REP�BLICA DE CHILE DIARIO DE SESIONES DEL SENADO PUBLICACI�N OFICIAL LEGISLATURA 344�, ORDINARIA Sesi�n 16�, en martes 31 de julio de 2001 Ordinaria (De 16:22 a 19:34) PRESIDENCIA DE LOS SE�ORES ANDR�S ZALD�VAR, PRESIDENTE, Y MARIO R�OS, VICEPRESIDENTE SECRETARIOS, LOS SE�ORES CARLOS HOFFMANN CONTRERAS, TITULAR, Y SERGIO SEP�LVEDA GUMUCIO, SUBROGANTE ____________________ � N D I C E Versi�n Taquigr�fica I. ASISTENCIA II. APERTURA DE LA SESI�N III. TRAMITACI�N DE ACTAS IV. CUENTA Acuerdos de Comit�s V. ORDEN DEL D�A: Proyecto de acuerdo, en segundo tr�mite, que aprueba el Tratado de Libre Comercio entre Chile y Centroam�rica y el Protocolo Bilateral con Costa Rica (2467-10) (se aprueba en general y particular) Proyecto de ley, en segundo tr�mite, que modifica la Ley de Alcoholes, Bebidas Alcoh�licas y Vinagres, y deroga el Libro Segundo de la ley N� 17.105 (1192-11) (se aprueba en general) VI. INCIDENTES: Peticiones de oficios (se anuncia su env�o) Recolecci�n de basura e instalaci�n de rellenos sanitarios en Regi�n Metropolitana (observaciones del se�or Novoa) Subsanaci�n de errores formales en inscripci�n de candidatos a parlamentarios (observaci�n del se�or Viera-Gallo) Desalojo de familias huilliches en sector de Hualaihu�, provincia de Palena. Oficios (observaciones del se�or Stange) Extensi�n de �rea de operaciones a regi�n contigua para explotaci�n de recursos hidrobiol�gicos bent�nicos en Ais�n. Oficios (observaciones del se�or Horvath) Problemas de plazo en entrega de bonificaci�n para inversiones en zonas extremas. Oficios (observaciones del se�or Horvath) VERSI�N TAQUIGR�FICA I. ASISTENCIA Asistieron los se�ores: --Aburto Ochoa, Marcos --Bitar Chacra, Sergio --Boeninger Kausel, Edgardo --Bombal Otaegui, Carlos --Cantero Ojeda, Carlos --Cordero Rusque, Fernando --Chadwick Pi�era, Andr�s --D�ez Urz�a, Sergio --Fern�ndez Fern�ndez, Sergio --Foxley Rioseco, Alejandro --Frei Ruiz-Tagle, Carmen --Frei Ruiz-Tagle, Eduardo --Gazmuri Mujica, Jaime --Hamilton Depassier, Juan --Horvath Kiss, Antonio --Lagos Cosgrove, Julio --Larra�n Fern�ndez, Hern�n --Lavandero Illanes, Jorge --Mart�nez Busch, Jorge --Matta Aragay, Manuel Antonio --Matthei Fornet, Evelyn --Moreno Rojas, Rafael --Mu�oz Barra, Roberto --Novoa V�squez, Jovino --N��ez Mu�oz, Ricardo --Ominami Pascual, Carlos --P�ez Verdugo, Sergio --Parra Mu�oz, Augusto --P�rez Walker, Ignacio --Pizarro Soto, Jorge --Prat Alemparte, Francisco --R�os Santander, Mario --Romero Pizarro, Sergio --Ruiz De Giorgio, Jos� --Ruiz-Esquide Jara, Mariano --Sabag Castillo, Hosa�n --Silva Cimma, Enrique --Stange Oelckers, Rodolfo --Urenda Zegers, Beltr�n --Vald�s Subercaseaux, Gabriel --Vega Hidalgo, Ram�n --Viera-Gallo Quesney, Jos� Antonio --Zald�var Larra�n, Adolfo --Zald�var Larra�n, Andr�s Concurrieron, adem�s, los se�ores Ministros del Interior, de Relaciones Exteriores, Secretario General de Gobierno, de Justicia y de Salud. Actu� de Secretario el se�or Carlos Hoffmann Contreras, y de Prosecretario, el se�or Sergio Sep�lveda Gumucio. II. APERTURA DE LA SESI�N --Se abri� la sesi�n a las 16:22, en presencia de 21 se�ores Senadores. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En el nombre de Dios, se abre la sesi�n. III. TRAMITACI�N DE ACTAS El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Las actas de las sesiones 14�, ordinaria, y 15�, ordinaria, en su parte secreta, en 17 y 18 de julio del presente a�o, respectivamente, se encuentran en Secretar�a a disposici�n de los se�ores Senadores, hasta la sesi�n pr�xima, para su aprobaci�n. IV. CUENTA El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se va a dar cuenta de los asuntos que han llegado a Secretar�a. El se�or SEP�LVEDA (Prosecretario).- Las siguientes son las comunicaciones recibidas: Mensajes Tres de Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica, con los que retira la urgencia y la hace presente, nuevamente, en el car�cter de "suma", respecto de los proyectos de ley que se indican a continuaci�n: 1) El que modifica el decreto ley N� 824, de 1974, sobre Impuesto a la Renta (bolet�n N� 2.751-05); 2) El que flexibiliza las inversiones de los fondos mutuos y compa��as de seguros, crea la Administradora General de Fondos, facilita la internacionalizaci�n de la banca, y perfecciona leyes de sociedades an�nimas y de fondos de inversi�n (bolet�n N� 2.722-05), y 3) El que introduce adecuaciones de �ndole tributaria al mercado de capitales y flexibiliza el mecanismo de ahorro voluntario (bolet�n N� 2.720-05). --Quedan retiradas las urgencias, se tienen presentes las nuevas calificaciones y se manda agregar los documentos a sus antecedentes. Oficios De Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica, con el que, para los efectos del cumplimiento de lo establecido en el art�culo 25 de la Carta Fundamental, comunica su ausencia del territorio nacional entre los d�as 27 y 31 de julio del presente a�o, ambos inclusive, con la finalidad de asistir, en representaci�n del Gobierno de Chile, a la ceremonia de transmisi�n del mando presidencial en Per� y en visita oficial a ese pa�s. Asimismo, indica que durante su ausencia ser� subrogado, con el t�tulo de Vicepresidente de la Rep�blica, por el Ministro del Interior, se�or Jos� Miguel Insulza Salinas. --Se toma conocimiento. Seis de la Honorable C�mara de Diputados: Con el primero, comunica que ha dado su aprobaci�n al informe de la Comisi�n Mixta constituida para resolver las divergencias suscitadas durante la tramitaci�n del proyecto de ley que establece normas para facilitar la creaci�n de microempresas familiares (bolet�n N� 1.241-03). --Se mand� comunicar el proyecto a Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica. Con el segundo, comunica que ha dado su aprobaci�n a las enmiendas propuestas por el Senado al proyecto que modifica el decreto con fuerza de ley N� 458, de 1975, Ley General de Urbanismo y Construcciones, con el objeto de establecer la obligaci�n de revisar el proyecto de c�lculo estructural (bolet�n N� 2.470-14). --Se toma conocimiento y se manda archivar el documento junto a sus antecedentes. Con los tres siguientes, comunica que ha dado su aprobaci�n a los siguientes proyectos de acuerdo: 1) El que aprueba el Acuerdo entre las Rep�blicas de Chile y de Nicaragua para la Promoci�n y Protecci�n Rec�proca de las Inversiones, y su Protocolo, suscritos en Santiago el 11 de noviembre de 1996 (bolet�n N� 2.681-10). 2) El que aprueba el Acuerdo entre las Rep�blicas de Chile y de Honduras para la Promoci�n y Protecci�n Rec�proca de las Inversiones, y su Protocolo, suscritos en Santiago el 11 de noviembre de 1996 (bolet�n N� 2.682-10), y 3) El que aprueba el Acuerdo entre las Rep�blicas de Chile y de Guatemala para la Promoci�n y Protecci�n Rec�proca de las Inversiones, y su Protocolo, suscritos en Santiago el 8 de noviembre de 1996 (bolet�n N� 2.683-10). --Pasan a la Comisi�n de Relaciones Exteriores. Con el sexto, comunica que ha dado su aprobaci�n al proyecto de ley que renueva la vigencia de la facultad para la condonaci�n de deudas municipales conferida en la ley N� 19.704, con urgencia calificada de "suma" (bolet�n N� 2.729-06). --Pasa a la Comisi�n de Hacienda. Dos del Excelent�simo Tribunal Constitucional: Con el primero, comunica que con fecha 17 de julio en curso ha elegido como Presidente al se�or Juan Colombo Campbell, por un per�odo de dos a�os, de acuerdo a lo dispuesto en el art�culo 5� de la ley N� 17.997, Org�nica Constitucional del Tribunal Constitucional. --Se toma conocimiento. Con el segundo, solicita los antecedentes que indica, relativos al proyecto de ley que autoriza a las municipalidades para otorgar prestaciones de bienestar a sus funcionarios (bolet�n N� 2.566-06). --Se mand� contestar. Del se�or Ministro del Interior, con el que da respuesta a un oficio enviado en nombre del Senador se�or Cantero, referido a la forma en que se aplican las normas sobre velocidades m�ximas en las calles y carreteras. De la se�ora Ministra de Relaciones Exteriores, con el que contesta un oficio enviado en nombre del Senador se�or Moreno, relativo a los elementos sobre los cuales se han sustentado las negociaciones agr�colas en el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos de Am�rica. Dos del se�or Ministro de Econom�a, Miner�a y Energ�a: Con el primero, responde un oficio enviado en nombre de la Corporaci�n, en cuanto al reclamo efectuado por la delegaci�n de Parlamentarios chilenos en la Octava Reuni�n de la Comisi�n Interparlamentaria Chileno-Argentina, con motivo del alza unilateral de aranceles decretada por el pa�s vecino. Con el segundo, contesta un oficio enviado en nombre del Senador se�or Horvath, relacionado con los beneficios que otorgan las normas del decreto ley N� 889, de 1975, para la contrataci�n de mano de obra en la Und�cima Regi�n. De la se�ora Ministra de Educaci�n, con el que da respuesta a un oficio enviado en nombre del Senador se�or Cantero, acerca del documento "Proposici�n de una Pol�tica Nacional; Sistema Nacional de Informaci�n Territorial". Del se�or Ministro de Justicia, con el que contesta un oficio enviado en nombre del Senador se�or Cordero, respecto de las medidas consideradas para solucionar la problem�tica que generar�a el incremento de dotaci�n de Gendarmer�a de Chile en el Servicio de Salud de DIPRECA. Dos del se�or Ministro de Obras P�blicas: Con el primero, remite un detalle de los oficios dirigidos en los meses de marzo, abril y mayo del presente a�o a los se�ores Parlamentarios, atinentes a consultas formuladas sobre materias de competencia de la Secretar�a de Estado a su cargo. Con el segundo, responde dos oficios enviados en nombre del Senador se�or Larra�n, sobre la construcci�n de un molo para la comuna de Pelluhue y los trabajos que se ejecutan en la caleta de Curanipe, Provincia de Cauquenes, S�ptima Regi�n. Dos de la se�ora Ministra de Salud: Con el primero, responde un oficio enviado en nombre del Senador se�or Horvath, relativo a las prestaciones de imagenolog�a durante los d�as feriados y festivos en los hospitales de Coyhaique. Con el segundo, da respuesta a un oficio enviado en nombre del Senador se�or Andr�s Zald�var, tocante a la posibilidad de denominar Alejandro Noemi Huerta al Hospital de Copiap�. Del se�or Ministro de Vivienda y Urbanismo y de Bienes Nacionales, con el que contesta un oficio enviado en nombre del Senador se�or Horvath, en relaci�n con las normas contenidas en el decreto supremo N� 20, de 2001, del Ministerio Secretar�a General de la Presidencia, en lo referido a �reas verdes y de inter�s silvoagropecuario. Tres del se�or Ministro de Agricultura: Con los dos primeros, responde sendos oficios enviados en nombre del Senador se�or Moreno, concernientes a la situaci�n de la agricultura y al problema que afecta a las familias que habitan el predio denominado Pasaje Hijuela 1 Santa Teresa y C., en la comuna de Chimbarongo. Con el tercero, da respuesta a un oficio enviado en nombre del Senador se�or Stange, sobre antecedentes relativos a productos l�cteos importados, sus vol�menes y precios. Del se�or Contralor General de la Rep�blica, con el que responde un oficio enviado en nombre del Senador se�or Horvath, en cuanto al nuevo relleno sanitario de Coyhaique. Del se�or Comandante en Jefe de la Armada (S), con el que contesta un oficio enviado en nombre del Senador se�or Horvath, relativo al accidente sufrido por el buque tanque "Jos� Fuchs" el 25 de mayo del presente a�o, en el canal Moraleda, Und�cima Regi�n. Del se�or Director del Servicio Electoral, con el que remite un ejemplar actualizado del documento "Cronograma Electoral". Del se�or Director del Instituto Geogr�fico Militar, con el que da respuesta a un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Cantero, referido al documento "Proposici�n de una Pol�tica Nacional; Sistema Nacional de Informaci�n Territorial". Dos del se�or Intendente de la Sexta Regi�n, con los que responde sendos oficios enviados en nombre del Honorable se�or Moreno, relativos a la construcci�n de protecciones fluviales en el sector La Vinilla, en San Vicente de Tagua Tagua, y de una pasarela en el sector La Chipana de Huemul, entre las comunas de Chimbarongo y Teno. Del se�or Director de Vialidad de la Sexta Regi�n, con el que contesta un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Moreno, tocante a la construcci�n de una pasarela en el sector La Chipana de Huemul, entre las comunas de Chimbarongo y Teno. Del se�or Director del Servicio de Vivienda y Urbanismo de la Sexta Regi�n, con el que da respuesta a un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Moreno, en cuanto al deterioro que han experimentado los vecinos de la Poblaci�n Recreo 2-A, de la ciudad de Rancagua, como consecuencia del actual estado del terminal de la L�nea Colectivos Urmeneta 2. Del se�or Director del Servicio de Vivienda y Urbanismo de la Und�cima Regi�n, con el que responde un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Horvath, acerca de la posibilidad de privilegiar la contrataci�n de mano de obra local en la pr�xima construcci�n de viviendas para diversos comit�s habitacionales de la comuna de Cochrane. --Quedan a disposici�n de los se�ores Senadores. De la se�ora Ministra de Relaciones Exteriores, con el que adjunta antecedentes complementarios a los ya remitidos en el oficio con el que dio respuesta a otro enviado en nombre de la Honorable se�ora Frei, respecto a determinadas materias relacionadas con el denominado "caso Berr�os". Del se�or Ministro de Defensa Nacional, con el que contesta un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Horvath, relacionado con la salvaguardia de las �reas destinadas a la ampliaci�n y desarrollo del puerto de Yendegaia, Duod�cima Regi�n. Del se�or Jefe del Estado Mayor General de la Armada, con el que responde un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Cantero, referente al documento "Proposici�n de una Pol�tica Nacional; Sistema Nacional de Informaci�n Territorial". --Quedan a disposici�n de los se�ores Senadores en la Secretar�a de la Corporaci�n. Comunicaciones De los Honorables se�ores Boeninger, Foxley, P�ez, Pizarro y Sabag, con la que se�alan que, de conformidad con lo dispuesto en el inciso sexto del art�culo 36 del Reglamento del Senado, han solicitado que el proyecto, en segundo tr�mite constitucional, que modifica el decreto ley N� 824, de 1974, sobre Impuesto a la Renta, sea discutido en Comisi�n en general y particular. --Se toma conocimiento. Del se�or Presidente de la Comisi�n de Educaci�n, Cultura, Ciencia y Tecnolog�a, con la que solicita que se recabe el acuerdo de la Sala a fin de autorizar a dicha Comisi�n para discutir en general y particular el proyecto de ley, en segundo tr�mite constitucional, que autoriza erigir un monumento en memoria de los payadores de Chile, en la comuna de Casablanca (bolet�n N� 2.690-04). --Se accede a lo solicitado. Informes De la Comisi�n de Gobierno, Descentralizaci�n y Regionalizaci�n, reca�do en el proyecto de ley, en segundo tr�mite constitucional, que establece como feriado local en la comuna de Arica el d�a 7 de junio de cada a�o (bolet�n N� 2.685-06). Tres de la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento, reca�dos en los siguientes asuntos: 1) Proyecto de ley, en segundo tr�mite constitucional, sobre firma electr�nica y los servicios de certificaci�n de dicha firma, con urgencia calificada de "simple" (bolet�n N� 2.571-19); 2) Proyecto de ley, en primer tr�mite constitucional e iniciado en moci�n del Honorable se�or R�os, que moderniza la normativa reguladora de los arrendamientos de predios urbanos (bolet�n N� 2.625-07), y 3) Proyecto de ley, en primer tr�mite constitucional, que modifica el art�culo 58 de la ley N� 18.575, para compatibilizar la actividad docente y profesional de los funcionarios p�blicos (bolet�n N� 2.719-07). Siete de la Comisi�n de Derechos Humanos, Nacionalidad y Ciudadan�a: Los dos primeros corresponden a nuevos informes reca�dos en los proyectos de ley, en segundo tr�mite constitucional, que conceden la nacionalidad chilena, por especial gracia, al religioso Francisco Javier Braun Hecht y al sacerdote Manuel Bahl Sack (boletines N�s. 1.855-17 y 1.995-17, respectivamente). Los dos siguientes recaen en los proyectos de ley, en primer tr�mite constitucional, que conceden nacionalidad chilena, por especial gracia, al sacerdote norteamericano Ricardo Sammon O`Brien, iniciado en moci�n de los Honorables se�ores Sabag y Viera-Gallo, y a la religiosa Karoline Mayer Hofbeck, iniciado en moci�n del Honorable se�or Zald�var, don Andr�s (boletines N�s. 2.561-07 y 2.711-07, respectivamente). Los tres �ltimos recaen en las solicitudes de rehabilitaci�n de ciudadan�a de las se�oras Magdalena Dariela Hidalgo Ni�o, Roxana del Carmen Gallardo Concha y Mar�a Carolina Rudolph Villarroel (boletines N�s. S 537-04, S 548-04 y S 558-04, respectivamente). --Quedan para tabla. Solicitudes De los se�ores Miguel Segundo Avila Ponce, Richard Manuel Pereira Mu�oz y Ra�l Alberto Bustos Palma, con las que piden la rehabilitaci�n de sus respectivas ciudadan�as (boletines N�s. S 568-04, S 569-04 y S 570-04). --Pasan a la Comisi�n de Derechos Humanos, Nacionalidad y Ciudadan�a. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Terminada la Cuenta. A continuaci�n, el se�or Secretario dar� a conocer lo acordado por los Comit�s. ACUERDOS DE COMIT�S El se�or HOFFMANN (Secretario).- Los Comit�s, en sesi�n de hoy, resolvieron por unanimidad lo siguiente: 1.- Tratar en el primer lugar del Orden del D�a de la sesi�n de ma�ana el proyecto de acuerdo que aprueba el Tratado de Libre Comercio entre Chile y Centroam�rica y el Protocolo Chile-Costa Rica, signado con el n�mero 1 en la tabla de hoy. 2.- Discutir en el segundo lugar del Orden del D�a de dicha sesi�n la iniciativa sobre condonaci�n de deudas municipales, facultando a la Comisi�n de Hacienda para emitir un informe verbal. 3.- Analizar en el tercer lugar del Orden del D�a de la misma el proyecto de ley sobre firma electr�nica. 4.- Colocar en la tabla de F�cil Despacho de la sesi�n ordinaria de ma�ana las rehabilitaciones de ciudadan�a y las concesiones de nacionalidad chilena, por gracia, que se encuentren informadas. 5.- Citar a sesi�n especial para el d�a 14 de agosto, de 11:00 a 13:30. ______________ El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- El Presidente de la Comisi�n de Hacienda ha pedido a la Mesa que recabe el asentimiento de Sus Se�or�as para que dicha Comisi�n pueda sesionar simult�neamente con la Sala, a partir de las 17:30, con el objeto de abocarse al despacho de una serie de proyectos pendientes, sin perjuicio de llamar a votar a sus integrantes si fuere necesario. �Habr�a acuerdo para ello? Acordado. Tiene la palabra la Honorable se�ora Frei. La se�ora FREI (do�a Carmen).- Se�or Presidente, en los escritorios de los se�ores Senadores est� la Circular N� 3149, que se refiere a las indicaciones relativas al proyecto de ley del Servicio Nacional del Adulto Mayor. Ella dice que se recibir�n hasta el lunes 23 de agosto pr�ximo, en circunstancias de que el plazo era hasta el 23 de julio. Aclaro lo anterior debido a que algunos se�ores Senadores me consultaron al respecto. A�n m�s, dicho plazo fue postergado dos veces. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Efectivamente, Su Se�or�a, el plazo expir� en la fecha indicada. Y se emiti� una circular donde se corrigi� la informaci�n equivocada sobre este punto. La se�ora FREI (do�a Carmen).- Gracias, se�or Presidente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Romero, que desea referirse a los acuerdos de Comit�s. El se�or ROMERO.- Se�or Presidente, la Comisi�n de Relaciones Exteriores, tal como se hab�a acordado anteriormente, celebr� una sesi�n especial tendiente a analizar el Tratado de Libre Comercio entre Chile y Centroam�rica y, particularmente, el Protocolo Bilateral entre Chile y Costa Rica. En verdad, dicha reuni�n tuvo por objeto conocer absolutamente a fondo y en detalle la justificaci�n econ�mica del acuerdo con Costa Rica; la caracterizaci�n de los aspectos m�s relevantes en la agricultura de Chile y de ese pa�s; el an�lisis relacionado con el intercambio comercial entre ambas naciones; la descripci�n del acuerdo comercial; los efectos de �ste para los dos pa�ses, y en especial, las consecuencias que el Tratado de Libre Comercio tendr� en la agricultura pormenorizada por Regiones, desde la Sexta a la D�cima. En virtud de lo anterior, solicito a la Mesa, si lo tiene a bien, que coloque esa iniciativa en el primer lugar del Orden del D�a de la presente sesi�n, porque, en definitiva, una parte de la misma ya fue aprobada en la sesi�n anterior y s�lo quedaba la relativa al Protocolo. Si la Sala lo estima prudente, el Senador que habla podr�a dar una informaci�n verbal, aunque ya se ha iniciado la recolecci�n de firmas relacionadas con el mencionado informe, el cual es favorable y contiene todos los antecedentes y detalles vinculados a la materia. