REP�BLICA DE CHILE DIARIO DE SESIONES DEL SENADO PUBLICACI�N OFICIAL LEGISLATURA 352�, EXTRAORDINARIA Sesi�n 46�, en mi�rcoles 20 de abril de 2005 Especial (De 15:16 a 16:9) PRESIDENCIA DEL SE�OR SERGIO ROMERO PIZARRO, PRESIDENTE SECRETARIO, EL SE�OR CARLOS HOFFMANN CONTRERAS, TITULAR ____________________ � N D I C E Versi�n Taquigr�fica P�g. I. ASISTENCIA......................................................................................................... II. APERTURA DE LA SESI�N............................................................................... III. ORDEN DEL D�A: Proyecto sobre modificaci�n de Ley General de Pesca y Acuicultura. Retorno a Comisi�n (3222-03) (queda pendiente su discusi�n)........................ VERSI�N TAQUIGR�FICA I. ASISTENCIA Asistieron los se�ores: --Aburto Ochoa, Marcos --Arancibia Reyes, Jorge --�vila Contreras, Nelson --Boeninger Kausel, Edgardo --Bombal Otaegui, Carlos --Canessa Robert, Julio --Cantero Ojeda, Carlos --Cariola Barroilhet, Marco --Coloma Correa, Juan Antonio --Cordero Rusque, Fernando --Espina Otero, Alberto --Fern�ndez Fern�ndez, Sergio --Flores Labra, Fernando --Frei Ruiz-Tagle, Carmen --Garc�a Ruminot, Jos� --Gazmuri Mujica, Jaime --Horvath Kiss, Antonio --Larra�n Fern�ndez, Hern�n --Mart�nez Busch, Jorge --Matthei Fornet, Evelyn --Moreno Rojas, Rafael --Mu�oz Barra, Roberto --Naranjo Ortiz, Jaime --Novoa V�squez, Jovino --N��ez Mu�oz, Ricardo --Ominami Pascual, Carlos --Orpis Bouch�n, Jaime --P�ez Verdugo, Sergio --Parra Mu�oz, Augusto --Pizarro Soto, Jorge --Prokurica Prokurica, Baldo --R�os Santander, Mario --Romero Pizarro, Sergio --Ruiz De Giorgio, Jos� --Ruiz-Esquide Jara, Mariano --Sabag Castillo, Hosa�n --Stange Oelckers, Rodolfo --Vald�s Subercaseaux, Gabriel --Vega Hidalgo, Ram�n --Viera-Gallo Quesney, Jos� Antonio --Zald�var Larra�n, Adolfo --Zald�var Larra�n, Andr�s --Zurita Camps, Enrique Concurrieron, adem�s, lo se�ores Ministros Secretario General de Gobierno y de Econom�a, Fomento y Reconstrucci�n y Presidente de la Comisi�n Nacional de Energ�a, y el se�or Subsecretario de Pesca. Actu� de Secretario el se�or Carlos Hoffmann Contreras, y de Prosecretario, el se�or Jos� Luis Alliende Leiva. II. APERTURA DE LA SESI�N --Se abri� la sesi�n a las 15:16, en presencia de 18 se�ores Senadores. El se�or ROMERO (Presidente).- En el nombre de Dios, se abre la sesi�n. III. ORDEN DEL D�A PROYECTO SOBRE MODIFICACI�N DE LEY GENERAL DE PESCA Y ACUICULTURA. RETORNO A COMISI�N El se�or ROMERO (Presidente).- La presente sesi�n especial, convocada por acuerdo de la Sala adoptado en la sesi�n ordinaria de ayer, tiene por objeto discutir la conveniencia de volver a Comisi�n para un nuevo informe el proyecto que modifica la Ley General de Pesca y Acuicultura. 3222-03 Modificaci�n de Ley General de Pesca y Acuicultura --Los antecedentes sobre el proyecto (3222-03) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de ley: En primer tr�mite, sesi�n 40�, en 15 de abril de 2003. Informes de Comisi�n: Intereses Mar�timos, sesi�n 42�, en 29 de abril de 2003. Intereses Mar�timos (segundo), sesi�n 7�, en 20 de octubre de 2004. Hacienda, sesi�n 7�, en 20 de octubre de 2004. Intereses Mar�timos (complementario de segundo), sesi�n 24�, en 5 de enero de 2005. Intereses Mar�timos (complementario nuevo de segundo), sesi�n 37�, en 16 de marzo de 2005. Discusi�n: Sesiones 51�, en 14 de mayo de 2003 (se aprueba en general); 45�, en 19 de abril de 2005 (queda pendiente su discusi�n particular). El se�or ROMERO (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Ruiz De Giorgio. El se�or RUIZ (don Jos�).- Se�or Presidente, me referir� a algunos aspectos concernientes a los recursos pesqueros en crisis. 1.- Algo de historia La Ley de Pesca de 1991 -como ya lo hemos manifestado en numerosas oportunidades en el Senado- naci� con una grave contradicci�n producto de la presi�n del sector industrial. En efecto, dicho cuerpo legal, por un lado, estableci� el cierre del acceso a las pesquer�as declaradas en plena explotaci�n para controlar el esfuerzo sobre los recursos, y por otro, permiti� al mismo tiempo, en su articulado transitorio, la incorporaci�n de naves con 50 mil 659 metros c�bicos de bodega, lo que representaba 66 por ciento de la flota existente en esa fecha. Luego, en 1993, la ley N� 19.245 autoriz� la incorporaci�n de naves de la Octava Regi�n con 6 mil 500 metros c�bicos de bodega. En total, por ley permitimos el incremento de la flota industrial en un 75 por ciento. Nadie podr�a decir con fundamento que lo que ha fracasado es el mecanismo de control sobre el esfuerzo. Al contrario, duplicamos el esfuerzo sobre los recursos al aumentar la flota en 75 por ciento y posibilitar el reemplazo de las naves antiguas por otras de mayor capacidad t�cnica y potencia. La llamada "carrera ol�mpica" es una aberraci�n nacida de la voracidad de los industriales pesqueros y de nuestra irresponsabilidad por aprobar normas contradictorias y claramente perjudiciales para los recursos pesqueros. Esta sobredimensionada flota pesquera provoc� un severo da�o a la mayor�a de los recursos, especialmente al jurel. A esta situaci�n, de la cual somos responsables tanto la autoridad pesquera como los legisladores que aprobamos las leyes y, desde luego, los propios actores de la pesca, se sumaron a fines de la d�cada de los noventa fen�menos naturales que en su conjunto produjeron una reducci�n considerable de la biomasa del jurel y da�aron las actividades econ�micas del sector. La respuesta legislativa a esta nueva situaci�n consisti� en dictar la ley N� 19.713, que establece las cuotas individuales o com�nmente llamadas "l�mite m�ximo de captura". Despu�s de cuatro a�os de aplicaci�n de esta normativa, el resultado econ�mico de las empresas pesqueras ha sido espectacular, al extremo de que el a�o reci�n pasado esta actividad fue la que m�s creci� en t�rminos porcentuales en Chile. Sin embargo, mientras las empresas mejoran sus resultados econ�micos, los recursos experimentan una fuerte reducci�n de su biomasa, llegando en algunos casos, como el de la merluza com�n, al colapso total. Por otra parte, la ley N� 18.892, General de Pesca y Acuicultura, estableci� en su T�tulo XII los Consejos de Pesca. El m�s importante es el Consejo Nacional de Pesca, que tiene car�cter resolutivo. Entre sus facultades figuran la de aprobar o rechazar la declaraci�n de una pesquer�a en plena explotaci�n, en r�gimen de recuperaci�n y desarrollo incipiente, y, adem�s, la