REP�BLICA DE CHILE DIARIO DE SESIONES DEL SENADO PUBLICACI�N OFICIAL LEGISLATURA 344�, ORDINARIA Sesi�n 26�, en martes 4 de septiembre de 2001 Ordinaria (De 16:23 a 19:7) PRESIDENCIA DEL SE�OR ANDR�S ZALD�VAR, PRESIDENTE SECRETARIOS, LOS SE�ORES CARLOS HOFFMANN CONTRERAS, TITULAR, Y SERGIO SEP�LVEDA GUMUCIO, SUBROGANTE ____________________ � N D I C E Versi�n Taquigr�fica I. ASISTENCIA II. APERTURA DE LA SESI�N III. TRAMITACI�N DE ACTAS IV. CUENTA Acuerdos de Comit�s V. ORDEN DEL D�A: Sesi�n secreta: Se adopta resoluci�n sobre solicitudes de rehabilitaci�n de ciudadan�a (boletines N�s. S 450-04, S 498-04, S 502-04, S 549-04 y S 572-04) Proyecto de acuerdo, en segundo tr�mite, que aprueba el Acuerdo entre Chile y Nicaragua para Promoci�n y Protecci�n Rec�proca de Inversiones (2681-10) (se aprueba en general y particular) Proyecto de acuerdo, en segundo tr�mite, que aprueba el Acuerdo entre Chile y Honduras para Promoci�n y Protecci�n Rec�proca de Inversiones (2682-10) (se aprueba en general y particular) Proyecto de acuerdo, en segundo tr�mite, que aprueba el Acuerdo entre Chile y Guatemala para Promoci�n y Protecci�n Rec�proca de Inversiones (2683-10) (se aprueba en general y particular) Proyecto de acuerdo, en segundo tr�mite, que aprueba enmiendas de 1991 y 1999 al Anexo del Protocolo relativo a intervenci�n en alta mar en caso de contaminaci�n del mar por sustancias distintas de los hidrocarburos, 1973 (2714-10) (se aprueba en general y particular) Proyecto de acuerdo, en segundo tr�mite, que aprueba diversas enmiendas al Convenio Internacional para Prevenir Contaminaci�n por Buques, en su forma modificada por Protocolo de 1978, MARPOL 73-78 (2716-10) (se aprueba en general y particular) Seminario sobre "Chile y su aporte al Derecho del Mar" y ratificaci�n del Acuerdo de Gal�pagos (intervenci�n del se�or Romero) VI. INCIDENTES: Peticiones de oficios (se anuncia su env�o) Posici�n de la Democracia Cristiana en pol�tica forestal (observaciones del se�or Moreno) Homenaje en memoria de Don Alejandro Hales Jamarne (se rinde) Soberan�a ant�rtica. Oficios (observaciones del se�or Vega) VERSI�N TAQUIGR�FICA I. ASISTENCIA Asistieron los se�ores: --Aburto Ochoa, Marcos --Bitar Chacra, Sergio --Boeninger Kausel, Edgardo --Bombal Otaegui, Carlos --Canessa Robert, Julio --Cantero Ojeda, Carlos --Cordero Rusque, Fernando --Chadwick Pi�era, Andr�s --D�ez Urz�a, Sergio --Fern�ndez Fern�ndez, Sergio --Frei Ruiz-Tagle, Carmen --Frei Ruiz-Tagle, Eduardo --Hamilton Depassier, Juan --Horvath Kiss, Antonio --Lagos Cosgrove, Julio --Lavandero Illanes, Jorge --Mart�nez Busch, Jorge --Matta Aragay, Manuel Antonio --Matthei Fornet, Evelyn --Moreno Rojas, Rafael --Novoa V�squez, Jovino --N��ez Mu�oz, Ricardo --Ominami Pascual, Carlos --P�ez Verdugo, Sergio --Parra Mu�oz, Augusto --P�rez Walker, Ignacio --Pizarro Soto, Jorge --Prat Alemparte, Francisco --R�os Santander, Mario --Romero Pizarro, Sergio --Ruiz De Giorgio, Jos� --Sabag Castillo, Hosa�n --Silva Cimma, Enrique --Stange Oelckers, Rodolfo --Urenda Zegers, Beltr�n --Vald�s Subercaseaux, Gabriel --Vega Hidalgo, Ram�n --Viera-Gallo Quesney, Jos� Antonio --Zald�var Larra�n, Adolfo --Zald�var Larra�n, Andr�s Concurrieron, adem�s, los se�ores Ministros de Relaciones Exteriores, Secretario General de la Presidencia, Secretario General de Gobierno y de Justicia. Actu� de Secretario el se�or Carlos Hoffmann Contreras, y de Prosecretario, el se�or Sergio Sep�lveda Gumucio. II. APERTURA DE LA SESI�N --Se abri� la sesi�n a las 16:23, en presencia de 24 se�ores Senadores. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En el nombre de Dios, se abre la sesi�n. III. TRAMITACI�N DE ACTAS El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Las actas de las sesiones 24�, ordinaria, en sus partes p�blica y secreta, y 25�, ordinaria, en 21 y 22 de agosto del presente a�o, respectivamente, se encuentran en Secretar�a a disposici�n de los se�ores Senadores, hasta la sesi�n pr�xima, para su aprobaci�n. IV. CUENTA El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se va a dar cuenta de los asuntos que han llegado a Secretar�a. El se�or SEP�LVEDA (Prosecretario).- Las siguientes son las comunicaciones recibidas: Mensajes Cinco de Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica: Con los cuatro primeros retira la urgencia y la hace presente, nuevamente, en el car�cter de "suma", respecto de los siguientes proyectos: 1) El que otorga gratuidad en las atenciones de salud que requieran funcionarios de la atenci�n primaria afiliados al sistema p�blico de salud (Bolet�n N� 2.756-11); 2) El que introduce adecuaciones de �ndole tributaria al mercado de capitales y flexibiliza el mecanismo de ahorro voluntario (Bolet�n N� 2.720-05); 3) El que modifica el decreto ley N� 3.500, de 1980, en materia de inversiones de los fondos de pensiones (Bolet�n N� 2.628-13), y 4) El que crea juzgados de polic�a local en las comunas que indica (Bolet�n N� 1.789-06). --Quedan retiradas las urgencias, se tienen presentes las nuevas calificaciones y se manda agregar los documentos a sus respectivos antecedentes. Con el quinto hace presente la urgencia, en el car�cter de "simple", respecto del proyecto de ley que extiende el derecho de las madres trabajadoras a amamantar a sus hijos aun cuando no exista sala cuna (Bolet�n N� 1.758-13). --Se tiene presente la urgencia y se manda agregar el documento a sus antecedentes. Oficios Dos de la C�mara de Diputados: Con el primero comunica que ha dado su aprobaci�n a las enmiendas propuestas por el Senado al proyecto de ley que autoriza erigir un monumento en memoria de los payadores de Chile, en la comuna de Casablanca (Bolet�n N� 2.690-04). --Se toma conocimiento, y se manda archivar junto a sus antecedentes. Con el segundo informa que acord� designar a los miembros de la Comisi�n de Hacienda de esa Corporaci�n, para que integren la Comisi�n Especial que deber� informar el proyecto de Ley de Presupuestos para el a�o 2002, sin perjuicio de los reemplazos a que haya lugar, en conformidad con el acuerdo general adoptado sobre la materia, en sesi�n del 6 de junio de 1991. --Se toma conocimiento. De la Excelent�sima Corte Suprema, con el que, de conformidad con lo dispuesto en los incisos segundo y tercero del art�culo 74 de la Carta Fundamental, en relaci�n con el art�culo 16 de la ley N� 18.918, Org�nica Constitucional del Congreso Nacional, emite su opini�n respecto del proyecto de ley que crea juzgados de polic�a local en las comunas que indica, con urgencia calificada de "suma" (Bolet�n N� 1.789-06). --Se toma conocimiento, y se manda agregar el documento a sus antecedentes. Del Excelent�simo Tribunal Constitucional, con el que remite copia autorizada de la sentencia dictada en el requerimiento formulado en contra del literal b) del N� 5, del art�culo 1�, y del N� 6, del mismo art�culo 1�, del proyecto de ley que modifica el decreto ley N� 3.500, de 1980, que establece normas relativas al otorgamiento de pensiones a trav�s de la modalidad de rentas vitalicias (Bolet�n N� 1.148-05). --Se toma conocimiento. Tres de la se�ora Ministra de Relaciones Exteriores: Con el primero responde un oficio enviado en nombre del Senador se�or Fern�ndez, relativo a situaciones que afectan a transportistas nacionales en su paso por territorio argentino. Con el segundo contesta un oficio enviado en nombre del Senador se�or Canessa, referido a una sentencia de la Corte Europea de Derechos Humanos reca�da en la materia que se�ala. Con el tercero da respuesta a un oficio enviado en nombre del Senador se�or Horvath, acerca del anuncio de la finalizaci�n de actividades de la Fuerza A�rea en Villa Las Estrellas, Territorio Ant�rtico Chileno. Tres del se�or Ministro de Obras P�blicas: Con el primero adjunta resumen de los oficios dirigidos durante el mes de julio del presente a�o a los se�ores Parlamentarios, relacionados con consultas formuladas sobre materias propias de la Secretar�a de Estado a su cargo. Con el segundo, responde un oficio enviado en nombre del Senador se�or N��ez, referente a la situaci�n del embalse Santa Juana, ubicado en la Tercera Regi�n. Con el tercero contesta un oficio enviado en nombre del Senador se�or Chadwick, relativo a obras de defensas fluviales en el estero Rigolemu, Sexta Regi�n. De la se�ora Ministra de Planificaci�n y Cooperaci�n, con el que da respuesta a un oficio enviado en nombre del Senador se�or Cariola, sobre situaci�n surgida entre los vecinos de Llif�n, D�cima Regi�n, por discusi�n referida a la propiedad de la tierra. Del se�or Ministro de Vivienda y Urbanismo, con el que contesta un oficio enviado en nombre del Senador se�or Horvath, relativo al tratamiento impositivo de las regiones y de la capital del pa�s. Del se�or Director General de la Polic�a de Investigaciones, con el que responde un oficio enviado en nombre del Senador se�or Horvath, referente a los resultados de la investigaci�n de diversos casos de desaparici�n de personas ocurridos en la Und�cima Regi�n en los �ltimos a�os. Del se�or Director del Servicio de Impuestos Internos, con el que contesta un oficio enviado en nombre del Senador se�or Cantero, sobre el documento denominado "Proposici�n de una Pol�tica Nacional: Sistema Nacional de Informaci�n Territorial". Del se�or Vicepresidente Ejecutivo de la Comisi�n Chilena del Cobre, con el que responde un oficio enviado en nombre del Senador se�or Lavandero, concerniente a la situaci�n del cobre en nuestro pa�s. Dos de la se�ora Directora Ejecutiva de la Comisi�n Nacional del Medio Ambiente: Con el primero, env�a un ejemplar de la publicaci�n "Estad�sticas del Medio Ambiente 1995-1999". Con el segundo, contesta un oficio enviado en nombre del Senador se�or Zald�var, don Andr�s, sobre la instalaci�n de una planta de concentrados polimet�licos en Curacav�, Regi�n Metropolitana. Del se�or Director Nacional del Instituto de Desarrollo Agropecuario, con el que da respuesta a un oficio enviado en nombre del Senador se�or Stange, en relaci�n con la calidad del servicio prestado por la oficina de INDAP de Los Muermos. Del se�or Intendente de la Sexta Regi�n, con el que contesta un oficio enviado en nombre del Senador se�or Moreno, referido a la posibilidad de destinar financiamiento para ejecutar un proyecto presentado por el Consejo Municipal de Litueche. De la se�ora Intendenta de la D�cima Regi�n, con el que responde un oficio enviado en nombre del Senador se�or Stange, relativo al avance del proyecto para dotar de energ�a el�ctrica al sector Pe�asm� Oeste, de la comuna de Calbuco, D�cima Regi�n. --Quedan a disposici�n de los se�ores Senadores. De la titular del Tercer Juzgado Civil de Valpara�so, con la que solicita copia del diario de sesiones correspondiente a la sesi�n 8� ordinaria, de 18 de junio de 1996. --Se mand� remitir los antecedentes solicitados. Oficio reservado Del se�or Director de la Polic�a de Investigaciones, con el que contesta un oficio enviado en nombre de la Senadora se�ora Frei, do�a Carmen, referido a la posibilidad de aumentar la dotaci�n de personal en el �rea fronteriza de Calama, considerando, adem�s, la reubicaci�n del control policial existente en la comuna de San Pedro de Atacama. --Queda a disposici�n de los se�ores Senadores en la Secretar�a del Senado. Comunicaci�n De los Senadores se�ores Aburto, Chadwick, D�ez, Hamilton y Parra, con la que, de conformidad a lo dispuesto en el inciso sexto del art�culo 36 del Reglamento de la Corporaci�n, solicitan el acuerdo de la Sala para que la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento, en su primer informe, se pronuncie en general y particular sobre el proyecto de ley que crea juzgados de polic�a local en las comunas que indica, con urgencia calificada de "suma" (Bolet�n N� 1789-06). --Se accede a lo solicitado. Informes De la Comisi�n de Derechos Humanos, Nacionalidad y Ciudadan�a, reca�dos en las solicitudes de rehabilitaci�n de ciudadan�a de los se�ores Froil�n Carvallo Osorio, Juan Reginaldo Contreras Becerra, Luis Alberto D�az B�rquez, Amador Paine Tranamil y Tom�s Rodrigo Villavicencio Pizarro (Boletines N�s. S 450-04, S 498-04, S 502-04, S 549-04 y S 572-04, respectivamente). --Quedan para tabla. Mociones De los Senadores se�ora Matthei y se�ores Chadwick, Novoa y Stange, con la que inician un proyecto que introduce diversas modificaciones a la ley N� 18.287, sobre Procedimiento ante los Juzgados de Polic�a Local, y a la ley N� 18.290, de Tr�nsito (Bolet�n N� 2776-15). --Pasa a la Comisi�n de Transportes y Telecomunicaciones y a la de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento. De los Senadores se�ores Frei, don Eduardo, y P�ez, con la que inician un proyecto que modifica la ley N� 17.288, sobre Monumentos Nacionales, y la ley N� 19.300, sobre Bases Generales del Medio Ambiente, con el fin de regular la extensi�n m�xima de los parques privados destinados a la preservaci�n de la naturaleza (Bolet�n N� 2778-12). --Pasa a la Comisi�n de Gobierno, Descentralizaci�n y Regionalizaci�n. De los Senadores se�ores Bitar, Lagos y Zald�var, don Andr�s, con la que inician un proyecto que modifica la ley N� 19.713, que establece como medida de administraci�n el l�mite m�ximo de captura por armador, incorporando a las unidades de pesquer�a que indica en las zonas que se�ala al citado r�gimen de administraci�n (Bolet�n N� 2777-03). --Pasa a la Comisi�n de Intereses Mar�timos, Pesca y Acuicultura. Solicitud Del se�or Ren� Fuentes Flores, con la que pide la rehabilitaci�n de su ciudadan�a (Bolet�n N� S 583-04). --Pasa a la Comisi�n de Derechos Humanos, Nacionalidad y Ciudadan�a. Proyecto de acuerdo De los Senadores se�ores Zald�var, don Andr�s, R�os y Mart�nez, relativo al proceso de pacificaci�n en la Pen�nsula de Corea (Bolet�n N� S 584-12). --Queda para el Tiempo de Votaciones de la pr�xima sesi�n ordinaria. ACUERDOS DE COMIT�S El se�or HOFFMANN (Secretario).- En reuni�n de hoy los Comit�s, por unanimidad, acordaron lo siguiente: 1.- Agregar, en los primeros lugares de la tabla de esta sesi�n las rehabilitaciones de ciudadan�a, respecto de las cuales se acaba de dar cuenta de los respectivos informes. 2.- Reabrir el debate del proyecto sobre el silencio administrativo. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- �Habr�a acuerdo? Acordado. El se�or HOFFMANN (Secretario).- 3.- Fijar las 18 de hoy como nuevo plazo para presentar indicaciones al proyecto sobre mercado de capitales. 4.- Declarar, respecto del homenaje rendido por el Honorable se�or Cantero a don Bernardo O�Higgins en la sesi�n del 21 de agosto, que el Senado adhiere a sus palabras. V. ORDEN DEL D�A --Se constituy� la Sala en sesi�n secreta a las 16:35, y adopt� resoluci�n acerca de las solicitudes de rehabilitaci�n de ciudadan�a de los se�ores Froil�n Carvallo Osorio, Juan Reginaldo Contreras Becerra, Luis Alberto D�az B�rquez, Amador Marcelino Paine Tranamil y Tom�s Rodrigo Villavicencio Pizarro. --Se reanud� la sesi�n p�blica a las 16:53. ______________ El se�or ZALD�VAR (Presidente).- Contin�a la sesi�n p�blica. ACUERDO ENTRE CHILE Y NICARAGUA SOBRE PROMOCI�N Y PROTECCI�N REC�PROCA DE INVERSIONES Y SU PROTOCOLO El se�or ZALD�VAR (Presidente).