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El señor ANDRADE (Presidente).-
En el Orden del Día, corresponde tratar el informe de la Comisión Mixta encargada de resolver las discrepancias suscitadas entre ambas ramas del Congreso Nacional durante la tramitación del proyecto de ley, originado en mensaje, que moderniza el sistema de relaciones laborales, introduciendo modificaciones al Código del Trabajo.
Antecedentes:
-Informe de la Comisión Mixta. Documentos de la Cuenta N° 5 de este boletín de sesiones.
El señor ANDRADE (Presidente).-
Hago presente a la Sala que, de conformidad al acuerdo de los Comités Parlamentarios, se destinará una hora al debate de esta iniciativa, distribuida proporcionalmente entre las bancadas en la forma ya informada por el señor Secretario.
Tiene la palabra, hasta por cinco minutos, el diputado Patricio Melero .
El señor MELERO.-
Señor Presidente, en primer lugar, saludo a la ministra del Trabajo, señora Ximena Rincón , y al subsecretario de dicha cartera, señor Francisco Díaz .
En verdad, la Comisión Mixta no sirvió para nada ni cambió nada del proyecto, considerando el pacto existente entre diputados y senadores de la Nueva Mayoría.
Por consiguiente, no hubo capacidad alguna del gobierno ni de los parlamentarios de la Nueva Mayoría de allanarse a buscar vías para salvar los temas de constitucionalidad y aquellos que consideramos contrarios al bien común general de los trabajadores de Chile, que, a nuestro juicio, constituirán un franco retroceso para alcanzar el objetivo que hoy, no ayer, se ha planteado el gobierno: mejorar el crecimiento y la productividad del país.
Así las cosas, resulta frustrante ver que hoy se va a concretar una reforma laboral que no logró el consenso ni un apoyo más amplio. Dicha reforma sigue teniendo un mayoritario rechazo en la opinión pública, no logró convencer a la otra pata de la mesa en la que se lleva a cabo una negociación colectiva, es decir, los empleadores. Asimismo, convenció muy tibiamente a un sector de los trabajadores y dejó muy descontentos a sectores de la CUT y a otros, que consideran que no es la reforma que se necesitaba.
Por consiguiente, vamos a entregar al país una reforma laboral que no tiene los elementos fundamentales para consolidarse en el tiempo, que será objeto de judicialización en algunos aspectos y de controversia en otros, y, desgraciadamente, terminará afectando la productividad, el empleo y el crecimiento del país.
Esta reforma laboral va contra la corriente de lo que el resto del mundo está haciendo en esta materia. Así, por ejemplo, insiste en la negociación interempresas, que está siendo abandonada en la inmensa mayoría de los países. ¡Miren los socialistas lo que ocurre en Francia e Italia! En esos países se lleva a cabo una reforma laboral en sentido contrario de la que impulsa nuestro país, porque se han dado cuenta del carácter ineficaz de la negociación interempresas. Sin embargo, al parecer Chile quiere innovar más que Europa, pero en una dirección totalmente incorrecta.
Lamento profundamente que no hayamos logrado convencer acerca de la necesidad de que en Chile la huelga tenga carácter pacífico y de buena fe. ¿A qué le temen? ¿Por qué no quieren poner ese requisito a empleadores y a sindicatos? Si tuviese ese carácter y se violentara, cualquiera de las partes -empleadores o trabajadores- habrían podido ejercer una acción no penal ante el respectivo tribunal; ahora, en cambio, tendrán que esperar a que haya un delito de carácter penal para ejercerla.
Por tanto, en una huelga, que ya es una acción de fuerza, vamos a seguir teniendo otra acción que posiblemente exacerbará los ánimos y terminará de manera violenta.
No logramos convencer al gobierno sobre las claras incompatibilidades que tiene esta reforma con lo que establece nuestra Constitución Política. Se vulnera en forma importante la libertad de los trabajadores; se va contra principios que ha establecido la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y no se resguarda adecuadamente el derecho de los trabajadores, que es lo que consagra la Constitución, no el derecho de los sindicatos, como en esta titularidad se quiere expresar.
Por consiguiente, tenemos la convicción de que la reforma en estudio vulnera las garantías constitucionales establecidas en el artículo 19, números 15° y 16°, de la Carta Fundamental.
La no extensión de beneficios a los trabajadores no sindicalizados también deja en una muy compleja situación a quienes no quieran sindicalizarse, pese a que es de la esencia que ningún trabajador podrá ser obligado.
Nos dirán que no los obligan, pero los ponen entre la espada y la pared, porque o se sindicalizan para obtener los beneficios o, de lo contrario, no los obtendrán. Esa es, insistimos, una sindicalización automática, encubierta, que tiende a ir a la obligación y atenta contra los derechos y la libertad de los trabajadores.
En materia de negociación interempresas, la Constitución Política también es clarísima al señalar que la que negocia es la empresa, no las empresas o el conjunto de ellas. Por consiguiente, esta reforma radica la negociación en un ámbito mucho más amplio que lo que el constitucionalista quiso hacer, que es, obviamente, restringirla a nivel de la empresa en todo lo que ello significa.
Esta reforma nos ha obligado a tener que recurrir al Tribunal Constitucional, no para cambiar el eje de las cosas, sino para hacer que se respete el texto constitucional, que los integrantes de esta Cámara juran solemnemente cumplir. La Constitución Política está establecida para garantizar los derechos de los chilenos, y este proyecto vulnera claramente esos derechos.
Por consiguiente, la reforma laboral no está terminada.
Esta semana recurriremos al Tribunal Constitucional. Por lo tanto, todavía deberá pasar mucha agua bajo el puente para que esta reforma se consolide como tal.
He dicho.
El señor ANDRADE (Presidente).-
Tiene la palabra, hasta por cuatro minutos, el diputado Tucapel Jiménez .
El señor JIMÉNEZ.-
Señor Presidente, hoy votaremos el informe de la Comisión Mixta sobre el proyecto que moderniza el sistema de relaciones laborales.