de aprobar o rechazar la cuota global anual de los recursos declarados en plena explotaci�n. Ello significa que este organismo es, en los hechos, coadministrador pesquero. Por ejemplo, la cuota global anual de un recurso -es decir, el tope m�ximo de toneladas de captura en un a�o- es decidida por la autoridad pol�tica y por los propios agentes interesados. Un organismo sujeto a presiones pol�ticas y econ�micas no puede tener la importante responsabilidad de proteger los recursos pesqueros. Se puede argumentar que la decisi�n se toma sobre la base de los informes t�cnicos; pero ellos emanan de la Subsecretar�a de Pesca o del IFOP, que es presidido, a su vez, por el Subsecretario del ramo. Dos elementos negativos aparecen con nitidez en estos procedimientos. El primero es la carencia de un organismo t�cnico-cient�fico aut�nomo, provisto de recursos suficientes para realizar la investigaci�n pesquera y determinar los rangos en que debe moverse la autoridad del sector en sus decisiones m�s importantes, como las vedas, las declaraciones de pesquer�as en plena explotaci�n, en recuperaci�n y en desarrollo incipiente, y la fijaci�n de la cuota global anual, entre otras. El se�or ROMERO (Presidente).- Exc�seme que lo interrumpa, Su Se�or�a. Solicito autorizaci�n para que ingrese a la Sala y pueda participar en el debate el Subsecretario de Pesca, don Felipe Sandoval. --Se accede. El se�or ROMERO (Presidente).- Contin�a con el uso de la palabra el Honorable se�or Ruiz De Giorgio. El se�or RUIZ (don Jos�).- El segundo elemento estriba en que los Consejos de Pesca deben ser organismos de consulta, pero en ning�n caso vinculantes con las decisiones de la administraci�n pesquera. 2.- Magnitud de la crisis Seg�n los informes t�cnicos emitidos por la Subsecretar�a de Pesca, el estado de los 16 principales recursos pesqueros es el siguiente: Solamente tres recursos no est�n sobreexplotados: la anchoveta, la sardina com�n y la merluza de tres aletas, especie que es capturada por una sola empresa pesquera en el sur del pa�s. Nueve recursos se hallan sobreexplotados y su biomasa se encuentra en estado cr�tico: el jurel, la merluza de cola, el congrio dorado, el besugo, el alfonsino, la raya volant�n, el bacalao al sur del paralelo 47, el langostino amarillo y el camar�n nailon. Dos recursos est�n en colapso y su biomasa experimenta una situaci�n cr�tica: la sardina espa�ola y la merluza com�n. Dos recursos sufren sobrepesca y su biomasa se halla en sostenida disminuci�n: la merluza del sur y el langostino colorado. Para observar el impacto de la aplicaci�n del l�mite m�ximo de captura sobre las principales pesquer�as, entregamos a continuaci�n la evoluci�n de las mediciones hidroac�sticas realizadas por el IFOP acerca de algunos de estos recursos a partir del a�o 2000. Jurel El informe t�cnico N� 79, de 2004, de la Subsecretar�a de Pesca, define el estado del jurel como sobreexplotado. En 2001 hab�a una biomasa de esa especie estimada en 5 millones 570 mil toneladas dentro de la Zona Econ�mica Exclusiva. En 2004, esa cifra se redujo a 540 mil toneladas en dicha Zona, es decir, a un 10 por ciento de la biomasa inicial. En 2003, por primera vez se hacen mediciones fuera de la Zona Econ�mica Exclusiva y se detecta una biomasa de un mill�n 759 mil toneladas, que en el 2004 asciende a 3 millones 380 mil. Como antes de 2003 no hab�a informaci�n sobre la biomasa fuera de la Zona Econ�mica Exclusiva, s�lo podemos conjeturar que en 2001 la biomasa total de jurel superaba los 7 millones de toneladas, por lo que es factible estimar que en 2004 hubo una p�rdida de 3 millones de toneladas del recurso. Llama la atenci�n que, mientras al interior de la Zona Econ�mica Exclusiva administrada con el mecanismo de cuotas individuales o l�mite m�ximo de captura el recurso disminuye dr�sticamente, en el exterior de ella, con un sistema abierto de libre acceso en el cual opera un n�mero importante de naves extranjeras, la especie parece recuperarse. Merluza com�n Nadie niega el estado de colapso en que se encuentra este recurso, que durante la d�cada de los 90 se hab�a recuperado lentamente hasta llegar a un stock de 891 mil toneladas en el a�o 2000. Incluso, en 2002 la evaluaci�n hidroac�stica registr� una biomasa de un mill�n 555 mil toneladas. Sin embargo, en 2004 s�lo registra 274 mil. Cabe hacer notar que, a partir de la llamada "Ley Corta", a los pescadores artesanales tambi�n se les aplica una suerte de cuota individual a trav�s del RAE (r�gimen artesanal de extracci�n), mediante el cual se reparten cuotas por organizaci�n y por caleta, y luego se entregan en forma individual por embarcaci�n. Asimismo, debo destacar que las dos grandes federaciones de pescadores artesanales rechazaron esta forma de operaci�n con cuotas individuales en un documento que acaban de publicar para conocimiento de la opini�n p�blica. Merluza de cola De acuerdo con el informe t�cnico N� 95 de la Subsecretar�a de Pesca, de noviembre de 2002, la biomasa desovante de este recurso se halla en situaci�n cr�tica. A trav�s de una evaluaci�n hidroac�stica se determin� que, de una biomasa de 574 mil toneladas el a�o 2001, se cay� a 188 mil el 2004. Merluza del sur Seg�n el informe t�cnico N� 84 de la Subsecretar�a de Pesca, este recurso exhibe una clara tendencia a la disminuci�n. La evaluaci�n hidroac�stica muestra una biomasa de 133 mil toneladas para el a�o 2000, y el 2004 llega s�lo a 51 mil. Dicho recurso fue severamente sobreexplotado en la d�cada de los 80, cuando alrededor de cuarenta naves industriales operaban en aguas tanto interiores como exteriores en la zona sur austral, por lo que su biomasa qued� reducida s�lo a 25 mil toneladas. Durante la d�cada de los 90, por efectos del establecimiento de una cuota global anual y de las vedas, el recurso comenz� un lento pero sostenido proceso de recuperaci�n, llegando el a�o 2000 a las mencionadas 133 mil toneladas, que ahora son 51 mil. 3.