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- rdf:value = " INCORPORACIÓN AL CÓDIGO DEL TRABAJO DE NORMAS DE PROTECCIÓN DE TRABAJADORES EN CARGA Y DESCARGA DE MANIPULACIÓN MANUAL. Tercer trámite constitucional.
El señor ASCENCIO ( Presidente accidental ).-
Corresponde conocer, en tercer trámite constitucional, las enmiendas introducidas por el Senado al proyecto de ley, originado en moción, que regula el peso máximo de carga humana.
Antecedentes:
-Modificaciones del Senado, boletín Nº 3242-13, sesión 39ª, en 12 de enero de 2005. Documentos de la Cuenta Nº 4.
El señor ASCENCIO (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado señor Rodolfo Seguel.
El señor SEGUEL.-
Señor Presidente , este proyecto fue presentado el año pasado por quien habla en conjunto con un grupo importante de diputados, tanto de la Concertación como de la Oposición, entre ellos, el señor Dittborn , la señora María Pía Guzmán , los señores Escalona , José Miguel Ortiz , Boris Tapia , la señora Adriana Muñoz , etcétera, y un grupo importante de adherentes, entre ellos, el señor Edgardo Riveros y la señora Isabel Allende .
En su primer trámite constitucional la iniciativa fue aprobada por unanimidad, y a mediados de 2004 fue despachada al Senado.
El Código del Trabajo fija el peso máximo de carga humana en 80 kilogramos. El proyecto rebaja esa cifra, para establecer un peso razonable y decente para el cuerpo humano, a 50 kilogramos. Además, prohíbe a las operaciones de carga y descarga para las mujeres embarazadas, y a las mujeres y jóvenes menores de 18 años, cargas superiores a los 20 kilogramos.
Las modificaciones del honorable Senado son positivas y demuestran la preocupación de los señores senadores por proteger aún más a los trabajadores -como lo hicimos en la Cámara de Diputados-, ante lo cual quedé gratamente sorprendido y satisfecho.
El artículo 211 B aprobado por la Cámara señalaba: “El empleador velará para que en la organización de la faena se utilicen los medios adecuados, especialmente mecánicos, a fin de evitar la manipulación manual de las cargas.”. La modificación del Senado a dicho artículo, que pasa a ser 211-G, es la siguiente: En su inciso único, que pasa a ser inciso primero, ha agregado una coma después de la palabra “mecánicos”, y ha intercalado el vocablo “habitual” a continuación de la palabra “manual”. O sea, cuando los trabajadores tengan un trabajo habitual deberán ser favorecidos con esta medida. Es un aspecto que no habíamos considerado.
Luego, el Senado agregó un inciso segundo, nuevo, del siguiente tenor: “Asimismo, el empleador procurará que el trabajador que se ocupe en la manipulación manual de las cargas reciba una formación satisfactoria, respecto de los métodos de trabajo que debe utilizar, a fin de proteger su salud.”. Esta disposición posibilita que el trabajador sepa en qué parte del cuerpo debe concentrar la carga, la forma de agacharse y de tomar los bultos, todo lo cual es muy importante para la protección de la columna, de los hombros, de los brazos y de los antebrazos de los trabajadores.
El artículo 2º aprobado por la Cámara señalaba: “Las normas de protección de los trabajadores de carga y descarga de manipulación manual, que se incorporan por el nuevo Título IV al Código del Trabajo, comenzarán a regir seis meses después de la publicación de esta ley.”. El Senado sustituyó la frase “que se incorporan por el nuevo Título IV al Código del Trabajo” por “contenidas en el nuevo Título V que se incorpora al Libro II del Código del Trabajo”. Esto no es más que un ordenamiento del Código del Trabajo.
Por último, el Senado ha incorporado un artículo transitorio, que dispone lo siguiente:
“Artículo transitorio.-
Dentro del plazo de ciento ochenta días, contado desde la fecha de publicación de esta ley, deberá dictarse un reglamento relativo a la normativa que por el artículo 1º de la presente ley se incorpora al Código del Trabajo.”. Es decir, establece un plazo de 180 días para que el Ministerio del Trabajo dicte un reglamento, que supongo será respaldado por la Comisión Económica Nacional, que tiene que ver con los trabajos pesados y su reconocimiento para efectos de la jubilación. También se da un plazo a los empleadores para que se preparen y enseñen a sus trabajadores que el peso máximo de carga humana es de 50 kilos.
En general, el proyecto ha sido perfeccionado por el Senado, por lo que he quedado muy satisfecho, al igual que todos los colegas que en su oportunidad me acompañaron en la presentación de la respectiva moción.
Por lo tanto, en su nombre, agradezco al Senado y solicito a los señores diputados que aprueben por unanimidad las modificaciones que introdujo al proyecto aprobado por la Cámara.
Es todo cuanto puedo informar.
He dicho.
El señor ASCENCIO (Presidente accidental).-
Tiene la palabra la diputada señora Ximena Vidal.
La señora VIDAL (doña Ximena).-
Señor Presidente , tal como lo señaló el colega Rodolfo Seguel , las modificaciones introducidas por el Senado apuntan a colocarnos a nivel internacional en el ámbito laboral, específicamente en lo relativo a la regulación de la carga humana.
Mediante este proyecto se incorpora un título V al libro II del Código del Trabajo, que establece normas de protección a los trabajadores que se desempeñan en labores de carga y descarga de manipulación manual.
En la Comisión de Trabajo y Seguridad Social recibimos a los representantes de los trabajadores beneficiarios de este proyecto, quienes cuestionaban la fijación de un peso máximo de carga humana, pero los 50 kilogramos responden a una norma internacional que es necesario equilibrar. Por eso, acordamos que la carga máxima a manipular por los trabajadores, que no cuenten con ayuda mecánica, no debe superar los 50 kilogramos, y que los menores de 18 años y las mujeres no podrán llevar, transportar, cargar, arrastrar o empujar manualmente, y sin ayuda mecánica, cargas superiores a los 20 kilogramos. Además, la mujer embarazada no podrá realizar operaciones de carga y descarga manual.
Aparte de corregir aspectos meramente gramaticales, el Senado agregó normas que obligan al empleador a entregar información satisfactoria a sus trabajadores respecto de los métodos de trabajo a utilizar en las cargas. Quiero destacar este punto, porque la información y el diálogo social entre trabajadores y empleadores mejora el trabajo y equilibra la protección de aquéllos y la productividad de las empresas.
Estamos contentos de avanzar en este aspecto que apunta a proteger a los trabajadores, y esperamos que la Sala apruebe las modificaciones del Senado.