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Si no hay inconveniente, podr�amos tratar de inmediato dicho proyecto, con informe verbal del Presidente de la Comisi�n de Relaciones Exteriores. Acordado. IV. ORDEN DEL D�A TRATADO DE LIBRE COMERCIO ENTRE CHILE Y CENTROAM�RICA Y PROTOCOLO CHILE-COSTA RICA El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Conforme a lo acordado, corresponde continuar la discusi�n del proyecto de acuerdo de la C�mara de Diputados que aprueba el Tratado de Libre Comercio entre Chile y Centroam�rica, adoptado entre los Gobiernos de la Rep�blica de Chile y de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, y su Protocolo Bilateral, adoptado entre Chile y Costa Rica, ambos suscritos en Ciudad de Guatemala el 18 de octubre de 1999. --Los antecedentes sobre el proyecto (2467-10) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de acuerdo: En segundo tr�mite, sesi�n 27�, en 13 de marzo de 2001. Informes de Comisi�n: Relaciones Exteriores, sesi�n 14�, en 17 de julio de 2001. Hacienda, sesi�n 14�, en 17 de julio de 2001. Relaciones Exteriores (complementario), sesi�n 16�, en 31 de julio de 2001. Discusi�n: Sesi�n 15�, en 18 de julio de 2001 (se aprueba el Tratado y el proyecto vuelve a Comisi�n para adoptar resoluci�n sobre el Protocolo). El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Como acabo de se�alar, corresponde continuar la discusi�n del proyecto de acuerdo. Tiene la palabra el Honorable se�or Romero, Presidente de la Comisi�n de Relaciones Exteriores. El se�or ROMERO.- Se�or Presidente, b�sicamente, escuchamos de la se�ora Ministra de Relaciones Exteriores y del se�or Director Econ�mico de la Canciller�a, as� como tambi�n del Embajador de Chile en Costa Rica, quien en esos d�as se encontraba en Santiago, un completo informe acerca de la justificaci�n econ�mica y de los aspectos agr�colas relacionados con el intercambio entre ambos pa�ses. Se trata de una informaci�n bastante completa. Y podr�a resumir en dos los aspectos esenciales analizados en la sesi�n celebrada hoy en la tarde por el �rgano t�cnico que presido. El primero de ellos es la extraordinaria importancia y trascendencia que el Senado y su Comisi�n de Relaciones Exteriores asignan a los aspectos agropecuarios que derivan de antecedentes vinculados a un tratado de libre comercio, particularmente cuando se conocen algunos puntos de la negociaci�n que estamos sosteniendo con Estados Unidos y, en especial, con la Uni�n Europea. Los antecedentes acerca de la situaci�n en que quedar�a la actividad econ�mica de la agricultura, la ganader�a y la silvicultura con estos tratados han despertado justificada preocupaci�n tanto en la Sala del Senado cuanto en su Comisi�n de Relaciones Exteriores. Sobre el particular, la primera conclusi�n que podr�amos extraer dice relaci�n a la relevancia que ha de darse a ese tipo de materias en las pr�ximas negociaciones de los Tratados de Libre Comercio con Estados Unidos y con Europa, entre otras regiones. En segundo lugar, nos llamaron la atenci�n aspectos derivados de productos agropecuarios que podr�an ser considerados en futuras negociaciones por la Comisi�n de Libre Comercio, �rgano administrador del Tratado. Porque, seg�n bien sabemos, existe la posibilidad de que se vayan analizando situaciones puntuales, como las de los fr�joles negros (o red kidney), las cebollas o los ajos. Nos parece muy importante abrir esa perspectiva, pues la poblaci�n de los pa�ses centroamericanos, particularmente los incluidos dentro de este Tratado, y la de Cuba y Venezuela muestra una composici�n muy particular en su dieta alimenticia, que incluye, entre otros productos, porotos negros o red kidney, cebollas y ajos, todos exportables por Chile, que tradicionalmente ha encontrado en aquellas naciones un mercado receptor muy importante. Sobre el particular, se�or Presidente, resultar�a muy largo hacer consideraciones m�s de fondo y pormenorizadas. Sin embargo, las explicaciones, el debate y los antecedentes proporcionados me permiten afirmar que la Comisi�n, a la que concurrieron en forma especial el ex Presidente de la Comisi�n de Agricultura Senador se�or Larra�n, as� como otros colegas, entre ellos el Honorable se�or Sabag, puede dar fe del inter�s que todos manifestamos para revisar la materia en examen. El se�or MORENO.- �Me concede una interrupci�n, se�or Senador, para formular una pregunta? El se�or ROMERO.- Por supuesto, con la venia de la Mesa. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Moreno. El se�or MORENO.- Quiero consultar al se�or Presidente de la Comisi�n de Relaciones Exteriores si nos est� declarando que todos los rubros agr�colas que Chile puede exportar a los respectivos pa�ses de Centroam�rica est�n resguardados por el Tratado. Me interesa saber si Su Se�or�a asume o no esa responsabilidad. El se�or ROMERO.- Es muy dif�cil que la asuma, porque Su Se�or�a sabe que, en este tipo de asuntos, la Constituci�n Pol�tica de la Rep�blica entrega la negociaci�n y la responsabilidad al Poder Ejecutivo. En consecuencia, mal podr�a un Senador otorgar garant�a alguna a ese respecto. Nosotros, simplemente, estamos exponiendo las observaciones que nos parecen relevantes, en particular porque en el caso de Chile y Costa Rica la balanza comercial es ampliamente favorable a nuestro pa�s, en proporci�n de cuarenta a uno. Ahora, cuando pongo �nfasis en el rubro agropecuario, es por la tremenda trascendencia que atribuimos al asunto con miras a los tratados m�s fundamentales que nuestro pa�s tendr� que afrontar con Estados Unidos, pa�ses de Europa y otras naciones. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Si hubiera acuerdo de la Sala... El se�or LARRA�N.- Pido la palabra. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- La tiene, Su Se�or�a. El se�or LARRA�N.- Se�or Presidente, las explicaciones que dio la Canciller�a a prop�sito de las inquietudes que present� en torno al sector agr�cola y a la evaluaci�n del impacto que podr�a haber sobre �l han sido satisfactorias, a juzgar por los antecedentes que conocimos. Asist� a las reuniones de la Comisi�n de Relaciones Exteriores, como lo afirm� reci�n su Presidente, con el prop�sito de interiorizarme acerca de los aspectos del Tratado que pudieren tener efectos negativos para la actividad agr�cola chilena. Por los antecedentes recibidos, no los habr�a; m�s bien, los efectos son positivos. Desde ese punto de vista, concurrir� con mi voto favorable. Sin embargo, se�or Presidente, para evitar lo ocurrido en la sesi�n anterior, me parece importante procurar que, cuando se analicen convenios de esta naturaleza, el proyecto de acuerdo venga desde el principio acompa�ado de un informe sobre el impacto del respectivo instrumento internacional en las distintas �reas susceptibles de ser afectadas. La agricultura, por ejemplo, se halla bastante estructurada a lo largo de todo Chile. Por tanto, es probable que siempre sea necesario un esclarecimiento al momento de celebrar acuerdos de libre comercio que incidan en ese sector, que, por una u otra raz�n, es vulnerable (en el mundo, la actividad agr�cola est� protegida). Porque, al entrar en acuerdos de esta naturaleza, podemos toparnos con sorpresas en aspectos que tal vez no provoquen impacto nacional, pero s� efectos muy fuertes a nivel regional o local. Y eso podr�a pasar inadvertido si antes de la firma no se conociera el estudio de impacto pertinente. �sta ha sido una buena experiencia. Y ojal� en lo futuro se proceda en tal sentido antes de discutir y votar en la Sala los proyectos de acuerdo correspondientes. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Su observaci�n es absolutamente v�lida, se�or Senador. Tiene la palabra el Honorable se�or Bitar. El se�or BITAR.- Se�or Presidente, al anunciar mi voto favorable, debo destacar dos cosas. En primer t�rmino, desde el punto de vista econ�mico, me hace mucho peso la circunstancia de que, de lo poco que vende Chile a Costa Rica, la mayor parte est� constituida por productos agroindustriales y productos procesados: cerca de 90 por ciento de nuestras exportaciones a ese pa�s. Lo anterior ratifica que, desde el �ngulo de la econom�a nacional, la importancia de Am�rica Latina en los acuerdos a que arribemos tiene incidencia sobre las exportaciones industriales, de preferencia. En el propio MERCOSUR, 35 por ciento de nuestras exportaciones son tambi�n industriales. Y el punto merece ser destacado en el Senado, para valorar la relevancia econ�mica de estos acuerdos latinoamericanos, que, aun cuando no muy trascendentes en t�rminos cuantitativos, s� son significativos en la proporci�n de productos industriales, que resulta fundamental. En segundo lugar, no puedo dejar de mencionar, en forma breve, la importancia pol�tica que est�n adquiriendo estos acuerdos internacionales con las naciones de Am�rica Latina. La integraci�n latinoamericana -que en un momento pareci� dormir-, a pesar de los problemas que es posible observar en el �mbito de MERCOSUR con Argentina y Brasil, adquiere m�s realce que nunca frente a la globalizaci�n y a la necesidad de adoptar posiciones conjuntas para negociaciones, sea en la Organizaci�n Mundial de Comercio o en el ALCA. Por consiguiente, la estrategia chilena de arribar al m�ximo de acuerdos en Am�rica Latina, aunque sea uno a uno �como lo hicimos con Venezuela, Per�, Colombia, Bolivia, M�xico y el MERCOSUR-, va tejiendo una red de convenios que permite avanzar hacia una mayor cohesi�n latinoamericana en las negociaciones internacionales y en la ampliaci�n del espacio econ�mico com�n, y tambi�n, hacia el liderazgo de Chile en la regi�n en materia de voluntad pol�tica de apurar la integraci�n en esta etapa de globalizaci�n de la econom�a mundial. Quer�a hacer resaltar ese rasgo pol�tico, porque no cabe duda de que estos tratados internacionales significan mucho m�s que un mercado. Am�rica Latina y su potencial son bastante m�s que un mercado o que un acuerdo comercial: constituyen una voluntad de negociaci�n internacional m�s unida. Por ende, hay que destacar igualmente la voluntad pol�tica que aparece detr�s de la suscripci�n de tales instrumentos. He dicho. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Ofrezco la palabra. Ofrezco la palabra. Cerrado el debate. Si le pareciera a la Sala, dar�amos por aprobado el Protocolo Bilateral adoptado entre las Rep�blicas de Chile y Costa Rica. --Se aprueba. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Debo dejar constancia de que hemos despachado la totalidad del proyecto de acuerdo propuesto por el Ejecutivo, pues en la sesi�n anterior aprobamos el Tratado Marco de Libre Comercio entre Chile y Centroam�rica y ahora hicimos lo propio respecto del Protocolo con Costa Rica. MODIFICACION DE LEY DE ALCOHOLES Y DEROGACI�N DE LIBRO SEGUNDO DE LEY N� 17.105 El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Corresponde ocuparse en el proyecto de la C�mara de Diputados que modifica la Ley de Alcoholes, Bebidas Alcoh�licas y Vinagres, y deroga el Libro Segundo de la Ley N� 17.105, con informe de las Comisiones de Salud, de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento, y de Hacienda. --Los antecedentes sobre el proyecto (1192-11) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de ley: En segundo tr�mite, sesi�n 27�, en 21 de enero de 1997. Informes de Comisi�n: Salud, sesi�n 12�, en 10 de julio de 2001. Constituci�n, sesi�n 12�, en 10 de julio de 2001. El se�or HOFFMANN (Secretario).- Los principales objetivos de la iniciativa consisten en, primero, adecuar al ordenamiento jur�dico vigente los procedimientos aplicables a la ebriedad y a los delitos de conducir en estado de ebriedad y bajo la influencia del alcohol, as� como el r�gimen de sanciones a las diversas infracciones previstas en la ley, particularmente elevando las multas y expres�ndolas en unidades tributarias mensuales; y segundo, actualizar la nomenclatura de clasificaci�n de los establecimientos de expendio de bebidas alcoh�licas y fijar sus patentes en unidades tributarias mensuales. La Comisi�n de Salud rese�a en su informe los antecedentes tenidos en consideraci�n durante el estudio de la iniciativa y resume la discusi�n habida en su seno. Se�ala en seguida que el proyecto fue aprobado en general por la unanimidad de sus miembros presentes, Honorables se�ores Bombal, R�os y Silva. En cuanto a la discusi�n particular, consigna que todas las modificaciones introducidas al texto despachado por la C�mara de Diputados fueron acordadas por la unanimidad de los miembros presentes de la Comisi�n. Por su parte, la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento aprob� en general el proyecto por la unanimidad de sus miembros, Honorables se�ores Aburto, Chadwick, D�ez, Hamilton y Silva. En seguida, introdujo una serie de enmiendas al texto que aprob� la Comisi�n de Salud, las cuales tambi�n se acordaron por unanimidad, con excepci�n de los incisos tercero y cuarto del art�culo 120, que fueron aprobados por tres votos a favor (Honorables se�ores Chadwick, D�ez y Silva) y dos en contra (Honorables se�ores Aburto y Hamilton) y del inciso cuarto del art�culo 130, que se aprob� con los votos a favor de los Senadores se�ores D�ez y Silva y las abstenciones de los Honorables se�ores Aburto y Hamilton. Finalmente, la Comisi�n de Hacienda aprob� sin enmiendas los preceptos de su competencia y, por unanimidad de los miembros presentes (Honorables se�ores Foxley, Novoa, Prat y Sabag), propone a la Sala acoger el proyecto en los mismos t�rminos en que lo despach� la de Constituci�n. Cabe se�alar, por �ltimo, que los n�meros 22), 25), 34), 35) y 42) del art�culo 1� tienen car�cter org�nico constitucional, por lo cual su aprobaci�n requiere la conformidad de cuatro s�ptimos de los Senadores en ejercicio, es decir, 27 votos. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En discusi�n general el proyecto. Tiene la palabra el Honorable se�or D�ez. El se�or D�EZ.- Se�or Presidente, la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n y Justicia, por la unanimidad de sus integrantes -seg�n se�ala en su informe, emitido en octubre de 2000-, recomienda a la Sala aprobar en general este proyecto de ley, que ha sido objeto de una larga tramitaci�n. Como Presidente de dicho organismo, quiero dejar constancia de la especial dedicaci�n que dio a esta iniciativa el Senador se�or Silva, tanto en la Comisi�n de Salud como en la de Constituci�n. La normativa en debate aborda temas de sumo inter�s, tales como: a) Perfeccionamiento de la tipificaci�n de los delitos de conducci�n en estado de ebriedad y de conducci�n bajo la influencia del alcohol, as� como del procedimiento aplicable (�ste seguramente ser� modificado en el segundo informe, porque, al estudiar las leyes adecuatorias al C�digo de Procedimiento Penal, la Comisi�n podr� remitirse a los procedimientos reducidos que contempla la ley procesal penal). b) Coordinaci�n entre las pruebas respiratorias que practica Carabineros y las alcoholemias, de forma tal que estas �ltimas s�lo se lleven a cabo si las primeras demuestran que el conductor se encuentra afectado por un posible estado de ebriedad. c) Revisi�n de diversos delitos e infracciones previstos en la ley, a la luz de consideraciones de la nueva t�cnica penal y de la pol�tica criminal. d) Clasificaci�n de los establecimientos de bebidas alcoh�licas m�s ajustada a la realidad y determinaci�n de los valores de sus patentes, hoy actualizados en unidades tributarias. e) Otorgamiento a las municipalidades de la facultad, entre otras, de fijar zonas de su territorio donde podr�n instalarse establecimientos de expendio de bebidas alcoh�licas destinadas a su consumo fuera del respectivo local. En caso de emergencia, se faculta tambi�n al Presidente de la Rep�blica para intervenir en la restricci�n del expendio de bebidas alcoh�licas. Es necesario hacer presente al Senado que, desde octubre del a�o reci�n pasado hasta la fecha, la Comisi�n de Constituci�n ha avanzado en el estudio de normas legales adecuatorias a la reforma procesal penal que inciden en este proyecto de ley. A solicitud del se�or Fiscal Nacional -compartida por el Ministerio de Justicia y la Defensor�a Penal P�blica-, fundada en la necesidad de resolver con urgencia numerosas dificultades que ya se han suscitado en la aplicaci�n de la ley de alcoholes en la Cuarta y Novena Regiones, en esa iniciativa adoptamos decisiones al menos sobre dos puntos que dejamos pendientes cuando estudiamos el proyecto de ley que hoy d�a la Sala discute en general. Uno de ellos -el m�s importante- es la desincriminaci�n de la ebriedad simple, a cambio de reforzar las medidas de protecci�n que el Estado debe adoptar en beneficio del propio interesado, su familia y la sociedad. Esto significa que, si una persona es sorprendida bebiendo en la v�a p�blica o en estado de ebriedad simple, primero se la lleva a la comisar�a respectiva hasta que se le pasen los efectos del alcohol, para luego comunicar a sus padres la situaci�n en que se encuentra. Por consiguiente, en este caso no hay procedimiento penal; no se recarga la labor de los fiscales y de los jueces; se disminuye el gasto fiscal en forma considerable en una instituci�n que no hab�a probado tener ninguna influencia pr�ctica. Y si la persona es sorprendida tres veces en el a�o bebiendo en la v�a p�blica o en estado de ebriedad simple, sufrir� medidas cautelares especiales, como rehabilitaci�n, internaci�n en organismos especializados, etc�tera. Pero el beber en la v�a p�blica o el estado de ebriedad simple no constituyen crimen. El otro punto se refiere a la determinaci�n precisa del procedimiento aplicable a la infracci�n de la ley de alcoholes. Con esas salvedades, los dem�s aspectos tratados en la iniciativa que se analiza representan una actualizaci�n importante de una ley de antigua data, que la Comisi�n de Salud decidi� perfeccionar en lugar de elaborar una nueva legislaci�n. Las disposiciones fueron cuidadosamente estudiadas por la Comisi�n de Constituci�n, sobre la base del aporte de una veintena de organismos relacionados con la materia, todo lo cual se agrega al trabajo eficiente y profundo efectuado en su oportunidad por la Comisi�n de Salud y a la intervenci�n posterior de la Comisi�n de Hacienda. Por �ltimo, la unanimidad de la Comisi�n que presido propone a la Sala aprobar en general el proyecto y fijar un plazo razonable para presentar indicaciones, dada la importancia de la materia de que se trata. He dicho. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Bombal. El se�or BOMBAL.- Se�or Presidente, al informar el proyecto en nombre de la Comisi�n de Salud, quiero recordar que la idea original -su autora, la Diputada se�ora Cristi, se encuentra hoy en esta Sala- tuvo en cuenta que la legislaci�n vigente en materia de alcoholes y bebidas alcoh�licas (contenida en la ley N� 17.105, de 1969, que fij� el texto refundido) data de los a�os 1939 y 1954 (fue elaborada para normar la fabricaci�n, venta y consumo de alcohol y vinagres). Esta iniciativa de la Honorable se�ora Cristi y otros se�ores Diputados se encuentra en el Parlamento desde hace diez a�os. La C�mara Baja la aprob� en 1997 y en el Senado fue despachada favorablemente por las Comisiones de Salud, de Constituci�n y de Hacienda. En l�neas generales, introduce cambios integrales a la legislaci�n en materia de alcoholes, adecu�ndola a la realidad actual del pa�s, que, sin duda, es muy diferente de la que exist�a en los a�os 39 � 40. El proyecto aborda materias relativas a la prevenci�n, rehabilitaci�n, penalizaci�n y fiscalizaci�n, y tambi�n los tipos penales referentes a la conducci�n bajo los efectos del alcohol, como ya lo expres� el Honorable se�or D�ez. Se sabe que en la actualidad el consumo excesivo de alcohol es uno de los principales problemas -si no el mayor- de salud p�blica; que miles de chilenos mueren al a�o por causas asociadas al alcohol, y que su consumo ha tenido un fuerte incremento entre los adolescentes y j�venes en el �ltimo tiempo. Las informaciones de que se dispone permiten afirmar que Chile es el pa�s donde los adolescentes son los principales consumidores de alcohol, seguido por Estados Unidos, Costa Rica y Brasil. Sin duda, la ingesta de alcohol -por lo dem�s, ya lo ratific� la directora del Consejo Nacional de Control de Estupefacientes (CONACE)- es la puerta de entrada a otro tipo de drogas y es un factor que contribuye en forma considerable a la violencia callejera, a los accidentes e incidentes. Baste recordar que la semana pasada hubo que lamentar la muerte de un joven, como consecuencia de acontecimientos relacionados con la influencia del alcohol. Todos los expertos han insistido en que legislar en forma aislada en materia de alcohol resulta inconducente, ya sea respecto de la conducci�n bajo la influencia del alcohol, los horarios de expendio o la venta de alcohol en "sachets", etc�tera. Estos cambios no resuelven un problema arraigado en nuestra cultura nacional. Se necesita una enmienda integral -como la propuesta por la moci�n presentada hace diez a�os por la Honorable se�ora Cristi, entre otros se�ores Diputados-, que d� se�ales coherentes y que promueva modificaci�n de h�bitos en la ciudadan�a, y no se limite s�lo a restringir o a penalizar el consumo de alcohol. Con esos criterios, la Comisi�n de Salud analiz� el proyecto. Y, ciertamente, tuvo en cuenta datos que son muy relevantes. Aproximadamente 8 mil personas mueren al a�o por causas relacionadas directamente con el alcohol; 2 millones de personas beben en exceso, de las cuales 500 mil son alcoh�licas; 400 mil ni�os, entre 9 y 15 a�os, consumen alcohol a diario, y 200 mil j�venes, seg�n estimaciones nacionales, son alcoh�licos; la cirrosis hep�tica es la cuarta causa de muerte en la poblaci�n general del pa�s; 135 mil d�as-cama al a�o son ocupadas por personas cuyas afecciones son consecuencia del alcohol; 50 por ciento de las camas de los hospitales psiqui�tricos son ocupadas por personas que padecen afecciones mentales producto de la ingesta excesiva de alcohol. Entre otros datos que la Comisi�n tuvo presente, cabe se�alar, por ejemplo, que m�s del 50 por ciento de los actos criminales son cometidos por personas en estado de ebriedad; que 60 por ciento de los homicidios se comete bajo los