REP�BLICA DE CHILE DIARIO DE SESIONES DEL SENADO PUBLICACI�N OFICIAL LEGISLATURA 348�, EXTRAORDINARIA Sesi�n 55�, en martes 20 de mayo de 2003 Especial (De 12:20 a 14:10) PRESIDENCIA DEL SE�OR ANDR�S ZALD�VAR, PRESIDENTE SECRETARIO, EL SE�OR CARLOS HOFFMANN CONTRERAS, TITULAR ____________________ � N D I C E Versi�n Taquigr�fica P�g. I. ASISTENCIA......................................................................................................... II. APERTURA DE LA SESI�N............................................................................... III. CUENTA............................................................................................................�. IV. ORDEN DEL D�A: Proyecto de ley, en segundo tr�mite constitucional, que modifica la ley N� 18.933, sobre instituciones de salud previsional (2981-11) (se aprueba en general)......... VERSI�N TAQUIGR�FICA I. ASISTENCIA Asistieron los se�ores: --Aburto Ochoa, Marcos --Arancibia Reyes, Jorge --�vila Contreras, Nelson --Boeninger Kausel, Edgardo --Bombal Otaegui, Carlos --Canessa Robert, Julio --Cariola Barroilhet, Marco --Chadwick Pi�era, Andr�s --Coloma Correa, Juan Antonio --Cordero Rusque, Fernando --Espina Otero, Alberto --Fern�ndez Fern�ndez, Sergio --Flores Labra, Fernando --Frei Ruiz-Tagle, Eduardo --Garc�a Ruminot, Jos� --Gazmuri Mujica, Jaime --Horvath Kiss, Antonio --Larra�n Fern�ndez, Hern�n --Lavandero Illanes, Jorge --Mart�nez Busch, Jorge --Matthei Fornet, Evelyn --Moreno Rojas, Rafael --Mu�oz Barra, Roberto --Novoa V�squez, Jovino --N��ez Mu�oz, Ricardo --Ominami Pascual, Carlos --Orpis Bouch�n, Jaime --Parra Mu�oz, Augusto --Prokurica Prokurica, Baldo --R�os Santander, Mario --Ruiz De Giorgio, Jos� --Ruiz-Esquide Jara, Mariano --Sabag Castillo, Hosa�n --Silva Cimma, Enrique --Stange Oelckers, Rodolfo --Vald�s Subercaseaux, Gabriel --Vega Hidalgo, Ram�n --Viera-Gallo Quesney, Jos� Antonio --Zald�var Larra�n, Adolfo --Zald�var Larra�n, Andr�s Concurrieron, adem�s, los se�ores Ministros del Interior, Secretario General de la Presidencia, de Econom�a, Fomento y Reconstrucci�n y Presidente de la Comisi�n Nacional de Energ�a y de Salud, y el se�or Superintendente de ISAPRES. Actu� de Secretario el se�or Carlos Hoffmann Contreras, y de Prosecretario, el se�or Sergio Sep�lveda Gumucio. II. APERTURA DE LA SESI�N --Se abri� la sesi�n a las 12:20, en presencia de 22 se�ores Senadores. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En el nombre de Dios, se abre la sesi�n. III. CUENTA El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se va a dar cuenta de los asuntos que han llegado a Secretar�a. El se�or SEP�LVEDA (Prosecretario).- Las siguientes son las comunicaciones recibidas: Oficios Siete de la Honorable C�mara de Diputados: Con los dos primeros comunica que ha dado su aprobaci�n a los siguientes proyectos de ley: 1.- El que introduce modificaciones al decreto ley N� 1.263, de 1975, Org�nico de Administraci�n Financiera del Estado, y establece otras normas sobre administraci�n presupuestaria y de personal, con urgencia calificada de "suma" (Bolet�n N� 3.239-05), y 2.- El relativo al buen uso de donaciones de personas jur�dicas que dan origen a beneficios tributarios y los extiende a otros fines sociales y p�blicos (Bolet�n N� 3.237-05). --Pasan a la Comisi�n de Hacienda. Con el tercero hace presente que dio su aprobaci�n a las observaciones formuladas por Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica al proyecto de ley sobre protecci�n de los animales (Bolet�n N� 1.721-12), con excepci�n de la observaci�n n�mero 2), respecto de la cual no se alcanz� el qu�rum constitucional requerido. --Pasa a la Comisi�n de Medio Ambiente y Bienes Nacionales. Con el cuarto comunica que rechaz� la enmienda propuesta por el Senado al proyecto que modifica la ley N� 18.314, sobre conductas terroristas, en orden a sancionar m�s eficazmente la financiaci�n del terrorismo, en conformidad a lo dispuesto por el Convenio Internacional para la Represi�n de la Financiaci�n del Terrorismo (Bolet�n N� 3.123-07). Asimismo, indica la n�mina de los Honorables se�ores Diputados que integrar�n la Comisi�n Mixta que deber� formarse en cumplimiento de lo establecido en el art�culo 68 de la Carta Fundamental. --Se toma conocimiento y se designa a los se�ores Senadores miembros de la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento para que integren la aludida Comisi�n Mixta. Con los dos siguientes se�ala que dio su aprobaci�n a las enmiendas propuestas por el Senado a los siguientes proyectos de ley: 1.- El que establece una nueva pol�tica de personal para los funcionarios p�blicos que indica (Bolet�n N� 3.075-05), y 2.- El de bases sobre contratos administrativos de suministro y prestaci�n de servicios (Bolet�n N� 2.429-05). --Se toma conocimiento y se manda archivar los documentos junto a sus antecedentes. Con el �ltimo comunica que aprob�, con las excepciones que indica, el proyecto de ley sobre transparencia, l�mite y control del gasto electoral, con urgencia calificada de "suma" (Bolet�n N� 2.745-06). --Queda para tabla. Del Excelent�simo Tribunal Constitucional, por medio del cual remite copia autorizada de la sentencia dictada en el control de constitucionalidad respecto del proyecto de ley que fija las bases de los procedimientos que rigen los actos de la Administraci�n del Estado (Bolet�n N� 2.594-06). --Se toma conocimiento y se manda comunicar la iniciativa a Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica. Del se�or Ministro Secretario General de la Presidencia, con el que contesta un oficio enviado a Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica, en nombre del Senador se�or Lavandero, referido a la inversi�n extranjera en la Compa��a Minera Disputada de Las Condes S.A. Dos del se�or Ministro de Obras P�blicas: Con el primero responde un oficio enviado en nombre de la Senadora se�ora Frei, relacionado con la restauraci�n de las compuertas del tranque Sloman, en la localidad de Quillagua, Segunda Regi�n, y Con el segundo da respuesta a un oficio enviado en nombre del Senador se�or Espina, relativo al estado de las expropiaciones para la construcci�n del Camino Traigu�n-Lumaco, en la Novena Regi�n. Tres del se�or Subsecretario de Marina: Con los dos primeros responde igual n�mero de oficios enviados en nombre del Senador se�or Cantero: uno, referente al porcentaje de renta que grava a las concesiones mar�timas, y el otro, tocante al aumento de la renta de concesi�n mar�tima que indica, y Con el tercero contesta un oficio enviado en nombre del Senador se�or Stange, respecto de la situaci�n que aqueja a los pescadores artesanales de la caleta La Pasada, comuna de Maull�n, D�cima Regi�n. Del se�or Director Nacional del Instituto de Normalizaci�n Previsional, por medio del cual da respuesta a un oficio enviado en nombre del Senador se�or Espina, sobre los d�as de atenci�n al p�blico de la oficina que el Instituto a su cargo mantiene en la comuna de Traigu�n. Del se�or Director del Instituto de Salud P�blica, con el que responde un oficio enviado en nombre del Senador se�or Naranjo, acerca de la existencia de programas de vacunaci�n antirr�bica. Del se�or Gobernador de la Provincia de Cardenal Caro, con el que contesta un oficio enviado en nombre del Senador se�or Moreno, en cuanto a cobro de peajes laterales en la Ruta 5 Sur de las Regiones Sexta y S�ptima. Del se�or Alcalde de la comuna de Pur�n, mediante el cual da respuesta a un oficio enviado en nombre del Senador se�or Espina, sobre la posibilidad de dotar a la posta de la localidad de Agua Santa de implementos que indica. --Quedan a disposici�n de los se�ores Senadores. Informes De las Comisiones de Hacienda y de Trabajo y Previsi�n Social, unidas, reca�do en el proyecto, iniciado en mensaje de Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica, en primer tr�mite constitucional, que establece un nuevo plazo para acogerse a la ley N� 19.234, que establece beneficios previsionales para exonerados por motivos pol�ticos, con urgencia calificada de "suma" (Bolet�n N� 3.231-13). Segundo informe de la Comisi�n de Trabajo y Previsi�n Social, reca�do en el proyecto de ley, en segundo tr�mite constitucional, que regula las condiciones de trabajo y contrataci�n de artistas y t�cnicos de espect�culos (Bolet�n N� 3.073-13). --Quedan para tabla. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Terminada la Cuenta. ----------------- El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Deseo hacer presente que los proyectos sobre gasto electoral y creaci�n del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia ser�n colocados en la tabla de la sesi�n de la tarde una vez que lleguen los oficios correspondientes. El nombrado en primer t�rmino se tratar� como si fuera de "F�cil Despacho", por cuanto se le han introducido peque�as modificaciones y, adem�s, hay un compromiso para despacharlo hoy d�a. El se�or NOVOA.- �Me permite, se�or Presidente? El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra Su Se�or�a. El se�or NOVOA.- �Ser�n discutidas en tabla de "F�cil Despacho" las dos iniciativas? El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- La que se encuentra en tercer tr�mite, se�or Senador. El se�or NOVOA.- Pregunto porque, a lo mejor, se introdujeron modificaciones sustantivas al texto aprobado por el Senado relacionado con el proyecto que crea el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En ese caso, se tratar�a a continuaci�n de la otra iniciativa y no como si fuera de "F�cil Despacho". El se�or NOVOA.- Se lo agradezco, se�or Presidente. Una �ltima cosa, s�lo a modo de constancia. El proyecto sobre buen uso de donaciones de personas jur�dicas que dan origen a beneficios tributarios tiene la misma situaci�n de urgencia que el relacionado con el gasto electoral. Llama la atenci�n que no sea considerado con ese car�cter. Por lo tanto, sugiero consultar al Ejecutivo cu�l ser� el tratamiento que se dar� a esa iniciativa, porque, seg�n entendimos, iba unida al proyecto sobre control de gasto electoral y financiamiento de partidos. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se�or Senador, hay un problema en ese sentido -y me lo hicieron presente-, pues para tratarla se requiere obligatoriamente informe de la Comisi�n de Hacienda. No es posible eximirla de ese tr�mite, porque debe ser discutida y despachada por ella antes de que sea conocida por la Sala. Es un asunto m�s bien de "timing". La Mesa no tiene inconveniente en que pueda ser analizada si cuenta con el respectivo informe. El se�or NOVOA.- La idea es que, por lo menos, la Comisi�n de Hacienda pudiera estudiar hoy ese proyecto. El se�or OMINAMI.- �Me permite, se�or Presidente? El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Debo se�alar que convers� el punto con el Presidente del mencionado �rgano t�cnico, quien me est� pidiendo intervenir en este momento. Tiene la palabra Su Se�or�a. El se�or OMINAMI- Se�or Presidente, en ese caso solicitar�a que recabara la autorizaci�n de los se�ores Senadores para que la Comisi�n de Hacienda pudiera funcionar paralelamente con la Sala, sea hoy en la ma�ana o durante la tarde, con el objeto de analizar esa iniciativa. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Creo que no existe ning�n inconveniente en tal sentido, siempre que sus integrantes concurran a votar cuando se trate de proyectos con qu�rum especial. �Habr�a acuerdo para ello? --As� se acuerda. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Por otra parte, se ha solicitado la posibilidad de dar preferencia al despacho de la iniciativa legal sobre beneficios previsionales para exonerados por motivos pol�ticos, que ha sido tramitada en las Comisiones de Hacienda y de Trabajo y Previsi�n Social, unidas. �Habr�a acuerdo para colocarla en un lugar preferente? El se�or RUIZ (don Jos�).- Se�or Presidente, conviene hacer notar que se trata s�lo de la ampliaci�n de plazos. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Efectivamente. No s� si es posible discutirla como si fuera de "F�cil Despacho". Tiene la palabra el Honorable se�or Garc�a. El se�or GARC�A.