El diputado Patricio Melero se refirió a la huelga pacífica; pero nadie comprendió que se le pusiera “apellido” a la huelga. Esto es similar a calificar el divorcio como pacífico, aunque quizás a muchos les gustaría. Es increíble que se haya agregado el calificativo de “pacífica” a la huelga, en circunstancias de que el Código Penal establece todos los mecanismos para enfrentar la violencia.
Asimismo, se ratificó el derecho a la información para los sindicatos, en el marco de la negociación colectiva. El derecho de los sindicatos interempresas a negociar quedó reglado y con los resguardos solicitados por las pequeñas y microempresas, mediante el establecimiento de obligaciones para las medianas y grandes empresas. Además, se abordó la situación de los trabajadores subcontratados.
Sin perjuicio de lo anterior, respecto de lo cual estamos todos de acuerdo, por lo que votaremos a favor el informe, queda una gran duda sobre una indicación que muchos queríamos que se rechazara: las adecuaciones necesarias.
En su momento voté en contra de la indicación sobre adecuaciones necesarias y, por supuesto, manifesté mi razón para hacerlo: en sí misma, la indicación es buena, pero dada la realidad del país, no va a funcionar.
Finalmente la indicación fue aprobada y, en consecuencia, solo queda solicitar a los empresarios que no hagan uso y abuso de ella. Hago un llamado a los empresarios a que entiendan que lo único que busca esta reforma es disminuir las desigualdades y mejorar la calidad de vida de los chilenos, principalmente de los trabajadores. La idea es que, cuando crezca una empresa, crezcan todos, es decir, que los trabajadores participen de las utilidades. Ese es el objetivo de la reforma. Ojalá lo entiendan y, en algún momento, muestren sensibilidad social.
Hace poco leí que empresarios de Estados Unidos de América que son los mayores millonarios de ese país, informaron al gobierno que querían pagar más impuestos. ¡Querían pagar más impuestos! Ojalá que algún día sientan esa sensibilidad nuestros empresarios, a quienes no se les pide nada más que distribuir la riqueza de la empresa en forma equitativa, en el entendido de que los trabajadores son parte importante de ella y de que el crecimiento se hace de la mano de ellos y no en contra de ellos.
Pero no solo quiero hacer un llamado a los empresarios. También quiero referirme a la derecha, a las bancadas de enfrente, que, como acaba de decir el diputado Patricio Melero , acudirá al Tribunal Constitucional para impugnar la extensión de beneficios.
En la actualidad, solo el 60 o 70 por ciento de las empresas extiende el beneficio obtenido en una negociación colectiva.
Nunca observé preocupación en ese sector político -senadores y diputados de derecha- por ese 30 por ciento de trabajadores que hoy, con la legislación vigente, no tiene extensión de beneficios. Sin embargo, ahora, bajo el argumento de que sí se preocupan de ese porcentaje al que no se le extendería el beneficio -tampoco es seguro, pues la reforma solo establece como requisito el acuerdo del sindicato-, manifiestan una preocupación que, a mi juicio, solo tiene por finalidad oponerse por completo a la reforma.
Por lo tanto, hago un llamado a la oposición -sé que quizás es inútil- para que no recurra al Tribunal Constitucional y entienda que la presente reforma es buena para el país, para los trabajadores y también para los empresarios. Un trabajador contento, que sabe que cuenta con buenas condiciones laborales y que tiene un buen sueldo, producirá al ciento por ciento o, quizás, más.
Estoy convencido de que la reforma será buena. En todos los países en que aumenta la negociación colectiva disminuyen las desigualdades. Esta reforma lograra ese objetivo en el nuestro.
El mayor problema de Chile es la desigualdad. Por ello, espero que, tras su despacho, la reforma se promulgue lo antes posible para que definitivamente se inicie el proceso que permitirá terminar con esa injusticia.
He dicho.
El señor ANDRADE (Presidente).-
Tiene la palabra, hasta por seis minutos, el diputado Fuad Chahin .
El señor CHAHIN.-
Señor Presidente, todos en esta Sala -es parte del debate cotidiano en el país- estamos conscientes de la necesidad de enfrentar uno de los problemas más dolorosos de Chile: la desigualdad y la falta de inclusión y de cohesión social. Sin duda, no existe una bala de plata que permita resolverlo; es un problema que debe ser enfrentado en distintas dimensiones.
En los últimos años, el gobierno de la Presidenta Bachelet ha impulsado un conjunto de reformas que pretenden hacerse cargo de la situación, no en el discurso, sino en los hechos.
Sin embargo, en el marco de la discusión de la reforma tributaria, que permitía recaudar recursos para financiar reformas y políticas sociales, fundamentalmente del 1 por ciento de la población con mayores ingresos, un sector de la Cámara de Diputados -la oposición- se opuso tajantemente y señaló que significaría la debacle y que sería muy inconveniente para el país que el Estado dispusiera de más recursos para financiar la reforma educacional, la construcción de establecimientos hospitalarios y las políticas sociales.
Luego, cuando se impulsó la reforma educacional para mejorar las condiciones de equidad y de calidad en la educación, terminando con el paradigma de la educación como un bien de consumo y asumiéndola como un derecho social que debe garantizar el Estado para generar igualdad de oportunidades, también se opusieron.
Hoy, cuando se busca fortalecer la capacidad de las organizaciones sindicales para negociar colectivamente, a fin de emparejar un poco la cancha entre el trabajador y el empleador en esta relación tan asimétrica que existe al interior de la empresa, también critican y se oponen.
Medidas como las mencionadas -otorgar mayor poder de negociación a los trabajadores, mejorar la calidad y que exista más equidad en la educación y establecer un sistema tributario más justo- permitirán abordar en concreto el problema de la desigualdad. Probablemente, esas medidas son insuficientes y, por ello, se deberán realizar otros cambios, como impulsar reformas que permitan abordar la concentración económica y mejorar las políticas sociales, pero creo que el presente proyecto es fundamental. Para algunos puede ser modesto, pero yo lo considero muy significativo e importante.
