REP�BLICA DE CHILE DIARIO DE SESIONES DEL SENADO PUBLICACI�N OFICIAL LEGISLATURA 352�, EXTRAORDINARIA Sesi�n 38�, en martes 22 de marzo de 2005 Ordinaria (De 16:18 a 18:28) PRESIDENCIA DE LOS SE�ORES HERN�N LARRA�N FERN�NDEZ, SERGIO ROMERO PIZARRO, PRESIDENTES, Y JAIME GAZMURI MUJICA, VICEPRESIDENTE SECRETARIO, EL SE�OR CARLOS HOFFMANN CONTRERAS, TITULAR ____________________ � N D I C E Versi�n Taquigr�fica P�g. I. ASISTENCIA......................................................................................................... II. APERTURA DE LA SESI�N............................................................................... III. TRAMITACI�N DE ACTAS..........................................................................�. IV. CUENTA............................................................................................................... Acuerdos de Comit�s.................................�����������. Renuncia de Presidente del Senado.................................................... Elecci�n de Presidente del Senado....................................................... V. ORDEN DEL D�A: Proyecto de ley, en segundo tr�mite constitucional, que modifica la ley N� 19.903, en lo relativo a cobro de aranceles por parte de conservadores de bienes ra�ces (3642-07) (se aprueba en general)............................................ Proyecto de acuerdo, en segundo tr�mite constitucional, que aprueba el Acuerdo sobre Conservaci�n de Albatros y Petreles (3654-10) (se aprueba en general y particular)..... Proyecto de acuerdo, en segundo tr�mite constitucional, que aprueba el Convenio Marco de la Organizaci�n Mundial de la Salud para Control del Tabaco (3722-10) (se aprueba en general y particular) ................................. VERSI�N TAQUIGR�FICA I. ASISTENCIA Asistieron los se�ores: --Aburto Ochoa, Marcos --Arancibia Reyes, Jorge --�vila Contreras, Nelson --Boeninger Kausel, Edgardo --Bombal Otaegui, Carlos --Canessa Robert, Julio --Cantero Ojeda, Carlos --Cariola Barroilhet, Marco --Chadwick Pi�era, Andr�s --Coloma Correa, Juan Antonio --Cordero Rusque, Fernando --Espina Otero, Alberto --Fern�ndez Fern�ndez, Sergio --Flores Labra, Fernando --Foxley Rioseco, Alejandro --Frei Ruiz-Tagle, Carmen --Frei Ruiz-Tagle, Eduardo --Garc�a Ruminot, Jos� --Gazmuri Mujica, Jaime --Larra�n Fern�ndez, Hern�n --Mart�nez Busch, Jorge --Matthei Fornet, Evelyn --Moreno Rojas, Rafael --Mu�oz Barra, Roberto --Naranjo Ortiz, Jaime --Novoa V�squez, Jovino --N��ez Mu�oz, Ricardo --Ominami Pascual, Carlos --Orpis Bouch�n, Jaime --P�ez Verdugo, Sergio --Parra Mu�oz, Augusto --Pizarro Soto, Jorge --Prokurica Prokurica, Baldo --R�os Santander, Mario --Romero Pizarro, Sergio --Ruiz De Giorgio, Jos� --Ruiz-Esquide Jara, Mariano --Sabag Castillo, Hosa�n --Stange Oelckers, Rodolfo --Vald�s Subercaseaux, Gabriel --Vega Hidalgo, Ram�n --Viera-Gallo Quesney, Jos� Antonio --Zald�var Larra�n, Adolfo --Zald�var Larra�n, Andr�s Concurrieron, adem�s, los se�ores Ministros de Defensa Nacional y de Salud. Actu� de Secretario el se�or Carlos Hoffmann Contreras, y de Prosecretario, el se�or Jos� Luis Alliende Leiva. II. APERTURA DE LA SESI�N --Se abri� la sesi�n a las 16:18, en presencia de 21 se�ores Senadores. El se�or LARRA�N (Presidente).- En el nombre de Dios, se abre la sesi�n. III. TRAMITACI�N DE ACTAS El se�or LARRA�N (Presidente).- Las actas de las sesiones 36� y 37�, ordinarias, en 15 y 16 de marzo del a�o en curso, respectivamente, se encuentran en Secretar�a a disposici�n de los se�ores Senadores, hasta la sesi�n pr�xima, para su aprobaci�n. IV. CUENTA El se�or LARRA�N (Presidente).- Se va a dar cuenta de los asuntos que han llegado a Secretar�a. El se�or ALLIENDE (Prosecretario).- Las siguientes son las comunicaciones recibidas: Mensaje De Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica, por medio del cual inicia un proyecto de ley sobre empalme entre el antiguo y el nuevo sistema de enjuiciamiento criminal (Bolet�n N� 3.816-07). --Pasa a la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento y, de conformidad con lo prescrito en el art�culo 74 de la Carta Fundamental, se manda poner en conocimiento de la Excelent�sima Corte Suprema. Oficios Dos de la Honorable C�mara de Diputados: Con el primero comunica que ha prestado su aprobaci�n a las enmiendas propuestas por el Senado al proyecto que modifica normas del decreto con fuerza de ley N� 458, de 1975, Ley General de Urbanismo y Construcciones, relativas a la calidad de la construcci�n (Bolet�n N� 3.418-14). --Se toma conocimiento y se manda archivar el documento junto a sus antecedentes. Con el segundo informa que accedi� a la solicitud del Senado en orden a remitir al archivo el proyecto que modifica la ley N� 18.290, de Tr�nsito, con el objeto de regular la obligaci�n de informar al Registro de Veh�culos Motorizados las alteraciones o destrucci�n parcial o total de los veh�culos (Bolet�n N� 3.104-15). --Se toma conocimiento y se manda archivar el proyecto. Del se�or Ministro del Interior, mediante el cual responde un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Garc�a, acerca de la Lista de Espera �nica de Pensiones Asistenciales en la Und�cima Regi�n. Dos del se�or Subsecretario de Justicia, con los que contesta igual n�mero de oficios enviados en nombre de la Corporaci�n y del Senador se�or Horvath, respectivamente, referidos al proyecto de ley que otorga bonificaci�n por egreso al personal de Gendarmer�a de Chile que indica. De la Subsecretar�a de Obras P�blicas, por medio del cual da respuesta a un oficio remitido en nombre del Honorable se�or Horvath, sobre el camino que une Cochrane con la localidad de Villa O�Higgins, Und�cima Regi�n. Del se�or Superintendente de Seguridad Social, mediante el cual responde un oficio dirigido en nombre del Senador se�or Garc�a, relativo a la Lista de Espera �nica de Pensiones Asistenciales. Del se�or Intendente de la Und�cima Regi�n, con el que da respuesta a un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Horvath, en cuanto a requerimientos de la localidad de Ma�ihuales. --Quedan a disposici�n de los se�ores Senadores. Comunicaci�n Del se�or Secretario General del Partido Comunista de Chile, por medio de la cual agradece el homenaje rendido a la ex Diputada se�ora Gladys Mar�n Millie. --Queda a disposici�n de los se�ores Senadores. Moci�n Del Honorable se�or �vila, con la que inicia un proyecto de ley que permite el autocultivo de especies vegetales del g�nero cannabis con fines terap�uticos (Bolet�n N� 3.812-07). --Pasa a la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento. El se�or LARRA�N (Presidente).- Este �ltimo proyecto no podr� ser tratado mientras Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica no lo incluya en la convocatoria a la actual Legislatura Extraordinaria de Sesiones del Congreso Nacional. Contin�a la Cuenta. Tiene la palabra el se�or Prosecretario. El se�or ALLIENDE (Prosecretario).- En este momento han llegado a la Mesa los siguientes documentos: Oficio De la Honorable C�mara de Diputados, mediante el cual comunica que otorg� su aprobaci�n al informe de la Comisi�n Mixta constituida para resolver las divergencias suscitadas durante la tramitaci�n del proyecto que modifica la ley N� 17.798, sobre Control de Armas, estableciendo mayores exigencias para inscribir un arma y prohibiendo el porte de la misma (con urgencia calificada de "simple") (Bolet�n N� 2.219-02). Informes De la Comisi�n de Derechos Humanos, Nacionalidad y Ciudadan�a, reca�do en el proyecto de ley, en segundo tr�mite constitucional, que concede, por especial gracia, la nacionalidad chilena al se�or Horacio de la Pe�a (con urgencia calificada de "simple") (Bolet�n N� 3.771-17). Segundo informe de la Comisi�n de Medio Ambiente y Bienes Nacionales e informe de la Comisi�n de Hacienda, reca�dos en el proyecto de ley, en primer tr�mite constitucional, que regulariza la situaci�n de ocupaciones irregulares en el borde costero de sectores que indica y modifica el decreto ley N� 1.939, de 1977 (Bolet�n 3.689-12). --Quedan para tabla. El se�or LARRA�N (Presidente).- Terminada la Cuenta . ACUERDOS DE COMIT�S El se�or LARRA�N (Presidente).- El se�or Secretario dar� a conocer los acuerdos de Comit�s. El se�or HOFFMANN (Secretario).- Los Comit�s, en sesi�n de hoy, acordaron por unanimidad lo siguiente: 1.- Tratar en la presente sesi�n ordinaria solamente los proyectos signados con los n�meros 5, 6 y 3 del Orden del D�a, es decir, el que modifica la ley N� 19.903, en lo relativo al cobro de aranceles por parte de los conservadores de Bienes Ra�ces; el atinente a la aprobaci�n del "Acuerdo sobre conservaci�n de Albatros y Petreles" y sus anexos 1 y 2, y el referido a la aprobaci�n del "Convenio Marco de la Organizaci�n Mundial de la Salud (OMS) para el Control del Tabaco", suprimi�ndose la hora de Incidentes, y 2.- Otorgar un nuevo plazo para que el Ejecutivo pueda presentar indicaciones al proyecto sobre responsabilidad penal de los adolescentes, hasta el d�a de ma�ana, a las 12. RENUNCIA DE PRESIDENTE DEL SENADO El se�or LARRA�N (Presidente).- Tiene la palabra el se�or Secretario. El se�or HOFFMANN (Secretario).- Corresponde pronunciarse respecto de la renuncia presentada por el Honorable se�or Larra�n al cargo de Presidente del Senado. El se�or LARRA�N (Presidente).- De conformidad con el acuerdo pol�tico existente y con la tradici�n de cumplir las resoluciones de esta �ndole, solicito a la Sala una aceptaci�n un�nime. --As� se acuerda. --(Aplausos en la Sala y en tribunas). El se�or HOFFMANN (Secretario).- Antes de proceder a la elecci�n de un nuevo Presidente del Senado, el Honorable se�or Larra�n, cuya renuncia a ese cargo se acaba de acoger, har� uso de la palabra. El se�or LARRA�N (Presidente).- Estimadas se�oras Senadoras, estimados se�ores Senadores, amigos que nos acompa�an en las tribunas, se�oras y se�ores: Mi gratitud Al finalizar mi gesti�n como Presidente de la Corporaci�n, al igual como lo hice cuando asum� esta funci�n, quiero que mis primeras palabras sean de gratitud. Gratitud a quienes han hecho posible, con su trabajo y respaldo abnegado, que pudiera cumplir esta responsabilidad siguiendo la huella que dejaron mis ilustres predecesores. Debo agradecer, en primer lugar, a todos los integrantes del Senado; a quienes forman parte de los Comit�s de la Alianza por Chile (UDI y Renovaci�n Nacional), de la Concertaci�n (Partido Por la Democracia, Partido Socialista, Partido Dem�crata Cristiano), de los Institucionales 1, de los Institucionales 2 e Independiente; a los Senadores del Partido Radical Social Dem�crata. Agradezco a todos su comprensi�n por el trabajo realizado y, en particular, por la forma de entender el estilo y el esp�ritu con que lo desarroll�. Ello, en mi opini�n, ha sido determinante para el buen funcionamiento de la Corporaci�n. Hemos logrado consolidar una forma de trabajo legislativo que se caracteriza por la cooperaci�n y el entendimiento, siempre que ello resulta posible. Cuando no, se impone la democracia y triunfa la mayor�a, en un clima que normalmente es de respeto y de amistad c�vica. Este modo de ser revela una cultura pol�tica con la que se ha identificado el Senado a lo largo de su historia institucional. A ratos ella se debilita, lo cual coincide con los per�odos m�s dif�ciles de nuestro pasado. Hoy, al observar nuestra realidad nacional, resulta claro que el nivel de desarrollo alcanzado en el pa�s tiene que ver en gran medida con la mesura y los aportes que hace el Senado. Presidir la Corporaci�n me ha permitido apreciar mejor la enorme contribuci�n que representa para nuestro desempe�o el trabajo de sus funcionarios. Quiero destacar su lealtad y esp�ritu de servicio, y expresarles mi gratitud, porque son ellos quienes hacen posible nuestros �xitos. Es justo, pues, hacerles sentir nuestro reconocimiento a todos y a cada uno a trav�s del Jefe del Servicio, el se�or Secretario, don Carlos Hoffmann, a quien tambi�n