- Proyecto de acuerdo de la C�mara de Diputados que aprueba el Acuerdo entre las Rep�blicas de Chile y de Nicaragua para la Promoci�n y Protecci�n Rec�proca de las Inversiones, y su Protocolo, suscritos en Santiago el 8 de noviembre de 1996, con informe de la Comisi�n de Relaciones Exteriores. --Los antecedentes sobre el proyecto (2681-10) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de acuerdo: En segundo tr�mite, sesi�n 16�, en 31 de julio de 2001. Informe de Comisi�n: Relaciones Exteriores, sesi�n 25�, en 22 de agosto de 2001. El se�or HOFFMANN (Secretario).- Este instrumento internacional tiene por objetivo principal establecer un adecuado marco jur�dico que regule los derechos y obligaciones del Estado receptor de los capitales y los de los inversionistas extranjeros, favoreci�ndose de ese modo la transferencia y movilidad de capitales. La iniciativa se encuentra informada por la Comisi�n de Relaciones Exteriores, la que propone a la Sala, por la unanimidad de sus miembros presentes, Honorables se�ores Bombal, Mart�nez, Romero y Vald�s, la aprobaci�n del proyecto de acuerdo en los mismos t�rminos en que lo hizo la Honorable C�mara de Diputados. Cabe se�alar que de conformidad con lo dispuesto en el art�culo 127 del Reglamento de la Corporaci�n, la Comisi�n de Relaciones Exteriores propone a la Sala que la iniciativa se discuta en general y particular, a la vez. El se�or ZALD�VAR (Presidente).- En discusi�n. El se�or ROMERO.- �Me permite, se�or Presidente? El se�or ZALD�VAR (Presidente).- Tiene la palabra, Su Se�or�a. El se�or ROMERO.- Es para solicitar que tratemos en conjunto los proyectos de acuerdo correspondientes a los convenios suscritos con Nicaragua, Honduras y Guatemala, por ser del mismo tenor. El se�or SABAG.- Se�or Presidente, estaba pidiendo la palabra para sugerir lo mismo. El se�or ZALD�VAR (Presidente).- En atenci�n a lo solicitado, y si la Sala lo tiene a bien, trataremos en conjunto estas iniciativas. Acordado. Tiene la palabra el Honorable se�or Romero. El se�or ROMERO.- Se�or Presidente, los proyectos de acuerdo referidos a los convenios suscritos por Chile con las Rep�blicas de Nicaragua, Honduras y Guatemala, que cumplen su segundo tr�mite constitucional, tuvieron su origen en mensaje de Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica. Se trata de los Acuerdos para la Promoci�n y Protecci�n Rec�proca de las Inversiones, y sus respectivos Protocolos, suscritos por nuestro pa�s con las mencionadas rep�blicas en el marco de la VI Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, efectuada en Santiago, en 1996. Dichos convenios encierran un compromiso entre las Partes en orden a estimular la efectiva transferencia de capitales y su adecuada protecci�n, en conformidad a lo establecido por las respectivas legislaciones nacionales. Por consiguiente, el prop�sito fundamental de tales Acuerdos, as� como de los instrumentos internacionales suscritos con otros pa�ses sobre la misma materia, es establecer un adecuado marco jur�dico que regule los derechos y obligaciones entre el Estado receptor de los capitales y el inversionista extranjero. Dichos estatutos compatibilizan el leg�timo inter�s de los inversionistas con el del Estado receptor de las inversiones, favoreci�ndose de ese modo la transferencia y movilidad de los capitales. Cada uno de los instrumentos internacionales en an�lisis consta de once art�culos, en los cuales se abordan, entre otras, las siguientes materias: En cuanto al �mbito de aplicaci�n, se establece que los referidos Convenios se aplicar�n a las inversiones efectuadas antes o despu�s de la entrada en vigencia de los mismos por inversionistas de una Parte Contratante, conforme a la legislaci�n de la otra, en el territorio de esta �ltima. Sin embargo, no se aplicar�n a las divergencias o controversias surgidas con anterioridad a su vigencia o que se relacionen directamente con acontecimientos producidos antes de su entrada en vigor. Asimismo, se establece el compromiso de cada Parte Contratante en orden a promover, admitir y proteger las inversiones de la otra, sin perjudicarla con medidas injustificadas o discriminatorias. Posteriormente, se regula el tratamiento que ha de darse a las inversiones de la otra Parte Contratante, el que ha de ser justo y equitativo, incluy�ndose lo que se conoce como "trato nacional" y "cl�usula de la naci�n m�s favorecida". Se garantiza a los inversionistas de la otra Parte la transferencia de los fondos relacionados con las inversiones en moneda de libre convertibilidad y sin demora. Se contempla la obligaci�n de las Partes de abstenerse de tomar medida alguna que prive directa o indirectamente de su inversi�n a un inversionista de la otra Parte Contratante, a menos que se adopten por causa de utilidad p�blica o de inter�s nacional y de conformidad con las leyes de la Parte Contratante que tome tales medidas, siempre que no sean discriminatorias y vayan acompa�adas de disposiciones para el pago de una compensaci�n inmediata, adecuada y efectiva. En materia de soluci�n de controversias que surjan en el �mbito de los Acuerdos en estudio, se distingue entre aquellas que pueden originarse entre una Parte y un inversionista de la otra, y las que puedan producirse entre ambas Partes Contratantes. Respecto de las primeras, se dispone que si no pueden solucionarse mediante consultas amistosas, dentro del plazo de tres meses contado desde la fecha de la solicitud de arreglo, el inversionista, a su arbitrio, podr� remitir la controversia a los tribunales competentes de la Parte Contratante en cuyo territorio se efectu� la inversi�n, o al arbitraje internacional del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), creado por el Convenio de Washington, de 18 de marzo de 1965. La elecci�n de uno u otro procedimiento ser� definitiva. A su vez, trat�ndose de diferencias entre las Partes Contratantes, se se�ala que si �stas no pueden ser resueltas por medio de negociaciones amistosas dentro del plazo de seis meses, contado desde la fecha de notificaci�n de la controversia, podr�n ser sometidas a solicitud de cualquiera de ellas a un Tribunal Arbitral ad hoc, estableci�ndose as� un arbitraje obligatorio. Finalmente, cabe se�alar que conjuntamente con la suscripci�n de los referidos Acuerdos, las Partes firmaron, en cada caso, un Protocolo Anexo, que constituye parte integrante del respectivo Convenio, mediante el cual se complementa el art�culo V de cada uno de dichos Acuerdos. Sometidos a votaci�n, los proyectos en an�lisis fueron aprobados en general y en particular por la unanimidad de los miembros presentes de la Comisi�n. Es cuanto puedo informar. El se�or ZALD�VAR (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Sabag. El se�or SABAG.- Se�or Presidente, con la suscripci�n del Tratado de Libre Comercio con Centroam�rica se completa la red de acuerdos comerciales bilaterales firmados por Chile con los pa�ses de Am�rica Latina. El acuerdo comercial con Costa Rica fue el primero suscrito por los pa�ses centroamericanos y fue aprobado hace s�lo unas semanas por el Senado de Chile. Uno de los atractivos del Mercado Com�n Centroamericano es que constituye una plataforma para los inversionistas extranjeros y eventualmente para los chilenos. En efecto, Centroam�rica es beneficiaria de la iniciativa de Estados Unidos para la Cuenca del Caribe y de un Sistema de Preferencia Generalizado. Dichos programas garantizan el acceso al mercado de Estados Unidos, libre de arancel para un n�mero importante de productos, y han jugado un papel fundamental para impulsar en Centroam�rica un proceso de diversificaci�n de sus exportaciones y aumentar el comercio en ambos sentidos. Los tres proyectos de acuerdo mantienen la misma estructura y constan de once art�culos. En el art�culo 1 se establecen las definiciones para los efectos de los respectivos acuerdos. Las definiciones se refieren a los conceptos "inversionista", "inversi�n" y "territorio". En el caso de Guatemala, se agrega el concepto "retorno", que no figura en los otros dos. El art�culo 8, 2., b), que se refiere a la soluci�n de las controversias en lo concerniente al arbitraje internacional, dispone: "Con este fin, cada Parte Contratante da su consentimiento anticipado e irrevocable para que toda diferencia pueda ser sometida a este arbitraje.". Este p�rrafo aparece en los Acuerdos de Nicaragua y Guatemala y es omitido en el de Honduras. Deseo que la se�ora Ministra de Relaciones Exteriores o el Senador informante aclaren estos t�rminos que aparecen en algunos tratados y en otros no. Anuncio que votar� a favor. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el se�or Presidente de la Comisi�n de Relaciones Exteriores. El se�or ROMERO.- Ello se debe simplemente a un sistema de redacci�n distinto, pero en el fondo los tres proyectos de acuerdo de inversiones rec�procas dicen exactamente lo mismo en lo sustantivo. Probablemente usan t�rminos diferentes, pero en la pr�ctica tienen el mismo sentido. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra la se�ora Ministra. La se�ora ALVEAR (Ministra de Relaciones Exteriores).- Se�or Presidente, s�lo quiero agregar que estos acuerdos de promoci�n y protecci�n rec�proca de inversiones obedecen a un mismo formato ya suscrito por nuestro pa�s con diferentes naciones. Cada uno de ellos contempla contenidos b�sicos: el tratamiento dado a las inversiones, temas relativos a subrogaci�n, soluci�n de controversias, consultas y protocolos espec�ficos. De manera tal que si bien pueden tener diferencias de lenguaje, en su esencia contienen exactamente los mismos t�rminos, no s�lo los tres acuerdos de protecci�n de inversiones en discusi�n, sino tambi�n los votados con anterioridad en el Congreso Nacional. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Ofrezco la palabra. Ofrezco la palabra. Cerrado el debate. En votaci�n. --Se aprueba en general y en particular el proyecto de acuerdo por 24 votos a favor. Votaron por la afirmativa los Senadores se�ores Aburto, Bitar, Boeninger, Canessa, Cantero, Cordero, Chadwick, D�ez, Fern�ndez, Frei (don Eduardo), Lavandero, Mart�nez, Moreno, N��ez, Parra, Pizarro, Romero, Ruiz (don Jos�), Sabag, Silva, Vald�s, Vega, Zald�var (don Adolfo) y Zald�var (don Andr�s). ACUERDO ENTRE CHILE Y HONDURAS SOBRE PROMOCI�N Y PROTECCI�N REC�PROCA DE INVERSIONES Y SU PROTOCOLO El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Corresponde ocuparse en el proyecto de acuerdo de la C�mara de Diputados que aprueba el Acuerdo entre las Rep�blicas de Chile y de Honduras para la Promoci�n y Protecci�n Rec�proca de las Inversiones, y su Protocolo, suscrito en Santiago, el 11 de noviembre de 1996, con informe de la Comisi�n de Relaciones Exteriores. --Los antecedentes sobre el proyecto (2682-10) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de acuerdo: En segundo tr�mite, sesi�n 16�, en 31 de julio de 2001. Informe de Comisi�n: Relaciones Exteriores, sesi�n 25�, en 22 de agosto de 2001. El se�or HOFFMANN (Secretario).- El principal objetivo del convenio mencionado es establecer un adecuado marco jur�dico que regule los derechos y obligaciones del Estado receptor de los capitales, con el del inversionista extranjero, de modo de compatibilizar el leg�timo inter�s de los inversionistas con el Estado receptor de las inversiones. La Comisi�n de Relaciones Exteriores propone, por la unanimidad de sus miembros presentes, Honorables se�ores Romero, Bombal, Mart�nez y Vald�s, que el proyecto de acuerdo sea aprobado en los mismos t�rminos en que lo hizo la C�mara de Diputados. Cabe se�alar que, por tratarse de un proyecto de art�culo �nico, de conformidad con lo prescrito en el art�culo 127 del Reglamento de la Corporaci�n, la Comisi�n sugiere al se�or Presidente que sea discutido en general y en particular a la vez. --Se aprueba en general y en particular el proyecto de acuerdo con la misma votaci�n anterior y con el pronunciamiento favorable de los mismos se�ores Senadores. ACUERDO ENTRE CHILE Y GUATEMALA SOBRE PROMOCI�N Y PROTECCI�N REC�PROCA DE INVERSIONES Y SU PROTOCOLO El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Proyecto de acuerdo de la C�mara de Diputados que aprueba el Acuerdo entre las Rep�blicas de Chile y de Guatemala para la Promoci�n y Protecci�n Rec�proca de las Inversiones, y su Protocolo, suscrito en Santiago, el 8 de noviembre de 1996, con informe de la Comisi�n de Relaciones Exteriores. --Los antecedentes sobre el proyecto (2683-10) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de acuerdo: En segundo tr�mite, sesi�n 16�, en 31 de julio de 2001. Informe de Comisi�n: Relaciones Exteriores, sesi�n 25�, en 22 de agosto de 2001. El se�or HOFFMANN (Secretario).- El principal objetivo del convenio citado es establecer un adecuado marco jur�dico que regule los derechos y obligaciones del Estado receptor de los capitales, con el del inversionista extranjero, de modo de compatibilizar el leg�timo inter�s de los inversionistas con el Estado receptor de las inversiones. La Comisi�n de Relaciones Exteriores propone, por la unanimidad de sus miembros presentes, Honorables se�ores Romero, Bombal, Mart�nez y Vald�s, que el proyecto de acuerdo sea aprobado en los mismos t�rminos en que lo hizo la C�mara de Diputados. Cabe se�alar que, por tratarse de un proyecto de art�culo �nico, de conformidad con lo prescrito en el art�culo 127 del Reglamento de la Corporaci�n, la Comisi�n sugiere al se�or Presidente que sea discutido en general y particular a la vez. --Se aprueba en general y en particular el proyecto de acuerdo con la misma votaci�n anterior y con el pronunciamiento favorable de los mismos se�ores Senadores. ______________ El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Solicito el asentimiento de la Sala para que luego de terminada la discusi�n de los proyectos de acuerdo signados con los n�meros 4 y 5 del Orden del D�a, el se�or Presidente de la Comisi�n de Relaciones Exteriores, Honorable se�or Romero, informe sobre el Seminario Chile y su Aporte al Derecho del Mar, realizado en la Corporaci�n y el denominado "Acuerdo de Gal�pagos", suscrito en el Senado. Si le parece a la Sala, as� se acordar�a. Acordado. ENMIENDAS A ANEXO DE PROTOCOLO RELATIVO A INTERVENCI�N EN ALTA MAR POR CONTAMINACI�N DEL MAR POR SUSTANCIAS DISTINTAS DE HIDROCARBUROS --Los antecedentes sobre el proyecto (2714-10) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de acuerdo: En segundo tr�mite, sesi�n 18�, en 7 de agosto de 2001. Informe de Comisi�n: Relaciones Exteriores, sesi�n 25�, en 22 de agosto de 2001. El se�or HOFFMANN (Secretario).- La iniciativa se encuentra informada por la Comisi�n de Relaciones Exteriores, la que propone a la Sala, por la unanimidad de sus miembros, Honorables se�ores Bombal, Mart�nez, Ominami, Romero y Vald�s, la aprobaci�n del proyecto de acuerdo en los mismos t�rminos en que lo hizo la C�mara de Diputados. La Comisi�n informante, por tratarse de un proyecto de art�culo �nico, sugiere al se�or Presidente que se discuta en general y en particular a la vez. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En la discusi�n general y particular, tiene la palabra el Honorable se�or Romero. El se�or ROMERO.