REP�BLICA DE CHILE DIARIO DE SESIONES DEL SENADO PUBLICACI�N OFICIAL LEGISLATURA 352�, EXTRAORDINARIA Sesi�n 16�, en martes 30 de noviembre de 2004 Especial (De 10:57 a 12:2) PRESIDENCIA DEL SE�OR HERN�N LARRA�N FERN�NDEZ, PRESIDENTE SECRETARIO, EL SE�OR CARLOS HOFFMANN CONTRERAS, TITULAR ____________________ � N D I C E Versi�n Taquigr�fica P�g. I. ASISTENCIA......................................................................................................... II. APERTURA DE LA SESI�N............................................................................... III. CUENTA..........................................................................�. IV. ORDEN DEL D�A: Homenaje en memoria de Presidente de Autoridad Nacional Palestina, Yasser Arafat (se rinde)..................................................... VERSI�N TAQUIGR�FICA I. ASISTENCIA Asistieron los se�ores: --Aburto Ochoa, Marcos --Canessa Robert, Julio --Cantero Ojeda, Carlos --Cariola Barroilhet, Marco --Chadwick Pi�era, Andr�s --Coloma Correa, Juan Antonio --Cordero Rusque, Fernando --Espina Otero, Alberto --Fern�ndez Fern�ndez, Sergio --Flores Labra, Fernando --Foxley Rioseco, Alejandro --Frei Ruiz-Tagle, Carmen --Garc�a Ruminot, Jos� --Horvath Kiss, Antonio --Larra�n Fern�ndez, Hern�n --Lavandero Illanes, Jorge --Matthei Fornet, Evelyn --Mu�oz Barra, Roberto --Naranjo Ortiz, Jaime --N��ez Mu�oz, Ricardo --Ominami Pascual, Carlos --Orpis Bouch�n, Jaime --P�ez Verdugo, Sergio --Parra Mu�oz, Augusto --Pizarro Soto, Jorge --Prokurica Prokurica, Baldo --R�os Santander, Mario --Romero Pizarro, Sergio --Ruiz De Giorgio, Jos� --Ruiz-Esquide Jara, Mariano --Sabag Castillo, Hosa�n --Silva Cimma, Enrique --Stange Oelckers, Rodolfo --Vald�s Subercaseaux, Gabriel --Vega Hidalgo, Ram�n --Zald�var Larra�n, Andr�s Concurri�, adem�s, el se�or Ministro de Educaci�n. Actu� de Secretario el se�or Carlos Hoffmann Contreras, y de Prosecretario, el se�or Jos� Luis Alliende Leiva. II. APERTURA DE LA SESI�N --Se abri� la sesi�n a las 10:57, en presencia de 23 se�ores Senadores. El se�or LARRA�N (Presidente).- En el nombre de Dios, se abre la sesi�n. III. CUENTA El se�or LARRA�N (Presidente).- Se va a dar cuenta de los asuntos que han llegado a Secretar�a. El se�or ALLIENDE (Prosecretario).- Las siguientes son las comunicaciones recibidas: Oficios De la Excelent�sima Corte Suprema, por medio del cual emite su parecer respecto del proyecto de ley, en primer tr�mite constitucional, que faculta al Pleno del M�ximo Tribunal para autorizar el funcionamiento de salas en las Cortes de Apelaciones, durante el feriado judicial (Bolet�n N� 3.728-07). --Se toma conocimiento y se manda agregar el documento a sus antecedentes. Del se�or Ministro del Trabajo y Previsi�n Social, mediante el cual da respuesta a un oficio enviado en nombre del Senador se�or Stange, referido al acrecimiento de la pensi�n de orfandad de las personas que indica. Seis del se�or Ministro de Obras P�blicas: Con el primero responde un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Espina, relativo a la construcci�n de un puente sobre el r�o Vergara, en la comuna de Renaico. Con los dos siguientes contesta igual n�mero de oficios dirigidos en nombre del Senador se�or Horvath: uno sobre la habilitaci�n del camino que indica, en la provincia de Capit�n Prat, y otro, respecto de un camino en el sector del fiordo Mitchel, Und�cima Regi�n. Con el cuarto da respuesta a un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Moreno, tocante a problemas en la parcelaci�n La Puerta, comuna de Santa Cruz. Con los dos �ltimos responde sendos oficios dirigidos en nombre del Senador se�or Stange, acerca de la iluminaci�n del sector que se�ala, de la obra concesionada ruta 5 R�o Bueno-Puerto Montt, y sobre suministro de agua potable para la comuna de Hualaihu�. Del se�or Ministro de Salud, con el que da respuesta a un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Espina, atinente a la situaci�n de los funcionarios del Hospital de Temuco. De la se�ora Ministra de Vivienda y Urbanismo, mediante el cual contesta un oficio enviado en nombre del Senador se�or Horvath, sobre la disponibilidad de terrenos para la construcci�n de viviendas en Puerto Puyuhuapi. Del se�or Ministro de Miner�a, con el que da respuesta a un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Prokurica, referido a problemas en los remates de pertenencias mineras. Del se�or Subsecretario de Pesca, a trav�s del cual responde un oficio dirigido en nombre del Senador se�or Horvath, acerca de la posibilidad de declarar en estado de cat�strofe a las provincias de Ais�n y Capit�n Prat, por las razones que indica. Del se�or Director de la Direcci�n de Compras y Contrataci�n P�blica, con el que contesta un oficio enviado en nombre de los Senadores se�ores Espina y Garc�a, concerniente a las contrataciones de difusi�n radial en la Regi�n de La Araucan�a. Del se�or Director Nacional subrogante del Servicio Nacional del Consumidor, mediante el cual responde un oficio enviado en nombre del Senador se�or Cantero, referido a la situaci�n del conjunto habitacional Tucnar Huasi, de la comuna de Calama. Del se�or Presidente Ejecutivo de la Corporaci�n Nacional del Cobre de Chile, con el que da respuesta a un oficio dirigido en nombre del Honorable se�or Cantero, sobre el traslado de trabajadores de la empresa desde Chuquicamata a Calama. De la se�ora Intendenta subrogante de la D�cima Regi�n, por medio del cual responde un oficio enviado en nombre del Senador se�or Stange, sobre suministro de energ�a el�ctrica para la localidad de Cheuquem�, comuna de R�o Negro. Del se�or Director del Servicio de Salud Llanquihue Chilo� Palena, a trav�s del cual contesta un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Stange, referente a un foco de insalubridad en la poblaci�n Villa Los Poetas 1, de Calbuco. Del se�or Alcalde de Temuco, con el que da respuesta a un oficio dirigido en nombre del Senador se�or Garc�a, acerca del estado de los conjuntos habitacionales entregados por el SERVIU en la comuna, en los �ltimos a�os. --Quedan a disposici�n de los se�ores Senadores. Proyecto de acuerdo Del Senador se�or Larra�n, mediante el cual solicita a Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica declarar el 29 de noviembre de cada a�o como "D�a de la amistad y la paz entre chilenos y argentinos" (Bolet�n N� S 769-12). (V�ase en los Anexos el documento) --Queda para el Tiempo de Votaciones de la pr�xima sesi�n ordinaria. El se�or LARRA�N (Presidente).