REP�BLICA DE CHILE DIARIO DE SESIONES DEL SENADO PUBLICACI�N OFICIAL LEGISLATURA 353�, ORDINARIA Sesi�n 27�, en mi�rcoles 17 de agosto de 2005 Especial (De 12:43 a 14:4) PRESIDENCIA DEL SE�OR SERGIO ROMERO PIZARRO, PRESIDENTE SECRETARIO, EL SE�OR CARLOS HOFFMANN CONTRERAS, TITULAR ____________________ � N D I C E Versi�n Taquigr�fica P�g. I. ASISTENCIA......................................................................................................... II. APERTURA DE LA SESI�N............................................................................... III. ORDEN DEL D�A: Informe de Comisi�n Especial sobre seguridad ciudadana VERSI�N TAQUIGR�FICA I. ASISTENCIA Asistieron los se�ores: --Aburto Ochoa, Marcos --Arancibia Reyes, Jorge --Boeninger Kausel, Edgardo --Bombal Otaegui, Carlos --Canessa Robert, Julio --Cantero Ojeda, Carlos --Cariola Barroilhet, Marco --Coloma Correa, Juan Antonio --Espina Otero, Alberto --Fern�ndez Fern�ndez, Sergio --Frei Ruiz-Tagle, Carmen --Frei Ruiz-Tagle, Eduardo --Garc�a Ruminot, Jos� --Gazmuri Mujica, Jaime --Horvath Kiss, Antonio --Larra�n Fern�ndez, Hern�n --Mart�nez Busch, Jorge --Matthei Fornet, Evelyn --Moreno Rojas, Rafael --Mu�oz Barra, Roberto --Naranjo Ortiz, Jaime --Novoa V�squez, Jovino --N��ez Mu�oz, Ricardo --Ominami Pascual, Carlos --Orpis Bouch�n, Jaime --Parra Mu�oz, Augusto --Pizarro Soto, Jorge --Prokurica Prokurica, Baldo --R�os Santander, Mario --Romero Pizarro, Sergio --Ruiz De Giorgio, Jos� --Ruiz-Esquide Jara, Mariano --Sabag Castillo, Hosa�n --Silva Cimma, Enrique --Stange Oelckers, Rodolfo --Vega Hidalgo, Ram�n --Zald�var Larra�n, Adolfo --Zald�var Larra�n, Andr�s --Zurita Camps, Enrique Concurrieron, adem�s, el se�or Ministro de Educaci�n y el se�or Subsecretario del Interior. Actu� de Secretario el se�or Carlos Hoffmann Contreras, y de Prosecretario, el se�or Jos� Luis Alliende Leiva. II. APERTURA DE LA SESI�N --Se abri� la sesi�n a las 12:43, en presencia de 16 se�ores Senadores. El se�or ROMERO (Presidente).- En el nombre de Dios, se abre la sesi�n. III. ORDEN DEL D�A INFORME DE COMISI�N ESPECIAL SOBRE SEGURIDAD CIUDADANA El se�or ROMERO (Presidente).- La presente sesi�n especial, convocada en virtud de lo dispuesto en el N� 2� del art�culo 67 del Reglamento, tiene por objeto ocuparse en el informe de la Comisi�n Especial sobre Seguridad Ciudadana, que da cuenta del estudio efectuado en ese �mbito y formula recomendaciones. Tiene la palabra el se�or Secretario. El se�or HOFFMANN (Secretario).- El Senado, con fecha 9 de septiembre de 2003, aprob� un proyecto de acuerdo mediante el cual se cre� una Comisi�n Especial encargada de estudiar los distintos aspectos que inciden en el tema de la seguridad ciudadana y formular proposiciones al respecto. Dicha Comisi�n qued� integrada por los Honorables se�ores Frei -quien fue elegido Presidente-, Cordero, Espina, N��ez y Stange. En el informe pertinente, se deja constancia de haberse escuchado las opiniones de los se�ores Ministros del Interior y de Justicia; del se�or Presidente de la Sala Penal de la Excelent�sima Corte Suprema; del se�or Fiscal Nacional; del se�or General Director de Carabineros; del se�or Director General de la Polic�a de Investigaciones de Chile, y de varios especialistas en materia de seguridad ciudadana. Finalmente, la Comisi�n Especial efect�a diversas recomendaciones en torno a los siguientes nueve aspectos espec�ficos: 1.- Creaci�n de un Ministerio de Seguridad P�blica que concentre todas las facultades que tienen hoy en este �mbito el Ministerio del Interior y otros organismos que act�an en la estructura del Estado. 2.- Establecimiento de un Centro de Informaci�n Estad�stica. 3.- Modernizaci�n policial. 4.- Prevenci�n del delito. 5.- Participaci�n del Poder Judicial y del Ministerio P�blico en forma coordinada con el Poder Ejecutivo. 6.- Establecimiento de pol�ticas sociales y de seguridad ciudadana. 7.- Elaboraci�n de un nuevo concepto de recintos carcelarios, donde se comprenda que son lugares de punici�n y tambi�n de rehabilitaci�n. 8.- Establecimiento de una pol�tica de seguridad por parte del Ministerio de Seguridad P�blica, que se crear�a, y rol de los medios de comunicaci�n social en esta materia. 9.- Configuraci�n de una visi�n integral del tema de la seguridad ciudadana desde el punto de vista legislativo. El se�or ROMERO (Presidente).- Ofrezco la palabra al Presidente de la Comisi�n Especial sobre Seguridad Ciudadana, Senador se�or Eduardo Frei. El se�or FREI (don Eduardo).- Se�or Presidente, la relaci�n del se�or Secretario me ahorrar� detalles respecto de la introducci�n a la materia. Al iniciar su trabajo, atendida la naturaleza del tema, la Comisi�n acord� estudiarlo desde la perspectiva del inter�s nacional y sin tener presentes visiones partidarias o de otro tipo. En esa misma l�nea, consider� que el Senado debe aprovechar este esfuerzo para contribuir a la formulaci�n de una pol�tica de Estado de largo plazo, m�s all� de los planteamientos particulares de cada sector. Tal fue el esp�ritu con que se trabaj�. Agradezco la confianza de los Senadores se�ores Espina, N��ez, Stange y Cordero, quienes me nombraron Presidente de ese �rgano. Por otra parte, deseo destacar el aporte, adem�s del de las autoridades ya se�aladas por el se�or Secretario, de distintos abogados que colaboraron con la Comisi�n: los se�ores Juan Pablo Hermosilla, Jos� Antonio G�mez, Guillermo Pickering y Gonzalo Vargas (este �ltimo, de la Fundaci�n Paz Ciudadana). Adem�s, cabe se�alar que la Comisi�n tuvo en vista, como consta en el informe, la legislaci�n comparada de Francia, Espa�a, Portugal, Italia, Colombia, Venezuela, Brasil y China. Eso es con respecto a los antecedentes previos. Entrando en materia, quiero decir que� El se�or ROMERO (Presidente).- �Me permite una peque�a interrupci�n, se�or Senador? El Subsecretario del Interior, don Jorge Correa, tiene mucho inter�s en participar en esta sesi�n, por lo que pido autorizaci�n para que pueda ingresar a la Sala. --Se autoriza. El se�or ROMERO (Presidente).- Puede continuar, se�or Senador. El se�or FREI (don Eduardo).- Antes de referirme al temario, que fue la forma en que acotamos el trabajo -porque este asunto es tan extenso que no se pod�a abarcar completamente-, advierto que la Comisi�n no se detuvo mucho en los logros habidos en esta materia; m�s bien se preocup� de definir una pol�tica de Estado hacia el futuro. Por lo tanto, en ning�n caso este informe constituye una cr�tica a las pol�ticas actuales y a los avances que se han logrado, especialmente con la reforma procesal penal y otros mecanismos. Como muestra la presentaci�n en PowerPoint en que me apoyar�, el temario habla por s� mismo: -Presentaci�n del problema. -Alternativas institucionales. Creaci�n de un Ministerio de Seguridad Ciudadana. -Establecimiento de un Centro de Informaci�n Estad�stica. -Modernizaci�n Policial. -Prevenci�n del delito. -Participaci�n del Ministerio P�blico y del Poder Judicial. -Pol�ticas sociales y seguridad ciudadana. -Recintos penitenciarios y rehabilitaci�n. -Pol�ticas de seguridad y comunicaci�n social. -Otros ajustes. Presentaci�n del problema La criminalidad es un problema de toda la sociedad. La criminalidad cero no existe ni ha existido nunca. Sin embargo, lo "nuevo" y apremiante es lo siguiente: -El incremento de las tasas de criminalidad, a pesar de que en las �ltimas estad�sticas las cifras tienden a estabilizarse. -La caracter�stica estructural y no estacional de ese aumento. -La mayor peligrosidad asociada a la comisi�n de algunos delitos. -La sensaci�n de inseguridad en la poblaci�n. -La relaci�n de causalidad que se observa entre el incremento de la delincuencia, el alcoholismo y el narcotr�fico. -La impunidad de los delincuentes peligrosos derivada de las dificultades del "sistema" para enfrentar el problema con eficacia y rapidez. Al respecto, la Comisi�n tuvo en cuenta sobre todo la situaci�n mirada desde el punto de vista de las v�ctimas, que es una de las cr�ticas que se han hecho muchas veces a la reforma procesal penal, de preocuparse m�s de los inculpados, de los delincuentes, que de los ofendidos. Por eso, en el trabajo de la Comisi�n tambi�n estuvo muy presente la perspectiva de los afectados. -La mayor vulnerabilidad de la poblaci�n derivada, entre otras razones, de la alta concentraci�n urbana, de la falta de participaci�n de los padres en el sistema educativo, del desempleo juvenil con caracter�sticas estructurales, de la masificaci�n del microtr�fico y de los elevados niveles de alcoholismo y violencia intrafamiliar que presenta la sociedad chilena. Es fundamental asumir que se est� en presencia de un problema pol�tico relevante y permanente y no s�lo de una simple cuesti�n de orden policial o de un fen�meno sociol�gico normal y casi inevitable. Por eso, se debe evitar la tendencia a minimizar un hecho, como tambi�n su exageraci�n, muchas veces con fines electorales. Por otra parte, conviene tener presente que la indiferencia y el miedo son importantes aliados de la delincuencia. En este sentido, una estrategia y un plan integral deben estar respaldados por un amplio consenso nacional, con estabilidad en el tiempo, evitando la t�pica conducta consistente en cambiar de pol�tica cada vez que se renuevan las autoridades. A juicio de la Comisi�n, es indispensable asumir el problema en su verdadera magnitud. Por ello, es necesario disponer de informaci�n s�lida, inobjetable y que aporte antecedentes �tiles respecto de aquellos a quienes les asiste responsabilidad en la materia. No son suficientes