- Se�or Presidente, la Comisi�n de Hacienda no supo decir cu�l es realmente el costo que est�n teniendo las dos iniciativas anteriores relacionadas con el tema de los exonerados. Por lo tanto, somos partidarios de que haya una mayor discusi�n al respecto. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En ese caso, no se le dar�a tratamiento preferente. El se�or GARC�A.- Se lo agradecemos mucho, se�or Presidente. IV. ORDEN DEL D�A MODIFICACI�N DE LEY N� 18.933, SOBRE INSTITUCIONES DE SALUD PREVISIONAL El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Corresponde ocuparse en el proyecto de ley, en segundo tr�mite constitucional, que modifica la ley N� 18.933, sobre instituciones de salud previsional, con informe de la Comisi�n de Salud. --Los antecedentes sobre el proyecto (2981-11) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de ley: En segundo tr�mite, sesi�n 28�, en 4 de marzo de 2003. Informe de Comisi�n: Salud, sesi�n 49�, en 13 de mayo de 2003. El se�or HOFFMANN (Secretario).- El Ejecutivo hizo presente la urgencia para el despacho de la iniciativa, calific�ndola de "simple". El referido �rgano t�cnico deja constancia de haberla discutido s�lo en general, de conformidad a lo dispuesto en el inciso sexto del art�culo 36 del Reglamento. Los objetivos principales del proyecto son, entre otros, los siguientes: 1.- Limitar las alzas de precios de los planes de salud de los cotizantes denominados "cautivos". 2.- Mantener el contrato de salud para las cargas, cuando el cotizante fallece. 3.- Uniformar los aranceles. 4.- Dotar a la Superintendencia de ISAPRES de nuevas y m�s flexibles herramientas para precaver riesgos que afecten los derechos de los cotizantes y sus beneficiarios, y 5.- Elevar el m�ximo de las multas de 500 a 1.000 unidades de fomento; otorgar a los cotizantes el derecho a permanecer en el sistema privado, cuando a su ISAPRE se le cancele el registro, y transparentar la actividad de los agentes de ventas de planes de salud. La Comisi�n aprob� en general el proyecto por cuatro votos a favor, de la Honorable se�ora Matthei y de los Senadores se�ores Espina, R�os y Viera-Gallo. Se abstuvo el Senador se�or Ruiz-Esquide. El texto aprobado en general se transcribe en el informe. La Secretar�a de la Comisi�n elabor� un bolet�n comparado de tres columnas que consigna el texto de la ley N� 18.933, sobre Instituciones de Salud Previsional; el proyecto presentado por el Ejecutivo, y el texto despachado por la Honorable C�mara de Diputados. ---------------- El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Solicito la anuencia del Senado para que ingrese a la Sala el Superintendente de ISAPRES, se�or Manuel Inostroza. --Se accede. ------------------ El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En discusi�n general. Ofrezco la palabra. El se�or RUIZ-ESQUIDE.- �Me permite, se�or Presidente? El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra Su Se�or�a. El se�or RUIZ-ESQUIDE.- Se�or Presidente, entiendo que �sta es una discusi�n en general y que quien deber�a informar acerca del proyecto es la Presidenta de la Comisi�n de Salud. Adem�s, nos gustar�a o�r al se�or Ministro. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- No hay problema. Ocurre que en el texto despachado por la Comisi�n no se menciona al Senador informante. Por lo tanto, si la se�ora Presidenta no me lo pide, no puedo ofrecerle la palabra. El se�or RUIZ-ESQUIDE.- Conforme. En todo caso, propongo que se la escuche, y luego, al se�or Ministro, para posteriormente pronunciarnos los se�ores Senadores. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el se�or Ministro. El se�or GARC�A (Ministro de Salud).- Se�or Presidente, s�lo deseo manifestar el agrado de estar presente en esta sesi�n en que se vota la idea de legislar del proyecto que reforma la Ley sobre Instituciones de Salud Previsional, y que forma parte de un conjunto de normativas que pretenden reformar la salud en Chile. La iniciativa en debate, como se ha planteado, b�sicamente busca mejorar los sistemas de cobertura y aumentar los niveles de transparencia; establecer normas adicionales de protecci�n a los afiliados; dar a la autoridad mayores atribuciones para supervigilar y controlar los derechos de los beneficiarios en diversas materias con relaci�n a la ley de ISAPRES. A nuestro parecer, a los usuarios los afectan en la actualidad una serie de situaciones, en t�rminos de niveles de desprotecci�n que, de alguna manera, incluso han sido reconocidas en la discusi�n por las mismas ISAPRES, las cuales manifestaron inter�s en efectuar algunas modificaciones en esos aspectos. Y nos hemos hecho cargo de esa tarea en el �nimo de perfeccionar un sistema que re�ne a un porcentaje importante de chilenos y que deseamos que se consolide en mejor forma que el que nos rige. Es cuanto puedo se�alar, para no entrar en el detalle de la ley en proyecto. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra la Honorable se�ora Matthei. La se�ora MATTHEI.- Se�or Presidente, la iniciativa que nos ocupa viene a modificar una serie de aspectos de la Ley sobre Instituciones de Salud Previsional que, a nuestro juicio, dar� mayor transparencia al sistema y una protecci�n m�s adecuada a los afiliados y a los prestadores de salud relacionados con las ISAPRES. Ante todo, se trata de lograr mayor transparencia en las fijaciones de las tarifas. Al respecto, se ha discutido sobre la mejor manera de hacerlo. En todo caso, existe la intenci�n de que efectivamente haya protecci�n, por ejemplo, para todos los cotizantes denominados "cautivos" que sufren alguna enfermedad que les impide ser aceptados en otras ISAPRES y quedan sujetos a que �stas les suban los precios de los planes de salud, sin que puedan pr�cticamente defenderse, porque su �nica alternativa ser�a la de volver al FONASA. En ese sentido, el proyecto contiene diversas proposiciones, algunas de las cuales fueron hechas por las mismas ISAPRES. Por ejemplo, la de crear una especie de banda sobre la base del aumento promedio de las cotizaciones. Se trata, en el fondo, de impedir que el valor del plan de salud supere al fijado en aqu�lla. �sta, probablemente, constituir� una de las materias que despu�s ser� objeto de discusi�n en la Comisi�n. Asimismo, se impone a las ISAPRES la obligaci�n de aceptar a un beneficiario cuando pase a tener la calidad de cotizante. Tambi�n se les exige mantener el contrato durante un a�o para las cargas del cotizante fallecido. Una de las discusiones que ocasion� tambi�n un intercambio de opiniones muy rico dentro de la Comisi�n estuvo relacionada con la situaci�n que se producir�a cuando una ISAPRE quiebre. En verdad, esta materia involucra dos aspectos. En primer lugar, c�mo evitarla. En este sentido se las obligar�a -no necesariamente en el proyecto, pero hay una serie de indicaciones preparadas al respecto que se ver�n en la discusi�n en particular- a mantener un mayor capital, determinadas reservas que deber�n ser invertidas en instrumentos de mucha liquidez que garanticen la existencia de tales fondos. Esas reservas t�cnicas estar�n relacionadas, adem�s, con todos los pasivos que la ISAPRE tenga no s�lo con los afiliados, sino tambi�n con las instituciones m�dicas. Al efecto se otorgar�n m�s facultades al Superintendente de ISAPRES, para que pueda ordenar, por ejemplo, aumentos de capital, de las garant�as, e incluso, intervenir a la ISAPRE en alg�n momento. En el fondo, se desea incorporar normas que, si bien no se hallan contempladas en el proyecto que Sus Se�or�as tienen en sus manos, s� fueron discutidas en la Comisi�n, a fin de perfeccionarlo. Se trata de que ojal� no se produzca nunca la quiebra de una ISAPRE, porque efectivamente produce muchos problemas. Lo cierto es que hay dos ISAPRES que se encuentran en dificultades, por lo cual otra de las materias debatidas en la Comisi�n -y que no est� consignada en el texto que obra en poder de los se�ores Senadores- estuvo relacionada con la situaci�n en que quedar�an sus afiliados. Algunos sostuvieron que �stos deber�an ser aceptados por otras ISAPRES, y otros, que tendr�an que volver al FONASA. Aun cuando la discusi�n todav�a no est� resuelta, de alguna manera la recoge la iniciativa al se�alar que esos usuarios deben ser admitidos por otras ISAPRES. En general, el proyecto establece normas de garant�a y transparencia mucho mayores que las actualmente en vigencia, y tambi�n otorga facultades crecientes al Superintendente. En verdad, si comparamos los t�rminos en que ingres� la iniciativa y la forma como creemos que va a salir, comprobaremos que es muy distinta. Por lo tanto, lo importante es contar con un plazo amplio para formular indicaciones, porque, a nuestro juicio, no obstante que el texto legal est� bien orientado, gran parte de sus normas son claramente perfectibles. He dicho. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Boeninger. El se�or BOENINGER.- Se�or Presidente, el de hoy es un d�a trascendente para el proceso de reforma de la salud que est� impulsando el Gobierno del Presidente Lagos. En efecto, se ha sometido a consideraci�n de esta Sala, para su aprobaci�n en general, el proyecto de reforma de las ISAPRES, el primero de los cuatro que, en conjunto, integran dicha propuesta de reforma. Resulta oportuno, entonces, colocar la iniciativa que ahora analizamos en el contexto de los objetivos principales que la reforma se propone alcanzar, entre los que quisiera destacar los siguientes. 1.- El desarrollo de un sistema integrado de salud sobre la base de prioridades sanitarias nacionales que se traduzca, en primer lugar, en un r�gimen de garant�as expl�citas -conocido como AUGE- con relaci�n a los factores de acceso, calidad, oportunidad y protecci�n financiera, obligatorio tanto para el sistema p�blico como para el privado. 2.- La transformaci�n del modelo actual de atenci�n, de fuerte preponderancia hospitalaria y de la medicina de especialidades, en un modelo de atenci�n progresiva por complejidad creciente, con fuerte incremento de la capacidad resolutiva -se estima en hasta 85 por ciento- del nivel de atenci�n primaria; con enfoque preventivo e integral para personas y familias, y con un sistema bien articulado de derivaciones y contraderivaciones entre este nivel y el de atenci�n hospitalaria y especialidades. 3. La priorizaci�n simult�nea de la calidad y del control de costos, habida cuenta del fen�meno mundial de mayores costos asociados a los espectaculares avances de las ciencias m�dicas y del riesgo de que tal proceso se traduzca en una espiral incontrolable de recursos p�blicos y precios privados o en un ajuste con sacrificio de calidad. La acreditaci�n de prestadores; el uso de protocolos, gu�as cl�nicas, medicina basada en evidencia, y la constituci�n de redes de prestadores formalmente comprometidas con el uso de tales instrumentos, son elementos -todos considerados en los proyectos- que resultan clave para resolver este delicado dilema. Por cierto, es esencial en este sentido mejorar dram�ticamente la eficiencia de la gesti�n p�blica de salud, para muchos la verdadera "madre de todas las reformas". 4. Resolver los problemas m�s evidentes y sensibles de la falta de equidad -materia que ata�e fundamentalmente a la salud privada- eliminando la diferenciaci�n de primas por riesgo, al menos en lo que respecta a los factores de sexo y edad. A tal efecto, se disponen una prima �nica para las garant�as expl�citas y la creaci�n de un Fondo de Compensaci�n Solidario, como f�rmula operativa. 