Me alegro de que estemos en la etapa final, en la discusión del informe de la Comisión Mixta, que, a mi juicio, resolvió bien aquellos aspectos que generaron controversia entre la Cámara de Diputados y el Senado.
¿En qué aspectos hubo controversia? Fundamentalmente en materia del derecho a la información que se entrega a los sindicatos en el marco de una negociación colectiva. Al respecto, considero que se encontró un justo equilibrio entre el derecho que tienen las organizaciones sindicales y los grupos negociadores para pedir información, la cual podrá ser solicitada por las organizaciones sindicales autorizadas para ello expresamente en sus estatutos o cuando su entrega haya sido autorizada expresamente por cada trabajador. Dicha información podrá ser nominada y desagregada por haberes y con el detalle de ingreso a la empresa y cargo o función desempeñada; la información que se requiera sobre remuneraciones de distintos cargos y funciones de la empresa deberá entregarse de manera innominada y siempre que la empresa cuente con cinco o más trabajadores en cada cargo o función, justamente para resguardar los datos personales, los cuales son protegidos por nuestra legislación. Es decir, se incorpora efectivamente y de manera sustantiva el derecho a la información útil para la negociación colectiva.
Otra materia que suscitó discrepancias fue la negociación colectiva con el sindicato interempresas. En este caso, al igual que en otras dieciocho normas de la reforma, se hizo una clara distinción entre las grandes, las medianas y, sobre todo, las pequeñas empresas y las microempresas.
En el marco de la tramitación de la iniciativa, se ha hablado muchísimo de las pymes. Al respecto, cabe considerar que la reforma laboral se hace cargo de las pymes con dieciocho normas que hacen una distinción para las empresas de menor tamaño, porque no pueden tener el mismo tratamiento que las grandes empresas en todos los temas. ¡Y se hace esa distinción!
La negociación con sindicatos interempresas será obligatoria para las medianas y grandes empresas, y voluntaria para las pequeñas empresas y microempresas. Si la pequeña o mediana empresa se niega, pero los trabajadores de esa empresa afiliados al sindicato cumplen con los quorum para constituir un sindicato de empresas, se genera una ficción legal, pues se transforma en sindicato para los efectos de la negociación y, por lo tanto, produce un justo equilibrio entre el derecho de los trabajadores y, haciéndose cargo de la realidad, permite una negociación que -insisto- es obligatoria para las medianas y grandes empresas, y voluntaria para las microempresas y pequeñas empresas.
También se discutía mucho respecto del tema de la fuerza o de la huelga pacífica. Es evidente que las conductas personales están regladas en nuestro ordenamiento jurídico. A nuestro juicio, eso se resuelve bien estableciendo como práctica desleal la conformación de piquetes que busquen impedir que los trabajadores que no están en huelga entren a la empresa, así como el hecho de que una empresa mandante contrate a trabajadores en huelga de un contratista o subcontratista, lo que se traduciría en una forma de quebrar la huelga.
Me parece una buena solución la alcanzada por la Comisión Mixta, por lo que estamos en condiciones de respaldarla.
He dicho.
El señor ANDRADE (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Bernardo Berger .
El señor BERGER.-
Señor Presidente, primero que todo, deseo saludar a los ministros presentes en la Sala.
Como planteé en una intervención anterior, el proyecto de ley consagra una pésima reforma laboral, que, como he expresado, de reforma no tiene nada, sino más bien es un sindicalismo obligatorio encubierto que lo único que hará será perjudicar al país y llevarlo derecho al fracaso en materia de emprendimiento del empresariado, una de las riquezas reales del país, harto vapuleada con tanta reforma mal hecha por el oficialismo.
En mi opinión, la Comisión Mixta no ha servido para nada positivo. La Nueva Mayoría y el gobierno no han flexibilizado en nada sus posturas e insisten en arruinar el país. Además, la titularidad sindical no es más que un sindicalismo obligatorio encubierto que deja marginados a los trabajadores que no deseen pertenecer a un sindicato, lo que, a todas luces, atenta contra la libertad personal y es digno de reproche constitucional.
Por otro lado, se ha consagrado una especie de prohibición a la huelga pacífica. ¿Dónde se ha visto algo así?
Por otro lado, y como guinda de la torta, se ha aprobado una verdadera camisa de fuerza para las medianas empresas, obligándolas a negociar no con sus trabajadores, sino con sindicatos externos, y a pagar sumas que no estarán conformes con su realidad. La mediana empresa es la principal fuente de empleo del país y una vez más este gobierno insiste en aniquilarla.
De igual modo, la obligación de entregar información a los sindicatos sin contar con la anuencia del trabajador es un atentado a la privacidad de las personas y a otras leyes recientemente aprobadas en el Congreso Nacional, es decir, una verdadera aberración.
Con esta reforma, el gobierno ha terminado de poner la cruz a la clase emprendedora chilena.
He dicho.
El señor ANDRADE (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Lautaro Carmona .
El señor CARMONA.-
Señor Presidente, más allá de la posibilidad de avances más profundos y necesarios, lo que hoy está culminando constituye un gran paso adelante, mérito principalmente de las grandes luchas que han librado los trabajadores.
Lo dicho se constata a través de la reacción de la derecha. Cuando esta siente que le tocan su interés más sagrado, el capital, recurre a cualquier resquicio y al Tribunal Constitucional para desacreditar mediáticamente la reforma e inventar algún argumento contradictorio con los planteamientos de avance contenidos en el proyecto. ¿Por qué sienten tocados sus intereses? Porque para la derecha es sagrado que la concentración de la riqueza no puede ser alterada, y es casi ley divina la desigualdad social, que es una vergüenza a nivel internacional.
Para quienes creemos en la equidad, en la justicia social y en que los trabajadores construyen la riqueza de los países, sin duda la legislación a punto de ser aprobada constituye un instrumento muy eficaz en manos de los trabajadores organizados, de modo que por la vía del diálogo entre empleadores, patrones, trabajadores y sindicatos se logre acortar la brecha de la desigualdad.