los datos sobre el n�mero de denuncias y detenidos, sino que se requiere mayor y mejor informaci�n. Adem�s, los niveles de accesibilidad a la misma pueden estar diferenciados. No me referir� a cada uno de los puntos, porque ser�a imposible hacerlo, sino que s�lo destacar� algunos. Claramente, el Gobierno tiene la primera responsabilidad en la conducci�n de las pol�ticas. La tarea no es s�lo de �l, sino de toda la sociedad. �ste es un asunto complejo, transversal, multidisciplinario. Por lo tanto, son muy importantes las responsabilidades de los Poderes del Estado, de los medios de comunicaci�n, de las organizaciones territoriales y de cada uno de los chilenos. Debe haber una alianza contra la delincuencia que involucre a todos, con roles y tareas concretas. Otro aspecto relevante es el control de la gesti�n. Sobre el particular, resulta conveniente que las distintas autoridades responsables (pol�ticas, judiciales, policiales, comunales) sean objeto de evaluaciones peri�dicas y p�blicas acerca de los avances logrados, as� como tambi�n de los errores e insuficiencias. Dichas evaluaciones tienen que ser externas y no las deben realizar las mismas instituciones, por cuanto ello imposibilita saber en concreto la verdad. Como conclusi�n de la presentaci�n del problema, puedo afirmar que faltan una autoridad y un ministerio cuya tarea principal y exclusiva sea la seguridad p�blica. Es decir, un poder coordinador. Alternativas institucionales La actual institucionalidad no permite resolver adecuadamente el incremento de la criminalidad; faltan una autoridad y un ministerio con dedicaci�n exclusiva y poderes intersectoriales; se observa descoordinaci�n entre autoridades, ministerios, Poderes del Estado y programas sociales enfocados al asunto, como tambi�n una relaci�n competitiva entre instituciones, inexistencia de sistemas de evaluaci�n de resultados, discontinuidad en las pol�ticas y en los programas. M�s de cuatro ministerios y sobre veinte instituciones estatales participan y trabajan en el tema de la seguridad ciudadana. El Ministerio del Interior, que en la gran mayor�a de los pa�ses analizados concentra las tareas de seguridad, tiene en Chile un �mbito y un rol distintos. Fuera de sus labores relacionadas con la administraci�n regional y provincial, las elecciones y las emergencias, ha sido hist�ricamente una Cartera que desarrolla un papel pol�tico. Adem�s, su titular es Vicepresidente de la Rep�blica y articulador pol�tico de las acciones del Gobierno, lo que le impide una dedicaci�n preferente y exclusiva en materia de seguridad ciudadana como se requiere hoy d�a en el mundo. Asimismo, cabe destacar que las Polic�as est�n a cargo del Ministerio de Defensa, cuya prioridad son las Fuerzas Armadas y la seguridad externa del pa�s, y que numerosas instituciones y autoridades dependen de diversos organismos ministeriales, las cuales no reportan ni se subordinan a una pol�tica de seguridad ciudadana de car�cter intersectorial. Al respecto, me referir� al caso del Servicio M�dico Legal, que en la Comisi�n gener� una larga reuni�n con casi todo su personal. En la actualidad, el nuevo sistema procesal penal necesita contar de manera urgente con ex�menes para acreditar violaciones y delitos sexuales, ya que los fiscales no pueden actuar si su realizaci�n demora cinco o seis meses, pues, transcurrido ese lapso, no existe ninguna prueba concreta. Para que la haya, aqu�llos deben efectuarse sobre la marcha. Adem�s, el Servicio M�dico Legal depende del Ministerio de Salud y no tiene relaci�n alguna con las fiscal�as ni con la Cartera de Justicia. �Qu� ocurre en el hecho? Que se est�n externalizando los servicios. No se trata de elevar al cubo al Servicio M�dico Legal, porque como estructura, como dependencia, ya no funciona m�s y debe adecuarse a la nueva organizaci�n del sistema judicial chileno. En consecuencia, mientras no se solucione lo anterior, los fiscales seguir�n externalizando los servicios y buscando personal especializado, puesto que, adem�s, deben acudir a los juicios orales a defender su investigaci�n. Aparte el caso que mencion�, existen otras instituciones que tampoco est�n respondiendo a las necesidades del sistema. Otro asunto que a juicio de la Comisi�n resulta fundamental apunta al hecho de que hoy d�a no existen criterios tendientes a focalizar el gasto social en materia de seguridad ciudadana, lo cual impide concentrar programas y recursos para este fin. Hay organismos que necesitan reorientarse hacia ese quehacer; por ejemplo, la reci�n creada Agencia de Inteligencia. Por su parte, el Poder Judicial no se relaciona con las pol�ticas de seguridad ciudadana; ni siquiera sus territorios jurisdiccionales coinciden con los de las comunas y comisar�as policiales. M�s adelante aludir� a este aspecto, que resulta vital. De su lado, las autoridades regionales, provinciales y comunales no tienen rol ni poder en materia de seguridad ciudadana. Siempre decimos que es necesario entregar poder a los municipios, pero ni a las autoridades regionales, ni a las comunales, ni a las provinciales corresponde alg�n tipo de decisi�n en tal sentido. Por �ltimo, y como conclusi�n de lo se�alado, est� la baja participaci�n de la comunidad. En consecuencia, la Comisi�n descart� al Ministerio del Interior como ente coordinador y propuso �felizmente, esto se aprob� en la reforma de ayer- un Ministerio de Seguridad P�blica que concentre todas las facultades que en materia de seguridad p�blica tiene hoy aquella Cartera y otros organismos dispersos dentro de la estructura del Estado. As�, todas las funciones y responsabilidades quedar�n radicadas en un solo ente. Para tal efecto, se plantea una reorientaci�n y traspasar al Ministerio de Seguridad P�blica, por una parte, la Agencia de Inteligencia, el CONACE, de Gendarmer�a, el Servicio M�dico Legal y otros organismos, y por otra, la dependencia de las Polic�as. Adem�s, nos parece relevante la creaci�n de una estructura de seguridad a nivel territorial, porque el problema no es s�lo de Santiago, sino de todo el pa�s. Por eso, se propone crear trece cargos regionales cuya tarea sea la seguridad p�blica en cada Regi�n. En ese sentido, en la Comisi�n discutimos, por ejemplo, lo relacionado con los gobernadores, quienes en las cabeceras regionales pr�cticamente duplican la funci�n del intendente. Por lo tanto, esas gobernaciones se podr�an transformar y encargarse de la seguridad p�blica en cada una de las Regiones. �Qu� estamos demostrando con eso? Que no hay un aumento del gasto fiscal, sino un redise�o de funciones y un uso m�s apropiado de los recursos existentes. Tambi�n se consider� algo relacionado con la responsabilidad de las municipalidades en cuanto a la seguridad comunal. Es lo mismo que se�al� antes. Si los se�ores Senadores lo desean, pueden ver en detalle ese aspecto. Asimismo, se contempla la reasignaci�n de fondos como consecuencia de esta racionalizaci�n institucional, evitando as� las actuales duplicaciones de recursos. La Comisi�n abord� igualmente otro punto fundamental: el de la informaci�n. Al efecto, la propuesta concreta es crear un Centro Especializado de Informaci�n Estad�stica y An�lisis. En un principio hab�amos pensado en el INE. Puede depender de �l, pero tiene que ser un centro especializado. Aqu� no se trata s�lo de recabar antecedentes y de tener buena informaci�n; es preciso analizar los datos en forma cruzada. Por lo tanto, proponemos estad�sticas bimensuales; encuestas peri�dicas de victimizaci�n, y desarrollar el sistema de informaci�n georreferenciado -se inici� hace siete u ocho a�os- en las cincuenta comunas con mayores tasas de denuncias. Ese sistema debe ser controlado por las autoridades del Ministerio de Seguridad, y no como ocurre actualmente, en que lo usan las polic�as �como debe ser-, pero, por carecerse de un control superior, no se conocen los resultados. Otros puntos que a este respecto nos parecen claves consisten en elaborar con el Poder Judicial un programa de seguimiento de causas en tribunales; cruzar datos de detenciones, ingresos y egresos de Gendarmer�a �ya hemos visto lo que ha pasado en estos d�as-, y otorgamiento de libertades provisionales o medidas cautelares. La gran mayor�a de los delincuentes m�s peligrosos son reincidentes. Esta informaci�n tendr�a que estar pr�cticamente en todas las comisar�as. No se trata de llevar un detalle de la generalidad de las personas, pero s� de las m�s peligrosas. Es conveniente que el sistema georreferenciado est� en cada una de las comisar�as, para lo cual basta un procedimiento muy simple. Tambi�n creemos necesario contar con informaci�n sobre reincidencia y peligrosidad de los delincuentes � tampoco existe- y cruzar datos de criminalidad con programas sociales (habitacionales, deportivos, de ayuda a organizaciones comunitarias y territoriales). No voy a detallar cada una de las propuestas �ello ser�a bastante extenso-, porque los miembros de la Comisi�n tambi�n quieren entregar sus aportes. A nuestro juicio, resulta necesario cruzar datos de criminalidad con antecedentes sobre narcotr�fico y con la masificaci�n espacial del microtr�fico, al igual que desarrollar convenios con universidades �nos parece fundamental-, a fin de profundizar el an�lisis del fen�meno delictivo. Igualmente, es menester crear la unidad de estudios para manejar toda la informaci�n. Primero ella estar�a radicada en la Cartera del Interior, y despu�s, en el Ministerio de Seguridad. Otro punto esencial es que la informaci�n debe ser p�blica, aunque con diferentes grados