-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/652543/seccion/akn652543-po1-ds4-ds36-ds47
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Intervencion
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/4134
- rdf:type = bcnres:Participacion
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/2
- rdf:value = "
El señor VIERA-GALLO .-
Señor Presidente , creo que ninguno de los Senadores presentes quiere desmerecer desde algún punto de vista la función castrense en el surgimiento de la nacionalidad, en la independencia de Chile, en el desarrollo político del país. Sin embargo, estamos discutiendo otro tema. De modo que, yo por lo menos, no comparto lo señalado por el Senador señor Martínez con relación a lo que aquí se está hablando.
Asimismo, quiero decir que también apreciamos la actuación personal de quienes han ocupado los cargos de Senadores institucionales. Por cierto, sabemos distinguir muy bien a cada uno: de dónde viene, cómo fue nombrado y lo que ha hecho. El problema es la institución. Nosotros siempre fuimos partidarios de un Senado plenamente elegido. En la concepción primitiva de la Carta de 1980, a nuestra Corporación se le asignaba una función rectificadora de la de la Cámara de Diputados, considerada política. La idea era que fuera un cuerpo elitista, poco democrático, que tuviera el poder de morigerar la acción de la otra rama legislativa. Ése era el fin. Por eso se consultaba la existencia de más de diez Senadores institucionales; pero su número fue reducido en el acuerdo de 1989.
En la propuesta que Renovación Nacional y la Concertación hicieron al Gobierno militar estaba la idea de terminar con los Senadores institucionales. Y provino de parte del Ministro del Interior de la época señor Cáceres , la contrapropuesta de que duraran sólo ocho años. O sea, ya en las postrimerías del Régimen militar había acuerdo en que era una institución que, a diferencia de la propuesta original, se concibió sólo para un período transitorio.
La Concertación no aceptó eso, pensando que, junto con Renovación Nacional, era posible hacer el cambio antes de esos ocho años, lo que se reveló después como impracticable, por diversas circunstancias.
Lo importante es que hoy día estamos llevando a cabo lo que fue el anhelo de siempre de la Concertación: un Senado plenamente elegido.
Evidentemente, en otras democracias existen los Senadores designados; pero por su número, en relación con la totalidad de miembros del Senado, su función en la práctica pasa a ser honorífica y no resulta determinante en el quórum. En cambio, en Chile tal institución ha tenido ese carácter para los efectos de las mayorías.
Se podrá tener un juicio u otro sobre el comportamiento político que eso ha significado; pero lo importante, a mi parecer, es que ahora habrá un saneamiento democrático del Parlamento, lo cual no tiene nada que ver con nuestra valoración sobre las instituciones militares. Éstas son esenciales para la seguridad nacional -como lo dice la propia Constitución- y para la defensa nacional; sin embargo, no existe razón para que personas que pertenecieron a ellas formen parte del Senado sin haber sido elegidas democráticamente.
Ésa es la idea central que hay detrás de esta reforma. Y nos parece algo positivo para el país que en adelante, cuando entre en vigencia, el Senado sea democrático en su totalidad.
"
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/652543
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/652543/seccion/akn652543-po1-ds4