efectos del alcohol; que 40 por ciento de las personas que fallecen en accidentes de tr�nsito presentan alcoholemia positiva, de acuerdo con datos que proporcion� el Instituto M�dico Legal; que entre 15 y 20 por ciento de los accidentes del trabajo se producen bajo los efectos del alcohol, y que 70 por ciento del ausentismo laboral es atribuible a consumo de bebidas alcoh�licas. En fin, debo reiterar el hecho �que para la Comisi�n no fue menor- que Chile es el pa�s de Am�rica con m�s alto porcentaje de consumo de bebidas alcoh�licas entre los adolescentes. Tambi�n la Comisi�n, al momento de analizar la iniciativa, consider� el f�cil acceso al alcohol, por su precio y disponibilidad, y la ignorancia sobre sus efectos nocivos para la salud. �ste fue uno de los factores mas determinantes que motiv� la presentaci�n del proyecto que hoy debatimos. Cabe destacar, entre las innovaciones m�s relevantes de la iniciativa, las que establecen: 1) Prohibici�n del consumo de bebidas alcoh�licas en calles, plazas y dem�s lugares p�blicos o abiertos al p�blico, salvo en aquellos que cuenten con la autorizaci�n o patente respectiva; 2) Prohibici�n de la venta de alcohol a menores de 18 a�os en todo tipo de establecimientos de expendio, como asimismo la adquisici�n del producto por �stos; 3) Notificaci�n a sus padres o guardadores, como lo indica la ley, cuando un menor sea sorprendido por Carabineros consumiendo alcohol o en estado de ebriedad; 4) Penas alternativas o conjuntas a las multas para quienes hayan sido condenados por ebriedad, entre otras, la realizaci�n de trabajos para la comunidad y la asistencia obligatoria a programas de prevenci�n y rehabilitaci�n que impartan las municipalidades, los servicios de salud o las instituciones dedicadas a prevenir los efectos nocivos del alcohol; 5) Participaci�n obligatoria, de las personas condenadas por ebriedad m�s de dos veces en el �ltimo a�o, en un programa de tratamiento ambulatorio o de hospitalizaci�n. Esto, por las consideraciones respecto a la reforma procesal penal a que se refiri� el Senador que me antecedi�; 6) Medidas de protecci�n para la familia del enfermo alcoh�lico, como tratamientos obligatorios, retenci�n de parte de los emolumentos del afectado y su pago directo al c�nyuge y a los hijos, previo dictamen judicial; 7) Ense�anza obligatoria, desde la educaci�n b�sica, de programas educativos en cada uno de los a�os de estudio, orientados a la formaci�n de una vida saludable y al desarrollo de factores protectores contra el abuso del alcohol. Se contar� para ello con las orientaciones de los Ministerios de Educaci�n y de Salud; 8) Implementaci�n, por una comisi�n interministerial de educaci�n, salud y trabajo, de programas de prevenci�n en empresas, servicios p�blicos y municipalidades; 9) Obligaci�n de que los envases de bebidas alcoh�licas que se comercialicen en el pa�s contengan un mensaje que induzca a la moderaci�n en su consumo; 10) Castigo a la venta de alcohol en lugares de consumo a personas en manifiesto estado de ebriedad; 11) Obligaci�n, de quienes atienden locales que expenden alcohol para consumo, a exigir la c�dula de identidad a todo aquel que aparentemente tenga menos de 18 a�os; 12) Prohibici�n de la conducci�n de cualquier veh�culo o medio de transporte en estado de ebriedad o bajo la influencia del alcohol; 13) Aumento considerable de las multas aplicables por infracciones a la Ley de Alcoholes y a la conducci�n en estado de ebriedad. En la actualidad, las penas son irrisorias. Al final, dar� a conocer detalles comparativos; 14) Rebaja el grado de alcohol en la sangre para calificar la actuaci�n en estado de ebriedad (alcoholemia 0,8) y bajo la influencia del alcohol (alcoholemia 0,5); 15) Prohibici�n del expendio de bebidas alcoh�licas destinadas al consumo directo, que est�n envasadas en sobres o bolsas, llamadas com�nmente "sachets", que especialmente consumen los j�venes y adolescentes por sus muy bajos precios; 16) Vigilancia e inspecci�n de Carabineros de Chile, de los inspectores municipales o fiscales y del Departamento de Defensa de la Ley de Alcoholes de todos los locales que expendan, proporcionen, distribuyan o mantengan bebidas alcoh�licas; 17) Facultar a las municipalidades para otorgar patentes de expendio de bebidas alcoh�licas en la parte urbana y rural de las comunas, previo informe de Carabineros de Chile, que acredite las condiciones de seguridad del lugar y su accesibilidad para su control y fiscalizaci�n; 18) Disminuci�n del n�mero de patentes de uno por 400 habitantes a uno por 600 habitantes; 19) Facultar a los municipios para determinar en sus planos reguladores o a trav�s de ordenanzas municipales las zonas de su territorio en las que se podr�n instalar locales de expendio de bebidas alcoh�licas; 20) Prohibici�n de la existencia de locales de expendio de alcohol a menos de 100 metros de establecimientos de educaci�n y salud, garitas de locomoci�n y otros; 21) Prohibici�n de venta de bebidas alcoh�licas en "minimarkets" ubicados en estaciones de servicios; 22) Aumento sustancial del financiamiento de los programas de prevenci�n y rehabilitaci�n, destinando a ellos el producto de las multas. El 60 por ciento de las multas ser� entregado a los municipios para sus programas de prevenci�n y rehabilitaci�n, el 30 por ciento a los servicios de salud y el 10 por ciento a los abogados del Departamento de Defensa de la Ley de Alcoholes; 23) Aumento en forma considerable de las multas y sanciones al clandestinaje de 5 a 20 UTM y prisi�n; 24) Facultar al juez para que, a petici�n del alcalde o concejo municipal, clausure definitivamente un establecimiento cuando �ste constituya un peligro para la tranquilidad o la moral p�blicas, sin que sea necesario cumplir las transgresiones que actualmente se exigen para proceder a su clausura, y 25) Venta en subasta p�blica de las bebidas y elementos decomisados, destinando los recursos que se deduzcan de ella a los programas de prevenci�n y rehabilitaci�n establecidos en la ley. �sas son las materias contempladas en el proyecto. �ste �reitero- busca dar una soluci�n integral a un asunto sumamente complejo. Varios se�ores Senadores -lo anuncio desde ya- han adherido a la posibilidad de formular indicaciones, particularmente en cuanto a introducir algunos cambios a la Ley Org�nica Constitucional de Municipalidades, para los efectos de regular el r�gimen horario de los establecimientos, entre �stos los de diversi�n, que expenden bebidas alcoh�licas. He dicho. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or P�rez. El se�or P�REZ.- Se�or Presidente, esta tan loable moci�n de la Diputada se�ora Cristi, presentada en 1990 y patrocinada por el Gobierno del Presidente Aylwin en 1991, en alguna medida ser� letra muerta si no se rectifica algo relacionado con la cifra dada por el Presidente de la Comisi�n de Salud Senador se�or Bombal, relativa a que anualmente fallecen 8 mil personas a ra�z de accidentes causados por la ingesta de alcohol. Sin embargo, no dijo -y es muy importante tenerlo presente- a qu� horas se producen estos decesos. En verdad, el horario donde se concentra mayormente la ocurrencia de esos accidentes y muertes es entre las cuatro y seis de la ma�ana, sobre todo si este dato se considera proporcionalmente con quienes a esas horas se hallan activos, despiertos. En realidad, este problema carece de soluci�n si no se modifica la Ley Org�nica Constitucional de Municipalidades y no se uniforma el horario de cierre de los locales nocturnos. En "El Mercurio" de hoy aparece una carta del se�or Patricio Palacios del Villar donde, a ra�z del accidente ocurrido en Cachagua y de otros m�s -son miles-, llama la atenci�n a los Parlamentarios y autoridades en orden a rectificar la conducta actual de los j�venes. Dice: "Para quienes no viven de cerca esta problem�tica les explico que estas discotecas cierran sus actividades todos los d�as a las 5:00 de la madrugada (a lo menos) y por consiguiente la actividad se inicia a la 1:00 o 1:30 de la ma�ana. Antes de ello los adolescentes deben `hacer hora� para llegar a un horario en que el ambiente ya est� formado.". Agrega que ello significa que se levantan a las 3 � 4 de la tarde del d�a siguiente, que se afecta la salud, que no se hace deporte, que no hay vida familiar, etc�tera. El diario "La Tercera" del domingo reci�n pasado, en un art�culo m�s o menos del mismo tenor, se�ala los problemas que esas situaciones producen. En Inglaterra, donde hace 10 � 15 a�os se vivi� esta realidad, se impusieron horarios de cierres a los locales nocturnos de expendio de bebidas alcoh�licas: los d�as de semanas a las 2 de la ma�ana y los viernes y s�bado a las 3. En dicho pa�s, que era el con m�s vida nocturna, se cre� una crisis cultural y social gigantesca, pero quienes sal�an de noche se acostumbraron a comer, ir a discotecas, etc�tera, m�s temprano. En Chile un cambio de esta naturaleza implica modificar las actuales facultades "feudales" de los alcaldes, quienes, de acuerdo con su leal saber y entender, pueden fijar las horas de cierre o determinar los locales de expendio de bebidas alcoh�licas con alguna vigilancia de Carabineros de Chile. Me parece importante recoger este punto de vista -el proyecto no lo contempla-, aunque afecte las facultades alcaldicias. pues, conforme a lo que he le�do en la prensa de los �ltimos d�as, es lo que realmente la sociedad est� pidiendo. Por eso, junto con los Senadores se�ores Bitar, Bombal, D�ez y otros m�s, presentar� una indicaci�n en orden a uniformar en el pa�s los horarios de funcionamiento de los locales nocturnos, a fin de que resoluciones de la m�xima autoridad municipal no afecten una regla que se considera -como se se�al� denantes- de mucha importacia para lograr metas sociales y evitar accidentes. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Viera-Gallo. El se�or VIERA-GALLO.- Se�or Presidente, �ste es uno de los t�picos temas frente a los cuales es dif�cil mantener coherencia, porque todos los Senadores que intervienen y pronuncian encendidos discursos al respecto consumen alcohol y m�s de una vez, con alg�n grado de alcohol, hemos conducido veh�culos� El se�or PRAT.- Jam�s lo he hecho. El se�or VIERA-GALLO.- Tal vez Su Se�or�a no, pero muchos lo hemos hecho. Es muy dif�cil dictar normas estrictas y someterse a ellas. Por eso, considero que en este tema debe actuarse con mucha responsabilidad. Chile tiene una conducta muy ambivalente frente al alcohol. Por una parte, se se�alan, como lo han hecho el Senador se�or Bombal y la Diputada se�ora Cristi -quien es autora del proyecto-, los peligros que acarrea su consumo y, por otra, se exalta su producci�n. Nos esforzamos mucho por exportar vino y es nuestra carta de presentaci�n internacional. Todos deber�amos estar de acuerdo en que se se deber�a consumir alcohol en forma moderada, lo que, incluso, es bueno para la salud. As� se ha se�alado respecto del vino tinto chileno, que, por su car�cter antioxidante, se vende mucho. El proyecto en an�lisis pretende cambiar conductas, h�bitos. Es bastante dif�cil que ello se logre, porque todas las leyes caen en desuso en estas materias. Por ejemplo, si bien todos conocemos la proliferaci�n de clandestinos en las poblaciones -tenemos mucho contacto con la base-, hay una imposibilidad de aplicar la ley. �C�mo, con prudencia, deber�a el legislador preocuparse por el drama del alcoholismo en Chile a que se refiri� el Honorable se�or Bombal y, al mismo tiempo, tener en cuenta la cultura que lo sustenta? Eso es extremadamente complejo. A mi juicio �como dijo el Senador se�or D�ez-, en la Comisi�n de Constituci�n se introdujo un cambio en la forma de enfocar lo relativo a la falta por embriaguez en la v�a p�blica, estableci�ndose una norma mucho m�s adecuada y pr�ctica que la planteada por el proyecto. Por eso, cuando �ste vuelva a dicha Comisi�n para su an�lisis en particular, se deber�n adecuar los respectivos preceptos a ese criterio pr�ctico. Cabe tener presente que en la Cuarta y Novena Regiones, desde que se aplica la reforma procesal penal, se han presentado 9 mil denuncias ante los fiscales por embriaguez en la v�a p�blica. Y eso es absurdo, porque significar�a que toda la reforma procesal penal deber�a estar orientada a perseguir a quienes consumen alcohol en exceso. Y esto -como todos sabemos- ocurre muy frecuentemente los s�bados y domingos, y masivamente en los clubes deportivos de los barrios m�s populares. Por lo tanto, en esta materia, como dije, es absurdo aplicar un criterio penal. Por eso, la Comisi�n de Constituci�n adopt� un criterio m�s pr�ctico -por as� decirlo-, que, como explic� el Senador se�or D�ez, consiste en conducir a la Comisar�a a la persona que ha incurrido en esa falta, entregarla a su familia, llevarla -si fuere necesario- a un hospital o centro de salud, o, despu�s de cuatro horas, simplemente, dejarla en libertad, sin que pague multa alguna, porque a veces, si es de escasos recursos, ni siquiera puede pagarla. Y all� empieza el proceso penal, lo cual est� fuera de lugar. Por lo tanto, en ese aspecto, la Comisi�n debe revisar en particular el proyecto y adecuarlo en conformidad al criterio establecido en las normas de la reforma procesal penal. Respecto de otras disposiciones, la que aparece quiz�s como la m�s reveladora de nuestra ambig�edad frente a esta materia se halla en el inciso cuarto del art�culo 130, que no fue aprobado por unanimidad. Despu�s de se�alar lo que los establecimientos educacionales deben efectuar -como es l�gico- para educar al ni�o en una vida saludable y desarrollar factores que lo protejan contra el abuso del alcohol, en dicho inciso se indica: "No obstante lo dispuesto en el inciso anterior, la direcci�n del respectivo establecimiento, a solicitud del centro general de padres y apoderados o con la aprobaci�n de �ste, podr� autorizar que se proporcione y consuma bebidas alcoh�licas durante Fiestas Patrias o actividades de beneficencia que se realicen hasta por tres veces en cada a�o calendario", dentro del establecimiento educacional. Entonces, hay que decidir por una u otra norma: o se ense�a a los ni�os desde peque�os que no se debe consumir alcohol, o que se puede consumir desde determinada edad en forma razonable. Ahora, no estoy seguro de que la ley haya logrado ese equilibrio, porque la soluci�n al problema del alcoholismo radica m�s bien en la educaci�n al respecto, pues para formar un h�bito no vale tanto la represi�n. Junto con ello entra en juego el problema del horario a que se refer�a el Senador� El se�or BOMBAL.- �Me permite una interrupci�n, Su Se�or�a? El se�or VIERA-GALLO.- Con mucho gusto, con la venia de la Mesa. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Tiene la palabra, se�or Senador. El se�or BOMBAL.- Se�or Presidente, s�lo para hacer un alcance. En el proyecto original, la norma mencionada por el Honorable se�or Viera-Gallo prohib�a estrictamente que en los colegios, bajo cualquier pretexto, se vendiera alcohol. Y, precisamente, se�ores Parlamentarios del oficialismo introdujeron �sta argumentando razones de excepcionalidad. De manera que para los efectos de la autor�a no hay ninguna incoherencia. El se�or VIERA-GALLO.- No digo que sea incoherencia, sino que muestra justamente que habr�a que analizar c�mo, durante las Fiestas Patrias, los liceos podr�an tener una ramada donde se permitiera el consumo de alcohol. El problema surge cuando se ingiere alcohol en exceso y se producen borracheras. Por otra parte, se podr�an aplicar en Chile las normas que rigen en Inglaterra, o para ser m�s dr�sticos, las de Suecia, donde, por ejemplo, el monopolio de la venta de alcohol la tiene el Estado y para poder consumirlo los suecos deben salir del pa�s; si no, tienen que hacer una enorme fila para adquirirlo. Entonces, prefieren tomar un barco que navega por el mar B�ltico y se emborrachan s�bado y domingo, para luego volver a su pa�s. Sin embargo, ese tipo de normas es muy dif�cil de aplicar o implementar en Chile. �Qu� autoridad lo har�a? Frente al drama de los j�venes que conducen autom�viles bajo la influencia del alcohol, produciendo accidentes y muertes, �qu� habr�a que hacer? Eso no aparece muy claro. La se�ora Ministra de Salud reci�n me cont� que en Estados Unidos, al dar la licencia para conducir obligan a las personas a seguir un curso sobre los problemas que produce el alcohol en la conducci�n de autom�vil. En Chile eso no ocurre. Aunque podr�a constituir una cosa pr�ctica que se exigiera a las personas que, para obtener tal licencia, deben tomar un curso sobre la materia. En todo caso, pienso que el proyecto es una buena iniciativa, cuya tramitaci�n ha demorado demasiado. Y ahora, que ser� estudiada en particular, habr� que analizar con mucho detalle cada una de las disposiciones para hacerlas realmente eficaces en el combate contra el alcoholismo. No puede ser que en nuestro pa�s el consumo de alcohol comience en los ni�os -se puede decir-, seg�n las �ltimas encuestas, a los doce a�os o incluso antes, porque lo ven en sus hogares. De modo que su uso se transmite como una cultura natural: el padre borracho; tambi�n, a veces, la madre, y entonces, �por qu� no el ni�o? Y as� el vicio pasa de una generaci�n a otra. En consecuencia, �c�mo se enfrenta esta situaci�n en el proyecto? Me parece que para ello debemos encontrar una posici�n equilibrada, que no sea ni muy blanda ni muy represiva y que ponga el acento en la educaci�n sobre esta materia. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Cordero. El se�or CORDERO.- Se�or Presidente, el proyecto que nos ocupa aborda diversos aspectos relacionados con el consumo de bebidas alcoh�licas, las conductas il�citas derivadas de �ste y sus respectivas sanciones, fijando adem�s el procedimiento mediante el cual ellas se aplican. En la iniciativa se proponen tambi�n las normas destinadas a regir el expendio y distribuci�n de este tipo de bebidas, acentuando el inter�s en la prevenci�n de los problemas sociales que origina su consumo abusivo, en concordancia con los fundamentos que la han inspirado. Asimismo, el proyecto introduce interesantes disposiciones cuyo objeto es contribuir a la rehabilitaci�n de aquellos que sufren del alcoholismo y de otras alteraciones conductuales correspondientes a las etapas previas de esta enfermedad social. En nuestro pa�s, �sta afecta a un segmento cada vez m�s joven de la poblaci�n, con todos los costos y secuelas que ella representa, no s�lo en el aspecto econ�mico, el cual es significativo, sino tambi�n en lo relacionado con la vida familiar, la aptitud laboral, el rendimiento escolar, la delincuencia y un sinn�mero de aspectos de la vida social que, sin duda, se ven afectados por este flagelo. Estas novedosas disposiciones que permiten al juez decretar medidas de internaci�n parcial o de r�gimen total en su caso, con programas terap�uticos de rehabilitaci�n, no s�lo a petici�n del infractor sino tambi�n de su familia m�s cercana, abren una senda important�sima en el camino hacia la recuperaci�n, ya que no s�lo enfrentan estas materias con un criterio sancionador, sino que reconocen impl�citamente el problema de salud p�blica involucrado en �l. En este mismo orden de ideas, considero un estimado aporte a la prevenci�n del abuso en la ingesta de bebidas alcoh�licas por parte de nuestros j�venes y trabajadores, el texto propuesto en el art�culo 130 de la iniciativa que impone a los establecimientos educacionales la estimulaci�n de h�bitos de vida saludable y el desarrollo de factores protectores contra el abuso del alcohol. Por otra parte, entrega al Ministerio de Educaci�n la provisi�n de material did�ctico a los establecimientos educacionales de menores recursos, como tambi�n la capacitaci�n de docentes para el tratamiento de estos temas. Tal aspecto, m�s bien program�tico de dicha norma, se transforma en un efecto concreto al establecerse una limitaci�n expresa del expendio y consumo de bebidas alcoh�licas en los establecimientos educacionales. Asimismo, la creaci�n de una comisi�n interministerial encargada de implementar y fomentar programas de prevenci�n para ser impartidos en empresas, servicios p�blicos y municipalidades, pondr� al alcance de los trabajadores los mismos contenidos. Igualmente interesante resulta la incorporaci�n directa en la Ley de Alcoholes de normas relacionadas con la violencia intrafamiliar y derechos de alimentos, las que tienden a hacer m�s efectiva y expedita la obtenci�n de las medidas judiciales relativas a estas materias, cuando su necesidad se origina en situaciones relacionadas con el abuso del alcohol. Por estas consideraciones y el m�rito del propio proyecto, cabe se�alar que se trata de regulaciones de efecto muy positivo dentro de nuestra comunidad. Sin embargo, quiero hacer algunas reflexiones sobre aspectos de su normativa que me parecen perfectibles, en atenci�n a los fundamentos que indicar� a continuaci�n. 1.