- Se�or Presidente, el proyecto de acuerdo que nos corresponde analizar y que cumple su segundo tr�mite constitucional en la Corporaci�n, tuvo su origen en mensaje. Se trata de la aprobaci�n de las enmiendas de 1991 y 1996 al Anexo del Protocolo de 1973, relativo a la intervenci�n en alta mar en casos de contaminaci�n del mar por sustancias distintas de los hidrocarburos, aprobadas por el Comit� de Protecci�n del Medio Marino de la Organizaci�n Mar�tima Internacional. Las enmiendas de 1991 entraron en vigor internacional el 24 de julio de 1992, y tienen por objeto efectuar una revisi�n de la lista de sustancias que se incluyen como Anexo del Protocolo de 1973. Esta revisi�n se llev� a cabo con la asesor�a del Grupo Mixto de Expertos en los Aspectos Cient�ficos de la Contaminaci�n de las Aguas del Mar, en cuanto a la evaluaci�n de los riesgos que entra�an las sustancias perjudiciales para el medio marino. Esta lista se encuentra permanentemente sometida a examen, con la cooperaci�n de los organismos pertinentes. Por su parte, la enmiendas de 1996 entraron en vigor internacional el 19 de diciembre de 1997, y tienen por objeto modificar la lista de sustancias contempladas en el Anexo del Protocolo, de 1973, de conformidad con los criterios de selecci�n aprobados en el 35� Per�odo de Sesiones del Comit� de Protecci�n del Medio Marino. Cabe se�alar que los Ap�ndices 2, sobre "Sustancias nocivas l�quidas transportadas a granel" y 3, relativo a "Sustancias perjudiciales transportadas en bultos", son actualizados a fin de compatibilizarlos con el listado de sustancias perjudiciales y nocivas que componen el C�digo Internacional para el transporte en bulto de mercanc�as peligrosas, y con el listado de sustancias perjudiciales que contempla dicho cuerpo legal para la construcci�n y el equipamiento de buques que transportan, a granel, productos qu�micos peligrosos. Es del caso destacar que los listados de los Ap�ndices 2 y 3 son de julio de 1991 y que, con posterioridad a esa fecha, se ha elaborado una serie de nuevos productos que se transportan en bultos y a granel por v�a mar�tima. �stos son los que se incorporan al listado del Anexo en los referidos Ap�ndices 2 y 3. Sometido a votaci�n el proyecto de acuerdo en an�lisis, fue aprobado en general y particular por la unanimidad de los miembros presentes de la Comisi�n. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Sabag. El se�or SABAG.- Se�or Presidente, la propuesta fundamental del proyecto de acuerdo en an�lisis apunta a la intervenci�n en alta mar en caso de contaminaci�n por sustancias distintas de los hidrocarburos. Se trata de revisar la lista de sustancias nocivas que se consigna en el Anexo del Protocolo de 1973. Adem�s se refiere espec�ficamente a "sustancias nocivas l�quidas transportadas a granel" y de "sustancias perjudiciales transportadas en buques". El presente convenio persigue un claro objetivo: afirmar el derecho del Estado ribere�o para adoptar las medidas que sean necesarias en alta mar, a fin de prevenir, mitigar o eliminar todo peligro provocado por una contaminaci�n que atente contra sus intereses. Las enmiendas propuestas son fundamentales para una mejor aplicaci�n de los instrumentos internacionales, lo que incrementar� la seguridad de las naves y la calidad del medio ambiente marino. Como se expres� en la Comisi�n, el cumplimiento de los convenios mar�timos fortalece nuestra imagen de pa�s. En la actualidad 75 naciones son parte de dicho acuerdo. Desde la elaboraci�n de los primeros tratados sobre estas materias, qued� de manifiesto hasta qu� punto el ingenio tecnol�gico y la capacidad cient�fica del hombre superan su previsi�n pol�tica y su aptitud para adaptar su conducta moral, pol�tica y jur�dica a las transformaciones tecnol�gicas que han revolucionado a la sociedad contempor�nea. Hugo Grocio, "El padre del Derecho Internacional", al publicar su obra "Libertad de los Mares", en noviembre de 1608, estableci� la doctrina de la libertad del mar. "El mar" -sostuvo- "no puede en modo alguno convertirse en propiedad privada de alguien, porque la naturaleza no s�lo permite su uso com�n, sino lo exige". Sin embargo, el advenimiento de la tecnolog�a moderna y la posibilidad de explotar los minerales en el mar profundo han tornado cada vez m�s obsoleto el concepto de "libertad de alta mar". Para enfrentar con �xito estas nuevas posibilidades, la comunidad internacional emprendi� la redefinici�n del Derecho Mar�timo, con el objeto de preservar los antiguos beneficios teniendo en cuenta las nuevas realidades. El principal objetivo del proyecto de acuerdo es modificar la lista de sustancias contempladas en el Anexo del Protocolo de 1973 y que entraron en vigencia internacional en diciembre de 1997. En lo referente a la lista de sustancias nocivas l�quidas transportadas a granel y sustancias perjudiciales transportadas en bulto, ella se encuentra actualizada. Adem�s, establece normas para la construcci�n y el equipamiento de buques que transporten productos qu�micos peligrosos a granel. Se�or Presidente, desde ya, anuncio mi voto favorable al proyecto de acuerdo. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Mart�nez. El se�or MART�NEZ.- Se�or Presidente, el convenio, que en estos momentos se encuentra en proceso de aprobaci�n, reviste una importancia extraordinaria para el Oc�ano Pac�fico, que est� frente a Chile. Constantemente, se est�n trasladando cargas altamente contaminantes y peligrosas por v�a mar�tima, como es el plutonio, y con mucha m�s frecuencia los buques que transportan estas sustancias utilizan el Cabo de Hornos como paso. El problema fundamental de este tipo de transporte -y por eso estos convenios abren la puerta para que se pueda intervenir en dichos casos- es que por lo general las potencias que efect�an esos traslados no informan oportunamente a los pa�ses ribere�os ni coordinan las debidas medidas de protecci�n con ellos. Al respecto, argumentan que s�lo tienen la capacidad para realizar con seguridad el transporte, desconociendo as� lo que para m� es un principio b�sico del Derecho Internacional Mar�timo: cautelar la limpieza y pureza de las aguas frente a las costas por las que ellos transitan. Por lo tanto, a mi juicio, estos convenios abren un camino en orden a establecer claramente una forma de proporcionar informaci�n a los Estados, previo a lo que significa el traslado de sustancias. As�, los pa�ses pueden establecer o coordinar medidas adicionales de protecci�n y, sobre todo, dar respuesta en caso de que ocurran accidentes y se produzcan contaminaciones, las cuales a la larga afectan la riqueza de la biomasa existente frente a sus costas. En consecuencia, este proyecto de acuerdo facilita una serie de situaciones que en el pasado se resolv�an mediante una aplicaci�n extensiva -correcta, a mi juicio- de los deberes que asisten a un Estado ribere�o tanto respecto de los espacios de la zona econ�mica exclusiva como de los adyacentes, como es la zona de alta mar. En mi opini�n, es sumamente importante que quede establecida en la historia de la ley la necesidad absoluta de establecer un proceso de comunicaci�n mundial para coordinar las medidas de protecci�n en caso de que por desgracia ocurran situaciones que pongan en peligro las cargas que se transportan, lo cual genera un efecto para el desarrollo de los pa�ses ribere�os. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Ofrezco la palabra. Ofrezco la palabra. Cerrado el debate. En votaci�n. --Se aprueba en general y particular el proyecto de acuerdo (22 votos). Votaron por la afirmativa los se�ores Bitar, Boeninger, Canessa, Cordero, D�ez, Fern�ndez, Frei (don Eduardo), Horvath, Lagos, Lavandero, Mart�nez, Moreno, N��ez, Parra, P�rez, Pizarro, Romero, Ruiz (don Jos�), Sabag, Vald�s, Vega y Zald�var (don Andr�s). ENMIENDAS A CONVENIO INTERNACIONAL PARA PREVENIR CONTAMINACI�N POR BUQUES El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Corresponde ocuparse en el proyecto de acuerdo de la C�mara de Diputados que aprueba diversas enmiendas al Convenio Internacional para Prevenir la Contaminaci�n por los Buques, en su forma modificada por el Protocolo de 1978, MARPOL 73-78, adoptadas mediante resoluciones del Comit� de Protecci�n del Medio Marino de la Organizaci�n Mar�tima Internacional y por la Conferencia de las Partes de MARPOL 73-78. Cuenta con informe de la Comisi�n de Relaciones Exteriores. --Los antecedentes sobre el proyecto (2716-10) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de acuerdo: En segundo tr�mite, sesi�n 18�, en 7 de agosto de 2001. Informe de Comisi�n: Relaciones Exteriores, sesi�n 25�, en 22 de agosto de 2001. El se�or HOFFMANN (Secretario).- El objetivo principal del proyecto de acuerdo es introducir diversas enmiendas al convenio internacional se�alado, en lo relativo a prevenir la contaminaci�n del mar, la tierra y el aire que puedan generar los buques. La iniciativa cuenta con informe de la Comisi�n de Relaciones Exteriores, la que, por la unanimidad de sus miembros -Senadores se�ores Bombal, Mart�nez, Ominami, Romero y Vald�s-, propone aprobarla en los mismos t�rminos en que lo hizo la C�mara de Diputados. Adem�s, por constar de art�culo �nico, sugiere discutirla en general y particular a la vez. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En discusi�n general y particular el proyecto de acuerdo. El se�or MART�NEZ.- Pido la palabra. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Puede hacer uso de ella, Su Se�or�a. El se�or MART�NEZ.- Se�or Presidente, mediante la modificaci�n del Convenio MARPOL -complementario del que aprobamos hace algunos momentos- se introduce una profunda correcci�n en el dise�o de los buques de transporte de carga, clasificada seg�n el listado que establece. Ese dise�o es sumamente importante porque tiene por objeto evitar sucesos de contaminaci�n por falta de cumplimiento de las reglas. El tratado dispone que los buques podr�n ser objeto de inspecci�n por otras Partes, de bandera diferente, para conocer las condiciones de transporte de carga altamente contaminante. Esto es relevante para Chile, puesto que gran parte de la riqueza pesquera nacional se basa en la calidad de las aguas marinas. De manera que el grado de contaminaci�n es un elemento directamente relacionado con la productividad de la masa de agua y, por lo tanto, incide en la calidad de los peces que viven en ella y que luego se extraen. Por esa raz�n, estas medidas suplementarias son extraordinariamente positivas, ya que implican una profunda transformaci�n en los aspectos de dise�o para el transporte de las cargas clasificadas en conformidad a los anexos que componen el Convenio. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Sabag. El se�or SABAG.- Se�or Presidente, la necesidad de prevenir la contaminaci�n por los buques en la forma prevista en el instrumento internacional en discusi�n tiene enorme relevancia, por la gran cantidad de operaciones mar�timas, que aumentan cada d�a y que constituyen un peligro potencial. El Convenio se ocupa no s�lo de los hidrocarburos, sino de toda clase de contaminaci�n mar�tima, con excepci�n de la causada por el vertimiento en el mar de desechos de origen terrestre. Conforme a los conceptos del Derecho del Mar publicados por las Naciones Unidas, el vertimiento en los oc�anos puede definirse como la evacuaci�n deliberada en el mar de determinados materiales y sustancias t�xicas perjudiciales o no degradables -en este caso por o desde buques-, constituyendo una de las fuentes principales de la contaminaci�n del medio marino. El concepto de acto deliberado es el elemento esencial que diferencia el vertimiento de otras fuentes de contaminaci�n. El vertimiento plantea una grave amenaza para el medio marino y por ello es imperioso tomar medidas para resolver este problema. Debe considerarse que, dada la complejidad de las relaciones rec�procas entre los intereses econ�micos, pol�ticos y ambientales involucrados, resulta particularmente dif�cil llegar a un consenso sobre las medidas para alcanzar esa meta. Los problemas que plantea esta cuesti�n son principalmente de dos categor�as: la primera, el establecimiento de las normas, que son las que hoy tenemos a la vista; y la segunda, su aplicaci�n. En cuanto a la aplicaci�n, como se indica en el mensaje, debe asegurarse que las sanciones "sean suficientemente severas para disuadir de toda transgresi�n". Por ello, es fundamental que los buques puedan ser objeto de inspecci�n por otras Partes, para verificar si han ejecutado descargas contaminantes conforme a la lista de sustancias se�aladas en los anexos y desarrolladas en el contenido de las enmiendas. La vida terrestre depende de la existencia de un sistema ecol�gico marino viable. Los oc�anos proporcionan el ox�geno, el agua, los climas templados y los alimentos. Sin ellos la tierra ser�a un erial. Toda actividad humana influye en el equilibrio de la vida marina. El efecto acumulativo de cada interferencia, por insignificante que �sta sea, suele tener consecuencias nefastas. Por consiguiente, no debe tomarse ninguna decisi�n relevante sin tener en cuenta que la totalidad de los factores del medio oce�nico dependen entre s�, lo que impone la necesidad de prever los mayores efectos posibles. En esencia, se trata de un problema de percepci�n: comunicar la necesidad de combatir la contaminaci�n marina es tan importante como elaborar los medios indispensables para ello. El presente Convenio fue ratificado por Chile en 1994 y en la actualidad 114 pa�ses son Partes de �l. Finalmente, cabe destacar que dicho instrumento internacional impone restricciones a las operaciones de los buques, a fin de evitar al m�ximo la contaminaci�n del mar, la tierra y el aire que ellas puedan generar. Anuncio que votar� favorablemente el proyecto de acuerdo. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Ofrezco la palabra. Ofrezco la palabra. Cerrado el debate. En votaci�n. El se�or HOFFMANN (Secretario).- �Alg�n se�or Senador no ha emitido su voto? El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Terminada la votaci�n. --Se aprueba en general y particular el proyecto de acuerdo (23 votos). Votaron por la afirmativa los se�ores Aburto, Bitar, Boeninger, Bombal, Canessa, Cordero, Chadwick, D�ez, Fern�ndez, Frei (don Eduardo), Horvath, Lagos, Lavandero, Mart�nez, Moreno, Parra, P�rez, Romero, Ruiz (don Jos�), Sabag, Vald�s, Vega y Zald�var (don Andr�s). ______________ El se�or HOFFMANN (Secretario).- Han llegado a la Mesa el segundo informe de la Comisi�n de Trabajo y Previsi�n Social y uno de la Comisi�n de Hacienda, reca�dos en el proyecto, en segundo tr�mite constitucional, que modifica la ley N� 19.518, sobre Estatuto de Capacitaci�n y Empleo. (Bolet�n N� 2627-13). --Quedan para tabla. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra, hasta por diez minutos, el Honorable se�or Romero, para referirse al seminario llevado a cabo recientemente por la Comisi�n de Relaciones Exteriores. SEMINARIO SOBRE "CHILE Y SU APORTE AL DERECHO DEL MAR" Y RATIFICACI�N DE ACUERDO DE GAL�PAGOS El se�or ROMERO.