agradezco sus desvelos por el Senado. De igual modo, expreso mi agradecimiento al Vicepresidente de la Corporaci�n, don Jaime Gazmuri, con quien he compartido responsabilidades en un grado importante de armon�a y entendimiento, lo que ha facilitado enormemente mi trabajo. Gracias, Jaime. En forma muy especial reitero mi gratitud a los miles de ciudadanos que con su respaldo masivo hicieron posible mi elecci�n como Senador: hombres y mujeres de la circunscripci�n del Maule Sur, cuyo apoyo permanente ha sido indispensable para llevar a buen t�rmino esta importante labor, no obstante que durante este per�odo mi presencia en la zona se ha visto disminuida por los compromisos que demanda la Presidencia de la C�mara Alta. Espero ponerme al d�a en la indispensable tarea en terreno, al servicio directo de la gente. Y una vez m�s, es justo decir a mi familia que sin su buena ayuda, su paciencia y su inagotable generosidad, dif�cilmente podr�a haber dedicado todo mi tiempo para cumplir con los deberes que me impuso dicho cargo. Gracias, Magdalena. Gracias, madre e hijos. A todos ustedes los llevo siempre en el coraz�n. Un estilo de conducci�n Es oportuno recordar que cuando asum� como Presidente de la Corporaci�n, me compromet� a ejercer esta responsabilidad con austeridad y mucha humildad, en el esp�ritu de servicio p�blico que debe caracterizar esta funci�n, con especial apego a su sentido institucional ajeno a todo inter�s partidista. La experiencia de presidir el Senado ha sido iluminadora para entender que los problemas no s�lo se pueden percibir desde m�ltiples perspectivas, sino que, parad�jicamente, esa diversidad abre fuertes posibilidades de entendimiento, acercando posiciones que en un principio parecen lejanas y contradictorias. Al desarrollar una gesti�n institucional que mira el bien de la Corporaci�n, se descubre otra dimensi�n de la realidad, menos confrontacional y m�s dispuesta a la b�squeda de soluciones, que cada d�a demanda con m�s vehemencia la ciudadan�a. Es lo que he procurado hacer este a�o y creo que ese esp�ritu ha sido comprendido por ustedes y por todos los que han participado en las diversas actuaciones que hemos realizado en este tiempo. He aprendido que la "perspectiva de Estado" es una realidad posible y deseable. Chile necesita que sus pol�ticos asuman las responsabilidades p�blicas como estadistas, cual actitud permanente. Nos encontramos en una coyuntura �nica en nuestra historia, que nos podr�a sacar para siempre del estado de subdesarrollo en que vivimos. Pero ello exige disciplina y obliga a mirar con m�s determinaci�n el bien de todos antes que imponer nuestras propias opciones. Si al menos en la pr�xima d�cada fu�ramos capaces de forjar un pacto social multipartidista que abarcara a todos los sectores de la sociedad, con la presencia activa de la sociedad civil entera, podr�amos entregar a las futuras generaciones un bienestar digno de todo ser humano, realidad que hoy, lamentablemente, es negada a millones de chilenos. �sta constituye una oportunidad inmejorable para dar testimonio de que nuestro principal objetivo de vida es servir a la gente m�s all� de nuestras leg�timas diferencias. He llegado a la convicci�n en estos meses de que esta v�a es posible y deseable, de que �sta es la opci�n que exige la ciudadan�a, y que resultar�a inexplicable seguir el camino propio de las coaliciones pol�ticas. Chile es uno solo y nadie puede impedir que as� se enfrente el futuro: con unidad en la mirada y con solidaridad pol�tica en la acci�n. Lo que hemos realizado Al iniciar esta nueva etapa como Presidente del Senado, lo hice en el convencimiento de que exist�an muchos desaf�os por afrontar en el desarrollo de nuestro trabajo parlamentario. Entre los objetivos que me propuse, estuvo el de ayudar a revertir los crecientes cuestionamientos ciudadanos a nuestro desempe�o. En l�neas generales, se�al� que la regla de oro era simple: realizar bien nuestro trabajo. No obstante, record� tambi�n que no bastaba con hacerlo bien: la ciudadan�a deb�a saberlo y valorarlo. Por ello me compromet� expresamente a mejorar a�n m�s nuestra transparencia y la cercan�a con aqu�lla. Senado Ciudadano A mi juicio, con la ayuda de todos ustedes, hemos avanzado una enormidad. El programa que implementamos, denominado "Senado Ciudadano", constituy� un esfuerzo muy notable de parte de nuestra Corporaci�n, por medio del cual buscamos centrar el trabajo del Senado en la gente, "puertas afuera", logrando un mayor acercamiento con ella, mediante la total visibilidad de nuestras actuaciones y la mayor efectividad en el ejercicio de nuestras funciones parlamentarias. Este programa se ha ido aplicando a trav�s de una importante variedad de subproyectos. Entre ellos, quiero mencionar los siguientes: un mecanismo de registro y publicaci�n inmediata de la votaci�n -ahora electr�nica-, el que consigna tambi�n la asistencia de los se�ores Senadores tanto en la Sala como en las Comisiones; la modernizaci�n del sitio web de la Corporaci�n y la implementaci�n de p�ginas web por Senador; la posibilidad de chatear con cada uno de ellos; la realizaci�n, a lo largo de Chile, de sesiones de Comisiones y de seminarios de publicidad de la ley; la firma de un convenio con el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes para difundir en todo el pa�s la legislaci�n cultural; la distribuci�n masiva, v�a E-mail, del diario electr�nico "Senado Ciudadano", que llega ya a m�s de cien mil suscriptores; la creaci�n de un centro de respuestas de correos electr�nicos; cambios profundos en la programaci�n de la televisi�n del Senado, tanto en su calidad como en su extensi�n horaria, que hoy alcanza a diecisiete horas de transmisi�n; la puesta en marcha de un centro de documentaci�n audiovisual, destinado a guardar la memoria de nuestra Corporaci�n y a facilitar dicho material a la gente o a los medios de comunicaci�n que lo soliciten. En la l�nea de la eficiencia, debo mencionar la presentaci�n, por parte de la Mesa, de un proyecto de reforma reglamentaria que, de aprobarse, har� posible una labor parlamentaria de mayor efectividad. Asimismo, el establecimiento de una agenda legislativa que propusimos al Gobierno y a la C�mara de Diputados, la que permite ordenar la carga de trabajo, definir el panorama legislativo en un per�odo de tiempo y, por lo mismo, da a conocer a la opini�n p�blica nuestro compromiso de trabajo, facilit�ndole, as�, la evaluaci�n de nuestras actividades. Debe se�alarse tambi�n el dise�o experimental de un modelo de evaluaci�n y seguimiento de las leyes, en convenio con ocho universidades del pa�s, que constituye una manera realista de estudiar la efectividad de las normativas legales que aprobamos, en el �nimo de establecer un sistema que nos permita corregir la legislaci�n antes de que se produzcan complicaciones mayores, las que normalmente llevan a legislar con improvisaci�n y ligereza. Con el programa "Senado Ciudadano" esperamos haber contribuido a implementar en nuestra Corporaci�n y, por su intermedio, en el pa�s una nueva forma de hacer pol�tica, m�s actual, tecnol�gica, moderna, democr�tica y al ritmo del mundo. Creo, adem�s, que gracias a estos cambios el Senado se ha consolidado como la instituci�n p�blica m�s abierta y transparente de Chile. Profundizando esa l�nea de acci�n, y convencidos de que �ste es el camino que inexorablemente debe seguir todo el aparato p�blico -todos los organismos del Estado-, junto con el Vicepresidente del Senado presentamos un proyecto que asegura y garantiza el libre acceso a la informaci�n p�blica. Espero que el Parlamento pueda despacharlo en fecha pr�xima. Eficacia administrativa Con el mismo inter�s tomamos como nuestro el desaf�o de fortalecer la Biblioteca del Congreso Nacional. Para ello, se constituy� un comit�, integrado por Senadores y Diputados, asesor de la comisi�n que maneja a aqu�lla, la cual est� conformada s�lo por los Presidentes de ambas ramas del Parlamento y la Directora de la Biblioteca. As�, con su presencia, podemos asegurar la participaci�n de los Parlamentarios en esa importante entidad. Sin embargo, lo m�s relevante ha sido la presentaci�n ante el BID del proyecto BCN Innova, que cuenta con el patrocinio del Gobierno y consulta un aporte de 5,3 millones de d�lares. Esta iniciativa va a permitir la transformaci�n de la Biblioteca del Congreso Nacional en una instituci�n avanzada tecnol�gicamente, que no s�lo guarde la memoria hist�rica legislativa y pol�tica del pa�s, sino que tambi�n sea capaz de asesorar en la elaboraci�n y discusi�n de proyectos de ley, as� como en la anticipaci�n de las inquietudes ciudadanas. Aprovecho de se�alar que ha sido mi preocupaci�n, igualmente, atender la situaci�n de los funcionarios del Senado en sus inquietudes por una nueva planta y por mejores condiciones laborales, y tambi�n la de la Biblioteca, donde hemos iniciado el camino de igualar sus rentas a las del resto del Congreso. Junto con la Comisi�n de R�gimen Interior, hicimos un llamado a concurso para la auditor�a de la C�mara Alta, al igual que para la se�al del canal de televisi�n corporativa, TV Senado, fijando como regla la aplicaci�n de procedimientos trasparentes en la contrataci�n de servicios que involucren gastos mayores. Participaci�n en los grandes acuerdos pol�ticos Por otra parte, tambi�n me compromet� en su tiempo a realizar esfuerzos especiales para que el Senado recuperara su influencia en la definici�n de los grandes temas nacionales, en el entendido de que constituimos en nuestro ordenamiento institucional un lugar privilegiado para alcanzar los grandes acuerdos pol�ticos que el pa�s requiere. En tal sentido, no puedo dejar de manifestar mi enorme satisfacci�n por el hecho de que nuestro Senado haya sido un actor protag�nico en la concreci�n de diversos acuerdos pol�ticos. El de mayor relieve es el alcanzado en las reformas constitucionales, que puso t�rmino a 14 a�os de diferencias. Sin duda, dicho esfuerzo, realizado por parte de todos nosotros y con la m�s amplia participaci�n del Ejecutivo, constituye una prueba fehaciente de que un Senado comprometido con los grandes desaf�os del pa�s, por sobre los lineamientos pol�tico-partidistas, constituye una pieza fundamental en nuestra vida democr�tica. Esfuerzos similares fueron exitosos en muchos �mbitos. Dignos de destacar son los alcanzados en la reforma de la salud y en el �rea educacional. Esfuerzos de tal naturaleza hacen pensar que Chile es un pa�s posible. Por lo mismo, considero mi deber se�alar que no fuimos exitosos en todos los casos que requieren consenso para avanzar. Por ejemplo, en el del royalty minero, donde pude apreciar, sin embargo, que hab�a base para un acuerdo. Igualmente, los proyectos relativos a derechos humanos a�n no han logrado concitar acuerdos relevantes que permitan resolver las deudas que tenemos del pasado. Estimo que �ste es nuestro deber, e invito a asumirlo con decisi�n. Si no lo hace el Senado, dudo que en Chile logremos solucionar ese conflicto. Proyecci�n internacional En cuanto al potenciamiento del rol del Congreso en las relaciones internacionales del pa�s, tambi�n dimos un resuelto paso adelante. Ordenamos nuestra proyecci�n con el trabajo conjunto de las Comisiones de Relaciones Exteriores y de R�gimen Interior, definiendo responsabilidades y prioridades. Fruto de ello fue el �nfasis que pusimos en Am�rica Latina. As�, pudimos contar con la presencia entre nosotros de los Presidentes de los Congresos de Per�, Ecuador, Colombia y Paraguay; y est�n comprometidos para venir, en el primer semestre de este a�o, los de los Parlamentos de Argentina, Brasil y Bolivia. Estuvimos en Per�, Paraguay y Argentina, en reuniones bilaterales y con los Parlamentos de la regi�n o el MERCOSUR, proyectando de esta manera nuestra vocaci�n de lograr una integraci�n legislativa por medio de agendas concretas que dise�en un camino claro y preciso, que incorpore irrenunciablemente acuerdos de libre comercio, pero