- Restricci�n horaria para el expendio de bebidas alcoh�licas. El art�culo 27 del proyecto aprobado por la C�mara de Diputados establece horarios limitados para la venta al p�blico de bebidas alcoh�licas, haciendo algunas distinciones en consideraci�n a la naturaleza y clasificaci�n de los establecimientos de expendio. En la reciente reforma sobre gesti�n municipal se introdujo la letra �) al art�culo 58 de la ley N� 18.695, Org�nica Constitucional de Municipalidades, que radic� en los alcaldes la facultad de fijar los horarios de funcionamiento de este tipo de establecimientos, con acuerdo del concejo municipal. Por esta raz�n, las Comisiones han estimado procedente excluir del presente proyecto normas sobre tal materia, seg�n se desprende de las respectivas actas. Sin embargo, si consideramos que la restricci�n horaria al expendio de bebidas alcoh�licas, junto con ser un efectivo aporte a la prevenci�n de la ingesta abusiva, constituye tambi�n una seria limitaci�n al ejercicio de una actividad l�cita, debemos hacernos cargo asimismo de nuestra obligaci�n como legisladores en orden a garantizar a ese importante sector empresarial y a sus trabajadores que no existir�n diferencias entre competidores de iguales caracter�sticas. Es sabido, por la voz de la experiencia y del sentido com�n, que las facultades entregadas a los municipios no se manifiestan en su ejercicio de manera uniforme y que incluso muchas veces son contradictorias. Adem�s, no se trata de una cuesti�n de administraci�n o de gesti�n, sino de un asunto de fondo que importa, como he se�alado, la limitaci�n de un derecho, lo cual debe ser aplicado con la mayor cautela, haciendo un esfuerzo adicional para prevenir arbitrariedades y el desigual tratamiento ante la ley, ya que se corre el riesgo de vulnerar, en definitiva, principios y derechos que son tanto o m�s importantes que el problema del abuso en el consumo de bebidas alcoh�licas o de la independencia de la administraci�n municipal. Ello no entra en conflicto con las facultades exclusivas del Presidente de la Rep�blica en lo que se refiere a crear servicios o empleos p�blicos y fijarles sus atribuciones, ya que siempre aquel que deba ejercerlas estar� supeditado al ordenamiento jur�dico. La aplicaci�n de este principio, naturalmente, no excluye a los alcaldes. No existe tampoco oposici�n entre los planteamientos que he expuesto y la exigencia de la ordenanza municipal, que el se�or Contralor General de la Rep�blica estima necesaria para garantizar la no discriminaci�n arbitraria, como lo se�ala en su dictamen N� 28.971, del 3 de agosto del 2000, a prop�sito de la reforma sobre gesti�n municipal. Al respecto, cabe hacer presente que la igual carga restrictiva aplicada a los expendedores de una misma comuna no hace desaparecer el diferente trato entre competidores de un mismo rubro, que se genera entre distintas comunas. En tal virtud, abogar� por el establecimiento de un marco legal objetivo, que represente una preferencia normativa obligatoria, con el fin de garantizar el imperio del principio de igualdad ante la ley respecto del sector afectado por estas normas que son, sin duda, necesarias, ya que existe una estrecha vinculaci�n entre el consumo abusivo de bebidas alcoh�licas y los �ndices de delincuencia. Lo anterior constituye otra de nuestras grandes preocupaciones nacionales, como se desprende un�nimemente de todas las encuestas conocidas. 2.- Desempe�o y conducci�n bajo la influencia del alcohol o en estado de ebriedad. En nuestra legislaci�n no existe una norma expresa que establezca los l�mites de tolerancia y que defina, a su vez, los estados de encontrarse bajo la influencia del alcohol y de ebriedad. En efecto, la �nica norma vigente sobre esta materia es el decreto supremo N� 33 del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, publicado en el Diario Oficial de 24 de abril de 1997, en el cual se fija, a prop�sito de la fiscalizaci�n de los transportistas, un l�mite de tolerancia de 0, 49 gramos por mil de alcohol en la sangre, rango dentro del cual no existe responsabilidad. Los l�mites aplicados por los tribunales de justicia de nuestro pa�s se ajustan a una interpretaci�n hecha por la Excelent�sima Corte Suprema, contenida en su circular N� 337 de 22 de mayo de 1978, teniendo como fundamento un estudio t�cnico del Servicio M�dico Legal emitido por oficio N� 648 de 5 de mayo de 1978. En tal sentido, este proyecto de ley fijar� por primera vez, mediante norma legal expresa, los l�mites de alcohol en la sangre que calificar�n los distintos estados sancionados por la ley como falta y como delito. Si consideramos que la ingesta de una porci�n de vino o cerveza representa una dosificaci�n de a lo menos 0,2 gramos por mil de alcohol en la sangre, tenemos como consecuencia que la ingesta de entre tres y cuatro porciones representa una dosificaci�n de alrededor de 0,8 gramos por mil de alcohol en la sangre. Si una persona ingiere esta cantidad y conduce o desempe�a alguna de las actividades a que se refiere el proyecto, comete un delito sancionado con pena aflictiva. Esto resulta preocupante, porque implica dejar expuesta a ser condenada por un delito a cualquier persona que en una reuni�n social ingiere entre tres y cuatro porciones de alcohol y luego conduce hasta su casa, lo que es, a todas luces, una exageraci�n. Los efectos de la ingesta del alcohol en el organismo, establecidos por la ciencia en distintas fases, invariablemente se corresponden con determinada dosificaci�n. Es as� como la fase subcl�nica corresponde a una dosificaci�n de hasta un gramo por mil, en que el sujeto se presenta normal. La fase cl�nica inicial corresponde a una dosificaci�n de entre uno y dos gramos por mil, y se caracteriza por inestabilidad emocional, inhibiciones disminuidas, respuesta lenta a los est�mulos y ligera incoordinaci�n muscular. La fase cl�nica de confusi�n corresponde a una dosificaci�n de entre dos y tres gramos por mil, y en ella se presentan perturbaci�n sensorial, disminuci�n de la sensibilidad dolorosa y alteraciones del lenguaje. La fase cl�nica de sopor corresponde a una dosificaci�n de entre tres y cuatro gramos por mil, y se presenta con d�bil respuesta a est�mulos e incoordinaci�n muscular grave. La fase comatosa corresponde a una dosificaci�n superior a cuatro gramos por mil, y se caracteriza por incoordinaci�n muscular completa, reflejos muy d�biles, estado anest�sico, y, por �ltimo, intoxicaci�n terminal, que corresponde a una dosificaci�n superior a cinco gramos por mil, con alta incidencia de muerte. Estos estudios proporcionan elementos de juicio que permiten determinar en qu� momento se puede considerar que una persona deja de estar capacitada para conducir, por encontrarse bajo la influencia del alcohol o en estado de ebriedad. Al respecto, cabe destacar que los �ndices propuestos en el proyecto no alcanzan a entrar en las fases cl�nicas de la ingesta de alcohol. Adem�s, analizando la legislaci�n comparada, podemos advertir que nuestro proyecto es bastante m�s exigente que la mayor�a de los pa�ses. Por ejemplo, en B�lgica existe tolerancia de 0,8 gramos por mil y se considera delito desde 1,5 gramos por mil. En Dinamarca existe inimputabilidad hasta 0,8 gramos por mil, sobre esta dosificaci�n se deja la sanci�n a la consideraci�n del juez, de acuerdo al m�rito del proceso, esto es, podr�a haber responsabilidad. En Grecia e Italia la punibilidad se encuentra totalmente entregada al juez, en conformidad al m�rito del proceso. En Luxemburgo existe tolerancia hasta 0,8 gramos por mil, y sobre esta cifra queda a la decisi�n del tribunal ponderar si hubo o no delito, de acuerdo al m�rito del proceso. En Portugal existe tolerancia hasta 0,8 gramos por mil y m�s all� de esta cifra queda a la decisi�n del tribunal ponderar si hubo o no delito, de acuerdo al m�rito del proceso. En Suecia el tope de tolerancia es de 0,5 gramos por mil, sobre esta cifra se sujeta a la decisi�n del juez, de acuerdo al m�rito del proceso. Cabe advertir que el nivel de tolerancia equivale a una dosificaci�n en que no existe sanci�n alguna, y sobre �ste se puede llegar a establecer la responsabilidad infraccional, y luego, la responsabilidad penal. Finalmente, quiero se�alar que aunque comparto plenamente la inspiraci�n de este proyecto, que estimo necesario y efectivo para cumplir los fines que se buscan, considero que no debe rebajarse la dosificaci�n de alcohol en la sangre para establecer las presunciones legales respecto de los estados de encontrarse bajo la influencia del alcohol, y de ebriedad. Si as� se hiciere, la inmensa mayor�a de las personas que mantienen una vida social normal, que consumen bebidas alcoh�licas en forma moderada, se ver�an expuestas a que su conducta sea considerada falta o delito, lo que, a todas luces, es una exageraci�n que en nada contribuye en la lucha contra el alcoholismo y sus nefastos efectos. Por tales razones, presentar� las indicaciones que correspondan para que esta parte del proyecto sea concordada con la interpretaci�n que la Excelent�sima Corte Suprema ha hecho en su circular N� 337, de 22 de mayo de 1978, ya que ella se sustenta en antecedentes cient�ficos proporcionados por los estudios del Servicio M�dico Legal acerca de los efectos de la ingesta de alcohol en el organismo, en sus distintas fases, ya que no existe fundamento plausible para estimar otra cosa. He dicho. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Prat. El se�or PRAT.- Se�or Presidente, el proyecto pretende, a mi juicio, tanto un ordenamiento como la actualizaci�n y modernizaci�n de la Ley de Alcoholes, que parec�a del todo necesario realizar, y s�lo deseo abordar el tema relativo a los horarios de expendio de bebidas alcoh�licas. Es cierto que a diario nuestra sociedad es conmocionada por hechos lamentables que provocan gran impacto emocional, pero creo que debemos ser muy cuidadosos al restringir la libertad y al soslayar responsabilidades por medio de la ley. Estimo que el proyecto ha llegado a una f�rmula transaccional entre mantener la plena libertad como un derecho esencial y entregar a los municipios la facultad de fijar los horarios. Considerar�a muy inconveniente que lo hici�ramos a trav�s de la ley, ya que por �ltimo, estando esto en manos de los municipios, puede ser evaluado en forma permanente por la comunidad. Es posible que los alcaldes, que cada cuatro a�os se reeligen o postulan a cargos, realicen campa�as en torno a este tema y as�, de alguna manera, hacer part�cipe a la gente de la decisi�n en cuanto a la importancia que le asigna y c�mo lo resuelve en su propia comunidad. Por el contrario, si introduj�semos aqu�, como se ha anunciado, una indicaci�n que rigidice esta situaci�n, incluy�ndola en la ley, en forma general, pienso que vamos a avanzar por un camino, a mi juicio, equivocado. En definitiva, los padres no pueden eludir la responsabilidad de formar a los hijos desde la primera edad, ni tampoco hacer entrega de tal responsabilidad a la ley. En mi opini�n, ser�a enga�arnos pretender que solucionaremos las cosas por la v�a de controlar mediante la ley los horarios de funcionamiento de las discotecas o de las botiller�as. S�lo quiero hacer esta observaci�n, porque existe la tendencia a creer que resolveremos las cosas por esta v�a; y la �nica soluci�n, verdadera y sustentable, es la que pasa por asumir las responsabilidades y educar a los menores, desde temprana edad, para conducirse por el camino de la prudencia. Otra forma aparece como un equ�voco de soluci�n y que, en realidad, no es la soluci�n verdadera. S�lo quiero hacer esa aprensi�n respecto de una indicaci�n que se anunci� que se iba a formular, la cual, en mi concepto, vendr�a a alterar una iniciativa que, en la forma como fue despachada por la Comisi�n de Salud, me parece bastante adecuada. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Ruiz-Esquide. El se�or RUIZ-ESQUIDE.- Se�or Presidente, a mi juicio, el asunto que discutimos es de por s� muy importante; y lo que ahora analizamos es la forma de resolver algunas cuestiones mayores que se presentan en la aplicaci�n de la actual ley. Pero, con franqueza, creo que el tema es much�simo m�s serio y m�s profundo. Primero, me parece que todos estamos contestes en que tiene que ser muy clara la diferenciaci�n entre el consumo de alcohol (que en s� no significa alcoholismo) y los estados intermedios. El consumo chileno no es de los mayores en el mundo. Los pa�ses europeos tienen un nivel de ingesta de alcohol much�simo m�s grande, aunque, probablemente, en algunos sectores presentan tasas de alcoholismo bastante menores que las nuestras. La cuesti�n, por tanto, radica en c�mo atacamos el alcoholismo que se produce en nuestro pa�s y c�mo resolvemos el problema. Esta materia ha sido estudiada desde hace mucho tiempo. Y nadie hoy d�a duda que tiene relaci�n directa con el tema de la salud mental, porque el alcoholismo se considera una enfermedad. Podemos discutir mucho tiempo acerca de si cerramos o no cerramos las botiller�as o si el asunto lo resolvemos en la ley -lo que ahora pretendemos hacer-, lo cual de alguna manera significa mejorar lo que tenemos. Pero el tema de fondo es otro: por qu� se cae en el alcoholismo, por qu� en la droga, por qu� en el fumar, todo lo cual tiene una relaci�n directa de comienzo a fin, a pesar de que algunas personas sostienen -y �sta es la opini�n no despreciable de algunos psiquiatras- que a lo mejor ser�a bueno desincentivar la atroz campa�a contra el alcoholismo, si acaso ello pudiera significar tambi�n desacelerar el progresivo consumo de la droga. La mayor�a, sin embargo -hay que reconocerlo- entiende que hay una relaci�n directa en el circuito de fumar, beber alcohol en exceso y la droga. Pero el tema central es que antes existe un problema de adicci�n mental que, en el fondo, se encuentra directamente relacionado con el estado de depresi�n o angustia interior. Discutir esto aqu� en el Senado pareciera ser un poco excesivo, porque ahora analizamos la modificaci�n de la ley; no obstante, pienso que es la �nica manera de poder estudiar a fondo el tema. Mientras tengamos en Chile -y quiero aprovechar que se halla presente la se�ora Ministra- el 15, 20 � el porcentaje que se quiera se�alar de depresi�n, no vamos a ser capaces de enfrentar el alcoholismo. �ste es un tema de salud mental global. A mi juicio -lo he conversado otras veces con la se�ora Ministra, y estamos absolutamente claros en esto-, esta �rea se encuentra deficitaria en nuestro pa�s. Necesitamos pol�ticas mayores y m�s claras, m�s recursos y m�s fuerza en la discusi�n del problema, con participaci�n de las personas, por cuanto, en mi concepto, se trata de una materia en la cual nos falta mucho por avanzar. Esto que aparece hoy d�a tan claro y que algunas personas podr�an incluso encontrar innecesario se�alarlo no siempre fue as�. Para que Sus Se�or�as conozcan un poco lo que ha sido el aporte chileno en el tema, debo traer a colaci�n, aunque pudiera tratarse de un episodio cient�fico que podr�a llamar a risa, lo obrado por algunos cient�ficos que, a trav�s de un experimento muy simple, demostraron la influencia de estados depresivos o de estr�s en la adicci�n alcoh�lica: cercanos a dos grupos de ratas se colocaron dos peque�os pocillos, uno con agua y otro con alcohol. A un grupo -el experimiento dur� tres a�os- se hizo aparecer sistem�ticamente, en distintas horas, un gato. Era tal la angustia que esto generaba en estos animales que beb�an alcohol y no agua, dejando incluso de comer. Esta experiencia fue ratificada en una serie de experimentaciones con seres humanos. Hoy d�a es una cuesti�n que nadie puede negar. Pero tambi�n uno de los m�s grandes farmac�logos que ha tenido Chile, don Jorge Mardones Restat, fallecido hace alg�n tiempo, antiguo Ministro de Salud, plante� por primera vez en las organizaciones mundiales de salud la relaci�n entre gen�tica y consumo de alcohol. Entonces, deseo llamar la atenci�n del Senado sobre lo siguiente. Primero, �sta es una iniciativa que representa un esfuerzo importante para poner orden y hacer m�s coherente la legislaci�n chilena. Segundo, estoy claro de que hay que mejorarla en los t�rminos aqu� planteados. Por ejemplo, una organizaci�n similar en cada una de las comunas. Tercero, a mi juicio, esto est� absolutamente ligado con lo relativo a la depresi�n y a la salud mental. Si no empezamos por ah�, no seguiremos avanzando como corresponde. El gran desaf�o es, pues, c�mo logramos que en nuestro pa�s los ni�os aprendan a beber sin el problema de pensar que el consumo en s� es algo inadecuado. Todos los Senadores -estoy cierto-, y tal vez la se�ora Ministra, cuando j�venes bebimos alguna vez alcohol en forma moderada y seguramente no condujimos un veh�culo despu�s de hacerlo. Pero lo ingerimos. Entonces, la cuesti�n es c�mo enfrentar el consumo excesivo. A mi juicio, hay varios grandes caminos. En primer lugar, seguir insistiendo en que la educaci�n chilena tiene que considerar este tipo de materias. No existe ninguna duda de que mientras los colegios -donde los ni�os pasan ocho o diez horas diarias- no incluyan en sus programas este tipo de cosas, obviamente no habr� soluci�n al problema. Y lo digo honestamente no s�lo desde el punto de vista legislativo, sino, tambi�n desde la perspectiva de la salud. En segundo t�rmino -y aqu� volvemos a la parte esencial que hemos hablado siempre-, debemos fortalecer la familia chilena para que en ella haya una comunidad de aprecio y de cari�o hacia los infantes y no terminemos con ni�os maltratados por desafecto. En tercer lugar, debemos ser capaces de generar espacios de distensi�n para los ni�os. Y esto significa, por un lado, deporte, y, por el otro -lo hemos discutido bastante en la Comisi�n de Salud-, crear lugares donde tengan algo qu� hacer, y no mantenerlos en la calle o frente a una pantalla de televisi�n absolutamente embrutecedora. Por �ltimo -y esto es algo que estoy cierto que no compartir� buena parte del Senado-, a mi juicio, estamos en presencia de un hecho letal para nuestros j�venes. Y es el concepto moderno en nuestras sociedades de una competitividad inmisericorde que afecta a las personas desde la ni�ez, porque, en definitiva, de lo que se trata es de que los estudiantes o se sacan el siete o reciben el maltrato sicol�gico y f�sico en su casa por no obtenerlo, pues pareciera que lo �nico que importa es competir y ganar no para ser mejores o para tener una educaci�n o formaci�n adecuada, sino, en definitiva, para ganar al del lado. Con toda franqueza, creo que no lograremos avanzar nunca en el desarrollo de una sociedad que tenga mucho m�s de desarrollo personal que de crecimiento econ�mico. Hoy en d�a, el gran desaf�o de nuestras sociedades -no s�lo la nuestra, sino tambi�n las del hemisferio occidental- es el crecimiento. Cada d�a crecemos m�s -sin perjuicio de la iniquidad que se produce en la distribuci�n de la riqueza-, pero con mayor cantidad de personas agobiadas, tensas y con gran depresi�n. En un pa�s como Chile el problema de la depresi�n �que sufre el 20 por ciento de su poblaci�n- deber�a haberse transformado, tanto para este Senado como para cada individuo, en un drama p�blico. No puede ser que en esta Corporaci�n de un total de 50 personas estad�sticamente haya 10 depresivos. Y un pa�s con esas condiciones nunca enfrenta tal problema con la solemnidad, con la fuerza y con la profundidad que el asunto requiere. Simplemente, tomamos una suerte de resoluciones medianas, peque�as, accidentales, procesales. Por eso, se�or Presidente, -y con esto termino- formulo con toda franqueza una invitaci�n personal a la se�ora Ministra para concurrir a la Comisi�n de Salud -creo que sus integrantes estar�n de acuerdo-, con el objeto de discutir y estudiar mucho m�s a fondo el problema del alcoholismo, aunque demoremos 50 a�os. Como dice el proverbio chino: "Un viaje de mil millas empieza con un simple paso". Y el proyecto en debate representa un paso, insinuado por la Diputada se�ora Cristi. Lo reconozco, porque es su iniciativa, la que vamos a apoyar. Pero no nos quedaremos con eso, pues ser�a un gran fracaso del propio proyecto. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Bombal. El se�or BOMBAL.