de accesibilidad. En cuanto a la modernizaci�n policial, cabe destacar la necesidad de evitar duplicidades; eliminar de manera efectiva las funciones no operativas de Carabineros; reforzar las plantas de las unidades encargadas de cumplir los requerimientos periciales de los tribunales y fiscal�as; llevar indicadores de gesti�n �eso es fundamental-, y evaluar las actuales modalidades de los servicios policiales en funci�n de la informaci�n sobre delincuencia. Hace alg�n tiempo Carabineros cambi� el sistema de turnos, pero lo hizo en funci�n del mejor desarrollo de la Instituci�n, sin considerar las horas de mayor ocurrencia de delitos. Hoy la informaci�n no est� cruzada ni se conoce. Por otro lado, se hacen inversiones importantes, como las de la ruta 5, donde se han instalado �todos lo podemos apreciar- diversos cuarteles, los que, pese a significar un ingente gasto, pasan vac�os las 24 horas del d�a. Con los recursos empleados se podr�an haber cubierto las necesidades de las comunas m�s conflictivas. O sea, hay que priorizar las cosas y tener una cabeza que sea capaz de tomar tal tipo de decisiones. La coincidencia territorial entre comunas, juzgados y comisar�as es un problema no resuelto. Normalmente se ha tendido a que las comisar�as coincidan con las comunas, pero no con los juzgados, sin que haya una autoridad capaz de producir la uni�n. Es indispensable que, frente a funciones cr�ticas, exista una estructura de remuneraciones con incentivos colectivos por comisar�a e individuales por reducci�n de la criminalidad. �Qu� queremos decir con esto? Que muchas veces los incentivos se otorgan a la gente que se va a regiones extremas, por ejemplo, y no al que est� en la calle enfrentando el delito, que es quien deber�a recibir mayores beneficios. Como es obvio, debiera crearse un seguro de vida por riesgo, de cargo estatal. Tambi�n resulta imprescindible establecer la obligaci�n de rendir cuenta, en materia de seguridad ciudadana, ante autoridades del Ministerio de Seguridad, as� como de informar a los consejos regionales y a los concejos comunales. Es la �nica manera de que la ciudadan�a est� informada y sea part�cipe de las decisiones. Por �ltimo, es necesario estudiar las plantas y determinar una dotaci�n adecuada. En lo relativo al control preventivo, cabe recomendar, en primer lugar, el fortalecimiento del Plan Cuadrante. �Cu�l ha sido la experiencia en �ste, seg�n el informe de Carabineros? En los lugares donde hay estabilidad y ha actuado todo el personal, incluso con equipos adecuados, ese control ha funcionado. �Pero, qu� pasa? Ese mismo personal es ocupado para las emergencias. El d�a que hay un partido de f�tbol, un evento importante o un accidente, sacan efectivos del Plan Cuadrante. Por lo tanto, �ste funciona esencialmente sobre la base de la informaci�n entregada por los vecinos a la autoridad que se encuentra pr�xima. Dicho Plan se maneja de esa manera y con equipos elementales. La evaluaci�n peri�dica y p�blica por cuadrantes debe ser externa, debiendo reiterarse el aspecto jurisdiccional, que nos parece vital. El perfeccionamiento del mecanismo de control de identidad y el otorgar facultades para retener personas cuando hay �rdenes de detenci�n pendientes, quebrantamiento de medidas cautelares o libertad provisional, y, en casos calificados, cuando pueda presumirse la comisi�n de un delito son medidas necesarias que deben analizarse. Existen hoy las tecnolog�as para hacerlo en forma r�pida y eficiente. Tambi�n cabr�a recomendar el empleo de equipos de inform�tica en todos los veh�culos policiales, para entregar informaci�n sobre antecedentes penales, �rdenes de aprehensi�n y libertades provisionales o condicionales. En esto podr�a avanzarse paulatinamente, definiendo primero cu�les son los lugares m�s peligrosos. La utilizaci�n del sistema georreferencial nos parece esencial. Ahora que se est� hablando de nuevos planes para el transporte p�blico, es indispensable abordar un plan de seguridad ciudadana en ese �mbito. Tambi�n creemos conveniente implementar un procedimiento especial contra el microtr�fico, as� como el control diario en unidades policiales de las medidas cautelares, especialmente en casos de reincidencia en delitos de mayor peligrosidad, con la facultad de detener si hay incumplimiento de la obligaci�n impuesta. Eso se puede hacer perfectamente hoy en d�a gracias a la tecnolog�a. Se trata de identificar a los delincuentes m�s peligrosos, reincidentes y de imponerles la obligaci�n de presentarse cada determinado n�mero de d�as en una comisar�a donde se tenga toda la informaci�n a mano. En lo relativo a la participaci�n del Ministerio P�blico y del Poder Judicial, recibimos a un Ministro de la Sala Penal de la Corte Suprema y al Fiscal Nacional. �Qu� decimos? Que es preciso asignar legalmente al Ministerio P�blico un rol en el dise�o de pol�ticas p�blicas de seguridad ciudadana. Sobre eso no hay una clara definici�n en la actualidad. Fue propuesto por el Ministerio P�blico. El se�or Fiscal Nacional lo se�al� claramente. Tambi�n resulta conveniente alcanzar mayores grados de coordinaci�n entre el Poder Judicial, el Ministerio P�blico y el Ejecutivo. Debe haber una revisi�n conjunta de los Poderes del Estado sobre la eficacia de las medidas adoptadas y las rectificaciones que sean necesarias. Se analiz� el caso, por ejemplo, del uso de celulares en las c�rceles. A la polic�a le sirve para controlar y detectar llamados; pero los aparatos de comunicaci�n permiten a los delincuentes manejar desde dentro las redes delictuales externas. Hay distintas opiniones al respecto en las polic�as. O sea, volvemos a la idea central: aqu� tiene que existir una coordinaci�n; si no, cada servicio hace las cosas a su pinta y conforme a su mejor saber y entender. Con relaci�n a las pol�ticas sociales y a la seguridad ciudadana, creemos fundamental incluir un criterio nuevo de aprobaci�n de los proyectos sociales y evaluar todos los programas existentes a la luz del enfoque de rectificaciones y orientaciones. Desde otro �ngulo, el papel de CHILEDEPORTES en materia de seguridad no se conoce. Otros puntos dentro del mismo rubro son: revisi�n y modificaci�n a la ley de violencia en los estadios y creaci�n de planes de empleo. Respecto de esto �ltimo, sabemos que la mayor vulnerabilidad se sit�a entre los 18 y los 26 a�os de edad y que los delincuentes peligrosos son hoy menores de 18. Por lo tanto, los planes de empleo debieran estar dirigidos precisamente a esos sectores. Cabe destacar, asimismo, la necesidad de identificar zonas vulnerables y focalizar programas especiales; hacer campa�as de informaci�n, y asignar un rol a los municipios en la prevenci�n y en la seguridad ciudadana. Nos parece elemental que ellos participen activamente. De lo contrario resulta dif�cil trabajar en cada una de las comunas. Es necesario, igualmente, referirse a la participaci�n de la comunidad en la recuperaci�n de espacios p�blicos y al rol de los apoderados y la comunidad organizada en el sistema educativo, los cuales hoy en d�a tienen muy poca significaci�n. En cuanto a los recintos de reclusi�n y de rehabilitaci�n, aconsejamos revisar la pol�tica penitenciaria y los recursos que se destinan en esta materia. L�gicamente, se tom� en cuenta que en los �ltimos a�os se est� haciendo una gran inversi�n en materia de recintos carcelarios: pero hay que avanzar en el tema de la rehabilitaci�n y del dise�o de programas con esa orientaci�n. Otros rubros dignos de menci�n son: informaci�n p�blica sobre estad�sticas de rehabilitaci�n y evaluaci�n peri�dica de los programas, metodolog�as, procedimientos, resultados y seguimientos de ellos; mayores recursos a los programas de CONACE. Y hay una proposici�n novedosa: estudiar un subsidio a la contrataci�n de personas con antecedentes penales, a fin de evitar que gente que sale de la c�rcel y que jam�s encuentra trabajo vuelva a delinquir. En cuanto a la pol�tica de seguridad y de comunicaci�n social, se debe centralizar la vocer�a, difusi�n y comunicaci�n en el Ministerio de Seguridad; propiciar un debate p�blico sobre c�mo los medios de comunicaci�n social pueden contribuir a afianzar una pol�tica de seguridad ciudadana, y valorar debidamente los estudios del Consejo Nacional de Televisi�n referentes a los contenidos de violencia en los distintos g�neros y programas televisivos. Por �ltimo, se hizo una evaluaci�n de la reforma procesal penal. Y, como consecuencia de ella, resulta necesario tener una visi�n integral acerca de la seguridad desde el punto de vista legislativo, as� como tambi�n de los perfeccionamientos introducidos a esa reforma y de la revisi�n de otros cambios en la ley, los que muchas veces no son apreciados con sentido global. En lo relativo a las libertades provisionales y a las medidas cautelares, es preciso examinar cuidadosamente lo atinente a la reincidencia. Por �ltimo, en esta parte, se plante� la conveniencia de readecuar la legislaci�n sobre violencia en los estadios, a partir de la experiencia pr�ctica. El trabajo realizado por la Comisi�n Especial sobre Seguridad Ciudadana se consigna en el informe entregado a los se�ores Senadores. Nos parece que es una materia relevante. Una vez que la Sala haya escuchado a los integrantes de aquel �rgano y a los Senadores que deseen participar en el debate, ojal� se acuerde entregar nuestra propuesta a las autoridades de Gobierno, al Ministerio de Justicia, al Fiscal Nacional, a la Corte Suprema, y tambi�n a los candidatos presidenciales, de manera que a partir del pr�ximo per�odo presidencial se inicie un trabajo de envergadura para enfrentar un problema que preocupa a la mayor�a de los chilenos. Agradezco el tiempo que se me ha otorgado para informar, como asimismo la confianza de los miembros de la Comisi�n al elegirme como su Presidente. El se�or ROMERO (Presidente).