He dicho.
El señor ASCENCIO (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado señor Carlos Vilches.
El señor VILCHES.-
Señor Presidente, hoy se nos ha convocado para discutir las modificaciones del Senado a este proyecto que regula el peso máximo de carga humana.
Entre los autores de la moción -quiero decirlo con mucha claridad- hay diputados de Oposición, que también tenemos sensibilidad con los trabajadores, entre ellos, la diputada Pía Guzmán y los diputados Francisco Bayo y Julio Dittborn .
La iniciativa demuestra que la Cámara de Diputados tiene sensibilidad para resolver los problemas que afectan a la clase trabajadora. Sin embargo, el diputado Rodolfo Seguel, autor de importantes iniciativas, habitualmente omite los nombres de los diputados que trabajamos en estas materias.
El señor SEGUEL.-
¡Nombré a todos los autores del proyecto!
El señor VILCHES .-
No es así; no los nombró a todos.
La modificación al artículo 211 C del título V Código del Trabajo, referido a la protección de los trabajadores que realizan labores de carga y descarga de manipulación manual, limita el peso máximo de carga humana a 50 kilogramos. Esto constituye un avance en la materia y demuestra nuestra preocupación por las lesiones ocasionadas por el manejo manual de carga y por los trastornos físicos derivados del sobreesfuerzo, las caídas y los atrapamientos que sufren los trabajadores.
El artículo 211 E, que dispone: “Los menores de 18 años y las mujeres no podrán llevar, transportar, cargar, arrastrar o empujar manualmente, y sin ayuda mecánica, cargas superiores a los 20 kilogramos.”, deja las cosas en su lugar.
Por lo tanto, la bancada de Renovación Nacional votará a favor las modificaciones del Senado, a fin de despachar en su tercer trámite constitucional este proyecto que regula una situación que era muy compleja para los trabajadores: el peso máximo de carga humana.
He dicho.
El señor ASCENCIO (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado señor Boris Tapia.
El señor TAPIA.-
Señor Presidente , comparto el proyecto original y las modificaciones introducidas por el honorable Senado, puesto que constituyen un reordenamiento normativo que redunda en una mejor técnica legislativa y, por ende, en un texto mejorado y de fácil comprensión y aplicación práctica.
Por su parte, la norma transitoria soluciona en términos prácticos la forma en que las nuevas disposiciones se insertarán en el Código del Trabajo.
Invito a los colegas que representan zonas agrícolas a considerar esta iniciativa como una medida eficaz para el mundo del trabajo, especialmente para los obreros, peones, temporeras y temporeros, es decir, para quienes ganan el sustento diario para sus familias en base a su esfuerzo y desgaste físico, y como una cuota de justicia para sus condiciones de trabajo.
No podemos detenernos en si será necesario modificar el tamaño de los sacos o si se requerirán más o menos cajas. Eso se soluciona fácilmente; pero no así las enfermedades que afectan a nuestros trabajadores, que dependen de su buena salud para trabajar. Un temporero enfermo y débil no podrá alimentar a su familia y no es difícil concluir en que un hombre o una mujer que cargue pesos excesivos verá cómo su vida laboral activa se acorta rápidamente.
No estamos regalando nada; sólo estamos llevando a nuestro país a los rangos internacionales establecidos por la Organización Internacional del Trabajo.
Felicito a los autores de la moción, particularmente al diputado Seguel, y anuncio desde ya mi voto favorable a las modificaciones del Senado.
He dicho.
El señor ASCENCIO (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado señor Manuel Rojas.
El señor ROJAS.-
Señor Presidente , en primer lugar, por su intermedio, debo aclararle al diputado Vilches que, en efecto, el diputado Rodolfo Seguel nombró a todos los autores de la moción.
Sin duda, estamos ante un proyecto, listo para ser despachado, que será bastante positivo para el país, pues nos permitirá cumplir con estándares internacionales, y no como vimos en la Comisión que sucedía en nuestro país hasta ahora con la carga manual de los sacos de papas de 80 kilos.
Una vez aprobada la iniciativa, nuestras empresas cumplirán con las exigencias de los mercados internacionales. A modo de ejemplo, hay un producto de Soquimich que se tuvo que adecuar a las exigencias internacionales; antiguamente se envasaba en sacos de 50 y 80 kilos, en tanto que ahora se hace en sacos de 20 kilos, porque los mercados asiáticos así lo exigen. Por lo tanto, sin ley, la Soquimich ya se había adecuado a esa realidad.
Tal como expresaron algunos colegas, las modificaciones introducidas por el Senado son positivas, especialmente en lo que dice relación con la incorporación del término “habitual”. También debemos reconocer que los aportes del Senado mejoran el proyecto aprobado por la Cámara en el primer trámite constitucional.
En cuanto al artículo 211 D, que prohíbe las operaciones de carga y descarga manual para la mujer embarazada, ojalá haya buena fiscalización de su aplicación, especialmente en los supermercados, donde hay mujeres, a veces embarazadas, que realizan labores de reposición de productos.
Lo mismo respecto del límite de 20 kilos de carga para los menores de 18 años y las mujeres.
La única duda que tenía decía relación con el tiempo establecido para la dictación de un reglamento. Incluso, había presentado una indicación al respecto. En definitiva, se establecen seis meses, lo que me parece tiempo razonable para que las empresas se puedan adecuar a la nueva normativa.
Quiero agregar, para conocimiento de los señores diputados, que varios trabajadores, especialmente los que se desempeñan en la Vega Central, aunque ustedes no lo crean, reclamaron porque a ellos los 80 kilos les significan más recursos económicos, ya que descargan un camión en menor tiempo. Es evidente que influyó su concepción cultural, pero entendieron que el espíritu del proyecto de ley es el resguardo de su salud.
Con esa salvedad, anuncio mi voto favorable a las modificaciones del Senado.
He dicho.
El señor ASCENCIO ( Presidente accidental ).-
Tiene la palabra el diputado Juan Pablo Letelier .
El señor LETELIER (don Juan Pablo).-
Señor Presidente, en representación de la bancada del Partido Socialista anuncio que votaremos favorablemente las modificaciones del Senado.
El proyecto constituye un tremendo avance al establecer cargas máximas de 50 kilos para los hombres y 20 kilos para las mujeres y los menores de edad. En verdad, esperamos que cada día haya menos menores de edad trabajando en nuestro país, de acuerdo con los compromisos que el empresariado y la CUT han adoptado en el marco de la OIT.
