REP�BLICA DE CHILE DIARIO DE SESIONES DEL SENADO PUBLICACI�N OFICIAL LEGISLATURA 343�, EXTRAORDINARIA Sesi�n 8�, en martes 7 de noviembre de 2000 Ordinaria (De 16:19 a 18:27) PRESIDENCIA DEL SE�OR ANDR�S ZALD�VAR, PRESIDENTE SECRETARIO, EL SE�OR CARLOS HOFFMANN CONTRERAS, TITULAR ____________________ � N D I C E Versi�n Taquigr�fica P�g. I. ASISTENCIA......................................................................................................... II. APERTURA DE LA SESI�N............................................................................... III. TRAMITACI�N DE ACTAS..........................................................................�. IV. CUENTA................................................................................................................. V. ORDEN DEL D�A: Proyecto de ley, en tr�mite de Comisi�n Mixta, que regula las ofertas p�blicas de adquisici�n de acciones y establece r�gimen de gobiernos corporativos (2289-05) (se aprueba su informe).......................................................................................................................................... Proyecto de ley, en segundo tr�mite, que modifica el C�digo de Aguas (876-09) (queda pendiente su discusi�n general)....................................................................................................................... Homenaje en memoria de Teniente Hern�n Merino Correa (se rinde)................................................ Peticiones de oficios (se anuncia su env�o).......................................................................................... VERSI�N TAQUIGR�FICA I. ASISTENCIA Asistieron los se�ores: --Aburto Ochoa, Marcos --Bitar Chacra, Sergio --Boeninger Kausel, Edgardo --Canessa Robert, Julio --Cantero Ojeda, Carlos --Cariola Barroilhet, Marco --Cordero Rusque, Fernando --D�ez Urz�a, Sergio --Fern�ndez Fern�ndez, Sergio --Foxley Rioseco, Alejandro --Frei Ruiz-Tagle, Carmen --Frei Ruiz-Tagle, Eduardo --Gazmuri Mujica, Jaime --Hamilton Depassier, Juan --Horvath Kiss, Antonio --Lagos Cosgrove, Julio --Larra�n Fern�ndez, Hern�n --Lavandero Illanes, Jorge --Mart�nez Busch, Jorge --Matta Aragay, Manuel Antonio --Matthei Fornet, Evelyn --Moreno Rojas, Rafael --Mu�oz Barra, Roberto --Novoa V�squez, Jovino --N��ez Mu�oz, Ricardo --Ominami Pascual, Carlos --P�ez Verdugo, Sergio --Parra Mu�oz, Augusto --P�rez Walker, Ignacio --Pizarro Soto, Jorge --Prat Alemparte, Francisco --R�os Santander, Mario --Ruiz De Giorgio, Jos� --Ruiz-Esquide Jara, Mariano --Sabag Castillo, Hosa�n --Silva Cimma, Enrique --Stange Oelckers, Rodolfo --Urenda Zegers, Beltr�n --Vega Hidalgo, Ram�n --Viera-Gallo Quesney, Jos� Antonio --Zald�var Larra�n, Andr�s --Zurita Camps, Enrique Concurrieron, adem�s, los se�ores Ministros de Hacienda; Secretario General de la Presidencia; de Obras P�blicas y Transportes y Telecomunicaciones, y los se�ores Subsecretario de Obras P�blicas, Superintendente de Valores y Seguros y Director General de Aguas. Actu� de Secretario el se�or Carlos Hoffmann Contreras, y de Prosecretario, el se�or Sergio Sep�lveda Gumucio. II. APERTURA DE LA SESI�N --Se abri� la sesi�n a las 16:19, en presencia de 17 se�ores Senadores. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En el nombre de Dios, se abre la sesi�n. III. TRAMITACI�N DE ACTAS El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se da por aprobada el acta de la sesi�n 5�, ordinaria, en sus partes p�blica y secreta, en 17 de octubre del a�o en curso, que no ha sido observada. El acta de la sesi�n 6�, ordinaria, en 18 de octubre del presente a�o, se encuentra en Secretar�a a disposici�n de los se�ores Senadores, hasta la sesi�n pr�xima, para su aprobaci�n. IV. CUENTA El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se va a dar cuenta de los asuntos que han llegado a Secretar�a. El se�or SEP�LVEDA (Prosecretario).- Las siguientes son las comunicaciones recibidas: Mensajes Seis de Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica: Con el primero, hace presente la urgencia, en el car�cter de "suma", respecto del proyecto de ley que regula las ofertas p�blicas de adquisici�n de acciones y establece r�gimen de gobiernos corporativos (Bolet�n N� 2.289-05). --Se tiene presente la calificaci�n y se manda agregar el documento a sus antecedentes. Con los cinco restantes, retira la urgencia y la hace presente, nuevamente, en el car�cter de "simple", respecto de los siguientes proyectos de ley: 1) El que crea la Defensor�a Penal P�blica. (Bolet�n N� 2.365-07); 2) El que modifica el decreto ley N� 3.500, de 1980, estableciendo normas relativas al otorgamiento de pensiones a trav�s de la modalidad de rentas vitalicias. (Bolet�n