómo se desarrollan las listas de espera, en términos de consultas médicas y de intervenciones quirúrgicas. Tenemos listas de espera en consulta de especialidades que corresponden al 4,2 por ciento de la producción anual de consultas, es decir, de 6 millones 417 mil consultas anuales, en el primer trimestre de 2007 tenemos algo más de 200 mil consultas en espera.
Desde el punto de vista de las cirugías, segundo elemento importante en las listas de espera, tenemos un diez por ciento de la producción anual en lista de espera para intervenciones quirúrgicas mayores, cifra poco menor que un 5 por ciento de la producción, si consideramos la totalidad de las intervenciones quirúrgicas.
¿En qué se concentran las listas de espera?
En materia de consultas, las mayores listas de espera corresponden a oftalmología; un tercio de las listas de espera es para esta especialidad.
Cabe hacer presente que consideramos en lista de espera a todos quienes esperan más de 60 días una consulta. Algunas de estas personas pueden estar incluso dentro del Auge, lo que les puede significar un período mayor de tiempo de espera.
La segunda lista de espera corresponde a traumatología y la tercera a otorrinolaringología, todo lo cual coincide con lo señalado por la diputada Marta Isasi.
Desde el punto de vista de las intervenciones quirúrgicas, la primera especialidad en lista de espera es traumatología; la segunda se refiere a las hernias, la tercera a cirugía plástica reparativa y la cuarta a otorrinolaringología.
Estamos preocupados no sólo de llevar la cuenta de la lista de espera, sino de cómo se vincula ésta con las necesidades de la población y las capacidades productivas, pero también es necesario reflexionar sobre qué estamos haciendo y en qué podemos mejorar el accionar en salud para dar respuesta a todas las interrogantes que se nos plantean.
El gran desafío de todo sistema de salud en materia de recursos humanos es adecuar el recurso humano a las necesidades de la población. Ello, sin embargo, no recae sólo en los sistemas de salud, sino también en la política educacional.
Me llama la atención la afirmación de que no conocemos el número de personas egresadas de la universidad. Quiero recordar a las diputadas que me antecedieron en el uso de la palabra que no han sido los gobiernos de la Concertación los que eliminaron la colegiatura ni la tuición del sistema de salud pública respecto de la educación. Otro gobierno fue el responsable de la desregulación de la educación.
También depende de la política de remuneraciones y, por cierto, de los grados de descentralización. Muchas veces tenemos los cargos para especialistas pero no siempre la gente está disponible para irse a regiones. Entonces, debemos ofrecer estímulos distintos para que los profesionales tengan interés en desempeñarse en regiones.
También depende de las políticas de inmigración.
Una de las dificultades de las políticas de recursos humanos es que los estándares no son fácilmente traspasables de un lugar a otro, porque dependen de la organización de los servicios. Entonces, no existen comparaciones fáciles en materia de especialidades.
Una segunda consideración tiene que ver con los incrementos en tecnología. En el sistema nacional de servicios de salud contamos con el equivalente a horario completo de 5.692 especialistas. En realidad son más, pero si consideramos jornada completa, son 5.692.
Debo hacer presente que entre 2001 y 2007 se han incorporado 1.039 cargos de especialistas médicos a jornada completa -el equivalente, insisto- y otros 240 de 28 horas, como se llaman, de acuerdo con la ley N° 15.076.
Es importante destacar que de estos mil nuevos cargos, entre 2001 y 2007, un tercio ha sido entregado en el actual presupuesto de 2007, es decir, se están empezando a proveer en este momento, lo que equivale a un 36 por ciento del incremento total.
A este incremento de personal estamos sumando el incremento de tecnología, a nivel de inversiones, para dar cuenta del Auge, de la imagenología compleja y de los sistemas de urgencia.
A modo de ejemplo, sólo entre 2004 y 2007 compramos equipamiento por un total de 76 mil millones de pesos. De esa cifra, 30.211 millones de pesos, es decir, el 40 por ciento de nuevos recursos para tecnología, se están incorporando este año, por lo que, es prematuro ver la resolución actual de las listas de espera.
Sólo a manera de ejemplo, quiero decir que en 2004 no teníamos ningún resonador magnético al interior del sistema público; a fines de este año tendremos seis equipos altamente complejos. Esto significa que al incorporar tecnología tendremos un mejor diagnóstico.
¿Resolveremos con ello las listas espera? Resolveremos una parte de ellas, pero se nos producirán otras, porque un elemento relevante en la salud es que en la medida en que uno resuelve un problema, aparecen otros.
Hoy tenemos un mejor diagnóstico, lo que significa que podremos tener un incremento de listas de espera; por ello, estamos frente a una especie de escalada de resolución de problemas. Lo importante es que podamos hacernos cargo de ese incremento.
¿Qué hemos hecho con el aumento de tecnología y de personal a que hice mención? Con orgullo puedo decir que en el sistema público hemos atendido a más de tres millones doscientas mil personas a través del Auge. Eso significa mucho en las distintas patologías.
Uno de los elementos que se nos ha criticado es que hemos dejado de lado las cosas que no están en el Auge. Al respecto, quiero decir que las consultas cardiológicas aumentaron de 215 mil a 235 mil entre los años 2004 y 2006.
En la resolución de intervenciones no quirúrgicas de soluciones inmediatas a problemas cardiológicos no incluidos en el Auge, en 2004 hicimos 1.589 cardiocirugías; en 2006, 4.500, es decir, se triplicó la atención en esa área. Eso es lo que estamos haciendo.
Dije que la oftalmología es una de las líneas en lista de espera. En cuanto a intervenciones por cataratas, puedo contarles que desde 2001 a 2006, aumentamos de 5 mil a 20 mil soluciones atendidas en el sistema público. Lo mismo puedo decir acerca de las intervenciones de caderas y de otras resoluciones, como la dermatología.
Para tranquilidad de la doctora Rubilar, puedo agregar que en oftalmología implementamos las horas médicas contratadas de 3.262, en 2.004, a 4.600, en 2006. Por eso, no se incrementaron las intervenciones quirúrgicas en ese ámbito, lo cual no quita que mantengamos listas de espera. Porque en algunas patologías hemos priorizado las intervenciones quirúrgicas, ya que más vale intervenir y solucionar el problema y no estar citando a las personas, sin resolver nada. Por ende, estamos privilegiando una resolución específica de los problemas.
Además de la incorporación del recurso humano, que todavía no está totalmente instalado, pues en mayo no siempre es fácil conseguir especialistas, para este año tenemos muchos cargos por especialidades. Estamos terminando de proveerlos y esperamos que se empiecen a ver los resultados con más energía en el segundo semestre.
También estamos incorporando mayor tecnología, como lo señalé denantes. En 2007, contamos con más recursos presupuestarios para entregar estímulos, ya que muchas veces no basta con tener el cargo, sino que se debe lograr que el especialista esté en el lugar adecuado y en el momento preciso. Por eso, este año se aumentaron los recursos en 1.500 millones para la ley médica a fin de asignarlos como estímulos para llevar a especialistas allí donde hacen falta.
Asimismo, se incrementaron en un 400 por ciento los recursos destinados a consultores de llamadas. Si no tenemos la capacidad al interior del sistema, debemos tener la posibilidad de solucionar los problemas con personal externo, que viene con los consultorios de llamadas. Para eso tenemos más recursos este año. En 2006, aumentamos de 1.400 millones a 5.800 millones para el consultorio de llamadas en el Presupuesto de 2007.
Por último, quiero resumir. Efectivamente, hay listas de espera. Pero éstas son un problema dinámico en todos los sistemas que no regulan por ingreso socioeconómico. Tenemos la mayor preocupación en estar vigilantes respecto de cuáles son y cómo debemos readecuar nuestra capacidad de oferta para dar cuenta de estas listas de espera. Por cierto, también estamos entregando los recursos humanos y tecnológicos para solucionar los nuevos problemas Auge que estamos incorporando.
Contamos con un sistema de monitoreo, tanto de listas de espera para el Auge y para el no Auge y también de las horas de especialistas por población. Creo que a eso se refiere el estudio que mencionaba la diputada Rubilar.
Hemos adoptado estrategias en las cuales queremos seguir ahondando, como el aumento de tecnología, de personal, el control de la producción y la mejoría de la gestión de las horas, que también es importante.
Aprovecho de anunciar que también estamos llevando adelante estrategias innovadoras para resolver estos pequeños bolsones que tenemos en algunos servicios de salud. A saber:
-Estamos terminando de afinar un sistema de rondas de especialistas. Muchas veces tal vez podríamos carecer de la capacidad suficiente para tener un especialista en Traiguén. Entonces, debemos buscar la manera de llevarlo hasta allí. He citado esa ciudad a manera de ejemplo, como uno de los tantos lugares donde debemos mandar especialistas.
Uno de los elementos prioritarios de este Gobierno es acercar la salud a la gente. Por lo tanto, una de las estrategias que estamos terminando de afinar -esperamos incorporarla en el segundo semestre- son las rondas de especialistas de manera más sistemática que las que se han realizado hasta ahora.
-En la búsqueda de afinar los estímulos citados con anterioridad, estamos trabajando con las universidades a fin de estudiar la readecuación de nuestro sistema de perfeccionamiento.
-Otro elemento importante lo constituyen las especialidades con incorporación de tecnología para facilitar la solución de los problemas. Me refiero a lo que ha significado la telemedicina, la medina a distancia, por ejemplo, en electrocardiogramas. Desde que empezó a funcionar el sistema de toma de electrocardiogramas en cualquier Sapu, en cualquier sistema de urgencia, y el informe a distancia, hemos hecho más de 110 mil electrocardiogramas con el Auge. Antes no era posible hacerlos, y en el caso de tomarse, no había posibilidad de informe. Tampoco el de 24 horas.
Esta solución también es aplicable con la incorporación de tecnología a todo lo relacionado con radiología. Por ello, puedo anunciar que en el segundo semestre empezaremos con sistemas de turnos en algunas localidades donde haya sistemas de radiólogos. Es decir, se informará a distancia en aquellas localidades en que no tengamos posibilidades de tener radiólogos.
Reitero la permanente disposición del Ministerio de Salud a revisar y monitorear las listas de espera para ir readecuando la capacidad de oferta, a fin de satisfacer la demanda. Sin embargo, difícilmente podremos terminar con las listas de espera, pues cada vez que se soluciona el problema de una persona -que se operó a tiempo y no sufrió el infarto que se veía venir-, pasa a formar parte de los controles crónicos en cardiología y con seguridad presentará otros problemas en rehabilitación. Crecientemente, debemos hacernos cargo de los nuevos problemas que vayan surgiendo, en lo que estamos, una vez solucionado el anterior.
En consecuencia, estamos ante un gran desafío. Hemos enfrentado con gran éxito los incrementos de tecnología y de personal para mejorar la salud de nuestra población. Sin embargo, eso nos abre nuevos desafíos. Estamos monitoreando y creando estrategias innovadoras. Hoy, contamos con los recursos humanos y tecnológicos para hacerles frente en el corto plazo, y con las estrategias innovadoras, que he sometido a vuestra consideración.
Muchas gracias.
El señor WALKER ( Presidente ).-
Le corresponde iniciar el debate al honorable diputado don Ignacio Urrutia .
En el tiempo de la UDI, tiene la palabra su señoría.
El señor URRUTIA .-
Señor Presidente , oí varias cifras de parte de la ministra de Salud que me hacen sentir que vivo en otro país. Sinceramente, no corresponden a la realidad que conozco y que ven todos los demás.
Quiero contarle a la ministra, por su intermedio, señor Presidente , que hace catorce días, exactamente, estuve en el hospital de Cauquenes. Llegué a las once de la mañana. La sala de espera estaba repleta de gente. Pregunté a algunos a qué hora habían llegado. Unos, a las cinco y media de la mañana; otros, a las seis de la mañana. Levaban cinco horas y cinco horas y media esperando que los atendieran, y todavía ni siquiera había la posibilidad.