- Terminada la Cuenta. IV. ORDEN DEL D�A HOMENAJE EN MEMORIA DE PRESIDENTE DE AUTORIDAD NACIONAL PALESTINA, YASSER ARAFAT El se�or LARRA�N (Presidente).- En conformidad con lo acordado por los Comit�s y a solicitud de la bancada del Partido Socialista, se convoc� a esta sesi�n especial para que el Senado de Chile rinda homenaje en memoria del Presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasser Arafat, recientemente fallecido. Saludo a todas las autoridades e invitados que hoy nos acompa�an en las tribunas con ocasi�n de tan importante tributo: Al Arzobispo Metropolitano de la Iglesia Ortodoxa de Chile, Monse�or Sergio Abad; a los se�ores Diputados del Consejo Nacional Palestino; al Excelent�simo Embajador de Palestina en Chile, don Sabri Ateyeh; al Excelent�simo Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Jordania, se�or Nabil Masarweh; al Excelentisimo Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Egipto, don Abdel-Mohsen Omar Makhyoun; al Excelent�simo Embajador Extraordinario y Plenipotenciario del L�bano, se�or Mourad Jammal; al Excelent�simo Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la Rep�blica Argelina Democr�tica y Popular, don Mohamed Benhocine; al Excelent�simo Embajador de Marruecos, se�or Abdelhadi Boucetta; al Encargado de Negocios de la Rep�blica �rabe Siria, don Bahjat Doughman; a los se�ores C�nsules de las Rep�blicas �rabes de Siria y Jordania; a los se�ores presidentes, directores y miembros de diversas instituciones chileno-�rabes radicadas en nuestro pa�s; a los se�ores Directores de la Fundaci�n Palestina Bel�n, y a diversos integrantes de la colonia palestina en Chile que hoy se hallan presentes en las tribunas. En mi calidad de Presidente del Senado, me corresponde el honor de introducir esta sesi�n especial convocada para rendir homenaje al insigne l�der palestino Yasser Arafat, recientemente fallecido. Sin lugar a dudas, la figura y el legado de Yasser Arafat han sido y seguir�n siendo para muchos motivo de controversia. No podr�a ser de otra manera, desde el momento en que durante toda su vida �l se constituy� en uno de los principales actores, en l�der, del duro proceso, a�n pendiente, de constituci�n de un Estado palestino, proceso que ha marcado profundamente y en diversos grados la vida pol�tica y social de los habitantes del Medio Oriente, quienes han sufrido el cruento conflicto que ha asolado a la regi�n. Sin perjuicio de lo anterior, y dejando a un lado las posiciones irreconciliables que muchos quieren sostener y mantener con respecto a estas materias, es nuestro deber reconocer en esta oportunidad que durante m�s de cuatro d�cadas, Yasser Arafat simboliz� las aspiraciones nacionales del pueblo palestino, tanto de los habitantes de ese territorio como de quienes est�n dispersos por el mundo, logrando, a trav�s de su obra, que la causa palestina fuese reconocida a nivel internacional como la lucha de su gente por la independencia y por el derecho a la autodeterminaci�n del pueblo palestino. En esa labor, a la cual dedic� toda su vida y sus energ�as, cabe destacar su logro tal vez m�s importante: un liderazgo capaz de movilizar a todo su pueblo, que se pudo consagrar finalmente en la aceptaci�n del principio de convivencia pac�fica entre el Estado de Israel y el futuro Estado Palestino, hecho que tuvo su principal reconocimiento en la firma de los Acuerdos de Oslo del a�o 1993. Sin embargo, Yasser Arafat, como muchos otros hombres y mujeres, tanto jud�os como palestinos, no alcanz� a ver concretada en vida la aspiraci�n de reconocer la coexistencia pac�fica de ambos Estados. Lo anterior, lejos de ser un fracaso, debe constituir un renovado aliciente para el pueblo palestino, en orden a perseverar en la necesaria consolidaci�n del dif�cil pero esperanzador proceso de paz en la regi�n, con el fin de lograr prontamente la paz y la armon�a que el mundo quiere para palestinos y jud�os. La muerte de Yasser Arafat constituye para el pueblo palestino un dolor enorme y una p�rdida irreparable. No obstante, nadie conoce los designios del Se�or y bien puede ser �sta una oportunidad para sensibilizar a los m�s directamente involucrados en la necesidad impostergable de abrir un espacio para renovar los esfuerzos destinados a construir la paz en el Medio Oriente y dar forma a una soluci�n justa: justa para Palestina y justa para Israel. �se es el deseo m�s ferviente de todo Chile, y pienso que tambi�n del mundo entero. Por todo lo anterior, quiero expresar, en mi nombre y en el del Senado de la Rep�blica, nuestras m�s sentidas condolencias a la numerosa colonia palestina residente en el pa�s, as� como a la Autoridad Palestina, liderada hasta hace muy poco por Yasser Arafat. Queremos reiterarles la plena disposici�n de esta Alta Corporaci�n a cooperar, en lo que est� a nuestro alcance, para el reconocimiento de los derechos del pueblo palestino y la m�s plena y total convivencia pac�fica en el Medio Oriente, que permita a sus habitantes disfrutar de los beneficios de la armon�a, de la cooperaci�n y del entendimiento entre las naciones. Como lo afirmara el Sumo Pont�fice Juan Pablo II en febrero de este a�o, refiri�ndose precisamente a los problemas del Medio Oriente, "Nadie debe caer en la tentaci�n del desaliento y, mucho menos, en las del odio o las represalias. Lo que la Tierra Santa necesita es reconciliaci�n: perd�n, no venganza; puentes, no muros. Esto exige que todos los l�deres de la regi�n, con la ayuda de la comunidad internacional, sigan el camino del di�logo y la negociaci�n, que lleva a la paz duradera". Muchas gracias. --(Aplausos en la Sala y en tribunas). El se�or LARRA�N (Presidente).- En seguida, en representaci�n del Comit� Socialista y del Partido Radical Social Dem�crata, tiene la palabra el Senador se�or N��ez. El se�or N��EZ.