-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/649894/seccion/akn649894-po1-ds6-ds15
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Intervencion
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2934
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- rdf:type = bcnres:Participacion
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/1
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2934
- rdf:value = " El señor LEAL (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Gonzalo Duarte.
El señor DUARTE.-
Señor Presidente , no cabe duda de que hoy iniciamos un camino al cual nos ha convocado la Presidenta de la República como una de las prioridades para el 2007. Es el primer proyecto de la agenda de probidad del Gobierno. Por tanto, es una ocasión oportuna para referirse, en cierta medida, al debate actual sobre la corrupción y la probidad que durante los últimos meses ha arrastrado a una vorágine de declaraciones a gran parte de los sectores políticos.
No cabe duda de que todos estamos afectados por lo que hemos vivido en el último tiempo. Son hechos que indignan y avergüenzan, sobre todo, porque lo que debemos buscar los sectores políticos -espero-, de buena fe y con buena voluntad, es responder a nuestra obligación, la cual debe estar orientada a lograr el bien común, generando espacios para una mayor transparencia y protección, lo que se logra aumentando el control ciudadano y protegiendo a quienes denuncian, lo que, en definitiva, también es una respuesta concreta para quienes han hablado de la “ideología de la corrupción” como una herencia -no deseada probablemente-, para algunos, de quienes probablemente han caído en la corrupción; para otros, de parte de toda la sociedad.
Nuestra respuesta a ello ha sido la unanimidad que la moción alcanzó en la Comisión. Todos los sectores políticos apoyaron exigir mayor transparencia desde el primero al último funcionario público. Si existiese esa “ideología de la corrupción” esto no tendría sentido. Sería un absurdo. Sería como el pirata que entierra sus naves para no seguir asaltando. No hay tal “ideología de la corrupción”, sino un esfuerzo constante y sostenido, desarrollado por muchos hombres y mujeres, para avanzar hacia un país más probo y más transparente.
Eso ha sido reconocido en el informe de la Comisión, cuando recuerda a los entonces diputados Mora, Krauss , Prokurika , Valenzuela y Lily Pérez. Salvo el caso de Valenzuela, ninguno de ellos están actualmente como diputados; algunos no lo son desde hace cinco años. Sin embargo, han sido nombrados en los antecedentes que dieron origen al proyecto.
También quiero hacer un reconocimiento a los diputados señores Bustos , Espinoza , Araya , mesa, Accorsi , Aguiló, al entonces diputado Camilo Escalona y a la diputada señora Carolina Tohá , quienes también plantearon iniciativas en la misma dirección.
Ello demuestra el esfuerzo de los sectores políticos, quienes permanentemente han estado preocupados de impulsar mayor probidad, transparencia y calidad a la gestión pública.
En la Comisión también se abrió debate sobre otra materia, que quiero incorporar a este diálogo.
Todos somos partidarios de la transparencia pública, pero pocas veces hablamos de la transparencia privada. Da la impresión de que la plata privada puede ser mal utilizada, obviando aquel principio del destino universal de los bienes, principio evangélico al cual adherimos los cristianos. Nosotros entendemos que los bienes son de todos, sea bajo la administración pública o privada, y que la transparencia y el buen uso de los bienes es una obligación de todos. Por eso, planteamos que esta transparencia debe llegar tanto a las empresas públicas como a las privadas.
Por ello, en la Comisión se planteó a la señora ministra que esperamos la llegada al Congreso Nacional de un proyecto que establezca exigencias de transparencia, por ejemplo, a todos los directores y gerentes de las empresas concesionarias de servicios que por delegación, mandatadas por el Estado, administran bienes públicos. Así tenemos la provisión de agua, de telefonía, de luz, incluso la misión de los canales de televisión, que son bienes públicos cuya administración se ha entregado a los privados, pero también deben ser objeto de control y transparencia del buen uso de esos recursos, que son de todos, aunque su modalidad sea distinta.
Pero, desgraciadamente, esos temas poco se escuchan en el debate nacional. Lo ocurrido con Enron fue una estafa mundial, y aunque fue realizada por actores privados, sus daños fueron públicos; hay una pérdida de confianza en el sistema financiero.¿Ustedes creen que los daños los pagan sólo los privados? La crisis del sistema financiero el año 1982, hasta hoy, lo seguimos pagando todos los chilenos. Hace unos días, el Ministerio de Hacienda transfirió 600 millones de dólares al Banco Central para capitalizarlo, como consecuencia de la falta de eficiencia y transparencia del sistema financiero privado.
En ese sentido, creemos esencial responder a aquellos que nos han acusado de tener una “ideología de la corrupción”, diciendo: “Miren, como no tenemos nada que esconder, como queremos que cualesquiera que sean las tentaciones humanas a las cuales nos veamos enfrentados -que esto quede muy claro-, aquí está el respaldo unánime de la Cámara a este proyecto, que garantiza autonomía y estabilidad a cualquier funcionario público que haga una denuncia.”
Simultáneamente, queremos pedir formalmente al Ejecutivo que estudie un proyecto de ley orientado a crear condiciones de transparencia y control público en la gestión de las empresas públicas y privadas relacionadas con bienes públicos.
He dicho.
"
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/649894
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/649894/seccion/akn649894-po1-ds6