- �Est�n en crisis los recursos pesqueros? Antes de abordar la soluci�n del problema se requiere establecer un diagn�stico adecuado. Deseo ser extremadamente claro: es imposible responder de manera apropiada a la crisis si ignoramos la realidad que se vive en el sector. No podemos aplicar remedios al enfermo si insistimos en que est� sano. No parece serio sostener que el mill�n de toneladas de merluza com�n que ha desaparecido se debe a la jibia, o que los casi 3 millones de toneladas de jurel en que ha disminuido la biomasa son producto de fen�menos naturales y que nada tienen que ver el descarte y el subreporte originados por la sobreexplotaci�n de los recursos pesqueros. No tengo duda alguna del efecto adverso que generan los fen�menos naturales en la biomasa de los recursos pesqueros, contra los cuales poco podemos hacer. Sin embargo, abrigo la certeza absoluta de que los instrumentos de administraci�n pesquera utilizados y las normas legales aprobadas y aplicadas en los �ltimos quince a�os han incidido fuertemente en el da�o ocasionado a dichos recursos. Tampoco deseo responsabilizar s�lo a los pescadores industriales y artesanales de las pr�cticas nefastas como el descarte o el subreporte, porque son los �rganos del Estado los llamados a prevenir, fiscalizar y sancionar dichas acciones. �Qu� hace un pesquero al que le fijan una cuota individual anual? Primero, extrae el recurso de mayor valor y desecha el resto, y segundo, sobrepasa la cuota si los controles no son rigurosos. Eso es lo que sucede. Todo recurso que no tiene la talla �ptima es descartado, aun cuando se encuentre dentro de la talla m�nima exigida por la ley. La normativa vigente sanciona al pescador que descarta, pero tambi�n al que llega a la costa con un porcentaje de juveniles mayor que el fijado por el reglamento. Dado que el control es casi imposible, el pescador termina tirando al mar miles de toneladas de recursos muertos, no s�lo juveniles sino tambi�n adultos de calibre inferior al �ptimo econ�mico, como lo demuestran las fotos que dej� en los escritorios de los se�ores Senadores. Por su parte, el sistema de control por medio de certificadores privados, que no certifican calidad sino la cantidad desembarcada, no ofrece racionalmente ninguna garant�a, pues quien debe pagar al certificador es el mismo due�o de la pesca. Es como si las propias empresas contrataran y pagaran a los inspectores del Servicio de Impuestos Internos que fiscalizan los tributos. A fines de noviembre del a�o reci�n pasado llam� la atenci�n de esta Sala por la informaci�n sobre el estado de los recursos pesqueros, que a mi juicio era de extrema gravedad y ameritaba que el proyecto en discusi�n volviera a la Comisi�n de Pesca, para analizarlo a la luz de los nuevos antecedentes conocidos. Lamentablemente, como se halla establecido en el informe complementario, no hubo mayor�a en el referido �rgano t�cnico para reabrir la discusi�n y abordar en profundidad el tema. Tampoco ha favorecido el debate la actitud de la autoridad pesquera. En efecto, durante la discusi�n de la Ley Corta y luego del proyecto en actual tr�mite, aqu�lla sostuvo que los stock de los recursos estaban sanos, que se encontraban en franca recuperaci�n y que la actividad pesquera hab�a recobrado su dinamismo. De estas tres afirmaciones, s�lo la �ltima es cierta, ya que, como lo he demostrado con las cifras y antecedentes aportados por la propia Subsecretar�a de Pesca, los recursos est�n seriamente da�ados y algunos se hallan en colapso. M�s a�n, a ra�z de mi denuncia en esta Sala y de la decisi�n de volver la iniciativa a la Comisi�n, el se�or Ministro de Econom�a, en el debate all� sostenido, se�al� que "gracias al nuevo mecanismo de l�mite m�ximo de captura, la tendencia de pr�cticamente todas las pesquer�as es a mejorar". Dicha afirmaci�n no s�lo difiere de mis planteamientos, sino que es absolutamente contradictoria con los informes t�cnicos emanados de la propia Subsecretar�a de Pesca, dependiente de ese Ministerio, as� como tambi�n con las evaluaciones hidroac�sticas realizadas por el IFOP que he mencionado en el Senado. El se�or ROMERO (Presidente).- Concluy� su tiempo, Su Se�or�a. El se�or RUIZ (don Jos�).- Termino de inmediato, se�or Presidente. Lo anterior no podr�a ser de otra manera, porque los informes t�cnicos son los mismos que ten�a el se�or Ministro y provienen de la Subsecretar�a de Pesca. 4.- Una respuesta razonable a la crisis A estas alturas no parece razonable seguir discutiendo un proyecto de ley que ignora la crisis que afecta a nuestros principales recursos pesqueros, contin�a autorizando el establecimiento de nuevas pesquer�as en r�gimen de l�mite m�ximo de captura y sigue otorgando facultades al Consejo Nacional de Pesca, organismo inadecuado para ser coadministrador pesquero. Adem�s, la presente iniciativa no entrega soluci�n alguna a pr�cticas perversas como el descarte y el subreporte, que no podemos continuar ignorando. Respecto de la investigaci�n pesquera, la cual es realizada por el IFOP con serias limitaciones y es una de las m�s graves carencias de nuestro sistema actual, ya tendremos la oportunidad de buscar una soluci�n con motivo del proyecto que se encuentra en debate en la Comisi�n. En consecuencia, se�or Presidente, solicito al Senado -y esto lo propongo como un tema que deber�amos tratar de analizar-, primero, la suspensi�n transitoria del tr�mite de esta iniciativa legal; segundo, el desglose de sus art�culos relacionados con la pesca artesanal en aquello en que se logr� unanimidad en la Comisi�n de Pesca o hubo una mayor�a bastante importante, e incorporarlos en un nuevo proyecto que podr�a ser tramitado con mucha rapidez en el Congreso; y tercero, que las materias pendientes referidas tanto a los sistemas de administraci�n pesquera como al otorgamiento de nuevas autorizaciones para el l�mite m�ximo de captura, sean despachadas despu�s de efectuar un an�lisis objetivo sobre la situaci�n pesquera y de resolver lo relativo a la investigaci�n pesquera en Chile, lo que para m� constituye un asunto de vital importancia. He dicho. --(Aplausos en tribunas). El se�or ROMERO (Presidente).- Ruego a las personas que se hallan en las tribunas evitar las manifestaciones. Todos estamos interesados en que haya un debate democr�tico sobre el particular. Hay seis se�ores Senadores inscritos, m�s el se�or Subsecretario de Pesca, y s�lo disponemos de 29 minutos. Si le parece a la Sala, se fijar� en cuatro minutos el tiempo de las intervenciones, porque de otra manera no alcanzar�n a participar todos los oradores. Acordado. Tiene la palabra el Honorable se�or Arancibia. El se�or ARANCIBIA.