La Presidenta de la República , cuando era ministra de Salud , dijo que se acabarían las colas en los hospitales. Claro, no hay colas porque pusieron asientos. Están todos sentados, pero igual deben esperar cinco o seis horas para ser atendidos. Esa es la realidad que uno ve cada vez que va a un hospital. Para las famosas interconsultas hacia las capitales regionales, en el caso de las comunas más pequeñas, la gente completa meses y meses, y a veces años, para que sea atendida.
Esa realidad es distinta a las cifras que dio la ministra y me preocupa sobremanera. La gente no siente que la atención en salud haya mejorado.
No puedo desconocer que se han hecho esfuerzos. Efectivamente, se han hecho varios. El Congreso le ha incrementado al Ministerio de Salud, todos los años, su presupuesto. Pero la realidad dice otra cosa.
La gente en la calle, la gente en su casa, la gente en los hospitales, la gente en los consultorios siente otra cosa: que la atención no mejora. Por eso, hay que hacer algo para que esto cambie.
Se acabarían las listas de esperas y las interconsultas, aunque es más o menos lo mismo, si hubiera especialistas en todos los hospitales. Por supuesto, se acabarían en forma inmediata. Pero no los hay, porque al final es un problema de plata. ¿Por qué los especialistas no se van a comunas pequeñas o a regiones, en general? Porque la paga es mala y no les conviene. Tan simple como eso.
Bueno, hay que inyectar recursos para superar este problema, hay que pagar mejor a los profesionales para que se incentiven y se vayan a regiones, a comunas pequeñas. Así, se terminaría con las famosas interconsultas.
Ministra , por su intermedio, señor Presidente , no pido que el hospital de Parral esté lleno de especialistas. Sería de locos. Pero, sí, podría haber especialistas que se rotaran entre los hospitales de Cauquenes, Parral y Linares , por ejemplo. Esto es factible y contribuiría a superar el problema que significan las interconsultas a Talca.
Es una locura que los habitantes de comunas y provincias enteras deban ir al hospital regional, al que, además, le faltan especialistas. Ni siquiera los tiene todos.
Sé que en un hospital se han colocado mamógrafos nuevos, han aparecido ambulancias, ha habido otros adelantos. Por eso, si bien valoro los esfuerzos que se han hecho -lo digo con toda sinceridad-, falta mucho por hacer. La gente no siente que eso ayude a solucionar su problema, porque igual debe esperar cinco o seis horas para que la atiendan. Saben que las interconsultas siguen y que no ha cambiado la situación.
Por lo tanto, deben hacerse esfuerzos mayores para que la gente sienta que el Auge, por ejemplo, sirve. Por lo menos, en mi zona la gente dice que el Auge es un fraude. Así de simple.
¿Cómo puede haber más credibilidad? Dándole a la gente un mejor sistema de salud.
Por último, ministra, no creo que Pinochet sea el culpable de los problemas de la salud en Chile, como lo dijo usted. El problema es de la Concertación, que lleva 17 años gobernando y no ha sido capaz de solucionarlo. ¡Hasta cuándo le siguen echando la culpa a Pinochet de todo lo que ocurre en el país!
Le digo a la ministra, por su intermedio, señor Presidente , que cuente con la colaboración nuestra en todo lo que podamos ayudar. Pero hoy los que están gobernando son ustedes y, por lo tanto, tienen que dar las soluciones. Vamos a colaborar en todo lo que podamos porque lo único que queremos es que la gente tenga una mejor atención en salud.
He dicho.
El señor WALKER (Presidente).-
En el tiempo de Renovación Nacional, tiene la palabra la honorable diputada Amelia Herrera.
La señora HERRERA (doña Amelia) .-
Señor Presidente , en primer lugar, quiero señalar que el Estado debe garantizar que todos los ciudadanos tengan, en materia de salud, el derecho a ser asistidos debidamente. De lo contrario, estaríamos frente a un ataque a la dignidad humana. Hoy, el país no puede justificar las carencias, dado el superávit con que cuenta el Gobierno para dar una solución definitiva.
Por su intermedio, señor Presidente , quiero expresar a la señora ministra de Salud y al señor ministro de Hacienda que presumo que esta sesión especial para tratar una materia tan delicada, como es la calidad de las atenciones de salud, es una de tantas en las que conjeturo que se sientan frente a los diputados como si estuvieran en el banquillo de los acusados y dan explicaciones que dejan la sensación de que todo funciona en forma perfecta.
Después de asistir, durante un año, a diferentes sesiones especiales, en las que se han abordado temas eminentemente sociales, puedo percibir que no existe la real voluntad de las autoridades de escuchar en profundidad las sugerencias y críticas y de dar crédito a las carencias en las diversas áreas del quehacer nacional, que tienen por finalidad lograr de verdad el bienestar de la población; población que nosotros, los parlamentarios, representamos y de la que recibimos a diario el clamor de sus necesidades.
Pareciera que para ustedes sólo es válido defender su postura y hacer prevalecer el interés político. Pero, aún así, conociendo sus respuestas, es indiscutible que éste es el lugar por excelencia para manifestar nuestra preocupación por la forma en que se está realizando la gestión gubernamental. En consecuencia, frente a cada intento que afecte el ordenamiento social, por ende, a las familias chilenas, expresaremos nuestra visión, orientada, sin duda, a la búsqueda del equilibrio social, que todos debemos defender a través del debate en profundidad de los proyectos.
Hoy, el conflicto y la descalificación parecen dominarlo todo. El debate político se ha jibarizado. Por ello, por su intermedio, señor Presidente , a la señora ministra de Salud y al señor ministro de Hacienda les solicito, respetuosamente, que frente a las carencias graves que tienen los hospitales en Chile, reflejadas en la falta de implementación adecuada, como pabellones quirúgicos, insumos, equipos de rayos, mamógrafos y tantas otras que sería largo enumerar, no sólo entreguen cifras y más cifras, sino que soluciones reales, y no de aquéllas que se sabe de antemano que no se podrán cumplir, de las cuales la ciudadanía conoce muchas y que únicamente logran crear falsas expectativas.
¿Qué se hará frente a las largas listas de personas enfermas que esperan ser intervenidas quirúrgicamente o atendidas por un médico especialista? Para que la salud pública cumpla su rol, el Estado debe asumir, en plenitud, su obligación para que las personas no sientan el abandono y el temor a enfermarse.
Sin duda, para que la microeconomía del país tenga un mayor desarrollo y los niños y jóvenes una buena educación, se requiere un pueblo -hombres y mujeres- sano para que pueda trabajar. Por eso, para lograr este objetivo, además, se debe contar con una eficiente planificación y fijar remuneraciones justas a los profesionales de la salud, médicos, enfermeras, enfermeros y personal auxiliar; es decir, a todos aquéllos que trabajan en el área de la salud pública.
La gente percibe que no existe una planificación clara y que sólo se pretende avanzar con la entrega de recursos, situación que no soluciona completamente el problema. En el fondo, parecen verdaderas migajas repartidas que no permiten concretar el objetivo final.
No me gusta, e imagino que tampoco a los colegas, que se entreguen cifras y más cifras de lo que se ha gastado en salud, como si los pacientes fuesen sólo números y no personas.
En innumerables ocasiones, las autoridades de Gobierno han señalado que estamos mejor que muchos países de Latinoamérica. Discúlpenme, pero consuelo de muchos no denota eficiencia.
Por otra parte, empezar a justificar lo injustificable en una temática tan delicada como la referida a la salud de un pueblo parece una fábula e, incluso más, una falta de respeto hacia la dignidad de las personas.
Señor Presidente , por su intermedio, deseo expresar a los ministros presentes que, durante siglos, el hospital ha sido un término inseparable de la pobreza. Allí se recibe a los enfermos y se le entrega hospitalidad. Para eso se requiere contar con muchas camas, con tratamiento para la sanación de los pacientes, pero, además, con la tecnificación necesaria.
Deseo hacer un paréntesis. De manera errada, se ha intentado cambiar el significado del concepto de hospital para justificar que en muchos de ellos no existan las camas suficientes. ¡Cuidado! Con ello, lo único que se está logrando es enviar señales equívocas a la ciudadanía.
Señor Presidente , por su intermedio, deseo recordar a la señora ministra que el año pasado le envié un oficio por medio del cual solicité la remisión de un diagnóstico o catastro por cada hospital de Chile, donde se indicaran con claridad los requerimientos para su funcionamiento de manera eficiente, de acuerdo con la población que atienden.
Estoy cierta de que dicha información debe ser obtenida por organismos externos y expertos en esta materia, porque si los directores de hospitales efectúan reclamos, son removidos de sus cargos.
Dicha petición tiene por objeto saber cuánto cuesta al Estado, en cifras reales, la mantención de una salud pública que brinde una atención digna a todos, dado que el presupuesto fiscal entregado al sector se podría duplicar. Señor Presidente , por su intermedio, deseo expresar al señor ministro de Hacienda que, en efecto, eso es perfectamente posible, dado el superávit con que cuenta el país, que, a fines de año, será aproximadamente de 23 mil millones de dólares.
Señor Presidente , por su intermedio, deseo manifestar a la señora ministra que, en relación con el distrito que represento, el hospital de Quilpué presenta innumerables carencias y, además, debe atender a la población de Villa Alemana. Esa comuna cuenta con una estructura para un hospital, pero no funciona como tal. Asimismo, el hospital de Limache requiere una cirugía mayor.
Señor Presidente , por su intermedio, deseo expresar a los ministros presentes que la salud está enferma. No hay peor ciego que el que no quiere ver. El remedio está en sus manos. De ustedes depende hacer un buen diagnóstico y otorgar la receta adecuada.
He dicho.
El señor WALKER ( Presidente ).-
Tiene la palabra el diputado señor Marco Antonio Núñez.
El señor NÚÑEZ .-
Señor Presidente , preparé una presentación que intenta dar respuesta a la realidad de las listas de espera y de los especialistas en falencia. La voy a dar a conocer. Pero antes, me voy a tomar algunos minutos para responder a la falsificación de la historia sanitaria del país que, en forma permanente, la Derecha quiere hacer en este hemiciclo.
Según algunos, pareciera que en 1990 se recibió la salud en condiciones dignas.
Digamos las cosas como son. La dictadura de Pinochet no alcanzó a privatizar el financiamiento de los seguros de salud -lo que habría significado la destrucción de Fonasa- y los hospitales y consultorios porque no tuvo tiempo. Pero su planificación apuntaba a ahogar hasta el final el sistema público de salud, a fin de privatizar y entregar a manos de empresarios la red pública, construida durante más de 150 años.
Por lo tanto, cuando se recuperó la democracia, fue necesario hacer de nuevo dicha red pública, construir hospitales y establecer una red de atención primaria, que se traspasó a los municipios con la intención, por cierto, de avanzar en su privatización.
Ahora dicen que miremos hacia el futuro a quienes, por edad y por opción política, por cierto no participamos en esa destrucción de la salud. ¡Muy bien, señores de la Derecha! Miremos hacia el futuro. Libertad y Desarrollo, el Instituto Libertad, Sebastián Piñera y los candidatos de la UDI, ¿qué han propuesto en las campañas presidenciales en relación con la salud chilena? La misma receta eterna de la derecha chilena: privatizar. En este hemiciclo y en el Senado, sus parlamentarios se negaron a introducir solidaridad en el financiamiento de la reforma de la salud. Además, se han negado, en forma permanente, al incremento de los recursos en salud por la vía del aumento de impuestos. Entonces, maximizan la demanda de los gremios y la petición de inversión en salud, pero, al mismo tiempo, reducen sus formas de financiamiento.
Ojalá en el país existiera una red de protección social similar a la nórdica o a la sueca. Pero eso no es posible con el esquema impositivo que ustedes mantienen, que tiene una estructura africana. Eso sí es irresponsabilidad.
También es una irresponsabilidad venir, semana a semana, a discutir, primero, sobre atención primaria, y ahora, en relación con las listas de espera y especialistas en falencia. ¿De qué estamos hablando, señores de la Derecha? Seamos serios al hablar de salud.