Sin perjuicio de reconocer los avances y las precisiones que implican las modificaciones del Senado, sería interesante compartir dos reflexiones.
En primer lugar, se debe precisar como se va a medir el peso en cada caso. Por ejemplo, en el sector agrícola, en el que el trabajo es bastante dinámico, los capachos en que se recolecta la cosecha tienen un peso y la fruta otro. Es importante tener presente este factor para los efectos del reglamento que deberá dictarse en los próximos 180 días, luego de publicada la ley.
Se entiende que los 20 y los 50 son kilos brutos, es decir, incluyen el objeto que se utiliza para cargar la cosecha, en el caso de la fruta, lo cual parece obvio para algunos, pero, por desgracia, en algunos segmentos del país lo obvio no siempre se respeta. Incluso, hemos visto lo que ocurre con la disminución de la jornada de trabajo en estos días.
Además, a título personal, quiero indicar que el límite de 50 kilos hoy parece un gran avance, pero en diez o quince años más, quizás, va a ameritar una nueva reflexión si causa grave daño a la salud de las personas.
Lo óptimo sería asegurar por medio de una ley que toda actividad donde hay cargas se considere trabajo pesado, automáticamente, porque uno ve en el trabajo agrícola a las personas que cosechan con capachos que pueden llegar a pesar hasta veinte kilos, a veces treinta; que cargan escaleras que, por razones de seguridad, muchas veces no son livianas. Son más bien rústicas y pesadas. Esos trabajadores, evidentemente, realizan un esfuerzo mayor a aquellos que desempeñan actividades de otra naturaleza.
Deberán precisarse estos aspectos en el futuro, a fin de asegurar lo que, sin duda, es el principal objetivo de los autores de esta iniciativa, esto es, entender que necesitamos hacer realidad en nuestro país el trabajo decente, es decir, aquel en que se respete la integridad física y psíquica de los trabajadores, entendiendo que es responsabilidad de la ley amparar a todos, sin importar la actividad que desempeñan.
He dicho.
El señor ASCENCIO (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado señor Edgardo Riveros.
El señor RIVEROS.-
Señor Presidente , según las intervenciones que hemos escuchado, al parecer, se aprobarían las modificaciones del Senado, incluso por unanimidad. Creo que ello se debe a la naturaleza y la calidad del proyecto, que tuvo su origen en una moción del diputado Rodolfo Seguel , integrante de la Comisión de Trabajo, quien invitó a algunos colegas a firmarla.
Las modificaciones van en la línea correcta. Por ejemplo, la que incide en el artículo 211 B, que pasaría a ser 211 G, tiene relación con la manipulación manual habitual de las cargas, en su inciso primero, porque el segundo nuevo, establece que el empleador procurará que el trabajador que se ocupe en la manipulación manual de las cargas reciba una formación satisfactoria, respecto de los métodos de trabajo que debe utilizar, a fin de proteger su salud. Esto es muy importante, por cuanto el fundamento del proyecto es, precisamente, preservar la salud de los trabajadores. De manera que cuando la carga deba ser transportada por personas, ellas deberán recibir algún tipo de capacitación para prevenir cualquier riesgo que pueda afectar su salud.
Por último, quiero destacar el artículo transitorio, nuevo, incorporado por el Senado, que establece que dentro de un plazo de 180 días deberá dictarse un reglamento relativo a la normativa que, de manera general, por el artículo 1º se agrega al Código del Trabajo. No soy partidario de una delegación de facultades de esta naturaleza, aunque ciertamente llevada la norma al caso particular, ella requiere de precisiones, como en el caso excepcional que estamos estudiando. Por lo tanto, la vía reglamentaria es la adecuada para perfeccionar la normativa.
Por todo lo anterior, anuncio que votaremos favorablemente las modificaciones formuladas por el Senado, de modo que el proyecto de ley, iniciado en una moción parlamentaria, se convierta prontamente en ley de la república.
He dicho.
El señor ASCENCIO (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado Julio Dittborn.
El señor DITTBORN .-
Señor Presidente , también soy uno de los autores de la moción, que el diputado Seguel tuvo la gentileza de invitarme a firmarla. ¡Y cómo me podría haber negado si el proyecto regula el peso máximo de carga humana!
Podrá discutirse si son razonables o no los límites máximos que se proponen, pero no debe olvidarse que una norma internacional fija el superior en 50 kilos, porque resulta evidente que en algunos casos se obliga a los trabajadores a llevar una carga claramente incompatible con su físico.
En verdad, en una sociedad civilizada, de hombres razonables, no serían necesarias normas de este tipo y los empleadores velarían por el bienestar de los trabajadores y sólo les permitirían a llevar una carga compatible con su salud. Pero, al parecer, eso no ocurre, especialmente en las zonas agrícolas. Por lo tanto, son imprescindibles estas normas, las que comparto porque siempre me opondré a que una persona abuse de otra, en este caso, haciéndola llevar una carga incompatible con su salud.
Los diputados que intervinieron antes ensalzaron la norma como muy positiva, pero no se refirieron a los riesgos que conlleva, como toda norma legal. Básicamente, en este caso surgen dos riesgos: uno es que induce a la sustitución del trabajador por la maquinaria.
Reconozcámoslo, en las zonas urbanas, en la construcción, por ejemplo, las maquinarias hacen el trabajo que realizaban varios hombres hace diez, veinte o treinta años.
Ahora, si se hiciera más estricta, como lo proponía hace algunos minutos el diputado señor Juan Pablo Letelier , induciría a un cambio en el comportamiento de los empleadores, que tratarían de usar máquinas y no hombres, en la medida de lo posible.
En general, la norma es de dulce y de agraz, porque, por una parte, protege la salud de los trabajadores, que es nuestro objetivo, pero, por otra, significa menos posibilidades para generar trabajo.
El segundo riesgo tiene que ver con la regulación. Para que la norma tenga valor y sea eficaz, debe ser regulada, como toda norma. Pero es menester que la regulación sea sensata. Muchas veces, los encargados de vigilar que las leyes se cumplan incurren en conductas prepotentes. Me lo han dicho pequeños y medianos empresarios que son acosados por funcionarios de instituciones públicas en este sentido, y eso es grave.
Esta norma es positiva, pero difícil de regular y vigilar que se cumpla. Por eso, los representantes de organismos públicos deben proceder con cuidado y no hacer abuso de ella en contra de los empleadores.
Con esas dos aprensiones, la UDI aprobará las modificaciones del Senado.
He dicho.
El señor ASCENCIO ( Presidente accidental ).-
Tiene la palabra la diputada señora Adriana Muñoz.