- Muchas gracias por su informe, se�or Senador. Interpretando el sentir de la Sala, se har� llegar tal documento a las autoridades indicadas, en nombre del Senado y de la Comisi�n Especial sobre Seguridad Ciudadana. Tiene la palabra la Honorable se�ora Matthei. La se�ora MATTHEI.- Se�or Presidente, quiero saber si es posible obtener una copia de las l�minas utilizadas por el Senador se�or Frei, adem�s del informe. El se�or ROMERO (Presidente).- Se van a distribuir. El se�or FREI (don Eduardo).- Ah� est�n. El se�or ROMERO (Presidente).- Se les sacar� copia, que se repartir�n a los se�ores Senadores. Est�n inscritos a continuaci�n la Honorable se�ora Frei y los Senadores se�ores R�os, N��ez, Arancibia, Espina, Silva, Stange y Prokurica. Como quedan 48 minutos de sesi�n, corresponden seis a cada uno. Tiene la palabra la Honorable se�ora Frei. La se�ora FREI (do�a Carmen).- Se�or Presidente, junto con valorar como algo muy importante el aporte de la Comisi�n Especial sobre Seguridad Ciudadana, estimo que debemos abordar el asunto desde otro punto de vista, pues en materia de prevenci�n es donde tiene que realizarse un gran esfuerzo. En cuanto al control de la delincuencia, no obstante que se gastan alrededor de 700 mil millones de pesos, no estamos enfrentando la causa del problema. Es decir, por qu� se producen los delitos y c�mo se puede revertir el proceso, para no tener que invertir posteriormente en atacarlos. Por eso, es necesario identificar los diversos factores de riesgo asociados a quienes incurren en la comisi�n de conductas transgresoras. Todos sabemos que las familias disfuncionales, el abandono, la deserci�n escolar, el desempleo juvenil, los fuertes niveles de adicci�n y los problemas de salud mental son s�lo algunos aspectos del asunto. Estimamos que hoy no s�lo existen buenas pr�cticas de tratamiento, sino que tambi�n se puede identificar a la parte de la poblaci�n que estar� m�s expuesta a sufrirlos. Cerca del tres por ciento de la poblaci�n infanto-juvenil desarrollar� y persistir� en comportamientos transgresores. Pero hay una buena noticia al respecto: el 97 por ciento de nuestros j�venes pueden desarrollarse sanamente. Muchas ni�as y ni�os logran sobrevivir y superar el ambiente adverso en que les ha tocado crecer. Pese a ello, debemos poner �nfasis en instituciones que logran prevenir este mal de nuestra sociedad. La Fundaci�n Paternitas, creada en 1991 por el padre Nicol�s Vial y por Monse�or Carlos Oviedo Cavada, trabaja con los sectores m�s expuestos socialmente y se preocupa en especial de los hijos de infractores de la ley -o sea, de quienes est�n en las c�rceles, de los reclusos y reclusas-, menores que son estigmatizados y abandonados y que no cuentan con el apoyo de nadie. Muchos de ellos son desertores escolares, con fuertes problemas de salud mental. El 84 por ciento de los atendidos en esa instituci�n presentan alguna falla ps�quica �al respecto, considero sumamente novedoso el estudio de la mente y del aspecto neurol�gico de eventuales delincuentes-, no obstante lo cual el 90 por ciento de los egresados del mencionado establecimiento lo han hecho en forma exitosa. Tambi�n se ha trabajado con las familias sobre las disfuncionalidades psiqui�tricas. Es necesario tener presente que muchos de los menores fueron concebidos por padres adictos y madres que durante su embarazo consumieron drogas o sufrieron agresiones. Se trata en definitiva de romper con el c�rculo de la delincuencia que los rodea y que determina que m�s del 50 por ciento de los hijos de reclusos sigan los pasos de sus padres. Nueve de cada diez presos tienen hijos menores de edad. Entonces, la delincuencia del futuro ser� en gran medida la consecuencia de la droga, ya que las condiciones sociales los impulsa a ella. En mi concepto, el pa�s debe realizar una fuerte inversi�n en materia de prevenci�n a la hora de abordar la problem�tica delictiva. �Cu�nto m�s rentables podr�an ser los recursos invertidos en ni�os y j�venes con da�os cerebrales recuperables que mantener en la c�rcel a cada uno de los m�s de 38 mil reclusos existentes? En muchos de ellos hay g�rmenes socio-sicol�gicos que debemos prevenir a tiempo. Por eso, se�or Presidente, quiero poner �nfasis en la prevenci�n y, en especial, en la inversi�n en salud mental de muchos ni�os y ni�as que sufren graves problemas neurol�gicos por los efectos de la droga, el alcoholismo, la desnutrici�n y la falta de cari�o. No invertir ahora en la salud mental -me parece que el problema es de una gravedad importante y que el pa�s debe asumirlo- ni tampoco en la superaci�n de los da�os cerebrales de tantos ni�os y ni�as har� que Chile en el futuro pague la falta de capacidad de control de los impulsos a la violencia por inmadurez neurol�gica. Tenemos mucho que aprender de la Fundaci�n Peternitas -debemos prestarle nuestra ayuda- en el campo de la prevenci�n del delito. En ese sentido, comparto la visi�n de la Comisi�n en cuanto a que de alguna manera tenemos que aunar pareceres en lo que es el control de la delincuencia y su prevenci�n, aspecto este �ltimo en el que quiero insistir en esta oportunidad. Porque aunque el pa�s invierta mucho en castigar, en ampliar las c�rceles y en aumentar la dotaci�n de Carabineros, no se ha preocupado de tener al respecto una pol�tica nacional. El Ministerio del ramo deber� hacer un gran esfuerzo en la salud mental de los j�venes que hoy padecen disfunciones familiares, las cuales los arrastran a las drogas y a la violencia. Es impresionante observar los gr�ficos del cerebro de ni�os que sufren todo tipo de alteraciones como consecuencia del maltrato que reciben. En ellos -como pueden apreciar Sus Se�or�as-, la zona verde representa lo que deber�a tener cada persona en su cerebro. Las disfunciones, que aparecen con color distinto, pueden ser mejoradas en 90 por ciento. Pero �sta es una materia que no hemos estudiado ni asumido como corresponde. El se�or ROMERO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or R�os por seis minutos. El se�or R�OS.- Se�or Presidente, nos encontramos frente a un problema que reviste enorme trascendencia para el futuro de nuestra sociedad, por cuanto la delincuencia y la seguridad ciudadana terminan siendo s�lo una parte de un conjunto de otras situaciones sociales que ameritan un an�lisis mucho m�s profundo. Por tal motivo, junto con recoger las opiniones globales y despu�s de una r�pida lectura del informe de la Comisi�n que presidi� el Honorable se�or Frei, debo se�alar que comparto muchas de las inquietudes consignadas en tal documento y que me llaman la atenci�n otras tantas, como la desvinculaci�n de las autoridades y las descoordinaciones que se observan, lo que realmente impresiona. Pero estimo que todo ello es tan s�lo una parte de los an�lisis que deberemos hacer en profundidad sobre la materia. Vamos a discutir sobre el tema de la seguridad ciudadana y la criminalidad en una sociedad donde el 40 por ciento de los ni�os est� naciendo fuera del matrimonio. No s� si hay otro pa�s con estas caracter�sticas. Ignoro si existe hoy otra naci�n en Am�rica Latina o en el mundo occidental en que el 40 por ciento de los ni�os nazca en esas condiciones. Estamos hablando de un pa�s donde 580 mil compatriotas reconocen haber consumido droga el a�o pasado. De ellos, 180 mil manifiestan ser consumidores habituales, es decir, drogadictos. Esto constituye m�s del uno por ciento de la poblaci�n, lo que significa que Chile es un pa�s adicto, desde el punto de vista de las opiniones internacionales o de las formas de organizaci�n de las distintas sociedades. El llamado "arte cinematogr�fico chileno" es una suma de sensualidad extrema, violencia, droga, soledad, destrucci�n de la familia. El Estado se ha encargado permanentemente de financiar esta expresi�n art�stica, para beneficio de unos pocos y para la destrucci�n del resto de la sociedad. Los l�deres naturales del pa�s, sus l�deres pol�ticos, seg�n las �ltimas encuestas, se encuentran en el nivel m�s bajo de �stas. Una sociedad que ubica a sus mujeres y hombres p�blicos en los �ltimos lugares en cuanto a jerarqu�a, responsabilidad, seriedad, funci�n ejecutiva, da cuenta de que existe tambi�n un desencanto muy profundo. Nos referimos a una sociedad con 1.250.000 personas que viven en la extrema pobreza, que no entiende por qu� todav�a �sta se mantiene. Han bajado los niveles de pobreza, pero la extrema pobreza permanece inc�lume, con situaciones dram�ticas. Se�or Presidente, la soluci�n no consiste s�lo en aumentar nuestras polic�as u organizarlas mejor, sino fundamentalmente en hacer entender a la comunidad entera que son responsabilidad de ella, y no de otros, la seguridad ciudadana y el cuidado de sus principios y valores. Una sociedad sin principios ni valores tampoco tiene sentido de futuro en su existencia. Y observo que en nuestro pa�s, en una proporci�n importante, los principios y valores se han ido marginando. Se han ido relegando las responsabilidades sociales, la responsabilidad de los padres sobre los hijos. Resulta impresionante, sobre todo en los niveles m�s modestos, el que siempre se entregue al Estado toda la responsabilidad, incluyendo la entretenci�n de los hijos. Cada vez que recorremos las poblaciones m�s modestas de