- Se�or Presidente, en primer lugar, en nombre de la bancada del Partido Socialista y del Partido Radical Social Dem�crata, agradezco a mis colegas el haber aceptado realizar esta reuni�n solemne para rendir homenaje en memoria de un hombre excepcional: Yasser Arafat. Se�or Presidente, un peri�dico de Jerusal�n se�al� hace pocos d�as lo siguiente: "Cerr� sus ojos y su gran coraz�n se detuvo. Parti� hacia Dios pero sigue presente entre este gran pueblo". Con estas palabras y en medio del llanto de sus colaboradores m�s cercanos, el mundo fue notificado del deceso de Yasser Arafat. Miles de palestinos se abalanzaron a las calles de Ramallah, de Jenin, de Hebr�n y de la Franja de Gaza, llorando por su l�der, por su padre, por el Abu Ammar (Padre Constructor) de su pueblo. Su vida se detuvo sin poder ver a su amada Palestina liberada y soberana. Otros ser�n los que deber�n enarbolar la bandera que Yasser Arafat mantuvo en alto durante m�s de cuatro d�cadas. Su lucha, sus convicciones, sus sue�os seguir�n alumbrando el camino de un pueblo que aspira -como todos- a vivir en paz, sin odios ni muertes que enluten su futuro. Arafat el hombre, el ingeniero; Arafat el pol�tico; Arafat el Nobel de la Paz; Arafat el padre y constructor del anhelado Estado palestino. En �l se conjugan y sintetizan las vicisitudes, contradicciones y circunstancias de un hombre de su tiempo: amado por su pueblo y combatido por quienes, puestos en iguales coyunturas hist�ricas, seguramente no habr�an cejado un solo instante por impedir que el territorio de sus mayores, de sus ancestros, de sus seres queridos, terminara en manos de otros. Ha muerto un hombre y un gu�a, quien, a partir de Al Fatah, se erigi� en el l�der indiscutido de la Organizaci�n para la Liberaci�n de Palestina (OLP), de la cual fue fundador, para transformarse luego en el gran Presidente de la Autoridad Nacional Palestina. Sus restos inhumados en la Mukata de Ramallah, �ltima morada, devenida en una suerte de prisi�n por los designios de aquellos a quienes combati� durante tantos a�os, recibieron el saludo, el afecto, el cari�o de un pueblo que no alcanza a�n a comprender ese aciago momento, esta p�rdida irreparable. El saludo, la congoja y la pena llegaron de todos los rincones del mundo a los nuevos dirigentes de la OLP y, por cierto, a los de la Autoridad Nacional Palestina. Presidentes y dignatarios, gente simple y corriente, hombres y mujeres que supieron de las luchas de Yasser Arafat, se sumaron al luto que entristece a una naci�n ocupada y golpeada por el flagelo de la guerra y el sinsentido de la violencia. Miles de j�venes y viejos palestinos se agolparon en las calles de Ramallah para dar el �ltimo adi�s a los restos del rais. Todos quieren tocar el f�retro de su Presidente, para de ese modo entregar la �ltima caricia, aquella que ha de quedar en la memoria, que servir� de veh�culo para transmitir el coraje, la decisi�n y el legado que ellos deber�n cumplir. Atr�s quedan el recuerdo de su simb�lica llegada a las Naciones Unidas y las im�genes de Camp Davis, en sus intentos de arribar a la anhelada paz. Otros hoy deber�n seguir su huella. Ser�n ellos los mandatados para mantener la unidad de su pueblo y hacer carne la tarea inconclusa, la que tantas vidas se ha llevado consigo. Los socialistas de Chile y los socialdem�cratas de Chile esperamos que la semilla de Yasser Arafat haya ca�do en tierra f�rtil, a fin de que todos los que tienen algo que decir y algo que hacer depongan los odios, declinen el ego�smo y tiendan las manos para que la fraternidad entre los hombres se ense�oree en esas tierras y la paz pueda tornarse realidad. Dos Estados con fronteras n�tidas y seguras son un objetivo que apoyamos. Asimismo, respaldamos el retorno de los miles y miles de refugiados palestinos, que piden y exigen volver a las tierras de sus antepasados. Nadie puede restarse a esa tarea. Ella constituye un imperativo pol�tico y, por sobre todo, moral. Ya son demasiadas las vidas ca�das, muchas las l�grimas derramadas. Es hora de que toda la gente de buena voluntad, la que mir� con horror la tragedia de las Torres Gemelas, la que llor� por los muertos de Atocha, la que march� por las calles y plazas del mundo para levantar sus voces contra las atrocidades de una guerra preventiva en Iraq, as� como todos nosotros, pidamos -y exijamos- por la seguridad y la paz en los territorios palestinos. No queremos m�s palestinos ni israel�es muertos. No queremos que esa tierra siga ti��ndose de sangre. He dicho. (Aplausos en la Sala y en tribunas). El se�or LARRA�N (Presidente).- Tiene la palabra, en representaci�n del Comit� Renovaci�n Nacional, el Senador se�or Mario R�os. El se�or R�OS.- Se�or Presidente, agradezco a mis colegas de Partido el permitirme expresar algunas palabras en esta sesi�n, que a mi juicio adquiere trascendencia, no s�lo para los efectos de entregar la visi�n sobre un l�der que gui� al pueblo palestino en los momentos m�s duros y dif�ciles de su historia, sino tambi�n para nuestra propia vida ciudadana, por la extensi�n, presencia y permanencia en Chile de ese pueblo, confundido ya con la sangre de todos los habitantes de este pa�s. Se�or Presidente, "l�der" es aquel que, siendo el �nico, independiente y aut�nomo en sus decisiones, representa el quehacer, los valores y los principios de toda una sociedad. Es admirable c�mo todas las naciones elevan a categor�as casi sacras el instante en que logran la independencia y la soberan�a de su territorio. Pero, sin lugar a dudas, las aspiraciones de los pueblos requieren ser encarnadas en una persona que cristalice las energ�as del torrente de un pa�s. A lo largo de la historia hemos conocido m�s nombres de hombres o mujeres que ideas triunfadoras. El pueblo palestino tuvo en Yasser Arafat a la persona precisa en los momentos adecuados. De familia acomodada, Muhammad -el nombre de nacimiento de Arafat- estudio Ingenier�a Civil en El Cairo, aunque en su vida posterior portar�a con m�s frecuencia el fusil que las herramientas propias de un ingeniero. De hecho, milit� en el ej�rcito egipcio durante la primera guerra �rabe-israel�, en 1948. En octubre de 1957, Yasser Arafat tradujo su militancia por el establecimiento de un Estado palestino en la fundaci�n del movimiento independentista Al Fatah, el cual se integr� a la Organizaci�n para la Liberaci�n de Palestina (OLP) en 1968. La tenaz resistencia de la poblaci�n �rabe de Gaza, Cisjordania y Jerusal�n Oriental encontr� en Arafat al soldado de trinchera y a la figura de cr�dito internacional que, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas de 1974, instaba a los pa�ses a no dejar caer "la rama de olivo de mi mano", mientras en la otra empu�aba "el fusil del combatiente por la libertad". Yasser Arafat y las autoridades palestinas vivieron en los �ltimos a�os en toda su plenitud la globalizaci�n. Existen dos globalizaciones, se�or Presidente, y cada una tiene enemigos y amigos, partidarios: la globalizaci�n econ�mica, donde