- Se�or Presidente, como es de conocimiento de la Sala, la Comisi�n de Relaciones Exteriores del Senado ha venido organizando, a partir del a�o pasado, un ciclo de seminarios destinado al an�lisis de los temas que forman parte de su quehacer, con la participaci�n de autoridades y representantes de los distintos sectores. En esta oportunidad tomamos la iniciativa de realizar un seminario sobre "Chile y su aporte al Derecho del Mar". Durante su desarrollo se pas� revista a la que, en el �mbito internacional, ha constituido la posici�n chilena respecto de la defensa de su patrimonio mar�timo y derechos soberanos relativos a la incorporaci�n de dicho territorio y su extensi�n hacia los recursos productivos que lo circundan. Como se ha recordado m�s de una vez en la Sala, Chile ha sido l�der en la estructuraci�n del Derecho del Mar en nuestro continente y, dir�a, que en el mundo entero. Originariamente, a trav�s de una declaraci�n oficial hecha en 1947, el Gobierno del entonces Presidente don Gabriel Gonz�lez Videla, con el prop�sito de defender la industria ballenera de la caza del cet�ceo por parte de flotas extranjeras, proclam� la soberan�a nacional y la protecci�n de la planicie continental adyacente a sus costas y, adem�s, manifest� su intenci�n de crear una zona de protecci�n hasta las 200 millas. Esta iniciativa, que fue pionera en 1947, fue materializada cinco a�os m�s tarde cuando, el 18 de agosto de 1952, Chile, Ecuador y Per� suscribieron el documento denominado Declaraci�n de Santiago sobre Zona Mar�tima, m�s conocido como el Convenio del Pac�fico Sur. En ese instrumento se proclam� la soberan�a y jurisdicci�n exclusiva sobre el suelo y subsuelo que a cada uno de los mencionados pa�ses corresponde sobre sus costas, hasta un l�mite de 200 millas marinas. El Convenio estableci� asimismo el prop�sito de esas tres naciones de adherir en el futuro a nuevos acuerdos o convenciones para la aplicaci�n de los principios indicados en la mencionada Declaraci�n de Santiago, con el prop�sito expl�cito de elaborar posteriormente las normas generales destinadas a concretar y proteger la soberan�a y jurisdicciones proclamadas y coordinar la explotaci�n de sus recursos. En la misma oportunidad, y con la participaci�n de los tres pa�ses, se cre� la "Comisi�n Permanente del Pac�fico Sur", que ha desarrollado una notable actividad de coordinaci�n entre ellos -a los que se sum� Colombia a fines de la d�cada de los 70-, y que persiste hasta nuestros d�as. Chile, que ya se hab�a destacado hist�ricamente por su posici�n relativa a la necesidad de contar con normas jur�dicas de protecci�n de su entorno mar�timo, se convirti� as� en pionero de una iniciativa que treinta a�os m�s tarde ser�a la base de un acuerdo mayor, esta vez de car�cter mundial, denominado Convenci�n sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR), suscrito en 1982, y que a la postre se transformar�a en el m�s completo tratado existente para regular bajo normas convenidas la convivencia mar�tima. Fue justamente a un destacado y distinguido diplom�tico chileno el Embajador don Fernando Zegers Santa Cruz, al que correspondi� desempe�ar un rol muy importante en dicha iniciativa, y quien, en el seminario del que estoy dando cuenta, nos ilustr� en su tesis y en el desarrollo experimentado por el Derecho del Mar en aquella �poca. Como lo se�alamos, la Comisi�n Permanente del Pac�fico Sur ha desarrollado sus actividades con gran dedicaci�n y eficiencia, habiendo logrado, en agosto de 1997, en Bogot�, el acuerdo para impulsar un convenio tendiente a promover la conservaci�n de los recursos pesqueros existentes en el Pac�fico Sudeste, a fin de abordar adecuadamente el problema originado por la explotaci�n de ciertas especies que se desplazan entre esa �rea y sus respectivas aguas jurisdiccionales. Debo hacer presente que hay tres especies que son transmigratorias y que se desplazan entre la zona de las 200 millas y la de alta mar: el jurel, la albacora o pez espada y el at�n. Como todos sabemos, se ha creado una situaci�n extraordinariamente seria sobre esta materia, considerando que hay flotas pesqueras de gran envergadura �casi de car�cter internacional- que est�n al acecho, por as� decirlo, de esas especies, y que se ubican justamente en el l�mite de las 200 millas del mar territorial. Frente a tal situaci�n, los pa�ses del Pac�fico Sudeste, es decir Colombia, Per�, Ecuador y Chile, convinieron en un Acuerdo Marco para la Conservaci�n de los Recursos Vivos Marinos en la alta mar del Pac�fico Sudeste, que se denomin� "Acuerdo de Gal�pagos". Como bien saben Sus Se�or�as, el Acuerdo fue ratificado por el Senado hace dos o tres sesiones. La importancia del Acuerdo de Gal�pagos fue expuesta por la Ministra de Relaciones Exteriores, se�ora Soledad Alvear, quien, en una clara y s�lida explicaci�n sobre su contenido y proyecci�n, puso de relieve los alcances jur�dicos de esa normativa. En el seminario sobre el Derecho del Mar, la Comisi�n solicit� al Senador se�or Mart�nez hacer una exposici�n acerca de la teor�a del mar presencial y sus consecuencias en la vida econ�mica y defensa de la soberan�a nacional. Lo cierto es que las palabras del se�or Senador constituyen la continuaci�n de la trayectoria que ha seguido Chile en la materia: primero, mar territorial; luego, acuerdo de conservaci�n, como el de Gal�pagos, y, en seguida, el mar presencial, de gran connotaci�n. El Senador se�or Mart�nez se encarg� de precisar tanto los alcances hist�ricos como futuros del mar presencial, resaltando, entre otras materias, la importancia que ha revestido la definici�n legislativa de este nuevo concepto. Ella se ha dado particular y espec�ficamente en la ley N� 19.080, de 1991, en donde se establece una cierta definici�n del concepto de mar presencial, as� como de otros aspectos, para culminar con una normativa respecto del procedimiento penal y su competencia en los distintos tribunales, desde Arica a Puerto Williams. �sta precisa de manera muy clara la jurisdicci�n de los tribunales chilenos sobre el mar presencial de que estamos hablando, m�s all� de las 200 millas. Nos parece que este aporte del Senado es una continuaci�n del que ha venido proporcionando durante muchos a�os, porque hoy en la ma�ana congregamos en esta Sala un n�mero muy destacado e importante de personeros de todos los sectores, tanto de la pesca industrial como de la artesanal. Se cont� con la presencia de la totalidad de las organizaciones gremiales del rubro, peque�a, mediana y gran industria. Igualmente, se hicieron representar los Institutos de Fomento Pesquero, las asociaciones de Derecho Internacional, y el propio se�or Francisco Orrego Vicu�a, a quien se rindi� un homenaje por haber sido nominado al Premio de la Academia de Ciencias Sociales, correspondiente al presente a�o. Me alegro de tener la oportunidad de agradecer a los se�ores miembros de la Comisi�n de Relaciones Exteriores, a la se�ora Ministra de Relaciones Exteriores, por la notable contribuci�n prestada al Seminario; al Senador se�or Mart�nez, y a don Fernando Zegers Santa Cruz, por referirse a materias tan trascendentes e interesantes, porque el Derecho del Mar se va configurando a partir de iniciativas como el Acuerdo de Gal�pagos, o el atinente al Mar Territorial, todo lo cual est� demostrando que Chile continuar� siendo pionero y autor de grandes iniciativas en este campo. Gracias, se�or Presidente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- La Mesa agradece igualmente la importante informaci�n que nos ha entregado el se�or Senador. En conformidad a lo acordado, daremos inicio a la hora de Incidentes, que se suspender� a las 18 para dar lugar al Homenaje del Senado en memoria del ex Ministro de Estado se�or Alejando Hales, luego de lo cual continuar� la hora de Incidentes. VI. INCIDENTES PETICIONES DE OFICIOS El se�or HOFFMANN (Secretario).- Han llegado a la Mesa diversas peticiones de oficios. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se les dar� curso en la forma reglamentaria. ______________ --Los oficios cuyo env�o se anuncia son los siguientes: Del se�or HORVATH: Al se�or Ministro de Obras P�blicas y Transportes, al se�or Director Nacional de Vialidad y al se�or Director Regional de Vialidad de la Und�cima Regi�n, respecto de REPARACI�N Y MANTENIMIENTO DE PUENTES COLGANTES Y PASARELA "EL QUINTO" (UND�CIMA REGI�N); al se�or Ministro de Vivienda y Urbanismo, con relaci�n a OBTENCI�N DE T�TULOS DE DOMINIO, REPOSICI�N DE VIVIENDAS EN "LAS JUNTAS" Y ALCANTARILLADO EN �REA DE CAMINO LONGITUDINAL AUSTRAL (UND�CIMA REGI�N); a los se�ores Ministros de Vivienda y Urbanismo y de Bienes Nacionales, acerca de ACTIVACI�N DE PROGRAMAS DE VIVIENDA Y OTROS PROYECTOS EN PUYUHUAPI (UND�CIMA REGI�N); al se�or General Director de Carabineros de Chile, al se�or Subsecretario de Pesca, al se�or Director de SERNAPESCA, a la se�ora Intendenta de la Und�cima Regi�n y al se�or Gobernador de la provincia Lago General Carrera, respecto de MATANZA INDISCRIMINADA DE PECES EN R�OS Y LAGOS DE AIS�N (UND�CIMA REGI�N). Del se�or CORDERO: Al se�or Ministro de Defensa Nacional, concerniente a AUMENTO DE PLAZAS M�DICAS Y PARAM�DICAS ANTE MAYOR DEMANDA DE PRESTACIONES A DIPRECA. Del se�or STANGE: A los se�ores Ministros del Interior y de Defensa Nacional y al se�or Subsecretario de Desarrollo Regional y Administrativo, respecto de FONDOS PARA CONSTRUCCI�N DE UNIDADES POLICIALES EN D�CIMA REGI�N; al se�or Ministro Secretario General de la Presidencia, sobre EQUIPOS DENTALES PARA M�DULOS DE OSORNO Y PUYEHUE (D�CIMA REGI�N); a la se�ora Ministra de Educaci�n, atinente a MEJORAMIENTO DE LOCALES ESCOLARES EN CHILO� (D�CIMA REGI�N); al se�or Ministro de Obras P�blicas, con referencia a PAVIMENTACI�N ASF�LTICA EN RUTA 5-LINAO, Y PROVISI�N DE AGUA POTABLE A PUMANZANO (D�CIMA REGI�N); al se�or Ministro de Vivienda y Urbanismo respecto a OBLIGACIONES PENDIENTES CON SERVIU DE POBLADORES DE VILLA R�O PUDETO, y al se�or Intendente de la D�cima Regi�n de Los Lagos, atinente a CARENCIA DE LUZ EL�CTRICA EN COMUNA DE COCHAM� (D�CIMA REGI�N). ______________ El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En el turno del Comit� Dem�crata Cristiano, tiene la palabra el Senador se�or Moreno. POSICI�N DE LA DEMOCRACIA CRISTIANA EN POL�TICA FORESTAL El se�or MORENO.- Se�or Presidente, expongo esta tarde ante el Senado chileno un tema que tiene gran importancia para el presente y futuro del pa�s, cual es el criterio y la forma en que debe enfrentarse nuestra pol�tica forestal. La posici�n que dar� a conocer es el fruto del trabajo de un numeroso grupo de profesionales y t�cnicos que, convocados por la Comisi�n Pol�tico-T�cnica-Forestal de la Democracia Cristiana, ha contribuido a elaborar el conjunto de proposiciones que sometemos p�blicamente a la consideraci�n de nuestro pa�s. Los democratacristianos afirmamos que el desarrollo de las personas y de la sociedad debe ser integral, de tal forma que la modificaci�n de las condiciones que afectan a la persona humana deben permitirle pasar de las condiciones menos humanas a condiciones m�s humanas, en el sentido de lograr un fin trascendente. Desde tal perspectiva, el desarrollo sustentable nos ofrece una oportunidad para poner en pr�ctica las ense�anzas de nuestra doctrina. En ese contexto, la naturaleza y el medio ambiente est�n incluidos en nuestra visi�n, ya que forman parte sustantiva de las condiciones que fijan las posibilidades de desarrollo de las personas, determinando fuertemente la calidad de vida de los ciudadanos. Considerando tambi�n los resultados y recomendaciones de la Cumbre de la Tierra, realizada en R�o de Janeiro en 1992, entendemos que el desarrollo forestal debe estar dirigido a satisfacer un conjunto de aspectos relacionados con bosques y zonas arboladas, entre los que se encuentran la producci�n de madera; de alimentos tales como hongos, frutos y carne silvestre; y de servicios ambientales como generaci�n de agua, protecci�n y recuperaci�n de suelos, mantenci�n de la biodiversidad existente en bosques, zonas arboladas y �reas silvestres, y de humedales en las cuencas que los contienen. En nuestro pa�s, el bosque y sus productos han experimentado una expansi�n muy fuerte en los �ltimos a�os, positiva en algunos casos, y compleja, en otros. Queremos enfrentar este proceso orientados por el paradigma que representa el desarrollo sustentable, promoviendo lo positivo y encarando los problemas que se han presentado. En esa l�nea, se�alamos que la propuesta de pol�tica forestal que sustentamos debe ser: 1� Nacional, es decir, debe cubrir todo el territorio y considerar las necesidades, aspiraciones e intereses de la sociedad en su conjunto; 2� Moderna, dando cuenta de los principales avances producidos en el �ltimo tiempo y que la globalizaci�n ofrece como oportunidad para superar las restricciones y problemas que nos afectan; 3� Profundamente participativa, para dar cuenta de las demandas que efect�an al sector forestal los distintos sectores de la sociedad, a nivel tanto nacional como regional y comunal; 4� Orientada a los diversos segmentos de la cadena de valor de la producci�n forestal, y 5� Capaz de dar respuesta a las aspiraciones y necesidades de las poblaciones tanto rurales como urbanas. Una de las caracter�sticas fundamentales del sector forestal es la perspectiva de largo plazo que gu�a su accionar, la que se sustenta en que los resultados de las acciones realizadas se materializan, generalmente, en per�odos de tiempo m�s o menos amplios. Por esta raz�n, es importante tener una visi�n hist�rica de las decisiones tomadas en dicha �rea, buscando los hilos conductores que orienten las medidas que resulta indispensable llevar a cabo hacia el futuro, elementos que hoy nos permiten reconocer lo que ha ocurrido en el sector y constatar que el avance logrado en �l se ha detenido. Es necesario se�alar que, hasta 1960, la sociedad chilena no otorgaba un rol espec�fico al sector forestal, que a esa fecha contaba con algunas plantaciones forestales, �reas silvestres protegidas, determinadas industrias de pulpa y papel, explotaciones de bosque nativo con fines madereros o dom�sticos, y se hab�an realizado acciones de recuperaci�n de suelos y control de dunas. Toda esta labor estaba regida por una institucionalidad p�blica tenue y dispersa. En la d�cada de los 60 se iniciaron diversas actividades que dieron al sector forestal cada vez mayor importancia, sobre todo en el �mbito de la acci�n del Estado a trav�s de la creaci�n de la Corporaci�n de Reforestaci�n, instituci�n que con posterioridad dio origen a la Corporaci�n Nacional Forestal (CONAF), en la que se agruparon la mayor parte de las funciones p�blicas existentes a esa fecha relacionadas con el �rea forestal. Entre 1974 y 1990, por las caracter�sticas del modelo econ�mico impuesto por el r�gimen de la �poca, los instrumentos que la COREF utilizaba para efectuar plantaciones fueron traspasados al sector privado, quedando contenidos en el decreto ley 701, cuerpo normativo dirigido a la creaci�n de plantaciones industriales por grandes empresas, las que, en definitiva, emplearon las especies pino radiata y eucalipto para su desarrollo. A partir de 1990, los Gobiernos de la Concertaci�n han ido incorporando paulatinamente criterios sociales y ambientales en los instrumentos de pol�tica forestal, pero es necesario reconocer que no ha habido mayores avances en este �mbito dado que se han frenado muchos de los proyectos presentados. En la actualidad, el sector forestal chileno debe lograr una adecuada ecuaci�n pol�tica en la relaci�n Estado-sector privado-sociedad civil, en el marco de un desarrollo sustentable. La democratizaci�n del pa�s ha significado que sectores antes debilitados han tomado fuerza y son capaces de poner sus demandas en el seno de la sociedad, las que necesariamente deben ser consideradas por el Gobierno a la hora de fijar su agenda. Nos referimos, de manera espec�fica, a organizaciones campesinas, grupos �tnicos, grupos ambientalistas, organizaciones no gubernamentales, universidades, gobiernos regionales, municipios, organizaciones de peque�os y medianos empresarios forestales. En consecuencia, cada vez es m�s importante incorporar