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El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Proyecto, en segundo trámite constitucional, que modifica la ley Nº 17.798, sobre control de armas, con el objeto de establecer mayores exigencias para inscribir armas y permitir su porte, con informe de la Comisión de Defensa Nacional y urgencia calificada de "simple".
--Los antecedentes sobre el proyecto (2219-02) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 58ª, en 18 de mayo de 2004.
Informe de Comisión:
Defensa Nacional, sesión 13ª, en 20 de julio de 2004.
El señor LARRAÍN (Presidente).-
Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor HOFFMANN (Secretario).-
La iniciativa persigue el objetivo de consagrar normas tendientes a desincentivar la tenencia o adquisición de armas de fuego por parte de los particulares, con el fin de evitar que terminen en poder de los delincuentes.
La Comisión de Defensa Nacional discutió el proyecto sólo en general, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 36 del Reglamento, y aprobó la idea de legislar por la unanimidad de sus miembros presentes (Honorables señores Canessa, Fernández y Páez), en los mismos términos en que lo hizo la Cámara de Diputados.
Cabe considerar que el número 19) del artículo 1º permanente tiene el carácter de norma orgánica constitucional, por lo cual requiere para su aprobación el voto conforme de 27 señores Senadores.
Por su parte, los números 3), 4), 5) y 8) del artículo 1º permanente y el artículo 1º transitorio son normas de quórum calificado, por lo cual precisan para su aprobación 24 votos.
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Solicito autorización para que ingrese a la Sala el Subsecretario del Interior, señor Jorge Correa Sutil.
--Se accede.
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
En discusión general.
Tiene la palabra el Honorable señor Fernández.
El señor FERNÁNDEZ.-
Señor Presidente , estamos en presencia de un proyecto que tiene por objeto limitar de modo estricto la tenencia de armas y, eventualmente, su porte, y también, sancionar algunos delitos cometidos haciendo uso de armas de fuego.
Si bien la iniciativa tiene esa inspiración, me parece que la finalidad no se logra con las normas que la conforman, porque se ponen requisitos de tal naturaleza que, de una manera u otra, incentivarán la no inscripción de las armas y su porte ilegal, pues son tan severos que, en definitiva, se castigará a gente inocente, en circunstancias de que la idea es evitar que los delincuentes cuenten con aquéllas.
Es decir, estamos de acuerdo en que hay que sancionar a quienes modifican armas, borran sus números, alteran sus registros e incurren en todo tipo de hechos fraudulentos con el fin de utilizarlas en forma indebida. Pero, obviamente, una ley correcta en tal sentido tiene que facilitar la inscripción de las armas y no dificultarla.
Por ejemplo, en la iniciativa hay una norma que obliga a someterse a exámenes psicológico y físico cada cinco años para mantener la inscripción de las armas. Es decir, 400 mil personas deberían cumplir esa exigencia.
Consulté al organismo pertinente, la Dirección General de Movilización Nacional del Ejército, y concluí que aquello resulta imposible. O sea, el asunto se va a transformar en un trámite burocrático.
Además, existen problemas serios cuando se trata de actividades como la caza deportiva y la profesional. ¿Qué ocurrirá, por ejemplo, con la caza de liebres que se realiza con fines comerciales en la Región de Aisén y, también, en Magallanes? El problema, que tiene mucha relevancia, ha sido expuesto por el Senador señor Adolfo Zaldívar , pues allí habría dificultades enormes para desarrollar esa actividad, que es absolutamente legítima y da trabajo a mucha gente.
Pues bien, conversé con el señor Subsecretario del Interior , quien está llano a recoger las observaciones que le hemos planteado y a analizarlas en la Comisión.
En el entendido de que se introducirán las modificaciones necesarias -por ejemplo, las tendientes a suprimir la exigencia al poseedor o tenedor de un arma inscrita de someterse cada cinco años a los exámenes antes referidos; a simplificar los requisitos para la primera inscripción; a facilitar a los deportistas la tenencia, transporte y uso de sus armas; a flexibilizar los plazos para la reinscripción por fallecimiento de su poseedor o tenedor (sería extraordinariamente difícil cumplir los fijados)-, la Comisión de Defensa Nacional prestó su aprobación unánime a la iniciativa en debate.
Repito: el proyecto, según lo conversamos con el señor Subsecretario, debe ser perfeccionado mediante indicaciones, alguna de las cuales serán presentadas por nosotros, y otras, por el propio Ejecutivo.
Concordamos en que éste debe ser un instrumento que permita controlar y perseguir a los delincuentes. Pero es obvio que en ningún caso ello debe afectar a gente inocente, a la que debe facilitársele la práctica de la caza tanto deportiva como profesional y comercial, así como el uso o la tenencia legítima de armas de fuego.
He dicho.
El señor MARTÍNEZ.-
Pido la palabra.
El señor LARRAÍN (Presidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Prokurica.
El señor MARTÍNEZ.-
¿Podría hacer antes una consulta, señor Presidente , si el Honorable señor Prokurica me concediera una interrupción?
El señor PROKURICA.-
No tengo inconveniente, Su Señoría.
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Con la venia de la Mesa, tiene la palabra el Honorable señor Martínez.
El señor MARTÍNEZ.-
Señor Presidente , ¿no debería estar en la Sala el señor Subsecretario o algún representante del Ministerio de Defensa?
Éste es un problema netamente de esa Cartera. ¿Por qué se encuentra representado aquí el Ministerio del Interior?
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Vamos a transmitir su inquietud al Ejecutivo , señor Senador.
Recupera el uso de la palabra el Senador señor Prokurica.
El señor MARTÍNEZ.-
Perdón, señor Presidente . Éste no es un problema del Ejecutivo. El que planteó y defendió el proyecto fue el Ministerio de Defensa, con la señora Ministra a la cabeza.
Entonces, la responsabilidad parece trasladada.
¿Quién es el interlocutor aquí, señor Presidente?
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Su inquietud es muy legítima, señor Senador. Y respeto mucho su opinión. Empero, no puedo obligar al Ministerio de Defensa a concurrir a las sesiones del Senado.