Algunos sostienen que es necesario racionalizar. Estados Unidos de América lo hace, al igual que el sector privado chileno, por plata. Por lo tanto, el que no tiene plata, no tiene salud. ¿Cuál es el resultado? El libre mercado. Estados Unidos de América gasta el 15 por ciento del producto en salud, pero en los próximos veinte años dicho porcentaje se reducirá a un tercio. ¿Estamos dispuestos a asumir ese modelo? Por cierto, no.
¿Qué hace Inglaterra? Ese país cuenta con un sistema nacional de salud similar al que la Derecha chilena destruyó. En los años 50, Chile adoptó un sistema nacional de salud en función del modelo inglés, que racionaliza y planifica, y toma decisiones en materia de infraestructura y, por cierto, de recursos humanos. Sin embargo, ustedes se niegan en forma sistemática a avanzar en cualquier línea racional en materia de racionalización en salud.
¿Cuál es la realidad que debemos enfrentar? ¿Cuáles son las especialidades en falencia?
El 32 por ciento de las listas de espera se origina por problemas oftalmológicos y, de ese porcentaje, el 70 por ciento corresponde a problemas relacionados con vicios de refracción.
Por cierto, no sólo la Derecha actual es culpable de los problemas en salud. Señor Presidente, por su intermedio, deseo expresar a la señora ministra que hay que decir las cosas como son.
Con dolor, porque se trata de colegas de profesión, debo expresar que la Sociedad de Oftalmología en Chile ha generado un cartel, con lo cual no se permite la formación de más especialistas, y hay que decirlo con todas sus letras. ¡Basta de carteles en esa especialidad! No puede ser que mientras en todo el mundo los optometristas diagnostican vicios de refracción y recetan lentes a la gente, en Chile sea necesario esperar uno o dos años para recibir atención de algún oftalmólogo. Dichos especialistas no están en el sistema público de salud y, además, no forman más oftalmólogos.
Señor Presidente , por su intermedio, deseo expresar a la señora ministra que la solución para romper ese cartel es abrir la beca Presidente de la República , de manera que sea posible formar oftalmólogos en Chile y en el extranjero.
Se debe estudiar la posibilidad de enviar a oftalmólogos a las zonas apartadas del país, a fin de atender los casos que revistan mayor complejidad, y permitir que médicos generales diagnostiquen cuando se trate de problemas como vicios de refracción, miopía o astigmatismo. La señora ministra conoce la experiencia de Putaendo, donde médicos generales que cuentan con equipamiento y entrenamiento, recetan lentes a la ciudadanía.
Segunda especialidad, traumatología. El 76 por ciento de los diagnósticos de dicha especialidad se refieren a lumbagos. Por lo tanto, existe un problema en materia de diagnóstico.
En tercer lugar, se debe avanzar en la resolución del médico general.
Otras especialidades en falencia son otorrinolaringología y neurología. Sus diagnósticos más frecuentes son adenoides, que muchas veces se resuelven mediante operación debido a la adenoamigdalitis, y cefalea, respectivamente.
Por cierto, en relación con dichas especialidades, también se repiten las listas de espera para cirugía.
Señor Presidente , por su intermedio, deseo expresar a la señora ministra que si se desea construir, como sostiene la Presidenta Bachelet , una red de protección social en salud, se debe cambiar una actitud atávica de la Derecha, en el sentido de maximizar la demanda ciudadana en materia de salud, por cierto necesaria. Además, se debe discutir en serio el aspecto referido al financiamiento. Los parlamentarios de dicho sector político aceptaron el financiamiento del Auge sólo mediante el iva, el más regresivo de los impuestos.
Avancemos; estamos dispuestos a eso, como dijimos la vez pasada. Si les interesa tanto la existencia del subsidio a la demanda en la provisión, discutámoslo. Que haya hospitales concesionados, a lo menos en lo administrativo; pero, por cierto, con este nivel de financiamiento, de seis o siete por ciento del PIB, no podemos dar dignidad a la gente, porque la inequidad en el país se expresa particularmente en salud. Les pido, porque lo hacen en relación con el Transantiago, con la calidad de la educación y también con salud, que, responsablemente, dejen de maximizar la demanda sin allegar propuestas de solución, fundamentalmente de recursos. Es una actitud política irresponsable.
Ministra , no más carteles en las especialidades del país, especialmente en oftalmología y en otras. Necesitamos especialidad en falencia en todo Chile y las reformas realizadas durante el gobierno del Presidente Lagos, consolidadas en el Gobierno de la Presidenta Bachelet , a partir de 1990, han revertido una dinámica permanente.
Señor Presidente , por su intermedio, quiero responderle al diputado de la UDI , representante de Cauquenes y de Parral, quien hizo una crítica. En tiempos de Pinochet no había oftalmólogos en Cauquenes; en tiempos de la dictadura no había mamógrafos en Parral; ahora los hay.
Me dice mi colega, el diputado Leal , que en Vallenar se va a construir un nuevo hospital y que en Copiapó va a haber inversiones que ampliarán el hospital.
Y ¿qué pasa en mi distrito, en San Felipe? Ministra , usted es testigo. Un alcalde de la Derecha, de Renovación Nacional, durante cuatro años, no fue capaz de construir un consultorio municipal; nunca logró el RS; no tuvo interés. La decisión de la Presidenta es que este año, con fondos públicos, del Ministerio de Salud, se construirá por fin un centro de salud familiar, después de cuatro años de dejación de un alcalde de la Alianza por Chile. Cuando critiquemos los problemas de salud, seamos responsables y reconozcamos que intentaron destruirla, pero la hemos levantado; hay muchos problemas, pero no ha sido resuelta en ningún lugar del mundo. Esta reforma está en la vía correcta e, insisto, tenemos que ser mucho más serios cuando, con irresponsabilidad, maximizamos la demanda y no somos capaces de allegar las soluciones técnicas y los respectivos recursos.
Esperamos responsabilidad de la Derecha; seriedad en el tratamiento de los temas de salud y, de una vez por todas, poder aportar a la solución del problema más profundo en provisión, que son los especialistas en falencia y, por cierto, las listas de espera.
He dicho.
El señor WALKER (Presidente).-
En el tiempo del Partido Socialista, tiene la palabra el honorable diputado Manuel Monsalve.
El señor MONSALVE .-
Señor Presidente , la verdad es que quien habla sobre las listas de espera no está descubriendo ninguna piedra filosofal. Las listas de espera han estado presentes en toda la historia de la salud pública chilena. El tema, por lo tanto, es cómo se resuelven.
No hace pocos años, esta Cámara enfrentó la nueva realidad demográfica y epidemiológica de Chile, y discutió un conjunto de leyes que dieron cuerpo al proceso de reformas de la salud. Y dichas reformas acogieron lo que aquí se está discutiendo, que es cómo resolver, con más oportunidad, más calidad, más protección financiera, el conjunto de patologías y enfermedades que producen más muertes e incapacidad en Chile; que tienen más trascendencia desde el punto de vista de sus resultados de morbi-mortalidad en la población, los de+ mayor magnitud; que afectan en mayor proporción y que producen nuevos casos de enfermedades, por años. Ello permitió incorporarlas al régimen de garantías explícitas en salud, conocido como Auge, para dar calidad y oportunidad; para dar tiempos precisos, garantizados por ley, a los ciudadanos que antes debían esperar indefinidamente para su atención. Y, a partir de la reforma que permitió garantizar tiempos de atención, tanto ambulatoria como quirúrgica, el país avanzó en aquellas enfermedades que mayor impacto tenían en el quehacer social chileno. Las listas las conocemos: cuarenta patologías garantizadas hasta hoy y, próximamente, se van a garantizar cincuenta y seis problemas de salud, en cuanto a ser atendidos con oportunidad, calidad y protección financiera. Más de tres millones trescientas mil atenciones ha realizado Fonasa y más de ciento sesenta mil, el sector privado, con calidad y oportunidad.
Pero, evidentemente, las listas de espera clínica siguen constituyendo un enorme desafío, una tremenda demanda ciudadana. Hay que analizar la integralidad del problema.
Necesitamos infraestructura y equipamiento hospitalario. ¿Qué se ha hecho para enfrentar ese déficit? El Congreso, en la discusión del proyecto de ley de presupuestos, duplicó la inversión que se hacía en el ámbito de la salud, de 52.000 millones de pesos anuales a 112.000 millones, la cual, efectivamente, va a contribuir a solucionar el problema de las listas de espera, porque permitirá construir centros de salud familiar con mayor capacidad resolutiva para que el número de interconsultas, desde la atención primaria hasta la atención secundaria, disminuya por la mejor capacidad resolutiva de la atención primaria.
Los centros de salud se están construyendo en todo Chile. Por ejemplo, en mi distrito está planificado uno en Tirúa; otro en Lebu y, el próximo año, esperamos incorporar otro en la comuna de Lota.
También se ha incluido un conjunto de inversiones para resolver problemas de déficit de infraestructura y equipamiento. Aquí se han nombrado hospitales que se están construyendo en todo Chile o que se van a construir. Hace una semana, estuve visitando la primera etapa del hospital de Curanilahue, de doce mil metros cuadrados, con salas de mamografía, de ecotomografía, de rayos, un hospital de lujo que va a contribuir efectivamente a la disminución de las listas de espera, por su mayor infraestructura y equipamiento.
Pero, el recurso humano constituye un elemento esencial y al respecto tenemos que ser propositivos. El Estado debe tener las herramientas necesarias para lograr una distribución más equitativa de las horas médicas, que permitan asegurar una tasa de consulta mínima a todos los ciudadanos, independiente del lugar donde vivan. No obstante, el problema es que debemos fortalecer la capacidad del Estado, en cuanto a generar la formación de especialistas con la obligación de pagar con servicios en el sector público; que el Estado pueda tener la capacidad de distribuir esas horas médicas en el territorio para garantizar un sistema equitativo de acceso a la atención de especialistas. Eso no existe. Los médicos terminan su formación en la etapa de destinación y se pasan al sector privado; no tienen la obligación de seguir trabajando en el sector público. Por lo tanto, hay una fuga de médicos que se requieren en el sector público y el Estado no puede estar de rodillas ante la necesidad de una distribución más equitativa de horas médicas.
Es sumamente importante la ley N° 19.664, aprobada también por este Congreso. Contempla, en su marco jurídico, incentivos para los médicos, como las asignaciones de competencia y de estímulo, a fin de atraerlos hacia los sectores donde es más difícil conseguir especialistas. Y los directores de servicios tienen la facultad de entregar el más alto porcentaje de esas asignaciones que permitan incrementar en forma muy importante la remuneración de los médicos. Pero, para eso hay que tener los recursos. Entiendo y espero que el Ministerio tome las decisiones que permitan hacer llegar esos recursos a los servicios de salud, particularmente a los que tienen mayor carencia de especialistas, para que se puedan entregar asignaciones de competencia y de estímulo altas, de manera que para los especialistas sea muy atractivo ir a trabajar a dichos servicios. Ésa es una medida clara y necesaria.
Sin duda, la llegada de los médicos especialistas a la atención primaria constituye un desafío. Lo planteado por la ministra, sobre la ronda de especialidades, es un modelo de gestión que permitiría acercar la consulta a la atención de especialidades ambulatorias para que la gente no tenga que viajar para obtenerla. Eso es sumamente importante para las comunas alejadas, como las de mi distrito. Por ejemplo, la comuna de Lebu requiere de especialistas ambulatorios en el hospital. La medida disminuiría claramente el número de viajes o de traslados de las personas que van de Lebu a Concepción o a Curanilahue.
Por lo tanto, la estrategia, como modelo de gestión ambulatoria, que permita que la atención de especialidades no sólo se brinde en los grandes centros hospitalarios, sino también en los de menor complejidad y en los consultorios de atención primaria, sin duda, permitiría disminuir las listas de espera.
Finalmente, tengo plena confianza en lo que el Ministerio está haciendo y puede hacer para entregar a la población mayor acceso a la atención de especialidades. Los datos que ejemplifican la capacidad de la salud pública están a la vista. Todos lo han dicho muchas veces. Hemos enfrentado desafíos sanitarios importantes, pero la disminución de la mortalidad infantil, de la letalidad de las enfermedades respiratorias en el adulto mayor, de la tasa de prevalencia de la tuberculosis; la capacidad que tenemos hoy, a través del Auge, para garantizar la atención de especialidad a las mujeres que sufren de cáncer intrauterino o de mamas, demuestra la capacidad de nuestra salud pública para hacer frente a los desafíos de una sociedad que cambia demográfica y epidemiológicamente.