- Se�or Presidente, voy a concentrarme en el tema principal. Recuerdo a Sus Se�or�as que este proyecto ha sido trabajado desde hace tres a�os en la Comisi�n. Hemos revisado la mayor cantidad de indicaciones registradas en la historia del Senado con respecto a esta materia, y logramos llegar a ciertos acuerdos b�sicos que permiten presentarla a la Sala para que ella resuelva. Deseo hacer un poco de historia aludiendo, no a tanta cifra, sino m�s bien al proceso que se ha seguido del asunto que nos ocupa y refiri�ndome, por ejemplo, al problema que se origin� cuando la cuota global constitu�a la norma que imperaba y orientaba el esfuerzo pesquero, y condujo a lo que se llam� "carrera ol�mpica". �sta era algo indeseable, porque se pescaba a tontas y a locas el m�ximo de peces en el m�nimo de tiempo, y finalmente el producto terminaba convertido en harina de pescado. A consecuencia de lo anterior, y despu�s de un largu�simo debate, se lleg� a la conclusi�n t�cnica, cient�fica y pol�tica de que resultaba conveniente cambiar ese sistema por otro consistente en asignar l�mites m�ximos de captura a fin de poder administrar el recurso. Este nuevo mecanismo termin� con la carrera ol�mpica. Sin embargo, quiero ser bien serio sobre el particular y reconocer que dicha f�rmula genera un problema intr�nseco: el del descarte. Porque, al fijarse una cuota de captura, a los pescadores artesanales e industriales s�lo les interesa -por decirlo en t�rminos comparativos- el filete del pescado y desechan el resto. Es decir, tratan de obtener el m�ximo de beneficio sobre la base de la cuota asignada. Eso genera per se el descarte. En resumen, as� como la carrera ol�mpica era lo malo de la cuota global, el descarte es lo negativo del l�mite m�ximo de captura, lo cual debemos reconocer. Frente a esa realidad, para minimizar aquel efecto no deseado se requiere, sin duda, cierta capacidad fiscalizadora por parte de la autoridad administrativa -o sea, del Gobierno-, la cual debe contar con el personal y los medios necesarios para cumplir esa labor. Ahora bien, echar al descarte la culpa de la situaci�n en que se encuentran hoy las pesquer�as constituye un exceso. Y me parece que el se�or Senador que me antecedi� en el uso de la palabra reconoce que en las m�s da�adas deben de mediar condiciones de tipo t�rmico, ac�stico, ambiental. Existen otras causas que, sumadas al descarte, han producido un da�o en ciertas pesquer�as. La m�s notable de las que hemos estudiado en la Comisi�n se refiere a la merluza com�n, especie que ven�a con un proceso de recuperaci�n sist�mica y de repente, tras un a�o de no hacerse mediciones, al a�o subsiguiente aparece brutalmente da�ada. Ah� hay un problema de administraci�n. De nuevo lo quiero plantear en esos t�rminos. No estoy de acuerdo con la tesis de que la dificultad radica en la legislaci�n. �sta ha ido avanzando en forma adecuada. Los problemas que podamos tener hoy -y quiero ser muy enf�tico- guardan relaci�n con nuestra incapacidad de fiscalizar con miras a evitar que se produzca este mal end�mico del l�mite m�ximo de captura, cual es el descarte. Ese aspecto es tremendamente significativo. Luego de entregar a la Sala el proyecto, lo recibimos de vuelta en la Comisi�n para estudiar las denuncias que hizo en su oportunidad el Senador se�or Ruiz De Giorgio. Acopiamos toda la informaci�n, tanto la oficial como la aportada por la gente que estaba en condiciones de entregarnos datos. El se�or ROMERO (Presidente).- Se ha cumplido su tiempo, se�or Senador. El se�or ARANCIBIA.- La recibimos, la estudiamos, la analizamos -no s� si habr� m�s todav�a-, y llegamos a la conclusi�n general de que el problema no es de ley, sino de administraci�n. Si los se�ores Senadores deciden que el proyecto vuelva a la Comisi�n, en verdad -y lo digo de modo muy sincero-, no s� qu� vamos a hacer con �l, salvo que quieran que hiberne por el tiempo que se estime conveniente. Los integrantes de ese �rgano t�cnico estamos perfectamente informados de las pesquer�as que se hallan da�adas, pero no tenemos los recursos legislativos para modificar tal situaci�n. �sa es responsabilidad del Ejecutivo. El se�or ROMERO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Boeninger, por cuatro minutos. El se�or BOENINGER.- Se�or Presidente, partiendo del �ltimo punto planteado por el Senador se�or Arancibia, debo se�alar que no entiendo muy bien qu� podr�a hacer la Comisi�n si el proyecto retornara a ella. Porque, como se ha dicho, �l ya volvi� para un segundo informe complementario, y ah� no hubo ninguna profundizaci�n, a pesar de que se escuch� la opini�n de mucha gente. Si se env�a de nuevo a la Comisi�n, vislumbro tres alternativas: uno, que la iniciativa se paralice all�; dos, que vuelva por tercera vez a la Sala y nos encontremos con el mismo problema que enfrentamos hoy; y tres, que se desglosen las materias de consenso. Pero, respecto de ello, yo por lo menos quiero manifestar mi desacuerdo, porque, seg�n creo, las normas aprobadas por mayor�a de votos est�n bien fundamentadas y son positivas. Lo anterior me lleva al tema de las cuotas individuales de captura. No se prorrogan las que vencen el 2012. Lo �nico que hace el proyecto es permitir que se a�adan nuevas pesquer�as a ese sistema. Y eso se propone porque tales cuotas han tenido indiscutibles ventajas. En forma muy telegr�fica, yo dir�a que son las siguientes. Primero, el ordenamiento de las capturas. Es decir, se acab� la "carrera ol�mpica", con sus consecuencias de inestabilidad y disminuci�n del empleo, inferior calidad de las capturas y otros factores perturbadores de la industria. Segundo, el redimensionamiento de la capacidad de extracci�n. Y esto no es menor. Porque si hay sobreexplotaci�n, la existencia de capacidad de esfuerzo es obviamente un factor muy importante para generarla. Pongo s�lo dos ejemplos. En el caso del jurel, la reducci�n producida a partir del l�mite m�ximo de captura es de 74 por ciento del esfuerzo disponible, y en el de la sardina com�n, de 88 por ciento; es decir, ha habido una aproximaci�n a las capacidades reales de la pesca. En tercer lugar se halla el problema del estado de las pesquer�as. A mi juicio, nadie puede sostener que las cuotas individuales de captura generaron un empeoramiento de la situaci�n de aqu�llas. Los antecedentes disponibles indican tres cosas: uno, que un conjunto de pesquer�as muestran una mejor�a -modesta, pero real- en los pocos a�os de aplicaci�n de la cuota individual; dos, que unas pocas est�n est�ticas, y tres, que la merluza com�n, por efecto de la aparici�n de la jibia, muestra durante el 2004 un empeoramiento muy fuerte en los vol�menes de captura, motivo por el cual se han reducido los l�mites de extracci�n para el presente a�o. Por consiguiente, en mi opini�n, nada tiene que ver la situaci�n -todav�a relativamente cr�tica- de diversas pesquer�as con el problema de los l�mites individuales de captura. Ahora, �qu� se puede hacer frente a eso? No es soluci�n volver el proyecto a Comisi�n. Ac� hay un problema de investigaci�n pesquera. Pero �sta se est� abordando en otro proyecto que en este momento estudia la Comisi�n de Pesca. Y el mejoramiento de la investigaci�n pesquera, institucional y operativamente, es un proceso en el tiempo. De manera que paralizar la iniciativa para esperar que la investigaci�n pesquera surta efecto significa no legislar hasta el a�o 2010, aproximadamente. Por lo tanto, a mi modo de ver, eso carece de sentido. Respecto del descarte, ocurre que la investigaci�n existente hoy d�a... El se�or ROMERO (Presidente).