Por consiguiente, quedará planteada la inquietud de Su Señoría. Más no podemos hacer.
El señor MARTÍNEZ.-
Le agradezco su comprensión, señor Presidente .
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Recupera la palabra el Senador señor Prokurica, a quien el Honorable señor Fernández está pidiendo una interrupción.
El señor PROKURICA.-
La concedo, señor Presidente.
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Con la venia de la Mesa, tiene la palabra el Senador señor Fernández.
El señor FERNÁNDEZ.-
Señor Presidente , a las sesiones de la Comisión asistieron representantes de la Dirección General de Movilización Nacional. También concurrieron personeros del Ministerio de Defensa, encabezados por la señora Ministra , quien expuso sus planteamientos. Sin embargo, como la normativa en análisis está enfocada desde el punto de vista de la seguridad interna, ha tenido una participación mayor el Ministerio del Interior, a través del señor Subsecretario .
El señor LARRAÍN (Presidente).-
Recupera el uso de la palabra el Honorable señor Prokurica.
El señor PROKURICA.-
Señor Presidente , si uno lee los antecedentes de hecho y el objetivo de la moción que dio origen al proyecto en análisis, no puede estar más en contra de la forma como se pretende alcanzar aquél.
Chile debe de ser uno de los países donde hay mayores restricciones para inscribir un arma y obtener permiso a los efectos de portarla.
Entonces, creo que aumentar las exigencias ya existentes sólo conducirá a que quienes tienen armas y quieran inscribirlas no lo hagan.
Y me tocó verlo. Porque este proyecto, señor Presidente , es muy antiguo. Ingresó al sistema legislativo por la Cámara de Diputados. Consulté en su momento cuántos delitos se cometen con armas inscritas. Y sucede que no hay delitos cometidos con armas inscritas.
Ahora se meten en un solo saco las armas de defensa, las deportivas, las escopetas, los revólveres, etcétera. ¡Todo es lo mismo!
Yo pregunto por qué la persona que practica tiro skeet, por ejemplo, no va a poder tener más de un arma.
En mi concepto, lo que se está haciendo mediante esta iniciativa es un despropósito. La ley debe procurar que la inscripción de armas se facilite. Porque, según dije, nadie comete un delito con un arma inscrita.
Si analizáramos las estadísticas, comprobaríamos que Chile es de los países del mundo que registran más bajo número de personas con permiso para portar armas (no con armas inscritas), es decir, para salir a la calle con ellas y utilizarlas. Entiendo que no se llega a setecientas.
Estamos, pues, frente a un hecho indesmentible: en Chile los delitos se perpetran con armas hechizas, con armas robadas o internadas ilegalmente, pero no con las que se hallan inscritas.
Por consiguiente, la legislación en proyecto sólo ayudará a los delincuentes y, en definitiva, provocará el efecto de que nadie pueda inscribir armas.
Hoy día, quienes poseemos armas somos objeto de tal cantidad de trámites que casi se nos imposibilita su inscripción. Agregar más exigencias sería, francamente, un despropósito.
Ahora, ¡qué decir de la obtención de permiso para portar armas! Hay que tener un informe psiquiátrico, autorización de la Dirección General de Movilización Nacional, en fin.
Y eso es solamente una parte.
Si uno quiere comprar tiros de escopeta o balas para otro tipo de armas, debe realizar diversos trámites. Además, tiene que pagar una serie de permisos.
¡Pero los delincuentes se pasean a sus anchas con armas hechizas!
Francamente, este proyecto va en la línea contraria de la debida. De modo que voy a rechazarlo, porque parece haber sido hecho por gente que no tiene idea de lo que son las armas.
Sumemos a todo lo anterior la circunstancia de que hoy día la delincuencia ha aumentado ostensiblemente.
Yo, señor Presidente, no concuerdo con un alcalde del sur que sostiene que la gente debe armarse. Pero al menos -¡al menos!- posibilitemos que quienes tienen un arma se defiendan.
Con esta iniciativa únicamente lograremos que haya más armas ilícitas; que la gente no las inscriba, por la cantidad de trámites que deberán cumplirse, y que los delincuentes sigan haciendo de las suyas con armas hechizas.
En mi concepto, es necesario realizar un esfuerzo importante para que todas las personas poseedoras de armas en nuestro país las inscriban. Entiendo que son alrededor de seiscientas mil, según el informe que acompaña al proyecto. Debe facilitarse el trámite respectivo, porque de ahí en adelante nadie va a cometer un delito con un arma inscrita.
Lo contrario, señor Presidente, va en una línea por completo absurda en cuanto a la obtención de los objetivos que se persiguen con esta iniciativa.
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Senador señor Adolfo Zaldívar.
El señor ZALDÍVAR (don Adolfo) .-
Señor Presidente , el informe expuesto por el Senador señor Fernández , Presidente de la Comisión de Defensa , refleja perfectamente el problema que deberemos resolver.
Me parece que todos compartimos en general la intención de este proyecto de ley. Pero ocurre que no todo lo que contiene su texto se compadece con el objetivo perseguido. Por eso, quiero hacer un planteamiento, acorde con la realidad del país.
Una parte importante de quienes tienen armas de fuego, sobre todo en el campo, las usan para fines prácticos, incluso de mantención, de alimentación. Me parecería absurdo no reconocer esa realidad, no entenderla. En aquellos lugares, el empleo de ese tipo de armas es un hábito de vida.
En esa línea, debo señalar que en la Undécima Región se desarrolla una parte importante de la caza de liebres para exportación. Además, esa actividad permite durante varios meses del año dar trabajo a un sector significativo de la población. Y para tal efecto se utilizan escopetas; no podría ser de otra manera.
Pues bien: toda la normativa que ahora nos ocupa, como muy bien señaló el Honorable señor Fernández , desconoce esa realidad.