se manifiesta una parte importante de los dirigentes pol�ticos contrarios a ella, y la globalizaci�n de las ideas, en que una parte importante tambi�n de los pol�ticos, de un pa�s o de todo el mundo, se expresa en su contra. Por eso, cada vez que se pretenda desarrollar una acci�n donde est� presente la globalizaci�n, sin duda alguna, existir�n much�simas situaciones de an�lisis que ir�n provocando hechos trascendentes en el quehacer de aqu�lla. Yasser Arafat y el pueblo palestino se envuelven en la globalizaci�n de las ideas. En ella, todos los pa�ses del mundo -y fundamentalmente una parte de Europa Occidental y una parte importante de Am�rica del Norte- adquieren cierta propiedad para hablar de los asuntos palestinos, del Medio Oriente y de las cuestiones �rabes en general. Esa participaci�n en la globalizaci�n de las ideas y las acciones ejecutivas de distintos pa�ses y organismos internacionales van creando en el transcurso de los a�os situaciones diversas que, casi invariablemente, terminan empeorando las cosas y destruyendo las esperanzas y los sue�os de los pueblos. Es que en la globalizaci�n de las ideas siempre resulta muy dif�cil entender el alma de una naci�n, el alma de una sociedad. En tal sentido -y lo expreso aqu� en forma muy sincera, comprendiendo el valor que pueden tener muchas participaciones e intereses de otros lados-, creo que Occidente jam�s ha entendido el alma del pueblo palestino. Y pareciera que no la seguir� entendiendo, por aquellas otras versiones sobre este tema que hemos conocido en el �ltimo tiempo. Los palestinos no s�lo tienen presencia en el Medio Oriente, que es su tierra natal, sino que, adem�s, conquistan otros lugares del mundo. Y aqu� quiero hacer una menci�n especial. �Por qu� motivo es trascendente para Chile el fallecimiento de Yasser Arafat, que, por supuesto, no constituye s�lo un tema pol�tico que importa a nivel mundial? Nos interesa porque representa a aquel hombre y a aquella mujer que viven al frente de nuestra casa; a aquel que es compa�ero en nuestro trabajo; a aquel que se encuentra sentado aqu�, en el Senado; a aquel que desarrolla una actividad cultural determinada; a aquel gran empresario; a aquel comerciante; a aquella persona que traduce sus esfuerzos y su trabajo en nuestra tierra; a aquel que se halla en la m�s grande de las urbes o en el m�s peque�o de los pueblos; a aquel que, confundido con toda la realidad geogr�fica y social de nuestro pa�s, logr�, a trav�s de una emigraci�n admirable, ir ubic�ndose en todo el territorio nacional, donde encontr� a hombres y mujeres que lo acogieron con los brazos abiertos, lo abrazaron y transformaron a los �rabes en general y a los palestinos en particular en parte de nuestra sangre, en parte de nuestras esperanzas y en parte, tambi�n, de nuestras ilusiones. Se�or Presidente, deseo leer lo que escribi� la prensa sobre el momento en que los restos de Yasser Arafat llegaban de Europa a su tierra: "Luego de bajado el ata�d, envuelto en la bandera palestina, la multitud pr�cticamente se apoder� de �l, pues todos deseaban tocar por �ltima vez el f�retro de Arafat y por eso se precipitaron sobre �ste haci�ndolo circular sobre los hombros por la Mukata, como se acostumbra con los m�rtires que dan la vida por su pueblo. "La bandera palestina que cubr�a el ata�d se desgarr�, y un hombre cubri� el caj�n con una kefiah, de cuadros blancos y negros, como la que siempre us� Arafat. "Miles de hombres, mujeres y ni�os que portaban retratos de Arafat y banderas, y que usaban en torno al cuello o la cabeza la kefiah, el s�mbolo de la resistencia palestina, participaron en la despedida al grito de "�Abu Ammar!, �Abu Ammar!". No pocos hab�an viajado desde lugares distantes de los territorios palestinos. "Finalmente el f�retro fue trasladado a paso lento hasta su sepultura en la Mukata, donde antes fue ubicado en un sarc�gafo en el que se coloc� tierra trasladada desde la Explanada de las Mezquitas, en Jerusal�n.". Se�or Presidente, termino mis palabras dirigi�ndome a las autoridades de la Embajada palestina; a los palestinos que nos acompa�an en las tribunas de esta Corporaci�n; a la colonia palestina residente en Chile, para manifestarles que entendemos y compartimos sus sentimientos de dolor por la muerte de ese aut�ntico l�der, as� como aquilatamos la trayectoria y lucha del rais durante toda una vida dedicada a la causa de su pueblo. Estamos seguros de que su sacrificio no ser� en vano y de que su ejemplo servir� para concretar los anhelados sue�os de paz y de amistad que tanto reclama la Humanidad para el Medio Oriente. Y eso se lograr� �nica y exclusivamente con el establecimiento de un Estado palestino. He dicho. --(Aplausos en la Sala y en tribunas). El se�or LARRA�N (Presidente).- En seguida har� uso de la palabra, en representaci�n del Comit� Uni�n Dem�crata Independiente, el Senador se�or Sergio Fern�ndez. El se�or FERN�NDEZ.- Se�or Presidente, en medio de la consternaci�n que la muerte de Yasser Arafat suscit� en el mundo entero, y ciertamente en nuestro pa�s, muchos se habr�n preguntado por qu� el responso con que fue recordado en Chile tuvo lugar bajo el rito de la Iglesia Cristiana Ortodoxa. Ese hecho demuestra el escaso conocimiento que los chilenos tenemos de una cultura que, pese a la distancia, nos debiera resultar tan cercana como la propia, si se tiene en cuenta la numerosa colonia palestina radicada en nuestro pa�s, al igual que su inmensa contribuci�n al desarrollo de nuestra patria. Pues bien, la respuesta es tan simple como sorprendente para quienes identifican a Palestina s�lo con el islamismo. Los primeros palestinos que llegaron a estas tierras, provenientes de Beit Yala y Bet Sahur, eran cristianos, una minor�a dentro del mundo musulm�n. Seg�n explican los estudiosos de la migraci�n �rabe a Chile, se trataba de agricultores y artesanos que, a trav�s de las misiones de las potencias occidentales de aquella �poca, estaban en contacto con la idea de asentarse en Am�rica. �sa es la raz�n de que la mayor�a de quienes arribaron fueran cristianos ortodoxos. Aquello ocurr�a entre 1860 y comienzos del siglo XX, d�cadas en las cuales se concentra la gran migraci�n �rabe a tierras americanas. En Chile, en tanto, m�s del 80 por ciento de los �rabes se radican en los tres primeros decenios del siglo pasado. Fiel representante de su pueblo, Yasser Arafat encarn� en s� la lucha que su gente ha vivido, no s�lo en el territorio