Por lo tanto, y haciendo precisión en los temas, es indispensable resolver, amén del gran esfuerzo que se hace para invertir en infraestructura y equipamiento, la capacidad del Estado para llevar atención de especialidades a todos los territorios de Chile. Tenemos las herramientas para hacerlo; para garantizar a los que viven en Santiago, a los que viven en centros urbanos, pero también a los que viven en pequeñas localidades o pueblos rurales, el efectivo acceso a la atención de las especialidades.
He dicho.
El señor WALKER ( Presidente ).-
En el tiempo de la Unión Demócrata Independiente, tiene la palabra el diputado señor Enrique Estay .
El señor ESTAY .-
Señor Presidente , las cifras hablan por sí solas. Esta tarde quiero reconocer la millonaria inversión en infraestructura. Es el caso del hospital de Victoria, llamado a cubrir las necesidades de 35 mil habitantes, pero que, sin embargo, presenta una lista de espera vergonzosa: 900 personas para traumatología; 900 para neurología y 400 para cardiología. Faltan, a los menos, por citar algunas especialidades, un oftalmólogo, dos traumatólogos, tres anestesistas y algunos pediatras, pues hoy cuenta con uno solo en cada una de ellas.
El hospital de Lautaro, que debe atender a 33 mil habitantes de la comuna, más 6 mil provenientes de Perquenco, además de descomprimir la carga asistencial del hospital regional de Temuco, viene trabajando con apenas 7 médicos, cifra que sólo ahora podría aumentar. La lista de espera en este hospital pasa de las mil personas y sigue aumentando, situación de la que habría podido informarse personalmente la ministra de Salud , de haber acompañado a la Presidenta de la República en su reciente visita a la comuna de Lautaro y no haberse quedado en Temuco.
En el hospital de Curacautín, que cubre las necesidades de 17 mil habitantes, aparte de las listas de espera y de la falta de profesionales -es bueno que la ministra se informe de ello en esta sesión- existen apenas tres camillas de urgencia y las ecografías a las embarazadas se realizan al lado de la maquina de rayos X, con el obvio riesgo de radiación para el embarazo.
En todos esos hospitales, que atienden a nuestro campesinos y pobladores, la mayoría de escasos recursos, los problemas de financiamiento impiden completar los turnos especiales y la plata, curiosamente, no alcanza para calefacción ni para bencina y reparación de las únicas dos ambulancias del hospital de Curacautín.
De esa triste realidad, sólo queda rescatar la infinita paciencia de los enfermos y el enorme esfuerzo de los profesionales de la salud y del personal paramédico de esos hospitales, que hacen verdaderos milagros para atender lo más dignamente posible a la gente, considerando la pobreza franciscana en que deben trabajar.
Esta tarde amarga deseo resaltar el enorme aporte que ha hecho en mi zona, en especial en favor de los campesinos mapuches y pobladores de la Novena Región, particularmente de las comunas de Lonquimay, Victoria y Curacautín, el moderno hospital de campaña del Ejército, que ha operado a más de 150 personas de cataratas, hernias y vesículas en los dos últimos años, aliviando en cierta medida las respectivas listas de espera. Para todos sus funcionarios, médicos y paramédicos vayan mi gratitud y mi reconocimiento.
He sabido que se vienen otras millonarias inversiones en infraestructuras, normalizaciones y mejoras para los hospitales, hecho que reconocemos y festejamos, como la tercera etapa del hospital de Victoria, que anunciara la Presidenta de la República en su intervención del pasado 21 de mayo. Sin embargo, se necesitan incentivos económicos para los médicos especialistas, más cuando hoy existen los recursos. La demanda de los más pobres, de los ancianos, de los campesinos, de los mapuches y pehuenches de Lonquimay, de Curacautín, de Victoria y de Lautaro, es de médicos especialistas, pues nunca se ha visto ni se verá jamás que las nuevas camillas, las construcciones lujosas, como se ha señalado esta tarde, los equipos y oficinas sean los que atiendan y den sanidad y curación a los enfermos.
De nada sirve que la Presidenta anuncie y se ufane que el Auge cubre nuevas enfermedades, si en las comunas y aldeas de nuestro largo territorio no existen médicos encargados de atenderlas.
Por su intermedio, señor Presidente, le digo a la ministra que los enfermos en lista de espera no esperan, mueren.
He dicho.
El señor WALKER ( Presidente ).-
En el tiempo de Renovación Nacional, tiene la palabra el diputado señor Francisco Chahuán .
El señor CHAHUÁN.-
Señor Presidente, fuimos convocados para analizar las listas de espera en los hospitales. Esta realidad se arrastra desde hace mucho tiempo y pese al fuerte aumento presupuestario destinado al efecto por el Ministerio de Salud, no ha logrado ser revertida.
Ante esa cruda realidad, que afecta gravemente a miles de chilenos que llevan largos años en lista de espera para someterse a intervenciones quirúrgicas u otros procedimientos similares, no cabe sino concluir que es necesario mejorar la eficiencia en la gestión y administración de los recursos.
En materia de salud pública, no existe derecha ni izquierda. Es un tema que tenemos enfrentar todos: Congreso y Ejecutivo; Oposición y Gobierno.
El hospital Gustavo Fricke , de Viña del Mar, gracias a la tremenda gestión de su actual director, ha logrado reducir la deuda hospitalaria, pero la sanitaria sigue esperando. Por esta razón, se requiere reingeniería en la gestión hospitalaria, que asegure una adecuada administración de los recursos, a fin de acortar las listas de espera, tan perjudiciales para los pacientes.
El otro tema es la falta de especialistas en regiones y la responsabilidad de ello radica en la falta de un marco normativo. En efecto, no tenemos una ley de especialidades médicas; por eso, cualquier médico chileno o extranjero puede ejercer una o varias especialidades en forma simultánea, sin contar con la más mínima preparación. Sin embargo, desde el 8 de junio de 2000, es decir, hace exactamente siete años, se encuentra pendiente en la Comisión de Salud de la Cámara la moción que regula estas materias y da reconocimiento oficial y obligatorio a la corporación nacional autónoma de certificación de especialidades médicas. La demora en el tratamiento de esta iniciativa legal nos parece insólita y es hora de comenzar cuanto antes su discusión.
El hospital Gustavo Fricke vive una situación crítica, dado que no cuenta con ningún otorrinolaringólogo. Para radiología cuenta con tres radiólogos, en circunstancias que, por la cantidad de pacientes que pudieran atenderse en este hospital -cerca de 980 mil- se requieren al menos unos diez. También hay deficiencias en neurología adultos; en siquiatría y en siquiatría infantil; en cirugía vascular; en endocrinología; en urología y en fisiatría. También existen necesidades importantes en traumatología, en nefrología y en gastroenterología.
A fin de superar esas deficiencias, es necesario que el Ministerio de Salud otorgue urgencia al proyecto de ley referido, a fin de contar con médicos especialistas calificados y destinar más a regiones, para brindar adecuada atención médica a los pacientes. Demandamos de esta Cartera y de la de Hacienda que entreguen los recursos que se precisan.
Coincido con el diputado señor Estay: los pacientes en lista de espera no esperan, sino que mueren.
El tema que nos convoca es de urgencia nacional y como tal debemos abordarlo.
He dicho.
El señor WALKER (Presidente).-
Tiene la palabra el señor Lobos.
El señor LOBOS.-
Señor Presidente , no quiero hablar de cifras, porque la señora ministra las conoce mejor que nosotros. Por lo tanto, quiero aprovechar esta ocasión para plantear algunas situaciones que son las grandes causantes de estas listas de espera que hoy tenemos.
Una de ellas es el centralismo que ha ido apareciendo en forma cada vez mayor en nuestro sistema de salud. El Auge, lejos de descentralizar, ha ido centralizando más aún. Hace un par de días un directivo de salud de Concepción se quejaba de que le costaba retener a los traumatólogos en la ciudad, dado que la resolución de la patología Auge de las caderas se la había ganado el hospital de Carabineros, de Santiago, situación que desincentiva a los médicos especialistas a instalarse en regiones. Por lo tanto, no es que tengamos un déficit de especialistas, sino que tenemos una mala distribución de ellos.
Asimismo, los incentivos que hemos ido dando para que nuestro sistema funcione no están actuando como nosotros quisiéramos. Tenemos que alrededor de quinientos cargos de urgencias del país no están siendo provistos con la titularidad del cargo; es decir, los médicos ocupan sus cargos a contrata, lo que no incentiva a los especialistas a quedarse en una ciudad.
Aquí se dijo que hay que aplicar incentivos económicos. Los médicos no trabajamos por plata; habitualmente queremos trabajar para progresar en nuestra profesión. No queremos que nos corten las manos, queremos ir progresando para hacer las cosas cada día mejor. Cuando a un especialista se le dice que llega hasta aquí, obviamente tiende a irse de ese lugar, lo que genera un problema cada vez mayor.
También tenemos un lujo que es carísimo, cual es el funcionamiento de nuestros hospitales por medio día. En las tardes los pabellones no funcionan; tampoco lo hacen los laboratorios de rayos y los que analizan muestras, ni el policlínico de especialidades, etcétera.
Finalmente, tenemos lo que llamamos los “jurásicos”, que es una mano de obra altamente especializada, pero que no es utilizada. En la mayoría de los hospitales de Chile están cómodamente sentados a la espera de que pasen las horas.
Por ello digo que lo que está fallando es el modelo y que llegó la hora de que lo analicemos para ver cómo salimos de este embrollo, de este zapato chino en el que estamos metidos y logremos la solución que nuestro pueblo espera.
Hay diferencias en este problema, porque hay déficit de algunas especialidades en gran parte de las provincias, como oftalmólogos, traumatólogos, neurólogos, neurocirujanos, otorrinolaringólogos, cardiólogos y urólogos, lo que genera listas de espera para acceder a una interconsulta. Pero también hay otra lista de espera que es silenciosa, que afecta a la generalidad de nuestro pueblo y que se relaciona con las especialidades básicas. En el hospital de Los Ángeles, donde trabajo, para poder operarse de la vesícula hay una lista de espera de no más allá de tres meses, lo cual considero bastante bueno. Lo mismo sucede respecto de quienes quieren operarse de una hernia. El problema se produce con la persona que vive en Alto Biobío, en Santa Bárbara o en Laja, que a veces espera hasta un año para una interconsulta, lo que se debe a que hay una mala gestión, situación errónea que se podría perfeccionar para que esa interconsulta sea solucionada antes.
En resumen, el enfermo tiene que soportar una demora para lograr una interconsulta, por lo que tiene que levantarse a las cinco de la mañana para ir a plantarse delante de un hospital a mendigar esa hora, cosa que me parece del todo injusto.
Para terminar, me gustaría lanzar algunas ideas, algunas de ellas quizás locas e impracticables, como crear un registro nacional de especialistas, porque, insisto, creo que hay especialistas, pero los tenemos mal distribuidos. Con esto lograríamos racionalizar una malla de estos profesionales a lo largo de Chile.
Crear incentivos para que los especialistas se vayan a trabajar a regiones, pero con titularidad en el cargo. Demos estabilidad a los médicos; que sepan que están insertos en un desarrollo, en una idea, en una utopía para mejorar un hospital.
Aumentar la resolutividad de los consultorios urbanos. En muchos hospitales sobran horas de especialistas que podrían ser ocupadas, como me tocó en los inicios de mi carrera. Así evitaríamos una interconsulta absolutamente necesaria, porque el especialista resolvería muchas cosas in situ, sin necesidad de trasladar al paciente.
Los Cecof y los policlínicos nuevos que se creen deben estar financiados totalmente para que no constituyan una carga gravosa para los lomos un poco esqueléticos de estas acémilas que se llaman municipios, que están bastante gravados por aportar en salud y en educación.