- Se�or Presidente, muy interesante las apreciaciones aqu� formuladas, especialmente desde el �mbito m�dico. No cabe duda de que el alcoholismo es una enfermedad, as� como que la depresi�n tiene mucho que ver con ella. Pero no se trata s�lo de un problema derivado de la depresi�n, sino de h�bitos y conductas -especialmente en la gente joven- que no estamos asumiendo correctamente. No parece razonable que un muchacho o una muchacha de corta edad tenga tanta facilidad para acceder al alcohol, para consumirlo y para embriagarse, como de hecho hoy d�a ocurre. Chile -como dijimos- es el pa�s americano donde la gente joven consume m�s alcohol. Probablemente las estad�sticas mencionadas por el Honorable se�or Ruiz-Esquide muestren que en Europa existen �ndices m�s elevados de consumo; pero dentro de Am�rica, en la ingesta de alcohol por parte de adolescentes, nuestro pa�s lleva la delantera. Y observamos que existe una realidad muy dram�tica en el mundo de nuestros j�venes. Podr�n hacerse muchos an�lisis sociol�gicos sobre los j�venes �por de pronto vaya nuestra consideraci�n y respeto hacia ellos- pero lo que se busca es no perjudicarlos, sino ayudarlos, educarlos. Se�or Presidente, quiero hacer presente que a prop�sito de educaci�n, ayer me reun� con un grupo de j�venes para comentarles el proyecto en debate y pedirles algunas sugerencias. Me dijeron: "Mire, Senador, tenga en cuenta una situaci�n muy clara: en el colegio o en el liceo nunca nos ense�aron lo relativo al alcohol. �Nada!". Se trataba de muchachos de primer o segundo a�o de universidad. "Hasta el d�a de hoy no sabemos nada sobre las consecuencias o los efectos del alcohol", dec�an. No existen programas de ense�anza. Por eso el proyecto que nos ocupa se encarga de proponerlo. Como no hab�a ninguna menci�n sobre el consumo excesivo, se hizo necesario introducir el concepto, los efectos, para que el joven pueda internalizarlo en sus conocimientos, a fin de desarrollar mejor su autoestima y sepa las consecuencias de ingerir ese producto en forma excesiva. Los j�venes a los cuales alud�, adem�s me manifestaron lo siguiente: "La verdad, Senador, es que fijar un l�mite arbitrario de cierre de las discotecas va a violentar m�s a los j�venes. Est� bien prohibir la venta de alcohol; pero no nos limiten lo que puede ser nuestra diversi�n. Y tenga en cuenta que se comienza muy tarde, porque aqu� hay una cosa mucho m�s loca: que en este pa�s el quehacer diario termina muy tarde". Uno de ellos me dec�a: "Mi padre llega a casa a las 9 de la noche; otro, que el suyo lo hac�a a las 10; y un �ltimo, que ten�a clases de 8 a 10 de la noche. Seg�n ellos, la diversi�n de la gente mayor y de los menores empieza a horas avanzadas de la noche, porque todas las actividades terminan muy tarde. La jornada laboral en este pa�s es muy loca. Se trabaja m�s de la cuenta. Y agregaron: "Tenemos que hacer vida familiar con padres o madres que trabajan y que llegan cansados. Compartimos con el grupo familiar hasta las 10 u 11 de la noche y despu�s salimos. A medianoche reci�n nos juntamos con los amigos y nos vamos a la casa de uno de ellos, porque a las 2 de la ma�ana abren las discotecas". En consecuencia, los j�venes est�n toda la noche d�ndose vueltas, en circunstancias de que perfectamente podr�an empezar su actividad recreativa mucho m�s temprano. Me hicieron mucha fuerza las observaciones se�aladas ayer por esos muchachos, porque me dec�an: "Mire, m�s que un cuento nuestro (empezar la diversi�n tarde), la sociedad es la que no nos permite partir m�s temprano, porque ni siquiera nos permite compartir decentemente los horarios con la familia". Qued� impresionado con sus comentarios. Por lo tanto, aqu� no se trata �seg�n me manifestaron- de reglamentar los horarios, sino que nuestra sociedad desarrolle sus actividades dentro de un lapso razonable para tener posibilidades ciertas de compartir en familia. Me hicieron presente que se podr�a terminar con las clases que duran hasta las 9 de la noche. Evidentemente que en el caso de los colegios nocturnos ello es imposible. Pero que las personas trabajen hasta una hora decente. Nombraron el caso de Estados Unidos y de otros pa�ses, donde la gente a las 6 de la tarde se retira a sus casas. Hay m�s vida familiar. Es otro mundo. Es cierto, en el Pa�s del Norte se pueden cerrar las discotecas a las 2 de la ma�ana, porque empiezan a las 8 de la noche. Pero aqu�, se�or Presidente, estamos en una situaci�n muy absurda. Nuestros j�venes deambulan por las calles los fines de semana buscando donde consumir alcohol, para reci�n iniciar su diversi�n a las 2 de la madrugada y terminar a las 7 de la ma�ana. Naturalmente que a esa hora el cansancio, el agobio, el alcohol, son los protagonistas de los accidentes que hemos presenciado. A mi juicio, m�s all� de lo que el proyecto pueda establecer en esta materia, nuestra motivaci�n es hacer algo. Me parece digna del mejor elogio la esforzada iniciativa -y lo cito, porque se trata de una persona conocida por todos los se�ores Senadores- del periodista y conductor del Canal de Televisi�n del Senado, se�or Enrique Evans. �l inici� una campa�a muy interesante para promover entre los padres y j�venes, entre la gente con responsabilidad, que las fiestas de los muchachos se inicien y finalicen m�s temprano. Por ah� van las l�neas de lo que se debe hacer. Hay que revertir la situaci�n absurda que se vive en nuestro pa�s. Debemos proponer que las municipalidades tengan espacios de recreaci�n para los j�venes. No necesariamente �perd�nenme la expresi�n- "el carrete" es lo �nico que puede divertir a un joven. Tampoco el trago es lo �nico que incentiva en un joven la recreaci�n. Est� bien. Todos fuimos j�venes. Como dec�a el Honorable se�or Viera-Gallo, en esta ambig�edad que puede darse, todos hemos consumido alcohol; pero por qu� no, si se hace con moderaci�n, en un ambiente que posibilite al joven su entretenci�n, que lo pase bien sin llegar al exceso por la oferta sobredimensionada hoy d�a existente y por estos h�bitos y costumbres que est�n demoliendo y aniquilando todo nuestro acervo cultural. A mi juicio, sobre la materia debemos generar conciencia. Lo peor es no hacer nada. Aqu� est� en juego la vida, tanto propia como ajena, de personas que a veces, sin tener ning�n contacto con el alcohol, son v�ctimas de conductores que manejan bajo la influencia de aqu�l; o son agredidas por alguien que se encontraba en estado et�lico; o que, en fin, sufren la violencia que conocemos. Creemos que el tema radica en la prevenci�n, en la educaci�n, en campa�as, en el compromiso social, en el control efectivo. No se trata de aplicar presunciones en contra de los j�venes y de castigarlos o encarcelarlos: se trata de protegerlos, de que la fiscalizaci�n no diga relaci�n tanto a si se hallan o no en estado de ebriedad, sino de que apunte directa y derechamente hacia el inescrupuloso que expende el producto a un menor de edad. �Ah� es donde debe concentrarse toda la fuerza de la multa, de la pena! En M�xico, las sanciones son tan altas, pecuniariamente, que nadie se atreve a vender alcohol a un menor. En Estados Unidos ocurre lo mismo. �Por qu� no se establece un r�gimen eficaz, con una multa elevad�sima, como se viene proponiendo, y que la reincidencia signifique el cierre de la actividad comercial, de suerte que nadie se atreva a inducir? Se dir� que el menor acudir� a un clandestino. Pero ello se har� m�s dif�cil. Y se deber� ejercer una fiscalizaci�n adecuada, que hoy no existe. Adem�s, la penalidad en ese �mbito resulta irrisoria. Pienso que, en un esfuerzo colectivo, el pa�s entero debiera ponerse en marcha para evitar las 7 mil muertes anuales o los 500 mil j�venes consumidores. O sea, es preciso hacer algo. Es cierto que pueden existir muchas ambig�edades en nuestra forma cultural, pero la peor de ellas es no hacer nada. Y, por lo mismo, espero que el proyecto genere los debates necesarios, como el propuesto por el Senador se�or Ruiz-Esquide respecto de la salud mental y la depresi�n. Pero, m�s que lo anterior, se requiere trabar contacto con los j�venes, con los padres y apoderados. En d�as pasados, algunos Parlamentarios, entre ellos la Diputada se�ora Cristi, nos reunimos en un establecimiento educacional con asociaciones de padres que, angustiados, ped�an hacer algo. Y visitamos al se�or Presidente del Senado con las se�oras Directoras de los liceos n�meros 1 y 7 de Ni�as de Santiago, m�s dirigentes de centros de apoderados de colegios de habla inglesa, que se han ido juntando con otros de distintos sectores de la Capital y han formulado el mismo ruego: "Autoridades, �hagan algo!". Si bien es cierto que el proyecto contiene muchos elementos positivos, no los comprende todos. Tal vez si su aspecto central �y creo interpretar particularmente a su autora, aqu� presente- dice relaci�n a la s�plica que surge de ver c�mo hoy se est� perdiendo lo mejor del patrimonio del pa�s, que son los j�venes, a quienes se ve sucumbir estrepitosamente d�a a d�a, noche a noche. Muchos de esos episodios no se conocen por la prensa. S�lo algunos se difunden y estremecen. Pero el diario vivir es mucho m�s dram�tico. Por lo tanto, desde el punto de vista de la salud p�blica, de la educaci�n, de la legislaci�n, desde todos los �ngulos en que se quiera mirar la cuesti�n, ello debe llevar a que se eleve desde aqu� un clamor muy definitivo en cuanto a que, a lo mejor, se deben revisar las formas culturales. Porque no es posible que al ritmo actual exhibamos el �ndice de ser el principal pa�s en Am�rica en el consumo de alcohol entre los adolescentes. La cifra de 200 mil alcoh�licos j�venes y 500 mil consumidores ya es algo realmente pat�tico. Levantamos nuestra voz, entonces, queriendo interpretar, m�s all� de cualquier contingencia pol�tica, el sentir de muchos padres y apoderados, de profesores y de j�venes, estos �ltimos tambi�n angustiados al pedir: "�Ay�dennos a concretar algo bien hecho, a fin de que resulte positivo para nosotros!". Y me agregaban: "No basta con una represi�n. No basta con que se nos castigue con horarios determinados.". Lo relativo a las restricciones horarias probablemente ser� analizado en la Comisi�n cuando se estudien algunas indicaciones. El punto es c�mo generar una conciencia social distinta y c�mo incorporar en los actuales educandos -a lo mejor, partiendo nuevamente de cero- conceptos que, en definitiva, vayan haciendo que nuestra sociedad sea capaz de manejarse bien con algo que es hasta sano, como puede ser un consumo adecuado o mesurado de alcohol; c�mo conducirse de una manera en que la situaci�n no se transforme en lo que implica hoy: el drama de la puerta de entrada a las drogas. El Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes (CONACE) consign� en d�as pasados �es una verdad hace mucho tiempo demostrada- que el inicio es con el alcohol y que se sigue con la droga. Y, as�, se percibe que los fen�menos del alcoholismo y la drogadicci�n �que, por lo dem�s, se tratan juntos cada d�a m�s- son conexos y est�n aniquilando a nuestra gente joven. Ojal� que la Sala, se�or Presidente �y lo solicitamos por su intermedio ahora mismo-, se pronuncie sobre la idea de que las indicaciones sean estudiadas por las Comisiones unidas de Hacienda, Salud y Constituci�n, o Constituci�n y Salud, en fin, como la Mesa lo estime m�s procedente, para que medie una mayor rapidez. Porque, si el proyecto pasar� a cada uno de los organismos t�cnicos pertinentes, puede demorar un a�o m�s, en circunstancias de que el drama actual no permite esperar mucho. Sugerimos que se tome la decisi�n en este momento, a fin de que despu�s se analicen las indicaciones en los plazos que se fijen para tal efecto. Y, finalmente, subrayo la conveniencia de votar al t�rmino del Orden del D�a �entiendo que hay muchos inscritos-, para que el tratamiento de la iniciativa no se prolongue hasta la sesi�n de ma�ana y sea posible despacharla hoy en general, sin perjuicio de que los se�ores Senadores a que reci�n he hecho referencia puedan fundamentar sus votos. He dicho. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Ser� dif�cil, Su Se�or�a. Se requiere qu�rum especial. Tiene la palabra la se�ora Ministra. La se�ora BACHELET (Ministra de Salud).- Se�or Presidente, efectivamente, el del consumo de alcohol en el pa�s exhibe ra�ces bastante culturales. Se sabe que existe una cultura del beber y cualquiera de nosotros puede identificar valores muy n�tidos al respecto. En Chile se asocia hasta a que es bueno para la lactancia materna. Y, por cierto, adem�s, se registra toda una situaci�n de un beber social: se celebran tanto las alegr�as como las penas. O sea, una connotaci�n cultural muy fuerte determina que el asumir un problema como el alcohol sin duda importe soluciones no sencillas. Tenemos clara, tambi�n, la relaci�n entre alcohol, drogas, violencia intrafamiliar, abuso sexual y accidente. Para nosotros, el beber-problema dice relaci�n a aquellos individuos que no s�lo son consumidores, sino en quienes ese hecho constituye tambi�n una dificultad grave en su desempe�o social, en su entorno familiar o laboral. Y en Chile es absolutamente indiscutible que no se trata de una cuesti�n homog�nea para el conjunto de la poblaci�n. Los sectores en los que se presenta una mayor incidencia son los j�venes, los pobres y los varones. Y es importante, entonces, que en las pol�ticas se definan priorizaciones y se focalicen esfuerzos de modo de obtener efectivamente resultados. Nos hallamos absolutamente conscientes de que el asunto es relevante y hemos desarrollado una pol�tica y un plan nacional sobre el alcohol que entendemos que va mucho m�s all� de lo que la Secretar�a de Estado a mi cargo puede hacer. Y, en ese sentido, igualmente contemplamos en el presupuesto de 2002 peticiones para poder avanzar en esa l�nea. La situaci�n es bastante grave. En 1998, el Ministerio de Salud contrat� el tercer Estudio sobre Costo Econ�mico del Consumo de Alcohol, que demostr� que cada a�o el pa�s pierde cerca de 3 mil millones de d�lares por las muertes prematuras, ausentismo, menor productividad laboral, gasto en salud, polic�a y justicia, sumado, para no repetir todo lo dicho, al impacto en las personas. La tendencia al aumento en los niveles y la precocidad del consumo de alcohol y drogas obedece a determinantes sociales, econ�micos y culturales que requieren ser intervenidos desde una posici�n informada, clara, firme, pero sostenida por la sociedad completa. El Estado, el Gobierno, el mundo privado, las organizaciones sociales, necesitan ponerse de acuerdo en decisiones que no son sencillas. Mas creemos, tambi�n, como aqu� se ha se�alado, que el problema se debe abordar. Hoy se sabe que las cantidades de alcohol que una sociedad consume pueden ser influidas a trav�s de un conjunto simult�neo de medidas, tales como los niveles de precio del producto, la accesibilidad para conseguirlo -n�mero y ubicaci�n de locales de expendio, horarios de venta, edades autorizadas para comprar o ingerir en lugares p�blicos, sanciones para los responsables de accidentes o hechos similares- y, asimismo, la provisi�n suficiente de tratamiento oportuno de la poblaci�n con el beber-problema. Esto �ltimo incluye a todos aquellos elementos que determinan -como los se�alados por el Senador se�or Ruiz-Esquide- temas de salud mental, sociales, etc�tera, que deben ser considerados para enfrentar adecuadamente la cuesti�n. En consecuencia, nos encontramos trabajando en una Pol�tica y Plan Nacional sobre Alcohol, que creemos que debe contar con la participaci�n no s�lo del Gobierno, sino tambi�n de distintos actores pol�ticos y de la sociedad civil, porque el asunto es de la m�xima importancia y de dif�cil soluci�n, como todos aquellos que tienen que ver con aspectos de conducta. Por ello, pese a que entendemos que el proyecto no resuelve todas las dificultades, creemos que constituye un avance importante. Y estamos de acuerdo en que se apruebe y que se formulen todas las indicaciones pertinentes. Muchas gracias, se�or Presidente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Sabag. El se�or SABAG.- Se�or Presidente, seguramente �ste es uno de los proyectos de mayor antig�edad. Surgi� de una moci�n de los Diputados se�ora Mar�a Ang�lica Cristi y se�ores Alberto Espina, Jos� Garc�a, Patricio Melero, y de los ex Diputados se�ora Martita W�erner y se�ores Francisco Bayo, Carlos Cantero, Carlos Dupr�, Teodoro Rivera y Jorge Schaulsohn. Como se puede apreciar, la iniciativa lleva muchos a�os de tramitaci�n, por lo que considero muy importante despacharla lo m�s r�pido posible. La legislaci�n actual se encuentra claramente obsoleta y anacr�nica, tanto desde el punto de vista conceptual como en cuanto a las penas relativas a la embriaguez. Sin embargo, resulta m�s complejo el hecho de que no existe regulaci�n alguna que limite el expendio de alcohol a menores de edad, quienes pueden adquirirlo en cualquier horario y local, con excepci�n de los restaurantes, ya que las botiller�as no est�n reglamentadas. Es necesario promover el consumo moderado a trav�s de la educaci�n, desde los primeros niveles de ense�anza. Es imprescindible regular los horarios de venta y, sobre todo, los lugares donde el expendio de bebidas alcoh�licas es el negocio principal. A mi juicio, son las propias familias las que deben educar y crear conciencia en sus hijos para que no conduzcan en estado de ebriedad. Hoy, el problema ha tomado tintes dram�ticos, pues en el presente a�o han sido detenidos 1 mil 311 adolescentes por infracci�n a la Ley de Alcoholes. Adem�s, la ingesta de alcohol est� directamente relacionada con el consumo de drogas, lo que da como resultante una mezcla explosiva a la hora de medir las consecuencias. De hecho, las �ltimas cifras del CONACE indican que el uso de drogas se ha emparejado entre j�venes de ambos sexos y cuyas edades fluct�an entre los 12 y 18 a�os; esto es, las mujeres consumen a la par con los hombres. En cifras reales, el 20,5 por ciento de las ni�as es propensa al consumo, frente al 19,6 por ciento de los ni�os. Un especialista de la Universidad de Chile expres�: "Es bastante obvio que ha habido un cambio en la distribuci�n de roles masculinos y femeninos desde el punto de vista sociol�gico. La mujer tiene un papel completamente diferente al que ten�a antes, lo que ha tra�do ventajas y desventajas. Entre las primeras, ha tenido mayor acceso a la educaci�n, a la capacitaci�n, al mundo laboral, pero la desventaja es que se han perdido los modelos tradicionales.". Otro especialista afirma: "Por ejemplo, las j�venes creen que es m�s entretenido y osado cuando m�s se toma.". Finalmente, en este mismo �mbito debemos anotar que, seg�n el INE, entre 1990 y 1999 se ha producido un aumento de 41 por ciento en el n�mero de embarazos en menores de 15 a�os. Sin embargo, nos encontramos, por otra parte, con la actitud de los comerciantes, quienes, "en virtud de una competencia sana" -as� lo sostienen-, estimulan a los j�venes al consumo de alcohol a trav�s de "Barras al costo" o de los "Happy hours", que son de muy bajo costo. La edad promedio en que se comienza a beber en Chile son los 12 a�os. Como resultado de estas pr�cticas, podemos observar que en el a�o 2000 hubo 1 mil 425 accidentes de tr�nsito relacionados con la ingesta de alcohol. Lo complejo del problema es que el consumo excesivo no se combate restringiendo la libertad, cerrando m�s temprano las botiller�as o adoptando otras medidas, sino m�s bien fortaleciendo la responsabilidad individual, el camino del autocontrol y de la decisi�n personal. Sobre el particular, cabe destacar que es encomiable el esfuerzo desplegado por la Escuela de Estudios y Formaci�n en Abordaje en Adicciones que mantiene la Iglesia Cat�lica, donde se prepara a promotores comunitarios para prevenir el abuso y dependencia del alcohol. Finalmente, hay que mencionar un triste r�cord. �ste indica que en Chile el 80 por ciento de los j�venes de cuarto medio ha consumido alcohol el �ltimo a�o, mientras que el 76 por ciento de las personas de la misma edad lo ha hecho en igual per�odo en los Estados Unidos. Esas consideraciones, naturalmente, nos inducen a votar favorablemente el proyecto de ley en estudio. En todo caso, presentaremos algunas indicaciones de orden pr�ctico relacionadas precisamente con lo que manifestaba el Senador se�or Viera-Gallo, cual es que las municipalidades s�lo pueden otorgar tres o cuatro permisos al a�o para venta de bebidas alcoh�licas, fuera de las patentes; vale decir, en Fiestas Patrias o en otro tipo de actos. Sin embargo, es posible observar que hoy d�a existen cientos de instituciones -juntas de vecinos, centros de padres y apoderados, comit�s de allegados- que realizan fiestas con el objeto de reunir fondos; no obstante, los municipios carecen de facultad para conceder este tipo de permisos. En virtud de lo anterior, presentaremos una indicaci�n para regular ese aspecto. Porque, en la pr�ctica, la autoridad edilicia no tiene injerencia en la autorizaci�n de permisos para la venta de bebidas alcoh�licas, siendo pr�cticamente Carabineros el que los otorga. �sta es una situaci�n absolutamente anormal, por cuanto lo l�gico es que el municipio tenga facultad sobre el particular, que ello est� debidamente reglamentado y que cuente con el acuerdo del concejo municipal, a fin de aumentar la cantidad de fechas al a�o para el otorgamiento de permisos. De esta forma se evitar� que ello se haga en forma irregular, como ocurre en la actualidad. Se�or Presidente, anuncio que votar� favorablemente la idea de legislar, sin perjuicio de las indicaciones que formularemos para mejorar algunos aspectos de la iniciativa. He dicho. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Cantero. El se�or CANTERO.