Bien decía la Presidenta de la República: “Mientras no avancemos en el fortalecimiento de los derechos colectivos del trabajo, las condiciones estructurales para la reproducción de la desigualdad permanecerán, minando los esfuerzos que se están haciendo en otras áreas para hacer de Chile un país más justo y cohesionado.”.
Señor Presidente, lograr la titularidad de los sindicatos; que tengan iniciativa en la extensión de beneficios; contar con una huelga efectiva, sin derecho a reemplazo; contar con piso de negociación; contar con información necesaria entre los involucrados en una negociación, y constituir, a iniciativa y propuesta de la Central Unitaria de Trabajadores, un consejo superior tripartito vinculado al tema laboral, constituyen grandes puntos de avance, los que fueron bandera de lucha desde 1978, cuando José Piñera , en dictadura militar, a sangre y fuego estableció una legislación laboral en contra de los trabajadores.
Por eso valoramos este paso adelante. Sin duda, votaremos a favor la proposición de la Comisión Mixta.
He dicho.
El señor ANDRADE (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Patricio Vallespín .
El señor VALLESPÍN.-
Señor Presidente, como diputados de la bancada democratacristiana discrepamos muy profundamente de lo planteado por el diputado Melero , quien ha dicho que en esto hay mucho que lamentar porque el proyecto acarreará solo situaciones negativas. La verdad de las cosas es que no hay nada que lamentar y sí mucho que destacar y resaltar, como lo demuestra la experiencia comparada en el mundo.
Algunos dicen que estamos haciendo lo que otros países no están realizando. Eso se debe a que estos ya han resuelto esta materia; por lo demás, estamos hablando de una práctica histórica. Por lo tanto, no hay nada que lamentar, sino -repito-, más bien, mucho que resaltar.
Estamos avanzando en la línea correcta de fortalecer los derechos colectivos de los trabajadores. La titularidad sindical garantizada es un avance, porque se terminan los grupos negociadores; la negociación colectiva es un avance; la información que permita que los dirigentes sindicales puedan constituirse responsablemente en contrapartida en la negociación con la empresa es otro avance; la huelga efectiva sin reemplazo, con todas las garantías que hemos tratado de exigir, es un avance; la negociación interempresas viabilizada y con procedimiento claro y precisa diferenciación entre microempresa, pequeña empresa, mediana empresa y gran empresa también es un avance.
En consecuencia, lejos de pensar que esto es negativo para el país, constituye un avance importante que va a marcar positivamente el futuro de las relaciones laborales en Chile.
Cuando los colegas de oposición plantean que los contenidos de la reforma laboral son malos, lo único que expresan es su propia comodidad respecto de la situación actual, porque ella es funcional a lo que ellos creen. Pero nosotros no creemos que esa situación deba mantenerse. Por eso apoyamos la reforma.
Las proposiciones de la Comisión Mixta -obviamente, con el rechazo de los parlamentarios de la Alianza en todos los puntos- reflejan que vamos en el camino correcto.
Garantizar el derecho a la información ayuda a que se realice una mejor negociación colectiva y a que exista mayor responsabilidad de los dirigentes sindicales, que para eso están: para hacer buenas negociaciones.
Viabilizar la negociación colectiva del sindicato interempresa, con respeto a las decisiones de los trabajadores que participan de ello a través de los mecanismos que se establecen, constituye un paso importante que permitirá que a futuro avancemos en profundizaciones de esta reforma.
¿Qué queremos con la reforma laboral? Queremos lo que el gobierno y la Nueva Mayoría hemos estado resaltando: emprendimientos inclusivos, esto es, que los trabajadores se sientan parte de los beneficios que el emprendimiento pueda generar. No queremos que los trabajadores se sientan, como ocurre hoy, debilitados por una relación laboral completamente desigual.
Por tanto, la proposición de la Comisión Mixta nos da una certeza y una garantía de que esta reforma será viabilizada. Lamentamos la amenaza de siempre de la derecha -como del chico amurrado que cuando pierde el partido se lleva la pelota para la casa-, que anuncia nuevamente que recurrirá al Tribunal Constitucional respecto de varios temas, en circunstancias de que el rol de legislar y de representar a las grandes mayorías se cumple en el Congreso Nacional: en la Cámara de Diputados y en el Senado. Con el “amurramiento” habitual, la derecha hace la amenaza de siempre.
No nos cabe ninguna duda de que esta reforma es fundamental y buena para Chile. Por eso la apoyaremos.
He dicho.
La señora PASCAL, doña Denise (Presidenta accidental).-
Tiene la palabra el diputado Osvaldo Andrade .
El señor ANDRADE.-
Señora Presidenta, por su intermedio, saludo a los dirigentes sindicales que nos acompañan, especialmente del Sitrach, de Lan Chile y de la Coordinadora de Sindicatos Interempresas. En particular, saludo a los dirigentes del Sindicato Interempresa Líder, el más grande de Chile, y a su presidente, don Juan Moreno . Es un sindicato que conocí cuando recién se iniciaba; estaba integrado por treinta y dos trabajadores. Hoy es el más grande del país.
Estamos frente a un muy buen proyecto, que hay que valorar pues avanza en lograr el equilibrio entre las partes -uno de los déficits que tenemos en materia laboral-, a fin de repartir mejor los productos de la riqueza.
Uno de los déficit de la transición -hay que asumirlo- es que hicimos gran hincapié en el crecimiento, pero no nos dimos cuenta de que el solo crecimiento no garantiza que la repartición de los bienes sea la adecuada.
Por eso, la distribución de la riqueza ha sido uno de nuestros déficits, una de nuestras falencias. Este proyecto avanza en la dirección de resolver aquello. Porque el solo crecimiento sin distribución adecuada genera desigualdad, inequidades y falta de paz social. El programa de la Presidenta Bachelet busca enfrentar el problema de la desigualdad.