La señora MUÑOZ (doña Adriana).-
Señor Presidente , al igual que los colegas que me antecedieron en el uso de la palabra, felicito al diputado Seguel , por ser autor de la moción y al conjunto de diputadas y diputados que la patrocinamos con nuestra firma y que esperamos que pronto sea ley de la República.
Quiero insistir en destacar el valor del proyecto, por cuanto deja sin efecto una normativa absolutamente arcaica, proveniente del siglo XIX, impuesta por uso, costumbre y por ley, en el sentido de que se puede cargar hasta más de 80 kilos, indistintamente por hombres y mujeres jóvenes.
El valor de la propuesta radica en llevar nuestra legislación actual al nivel de los acuerdos internacionales, que diferencian por edad y sexo; vale decir, recogen la complejidad y la naturaleza, el tipo y el perfil del mercado de trabajo en nuestro país y en el mundo.
Aplaudo también las modificaciones introducidas por el Senado, sobre todo en cuanto a establecer, por parte de los empresarios, un mecanismo de información y de capacitación a sus trabajadores y trabajadoras. El beneficio implicará resguardar su salud en este tipo de faenas, sea a través de aprender a poner el cuerpo en posición adecuada en el momento de cargar, de controlar la fuerza al hacerlo, etcétera.
Pongo énfasis en que estas medidas de prevención ayudarán a la buena salud de los trabajadores y trabajadoras, con lo cual se evita un sinnúmero de enfermedades laborales y grandes costos para ellos mismos, los empresarios y el Estado.
Me referiré a los riesgos que prevé el diputado Dittborn con la entrada en vigencia de esta ley. Me sorprende que cada vez que avanzamos en normativas que protegen la salud y las condiciones de los trabajadores, pensamos asimismo en que su impacto tendrá siempre resultados perversos; no en la posibilidad de obtener efectos virtuosos. Es decir, al mismo tiempo en que vamos construyendo una cultura de respeto, de buenas prácticas y de valoración del trabajo, tanto de parte de los empleadores como de los trabajadores, pensamos inmediatamente que su riesgo fundamental puede ser causar desempleo.
Entiendo que la búsqueda de dignidad en las relaciones laborales no tiene por qué tener un efecto tan perverso como el cierre de los puestos de trabajo. Quizás sería importante abrir un debate acerca de cómo debe ser la relación empleador-trabajador en un país como el nuestro, que se integra al mundo, crece y se desarrolla.
A mi juicio, la cantidad de empleo debe ir unida a su calidad y no es posible pensar que los empleadores sustituirán mano de obra -humana- por maquinaria sólo porque los hombres y las mujeres van a cargar menos peso en las distintas faenas en que se desenvuelven. Significaría tener relaciones casi de esclavitud para que exista pleno empleo, porque cualquier mejoría en su calidad ocasionaría el efecto perverso que señala el diputado Dittborn de restringir las fuentes de trabajo.
Espero que así como todas las fuerzas políticas representadas en esta Sala han manifestado su disposición para avanzar y mejorar la calidad de las relaciones laborales, tengan también la misma unidad para instalar impactos o efectos virtuosos en estas modificaciones legislativas relativas a las relaciones cotidianas entre trabajadores y empleadores.
He dicho.
El señor ASCENCIO ( Presidente accidental ).-
Tiene la palabra el diputado señor René Manuel García .
El señor GARCÍA (don René Manuel) .-
Señor Presidente , me parece bien esta legislación, porque, por lo menos, disminuirán las ciáticas y otras enfermedades propias de quienes manipulan en forma manual cargas y descargas, y, especialmente, se evitará que las mujeres embarazadas hagan fuerza. En eso estamos absolutamente de acuerdo; sin embargo, cabe formularse algunas preguntas sobre el particular.
En la actualidad, los sacos de abono en general pesan ochenta kilos. ¿Qué pasaría si llega un camión a una parcela o campo a descargar ese producto y aparecen inspectores del trabajo que le dicen al chofer que está infringiendo la ley porque cada saco pesa ochenta kilos? La mayoría de los parceleros no dispone de máquinas para pesarlos y realizar descargas, y, en consecuencia, habría que pedir a la Soquimich o a otro productor de abono que haga saquitos de cincuenta kilos, o de dieciocho kilos en el caso de que los ayudantes sean menores de veinte años de edad. Es una pregunta lógica.
Por ejemplo, en las pesqueras, los tarros y los bidones muchas veces pesan más de cincuenta kilos. Los pueden bajar y arrastrar poniendo un par de “yeguas”, como dicen vulgarmente; es decir, un par de palos puestos de una manera determinada. Entonces, también estarían infringiendo la ley porque no pueden arrastrarlos ni levantarlos sin ayuda mecánica.
En consecuencia, no se trata sólo de hacer un proyecto de ley, sino que hay que ver la realidad.
No es mi intención colocar trabas a un proyecto que todos apoyan. Lo voy a aprobar, pero quiero hacer presente algunas aprensiones de los dueños de campos o de parcelas que han contratado a uno o más trabajadores. Me gustaría saber si la Cámara va a oficiar a la Soquimich y a otras empresas que elaboran abono, por ejemplo, para que sólo utilicen sacos de cincuenta kilos, porque de lo contrario van a infringir la ley; funcionarios de la Inspección del Trabajo cursarán partes a los propietarios de terrenos agrícolas por estar “verdugueando” a sus trabajadores al hacerlos cargar sacos que pesan sesenta u ochenta kilos.
Pregunto a mis colegas presentes, quienes, obviamente, están tratando de hacer lo mejor, ¿qué pasará en una trilla, por ejemplo, donde los sacos de trigo, normalmente, pesan ochenta kilos? ¿O con los sacos de arroz, que también pesan ochenta kilos, o con los de avena, que pesan alrededor de cincuenta o cincuenta y cinco kilos?
En ese tipo de cosechas el grano se deposita en sacos que están en la máquina que los recolecta y son cerrados por un trabajador cosedor. Cuando el trigo está rendidor, ese trabajador, apurado, es capaz de coser sacos de ochenta kilos, los que se llenan muy rápido. ¿Se imaginan que ocurriría si tuviera que coser sacos de cincuenta kilos? ¿Cuánto demoraría una máquina en trillar una hectárea? Si con ochenta kilos se demora tres horas, con sacos de cincuenta kilos tardaría, por lo menos, seis o siete horas.
Estoy hablando de cosas lógicas; pero, como toda regla tiene su excepción, en las cosechas, por ejemplo, si llueve y los fardos no se recogen, se echan a perder y, en esos casos, la ley permite que los trabajadores excedan sus horas de trabajo para que no se pierda la cosecha del año que requiere a veces de dos o tres horas extras en la recolección.