De allí la trascendencia de las indicaciones que será necesario presentar para perfeccionar el ordenamiento jurídico. En el hecho, lo que se persigue -quizás lo más central-, la seguridad ciudadana, no pasa tanto por la estrictez en la inscripción o por la regulación de esta materia, dado que, como muy bien decía el Senador señor Prokurica , las armas de fuego con que se cometen la mayoría de los ataques y hechos de sangre no son precisamente con las inscritas.
Por todo eso, adhiero plenamente al planteamiento del Senador señor Fernández en cuanto a formular indicaciones en este sentido, a fin de producir una buena normativa, que el Gobierno seguramente enriquecerá con mayores elementos de juicio, y mirado desde el punto de vista de la seguridad ciudadana. Pero creemos que, tal cual está, el proyecto no se compadece con la realidad ni con la necesidad del país de contar con una adecuada reglamentación de armas.
He dicho.
El señor LARRAÍN (Presidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Horvath.
El señor HORVATH.-
Señor Presidente , en primer lugar, deseo resaltar que el objeto de la iniciativa debiera apuntar a facilitar la inscripción de armas y no a dificultarla. De los antecedentes expuestos, resulta claro que los ilícitos se cometen mayoritariamente con armas no inscritas.
Además, se atenta contra actividades prácticas, señaladas aquí en forma general, según datos que se manejan a nivel de Santiago; pero ellos, en el ámbito regional, y más precisamente en la zona austral, son bien específicos. Allí, más de 1.200 personas obtienen ingresos sustantivos en períodos de menor actividad laboral -como en el invierno- de la caza de liebres, con rifle. Eso hace funcionar todo el año una planta que procesa el producto y lo exporta, con sello de origen y certificación de limpieza, a países de la Unión Europea.
Por lo tanto, al dificultarse la inscripción se estaría dañando una fuente laboral relevante de la Región de Aisén, y por extensión, de la zona austral.
De aprobarse la idea de legislar, se establecería una gradualidad, facilitándose la inscripción; incluso, se la desconcentraría en sentido territorial, eventualmente a través de Carabineros.
Son deseables, también, una adecuada regulación y el registro de las armas de defensa personal en poder de particulares. Lo importante es que las exigencias no lleguen al punto de dificultar en tal medida el derecho a tener un arma que la normativa se transforme en algo irrisorio.
Por ello, si bien se pretende actualizar la legislación, concebida para reprimir grupos armados revolucionarios de los años 70, hoy sus disposiciones deben orientarse hacia la represión de la delincuencia común armada. Y ese objetivo debe concretarse mediante indicaciones, como se ha planteado.
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Senador señor Páez.
El señor PÁEZ.-
Señor Presidente , estoy absolutamente de acuerdo con el informe del señor Presidente de la Comisión de Defensa .
Sólo destaco que en ella se analizaron, durante bastante tiempo, los pros y los contras de esta iniciativa, que obviamente merece ser corregida por la vía de las indicaciones.
Asistieron a sus reuniones, además de algunos señores Senadores que no forman parte de ella, la Ministra de Defensa , señora Michelle Bachelet ; el Ministro del Interior , don José Miguel Insulza ; el Subsecretario del Interior , don Jorge Correa , y sus respectivos asesores. O sea, contamos con la presencia de representantes del Ejecutivo , quienes nos acompañaron en las discusiones.
Prefiero que el debate en particular lo hagamos una vez conocidas las indicaciones que sea menester formular, pero no ahora.
La iniciativa fue aprobada en general por la unanimidad de los miembros presentes de la Comisión, en el entendido de mejorarla vía indicaciones, en lo que el Ejecutivo concordó. Así que no creo que surjan problemas en ese sentido.
En suma, lo dicho por el Senador señor Fernández corresponde a lo que se trató en la Comisión de Defensa, la cual -reitero- aprobó el proyecto por la unanimidad de sus miembros presentes.
Para terminar, solicito que se dé un plazo de dos o tres semanas para formular indicaciones.
El señor LARRAÍN (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Moreno.
El señor MORENO.-
Señor Presidente , tuve oportunidad de asistir a una de las sesiones de la Comisión, donde planteé una de las inquietudes ya manifestadas por quienes me antecedieron en el uso de la palabra.
Represento a una zona rural donde el uso y la costumbre han establecido, desde hace muchos años, que prácticamente en cada hogar, por muy modesta que sea la familia campesina, haya una escopeta, un revólver o algún tipo de arma que muchas veces se ha transmitido de generación en generación. Ninguna de ellas está inscrita. Y difícilmente podrían estarlo, porque, dada la normativa legal vigente, los que viven en zonas rurales deben recorrer 300 a 400 kilómetros de distancia para registrarlas en la guarnición respectiva, en Rancagua. Dada esta lejanía, las personas no tienen posibilidad alguna de cumplir el trámite, más aún si se considera su temor a que las acusen de algo o a que les decomisen el arma.
Como están vencidos los plazos y prescritas todas las situaciones, es indispensable mirar lo que se nos propone desde esta perspectiva.
Entiendo y participo del criterio de colocar restricciones al porte de armas en zonas urbanas, donde se ha incrementado la delincuencia. Nadie podría estar en contra de eso. Pero una normativa genérica no da cuenta de la dificultad que involucra. Por ejemplo, los que caminen por sectores rurales con perros y escopetas con el fin de cazar tórtolas o liebres (que son parte de nuestro paisaje, como se refleja en los cuadros de pintores nacionales) -en algunos casos para subsistir; en otros, por un afán deportivo-, deben ser detenidos si pasa un furgón de Carabineros, pues lo que están haciendo sería absolutamente ilegal: caminar por la vía pública con escopetas u otras armas de fuego.
Está claro que la iniciativa requiere modificaciones. No obstante, la votaré favorablemente, ya que, al igual que un señor Senador que me antecedió, tenía dudas acerca de la forma como se planteó.
He dicho.
El señor LARRAÍN (Presidente).-
Con la venia de la Sala, puede hacer uso de la palabra el señor Subsecretario del Interior.