nuestras circunscripciones, de nuestras ciudades, podemos apreciar que la madre o el padre asume el papel de Poncio Pilatos. En Chile estamos llenos de Poncio Pilatos. As�, se dan respuestas como: "Es que la municipalidad no me ha hecho esto", "Es que no hay cancha deportiva", "�Qu� quieren que haga, si mi ni�o sale y no tiene nada que hacer". �La irresponsabilidad de las madres y de los padres en esa materia es impresionante! La Comisi�n de Salud del Senado conoci� un estudio que se hizo sobre la base de siete preguntas: 1) �D�nde est� mi hijo?; 2) �Conozco a los amigos de mi hijo?; 3) �S� cu�les son las horas de salida y regreso de mi hijo?; 4) �Me preocupo por la educaci�n de mi hijo?; 5) �Hay disciplina en el colegio?; 6) �Los profesores se preocupan de mi hijo?, y 7) Quienes tienen origen cristiano, �van a culto o a misa? Las personas que contestaron afirmativamente esas siete preguntas hab�an construido un muro espectacular de defensa en torno a sus hijos. Se trataba de la sociedad, de la familia. Me referir� a una experiencia registrada en una poblaci�n bastante grande de la ciudad de Los �ngeles. Sus habitantes, aburridos de la delincuencia, se organizaron y compraron silbatos, uno para cada casa. As�, cuando en la poblaci�n merodean personas desconocidas, con aspecto negativo -de pronto pueden pagar justos por pecadores�, aqu�llos comienzan a sonar. Esto se encuentra funcionando desde hace cinco meses, y el resultado es que hoy existe cero delincuencia. Los carabineros est�n agradecidos. Y ahora las dem�s juntas de vecinos est�n haciendo lo mismo, pues para las fuerzas policiales fue imposible mantener una acci�n preventiva al respecto. En Chile, cerca de 3.500.000 personas concurren cada d�a a un templo cat�lico o evang�lico. Y los l�deres espirituales no demuestran preocupaci�n por el tema ahora en an�lisis. Est� bien que las necesidades de tales principios y valores se expresen desde el punto de vista religioso. Pero estos aspectos religiosos no est�n al margen de las cosas del mundo, de las que corresponden al C�sar, a la sociedad, como son las cuestiones f�sicas, la situaci�n econ�mica. Hay un conjunto de elementos -y con esto termino, se�or Presidente- que faltan en el referido informe, los cuales representan la acci�n de toda la sociedad. Y si no logramos su incorporaci�n, la verdad es que no tendremos �xito en la consecuci�n de los objetivos se�alados. He dicho. El se�or ROMERO (Presidente).- Tiene la palabra por seis minutos el Honorable se�or N��ez. El se�or N��EZ.- Se�or Presidente, s�lo deseo complementar la informaci�n -a mi juicio, ha sido bastante precisa- entregada por la Comisi�n que encabez� el Senador se�or Frei. Tengo la impresi�n, en primer lugar, de que ser�a muy bueno que dicho organismo pudiera continuar laborando -tal vez, entreg�ndole alg�n tipo de orientaci�n diferente- en una materia particularmente compleja en una sociedad como la nuestra y en la sociedad contempor�nea en su conjunto. Quiero hacer siete observaciones al citado informe que me parecen importantes, algunas de las cuales ya fueron resaltadas por el Presidente de la Comisi�n Especial. La primera de ellas es de car�cter muy general. En un primer debate sostenido en dicho organismo analizamos el tema de la delincuencia, su propia naturaleza, y llegamos a la conclusi�n de que ella es, quiz�s, uno de los factores m�s limitantes de la libertad. Un pa�s con mucha delincuencia tiene menos libertad. A mayor delincuencia, mayor restricci�n de uno de los derechos fundamentales instituido no s�lo en nuestra Carta Fundamental sino en la vida moderna: la libertad. Y, en consecuencia, creemos que combatir la delincuencia es aumentar los grados de libertad en la sociedad actual. Por cierto que la materia que luego nos preocup� de manera especial fue c�mo se combate hoy la delincuencia respetando los derechos humanos, que tambi�n representan un logro, un bien de la Humanidad en su conjunto y, particularmente, en nuestro propio pa�s. En definitiva, el problema radica en c�mo compatibilizamos la lucha contra la delincuencia con el respeto a los derechos humanos. La segunda observaci�n -como muy bien se�al� el Presidente de la Comisi�n- se refiere al tema de la creaci�n de un Ministerio de Seguridad Ciudadana. El asunto lo debatimos durante varias sesiones -de las muchas que tuvimos- en dicho organismo t�cnico. Entiendo que sobre el particular existan aprensiones, y en particular en el Ejecutivo. Sin embargo, esto se encuentra dentro del �mbito de lo que podr�a denominarse "modernizaci�n de la actual estructura p�blica" para enfrentar temas nuevos -m�s acuciantes que lo anteriores- como el de la seguridad ciudadana. En tal sentido, creo que hay una sola opini�n: es b�sico y central contar con un Ministerio de Seguridad Ciudadana, que sea muy distinto del actual Ministerio del Interior. Dicha Cartera de Estado, desde la Constituci�n de 1833 y de 1925 y, por cierto, de la de 1980 -reci�n modificada-, es b�sicamente la misma, no ha cambiado de car�cter. El Ministro del Interior tiene una cantidad importante de atribuciones, algunas de las cuales por cierto lo sobrepasan. Y el asunto de la seguridad ciudadana -no digo que haya sobrepasado a ninguno de nuestros actuales Secretarios de Estado, ni a los anteriores- se ha ido especializando y hoy en d�a el Subsecretario del Interior es quien ejerce una suerte de ministerio de la seguridad ciudadana. En definitiva, se trata de algo que se encuentra en los hechos, y como tal deber�amos introducirlo en la Carta Fundamental o en las disposiciones legales correspondientes. El Presidente de la Comisi�n Especial tambi�n se refiri� a la necesidad de contar con un sistema unificado de justicia criminal en el pa�s. Existen demasiadas instancias, demasiados organismos, hoy preocupados del tema. Al respecto, observamos que en Chile, dada la diversidad �tnica, cultural, geogr�fica, no prevalece en todas las Regiones el mismo tipo de delitos; o en otros t�rminos, es muy distinto el tipo de delincuencia que se da en Chilo� del que se puede presentar en la Regi�n de Antofagasta. En consecuencia, deber�amos descentralizar las funciones del citado Ministerio que se crea, mediante la entrega de los mecanismos necesarios a los gobernadores -como ya se dijo-, a los intendentes y a las municipalidades. Actualmente los municipios poseen atribuciones. Agregamos en el art�culo 4� de la Ley Org�nica Constitucional de Municipalidades una letra sobre sus funciones en materia de seguridad ciudadana. Sin embargo -dig�moslo con franqueza-, no existe hoy en los municipios una cultura, ni tampoco los instrumentos suficientes, para enfrentar con �xito cierto tipo de delitos -o la totalidad de ellos- que pueden darse en el �mbito comunal. La experiencia del plan cuadrante es, en general, con todas las deficiencias observadas en algunos lugares, extraordinariamente positiva y deber�amos insistir en ella perfeccionando lo que corresponde. Y �sa fue la informaci�n que nos entregaron los organismos preocupados por el tema. En el �mbito legislativo, en la Comisi�n hubo acuerdo en el sentido de que es bueno superar esta discusi�n absurda, dicot�mica, maniquea, de la "mano dura" versus la "mano blanda". S� es necesario tener una "mano inteligente", que efectivamente sea capaz de enfrentar el problema. Pero las discusiones absurdas, e incluso demag�gicas, que hemos tenido sobre lo que se denomina la "tercera es la vencida", o acerca del llamado que algunas personas hacen a los ciudadanos a comprar armas para defenderse de la delincuencia, en la Comisi�n nos parecieron absolutamente inapropiadas. Esto significar�a generar una situaci�n similar a la que hoy lleva a cabo un organismo norteamericano denominado "Asociaci�n del Rifle". Esperamos que en Chile nunca lleguemos a ese nivel. Tenemos mecanismos para evitar que cada ciudadano, como en el caso de Estados Unidos, se vea obligado a comprar un arma de esas caracter�sticas. Por eso, nos parece bueno que en el �mbito de la discusi�n que tuvimos, desde el punto de vista conceptual por lo menos, hayamos terminado por destruir la idea de la "mano blanda" versus la "mano dura". Hace bien la Senadora se�ora Carmen Frei en poner �nfasis en el tema de la prevenci�n delictual, que se menciona en el informe. El se�or ROMERO (Presidente).- Ha concluido su tiempo, Su Se�or�a. El se�or N��EZ.- Termino de inmediato. En particular -como ella se�ala, y compartimos su visi�n-, la forma de enfrentar el problema en los sectores donde se nota claramente mayor prevalencia de delincuencia, como es la poblaci�n juvenil de alta vulnerabilidad, y el trabajo espec�fico con los familiares de la poblaci�n penal, constituyen una de las mayores dificultades. No abordamos lo relativo a la comunicaci�n social y la delincuencia. No llegamos a acuerdo, porque es un tema extraordinariamente complejo. Creo que qued� pendiente la tarea de analizar la relaci�n de los medios de comunicaci�n -sobre todo los masivos como la televisi�n- con la violencia, el sensacionalismo y la vinculaci�n que muchas veces tiene este tipo de orientaci�n en materia comunicacional con los delitos que se cometen en el pa�s. He dicho. El se�or ROMERO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Arancibia, por seis minutos. El se�or ARANCIBIA.