que sea capaz de generar lazos de cooperaci�n m�s amplios. Asimismo, entregu� mi respaldo a la candidatura del Ministro se�or Jos� Miguel Insulza a la Secretar�a General de la OEA, convencido de que se trata de un asunto de inter�s nacional y de que el futuro de Chile pasa por el fortalecimiento de nuestros compromisos en Am�rica Latina, y muy especialmente en Am�rica del Sur. En tal sentido, creo que, como Parlamentarios, podemos constituir una gran ayuda en el proceso de afianzar con los pa�ses vecinos lazos fluidos y permanentes que permitan ir complementando la labor que realizan el Ejecutivo y nuestra Canciller�a. Con igual inter�s, procur� acercamientos con otros Parlamentos. Destaco al Senado de Estados Unidos, que se encuentra estudiando una presentaci�n de acuerdo interparlamentario que hice personalmente al Presidente de esa instituci�n. Se�ores Senadores, les reitero una vez m�s mi enorme gratitud por la confianza y colaboraci�n recibida durante mi mandato. Estoy consciente de que, a pesar de todo lo que se pueda haber hecho, todav�a existen bastantes omisiones y queda mucho por emprender. Se�al� en su momento que el Presidente del Senado era un servidor de servidores. Y si bien me he equivocado en m�s de una oportunidad, no ha habido sesgo partidista en el cumplimiento de mis funciones. En mi desempe�o, he procurado actuar bajo un prisma institucional, de acuerdo con la dignidad del cargo y de nuestra instituci�n. No puedo concluir estas palabras sin expresar mi reconocimiento al Gobierno del Presidente Ricardo Lagos por su buena disposici�n para colaborar con el Senado, respetando los fueros de esta Corporaci�n. En ese esp�ritu resulta posible facilitarnos mutuamente nuestra labor -ambos somos Poderes colegisladores-, sin perjuicio de que a la hora de las decisiones se imponga el criterio democr�tico. Lo mismo debo decir de sus Ministros, quienes cooperan en nuestra agenda con inter�s y desprendimiento. Hoy se inicia una nueva etapa en nuestra historia corporativa, la que ser� dirigida por el Senador se�or Romero. Expreso al nuevo Presidente todo mi apoyo para su gesti�n, conocedor de su capacidad y experiencia, que estoy seguro redundar�n en beneficio del Senado y de la actividad de todos sus miembros. ��xito, Sergio! �Estamos a tu disposici�n! --(Aplausos en la Sala y en tribunas). S�lo me resta agradecer a Dios por la oportunidad que me dio de servir en estas funciones. En la hora de la reflexi�n final, me pregunto: �Qu� somos sino instrumentos de su voluntad para as� hacer posible el logro del bien de todos los miembros de nuestra sociedad? Por eso, no hay esfuerzo que carezca de sentido -se alcance o no el �xito- ni existe dolor que no sea soportable si ello est� inspirado por una causa superior que confiere significado al obrar humano. Por eso, �gracias a Dios! Y a ustedes, �adi�s y muchas gracias! --(Aplausos en la Sala y en tribunas). ELECCI�N DE PRESIDENTE DEL SENADO El se�or HOFFMANN (Secretario).- Corresponde elegir nuevo Presidente del Senado. El se�or LARRA�N (Presidente).- Si le parece a la Sala, conforme al acuerdo pol�tico existente, propongo elegir Presidente del Senado, por unanimidad, al Honorable se�or Sergio Romero Pizarro. --As� se acuerda. --(Aplausos en la Sala y en tribunas). El se�or LARRA�N (Presidente).- Invito al Senador se�or Romero a hacerse cargo de sus nuevas funciones. --El Honorable se�or Romero se ubica en la testera. El se�or ROMERO (Presidente).- Se�oras y se�ores Senadores; se�or Ministro de Defensa; se�oras y se�ores Diputados; se�or ex Presidente del Senado y Presidente de Renovaci�n Nacional, don Sergio D�ez; se�ores alcaldes y concejales de mi Regi�n; se�ores consejeros regionales; se�or Fiscal Regional; se�or Defensor Regional; se�ores directores de medios; autoridades eclesi�sticas; amigas y amigos: Agradezco de veras a esta Alta Corporaci�n y a los distinguidos Senadores el renovado respaldo y confianza que me han manifestado para asumir nuevamente esta elevada investidura. Senado, lugar de encuentro El Senado de Chile se ha caracterizado hist�ricamente por reunir en su seno la representaci�n de todos los sectores de nuestra sociedad, constituyendo por su propia naturaleza un lugar de encuentro de los grandes acuerdos, donde se posibilita una reflexi�n serena y fundada sobre los temas m�s importantes que afectan a nuestro pa�s, y convirti�ndose al mismo tiempo en una s�lida base de apoyo institucional y pilar relevante de nuestro ordenamiento constitucional. Este a�o, marcado por comicios presidencial y parlamentarios, probablemente generar� pasiones y luchas propias de las contiendas electorales, las que a veces exacerban aspectos de nuestra convivencia de modo un tanto artificial. En ese contexto, como Senado, deberemos saber entregar a Chile las se�ales de mesura y confianza de una institucionalidad que no se paraliza ni se polariza por eventos circunstanciales que escapan al trabajo legislativo. Es imperativo orientar con energ�a y clara voluntad nuestros esfuerzos para continuar en esta trayectoria, que nos enorgullece y nos compromete a los efectos de preservarla, y, del mismo modo, para evitar las intervenciones indebidas de parte de quienes detentan el poder, ya que ello no es bueno para los que las ejercen ni para aquellos que las sufren y s�lo distorsiona injustamente la realidad de nuestra convivencia democr�tica. Equilibrio institucional Para cumplir ese rol de lugar de encuentro y reflexi�n, es de la mayor consecuencia que, como Corporaci�n, renovemos nuestra decisi�n de ser protagonistas de la agenda pol�tico-institucional en un pa�s donde la predominancia del Ejecutivo ahoga a veces los marcos de los necesarios balances institucionales. En tal sentido, nuestra C�mara debe ser capaz de lograr una participaci�n m�s activa en la elaboraci�n de las pol�ticas p�blicas y no s�lo actuar como mera receptora de iniciativas de ley. Buen ejemplo de ello es cuando en estos d�as el Senado, a trav�s de la Comisi�n de Relaciones Exteriores, coloca en la agenda p�blica un acuerdo de Estado para crear una Canciller�a chilena del siglo XXI. Una democracia participativa no se construye simplemente sobre la base de un mon�logo del Poder Ejecutivo. Debemos, en esta etapa republicana, configurar una relaci�n m�s equilibrada y de mayor armon�a entre los Poderes del Estado, y en especial, reconocer y afirmar la independencia de cada uno de ellos. Nuestro Congreso es el �nico Poder que representa tanto a las mayor�as como a las minor�as. Por tanto, reclama un rol cada vez m�s activo en el debate p�blico. Hemos de luchar para restablecer tambi�n los equilibrios comunicacionales, donde al parecer hay una franja permanente para algunos, y para otros, s�lo la cr�tica f�cil o la b�squeda del desprestigio, como a veces, desgraciadamente, lo comprobamos. En el plano externo, debemos trabajar en una m�s intensa acci�n interparlamentaria, con especial �nfasis en la relaci�n con nuestros vecinos, para recuperar confianzas y mejorar el conocimiento mutuo, pues, como Parlamentarios, tenemos la ventaja de poder actuar en este plano con mucho mayor libertad que los canales formales. Nadie niega las indudables ventajas que representa la creciente internacionalizaci�n. Sin embargo, debemos tener la sensibilidad necesaria para darnos cuenta de que muchas veces esos procesos globalizadores pueden afectar, sin los contrapesos necesarios, a vastos sectores de nuestra sociedad, representada, por ejemplo, por la peque�a y mediana empresas, que son motor del empleo y requieren justamente un estatuto que esta Corporaci�n -por qu� no- podr�a y deber�a impulsar. Hemos de luchar por una globalizaci�n m�s humana, que haga part�cipes a todos los sectores del pa�s de los beneficios de nuestros tratados de libre comercio, a fin de que la gran mayor�a de los chilenos sean actores del desarrollo, de que volvamos a tener una clase media pujante y de que se respete al mismo tiempo nuestra identidad cultural y val�rica. A tal efecto, una efectiva protecci�n y un eficaz amparo a la familia chilena resultan fundamentales, en forma de ofrecerle un respaldo que facilite su desarrollo e impida su relativizaci�n val�rica. No puedo dejar de mencionar la urgente necesidad de seguir avanzando en nuestro proceso de regionalizaci�n y descentralizaci�n. Nuestras regiones han de ser protagonistas y no simples espectadoras del desarrollo de Chile. Para ello, debemos procurar que el poder y los recursos p�blicos se distribuyan con justicia y equidad a lo largo de todo el territorio nacional. En tal sentido, la creciente inversi�n p�blica en las grandes urbes discrimina a las regiones en favor de un centralismo creciente y asfixiante. Se requiere una mejor distribuci�n de los recursos fiscales para aqu�llas y para los municipios, que hoy d�a se encuentran profundamente desfinanciados y frustrados en su accionar. --(Aplausos en la Sala y en tribunas). Sobre esos desaf�os, una acci�n conjunta de esta Alta C�mara puede, sin duda, constituir un real aporte al Chile del bicentenario. Nuestra labor legislativa Como Senado de la Rep�blica, la actual distorsi�n de imagen que afecta a la actividad pol�tica nos compromete sin reservas. Ello nos obliga a continuar los esfuerzos que iniciamos hace a�os para lograr un Senado m�s din�mico, m�s transparente, m�s participativo. Al respecto, es indispensable redoblar nuestro impulso a los efectos de adecuar nuestro trabajo en el pr�ximo per�odo legislativo. Contamos con colaboradores de selecci�n: los funcionarios del Senado, a quienes debemos el mayor reconocimiento por su acci�n. Aspiramos a crear con ellos una nueva etapa, donde profesionales del m�s alto nivel trabajen junto a cada Comisi�n legislativa en forma permanente, a fin de lograr una C�mara Alta que responda a las exigencias del siglo XXI. Al concluir mi intervenci�n, quiero se�alar que me esmerar� al m�ximo por continuar la tradici�n hist�rica de servir a todo el Senado que, como valioso legado, nos dejaron nuestros distinguidos colegas y amigos don Gabriel Vald�s Subercaseaux, don Sergio D�ez Urz�a -que nos acompa�a en las tribunas-, don Andr�s Zald�var Larra�n y don Hern�n Larra�n Fern�ndez, a quienes saludo y expreso el reconocimiento de toda la Corporaci�n. A nuestro amigo Hern�n Larra�n, un especial agradecimiento por su dedicaci�n y entrega en una Presidencia que desarroll� con singular brillo, visi�n de pa�s y esp�ritu patri�tico. Y para su encantadora esposa, Magdalena, nuestro reconocimiento por su comprensi�n y abnegaci�n para soportar los avatares de esta contingencia. En este momento, tambi�n deseo saludar, invit�ndolos a que me acompa�en en esta noble misi�n, a mis conciudadanos de la Quinta Regi�n, en especial a los de la Regi�n de Aconcagua -que comprende a las provincias de Los Andes, San Felipe, Petorca, Quillota y parte de Valpara�so-, sin cuyo reiterado apoyo no habr�a sido posible acceder ni al Senado ni a este sitial. Asumo por segunda vez en mi vida este cargo, nuevamente pensando en quienes siempre me han respaldado. �Muchas gracias a ustedes! --(Aplausos en la Sala y en tribunas). Finalmente, quiero expresar mis sentimientos de cari�o y gratitud hacia las personas que constituyen el centro de mi vida. Me refiero a mi familia, especialmente a Bernardita, a mis hijos y a mis nietos, en quienes siempre he encontrado comprensi�n y apoyo. Al concluir, ruego a Dios que nos ilumine y permita que nuestro trabajo, esfuerzo y dedicaci�n contribuyan al progreso de la patria. Muchas gracias. --(Aplausos en la Sala y en tribunas). El se�or ROMERO (Presidente).- Pido a quien fuera nuestro brillante Presidente, el Honorable se�or Larra�n, que suba a la testera con el objeto de brindarle un peque�o gesto que simbolice el cari�o y el aprecio que le tenemos en el Senado. Le voy a dar una r�plica de la campanilla de la Corporaci�n, lo cual espero que se convierta en una tradici�n de la C�mara Alta. --(Aplausos en la Sala y en tribunas). El se�or ROMERO (Presidente).