El señor CORREA ( Subsecretario del Interior ).-
Señor Presidente , la Ley sobre Control de Armas que nos rige se aprobó en 1972. Su propósito fundamental fue desarmar a los grupos que pudieran alterar el orden público establecido y, fundamentalmente, atentar en contra del Gobierno.
En la lucha contra la delincuencia, resulta esencial contar con un instrumento más eficaz que el existente para combatir los ilícitos que se cometen con armas, y particularmente con las de fuego, que son, sin duda, las que más preocupan y alarman a la población.
Tal es la razón por la cual, si bien el proyecto ha sido patrocinado por los Ministerios del Interior y de Defensa, es el primero el que la ha impulsado y ha tenido mayor presencia en su tramitación, porque su objeto es procurar la seguridad ciudadana.
Creo que el país no entendería no tomar medidas indispensables de protección, de seguridad, para combatir la delincuencia, y que dicen relación a la tenencia ilegal, pero de ningún modo a los permisos de porte y tenencia de armas.
Se ha puesto el acento por varios señores Senadores ¿y pueden tener razón- en el sentido de las restricciones a dichos permisos, pero olvidan que los propósitos fundamentales del proyecto ¿y, por cierto, de la mayoría de los artículos que se reforman- consisten en el establecimiento de sanciones respecto del porte y tenencia ilegal de armas de fuego. Me refiero, por ejemplo, a las bombas molotov, cuyos portadores o tenedores actualmente no son sancionados, porque esos artefactos no se consideran armas, pero, indudablemente, son elementos de alteración del orden público.
Eso, en primer término.
En segundo lugar, hoy no se sanciona el porte y tenencia ilegal de armas de fuego cuando la persona no tiene antecedentes anteriores y no se logra probar en el proceso el propósito delictivo de portarlas o de tenerlas. Ésa es una infracción que merece ser castigada si queremos combatir la delincuencia, y nada tiene que ver con la restricción de los permisos.
En tercer término, en lo referente a lo que echaba de menos el Honorable señor Prokurica -lamento que no esté Su Señoría en la Sala-, las armas hechizas, precisamente no tienen un tratamiento legislativo. A partir de este proyecto, se las considera armas prohibidas y sus portadores reciben una sanción especial.
Las armas hechizas y las que tienen borrados los números de serie son las típicas que portan los delincuentes. Por lo tanto, éstos merecen una sanción más grave que los campesinos que señalaba el Honorable señor Moreno , quienes simplemente son tenedores de un arma que no han inscrito.
La iniciativa en debate sanciona con mayor drasticidad el porte o tenencia de armas hechizas, así como el de aquellas a las cuales se han borrado los números de serie. Esto tampoco tiene que ver con su inscripción, pero es asimismo un instrumento necesario para combatir la delincuencia.
Cuarto, se ha hecho mucho hincapié aquí en la restricción de la tenencia o porte de armas.
¿Qué establece el proyecto como requisito para la tenencia y porte de armas?
1) Ser mayor de edad. (No sé si éste es un requisito excesivo, a juicio de los Senadores que han formulado la crítica, para obtener un permiso de porte y tenencia de armas).
2) Tener domicilio conocido.
3) Haber aprobado un examen que acredite los conocimientos necesarios sobre conservación y mantenimiento de las armas, así como aptitudes física y mental. La aptitud física es para portar y disparar un arma; o sea, se trata de excluir a quienes sufren del síndrome de Alzheimer o del mal de Parkinson. Si se quisiera poner en el proyecto un ejemplo como el de estos últimos para restringir el uso de armas, no habría inconveniente. Pero parece razonable que las personas que padezcan las referidas enfermedades queden excluidas.
4) En cuanto al examen psiquiátrico, tal como señaló el Presidente de la Comisión , hago constar que, en el evento de que se transformara en una traba compleja o de que no se encontraran fórmulas para garantizar que las personas puedan inscribir las armas sin mayor dificultad, existe la mejor disposición del Ejecutivo para no considerarlo, sobre todo tratándose de personas que ya cuenten con el permiso.
No es el propósito del Gobierno poner más dificultades en esta materia, porque estamos conscientes de que el porte y tenencia de armas legales favorece la seguridad ciudadana.
5) No hallarse condenado o procesado por crimen o simple delito. ¿Es ése un requisito excesivo para alguien que desea portar armas?
6) No haber sido sancionado en procesos sobre violencia intrafamiliar. ¿Es ése un requisito desmesurado? ¿Se trata de que las personas que practican la violencia intrafamiliar puedan tener armas? ¿Eso es lo que se busca? No parece ser un requisito excesivo.
Debo hacer presente que concurrieron a la Comisión representantes de todas las federaciones de tiro, de organizaciones de pesca y caza, y de la Fundación Paz Ciudadana, y ninguno consideró, a pesar de ser críticos de algunos aspectos de la iniciativa, que fueran requisitos excesivos.
Muchas de las armas (un 30 por ciento) -y con esto respondo al Honorable señor Prokurica - que hoy ocupan los delincuentes están inscritas y han sido robadas. Y otro porcentaje, que nadie ha logrado determinar pero que es significativo -me atrevería a estimarlo cercano al 70 por ciento-, corresponde a armas con los números de serie borrados. Se presume aquí que probablemente también fueron inscritas y posteriormente robadas.
Señor Presidente , respecto al tiro al vuelo y al tiro deportivo, debo señalar que, a diferencia de lo expuesto, existe una facilitación para tener las armas que se desee, así como para portarlas a los lugares de tiro y para transportarlas cuando la persona sale el fin de semana de su casa, que es la oportunidad en que se sustraen.
En conclusión, y sin perjuicio de reiterar que el Ejecutivo está abierto para lograr los propósitos que aquí se han expresado, esto es,. ..
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Señor Subsecretario , el Honorable señor Prokurica le pide una interrupción.
El señor CORREA (Subsecretario del Interior).-
Por supuesto.
El señor LARRAÍN (Presidente).-
Con la venia de la Mesa, tiene la palabra el Honorable señor Prokurica.
El señor PROKURICA.-
Señor Presidente, mi consulta es la siguiente.