5. Establecer con claridad la separaci�n de funciones en el aparato p�blico. Al Ministerio le corresponden la formulaci�n de las pol�ticas de salud y el rol de autoridad sanitaria, que a nivel regional ejercer�n los SEREMIS, modificando en esto el texto aprobado por la C�mara de Diputados e incluyendo la aplicaci�n del C�digo Sanitario. A los servicios de salud, la atenci�n primaria y los hospitales autogestionados en red corresponde la prestaci�n de servicios p�blicos, junto a los prestadores privados que v�a convenio se integren a la red p�blica. Finalmente, una Superintendencia de Salud, heredera de la actual Superintendencia de ISAPRES -parece haber consenso creciente en que lo sea a la vez de aseguradores y prestadores-, dotada de mayores atribuciones e instrumentos m�s eficaces, cautelar�a, por una parte, que en el sector privado se cumpla con las garant�as expl�citas, se asegure la transparencia y no se produzcan situaciones como la que hoy afecta a la ISAPRE Vida Plena; y por la otra, asegurar�a la aplicaci�n de reglas parejas a los sectores p�blico y privado, superando la calidad de juez y parte que hoy tiene el Ministerio respecto del sistema p�blico. Las reformas enunciadas implicar�n una profunda transformaci�n de las ISAPRES, de entidades que operan con la l�gica del seguro individual, para situarlas en el camino de convertirse en verdaderos agentes privados de la seguridad social, con su funcionamiento enmarcado en la l�gica de objetivos y prioridades sanitarias de car�cter nacional, proceso que se acentuar� a medida que se expandan las garant�as expl�citas. Al mismo tiempo, se respetar� y estimular� la competencia interinstitucional en el sector privado a partir de la relaci�n del juego precio-calidad tanto en la entrega obligatoria de las garant�as expl�citas como en la libertad para ofrecer planes complementarios, todo ello en condiciones de transparencia hoy en buena medida ausentes, en un entorno de un n�mero excesivo de oferta de planes y del imperio de la letra chica. Al respecto, se est� generando consenso en torno a la idea de que no debe fijarse el precio del AUGE, sino una prima �nica, como precio v�lido para el c�lculo de las compensaciones de riesgo en el Fondo Solidario. Quisiera decir, adem�s, que de ese modo se materializar�n positivamente los conceptos matrices contenidos en un documento sobre la reforma de la salud aprobado por el Consejo Nacional del Partido Dem�crata Cristiano del 2 de mayo del a�o pasado, del cual me permito extraer algunas citas. Y me apresuro a declarar que esto lo hago estrictamente a t�tulo personal y no a pedido ni en representaci�n de alguien, sino tan s�lo porque esta informaci�n resulta pertinente. Es as� como en el mencionado documento se se�ala: "Nuestra visi�n de futuro es de un sistema integrado de Salud. Si procura dar garant�as a todos los chilenos esto se deber� hacer realidad en el esquema mixto de Salud vigente a trav�s de un sistema plural de m�ltiples aseguradores y prestadores p�blicos y privados". M�s adelante afirma: "Las pol�ticas de Salud deben orientarse al logro de tres objetivos fundamentales: Equidad, vale decir solidaridad; eficiencia en el uso de recursos escasos; y adecuaci�n al nuevo perfil epidemiol�gico del pa�s y su probable evoluci�n futura". Respecto a la salud privada, expresa: "La salud p�blica seguir� siendo predominante en Chile por muchas d�cadas. Pero ello no resulta contradictorio con un desarrollo din�mico y una expansi�n gradual de la salud privada, corregidas sus actuales distorsiones y deficiencias. Ello corresponde a aspiraciones evidentes de la clase media chilena". Luego agrega: "El uso �ptimo de los recursos nacionales requiere facilitar la compra y provisi�n razonable de servicios entre los sectores p�blico y privado. La reforma tendr� que conciliar la aspiraci�n ciudadana de maximizar la libertad de elecci�n con el indispensable control de costos asociado a garant�a de calidad. Esto implica reconocer los convenios de aseguradores con redes de prestadores debidamente acreditados, como mecanismo v�lido de la Reforma". Por �ltimo, es conocido el desacuerdo de la Democracia Cristiana, reiterado en el documento que cito, con "cualquier transferencia de alg�n porcentaje de las cotizaciones de los afiliados a Isapre para el financiamiento del Subsidio Maternal u otra finalidad". Hasta aqu� las referencias al citado documento de la Democracia Cristiana. En lo que dice relaci�n espec�fica al proyecto de reforma a las ISAPRES, quisiera formular s�lo unas breves observaciones. 1) La iniciativa recoge en sus art�culos 22 y 38 la obligatoriedad -dispuesta en el proyecto AUGE- de entregar el r�gimen de garant�as que se haya decretado y la eliminaci�n de las diferencias de prima por factores de riesgo, espec�ficamente, al menos, sexo y edad. 2) Se abordan los problemas de preexistencia, carencias, cotizantes cautivos en el nuevo contexto del r�gimen de garant�as, as� como las transferencias de contratos de salud y de carteras de afiliados y beneficiarios. 3) En la discusi�n particular del proyecto se afinar�n disposiciones que dicen relaci�n a la duraci�n de los contratos; las adecuaciones en cuanto a alzas de precios; las auditor�as obligatorias; las regulaciones de los agentes de venta; la flexibilizaci�n de las posibilidades de atenci�n de afiliados en hospitales p�blicos; la racionalizaci�n de las propuestas en materia de aranceles; la relaci�n entre ISAPRES y cl�nicas, y otras materias. Tambi�n se podr� discutir la viabilidad y las condiciones para abrir eventualmente el mercado de seguros de salud a las compa��as de seguros y mutuales. Cabe se�alar, de paso, que la reforma permite poner t�rmino al vicio del Estado como reasegurador impl�cito, a costo cero, del sistema ISAPRES. Para terminar, quisiera referirme a un tema de particular urgencia y relevancia, cual es el fortalecimiento y la ampliaci�n de las disposiciones, que ya contempla el proyecto, en cuanto a normas preventivas que sean eficaces para reducir al m�nimo el riesgo de que se produzca otra situaci�n como la que afecta a la ISAPRE Vida Plena. Tales innovaciones se refieren principalmente al aumento del patrimonio m�nimo peri�dicamente actualizado; al incremento de las garant�as; al establecimiento de un sistema de calificaci�n de riesgo con los indicadores pertinentes, requisitos y evaluaci�n en relaci�n a endeudamiento m�ximo e indicadores de gesti�n operativa. En todos estos temas, me parece, se est�n generando �reas crecientes de consenso. Quiz�s el punto m�s controvertido de resolver es el que se refiere a la adjudicaci�n de cartera en caso de quiebra u otra causa de cierre de una ISAPRE. El proyecto contempla la adjudicaci�n aleatoria entre las dem�s ISAPRES, soluci�n que es resistida por muchos y tachada de inconstitucional. Tal vez pueda encontrarse una f�rmula en que, como pasos previos, existan un per�odo de transferencia voluntaria y un proceso de licitaci�n de cartera, de modo que la adjudicaci�n forzada final no se produzca o sea residual. Para eliminar el elemento discriminaci�n, podr�a adem�s incluirse en la adjudicaci�n aleatoria al FONASA, junto con las ISAPRES. Lo que no me parece adecuado -sin perjuicio de que se siga analizando en el debate pormenorizado de la iniciativa- es la mera transferencia autom�tica de esos afiliados al FONASA, lo que seguramente ser�a contrario a los deseos de esas personas e implicar�a recargar el sistema p�blico, ya obligado a realizar esfuerzos de enorme magnitud para asumir con eficacia los desaf�os de la reforma. En s�ntesis, se trata de un buen proyecto, que ciertamente se perfeccionar� en el curso de la discusi�n particular y que se integra de manera arm�nica al conjunto de la reforma de salud. He dicho. ------------------ El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Hago presente a la Sala que lleg� de la C�mara de Diputados el proyecto que crea el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia. Como viene con muchas modificaciones, no ser� incluido en la tabla de F�cil Despacho de la sesi�n de esta tarde, despu�s de la iniciativa sobre transparencia, l�mite y control del gasto electoral, tal como yo hab�a propuesto, sino que pasar� a formar parte de la tabla normal. Adem�s, debe ser enviado a la Comisi�n de Econom�a, a fin de que �sta revise las enmiendas introducidas y nos entregue un informe que posibilite a la Sala su buen tratamiento. Por lo tanto, el oficio pertinente queda incluido en la Cuenta de esta sesi�n y se tramita el proyecto a la Comisi�n se�alada. ----------------- El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Contin�a la discusi�n general. Tiene la palabra el Honorable se�or Viera-Gallo. El se�or VIERA-GALLO.- Se�or Presidente, �ste es el primer proyecto de la reforma de salud que llega a la Sala, pero no el primero que ve nuestra Comisi�n especializada. En efecto, �sta ya se encuentra analizando, tanto en general como en particular, previa autorizaci�n de la Sala, la iniciativa sobre autoridad sanitaria, a la cual los Senadores hemos formulado una serie de observaciones e indicaciones concretas que est�n siendo conversadas con el Gobierno para ver si las hace suyas. Es importante se�alar esto porque, tal como expresaron colegas que me precedieron en el uso de la palabra, se trata de una reforma integral, en la que, por ende, un proyecto no se entiende sin los otros. Y aqu� lleg� uno de ellos, el relativo a las ISAPRES, que ahora se encuentra a nuestra consideraci�n. Durante las exposiciones en la Comisi�n de Salud, me llam� mucho la atenci�n el cuadro presentado por las ISAPRES, a trav�s de su Asociaci�n, que arroja un resultado financiero bastante preocupante. Seg�n dicho documento, las utilidades de aqu�llas vienen en franca disminuci�n desde 1997, con excepci�n del �ltimo trimestre. Habr�a que determinar si eso es efectivo o si tal vez las utilidades, como ocurre -seg�n hizo presente el Senador se�or Lavandero- en el caso de la miner�a, est�n traspasadas a otras empresas. Sin embargo, no contamos con informaci�n sobre el particular. En todo caso, si uno se atiene al cuadro presentado, le asalta la duda sobre cu�nto va a resistir el sistema de salud privado en Chile con las bajas rentabilidades obtenidas y qu� empresa va a tener inter�s en invertir en el sector, aun cuando haya una ley que fije las reglas del juego, sobre todo porque los costos de la salud son crecientes en el mundo -por supuesto, tambi�n en la sociedad chilena-, y las restricciones, m�ltiples. No obstante, toda la reforma est� construida sobre la base de que van a subsistir y se van a desarrollar y complementar dos sistemas: el p�blico, que cuenta con la garant�a del Estado y por tanto, a pesar de que suban los costos, siempre se mantendr�; y el privado, que tiene su propia l�gica, b�sicamente de ganancia en lo referente a inversi�n -porque no es fuerte la presencia de las mutuales en la saluda privada-, y respecto del cual, a la luz de las estad�sticas, asalta la duda sobre su futuro. Hago esa advertencia general porque me parece relevante tener dicho cuadro como tel�n de fondo. Ahora, el proyecto presentado por el Gobierno y aprobado por la C�mara de Diputados establece diversos beneficios, unos relacionados con la cobertura; otros, con la transparencia, y algunos, con la fiscalizaci�n. Tocante a la cobertura, se limitan las alzas en los planes de quienes, sea por edad o por enfermedades preexistentes, no se encuentran en condiciones de cambiarse de ISAPRE; son las personas que constituyen el llamado "sector cautivo". Adem�s, se busca mantener la cobertura para las cargas en caso de fallecimiento del cotizante y se pretende evitar que se dificulte o niegue su acceso como titulares al conocerse sus antecedentes de salud. Pero lo m�s significativo es que se garantiza que el contenido del Plan AUGE ser� obligatorio para el sector privado, de tal manera que haya un plan com�n para ese sector y el p�blico. �se es, tal vez, el m�ximo beneficio que van a obtener los afiliados a una ISAPRE. En cuanto a las exclusiones, si entend� bien, desaparecer�n en todas las patolog�as que forman parte del AUGE, manteni�ndose respecto de las no incluidas en dicho plan m�nimo. Se modifican tambi�n las reclamaciones en materia de pensiones de invalidez y de licencias m�dicas. En lo que dice relaci�n a la transparencia, se busca uniformar los planes para evitar que, por la proliferaci�n de alternativas hoy existente, los ciudadanos no tengan conocimiento real de lo que est�n contratando con la ISAPRE respectiva. En materia de fiscalizaci�n, se mejoran las herramientas de que dispone la Superintendencia de Instituciones de Salud Previsional -hay que tener en cuenta que este organismo, mediante otro proyecto, se transforma en Superintendencia de Salud tanto del FONASA como de las ISAPRES- para fiscalizar a las instituciones en cuanto a su solvencia financiera -especialmente despu�s de lo sucedido en el caso Inverlink- y para sancionar los incumplimientos, salvaguardando los derechos de los