- Se�or Presidente, creo que todos estamos de acuerdo en que el tema que nos ocupa es de primer�sima importancia. Y en la Comisi�n se rescata de alguna manera el hecho de que hay ciertos aspectos que no se han visto reflejados en nuestra estructura actual que tienden a darle esa connotaci�n. Deseo expresar mi reconocimiento a la Comisi�n. Le� en detalle su informe y me parece muy completo. Ciertamente, es tan compleja la materia de que trata que siempre va a faltar algo, pero constituye una excelente base para dar a conocer nuestro pensamiento al respecto. Quiero tocar tres puntos, mediante los cuales tratar� de reforzar lo planteado por la Comisi�n. Uno de ellos se refiere al tema presupuestario de las fuerzas de seguridad, que de alguna manera conozco con mayor profundidad. Deseo hacer presente que Carabineros de Chile tiene un presupuesto de operaci�n anual -seg�n la Ley de Presupuestos- de 297 mil millones de pesos, de los cuales gasta 250 mil en personal. Nosotros siempre hemos se�alado la necesidad de aumentar el n�mero de carabineros. Me parece que 8 mil es una de las cifras que se mencionan, y algunos candidatos son partidarios incluso de elevarla a�n m�s. En verdad, es importante incrementar su dotaci�n. Sin embargo, los gastos de operaci�n que permitan a los carabineros y a los polic�as desempe�arse efectiva y eficientemente deben estar relacionados con el n�mero de personas que cumplen esa funci�n. De lo contrario, como el gran grueso se ocupa en pago de sueldos y otros beneficios del personal -en el caso de Carabineros s�lo 36 mil millones de pesos se destinan a gasto operativo-, vamos a repetir lo que hoy observamos y que todos sabemos que ocurre: que las municipalidades proporcionan veh�culos, bencina; que distintas fuentes subvencionan el cambio de neum�ticos, la alimentaci�n y otros insumos. Eso, ciertamente, no es trabajar en forma seria. Se trata de un �rgano al cual se le ha encargado una labor y tiene una responsabilidad espec�fica al respecto. Puedo mencionar, a modo de informaci�n, que el Ej�rcito tiene un presupuesto m�s o menos igual al de Carabineros: 297 mil millones de pesos, de los cuales ocupa 218 mil millones en personal. Por lo tanto, su gasto en operaciones es m�s del doble del de Carabineros, considerando la funci�n que cada cual desempe�a. Doy a conocer lo anterior, porque creo que si vamos a atacar con seriedad lo relativo al tema presupuestario -lo se�alo particularmente al se�or Subsecretario del Interior-, deber�amos terminar con los aportes sectoriales, m�ltiples y permanentes que se reciben en las instituciones, que pueden llegar hasta corromperlas, en algunas situaciones. El segundo punto que quiero tocar, y que tambi�n se trat� en la Comisi�n, se refiere al hecho de que, no obstante el esfuerzo tremendo que nos demand� la reforma procesal penal, existe la sensaci�n de que es demasiado ben�vola -por decirlo de alguna manera- en la aplicaci�n de las medidas tendientes a evitar la repetici�n de delitos. No s� si por la juventud de las personas que intervienen en el nuevo sistema, por las presiones a que deben estar sometidas, o por la inexperiencia �dado que el nuevo sistema procesal penal se implement� hace poco-, son reiterados los casos en que el delincuente que comete un delito flagrante muy impactante para la sociedad, a las 24 horas -por mencionar una cifra- se encuentre libre. Eso da una p�sima imagen. En ese sentido yo incorporar�a el concepto de la "tercera es la vencida", que a un se�or Senador que me antecedi� en la palabra le pareci� de aprovechamiento pol�tico. Pienso que deber�amos enviar ese mensaje a la reforma procesal penal y no hablar de "mano dura" o de "mano blanda". Me encant� el concepto de "mano inteligente", pero la inteligencia no pasa por liberar al hombre que comete un crimen flagrante y que a las 24 horas est� recorriendo las calles de nuestra ciudad. Ello -reitero- es una muy mala se�al. El �ltimo aspecto que deseo mencionar es que a las polic�as -y me quedo en el �mbito operacional porque es connatural con mi an�lisis- debieran fij�rseles objetivos y procedimientos bien claros, obligaciones en cuanto a la preservaci�n y observancia de los derechos de las personas con quienes operan; pero, asimismo, es menester otorgarles mayor libertad de acci�n para actuar efectiva y eficientemente. Este punto tambi�n fue analizado en la Comisi�n. Hace unos d�as se efectu� un importante operativo en Valpara�so, en el sector de Monted�nico, encabezado por el Gobernador Provincial, y una gran cantidad de personas cop� el lugar. Pero me atrever�a a decir -alguna experiencia tengo sobre el particular-, que dicha acci�n fue tan preparada, tan organizada, tan estructurada, que su resultado fue pr�cticamente cero, cuando todos sabemos que en Monted�nico ocurren cosas que habr�a sido interesante detectar. Si esa tarea se le hubiera encargado directamente a la Polic�a, con todos los m�rgenes que se quiera en cuanto a limitaciones y otras consideraciones, tengo la certeza de que la respuesta habr�a sido m�s efectiva. El se�or ROMERO (Presidente).- Ha terminado su tiempo, Su Se�or�a. El se�or ARANCIBIA.- He dicho, se�or Presidente. El se�or ROMERO (Presidente).- Muy amable. Tiene la palabra el Honorable se�or Espina. El se�or ESPINA.- Se�or Presidente, en primer lugar, quiero se�alar que el informe puede tener vac�os, porque un tema como la seguridad ciudadana resulta absolutamente imposible de abordar en todas sus facetas, sus dimensiones, sus aristas. Pero no tengo duda de que constituye un gran aporte para fijar con toda crudeza una realidad. Adem�s, a mi juicio, adquiere mayor valor, por cuanto fue elaborado por el Senado y, adem�s, por Senadores de trincheras pol�ticas distintas: de Gobierno y Oposici�n. Asimismo, me alegra que hasta ahora el informe no haya sido objeto de una politizaci�n, entre comillas, que derive en dimes y diretes, que finalmente no conducen a orientar el trabajo del Estado en materia de seguridad ciudadana. En segundo t�rmino, precisamente por tratarse de un tema muy amplio, a veces se cae en el error de creer que no hay esperanzas de encontrar una soluci�n, porque tiene muchas aristas: de educaci�n, de pobreza, de frustraci�n en las expectativas juveniles, de hacinamiento de construcci�n de los centros urbanos. Pero, por lo mismo, en temas de tantas aristas a veces cuesta tomar alguna que pueda servir para los efectos de marcar pautas. Y creo que el informe expone varias conclusiones importantes. En primer t�rmino, expresa, con todas sus letras, "que no se han logrado los resultados esperados.". Y me parece que ello es bastante cierto: a pesar de los recursos gastados por el Estado, no se ha conseguido solucionar la cuesti�n, aun entendi�ndose que no deb�a ser resuelta en ciento por ciento. Despu�s, hace presente otra realidad: "se observa un incremento sostenido de ciertas tasas de criminalidad, especialmente de algunos delitos, como el robo con violencia o intimidaci�n en las personas.". O sea, se registra un aumento de los il�citos. En tercer lugar, consigna algo que, a mi juicio, es el punto central de toda la seguridad ciudadana en Chile: "llam� la atenci�n de la Comisi�n la falta de coordinaci�n que existe tanto entre los distintos programas sociales como entre las autoridades y los servicios vinculados al tema.". Pienso que ah� radica lo medular del fracaso de las pol�ticas p�blicas en ese �mbito. Y el texto mismo lo se�ala: "Ejemplo de lo anterior es el tema juvenil, que se aborda desde diversos puntos de vista y por organismos sin coordinaci�n entre s�. Act�a en esta �rea el Servicio Nacional de Menores (�) con planes de rehabilitaci�n y prevenci�n de drogas, violencia, etc. Intervienen tambi�n el CONACE, el Ministerio de Educaci�n, Gendarmer�a, el Servicio Nacional de la Mujer, el Ministerio de Salud". CONACE, en drogas; SERNAM, en violencia intrafamiliar; SENAME, en delincuencia juvenil; Salud, en alcohol. No existe ninguna pol�tica que en un pa�s funcione sin un ente coordinador. Y, por ello, le doy el mayor valor a la creaci�n del Ministerio de Seguridad P�blica. Algunos aseveran que lo anterior es burocracia. No es as�, pues. No tiene por qu� serlo si lo que se establece es una Secretar�a de Estado reducida, especializada, t�cnicamente bien preparada y que permita a todos los dem�s �rganos que hoy cuentan con atribuciones concentrarse en definitiva en una instancia que los coordine. Mientras no se materialice esta �ltima funci�n, lo que hacemos es dar palos de ciego. Cada uno de los Ministerios aplica pol�ticas particulares y no hay coordinaci�n entre �stos en 90 por ciento de los casos. Y quienes hemos estado directa o indirectamente trabajando en el campo que nos ocupa nos damos cuenta de que no se trata de que medie mala fe de parte de los funcionarios ni mala intenci�n. La realidad es que no hay coordinaci�n: se duplica el empleo de los recursos, se sobreponen programas de un Ministerio a otro, no existe una orientaci�n definida sobre cu�les son las pol�ticas p�blicas. Y esto �ltimo, en un pa�s con medios limitados, significa obviamente, no s�lo p�rdida de fondos, sino tambi�n fracaso de las medidas respectivas. Lo anterior -para los efectos de no darle ning�n contenido pol�tico partidista al debate- dice relaci�n a cualquier Gobierno. Considerando todas las aristas que se presentan y el poco tiempo disponible, se�or Presidente, quiero tocar a lo menos tres de ellas. En Chile no hay pol�ticas masivas de prevenci�n del consumo de drogas y alcohol. El CONACE no constituye ni siquiera un departamento dentro de un Ministerio: es un programa. O sea, el organismo encargado de la prevenci�n del consumo de drogas en el pa�s carece de una estructura jur�dica que le permita actuar adecuadamente en ese frente. Ahora bien, el propio informe se�ala que "El 32% de la poblaci�n penal es consumidor frecuente de drogas.". Entonces, si sabemos que �stas constituyen un factor gatillador de la delincuencia, resulta incre�ble que Chile no tenga una pol�tica masiva de prevenci�n. Nunca he visto publicidad al respecto en la televisi�n, en los dem�s medios de comunicaci�n, ni una campa�a que prepare a los j�venes para comprender el da�o que, cuando consumen drogas, causan en s� mismos, en su familia, en su libertad. No hago referencia a una campa�a negativa hasta el punto de que ellos mismos la consideren inaceptable, sino a una que sea inteligente. Asimismo, se�or Presidente, Chile se halla desbordado en el consumo de alcohol por la juventud. Es usual que los fines de semana, a las 2 � 3 de la ma�ana, cientos de j�venes, de todos los niveles sociales, se encuentren borrachos. No existe una pol�tica masiva de prevenci�n que incorpore a la familia y cree conciencia acerca del da�o que se est� provocando. No s�lo se trata de medidas represivas, sino tambi�n de car�cter formativo, educativo. Se celebran cientos de miles de fiestas� El se�or ROMERO (Presidente).