Reitero: no estoy poniendo trabas al proyecto; son situaciones que ocurren en forma cotidiana en los campos. De repente, un agricultor podría decir que un inspector le sacó un parte porque vio a uno de sus trabajadores bajando de la camioneta un saco de abono que pesaba ochenta kilos y que debía pesar cincuenta kilos.
Repito que sólo señalo ejemplos prácticos y cotidianos que no se pueden evitar. No me refiero a un bin, porque es absolutamente claro que pesa ciento cincuenta o doscientos kilos.
Otro ejemplo lógico es el de la gente que carga durmientes. Un durmiente como los que compra Ferrocarriles, de cuatro pulgadas, pesa, más o menos, ciento veinte kilos, y debería ser cargado por tres trabajadores. ¿Cómo lo harán para cargarlo?
Otro caso se da en aserraderos de sectores cordilleranos. La pulgada de la famosa madera de pellín pesa treinta y cinco kilos, y mide dos centímetros de espesor por veinticinco centímetros de ancho y tres metros sesenta centímetros de largo. Se corta en madera más gruesa, porque se utiliza para vigas en la construcción. Entonces, ¿cómo un trabajador lo saca del aserradero para cargarlo si allí no hay máquinas que lo puedan ayudar?
Los casos que he mencionado son del todo reales. Por lo tanto, en el proyecto debería dejarse establecido, por lo menos, que donde no hay máquinas suficientes o no se justifique su utilización, los trabajadores podrán ayudarse, por ejemplo, con un par de “yeguas”, con una roldana u otro elemento para realizar su labor.
Voy a apoyar esta iniciativa, pero planteo estas aprensiones respecto de situaciones que vemos a diario quienes trabajamos en el campo.
Hoy se están haciendo metros ruma de madera. Por ejemplo, en la zona de Gorbea y de Loncoche, los pequeños productores contratan dos o tres personas para cargar en forma manual varas de eucaliptos de veinte centímetros de espesor por dos metros sesenta centímetros de largo y que pesa, aproximadamente, ochenta o cien kilos.
Esta situación también es conocida por el Presidente accidental , diputado señor Ascencio , porque en su distrito hay mucha gente que se dedica a la explotación de la madera.
Hago ver estos problemas para que quienes escuchan este debate se den cuenta de que los diputados sabemos lo que estamos haciendo. También buscaremos la manera de complementar estas disposiciones para que los trabajadores de carga y descarga puedan tener derecho a un descanso.
Nadie duda de que la mujer embarazada no puede levantar cargas o hacer fuerza. Sin embargo, cabe preguntarse si los cincuenta kilos se establecieron pensando sólo en ella, porque para un hombre no es mucho peso. Por eso, si decimos que la mujer y el hombre son iguales, lógicamente son iguales, pero ella es diferente y no tiene la misma fuerza, la potencia física. Por lo tanto, no se me ocurriría -lo digo de corazón- decirle a una mujer, que está cosechando, que se eche un saco grande al hombro. Me parecería una brutalidad, una aberración y, además, me daría vergüenza verla cargándolo y a los hombres mirándola cómo lo hace. No lograría entenderlo. Y eso no es ser machista, sino realista. Por lo menos, todavía acostumbro ceder mi asiento a una dama cuando viajo en bus. Esas son buenas costumbres que se están perdiendo y hay que recordarlas.
Este proyecto se convertirá en una buena ley si se solucionan esos problemas prácticos.
He dicho.
El señor ASCENCIO ( Presidente accidental ).-
Tiene la palabra la diputada Alejandra Sepúlveda.
La señora SEPÚLVEDA (doña Alejandra) .-
Señor Presidente , a mi juicio, lo más importante es cómo evitamos las enfermedades profesionales, del oficio, que afectan a los trabajadores y trabajadoras, sobre todo cuando las condiciones de previsión y de salud no siempre son las más apropiadas en el sector socioeconómico para el cual estamos legislando.
Como conozco los sectores rurales, sé que los sacos de fertilizantes pesan 80 kilos, y, algunos, 50 kilos. Creo que en el caso de un saco de 80 kilos deberán cargarlo dos trabajadores.
Es bueno que hayamos bajado el límite superior de carga y que, además, reconozcamos la protección a la maternidad, pero, mi preocupación es que debemos crear los equilibrios, tratar de buscar la igualdad por lo siguiente:
Cuando las mujeres recolectan productos durante el período de cosecha, las cajas que levantan pesan alrededor de 15 y 22 kilos. Ahora, si establecemos que dichas cajas pesen, como mínimo, 20 kilos, sin duda, los empleadores preferirán contratar a varones. No digo que a las mujeres se les suba el límite superior de peso, sino que tengamos presente el sentido de equilibrio y de igualdad en relación con su contratación.
El beneficio que establece este proyecto es muy importante, pero también me preocupa su fiscalización. Hemos dictado muchas leyes que la ciudadanía ha reconocido como apropiadas, pero, en el momento de implementarlas aparecen los problemas de fiscalización.
Por ejemplo, las disposiciones relativas a la reducción de la jornada laboral y muchas otras, no se llevan a la práctica porque la Inspección del Trabajo no tiene capacidad de fiscalización, especialmente en los sectores rurales donde trabajan temporeras y temporeros.
Vamos a votar a favor de esta iniciativa, pero me gustaría que, a través del Servicio Nacional de la Mujer, se monitoree su aplicación en cuanto al acceso al trabajo de las trabajadoras temporeras.
He dicho.
El señor ASCENCIO (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado señor Iván Moreira.
El señor MOREIRA.-
Señor Presidente, aunque este proyecto parezca muy simple, no por eso deja de ser importante, dada su repercusión en el mundo laboral.
Si bien los diputados que me han antecedido en el uso de la palabra han manifestado sus aprensiones sobre la materia, con posterioridad a la publicación del proyecto se dictará un reglamento que regulará su aplicación y que podría poner fin a esos temores.
Aun cuando la iniciativa no es tan rimbombante como otras, tiene una particularidad muy importante, cual es resguardar la dignidad y la salud de los trabajadores. Por eso, me parece tremendamente relevante el consenso alcanzado en este proyecto, originado en moción de los diputados señores Seguel y Dittborn y al cual daremos nuestra aprobación por sus implicancias para los trabajadores, en especial para los del sector agrícola, donde el factor humano reemplaza todo tipo de tecnología.