afiliados en caso de quiebra o de fusi�n de las mencionadas instituciones. Por otra parte, se aumentan las garant�as de las ISAPRES. Aqu� surge el problema de saber si aqu�llas deben estar constituidas s�lo por dinero -como ocurre hoy d�a- que permanece inmovilizado en la Superintendencia, o si se podr�n extender a inmuebles, lo cual permitir�a a tales instituciones mayor flexibilidad en el uso de sus recursos al encontrarse en dificultades, como ha ocurrido con algunas en el �ltimo tiempo. Sin duda, el problema pendiente que m�s se debatir� es el de qui�n debe asumir la cartera de las instituciones que se hallen en falencia. Lo l�gico ser�a decir: "Bueno, que las asuman las otras ISAPRES, porque las personas ya est�n en el sistema y no es su culpa la quiebra de la empresa donde se encuentran afiliadas". Pero si esas otras son la competencia de la ISAPRE que entr� en falencia, no es l�gico que por negligencia de �sta deban recibir a aquella gente. Y tampoco es justo que la reciba FONASA, porque eso ir�a contra la voluntad de dichos afiliados. Se�or Presidente, el proyecto y la Comisi�n -�sta s�lo lo ha analizado en general- no ofrecen hasta el momento una soluci�n para el problema. De manera que en la discusi�n particular habr� que determinar qu� pasa con el grupo de beneficiarios cautivos de una ISAPRE afectada por una situaci�n de falencia. Otros temas pendientes que deseo resaltar -seguramente son m�s- y que espero se estudien en el segundo informe son los siguientes. En cuanto a la transparencia y a la informaci�n a los usuarios, la iniciativa avanza al uniformar los planes, para evitar confusiones. Sin embargo, la informaci�n del usuario y su comprensi�n respecto de sus derechos y deberes siguen siendo muy bajas. Las quejas y reclamos de abusos y desinformaci�n son bastante frecuentes trat�ndose tanto de ISAPRES como de cl�nicas. Muchas veces se suscribe un plan sin que el interesado sepa bien qu� prestaciones cubre, ni tampoco cu�l es el precio de ellas en la cl�nica pertinente. Y, obviamente, �sta no va a tener ning�n inter�s en decir: "El examen que usted me pide le cuesta la mitad en el establecimiento del frente". Entonces, no hay informaci�n transparente en el mercado de la salud privada. Faltan normas que clarifiquen definitivamente los planes, las coberturas y los costos, impidiendo, por ejemplo, el establecimiento de cl�usulas prohibidas, al modo de la ley sobre derechos de los consumidores. Tambi�n, debe propenderse a una relaci�n m�s estrecha entre los par�metros contemplados en los planes y los costos reales de las cl�nicas, porque frecuentemente -como expres�- estos �ltimos son muy superiores a los previstos en aqu�llos, con lo que la cobertura se torna ilusoria. Y, por �ltimo, hay que unificar las denominaciones en planes tipos comunes, sobre los cuales puedan incorporarse prestaciones adicionales, claramente determinadas en sus alcances y valor. En mi opini�n, durante la discusi�n particular podemos avanzar mucho por hacer m�s transparente el sistema de ISAPRES y de cl�nicas privadas. Un segundo punto alude a que las ISAPRES est�n m�s separadas de los prestadores, con el objeto de que no haya una integraci�n vertical absoluta. En muchos casos, las instituciones de salud previsional son due�as de cl�nicas y de centros m�dicos y, adem�s, la contabilidad de la ISAPRE y de la cl�nica es una sola, con lo cual la confusi�n en el uso de los dineros es muy grande. Por lo menos, debe procurarse que sean empresas distintas, sociedades jur�dicas diferentes. Sin embargo, siempre se va a plantear el problema de un holding, donde al final est�n las ISAPRES, por una parte, y los prestadores, por otra. Pero debe evitarse que funcionen con un mismo rol tributario o con una misma personalidad jur�dica. Otro problema que se me ha planteado es el relativo al plan de cobertura de los seguros catastr�ficos de las ISAPRES, que al parecer ellas mismas calcularon mal cuando lo ofrecieron. De hecho, podr�a ser m�s beneficioso para los miembros de las instituciones de salud previsional que el AUGE. Es decir, si este plan se aprobara en su integridad, los hoy afiliados a las ISAPRES y poseedores de un seguro catastr�fico se hallar�an mejor cubiertos que cuando el AUGE entrara en vigencia. Por esta raz�n, habr� que debatir mucho, para que este plan al menos asuma las prestaciones que actualmente ofrece el seguro catastr�fico. En lo que respecta a este �ltimo, tambi�n se presenta un problema con los beneficiarios de las ISAPRES que se cambian de una instituci�n a otra, por lo que pareciera m�s l�gico estimarlo como un sistema en el que la parte catastr�fica forme parte de un seguro o de un fondo com�n, para optimizar los recursos, como sucede con cualquier seguro. Otro tema importante guarda relaci�n con el otorgamiento de las pensiones de invalidez y la aprobaci�n de las licencias m�dicas, donde se presenta un avance al hacer m�s uniformes los procedimientos de apelaci�n. Sin embargo, sigue vigente, sin soluci�n, el problema global de ambos derechos, que constituyen una de las principales fuentes de reclamo de los usuarios, ya que las ISAPRES al mismo tiempo califican y pagan las licencias. Sobre el particular, el Honorable se�or Ruiz-Esquide ha formulado una proposici�n, que hago m�a, para que todo lo concerniente a las licencias pase a formar parte de un cap�tulo distinto, con el objeto de analizar m�s a fondo esta materia. Para terminar, se�or Presidente, debo se�alar que sobre este proyecto en la Comisi�n hay bastante m�s consenso que acerca de los otros. Incluso, si se analizan las presentaciones del Colegio M�dico, de los usuarios de las ISAPRES y de la Asociaci�n de ISAPRES, se llega a la conclusi�n de que se ha alcanzado un acuerdo bastante significativo. Otra cosa ser� ver c�mo el sistema privado de instituciones de salud previsional se integra complementariamente con el sistema global de salud y en colaboraci�n con el sistema p�blico. Pero esos son aspectos contenidos en otras iniciativas que la Comisi�n est� estudiando. Por eso, me parece justo y l�gico votar a favor del proyecto. Espero que los colegas de mi bancada hagan lo mismo, sin, por cierto,� El se�or LARRA�N.- �Tan fr�gil es la Concertaci�n...? El se�or VIERA-GALLO.- �renunciar a la aspiraci�n de mejorar el texto durante la discusi�n particular. Lo expreso como un deseo, porque, en materias de salud, incluso en la bancada del Senador se�or Moreno no siempre hay una misma opini�n. Y creo que tampoco en la del Honorable se�or Larra�n. O sea, en las bancadas� El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Ruego evitar los di�logos, se�ores Senadores. El se�or VIERA-GALLO.-�suelen manifestarse distintas opiniones. Por eso, lo formulo como un buen deseo. He dicho. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- �Habr�a acuerdo para empezar a votar a las 13:45? Acordado. Tiene la palabra el Honorable se�or Frei. El se�or RUIZ-ESQUIDE.- �Me permite, se�or Presidente? El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- S�, Su Se�or�a. El se�or RUIZ-ESQUIDE.- No entend� bien. �Se limita el tiempo de quienes estamos inscritos? El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- No. Restan las intervenciones de tres se�ores Senadores, entre ellos Su Se�or�a. Por lo tanto, no hay problema. Tiene la palabra el Honorable se�or Frei. El se�or FREI (don Eduardo).- Se�or Presidente, el proyecto que se somete a la consideraci�n de esta Sala tiene la enorme importancia de ser el primero que conoce el Senado de aquellos que forman parte del paquete de reformas a la salud en nuestro pa�s. Ello me obliga a reflexionar previamente, en forma breve, sobre el significado de ese conjunto de reformas antes de dedicar algunas palabras a la normativa misma. Este conjunto de proyectos representa la culminaci�n exitosa de un proceso comenzado por los Gobiernos de la Concertaci�n. Desde principios de los a�os 90 se destin� gran cantidad de recursos al sector salud, desarroll�ndose diversas iniciativas que me parece justo destacar. Ello se tradujo en importantes avances en el subsector p�blico. No podemos olvidar que recibimos una muy deteriorada red de asistencia p�blica y que en el lapso de una d�cada comenzamos a revertir esa tendencia. Prueba de ello es que durante la d�cada pasada se construyeron tres modernos hospitales en la Regi�n Metropolitana. El �ltimo se hab�a inaugurado a mediados de la d�cada de los a�os 70. Se edificaron 10 hospitales totalmente nuevos (Valdivia, Iquique, San Felipe, Los Andes, Chill�n, San Carlos, Purranque, El Pino -en Santiago-, Castro y La Serena); se modernizaron 71 hospitales, 40 de ellos de alta complejidad; se construyeron 13 centros de especialidades (CRS y CDT); se establecieron 126 nuevos consultorios y se reconstruyeron 68; se implementaron 117 nuevas postas; se construyeron 50 servicios de atenci�n primaria de urgencia (SAPU); se adquirieron 43 ambulancias de diversa complejidad para el Sistema de Atenci�n M�dica de Urgencia (SAMU), y se invirtieron m�s de 110 mil millones de pesos en equipamiento m�dico industrial. Creo que m�s del 50 por ciento de toda la estructura hospitalaria de Chile se construy�, moderniz� y renov� en los �ltimos doce a�os. Por eso, a fines de la d�cada pasada el pa�s experiment� un mejoramiento significativo en el nivel de salud de su poblaci�n. As� lo demuestran los indicadores biom�dicos, que ubican a Chile en un nivel muy cercano al de naciones desarrolladas. No voy a dar el detalle de ellos, pero est�n en todos los informes de organismos internacionales y en las clasificaciones del pa�s. Sin duda que el esfuerzo realizado fue importante. La tarea de hoy es imprimir mayor eficiencia y mejorar la gesti�n en el sector. Pero no s�lo se hace necesario perfeccionar el sistema p�blico de salud, sino tambi�n el sistema privado. La gente reclama mejoramiento en ambos �mbitos, y �sa es la demanda que debemos atender con prontitud. A ello obedece la necesidad de aprobar y perfeccionar �ste y los dem�s proyectos que permitir�n modernizar el sector en su conjunto. En particular, en el sector privado de salud hemos sido testigos del gran dinamismo que ha tenido en los �ltimos a�os la construcci�n de cl�nicas y centros m�dicos, que han aumentado la cobertura y mejorado la calidad de la atenci�n para un estrato importante de la poblaci�n. Pero, junto con reconocer estos avances, tenemos que hacernos cargo de los reclamos e insatisfacciones que la ciudadan�a ha expresado reiteradamente sobre esta parte del sistema. Efectivamente, es necesario corregir diversos aspectos de la ley que regula las instituciones de salud previsional. En el �ltimo tiempo hemos sido testigos de las dificultades que enfrentan los afiliados de una ISAPRE con problemas econ�micos. Hay que revisar las exigencias que deben imponerse para que ello no vuelva a suceder, y mejorar las facultades de fiscalizaci�n de la Superintendencia, precisando las atribuciones en el �mbito de la supervisi�n financiera. Adicionalmente, debe desarrollarse, a mi juicio, una discusi�n amplia del rol fiscalizador respecto del conjunto del sistema de salud para cuidar la debida coherencia y coordinaci�n entre el sector p�blico y el privado. En relaci�n con este �ltimo tema, debemos buscar el mecanismo para evitar la existencia de subsidios no deseados. Tambi�n se deben mejorar y simplificar los sistemas de informaci�n y reclamaci�n del usuario, otorgando mayor transparencia al sistema privado de salud, as� como aminorar las dificultades de comprensi�n del plan de salud, especialmente en su fase de ejecuci�n. Tampoco puede dejar de mejorarse la cobertura. Y en relaci�n a esto, dado que se contempla otorgar el plan AUGE a la totalidad de los beneficiarios al sistema privado de salud, debe explicarse con claridad a la poblaci�n c�mo se aplicar� gradualmente, cualquiera que sea el sistema en que se atienda. No olvidemos que en muchas familias hay miembros afiliados al sistema p�blico y, otros, al privado. La discusi�n de los proyectos puede ser un momento para que todos los usuarios entiendan los objetivos, y servir, as�, de una verdadera pedagog�a. Por otra parte, debemos solucionar diversos problemas, como la desprotecci�n de los usuarios frente