- �Se quer�a llevar la grande, pero yo le entregu� una m�s chica...! Para iniciar el Orden del D�a, solicito al se�or Secretario que efect�e la relaci�n del primer asunto en tabla. El se�or ESPINA.- Se�or Presidente, �por qu� no suspende la sesi�n por algunos minutos a fin de poder saludar tanto a quien acaba de asumir el cargo como al Honorable colega que ha hecho dejaci�n del mismo? El se�or ROMERO (Presidente).- Muy bien. Se suspende la sesi�n por 5 minutos. -------------- --Se suspendi� a las 16:57. --Se reanud� a las 17:13. --------------- El se�or ROMERO (Presidente).- Contin�a la sesi�n. Tiene la palabra el Honorable se�or Bombal. El se�or BOMBAL.- Se�or Presidente, en nombre de la bancada de Senadores de la UDI y -por qu� no decirlo, sin arrogarme su representaci�n- tambi�n en el de los integrantes de la Alianza por Chile, creo de toda justicia rendir un sentido y merecido reconocimiento al Presidente saliente, Honorable se�or Larra�n. En apretado resumen, quisiera sintetizar en cuatro aspectos los innumerables m�ritos demostrados por el Senador se�or Larra�n en su paso por la Presidencia de esta Corporaci�n. Hern�n Larra�n fue ejemplo de la dignidad del cargo y de la condici�n misma de Senador; fue asimismo paradigma de austeridad; realiz� la trascendental labor de hacer p�blica la gesti�n presupuestaria de esta C�mara Alta, y en fin, represent� con vigor no s�lo a ella, sino tambi�n a los m�s altos intereses del pa�s frente a autoridades extranjeras. Nadie en esta Sala podr� negar la irrestricta altura de miras con que dirigi� al Senado, ajeno a todo inter�s particular o partidista. Su objetividad y ponderaci�n fueron garant�a de respeto en todo debate y para todas las corrientes aqu� representadas. Huelga precisar cada una de las acciones en que se concret� su gesti�n, porque est�n a la vista de quienes se interesen por los asuntos que nos preocupan. Su obra, Honorable colega, ha sido notable y notoria. Y, con propiedad y modestia, se refiri� a ella en su brillante discurso. Finalmente, se�or Presidente, en esta hora en que lo congratulamos por su nueva investidura y le deseamos todo el �xito que se merece en la gesti�n que hoy comienza, no pod�amos dejar pasar la oportunidad de felicitar afectuosamente a quien, con tanto brillo, desempe�� este cargo durante el �ltimo a�o, honrando con altura la flamante tradici�n que han mantenido inc�lume quienes han ostentado esta alta investidura republicana. Como compa�ero de bancada, s�lo nos resta decir al Honorable se�or Larra�n: �Muchas gracias, Hern�n, por tu diligencia, por tu prudencia y por la innegable e inmensa capacidad que has puesto y pusiste al servicio de Chile y del Senado! He dicho. --(Aplausos en la Sala). V. ORDEN DEL D�A REGULACI�N DE ARANCELES DE CONSERVADORES POR INSCRIPCI�N ESPECIAL DE HERENCIA El se�or ROMERO (Presidente).- Proyecto, en segundo tr�mite constitucional, que modifica la ley N� 19.903, en lo relativo al cobro de aranceles por parte de los Conservadores de Bienes Ra�ces, con informe de la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento. --Los antecedentes sobre el proyecto (3642-07) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de ley: En segundo tr�mite, sesi�n 28�, en 18 de enero de 2005. Informe de Comisi�n: Constituci�n, sesi�n 35�, en 9 de marzo de 2005. El se�or ROMERO (Presidente).- Tiene la palabra el se�or Secretario. El se�or HOFFMANN (Secretario).- El objetivo principal de la iniciativa es facilitar la regulaci�n de la transmisi�n de bienes ra�ces por sucesi�n por causa de muerte testada o intestada, estableciendo una exenci�n total de derechos arancelarios o su rebaja en un 50 por ciento, seg�n el caso, para efectuar las actuaciones que correspondan en el Conservador de Bienes Ra�ces. La Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento, tras discutirla, la aprob� por la unanimidad de los miembros presentes (Senadores se�ores Prokurica, Viera-Gallo y Andr�s Zald�var), en los mismos t�rminos en que lo hizo la Honorable C�mara de Diputados. Su texto se transcribe en el informe correspondiente. Cabe se�alar, finalmente, que la Comisi�n acord� designar como informante al Honorable se�or Andr�s Zald�var, conforme a lo dispuesto en el inciso cuarto del art�culo 40 del Reglamento. En discusi�n general el proyecto. Tiene la palabra el Senador se�or Ruiz-Esquide. El se�or RUIZ-ESQUIDE.- Se�or Presidente, tengo la impresi�n de que en la Comisi�n hubo unanimidad para acoger este proyecto. Y no he recibido informaciones en contrario. Por lo tanto, si le parece a la Sala, podr�a aprobarse en general. El se�or R�OS.- �Me permite, se�or Presidente? El se�or ROMERO (Presidente).- Tiene la palabra, Su Se�or�a. El se�or R�OS.- Se�or Presidente, har� llegar a la Mesa una indicaci�n. No s� si esta norma est� referida a los bienes corporales de entidades religiosas correspondientes a la Ley N� 19.638, de Culto. El Ejecutivo, por su parte, tiene inter�s en poner en marcha una iniciativa legal que permite el traspaso de bienes de entidades privadas a p�blicas, evitando el pago del arancel respectivo. En estos momentos redacto una indicaci�n. Estoy seguro de que el Senador se�or N��ez me acompa�ar� en su presentaci�n. El se�or ROMERO (Presidente).-Tiene la palabra el Honorable se�or Chadwick. El se�or CHADWICK-.- Se�or Presidente, seg�n entiendo, estamos discutiendo el proyecto contenido en el bolet�n N� 3642-07. El se�or ROMERO (Presidente).- Exactamente. El se�or CHADWICK.- Pero se refiere a algo distinto: a la reducci�n del arancel del Conservador de Bienes Ra�ces para la inscripci�n de la posesi�n efectiva, que es de car�cter general y concordante con las modificaciones introducidas respecto de este tr�mite ante el Registro Civil. Se trata nada m�s que de una rebaja de tales derechos, para concordarlos con la ley que est� funcionando, y beneficia a las personas de menores recursos que deben inscribir una posesi�n efectiva. Es un proyecto s�per simple, se�or Presidente. El se�or ROMERO (Presidente).- As� es. Tiene la palabra el Senador se�or Sabag. El se�or SABAG.- Se�or Presidente, tiene raz�n el Honorable colega. La iniciativa se refiere a la inscripci�n de las posesiones efectivas, materia que abordamos en una ley especial. Y lo que se pretende es que los conservadores de bienes ra�ces eximan del pago de arancel o lo rebajen, a fin de lograr el objetivo de ese cuerpo legal. Es as� como se consigna que cuando la masa hereditaria no exceda las 15 UTA, equivalentes hoy a 5 millones 433 mil 480 pesos, quedar�n exentas del pago de ese derecho, y aquellas de hasta 16 millones 300 mil 440 pesos tendr�n una rebaja de 50 por ciento. Resulta evidente que eso favorece a las personas m�s modestas, a las que otorgamos la facilidad de inscribir las posesiones efectivas directamente ante el Servicio de Registro Civil, para evitarles contratar abogados; pero nos encontramos con que los conservadores de bienes ra�ces les cobran elevados aranceles. Lamento mucho que tengamos que legislar para fijar tales derechos, en circunstancias de que su cobro debiera haber quedado a conciencia de los propios organismos. He recibido m�ltiples reclamos en el sentido de que �stos no respetan los aranceles y cobran en exceso como si se tratara de un tr�mite normal. Reitero: lamento que hayamos de legislar en este aspecto. Y a lo mejor tendremos que volver sobre la materia, porque hay abusos -no en todas partes- que realmente exacerban el �nimo de la ciudadan�a. En todo caso, votar� a favor del proyecto. El se�or ROMERO (Presidente).- Ofrezco la palabra. Ofrezco la palabra. Cerrado el debate. Corresponde votar en general la iniciativa. El se�or RUIZ-ESQUIDE.- Que se apruebe en forma un�nime, se�or Presidente. Entiendo que es de qu�rum simple. �O necesita qu�rum especial? El se�or HOFFMANN (Secretario).- Requiere simple mayor�a, se�or Senador. El se�or ROMERO (Presidente).- En votaci�n electr�nica la idea de legislar. El se�or HOFFMANN (Secretario).- �Alg�n se�or Senador no ha emitido su voto? El se�or ROMERO (Presidente).- Terminada la votaci�n. --Se aprueba en general el proyecto (28 votos afirmativos). Votaron los se�ores Arancibia, Boeninger, Bombal, Cariola, Chadwick, Coloma, Cordero, Fern�ndez, Flores, Gazmuri, Matthei, Moreno, Mu�oz Barra, Naranjo, N��ez, Ominami, Orpis, Parra, Prokurica, R�os, Ruiz-Esquide, Sabag, Vald�s, Vega y Viera-Gallo. El se�or ROMERO (Presidente).- Hago presente que se agregaron los votos favorables de los Senadores se�ores Foxley, Mart�nez y Canessa, que no hab�an quedado registrados. La indicaci�n que recibimos del Honorable se�or R�os es muy interesante; pero la exenci�n de tributos escapa de nuestras facultades. El se�or R�OS.- No son tributos, sino aranceles, se�or Presidente. El se�or ROMERO (Presidente).- �sa es materia de iniciativa exclusiva del Ejecutivo, se�or Senador. En todo caso, durante el tr�mite de segundo informe tendremos oportunidad de examinar el punto. Si le parece a la Sala, se fijar� plazo para formular indicaciones hasta el 6 de abril, a las 12. --As� se acuerda. ACUERDO SOBRE CONSERVACI�N DE ALBATROS Y PETRELES El se�or ROMERO (Presidente).- Proyecto de acuerdo, en segundo tr�mite constitucional, que aprueba el "Acuerdo sobre Conservaci�n de Albatros y Petreles" y sus Anexos 1 y 2, adoptados el 19 de junio de 2001 en Canberra, Australia. Cuenta con informe de la Comisi�n de Relaciones Exteriores. --Los antecedentes sobre el proyecto (3654-10) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de acuerdo: En segundo tr�mite, sesi�n 23�, en 4 de enero de 2005. Informe de Comisi�n: Relaciones Exteriores, sesi�n 37�, en 16 de marzo de 2005. El se�or ROMERO (Presidente).- Tiene la palabra el se�or Secretario. El se�or HOFFMANN (Secretario).- El objetivo principal del Acuerdo es lograr y mantener un estado de conservaci�n favorable para los albatros y petreles, debiendo los Estados Partes adoptar medidas individuales o colectivas para su consecuci�n. La Comisi�n aprob� la iniciativa en general y en particular por la unanimidad de sus miembros (Senadores se�ores Coloma, Mart�nez, Mu�oz Barra, Romero y Vald�s), en los mismos t�rminos en que lo hizo la Honorable C�mara de Diputados, y propone al se�or Presidente discutirla en igual forma, de conformidad con lo dispuesto en el art�culo 127 del Reglamento. El se�or GAZMURI (Vicepresidente).- En discusi�n general y particular a la vez. El se�or COLOMA.- �Me permite, se�or Presidente? El se�or GAZMURI (Vicepresidente).- Tiene la palabra Su Se�or�a. El se�or COLOMA.