elementos de participaci�n en la definici�n de las pol�ticas forestales. Hoy, el desaf�o es dar buena cuenta de las demandas que hace al sector forestal chileno el conjunto de la sociedad, cuesti�n que implica profundizar cada vez m�s la utilizaci�n de criterios de equidad en la formulaci�n y aplicaci�n de la pol�tica forestal de nuestro pa�s. Al igual que los visionarios de mediados del siglo pasado, entre ellos don Eduardo Frei Montalva, quienes intuyeron la posibilidad de crear una gran base de recursos forestales -iniciativa que dio origen a las m�s de 2 millones de hect�reas de plantaciones ex�ticas que en la actualidad constituyen la base de una din�mica industria-, hoy debemos ser capaces de proyectarnos nuevamente hacia el futuro, en un horizonte de 20 a 30 a�os, y enfrentar los siguientes desaf�os. I. Es necesario manejar el bosque nativo. El cobre no se renueva, se extingue; el bosque, bien manejado, estar� por siempre all�. Si manejamos, en promedio, 200 mil hect�reas al a�o, en el per�odo indicado tendremos m�s de 4 millones de hect�reas de bosque nativo adicionales, en plena producci�n de bienes y servicios ambientales. II. Resulta esencial impulsar definitivamente el concepto "Chile, Pa�s Forestal", incorporando a toda la peque�a propiedad, sin restricciones de residencia o econ�micas, como un componente importante de la lucha contra la desertificaci�n que afecta al territorio nacional. De esta forma lograremos efectivamente la reforestaci�n del pa�s. III. La industria del turismo relacionada con �reas silvestres protegidas constituye en otros pa�ses una actividad millonaria. Debemos generar las condiciones adecuadas a los objetivos de manejo de aqu�llas, en conjunto con el sector privado y las comunidades locales, para permitir que la sociedad toda tenga la oportunidad de disfrutar de los beneficios que entrega el contacto con la naturaleza y las bellezas esc�nicas. Para ello, es necesario legalizar y reforzar el Sistema Nacional de �reas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE), que hoy no tiene validez jur�dica. IV. Es fundamental incorporar definitivamente el �rbol como un elemento cultural dentro de las ciudades, para que sus habitantes, a trav�s del disfrute de los m�ltiples beneficios que aqu�llos aportan, obtengan una mejor calidad de vida. Resulta indispensable incrementar en calidad y cantidad la presencia del �rbol, zonas arboladas y bosques en las ciudades, tal como se hace en muchas capitales del mundo. V. Tambi�n se requiere generar las condiciones necesarias para que las industrias y las empresas que otorgar�n valor agregado a la materia prima forestal puedan desarrollarse. En esta l�nea, deben tomarse medidas conducentes a conocer, acompa�ar y apoyar, en toda la cadena de valor forestal, a la peque�a y mediana empresa del sector. Estos prop�sitos no ser�n alcanzados si no incorporamos desde ya a los representantes de la sociedad y a las organizaciones que en ella se encuentran en el debate de las pol�ticas que se requieren. Debemos ampliar los actores en la discusi�n en los distintos niveles en que el Estado administra el pa�s, como se�al� anteriormente. Para enfrentar estas tareas �reitero�, es preciso involucrar al sector forestal en su conjunto, generando las coordinaciones intra e interinstitucionales indispensables. En esta perspectiva, resulta conveniente introducir a�n m�s los aspectos espec�ficos de cinco tem�ticas que a continuaci�n detallo. 1. Participaci�n En el resto del mundo y en nuestro pa�s existe un cambio de enfoque respecto de los recursos forestales, el cual ha transitado desde una visi�n centrada en la producci�n de madera hacia una perspectiva orientada a la valorizaci�n de la producci�n simult�nea de un conjunto de bienes y servicios asociados que generan los ecosistemas forestales. Este nuevo enfoque proviene de una mayor participaci�n de la ciudadan�a en la definici�n de los objetivos de las pol�ticas forestales. En ese sentido, se�or Presidente, valoramos los esfuerzos realizados por el se�or Ministro de Agricultura en concordar puntos de vista con distintos sectores nacionales en lo que respecta al avance de la Ley del Bosque Nativo, pendiente para su despacho en el Congreso Nacional. 2. Gesti�n de recursos forestales La gesti�n de los recursos forestales debe tener un car�cter nacional. La pol�tica forestal debe cubrir todo el territorio que comprende dicha �rea: 13,9 millones de hect�reas de bosque nativo; 14 millones adicionales de hect�reas del SNASPE; 2,1 millones de hect�reas que se encuentran en plantaciones artificiales; 17 millones de hect�reas sin cobertura y, dentro de estas �ltimas, 6 millones de hect�reas susceptibles de ser forestadas con el instrumental adecuado, y, adem�s, las �reas verdes y bosques urbanos existentes en las ciudades. Asimismo, es necesario mencionar que de los 13,9 millones de hect�reas de bosque nativo existentes en el pa�s, s�lo 3,9 millones se hallan dentro del Sistema Nacional de �reas Protegidas del Estado (SNASPE). 3. Desarrollo productivo con criterio social Luego de d�cadas de gobiernos orientados a las grandes empresas, donde el Estado ha sido reforzado para atender a ese segmento de la actividad econ�mica, debilitando a los organismos que est�n o estaban dirigidos a las peque�as y medianas empresas, se hace urgente retomar el sentido social de la actividad econ�mica, sobre todo, en el �mbito de la peque�a y de la mediana empresa forestal, que da valor agregado a la producci�n de materia prima forestal y a los servicios ambientales. 4. Dise�o de instrumentos legales, institucionales y financieros Uno de los instrumentos que requiere el sector forestal para asegurar su contribuci�n al pa�s es la creaci�n de una Subsecretar�a Forestal, instancia del m�s alto nivel pol�tico dentro del Ministerio de Agricultura, para formular, coordinar la implementaci�n, dar seguimiento y evaluar la pol�tica forestal. Esta propuesta se ve fortalecida en el contexto de un Ministerio de Agricultura y Recursos Naturales, reforma que requiere tambi�n que el Instituto Forestal y el Centro de Informaci�n de Recursos Naturales (CIREN) queden bajo la dependencia de esa Subsecretar�a Forestal. 5. Necesidad de investigaci�n y educaci�n adecuadas Finalmente, dentro esos criterios generales, cabe se�alar la necesidad de contar con un sistema investigaci�n y educaci�n adecuados. Las investigaciones que requiere el sector se hallan determinadas en la actualidad por el corto plazo y dem�s caracter�sticas de los fondos concursables disponibles para el financiamiento de esta actividad. La pol�tica forestal debe orientar �sta, fortaleciendo y creando nuevos instrumentos para que provea del conocimiento necesario de largo plazo que necesitan las �reas prioritarias del desarrollo forestal. En virtud de los criterios antes enunciados, formulamos un conjunto de propuestas concretas de pol�tica forestal para nuestro pa�s. PROPUESTAS CONCRETAS DE POL�TICA FORESTAL Defensa del patrimonio forestal La Democracia Cristiana prioriza la defensa del patrimonio forestal de Chile, el que en conjunto cubre 45 millones de hect�reas, sin considerar las �reas urbanas cubiertas por �rboles. Estos recursos no est�n siendo incorporados al desarrollo sustentable del pa�s y corren el peligro de ser eliminados o sustituidos, en especial el bosque nativo. Declaramos que estamos por la defensa del patrimonio forestal y promoveremos las medidas que a continuaci�n se se�alan para asegurar su recuperaci�n y uso sustentable. Para lograr este objetivo debe avanzarse en el fomento del conjunto de actividades que se desarrollan en torno al bosque nativo, las plantaciones forestales y el Sistema Nacional de �reas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE). Los recursos forestales, por la riqueza que contienen, pueden llegar a representar para los habitantes rurales una importante fuente de ingresos, a trav�s de la comercializaci�n de diversos bienes y servicios. El desarrollo de un componente forestal en las actividades campesinas aporta en el mediano plazo mejoras sustantivas de sus econom�as, al mismo tiempo que protege los cultivos, el suelo y las aguas. Defensa integral del bosque nativo Por ello, nos oponemos a la sustituci�n del bosque nativo. Con esta medida se hace posible incorporar al desarrollo sustentable 13,4 millones de hect�reas de bosques de esa naturaleza existentes en Chile. Para ello proponemos lo siguiente: 1) Incorporar al manejo forestal 5,13 millones de hect�reas en propiedad de privados para la producci�n de bienes y servicios ambientales de distinta forma, de las cuales 4,29 millones tienen alto potencial, y 840 mil hect�reas de bosques degradados para enriquecimiento con especies nativas, para lo cual demandamos que el Gobierno apruebe la entrega por 30 a�os de los financiamientos necesarios y suficientes, conducentes a fomentar la elaboraci�n de planes de manejo y, al menos, las actividades silv�colas iniciales, incentivos que deben ser incluidos en la Ley de Fomento al Bosque Nativo actualmente en el Parlamento. 2) Preservar los bosques nativos en mejor estado de conservaci�n, de altas copas y grandes troncos �llamados bosques "pr�stinos" o "catedrales"-, que por sus caracter�sticas son �nicos en el mundo. Con el objeto de conservar esta riqueza para las futuras generaciones proponemos que el Estado adquiera 2,77 millones de hect�reas de bosque adulto denso, actualmente en propiedad privada, incorpor�ndolo al Sistema Nacional de �reas Silvestres Protegidas del Estado en una nueva categor�a de manejo denominada "Bosques P�blicos". Actualmente existen -como dije-, conforme al SNASPE, s�lo 3,87 millones de hect�reas de este tipo de bosque nativo. 3) Estudiar las opciones de manejo sustentable de los bosques achaparrados en poder de privados, que constituyen gran parte de la masa susceptible de forestarse en la zona central y en el secano costero, y que alcanzan una superficie de 1,63 millones de hect�reas. 4) Impulsar definitivamente la forestaci�n en el pa�s. Para ello es necesario modificar la ley N� 19.561, m�s conocida como la "continuidad del D.L. 701", la que, no obstante estar dirigida a peque�os y medianos propietarios, sigue con la l�gica administrativa creada para grandes propietarios. Proponemos ampliar el universo de destinatarios a los que est� dirigido, ampliando la definici�n de peque�o propietario; posibilitar que las organizaciones y operadores puedan mantenerse en el sistema, participando en licitaciones de propietarios captados y no de montos de subsidios, e incorporar cortinas cortavientos para ser utilizadas en la protecci�n contra la erosi�n h�drica y contra la desecaci�n de los cultivos agr�colas. Complementariamente, sugerimos el desarrollo de la componente forestal en comunas rurales a trav�s de un Plan de Desarrollo Forestal Comunal -esto no existe hoy en nuestro pa�s- como una componente importante que integre los Planes de Desarrollo Forestal Comunal (PLADECOS) como parte del ordenamiento territorial. 5) Las referidas propuestas deben ser acompa�adas por un fuerte impulso a la peque�a y mediana empresas forestales, que dan mayor precio a la materia prima forestal en la perspectiva de la cadena de valor, permitiendo a los propietarios de bosques obtener precios razonables. Es indispensable que las instituciones del Estado se reenfoquen, incorpor�ndose a los esfuerzos que se realizan en la actualidad para dar instrumentos espec�ficos en el apoyo a la mediana y peque�a empresas forestales, en especial el INFOR, el CIREN, la CONAF y generar las coordinaciones necesarias e imprescindibles con la CORFO, CIREN, SERCOTEC, PROCHILE, universidades, sector privado y sociedad civil. Incorporaci�n de los ciudadanos en el logro de su propio desarrollo La participaci�n ciudadana �como se�al�- es fundamental para lograr el desarrollo sustentable, raz�n por la cual se requiere implementar las instancias donde dicho proceso debe darse, para incorporar a los actores en la formaci�n y evaluaci�n de las pol�ticas forestales. Por estas razones, estimamos de vital importancia la creaci�n de instrumentos que permitan la participaci�n de etnias y campesinos de nuestro pa�s junto con los municipios en los cuales se integran. No obstante, es necesario resaltar que el desarrollo s�lo se lograr� si en este proceso se incorpora la sustentabilidad cultural, aspecto fundamental para el progreso del mundo ind�gena, y que debe orientar la utilizaci�n de los distintos instrumentos de pol�tica forestal y de los proyectos y actividades que se realicen. 6) Las propuestas forestales dirigidas al mundo ind�gena deben ser identificadas participativamente, alej�ndose de los modelos industriales y adoptando las que se adecuen realmente a las visiones de esas etnias, as� como a su cultura y formas de vida, para lo cual proponemos dar sustentabilidad cultural a la gesti�n forestal que realizan los destinatarios de origen �tnico, creando y fortaleciendo los denominados "Bosques Modelo" en los lugares donde ellos est�n presentes, para promover diversos proyectos y actividades de peque�a escala y de gran impacto, priorizados participativamente por los propios representantes del mundo ind�gena. 7) La �reas Silvestres Protegidas del Estado contienen un alto potencial para el desarrollo del turismo sustentable, el que debe ser impulsado claramente en nuestro pa�s. Para lograr este prop�sito, proponemos incorporar las actividades de turismo en estas �reas Silvestres Protegidas en estrategias de desarrollo local que permitan la participaci�n de etnias, comunidades rurales y organizaciones locales, en conjunto con los municipios en la implementaci�n de dichas opciones de desarrollo. Incorporar el �rbol como un elemento cultural dentro de la sociedad chilena 8) Para luchar contra la contaminaci�n y mejorar la calidad de vida de la poblaci�n urbana, proponemos introducir en las zonas urbanas, como elemento cultural, m�s all� de la presencia de �rboles aislados, plazas o parques, la existencia de bosques que cumplan objetivos m�ltiples para la comunidad circundante, tales como recreaci�n, educaci�n ambiental, belleza esc�nica, disminuci�n de la contaminaci�n ac�stica y atmosf�rica, producci�n de agua potable en cantidad y calidad y la protecci�n de �reas con riesgos potenciales de aludes de barro y de otros elementos en los sectores urbanos. Complementariamente proponemos la creaci�n de un Programa Nacional de Educaci�n Ambiental Forestal que coordine al conjunto del accionar de la CONAF, en estrecha colaboraci�n con las autoridades del Ministerio de Educaci�n. Para avanzar en el desarrollo sustentable el pa�s necesita que se fortalezca la institucionalidad forestal p�blica La importancia econ�mica de este sector, desde el punto de vista del empleo, indica que el valor de las exportaciones forestales, las inversiones en nuevas industrias, la relevancia de la superficie del pa�s que abarca el sector forestal, requieren realmente enfrentar los desaf�os a trav�s de una nueva institucionalidad. 9) Proponemos, por lo tanto �como lo hemos dicho anteriormente-, la creaci�n de la Subsecretar�a Forestal y el reforzamiento de la CONAF como organismo central de la pol�tica forestal del pa�s. 10) En el mismo sentido, el conjunto de propuestas que se presenta en este documento requiere del fortalecimiento de la Corporaci�n Nacional Forestal, pero muy en particular que le entreguemos un mejoramiento de las remuneraciones de sus funcionarios, quienes durante largos a�os han esperado el cumplimiento de compromisos suscritos y que no se han llevado a la pr�ctica. Las personas que trabajan en la CONAF son la parte m�s importante de la institucionalidad p�blica forestal. 