a determinadas enfermedades; la discriminaci�n por sexo y edad, y las expulsiones de afiliados por alza de precios en los planes de salud. Tambi�n debe medirse con precisi�n el efecto financiero que �stas y otras adecuaciones puedan tener eventualmente en el costo de los planes de los afiliados, de tal manera que no se sientan perjudicados o discriminados cuando entre en vigencia la ley. Considero que esta discusi�n debe abordarse con absoluta sinceridad, pues la ciudadan�a -como dije- debe estar plenamente informada. Lo que no puede suceder es que hoy las autoridades y los legisladores digamos que no hay aumento en los valores de los planes, y el d�a de ma�ana las ISAPRES notifiquen a sus afiliados que �stos les fueron reajustados como consecuencia obligada de esta reforma. En ese sentido, si es realmente inevitable un traspaso de los aumentos de los costos a los planes de cierto grupo de afiliados discriminados no arbitrariamente, considero un deber informarles del futuro impacto y explicarles las razones de solidaridad que hay detr�s de la iniciativa. No hacerlo, creo que deslegitimar� la reforma. Hago un llamado para que, con altura de miras, desarrollemos la discusi�n de �sta y las dem�s iniciativas que componen la reforma de salud, convencidos de que tanto el sector p�blico como el privado tienen un rol que cumplir y un aporte valioso que realizar, dise�ando y perfeccionando �reas y mecanismos de colaboraci�n. En definitiva, estoy convencido de que la disyuntiva no es m�s o menos Estado o m�s o menos privado; sino que Estado m�s privados suman recursos y voluntades para mejorar la calidad de la salud de los chilenos, en especial de los m�s pobres. �ste y no otro es el fin �ltimo de esta gran reforma. Por �ltimo, debo agregar un tema que me parece crucial. Pienso que, luego de despachar los cuatro proyectos ya se�alados, hay que iniciar una discusi�n profunda y con criterio de Estado en todos los sectores del pa�s para regular los juicios por malas pr�cticas, errores y negligencias. Esta materia es hoy de debate mundial. En Estados Unidos, por ejemplo, el costo de los seguros y de los procesos judiciales alcanza cifras alt�simas. En muchas partes del mundo pr�cticamente ha colapsado el sistema, y en la mayor�a de las naciones desarrolladas se est� legislando para enfrentar esta realidad. Creo importante, una vez completada la tramitaci�n de los cuatro proyectos iniciales, hacer un debate profundo de esta realidad y no enfrentarla, como se est� haciendo en muchos pa�ses desarrollados, una vez que el sistema est� colapsado. Anuncio que votar� a favor de la iniciativa. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Espina. El se�or ESPINA.- Se�or Presidente, en primer lugar, valoro la forma en que el Ministro de Salud y el Superintendente de ISAPRES han asumido el trabajo en la Comisi�n de Salud del Senado. Francamente, ha sido un agrado poder trabajar sin la exposici�n de posiciones dogm�ticas, sino con la intenci�n leal de sus integrantes, y por supuesto de las autoridades que he mencionado, de sacar adelante un buen proyecto de salud, que sea �til para la gente. Considero justo reconocer el esfuerzo hecho por ir perfeccionando la normativa en estudio. Tambi�n debo destacar la actitud de los gremios involucrados en todo el proceso de reforma de la salud, quienes, mediante documentos serios y bien fundados, han efectuado aportes al debate y, sin duda, algunas de sus proposiciones podr�n ser incorporadas al texto. Destaco la voluntad del Colegio M�dico que, realmente, ha realizado un gran esfuerzo por colaborar en el oportuno despacho del proyecto. Cabe se�alar que se produce una paradoja en el debate de estas tres iniciativas legales, relativas a autoridad sanitaria, al plan AUGE y a las ISAPRES. Hay un cuarto proyecto que todav�a no se analiza, referente al tema del financiamiento. La paradoja consiste en que, si se analizan las cifras de las �ltimas d�cadas, se llega a la conclusi�n de que Chile ha registrado una mejor�a sustantiva en materia de salud; no obstante, cuando uno consulta a usuarios, pacientes y los propios funcionarios, se constata su percepci�n de que nuestro sistema realmente est� lleno de deficiencias. Y este proceso, que configura un c�rculo vicioso negativo, se repite en todos los pa�ses del mundo. La salud dispone crecientemente de mayores tecnolog�as que permiten abordar patolog�as cuya resoluci�n en el pasado era inimaginable. El tratamiento de esas patolog�as requieren de muchos recursos. Las personas entienden que tienen acceso a las posibilidades de cura, pero como los medios son limitados, no siempre -y en esto no hay que ser demagogo- un pa�s como el nuestro puede enfrentarlos todos. Entonces, se produce un verdadero c�rculo vicioso negativo: a mejor calidad de medicina, mayor costo; a mayor costo, sin lugar a dudas, hay dificultad para cubrir todas las expectativas de la gente. Quiero hacer presente que durante las �ltimas d�cadas la salud en nuestro pa�s ha exhibido una mejor�a importante. Por ejemplo, la mortalidad general e infantil es aproximadamente de 5,4 fallecimientos por mil habitantes al a�o; hace exactamente tres d�cadas era de 9,4 por mil habitantes. Es interesante destacar que, de los 30 millones de chilenos nacidos hasta el momento en el territorio nacional, la mitad est� viva hoy d�a; es decir, 15 millones. Si a eso se agregan los resultados de la Organizaci�n Mundial de la Salud, que ubican a Chile en el lugar 33 del mundo, y los comparamos con los de Portugal, que ocupa el lugar 32 y que gasta en salud el doble que nosotros, uno se da cuenta de que, conforme a cualquier an�lisis objetivo y desapasionado, en las �ltimas d�cadas la salud en nuestro pa�s ha experimentado una mejor�a importante. No obstante, como se�al�, en la ciudadan�a se percibe gran desconcierto y decepci�n respecto del sistema de salud. Se�or Presidente, simplemente quiero enumerar las fortalezas de nuestro sistema de salud. Hay una amplia cobertura geogr�fica en red, por supuesto perfeccionable; la calidad de la medicina chilena es de alto est�ndar; la organizaci�n por niveles de complejidad en el sistema p�blico es elevada; la cultura sanitaria de nuestra poblaci�n tambi�n es muy considerable; la focalizaci�n de los recursos en FONASA es relativamente buena, pues cubre a grupos familiares con ingresos inferiores a 250 mil pesos; y existe un sistema mixto, que da garant�as para el acceso tanto a la salud p�blica como a la privada, con varias restricciones, a las que me voy a referir luego. En cuanto a las debilidades, la principal es que en Chile el sistema de salud es discriminatorio: la gente con recursos tiene derecho a ir al sistema p�blico o al privado, y elige; en cambio, las personas modestas no tienen opci�n, s�lo pueden atenderse con FONASA. Adem�s, existe incertidumbre respecto de los beneficios que brinda cada uno de los sistemas: en el p�blico, por regla general, la gente no sabe cu�ndo la operar�n; en el sistema privado, por regla general, no sabe cu�nto le costar� la operaci�n. Los establecimientos p�blicos, tambi�n por regla general, funcionan mal y la raz�n es muy simple -y eso se tratar� en el proyecto sobre autoridad sanitaria-: no hay capacidad de administraci�n de los hospitales, porque sus directores carecen de facultades para gestionarlos bien; no hay incentivos para los buenos funcionarios; no hay mecanismos para impedir que los malos elementos se perpet�en en sus cargos; no hay capacidad para utilizar bien los recursos; no est� bien conectada, muchas veces, toda la red hospitalaria, cuya puerta de entrada se halla en los consultorios. Es en la salud primaria donde debiera existir una mucho mejor relaci�n con los hospitales que representan la salud secundaria. Los subsidios de licencias m�dicas en Chile son francamente -por decir una palabra adecuada- generosos, en t�rminos de que se producen con ellos abusos gigantescos. Hoy se gastan 300 millones de d�lares anuales que crecen en 30 millones de d�lares cada a�o por causa de las licencias que se otorgan en forma indebida. Eso perjudica a los m�s pobres, porque, al no aplicarse un control adecuado, el mal uso de recursos del Estado impide que �stos se destinen a los niveles m�s pobres de la poblaci�n. En cuanto a las ISAPRES, no hay duda de que hoy presentan tres grandes deficiencias: primero, generalmente el precio de los planes es alto; segundo, acusan una diferenciaci�n por sexo y edad, que el proyecto corrige; y tercero, la reajustabilidad resulta muy incierta para los afiliados. Se�or Presidente, me referir� a dos aspectos centrales. Primeramente, en alg�n momento el Senado deber� abordar, en un debate a fondo, el problema de la salud en nuestro pa�s, que consiste, a mi juicio, en la arbitrariedad que significa que una persona carente de recursos est� condenada a atenderse siempre en el sistema p�blico, mientras quien no sufre esa carencia puede optar libremente entre el sistema p�blico y el privado. Mencionar� s�lo algunas cifras. En Chile se gasta un bill�n 437 mil millones de pesos en el presupuesto de la Salud. De ese monto, 671 mil millones son aportes directos del Estado, merced a los impuestos que recauda. Ello significa que �ste subsidia a cada cotizante de FONASA con 5 mil 600 pesos. Los otros 535 mil millones corresponden al 7 por ciento que pagan los afiliados. Lo que no resulta justo en el subsidio de 5 mil 600 pesos es la circunstancia de que, si se permitiera al afiliado entregar un aporte adicional -de �l y de su grupo familiar- que no superara los 4 mil pesos, podr�a, libremente, atendiendo a la portabilidad de su subsidio, escoger si se atiende en el sistema p�blico o en el privado, con coberturas que ir�an entre el 80 y el 100 por ciento del costo de tratamiento de las enfermedades que los aquejen. Aqu� hay una cuesti�n de fondo que en alg�n momento deber� debatir el Senado. No hay raz�n en Chile, ni en el mundo moderno, para impedir que una persona (no todas; porque en esto no hay que ser demagogo: probablemente, la gente que se atiende en el sistema institucional y la m�s pobre no van a poder porque no tendr�n el copago), con un copago muy bajo, reciba el subsidio y escoja un plan que le permita atenderse libremente, seg�n lo decida, sea en atenci�n cerrada o abierta, tanto en un sistema de salud p�blica como en uno privado. Esa cuesti�n est� pendiente en la Comisi�n, y espero que tengamos un debate a fondo sobre las razones por las cuales esa posibilidad no est� disponible. Tocante a esta iniciativa, se�or Presidente, hay que se�alar que es parte de un paquete de proyectos. Sin duda, existen a lo menos tres aspectos acerca de las ISAPRES que tendr�n que analizarse en la Comisi�n. Primero, el precio de los planes, la transparencia de �l y su cobertura. Es extraordinariamente confuso para la gente comprender exactamente cu�l es su plan y a cu�nto asciende su reajustabilidad. Por lo tanto, la indicaci�n que en su momento se debati� en la C�mara de Diputados que no fue recogida en el informe final -establece una banda, un piso que se�ala que, respecto del promedio de reajuste que aplique la ISAPRE en un a�o, cada plan no podr� exceder de un tercio de su valor-, es una garant�a de que no se disparar�n los precios en perjuicio de quienes carecen de recursos para seguir incorporando dinero a esos programas. En segundo lugar, no hay duda de que la fiscalizaci�n por parte de la Superintendencia debe mejorar considerablemente. Resulta absurdo un sistema donde la Superintendencia s�lo act�a cuando hay que ir al entierro de la ISAPRE y no en la etapa en que �sta acusa determinado grado de insolvencia. La Superintendencia carece hoy de facultades para intervenir a priori e impedir que se produzca la quiebra, la falencia, que en definitiva causa mucho da�o a los usuarios. Por lo tanto, mayores facultades de fiscalizaci�n para la Superintendencia en el plano de la intervenci�n que debe hacer resultan fundamentales para mantener un mayor control en los casos de ISAPRES en mala situaci�n econ�mica. Respecto de la solvencia de esas instituciones, el asunto es controvertido. Por un lado, se sostiene que debieran aumentar sus valores de solvencia. Hoy d�a son de 5 mil UF por cada una, m�s 80 