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El señor NAVARRO.-
Señor Presidente, en el mismo sentido, el tema relativo a los pactos para trabajadores con responsabilidades familiares da cuenta de un variado debate con respecto al significado de las "responsabilidades familiares".
Todo el proceso de modernización que hemos discutido para resguardar los derechos de los trabajadores y sus familias va a contrapelo de lo que ocurre en el mundo: la jornada laboral está disminuyendo en todas partes; o sea, se acotan los horarios de trabajo.
Lo que sucede es que el endeudamiento que tienen las personas en un país con más de 40 millones de tarjetas de créditos, quienes deben hacer constantemente "la bicicleta" para pagar lo que deben, presiona a tener más horas de trabajo.
Aquí estamos certificando una tendencia contraria a lo que acontece en el mundo desarrollado, en los países de la OCDE.
¡Chile es el país con la mayor carga laboral de la OCDE, de las naciones ricas!
Al parecer, tal tendencia la ratificamos, pues aquí hay compensación: ¡si quiere ganar más, trabaje más!
El asunto, entonces, no es mejorar las condiciones de trabajo a fin de que haya mayor calidad.
Se dice que trabajamos mucho y producimos poco.
En verdad, todo el esfuerzo debiera estar encaminado hacia aumentar la productividad y bajar las horas de trabajo.
Con lo planteado, estamos incentivando el aumento de la carga laboral, pero no necesariamente impulsamos el incremento de la productividad. Seguimos una tendencia distinta de la que propugnan los países desarrollados, los cuales cuando crecen distribuyen la riqueza.
Aquí les estamos diciendo a los trabajadores que aumenten la carga laboral si quieren ganar más. Lamentablemente, es así: los trabajadores piden más horas extraordinarias, pues tienen muchas deudas, porque deben la universidad de sus hijos, en fin.
Afortunadamente, estamos logrando beneficios sociales que van a evitar aquello. La gente quiere irse a la casa: nadie trabaja horas extraordinarias por gusto. Ello lo hacen por extrema necesidad.
Porque es un cambio: se pierde vida, se pierde familia, y se tiene plata para pagar las deudas.
Por lo tanto, solo quiero recordar que los pactos de adaptabilidad; que el aumento de las horas extraordinaria; que la legalización del aumento de hasta 72 horas extraordinarias, sin duda van en contra de lo que aquí siempre decimos que queremos hacer: proteger la familia.
Discutimos en su momento lo tocante al trabajo dominical.
La mayoría de los Senadores ha estado en Europa, y muchas veces: ¡todo el comercio está cerrado el domingo!
El señor PROKURICA .-
¡No!
El señor NAVARRO.-
Suecia, Holanda , en fin.
Señor Presidente, se trata de una tendencia compleja.
Yo pienso que esto debe estar aparejado con aumentar la productividad y no incrementar las horas de trabajo; aumentar recursos y, en particular, no agobiar a la familia.
Porque algunos tienen un discurso muy profamilia; pero a la hora de cuidar la permanencia de los trabajadores, caemos en lo que estoy señalando.
¡Patagonia sin represas!
¡Nueva Constitución, ahora!
¡No más AFP!
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