que demanda, sino tambi�n en otras latitudes, como estas lejanas tierras elegidas como segunda patria. Al igual que muchos de sus compatriotas residentes en Chile, Yasser Arafat vivi� la mayor parte de su existencia fuera de su pa�s, pr�cticamente desde la infancia hasta el 13 de mayo de 1994, cuando la Organizaci�n para la Liberaci�n de Palestina, que dirig�a, recibi� el control de Gaza, en uno de los actos m�s significativos para la paz de que haya sido testigo la historia reciente. Arafat fue un personaje de m�ltiples facetas que lo hicieron controvertido a los ojos de un Occidente poco conocedor de la realidad del mundo �rabe. Sin embargo, un an�lisis profundo y desinteresado de su acci�n pol�tica, y especialmente los esfuerzos por la paz que con tanto esmero llev� adelante en los �ltimos a�os de su vida, son testimonio fiel y contundente de su vocaci�n por el camino del entendimiento. Fueron esos esfuerzos precisamente los que se le reconocieron cuando el 14 de octubre del mismo a�o en que volvi� a su patria fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz junto a los otros dos art�fices de los acuerdos de Oslo, Yitzhak Rabin y Shimon Peres, y poco despu�s, con el no tan conocido pero no menos importante Premio Pr�ncipe de Asturias a la Cooperaci�n Internacional, en Espa�a. Vista en perspectiva, la acci�n pol�tica de Arafat evolucion� hacia lo que los expertos llaman el "posibilismo", es decir, una actitud m�s pragm�tica, menos contaminada por fanatismos dogm�ticos y m�s comprometida con el realismo del di�logo y los acuerdos que, en definitiva, se tradujeron para el pueblo palestino en avances fundamentales para sus pretensiones y que hoy le significan el reconocimiento internacional de su estatus. Desde que en el XI Congreso Nacional Palestino, celebrado en enero de 1973, Arafat fue nombrado Jefe del Departamento Pol�tico de la OLP, no ces� en sus esfuerzos diplom�ticos para aunar apoyos y reconocimientos de gobiernos y organismos internacionales a su causa. Y no tard� en conseguir �xitos en este loable empe�o. As�, en noviembre de ese mismo a�o la OLP fue reconocida como la �nica representante del pueblo palestino en la VI Cumbre de la Liga �rabe. A lo largo del a�o siguiente, los afanes de Arafat por hacer realidad el derecho a la autodeterminaci�n del pueblo palestino tuvieron mayores frutos. En un breve lapso obtuvo el reconocimiento de importantes organizaciones internacionales, entre las que se cuentan la Organizaci�n para la Unidad Africana y la UNESCO, y la significativa aprobaci�n de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que ya en su Resoluci�n 2535, de 9 de diciembre de 1969, hab�a reafirmado los "derechos inalienables" del pueblo palestino, y luego, en la Resoluci�n 3210, reconoci� a la OLP como representante leg�tima de su pueblo y la invit� a participar en los debates sobre los asuntos que le conciernen. Fue precisamente con ocasi�n de ese reconocimiento que Yasser Arafat pronunci� la c�lebre alocuci�n en que proclam� al mundo: "Vengo con el fusil de combatiente de la libertad en una mano y la rama de olivo en la otra. No dejen que la rama de olivo caiga de mi mano". Finalmente, por las Resoluciones 3236 y 3237, Naciones Unidas reconoci� el derecho del pueblo palestino a la autodeterminaci�n, a la independencia y a la soberan�a nacional. Comienza as� un largo proceso, cuyo momento c�lmine, hasta ahora, fue el sincero saludo entre Yasser Arafat y Yitzhak Rabin, mediante el cual sellaron los acuerdos de Oslo, que otorgar�an definitivamente a los palestinos el control sobre ciertos territorios, dando origen al Estado palestino. El deceso de Yasser Arafat significa la desaparici�n, no s�lo de uno de los l�deres mundiales de la segunda mitad del siglo XX, sino tambi�n de un s�mbolo de la lucha de los pueblos por su autodeterminaci�n. En momentos en que nuestro pa�s goza de paz y en que se a�nan los esfuerzos en pro del desarrollo, tengamos siempre presentes la historia del pueblo palestino y la entrega de vida de Yasser Arafat por la b�squeda de esos bienes, cuyo valor no pocas veces olvidamos. En nombre de la Uni�n Dem�crata Independiente (UDI) y en el m�o propio, vayan nuestro homenaje y nuestro reconocimiento a los �rabes, a la comunidad palestina y a su desaparecido l�der. He dicho. --(Aplausos en la Sala y en tribunas). El se�or LARRA�N (Presidente).- Tiene la palabra, en representaci�n del Comit� del Partido Por la Democracia, el Honorable se�or Mu�oz Barra. El se�or MU�OZ BARRA.- Se�or Presidente, Honorables Senadoras y Senadores: Se ha extinguido la vida de un gran l�der, Yasser Arafat, quien represent� como ning�n otro el alma del pueblo palestino. Abu Ammar, o Padre Constructor, que fue su nombre de batalla, proven�a de un linaje ilustre, que se remontaba, por ascendencia de su madre, a F�tima, hija del profeta Mahoma. �ste es un hecho especial, que en la cultura isl�mica significa formar parte de un n�cleo humano que marca a los descendientes, impuls�ndolos a cumplir roles destacados en la continuidad del credo filos�fico fundacional de sus antecesores, contextualizado seg�n avanza la historia. Ingeniero civil de profesi�n, luchador por vocaci�n, Yasser Arafat fue indudablemente el s�mbolo de la causa palestina. Reitero, en ese aspecto, que fue el fundador de la moderna naci�n palestina y luch� por el sue�o de instaurar un Estado palestino independiente. Fundador de Al Fatah, l�der de la Organizaci�n para la Liberaci�n de Palestina y Presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasser Arafat recorri� durante su vida un largo camino de luchas y de entrega a los ideales m�s altos de su pueblo, ruta que termin� con su confinamiento en Ramallah. Para los palestinos, este hombre represent� sus aspiraciones m�s profundas; represent� -qu� duda cabe- la consecuencia y el coraje para enfrentar la adversidad. Yasser Arafat nunca abandon� a su pueblo ni a sus combatientes, ya fuera en la guerra, en la victoria o en la derrota. Su sello consisti� en mantener siempre en alto la esperanza, fuera con un arma o con una rama de olivo, como lo expres� -y se ha reiterado aqu�- en la Asamblea General de las Naciones Unidas. El�as Sanbar lo recuerda que "era un resistente que, luego de noches interminables de debates apasionados, suspendiera las sesiones del Consejo Nacional Palestino, nuestro Parlamento en el exilio, para que nosotros escuch�semos, todos unidos y encantados, a Mahmud