por ciento del total de las cotizaciones que tenga en un mes. Hay quienes son partidarios de que esta cifra se aumente. El problema es que, en la medida en que opere este aumento, baja la posibilidad de que surjan nuevas y, por ende, hay que hacer un buen equilibrio entre mayor solvencia y seguridad de que ese mercado, dadas las altas exigencias, no quede regulado por tres o cuatro ISAPRES. En definitiva, se�or Presidente, �sta es una buena iniciativa (no la votamos en particular porque se ve s�lo en general). Es imprescindible, s�, incorporarle una serie de normas que perfeccionen el funcionamiento del sistema privado de atenci�n en el pa�s. Pero insisto en que, al final de cuentas, la gran discusi�n que falta en el Parlamento (y esperamos tenerla con las autoridades del Gobierno) es definir qu� justifica hoy en nuestro pa�s que cada persona no tenga derecho, libertad para elegir si quiere atenderse en el sistema p�blico o en el privado. El sistema p�blico ha de hacerse eficiente, como esperamos que ocurra con el proyecto de ley de autoridad sanitaria, que debe ser un paso muy decisivo para que los hospitales puedan disponer de autogesti�n; para que el director tenga autoridad y pueda establecer est�mulos o incentivos a los buenos funcionarios; para que la red que debe existir -como se�al�- opere desde la atenci�n de salud primaria al hospital nivel 2 o nivel 3, hasta los hospitales de m�s complejidad, de nivel 1; para que el sistema de salud primaria en Chile sea el primer blindaje, la primera trinchera, donde la gente tenga una alta resolutividad respecto de sus problemas, y no como ocurre hoy d�a en muchas partes (y lo vimos en el debate en la Comisi�n), en que se transforma en un verdadero buz�n donde la gente simplemente va, hace la consulta y es derivada de inmediato a un hospital de mayor complejidad, y as� sucesivamente y juega al "comprahuevos" durante varios meses, a veces a�os, sin obtener una atenci�n de salud correcta. Finalmente, se�or Presidente, no puedo dejar de mencionar el AUGE (acceso universal con garant�a expl�cita), a cuyo respecto tambi�n el Senado deber� llevar a cabo un debate a fondo, en su momento. Sobre este particular, voy a sentar dos principios: primero, decir que en nuestro pa�s es posible atender de manera igual todos los problemas m�dicos no se ajusta a la verdad. Cualquier an�lisis serio que se realice en esta materia dar� por resultado que los recursos son limitados y que, producto de la tecnolog�a, ellos pueden ser cubiertos en proporci�n cada vez mayor. Por lo tanto, es important�simo determinar cu�les van a ser los problemas m�dicos que recibir�n atenci�n prioritaria; qu� ocurrir� con los que no tienen car�cter prioritario; qu� alternativa tendr� la persona cuya enfermedad se cuente entre las que no pueden atenderse. �Dispondr� de la opci�n de un copago mayor? �Va a ser postergada? �Se tratar� cada problema m�dico atendiendo a su valor real, como hoy d�a ocurre en una proporci�n importante? �O continuar� la diferencia de recursos, problema que esperamos que en los pr�ximos a�os pueda superarse? Ah� hay otro nudo de fondo en este debate, se�or Presidente, en lo que se denomina "AUGE" y en lo relativo a la priorizaci�n que el Estado de Chile aplica, a trav�s de los mecanismos adecuados, para que una persona sea atendida de una patolog�a con respecto a otra. En conclusi�n, estamos frente a la enorme oportunidad de hacer una gran reforma de la salud. Antes de estudiar esta iniciativa, yo no hab�a dimensionado la importancia que puede revestir para el pa�s un proyecto bien hecho. Y hay muchos aspectos que corregir. Por las razones se�aladas, votar� a favor de la idea de legislar. He dicho. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or R�os. El se�or R�OS.- Se�or Presidente, es cierto que las normas legales sobre salud, dictadas en 1981 � 1982, se�alan en forma muy clara y transparente la responsabilidad que el Estado tiene sobre toda la acci�n de salud en el pa�s. No existen dos tipos de acci�n de salud en Chile, sino una sola. Lo que hay son formas de administraci�n distintas: est�n las ISAPRES, que operan sobre la base de un seguro contratado libremente por las personas; el seguro de accidentes escolares, con una cifra que alcanza a los 6 mil millones de pesos, seg�n los distintos organismos del sector, y tambi�n es de libre contrataci�n; las mutuales, que administran una cuota muy importante de recursos y atienden a varios millones de trabajadores en todo lo referido a accidentes del trabajo; las instituciones de salud de las Fuerzas Armadas y de Orden, con una modalidad distinta de atenci�n; los convenios colectivos de grandes sindicatos, que agrupan del orden de un mill�n 300 mil usuarios y tienen una relaci�n contractual con sus respectivas empresas en virtud de la cual se crea, con los recursos provenientes de la cotizaci�n de 7 por ciento, m�s los aportes de las empresas y de los trabajadores, un fondo que les permite una atenci�n de salud m�s adecuada en su propio lugar de trabajo; las ISAPRES cerradas, como la de la gran miner�a, con un costo por cotizante del orden de un mill�n de pesos, cifra bastante m�s alta que la del resto de las instituciones de salud previsional del pa�s, que supera escasamente los 200 mil pesos por usuario. En suma, existe en Chile una sola acci�n de salud, con administraciones distintas. En lo que a las ISAPRES se refiere, quiero ahondar en lo planteado por el Senador se�or Espina, con relaci�n a la diferencia que se produce entre la condici�n de entidad aseguradora versus la condici�n de entidad ejecutiva en materia de salud. La ley en proyecto -y �ste es, desde mi punto de vista, un defecto bastante grande-, entre otros objetivos, procura separar absolutamente lo referente a la responsabilidad aseguradora de la responsabilidad ejecutiva en el campo de la salud. Si lo anterior se diera como hecho trascendente de la iniciativa, desde el punto de vista reglamentario ella no debiera ser vista por la Comisi�n de Salud, sino por la de Econom�a. Porque lo que se intenta resolver es una cuesti�n de administraci�n de una compa��a de seguros, pero lo que pretende la Comisi�n de Salud es que el usuario alcance niveles de desarrollo tales que le permitan vivir con todos los derechos que le corresponden, tal como lo consigna la Constituci�n. Lo se�alo porque, al producirse una separaci�n tan fulminante, como ocurre en el proyecto del Ejecutivo, caemos en el l�mite de la aceptaci�n en cuanto a resolver problemas propios de los contratos privados. Vot� favorablemente en la Comisi�n porque entend�a que no solamente se trataba de temas referidos a seguros, sino tambi�n de acciones de salud. No voy a discutir los contratos que tengan los laboratorios con las farmacias -es cierto que ellos afectan a la salud-, como tampoco parece l�gico inmiscuirse en los que una compa��a de seguros acuerde con la contraparte -el usuario-, para resolver libremente determinado problema. Por tal motivo, quiero adelantar -y en esto creo interpretar a los Senadores de estas bancas- que debe considerarse a la ISAPRE como un organismo que no solamente administra recursos propios del seguro correspondiente, sino que tambi�n ha de tener la accesibilidad suficiente y la capacidad ejecutiva para presentar programas m�s atractivos para sus clientes. Asimismo, estamos discutiendo este asunto por la necesidad de entregar mejor salud al pa�s. Y, recogiendo nuevamente lo se�alado por el Senador se�or Espina, es verdad que nuestros �ndices de salubridad son buenos, pero la administraci�n del sector es mala. Hay incomprensiones e inquietudes, que se hacen sentir en los consultorios, en las salas de espera de las ISAPRES, donde se producen peque�os debates. Y ello, por existir un problema de administraci�n o de incomprensi�n de las personas. Indudablemente, estamos analizando un asunto que en el �mbito social resulta muy atractivo para el mundo entero. Tan as� es que, siendo miembro de la Mesa �y al se�or Presidente del Senado le consta-, recibimos a las m�ximas autoridades de la Organizaci�n Mundial de la Salud, y de lo �nico que hablamos fue de los �xitos de nuestro pa�s en la materia. Y lo ten�an absolutamente claro al decir que Chile se ubicaba entre los 24 mejores -el Senador se�or Espina se�al� 30-; ignoro si hemos bajado o no, pero, en definitiva, estamos bien ubicados. Con relaci�n al proyecto, no me gusta que entre sus objetivos est� la eliminaci�n de planes. Uno de los hechos m�s trascendentes de la vida privada y de la libertad de las personas, tal como lo consagra la Constituci�n, es precisamente apoyar su imaginaci�n creadora. Pero si el proyecto pretende uniformar los aranceles -a fin de evitar, seg�n se dice, la proliferaci�n de miles de planes diferentes, lo cual dificulta su comprensi�n por parte de los usuarios-, lo que estamos haciendo, en lugar de estimular la imaginaci�n creadora para que se desarrolle en plenitud, y de que los chilenos puedan libremente escoger entre todas las alternativas, es estatuir que s�lo habr� un n�mero no mayor de 18 planes, y punto. �Qu� pasa en este caso? Estamos estudiando un proyecto para la tradicional mediocridad chilena, que se manifiesta, entre otras cosas, en la aceptaci�n de contratos sin haber le�do jam�s sus t�rminos. Chile es un pa�s cuyo pueblo no lee ning�n documento que firma, sea que se trate de cuestiones financieras o de seguros. Al 99 por ciento de los chilenos les ponen un papel al frente, y firman. Entonces, debemos cuidarnos de la irresponsabilidad y la mediocridad propias de un acto que no corresponde, sobre todo cuando se trata de ponerle firma. Por eso, entonces -�ojo con esto!-, se rebaja el n�mero de planes y programas a una cifra no mayor de 14 � 15, con lo cual estamos limitando la imaginaci�n de las personas para crearlos, restringiendo las alternativas que tienen los chilenos de escoger con mayor libertad lo que les resulte m�s c�modo. Hay una serie de otras cortapisas, todo ello para facilitar la labor de la Superintendencia del ramo en estas materias y, a la vez, abonar la irresponsabilidad ancestral de los chilenos de no leer nunca ning�n contrato. Hubo un proyecto de ley �no s� qu� habr� pasado con �l; los que han sido Diputados y han llegado al Senado, a lo mejor, pueden darnos luces al respecto- que se present� a la C�mara de Diputados para eliminar la letra chica de los contratos. No s� si se convirti� en ley o no. De ser lo primero, habr�a que agregarla, como anexo, a los programas de las ISAPRES a fin de evitar esta irresponsabilidad at�vica de todos de no leer nunca las cosas que firmamos. En todo caso, debemos resolver el problema de las instituciones de salud previsional la luz de la iniciativa en an�lisis. Quiero advertir que la votar� favorablemente en general, con la condici�n de que en ellas exista la alternativa de ofrecer planes completos de salud. No hacerlo implicar�a simplemente trasladar el proyecto a la Comisi�n de Econom�a, porque eso ya no ser�a de incumbencia de la de Salud, sino un problema propio de sociedades an�nimas, que deber� regular la Superintendencia de Valores y Seguros, con lo cual el Superintendente de ISAPRES quedar�a "bypasseado" en todo este asunto, porque ser�a una cosa por completo distinta. Uno de los sentidos que tuvo realmente la creaci�n de la salud privada fue incorporar recursos para extender la cobertura, la infraestructura y el patrimonio de los prestadores. Tengo a mano una informaci�n muy interesante, que se�ala que el sistema de ISAPRES incorpora al sistema de salud chileno 160 mil millones de pesos anuales. Es una suma muy alta que, en el fondo, representa un poco el costo real de la salud en el pa�s. Seg�n las cifras de que se dispone, la atenci�n de la salud p�blica, de costo fiscal, alcanza aproximadamente a 140 mil pesos per c�pita, pero el promedio nacional es de 250 d�lares. Esto significa, en t�rminos reales, 175 mil pesos. O sea, faltan 40 mil pesos que deber� incorporar el sector p�blico, para poder actuar bien y administrar mejor las cosas y, al mismo tiempo, lo relativo al patrimonio f�sico, del que no se preocupa nadie. Eso es efectivo. Por eso, el sector debe tener mayores recursos. Pero, �por favor!, no debilitemos el