El señor Subsecretario reconoce que el 70 por ciento de los delitos se cometen con armas hechizas, y el 30 por ciento restante, con armas robadas. Pero el proyecto no propone ninguna solución en ese sentido.
¿En qué parte de la iniciativa se evita que se cometan delitos con armas robadas? No entiendo eso.
El señor LARRAÍN (Presidente).-
Recupera la palabra el señor Subsecretario.
El señor CORREA ( Subsecretario del Interior ).-
Con la venia del señor Presidente y la disculpa a los señores Senadores que estuvieron presentes en la Comisión, quiero recordar al Honorable señor Prokurica , como lo mencioné recién, que las armas hechizas y aquellas cuyos números de serie han sido borrados, conforme a las normas del proyecto -y que no existen en la actualidad-, se consideran armas prohibidas. Por lo tanto, se aumenta significativamente la sanción y se impide cualquier atenuante o eximente.
Además, el número de armas hechizas incautadas es todavía muy bajo. No alcanza al 10 a 15 por ciento. Sin embargo, el 30 por ciento de las armas que se encuentran en manos de los delincuentes son robadas. Y otro porcentaje, que nadie puede calcular, pero que estimo en 40 por ciento, aproximadamente, corresponde a armas con los números de serie borrados y, probablemente, sustraídas a sus propietarios.
Deseo terminar señalando la plena disposición del Ejecutivo a discutir y a patrocinar cualquier indicación que vaya en pos de los objetivos fundamentales del proyecto, que son los siguientes:
Uno, facilitar el porte y tenencia de armas de fuego inscritas a personas con aptitudes básicas para esos efectos y sin condenas anteriores.
Dos, facilitar el uso de armas deportivas, su porte y transporte.
Tres, establecer un plazo para la inscripción de armas ilegales que hoy puedan existir en los campos, sin sanción alguna.
Y, cuatro, aumentar las sanciones y las reglas procesales para combatir las armas ilegales, con el objeto de dar una señal y contar con un instrumento básico para hacer frente a los delitos violentos.
Gracias.
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
A continuación, tiene la palabra el Honorable señor Cantero.
El señor CANTERO.-
Señor Presidente , nuestra situación de seguridad ciudadana hace que la gente demande un mayor número de armas para sentirse más protegida, atendido lo que dice el propio informe: que la mayor parte de estos delitos ocurren porque roban o asaltan la casa donde vive un ciudadano. En consecuencia, es razonable que éste desee poseer un arma con la cual defender la integridad de su propiedad y de su familia.
Las cifras señalan, según los datos proporcionados por la Dirección General de Movilización, que un 25 por ciento son armas incautadas y que el 75 por ciento corresponde a armas de diversa naturaleza, o que han ingresado al país en forma ilegal, o que son hechizas.
Me parece que la lógica debe discurrir en el sentido de castigar la posesión ilegal con penas extremas. Yo recuerdo que esto en el pasado dio buenos resultados, toda vez que los delincuentes se cuidaban precisamente de caer en esta situación.
En consecuencia, no me parece razonable exacerbar los requisitos, los controles y los exámenes a quienes deseen tener un arma en su hogar.
Las encuestas de victimización muestran que el delito más frecuente en Chile es el robo en los hogares. Por lo tanto, me parece que allí hay un punto de incoherencia.
También considero muy importante el alcance en el sentido de que es muy distinto el tratamiento de esta materia en zonas urbanas que en el sector rural, particularmente en la vida campesina.
Por cierto, soy partidario de incentivar y estimular las actividades deportivas -es decir, de no restringirlas-, en especial las competitivas.
Asimismo, estimo extremadamente positivo que por fin la autoridad se haya hecho cargo de una situación que hemos mirado con un criterio permisivo y, en algunos momentos, con una actitud un tanto hipócrita, porque las bombas molotov son armas eventualmente mortales.
Hace un par de años presenté un proyecto de ley que no ha sido tramitado -no ha sido posible agilizarlo-, el cual busca precisamente sancionar el uso de bombas incendiarias, como las molotov, que -repito- son armas que causan daño, e incluso la muerte, y revisten, en mi opinión, gravedad extrema.
En este ámbito de materias, también hace falta incorporar otro elemento tan peligroso como el anterior. Me refiero a los balines o proyectiles que se lanzan con honda, los cuales provocan un daño similar al de una bala. Son usados especialmente en las manifestaciones o concentraciones. Allí se observa a encapuchados que no sólo portan bombas molotov, sino que también usan hondas o elementos semejantes que les permiten lanzar balines y proyectiles. A mi juicio, éste es un asunto muy importante de considerar.
Por otra parte, tengo la impresión de que la demanda de exámenes de aptitud física y síquica para renovar cada cinco años las licencias para portar armas es un requerimiento un tanto excesivo. De modo que me inclino por sancionar fuertemente el porte y uso de las armas hechizas, las importadas ilegalmente o las que tienen borrado su número de registro, para que la delincuencia reciba una clara señal de advertencia, de luz roja, en este sentido.
A pesar de todo, el proyecto es perfectible.
Insisto en que estamos frente a una oportunidad que no se puede desaprovechar. Debemos incorporar medidas destinadas a sancionar a quienes usan bombas molotov y arrojan balines con honda. Repito que he visto una actitud muy permisiva en torno a esta materia, y pienso que no hay conciencia del daño que causan esos elementos. En la televisión muestran habitualmente a funcionarios de la policía quemándose vivos producto de aquellos actos vandálicos.
En consecuencia, se trata de hechos horrendos, criminales e inaceptables en la sociedad, que deben ser sancionados con la mayor rigurosidad.
He dicho.
El señor LARRAÍN (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Naranjo.
El señor NARANJO.-
Señor Presidente , la intervención del señor Subsecretario me ahorra repetir muchos de los planteamientos que pensaba hacer.
Como señaló el representante del Gobierno, el proyecto busca normar una situación absolutamente irregular que hoy existe en nuestro país. Aquí no se pretende perseguir ni atacar a quienes portan armas, sino, como muy bien se sostuvo, resolver la situación de muchas personas que las poseen pero no las tienen inscritas. Entonces, se quiere abrir un plazo para que esas personas, sin que sean sancionadas como establece la ley vigente, puedan hacerlo.