Darwich, declamar sus bellos poemas". En una dimensi�n m�s sociol�gica, el liderazgo de Arafat signific� la f�rrea cohesi�n del pueblo palestino. Los soci�logos y los cientistas pol�ticos afirman, entre otras cosas, que es el Estado el que cohesiona la sociedad y el que da las pautas que generan identidades comunitarias que dan solidez a la naci�n. Sin embargo, el pueblo palestino carece de Estado y, por este hecho, del "agente decisivo de la asimilaci�n", como lo caracterizara Noiriel. Uno puede pensar que quienes se oponen a la creaci�n de un Estado palestino buscan que el pueblo palestino o la naci�n palestina se disperse, que su sentido de pertenencia a una comunidad se diluya y que su aspiraci�n a poseer un Estado se extinga. Pero nada de eso ha ocurrido. Para el pueblo palestino, Yasser Arafat fue el gran cohesionador social. Fue quien dio a los palestinos sentido de pertenencia a una comunidad cuyas fronteras f�sicas o territoriales, indudablemente, son difusas. Fue el que dio sentido a su lucha por la libertad, por su territorio y por la existencia de un Estado palestino. Desaparecido f�sicamente, es tan fuerte el sentimiento que Arafat ciment�, que estamos seguros de que la cohesi�n del pueblo palestino continuar� hasta ver convertido en realidad el Estado al que con legitimidad aspira. �ste ser�, por cierto, el mejor homenaje que su pueblo le rinda. Uno de los momentos m�s importantes en su vida ocurri� cuando -una vez alcanzados los Acuerdos de Oslo y formalizados significativamente con un apret�n de manos entre Arafat y el Premier israel�, Yitzhak Rabin, en presencia del Presidente de Estados Unidos, Bill Clinton- obtuvo el Premio Nobel de la Paz junto con Rabin. Los Acuerdos de Oslo constituyeron un triunfo importante para el pueblo palestino, ya que pudo disponer de territorio, aunque con autonom�a limitada, en Gaza y Cisjordania. Muchos cre�mos en aquel momento que la paz entre palestinos e israelitas estaba cerca. Pero no fue as�. Rabin fue asesinado por un fan�tico israelita y desafortunadas circunstancias posteriores impidieron alcanzar la tan ansiada paz. Ante el problema del Medio Oriente, la muerte de Yasser Arafat nos lleva a reafirmar la posici�n de nuestro pa�s, que se ha caracterizado por: -El reconocimiento del Estado de Israel y el derecho a disponer de fronteras seguras que permitan vivir en paz a sus ciudadanos. -El derecho de los palestinos a tener su propio Estado independiente y soberano. -Apoyar la Resoluci�n 242 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas respecto a la inadmisibilidad de la adquisici�n de territorios mediante guerra. -En cuanto a Jerusal�n, Chile ha suscrito la doctrina del "Corpus Separatum", lo que significa un r�gimen internacional especial para esa ciudad, con participaci�n de la ONU. Esto se traduce en que ninguna de las partes involucradas tiene derecho a disponer de manera unilateral de ning�n sector de esa ciudad. Como Jerusal�n es considerado un lugar sagrado del cristianismo, del juda�smo y del islamismo, su futuro deber�a provenir tambi�n de una negociaci�n global. -La pol�tica global chilena es contraria a todo tipo de terrorismo, sea de Estado o de grupos. Rechaza, por lo tanto, los asesinatos selectivos, los atentados suicidas y todo acto de violencia que afecte a civiles inocentes, as� como aquellos actos de destrucci�n de centros urbanos, viviendas, infraestructura productiva y otros. -Contrario a la violencia y partidario de las soluciones negociadas, Chile apoya el proceso de paz iniciado entre Israel y Palestina durante la Conferencia de Madrid de 1991, as� como los Acuerdos de Oslo de 1993. Nuestra mayor aspiraci�n es que se materialicen los esfuerzos de hombres como Yasser Arafat y Yitzhak Rabin en favor de la paz entre los pueblos palestino e israel�. Se�ores Senadores, el funeral de Yasser Arafat fue una clara demostraci�n de su liderazgo y de la vigencia que su figura tiene en el presente y que tendr� en el futuro. Miles de dolientes en Ramallah expresaron sus emociones. Pudieron ser muchos m�s. Esa ceremonia -qu� duda cabe- revel� claramente la gran admiraci�n y el profundo amor que su pueblo le manifestaba. Fue un duelo compartido un�nimemente por los palestinos, quienes hab�an confiado en un hombre que parec�a resurgir de todas las adversidades, de todos los atentados y de todas las maniobras -incluso internacionales- para terminar con su liderazgo, que no s�lo alcanz� a los palestinos, sino que se extendi� por todo el mundo �rabe. Su sepelio en Ramallah y no en Jerusal�n, como era su voluntad, se convertir� seguramente en una nueva bandera de lucha que asumir� el pueblo palestino para que Yasser Arafat, Padre de la Patria Palestina, descanse definitivamente en la Ciudad Santa. En nombre del Partido Por la Democracia, entrego nuestras m�s sentidas condolencias por la muerte del Presidente Yasser Arafat a la Autoridad Nacional Palestina; al Embajador de Palestina en Chile, se�or Sabri Ateyeh, y a la comunidad palestina residente. He dicho. --(Aplausos en la Sala y en tribunas). El se�or LARRA�N (Presidente).- Finalmente, tiene la palabra el Honorable se�or Sabag, en representaci�n del Comit� Dem�crata Cristiano. El se�or SABAG.- Se�or Presidente, se�oras y se�ores Senadores: En primer lugar, quiero saludar a nuestros invitados que se encuentran en las tribunas del Senado. Al Excelent�simo Embajador de Palestina en Chile, don Sabri Ateyeh; a Monse�or Sergio Abad, Arzobispo Metropolitano de la Iglesia Ortodoxa de Chile; a los se�ores Diputados del Consejo Nacional Palestino; al Excelent�simo Embajador de Jordania, don Nabil S. Masarweth; al Excelent�simo Embajador de Egipto, don Abdelmohsen Omar Makhion; al Excelent�simo Embajador del L�bano, don Mounrad Jammal; al Excelent�simo Embajador de la Rep�blica de Argelia, don Mohamed Benhocine; al Excelent�simo Embajador de Marruecos, don Abdelhadi Boucetta; al Encargado de Negocios de la Rep�blica �rabe Siria, Honorable se�or Bahjat Doughman; a los se�ores C�nsules de la Rep�blica �rabe Siria y de Jordania; a los se�ores presidentes, directores e integrantes de instituciones chileno-�rabes; a los se�ores Directores de la Fundaci�n Bel�n 2000, y a los dem�s invitados especiales. El Senado de Chile rinde hoy sentido homenaje a quien fuera una de los principales figuras de la pol�tica internacional por cuatro d�cadas y l�der indiscutido del pueblo palestino: Yasser Arafat. Para comprender