- Termin� su tiempo, se�or Senador. El se�or BOENINGER.- Concluyo altiro. La investigaci�n que se hace hoy d�a en Chile, se�or Presidente, apunta a conocer la magnitud de la biomasa y sus caracter�sticas de talla, peso, etc�tera, pero no est� dirigida a procurar conocer en detalle el descarte y sus razones. Para ello necesitamos justamente este nuevo patr�n de la investigaci�n. Por todo lo anterior, aparte otras consideraciones que no voy a efectuar -por ejemplo, el hecho de que aqu� hay mucha legislaci�n que apunta a la conservaci�n, a ordenar la pesca artesanal, a dar m�s voz a los pescadores artesanales-, soy partidario de que el proyecto no vuelva a Comisi�n; de que votemos, y de que, respecto de las disposiciones espec�ficas, la Sala decida por cu�l hip�tesis se pronuncia. He dicho. El se�or ROMERO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Horvath, por cuatro minutos. El se�or HORVATH.- Se�or Presidente, hacer en cuatro minutos un apretado resumen sobre la pesquer�a y su historia en el pa�s no es f�cil. Siempre ha habido una controversia natural en cuanto al balance entre la capacidad de captura de recursos hidrobiol�gicos y los stock y la capacidad de renovaci�n. Estos �ltimos, vinculados a las condiciones del medio ambiente, y los otros, a una dimensi�n social. Las f�rmulas tradicionales de fijar una cuota global -como se dijo- provocaron una carrera que, en el fondo, produjo m�s medios de captura y un sobreesfuerzo. En cuanto a la regulaci�n del esfuerzo -o sea, la capacidad de pescar-, el problema se super� por la v�a de los avances tecnol�gicos. La fiscalizaci�n de los desembarques no resulta suficiente. Los fiscalizadores a bordo trabajan en condiciones -por decirlo de alg�n modo- bastante precarias. Y con mucha dificultad se logr� una moci�n que instaur� el posicionador satelital, el cual ha ayudado a este respecto. Por lo tanto, se requiere m�s fiscalizaci�n. Tocante a la investigaci�n del estado de las especies y medios, si bien en la ley original se establece el Fondo de Investigaci�n Pesquera, se requiere una instituci�n m�s renovada. En lo social, existe el Fondo de Fomento para la Pesca Artesanal, que tambi�n es necesario renovar. Con respecto a la variaci�n de los recursos pesqueros, puedo se�alar en t�rminos gr�ficos dos de la mayor relevancia. En el caso de los pel�gicos, el jurel fue llevado a un l�mite de captura cercano a los 8 millones de toneladas. Y, sobre el particular, las autoridades del Gobierno de la �poca se�alaron en el Congreso Nacional que hab�a recursos y que se pod�an entregar nuevas autorizaciones, lo cual result� ser falso. En cuanto a los demersales, la captura de la merluza austral en la d�cada de los 80 lleg� a 80 mil toneladas. Ello hizo colapsar el recurso, y ahora vemos los resultados. Por eso, echarle la culpa de esto al l�mite m�ximo de captura por armador es perder la perspectiva. De otra parte, es cierto que existe un recurso que se ve afectado por la jibia: la Merluccius gayi o merluza com�n. Pero tambi�n lo es que hay que buscar un mecanismo para capturar la jibia, a fin de resolver el problema desde el punto de vista ecosist�mico. En la Comisi�n de Pesca tratamos de llevar adelante una iniciativa sobre el particular, pero no ha resultado. Hay naves que hacen de la captura de la jibia una actividad econ�mica. Y creo que nosotros tambi�n debemos buscar una f�rmula en tal sentido. Asimismo, somos v�ctimas de los cambios clim�ticos producidos por el fen�meno de las corrientes de la Ni�a y del Ni�o, que est�n variando en todo el mundo la cantidad, diversidad y disponibilidad de especies. Tocante al descarte, presentamos en el Senado una iniciativa -a mi juicio, el Ejecutivo deber�a darle prioridad- con el prop�sito de garantizar, mediante distintas f�rmulas, que sea desincentivado y prohibido tambi�n en la ley. Ahora, tratar de impedir que el proyecto prospere porque existe una cr�tica al l�mite m�ximo de captura por armador, a mi parecer, implica desvirtuar la situaci�n y sacar de la l�nea la materia en debate. La iniciativa en comento gener� en algunas pesquer�as las condiciones para alcanzar el m�ximo hist�rico que demandaban algunos pescadores artesanales, al dividir por especies, en lo concerniente a su captura, cada uno de los sectores. Asimismo, redujo claramente el esfuerzo pesquero y permiti� ordenarlo; gener� condiciones de trabajo m�s estables en el sector industrial, y, por la v�a del incremento de las patentes, posibilit� la existencia de mayores fondos para fiscalizar, investigar e incluso indemnizar. Por otra parte, entendemos que hay una demanda hist�rica y un modo de vida de la pesca artesanal que requiere m�s libertad. Pero esa mayor libertad debe tener un l�mite en cuanto a la capacidad de ordenamiento. Y eso es lo que estamos analizando en este proyecto: el r�gimen artesanal de extracci�n. Sobre esta materia, se�or Presidente, estimo que debemos avanzar en el debate y renovar y discutir las indicaciones que estimemos convenientes, pero no devolver el proyecto a la Comisi�n, porque los problemas aqu� planteados son de otra naturaleza y han de ser resueltos en esa l�nea. He dicho. El se�or ROMERO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or �vila. El se�or �VILA.