Asimismo, en la actualidad existe una estrecha relación entre la delincuencia y la tenencia de armas. Por tanto, dada la enorme cantidad de armas inscritas últimamente, le haremos un bien al país al normar y regularizar esta situación.
Aún más, es concordante con el planteamiento del Ejecutivo el hecho de que cada cierto tiempo la gente deba reinscribir sus armas. Y pondré un par de ejemplos para ilustrar bien lo que ocurre.
Hace pocos días la prensa informó que un arma perteneciente al señor Augusto Pinochet Ugarte apareció en manos de uno de sus hijos. ¡Eso es ilegal! ¿Por qué el arma inscrita a su nombre aparece en la casa, en el velador de ese hijo, para ser más preciso? Es una situación absolutamente anormal.
Por otra parte, los señores Senadores de las bancas del frente, que tanto se jactan y que con entusiasmo defendieron a Paul Schaefer, presentaron un recurso de protección e incluso acudieron al Tribunal Constitucional...
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Diríjase a la Mesa, señor Senador.
El señor NARANJO.-
Estoy mirando a Su Señoría y levantando la mano.
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Diríjase a la Mesa, Su Señoría.
El señor NARANJO.-
Le repito, señor Presidente: estoy mirando a la Mesa y levantando la mano.
A los señores Senadores que hoy día se ríen les pregunto...
El señor LARRAÍN (Presidente).-
Por favor, respeten a quien hace uso de la palabra.
El señor NARANJO.-
¡Por lo menos, le pido a una persona que algún día sea señora -no sólo Senadora , sino señora- y tenga respeto cuando uno está interviniendo!
Pues bien, yo pregunto lo siguiente: ¿Estarán en condiciones hoy día de defender la tenencia de armas por parte de Paul Schaefer cuando con ellas a lo mejor amenazó a los niños para violarlos? ¿No corresponde, entonces, que cada cierto tiempo quienes están en edad senil y cometen abusos deban reinscribir sus armas?
Me parece legítimo, señor Presidente .
Me gustaría saber por qué, ante una organización de esa naturaleza, muchos de los señores Senadores que se están jactando y riendo acudieron al Tribunal Constitucional. Y debo decirles que un número importante de armas encontradas en la ex Colonia Dignidad no estaban inscritas ante el organismo competente. Sin embargo, quienes se ríen avalaron esa tenencia ilegal de armas.
¡Pido a los caballeros que están acostumbrados a tener armas que guarden silencio y que me dejen intervenir! El señor Presidente sabe a quienes me refiero.
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Ruego a los señores Senadores respetar el derecho de quien está haciendo uso de la palabra.
El señor NARANJO.-
¿No parece lógico, como muy bien señaló el señor Subsecretario , que los que incurren en violencia intrafamiliar deban cada cierto tiempo reinscribir su arma? ¿O que lo hagan personas de edad avanzada cuyo comportamiento o conducta se desconoce?
Por considerar que ésta es una buena medida, no sólo para combatir la delincuencia sino también para normar una situación irregular, anuncio mi voto favorable al proyecto.
El señor LARRAÍN (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Coloma.
El señor COLOMA.-
Señor Presidente , no me haré cargo de las expresiones del señor Senador que me antecedió en el uso de la palabra porque, francamente, no vale la pena.
Desde mi perspectiva, en el proyecto hay dos ideas matrices contrarias a la forma como se debe enfrentar el tema de la delincuencia y de la institucionalidad en Chile.
En primer término, abordaré una situación planteada explícitamente en la iniciativa.
No me parece lógico sostener que, para evitar que los delincuentes sigan contraviniendo la ley, es necesario limitar la tenencia de armas y establecer más exigencias a los ciudadanos respetuosos.
Ése es el primer principio que se halla en juego. Ayer estudiamos con detención lo relativo a las ideas matrices. Y la moción busca precisamente fijar mayores requisitos para inscribir un arma.
En consecuencia, creer que se combate la delincuencia -es decir, a quienes no cumplen la ley- fijando más requisitos a los que sí se someten a ella, no corresponde, en mi concepto, a la forma como uno debería enfrentar este tipo de situaciones. Porque los delincuentes seguirán teniendo armas y no las van a inscribir. Pero, además, adquirirán la convicción de que en las casas habrá menos armas, y con esta forma de pensar enfrentaremos más dificultades. Ese principio no debería usarse para combatir la delincuencia.
Concuerdo con lo propuesto por el Honorable señor Prokurica en el sentido de que, por el contrario, se pueden plantear exigencias desde otra perspectiva, pero obviamente no en este proyecto, sino en otro distinto, donde se establezcan sanciones mucho mayores a las personas que portan armas robadas o a las que les han borrado las series identificatorias.
Por lo tanto, aquí hay un problema conceptual de fondo que me hace pensar que la forma de enfocar el tema es contraria a lo que el país necesita.
Una segunda cuestión, que también pugna en el sentido contrario, es que aquí se crea una nueva institucionalidad respecto del modo de obtener armas. Y me preocupa particularmente -y en esto coincido con lo planteado por varios señores Senadores- lo que pasa en el mundo regional. Y quiero hablar con seriedad. Porque el proyecto agrega que el poseedor o tenedor de un arma inscrita deberá someterse cada cinco años a un examen para determinar su aptitud física y psíquica a los efectos de la tenencia y uso de armas.
Más allá de que se pueda hablar del caso determinado de una persona con cierta enfermedad -como lo planteó el señor Subsecretario -, que pueda estar afecta a ese tipo de situaciones, ¿qué significan expresiones como "en el campo de Chile", "en las Regiones"? (este punto fue planteado previamente por otro Parlamentario). ¿Quiere decir que al interior de Constitución, de Cauquenes, de San Clemente, o de todas las poblaciones que uno conoce, cada cinco años la persona que esté en condiciones de usar un arma tendrá que hacerse un examen físico y psíquico, el cual no se realizará en Constitución, en Cauquenes o en Rancagua, sino en lugares específicos, grandes capitales de Regiones?