11) A fin de enfrentar adecuadamente estos desaf�os, es necesario tambi�n reorientar y fortalecer la conservaci�n de ecosistemas naturales a trav�s del SNASPE, para lo cual proponemos iniciar los estudios con el objeto de sistematizar la legislaci�n que rige los sectores el�ctrico, minero, cuerpos de agua y urbanismo que se superponen a la ley que te�ricamente deb�a regir el SNASPE, con el prop�sito de evitar los impactos negativos que estas actividades est�n produciendo. 12) Para asegurar la mantenci�n en el tiempo de los recursos forestales, se requiere protegerlos adecuadamente. Para ello, es indispensable considerar que el pa�s pierde anualmente el equivalente a 50 millones de d�lares por causa de los incendios forestales. No obstante, el financiamiento dirigido en esta actividad ha ca�do permanentemente, llegando a disminuir en cerca de 40 por ciento el que se dispon�a a fines de la d�cada de los ochenta. Proponemos que se destine al Programa Nacional de Combate contra Incendios Forestales de CONAF los recursos financieros necesarios para evitar el da�o producido por los incendios forestales, recuperando su capacidad de control, esfuerzo que es necesario complementar con el desarrollo de un adecuado sistema de detenci�n integrada de tales incendios. Concluyo, se�or Presidente, solicitando que el texto completo de mi intervenci�n se transcriba a Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica, a los se�ores Ministros del Interior, Secretario General de la Presidencia y de Agricultura, a las Comisiones de Agricultura y de Medio Ambiente del Senado y de la C�mara de Diputados, a la Comisi�n del Senado que estudia la reestructuraci�n del Estado, al se�or Director Ejecutivo de la CONAF, a los colegios profesionales, a los sindicatos que operan en el sector forestal, a las organizaciones campesinas como el MUCECH, a las organizaciones empresariales organizadas bajo la CORMA, a las universidades y a los institutos de investigaci�n. He dicho. --Se anuncia el envi� de los oficios solicitados, en nombre del se�or Senador, en conformidad al Reglamento. El se�or SABAG.- Se�or Presidente, adhiero a la exposici�n del Honorable se�or Moreno en todos sus t�rminos. Me habr�a gustado intervenir, pero ahora hay otra materia que tratar. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se dejar� constancia de su adhesi�n, se�or Senador. En conformidad al acuerdo un�nime de los Comit�s, a continuaci�n, corresponde rendir homenaje en memoria del ex Ministro de Estado y querido amigo Alejandro Hales Jamarne. Tiene la palabra el Honorable se�or Vald�s. HOMENAJE EN MEMORIA DE DON ALEJANDRO HALES JAMARNE El se�or VALD�S.- Se�or Presidente, en nombre de los Senadores de la Democracia Cristiana, env�o desde aqu� un saludo lleno de afecto a do�a Adela Dib viuda de Hales, a sus hijos, a sus nietos y a sus familiares presentes en las tribunas, y a su hijo Jaime, a la distancia. Rendimos homenaje en memoria de Alejandro Hales, amigo y camarada de tantas luchas, alegr�as y penas. Naci� en Temuco en 1923. All� estudi� humanidades y, posteriormente, Derecho en la Universidad de Chile, donde demostr� su condici�n de l�der en la direcci�n de la FECH. En 1942, ingres� al Partido Agrario Laborista en su tierra de Caut�n y, al poco tiempo, asume cargos nacionales en dicha colectividad. Fue Secretario General de la campa�a presidencial de don Carlos Ib��ez. En 1953, con s�lo 30 a�os, es nombrado Ministro de Agricultura y de Tierras y Colonizaci�n. Al a�o siguiente, asume la cartera de Miner�a, conservando la de Agricultura. En ambos Ministerios su obra fue notable: reorganiz� la cartera de Agricultura; cre� el Consejo de Inversiones Agr�colas; emprendi� planes de desarrollo y, bajo su per�odo, se construyeron ocho tranques; se rehabilitaron suelos en Valdivia, Osorno y Llanquihue. En 1954, inaugur� la primera f�brica de az�car de remolacha en Los Angeles, preparando las plantas de Llanquihue, Caut�n y Linares; redact�, entre otras, la Ley de Fomento Ganadero y desarroll� los primeros planes frut�colas. Desde agosto de 1957 hasta julio de 1958, fue Embajador de Chile en Bolivia. All� lo conoc� por haber sido encargado de una gesti�n gubernamental y pude comprobar, durante mi larga estada en La Paz, la amistad que hab�a logrado con el Presidente V�ctor Paz Estenssoro, con pol�ticos, dirigentes econ�micos, intelectuales y culturales de ese pa�s. Vi c�mo la personalidad, la simpat�a, la audacia imaginativa y la transparencia de Alejandro Hales como Embajador eran las cualidades que hac�an respetar, admirar a Chile y superar toda diferencia. El Embajador pudo desarrollar esas notables cualidades en plenitud, porque el Presidente Ib��ez ten�a el talento de comprender que las relaciones de confianza, de solidaridad y de cooperaci�n con los pa�ses vecinos eran y ser�n siempre, la primera garant�a de la seguridad, la paz y, por tanto, del desarrollo del pa�s. Por ello, el recuerdo del Embajador Hales en Bolivia es legendario. No s�lo logr� la aprobaci�n y ratificaci�n del Tratado de Complementaci�n, suscrito en enero de 1955, sino que organiz� la hist�rica visita del Presidente Ib��ez a ese pa�s. A ra�z de la divisi�n que sufriera el Partido Agrario Laborista, Alejandro Hales se incorpor� -con la decisi�n fervorosa con que asum�a sus causas- al inolvidable movimiento de independientes que logr� la Presidencia de la Rep�blica para Eduardo Frei Montalva, en 1964. A�os despu�s ingresar�a oficialmente a nuestro Partido. Despu�s de desempe�ar cargos en el Banco del Estado y en el Consejo de la CORFO, fue nombrado Ministro de Miner�a en un momento conflictivo de esa �rea. Su fuerte personalidad y su arraigado nacionalismo se volcaron en el proceso hist�rico que dio soluci�n de fondo a la p�sima relaci�n que se hab�a creado entre el Estado chileno y las compa��as extranjeras del cobre. El Ministro Hales cumpli� con la compleja, exitosa y -dir�a- hist�rica decisi�n del Presidente Frei Montalva de chilenizar el cobre, a trav�s de laboriosas negociaciones con satisfacci�n para todas las partes comprometidas. El Ministro redact� la nueva ley sobre esta industria. Organiz� la operaci�n que trajo a Chile al Presidente Kaunda de Zambia, con quien cre� el Consejo Intergubernamental de Pa�ses Exportadores de Cobre (CIPEC), a semejanza de su similar del petr�leo, que con Per� y otros pa�ses dio vida a un sistema de defensa de los precios de este metal, los que durante la Segunda Guerra Mundial y la de Corea hab�an estado extremadamente deprimidos, en forma injusta porque Estados Unidos los fijaba, con p�rdidas gigantescas para nuestro pa�s. Como colega de Gabinete, cooper� entonces estrechamente con el Ministro Hales y admir� su fuerza tranquila, su humor agudo y su sutileza para comprender que el sentido de un gobierno es convencer y no aplastar. Era indudablemente un hombre de Estado. Durante el R�gimen militar fue un ferviente y valiente defensor de los derechos humanos. Como Presidente del Colegio de Abogados, fue el primero en denunciar que el Poder Judicial hab�a acogido s�lo una docena de m�s de siete mil recursos de amparo interpuestos por los familiares de las v�ctimas. Se incorpor� a la lucha pac�fica por recuperar la democracia, enfrentando todos sus riesgos. De hecho, su familia fue objeto de esos abusos cuando su hija fue secuestrada por agentes de seguridad del Estado. No busc� nunca figuraci�n ni acept� excesos. Por el contrario, con sus convicciones invariables mantuvo amistades y conversaciones con todo el mundo, que fueron muy �tiles en dif�ciles momentos y le granjearon el mayor respeto en todos los sectores. Redactaba peticiones y recib�a abiertamente a los que se sent�an perseguidos. Su generosidad y modestia personal eran m�s fuertes que toda ambici�n pol�tica. El Presidente Patricio Aylwin lo design� Ministro de Miner�a, �rea que �l conoc�a muy bien. Cre� una profunda confianza en los inversionistas, que comenzaban un din�mico proceso de trabajo, y dedic� grandes esfuerzos a fomentar y proteger la peque�a miner�a. Su �ltimo cargo p�blico fue el de concejal de la Municipalidad de �u�oa, que dej� por problemas de salud. Alejandro fue un chileno que ejemplariza las virtudes que han adornado nuestra historia y que tan abundantemente han llegado desde las provincias a ocupar cargos de relieve nacional. Fueron ellos el magn�fico producto de una educaci�n p�blica de muy alta calidad. Con su inteligencia y vastas amistades pudo ejercer leg�timamente su profesi�n para adquirir una posici�n social y un s�lido patrimonio; pero prefiri� el servicio p�blico, porque sus convicciones �ticas y su amor por Chile lo obligaban a servir al pa�s. Era realmente un idealista que ten�a un proyecto de libertad y de futuro para los chilenos: un proyecto de solidaridad social. Lo animaba una voluntad de hierro y una generosidad sin l�mites. Despu�s de tantos a�os de vida p�blica, puedo decir que fue dif�cil superar a Alejandro en bondad y transparencia. No se quedaba nunca quieto. Al encontrarse con �l, no se deten�a; segu�a caminando tomado del brazo, agitado, pero acompasadamente con la fuerza de un viento de primavera. Lo quisimos con admiraci�n y lo admiramos sobre todo por su ejemplo de modestia y alegr�a. Con esos sentimientos, recordamos al amigo y reiteramos nuestra solidaridad con su familia. He dicho. --(Aplausos en la Sala y tribunas). El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Bitar. El se�or BITAR.- Se�or Presidente; Honorables colegas; se�ora Adela Dib de Hales; Honorable Diputado don Patricio Hales; hermanos y dem�s familiares de don Alejandro que nos acompa�an: La Patria tiene sentido de justicia y de reconocimiento para aquellos hijos que por sus grandes valores han destacado en diversos �mbitos del acontecer nacional. Por ello, hoy el Senado rinde un merecido homenaje a un hombre de m�ritos extraordinarios, quien fuera por sobre todo un gran servidor p�blico por una vida entera, un gran dem�crata, un amante esposo y padre de familia y un hombre leal y bueno con sus cong�neres. Este hombre superior fue Alejandro Hales Jamarne. Su patriotismo, honradez, compromiso responsable y entusiasta con proyectos e ideales, que muchos hemos compartido, tuvieron como norte un Chile mejor y relaciones leales entre los seres humanos con respeto a la dignidad y solidaridad. �sa fue su misi�n en la vida. Hoy deseo destacar de ella aquellos rasgos que marcan su car�cter e importante contribuci�n al desarrollo nacional. Resalto primero su car�cter �ntegro, convicciones a toda prueba, hechas realidad durante toda su existencia. Lo movieron sus convicciones y no sus intereses personales. Quiero se�alar tres �reas donde su contribuci�n al pa�s es imperecedera: la defensa de los derechos humanos; el importante apoyo al desarrollo minero de Chile y su gran aporte a las relaciones internacionales, en particular con Bolivia. Su defensa de los derechos humanos Como ya lo expres� el Senador se�or Vald�s, Alejandro Hales estudi� Derecho en la Universidad de Chile, recibi�ndose de abogado con una tesis altamente valorada que titul� "El cooperativismo en el pasado y en el presente". Este compromiso por el Derecho y la justicia le llev� a cumplir roles notables en favor de aquellos cuyos derechos esenciales fueron atropellados en un momento tr�gico de nuestra historia, cuando no existi� democracia ni libertades y campe� la represi�n. Su actitud valiente le llev� a denunciar violaciones a los derechos humanos y a comprometerse en la defensa de quienes eran objeto de represi�n, manteniendo una postura cr�tica ante los tribunales de justicia, por considerar que no cumpl�an con su funci�n. Siendo Presidente del Colegio de Abogados, en 1987, llam� a los tribunales a atreverse a hacer justicia. Sus actitudes le significaron amenazas y, entre ellas, una de gran felon�a -reci�n recordada-, como fue el plagio de una de sus hijas, lo que le hizo vivir momentos de profunda amargura junto a su familia, la que enfrent� con su fortaleza de hombre de bien, seguro de sus actos y de su fe cristiana. Adem�s de comprometerse en la defensa de las v�ctimas, asumi� un rol activo en la campa�a contra la aprobaci�n de la Constituci�n de 1980, por no compartir su contenido ni su forma de gestaci�n y aprobaci�n. Denunci�, asimismo, la venta de empresas del Estado en bajas sumas de dinero que da�aron el patrimonio nacional. Desde mediados de la d�cada del 80 se comprometi� con iniciativas opositoras unitarias, colaborando en la creaci�n de la Alianza Nacional y, finalmente, de la Concertaci�n de Partidos por la Democracia. Particip�, entre otras actividades, en el Comit� pro retorno de Andr�s Zald�var, hoy Presidente del Senado. En 1988, se comprometi� activamente en la "Campa�a por el No". Su destacado papel como articulador de las fuerzas democr�ticas llevaron a muchos a proponerlo como candidato a la Presidencia de la Rep�blica, iniciativa que depuso para apoyar al ex Presidente Patricio Aylwin, de quien fue, adem�s, un valioso Ministro de Miner�a. Su gran contribuci�n a la miner�a En 1953, a los 30 a�os, fue designado Ministro de Agricultura y de Tierras y Colonizaci�n por el Presidente Carlos Ib��ez del Campo, quien m�s tarde lo nombrar�a Ministro de Miner�a. Desde esta �ltima funci�n tuvo un papel fundamental en la creaci�n del Departamento del Cobre, antecedente inmediato de CODELCO, la empresa chilena que hoy es la mayor entidad productora de cobre en el mundo. Posteriormente, en 1966, el Presidente Eduardo Frei Montalva lo invit� a ejercer la Cartera de Miner�a, correspondi�ndole completar la denominada "Chilenizaci�n del Cobre" -como bien record� el Senador se�or Vald�s-, iniciativa que convirti� a Chile en copropietario de las grandes empresas explotadoras de ese mineral, participando, adem�s, en la elaboraci�n de la nueva Ley del Cobre. Se involucr�, como Ministro de Miner�a, en los acuerdos de Lusaka, instrumento que permiti� a Chile ser verdadero actor de la comercializaci�n mundial del cobre, con la creaci�n del CIPEC para defender los precios. Tambi�n trabaj� durante el Gobierno de don Eduardo Frei Montalva en la creaci�n de la Sociedad Qu�mica y Minera de Chile, resolviendo, con una nueva institucionalidad, la crisis de la industria salitrera. Cuando me correspondi� ejercer como Ministro de Miner�a, pude aquilatar la magnitud de la tarea anteriormente emprendida por Alejandro Hales desde esa Secretar�a de Estado y valorar su capacidad e inteligencia. Su aporte a las relaciones con Bolivia Hay otra dimensi�n de la actividad pol�tica de Alejandro Hales como embajador en Bolivia entre los a�os 1954 y 1958. Logr� un alto nivel de entendimiento entre ambos Gobiernos, que concret� en el Tratado de Complementaci�n Econ�mica, firmado por los Presidentes Carlos Ib��ez del Campo y V�ctor Paz Estenssoro. Este logro se sustent� en su gran capacidad de di�logo, de comprensi�n de una situaci�n diplom�tica compleja y de b�squeda de una alternativa compartida que apartara los niveles de conflictividad para sustituirlos por entendimientos que beneficiaran a ambos pa�ses. Esta tarea que �l impuls� sigue vigente. Como Senador por Tarapac�, aprecio en toda su magnitud la necesidad de la integraci�n para sostener el desarrollo econ�mico conjunto y arribar a un entendimiento hist�rico con esa naci�n hermana. Su origen de inmigrantes �rabes Por �ltimo, quiero referirme a su aporte como hijo de inmigrantes �rabes. Creo que existe un rasgo particular entre los descendientes de quienes se ven obligados a apartarse de sus ra�ces originarias buscando otras sociedades para continuar sus vidas. Este rasgo se manifiesta en un esp�ritu de esfuerzo, un sentimiento de gratitud y una actitud de responsabilidad con la Patria que los acoge. Alejandro Hales fue heredero privilegiado de esta amalgama de sentimientos. Desde temprano manifest� ese compromiso con sus or�genes al asumir como Presidente de la Asociaci�n de Universitarios de Ascendencia �rabe. Hoy, su memoria tambi�n impregna el sentimiento solidario de muchos chilenos ante el sufrimiento del pueblo palestino, que embarga a tantos en todo el mundo. Los grandes hombres no alcanzan a presenciar en vida la plena realizaci�n de sus esfuerzos e ideales. En su caso, vio los frutos de su extensa obra. Es ahora nuestra responsabilidad continuarla, como homenaje a quienes, como �l, entregaron su vida para construir una nueva sociedad, una mejor democracia, reemplazando la cultura del ego�smo por una de la solidaridad. En nombre del Partido Por la Democracia y del Partido Radical Social Dem�crata, saludo a su viuda, la se�ora Adela Dib, a sus hijos Patricio, Jaime, Cecilia y Carmen Andrea, y a sus dem�s familiares, quienes tuvieron el privilegio de contar con un esposo, un padre y un abuelo de excepci�n. He dicho. --(Aplausos). El se�or ZALD�VAR (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or N��ez. El se�or N��EZ.