- Se�or Presidente, aqu� hay un tema de fondo que ojal� no pase inadvertido: la institucionalidad pesquera ha sido, en mi opini�n, la gran responsable del colapso que presentan a lo menos 16 de las 19 pesquer�as existentes. No es aconsejable bajo ning�n concepto que la instancia generadora de este estado de cosas pretenda administrar la crisis y -mucho peor a�n- resolverla, porque ello contraviene su propia naturaleza. M�s que congelar los pescados, a mi entender, hay que congelar el Consejo Nacional de Pesca, debido a que all� se encuentran representados mayoritariamente los intereses que han producido un estado lamentable en la biomasa. Se ha hecho sentir con mucha fuerza en estos d�as la ausencia de un �rgano verdaderamente aut�nomo e independiente encargado de la investigaci�n; un �rgano blindado por completo contra los intereses, ya sea pol�ticos, sociales o econ�micos, que rondan alrededor de esta actividad. Eso es precisamente lo que est� abordando hoy con toda intensidad la Comisi�n. Pero, mientras tanto, no podemos permitir que accedan a nuevas pesquer�as intereses que no van a ser objeto del control adecuado que el inter�s p�blico demanda. Por eso, estoy plenamente de acuerdo con la propuesta que formul� el Honorable se�or Ruiz De Giorgio en el sentido de desglosar de esta iniciativa todo lo que concierne a la pesca artesanal; tratarlo en un proyecto diferente, que pueda ser tramitado con rapidez, y volver a examinar el resto a la luz de los nuevos antecedentes que obran en nuestro poder y que delatan la situaci�n verdaderamente dram�tica del mayor n�mero de pesquer�as. Es preciso abrir la posibilidad de un control efectivo transitorio que no quede entregado al Consejo Nacional de Pesca, porque �ste es una instancia incapaz de llevar a cabo una moderaci�n en t�rminos del esfuerzo pesquero. Ello, debido a que, por su propia naturaleza, los intereses all� representados son contrarios a la generaci�n de cualquier obst�culo que impida conseguir sus objetivos de corto plazo. El se�or ROMERO (Presidente).- Concluy� su tiempo, se�or Senador. El se�or �VILA.- Por eso, aqu� se da la figura del gato cuidando la carnicer�a. Pero el problema radica en que no se trata de un solo gato: �son varios gatos, y con un apetito muy voraz! He dicho. --(Aplausos en tribunas). El se�or ROMERO (Presidente).- Ruego a quienes est�n en las tribunas no efectuar manifestaciones, para que podamos terminar la sesi�n como corresponde. Tiene la palabra el Honorable se�or R�os, por cuatro minutos. El se�or R�OS.- Se�or Presidente, las intervenciones anteriores me ahorran much�simas ideas que deseaba plantear. Hago m�as la totalidad de las expresiones vertidas por los se�ores Senadores que estiman indispensable continuar con la tramitaci�n de esta iniciativa. Tienen razones suficientes y profundas para ello. Si analizamos la exposici�n del Senador se�or Ruiz De Giorgio -me pareci� muy interesante; y la hemos escuchado en otras ocasiones-, observaremos que una de sus proposiciones importantes es la consistente en eliminar las facultades del Consejo Nacional de Pesca, por considerar que se trata de un organismo inadecuado para la administraci�n pesquera. Es un punto interesante, digno de ser debatido. Con una indicaci�n adecuada -ella no existi� nunca en la Comisi�n-, podr�a eliminarse el referido Consejo. A lo mejor es factible llegar a acuerdo para que se presente una indicaci�n en tal sentido, discutirla, analizarla y resolver el futuro de dicho ente. La Comisi�n, que ha debatido durante varios a�os este proyecto, pretende entregar un mecanismo de administraci�n apropiado, que reafirme tanto los hechos positivos producidos tras el t�rmino de la "carrera ol�mpica" como la necesidad de aumentar la extracci�n de los recursos en el caso de las pesquer�as artesanales, cuesti�n que la iniciativa en estudio hace en medida significativa. Pero, s�, considera indispensable -as� lo ha se�alado desde el comienzo del debate- revisar con profundidad los aspectos propios del cuidado de nuestra biomasa. Ninguno de nosotros podr�a pensar que el objetivo principal es destruir nuestro oc�ano -quien lo sostenga, sin duda alguna, est� mirando hacia otros confines, hacia otros mundos-, porque cuidamos nuestro patrimonio y pretendemos que, dentro de la mayor justicia posible, se logre una adecuada distribuci�n de los recursos, no s�lo pesqueros, sino tambi�n humanos, constituidos por quienes se incorporan a trabajar en esta �rea, que -como ya se record�- es la que, seg�n la Asociaci�n Chilena de Seguridad, ha tenido el mayor incremento de mano de obra en los �ltimos a�os en Chile. La pesca es un tema propio de la acci�n realizada, no s�lo en el mar, sino tambi�n en tierra, lo que se significa mayor industrializaci�n y m�s inversiones para el desarrollo de nuestro pa�s. Para tener presentes todos los aspectos propios de nuestra seguridad en materia de la preservaci�n del patrimonio mar�timo, en la Comisi�n todos estuvimos de acuerdo -y le agradecemos al Gobierno el env�o de un proyecto de ley- en que aquello que hoy d�a se encuentra en manos del Instituto de Fomento Pesquero es insuficiente. Y por eso estamos estudiando una modificaci�n a la norma legal pertinente, con el objeto de tener m�s garant�a y tranquilidad al respecto. Estamos trabajando con todas las universidades del pa�s que cuentan con institutos de investigaci�n; participan dirigentes gremiales, en fin. Tenemos una colaboraci�n muy amplia y abierta para llegar a un buen cuerpo legal que nos permita dar al pa�s mayor seguridad en cuanto al cuidado de su patrimonio mar�timo. Pero �se no es un problema de la ley en proyecto, sino de otra. Junto con ello, estimamos que tambi�n es indispensable que los actores principales -pescadores, trabajadores del mar, etc�tera- expresen su opini�n sobre la materia. Y por eso fue que en la conformaci�n del Consejo Nacional de Pesca se incorpor� a tres funcionarios del Estado chileno; cinco representantes de los gremios extractivos; uno de los acuicultores; siete del mundo laboral (oficiales de naves, tripulantes, trabajadores de plantas de procesamiento, encarnadores, etc�tera, quienes son los que, en definitiva, viven la realidad en el mar y tienen que contrastar las opiniones cient�ficas con las pr�cticas); cinco pescadores artesanales, y siete personas nombradas por el Presidente de la Rep�blica. El se�or ROMERO (Presidente).- Ha terminado su tiempo, se�or Senador. El se�or R�OS.- Concluyo de inmediato, se�or Presidente. Afirmar que un organismo de este tipo tiene como objetivo apoderarse de una riqueza en perjuicio del resto de los habitantes del pa�s equivale simplemente a echarle la culpa al Presidente de la Rep�blica por la irresponsabilidad que podr�a demostrar en la designaci�n de personas. Creo que es muy importante avanzar y terminar la tramitaci�n de este proyecto. Y en el debate iremos resolviendo algunos problemas planteados por quienes me han precedido en el uso de la palabra. El se�or ROMERO (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or N��ez, por cuatro minutos. El se�or N��EZ.