mejor la profunda motivaci�n que llev� a este l�der, como a otros patriotas palestinos que entregaron su vida por esta noble causa, es necesario conocer sucintamente parte de la historia de este pueblo. La historia de este conflicto se pierde en los siglos. Por las investigaciones arqueol�gicas, se sabe que el a�o 5000 a.C. ya hab�a asentamientos humanos en la regi�n, y que entre el 3000 y el 2500 a.C. se producir�a la llegada de los cananeos, que m�s tarde se fundir�an con los filisteos, dando origen al pueblo palestino. La arqueolog�a se�ala, asimismo, que alrededor del a�o 1250 a.C. habr�an llegado los israel�es a la tierra de Cana�n. Por cierto, la propia Biblia, en el Antiguo Testamento, da otras fechas, pero no constituyen datos objetivos. Lo que s� se sabe es lo documentado por la Historia: a lo largo de los �ltimos 3000 a�os Palestina pas� por las manos de Babilonia, del imperio griego de Alejandro Magno, de Roma, de Bizancio, de los cristianos, de los �rabes musulmanes, de los cruzados europeos, de los mamelucos egipcios, de los turcos otomanos y, desde 1917, del Imperio Brit�nico. Con todos esos antecedentes, resultaba previsible que los palestinos reclamaran por la decisi�n de fundar en esa zona el Estado de Israel, en 1948. Y esa disputa, enmarcada en una regi�n altamente sensible al conflicto, rodea y explica la figura hist�rica de Yasser Arafat. Cabe recordar que cuando las Naciones Unidas aprobaron la partici�n de Palestina, mediante la Resoluci�n N� 181, los �rabes palestinos sumaban el 70 por ciento del total de la poblaci�n y pose�an el 92 por ciento de la tierra, en tanto que Jerusal�n se consideraba dentro del 1 por ciento de la superficie que quedar�a como zona internacional. Hoy, aquel territorio se ha reducido al 22 por ciento en la Franja de Gaza y en la Ribera Occidental del r�o Jord�n, en �reas que, adem�s, est�n siendo encerradas por el muro que levant� el Gobierno de Israel. Hay que destacar que Chile se abstuvo en la votaci�n de las Naciones Unidas con respecto a la partici�n de Palestina. Los nacientes Estados �rabes vecinos intentaron defender los intereses de los palestinos, ante la evidencia de que no se estaba respetando el derecho de �stos a tener su propio Estado y de que Israel instalar�a su capital en Jerusal�n. Pero el triunfo militar israel� determin� finalmente que m�s de un mill�n de palestinos tuviera que salir de su patria. Los hechos concretos muestran que las numerosas resoluciones de las Naciones Unidas con que se intent� limitar la actuaci�n de Israel en la zona no han sido acatadas. Y a estas alturas es claro que dicha actitud ha sido respaldada por algunas potencias que accedieron a las aspiraciones israel�es. Tambi�n hemos visto que a veces resultan m�s importantes las posiciones de los Gobiernos de Estados Unidos y de Israel en el proceso de paz que las propias resoluciones de las Naciones Unidas, las cuales, en el caso de Palestina, han demostrado su incapacidad para conducir las negociaciones y lograr acuerdos. Entre otras, no se respet� la Resoluci�n N� 2.535, de 9 de diciembre de 1969, que reafirm� los "derechos inalienables" del pueblo palestino; tampoco la N� 3.210, de 14 de octubre de 1974, con que la Asamblea General de la ONU reconoci� a la OLP como representante leg�tima del pueblo palestino; ni las Resoluciones N�s. 3.236 y 3.237, de octubre de 1974, con que se reconocieron los derechos del pueblo palestino a la autodeterminaci�n, a la independencia, a la soberan�a nacional y al retorno de su poblaci�n refugiada. Quiero referirme a algunos aspectos esenciales para configurar la personalidad de Yasser Arafat, aunque en torno a su vida hay muchos mitos, que tal vez nunca se diluciden con total exactitud. Uno de ellos se refiere a su lugar de nacimiento -�en Jerusal�n o en El Cairo?-, el 4 de agosto de 1929. Fue el quinto hijo del mercader palestino Abdel Raouf al-Qudwa al-Husseini. A los cuatro a�os de edad muere su madre Zahwa, por lo que Arafat y su hermano reci�n nacido, Fathi, son enviados a vivir con un t�o. A los veinte a�os llega a El Cairo, donde forma la Liga de Estudiantes Palestinos, adem�s de seguir estudios de ingenier�a civil en la Universidad de El Cairo. El 1� de enero de 1965 forma el movimiento Al Fatal -con el que inicia ataques contra Israel-, grupo que m�s tarde ser�a parte esencial de la Organizaci�n para la Liberaci�n de Palestina, cuya presidencia asume en febrero de 1969. Como bien se record� aqu�, fue c�lebre su aparici�n ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en noviembre de 1974, con la cartuchera de su pistola a la cintura y una rama de olivo en la mano, para graficar el drama de la situaci�n por la que su pueblo pasaba en esa �poca, que -como sabemos ahora- se mantuvo hasta el momento mismo de su muerte. En esa ocasi�n, el l�der palestino dijo: "Vengo con el fusil del combatiente de la libertad en una mano y la rama de olivo en la otra. No dejen que la rama de olivo caiga de mi mano". Cada quien sabr� asumir sus responsabilidades ante la Historia. Pero la revisi�n cronol�gica de la vida de Arafat nos muestra que en 1974 es expulsado de Siria para instalarse en El L�bano, pa�s que es invadido por Israel, en 1982, para aplastar a la OLP, lo cual obliga a Arafat y a sus simpatizantes a huir hacia T�nez, donde tres a�os m�s tarde escapa por poco de la muerte en un ataque a�reo israel� contra la sede de la OLP, en el que fallecen decenas de personas. Aunque ha sido estigmatizado como terrorista, debemos recordar que el 12 de diciembre de 1988 Yasser Arafat acepta el derecho de existir de Israel y renuncia formalmente al terrorismo. Se deben reconocer a Arafat el m�rito de haber podido conducir al pueblo palestino por m�s de treinta a�os y, especialmente, su capacidad para determinar el momento en que era necesario dejar la v�a armada y asumir la diplomacia. Aunque Arafat -o Abu Ammar, seud�nimo que significa "Padre Constructor"- sent� las bases de un Estado palestino independiente, nunca pudo llegar a ver cumplida su meta y ni siquiera pudo morir ni ser sepultado en Jerusal�n, como era su deseo. Sin embargo, habiendo sobrevivido a m�ltiples atentados, accidentes y ataques militares, confirm� en su deceso el liderazgo que se gan� en vida y, sin duda alguna, ser� un h�roe indiscutible para los palestinos. La �nica soluci�n posible y realista para el Medio Oriente es el mutuo reconocimiento de los palestinos y de los israel�es