sistema de salud privada, porque eso va a producir da�os en varios aspectos -como los que he se�alado-, como la incorporaci�n de fondos, lo cual para nosotros es muy importante. En el pa�s tenemos tres grandes sistemas sociales: salud, educaci�n y vivienda. Siempre he estimado que el de la vivienda es el que tiene menos problemas -salvo las casas que no son bien construidas-, pues todo chileno tiene la esperanza de acceder a la habitaci�n propia. Y es porque no existe oposici�n entre sector privado y sector p�blico. Cuando no hay conflicto en un �rea social, en verdad los problemas no existen. Se desarrolla bien. El sector vivienda es un buen ejemplo. Para obtener una casa, hay que cumplir obligaciones; es necesaria una libreta de ahorro previo; se imponen diversos requisitos, etc�tera. En la salud, hay una obligaci�n contractual, donde el 7 por ciento de las remuneraciones va al sistema. En educaci�n, en cambio, no existen obligaciones de ese tipo. Hay dos posibilidades: una p�blica y otra privada. En esta �ltima, la persona contrata una educaci�n, sin que nadie sepa cu�les son los planes o programas, porque el sistema est� sujeto a una norma global que entrega el Ministerio de Educaci�n. Y la administraci�n corresponde exclusivamente a los organismos pertinentes y, a lo mejor, el Estado no se inmiscuye, debido a que buena parte de aqu�lla pertenece a la Iglesia, y meterse con ella resulta complicado. El sector salud act�a obligatoriamente con ese 7 por ciento, el cual se destina �vuelvo a insistir- a la administraci�n de dos compa��as de seguros: una estatal, FONASA, y otra privada, que corresponde a las ISAPRES. La persona elige. Es cierto que los m�s modestos no pueden escoger, y se van derechamente a FONASA. Y esto no es producto de una discriminaci�n, sino de una realidad social. A m� tambi�n me encantar�a una casa bastante grande, como las que veo a veces en La Dehesa, pero yo no me siento discriminado por no lograrlo. Me encantar�a una alternativa mejor para la educaci�n de mis hijos. Hay entidades educacionales fant�sticas, no solamente en Chile, sino en el mundo entero. Pero tampoco lo puede realizar, y de igual manera no me califico de discriminado. Me sentir�a de tal manera si la sociedad no me entregara igualdad de oportunidades para desarrollar mis potencialidades, junto con mis hijos y mi familia, a fin de lograr mejores ubicaciones en �xitos, sean materiales o de otro tipo. En definitiva, estamos frente a una iniciativa muy interesante; pero si se mantiene la condici�n de separaci�n absoluta de las ISAPRES con el otorgamiento de salud, realmente deber�a haber, a lo menos en particular, una concepci�n distinta a la votaci�n favorable que le estamos prestando ahora. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Hago presente a los se�ores Senadores que a partir de las 13:45 podr� dejarse el voto en la Mesa. Tiene la palabra el Honorable se�or Ruiz-Esquide. El se�or RUIZ-ESQUIDE.- Se�or Presidente, a riesgo de repetir muchos de los argumentos dados aqu�, creo absolutamente necesario hacer algunas observaciones sobre la materia. Cuando uno discute los temas de salud, el marco general es que debe hacerse referencia a lo que tal vez sea lo m�s preocupante para una persona o para la comunidad. Todas las encuestas demuestran que eso es esencial, al igual que lo es la carencia de empleo. Pero en ning�n momento, nunca, un sistema puede ser tan trascendente para una persona como los modelos de salud que le puedan dar seguridad. Nada hay m�s indefenso que un hombre enfermo. Entonces, las cosas tienen una connotaci�n distinta cuando se discuten en otro �mbito. Si uno no tiene una casa ni la educaci�n que desea, puede ser grav�simo; pero, si no se cuenta con atenci�n m�dica en el momento oportuno, hay muerte. As� de simple, y eso da al tema una connotaci�n muy diferente. El segundo marco general es el siguiente: una cosa es la salud y otra diferente, la atenci�n m�dica. Aqu�lla implica el af�n de mantener el bienestar f�sico, intelectual, emocional, de las personas. Eso es mucho m�s amplio que atenci�n m�dica, la cual no es m�s que la carencia de esa salud que requiere un modelo de atenci�n oportuna, adecuada, bien gestionada y con los medios necesarios. En esa perspectiva, Chile tiene en materia de salud, seg�n los niveles de la Organizaci�n Mundial de la Salud, par�metros exitosos. Estamos en un lugar preeminente. En cuanto a atenci�n m�dica, en cambio, tenemos blanco y negro. Lo blanco es que Chile tiene una capacidad de dar tratamiento a una enfermedad como muy pocos pa�ses la tienen en el mundo. Lo negro, es la inoportunidad de atenci�n en un momento determinado -especialmente en el �mbito p�blico- y la inseguridad en el sector o el subsistema privado de salud. En esas condiciones, un tercer elemento general es que las discrepancias provienen fundamentalmente de c�mo se mira el �mbito de la enfermedad, de la medicina, de la salud y de los derechos de las personas. Hay una perspectiva financiera y una sanitaria. Aqu� no se trata de que unos sean buenos y otros sean malos; simplemente son puntos de vista distintos. Y el gran conflicto radica en que el mismo tema -el caso de las ISAPRES, por ejemplo- puede ser objetivado de dos modos. En ese sentido, a veces mis discrepancias pueden ser mayores con muchos de los colegas aqu� presentes. En ese marco, tenemos una atenci�n m�dica determinada; una atenci�n de enfermedad mixta, y una atenci�n con inversi�n baja en relaci�n con pa�ses con similares niveles de salud y de desarrollo que el nuestro. Solamente tenemos un seis y tanto por ciento del producto interno bruto, en circunstancias de que otras naciones requieren mucho m�s para mantener el mismo tipo de atenci�n m�dica que el de nosotros, que es bueno. Por otro lado, tenemos muy claro que hay dos subsistemas en el tratamiento de las enfermedades. Hoy d�a en Chile lo preeminente es la salud p�blica, a cargo del sector estatal y el municipalizado; y luego, el de la atenci�n privada institucional, que corresponde a las ISAPRES. La reforma al sistema de salud plantea la siguiente pregunta: �Debe hacerse o no en Chile un cambio al respecto? Todos estamos conscientes de la necesidad de llevarlo a cabo, para resolver temas pendientes, para mejorar lo que no est� bien y para corregir los elementos que son francamente inadecuados en un mundo como el nuestro. El mayor conflicto que tenemos en esta materia es que los costos de la atenci�n de salud se disparan en relaci�n con el crecimiento econ�mico de los pa�ses, lo que hace que en un tiempo determinado se produzca una brecha que tiene que ser manejada de manera distinta. Otro dice relaci�n a que la poblaci�n envejece. Un tercero consiste en que las enfermedades son cada vez m�s graves, sin considerar el hecho de que se puede matar a una persona por falta de atenci�n adecuada. Hace 30 � 40 a�os el 90 por ciento de las enfermedades carec�an del tratamiento que hoy tienen. En seguida -quer�moslo o no-, la demanda por atenci�n adecuada crece en la medida en que el concepto del derecho humano a la salud es mucho m�s fuerte que en el pasado. En esas condiciones, la reforma de salud plantea cinco proyectos. El primero se refiere al derecho y los deberes de los pacientes. La iniciativa se encuentra en la C�mara de Diputados y plantea el marco �tico y conceptual de la disyuntiva entre el derecho de las personas y el deber de la sociedad -y no s�lo del Estado- de dar atenci�n adecuada. El segundo es el relativo a la autoridad sanitaria, que conlleva el esfuerzo por brindar una buena atenci�n primaria. Tiene como columna central tres cosas: una, que en un pa�s con el desarrollo y las carencias del nuestro la manera de prevenir y de promocionar es esencial en el sistema p�blico de atenci�n de salud. Otra, que la atenci�n primaria -es decir, el concepto antiqu�simo de prevenir m�s que curar- radica en la atenci�n primaria privilegiada, incluida precisamente en el proyecto que estamos tratando ya en la Comisi�n. Para conocimiento de los se�ores Senadores, debo expresar que hemos votado ad refer�ndum, en forma bastante especial, porque estimamos m�s esencial ese proyecto que los concernientes al AUGE o a las ISAPRES. Adem�s, a fin de que sea bien complementado, comunicamos al se�or Ministro que hay disposici�n para aprobarlo. Pero esta disposici�n tiene una l�nea muy precisa: mejorar el contenido de la iniciativa, no para satisfacer nuestras ideas, sino para que el sistema funcione. Ah� hay dos conceptos clave: m�s dinero, mejor gesti�n; m�s descentralizaci�n, m�s imbricaci�n entre los sistemas municipal y estatal, lo que significa, en el fondo, una capacidad de acceso adecuado para que la gente se pueda mejorar cerca del lugar donde vive y evite el costo exagerado de hospitales car�simos. El tercer proyecto es el de las garant�as -tema que ya se ha discutido-, que postergamos para tratar primero lo relativo a las ISAPRES. Desde que se anunci� se ha producido una larga discusi�n. En el fondo, la cuesti�n radica en cu�nto se podr� tratar en Chile con los recursos que se deben agregar al sistema; cu�nto se lograr� hacer de manera garantizada -como indica la sigla, por decirlo as�-, y c�mo se ha de realizar sin demeritar o perjudicar al resto de las patolog�as que no se tratar�n a costa del AUGE. Si no, llegar�amos al exceso de contar, no s�lo con dos sistemas o subsistemas de atenci�n, sino, dentro del sector p�blico, con dos grupos de enfermedades: uno que ser� posible tratar y otro que en definitiva se postergar� seg�n las necesidades y requerimientos. �se es el problema de fondo del AUGE, que ha generado conflictos con el Colegio M�dico, con el cual sostenemos posiciones algo diferentes acerca de c�mo enfrentarlo. No entraremos ahora a analizar ese problema. Se ver� en su oportunidad. El �ltimo proyecto es el que reforma el sistema de las ISAPRES. Desde que fue planteado como un modelo de tratamiento de la salud en los t�rminos que conocemos, fui contrario a �l. Cuando se gener� la idea -lo digo derechamente-, quienes est�bamos en el Colegio M�dico, en las sociedades cient�ficas, dijimos que el sistema no ten�a una l�gica sanitaria, sino financiera, y que alg�n d�a ello crear�a una dificultad, incluso para su sobrevivencia, previo paso por una gran iniquedad para la gente que podr�a acceder a �l. En definitiva, el dilema final que se plantea ahora por las ISAPRES es que han ensanchado su banda de atenci�n para justificar una mayor cobertura de chilenos. Pero, al mismo tiempo, eso significa que sus planes deben ser m�s baratos. Sin embargo, cuando lo son, terminan resultando insuficientes para la gente. �sta, si le suben el precio, se va. As�, las ISAPRES empiezan a caer en la carencia que hoy se se�ala y en el desfinanciamiento. �Cu�les son los grandes problemas a ese respecto? Primero, lo ya indicado. Segundo, lo tocante a la no prevenci�n, la no promoci�n, las carencias, las exclusiones, las preexistencias. Estas �ltimas, son aceptables en la l�gica financiera; pero en la sanitaria no puede haber un sistema de atenci�n de enfermos que en definitiva impida tratar lagunas, preexistencias o enfermedades previas. Podr� arg�irse que �sta es una l�gica de riesgo propia del sistema financiero; pero entonces aqu�l deja de ser un modelo de atenci�n de salud. A mi juicio, los contratos m�ltiples han sido el motivo de todas las dificultades. Y algo que para m� -no para todos los se�ores Senadores, lo reconozco- siempre ha sido negativo en la concepci�n �tica de la medicina: que en este �mbito haya utilidades para grupos financieros extrasalud. Con esto no aludo a la participaci�n del sector privado al estilo de la existente en las mutuales. Lo contrario a mi visi�n -lo digo con todo respeto y modestia- es el que la plata de los cotizantes, que deber�a ser utilizada para su atenci�n, se emplee en un sistema administrativo que gasta cuatro veces m�s en administraci�n que el modelo p�blico y que ha terminado generando 400 mil millones de pesos de utilidades para los financistas o propietarios de las ISAPRES en los �ltimos 20 a�os, si bien han ido bajando. Esto tambi�n era l�gico y previsible. Se dijo por anticipado que sus ganancias se reducir�an, porque, de acuerdo al capital