Es un paso importante porque resguarda, da garantías y respeta la dignidad de los trabajadores.
Muchas veces hemos tenido diferencias de opinión respecto de distintas normativas laborales que se han analizado en el Congreso Nacional. Incluso, en algunas ocasiones no hemos alcanzado el consenso anhelado, pero claramente todo debe apuntar, sin prejuicios, a resguardar las oportunidades y los derechos de los trabajadores, especialmente de su salud.
Nos gusta decir que somos un país desarrollado, líderes en el mundo en cuanto a tecnología, que nuestra economía es un ejemplo en América Latina y en el mundo, que aparecemos posicionados en el lugar 22 de las economías del mundo, etcétera, datos que demuestran que si hemos avanzado, sin duda debiéramos ponernos a tono con la legislación internacional.
Así como hoy buscamos consenso ante un tema tan sensible como el de resguardar la salud del mundo laboral, también debemos preocuparnos de legislar otros temas en favor de ese sector. Sabemos que hay diferencias, y las superaremos en la medida en que haya voluntad de las partes. Y precisamente, este proyecto que regula el peso máximo de la carga humana, y que tendrá mucha incidencia en los sectores agrícolas, es una diferencia superada.
Pero de la misma forma en que hoy legislamos en favor del mundo laboral, también debiéramos abordar un tema especialmente sensible para los trabajadores, como el desempleo y la cesantía en que está sumido nuestro país. No en vano, durante los últimos diez años ha habido una suerte de institucionalidad del desempleo y hoy nos encontramos con 600 mil cesantes, que están privados de la oportunidad de mantener a sus familias. Debiéramos tener voluntad para abrirnos a este tema tan sensible.
Asimismo, me gustaría que acercáramos posiciones para aprobar, en un futuro cercano, una ley sobre flexibilidad laboral que otorgue oportunidades a los trabajadores, especialmente a los que hoy están cesantes. Debemos tratarlo pronto porque el desempleo aumenta cada día más en nuestro país.
En la medida en que los consensos sean permanentes, podremos avanzar y decir que la preocupación por el mundo laboral es real.
Por último, anuncio mi voto favorable para este proyecto de ley.
He dicho.
El señor ASCENCIO (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado señor Espinoza.
El señor ESPINOZA .-
Señor Presidente , quiero iniciar mi intervención felicitando a los autores de esta iniciativa y, en particular, al diputado Seguel quien ha tenido una especial dedicación por el mundo laboral.
El diputado Moreira recién decía que ésta es una iniciativa de enorme relevancia, sobre todo para el mundo rural.
Para nadie son un misterio las condiciones laborales infrahumanas a que están expuestos los trabajadores rurales, especialmente en temporadas de cosecha.
Cito como ejemplo lo que ocurre en la Décima Región, donde he sido testigo de las exigencias sobrehumanas para cargar y descargar camiones completos de sacos de papas que superan largamente los 70 u 80 kilos cada uno, lo que produce no sólo agotamiento extremo sino que, además, deja secuelas negativas para la salud de esos trabajadores.
Este proyecto, que busca regular el peso máximo de carga humana, constituye un avance importante en la protección de la salud laboral.
He dado sólo un ejemplo, referente a lo que ocurre en el campo, pero casos como el citado se dan también a diario en las pesqueras, en las faenas portuarias y en diferentes funciones laborales del quehacer cotidiano del país.
Deseo destacar lo que estipula el artículo 211, en su letra C, que señala que si la manipulación manual es inevitable y las ayudas mecánicas no pueden usarse, no se permitirá que se opere en forma habitual con cargas superiores a 50 kilogramos.
Esta iniciativa legal también va a prohibir las operaciones de carga y descarga manual para la mujer embarazada, para quien tampoco hay respeto, como ocurre cotidianamente en sus diferentes quehaceres laborales.
Finalmente, consideramos que esta iniciativa será un aporte más para la protección de los trabajadores y ojalá que operen los mecanismos estatales para fiscalizar su cumplimiento, ya que a pesar de los esfuerzos, lamentablemente vemos cómo se violan sus derechos diariamente en muchos lugares.
He dicho.
El señor ASCENCIO (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado Urrutia.
El señor URRUTIA .-
Señor Presidente , tengo serias aprensiones respecto del proyecto, y así lo hice saber hace algún tiempo; son particulares y no corresponden a mi bancada.
Si bien me parece adecuado proteger a los trabajadores, el proyecto no me parece práctico para el mundo rural. Como bien decía el diputado René Manuel García , las labores del campo son dinámicas. En una cosecha de trigo hay que coser y voltear sacos, y no se puede, al mismo tiempo, estar pesándolos para saber si tienen más o menos de 50 kilos.
Creo que es importante buscar algún sistema para terminar con los sacos, paperos o no, de 80 kilos, de manera que a futuro se utilicen sólo de hasta 50. La mayoría de las empresas de fertilizantes ya lo han hecho y así se evitan estar pesando cada saco, a fin de que no exceda los 50 kilos. Este tema no es menor.
Otro problema que mencionaba el diputado Moreira es el del empleo, que ha disminuido fuertemente en las zonas agrícolas. Muchos piensan que existe una relación inversa entre el peso del saco y la cantidad de gente que se requiere para su carga o descarga: a menos peso, más trabajadores. Es exactamente lo contrario. Habrá que contratar menos gente, porque el campo se está tecnificando. En muchas partes se están usando las correas transportadoras, que necesitan sólo un operador. Por lo tanto, encontrar trabajo en el campo es cada día más difícil. El precio del dólar tiene prácticamente liquidados a casi todos los agricultores, no sólo a los productores de trigo o remolacha, sino también a los que se han reconvertido y están exportando frambuesas, frutillas, manzanas o cualquier otro producto. Las utilidades son cada vez menores, y la tecnificación, como son las correas transportadoras, es la única posibilidad que tienen para poder subsistir.
La norma que prohíbe que los menores de 18 años puedan cargar más de veinte kilos, será de muy difícil aplicación. En los campos se trabaja únicamente en la temporada de cosecha. Recordemos que en las zonas agrícolas se trabaja seis meses al año y en los otros seis se está cesante. Por eso, para juntar plata y pasar los seis meses en que no tienen pega, están obligados a trabajar no sólo el dueño o la dueña de casa, sino también los hijos, muchos de ellos de 15, de 16 y de 17 años. En consecuencia, como esos niños no podrán cargar más allá de 20 kilos, no van a poder trabajar. Tan simple como eso, porque las cajas de fruta y de otros productos pesan menos de cincuenta, pero más de veinte kilogramos.