Mejorar la complejidad de los hospitales tipo 4, porque muchas ciudades han ido creciendo y tienen sus industrias, pero los servicios públicos se quedaron cortos. Algunas especialidades que podrían darse perfectamente en algunos de esos hospitales para mejorar su complejidad, para lo que debiera contar con un pediatra, un internista y, por qué no, con un obstetra.
Por último, debemos considerar una cosa que ya el Auge lo ha hecho, porque, doctor Núñez , por intermedio del señor Presidente , ya privatizó la solución para algunos enfermos. En consecuencia, también podríamos considerar que si el enfermo no quiere esperar lo que el Estado le está ofreciendo y tiene disponibilidad de recursos, que pueda atenderse en alguna clínica con el monto que le garantiza el Estado más su aporte para pagar la intervención. También se podría hacer lo que ya se ha hecho, cual es licitar la lista de espera para utilizar la capacidad ociosa que tienen nuestros hospitales en esos horarios en que los pabellones no funcionan.
Creo que hay muchas soluciones y especialistas, pero también considero, señora ministra, por intermedio del señor Presidente , que ha llegado la hora de que nos sentemos calmadamente a revisar el modelo de atención y racionalicemos lo que estamos haciendo. De otra manera, vamos a seguir inyectando dinero sin lograr los resultados adecuados.
He dicho.
El señor DÍAZ, don Marcelo ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el diputado señor Gabriel Silber .
El señor SILBER .-
Señor Presidente , estamos tratando un tema altamente importante y sensible para la gran mayoría de los chilenos, en particular para las 272 mil personas que aparecieron en lista de espera el 31 de marzo de este año. Sin duda, es un tema país, al cual, a mi juicio, nadie se puede restar.
Si analizamos la composición de las listas de espera, podremos comprobar que el 84 por ciento corresponde a consultas y que alrededor del 16 por ciento, es decir, 4.068 pacientes, corresponden a pacientes que deben ser intervenidos quirúrgicamente.
Qué duda cabe de que tenemos que ver el potencial de resolución de la capacidad instalada de los hospitales, de los cefam, de los cecot que tenemos en nuestro país.
Hemos hecho un esfuerzo sustantivo en los últimos años para aumentar la infraestructura de salud, con el fin de satisfacer la demanda hospitalaria. Ya se ha dicho que en el último decenio se han construido o reconstruido cerca de trece hospitales de nivel de complejidad medio o alto, siete de ellos están situados en regiones. Al mismo tiempo se intervinieron cincuenta y tres establecimientos de similar complejidad en otras doce regiones del país.
El sector público de salud ha hecho esfuerzos significativos en este decenio; no obstante, existe una cantidad enorme de chilenos que siguen esperando para ser atendidos por el sistema público de salud. Este tema debemos analizarlo con altura de miras, y no desde una óptica político-partidista, colocando atención no sólo en la asignación de recursos públicos que se mencionan en el proyecto de acuerdo.
Quiero mencionar algunas cifras. Las cardiocirugías aumentaron de 1.589, en 2002, a 4.519, en 2006, es decir, este tipo de intervenciones se triplicó.
Las intervenciones de hemodinamia pasaron de 1.560 a 11.753. Sin duda, es un cambio sustancial respecto a lo que ocurría en 2002.
Las intervenciones de cataratas aumentaron de 5 mil, en 2001, a más de 20 mil, en 2006, es decir, 300 por ciento de incremento real.
En materia de endoprótesis de cadera total, que eran un poco más de mil, en 2004, se pasó a 1.400, en 2006, esto es, 40 por ciento de incremento real.
Las intervenciones quirúrgicas de traumatología y ortopedia, que son distintas al GES, pasaron de 50 mil, en 2004, a 150 mil, en 2006, vale decir, 200 por ciento de incremento real. Las intervenciones quirúrgicas dermatológicas pasaron de 290 mil, en 2004 a 320 mil, en 2005.
En materia de horas hospitalarias, se aumentó de 215 mil, en 2004, a 235 mil. Las horas médicas contratadas de cardiología pasaron de 3.385, en 2004, a 5.448, en 2006. Las consultas neurológicas aumentaron de 220 mil, en 2004, a más de 300 mil, en 2006.
Hay que decir las cosas como son, lo que no implica autocomplacencia ni pensar que no se puede mejorar más. Las listas de espera son reales, pero es bueno señalar el aumento real que hemos experimentado tanto en infraestructura, con respecto a 1990 cuando se recibió el país, como en términos cualitativos.
Las jornadas de médicos especialistas han aumentado desde 2002 a 2006, lo que demuestra que se han hecho bien las cosas, pero aún falta mucho por hacer.
Todos debemos realizar un esfuerzo para dar el gran salto hacia delante y evitar que 272 mil personas permanezcan en listas de espera.
Por otra parte, es desalentador observar que 32 por ciento de las demandas por consultas médicas corresponden a oftalmología. De ellas, 70 por ciento corresponde a vicios de refracción. ¿Qué estamos haciendo al respecto? ¿Qué pasa con el Colegio de Oftalmólogos? El diputado Núñez habló de que se ha formado un verdadero cartel, un monopolio en el ejercicio de esa profesión.
¿Qué sucede con las becas de estudio? ¿Cómo abrimos las carreras profesionales? ¿Qué sucede con los centros de formación técnica, que son vitales a la hora de contar con más especialistas y de mayor calidad?
Se ha planteado el tema de la ley de especialidades médicas, pero, al mismo tiempo, se colocan barreras para contratar médicos extranjeros que desean trabajar en Chile. Hay que ser sinceros, la ley de especialidades médicas es una necesidad, hay que garantizar estándares adecuados, pero podemos dispararnos a los pies, porque hoy muchos especialistas son extranjeros y les vamos a cerrar la puerta. ¿Cuál es la solución? Se ha dicho que es descentralizar, enviar más recursos a regiones, eliminar el personal a contrata para transformar las plantas en los distintos servicios de salud. Es decir, hay una gran cantidad de alternativas y quiero rescatar que la Cámara de Diputados está trabajando en la elaboración de un proyecto de acuerdo transversal en el que se reiteran las prioridades que entendemos necesarias para sentarnos a trabajar, como son la falta de especialidades y las listas de espera en nuestros hospitales.
No puedo dejar de mencionar lo que sucede en la zona norte de la región Metropolitana, en particular en el hospital San José , donde hay gran cantidad de pacientes en lista de espera. Tengo en mi poder las cifras, pero sólo quiero decir que urge estudiar con atención la red hospitalaria de toda la zona norte y ver la posibilidad de contar con otro centro hospitalario de apoyo, un centro de referencia o un centro comunitario de salud familiar, Cecof, que atienda las demandas de la zona norte. Hay problemas de distancia, de acceso, etcétera.
En el mensaje presidencial del 21 de mayo la zona centro metropolitana recibió importantes anuncios como son la construcción del hospital de La Florida, y del hospital concesionado de Maipú. Por eso, ahora pedimos abordar la situación de la zona norte metropolitana, no sólo en términos de especialidades médicas, sino de infraestructura hospitalaria.
Algunos diputados han señalado la posibilidad de descentralizar y ser más audaces en la gestión de salud. Se mencionó la posibilidad de otorgar un bono portable similar al de Educación, a través del cual el Estado pudiese entregar recursos y mediante un subsidio alternativo por parte del particular acceder al sector privado donde sí hay disponibilidad, pues las barreras de ingreso económico son distintas a las que ofrece el sector público en términos de garantía.
La ministra de Salud requiere apoyo para solucionar el problema de las listas de espera, pues se trata de un tema país. Debemos abandonar -ese ha sido el espíritu de la Comisión de Salud- el aspecto político-partidista coyuntural para trabajar juntos, entendiendo que éste no es un tema de recursos, que no soluciona sólo con solicitar más recursos a los ministerios de Hacienda y de Salud, sino que se debe asumir el problema de las listas de espera como una demanda nacional.
Las cifras que señalé avalan los incrementos significativos en materia de salud, pero también deben haber ideas audaces cuando se trate de solucionar el problema de las lista de espera. Las 272 mil personas que están en lista de espera no pueden seguir allí. El país tiene una deuda con ellos, pero también hay que tener sentido de Estado a la hora de plantear ciertas situaciones por sobre lo que es la pirotecnia electoral.
He dicho.
El señor WALKER (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Pablo Galilea.
El señor GALILEA.-
Señor Presidente , hay hechos objetivos que nadie puede desconocer. Es cierto que casi se ha multiplicado por seis el presupuesto de Salud; es cierto que en materia de infraestructura se ha progresado en muchas ciudades del país y, al respecto, valoro, en particular, la decisión de construir un hospital en Puerto Aisén.
En mi región, se ha construido una infraestructura estupenda en la comuna de Cisnes, pero quiero decirle a la ministra de Salud , por su intermedio, señor Presidente , que aquí no se puede venir a defender lo que se ha hecho. Hay que ser autocríticos y no autocomplacientes, como escuché a algunos diputados de Gobierno y a la propia ministra de Salud . Hay que reconocer que existen problemas reales en la salud de nuestro país. El problema de las especialidades, especialmente en regiones, es grave. El problema de las listas de espera es real, grave, y el deber de toda la clase política es trabajar por la gente que está sufriendo, especialmente por las personas de más escasos recursos.
Pero más que dar una mirada general -que ya se ha dado-, quiero expresar lo que significa dar una mirada a una región extrema, aislada, como es la de Aisén. Una región que, además de sufrir aislamiento geográfico, ha tenido que vivir también un aislamiento económico. En lo que respecta a la salud eso es tremendamente importante para toda la gente que vive allí, ya que se ve imposibilitada para salir a atenderse a los centros hospitalarios de otras regiones porque no cuenta con los recursos suficientes, sobre todo, porque eso tiene un alto costo.
Pero hay algo que reviste mayor gravedad para el usuario del sistema, sobre todo, porque de acuerdo con lo señalado por la gente que vive allí y por el propio Colegio Médico tanto a nivel regional como nacional, el sistema presenta grandes falencias en materia de especialidades.
En la Región de Aisén no hay especialidades en temas básicos, tales como cardiólogo de adultos, cardiólogo infantil, nefrólogo, reumatólogo, endocrinólogo, neonatólogo, cirujano, lo que constituye un problema real. Pero debemos reconocer que mucho más graves son los problemas que afectan a los hospitales de las comunas más pequeñas.
Hace pocos días, se anunció la construcción de hospitales sin cama, tema que finalmente se politizó. En la Región de Aisén el problema es aún más grave, porque hay hospitales sin médico, y eso sí que no funciona. Está próxima a inaugurarse una nueva infraestructura en el hospital de Cisnes, pero no cuenta con médicos; el hospital de Puerto Aisén tampoco tiene médicos especialistas. De los diez profesionales médicos que hay en la zona, cinco están con licencia médica, quienes han tenido que hacer frente a una población que, producto de una catástrofe, ha demandado una atención de salud mucho mayor. Ahí existe un problema real. En el hospital de Aisén hay un mamógrafo -que fue donado por el gobierno italiano- que está guardado en una bodega, ya que no cuenta con profesionales idóneos que lo puedan operar, como sería un tecnólogo médico. Asimismo, las listas de espera en los hospitales son vergonzosas. Esos son problemas reales que ocurren en todas las comunas a lo largo del país.
Entonces, ¿qué podemos hacer, señora ministra, como Estado, como país, y en qué podemos contribuir para que, efectivamente, los problemas se solucionen?
Para eso no hay que ser autocomplaciente; hay que tener un poco de autocrítica; hay que reconocer los problemas que existen.
Desde ese punto de vista, me atrevo a sugerir algunas cosas que a lo mejor son muy generales, pero son básicas para llevar especialistas a las regiones y a las comunas más pequeñas.
Primero, un estímulo económico y de perfeccionamiento para la permanencia de especialistas en las regiones; segundo, una política para contratar especialistas en comunas pequeñas. De lo contrario, la percepción de la gente respecto del tema de la salud va a seguir deteriorándose y, sobre todo, vamos a seguir gastando muchos recursos en materia de infraestructura, pero no vamos a solucionar el problema que hoy afecta a la gente.