- Se�or Presidente, Honorables colegas, se�ora Adela, estimado Jaime, y dem�s hijos y parientes de don Alejandro: En nombre de la bancada de Senadores socialistas, hago uso de la palabra para rendir un sincero homenaje en memoria de una de las figuras p�blicas m�s relevantes de la historia reciente de nuestro pa�s. Me refiero a don Alejandro Hales. No ha sido s�lo su extensa carrera, en la que desempe�� numerosos cargos en tres Gobiernos chilenos, en los que dej� su impronta y su sello particular, lo que me ha llevado a manifestarme p�blicamente, sino las numerosas acciones que protagoniz� para enfrentar los constantes desaf�os que impone la labor p�blica, tema que siempre nos invita a reflexionar a todos quienes hemos decidido entregarnos al servicio de nuestros compatriotas. Durante los numerosos actos realizados en el pa�s por el sensible fallecimiento de don Alejandro, hubo un testimonio que me marc� profundamente. Su hijo Patricio, presente en la tribuna -como todos sabemos, ocupa un cargo p�blico, como miembro de la C�mara de Diputados-, relat� una historia que, desde mi punto de vista, representa las diversas dimensiones en las que se debe desenvolver nuestra labor de servicio. Don Alejandro, seg�n narr� Patricio, guardaba en una caja fuerte de su residencia particular un peque�o tesoro: una carta de amor (la primera que le escribiera su esposa), y un sobre amarillento que conten�a una nota de agradecimiento firmada por el ex Presidente Eduardo Frei Montalva, en la que le manifestaba su reconocimiento por el destacado aporte que realizara durante el proceso de nacionalizaci�n del cobre en nuestro pa�s. Estas dos misivas retratan, a mi juicio, la vida de don Alejandro. Son dos elementos cuyo significado no podemos soslayar: uno, el amor de su familia, que se materializa, como en el caso de muchos de nosotros, en el apoyo que ella permanentemente nos presta en nuestra labor. Gran parte de la responsabilidad de hombres entregados al servicio p�blico recae fundamentalmente en su familia, pues su comprensi�n nos permite cumplir mejor nuestro compromiso con el pa�s. El otro tesoro que guardaba celosamente don Alejandro, testimonio del reconocimiento del ex Presidente Frei Montalva, refleja el papel que aqu�l jug� en nuestra historia con motivo de la definitiva chilenizaci�n del cobre y su posterior nacionalizaci�n. Figuras como don Alejandro dejan en nuestros anales, como ya se ha dicho, un ejemplo imperecedero a toda la comunidad nacional; nos imponen nuevos desaf�os y nos permiten darnos cuenta del respeto que debemos tener por nuestras riquezas, tanto personales como las que alberga nuestro territorio. Don Alejandro, como ya se se�al�, estudi� en el Instituto de Humanidades San Jos�, de Temuco, y posteriormente Derecho en la Universidad de Chile, donde iniciar�a su extensa y exitosa carrera pol�tica. Su compromiso con la candidatura del ex Presidente don Carlos Ib��ez del Campo, sumado a su capacidad y calidad humana, le har�an ganarse el respeto de quien, como sabemos, lo har�a parte de su gabinete cuando s�lo contaba con 30 a�os, al nombrarlo su Ministro de Agricultura y de Tierras y Colonizaci�n. Luego ser�a elegido para encabezar el Ministerio de Miner�a, cartera que lo volver�a a recibir en las Administraciones de Eduardo Frei Montalva y de Patricio Aylwin. En el mismo Gobierno de Ib��ez fue nombrado Embajador de Chile en Bolivia, cargo que desempe�� durante cuatro a�os. En dicha representaci�n demostr� gran profesionalismo y capacidad. Se ha llegado a sostener que nuestras relaciones con el pa�s vecino alcanzaron uno de los niveles m�s importantes de cercan�a en el per�odo en que don Alejandro fue nuestro representante en esa naci�n. Muestra de ello es que en esa �poca se alcanzaron acuerdos hist�ricos, como la aprobaci�n y ratificaci�n del Tratado de Complementaci�n Econ�mica entre Chile y Bolivia, y que se registr� la primera visita de un Presidente chileno a ese pa�s. En 1964 trabaj� en la campa�a de don Eduardo Frei Montalva, quien, una vez alcanzada la Primera Magistratura, lo nombr� Presidente de la Comisi�n Nacional del Trigo; luego, Director del Banco del Estado, y posteriormente Consejero de la CORFO. Sin embargo, un instante culminante de su carrera fue al ocupar el cargo de Ministro de Miner�a, en un momento particularmente dif�cil en ese �mbito productivo. Fue entonces cuando el Ministro Hales cumpli� con el papel hist�rico que acabo de rese�ar, al participar en la redacci�n de la nueva Ley del Cobre. En una Regi�n como la Tercera, que represento en esta Corporaci�n, donde la miner�a es una de las principales actividades productivas, resulta a�n m�s importante, desde mi punto de vista, destacar la labor de don Alejandro Hales. Su participaci�n en la tarea de modernizar e impulsar el desarrollo de la actividad extractiva en nuestro pa�s fue clave, afirmaci�n que materializ� mediante el apoyo a la creaci�n del Centro de Investigaciones Mineras y Metal�rgicas, del Departamento del Cobre, as� como en el logro de acuerdos tan relevantes como el de Lusaka, que pondr�a a Chile en un lugar destacado en el mercado internacional del metal, adem�s de su compromiso con el proceso de nacionalizaci�n ya se�alado. En el Gobierno de don Patricio Aylwin tendr�a nuevamente un desempe�o admirable en materia minera, al defender a la peque�a y mediana miner�a. Con ella aplic� una premisa que se repetir�a pr�cticamente durante toda su vida pol�tica. Dec�a: "Hay que llenar de peque�os esfuerzos la rutina de todos los d�as para lograr construir un Chile mejor". Su esp�ritu, en mi opini�n, se refleja muy cabalmente entre los peque�os y medianos mineros de nuestra patria. Aparte su rol de hombre p�blico, don Alejandro ejerci� otro que, en mi concepto, lo habr� de destacar definitivamente. Ante este aspecto de su vida, somos nosotros quienes debemos atesorar su ejemplo con el mismo ah�nco que �l demostrara. Hablo de su defensa de los valores democr�ticos y de los derechos humanos. Su intervenci�n fue gravitante durante los a�os m�s dif�ciles que le haya tocado enfrentar a nuestra naci�n en esta materia, lo que lo convirti� en un comprometido opositor a la dictadura militar. Durante mucho tiempo, �l represent� gran parte de los valores y fuerzas que lucharon contra los abusos en los que se incurri� durante ese r�gimen. La voz de don Alejandro se mantuvo fuerte, como la de muchos de los que hoy estamos en esta Sala, para denunciar los excesos en contra de los derechos humanos. Una lucha que, sin embargo, se inici� mucho antes de que se instaurara una dictadura en nuestro pa�s. Fue en la d�cada del cincuenta, cuando se desempe�aba en la Embajada de Bolivia, donde mucha gente de derecha del pa�s vecino era perseguida por el Gobierno, que su esp�ritu de dem�crata lo llev� a proteger a ese grupo asil�ndolo en la Embajada. A lo anterior se sumaron sus esfuerzos por sacar de las c�rceles y de centros de tortura a numerosas figuras bolivianas de aquel entonces. Su raz�n para ayudar a esas personas fue que eran perseguidas por pensar distinto. Razonamiento igualmente gravitante de don Alejandro en el caso de nuestro pa�s, cuando compatriotas mataban a otros chilenos s�lo por ese hecho. En 1986 se vincul� activamente con el movimiento de oposici�n al Gobierno militar. Fue uno de los creadores de la Alianza Nacional y coordinador de la "Campa�a por el No", en 1988. Una lucha democr�tica en la que demostr� igual compromiso que con el patrimonio de los chilenos, al oponerse decididamente al traspaso de empresas p�blicas al sector privado durante el R�gimen militar. Fueron su tes�n y su coraje los que llevaron a agentes de la dictadura a acallar su verdad. Por ello, incluso, se vio sometido a un cap�tulo de terror �como se record� en esta Sala- cuando secuestraron a una de sus hijas. Tal ofensa en contra de su familia no lo atemoriz�. Por el contrario, lo hizo continuar con nuevos br�os su lucha por el bienestar del pa�s y el restablecimiento de la democracia. Ese hecho, en vez de amilanar su convicci�n de lucha por la justicia, la libertad y el respeto de los derechos civiles y pol�ticos de los ciudadanos, la robusteci�. Un compromiso y una consecuencia que fueron reconocidos a fines de la d�cada de los ochenta, cuando muchos postularon a don Alejandro como precandidato presidencial en nuestro pa�s. En esa ocasi�n nuevamente demostr� que una figura p�blica verdadera es aquella que sabe asumir el bienestar de los dem�s como superior al propio. Decidi� entonces ceder su lugar como candidato presidencial de la Concertaci�n a don Patricio Aylwin Az�car, quien �como todos sabemos- se encargar�a de dirigir los primeros pasos de la democracia en Chile, luego de 17 a�os. Este homenaje rendido por todos reconoce, por lo tanto, la gran tarea desarrollada por don Alejandro Hales en distintos aspectos de la vida pol�tica nacional, lo que se condice con los aportes que realiz� desde sus cargos p�blicos en el Chile del siglo XX y con el pa�s que estamos construyendo hoy. Muchas gracias, don Alejandro, gracias a su viuda la se�ora Adela Dib, quien lo acompa�� y ayud� a dar al pa�s una de sus m�s se�eras figuras. Por lo tanto, en nombre del Partido Socialista y de nuestra bancada, deseo transmitirle a ella y a sus hijos nuestro agradecimiento por haber apoyado a este hombre para que diera gran parte de sus esfuerzos en la construcci�n de un Chile mejor, m�s justo y democr�tico. El marcado sentido de la libertad que pudo dejar a sus hijos, logr� transmitirlo tambi�n a nosotros, que recordaremos su ejemplo no s�lo desde la reflexi�n, sino desde la exigencia diaria que nos imponen la vida p�blica y el trabajo pol�tico. Un ejemplo de democracia y de humanismo que nos impulsa a esforzarnos a�n m�s. Alejandro Hales es un ejemplo de compromiso con la gente, con la vocaci�n de servicio a toda prueba y con la libertad, aun en momentos en que resulta duro y hasta peligroso defenderla. He dicho. --(Aplausos). El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Bombal. El se�or BOMBAL.- Se�or Presidente, distinguida familia de don Alejandro Hales, con profunda emoci�n y sentida gratitud adherimos al homenaje con que el Senado ha querido recordar esta tarde la brillante trayectoria p�blica de un hombre notable, de un ilustre servidor de la naci�n. La figura de don Alejandro Hales sobresale por sus cualidades excepcionales como hombre, como padre, como esposo; sobresale por esa gran simpat�a y caballerosidad con que siempre abord� la cosa p�blica, pero tambi�n por la forma con que invariablemente acogi� a todos quienes se le acercaban. Hombre de convicciones, no era de aquellos que buscan imponer sus ideas. Antes, prefer�a convencer, amistosa y armoniosamente, a quienes pensaban de un modo diferente al suyo. Destacado en cada responsabilidad que le fue confiada por las m�s altas magistraturas de la naci�n. Trabajador serio y responsable en las elevadas misiones que sucesivos Gobiernos confiaron a su singular talento. C�lido, gentil y generoso, supo estar en las peque�as y en las grandes batallas con el mismo temple de su inagotable juventud y con esa fuerza propia de un hombre que experiment� con pasi�n todo lo que aconteci� en su fecunda vida. Se ha destacado con justicia esta tarde su brillante trayectoria como dirigente pol�tico, como dirigente gremial, como Ministro de Estado y como Embajador de la Rep�blica. Justo y merecido homenaje a un hombre de excepci�n, a un realizador, a un infatigable creador. Doy testimonio en esta ocasi�n de su profunda y generosa amistad, con la que me distingui�. Cada vez que tuve oportunidad de compartir con �l determinados momentos en la cosa p�blica -algunos muy dolorosos para su persona-, me sent� profundamente acogido. Era muy dif�cil no recoger su consejo, aun cuando estuvi�semos en posiciones encontradas. Ten�a don Alejandro esa sabidur�a propia de los hombres buenos; en su caso, esa sabidur�a ancestral que lo hac�a mirar y sentir la vida con pasi�n, mas sin apasionamientos est�riles o infecundos. En don Alejandro Hales la sociedad chilena puede encontrar un modelo de padre, de esposo, de pol�tico y de servidor p�blico. Al adherir a este sentido homenaje, los Senadores de la UDI e Independientes -la Honorable se�ora Matthei- reconocemos en don Alejandro Hales Jamarne a un hombre de excepci�n, a un hombre ejemplar. Agradecemos todo el aporte que entreg� a Chile y, en particular, a su pueblo. Reconocemos su valor y su temple. Admiramos su obra, sin que las diferencias pol�ticas resten ni un �pice a los profundos sentimientos que nos despierta recordar su insigne memoria. Se�ora Adela, Patricio, Jaime y cada una de sus hijas, reciban esta tarde el testimonio de nuestro cari�o y admiraci�n hacia ese esposo y padre ejemplar, por ese amigo encantador a quien Chile distingue hoy y siempre distinguir� como un ciudadano al que la patria mucho le debe y deber� eternamente. He dicho. --(Aplausos). El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or P�rez. El se�or P�REZ.