como pueblos con el leg�timo derecho a consolidarse como Estados, con un territorio adecuado a sus necesidades, asumiendo el dif�cil desaf�o de superar siglos de lucha por un futuro de convivencia pac�fica. Este destino fue claramente comprendido por Yasser Arafat, y por ello, dedic� toda su vida al reconocimiento del derecho palestino, y luego, a la paz. Esto le fue reconocido mediante la entrega del Premio Nobel de la Paz, en 1994, en conjunto con el Primer Ministro de Israel, Yitzhak Rabin, y el Canciller de esTa naci�n, Shimon Peres. Al momento de su muerte, y cuando el Medio Oriente y todo el mundo siguen con atenta preocupaci�n la marcha de los acontecimientos, todos debemos asumir el compromiso de hacer posible la paz; de evitar que se siga derramando la sangre de los inocentes y de los ni�os por una causa ancestral; y de devolver la paz a una regi�n esencial para la paz de toda la Humanidad. Esto implica permitir que los propios palestinos resuelvan el liderazgo de su pueblo y que nunca m�s la comunidad internacional y los pa�ses m�s cercanos al conflicto se desentiendan de su responsabilidad humanitaria y solidaria con quienes est�n sufriendo, a pesar de las diferencias pol�ticas y religiosas. S�lo as� habr�n tenido sentido las vidas de Yasser Arafat y de miles de palestinos e israel�es. El futuro es de ambos pueblos; pero en estos tiempos es toda la humanidad la que debe comprometerse con la paz. Perm�taseme recordar parte del �ltimo mensaje enviado por Yasser Arafat a nuestro pa�s, con motivo de un saludo a la Fundaci�n Bel�n 2000 en su inauguraci�n, y a partir de lo cual deseo hacer una reflexi�n final. En dicho mensaje, junto con agradecer a esa instituci�n -dedicada a reunir juguetes para la Navidad, en beneficio de los ni�os palestinos-, indic�: "Es inmenso nuestro orgullo y aprecio por las posiciones de la amiga Rep�blica de Chile, que nos ha acostumbrado con su tradicional apego a los principios de respeto y apoyo a nuestro pueblo, con su permanente solidaridad en los diferentes foros internacionales, para permitir la recuperaci�n y ejercicio de sus derechos nacionales inalienables: su derecho al retorno, la autodeterminaci�n y el establecimiento del Estado Palestino Independiente, con su Capital, la Santa Jerusal�n.". Chile se ha destacado en el pasado por su rol en la comunidad internacional, y, de hecho, en los �ltimos a�os ha ido recuperando su prestigio ante el mundo. Y, desde esa perspectiva, debemos asumir, como pa�s, la tarea de contribuir a la paz e interceder para que se reconozcan los derechos de todas las partes en conflicto en el Medio Oriente. En un mundo cada vez m�s globalizado, no podemos contentarnos con los acuerdos comerciales que hemos conseguido materializar y con los futuros convenios en que est� trabajando nuestro Gobierno, sino que, adem�s, hemos de responder al deber ineludible de actuar con fuerza en el plano pol�tico y hacer posible que las resoluciones de las Naciones Unidas sean respetadas y se cumplan. En el caso de Palestina, existe amplia coincidencia acerca de la forma de avanzar hacia la paz; pero es necesario que los acuerdos se impongan con realismo y que la humanidad pueda, de esa forma, vencer las pasiones pol�ticas, nacionalistas y religiosas. A continuaci�n transcribo algunos testimonios de personalidades internacionales que conocieron a Yasser Arafat. El ex Canciller de Israel Shimon Peres, tras la muerte del l�der palestino, escribi� lo siguiente: "Arafat disfrut� del amor y el respeto de su pueblo y ese amor era entra�able para �l. Vivi� una vida modesta y quer�a poco para s� mismo. Vivi� para su pueblo. Desde su posici�n de liderazgo abri� la puerta a una resoluci�n hist�rica con Israel de una divisi�n de la tierra entre un Estado para los Jud�os y un Estado para los Palestinos.". El ex Presidente de Estados Unidos Jimmy Carter expres�, en "The New York Times": "Durante los �ltimos tres a�os de su vida Yasser Arafat estuvo inhabilitado y retenido como prisionero humillado por su encarcelamiento f�sico y excluido por Bush y Sharon de cualquier reconocimiento como Jefe Leg�timo de la Comunidad Palestina.". En consecuencia, Arafat fue el fundador de la Naci�n Palestina Moderna; un libertador de su pueblo; un hombre que luchando por la libertad busc� la paz. En el recuerdo que de su persona se hizo en Chile -que, por cierto, acoge a la colonia palestina m�s grande del mundo-, se reparti� una oraci�n que dice as�: "L�der por la causa de la Naci�n Palestina, Premio Nobel de la Paz, luchador incansable por la libertad de su pueblo. Tu recuerdo nos alienta a seguir adelante en el sue�o de un Estado Palestino en Tierra Propia. Tras las puertas de tu muerte heroica, tu nombre vivir� en la sonrisa de cada ni�o, ardiendo como las arenas de la Palestina en la memoria de la especie humana, en la sangre de tus hijos, herederos de tu justa batalla.". Quiero terminar estas palabras entregando, en nombre de la Senadora y Senadores del Partido Dem�crata Cristiano -y muy especialmente en el del que habla, quien siente gran admiraci�n por la causa palestina y su l�der Arafat, al que conoci� cuando �ste, en su exilio en T�nez, recibi� a una delegaci�n de Diputados chilenos en 1994-, nuestra solidaridad y condolencias al pueblo palestino, a trav�s de su Embajador, se�or Sabri Atayeh, las que hacemos extensivas a toda la colonia en nuestro pa�s. �El esp�ritu de la paz de Arafat est� vivo en el alma de su pueblo! �La paz es posible y es responsabilidad de todos! �Pueblo palestino, la lucha contin�a y la meta� un Estado libre y soberano, y la paz! �Insh�Allah! (�Dios lo quiera!). He dicho. --(Aplausos en la Sala y en tribunas). El se�or LARRA�N (Presidente).- Ha terminado el homenaje que el Senado dispuso tributar, en esta sesi�n especial, en memoria del recientemente fallecido l�der palestino, se�or Yasser Arafat. Agradezco en forma muy particular, en nombre de toda la Corporaci�n, la presencia en las tribunas tanto de distinguidas autoridades y representantes del pueblo palestino en nuestro pa�s como de chilenos de esa ascendencia. Quiero invitarlos a acompa�arnos a una recepci�n que hemos preparado en la sala contigua, como muestra de afecto y solidaridad ante tan sensible fallecimiento. --(Aplausos en la Sala y en tribunas). El se�or LARRA�N (Presidente).- Por haberse cumplido su objetivo, se levanta la sesi�n. --Se levant� a las 12:2. Manuel Oca�a Vergara, Jefe de la Redacci�n.