He dicho.
El señor WALKER (Presidente).-
En el tiempo del Partido por la Democracia, tiene la palabra al diputado don Enrique Accorsi.
El señor ACCORSI.-
Señor Presidente , creo que ésta es una justa preocupación que tienen todos los diputados, tanto de regiones como de la Región Metropolitana. No obstante, es importante reconocer los avances que se han hecho.
Si uno mira la cantidad de interconsultas y de intervenciones, podemos ver que han aumentado las soluciones. Pero no podemos desconocer que aún persisten los problemas, los cuales los debemos enfrentar todos unidos.
El tema central es la necesidad de más especialistas en el sistema público. Hoy, el 70 por ciento de ellos está en el sistema privado, y sólo el 30 por ciento está en el sistema público. Por ello, debemos buscar una fórmula para que no sea sólo el mercado el que distribuya a los especialistas.
Desde ese punto de vista, se pueden llevar a cabo muchas iniciativas. Por ejemplo, que una fracción del horario de los especialistas que están en los hospitales vaya a trabajar junto con los médicos y con el equipo de atención primaria. Además, hay una cantidad importante de interconsultas, que forman las listas de espera, que no es necesario que pasen por el especialista para ser resueltas.
Otro tema importante es buscar una fórmula para subsanar las listas de espera. Recuerdo que años atrás se hicieron programas, por ejemplo, para hernias, várices y otros temas, con incentivos especiales para los equipos de salud, lo cual dio un muy buen resultado. También se pueden establecer programas especiales respecto de las listas de espera, enfocados a las personas que tienen mayor necesidad.
También hemos planteado la necesidad -hay una ley que así lo avala- de contar con especialistas de llamadas, por ejemplo, en el momento de urgencias. Eso es muy importante, y el Ministerio hoy tiene facultad para hacerlo, con lo cual se puede solucionar un problema puntual de manera definitiva y evitar esa espera de varios días, en que se ocupa infraestructura, etcétera.
Por otra parte, es importante buscar soluciones para el uso de la infraestructura con que hoy cuenta nuestra red hospitalaria. Todos sabemos que la mayoría de los hospitales funcionan en las mañanas. Hay una experiencia positiva en el hospital Traumatológico de Santiago, donde funcionan dos turnos: uno en la mañana y otro en la tarde, lo que da salida a muchos problemas.
Por eso, creo que frente al tema no podemos ver sólo lo negro, sino que debemos buscar incentivos como los que he expuesto.
Es fundamental focalizar nuestro objetivo en los puntos de mayor demanda a fin de darles una solución. Y ojalá podamos reencantar a nuestros médicos mediante incentivos para que trabajen en la salud pública. No cuesta nada sacar especialistas de la atención secundaria a la primaria, porque los directores de los servicios de salud gozan de esa facultad, y además está establecida en las políticas de salud. Eso es algo que todos vamos a respaldar, y también cuenta con el respaldo del Colegio Médico.
Recuerdo que cuando era estudiante de Medicina, había especialistas incluso en los consultorios. Trabajé en La Granja, en San Gregorio, en Villa O´Higgins, y en todos había especialistas. De esa forma, se pueden resolver los problemas más importantes de manera integral.
Además, no podemos dejar de reconocer el avance en infraestructura. Sería importante tener acuerdos con las sociedades de especialistas, como se hizo con Oftalmología, lo que brindó un aumento realmente importante, sobre todo, en cirugía de cataratas.
Por eso, pido a la ministra trabajar en conjunto con la Comisión de Salud, ya que todos estamos llanos a dar solución a esos problemas. También se debe buscar la forma de optimizar los recursos que existen en especialidades, ver dónde existen más falencias, las que en este momento predominan en todo lo que tiene que ver con anestesia.
Asimismo, se debe utilizar la infraestructura de nuestros hospitales, que pasa la mitad del día sin uso. De ahí nacieron los llamados horarios prioritarios. Es muy importante hacer innovaciones en ese sentido a nivel de regiones en un trabajo en conjunto con los consejos regionales del Colegio Médico, con el objeto de buscar solución a los problemas que hoy existen en forma integral.
No obstante, me siento muy optimista, ya que hemos avanzado bastante. También soy crítico de algunas cosas, pero creo que la solución está en nuestras manos si existe la voluntad para trabajar en equipo, todos unidos. Las cosas no van a mejorar con decir que hay una cierta cantidad de pacientes en lista de espera, sino que debemos buscar soluciones integrales, como las que han sido planteadas en el transcurso del debate.
He dicho.
El señor WALKER ( Presidente ).-
Tiene la palabra la diputada señora María Angélica Cristi .
La señora CRISTI (doña María Angélica ).-
Señor Presidente , frente a la importancia del tema en discusión, una debe preguntarse cuán útiles son estas sesiones especiales, dado que siempre somos muy pocos quienes asistimos al debate. Pero, dentro de los pocos que somos, creo que es súper valiosa la opinión de las personas que aportan ideas para ir resolviendo los problemas de salud, sin hacer una defensa del sistema que se está aplicando, porque todos sabemos que hay problemas. Las razones pueden ser muchas: el avance de la medicina, el aumento de la población, etcétera. Son muchos los factores que influyen en la generación de problemas; pero no cabe duda alguna de que en salud hay problemas.
Hoy, el punto de conflicto es la denominación que se les ha dado a los nuevos centros de salud, construidos con recursos aprobados por el Congreso Nacional en la ley de Presupuestos para el año 2007. Según información entregada por la Unidad de Análisis del Presupuesto del Congreso Nacional, no existe otra denominación: los dineros solicitados al Congreso Nacional han sido para la construcción de hospitales.
Así es como el presidente del Colegio Médico regional de Iquique señaló que la iniciativa impulsada por el Ministerio de Salud para Alto Hospicio no implica mayor atención de médicos especialistas, porque va disminuir la carga de trabajo en cirugía, obstetricia y atención de partos. Obviamente, esto no satisface las necesidades de las personas de Alto Hospicio, donde no hay otro hospital, a pesar de que necesitan otro nuevo.
Lo mismo ocurre en Talca -fue anunciado por la Presidenta de la República -, donde un nuevo centro será entregado en noviembre de este año. Será denominado centro de diagnóstico terapéutico y estará adaptado sólo para medicina ambulatoria, en circunstancias de que lo que la gente necesita es un hospital.
Semejante situación ocurre en Antofagasta. Por ejemplo, en Calama la situación es aún peor: el proyecto propuesto ha sido muy cuestionado por la comunidad, porque ni siquiera considera una Uci. Pero eso no está considerado en los planes del Gobierno.
Según el Colegio Médico, se entiende por hospitalización la internación de una persona en un centro de salud que ocupa, por lo menos, 24 horas en la prestación de los servicios de habitación, alimentación, atención general médica y enfermería. La ministra de Salud dijo que se les puede llamar de cualquier manera; que sólo se trata de diferencias semánticas, no de fondo. Pero, la verdad es que no son hospitales, porque los pacientes no podrán hospitalizarse en ellos ni ser atendidos por médicos y enfermeras, durante más de ocho horas.
Por lo tanto, estamos frente a un problema de interpretación de lo que significan los centros de diagnóstico terapéutico.
Los recursos aprobados por el Congreso Nacional para la construcción de hospitales serán utilizados en otro tipo de establecimientos que no responderán a las expectativas de los habitantes de las distintas ciudades que, hace años, esperan la construcción de un hospital.
Asimismo, constituye una manipulación comunicacional cambiar el nombre de los servicios públicos, adaptándolos a una u otra necesidad. Llamar hospital a un centro de diagnóstico terapéutico es como denominar universidad a un preuniversitario, a un colegio o a un jardín infantil.
Valoramos sí la atención de salud, porque siempre necesitamos más, especialmente cuando se reclama por la lentitud en la atención de especialistas -es el clamor principal- y por la obtención de exámenes. Pero, llamemos las cosas por su nombre.
Por otra parte, es urgente evaluar el uso de los recursos de los hospitales que ya están funcionando en nuestro país porque, aparte del edificio, es fundamental contar con médicos especialistas y con profesionales de la salud; con tecnología para realizar diagnósticos; con equipos de pabellón, medicamentos, insumos, en general; con instrumental, etcétera.
Hay un sector que ha sido complaciente con la salud, pero ni el Auge, ni estos nuevos recursos para centros de salud, ni los consultorios entregados durante los últimos meses en distintas comunas del país resuelven los problemas estructurales que se arrastran por años y que, finalmente, afectan a los chilenos más pobres; es decir, a aquellos que no tienen alternativas.
Puntos clave son la gestión y el uso de los recursos que se entregan al sector salud cada año. ¿Será posible cubrir el aumento de las patologías Auge con el mismo presupuesto? El programa del Gobierno propone llegar a 80 patologías el 2010. Todos los antecedentes que existen sobre la materia ponen en serias dudas que se pueda cumplir esta promesa, porque la situación en los hospitales, las condiciones en que trabajan sus personales, el deterioro de la infraestructura, la desigualdad en la distribución de los recursos entre las regiones impedirán, incluso, cumplir con las metas del Auge. Uno de los grandes problemas del Auge es que en regiones no existe la infraestructura necesaria para responder a sus demandas.
Por otra parte, ¿qué nos dice el Ministerio de Salud respecto de la atención primaria? La atención primaria es la base para poder avanzar en salud; mientras no la mejoremos, no avanzaremos en atención de salud. La atención primaria está colapsada: las colas de los consultorios se han trasladado a las casas, donde los pacientes deben recurrir a una línea telefónica -permanentemente ocupada- para conseguir una hora. Impotentes ante esta situación, las personas colapsan los servicios de urgencia de los hospitales.
El señor WALKER ( Presidente ).-
Ha concluido su tiempo, señora diputada .
La señora CRISTI (doña María Angélica ).-
Termino, señor Presidente .
Resulta urgente resolver la dramática realidad de los hospitales regionales. A lo mejor, un hospital se podría complementar perfectamente con un servicio de salud ambulatorio; pero éste no puede ser la única posibilidad de las personas para obtener atención definitiva de sus necesidades de salud más urgentes.
Por eso, necesitamos no sólo hospitales sin camas o ambulatorios, sino que también hospitales de atención permanente.
He dicho.
El señor WALKER (Presidente).-
En el tiempo del Partido Radical Social Demócrata, tiene la palabra el honorable diputado Alberto Robles.
El señor ROBLES .-
Señor Presidente , por su intermedio, quiero saludar a la ministra de Salud , señora María Soledad Barría , y agradecer su presencia en esta Sala.
Lo cierto es que cuando hablamos de falta de especialistas, sobre todo, en regiones, estamos pidiendo que la capacidad resolutiva del sector salud sea equitativa en todas ellas; estamos pidiendo, principalmente, que los especialistas del área de la medicina puedan atender, después de llevar a cabo su formación, a todos los chilenos, de Arica a Punta Arenas.
En realidad, hemos ido avanzando cada vez más en la capacidad del sector salud de dar atención a toda la población, sobre todo, a los habitantes más desposeídos de las poblaciones. Las estadísticas nos muestran cómo un país que desarrolla la salud pública y mejora la salubridad pública, el alcantarillado y el agua potable, la educación y la alimentación, logra niveles de salud comparable con los de países desarrollados.
Hace unos 30 años, la mortalidad infantil era equivalente a la que existía en un país del tercer mundo. Hoy, podemos decir con satisfacción que Chile tiene una mortalidad infantil similar a la de cualquier país desarrollado. Y esto se debe a que el sector salud, principalmente el público, ha ido avanzando porque ha logrado mejorar la capacidad resolutiva, la tecnología y, por cierto, la atención en las distintas regiones.
Es efectivo que en regiones todavía faltan especialistas. La necesidad de contar con ellos en las distintas áreas hace que la gente tenga que recorrer largas distancias cuando no recibe atención en el lugar en el cual vive. Represento a la provincia del Huasco, donde en unos meses más se inaugurará un moderno hospital que será un lujo para el país. Su infraestructura, su concepción arquitectónica, permitirá atender con mucha dignidad a los habitantes de la provincia. También es cierto que, durante un tiempo más o menos importante, se ha ido planificando la formación de especialistas.