La derecha y los empresarios no se han dado cuenta de que el problema de la desigualdad es un riesgo para la democracia. Si no se resuelve de buena manera, generará condiciones para que se busquen mecanismos extrainstitucionales para resolver los conflictos.
En la perspectiva de largo plazo, la Presidenta nos ha propuesto una gran reforma educacional y, en el corto y mediano plazos, una reforma laboral. Solo la reforma laboral permitirá que la riqueza y el crecimiento se distribuyan de manera equilibrada.
La matriz del proyecto persigue aquello: construir los actores de una adecuada negociación, construir los actores de una equilibrada relación.
No es posible llevar a cabo una buena distribución si el empleador se entiende unipersonalmente con los trabajadores. Por eso históricamente se constituyeron los sindicatos. Todo el mundo valora los sindicatos; pero cuando hay que promoverlos, todo el mundo los desprestigia. Ese es el problema que tenemos en el país. Porque la distribución adecuada de la riqueza no solo tiene que ver con la transferencia directa, sino también con la dignidad de las personas, y un aspecto que genera dignidad es el trabajo. Por ello, lograr que se distribuyan bien los frutos del trabajo es el fundamento ético del proyecto.
Los tres ejes de la iniciativa se han mantenido. Se han producido sinsabores y situaciones difíciles durante su discusión, pero se han mantenido.
Habrá titularidad sindical, para que el empleador comprenda que deberá entenderse con el sindicato. La mejor relación entre ellos dependerá solo de ellos.
Habrá huelga efectiva, por cierto. Porque si no hay huelga, la presión legítima desaparece. La huelga es un momento de confrontación y hay que asumirla como tal. Pero ¡cuidado! Yo prefiero regularla y que la ley establezca las condiciones para llevarla a cabo, y no que operen las vías de hecho. Miren lo que está pasando: en la prensa aparecen publicadas opiniones de algunas personas -voy a darles el carácter de expertas, aunque tengo mis dudas; es gente que opina en materia laboral- respecto de las huelgas que se están produciendo al margen de una negociación colectiva y que han sido validadas por nuestros tribunales de justicia. ¿Queremos seguir en esa línea o queremos regular la huelga a través de la ley?
Por último, se establecen los pactos. En Chile todo el mundo dice que no existen elementos para mejorar la productividad de la empresa. Pero sucede que los pactos tendrán por objeto esencialmente eso: mejorar la productividad en la empresa.
La Comisión Mixta reparó los errores cometidos por el Senado. Por ello, tendremos negociación interempresa y se regulará la subcontratación. El diputado Chahin ya se refirió a esa materia.
Cuando se logre ver su matriz completa y lo macizo que es, se comprobará que estamos frente un buen proyecto. Es contundente y le hace bien a Chile, a los trabajadores y a los empleadores.
Esperaría mayor altura de miras y que los empleadores se den cuenta de cómo se colaborará con ellos mediante este proyecto.
Es una pena que para el debate en materia laboral, que debería ser la matriz del debate en el Parlamento, finalmente la derecha tenga un socio: el Tribunal Constitucional. Ojalá no sea así.
He dicho.
-Aplausos.
La señora PASCAL, doña Denise (Presidenta accidental).-
Tiene la palabra el diputado Cristián Campos .
El señor CAMPOS.-
Señora Presidenta, por su intermedio saludo a la ministra del Trabajo, al subsecretario y al ministro de Hacienda.
Estamos llegando a la parte final de una reforma que se tramitó con el ánimo de modernizar el sistema de relaciones laborales. Durante el debate que tuvo lugar en la Cámara de Diputados realizamos un conjunto de acciones que permiten mirar el vaso más lleno que vacío. Así, votamos en contra, para que fueran analizados en comisión mixta, cuatro aspectos que nos parecía importante que fueran corregidos.
Estimamos que la comisión cumplió con su objetivo: le quitó el apellido de “pacífica” a la huelga. Por tanto, se dejará de discriminar y de mirar de manera violenta a quienes realizan una labor permanente de lucha por los derechos de los trabajadores: los dirigentes sindicales.
También quedó plasmado en el proyecto el derecho a la información para llegar con mejores antecedentes a una negociación colectiva. Se trata de una disposición que será beneficiosa para cientos de mujeres, toda vez que, a través de una negociación colectiva, podrán saber cómo, respecto de una misma función, podrán equipararse las remuneraciones entre hombres y mujeres.
Asimismo, se resguardará la situación de los trabajadores subcontratistas, pues se impedirá a la empresa mandante que contrate a los trabajadores de la empresa subcontratista que está en paro, de manera directa o indirecta. Es decir, uno debe evaluar cómo se comportó la comisión mixta, y en nuestra opinión lo hizo de buena manera; estuvo a la altura de lo que esperaba el Congreso Nacional.
Felicito a la ministra y le pido que haga extensivas las felicitaciones a la Presidenta de la República, porque cumplió su compromiso en relación con un proyecto de ley que, no cabe duda alguna, será beneficioso.
Finalmente, al parecer serán los tribunales de justicia los que resolverán el aspecto más polémico de esta reforma: las “adecuaciones necesarias”, que para nosotros quedaron un poco en el aire, pero respecto de las cuales otros quedaron satisfechos. En nuestra opinión, cualquier reemplazo interno encubierto en un proceso de huelga debe ser rechazado y repudiado.
Una vez más, tal como viene ocurriendo en el último tiempo, serán los tribunales de justicia, cuando sea requerida su intervención, los llamados a resolver este tipo de situaciones. Ojalá sigan fallando en beneficio de los trabajadores, no de quienes tienen el poder, para que se alcance el equilibrio que buscamos en las relaciones laborales, de manera que estas sean más equitativas y mucho más justas.
Para terminar, quiero expresar que la única manera de realizar estos debates es en conjunto con los actores protagónicos de la relación laboral, quienes deben ser incorporados a la discusión desde el momento en que se redacta el texto del proyecto, en el trabajo prelegislativo, y luego en el tratamiento legislativo.
