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La señora ALLENDE, doña Isabel (Presidenta).-
Tiene la palabra el diputado señor Bayo.
El señor BAYO .-
Señora Presidenta , hay que llamar la atención en torno de que el motivo de esta sesión tiene que ver con el principal problema de salud pública en Chile. Eso se ha dicho de otras maneras, pero hay que enfatizarlo: el alcoholismo es el principal problema de salud pública en Chile. Como dijo la diputada señora María Angélica Cristi , para Chile los problemas relacionados con el consumo excesivo del alcohol representan un costo de más de tres mil millones de dólares al año. Esto lo dicen estudios realizados por la unidad de salud mental del Ministerio de Salud y por algunas universidades. Sin duda, es un problema tremendamente serio.
Nos preocupa que para tratar el tercer trámite constitucional de este proyecto hayan debido pasar nada menos que once años. ¿Por qué?
Sólo me referiré a cuestiones generales y después daré mi opinión particular sobre algunos artículos. Hay muchos intereses en juego, y de toda índole. Por ejemplo, se restan atribuciones a las municipalidades y se termina con derechos -legítimos, por cierto- de algunos gremios e instituciones, en aras del bien común, de acuerdo con la opinión autorizada y fundamentada de la gente que está legislando para todo Chile y no para un sector determinado.
En general, la idea original de aquellos que fuimos autores de esta iniciativa, liderados por la diputada señora Cristi , era crear una nueva ley de alcoholes, con una estructura definitiva y coherente que abordara todos los problemas vinculados con el alcohol, agente causante de más del 40 por ciento de los accidentes de tránsito y, mayoritariamente, de la violencia intrafamiliar, de homicidios, de suicidios, etcétera. Esta idea de crear una nueva ley de alcoholes fue transformada absolutamente por el Senado, que la convirtió en modificaciones a la ley Nº 17.105. Esto no parece lógico, porque, siguiendo la argumentación del Senado, quedarían sólo seis artículos de esta ley, en circunstancias de que el proyecto, originado en moción en 1991, tiene más de sesenta artículos y es mucho más integral. Trataremos de insistir para que en la comisión mixta se mantenga el criterio de la Cámara de Diputados, que postulaba una nueva ley de alcoholes.
Este proyecto, que fue aprobado hace muchos años por unanimidad en esta Sala, apunta en la dirección correcta: hacia la modernidad. No hay duda de que los nuevos estilos de vida de los chilenos necesitan medidas que prevengan los efectos sociales, en este caso, del consumo excesivo de alcohol, y en otros, del tabaco y de las drogas. Ese es nuestro papel como legisladores. En ese sentido, el proyecto está bien orientado. Además, incorpora -como ya se dijo en la Sala- el concepto de seguridad ciudadana, tan recurrente en otras áreas, pero no lo suficiente en lo que dice relación con el consumo de alcohol, lo que tiene una tremenda implicancia en el futuro de nuestra juventud.
¿Cómo vamos a quedar desprotegidos, sin hacer nada, sin tomar una actitud positiva, decidida y valiente, cuando vemos el creciente consumo de alcohol por las mujeres en Chile, especialmente por las jóvenes?
En efecto, un informe de la Conace demuestra que el consumo de alcohol en la mujer entre 19 y 25 años, subió a 58,78 por ciento, y a 57 por ciento en las de entre 28 y 34 años. Estas cifras son muy parecidas a las de los hombres y es lamentable que hayan aumentado. Esa es la gente que va a gobernar Chile en el presente inmediato. ¿Cómo vamos a quedar inermes frente a esta realidad dramática?
Como ya lo expresé, nuestras opiniones particulares las entregaremos en la discusión de cada artículo. En todo caso, ahora quiero hacer un llamado a la reflexión: en el momento de adoptar medidas, seamos cuidadosos al determinar esa difícil línea que separa la libertad del libertinaje. No sólo por los libros se sabe lo que significa el clandestinaje alcohólico. En mi caso, lo conocí muy bien cuando, hace muchos años, fui alcalde.
El chileno siempre se las rebusca para hacerle el quite a la legalidad -hay libros sobre resquicios legales-. Ojalá que no se logre traspasar la línea que separa la libertad del libertinaje.
Es nuestra misión legislar bien. Ésa es la razón por la cual llamo a que, en las etapas futuras de tramitación de esta iniciativa, seamos reflexivos respecto del inmenso e importante papel que debemos jugar por el Chile del mañana.
He dicho.
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