- Se�or Presidente, en nombre de la Comisi�n de Relaciones Exteriores paso a informar este Acuerdo, que, como su nombre explicita, dice relaci�n a la conservaci�n de albatros y petreles. El proyecto cumple el segundo tr�mite constitucional; tuvo su origen en mensaje del se�or Presidente de la Rep�blica y, en lo fundamental, busca ratificar la aprobaci�n del Acuerdo sobre Conservaci�n de Albatros y Petreles y sus Anexos 1 y 2, adoptados el 19 de junio de 2001 en Canberra, Australia. A los efectos de la historia de la ley, la Comisi�n invit� al Subsecretario de Pesca, se�or Felipe Sandoval; al bi�logo marino asesor de esa entidad, se�or Francisco Ponce; al Jefe de la Divisi�n Jur�dica del Ministerio de Relaciones Exteriores, se�or Claudio Troncoso; al Director de Medio Ambiente de esa Cartera, se�or Cristi�n Maquieira, y al Director subrogante del Servicio Nacional de Pesca, se�or F�lix Inostroza. �Cu�l es el prop�sito del Acuerdo?: la conservaci�n de albatros y petreles. Una breve explicaci�n. La Convenci�n sobre la Conservaci�n de Especies Migratorias de Animales Silvestres, de 1979, exhort� a todos los pa�ses a realizar una acci�n de cooperaci�n internacional para la conservaci�n y gesti�n de las especies migratorias, y alent� a las Partes a celebrar acuerdos consecutivos para ir revisando peri�dicamente la situaci�n de esas aves y velar por su mantenci�n num�rica. En una reuni�n posterior de la Conferencia de Partes de la Convenci�n, realizada en Sud�frica, se estableci� que varias especies, particularmente de albatros y petreles, se hallaban amenazadas como resultado de la captura incidental de las pesquer�as. O sea, como efecto indeseado de las labores propias de la pesca se generaba una ostensible disminuci�n de este tipo de aves migratorias. De ah� que se estim� del caso firmar un acuerdo espec�fico para la conservaci�n de esas especies, el que, en lo esencial, busca cuidar que no se degrade ni altere su h�bitat; que no se reduzcan los alimentos que necesitan para mantenerse, y luchar contra la contaminaci�n que suele afectar su desarrollo. �Cu�l es la idea del Acuerdo, se�or Presidente? Establecer dos tipos de normas espec�ficas. Por un lado es proactivo, porque obliga a las Partes a conservar y restaurar los h�bitat importantes para los albatros y petreles; a eliminar o controlar las especies no aut�ctonas perjudiciales para dichas especies; a desarrollar programas de investigaci�n, capacitaci�n y comprensi�n acerca de la conservaci�n e importancia de esas aves. Adicionalmente, se proh�be en forma expresa "toda acci�n deliberada o interferencia da�ina para sacar albatros y petreles, sus huevos o sus sitios de nidificaci�n.". Las informaciones entregadas en la Comisi�n nos permiten deducir que si bien el problema no afecta especialmente a Chile, toda vez que se han ido tomando medidas para que no se generen efectos negativos, s� es importante ratificar este Acuerdo, con miras a que los esfuerzos que se realicen logren como consecuencia que esas especies migratorias, que, como se�al�, se encuentran en peligro de extinci�n, puedan mantenerse en el h�bitat internacional. Por ello, y dado que se conceden m�s atribuciones a los organismos existentes, a la Comisi�n de Relaciones Exteriores le pareci� adecuado este instrumento y propone su aprobaci�n. He dicho. El se�or GAZMURI (Vicepresidente).- Ofrezco la palabra. Ofrezco la palabra. Cerrado el debate. Si le pareciera a la Sala, se aprobar�a. --Por unanimidad, se aprueba en general y particular el proyecto de acuerdo. CONVENIO MARCO DE ORGANIZACI�N MUNDIAL DE LA SALUD PARA CONTROL DEL TABACO El se�or GAZMURI (Vicepresidente).- Proyecto de acuerdo, en segundo tr�mite constitucional, que aprueba el "Convenio Marco de la Organizaci�n Mundial de la Salud para el Control del Tabaco", con informes de las Comisiones de Relaciones Exteriores y de Salud y urgencia calificada de "suma". --Los antecedentes sobre el proyecto (3722-10) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de acuerdo: En segundo tr�mite, sesi�n 28�, en 18 de enero de 2005. Informes de Comisi�n: Relaciones Exteriores, sesi�n 36�, en 15 de marzo de 2005. Salud, sesi�n 36�, en 15 de marzo de 2005. El se�or GAZMURI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el se�or Secretario. El se�or HOFFMANN (Secretario).- El objetivo principal de la iniciativa es proteger a las generaciones presentes y futuras de las devastadoras consecuencias que el consumo de tabaco y la exposici�n al humo de tabaco tienen para la salud, la sociedad, el medio ambiente y la econom�a. El Convenio Marco exhorta a los Estados signatarios a adoptar las medidas administrativas y legislativas que sean necesarias. La Comisi�n de Relaciones Exteriores aprob� en general y particular el proyecto de acuerdo por la unanimidad de sus miembros presentes (Senadores se�ores Coloma, Mu�oz Barra, Romero y Vald�s), en los mismos t�rminos en que lo hizo la Honorable C�mara de Diputados. La Comisi�n de Salud analiz� el fondo del Convenio y lo aprob� en general y particular por la unanimidad de sus integrantes (Senadores se�ora Matthei y se�ores Boeninger, Espina, Ruiz-Esquide y Viera-Gallo), tal como lo despach� la Comisi�n de Relaciones Exteriores. Finalmente, cabe se�alar que ambos �rganos t�cnicos proponen al se�or Presidente discutir la iniciativa en general y particular a la vez, de conformidad con lo dispuesto en el art�culo 127 del Reglamento. El se�or GAZMURI (Vicepresidente).- En discusi�n general y particular. El se�or RUIZ-ESQUIDE.- �Me permite, se�or Presidente? El se�or GAZMURI (Vicepresidente).- Tiene la palabra, Su Se�or�a. El se�or RUIZ-ESQUIDE.- Se�or Presidente, este Convenio Marco -ya aprobado por 57 pa�ses- se origin� en la Organizaci�n Mundial de la Salud como un mecanismo para lograr una suerte de acuerdo internacional entre todos los Estados asociados en orden a dictar legislaciones relativamente concordantes en torno a cuatro o cinco objetivos b�sicos: disminuir la tasa de fumadores en todas las naciones; rebajar la posibilidad de muerte o de enfermedades graves en los fumadores; reducir el n�mero de ni�os que adquieren la costumbre de fumar; bajar el costo de la atenci�n m�dica para tales personas y lograr as� que tengan una mejor calidad de vida, lo que constituye el centro de las obligaciones de dicho organismo. El proyecto, como se se�al�, fue aprobado por unanimidad en las dos Comisiones. El debate se refiri�, b�sicamente, a las alt�simas cifras acerca del consumo de tabaco que exhibe Chile en comparaci�n con los dem�s pa�ses y a la necesidad de reforzar la legislaci�n que hace ocho a�os aprobamos con relaci�n a la materia, para lo cual es bueno contar con este Convenio Marco, que nos permitir� alcanzar cierta uniformidad en esa tarea. A su vez, en la Comisi�n de Salud nos pareci� -y el informe respectivo as� lo se�ala- que esas cifras son demostrativas de que una ley, aunque por s� sola no es capaz de lograr ventajas comparativas, ayuda a disminuir la tasa de fumadores y, por ende, la de enfermedades. As� lo comprueba la aplicaci�n de la normativa que dictamos ocho a�os atr�s: al comienzo se mantuvo un alza, pero luego se empez� a generar una meseta de fumadores. Y en ese sentido creo que avanzamos. Asimismo, surgi� una discusi�n importante, tanto en la Comisi�n de Relaciones Exteriores -a la cual asist� como observador- como en la de Salud, relativa a los litigios que se est�n llevando a cabo contra las empresas que producen tabaco y que, fundamentalmente, son de tres tipos: El primero consiste en que en un momento determinado se ocult� informaci�n, lo cual llev� a una serie de conflictos que concluyeron en alegatos, especialmente en las cortes federales de Estados Unidos. En segundo lugar, no s�lo se ocult� informaci�n, sino que en ciertas ocasiones se tergivers�. Y en tercer t�rmino, se han agregado elementos aditivos -m�s bien, yo dir�a, "adictivos"- que perjudican en particular a los ni�os. Esto constituye el alegato final de la Organizaci�n Mundial de la Salud con respecto a la fabricaci�n de tabaco. Por �ltimo -y ser� muy breve para que podamos despachar el proyecto de acuerdo hoy d�a-, los m�dicos que asistieron a la Comisi�n de Salud (expertos en especialidades relacionadas con el tabaco: enfermedades neurol�gicas, broncopulmonares y cardiocirculatorias) concordaron con la forma en que se est� conduciendo en Chile la pol�tica sobre la materia, que, de aprobarse la iniciativa en comento, permitir� modificar la normativa legal vigente, avanzar en los temas que el Convenio propone -no es del caso detallarlos ahora- y lograr los objetivos que mencion�. La preocupaci�n de la Comisi�n radica, primero, en que no hay duda de que existe una relaci�n causa-efecto; segundo, en que estamos en presencia de una epidemia; y tercero, en que el bien com�n nos autoriza para dictar leyes que de alguna manera limiten el derecho de la gente a fumar, entendiendo tambi�n que para las personas la salud constituye, no s�lo un derecho, sino tambi�n un deber que han de cumplir para con ellas mismas y para con la comunidad. Quien fuma -lo sabemos- hace fumar a las personas que se encuentran a su lado. Y es a �stas a las que m�s queremos preservar. Con el objeto de no alargar el debate, en mi calidad de Presidente de la Comisi�n de Salud e interpretando sus puntos de vista, solicito al Senado que preste su aprobaci�n al proyecto de acuerdo. De este modo, como el se�or Ministro del ramo nos expres�, estaremos en condiciones de analizar la iniciativa que modifica nuestra legislaci�n. Se�or Presidente, las personas que dejaron de fumar han mejorado su condici�n general y est�n cada d�a m�s l�cidas, al igual que el se�or Senador que se halla delante de m�. El se�or VALD�S.- As� es. El se�or RUIZ-ESQUIDE.- Pienso que todos estamos de acuerdo en que se trata de un buen instrumento legal. El se�or GAZMURI (Vicepresidente).- �Recomiendo a Su Se�or�a no hacer alusiones personales a quienes padecen esta adicci�n�! Tiene la palabra el Honorable se�or Viera-Gallo. El se�or VIERA-GALLO.- Se�or Presidente, �ste es un tema extremadamente serio. En la Humanidad existe conciencia creciente acerca de los da�os que produce el tabaco -no los que puede producir, sino los que de hecho provoca-, tanto en el incremento de enfermedades cardiovasculares como en el de otro tipo de dolencias. Fruto de ello son los numerosos juicios que los habitantes de Estados Unidos han entablado y ganado a las grandes empresas tabacaleras. Como consecuencia de lo anterior, la Organizaci�n Mundial de la Salud elabor� este primer Convenio de salud p�blica a nivel internacional -que ya se encuentra vigente-, suscrito tambi�n por Chile y al que esperamos adherir en plenitud con la ratificaci�n del Senado. El problema es doble. Evidentemente, el fumar es un mal, no un bien, y hace da�o. Sin embargo, como los Estados se dan cuenta de que no pueden intervenir en la libertad de las personas hasta el punto de prohibirles absolutamente el consumo de tabaco, a trav�s de este Convenio Marco buscan restringirlo por v�as directas y, sobre todo, indirectas. Ello se logra advirtiendo del da�o que causa, poniendo cortapisas a la publicidad del tabaco, educando respecto de sus consecuencias y alzando los impuestos que lo gravan. En cuanto a las ideas generales del Convenio, todos coincidimos con ellas y por eso el proyecto de acuerdo fue aprobado un�nimemente tanto en la Comisi�n de Relaciones Exteriores como en la de Salud. Distinto ser�, en cambio, lo atinente a la dictaci�n de una Ley del Tabaco, que regular� en forma m�s precisa entre nosotros los principios generales que Chile acepta como obligaci�n internacional a trav�s de este Convenio Marco. En esta materia la situaci�n ser� m�s compleja. Evidentemente, en nuestro pa�s existe una alta tasa de consumo de cigarrillos. Es sorprendente la edad en que se comienza a fumar. Por lo tanto, todo hace prever que el problema seguir� en aumento. Por eso, cuando discutamos proyecto de ley relacionado con esta materia -el Ministerio de Salud ya casi lo tiene listo-, es muy probable que en el Senado haya posiciones diversas. Porque, por ejemplo, �hasta d�nde estaremos de acuerdo que en las cajetillas de cigarrillos se diga, con n�tida o meridiana claridad, que "El tabaco produce c�ncer", y no que "El tabaco puede producir c�ncer", a lo cual nos obligamos a trav�s de este Convenio Marco? �Cu�l va a ser el tama�o del aviso? �sa ser� una gran discusi�n. Los se�ores Senadores saben que la Contralor�a General de la Rep�blica no ha dado curso al reglamento con que el Ministerio de Salud pretend�a cambiar las frases "puede producir c�ncer" por "produce c�ncer". Ello obedece a que no cuenta con un sustento legal suficiente; pero lo tendr� con la nueva ley. El segundo tema objeto de debate apunta a lo siguiente. �Hasta d�nde abarcar� la prohibici�n relacionada con la publicidad del tabaco? Se nos inform� que las empresas -sobre todo Chiletabacos- no promueven su producto por televisi�n, pero lo hacen en los eventos deportivos y en las calles. El esp�ritu del Convenio Marco es que ojal� no sea publicitado. A eso se podr�a llegar en caso de cumplirse hasta el extremo con lo que dispone el Convenio. �Hasta d�nde se pretende llegar con la prohibici�n de publicidad del tabaco? Sin duda, sobre tal punto tambi�n surgir�n opiniones distintas en esta Corporaci�n: algunos ser�n m�s sensibles