- Se agota su tiempo, se�or Senador. El se�or ESPINA.- Termino en seguida, se�or Presidente. Finalmente -dados los escasos minutos asignados-, simplemente consigno la situaci�n de las polic�as. Y proporcionar� un antecedente preciso. P�dase lo que se quiera a la polic�a en eficiencia; pero cuando en el informe se reconoce "un d�ficit estimado de m�s de 8.000 funcionarios en el �mbito de las tareas preventivas; de m�s de 1.000 radiopatrullas; de m�s de 500 furgones y de m�s de 800 motos", entonces un carabinero debe transformarse en "Superman" para poder cumplir su misi�n. �De otro modo es imposible! A ninguna instituci�n policial, por eficiente que sea, se le puede exigir �xito si media un reconocimiento expl�cito, no controvertido, de los d�ficit que la afectan y cuando todos sabemos de su enorme carencia de funcionarios. El se�or ROMERO (Presidente).- Su Se�or�a debe finalizar su intervenci�n. El se�or ESPINA.- Lamento no haber podido referirme a los dem�s temas, se�or Presidente; pero entiendo que ello obedece a la escasez de tiempo. El se�or ROMERO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Silva. El se�or SILVA.- Se�or Presidente, celebro que el Senado se haya preocupado de un asunto de la proyecci�n y magnitud del que se halla en debate. Felicito a los se�ores miembros de la Comisi�n, porque han efectuado un estudio evidentemente importante y acabado. Como es natural, participo del criterio de Su Se�or�a de que el informe se debe difundir. Sin embargo, eso no entra�a, en manera alguna, que �l sea aprobado. Esta Corporaci�n no puede acoger las conclusiones, que por cierto dicen relaci�n a un tema digno de ser analizado en profundidad, y no �nicamente por ella, sino tambi�n por el Estado y los distintos estamentos que lo integran. El texto, como es evidente, interesa fundamentalmente al Gobierno, en cuanto concierne, por ejemplo, a la sugerencia de crear un Ministerio. En seguida, se vincula con el Poder Judicial y otros �rganos estatales, por razones obvias y porque se est� analizando una complejidad tal de aspectos que s�lo de la versi�n que se ha dado es posible comprender que el punto en an�lisis abarca una multiplicidad enorme de campos y conexiones de una trascendencia sin igual. �Qu� quiero decir con ello, se�or Presidente? Que, a mi juicio, la seguridad ciudadana, como tantas otras cuestiones que implican una singular inquietud y proyecci�n en el d�a de hoy, entra�a que el Gobierno, y esencialmente el nuevo, deber� abocarse a un concepto insertado dentro de una noci�n, no s�lo de la modernizaci�n estatal, como se ha mencionado en el �ltimo tiempo -y perd�nese lo que expresar�, pero creo que se ha incurrido en algunos errores de enfoque y en confundir la llamada "modernizaci�n" con intentos de privatizaci�n o de desmantelamiento del sector p�blico, lo que ser�a sumamente grave-, sino tambi�n relacionada con la idea indiscutible de la racionalizaci�n y reorganizaci�n de los distintos �rganos ligados al Estado. Desde luego, al referirnos a ese aspecto comprendemos que no cabe la menor duda de que tal racionalizaci�n deber� ser analizada en funci�n de la conexi�n entre el sector civil y el acogido a la disciplina castrense. �Por qu�? Porque una cantidad de organismos del ente militar -por decirlo as�- se vinculan a la idea de orden p�blico. Y yo no concebir�a que este �ltimo se entendiera de alguna manera desconectado de lo que debe ser el an�lisis de la seguridad nacional, lo que de por s� conducir�a a una conclusi�n dudosa frente a la sugerencia de crear una nueva Secretar�a de Estado, puesto que es dif�cil concebir el orden p�blico diferenciado o distanciado del Ministerio del Interior. Digo lo anterior porque resulta indudable que, en un �mbito de particular relevancia, el Senado entrega un aporte y un estudio de enorme proyecci�n a lo que ha de ser la preocupaci�n fundamental del Estado, integralmente concebido, en cuanto a la necesidad de asumir a fondo la cuesti�n de la seguridad, como tantas otras que se relacionan dentro de una noci�n gen�ricamente comprendida en lo social. Con raz�n, nosotros pensamos hoy en un concepto de Estado solidario y, b�sicamente, proyectado a lo social, lo que no se ha alcanzado en el momento presente a pesar de todas las iniciativas tendientes a lograrlo. Por lo tanto, se�or Presidente, concluyo sugiriendo que el informe sea distribuido de manera espec�fica entre distintos �rganos que hoy en d�a integran el Estado: Poder Judicial; Poder Ejecutivo, en especial al se�or Presidente de la Rep�blica y a los Ministerios del Interior, Secretar�a General de la Presidencia, de Salud, de Justicia, y otros vinculados a la materia que analiz� la Comisi�n Especial de Seguridad Ciudadana. Asimismo, considero que de alg�n modo este informe debe ser dado a la publicidad, pero con la advertencia de que no constituye una proposici�n basada en sus conclusiones, sino un estudio realizado por destacados miembros del Senado de la Rep�blica y que contiene elementos que habr�n de ser examinados en profundidad y con un concepto mucho m�s amplio que el de racionalizaci�n. He dicho. El se�or ROMERO (Presidente).- Tiene la palabra, hasta por seis minutos, el Honorable se�or Stange. El se�or STANGE.- Gracias, se�or Presidente. Concuerdo plenamente con el se�or Presidente de la Comisi�n respecto del informe que ley�, como tambi�n con las recomendaciones incluidas en �l, y en particular con la formulaci�n de una pol�tica de Estado de largo plazo. Y deseo profundizar en algunos aspectos. 1.- El concepto de seguridad ciudadana no se ajusta a las disposiciones constitucionales. Se debe hablar de seguridad p�blica, con el objeto de involucrar a todos los organismos que han de trabajar para el cumplimiento de una sola pol�tica de Estado en tal sentido. 2.- Por ello, lo adecuado es crear un Ministerio de Seguridad P�blica, sustrayendo del �mbito del Ministerio del Interior todo lo relativo a esta materia, incluida la Oficina de Inteligencia. 3.- La "criminalidad cero" no existe ni existir� en el futuro. 4.- Tampoco se debe confundir "criminalidad cero" con "tolerancia cero". �sta fue una modalidad adoptada por la Polic�a de Nueva York, en su tiempo, al comprobar el aumento de la delincuencia por falta de una eficaz labor policial preventiva. Para aplicar ese programa se contrat� a 40 mil polic�as m�s, con los cuales se coparon todos los sectores de la ciudad que exhib�an mayores �ndices de delitos o de faltas menores. 5.- En nuestro pa�s, uno de los factores que inciden en el incremento de la delincuencia o de la sensaci�n de inseguridad de la poblaci�n es precisamente la MENOR presencia policial PREVENTIVA. 6.- El Plan Cuadrante dise�ado por Carabineros constituye una buena respuesta a las exigencias del p�blico, que desea ver m�s carabineros a pie en las calles. Estos servicios se han implementado s�lo en las ciudades de Antofagasta, Copiap�, Valpara�so, Vi�a del Mar, Concepci�n, Talcahuano, Temuco y Regi�n Metropolitana. Lamentablemente, para que el Plan Cuadrante funcione de manera efectiva se necesita la dotaci�n completa de personal humano y veh�culos, situaci�n que no se da incluso en varias de las localidades donde se ha implantado. 7.- La ciudadan�a reclama una mayor presencia policial. Cabe se�alar al respecto que la dotaci�n de Carabineros, en plazas otorgadas por el Gobierno, alcanza a 38 mil 757 efectivos. De ellos hay que descontar los alumnos, que actualmente suman 2 mil 500, y tambi�n el personal civil y el de servicios menores, que llegan a 3 mil 500 funcionarios. Por lo tanto, la fuerza operacional efectiva es de s�lo 27 mil 73l carabineros. Es importante considerar que no conviene que haya un m�nimo de personal en los servicios internos de las comisar�as. Resulta necesario disponer de un adecuado n�mero de funcionarios para cuidar las instalaciones, el armamento, etc�tera. En Estados Unidos se estima que debe permanecer en el cuartel 10 a 12 por ciento de la dotaci�n, cifra muy superior a la de nuestro pa�s. 8.- Se calcula que en estos momentos Carabineros requerir�a 8 mil efectivos m�s para implementar el Plan Cuadrante en todas las principales ciudades y, a la vez, completar los contingentes en aquellas donde ya est� funcionando. El n�mero de polic�as efectivos -no s�lo de plazas asignadas- ha de incrementarse en forma permanente, ojal� en una equivalencia de 1 por cada 400 habitantes, seg�n el aumento vegetativo de la poblaci�n. Hoy, en algunas comunas la relaci�n es de 1 por cada 1.500. 