- Se�or Presidente, en mi opini�n, estamos frente a un proyecto de gran trascendencia e importancia para la sociedad. M�s a�n -y lo destaco-, se trata de un cuerpo legal muy espec�fico y responde a un enfoque sist�mico, es decir, a una visi�n muy integral del problema. Estoy perfectamente consciente de que muchas de sus normas radican en el �mbito municipal. Sin embargo, este traslape de facultades no dificulta que me aboque a su an�lisis; por el contrario, creo que potencia el hecho de introducirle algunas perfecciones, las cuales deseo proponer. Estamos en presencia de un tema que hoy se ha constituido en un verdadero flagelo social. El incremento del alcoholismo, la temprana edad en que se consume y su mayor incidencia en distintos fen�menos muy negativos para la sociedad -por ejemplo, la violencia callejera, que es su causa basal, la delincuencia, los accidentes de tr�nsito, el ausentismo laboral, problemas al interior de la familia, etc�tera- generan un llamado de atenci�n hacia la opini�n p�blica nacional. En seguida, antes de hacerme cargo de un elemento que, a mi juicio, reviste la mayor importancia, deseo destacar la trascendencia de la iniciativa y la labor de sus autores. En este sentido, pongo de relieve -por as� decirlo- la voluntad y el entusiasmo de la Diputada se�ora Cristi, lo cual me parece muy relevante trat�ndose de un tema que aflige y golpea profundamente a la familia chilena. Tambi�n destaco la participaci�n de los Diputados se�ores Alberto Espina, Jos� Garc�a, Patricio Melero, y de los ex Diputados se�ora Martita W�erner y se�ores Francisco Bayo, Carlos Dupr�, Teodoro Ribera y Jorge Schaulsohn, adem�s de quien habla. Todos ellos patrocinaron este proyecto de ley. Ahora bien, con respecto a esta materia, que estimo trascendente, debo se�alar que la neurosicolog�a ha establecido con absoluta claridad que la herencia cultural responde, a lo menos en dos tercios, a las conductas de la sociedad y, particularmente, de la poblaci�n juvenil. S�lo un tercio estar�a relacionado a conductas hereditarias derivadas de cuestiones gen�ticas. Me parece muy importante el avance logrado en lo que respecta a dicho conocimiento, porque de esa manera se explica el efecto gatillante de la conducta abusiva en el consumo de alcohol, lo que genera otro tipo de adicciones, como se ha se�alado. La cultura del "carrete" est� causando estragos en el orden de la salud, en la condici�n f�sica de nuestra juventud, en la cultura social de las familias y, tambi�n, en el �mbito de las relaciones familiares. Por lo tanto, considero muy conveniente el llamado de atenci�n formulado sobre un tema que no es menor, esto es, que la mayor causa de muerte en nuestro pa�s obedece b�sicamente al excesivo consumo de alcohol, en especial el que se da en el �mbito juvenil. Y como se ha se�alado, el lapso que media entre la 1:00 y las 6:00 de la madrugada es la hora de la muerte de nuestros j�venes. Por otra parte, estimo relevante tambi�n efectuar un breve an�lisis sobre el rol de las municipalidades en materia de restricci�n horaria, de uso de suelo, de fiscalizaci�n. El horario de cierre de los lugares de expendio de bebidas alcoh�licas es una cuesti�n relevante y gravitante que debe ser asumida y abordada al decidir acerca de esta materia. Empero, debe precisarse en la forma que expondr�. El Estado, en mi opini�n, no puede eludir su responsabilidad. Cuando a lo largo del pa�s miles de familias se acercan a nosotros, en nuestra condici�n de Parlamentarios, de autoridades de un Poder del Estado, para pedirnos que actuemos al respecto, se nos est� dando cuenta de al menos dos cuestiones: la primera, la conceptualizaci�n de que la familia se siente claramente sobrepasada, y la segunda, la mirada hacia el Estado para reclamarle el desempe�o de su rol subsidiario. Cuando un grupo intermedio menor no puede actuar frente a un problema o controlarlo, corresponde hacerlo a una instancia superior. Y, en la materia que nos ocupa, pienso que el Estado debe cumplir su rol subsidiario; jugar su papel regulador en el marco de la econom�a social de mercado; asumir su responsabilidad constitucional de cautelar el bien com�n, y, particularmente, hacerse responsable de garantizar la necesaria igualdad ante la ley. Por tales razones, me parece que el Parlamento, frente a la realidad existente, debe fijar un horario l�mite, un techo m�ximo dentro del cual los j�venes puedan llevar a cabo su recreaci�n nocturna y consumir alcohol. Ello, entendiendo que debe haber cierta flexibilidad. O sea, una norma general que respete el principio de igualdad ante la ley, con un tope definido, pero que recoja igualmente la diversidad, la especificidad regional o comunal, estableciendo, en consecuencia, mecanismos para que los gobiernos regionales o los gobiernos locales puedan hacer menos r�gida la disposici�n com�n. Esa flexibilizaci�n debiera responder tambi�n, por ejemplo, a criterios geogr�ficos o de temporalidad. Porque una discoteca no es lo mismo en verano que durante los per�odos habituales de clases en el resto del a�o. Me parece muy significativo, se�or Presidente, el intento de efectuar una categorizaci�n m�s precisa. Porque un sitio al que concurren s�lo adultos no es igual que aquel adonde llegan mayores mezclados con j�venes y, a veces, ni�os. En estos �ltimos casos, el control de la ingesta de alcohol se hace en extremo dif�cil, si no imposible, ya que, al venderse aqu�l a mayores que interact�an coet�neamente con j�venes y ni�os, se produce una situaci�n de permisividad mucho m�s acentuada. Por otra parte, estimo relevante el reconocimiento de una cuesti�n evidente: es el incentivo del lucro, la motivaci�n econ�mica, lo que genera el exceso que nos preocupa. L�gica y sana es la necesidad de la juventud de acceder a actividades recreativas; pero la motivaci�n econ�mica lleva a un desborde en la oferta, en la accesibilidad al alcohol de ese estrato de nuestra poblaci�n. Por eso, resulta importante establecer sanciones que incrementen el impacto econ�mico sobre quienes transgredan las normas regulatorias de la materia, pues en esa forma habr� un control natural al exceso. Un se�or Senador sostuvo aqu� que es un contrasentido o doble est�ndar, por ejemplo, el que por una parte incentivemos el consumo de vino, destacando sus beneficios, y por otra intentemos regular. Para m�, sin embargo, eso es completamente l�gico. Porque ser�a absurdo pensar que un pa�s destacado por fabricar ca�ones, pistolas o balas promoviera el uso de esos elementos b�licos en su comunidad. Personalmente, no veo un contrasentido, sino el prop�sito de cautelar el bien com�n. Considero, por otro lado, que los padres est�n reconociendo su incapacidad para hacerse cargo de ese desborde. Y surge, entonces, una visi�n muy estatista, que pretende entregar toda la responsabilidad de regulaci�n a la autoridad gubernamental. �sa es una actitud irresponsable e hip�crita, pues los padres deben enfrentar el problema. Por eso -reitero-, el Estado, representado en su expresi�n m�xima en el Parlamento, tiene que asumir el rol subsidiario y regulador y cautelar el bien com�n estableciendo un horario m�ximo de funcionamiento de los establecimientos en cuesti�n y posibilitando la flexibilizaci�n con responsabilidad para los gobiernos regionales o comunales, seg�n corresponda. Aplaudo el que se den responsabilidades a los padres. Si se detiene a j�venes en estado de ebriedad, aqu�llos deben responder: tienen que concurrir a la comisar�a, retirar a sus hijos y, por lo menos, sentir la molestia de levantarse y dar la cara frente a la autoridad p�blica. Resulta interesante la iniciativa de entregar al sector educacional la responsabilidad de establecer programas educativos en esta materia. Es imprescindible entender que, si el incentivo del lucro provoca tal desborde, han de establecerse fuertes y graves sanciones econ�micas para quienes transgredan la prohibici�n de venta de bebidas alcoh�licas a menores. Debe insistirse en la necesidad de categorizar los tipos de locales. Y los que m�s nos preocupan son aquellos donde interact�an en un mismo momento adultos con j�venes y ni�os y en que concurre el elemento copulativo del expendio de bebidas alcoh�licas. Controlar tal situaci�n es extraordinariamente dif�cil, si no imposible, seg�n ya he se�alado. Resulta muy atendible, asimismo, el argumento que expuso en esta Sala otro se�or Senador con relaci�n a los l�mites de tolerancia, es decir, a los rangos del alcohol existente en la sangre. En ese aspecto, es necesario hacer un esfuerzo mayor. En general, me parece muy importante la norma pertinente, pues contribuir� a solucionar un problema que hoy se est� saliendo de control: la cultura del "carrete" de nuestros j�venes, que cuesta tantas vidas humanas y causa un significativo da�o econ�mico y social a nuestro pa�s. Anuncio mi voto favorable a la idea de legislar, se�or Presidente. He dicho. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Como est� por terminar el Orden del D�a, propongo cerrar el debate e iniciar la votaci�n con los se�ores Senadores que se encuentran inscritos para hacer uso de la palabra. --As� se acuerda. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En votaci�n general el proyecto. --(Durante la votaci�n). El se�or MU�OZ BARRA.- Se�or Presidente, el problema del alcoholismo tiene igual o mayor profundidad que la drogadicci�n. Generalmente, los medios de comunicaci�n ponen el acento en esta �ltima, pero en lo referente al consumo de alcohol -�ste es igualmente una droga- no mantenemos las ventanas abiertas para visualizar su verdadero significado. En nuestro pa�s, informes t�cnicos se�alan que, en un porcentaje alt�simo, ni�os menores de 13 a�os se han embriagado ya un par de veces. De manera que no podemos caricaturizar la situaci�n, que ha de enfrentarse con absoluta seriedad y delicadeza. Sin duda, un camino es la Ley del Deporte, que fue promulgada tras casi ocho a�os de tramitaci�n. A mi juicio, ella podr�a llenar espacios, especialmente en el �mbito de los j�venes de los sectores m�s modestos de nuestro pa�s. El alcohol y la droga son en la actualidad -qu� duda cabe- una forma de evasi�n que muchos j�venes buscan frente al sistema de econom�a pragm�tica que vivimos. Opino que ninguna ley va a controlar de verdad este delicado problema, menos por la v�a de la restricci�n horaria. La intenci�n es buena, pero se halla muy distante de lo que acontece en la pr�ctica. Recuerdo que hace algunos a�os se dict� una ley para controlar la violencia en los estadios; sin embargo, �sta ha continuado, alejando a mucha gente de tales recintos, pues constituyen un peligro permanente. Ese cuerpo legal no ha posibilitado eliminar ning�n tipo de violencia. En el caso que nos ocupa, el control horario, lejos de terminar con el consumo de alcohol, incrementar� el clandestinaje o, simplemente, derivar� en que los j�venes compren m�s temprano, sin perjuicio de que hoy es factible encontrar bebidas alcoh�licas en cualquier supermercado, donde se atiende hasta tarde. La "ley seca" de Estados Unidos, que todos recordamos, es un ejemplo real del fracaso de una iniciativa legal destinada a poner fin al flagelo del alcoholismo. Ahora bien, se�or Presidente, debemos tener en cuenta que el alcoh�lico es un enfermo. Por tanto, hemos de apuntar en esa direcci�n. En tal sentido, aprovechando la presencia de la se�ora Ministra de Salud, quiero preguntarle cu�ntos son los programas y los recursos que tiene la Cartera a su cargo para recuperar a las personas de diferentes edades que desean superar el alcoholismo. Porque, a nivel de salud p�blica, no conozco ning�n programa con la masividad necesaria para rehabilitar a quienes caen en esa enfermedad. Hoy s�lo pueden intentar su recuperaci�n quienes cuentan con medios para atenderse en cl�nicas privadas. Por eso, pienso que debemos acentuar la inclusi�n de iniciativas sobre el tema en los programas de estudio -yo dir�a- desde el primer a�o b�sico, y asimismo, implementar una pol�tica de salud p�blica que contribuya a rehabilitar a quienes son v�ctimas de esa enfermedad. Voy a aprobar la idea de legislar, no porque considere que el control horario a los establecimientos que expenden alcohol va a evitar la situaci�n que hoy observamos con inquietud �reitero que s�lo contribuir� al clandestinaje-, sino porque la iniciativa contempla otras materias que inciden en aspectos que tambi�n nos deben preocupar, como la responsabilidad penal, sobre todo cuando se maneja en estado de ebriedad y se da�a a personas inocentes. Voto que s�. El se�or GAZMURI.- Se�or Presidente, aprobar� en general el proyecto, a pesar de que el texto adolece de diversas limitaciones y de que estoy en desacuerdo con varias de sus normas espec�ficas. Coincido con el Senador se�or Viera-Gallo en el sentido de que no se contienen conceptos claros respecto de esta materia, que es particularmente complicada. Pero votar� a favor porque me alegra que la cuesti�n vuelva a ser puesta con alguna fuerza en el debate p�blico y en las pol�ticas p�blicas. Y tengo la impresi�n de que ha sido as�, entre otras cosas, por las �ltimas encuestas efectuadas por CONACE, las cuales llaman la atenci�n sobre el aumento del consumo de alcohol, principalmente entre los j�venes, y la precocidad con que se comienza a beber. Sin embargo, m�s que un tema de ley, ese flagelo deber�a ser motivo de pol�ticas p�blicas y de preocupaci�n de la comunidad en su conjunto. Porque durante los �ltimos 10 a�os, y quiz�s en los �ltimos dos decenios, el alcoholismo ha tenido poca presencia en el debate nacional y no se han desarrollado pol�ticas p�blicas destinadas a prevenirlo o eliminarlo. Esto no ha sido siempre as�. Recuerdo bien que en las d�cadas de los a�os 60 y 70 existi� gran preocupaci�n por el problema y se implementaron programas de salud p�blica muy extensos. Pero, desgraciadamente, en los �ltimos a�os toda la atenci�n se ha desviado hacia el consumo y tr�fico de drogas il�citas. Incluso, el CONACE, que es el organismo encargado de coordinar pol�ticas para combatir las adicciones, por una restricci�n un tanto absurda de la ley, s�lo tiene facultades respecto de las consideradas drogas il�citas, lo cual responde a una resoluci�n puramente jur�dica, legal, cultural, pues la adicci�n al alcohol puede causar tantos estragos o m�s que la marihuana, por ejemplo, o que cualquier otra droga cuyo uso y comercializaci�n est�n sancionados. Lo anterior es particularmente importante porque el problema del alcoholismo acompa�a al pa�s desde la Colonia, desde la llegada de los espa�oles y el comienzo del mestizaje, desde la constituci�n de la naci�n. Es cuesti�n de revisar la cr�nica de la �poca -ella habla de des�rdenes y dificultades de orden p�blico, as� como de la cr�tica de las iglesias a las costumbres-, que da cuenta de que el abuso del alcohol era un tema muy frecuente. Y eso continu� en la Rep�blica. La literatura de finales del siglo XIX habla sobre el alcoholismo en estratos populares y medios. Incluso, recuerdo emocionadamente la fuerza con que el anarquismo y los primeros atisbos de organizaci�n del movimiento obrero combatieron ese grave flagelo. Luis Emilio Recabarren era un entusiasta destructor de botiller�as en la pampa nortina, pues consideraba que el alcohol embrutec�a a la clase obrera naciente y le imped�a organizarse. Recuerdo, asimismo, las cr�nicas de la llamada "Pacificaci�n de la Araucan�a", que el general Cornelio Saavedra consideraba como una guerra que hab�a costado m�s en aguardiente que en ca�ones. En fin, la historia de la Rep�blica est� llena de la tem�tica del alcoholismo como fuente de problemas sociales, culturales, econ�micos, etc�tera. Ciertamente, la precocidad en el consumo de alcohol es un dato nuevo, que se relaciona con diversos efectos de la modernidad. Empero, que en Chile se tome mucho y de manera m�s o menos indebida constituye una realidad que nos acompa�a desde muy antiguo. En consecuencia, el alcoholismo es un problema muy importante, que socialmente causa bastante m�s da�o -familiar, laboral, etc�tera- que el uso de drogas il�citas (por supuesto, con esa afirmaci�n no estoy disminuyendo la relevancia de la drogadicci�n). Me alegra, entonces, que el tema del alcoholismo vuelva a estar en el debate p�blico y en la preocupaci�n ciudadana. Se trata de un vicio que requiere soluciones muy de fondo, referidas b�sicamente a medidas relacionadas con la educaci�n, el sentido de vida de la gente, el desarrollo, las costumbres, en fin, con los avatares de una sociedad que, como aqu� se ha dicho, muestra signos evidentes de malestares psicol�gicos y sociales muy profundos. En tal sentido, el enfoque puramente restrictivo y, de alguna manera, represivo que se advierte en el proyecto constituye un recurso que, para la magnitud del problema, puede resultar muy insuficiente. Con todo, en la medida en que el texto sugerido contiene una normativa susceptible de ser perfeccionada y abre un debate que me parece indispensable, apruebo la idea de legislar. El se�or PIZARRO.- Se�or Presidente, manifiesto mi apoyo a esta iniciativa, que, como bien se ha dicho, obedece a una moci�n planteada hace ya muchos a�os. Est�n m�s que claras las implicancias sociales, econ�micas y de todo tipo que conlleva el consumo excesivo de alcohol. Y creo que lo planteado por varios se�ores Senadores �en especial, por el Honorable se�or Ruiz-Esquide- es el camino correcto en cuanto a c�mo encarar el problema de la prevenci�n, educaci�n y la justa informaci�n respecto de lo que puede producir el consumo excesivo de alcohol. Tambi�n se ha tocado aqu� un tema que hemos estado analizando con otros Honorables colegas en la Comisi�n de Transportes, relacionado con la ingesta de alcohol y la conducci�n de veh�culos. Las estad�sticas son demasiado evidentes respecto del aumento del n�mero de personas detenidas por conducir bajo la influencia del alcohol o en estado de ebriedad. Ello ha incrementado la cantidad de muertes, accidentes, da�os y secuelas de los accidentes de tr�nsito provocados por manejar bajo la influencia del alcohol o derechamente por estar ebrio. Pero lo m�s delicado �como se ha planteado ac�- es el alto nivel de j�venes que se ven envueltos en estos accidentes, destac�ndose, entre ellos, los que han obtenido por primera vez su licencia de conducir. Y todos sabemos que ese tipo de accidentes se acrecienta los fines de semana, generando tragedias que afectan de por vida a sus hogares, parientes y amigos. Con franqueza, se�or Presidente, debo se�alar que la educaci�n, informaci�n y conciencia de lo que significa conducir bajo la influencia del alcohol o en estado de ebriedad es bastante d�bil en nuestro pa�s. A todos m�s de una vez nos ha tocado conducir o ir con alguien que lo hace bajo la influencia del alcohol o en estado de ebriedad, sin pensar siquiera que se est� cometiendo un delito o una falta extraordinariamente grave. Por eso, me parece bien que el proyecto defina la conducci�n en estado de ebriedad �lo que no hace la actual ley- como la realizada con una dosificaci�n superior a 0,8 gramo por mil de alcohol en la sangre. Tambi�n comparto el planteamiento de rebajar 0,1 por cada hora de demora en la pr�ctica de la alcoholemia, porque muchas veces dichos ex�menes no reflejan lo que realmente ten�a la persona al momento de ser detenida. Al reducirse esa cifra, l�gicamente, tambi�n disminuye la sanci�n. Creo que aumentar las sanciones y traspasar el conocimiento de la conducci�n en estado de ebriedad a los juzgados de polic�a local cuando no se producen da�os o no hay lesionados ayuda bastante a mejorar la fiscalizaci�n en esta materia. Tambi�n comparto la limitaci�n a los jueces de no entregar permisos provisorios para seguir conduciendo a quienes est�n siendo procesados y cuya alcoholemia haya arrojado una cifra superior a 1,2. Sobre el particular, quiero hacer breves comentarios. Primero, es necesario castigar con sanciones mayores a conductores profesionales cuya alcoholemia registre una dosificaci�n superior a 0,5 gramo por mil de alcohol en la sangre y tengan la responsabilidad de transportar pasajeros o escolares. Es decir, respecto de aquellas personas con riesgo mayor y que pueden involucrar a terceros, hay que establecer se�ales mucho m�s dr�sticas. Espero presentar una indicaci�n en este sentido. Segundo, quiero referirme a la autorizaci�n a las organizaciones sociales, clubes deportivos, centros de madres y comit�s de allegados para desarrollar eventos ben�ficos, sobre todo en las comunas m�s pobres o rurales. Muchas veces no hay m�s alternativa que hacerlos en los locales de las juntas de vecinos o en el �nico local p�blico que es la escuela. Es evidente que hay una contradicci�n, como se ha dicho aqu�, pero el objetivo que se persigue con actividades de este tipo no es fomentar el consumo del alcohol, sino obtener recursos financieros para el comit� de allegados, para el propio club deportivo o para reparar la escuela. Sobre ello las juntas de vecinos, los municipios y los Carabineros tambi�n tienen mucho que decir. Por �ltimo, respecto al horario de funcionamiento de botiller�as y establecimientos que expenden alcohol, me parece una medida m�s acertada dejar a criterio de los municipios, de los concejos municipales, la fijaci�n del horario de funcionamiento que establecer restricciones. Porque, por ejemplo, hay comunas que realizan gran actividad tur�stica y en ciertas �pocas del a�o necesariamente deben contar con mayor flexibilidad. Considero l�gico que cada municipio, cada concejo municipal, decida sobre ello en funci�n de la realidad de cada una de las comunas. Voto favorablemente, y en la discusi�n particular presentar� las indicaciones que he planteado. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Horvath. El se�or HORVATH.- Se�or Presidente, en primer lugar, quiero felicitar a los autores de la iniciativa �entre ellos, la Diputada Mar�a Ang�lica Cristi-, porque realmente aborda un problema social de la mayor relevancia, ya que la actual Ley de Alcoholes est� francamente obsoleta en su aplicaci�n. Los datos que se nos han entregado sobre los niveles a que se ha llegado en el consumo de alcohol -en particular entre los j�venes- ya no son francamente alarmantes, sino que constituyen un problema social mayor. Como un ejemplo del atraso de la ley vigente, citar� el art�culo 130 de dicho texto legal. Dice: "En todas las escuelas y colegios de ense�anza primaria, secundaria y especial se deber� ense�ar obligatoriamente la higiene, con nociones en fisiolog�a y temperancia, ilustrada con cuadros morales y exhibiciones cinematogr�ficas que demuestren gr�ficamente las consecuencias del abuso de las bebidas embriagantes". Y contin�a la disposici�n en ese mismo tenor. La verdad es que los resultados no se lograron por esa v�a y se debe tomar en consideraci�n lo que ha sucedido en otras instituciones. Siempre he se�alado la experiencia de un experto en prevenci�n de riesgos del Ministerio de Obras P�blicas, quien, despu�s de 30 a�os de estar asustando a los trabajadores con los efectos da�inos del alcohol en la salud f�sica y las relaciones sociales, termin� concluyendo que resultaba m�s efectivo ense�ar a beber. Se trata de lograr una cultura del alcohol, con el objeto de que su ingesta pueda dominarse conscientemente; de aprender a beber menos, pero de mejor calidad; de no tomar nunca con el est�mago vac�o; y, en el fondo, de saber que el alcohol, que hasta cierta cantidad puede estimarse estimulante y hasta beneficioso para la salud f�sica y ps�quica, despu�s de ese l�mite se torna perjudicial. Y se obtuvo resultados notables. Tambi�n se ha se�alado por expertos que los niveles de consumo de alcohol en otros pa�ses, como los de Europa, son mucho m�s elevados que en Chile, pero sus efectos son diferentes de los nuestros. Ah� reside justamente la ra�z del problema. La modificaci�n que se propone al art�culo 130 de la ley vigente, que acabo de mencionar, va en esa misma direcci�n, y se puede seguir perfeccionando en otros aspectos. Tambi�n hay elementos que de alguna manera est�n influyendo en la capacidad fiscalizadora de los organismos pertinentes, en particular Investigaciones y Carabineros. Se han introducido enmiendas que no apuntan en la direcci�n correcta. Antes, en un extremo, estaba, por ejemplo, la detenci�n por sospecha; hoy existen los derechos del detenido. Resulta, entonces, que las entidades fiscalizadoras �Carabineros e Investigaciones-, cuando acceden a un lugar donde se est� bebiendo en forma inmoderada o se est� haciendo otro tipo de estragos y en los cuales participan muchas veces j�venes, prefieren ahuyentarlos, porque f�cilmente pueden transformarse de acusadores en acusados. Vinculado con lo anterior, tambi�n est� la edad del discernimiento. Hoy los j�venes acceden a una mayor cantidad de informaci�n y, pese a madurar m�s tarde, tienen conciencia prematura de lo que es bueno y de lo que es malo. En ese sentido, creo que tambi�n se debe introducir una enmienda con el objeto de resolver el problema de ra�z en un contexto pol�tico y legislativo. Hay muchas instituciones, entre otras las iglesias evang�licas, que hacen un enorme aporte a la sociedad en ese aspecto. Creo que es un tema relevante que, con el concurso de todos los actores de la sociedad, debemos resolver a fondo. Junto con reiterar mis felicitaciones a los autores de esta innovadora iniciativa, apruebo el proyecto, sin perjuicio de anunciar que presentar� las indicaciones correspondientes. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Stange. El se�or STANGE.- Se�or Presidente, comparto plenamente todas las opiniones vertidas acerca de la imperiosa necesidad de poner al d�a este texto legal tan importante. Sin embargo, es preciso presentar indicaciones que permitan clarificar situaciones que en el proyecto aparecen difusas. As�, por ejemplo, debe rectificarse la facultad de los inspectores municipales de fiscalizar establecimientos de expendio de bebidas alcoh�licas, pues con ello se invade el �mbito policial regulado en el art�culo 90 de la Constituci�n Pol�tica del Estado. Por otra parte, estimo que el CONACE debe considerar el alcohol como droga. El consumo de alcohol constituye el inicio de ello, y tenemos el triste r�cord de ser los m�s bebedores. Tambi�n es necesario analizar todo lo relativo al clandestinaje y su fiscalizaci�n. En todo caso, esta moci�n es muy importante, necesaria y urgente, y me permito felicitar a sus autores. Voto a favor. El se�or R�OS.- Se�or Presidente, en este debate he o�do un conjunto de afirmaciones que son t�picas cuando se plantea un tema como el que nos ocupa, algunas de ellas, desde mi punto de vista, bastante exageradas, por ejemplo, que el alcoholismo en nuestro pa�s est� provocando da�os muy grandes, que va en aumento, etc�tera. Todas las estad�sticas que maneja el Estado chileno se�alan, sin excepci�n, que el n�mero de personas que hoy consumen alcohol es menor que el de hace diez a�os. La mayor ingesta de alcohol en el pa�s, conforme a las estad�sticas y censos, se produjo en 1993, en que hubo 297 mil 555 personas detenidas por embriaguez. En 1998 esa cifra baj� a 235 mil 239. Es decir, en cinco a�os �desde 1993 a 1998- tal cantidad disminuy� en 65 mil personas. En 1989, el n�mero de detenidos por ese delito fue similar al de 1998, s�lo hubo una diferencia de mil 500 personas. En efecto, en 1989 fueron 233 mil 933 los detenidos y en 1998 235 mil 239. Si se analiza dicha situaci�n en t�rminos porcentuales �dado que la cifra var�a seg�n el aumento de la poblaci�n-, en 1998 hubo 2,3 por ciento de chilenos mayores de 18 a�os detenidos por ebriedad. Sin embargo, en 1993, ese porcentaje fue del orden de 3,5 por ciento, es decir, hay m�s de un punto de diferencia. Algunos Parlamentarios, a quienes mostr� dichas estad�sticas, me se�alaron que ellas se deb�an a que Carabineros, en estos casos, no se atreven a detener. No, se trata de otro tema. Entiendo que hay un problema con la detenci�n por sospecha. Sin embargo, la infracci�n por embriaguez no es una cuesti�n de sospecha, sino algo evidente. Por lo tanto, cuando se nos dice que en Chile hay 500 mil j�venes alcoh�licos, considero que esa cantidad es muy elevada. No s� de d�nde proviene. Las �nicas cifras valederas son las entregadas por el Instituto Nacional de Estad�sticas, que son, por lo dem�s, las reconocidas en todo el pa�s. El tema del alcoholismo es siempre delicado y complicado. Pero todos los antecedentes indican que el n�mero de personas que ha incurrido en ingesta excesiva ha ido bajando en los �ltimos a�os. Ello es una buena noticia para el Senado y el pa�s, despu�s de haber escuchado aqu� tanta tragedia. Por otra parte, en cuanto a lo manifestado por algunos se�ores Senadores en el sentido de que profesores y j�venes les han hecho ver, con su alma desgarrada, que la sociedad no se preocupa de ellos, recojo lo que dijo un se�or Senador hace un par de minutos: siempre se trata de restar responsabilidad a las familias para endos�rsela a las municipalidades y al Estado en general. Si la familia no marcha en este aspecto, es porque tampoco funcion� la educaci�n previa de quienes contrajeron matrimonio. Por lo tanto, no est�n funcionando los sistemas religiosos en Chile. Cinco millones de chilenos ingresan a una iglesia o a un templo todas las semanas. �Qu� ocurre con ellos? Cada uno debe asumir su responsabilidad en esta materia. �Qu� sucede con los principios, los valores, las organizaciones y estructuras? No es un asunto concerniente a una ley, sino a algo bastante m�s grande. Y muchas veces se exagera. Creo que realmente hay preocupaci�n de los padres, porque, si no, las cifras habr�an aumentado ostensiblemente y no habr�an bajado �como expliqu� denantes- en cerca de 60 mil. Por otro lado, el segundo producto m�s publicitado en la televisi�n nacional es el alcohol en todas sus variedades. Y eso llega a la totalidad de los hogares. A su vez, se dice que 65 por ciento de la opci�n de compra de los chilenos lo resuelve la televisi�n. Entonces, en este proyecto se est� poniendo algo de color, pero, en definitiva, lo grande y lo grueso seguir� funcionando igual. El Senador se�or Mu�oz Barra dijo que, aunque no le gusta mucho el control horario, votar� a favor. Pero debo se�alar que el control horario se halla dispuesto en la Ley Org�nica Constitucional de Municipalidades. El alcalde es quien hoy resuelve los horarios de ventas. Por tal motivo, este proyecto no introducir� modificaci�n alguna en este aspecto. Me pronunciar� a favor de la iniciativa, porque hay dos art�culos que pueden ser de inter�s y tienen relaci�n con las penas; pero el resto se encuentra totalmente establecido en normas existentes. Adem�s, el alcoholismo en Chile, seg�n el INE, est� bajando y no aumentando. Voto que s�. El se�or VEGA.- Se�or Presidente, me parece que esta normativa es muy consecuente con lo que hoy vivimos en nuestro pa�s. Discrepo de las cifras dadas aqu�; las que poseo son bastante distintas. Conforme a estad�sticas de CONACE, no s�lo ha aumentado el n�mero de alcoh�licos, sino que ha bajado la edad con que las personas se inician en el consumo de alcohol, lo cual me parece altamente sensible. En Chile, aproximadamente 600 mil j�venes entre 12 y 18 a�os se encuentran en esa situaci�n. Es cierto que hace m�s o menos 30 a�os la juventud consum�a alcohol, pero la edad en que comenzaba su ingesta no era tan temprana. Por esa raz�n, considero que este problema es de car�cter nacional y que debe enfrentarse, precisamente, con medidas nacionales. Y si es as�, entonces las municipalidades quedar�an fuera de contexto. Que �stas tomen sus propias decisiones desdibuja cualquier medida de car�cter nacional sobre la materia. Obviamente, la globalizaci�n no contribuye a solucionar y rectificar esta situaci�n, pues, al igual que la drogadicci�n, el alcohol, que no es bebida refrescante, tiene el grave inconveniente de ser adictivo: el joven comienza con cerveza y termina con pisco de 45 grados. Se sabe positivamente que, de continuar por este camino, el alcohol atacar� su raciocinio, su cerebro y le inducir� a tomar malas decisiones. No estoy de acuerdo con las cifras de 1.5 y 2 gramo por mil de alcohol en la sangre que se dieron a conocer aqu�. Me parece que una dosificaci�n de 0,8, como la planteada en la iniciativa es bastante razonable. Los pa�ses que han adoptado decisiones dr�sticas al respecto han establecido 0,5 gramos por mil de alcohol en la sangre, y �reitero-, obviamente, el 0,8 propuesto en el proyecto me parece razonable. Lamentablemente, no somos lo suficientemente estrictos para aplicar las sanciones, ni tampoco tenemos multas relativamente fuertes que limiten esta adicci�n que hoy afecta a toda la sociedad. La situaci�n es distinta de la que se viv�a hace unos a�os. Actualmente hay un incremento sustancial en el consumo de bebidas alcoh�licas, y lo m�s peligroso es que han bajado los niveles de edad de quienes las ingieren. Por esa raz�n, considero que el proyecto es sumamente consecuente. Pienso que estamos bastante atrasados con las decisiones y regulaciones que se proponen. Si �stas no son pr�cticas y eficientes en el tiempo, realmente estaremos provocando un da�o muy serio a la sociedad y, particularmente, a nuestra juventud. Espero que las indicaciones que se presenten a la iniciativa mejoren algunos aspectos todav�a d�biles. Voto a favor. El se�or HOFFMANN (Secretario).- �Alg�n se�or Senador no ha emitido su voto? El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Terminada la votaci�n. --Se aprueba en general el proyecto (36 votos). Votaron por la afirmativa los se�ores Bitar, Boeninger, Bombal, Cantero, Cordero, Chadwick, D�ez, Foxley, Frei (do�a Carmen), Frei (don Eduardo), Gazmuri, Hamilton, Horvath, Lavandero, Mart�nez, Matta, Matthei, Moreno, Mu�oz Barra, Novoa, N��ez, P�ez, Parra, P�rez, Pizarro, Prat, R�os, Romero, Ruiz (don Jos�), Ruiz-Esquide, Sabag, Stange, Urenda, Vald�s, Viera-Gallo y Zald�var (don Andr�s). El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En la sesi�n de ma�ana, con el qu�rum correspondiente, nos pronunciaremos sobre la proposici�n de enviar la iniciativa a las Comisiones de Constituci�n, Legislaci�n y Justicia y de Salud, unidas, y de Hacienda, en su caso. Asimismo, fijaremos plazo para formular indicaciones. Terminado el Orden del D�a. VI. INCIDENTES PETICIONES DE OFICIOS El se�or HOFFMANN (Secretario).- Han llegado a la Mesa diversas peticiones de oficios. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se les dar� curso en la forma reglamentaria. ______________ --Los oficios cuyo env�o se anuncia son los siguientes: Del se�or FERN�NDEZ: Al se�or Ministro del Interior, a la se�ora Ministra de Relaciones Exteriores y al se�or Comandante en Jefe de la Fuerza A�rea de Chile, respecto de OPERACIONES DE FUERZA A�REA EN VILLA LAS ESTRELLAS DE LA ANT�RTIDA; al se�or Ministro de Econom�a, Fomento y Reconstrucci�n, relativo a CIERRE DE SUBAGENCIA DE EMAZA EN CIUDAD DE PUERTO WILLIAMS, y al se�or Ministro de Agricultura, tocante a MEDIDAS EN AYUDA DE GANADEROS POR NEVAZONES EN SECTOR CERRO GUIDO, COMUNA DE TORRES DEL PAINE (TODOS DE DUOD�CIMA REGI�N). De la se�ora FREI (do�a Carmen): Al se�or Ministro de Econom�a, Fomento y Reconstrucci�n, solicitando INFORMACI�N SOBRE EMPRESA DE SERVICIOS SANITARIOS (ESSAN) DE SEGUNDA REGI�N; al se�or Ministro de Obras P�blicas y al se�or Director Nacional de Vialidad, con relaci�n a PAVIMENTACI�N DE CAMINO A R�O GRANDE, EN SAN PEDRO DE ATACAMA, y al se�or Subsecretario de Desarrollo Regional de la Segunda Regi�n, pidi�ndole ANTECEDENTES SOBRE SUBSIDIOS A CONSUMO DE AGUA POTABLE EN SEGUNDA REGI�N. Del se�or LAGOS: A la se�ora Ministra de Salud, respecto de problemas LABORALES DE FUNCIONARIOS DE consultorios de Iquique Y SAPU DE ALTO HOSPICIO por decisiones de Corporaci�n municipal de desarrollo social de iquique (primera regi�n). Del se�or LARRA�N: A Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica, tocante a ESTABLECIMIENTO DE ESTADO DE EMERGENCIA ECON�MICA POR SITUACI�N NACIONAL. Del se�or LAVANDERO: A la se�ora Directora Regional de PROCHILE de La Araucan�a, referente a RESULTADO DE VIAJE AL EXTRANJERO DE DIRECTORA REGIONAL DE PROCHILE EN CUANTO A INCREMENTO DE EXPORTACIONES y RUBROS EXPORTABLES Y NUEVAS INVERSIONES EN LA ZONA; a la se�ora Vicepresidenta Ejecutiva del Comit� de Inversiones Extranjeras, relativo a MINUTA ELABORADA DURANTE GOBIERNO DE PRESIDENTE AYLWIN ACERCA DE CONDICIONES PARA INVERSIONES EN MINER�A DEL COBRE y PRODUCCI�N Y EXPORTACI�N DE CONCENTRADOS DE COBRE, y a la se�ora Secretaria Regional Ministerial de Bienes Nacionales de La Araucan�a, pidi�ndole ANTECEDENTES SOBRE BIENES RA�CES CONFISCADOS Y SU DEVOLUCI�N y ANTECEDENTES SOBRE SANEAMIENTO DE T�TULOS DE PROPIEDAD (NOVENA REGI�N). Del se�or MORENO: A la se�ora Ministra de Salud, concerniente a FONDOS PARA MEJORAMIENTO DE INFRAESTRUCTURA Y AUMENTO DE PERSONAL EN HOSPITAL DE LITUECHE; al se�or Subsecretario del Interior y al se�or Intendente de la Sexta Regi�n, relacionado con ADQUISICI�N DE CAMI�N PARA TRASLADO DE M�QUINA PERFORADORA DE POZOS PROFUNDOS y AMPLIACI�N DE RED EL�CTRICA EN SECTOR EL CUZCO, COMUNA DE LITUECHE, y a los se�ores Subsecretario del Interior y Secretario Regional Ministerial de Vivienda y Urbanismo de la Sexta Regi�n, sobre CONSTRUCCI�N DE ALCANTARILLA EN AVENIDA OBISPO LARRA�N, RUTA LITUECHE-RAPEL, COMUNA DE NAVIDAD (TODOS DE SEXTA REGI�N). Del se�or NOVOA: Al se�or Contralor General de la Rep�blica, relativo a informaci�n sobre BALANCES DE EMERES, RESULTADOS DE AUDITOR�AS Y ANTECEDENTES REQUERIDOS POR EMERES EN LICITACI�N DE RELLENO SANITARIO EN REGI�N METROPOLITANA; al se�or Intendente de la Regi�n Metropolitana, concerniente a RESOLUCIONES DE LA INTENDENCIA Y ANTECEDENTES T�CNICOS PARA UBICACI�N DE VERTEDEROS; a la se�ora Directora Ejecutiva de la Comisi�n Nacional del Medio Ambiente, atinente a INFORMES T�CNICOS DE CONAMA PARA INSTALACI�N DE RELLENO SANITARIO EN RINCONADA DE MAIP� (Todos de Regi�n Metropolitana). Del se�or STANGE: Al se�or Ministro de Hacienda, con relaci�n a RECURSOS PARA MEJORAMIENTO DE SISTEMA DE ALCANTARILLADO EN PUERTO MONTT; al se�or Ministro de Obras P�blicas, respecto de RECONSTRUCCI�N DE PUENTE EN VARIANTE DE RUTA PUERTO VARAS-NUEVA BRAUNAU A CARRETERA PUERTO MONTT-AEROPUERTO EL TEPUAL; a la se�ora Ministra de Salud, solicit�ndole URGENTE CONTRATACI�N DE CIRUJANO DENTISTA EN COMUNA DE LOS MUERMOS; al se�or Intendente de la Regi�n de Los Lagos, referente a SEGUNDA ETAPA DE ELECTRIFICACI�N DE SECTOR PE�ASM� OESTE, COMUNA DE CALBUCO, y al se�or Director Nacional de INDAP, sobre DIFICULTADES DE AGRICULTORES DE SECTOR LOS MUERMOS POR FALTA DE PERSONAL EN INDAP (TODOS DE LA D�CIMA REGI�N). ______________ El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En Incidentes, el Comit� Institucionales 1 ha cedido su tiempo al Senador se�or Novoa. Tiene la palabra, Su Se�or�a. RECOLECCI�N DE BASURA E INSTALACI�N DE RELLENOS SANITARIOS EN REGI�N METROPOLITANA. OFICIOS El se�or NOVOA.- Se�or Presidente, quiero referirme a una materia bastante compleja que afecta a la Regi�n Metropolitana, pero que seguramente debe provocar similares problemas en otros centros urbanos del pa�s: al problema que representa la recolecci�n y disposici�n de los residuos s�lidos, o sea, la basura. Dada la magnitud del problema, los efectos negativos sobre la calidad de vida de cientos de miles de chilenos, el impacto sobre el medio ambiente y los aspectos econ�micos que presenta esta situaci�n, lo m�s procedente ser�a realizar una sesi�n especial en el Senado o constituir una Comisi�n t�cnica para analizar a fondo la materia, a fin de encontrar las posibles soluciones o, eventualmente, buscar una salida legislativa mediante la presentaci�n de un proyecto de ley. Junto con el se�or Presidente del Senado hemos analizado distintas alternativas y es muy probable que propongamos un camino para enfrentar y abordar a fondo este tema. No obstante lo anterior, deseo referirme a este problema en cuanto afecta a la Regi�n Metropolitana, y en forma especial a la zona poniente de ella, que tengo el honor de representar en el Senado. La disposici�n de residuos s�lidos -situaci�n de por s� dif�cil- se ve agravada en la Regi�n Metropolitana por los siguientes factores: en primer lugar, su crecimiento y su enorme cantidad de habitantes; segundo, existen comunas densamente pobladas en el sector oriente que no cuentan con espacios para depositar sus residuos, las cuales carecen de est�mulos y tambi�n de normas que las obliguen a buscar soluciones t�cnicas, las que siendo m�s caras, no son contaminantes y no implican solamente trasladar el problema de una comuna a otra. Dicha situaci�n se ve agravada en la Regi�n Metropolitana por el funcionamiento de la empresa EMERES que congrega a 21 municipios. �stos juntan toda la basura y despu�s eligen a dedo una comuna en la cual depositarla. Es evidente que no existe ninguna posibilidad de que un sector de la Regi�n Metropolitana pueda recibir la basura de 20 comunas sin que se le generen graves problemas. Asimismo, faltan principios rectores sobre esta materia. Me parece evidente que si existiera una norma o un principio que ordenara que cada municipio debe solucionar su propio problema y que ninguno de ellos puede ser obligado a recibir la basura de otra, se establecer�a un mecanismo en virtud del cual las comunas que carecen de espacios, pero que normalmente cuentan con muchos ingresos, podr�an convenir con otras compensaciones para que alguna le reciba la basura, o se podr�an generar sistemas alternativos. En la actualidad no hay ning�n est�mulo para solucionar en forma racional el problema de la basura en la Regi�n Metropolitana. Por el contrario, las licitaciones que se anuncian y la posibilidad de que se instalen vertederos en una o dos comunas, con contratos superiores a 20 a�os, �nicamente perpetuar�n un tratamiento absolutamente primitivo de los residuos s�lidos en Santiago y condenar�n a algunas comunas a vivir permanentemente en un medio ambiente deteriorado. El resultado de toda esta situaci�n es que las comunas m�s afectadas se encuentran en el sector poniente de Santiago: San Bernardo, Maip�, Tiltil, Pudahuel, Talagante -por nombrar algunas-, pues �stas son las que est�n en la mira de EMERES para depositar en ellas miles de toneladas mensuales de basura. Dichas zonas se ver�n afectadas por un intenso tr�fico de camiones (se calcula, en algunos casos, m�s de 500 � 600 camiones diarios); contaminaci�n de napas subterr�neas; p�rdida del valor de las propiedades; da�os en la producci�n agr�cola de algunas comunas, y deterioro de la calidad de vida, cualquiera que sea la soluci�n a que se llegue, en los t�rminos en que actualmente se maneja el tema de la basura en Santiago. Adem�s, se presenta la injusta situaci�n de que muchas de tales comunas son habitadas por personas modestas, de mucho esfuerzo, quienes se rebelan al ver a su sector transformado en el basurero de Santiago. Reitero, no quiero ahondar en esta materia, que es compleja, dif�cil y que posee una gran cantidad de aristas, respecto de la cual debemos buscar una soluci�n. Sin embargo, debido a que se est�n llevando a cabo licitaciones o se est� por resolver al respecto, quise referirme al tema. Por ello, solicito que se oficie al se�or Contralor General de la Rep�blica para que d� a conocer los balances de los diez �ltimos a�os de la Empresa Metropolitana de Residuos Sanitarios (EMERES), los resultados de las auditor�as practicadas por el organismo contralor y todos los antecedentes acerca de la �ltima licitaci�n para la instalaci�n de rellenos sanitarios en la Regi�n Metropolitana llevada a cabo por EMERES. Asimismo, al se�or Intendente de la Regi�n Metropolitana con el objeto de que informe respecto de las resoluciones emanadas de la Intendencia que determinaron, a�os atr�s, la ubicaci�n del vertedero Lomas del Colorado, en la comuna de Tiltil, a 70 kil�metros de la ciudad de Santiago; de los antecedentes t�cnicos que avalaron ubicar el vertedero antes mencionado en el lugar donde se encuentra y no m�s cerca de la ciudad; de las resoluciones emanadas ahora que permiten la instalaci�n de los proyectos de vertederos en Lonqu�n y en Rinconada de Maip�, y de los antecedentes t�cnicos relativos a la distancia de estos vertederos de Santiago que avalan tales resoluciones. Y, finalmente, a la se�ora Directora Ejecutiva de la Comisi�n Nacional del Medio Ambiente para que comunique los estudios y antecedentes t�cnicos de que dispone la Unidad de Desarrollo Territorial de la CONAMA acerca de las napas subterr�neas de Rinconada de Maip�, y env�e toda la informaci�n que posea tocante a los proyectos viales necesarios para autorizar el funcionamiento de un relleno sanitario en dicho lugar y que servir�n de base para adoptar una decisi�n final. Y, en general, todos los estudios que tenga a su disposici�n relativos a las distintas posibilidades de procesamiento de basura domiciliaria. Gracias, se�or Presidente. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Se enviar�n los oficios solicitados por Su Se�or�a, en conformidad al Reglamento. En el tiempo del Comit� Socialista, tiene la palabra el Honorable se�or Viera-Gallo. SUBSANACI�N DE ERRORES FORMALES EN INSCRIPCI�N DE CANDIDATOS A PARLAMENTARIOS El se�or VIERA-GALLO.