En tal sentido, saludo a la Central Unitaria de Trabajadores, pues le cupo un rol importante en el proceso que permitió mejorar sustancialmente esta iniciativa de ley.
No hay duda de que quedaron cosas pendientes, pero gracias a los esfuerzos de los dirigentes sindicales esta iniciativa no se cargó en favor del sector empresarial y termina por ser una normativa justa para los trabajadores del país.
Por eso, reitero mi saludo y mis felicitaciones a los dirigentes de los trabajadores, y expreso mi respeto y mi confianza en la Presidenta de la República, por lo cual espero con ansias que se dé cumplimiento al protocolo de acuerdo con la Asociación Nacional de Empleados Fiscales, a fin de modernizar también las relaciones laborales en el sector público.
He dicho.
El señor ANDRADE (Presidente).-
Tiene la palabra, hasta por cinco minutos, el diputado señor Nicolás Monckeberg .
El señor MONCKEBERG (don Nicolás).-
Señor Presidente, se ha debatido mucho sobre esta reforma laboral. Es evidente que preferíamos algo distinto, porque nuestro país necesita a gritos modernizar el mercado del trabajo y terminar con las desigualdades que hacen de las relaciones laborales una realidad tremendamente injusta.
Fíjese que del 10 por ciento más rico de los chilenos, el 54 por ciento tiene trabajo, en tanto que del 10 por ciento más pobre, apenas el 5 por ciento tiene trabajo. ¡Eso es desigualdad! ¿Puede haber injusticia más grande que esta? Lamentablemente, esta reforma laboral no hace nada para revertirla.
Considero que perdimos una oportunidad para defender los derechos de los trabajadores, para generar más oportunidades laborales y que nos quedamos un poco en el pasado.
Por supuesto que esta reforma tiene cosas buenas,. Entre ellas considero destacables las últimas modificaciones que le introdujo el Senado, por ejemplo, la que permite que una empresa mandante no sea responsable por los efectos de una huelga en la empresa subcontratista. Eso es positivo.
Pero, ¡atención! Quiero ser clarísimo en cuanto a que si la aplicación de esa norma impulsa a que haya subcontratación masiva al interior de la empresa, de manera que se subcontrate todo, pronto estaremos debatiendo normas incluso peores.
Lo digo, porque a veces se aprueban proyectos de ley con la mejor de las intenciones -este es un buen ejemplo-, pero hay empresas inescrupulosas que terminan abusando de la norma, por lo cual, en este caso, en menos de doce meses podríamos tener todo subcontratado. Si ello ocurre, el Congreso Nacional deberá hacerse cargo de la situación, cuestión que advierto desde ya. Así como he criticado duramente ciertas normas de esta reforma, a mi juicio mal enfocadas por el gobierno, también debo advertir sobre los efectos que generará en el futuro, y resulta que el mal uso que se haga de las pocas normas buenas que contiene puede producir efectos peores que aquellos que se quieren subsanar.
No me parece justo, por ejemplo, lo que se aprobó ayer en la Comisión Mixta en cuanto a que un trabajador pueda ser obligado a informar cuál es el monto de sus remuneraciones. Digo “obligado”, porque no se requerirá su autorización para que la empresa entregue esa información públicamente, ya que ni siquiera se impone al dirigente sindical la obligación de usar con reserva la información acerca de las remuneraciones y demás beneficios de los trabajadores.
Eso atentará contra los derechos más mínimos que la Constitución reconoce a los trabajadores. Si el trabajador autoriza la entrega de sus remuneraciones, perfecto, pero acá ni siquiera se establece que se le deba pedir esa autorización.
Por otra parte, me parece que, desde el punto de vista político, el gobierno le deberá una explicación de por vida a las pequeñas y medianas empresas. Asumió un compromiso, lo firmó, lo dio a conocer mediante conferencia de prensa, pero a la hora de la aprobación del proyecto, desconoció todo. Me refiero a que este proyecto se aprobará con negociación interempresas obligatoria para las medianas empresas, no obstante que el acuerdo establecía que sería voluntaria. Respecto de las pequeñas empresas, inventaron la figura más creativa que he visto en los últimos diez años: la formación de sindicatos por ley. Porque, tal como se aprobó, cuando no haya negociación interempresas o la pequeña empresa diga que no, se creará de facto un sindicato con trabajadores afiliados al sindicato interempresas. Pero se crea con una simpleza que sorprende, porque ese hecho traerá mil problemas legales: La creación de ese sindicato nuevo ¿otorgará fuero a sus dirigentes? ¿Desde cuándo? ¿Quiénes serán sus representantes? ¿Hasta cuándo durará? Los trabajadores que, de facto, formen parte del nuevo sindicato, ¿quedarán automáticamente desafiliados del sindicato interempresas?
Francamente, no se puede legislar con ese grado de improvisación, y aunque el subsecretario no esté de acuerdo con lo que digo, lo emplazo a que analicemos qué sucederá antes de seis meses, a que veamos cómo se judicializará todo esto. Por legislar mal e improvisadamente, dejaremos en manos de los tribunales la resolución de esta situación, en perjuicio de las pequeñas y medianas empresas, porque deberán pagar abogados y asumir más costos.
Por eso votamos en contra.
Finalmente, quiero insistir en dos puntos.
El primero es que me parece abiertamente injusto que un trabajador que realiza la misma función que otro en una empresa y es igualmente eficiente, no reciba los mismos beneficios por el solo hecho de no estar afiliado al sindicato. No me parece correcto. Quiero que existan más y mejores sindicatos en nuestro país, pero no a la fuerza. No puedo condicionar la entrega de beneficios a un trabajador a su afiliación a un sindicato; eso es un error, una disposición contraria a la Constitución, y el gobierno lo sabe, aunque nunca lo reconocerá.