a los requerimientos del mercado, y otros, a las exigencias de la salud p�blica. El tercer aspecto que deseo destacar dice relaci�n a la tasa de los impuestos. Se considera que ella es alta en Chile. Tal vez alguien podr�a sostener que ser�a conveniente aumentarla y que, por consiguiente, eso provocar�a una menor demanda en el consumo de tabaco. Sin embargo, como contrapartida se presentar�a el problema del contrabando. Al respecto, en la medida en que el Convenio en estudio sea aprobado universalmente o por la inmensa mayor�a de los Estados, es posible que tal situaci�n se traduzca en una cortapisa para ese tipo de pr�ctica. Pero, en verdad, el tema de mayor controversia, como ha ocurrido en otros pa�ses -cito el caso de Italia-, es hasta d�nde la ley puede garantizar espacios libres de humo de cigarrillos. Ciertamente, en Chile existe consenso cuando se trata de determinados recintos cerrados, porque en general ya no se fuma en los trenes, ni en los buses, ni en los aviones ni en el cine. Adem�s, los profesores no deber�an hacerlo en las escuelas delante de sus alumnos. Ahora bien, �qu� pasar� con los restoranes? En Italia la nueva ley proh�be fumar en esos recintos cerrados, as� como en bares o locales por el estilo. �Chile seguir� dicho ejemplo, o va determinar que haya restoranes para gente con esa adicci�n y otros para personas que no la tienen? Porque eso de que existan sectores para no fumadores no sirve de nada. �Es un enga�o! El problema es saber si, frente al derecho que algunos creen tener de fumar, el Estado les garantizar� que lo pueden hacer en determinados espacios, los cuales obviamente deber�n ser minoritarios. En todo caso, �se es un cambio cultural muy fuerte, pues no est� en nuestra idiosincrasia el que se indique: "En este restor�n no se puede fumar". Lo mismo en un bar o en cualquier otro recinto cerrado. Si uno piensa, por ejemplo, en los locales de teletrak -donde hay mucho nerviosismo en quienes gustan de la h�pica-, �qu� pasar� si se determina que en ellos est� prohibido fumar? Creo que �se ser� un punto de gran discusi�n en el Parlamento. Me alegra, se�or Presidente, que este debate coincida con las campa�as parlamentarias y presidencial, pues sin duda es uno de aquellos temas que, como se dice ahora, interesa mucho a la gente. A las personas les gusta saber d�nde pueden fumar y en qu� lugar est� prohibido hacerlo; o, cuando no se es adicto al tabaco, en qu� parte puede fumar el se�or o la se�ora que est� al lado. A mi juicio, es importante que sobre estos temas -y no lo tomen a la ligera- ojal� pudiera haber un cierto pronunciamiento por parte de quienes se someter�n por primera vez al veredicto popular o de los que postulan a la reelecci�n. En tales circunstancias, evidentemente no es factible eludir esa disyuntiva, porque o se fuma o no se fuma; o bien, se est� con los adictos al tabaco o no se est� con ellos. Es muy dif�cil encontrar una posici�n ambigua al respecto, sobre todo en lo referente a los asuntos que plante� anteriormente y que son controvertidos. Todos estamos de acuerdo con las buenas palabras y, a veces, hasta un poco cansados de ellas. Pero el problema ha de surgir despu�s, cuando entremos a las normas precisas, aquellas que implicar�n una obligaci�n para los establecimientos e incidir�n en la conducta de las personas. Tal vez los ciudadanos que nos eligieron para representarlos en el Senado ignoran lo que estamos votando esta tarde. Probablemente no lo sepan, como tampoco que el se�or Ministro de Salud -quien pr�cticamente tiene elaborado el anteproyecto- pueda estar preparando una gran sorpresa a la ciudadan�a, sea porque algunos van a considerar demasiado radical y dr�stica la iniciativa, o porque otros, por el contrario, estimar�n que es muy blanda o inocua. No se sabe. Se�or Presidente -con esto termino-, cuando nos corresponda pronunciarnos sobre esa normativa, por lo menos yo, que no soy fumador, intentar� colaborar para que ella sea lo m�s dr�stica posible. Porque, en mi opini�n, lo que debe primar es la salud p�blica. Ahora bien, si mis electores deciden otra cosa y apoyan, no a mi colega el Honorable se�or Sabag -ser�a una maravilla su elecci�n, porque as� volver�amos a doblar-, sino a alguno de la Oposici�n que le guste fumar� La se�ora MATTHEI.- �O a "alguna"! El se�or VIERA-GALLO.- Evidentemente, o a alguna, aunque a las mujeres, por lo general, no les gusta fumar. En ese caso, habr�a una dificultad. Pero creo importante no esconder este debate frente a la opini�n p�blica. El se�or GAZMURI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Naranjo. El se�or NARANJO.- Considero de suma importancia para la salud de los chilenos que el Senado discuta la ratificaci�n del Convenio Marco de la Organizaci�n Mundial de la Salud para el Control del Tabaco. Sin lugar a dudas, como lo se�alan diversos estudios internacionales, el tabaquismo es uno de los principales flagelos que afectan la salud de las personas en el mundo. De acuerdo con las estad�sticas, casi 5 millones mueren al a�o por su causa, lo que permite afirmar, sin temor a equivocarse, que ning�n otro producto de consumo humano resulta tan peligroso o mata a tantos individuos como el tabaco. Chile no est� al margen de esa situaci�n, pues es uno de los pa�ses con mayores �ndices de tabaquismo, principalmente entre los j�venes y las mujeres. En efecto, cada a�o alrededor de 13 mil personas fallecen por patolog�as relacionadas con el consumo de tabaco o por la exposici�n al humo que �ste produce. M�s a�n, se estima que el 17 por ciento de la mortalidad general y el 11 por ciento de la mortalidad infantil se deben al consumo materno. Estas cifras -muy fr�as, pero que dan cuenta de hombres y mujeres, e incluso ni�os, de rostros concretos que mueren a causa del tabaco- nos obligan a tomar la importante decisi�n de aprobar hoy este Convenio Marco. Lamentablemente -debemos se�alarlo-, nos hemos demorado mucho: viene del 21 de mayo del 2003. Creo necesario hacer referencia a la legislaci�n vigente en materia de tabaco. Me refiero, en particular, a la ley N� 19.419. Todos sabemos que ella presenta serias deficiencias. Han transcurrido nueve a�os desde su promulgaci�n y a�n -eso es lo parad�jico- no se aprueba su reglamento, especialmente en lo que dice relaci�n a la advertencia, tanto para los envases como para las acciones publicitarias del producto. De acuerdo con la norma vigente, el 10 por ciento de la superficie del avisaje publicitario en carreteras o en las propias cajetillas debiera advertir que el tabaco produce c�ncer. Sin embargo, ma�osamente se burla, una y otra vez, dicho precepto. Cuando uno aprecia la propaganda, se percata que pocas veces -por no decir nunca- se cumple ese requisito. A�n m�s, las propias cajetillas tampoco lo hacen. Otros pa�ses del mundo, en cambio, tienen una legislaci�n bastante m�s avanzada, sobre todo en lo relativo a la advertencia. Como bien recordaba el Senador se�or Viera-Gallo, todav�a est� pendiente lo relativo a la frase de advertencia. Seg�n estudios cient�ficos, no cabe duda alguna de que el tabaco produce c�ncer. No obstante, nosotros seguimos diciendo en nuestras advertencias que "puede producir c�ncer". �Por qu�? Porque la actual ley tiene un vac�o: habla de una probabilidad y no de una certeza. Por consiguiente, espero que, una vez que aprobemos este Acuerdo Marco, se hagan las modificaciones correspondientes a fin de que en el articulado que dice relaci�n a la advertencia no se hable ya de probabilidad, sino de certeza. Ello va a permitir que nuestra Contralor�a �lo que no ha podido hacer en diversos dict�menes- resuelva que la advertencia, en vez de decir: "El tabaco puede producir c�ncer", se�ale, lisa y llanamente: "El tabaco produce c�ncer". En otros pa�ses, se dice derechamente: "El tabaco mata". Por poner un caso cercano, en Brasil, en la cara frontal de las cajetillas y no en la lateral, hay im�genes de los efectos da�inos que provoca el c�ncer en las personas. De esa manera, se podr�a disminuir el consumo de tabaco en el pa�s, el que, como muy bien se se�alaba, ha crecido significativamente, sobre todo en menores y en mujeres. La aprobaci�n de este Convenio Marco nos va a permitir, en definitiva, tener una pol�tica de Estado con relaci�n al tabaco. Deseo mencionar algunas iniciativas que he presentado con otros Parlamentarios, particularmente en lo atinente a las restricciones, en el �nimo de hacer concordante la nuestra con la legislaci�n internacional y con los desaf�os que enfrentaremos con la aprobaci�n de este Acuerdo. Una de ellas establece la prohibici�n de todo afiche cercano a establecimientos educacionales, ll�mense escuelas o liceos. Esperamos que el Ejecutivo apoye esta iniciativa, a fin de impedir cualquier publicidad de tabaco a menos de 300 metros de dichos planteles. �Por qu� es importante esto, se�or Presidente? Porque est� comprobado, y las tabacaleras lo saben mejor que nosotros, que las compa��as necesitan un "ej�rcito de reemplazo" para el consumo de tabaco. Y es justamente en los menores en quienes encuentran el terreno m�s f�rtil para tener ma�ana ese contingente. Est� demostrado que basta que los menores de 15 a�os fumen una vez para que se transformen en potenciales adictos al tabaco. De ah� que las empresas del rubro realicen una fuerte campa�a publicitaria cerca de establecimientos educacionales que muestra al tabaco como sin�nimo de �xito, de que a las personas les va bien con su consumo. En el caso de los menores de edad, se dice que quienes tienen posibilidad de escoger ni�as o j�venes bonitos como pareja o que cuentan con mayor probabilidad de relacionarse socialmente con otros son aquellos que fuman y no los que no lo hacen. Y as� los menores se dejan contagiar por esa publicidad y se transforman en potenciales consumidores de tabaco y en adictos. De la misma forma, va a ser fundamental prohibir en los establecimientos deportivos -porque resulta un absoluto contrasentido permitirla- cualquier tipo de publicidad del producto. Es tan efectivo lo que se�alo, se�or Presidente, que muchos de los grandes premios del automovilismo, principalmente financiados a nivel mundial por las empresas de tabaco, en los pa�ses en donde se realizan las competencias, poco a poco, con la nueva legislaci�n, han tenido que ser eliminados por no contar con financiamiento de la industria. Eso determina que dichos eventos deportivos muchas veces no puedan llevarse a cabo. Es importante destacar que, debido a que nuestra legislaci�n no dispone lo contrario, actualmente cualquier menor de diez a�os puede comprar tabaco en un local comercial f�cilmente o sin dificultad. Tal vez no lo quiera para �l, pero no existe impedimento para que lo haga. Espero que a partir de este Acuerdo Marco rectifiquemos nuestra legislaci�n y quede expresamente vedado este tipo de venta, as� como cualquier clase de publicidad dirigida a menores de 18 a�os. De la misma forma, estimo conveniente la prohibici�n absoluta de fumar en lugares p�blicos. En nuestro pa�s, hemos avanzado de modo significativo en ese aspecto; sin embargo, nuestra legislaci�n todav�a es deficiente. Aqu� se hac�a menci�n particularmente a los lugares de esparcimiento. Hoy d�a, la legislaci�n internacional establece en forma expresa que en un "pub", restor�n o discoteca debe haber recintos separados para fumadores. Ello, porque est� absolutamente comprobado que el humo del cigarrillo es tan da�ino como fumar. �Qu� ocurre hoy en Chile? Uno entra a un lugar p�blico y ve un letrero que dice: "�rea de no fumadores"; pero en definitiva, por ser los recintos estrechos, terminan todos fumando. Tal problema se ha resuelto en otros pa�ses de la siguiente manera: en lugares p�blicos -restoranes o "pubs"-, se crean �reas absolutamente aisladas para los fumadores, de modo que quien no fume cuente con una parte no contaminada. En el mismo sentido -como lo manifest� denantes-, la advertencia tiene que ser absolutamente clara. �Basta de ambig�edades! Espero que con la aprobaci�n del Acuerdo Marco de una vez por todas se introduzcan las modificaciones respectivas a la ley vigente y se deje de lado lo que se describe ahora como probabilidad y se diga que el da�o del tabaco es una certeza. Se�or Presidente, en definitiva, creo que cada vez m�s hombres y mujeres j�venes en nuestro pa�s toman conciencia de los da�os que provoca esta sustancia. Por otro lado -deseo ser muy preciso-, entiendo que haya personas a las que les guste fumar. No se trata de que quienes estamos por la otra opci�n queramos prohib�rselo. Si quieren, que lo hagan. No hay inconveniente alguno. Pero debemos ser muy claros en advertir a la poblaci�n sobre los da�os que este h�bito produce. F�jese, se�or Presidente, que tanto la legislaci�n de Costa Rica como la de Panam� contemplan un impuesto especial para enfrentar las enfermedades provocadas por el c�ncer, el cual deben pagar los fumadores. Sin embargo, en Chile todos estamos obligados a solventar esos gastos en salud a trav�s del Estado. En otras naciones se ha llegado a establecer un tributo espec�fico al tabaco, pero aun as� un porcentaje es destinado �nica y exclusivamente a mejorar la infraestructura hospitalaria para los fumadores que el d�a de ma�ana puedan enfermar de c�ncer. Ser�a interesante que nuestro pa�s dispusiera una proporci�n de los impuestos que hoy percibe por tal concepto para atender a quienes en el futuro padezcan ese mal. En definitiva, con la aprobaci�n de este Acuerdo Marco, no s�lo entregamos una clara se�al de que nos jugamos por la salud de nuestros compatriotas, sino que tambi�n damos un paso importante en la protecci�n de sus vidas. He dicho. --(Aplausos en tribunas). El se�or GAZMURI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Sabag. El se�or SABAG.