- Se�or Presidente, tengo la impresi�n de que, despu�s de este corto debate a prop�sito de una materia tan particularmente importante, ha quedado claro lo siguiente. Primero, que no existe por parte de la Sala posibilidad alguna de pronunciarse respecto de si es efectivo o no un agotamiento extraordinariamente peligroso para la sustentaci�n de pesquer�as fundamentales para el desarrollo de este sector de la econom�a. La informaci�n de que dispongo -no pretendo que sea �nica, pero la comparten varios se�ores Senadores- indica que hay 16 pesquer�as altamente agotadas. Segundo, que los antecedentes que tuvo en cuenta la Comisi�n de Intereses Mar�timos, Pesca y Acuicultura del Senado a lo mejor no est�n actualizados, por cuanto este debate ya dura tres a�os. Tengo la sensaci�n de que por lo menos los que dio a conocer el Honorable se�or Jos� Ruiz son m�s recientes. Y si hace tres a�os el riesgo de agotamiento era extraordinariamente peligroso, ahora es mucho mayor. Tercero, que el art�culo 5� A del proyecto establece que "En las pesquer�as declaradas en plena explotaci�n, el Ministerio, mediante decreto supremo fundado, previo informe t�cnico de la Subsecretar�a y aprobaci�n del Consejo Nacional de Pesca," -hasta el momento todos hemos considerado que quiz� no es la entidad m�s adecuada para regular una situaci�n tan particularmente extrema como la que se est� viviendo en el sector- "adoptada por la mayor�a de sus miembros en ejercicio, podr� establecer la medida de administraci�n l�mite m�ximo de captura por armador a unidades de pesquer�a no contempladas en el art�culo 2� de esta ley.", etc�tera. Es decir, se afirma que no estamos legislando sobre el tema de los l�mites m�ximos de captura en circunstancias de que s� lo estamos haciendo. Por lo tanto, me parece altamente atingente que enfrentemos, no s�lo el problema del descarte -se ha denunciado aqu�, incluso con fotograf�as elocuentes; dispongo de otras, tambi�n muy reveladoras de lo que est� pasando en el sector-, sino tambi�n el del subreporte de captura. Como se ha se�alado, muchos empresarios pesqueros -dig�moslo francamente- reportan menos pesca para no completar la cuota. Y, en consecuencia, en este �mbito tambi�n se empiezan a producir fen�menos como los que estamos viendo en pesquer�as importantes. Por eso, no me parece alocado ni una decisi�n fuera de contexto que respecto de todas las normas aprobadas por unanimidad con relaci�n al grupo m�s d�bil del sector -los pescadores artesanales- se legisle en un proyecto aparte. Eso, en primer lugar. Segundo, el 4 de enero de este a�o el Gobierno envi� al Senado un proyecto donde reconoce que hay peligro de sobreexplotaci�n, para los efectos de acentuar las posibilidades de investigaci�n y conocimiento. Pero no de aqu� al 2010 como se afirm�, porque no se est� partiendo de cero: el IFOP y otros organismos t�cnicos han demostrado tener capacidad, y de manera bastante acuciosa, para la investigaci�n cient�fica. Entonces, si esa iniciativa del EjecutivoGobierno est� radicada en la misma Comisi�n y en su parte expositiva se reconoce que hay claro riesgo de sobreexplotaci�n, soy del criterio de incorporar sus normas en el proyecto en debate, si as� lo decide la Sala. Los diez segundos que me restan los aprovechar� para se�alar que, en consecuencia, soy partidario de que el proyecto que ahora discutimos vuelva a Comisi�n en los t�rminos se�alados por el Senador se�or Jos� Ruiz y que he complementado en mi intervenci�n. El se�or ROMERO (Presidente).- Por estar cercana la hora de t�rmino de esta sesi�n especial y porque me lo ha solicitado el se�or Subsecretario de Pesca, pido autorizaci�n de la Sala para concederle la palabra durante siete minutos. Acordado. Asimismo, debo aclarar que esta sesi�n fue convocada para analizar la conveniencia de volver a Comisi�n para un nuevo informe el proyecto que modifica la Ley General de Pesca y Acuicultura. La resoluci�n se debe adoptar en la sesi�n ordinaria en que se trate dicha materia. Es lo que corresponde. Si se alcanza a tratar el punto, lo decidiremos hoy; si no, en la sesi�n siguiente. El se�or BOENINGER.- �Me permite, se�or Presidente? El se�or ROMERO (Presidente).- �Se trata de una moci�n de orden, se�or Senador? El se�or BOENINGER.- Entiendo que esta reuni�n es para debatir y definir si el proyecto vuelve o no a Comisi�n. El se�or ROMERO (Presidente).- Es s�lo para discutir la conveniencia de hacerlo. Tiene la palabra el se�or Subsecretario. El se�or SANDOVAL (Subsecretario de Pesca).- Se�or Presidente, los principales cuestionamientos efectuados a este proyecto de ley son dos: uno, que est� destinado al sector industrial, consolidando la medida de administraci�n de los l�mites m�ximos de captura; y dos, el mal estado en que se encontrar�an las pesquer�as administradas con l�mites m�ximos de captura. En relaci�n al primero de tales cuestionamientos, se�alo al Senado lo siguiente. Llama profundamente la atenci�n que se haya generado esta percepci�n, ya que un simple an�lisis del n�mero de indicaciones que se formularon a la iniciativa de ley nos lleva a una conclusi�n muy distinta: -Respecto del l�mite m�ximo de captura se presentaron 49 indicaciones, la mayor�a de las cuales se rechaz� por la unanimidad de los miembros de la Comisi�n, producto de un acuerdo con el Ejecutivo. -En cuanto al resto de las materias -esto es, institucionalidad pesquera, pesca artesanal y medidas de administraci�n-, se formularon 361 indicaciones. -Del total de 410 indicaciones, s�lo 23 fueron aprobadas por simple mayor�a, y son aquellas acerca de las cuales deber� pronunciarse esta Sala. Un segundo elemento que llama la atenci�n es la forma como se aprobaron las distintas materias en la Comisi�n: -Respecto de las modificaciones a los l�mites m�ximos de captura, si bien hubo mayor�a, no se registr� unanimidad. -En cambio, sobre todos los dem�s temas s� se produjo consenso. Un tercer elemento que llama la atenci�n es que esta normativa no fue concebida como proyecto de ley de l�mites m�ximos de captura, ni se transform� en una iniciativa de ese tipo durante su tramitaci�n, ni lo ser� una vez aprobada o rechazada. Ello es imposible, por las siguientes razones: Primero, porque ya se legisl� sobre esa materia. Al parecer, hemos retrocedido a la discusi�n de l�mites m�ximos de captura versus carrera ol�mpica. Asimismo, como