invertido, era imposible la obtenci�n de un nivel de utilidades superior incluso al de un banco. Eso siempre nos pareci� inadecuado. Desgraciadamente, tuvo que producirse el caso Inverlink para que se entendiera lo que est�bamos previniendo. Lo expuesto ocurre cuando se liga el sistema de salud con el mercado. Cabe preguntarse, entonces: "�Qu� estamos discutiendo? �Qu� hacemos con los cotizantes de Vida Plena? Y se dice: "�Eso nunca debi� acontecer!". En mi opini�n, era natural que pasara. �Por qu� no, si en el mercado caen las financieras, como en cualquier otra parte? Si el sistema de ISAPRES hubiera existido en Estados Unidos en 1929, cuando quebraron la Bolsa y el mercado, �qu� habr�a sucedido con la atenci�n de los pacientes? �se es el tema de fondo. Finalmente, se�or Presidente, el modelo no cumpli� en la forma planteada en 1981-1982. En esa �poca se dijo que constitu�a una manera de descargar el sistema p�blico. Y no ha sido as�. Ignoramos qu� ha pasado en el �rea que cubren las ISAPRES -que alcanza al 20 por ciento de los chilenos- en materia de evoluci�n epidemiol�gica. Ignoramos si en ella hay m�s c�nceres que en el sector p�blico; si existe prevenci�n por la edad, en fin, no sabemos nada. Lo �nico que conocemos son las acciones denominadas "de bien p�blico", que son las realizadas por el sistema del Estado en materia de vacunaci�n, etc�tera. Obviamente, las ISAPRES tienen ventajas. Proporcionan buena atenci�n a los sectores de altos ingresos y tienen una eficiente gesti�n administrativa. Pero, repito, apuntan hacia el otro lado. Se�or Presidente, yo me abstuve en la Comisi�n porque el proyecto, como se encuentra redactado, no da cuenta de lo que yo, en el fondo, hubiera querido que hici�ramos despu�s de doce a�os de constataci�n de que el sistema no rinde en la l�gica sanitaria. La reforma es m�s bien cosm�tica. Si bien es necesaria, �til e implica un avance, en lo personal me parece insuficiente. Por eso, llegado el punto en que no se har�a el cambio que consideraba indispensable hacer, me abstuve. Esperaba que el se�or Ministro se�alara cu�l ser�a su l�nea de indicaciones, sobre la base de los planteamientos que hemos hecho. Pedimos cinco cosas: no a la integraci�n vertical; cambio en las exclusiones, prestaciones y carencias; cambio de fondo en las licencias m�dicas, que es un acto m�dico y no s�lo de car�cter financiero, lo cual no se halla contemplado. Solicitamos tambi�n, junto con el se�or Presidente, la incorporaci�n de las compa��as de seguros y las mutuales en el campo de las ISAPRES, para posibilitar su mejoramiento a trav�s de la competencia por la v�a de su propio mercado. Solicitamos mayor fiscalizaci�n, para evitar lo sucedido, y por �ltimo no ligaz�n con el mercado. Se�or Presidente, �sas fueron las razones por las cuales me abstuve en la Comisi�n y en su momento tambi�n se las plante�, muy derechamente, al se�or Ministro, a quien le he dicho -con mucho cari�o y respeto- que me aterra la brevedad con que en su intervenci�n en la Sala ha respondido tales planteamientos. �l me pidi� tener confianza en que esos temas se incorporar�n a trav�s de indicaciones en la discusi�n particular. En ese entendido y con todas las reservas que he expuesto con relaci�n a las carencias que observo en la iniciativa, hago confianza en lo manifestado por �l y voto favorablemente, con el objeto de seguir avanzando en la materia. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Como hay qu�rum para adoptar acuerdos, propongo fijar plazo para presentar indicaciones hasta el 13 de junio, a las 12. --As� se acuerda. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En votaci�n general el proyecto. --(Durante la votaci�n). El se�or VEGA.- Se�or Presidente, creo que estamos ante un problema trascendente respecto del cual ya todo se ha dicho de manera reiterada. Sin embargo, estimo que cuando comparamos el antiguo sistema p�blico de salud con el sistema privado hoy imperante, debemos reconocer que su planificaci�n no consider� entre sus objetivos el desarrollo del sistema. Se ha dicho, asimismo, que en la actualidad nuestro sistema de salud ocupa el lugar 33 a escala mundial y es, tal vez lejos, uno de los primeros en Latinoam�rica. Despu�s de Cuba, por supuesto. Y eso se debe justamente al esp�ritu creador de los organizadores del sistema de salud privado, que tuvieron la visi�n y la agresividad de implementar adelantos t�cnicos hoy muy escasos en el mundo. Por otro lado, estamos hablando de un problema sumamente abstracto, como el de la salud. Es cierto que todos quisi�ramos vivir 150 a�os, y contar con absoluta seguridad en todo lo concerniente a este rubro. Pero bien sabemos que ello no es posible ni en Estados Unidos ni en el resto de los pa�ses desarrollados. Las dificultades son de alto nivel tecnol�gico y cient�fico. La tecnolog�a, que tiene un desarrollo exponencial, est� hoy al servicio de la salud humana, y todos desear�amos tener acceso a ella. Ayer o anteayer estuve en la UTI de un establecimiento hospitalario, y la verdad es que esas salas de recuperaci�n no exist�an hace diez a�os en el mundo, ni tampoco en Chile. Es necesario abordar ahora un ordenamiento del sistema. A mi juicio, la salud ha carecido en nuestro pa�s de una regulaci�n adecuada, debido precisamente a la complejidad de los problemas involucrados. Y el proyecto que nos ocupa constituye un muy buen intento en cuanto a poner orden en una materia que, no obstante las continuas cr�ticas de que es objeto, ha experimentado avances notables que en este sentido otorgan a Chile una positiva imagen a nivel continental y mundial. En cuanto a los aspectos particulares del proyecto, es obvio que ser�n materia de m�ltiples objeciones, desde la constitucionalidad hasta aspectos relativos a la transparencia, o a las relaciones puntuales entre la iniciativa y el Plan AUGE (en actual desarrollo para el sector p�blico), las cuales son absolutamente leg�timas. Es un proceso que tomar� tiempo. Pero tengo mucha confianza al respecto porque, independientemente de nuestras grandes limitaciones econ�micas -que han impedido tal vez un desarrollo m�s eficiente del sector-, poseemos capacidad tecnol�gica y un potencial humano sobresalientes, que muy pocos pa�ses del mundo los tienen. Por eso, muchos m�dicos extranjeros vienen hoy d�a a perfeccionarse en el sistema de salud chileno, por las posibilidades que les ofrece. Y ese potencial humano al cual me refer�, es el que est� logrando el avance del sector salud. Es la raz�n de que en estos momentos mostramos un nivel tan aventajado respecto del resto de los pa�ses latinoamericanos. Sin embargo, debe contar con un sistema jur�dico �no lo tiene en la actualidad- que contribuya a su ordenamiento. Conf�o en que las indicaciones espec�ficas perfeccionar�n esta iniciativa, as� como tambi�n las que conforman el Plan AUGE, por la importancia que revisten en lo tocante al establecimiento de un sistema b�sico de salud que sea sustentable y de la mayor calidad posible, aunque sabemos que esto es muy dif�cil, pero por lo menos hacia all� nos dirigimos. Voto a favor. El se�or SABAG.- Se�or Presidente, el presente proyecto tiene su fundamento en las serias falencias que a lo largo del tiempo ha mostrado el sistema de ISAPRES. Dentro de las m�s relevantes podemos mencionar la imposibilidad de integrar adecuadamente a tales instituciones a las metas u objetivos nacionales de salud. Dicho sistema, que es utilizado por casi tres millones de personas, cuyo promedio de renta mensual es de 450 mil pesos, en los hechos ofrece planes que muestran una insuficiente cobertura para las enfermedades de alto costo o larga duraci�n. Otro aspecto que debemos destacar es la forma de fijar los precios de los planes, que se basa en el riesgo de las personas. De ese modo, los planes son m�s caros para las mujeres en edad f�rtil y para los adultos mayores, que representa para los afiliados una suerte de discriminaci�n, la cual se ve agravada cuando las ISAPRES proceden a expulsarlos del sistema. En cuanto a la transparencia, podemos se�alar que los usuarios est�n generalmente desinformados, pues no conocen las m�ltiples variables de los planes de salud y el origen de sus costos. Finalmente, el sistema funciona a trav�s de la mec�nica de financiamiento de prestaciones con reembolso, lo que impide desarrollar una adecuada prevenci�n de las enfermedades. Con la finalidad de corregir muchas de las referidas carencias, la iniciativa plantea facultar a las Superintendencia de ISAPRES para determinar aranceles y elaborar cat�logos valorizados de prestaciones, adem�s de dictar instructivos para su debida interpretaci�n y aplicaci�n. Seg�n el proyecto, las ISAPRES quedar�n obligadas a tener auditores externos a los que la Superintendencia podr� exigir antecedentes. Por otra parte, a fin de proteger a los usuarios se deber�n aumentar las garant�as, de un mes de cotizaciones, al conjunto de obligaciones por pago de subsidios por incapacidad y otras prestaciones similares. Dicha garant�a ser� inembargable y deber� mantenerse actualizada, lo que controlar� peri�dicamente la Superintendencia. Adem�s, las personas que por su edad o estado de salud se transforman en "cotizantes cautivos" entrar�n en una nueva forma de regulaci�n, facilit�ndoseles el camino hacia otra instituci�n de salud. Adicionalmente, la Superintendencia elevar� las multas por infracciones, de 500 a mil unidades de fomento, y en caso de reincidencia, hasta 4 mil. Tambi�n se entra a regular la transferencia de un afiliado de una ISAPRE a otra, por decisi�n de la misma o por su extinci�n. Otro tema muy sensible se refiere a las reclamaciones de los afiliados por negaci�n o modificaci�n de licencias m�dicas, las que ser�n conocidas por un nuevo organismo denominado Superintendencia de Seguridad Social, que reemplazar� al COMPIN. Las deficiencias se�aladas han llevado a muchas personas a renunciar a tales instituciones para afiliarse al FONASA, tanto por la calidad de los servicios prestados como por el alto costo de las cuotas mensuales. De all� que el proyecto que crea el R�gimen de Prestaciones de Salud, llamado Plan AUGE, obligar� a las ISAPRES a entregar beneficios similares a los que �l contiene y a los destinados a la protecci�n de prioridades, prestaciones y bonificaciones ofrecidas por el FONASA. Tambi�n se aspira a que el Plan AUGE obligue a las ISAPRES a ofrecer planes comunes, a un mismo precio, que destaquen fundamentalmente el inter�s social de las prestaciones. Por �ltimo, la iniciativa tambi�n crea un Fondo de Compensaci�n Solidario, de modo que se permita la solidaridad entre personas sanas y enfermas, entre j�venes y ancianos, entre hombres y mujeres, a fin de que tanto los beneficiarios del FONASA como los de las ISAPRES puedan financiar las condiciones de salud incluidas en el Plan AUGE. Resulta de gran relevancia obligar a los independientes a cotizar el siete por ciento en salud. En dicho estamento se encuentran cientos de miles de peque�os comerciantes que no est�n cotizando para su previsi�n, ni menos para su salud, los que muchas veces, cuando se enferman, acuden como indigentes a los consultorios y a los hospitales, omitiendo la cotizaci�n. Con ello, creemos que se fortalecer� econ�micamente el sistema. Voto favorablemente la idea de legislar, porque estimo que con la ley en proyecto se dar� un gran paso en el mejoramiento de a salud del pa�s. He dicho. El se�or HOFFMANN (Secretario).- �Alg�n se�or Senador no ha emitido su voto? El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Terminada la votaci�n. --Se aprueba en general el proyecto (34 votos a favor y una abstenci�n). Votaron por afirmativa los se�ores Aburto, Arancibia, Boeninger, Bombal, Canessa, Cariola, Coloma, Cordero, Espina, Fern�ndez, Flores, Frei (don Eduardo), Gazmuri, Horvath, Larra�n, Lavandero, Mart�nez, Matthei, Moreno, Mu�oz Barra, Novoa, N��ez, Orpis, Parra, Prokurica, R�os, Ruiz-Esquide, Sabag, Silva, Stange, Vald�s, Vega, Viera-Gallo y Zald�var (don Andr�s). Se abstuvo el se�or �vila. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Habi�ndose cumplido su objetivo, se levanta la sesi�n. ----------------- --Se levant� a las 14:10. Manuel Oca�a Vergara, Jefe de la Redacci�n