En consecuencia, se coartará la libertad de trabajo a muchos jóvenes que necesitan obligadamente laborar.
El señor ESPINOZA .-
Señor diputado , los niños no deben trabajar.
La señora SAA (doña María Antonieta) .-
Se está explotando a esos niños.
El señor URRUTIA.-
Estoy hablando de jóvenes de 15, 16 ó 17 años. Hay que entender una cosa: en el campo se trabaja seis meses del año; los otros seis, la gente está cesante, porque ustedes no han sido capaces de darle trabajo como corresponde; tienen más de 600 mil cesantes en el país. Además, en las zonas agrícolas hay muchos cesantes en el invierno porque no hay pega, porque ustedes se la quitaron con las famosas reformas laborales y otras cosas más que han inventado en el último tiempo; así de simple. De manera que no me vengan con cuentos.
En el campo trabajan muchos jóvenes de 15, 16 ó 17 años porque no les queda otra alternativa, pues deben acumular dinero para mantener a sus familias durante el invierno, cuando no hay trabajo. Pero con esta iniciativa se le quitará otra fuente de trabajo a todos esos jóvenes porque no van a poder cargar productos que pesen más de veinte kilogramos.
Por eso, tengo serias aprensiones en relación con la iniciativa. Sin embargo, como se votan solamente las modificaciones del Senado -en el primer trámite voté en contra-, que, a mi modo de ver, son más bien adecuaciones al proyecto despachado por la Cámara, no tengo por qué votarlas en contra. En consecuencia, me abstendré en la votación.
He dicho.
-Aplausos.
El señor ASCENCIO (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado señor Pedro Muñoz.
El señor MUÑOZ .-
Señor Presidente , después de escuchar la última parte de la intervención del diputado señor Ignacio Urrutia , creo que lamentablemente hay muchos representantes de los empleadores que les gustaría que no existieran normas laborales que regularan la relación que nace del contrato de trabajo. A lo mejor, para ellos sería más fácil quemar el código que regula la materia y dejar el trabajo a la ley de la oferta y la demanda, como ocurría entre los siglos XVI y XVIII.
Pero quiero recordar a los diputados que piensan de esa forma que estamos viviendo en el año 2004...
El señor GARCÍA (don René Manuel) .-
En el año 2005, señor diputado .
El señor MUÑOZ .-
... ó 2005, como me corrige el colega García , en el siglo XXI, en el que las relaciones laborales tienen otra naturaleza y en el que existen normas a lo largo del mundo, que regulan esa relación tan desequilibrada entre trabajadores y empleadores.
Además, qué duda cabe que a partir de los años 90 se inició en nuestro país un período de recuperación de la dignidad y de la seguridad de los trabajadores, a través de una serie de reformas a una legislación laboral que no respondía a la protección que debía tener la parte más débil en este tipo de relación contractual: el trabajador. Por eso, a partir de entonces, se ha realizado una serie de reformas laborales que han apuntado -reitero- a recuperar la dignidad del trabajador y a tratar de ponerlo en igualdad de condiciones, como contratante, ante quien le otorga trabajo.
El proyecto, originado en moción, respecto del cual hoy conocemos las modificaciones del Senado, que vamos a aprobar, demuestra una vez más que en la Cámara de Diputados, a pesar de algunas excepciones, hay una sensibilidad y una solidaridad hacia los trabajadores y las trabajadoras. Aquí se avanza en su protección, en el respeto de su dignidad y en que existan relaciones laborales más equilibradas.
En la discusión del proyecto se dio cuenta de una serie de modificaciones introducidas al Código del Trabajo y de varios temas pendientes relacionados con el mundo laboral.
Hace unos días, en una audiencia pública con la Federación de Sindicatos de la Construcción, realizada en la Comisión de Trabajo y Seguridad Social, nos señalaron que el peso máximo de carga humana debiera ser incluso menor. Argumentaron que en la actividad que realizan se han producido muchos accidentes en el último tiempo, debido a la falta de fiscalización y al hecho de que las normas existentes no se aplican o no se exige su aplicación por parte de los organismos correspondientes.
Me sumo a los diputados que han manifestado su respaldo a las modificaciones del Senado. El proyecto original ha sido mejorado, lo cual demuestra que los senadores también tuvieron la suficiente sensibilidad o capacidad, como la tuvimos nosotros en su momento, para aprobar un proyecto que va en directo beneficio de las trabajadoras y de los trabajadores.
He dicho.
El señor ASCENCIO (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado señor Carlos Abel Jarpa.
El señor JARPA .-
Señor Presidente , en mi condición de médico y de diputado de una zona agrícola, anticipo mi aprobación a las modificaciones del Senado. Además, felicito a los autores del proyecto, que representan, según se ha señalado, a todos los partidos políticos.
Lamento las opiniones, muy legítimas, por lo demás, del colega Urrutia. Me parece incomprensible que un muchacho de quince años trabaje en actividades tan pesadas como las señaladas, que, probablemente, le traerá problemas serios a su salud en el futuro, especialmente relacionados con la columna.
No debemos olvidar que hoy, debido al aumento del promedio de vida de la población, la vida laboral llega a los 65 años, en el caso de los hombres, y a 60, en el de las mujeres, y es probable que cuando estos muchachos lleguen a esa edad, la vida útil se alargue más.
Nuestros jóvenes de quince años deben estar estudiando. Ése ha sido el objetivo de la Concertación al implementar una jornada escolar completa, que también deben cumplir los muchachos de los sectores agrícolas.
Actualmente, el cultivo de la remolacha prácticamente se realiza con máquinas y no de manera manual o artesanal. No debemos preocuparnos sólo de dar empleos, sino también de lograr que éstos sean de calidad y justos, acorde con las capacidades físicas y psíquicas de nuestra población.
En mi condición de médico y de diputado que representa a una zona agrícola, en que es muy importante la actividad rural, reitero mis felicitaciones a los autores del proyecto.
Anuncio el apoyo de nuestro partido a esta excelente iniciativa.
He dicho.
El señor ASCENCIO ( Presidente accidental ).-
Tiene la palabra la diputada señora María Antonieta Saa .
La señora SAA (doña María Antonieta) .-
Señor Presidente , me alegro cuando los colegas presentan proyectos como el que estamos analizando, que apuntan a que el trabajo sea una actividad decente y humana.
