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El señor JARPA ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra la diputada María Angélica Cristi .
La señora CRISTI (doña María Angélica) .-
Señor Presidente , ayer, esta Cámara discutió por segunda vez el proyecto de ley que sanciona la violencia intrafamiliar. Lamentablemente, no alcancé a referirme a ella; espero hacerlo la próxima semana; pero sí me sobreviene una sensación muy especial cada vez que discutimos el tema. De hecho, estoy absolutamente de acuerdo en que es necesario velar por la seguridad familiar y erradicar la violencia intrafamiliar cuyas raíces se originan en muchas causas. Desgraciadamente, ha estado inserta en nuestra sociedad durante todos los tiempos y en muchas ocasiones se agudiza y convierte la vida familiar en una situación dramática, especialmente para las mujeres y sus hijos.
Pero siempre me queda la sensación de que, desde que se inició en esta Cámara la tramitación de proyectos relacionados con la mujer y la familia, sólo hablamos del divorcio y de la violencia intrafamiliar. Son dos temas tristes, dramáticos, que debemos resolver.
Sin embargo, jamás hemos hablado de los méritos de la familia y de la necesidad de reforzar los mensajes para fortalecerla. Jamás hemos buscado caminos que encaucen y ayuden a familias con problemas, jamás hemos hablado de orientación familiar; jamás hemos buscado incentivos para que los jóvenes se casen, para que las familias tengan más hijos. Siempre que se habla de familia, la conversación se centra en el divorcio.
¿De qué familia estamos hablando si cada vez que nos referimos a ella no hacemos más que hablar de las rupturas familiares?
Quiero plantear en esta ocasión la necesidad enorme que tenemos como país, como nación, como Congreso Nacional, de enaltecer la familia. De hecho, una de las críticas formuladas a la publicidad televisiva de la Iglesia Católica respecto del divorcio tuvo que ver, precisamente, con que presentó un aspecto tremendamente negativo de la familia. Hoy aparece en la prensa Benito Baranda manifestando que en la publicidad relativa al divorcio, en especial para los jóvenes de nuestro país, debería haberse enfatizado la importancia de conformar una familia, cosa que en la actualidad cada vez se retarda más; de tener hijos, vivir en el amor, en el compromiso, en la fidelidad, en la lealtad, en la sociabilidad y en la educación de una futura familia.
Cuando nos referimos a la familia en términos negativos, es obvio que contribuimos a que cada día se casen menos jóvenes, a que nazcan más hijos fuera del matrimonio, a que se hable más sobre el divorcio.
Me da mucha pena cuando discutimos las posibles alternativas para las parejas que contraen matrimonio, en términos de decidir si se quieren casar en matrimonio disoluble o indisoluble, como si el matrimonio fuera algo desechable.
¿Por qué no hacemos lo contrario? Fomentemos en los jóvenes la vida en familia y el matrimonio, de manera que se comprometan de por vida a luchar por salir adelante y tener familias permanentes; que se comprometan no sólo ante Dios sino también ante sí mismos y la sociedad, para contribuir al fortalecimiento del bien social más importante: la familia.
Es cierto que en los países en que se debilitó la familia se ha llegado a situaciones dramáticas. Hace un par de días, cuando tuvimos la oportunidad de ver en un programa de televisión a Cecilia Bolocco -la mayor líder comunicacional de nuestro país, una mujer que es vista, escuchada y querida por todos los chilenos-, me pareció tan relevante y gratificante comprobar que fue capaz de entregar un mensaje de amor, de compromiso familiar y de amor a su maternidad, que es mucho más de lo que han hecho miles de líderes comunicacionales que, por ser modernos, progresistas o como quiera que se les llame, han colaborado, lamentablemente, en forma muy decisiva para debilitar la familia.
Como miembro de la Comisión de Familia, junto con los diputados Urrutia , Barros y Kast , nos llama la atención cómo en ella sólo de habla de divorcio y de violencia; incluso, hace unas pocas semanas, de cómo fortalecer las convivencias. Nos gustaría mucho que algún día la Comisión de Familia de esta Cámara, junto con programas de Gobierno, aborden lo que hoy más debilita a nuestro país: el deterioro y debilitamiento de la familia; creemos que los mensajes en ese sentido deben infundir fuerza, ánimo, compromiso, amor a los hijos y compromiso entre los cónyuges. De esa manera superaremos esta gran debilidad de nuestro país en materia de valores y de apoyo a la familia.
Por último, nos gustaría que los críticos de quienes defienden el matrimonio indisoluble, sean más tolerantes y se den cuenta del daño que podemos hacerle al país con el debilitamiento de la familia.
He dicho.
"
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