- Se�or Presidente, se ha producido con la Uni�n de Centro Centro una situaci�n parecida, aunque no similar, a la que le ocurri� a la Democracia Cristiana respecto de la dificultad para inscribir sus candidatos, por un error en la formulaci�n del procedimiento correspondiente. Esto nos debe hacer reflexionar en el sentido de que nuestra legislaci�n electoral �la Ley sobre Votaciones Populares y Escrutinios- es muy r�gida, y lo es a tal grado que nos lleva a situaciones completamente contraproducentes. Lo natural ser�a que esa ley contemplara un plazo para que, en el caso de que hubiere un error formal en las inscripciones, se pudiera subsanar. Porque no se trata aqu� de un error sustancial como la suplantaci�n de un candidato, tomar el nombre de una persona que no postula a un cargo p�blico, u otra situaci�n an�loga, sino de simples formalidades a las que despu�s, por alg�n motivo, cuesta a veces dar cumplimiento. En ese sentido, he presentado un proyecto de ley que pretende modificar la Ley sobre Votaciones Populares y Escrutinios en forma permanente; de manera que durante el plazo que otorga la ley para reclamar ante el Tribunal Calificador de Elecciones, las personas puedan rectificar los errores que pudieran haberse cometido en la inscripci�n. Esto, a mi juicio, no s�lo contribuir�a al perfeccionamiento de nuestro sistema electoral, sino que lo har�a m�s transparente y flexible. Junto con eso, la iniciativa tiene un art�culo transitorio que aumenta el plazo de que actualmente dispone la Uni�n de Centro Centro y le permite, si el proyecto fuere aprobado r�pidamente, rectificar ante el Tribunal Calificador de Elecciones los errores en que pudiera haber incurrido en las inscripciones. Y eso es v�lido tambi�n para los otros partidos o candidaturas independientes objetadas desde ese punto de vista. Es decir, hace aplicable este criterio a todas las observaciones u objeciones del Director del Registro Electoral. He querido aprovechar la hora de Incidentes para dar a conocer esa idea. Me alegro mucho de que casi todos los Partidos hayan demostrado voluntad expl�cita de solucionar estos problemas. El Gobierno mismo lo ha hecho al recibir a la directiva de la Uni�n de Centro Centro, y ojal� mi modesta contribuci�n pudiera lograr el consenso de los se�ores Senadores, y despu�s de los Diputados y del Gobierno, y tal vez aprobarse r�pidamente, con lo cual se obviar�an los problemas de una discriminaci�n o exclusi�n odiosa referida s�lo a problemas de formalidad. He dicho. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Una consulta a su proyecto. �Permite la inscripci�n de candidatos en Regiones? El se�or VIERA-GALLO.- S�, se�or Presidente. El se�or R�OS (Vicepresidente).- En el tiempo del Comit� Socialista, ofrezco la palabra. La tiene el Honorable se�or N��ez. REVISI�N DE NORMATIVA SOBRE LICITACI�N PARA CONSTRUCCI�N DE VIVIENDAS. OFICIO El se�or N��EZ.- Se�or Presidente, recientemente en Atacama tuvimos que lamentar la quiebra de una empresa constructora -Su Se�or�a es una persona muy informada en materia de viviendas, particularmente en este rubro- que dej� alrededor de trescientas personas sin trabajo. Tal circunstancia, adem�s, caus� gran desilusi�n a muchas personas que a trav�s de la acci�n de esa empresa esperaban obtener la anhelada casa propia. Tengo la impresi�n de que esa situaci�n se ha repetido en otros lugares. Por tal raz�n, me impuse de algunos datos que estimo relevante explicitarlos en esta oportunidad porque, a la luz de lo sucedido, pienso que ciertas disposiciones que rigen el funcionamiento de estas empresas cuando licitan obras patrocinadas o respaldadas por el Estado, debieran ser modificadas. En materia de plazo, por ejemplo, debe considerarse que a veces transcurren alrededor de ciento noventa y cinco d�as entre la licitaci�n de una obra y el momento en que se empieza a construir la misma. Como consecuencia, este sector de la econom�a no est� cumpliendo efectivamente con la tarea de reactivar un campo particularmente sensible para los efectos de aumentar la capacidad de empleo. Esto se complica adem�s por los plazos que imponen los municipios, los que normalmente son de cuarenta y cinco a sesenta d�as. Por ello, a muchas de estas empresas, especialmente a las peque�as y medianas, se les hace muy dif�cil acceder a los recursos necesarios para cubrir gastos como mano de obra, imposiciones, materiales, en fin, lo cual redunda en que la mayor�a de ellas deben endeudarse en el sistema bancario. Y, al hacerlo, por muy baja que est� la tasa de inter�s, obviamente que hace m�s dif�cil que estas empresas sean rentables, desde el punto de vista de su ejecuci�n presupuestaria. Por tales razones, pido oficiar al Ministerio de Vivienda y Urbanismo para que estudie la elaboraci�n de una propuesta que nos permita establecer una nueva normativa en pro de la reducci�n de los plazos impuestos por el actual sistema. Asimismo, solicito que las autoridades competentes de esa Cartera revisen las normas que regulan los procesos de licitaci�n, de modo que, salvaguardando el inter�s p�blico, �sta se haga m�s expedita, �gil y, en consecuencia, menos burocr�tica. En el mismo sentido, deseo expresar mi opini�n favorable para que nuevamente el Ministerio de Vivienda, resguardando el inter�s p�blico, restablezca el sistema de p�lizas de seguro, a fin de permitir que opten a estas licitaciones las peque�as y medianas empresas constructoras que, por la v�a de las boletas de garant�a o de los cr�ditos, normalmente se ven impedidas de presentarse a ellas y, por ende, hacen poco factible que compitan en un mercado tan altamente competitivo como el de las empresas constructoras. He recibido opiniones favorables por parte de algunas autoridades del Ministerio de Vivienda en el sentido de que tal situaci�n est� en estudio, pero me ha parecido conveniente darla a conocer en esta oportunidad, dado que la quiebra de la empresa constructora a que me he referido, aparte provocar la cesant�a de m�s de trescientas personas, dej� al desnudo, en mi opini�n, la imperante necesidad de modificar la normativa que rige el proceso mencionado �y estoy solicitando oficiar, en mi nombre, al Ministerio de Vivienda en tal sentido- porque hace muy dif�cil que estas empresas efectivamente cumplan su rol fundamental, que no es s�lo el de construir casas para los sectores m�s despose�dos, m�s pobres de nuestra poblaci�n, sino que fundamentalmente desarrollar actividades empresariales que nos parecen� El se�or R�OS (Vicepresidente).- �Me permite, se�or Senador? La Mesa quisiera tener m�s claridad sobre los plazos. �A cu�les plazos se refiere Su Se�or�a? El se�or N��EZ.- Desde que se licita un proyecto hasta la firma del contrato, la adjudicaci�n de la obra puede demorar noventa d�as, es decir, tres meses. Si a esto sumamos el proceso de solicitud de permisos municipales, como dije anteriormente, que se extienden a veces hasta cuarenta y cinco y sesenta d�as; la aprobaci�n de los distintos proyectos que incluyen cualquier obra; o sea, pavimentaci�n, agua potable, alcantarillado, entre otros, que se pueden extender hasta sesenta d�as m�s, todo ello significa que, desde que se licita hasta que puedan iniciar las obras, transcurren f�cilmente ciento noventa y cinco d�as. Y solamente en ese momento las empresas pueden empezar la contrataci�n de la mano de obra, que es lo que nos interesa, porque particularmente en zonas como las nuestras en donde hay alto desempleo, �ste es el sector m�s sensible, el que efectivamente utiliza mayor mano de obra. Pero si hay de por medio plazos tan extensos -muchos de ellos, a mi juicio, excesivamente burocr�ticos-, pr�cticamente la posibilidad de reactivaci�n econ�mica del sector y, por lo tanto, la de generar nuevos empleos, se hace mucho m�s lenta de lo que realmente debiera ocurrir. Hay iniciativas al respecto. Por ejemplo, a trav�s del SERVIU, por lo menos en una zona de la Regi�n de Atacama, el Estado tiene proyectada una inversi�n de mil quinientos millones de pesos. Y pese a que estos recursos debieran posibilitar el inicio de la construcci�n de poblaciones previstas desde hace mucho tiempo, si esperamos el cumplimiento de estos plazos, comprobaremos que son absolutamente inadecuados para los efectos de generar la mano de obra que se requiere en una Regi�n que, como otras tambi�n del pa�s, est�n azotadas por el flagelo de la cesant�a. He dicho. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Se enviar�n los oficios solicitados por Su Se�or�a, en conformidad al Reglamento. Sin embargo, quiero advertir que en lo referente al plazo de las municipalidades, �stas tienen desde un d�a hasta muchos d�as para resolver. Y �ste no es problema de una norma legal o de la modificaci�n de decretos, porque cada municipalidad debe asumir su responsabilidad. Igual cosa sucede respecto a las obras de agua potable, luz, etc�tera. Ocurre que usualmente dichos plazos provocan problemas en el inicio de la obra cuando ellos se solicitan despu�s de haberse ganado la licitaci�n. Si se va a construir una obra en un lugar determinado, el SERVIU �que ya es propietario- debe solicitar antes la aprobaci�n municipal y contar con los preestudios de agua y luz. Si tiene esos tres elementos b�sicos, sin duda alguna no debiera ser muy largo el per�odo entre la adjudicaci�n de la licitaci�n versus la construcci�n de la obra, porque ya est� todo lo anterior previamente estudiado. A veces sucede que los SERVIU u otro organismo no han hecho lo previo para que la licitaci�n sea m�s �gil. El se�or N��EZ.- De todas maneras me gustar�a aclarar lo siguiente, se�or Presidente: el excesivo plazo no est� planteado solamente en el momento de la licitaci�n. Tambi�n se presenta cuando las empresas solicitan el pago de los adelantos por un proyecto. Al final, lo �nico que paga el SERVIU es el diez por ciento del monto total, o sea, en el transcurso de la ejecuci�n de la obra debe pagar el 90 por ciento. Entonces, para que a las empresas les salga el pago en todo ese trayecto y presentar los estados de avance, normalmente pasan no uno ni dos d�as, sino much�simos m�s. En seguida, las municipalidades tienen que nombrar una comisi�n, normalmente compuesta de tres hasta diez personas, para los efectos de recepcionar la obra. Al recepcionarse la obra un municipio puede hacerlo con entera satisfacci�n o con observaciones. Si es con observaciones, la misma municipalidad debe nombrar una nueva comisi�n, para lo cual tiene diez d�as. Y la comisi�n, para entregar su informe, tres d�as m�s. En resumen, si un municipio recibe con observaci�n una obra, transcurren los primeros diez d�as, la observa; luego pasan tres d�as para que emita el dictamen de observaci�n. Ya suman trece d�as, y hablamos de d�as h�biles. Si efectu� observaciones, tiene diez d�as para nombrar una nueva comisi�n y tres m�s para emitir su fallo. Vale decir, estamos hablando de veintis�is d�as solamente cuando se recepciona una obra. Entonces, a nuestro juicio, en la norma respectiva, particularmente de la Ley General de Construcciones y Urbanizaci�n, debi�ramos incluir alg�n tipo de modificaciones que efectivamente permita acortar los plazos. Porque en la actualidad una obra cualquiera puede ser seguida a trav�s del sistema computacional. Si se est� en red con el municipio y con el SERVIU, este organismo puede saber a diario el estado de avance. En consecuencia, no tiene necesidad de mandar una comisi�n que vaya al terreno y revise el estado de avance, porque, obviamente, con un sistema computacional como el que tenemos -con los notebooks que, por lo dem�s, est�n estandarizados para este tipo de construcciones en gran escala, como las que realiza el SERVIU-, est� absolutamente posibilitado el seguir d�a a d�a el avance de una obra. Por lo tanto, no se justifica que haya tanto plazo para el pago de los estados de avance. --Se anuncia el env�o de los oficios solicitados, en nombre del se�or Senador, en conformidad al Reglamento. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Los Comit�s Institucionales 2, Mixto y Dem�crata Cristiano no intervendr�n. En el tiempo del Comit� UDI e Independientes tiene la palabra el Senador se�or Stange. DESALOJO DE FAMILIAS HUILLICHES EN SECTOR DE HUALAIHU�, PROVINCIA DE PALENA. OFICIOS El se�or STANGE.- Se�or Presidente, por noticias aparecidas en medios de prensa se ha tomado conocimiento, con estupor, de la situaci�n que afecta a algunas familias huilliches en el sector de Hualaihu�, provincia de Palena. Efectivamente, hace muchos a�os los ancestros de Rudecindo Navarro Peranchiguai -rama de la etnia huilliche-, se instalaron en Punta Pichicolo, entre Hualaihu� y Hornopir�n, en la provincia de Palena de Chilo� Continental. Han permanecido en el lugar denominado "Puerto Bonito" por tres generaciones, creyendo que los terrenos les pertenec�an por tratarse de "tierras ancestrales". En mayo de 1999, Rudecindo Navarro Peranchiguai fue notificado de una demanda judicial en su contra, interpuesta en abril de ese a�o por la inmobiliaria "Las Delicias", que reclamaba la propiedad de 40 hect�reas ocupadas por �l y de otras 20 en las que viven su hija y su yerno Rub�n Llancap�n Llancap�n. Ambos predios est�n situados junto a la playa donde todo el grupo familiar, incluidos otros cinco matrimonios y sus hijos, en su mayor�a descendientes de la misma etnia, trabajan como pescadores y mariscadores. La inmobiliaria demandante pretende construir en ese privilegiado paraje un complejo tur�stico. En vista de esa notificaci�n, los ind�genas recurrieron a la Corporaci�n de Asistencia Judicial de Puerto Montt, que los represent� en el juicio por carecer ellos de medios para contratar abogados particulares. El 22 de diciembre de 1999, el Primer Juzgado del Crimen de Puerto Montt rechaz� la demanda en contra de las familias huilliches; pero la inmobiliaria apel� ante el tribunal de alzada de Valdivia, el cual revoc� la sentencia anterior y orden� la restituci�n de los inmuebles en el plazo de tres meses. Los demandados recurrieron entonces a la Corte Suprema, pero el 14 de agosto de 2000 qued� consignado en el expediente que "no compareci� a continuar con la tramitaci�n del recurso en el plazo legal respectivo"; es decir, los afectados perdieron el juicio debido a que el abogado de la Corporaci�n de Asistencia Judicial que debi� representarlos ante la Corte Suprema en Santiago no se present� a defender su causa. En la actualidad, la inmobiliaria solicit� el lanzamiento de los huilliches, y tanto la Corporaci�n de Asistencia Judicial como la Corporaci�n Nacional de Desarrollo Ind�gena han hecho sendas presentaciones para lograr dejar sin efecto esta orden judicial. Dado el gran impacto que en la regi�n est� causando este problema, por cuanto se trata de personas sin mayores recursos econ�micos, solicito que se oficie al Ministerio de Bienes Nacionales para recabar la informaci�n necesaria que explique c�mo ha sido posible que se vendiera un bien fiscal a un privado sin saberse, al parecer, que exist�an chilenos habit�ndolos desde hace tanto tiempo. Igualmente pido que se oficie a la Corporaci�n de Asistencia Judicial, para que proporcione antecedentes de la actual tramitaci�n de la causa y de las responsabilidades que pudieren haberse comprobado en la aparentemente negligente asistencia legal de parte de un funcionario de su dependencia. --Se anuncia el env�o de los oficios solicitados, en nombre del se�or Senador, en conformidad al Reglamento. El se�or R�OS (Vicepresidente).- En el tiempo del Comit� Renovaci�n Nacional, tiene la palabra el Senador se�or Horvath. EXTENSI�N DE �REA DE OPERACIONES A REGI�N CONTIGUA PARA EXPLOTACI�N DE RECURSOS HIDROBIOL�GICOS BENT�NICOS EN AIS�N. OFICIOS El se�or HORVATH.- Se�or Presidente, en primer lugar, quiero referirme al conflicto generado por la posible extensi�n del �rea de operaciones de los pescadores artesanales a la regi�n contigua para la explotaci�n de recursos hidrobiol�gicos bent�nicos en la Regi�n de Ais�n, lo cual abrir�a la posibilidad a buzos mariscadores de la D�cima Regi�n para que entren a Ais�n a extraer recursos, espec�ficamente erizos. Este mecanismo se halla establecido en la Ley General de Pesca y Acuicultura -hemos intentado modificarlo en varias oportunidades-, donde el Consejo Zonal de Pesca emite un informe t�cnico que sirve de referencia para la resoluci�n de la autoridad, en este caso, el Subsecretario de Pesca. El Consejo Zonal es el correspondiente a las Regiones D�cima y Und�cima, f�rmula que en su oportunidad no fue bien vista por la C�mara de Diputados, se�al�ndose que las realidades en ambas regiones eran muy distintas y, por lo tanto, hab�a que generar un consejo zonal espec�fico en la Regi�n de Ais�n. Pero esta materia es de iniciativa del Ejecutivo, y hasta la fecha esto no ha podido materializarse, pese a haber algunos compromisos en esa l�nea. Por otro lado, creemos que el Consejo Zonal no est� funcionando de acuerdo al esp�ritu de la ley. Como no se logr� la creaci�n de un consejo zonal en la Regi�n de Ais�n, se estableci� una representaci�n equitativa de las dos regiones en el consejo existente. Y hasta la fecha ello no ha ocurrido. De modo que sobre el particular deseamos que se nos informe si la composici�n de dicho consejo es o no es equitativa; y, de no serlo, que se nos expliquen las razones para que no haya ocurrido as�. La Regi�n de Ais�n tiene mayor cantidad de recursos y cuenta con menos buzos y pescadores artesanales. Pero eso no significa que el exceso o el virtual excedente deba necesariamente compartirse. Creemos que el esfuerzo pesquero de esta zona permite extraer y cuidar el recurso y no abrir una ventana para que sea depredado por otras regiones del pa�s. Por decirlo en buen chileno: "La caridad empieza por casa". Adem�s, en la regi�n vecina existen otras alternativas productivas que no se encuentran en la de Ais�n. Por otro lado, no ha sido posible conseguir los estudios que justifiquen este excedente, lo cual llama la atenci�n, por cuanto los recursos extra�dos hasta la fecha, de acuerdo con informes oficiales, est�n en buena proporci�n bajo la talla m�nima. Y la capacidad de fiscalizaci�n en esta materia es bastante precaria. Por lo tanto, antes de tomar cualquier decisi�n, pido que la autoridad nos remita los estudios correspondientes; que se eval�e el esfuerzo pesquero en relaci�n con este recurso y otros posibles, y que se evite declarar esta zona como contigua. En consecuencia, solicito que se oficie al se�or Subsecretario de Pesca y a los se�ores Ministros de Econom�a, Fomento y Reconstrucci�n, y del Interior, para que se estudie la materia por la relevancia que tiene en la zona austral y las consecuencias que podr�a provocar una declaraci�n de esta naturaleza en contra de la voluntad de los principales actores regionales. --Se anuncia el env�o de los oficios solicitados, en nombre del se�or Senador, en conformidad al Reglamento. PROBLEMAS DE PLAZO EN ENTREGA DE BONIFICACI�N PARA INVERSIONES EN ZONAS EXTREMAS. OFICIOS El se�or HORVATH.- Por otra parte, deseo referirme a la reciente modificaci�n que aprob� el Congreso, con acuerdo del Gobierno, al DFL N� 15, de 1981, del Ministerio de Hacienda, que bonifica las inversiones en las zonas extremas del pa�s. Antes de dicha enmienda, la ley contemplaba una fecha l�mite para bonificar proyectos ya ejecutados. Sin embargo, tal plazo no guarda relaci�n con la realidad ni con las condiciones clim�ticas vividas en los sectores australes durante el a�o pasado y el actual, especialmente en la Regi�n de Ais�n. Si se respeta esta fecha como tope para acogerse al beneficio, situaci�n que no fue prevista durante el debate de las modificaciones al citado DFL, sin asegurar la ejecuci�n de los proyectos, se dejar�a sin bonificaci�n a importantes actores regionales. Estamos hablando de un monto total de 391 millones de pesos que no llegar�n a la regi�n. En 1998, hubo 41 proyectos pendientes de ejecuci�n total o parcial y, en 1999, llegaron a 86. Algunos de ellos son: Ais�n Inversiones; Rodrigo Reyes Achurra; Arnoldo Villagr�n; Ram�n Ardiz, y Luis Adao. De entre los pendientes en 1999: Gabriel Santelices; Inmobiliaria Inversur; Victoriano Galilea; Mar�a Elena Moncada, y Santos Altamirano. A modo de ejemplo, me referir� a Santos Altamirano, un poblador que agrup� a habitantes aleda�os al camino longitudinal austral para construir, por su cuenta, un puente de utilidad p�blica por un monto de 52 millones 400 mil pesos. Tal labor no se ha realizado por no dejar de lado un proyecto de balsas, pasarelas y puentes menores. M�s bien, se ha intensificado la concreci�n de la principal red regional. Es as� como, con gran esfuerzo, estas personas han procesado incluso la madera que ocuparon y, a pesar de que el r�o la arrastr� en una crecida extraordinaria, reiniciaron la obra. Perentoriamente deben terminar el proyecto a fin de mes para poder acceder a la bonificaci�n. Sin embargo, dadas las malas condiciones clim�ticas, ello no ser� posible. Insisto en que no se trata de una inversi�n que beneficie a un solo poblador o a una empresa privada, sino a toda la comunidad. Por estas razones, pido oficiar a los Ministros de Hacienda, de Econom�a, Fomento y Reconstrucci�n, y del Interior para que se lleve a cabo una investigaci�n de todos estos casos, resolviendo la situaci�n por medio de una simple modificaci�n legal. --Se anuncia el env�o de los oficios solicitados, en nombre del se�or Senador, conforme al Reglamento. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Por haber terminado Incidentes, se levanta la sesi�n. --Se levant� a las 19:34. Manuel Oca�a Vergara Jefe de la Redacci�n