- Se�or Presidente, es un hecho universalmente aceptado que el consumo de tabaco genera devastadoras consecuencias en la salud de las personas, en la sociedad, en el medio ambiente, como asimismo graves da�os econ�micos a las naciones. El presente Convenio Marco tiene por objeto proteger a la infancia y a la juventud para que no contraigan el h�bito y apoyar a los fumadores que deseen dejarlo. El Ministerio de Salud, dentro de sus prioridades, se ha propuesto reducir el consumo de tabaco en la poblaci�n en general hasta en 35 por ciento; en los escolares de octavo b�sico, hasta en 26 por ciento, y, en las mujeres en edad f�rtil, hasta en 11 por ciento. Dicha Secretar�a de Estado estima que en Chile fallecieron 13 mil 844 personas el 2002 como consecuencia del tabaquismo. Por otra parte, se est�n implementando pol�ticas destinadas a crear ambientes libres de humo de tabaco. Y, desde el punto de vista cultural, se procura contribuir a cambiar el paradigma social sobre tabaquismo, de tal modo que fumar se considere un h�bito socialmente rechazado. Ello deber� ser complementado con una fuerte campa�a informativa acerca de sus efectos nocivos para la salud. Otro de los temas que se han considerado es el aumento del impuesto al tabaco. En esta materia, Chile ostenta el tercer lugar en el mundo, con una tasa que alcanza a 77 por ciento. El consumo de tabaco, seg�n los estudios, se inicia en la juventud y su adicci�n permanece durante toda la vida. Se estima que la mitad de los fumadores morir� por causas asociadas a ese vicio. Por otra parte, el costo en salud originado por las enfermedades derivadas del tabaquismo exceden los cientos de miles de millones de pesos. Muchos han querido explicar el aumento del consumo de tabaco sobre la base del estr�s de la vida urbana. Se se�ala que el incremento de dicho h�bito en las mujeres obedece a la necesidad de buscar sensaciones compensatorias, adem�s de la presi�n del medio ambiente. El Convenio Marco deber� ser el punto de partida para normar sobre los temas que en �l se plantean y respecto de los cuales carecemos de legislaci�n. El documento denominado "Fundamentos t�cnicos para las medidas de control del consumo de tabaco en Chile", elaborado por la Divisi�n de Rector�a y Regulaci�n Sanitaria del Ministerio de Salud en diciembre del a�o pasado, deber�a servir de base para desarrollar una nueva legislaci�n sobre esta materia. Por las razones expuestas, dar� mi aprobaci�n al proyecto de acuerdo. El se�or GAZMURI (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Senadora se�ora Matthei. La se�ora MATTHEI.- Se�or Presidente, muchas veces nos ha tocado o�r acerca de los problemas de salud que ocasiona el consumo de tabaco. Todos hemos escuchado a los m�dicos se�alar que efectivamente puede provocar da�os card�acos, respiratorios, c�ncer, etc�tera. Sin embargo, cuando uno lee literatura seria, basada en datos proporcionados por el Banco Mundial, por la Organizaci�n Mundial de la Salud y diversos investigadores �en realidad, quer�a informarme m�s acerca de la materia que nos ocupa-, se da cuenta de que el tema del tabaco es horroroso, es much�simo peor de lo que alguien pueda imaginar. Estad�sticas internacionales demuestran que la vida se acorta aproximadamente en diez a�os debido al consumo de tabaco. Es decir, las personas que fuman en general viven alrededor de diez a�os menos que los que no lo hacen. �Es algo incre�ble! Se dice que fumar es el problema. Pero, sin duda, gran parte de �l lo constituye el humo. Por lo tanto, no s�lo produce da�o a la persona que fuma, sino tambi�n a quienes la rodean. En el caso de una madre, los efectos nocivos que genera al hijo que est� por dar a luz o al que vive en un ambiente de humo y de tabaco son enormes. Por ejemplo, puede provocar disminuci�n de peso en los reci�n nacidos o dar origen a enfermedades respiratorias. Otro aspecto que queda clar�simo al leer los referidos documentos es el problema adictivo. A mi juicio, se habla demasiado poco sobre la adicci�n que produce el cigarro, que es similar a la de las drogas. Para muchas personas dejar de fumar es pr�cticamente imposible. La dificultad radica en que la gente muchas veces decide fumar a una edad en la que no est� consciente de los efectos nocivos que ese h�bito origina en la salud, ni de la adicci�n que le va a provocar y, menos a�n, de que probablemente no podr� dejarlo cuando desee hacerlo. Uno ve que las personas se inician en el consumo del tabaco a una edad cada vez menor. Y ello es muy perjudicial, porque mientras m�s joven sea el consumidor menos consciente se halla de las tres funestas consecuencias antes mencionadas: del da�o a la salud, de la adicci�n y de la dificultad que tendr� para dejar el vicio el d�a de ma�ana. Por eso, entidades tan serias como el Banco Mundial y la Organizaci�n Mundial de la Salud han considerado el tabaquismo como un problema no s�lo de salud, sino tambi�n econ�mico. En verdad, �ste es s�lo un Acuerdo Marco. Con posterioridad, tendremos que discutir diversas iniciativas legales para ver c�mo podemos llevar a la pr�ctica la decisi�n de disminuir la cantidad de fumadores. Hay aspectos sobre los cuales deberemos preocuparnos de todas maneras. Uno es el empaquetado y el etiquetado. No es dable seguir diciendo que el cigarro "puede causar c�ncer", cuando la evidencia demuestra que la incidencia de c�ncer entre fumadores y no fumadores puede llegar a ser de cinco a uno, de diez a uno, de veinte a uno. O sea, es cierto que lo produce. No en todas las personas, pero la propensi�n es enorme. Es evidente que tendremos que ver c�mo evitar que la juventud empiece a fumar. Es preciso tomar algunas precauciones para que le sea lo m�s dif�cil posible. Porque, como digo, los menores de edad son mucho menos conscientes del da�o que ello les provoca. Asimismo, hay que analizar en qu� lugares se puede consumir tabaco y en cu�les no. Porque, como dec�a el Honorable se�or Viera-Gallo, la existencia de un �rea para fumadores y otra para no fumadores es un chiste, toda vez que el aire se mezcla y al final uno se convierte en fumador pasivo qui�ralo o no. S�lo se permitir�a en recintos absolutamente apartados para unos y otros. Por otro lado, es tan severo el problema econ�mico que produce el tabaquismo que incluso ha habido una discusi�n bastante de fondo sobre qu� ocurre con los costos, por ejemplo, de la salud y de las pensiones. Algunos sostienen que los no fumadores est�n subsidiando el vicio a los fumadores, porque, como �stos tienen mayor riesgo de contraer c�ncer, de alguna manera aqu�llos contribuyen a pagar los costos de las enfermedades derivadas del consumo de tabaco. Otros se�alan que no, dado que quienes han adquirido el h�bito en general mueren diez a�os antes y al final cuestan menos. Pero es horroroso decir esto. Muchos fallecen cuando todav�a son jefes de hogar, est�n en edad productiva, o deben sacar adelante a una familia. Hay mujeres que mueren a causa del tabaco, dejando a sus ni�os abandonados. En fin, el drama es enorme, m�s all� de su dimensi�n econ�mica. En lo que dice relaci�n a las pensiones, si bien todos cotizamos igual, los fumadores, que viven alrededor de diez a�os menos, probablemente van a dejar una herencia previsional mayor. La muerte por invalidez y la que se produce en edad activa tambi�n se dan con m�s frecuencia entre estas personas. Los alcances de este problema son tan grandes y las estad�sticas, tan insuficientes que se requiere hacer un esfuerzo para determinar si hay subsidios cruzados, de d�nde vienen, hacia d�nde van, d�nde debi�ramos apuntar los mayores costos, etc�tera. Respecto del tema de los impuestos, se�or Presidente, se discuti� bastante. Toda la literatura ha mostrado que, sin duda, mayores tributos generan menor consumo de tabaco. Muchos opinan lo contrario, argumentando que la adicci�n es tan fuerte que al final la gente sigue fumando igual pero cigarros m�s baratos. Sin embargo, la evidencia indica que dicha medida s� producir�a una disminuci�n en el consumo, sobre todo en los m�s j�venes -que es el sector que m�s nos interesa- y en las personas de menores ingresos. Por otra parte, se dice: "Chile ya est� en el umbral m�ximo de impuesto al tabaco; por lo tanto, si lo aumentamos, lo �nico que obtendremos ser� m�s contrabando y no, menos consumo". �ste es un punto que debemos estudiar. Ser�a terrible que elev�ramos los tributos y despu�s percibi�ramos que el tr�fico de cigarros nos ha invadido, pues los contrabandistas no pagan impuestos y la gente seguir�a muriendo o enfermando. En Chile no es f�cil controlar este delito, porque, como Sus Se�or�as saben, los cigarrillos se venden sueltos, lo que hace imposible verificar si la cajetilla pag� o no pag� el impuesto pertinente. Las dimensiones de este problema son realmente enormes. Por ello, me alegro de que demos un paso importante para entender que �ste es un tema fundamental. Creo que ni siquiera nosotros, que somos legisladores, estamos realmente conscientes del tremendo impacto y perjuicio que produce el tabaco en la salud, en la econom�a familiar, etc�tera. La verdad es que el tabaco es un veneno y, lo peor de todo, un veneno adictivo, que incluso hace da�o no s�lo a quien fuma, sino tambi�n a los que rodean a esa persona. En consecuencia, se�or Presidente, nosotros vamos a apoyar el Convenio Marco, a pesar de que tenemos claro que van a venir discusiones que no ser�n f�ciles. De hecho, el proyecto tambi�n presenta un componente constitucional, que ser� analizado -espero- por otros se�ores Senadores. Sin embargo, no me cabe duda de que debemos hacer algo para frenar la iniciaci�n en el consumo del tabaco, sobre todo de los j�venes, quienes no est�n conscientes de todos los da�os que esto les puede causar ni de los problemas que les generar� a futuro cuando toman la decisi�n de fumar, muchas veces asumida de forma fr�vola: en una fiesta, por imitar a un amigo, porque alguien les convid�, etc�tera. Las consecuencias de esa decisi�n, que por lo general es muy a la ligera, pueden ser feroces en la vida de ese joven. --(Aplausos en tribunas). El se�or GAZMURI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el �ltimo inscrito, el Senador se�or Coloma, y despu�s se proceder� a votar. El se�or COLOMA.