se se�al� precedentemente, este proyecto contiene algunas materias de l�mites m�ximos de captura que tienen que ver con el perfeccionamiento m�nimo de lo actual. Otro tema se relaciona con el mejoramiento del sistema sancionatorio, estableci�ndose la proporcionalidad de la sanci�n respecto del da�o causado por el infractor. Un cuarto elemento que quiero destacar alude a que la iniciativa en comento es producto del compromiso asumido por el Ejecutivo ante el requerimiento del Senado y de la C�mara de Diputados en cuanto a presentar un proyecto que aborde de manera integral el marco regulatorio de la actividad pesquera nacional. Ahora deseo referirme a la segunda cr�tica efectuada, que tiene que ver con el mal estado en que se encontrar�an las pesquer�as administradas con l�mites m�ximos de captura. Primero, cabe se�alar que este tema se viene discutiendo en el Congreso desde diciembre reci�n pasado. Fue as� como el proyecto de ley, que estaba listo para su discusi�n particular en la Sala, tuvo que volver a la Comisi�n de Pesca para ser analizado. �Tiene sentido reiterar el debate acerca de si de nuevo se remite o no a la Comisi�n por las mismas razones por las que volvi� a ella anteriormente? Me lo pregunto porque, a partir de los antecedentes entregados y analizados en las sesiones especiales del propio �rgano t�cnico, las diferencias ya no est�n en las cifras, como se ha reconocido aqu�, sino m�s bien en la fecha desde cuando se comparan: si se miran hoy d�a como un solo punto o proyectadas en el tiempo. En efecto, desde 1998 el Ejecutivo viene se�alando tanto al Senado como a la C�mara de Diputados que algunas pesquer�as nacionales atraviesan por una profunda crisis. Esa fue la raz�n por la cual nacieron los l�mites m�ximos de captura. El punto central es que, a partir de la implementaci�n de esta medida de administraci�n, se ha notado en el estado de varias de esas pesquer�as, en especial en las que se sinti� m�s fuerte la crisis, como las pel�gicas, un repunte. En 1997 se sacaron sobre 4 millones de toneladas de jurel, por ejemplo, lo cual llev� a un momento dif�cil. Y a partir de 2001, con la medida del l�mite m�ximo de captura, la situaci�n comenz� a mejorar. Se�ores Senadores, no cabe olvidar que en los recursos naturales se siguen procesos determinantes de que, de acuerdo con el ciclo vital de cada especie, se requiera un tiempo mayor o menor para su recuperaci�n; y, en consecuencia, la evaluaci�n de la regulaci�n adoptada debe considerar tales plazos. Sin embargo, reconocemos que, en el caso de la Ley de Pesca, la implementaci�n gradual de las disposiciones tomadas es parte del avance que se debe emprender, por lo cual un proyecto nunca se halla terminado en su totalidad. Otro cuestionamiento ha apuntado al descarte. Al respecto, y teniendo presente lo se�alado en p�rrafos anteriores, el Ejecutivo se encuentra a la espera de informes que debe entregar el Instituto de Fomento Pesquero, y una vez analizadas sus conclusiones se resolver�n las medidas necesarias. Entre ellas puede incluirse una nueva iniciativa legal, o bien, el impulso de las mociones ya presentadas en el Senado. En seguida, quisiera referirme a la importancia del articulado que nos ocupa. Primero, es clave el concepto de la participaci�n en el proceso de toma de decisiones. Ello se manifiesta a trav�s de la creaci�n de los comit�s t�cnicos, el reforzamiento de los consejos regionales mediante una mayor presencia de la pesca artesanal y la desconcentraci�n de la Subsecretar�a de Pesca. No pueden dejar de mencionarse los planes de manejo. El Ejecutivo se ha hecho cargo de la cr�tica de casi todos los sectores del pa�s. A catorce a�os de la ley de 1991, s�lo existe un plan de manejo aprobado. Sobre el particular, la iniciativa impone la obligaci�n de que ellos sean acogidos y evacuados por dicha Subsecretar�a. Otro tema significativo que aborda el texto y que tambi�n ha sido cuestionado es el subreporte. Hago presente que ese punto se trata integralmente y que se obliga a certificar a todas las plantas de proceso, as� como a los pescadores artesanales e industriales. Si se analizan las materias artesanales en el proyecto de ley, se observa que no s�lo son muchas, sino tambi�n muy relevantes. Y es importante destacar que todas ellas fueron aprobadas por unanimidad, lo que refleja un fruct�fero debate en el seno de la Comisi�n de Pesca. Cabe mencionar que se mejora el Registro Pesquero Artesanal; se define al armador pesquero artesanal, lo que permitir� que un pescador artesanal pueda inscribir hasta dos embarcaciones: hoy s�lo se permiten 50 toneladas de registro grueso (TRG) para ambas, en tanto que ma�ana ese l�mite regir� para cada una; se ampl�a el plazo de la caducidad, de uno a tres a�os, m�s uno por fuerza mayor; se regula la sustituci�n de los botes, para que puedan incorporar cubierta y crecer hasta 12 metros; se establece la obligaci�n de que los pescadores artesanales cuenten con un seguro de vida; se reglan las �reas de manejo y el r�gimen artesanal de extracci�n; se plantean importantes reformas al Fondo de Fomento para la Pesca Artesanal, acordadas en el seno de su propio Consejo, y cuyo objeto es potenciarlo como un referente para la coordinaci�n de los recursos del Estado destinados a mejorar la calidad de vida de los pescadores. A partir de esos antecedentes, cuesta entender la dificultad para tramitar el proyecto. �No son tales materias artesanales relevantes para el sector? �No son los aspectos institucionales abordados una aspiraci�n de todos los sectores involucrados? Si la dificultad radica en las pocas indicaciones referidas a los l�mites m�ximos de captura, lo l�gico es resolverlas, pero no que ellas impidan ver el fondo, que realmente es mejorar la administraci�n, la conservaci�n y la pesca artesanal. Gracias. El se�or VIERA-GALLO.- Perd�n, se�or Presidente. �En qu� momento se decidir� el paso siguiente de la iniciativa? El se�or ROMERO (Presidente).- Efectivamente, el prop�sito de la sesi�n ha sido discutir la conveniencia de volver a Comisi�n el proyecto que modifica la Ley General de Pesca. Como no se consideraba la definici�n del tema mismo, la resoluci�n y la votaci�n respectivas se tratar�n cuando se aborde el asunto en el Orden del D�a de la pr�xima sesi�n ordinaria, existiendo al respecto la propuesta concreta del Senador se�or Ruiz. Habi�ndose cumplido su prop�sito, se levanta la sesi�n. --Se levant� a las 16:9. Manuel Oca�a Vergara, Jefe de la Redacci�n