Tenemos la obligación de velar por el derecho de todos los trabajadores: los afiliados, los que se quieren afiliar y también de aquellos que no están afiliados y no se quieren afiliar, porque también merecen recibir la protección de los derechos que la Constitución les reconoce y que este proyecto de ley desconoce.
El segundo punto es que el debate sobre estos temas no está cerrado. La verdadera reforma laboral que Chile necesita está pendiente: aquella que proteja el empleo de los trabajadores, especialmente para quienes no lo encuentran y para quienes lo encuentran en condiciones que no son las más dignas.
He dicho.
El señor ANDRADE (Presidente).-
Tiene la palabra la diputada señora Alejandra Sepúlveda .
La señora SEPÚLVEDA (doña Alejandra).-
Señor Presidente, además de saludar a los dirigentes sindicales que siguen atentos este debate y felicitar, por su intermedio, a la ministra y a los subsecretarios que se encuentran presentes, quiero expresar que valoro el proceso que han llevado adelante en la tramitación de esta iniciativa, aunque reconozco que ha sido tremendamente difícil, complejo, ya que no resulta fácil compatibilizar todas las visiones, todas las aristas, y no solo al interior de la Nueva Mayoría, sino incluso al interior de los propios partidos que la integran.
Siempre planteé que más que una reforma laboral, esta es una reforma que busca fortalecer nuestros sindicatos, al mundo sindical de nuestro país.
A uno le cuesta entender -un poco lo que planteaba el diputado Nicolás Monckeberg - que los trabajadores no se quieran sindicalizar o que haya poca sindicalización en Chile, pero lo cierto es que eso ocurre por temor. Cuando uno comparte con los trabajadores y sabe lo que ocurre al interior de las empresas, comprende que la sindicalización no ocurre por temor, por las prácticas antisindicales de los empleadores.
Esa es una realidad que duele, porque uno prefiere tener empleadores y trabajadores capaces de entenderse y de alcanzar acuerdos.
El problema radica en que tenemos empresas con prácticas propias del siglo XVIII y empresarios que actúan con la mentalidad de ese siglo, por lo cual no son capaces de entender que necesitamos compatibilizar sus legítimos intereses con los de los trabajadores. Esta pelea no se puede eternizar, dado que vivimos en un mundo de complementariedad. Si no existen trabajadores organizados que digan lo que ocurre, tendremos prácticas antisindicales en todas partes, caso en el cual los trabajadores preferirán no sindicalizarse para no tener problemas. ¡Esa es la realidad!
El proyecto estimula la creación de sindicatos, la elección de dirigentes y da a entender que las huelgas son necesarias para lograr reivindicaciones que son importantes para los trabajadores e, incluso, para que la propia empresa sea exitosa.
En el sector agrícola vivimos permanentemente la vulneración de los derechos y de la dignidad humana de los trabajadores, que es lo que más nos complica.
Señor Presidente, creo que estará de acuerdo conmigo en que el proyecto no soluciona todo lo que queríamos, pero vamos avanzando en esta materia.
Como muchos de los colegas, votaré favorablemente el proyecto en paquete, ya que no lo podemos dividir, aunque hay algunas cosas que no nos gustan.
Nadie entendía el concepto de huelga pacífica, pero ahora sabemos que es un derecho que hemos tratado de fortalecer durante todos estos años.
Algo importante es lo que dice relación con la información. No puede haber negociación colectiva si no tenemos la información completa para tomar decisiones. No pudimos igualar las remuneraciones de los hombres y de las mujeres porque no teníamos información de lo que ocurría al interior de las empresas. No obstante, ahora la vamos tener y podremos controlar si existe igualdad remuneracional entre hombres y mujeres que realizan una misma función.
Me alegro de que haya una identificación y una diferenciación entre pequeña, mediana y gran empresa.
Insisto, ojalá el proyecto sirva para que el empresariado entienda que debe haber una comunión, una sinergia y una complementación entre los trabajadores y los empresarios. De lo contrario, en términos laborales continuaremos siendo un país del siglo XVIII.
He dicho.
El señor ANDRADE (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Marcelo Schilling .
El señor SCHILLING.-
Señor Presidente, estamos culminando un largo proceso legislativo para llevar adelante la reforma laboral. Por tal razón, todos hemos tenido la oportunidad de interiorizarnos de sus detalles y de sus complejidades, por lo que no haré referencia a ello, no tan solo por el poco tiempo de que dispongo, sino porque estamos al final del camino y creo que es bueno poner las cosas en su perspectiva más larga y en su sentido más profundo.
La humanidad nació con muchas carencias. Sus primeros tiempos fueron prácticamente de sobrevivencia. El trabajo produjo excedentes, a partir de los cuales se generó el capital. Es decir, primero fue el trabajo y luego el capital.
Esta asociación, que ha recorrido toda la vida de la humanidad, tiene en Chile una historia reciente que me parece conveniente recordar.
En 1990, fecha en que asumió como Presidente de la República el señor Patricio Aylwin , Chile tenía 14 millones de habitantes y cinco millones vivían bajo la línea de la pobreza. Hoy, somos 17 millones de personas y dos millones viven en la línea de la pobreza. Es decir, sacamos a tres millones de la pobreza e impedimos que los tres millones que nacieron entre 1990 y ahora cayeran en esa situación.
Ese fue el resultado de la estrategia de insertarnos en el mundo prácticamente sin condiciones; pero los trabajadores de Chile aportaron la verdadera ventaja comparativa para competir en el mundo, cual fue el trabajo barato, del que se han beneficiado las empresas que alentamos para que adquirieran espaldas que les permitieran concursar a escala planetaria.
Han pasado 25 años, y la riqueza de Chile casi se ha triplicado. El capital ha aumentado, y también la concentración de la riqueza, pero el bienestar de los trabajadores y la distribución de la riqueza en el resto de la sociedad no ha ido al mismo ritmo.