9.- El nuevo sistema procesal penal tambi�n ha afectado la capacidad preventiva de la labor policial. Debido a que ante cualquier procedimiento los funcionarios de servicio deben ubicar primero al Fiscal, hay mayor demora y los tr�mites administrativos son burocr�ticamente m�s complejos. Como es l�gico, �ste es un sistema judicial perfectible, y a ello tienden precisamente dos mociones que present� y que se encuentran en tr�mite en la Comisi�n correspondiente. 10.- La sensaci�n de inseguridad se ha agudizado asimismo, desde la fecha de elaboraci�n del informe que nos ocupa, a causa de la mayor agresividad en los hechos delictuales y, �ltimamente, por la utilizaci�n de ni�os, inclusive de s�lo 8 a�os, para perpetrar delitos. Por ello, es imperioso legislar sobre el particular con mayor premura y otorgar especial importancia a los menores de edad. As� como existen los derechos del ni�o, divulgados con profusi�n y exigidos por ellos, de igual modo deben confeccionarse las obligaciones que les corresponden para su formaci�n c�vica. Igualmente, con el prop�sito de evitar desviaciones conductuales, es indispensable imponerles mayores restricciones en cuanto al acceso a determinados programas de televisi�n y a aparentes inofensivos juegos electr�nicos que les ense�an a comportarse con agresividad. Al respecto, resulta significativa la labor de los profesores en los establecimientos educacionales. Ser�a bueno fijar pol�ticas concretas en este sentido. 11.- Se ha dicho que los municipios tienen que colaborar en los aspectos de seguridad p�blica. Pero es preciso aclarar que, de acuerdo con la Constituci�n Pol�tica, los patrullajes de tipo policial, ya sea en veh�culos o en motos, no corresponden a una funci�n de las municipalidades. �stas deben cooperar en la mejor forma posible con las fuerzas policiales para contrarrestar la inseguridad ciudadana; por ejemplo, con mejor iluminaci�n en las calles, creaci�n de lugares de entretenimiento, dotaci�n de instalaciones deportivas o culturales, etc�tera. 12.- La seguridad p�blica ha de enfocarse como pol�tica de Estado y bajo un Ministerio exclusivo que coordine y del cual dependan todas las organizaciones que, aparte de las polic�as, dicen relaci�n a la seguridad, como el SENAME, el Instituto Nacional de la Juventud, etc�tera. 13.- Estimo un error las facilidades que se han otorgado a los delincuentes. Los cambios en la denominaci�n de "detenidos" por la de "imputados", el que se hable m�s de readaptaci�n que del cumplimiento de una pena legal, etc�tera, son como una suerte de aviso� El se�or ROMERO (Presidente).- Concluy� su tiempo, se�or Senador. El se�or STANGE.-�a los delincuentes de que se ha ablandado la mano de la justicia. En general, junto con validar el informe presentado a la Sala, me parece que el Senado debe continuar estudiando la materia. He dicho. El se�or ROMERO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Prokurica. El se�or PROKURICA.- Se�or Presidente, no puedo sino felicitar a la Comisi�n por el trabajo hecho, que se inserta en la iniciativa de estudiar en profundidad los temas que interesan a la gente. Con el prop�sito de aportar a esa idea, deseo manifestar que, para fortalecer los derechos de las personas -no lo criticamos, sino que lo apoyamos y alentamos-, durante la �ltima d�cada se han aprobado numerosas modificaciones legales que han suavizado las penas aplicables a toda clase de delitos, facilit�ndose la liberaci�n de procesados y condenados y suprimi�ndose determinados procedimientos policiales -se han repuesto en parte-, por estimarse atentatorios contra la libertad y dignidad personales. Sin embargo -y esto quiero decirlo con claridad-, dichas medidas, justificadas y necesarias para la gente pac�fica y honesta, que conforma la mayor�a de la poblaci�n, lejos de fortalecer tales derechos, se han tornado en contra de la ciudadan�a, ya que los delincuentes las han visto como una forma de favorecer su actividad criminal y se han aprovechado de ellas. En cambio, la gran mayor�a de los habitantes se ha visto amenazada por una delincuencia cada d�a m�s extendida, frecuente y violenta, observ�ndose una sensaci�n generalizada de inseguridad, seg�n lo demuestran todos los indicadores. Al mismo tiempo, como reacci�n a las demandas sociales surgidas del creciente aumento de los delitos, a partir de 1990 los Gobiernos de la Concertaci�n han venido proponiendo diversas medidas, las cuales, no obstante los niveles de cumplimiento, han resultado ineficaces en la lucha contra la delincuencia. La Administraci�n del Presidente Aylwin elabor� un Primer Plan Nacional Interdisciplinario de Seguridad Ciudadana para el per�odo 1994-2000, que tuvo como elemento central encomendar al Ministerio del Interior la coordinaci�n del sector p�blico en esta materia. Igualmente, se propusieron iniciativas para prevenir la expansi�n del delito mediante la aplicaci�n de pol�ticas sociales: contactos con organismos vecinales, estudios sobre el fen�meno delincuencial, modernizaci�n de las polic�as, mejoramiento en el funcionamiento de la justicia penal y reformas carcelarias. En 1999, en las postrimer�as del Gobierno del Presidente Frei, se anunci� el Plan Integral de Seguridad Ciudadana, basado en la modernizaci�n de las polic�as y en la participaci�n social a trav�s de los Comit�s de Protecci�n Ciudadana. Se consultaron medidas como el aumento de la presencia policial en las calles, la difusi�n de estad�sticas y avances en la materia, y asociar el nuevo sistema procesal penal con el mejoramiento de la seguridad. En s�ntesis, durante ambas Administraciones el �nfasis estuvo puesto en el incremento de recursos para las polic�as y en perfeccionar sus infraestructuras. El actual Gobierno ha centrado su pol�tica en el Plan Comuna Segura-Compromiso Cien; y en la mejor�a del sistema penitenciario mediante el aumento de la infraestructura carcelaria. Durante 2003, junto con el Senador se�or Antonio Horvath, presentamos la denominada Agenda de Seguridad Ciudadana, la cual incorporaba algunas medidas que no aparecen recogidas en el informe y que deseamos proponer, pues las estimamos, m�s que efectistas, efectivas. En primer lugar, la relativa a la responsabilidad de los delincuentes menores de edad. Su creciente participaci�n en delitos -aprovech�ndose de su inimputabilidad o bien su utilizaci�n por bandas organizadas- hace necesario enfrentar la situaci�n con normas destinadas a modificar el tratamiento que les aplica la ley penal -lo plante� tambi�n la Senadora se�ora Frei-, y a evitar la comisi�n de il�citos por medio de la prevenci�n. (Entiendo que en poco tiempo m�s la Sala conocer� un proyecto sobre el tema). En segundo t�rmino, la Agenda apunta al perfeccionamiento de algunas disposiciones sobre robo y hurto, y comprende los "lanzazos" y el "robo hormiga". Tercero, tambi�n se proponen medidas para fortalecer y facilitar la acci�n de las polic�as y que incluyen procedimientos para la identificaci�n de sospechosos peligrosos. Cuarto, remediar situaciones -al respecto plante� un proyecto que, seg�n el se�or Ministro del Interior, el Ejecutivo patrocinar�; espero que ese anuncio se materialice- que afectan a la se�ora Juanita: no es posible que, viviendo en los sectores poblacionales m�s modestos, subsidie a empresarios que organizan espect�culos p�blicos con fines de lucro. Y voy a poner un solo ejemplo, porque no dispongo de mucho tiempo. En Valpara�so hay mil 100 carabineros. Cada vez que viene un artista famoso o se juega un partido de f�tbol, 330 de ellos son destinados al estadio. �Qu� pasa con la se�ora Juanita? Tiene que bat�rselas con los delincuentes. Eso no debe continuar. No se puede seguir subsidiando a empresarios o a entidades con fines de lucro y dejar a la gente m�s modesta en manos de antisociales. Quinto, planteamos otra acci�n efectiva y no efectista: reincorporar a los carabineros jubilados, con el aporte de las municipalidades u otros medios. Aqu� se ha mencionado la existencia de un d�ficit superior a 8 mil polic�as en todo Chile. Y como resulta que las escuelas matrices no pueden formarlos como si hicieran pan, es imposible resolverlo. �Cu�l ser�a un procedimiento efectivo? Recontratar a funcionarios con experiencia, que saben hacer la pega y que, adem�s, hayan sido bien evaluados. En cuanto a la ampliaci�n del Plan Cuadrante a las Regiones con mayores �ndices de delincuencia, creo que ha funcionado y habr� que continuar extendi�ndolo. Entre otras medidas de prevenci�n de la delincuencia, cabe mencionar la limitaci�n de la libertad provisional de los delincuentes reincidentes. Al respecto, recojo las palabras del Senador se�or N��ez, en el sentido de que ciertas medidas incomodan a quienes dicen que no se puede tocar la libertad. El se�or ROMERO (Presidente).- Ha concluido su tiempo, Su Se�or�a. El se�or PROKURICA.- Termino en seguida, se�or Presidente. Creo que limitar la libertad provisional a delincuentes reincidentes y peligrosos da m�s libertad a la gente decente y, a mi juicio, hay que hacerlo. Finalmente -con toda l�gica lo se�al� el Intendente se�or Luis Guastavino-, los delincuentes han sido objeto de todo tipo de derechos y de preocupaciones. Pero los �ndices de delincuencia siguen subiendo, pues, como expres� al iniciar mi intervenci�n, quienes delinquen piensan que ahora hay m�s posibilidades para cometer il�citos. El se�or ROMERO (Presidente).- Habi�ndose cumplido su objetivo, se levanta la sesi�n. --Se levant� a las 14:4. Manuel Oca�a Vergara, Jefe de la Redacci�n