Entiendo la lógica a que se atuvo el constituyente. No digo que se trata de un error intrínseco, pero creo que su aplicación es absolutamente imposible. Y como las ideas matrices hay que respetarlas en su contenido, tengo la impresión de que, más allá de la buena fe de los autores de la moción y del señor Subsecretario al plantear normas que estima combaten la delincuencia -soy muy respetuoso en ese sentido-, lamentablemente, el proyecto se aleja del objetivo que deberíamos buscar. A mi juicio, éste apunta a una fórmula más decidida tanto para combatir a los delincuentes, a los que no inscriben las armas, a los que las roban, como para evitar la desprotección, en particular en el mundo rural, que, quiérase o no, a través de esta iniciativa legal tendría un catastro de nuevos requisitos, cuyo cumplimiento generaría grandes dificultades.
Por eso, señor Presidente , más allá de la intención de los legisladores, me asaltan dos dudas muy de fondo acerca de la idea de legislar sobre esta materia.
He dicho.
El señor LARRAÍN (Presidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Sabag.
El señor SABAG.-
Señor Presidente, el proyecto lleva ya un buen tiempo en la Comisión de Defensa y viene aprobado en general por la unanimidad de sus miembros presentes. Asimismo, cuenta con el patrocinio del Ejecutivo, lo cual, por supuesto, constituye un hecho bastante importante.
En lo sustantivo, pretende desincentivar la tenencia o adquisición de armas de fuego por parte de los particulares, para intentar, entre otras finalidades, que no terminen en manos de los delincuentes. Con el fin de cumplir este objetivo, se restringe el uso de armas por medio del establecimiento de mayores exigencias para su inscripción y porte.
En Chile existen 695 mil armas, entre revólveres, escopetas y pistolas. Es decir, en promedio hay una por cada 23 habitantes, todas debidamente inscritas. Se desconoce el número de las ilegales. Éstas provienen de tres fuentes: robadas, ilegalmente importadas y hechizas. Ha sorprendido últimamente encontrar armas de grueso calibre en poder de los delincuentes. Por ejemplo, en narcotraficantes, quienes utilizan subametralladoras.
Debemos tener presente un hecho importante en lo que respecta a contar con la mayor fiscalización posible, considerando que en nuestro país ya está presente la figura del crimen organizado. De las 695 mil armas ya señaladas, 400 mil son de defensa -tanto pistolas como revólveres-, y de éstas, tan sólo respecto de 300 se tiene permiso para el porte. Las restricciones que impone el proyecto alcanzan incluso a las Fuerzas Armadas, las que han limitado sustantivamente los permisos de porte para su personal en retiro y en actividad.
Naturalmente, votaré a favor el proyecto, porque será un estímulo para la lucha contra la delincuencia y porque, además, permitirá regular situaciones que en este momento carecen de normativa clara. Desde luego, deberá ser objeto de indicaciones para mejorarlo; y si es necesario contar con el patrocinio del Ejecutivo para presentarlas, éste les será otorgado, tal como lo manifestó el Subsecretario del Interior , señor Correa .
He dicho.
El señor LARRAÍN (Presidente).-
Ofrezco la palabra.
Ofrezco la palabra.
Cerrado el debate.
Procederemos a votar en forma electrónica.
El señor RUIZ-ESQUIDE.-
Pido votación nominal, señor Presidente .
El señor LARRAÍN (Presidente).-
En votación nominal la idea de legislar.
--(Durante la votación).
El señor ESPINA.-
Señor Presidente , pienso que en el proyecto -he logrado informarme de él a través del debate habido en esta Sala y del informe de la Comisión- hay que distinguir la orientación general que, probablemente, prevalece en muchas de sus disposiciones.
Tengo la impresión de que no podemos desaprovechar la oportunidad de mejorar la normativa vigente sobre esta materia. Y la idea de legislar apunta en esa dirección. Sin embargo, hay un conjunto de normas bastante incomprensibles e impracticables. Pero no existe duda de que un país con niveles importantes de delincuencia debe hacer un esfuerzo tendiente tanto a la inscripción de la mayoría o de todas las armas y al seguimiento de ellas como a sancionar a los que hoy día utilizan armas hechizas.
Tal vez hay vacíos legales que, según las explicaciones del señor Subsecretario , contribuyen a que, cuando son descubiertas armas hechizas o con la inscripción borrada, no se imponga la sanción correspondiente.
Creo que en lo referente al deporte de la caza existen normas que deben perfeccionarse sustancialmente. Me da la impresión de que algunas de ellas obstaculizan su práctica. Al respecto, cabe mencionar que menores de edad se hallan en condiciones de competir y hoy día tienen restricciones.
En suma, se trata de un proyecto de ley respecto del cual, aun cuando uno pueda discrepar de muchas de sus disposiciones, el Senado no debe desaprovechar la oportunidad de perfeccionamiento, por la vía de las indicaciones. Por lo demás, entiendo que la Comisión lo votó sólo en general y, por lo tanto, no le introdujo enmiendas, lo que es distinto de cuando una iniciativa llega con modificaciones provenientes de ese trámite.
Por consiguiente, fundado en la orientación que el proyecto busca, en la ocasión que tenemos de perfeccionar la legislación, más allá de todas las reservas que se tengan sobre sus disposiciones, pienso que es bueno votar a favor.
Por último, una cuestión técnica: si se rechaza la idea de legislar respecto de esta iniciativa, irá a Comisión Mixta, por lo que se perderá la oportunidad de perfeccionarla.
Por todas esas razones, convencido de que las ideas generales del proyecto están bien orientadas, y obviando las reservas sobre sus disposiciones, voto que sí.