Pedimos al empresariado y a las insensibles bancadas de derecha -ya están anunciando como siempre, porque no tienen los votos necesarios, que concurrirán a ese quiste antidemocrático llamado Tribunal Constitucional, lo que se está repitiendo cada vez con más frecuencia, al igual como los bolivianos utilizan el Tribunal de La Haya, para colocar problemas al progreso social-, de la UDI y de Renovación Nacional, que por una vez, dado que han hecho tantos actos de contrición y que se han golpeado tantas veces el pecho por los pecados recientemente cometidos en materia de financiamiento ilegal de la política y de las campañas, se abstengan de recurrir a esa instancia y que digan a los trabajadores chilenos que su cambio es de verdad, que no es falso, que no están mintiendo.
El temor del empresariado a la reforma laboral y al sindicalismo no tiene justificación. Capital y trabajo están asociados indisolublemente.
(Hablan varios señores diputados a la vez)
Señor Presidente, deje que aúllen.
Insisto, capital y trabajo están asociados indisolublemente. Vayan a ver la película Novecento , de Bernardo Bertolucci , y se darán cuenta de que no pueden vivir el uno sin el otro, por lo que sus temores no se justifican. ¡Hagan algo por los trabajadores alguna vez!
He dicho.
El señor ANDRADE (Presidente).-
Ofrezco la palabra.
Ofrezco la palabra.
Cerrado el debate.
-Con posterioridad, la Sala se pronunció sobre la proposición de la Comisión Mixta en los siguientes términos:
El señor ANDRADE (Presidente).-
Corresponde votar el informe de la Comisión Mixta recaído en el proyecto de ley, originado en mensaje, que moderniza el sistema de relaciones laborales, introduciendo modificaciones al Código del Trabajo.
En votación.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 60 votos; por la negativa, 40 votos. Hubo 6 abstenciones.
El señor ANDRADE (Presidente).-
Aprobado.
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Aguiló Melo, Sergio ; Alvarado Ramírez, Miguel Ángel ; Álvarez Vera, Jenny ; Andrade Lara, Osvaldo ; Auth Stewart, Pepe ; Campos Jara, Cristián ; Cariola Oliva, Karol ; Carmona Soto, Lautaro ; Carvajal Ambiado, Loreto ; Ceroni Fuentes, Guillermo ; Chahin Valenzuela, Fuad ; Chávez Velásquez, Marcelo ; Cicardini Milla, Daniella ; Cornejo González, Aldo ; Espejo Yaksic, Sergio ; Espinosa Monardes, Marcos ; Espinoza Sandoval, Fidel ; Farcas Guendelman, Daniel ; Farías Ponce, Ramón ; Fernández Allende, Maya ; Flores García, Iván ; Fuentes Castillo, Iván ; Girardi Lavín, Cristina ; González Torres, Rodrigo ; Gutiérrez Gálvez, Hugo ; Hernando Pérez, Marcela ; Jaramillo Becker, Enrique ; Jarpa Wevar, Carlos Abel ; Jiménez Fuentes, Tucapel ; Lemus Aracena, Luis ; León Ramírez, Roberto ; Lorenzini Basso, Pablo ; Melo Contreras, Daniel ; Monsalve Benavides, Manuel ; Morano Cornejo, Juan Enrique ; Núñez Arancibia, Daniel ; Núñez Lozano, Marco Antonio ; Ojeda Uribe, Sergio ; Ortiz Novoa, José Miguel ; Pacheco Rivas, Clemira ; Pascal Allende, Denise ; Pilowsky Greene, Jaime ; Poblete Zapata, Roberto ; Provoste Campillay, Yasna ; Robles Pantoja, Alberto ; Rocafull López, Luis ; Sabag Villalobos, Jorge ; Saldívar Auger, Raúl ; Schilling Rodríguez, Marcelo ; Sepúlveda Orbenes, Alejandra ; Silber Romo, Gabriel ; Soto Ferrada, Leonardo ; Tarud Daccarett, Jorge ; Teillier Del Valle, Guillermo ; Tuma Zedan, Joaquín ; Urízar Muñoz, Christian ; Vallejo Dowling, Camila ; Vallespín López, Patricio ; Venegas Cárdenas, Mario ; Walker Prieto , Matías .
-Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:
Álvarez-Salamanca Ramírez , Pedro Pablo ; Barros Montero, Ramón ; Becker Alvear, Germán ; Bellolio Avaria, Jaime ; Berger Fett, Bernardo ; Browne Urrejola, Pedro ; Coloma Alamos, Juan Antonio ; De Mussy Hiriart, Felipe ; Edwards Silva, José Manuel ; Fuenzalida Figueroa, Gonzalo ; Gahona Salazar, Sergio ; García García, René Manuel ; Gutiérrez Pino, Romilio ; Hernández Hernández, Javier ; Hoffmann Opazo , María José ; Lavín León, Joaquín ; Macaya Danús, Javier ; Melero Abaroa, Patricio ; Molina Oliva, Andrea ; Monckeberg Bruner, Cristián ; Monckeberg Díaz, Nicolás ; Morales Muñoz, Celso ; Norambuena Farías, Iván ; Núñez Urrutia , Paulina ; Paulsen Kehr, Diego ; Pérez Lahsen, Leopoldo ; Rivas Sánchez, Gaspar ; Sabat Fernández, Marcela ; Sandoval Plaza, David ; Santana Tirachini, Alejandro ; Silva Méndez, Ernesto ; Squella Ovalle, Arturo ; Trisotti Martínez, Renzo ; Turres Figueroa , Marisol ; Ulloa Aguillón, Jorge ; Urrutia Bonilla, Ignacio ; Urrutia Soto, Osvaldo ; Van Rysselberghe Herrera, Enrique ; Verdugo Soto, Germán ; Ward Edwards, Felipe .
-Se abstuvieron los diputados señores:
Arriagada Macaya, Claudio ; Boric Font, Gabriel ; Jackson Drago, Giorgio ; Mirosevic Verdugo, Vlado ; Saffirio Espinoza, René ; Torres Jeldes, Víctor .
El señor ANDRADE (Presidente).-
Despachado el proyecto.
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