El gran tema del país es precisamente ése. Cuando el promedio de remuneraciones del país asciende a 300 mil pesos, uno piensa que estamos ante una situación lamentable. Cuando hablamos del combate de la pobreza, nunca pensamos que se debe resolver a través de las remuneraciones. Cuando vemos las utilidades que obtienen muchas empresas, uno no entiende por qué la mayoría de sus trabajadores ganan el ingreso mínimo. Uno no entiende por qué los temporeros, que trabajan para las empresas exportadoras más exitosas de nuestro país, sólo reciben sueldos durante seis meses del año; esa gente no obtendrá jubilación, porque no puede juntar los 20 años mínimos que exige la ley respectiva para jubilar, ya que sólo trabajan durante seis meses al año; cómo es posible que se les hagan cotizaciones previsionales por todo el año. Cuándo será el momento en que empresarios, trabajadores y diputados pensemos que con el aumento de las remuneraciones con la creación de empleos decentes mejoraremos la distribución del ingreso. Creo que tenemos un tremendo déficit con nuestro capital humano, con nuestros trabajadores. Cuando se mantienen esas condiciones, cuando se ven los abusos laborales, como lo hemos comprobado en las comisiones investigadoras, uno puede pensar que la gente va a perder el miedo en algún momento, se va a organizar y va a exigir sus derechos, porque estas situaciones generan una rabia soterrada.
Cuando estamos ante un proyecto tan razonable, como éste que regula el peso máximo de carga humana, vemos algunos colegas que lo impugnan. Debemos pensar que no entienden que ya pasó el tiempo del latifundio y que no estamos en la época del inquilinaje. Ellos no comprenden la idea de esta iniciativa, porque su pensamiento viene de la época del latifundio más profundo, donde las personas eran casi esclavos.
Esto que es tremendamente lamentable, y tenemos que hacer enormes esfuerzos para tener un diálogo y lograr una construcción conjunta y una concertación social para que existan remuneraciones y empleos decentes.
Si el promedio de los ingresos de los trabajadores es de 300 mil pesos, quiero que pensemos cómo una familia con cinco hijos vive con 120 mil pesos o cómo una familia con seis hijos vive con 200 mil pesos.
Debemos discutir estos conceptos en profundidad para mejorar las condiciones de vida de la mayoría de los trabajadores. Eso lo podemos lograr con un acuerdo, con una concertación laboral-empresarial, como se ha hecho en España y en otros países, para que los empresarios entiendan que deben destinar parte de sus utilidades para mejorar las condiciones laborales y aumentar las remuneraciones de sus trabajadores.
He dicho.
El señor ASCENCIO (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado señor Rodolfo Seguel.
El señor SEGUEL.-
Señor Presidente , me referiré exclusivamente a la materia en debate, ya que aquí se ha hablado desde la cesantía hasta los aumentos de sueldos. Lo que estamos tratando son las modificaciones del Senado al proyecto que regula el peso máximo de carga humana, que el Código del Trabajo lo establece en 80 kilos.
A raíz de eso, presenté una moción, que ha sido respaldada por un número importante de diputados -aprovecho de nombrar al diputado Francisco Bayo , quien también es coautor de la iniciativa-, para bajar a 50 kilos el máximo de carga que podrán transportar los hombres sin ayuda mecánica, a 20 kilos que podrán operar las mujeres y los jóvenes menores de 18 años, y a cero, las que podrán cargar las mujeres embarazadas.
A eso se refiere el proyecto de ley. No hay para qué hablar del desempleo o del reajuste de sueldo, pues tendremos todo el año para tratar esos temas.
El diputado señor René Manuel García preguntó qué pasará con los sacos de abono que se usan en la actividad agrícola y que pesan 80 kilos. Seguramente, el señor diputado no advirtió que se ha incorporado un artículo transitorio, nuevo, que dice: “Dentro del plazo de ciento ochenta días, contado desde la fecha de publicación de esta ley, deberá dictarse un reglamento relativo a la normativa que por el artículo 1º de la presente ley se incorpora al Código del Trabajo.”. Se otorga un plazo de 180 días, o sea, seis meses, para que entre en vigencia esta normativa. La gente tendrá tiempo suficiente para adecuar las cargas.
Por otra parte, la diputada señora Alejandra Sepúlveda me planteó su inquietud en relación con las mujeres que trabajan cosechando o recogiendo fruta en el campo. Según me dijo, cada caja con fruta pesa alrededor de 20 kilos, razón por la cual piensa que disminuirá el trabajo para ellas. Es un tema diferente al planteado por el diputado señor Juan Pablo Letelier , quien pedía bajar más el peso de carga humana para la mujer. En consecuencia, como me apasionan los temas laborales, personalmente haré un seguimiento relativo a la carga que transportan las mujeres del sector.
Agradezco a todos los parlamentarios que se pronunciaron a favor de esta iniciativa. Espero que la aprobemos por unanimidad, a fin de que muy pronto se convierta en una ley que beneficie a todos los trabajadores chilenos, especialmente a las trabajadoras.
He dicho.
El señor ASCENCIO (Presidente accidental).-
Cerrado el debate.
-Con posterioridad, la Sala se pronunció sobre el proyecto en los siguientes términos:
El señor ASCENCIO (Presidente accidental).-
Corresponde votar, las modificaciones introducidas por el Senado al proyecto de ley que regula el peso máximo de carga humana.
En votación.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 58 votos; por la negativa, 0 voto. Hubo 2 abstenciones.
El señor ASCENCIO ( Presidente accidental ).-
Aprobadas.
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Álvarez, Allende (doña Isabel), Araya, Ascencio, Barros, Becker, Bertolino, Burgos, Bustos, Cardemil, Ceroni, Correa, Cubillos (doña Marcela), Dittborn, Egaña, Encina, Espinoza, Forni, Girardi, Guzmán (doña Pía), Ibáñez (don Gonzalo), Jarpa, Leay, Letelier (don Juan Pablo), Letelier (don Felipe), Lorenzini, Luksic, Martínez, Masferrer, Montes, Moreira, Muñoz (don Pedro), Muñoz (doña Adriana), Norambuena, Ojeda, Olivares, Ortiz, Palma, Pérez (don Ramón), Pérez (doña Lily), Prieto, Riveros, Rojas, Saa (doña María Antonieta), Salaberry, Salas, Seguel, Sepúlveda (doña Alejandra), Tapia, Tohá (doña Carolina), Valenzuela, Vargas, Venegas, Vidal (doña Ximena), Vilches, Villouta, Von Mühlenbrock y Walker.
-Se abstuvieron los diputados señores:
Bauer y Urrutia.
El señor ASCENCIO (Presidente accidental).-
Despachado el proyecto.
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- bcnres:tieneProyectoDeLey = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/proyecto-de-ley/3242-13