Aquí nos encontramos con un tema muy importante que es necesario resaltar. Los especialistas que llegan a la provincia del Huasco y a las distintas regiones del país son los mismos que, de alguna manera, ya han tenido contacto con ellas. Por ejemplo, han ido a desempeñar cargos públicos; posteriormente, se especializan en Santiago, Valparaíso o Concepción, y retornan a los servicios regionales a entregar su capacidad y sus conocimientos como especialistas.
No ocurre lo mismo con los médicos que reciben su formación primaria en Santiago, que tienden a permanecer en la capital, para lo cual devuelven las remuneraciones que les pagó el Ministerio de Salud durante tres años y obtienen créditos con ese propósito. Lo cierto es que, de esa manera, es muy difícil que podamos contar con especialistas que, en su momento, se comprometieron a irse a las regiones, pero no lo hicieron.
Por eso, considero muy importante que la forma en que el Ministerio gestiona los recursos humanos, en particular, los especialistas, debe ser acorde con una visión de desarrollo integral del país y no con los intereses de los médicos para formarse, no con los de los odontólogos o de las enfermeras, sino con los de los habitantes de todo el país, porque la cantidad de oftalmólogos que hay en Santiago es enorme, pero en Vallenar, zona que represento, no hay oftalmólogo que atienda en el hospital público. Por lo tanto, las cataratas, que están en el Auge, no se pueden atender. Ésa es una falta de atención del Estado a ciudadanos tan importantes como los de Santiago, Valparaíso o Concepción.
Por ello, es muy importante que las políticas del Ministerio de Salud estén enfocadas al desarrollo de recursos humanos que apunten a solucionar los problemas de las personas.
Igualmente, no es posible aceptar, por ningún motivo, que los profesionales que se forman para desarrollar su actividad y pagar su beca en el sector público en regiones se queden en Santiago.
Mientras Chile tenga un trabajo de formación de especialistas como los que hay en la actualidad, vamos a seguir avanzando en materia de salud pública en nuestro país.
He dicho.
El señor WALKER ( Presidente ).-
La bancada de la Democracia Cristiana ha cedido cuatro minutos de su tiempo al diputado René Aedo.
Tiene la palabra su señoría.
El señor AEDO.-
Señor Presidente , en relación con la problemática de los médicos especialistas, quiero hacer una intervención no polarizada, sino crítica y constructiva.
En la Región de Atacama, en la cual se ubica el distrito que represento en esta Cámara, las comunas más afectadas por la falta de especialistas son Chañaral y Diego de Almagro , distantes a más de 160 y 140 kilómetros de Copiapó, capital regional.
Estas comunas cuentan con hospitales con infraestructura, pero carecen de implementación y médicos especialistas. Por lo tanto, las personas que necesitan atención deben trasladarse, en el mejor de los casos por sus propios medios, para tener una mejor atención y muchas veces esperar semanas o meses para ser atendidos en el hospital de Copiapó por un especialista. He comprobado esto personalmente, porque en operativos en dichas comunas he atendido en forma gratuita como médico especialista a muchos enfermos que no cuentan con medios para trasladarse a Copiapó para ser tratados con prontitud por un especialista, por lo que muchas veces la salud de estos enfermos se agrava.
En el caso de Copiapó, la realidad es distinta, pero igualmente complicada. Hay 108 facultativos: 5 médicos generales y 103 especialistas. En el servicio de urgencia atienden 24 médicos, 12 especialistas y 12 médicos generales.
El crecimiento de la población y la construcción de la nueva torre del hospital de Copiapó, en la que se construirán más de 19 mil metros cuadrados, harán necesario contar con 39 médicos especialistas como mínimo en el futuro, 18 para el servicio de urgencia y 21 para las distintas especialidades.
Se necesita con urgencia especialidades en cardiología y su implementación para dar un salto cualitativo en la atención, y perfeccionar la oncología con hematólogos oncólogos e idealmente radioterapeutas con la infraestructura complementaria.
El 25 por ciento de la atención del servicio de urgencia del hospital de Copiapó corresponde a pediatría; de éste, el 97 por ciento proviene de la atención primaria de salud. Esto se debe a que los servicios de atención municipal no cuentan con la calidad y la eficiencia para resolver los problemas de nuestra población y se produce un atochamiento en los servicios de urgencia. Esta ineficiencia ocurre, además, porque en los servicios municipales existe una alta rotación de los médicos, los cuales no permanecen mucho tiempo, muchas veces no más de tres meses y constantemente deben ser reemplazados, debido también a las malas condiciones del sistema de salud y a la falta de estímulos económicos para su permanencia.
Por eso, es necesario proponer soluciones a los problemas de las profesiones médicas en nuestro país, por lo que sugiero:
Primero, que exista una mayor formación de médicos especialistas con retorno a las regiones;
Segundo, que se ofrezcan estímulos económicos y profesionales para el ejercicio de las especialidades;
Tercero, otorgar estímulos para que los especialistas permanezcan en regiones y en los pueblos más pequeños y aislados, al interior de los servicios de salud;
Cuarto, desarrollo e implementación moderna y actualizada en los hospitales de las regiones;
Quinto -esto es una novedad-, introducir el ejercicio de las especialidades básicas, como medicina, cirugía, pediatría, obstetricia y anestesia para los hospitales de las comunas con más de veinte mil habitantes y que estén distantes a más de 50 kilómetros de los hospitales bases. Su población también tiene derecho a una atención de calidad en su propio territorio;
Sexto, regularizar los cargos a contrata de los médicos especialistas en el país y entregarles así más estabilidad con cargos titulares, y
Séptimo, incorporar más especialistas a los servicios de salud. De 14 mil especialistas, sólo 6.400 trabajan en los servicios de salud.
He dicho.
El señor WALKER ( Presidente ).-
En el tiempo de la Unión Demócrata Independiente y en el tiempo cedido por el Comité Demócrata Cristiano, tiene la palabra el diputado Iván Norambuena.
El señor NORAMBUENA.-
Señor Presidente , de la intervención de la ministra y de los parlamentarios de Gobierno creo entender que estamos bastante bien en materia de salud y de atención a la gente de nuestro país. Ésa es la opinión de las autoridades de Gobierno y de los representantes de la Concertación, que contrasta claramente con la opinión de los usuarios, al menos de los de la zona de Lota y Arauco, que represento y a los cuales escucho día tras día.
Cuando se habla de que hay una cantidad importante de especialistas, según datos del Ministerio de Salud, algo más del 60 por ciento establecidos en la Región Metropolitana, nos damos cuenta de que hay un centralismo no resuelto en la distribución de los especialistas en materia de salud.
Mi consulta es si podemos pensar que habrá alguna solución a los problemas que aquejan a los habitantes de zonas apartadas de nuestro país, como Arauco y Lota, que por muchos años han sido discriminados, no sólo en este gobierno sino que en muchos otros.
Se anunció en forma reiterada que estaba prácticamente lista, aunque con algunos problemas, la construcción del hospital de Curanilahue. No entiendo por qué aún no se ha entregado y no sabemos si ese hospital contará efectivamente con especialistas que solucionen los problemas de la gran población de Arauco, de alrededor de 160 mil habitantes.
Asimismo, se anunció la construcción del hospital de Cañete, pero no se dijo nada si sólo se trataría de infraestructura o si contaría con especialistas, para evitar el traslado de muchos pacientes a Concepción y otros lugares.
Quiero que la señora ministra nos explique, por su intermedio, señor Presidente , por qué para los efectos estadísticos se considera un paciente en lista de espera cuando espera más de 60 días para ser atendido.
Del mismo modo, que nos responda si en las zonas apartadas contaremos con la atención de médicos especialistas.
He dicho.
El señor WALKER (Presidente).-
Tiene la palabra la diputada Karla Rubilar.
La señora RUBILAR (doña Karla).-
Señor Presidente , en primer lugar, quiero decir que ojalá en las próximas sesiones especiales los diputados de la Concertación entiendan que los minutos escasos de que disponemos para la discusión no se deben utilizar en la defensa del ministro correspondiente, puesto que éste tiene tiempo suficiente para ser escuchado, sino que se dediquen a abordar el problema específico que nos convoca.
En este caso, la ministra tiene todo el tiempo que necesita para hacer la defensa que corresponde y nosotros queremos ocupar nuestro tiempo en defender a nuestros electores.
En segundo lugar, es obvio que nosotros tenemos propuestas que comentarle a la ministra, las que ojalá sean trabajadas, porque la sesión especial se cita para tratar de solucionar los problemas.
En general, hemos detectado que la labor fiscalizadora y reguladora del ejercicio profesional que le compete al Ministerio de Salud, no se realiza eficientemente desde el momento en que no existen registros válidos unificados sobre cantidad, calidad y tipo de médicos que ejercen la medicina en Chile.
La Comisión de Salud de la Cámara y quien habla hemos solicitado en varias oportunidades las listas de espera a nivel nacional. Todavía las estamos esperando. Ojalá que lleguen pronto o sean puestas en forma visible en la página web para que todo el mundo las conozca.
Por otro lado, el ciclo de estimación y formación es insuficiente en términos de estructura, ejecución y coordinación efectiva por el Ministerio de Salud, los servicios de salud y los centros formadores. En verdad, su discusión no se ha puesto sobre la mesa oficialmente.
Se necesita mejorar esa coordinación y la consideración de los cupos acreditados por la Asociación de Facultades de Medicina de Chile, Asofamech, para que no haya incongruencia entre las necesidades y la formación y esto tenga un pronóstico mucho más claro.
Esperamos que la propuesta de los médicos generales de zona, que es formarse como médico general, ser especialista y volver a las regiones, sea acogida por la ministra. Muchas veces ese médico debe estar seis años. Podría acortarse ese tiempo y volver rápidamente a las regiones, pero esta vez como especialista.
En cuanto a la Atención Primaria, el Gobierno ha dicho que debe elevar su capacidad resolutiva y priorizar a los médicos de medicina familiar. A mi juicio, esa estrategia está mal enfocada, porque no es costo efectivo formar un profesional por siete años, luego enviarlo al sistema de formación por tres y seis años a formarse como médico de medicina familiar y seguir atendiendo la población de los consultorios que habría atendido como médico general.
Lo lógico sería fortalecer la formación de pregrado del médico, a fin de que no se titule de médico cirujano, pues opera muy poco o nada, sino como médico de medicina familiar, el que puede tener un alto nivel de resolutividad en los siete años de formación y ayudar al respecto.
Por último, tomar los avances de la telemedicina, la que todavía está muy acotada. Por su formación geográfica, nuestro país podría ser muy beneficiado por la telemedicina. Asimismo, habría que invertir en electrocardiología, radiología, anatomía patológica y dermatología en imágenes para comenzar a resolver muchas otras patologías.
A su vez, se tendría que ocupar la telemedicina en la educación continua, a través de videoconferencias, ya que muchas veces los médicos no se van a regiones porque no tienen posibilidad de seguir formándose en la educación continua.
Por lo tanto, queremos que de esta sesión salgan propuestas concretas que vayan a solucionar las falencias. Repito, no es un tema de la Alianza, la que está muy preocupada, sino de todos los políticos, independiente de su color, porque es la realidad de las necesidades de la gente que nos eligió, la cual tiene muchos problemas.
He dicho.
El señor WALKER ( Presidente ).-
Tiene la palabra la ministra de Salud , señora María Soledad Barría.
La señora BARRÍA ( ministra de Salud ).-
Señor Presidente , voy a reiterar algunos aspectos, pues me da la impresión que varios señores diputados no escucharon mi primera intervención. Por otro lado, me alegro mucho de que quienes me oyeron compartan varios aspectos que propuse con anterioridad.
En mi primera intervención, planteé que tenemos listas de espera, especialmente en especialidades e intervenciones quirúrgicas. Oftalmología figura en la primera lista de espera, con un 70 por ciento de vicio de refracción.