- Se�or Presidente, Honorables Senadores, se�ora Adela, Carmen y Cecilia, querido Patricio y, en la distancia, tambi�n Jaime: Recuerdo con singular memoria una conversaci�n sostenida hace 36 a�os con el entonces Presidente del CELAM y Obispo de Talca, Monse�or Manuel Larra�n Err�zuriz, en la cual, formando parte de un grupo de estudiantes de sexto a�o de humanidades de la �poca (actual cuarto medio), le pedimos que nos dijera en nuestro lenguaje el sentido m�s profundo de la vida cat�lica, c�mo los hombres en la tierra ten�amos que conquistar el reino de Dios y cu�l era la mejor forma de asimilar el mensaje del Evangelio. Don Manuel nos se�al� que, despu�s de muchos a�os de vida y de experiencia, hab�a resumido en una oraci�n �que rezaba tres o cuatro veces al d�a- lo que para �l constitu�a lo m�s simb�lico y profundo de la vida cristiana. Ella dec�a, en pocas palabras: "Se�or, haz que los malos sean buenos, y haz que los buenos sean simp�ticos". Evoco esa frase de don Manuel porque creo que pocas personas simbolizan y ejemplifican de mejor forma la sentencia del Obispo de Talca. Don Alejandro Hales tuvo una vida brillante y muy variada -as� se ha rese�ado en esta Sala-, con una gloriosa hoja de vida al servicio del pa�s, pues realiz� obras bastante dis�miles: en el trigo, el az�car y la miner�a. Pero todo lo hizo con pasi�n, con coraz�n, con entusiasmo, con bondad y con simpat�a. Sin duda, todos quienes en alg�n momento de la vida pudimos conocerlo nos sentimos tocados por su gigantesco coraz�n, su gran bondad, y su enorme simpat�a. Era un hombre que pensaba a Chile en grande. Recuerdo haber conversado con ciertos dirigentes de la entonces Falange Nacional -algunos presentes en esta Sala- acerca de lo que ocurr�a en nuestro pa�s en 1952, y previo a ese a�o, cuando los conservadores socialcristianos apoyaban a don Pedro Enrique Alfonso, y don Alejandro Hales era uno de los general�simos de la campa�a de Carlos Ib��ez del Campo. En ese momento, les dec�a a los l�deres de la Falange, a los l�deres conservadores: "Vengan para ac�; sum�monos. Se requiere una gran nueva fuerza de centro para gobernar a Chile". �l miraba con muchos a�os de anticipaci�n lo que iba a ser la l�nea conductora de la pol�tica chilena. Y se�alaba: "El Gobierno debe tener un cimiento de ideas, un cimiento doctrinario, que ustedes pueden aportar". Alejandro Hales fue un hombre independiente. Sin embargo, siempre tuvo una l�nea constructiva, la que durante toda su vida lo llev� a sostener causas nobles. Tambi�n recuerdo cuando �l fue Ministro de Miner�a durante el Gobierno del Presidente Aylwin, en un momento en que la empresa extranjera Candelaria, que pretend�a invertir 500 millones de d�lares en el pa�s, vio interrumpida su inversi�n, porque en el puerto de Caldera hab�a surgido un movimiento para frenar dicho proyecto, por razones ecol�gicas y de otra �ndole y no por motivos leg�timos o legales. En esa oportunidad, como miembro de la Comisi�n de Miner�a y como Senador por la Regi�n de Atacama, fui llamado a conversar con los ejecutivos de esa empresa, quienes hab�an venido especialmente a Chile para que se intercediera ante las autoridades comunales y regionales. Llam� a don Alejandro por tel�fono, y �l inmediatamente nos invit� a una reuni�n. Se comunic� con el Intendente, con el Alcalde y con los Concejales de la �poca. Don Alejandro no s�lo ten�a bondad, sino que tambi�n sab�a mandar. Y solucion� el problema en una hora. Antes de que esos ejecutivos americanos se fueran del pa�s, �l les dijo: "Miren, la pr�xima vez que tengan un problema no vengan a Chile. Ll�menme". A continuaci�n, sac� una tarjeta del Ministerio del Interior, en cuyo reverso anot� el tel�fono de su casa, y se las entreg� manifest�ndoles: "Por si no me encuentran en la oficina". Don Alejandro tiene en su hoja de vida -la cual ha sido rese�ada en esta Sala- una notoriedad tremenda. Le asist�an, adem�s, grandes preocupaciones. Recuerdo la �ltima vez que estuve con �l, hace menos de dos a�os, cuando ya estaba enfermo, pero con su cabeza perfecta. Lo acompa�aba una enfermera en el recorrido que en las tardes hac�a por la recta de Re�aca. Convers� m�s de una hora con �l. Mostr� preocupaci�n por la pol�tica. Cre�a -lo cual, obviamente, era propio de su car�cter- que en la pol�tica se estaba gestando mucha confrontaci�n. Y me dijo: "Tenemos que hacer una pol�tica m�s amable, porque, si no, seremos un pa�s m�s ingrato". Don Alejandro destaca por la obra que realiz� durante su vida, por los cargos que en forma tan brillante ejerci�, por la familia que form�. El a�o pasado a algunos Senadores nos toc� conocer parte de su familia en Am�n, Jordania, donde un primo suyo es Director de Protocolo -el Embajador Hales, quien tambi�n sirvi� en Chile-, y pudimos ver c�mo era querido m�s all� de las fronteras. En Am�rica Latina le dieron el premio como el descendiente �rabe m�s distinguido del Continente. Por su obra -por "los hechos te juzgar�n"-, creo que don Alejandro no s�lo pertenece a su familia, no s�lo a su partido, sino tambi�n a todos los chilenos. En este momento solemne, en esta hora de despedida, le decimos adi�s y pedimos que el Todopoderoso d� paz a �l y consuelo a los suyos. He dicho. --(Aplausos en la Sala y en tribunas). El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Deseo hacer una breve reflexi�n. En mi calidad de Presidente de la Corporaci�n y como amigo y compa�ero de ideas de Alejandro, no puedo dejar de adherir al homenaje que le han rendido algunos integrantes de esta C�mara. Dicho homenaje, por supuesto, quedar� inscrito en las p�ginas de la historia del Senado. Al mismo tiempo, quiero agradecer a su familia; a Adela, su mujer; a Jaime, que no se encuentra presente; a Patricio, a Carmen Andrea y a Cecilia, y tambi�n dar gracias a Dios por habernos permitido tener la presencia y vida de Alejandro entre nosotros. Indiscutiblemente, su trayectoria corresponde a la de un insigne ciudadano, cuyo recuerdo siempre quedar� junto a nosotros. Habi�ndose terminado el homenaje, se suspende la sesi�n. ______________ --Se suspendi� a las 18:47. --Se reanud� a las 18:56. ______________ El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Contin�a la sesi�n. Corresponde proseguir la hora de Incidentes. Los Comit�s UDI e Independientes, Renovaci�n Nacional, Socialista, Institucionales 2 y Mixto no har�n uso de sus tiempos. En el turno del Comit� Institucionales 1, tiene la palabra el Honorable se�or Vega. SOBERAN�A ANT�RTICA. OFICIOS El se�or VEGA.- Se�or Presidente, quiero expresar mi parecer sobre un asunto que ha estado en la noticia en el �ltimo tiempo: la Ant�rtida. Como sabemos, la Fuerza A�rea de Chile ha dado una opini�n bastante puntual en este aspecto, y creo que el pa�s tendr�a mucho que perder si no atendi�ramos a esos razonamientos. El desarrollo ant�rtico chileno ha sido �nico y vale la pena hacer una reflexi�n al respecto. Durante la presente sesi�n hice algunos alcances con relaci�n al mar presencial y varias otras observaciones acerca de los acuerdos internacionales que se trataron. Ahora deseo abundar m�s sobre la Ant�rtida. El tema ant�rtico es de muy larga generaci�n en lo geol�gico, pero relativamente breve en la historia de los seres humanos, y m�s a�n en la pol�tica internacional. Desde sus primeros descubrimientos y posterior exploraci�n y explotaci�n, en el siglo XVIII, ese territorio se convierte, en forma muy espont�nea, en un centro de convivencia pac�fica y solidaria, donde se hace abstracci�n de pertenencia o jurisdicci�n, por necesidades estrictamente ambientales, ya que es un lugar bastante inh�spito. Durante el siglo reci�n pasado los pa�ses m�s desarrollados fueron tomando conciencia del valor que �l tiene en t�rminos econ�micos, cient�ficos y estrat�gicos. Eso llev� tambi�n a las naciones ribere�as a buscar soberan�a en esa lejana zona austral del mundo, en funci�n de derechos de orden jur�dico, hist�rico y geogr�fico. El inter�s de la comunidad internacional por la Ant�rtida y el reconocimiento de soberan�a planteado por algunos pa�ses se congelan en virtud del Tratado Ant�rtico, suscrito en 1959 por doce pa�ses -entre ellos Chile-, mediante el cual se crea un modelo nuevo de administraci�n multinacional del �ltimo territorio disponible en el planeta que no ha sido conquistado por el hombre. Estamos inmersos, como parte activa, en esa reserva natural ecol�gica consagrada a la paz y a la ciencia, donde se encuentra el mayor volumen de agua dulce del mundo. Su Santidad el Papa Juan Pablo II, durante su visita a Punta Arenas, en abril de 1987, expres�: "Desde este cono sur del continente americano, y frente a los ilimitados espacios de la Ant�rtica, lanzo un llamado a todos los responsables de nuestro planeta para proteger y conservar la naturaleza creada por Dios". Desde 1904 a 1942, s�lo Argentina, Chile, el Reino Unido, Noruega, Australia, Francia y Nueva Zelanda han proclamado su soberan�a en distintos sectores del Continente Helado. Estados Unidos y Rusia no reconocen las pretensiones de esas siete naciones. Ya en 1924 el Secretario de Estado norteamericano Evans Herghe, manifestaba: "La ant�rtica no es habitable por el hombre, por lo que no es un territorio conquistable, pertenece a la humanidad". Por esa raz�n, ellos se reservan el derecho de una eventual reclamaci�n cuando lo estimen conveniente. Esta condici�n ha sido uno de los grandes fundamentos del tratado y de la situaci�n actual en esa regi�n del mundo. A este respecto, nuestro pa�s ha demostrado con creces el principio de la ocupaci�n efectiva, considerado el m�s significativo y leg�timo, por cuanto implica la presencia y voluntad de permanecer en el territorio blanco. El primer y mejor fundamento de Chile para su pretensi�n territorial ant�rtica est� dado por los t�tulos heredados de Espa�a, desde donde los conquistadores trajeron autorizaciones oficiales para extender la jurisdicci�n del imperio hispano. En efecto, los derechos ant�rticos de Espa�a recayeron en los sucesivos Gobernadores de Chile. El segundo fundamento se encuentra en el art�culo 4� del Tratado Ant�rtico, que si bien congel� las pretensiones de soberan�a y las respectivas disputas al respecto, no prohibi� la reclamaci�n en s�. De ah� que a Chile, al no existir otra mejor f�rmula para solucionar su pretensi�n ant�rtica, le conviene continuar en el tratado, como lo ha hecho hasta hoy. Por ning�n motivo debe retirarse de �l, y menos a�n disminuir sus presentes actividades en las bases instaladas en el Continente Helado, lo cual implica permanentes programas de investigaci�n y de desarrollo, eficientes y racionales, como los que ha estado realizando la FACH hasta la fecha. Un tercer fundamento lo constituye el perfeccionamiento por Chile de los t�tulos heredados de Espa�a, por cuanto adem�s del derecho de prioridad posee el t�tulo de la vecindad, procediendo -de acuerdo con el Derecho Internacional-, a ejercer un real dominio mediante la ocupaci�n efectiva y la voluntad de permanencia, con el desarrollo de actividades ant�rticas y la dictaci�n de medidas administrativas y legislativas de sucesivos Gobiernos desde la Colonia. Uno de los hitos m�s importantes fue la promulgaci�n del decreto N� 1.747, de 6 de noviembre de 1940, que fij� los l�mites del territorio ant�rtico, luego de lo cual se cre� una infraestructura con la presencia de las Fuerzas Armadas y cient�ficos de nuestro pa�s. Sin embargo, es oportuno recordar que con ocasi�n del Segundo A�o Polar, en 1931, se crea la Organizaci�n Meteorol�gica Mundial, en el marco de la cooperaci�n cient�fica internacional, y se asigna a Chile la responsabilidad meteorol�gica en esa vasta zona austral del mundo. Sin renunciar a su leg�timo derecho soberano, nuestro pa�s debe acomodarse al entorno pol�tico-jur�dico imperante, creando condiciones sustentadas en sus ventajas comparativas para lograr una jurisdicci�n real que beneficie los intereses pol�ticos, econ�micos, cient�ficos, estrat�gicos y ecol�gicos del futuro. Ello implica una permanente presencia y poblamiento en la Ant�rtida, junto con una infraestructura adecuada en el eje Punta Arenas-Base Presidente Frei-Polo Sur. A lo anterior se agrega la notable experiencia de operaci�n y oferta de servicios de exploraci�n, investigaci�n cient�fica y acad�mica, turismo y prevenci�n de da�o ecol�gico que tiene Chile en su condici�n de "potencia ant�rtica" en la zona, situaci�n que le garantiza ejercer un dominio en el continente blanco, lo que trae consigo una dependencia obligada de las dem�s naciones, por ser el operador m�s calificado en esas latitudes. Existen all�, bajo nuestro control, intereses de gran relevancia para el futuro de la humanidad, como la explotaci�n de recursos minerales, asignaci�n de santuarios ecol�gicos, zonas tur�sticas o lugares hist�ricos; habilitaci�n de nuevos asentamientos humanos (Chile es precursor, con Villa Las Estrellas); intereses en el mar chileno ant�rtico; la determinaci�n de la Zona Econ�mica Exclusiva y el aprovechamiento del hielo marino, adem�s de numerosos y bien fundamentados programas de exploraci�n e investigaci�n cient�fica de la Fuerza A�rea; el Instituto Ant�rtico, y el mundo acad�mico nacional e internacional. En un futuro cercano gran parte de las rutas aeron�uticas circular�n por el Polo Sur. Nuestro pa�s debe mantener el control asignado por la OACI (Organizaci�n de Aviaci�n Civil Internacional) proporcionando los servicios de meteorolog�a, informaci�n y rescate que requerir�n las aerov�as internas del Continente Helado, incluyendo la �nica pista de aterrizaje de tierra en la isla Rey Jorge, donde existen once bases ant�rticas de diversos pa�ses que requieren de la infraestructura que Chile ha desarrollado con mucho esfuerzo en el lugar. Nuestro pa�s, en consecuencia, debe mantener y optimizar su pol�tica ant�rtica, potenci�ndola como una tarea nacional, con el adecuado recurso econ�mico asociado para posesionar y mantenerse como "potencia ant�rtica" en su sector, con presencia efectiva que se materializa a trav�s de este notable desarrollo logrado por las instituciones de la Defensa y el Instituto Ant�rtico Chileno, desarrollo que, lamentablemente, se ver� debilitado por falta de un adecuado presupuesto. Esto implica asegurar recursos econ�micos a los �nicos cuatro operadores ant�rticos, priorizando su accionar en la realizaci�n de actividades de desarrollo, de perfeccionamiento y de investigaci�n cient�fica. Me parece que es tarea de todos los chilenos preservar la integridad territorial. Nuestros derechos soberanos en la Ant�rtica, basados en leg�timos antecedentes hist�ricos, geogr�ficos y pol�ticos, dif�cilmente ser�n reconocidos por la comunidad internacional si nuestro propio pa�s no genera una pol�tica de Estado pragm�tica, que defina como objetivo nacional el desarrollo y perfeccionamiento de nuestra presencia en ese complejo territorio, que se constituir� en el gran patrimonio de nuestras futuras generaciones. Solicito oficiar en mi nombre a la se�ora Ministra de Relaciones Exteriores y a los se�ores Ministros de Defensa Nacional y al de Hacienda, con el objeto de que en el Presupuesto de la Naci�n, que pr�ximamente se analizar� en el Congreso, se considere en su totalidad la provisi�n de gastos que estos �nicos operadores ant�rticos �Ej�rcito, Armada, Fuerza A�rea e Instituto Ant�rtico Chileno- solicitan para sus respectivos programas de desarrollo correspondientes a 2002. He dicho. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el se�or Cantero. El se�or CANTERO.- Se�or Presidente, en mi calidad de Comit� Renovaci�n Nacional, adhiero a la petici�n formulada por el Honorable se�or Vega, sugiriendo que su intervenci�n sea remitida igualmente al Instituto Ant�rtico. --Se anuncia el env�o de los oficios solicitados, en nombre del se�or Senador, en conformidad al Reglamento, con la adhesi�n y la sugerencia del Comit� Renovaci�n Nacional. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Por haber cumplido su objetivo, se levanta la sesi�n. --Se levant� a las 19:7. Osvaldo Palominos Tolosa, Jefe de la Redacci�n subrogante