- Se�or Presidente, concuerdo plenamente con quienes me han antecedido en el uso de la palabra, en cuanto a que �ste es uno de los asuntos m�s interesantes que existen en el mundo real. Al leer el contenido del proyecto de acuerdo, uno se da cuenta de que trata sobre una f�rmula, una apuesta, para resolver un problema de car�cter no solamente nacional, sino tambi�n internacional del m�s alto alcance y de la mayor importancia. No quiero repetir cifras ni conceptos, porque comparto, en lo medular, todo lo planteado por quienes han hablado antes que yo. Solamente deseo referirme a dos temas. El primero dice relaci�n a que �ste es el esfuerzo internacional m�s potente que se ha emprendido para homologar un tipo de legislaci�n en funci�n de una causa com�n. Cuando se habla de globalizaci�n, usualmente se asume que los beneficios de �sta se manejan desde el punto de vista econ�mico; sin embargo, en cuanto a los problemas, no existe institucionalidad, convenio o acuerdo que les haga frente. Pero este proyecto es un ejemplo distinto: es el primer caso que representa un esfuerzo por enfrentar los males de la globalizaci�n en forma nueva y unitaria. Bien dec�an algunos exponentes en la Comisi�n de Relaciones Exteriores al se�alar que nada de esto sirve, asumiendo que realmente se quiere disminuir y combatir el consumo de tabaco, si s�lo funciona en un pa�s y no, por ejemplo, en otros veinte. Porque, en un mundo globalizado, hoy d�a se requieren ciertos acuerdos de intercambio y de pol�ticas comunes. Considero que �sta es una apuesta interesante, del todo novedosa, que tiende a homologar determinadas formas de enfrentar flagelos comunes. En ese sentido, se�or Presidente, comparto plenamente -y es en especial �til- la idea de que el mundo -hablemos de esa manera- se comprometa a dise�ar pol�ticas, planes y programas para el control del tabaco. Esto es muy potente desde el punto de vista internacional y del desarrollo nacional. Es bueno que la OMS nos convoque como legisladores a enfrentar un flagelo que afecta a todo el orbe. Porque eso est� comprobado y, a estas alturas, nadie lo puede dudar. El segundo tema que deseo plantear apunta en un sentido algo distinto, pues se trata de dejar algunas constancias. Como lo se�al� el Ministro de Salud en la Comisi�n de Relaciones Exteriores, hago presente que los tratados que sirven de convenio marco no son autoejecutantes, sino que requieren la reflexi�n y el debate de normas legales precisas, en las que se enfocar� el acuerdo que aqu� se adopte. Hay varios aspectos que estar�n en esa discusi�n, relativos a garant�as individuales, que tenemos que proteger: la libertad de expresi�n, el derecho a desarrollar una actividad econ�mica, la no discriminaci�n arbitraria, el derecho de propiedad. En su momento, hice presente al Ministro de Salud mi gran inquietud de por qu� no se proh�be el consumo del cigarro. Yo, como nunca he fumado, no tengo ning�n problema en aceptar esta medida. En lo personal, me ser�a grata. Pero entiendo que ello no va a ocurrir, porque las prohibiciones en esta materia son aparentemente negativas, ya que despiertan todo un mundo subterr�neo que se empieza a movilizar. Sin embargo, s� se plantean objeciones que, en su mayor�a, son muy razonables. Por ejemplo: lo relativo a la exposici�n al humo del tabaco; al contenido de estos productos; a la divulgaci�n de informaci�n sobre la materia; al empaquetado y etiquetado de los cigarros; a la educaci�n, comunicaci�n y formaci�n del p�blico. Estos puntos, de alguna manera, recogen los aspectos de fondo. Pero hay otros que necesitan un debate mayor, como la prohibici�n absoluta, por cinco a�os, de hacer publicidad sobre el tabaco. Tal medida requiere analizar las implicancias que eso conlleva: �c�mo se proceder�a?; �es necesario o deseable actuar de esa forma? Y, de hacerlo, siempre se deben defender las garant�as que la Constituci�n establece. Dejo en claro que no podr�a entenderse que una norma con esa prohibici�n modifica, de hecho, la Carta Fundamental. Ello ser�a extraordinariamente peligroso -no me cabe duda de que Sus Se�or�as as� lo estiman-, considerando que este Convenio Marco es obligatorio para quienes lo suscriben y que las modificaciones -�ojo con esto!- que adopten las tres cuartas partes de los miembros de la Conferencia tambi�n tendr�n ese car�cter. �ste no es un tema menor. O sea, uno podr�a pensar lo siguiente: si las tres cuartas partes de los pa�ses firmantes establecen una norma que no se aprob� en el Convenio, ella pasa a ser obligatoria para los dem�s miembros, por ser integrantes de �ste. A mi juicio, esa interpretaci�n exceder�a, con mucho, las facultades constitucionales y legales que hemos establecido para la sociedad. Adem�s, me parece que �se fue el criterio que asumi� el Ministerio de Salud. Y en la Comisi�n de Relaciones hay constancia expresa de ese punto. Por lo tanto, tiene raz�n el Senador se�or Viera-Gallo. El debate de fondo que se nos viene emanar� de la ley misma, donde se plasmar�n muchas de estas medidas, iniciativas o conceptos. En resumen, �ste es un paso muy importante; ha sido dif�cil lograrlo, y corresponde a una discusi�n que se est� desarrollando en el mundo. En tal sentido, no comparto ciertos criterios expuestos acerca de la tardanza o de la velocidad. �se es el tema de fondo que -reitero- ha dado origen a un debate que se est� registrando internacionalmente; en Europa, por ejemplo. El Honorable se�or Viera-Gallo me pide una interrupci�n, se�or Presidente. Con su venia, se la concedo. El se�or GAZMURI (Vicepresidente).- Tiene la palabra Su Se�or�a. El se�or VIERA-GALLO.- Se�or Presidente, el Senador se�or Coloma ha planteado un asunto que quisiera despejar, para que no haya duda alguna. Este Convenio no tiene nada contrario a la Constituci�n. En general, todas las normas fundamentales que establecen garant�as posibilitan poner limitaciones y obligaciones. Por ejemplo, la del derecho de propiedad permite poner -leo- "limitaciones y obligaciones que deriven de su funci�n social". �Qu� comprende la funci�n social de la propiedad? Cito: "cuanto exijan los intereses generales de la Naci�n, la seguridad nacional, la utilidad y la salubridad p�blicas", etc�tera. O sea, esta �ltima queda comprendida dentro de la funci�n social de la propiedad. De ah� que la ley pueda establecer limitaciones dr�sticas, si es necesario, por motivos de salud p�blica. Y lo mismo vale para el emprendimiento de actividades econ�micas. Lo que no se puede hacer es lesionar el derecho en su esencia. Pero aqu� no estar�a lesionado en su esencia el derecho de propiedad o el derecho a iniciar una actividad econ�mica, sino que habr�a limitaciones, las que ser�an muy dr�sticas en la medida en que la preservaci�n de la salud p�blica as� lo exigiera. Gracias. El se�or GAZMURI (Vicepresidente).- Contin�a con el uso de la palabra el Senador se�or Coloma. El se�or COLOMA.- Se�or Presidente, me parece que �ste es el debate que debemos realizar. Por ejemplo, la Constituci�n asegura "El derecho a desarrollar cualquier actividad econ�mica que no sea contraria a la moral, al orden p�blico o a la seguridad nacional". La materia en discusi�n no est� estrictamente amparada en eso; y no se trata de que no deba estarlo. Lo que yo quiero es, de alguna manera, conducir a un debate en t�rminos de que aqu� existe un principio -entiendo que ser� aprobado un�nimemente; ignoro si alguien es contrario a �l- que apunta en sentido correcto a un problema que es necesario abordar internacionalmente y que obligar� a una serie de an�lisis y al desarrollo de nuestra legislaci�n para implementarlo, pero que se contiene en un instrumento que no es autoejecutante. Particularmente por la forma de modificar nuestra legislaci�n, creo que nadie puede entender que, por la v�a del Convenio en examen, se obliga a entender algo distinto de lo que se expresa en las normas constitucionales vigentes. Eso ser�a delicado y, en mi concepto, es el tema de fondo que debemos enfrentar, para que no, por buscar un bien, generemos un conjunto de transgresiones por completo indeseables. En resumen, por las conversaciones que hemos tenido en nuestra bancada, el planteamiento que se nos hace apunta en el sentido correcto. Pero al menos quer�amos dejar consignadas nuestras prevenciones en cuanto, por un lado, a que el Convenio no es autoejecutante y s� exige un debate y una resoluci�n r�pida sobre las leyes que avanzan hacia su implementaci�n, y por otro, a que siempre vamos a tener el derecho, como Parlamento, de evaluar en su m�rito, en su constitucionalidad y en su legalidad las distintas normas que el Ministerio del ramo nos plantee en la b�squeda del objetivo que se persigue. He dicho. El se�or GAZMURI (Vicepresidente).- Con la intervenci�n del Honorable se�or Coloma, queda cerrado el debate. En votaci�n el proyecto de acuerdo. El se�or HOFFMANN (Secretario).- �Alg�n se�or Senador no ha emitido su voto? El se�or LARRA�N.- Se�or Presidente, el sistema electr�nico no me permite votar. Le ruego que consigne mi pronunciamiento favorable. El se�or GAZMURI (Vicepresidente).- As� se har�, Su Se�or�a. El se�or HOFFMANN (Secretario).- �Alg�n otro se�or Senador no ha emitido su voto? El se�or GAZMURI (Vicepresidente).- Terminada la votaci�n. --Se aprueba en general y en particular el proyecto de acuerdo (22 votos afirmativos) y queda terminada su discusi�n en este tr�mite. Votaron los se�ores Arancibia, Boeninger, Canessa, Cantero, Coloma, Cordero, Flores, Frei (don Eduardo), Gazmuri, Larra�n, Mart�nez, Matthei, Naranjo, Ominami, Orpis, Parra, Prokurica, Ruiz (don Jos�), Ruiz-Esquide, Vega, Viera-Gallo y Zald�var (don Andr�s). --(Aplausos en tribunas). El se�or GAZMURI (Vicepresidente).- Ha pedido la palabra el se�or Ministro de Salud. El se�or GARC�A (Ministro de Salud).- Se�or Presidente, s�lo deseo agradecer la votaci�n registrada. Y, muy especialmente, expreso nuestra gratitud a los miembros de las Comisiones de Relaciones Exteriores y de Salud por la r�pida tramitaci�n de este proyecto de acuerdo, reca�do en un asunto que reviste importancia para Chile. Creo que el pa�s ha dado un paso muy significativo en una pol�tica sanitaria absolutamente vital en la hora presente y se inserta de manera adecuada en el orden mundial sobre la materia. Es posible que nos hayamos demorado un poco, pero la contundencia de la votaci�n producida hace meritoria la espera en pro de asegurar una coherencia y concordancia tan masivas como las que hemos visto en el d�a de hoy. Como se expres�, m�s que imponer restricciones o prohibiciones, lo que se busca mediante este Acuerdo Marco es cambiar culturas, conductas, y fomentar el que las personas no fumen. En tal sentido, ante las solicitudes formuladas durante las intervenciones de varios se�ores Senadores, hago presente que el Ejecutivo, en los pr�ximos d�as -por no decir en las horas siguientes-, va a remitir al Parlamento un proyecto -a�n es anteproyecto- tendiente a perfeccionar la legislaci�n vigente, que, pese a ser relativamente reciente, ha quedado obsoleta en muchos aspectos frente a la evidencia cient�fica, que ha cambiado en los �ltimos a�os y permite asegurar que el tabaco es en extremo nocivo para la salud p�blica. Con dicho proyecto se pretende, b�sicamente, asegurar espacios p�blicos libres del humo del cigarrillo; clarificar la informaci�n en cuanto al da�o que �ste produce; desincentivar la publicidad, y, sobre todo -veo que hay estudiantes de colegios presentes en las tribunas-, dificultar con claridad el acceso de los menores de edad al consumo del tabaco, a la consiguiente adicci�n y al da�o posterior en la salud. Agradezco una vez m�s al Senado su voluntad por mejorar la salubridad del pa�s. Muchas gracias. --(Aplausos en tribunas). El se�or GAZMURI (Vicepresidente).- Habi�ndose cumplido su objetivo, se levanta la sesi�n. --Se levant� a las 18:28. Manuel Oca�a Vergara, Jefe de la Redacci�n