Informo a los señores diputados que el vicio de refracción está en el Auge y tiene garantizada una oportunidad de hasta 180 días. Efectivamente, hay una determinada capacidad y compartimos con ustedes la necesidad de formar más especialistas y dar solución a la gente en ese sentido.
La segunda lista de espera corresponde a traumatología. El 76 por ciento está inscrito por lumbago, es decir, dolor de espalda.
Tenemos varias alternativas. Una posibilidad es que todos se traten con especialistas; la otra es incrementar las capacidades de resolución de la Atención Primaria, como lo señalaron sus señorías. En la Atención Primaria estamos iniciando el programa Músculo Esquelético con rehabilitación. Esperamos que prontamente empiece a dar resultados.
Las siguientes listas de espera son para otorrinolaringología, neonatología y dermatología. Tal como lo planteé en mi primera intervención, quiero decir que estamos tomando algunas acciones concretas que vuelvo a repetir.
En primer lugar, seguimos incrementando la tecnología. Tenemos la posibilidad de solucionar no sólo el tema del electrocardiograma, sino también de la imagenología a través de la telemedicina. Es así como en el segundo semestre pondremos a disposición de los hogares sin acceso a cierta atención equipos médicos con turnos de urgencia de radiólogos para informes a distancia.
También estamos haciendo las rondas de especialidades. Tal como ustedes lo expresaron, se necesita un cambio de enfoque, porque muchas veces no podemos tener a todos los especialistas viviendo en determinado lugar. Pues bien, esas personas tienen derecho a tener consultas de especialidad. Por eso, planteamos la necesidad de contar con rondas de especialistas, así como en otro momento fue necesario el médico general. Hoy, como país, podemos dar solución a través de rondas de especialistas. Para ello, hemos incorporado un número muy relevante de cargos. Entre 2001 y 2007 se incorporarán más de mil especialistas a cargos en el sistema público. Un tercio de ellos lo hará este año, los que se están reclutando.
Tenemos más estímulos, porque efectivamente necesitamos estímulos económicos.
Señor Presidente , por su intermedio le digo al diputado Lobos , quien aseveró que no se requieren estímulos económicos, que sí se requieren para brindar atención a las personas, porque por algo hay más especialistas en el sistema privado que en el público.
Asimismo, estamos trabajando con las universidades, porque estamos conscientes de que necesitamos más especialistas. Estamos disponibles para abrir campos en el extranjero. Para eso estamos trabajando a través de nuestra oficina de Cooperación Internacional.
Este Gobierno tiene como pilar fundamental la protección social. Por ello, estamos buscando incrementar no sólo la tecnología y la inversión que sus señorías pidieron, sino también en dotar al sistema público de las capacidades necesarias.
He tomado nota de las distintas sugerencias de los señores diputados. La mayor parte son coincidentes con las del Gobierno, por lo cual estoy segura que podremos seguir avanzando.
Hemos hecho mucho en salud; sin embargo, queda mucho pendiente. En este ámbito, cada vez que se soluciona un problema, aparece otro.
Felizmente, estamos abocados a satisfacer necesidades de otro tipo de especialistas, justamente, porque hemos logrado avanzar.
Hoy, tenemos una mejor expectativa de vida y seguiremos trabajando arduamente para asegurarles a todas las personas el acceso a la salud.
Hemos aumentado el número de patologías del Auge, pero también hemos avanzado en otras.
Por eso, reitero la voluntad del Gobierno de seguir avanzando con el apoyo del Congreso, si así lo estima.
Muchas gracias.
-En conformidad con el artículo 85 del Reglamento, se incluye la siguiente intervención no pronunciada en la Sala y que cumple con lo dispuesto en el artículo 10 del mismo cuerpo reglamentario:
El señor PALMA .-
Señor Presidente , señora ministra de Salud , honorable Cámara de Diputados, Chile necesita mejorarse; los chilenos necesitan mejorarse. Los chilenos pobres, los de clase media, todos, necesitan mejorarse, Necesitan mejorarse a tiempo. Necesitan que ese derecho a una salud de calidad y oportuna sea una realidad.
La región del Maule es una de las que exhibe los peores niveles en salud. Junto con La Araucanía tiene la mayor lista de espera y por mayor tiempo.
Se pueden dar muchas cifras y estadística para demostrar esta realidad y, por otro lado, el gobierno de la Concertación, su ministra y sus parlamentarios, otras tantas, para demostrar lo contrario. En eso se transforman muchas sesiones especiales.
Pero seamos honestos, no ocultemos una dura realidad que está sufriendo la mayoría de chilenos, esperando no sólo semanas, meses y años por una atención médica, por especialistas y operaciones.
Los especialistas se quedan en las grandes ciudades por una mala gestión en la distribución de los recursos, que se traduce en una falta de incentivos para trabajar en las provincias.
Hay que crear nuevas técnicas para aumentar el número de especialistas y médicos generales de zona en todo Chile; mejores condiciones salariales; posibilidades de especialización, atención en consultorios; crear programas por patologías y especialidades en oftalmología, urología, cirugía, traumatología, operaciones, hernias, colecistectomías, caderas, próstata; trabajar en dos horarios, mañana y tarde en los hospitales, para mejorar el uso de pabellones.
Hay que mejorar la gestión. Habiendo dinero de sobra en el país, lo que falta en el gobierno de la Concertación son buenas ideas, buenos proyectos. Faltan y se encuentran en malas condiciones los hospitales de medio Chile y botamos la plata en trenes malos y viejos y en el fracasado Transantiago.
No estamos atacando a nadie; estamos demostrando un problema mayor, una triste realidad, que sufren millones de chilenos. La espera por atención en salud, por una operación, es bastante más desagradable que esperar por movilización en Santiago.
Lo malo, es que la prioridad de la Concertación es lo político, lo que genera impacto social en la opinión pública para mantener el poder. Equivocan el rumbo; se están olvidando del pueblo. Así más temprano que tarde, el mismo pueblo que ustedes olvidan, se olvidará de ustedes.
Crearon un slogan hermoso, que todos lo celebramos, mucho más los pobres y la clase media, que están acostumbrados a esperar, “la salud no puede esperar”. Ese fue un compromiso, por el cual los eligieron, por el cual se encuentran en el poder, pero es un compromiso que no han cumplido, porque los enfermos y la salud sigue esperando.
Los gobiernos de la Concertación llevan 17 años, tiempo más que suficiente para solucionar este grave problema, más aun si Chile vive una bonanza financiera extraordinaria. Para la idea más brillante de este momento ha sido ahorrar. Es bueno hacerlo, pero el mejor ahorro es un pueblo sano.
Nosotros estamos disponibles para colaborar en todo lo necesario. Nuestros votos, nuestros institutos de estudio, todos nuestros especialistas y técnicos en la materia están disponibles para colaborar en busca de una buena solución.
Pensemos más en los enfermos, pensemos más en los pobres y en la clase media y en su difícil situación.
Lamentablemente, el silencio de los enfermos, el silencio de los enfermos pobres no genera una bomba política que los obligue a soluciones urgentes. ¡Pero cuidado, se cansan de esperar, como los deudores habitacionales, que se están organizando, para acosar a la Presidenta en cada rincón de Chile, en busca de una solución a su padecimiento; en busca de que cumplan con lo prometido hace ya tantos años!
¡La salud y los enfermos no pueden esperar!
He dicho.
El señor WALKER (Presidente).-
Cerrado el debate.
El señor Secretario dará lectura al único proyecto de acuerdo que se ha presentado.
El señor LOYOLA ( Secretario ).-
El proyecto de acuerdo, que lleva el número 371, está sucrito por la señora Karla Rubilar y los señores Roberto Sepúlveda, Núñez, Rossi, Lobos,Accorsi, Mario Venegas, Silber, Rojas, Monsalve, Vargas, Palma; señora Amelia Herrera; señor Becker; señora Marta Isasi; señores Martínez, García-Huidobro, Duarte, Hernández, Sule,Von Mühlenbrock, Aedo; señora Ximena Valcarce; señores Verdugo,Estay, Galilea, Álvarez, Jiménez, Godoy, Chahuán; señora María Angélica Cristi, y señor René Manuel García, que en su parte resolutiva dice:
“La Cámara de Diputados acuerda:
1. Solicitar a los Ministerios de Salud y Hacienda, realizar un esfuerzo sustantivo tendiente a asegurar una adecuada provisión de especialistas, en particular en aquellas especialidades falentes, de manera de posibilitar que la población que se atiende en la red pública de salud pueda contar con una atención oportuna, digna y de calidad.
2. Solicitar al Ministerio de Salud desarrollar una política de formación de especialistas, en coordinación con los centros formadores, así como una política de estímulos que permitan descentralizar la asignación de estos cargos a lo largo de toda la red asistencial, de acuerdo al nivel de complejidad de los establecimientos de atención de salud.
3. Especialistas de regiones son contratados bajo la modalidad a contrata, pero deberían ejercer sus funciones en calidad de funcionarios de planta. Requerir al Ministerio de Salud la provisión de cargos de planta en los Servicios de Salud, particularmente en las regiones que presentan una dotación insuficiente de especialistas.
4. Solicitar a los Ministerios de Salud y Hacienda que en los presupuestos desde el 2008 al 2010, se provean los recursos humanos, de infraestructura, equipamiento y financieros necesarios para otorgar una
atención oportuna y de calidad a todos los chilenos, no sólo en las patologías cubiertas por el GES, sino también en aquellas que no están incluidas en él”.
El señor WALKER (Presidente).-
En votación el proyecto de acuerdo.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 72 votos. No hubo votos por la negativa ni abstenciones.
El señor WALKER (Presidente).-
Aprobado.
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Accorsi Opazo Enrique; Aedo Ormeño René; Aguiló Melo Sergio; Alvarado Andrade Claudio; Álvarez Zenteno Rodrigo; Araya Guerrero Pedro; Ascencio Mansilla Gabriel; Bertolino Rendic Mario; Bobadilla Muñoz Sergio; Cardemil Herrera Alberto; Correa De La Cerda Sergio; Cristi Marfil María Angélica; Chahuán Chahuán Francisco; Delmastro Naso Roberto; Díaz Díaz Marcelo; Dittborn Cordua Julio; Duarte Leiva Gonzalo; Egaña Respaldiza Andrés; Encina Moriamez Francisco; Espinosa Monardes Marcos; Estay Peñaloza Enrique; Farías Ponce Ramón; Fuentealba Vildósola Renán; Galilea Carrillo Pablo; García García René Manuel; García-Huidobro Sanfuentes^Alejandro; Goic Boroevic Carolina; Hernández Hernández Javier; Herrera Silva Amelia; Insunza Gregorio De Las Heras Jorge; Isasi Barbieri Marta; Jaramillo Becker Enrique; Kast Rist José Antonio; Latorre Carmona Juan Carlos; Leal Labrín Antonio; León Ramírez Roberto; Lobos Krause Juan; Martínez Labbé Rosauro; Masferrer Pellizzari Juan; Meza Moncada Fernando; Monckeberg Bruner Cristián; Monsalve Benavides Manuel; Montes Cisternas Carlos; Muñoz D’Albora Adriana; Nogueira Fernández Claudia; Norambuena Farías Iván; Núñez Lozano Marco Antonio; Ojeda Uribe Sergio; Ortiz Novoa José Miguel; Pacheco Rivas Clemira; Palma Flores Osvaldo; Pascal Allende Denise; Quintana Leal Jaime; Recondo Lavanderos Carlos; Robles Pantoja Alberto; Rubilar Barahona Karla; Sabag Villalobos Jorge; Sepúlveda Hermosilla Roberto; Silber Romo Gabriel; Súnico Galdames Raúl; Tohá Morales Carolina; Turres Figueroa Marisol; Urrutia Bonilla Ignacio; Valcarce Becerra Ximena; Valenzuela Van Treek Esteban; Vallespín López Patricio; Venegas Cárdenas Mario; Venegas Rubio Samuel; Verdugo Soto Germán; Vidal Lázaro Ximena; Von Muhlenbrock Zamora Gastón; Walker Prieto Patricio.
El señor WALKER (Presidente).-
Por haber cumplido con su objeto, se levanta la sesión.
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- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/649638/seccion/akn649638-ds4
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