El señor VEGA .-
Señor Presidente , por estar de acuerdo con lo que plantea el proyecto, votaré a favor de la idea de legislar. Obviamente, existen muchos aspectos particulares que se deben corregir. Pero, a mi juicio, el problema de la delincuencia no son las armas, sino la falta de educación, el desempleo, la información indiscriminada que hoy se entrega mediante 500 medios de comunicación, televisión, películas. Uno prende el televisor y lo primero que escucha son disparos, bombazos y asesinatos.
A través de este proyecto se pretende regular el problema de la tenencia y porte de armas, lo cual me parece legítimo, aunque esta función la cumple muy bien la Dirección General de Movilización Nacional, que cuenta con sesenta y tantas dependencias subordinadas y conectadas entre sí. Asimismo, me parece adecuada la interconexión de Carabineros e Investigaciones con las bases de datos a que se refiere la iniciativa. Todo perfecto. Estoy de acuerdo con ello. Sin embargo, deberíamos hacer algo más concreto con respecto a la delincuencia, cuya causa principal es la falta de educación.
Es cierto que existen organismos preocupados de ese flagelo; pero me gustaría que en cierto momento se produjera, de alguna forma, un debate más de fondo sobre la materia. Su control compete a Carabineros, no así su origen.
Del mismo modo, el control de las armas es importante, pero éstas no provienen de la delincuencia.
Voto a favor.
El señor CANESSA.-
Señor Presidente , concurriré con mi voto a aprobar la presente iniciativa legal, por cuanto la Ley sobre Control de Armas debe ser modernizada en algunos aspectos. Y este proyecto puede ser útil para lograrlo, si se corrigen algunas deficiencias para no convertirlo en un elemento que desincentive la inscripción de armas de fuego y promueva, indirectamente, su tenencia ilegal. Algunos de los acuerdos a los que se llegó en la propia Comisión de Defensa, lo cual es positivo, van en esa dirección.
Sin embargo, y a pesar de que respaldo la iniciativa, me parece indispensable aclarar que el fundamento esgrimido en el mensaje que la inició no es, evidentemente, el más acertado. Así, se señala que gran cantidad de armas utilizadas por los delincuentes en hechos punibles provendrían del robo de ellas a particulares. Y se sostiene que, como una manera de combatir la delincuencia, debe restringirse y desincentivarse la adquisición de armas de fuego por parte de la ciudadanía.
Esa premisa es, a mi juicio, equivocada.
No se puede pretender traspasar la responsabilidad de la seguridad pública -obligación que pesa sobre el Gobierno en ejercicio- al ciudadano, cuya arma de fuego, debidamente inscrita, puede ser sustraída en un hecho delictivo. No es esa persona la que da facilidades al delincuente para que se provea de armas. El problema es bastante más complejo y radica en que, por desgracia, se está perdiendo terreno en el combate contra la delincuencia y no se puede hacer responsable de ello al hombre común.
Es cierto que todos debemos cooperar, en la medida de nuestras capacidades, para disminuir la comisión de delitos. Sin embargo, en esta particular materia, ello no pasa por hacer más restrictiva la inscripción de un arma de fuego, desincentivando de ese modo su adquisición legal.
Al reducir el número de armas en potencial riesgo de ser sustraídas por los malhechores, no se les está limitando el acceso a esos elementos, pues, si deben usar armas de fuego para cometer sus ilícitos, siempre les será posible recurrir a la adquisición ilegal o a la fabricación artesanal.
Señor Presidente , es preciso ser honestos. En el fondo, lo que se logrará por medio de esta iniciativa, si no se le introducen las correcciones necesarias para evitar que sus normas hagan excesivamente compleja y difícil la inscripción de un arma de fuego, será, por un lado, fomentar la tenencia de armas no inscritas, y, por otro, otorgar al propio delincuente la seguridad de que, al perpetrar sus actos criminales, habrá menos posibilidad de una defensa efectiva de parte de los afectados. En esta forma se estimula la comisión de delitos.
Debemos ser prudentes y establecer un adecuado equilibrio entre el efectivo control en la inscripción y tenencia de armas de fuego, y la posibilidad de que las personas recurran de manera legal a un eficaz medio de defensa para ellas y sus familias.
Cada cierto tiempo, los cuerpos legales deben ser objeto de las correspondientes modificaciones, a fin de ir adaptándolos a la realidad que impera en la sociedad donde se aplican. Mi voluntad de aprobar este proyecto va en esa dirección: corregir la Ley sobre Control de Armas en todo aquello que sea indispensable para su eficiente aplicación. Pero no es mi propósito consagrar normas que, en definitiva, devenguen en más inseguridad para la población al restringir indebidamente el acceso controlado a la adquisición e inscripción de armas de fuego.
En ese entendido aprobaré el texto propuesto. Y anuncio que en su discusión particular formularé las indicaciones necesarias para lograr el objetivo señalado.
Voto a favor de la idea de legislar.
El señor HOFFMANN ( Secretario ).-
¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Terminada la votación.
--Se aprueba en general el proyecto (33 votos contra 2 y una abstención), cumpliéndose con el quórum constitucional exigido.
Votaron por la afirmativa los señores Arancibia, Boeninger, Bombal, Canessa, Cantero, Cordero, Chadwick, Espina, Fernández, Flores, Foxley, Frei (doña Carmen), Frei (don Eduardo), Gazmuri, Horvath, Martínez, Matthei, Moreno, Muñoz Barra, Naranjo, Novoa, Núñez, Páez, Parra, Pizarro, Ruiz (don José), Ruiz-Esquide, Sabag, Stange, Vega, Viera-Gallo, Zaldívar (don Adolfo) y Zaldívar (don Andrés).
Votaron por la negativa los señores Coloma y Prokurica.
Se abstuvo el señor Larraín.
El señor LARRAÍN (Presidente).-
Debe fijarse plazo para la formulación de indicaciones.
El señor MARTÍNEZ.-
Sugiero hasta septiembre, señor Presidente .
El señor CORDERO.-
Que sea el más amplio posible.
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
¿Habría acuerdo para fijarlo hasta el 6 de septiembre, a las 12?
--Así se acuerda.
"
- bcnres:tieneProyectoDeLey = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/proyecto-de-ley/2219-02