N� 1.148-05); 3) El que crea un seguro de desempleo. (Bolet�n N� 2.494-13); 4) El que modifica la ley N� 18.290, de Tr�nsito, en lo relativo a la obtenci�n de las licencias de conducir. (Bolet�n N� 2.504-15), y 5) El que deroga la pena de muerte. (Bolet�n N� 2.367-07). --Quedan retiradas las urgencias, se tienen presentes las nuevas calificaciones y se manda agregar los documentos a sus antecedentes. Oficios Cuatro de la Honorable C�mara de Diputados: Con los dos primeros, informa que aprob� las enmiendas propuestas por el Senado a los siguientes proyectos de ley: 1) El que reforma los Institutos Tecnol�gicos de la Corporaci�n de Fomento de la Producci�n. (Bolet�n N� 1.960-03), y 2) El que prorroga la vigencia de la ley N� 19.593, que suspendi� la inscripci�n de taxis en el Registro Nacional de Servicios de Transporte de Pasajeros, e introduce otras modificaciones en ella. (Bolet�n N� 2.496-15). --Se toma conocimiento y se mandan archivar. Con el tercero, comunica que ha dado su aprobaci�n al informe de la Comisi�n Mixta constituida para resolver las divergencias suscitadas durante la tramitaci�n del proyecto de ley que regula el derecho de visita a los hijos sometidos a la tuici�n de uno de los padres. (Bolet�n N� 1.551-18) --Queda para tabla. Con el �ltimo, informa que ha dado su aprobaci�n al proyecto de ley que regulariza la situaci�n de inmuebles de propiedad estatal con el objeto de otorgar reconocimiento legal a su destinaci�n. (Bolet�n N� 2.427-12) --Pasa a la Comisi�n de Medio Ambiente y Bienes Nacionales. Tres del se�or Ministro Secretario General de la Presidencia: Con el primero, contesta un oficio enviado en nombre de los Honorables se�ores Fern�ndez, Hamilton, Lagos, Moreno y Zald�var, don Andr�s, relativo a la posibilidad de incluir en la Convocatoria a la actual Legislatura Extraordinaria de Sesiones del Congreso Nacional, el proyecto de ley que posterga la exigencia de los requisitos contemplados en la ley N� 19.495, para otorgar licencias de conducir. Con el segundo, responde un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Cantero, referido a la situaci�n que afecta a un grupo de ex trabajadores de CODELCO. Con el tercero, contesta un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Horvath, relativo a la necesidad de que en las licitaciones p�blicas se establezcan incentivos para utilizar mano de obra regional. De la se�ora Ministra de Educaci�n, con el que responde un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Horvath, referido a la necesidad de incrementar las becas para estudiantes de la Und�cima Regi�n. Del se�or Ministro de Obras P�blicas, con el que contesta un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Larra�n, relativo al proyecto de pavimentaci�n del sector Estaci�n Villa Alegre. Dos de la se�ora Ministra de Salud: Con el primero, responde un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Stange, referido a la necesidad de dotar de una posta a la localidad de Inio. Con el segundo, contesta un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Bombal, relativo a la eventual instalaci�n de una planta de reciclaje de basura en la comuna de La Pintana. Del se�or Subsecretario de Marina, con el que responde un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Horvath, referido al desarrollo de la acuicultura en la Und�cima Regi�n. Dos del se�or Director Nacional del Servicio de Impuestos Internos: Con el primero, contesta un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Stange, relativo a la situaci�n de los deudores morosos de la Regi�n de Los Lagos. Con el segundo, responde un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Horvath, referido al impuesto especial que afecta a los pescadores artesanales al adquirir motores fuera de borda y otros elementos de trabajo. Del se�or Director General de Aeron�utica Civil, con el que contesta un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Stange, relativo al Aer�dromo de Rodelillo. --Quedan a disposici�n de los se�ores Senadores. Informe Nuevo informe complementario de las Comisiones de Hacienda y de Trabajo y Previsi�n Social, unidas, reca�do en el proyecto de ley que modifica el decreto ley N� 3.500, de 1980, estableciendo normas relativas al otorgamiento de pensiones a trav�s de la modalidad de rentas vitalicias, con urgencia calificada de "simple". (Bolet�n N� 1.148-05) --Queda para tabla. En este momento ha llegado a la Mesa un proyecto de acuerdo suscrito por los Honorables se�ores Zald�var, don Andr�s, y R�os, que declara como de inter�s legislativo la Jornada Internacional de Taquigraf�a Parlamentaria que se realizar� en el Congreso Nacional, Valpara�so, entre los d�as 10 y 13 del mes en curso. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Si le parece a la Sala, se aprobar�a por unanimidad. Aprobado. Terminada la Cuenta. --A solicitud del se�or Ministro de Hacienda, se autoriza el ingreso a la Sala del Superintendente de Valores y Seguros, se�or �lvaro Clarke de la Cerda. --A solicitud del se�or Ministro de Obras P�blicas, se autoriza el ingreso a la Sala, en el momento que corresponda, del Subsecretario de esa Cartera, se�or Juan Carlos Latorre Carmona, y del Director General de Aguas, se�or Humberto Pe�a. V. ORDEN DEL D�A OFERTA P�BLICA DE ADQUISICI�N DE ACCIONES Y R�GIMEN DE GOBIERNOS CORPORATIVOS. INFORME DE COMISI�N MIXTA El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Informe de la Comisi�n Mixta, formada en virtud de lo dispuesto en el art�culo 68 de la Constituci�n y aprobado por la C�mara de Diputados, reca�do en el proyecto de ley que regula las ofertas p�blicas de acciones y establece r�gimen de gobiernos corporativos, con urgencia calificada de "suma". --Los antecedentes sobre el proyecto (2289-05) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de ley: En segundo tr�mite, sesi�n 26�, en 31 de agosto de 1999. En tr�mite de Comisi�n Mixta, sesi�n 22�, en 6 de septiembre de 2000. Informes de Comisi�n: Hacienda, sesi�n 25�, en 21 de marzo de 2000. Hacienda (segundo), sesi�n 10�, en 12 de julio de 2000. Mixta, sesi�n 8�, en 7 de noviembre de 2000. Discusi�n: Sesiones 31�, en 18 de abril de 2000 (se aprueba en general); 11�, en 18 de julio de 2000 (se despacha en particular). El se�or HOFFMANN (Secretario).- La controversia entre ambas C�maras se origin� en el rechazo por parte de la C�mara de Diputados de algunas enmiendas introducidas por el Senado al proyecto durante el transcurso del segundo tr�mite constitucional. El informe de la Comisi�n Mixta, en sus p�ginas 12 a 15, formula la proposici�n destinada a resolver las divergencias entre ambas Corporaciones. El bolet�n comparado que Sus Se�or�as tienen a la vista est� dividido en tres columnas. La primera contiene el texto en el que hay consenso entre ambas ramas del Parlamento; la segunda, incluye las disposiciones aprobadas por el Senado que fueron rechazadas por la C�mara de Diputados, y la tercera incorpora las proposiciones de la Comisi�n Mixta. Cabe hacer presente que la C�mara de Diputados aprob� en su totalidad el informe de la Comisi�n Mixta. Finalmente, debe destacarse que, por contener normas de qu�rum calificado y org�nico constitucionales, la aprobaci�n del informe requiere del voto conforme de los cuatro s�ptimos de los se�ores Senadores en ejercicio; es decir, al d�a de hoy, de 27 votos a favor. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En discusi�n. Tiene la palabra el Honorable se�or Novoa. El se�or NOVOA.- Se�or Presidente, brevemente quiero se�alar que el proyecto de ley sobre OPAS fue despachado pr�cticamente por la unanimidad del Senado y casi la totalidad de sus normas fueron compartidas por la C�mara de Diputados. Hubo discrepancias respecto de cuatro disposiciones, tres de las cuales se refieren al rechazo de las propuestas por el Senado, con el objeto de introducirles algunas modificaciones t�cnicas y perfeccionar su redacci�n o alcance. Tambi�n hubo divergencias sobre el per�odo transitorio durante el cual los controladores quedar�an eximidos de la obligaci�n de vender sus acciones mediante oferta p�blica de adquisici�n de las mismas, no obstante que el precio de venta fuera superior al del mercado. Esta norma transitoria, aprobada por el Senado, facultaba a los accionistas para disponer libremente de sus acciones, sin estar sujetos a ninguna condici�n o requisito adicional. La C�mara de Diputados rechaz� esta disposici�n y la Comisi�n Mixta propone un per�odo transitorio, sujeto a la aprobaci�n de la junta de accionistas. En este punto se produjo la mayor discusi�n, debido a que originalmente la C�mara de Diputados hab�a aprobado una disposici�n que no establec�a restricci�n alguna para que quien hubiese alcanzado el control pudiera disponer despu�s de esas acciones libremente. El Senado revirti� ese acuerdo y lleg� al que he mencionado, en virtud del cual se pod�a disponer libremente de las acciones, siempre que el precio de venta no fuera superior al del mercado m�s un plus de 10 a 15 por ciento. Quiero hacer presente que la f�rmula aprobada por la Comisi�n Mixta, que supedita el derecho del accionista a un acuerdo de la junta, no s�lo vulnera un acuerdo al que se hab�a llegado con el Ejecutivo, sino que rompe un principio que �entiendo- no se desea quebrantar. En todo caso, quiero dejar establecido que lo que se est� haciendo es supeditar los derechos individuales de los accionistas a acuerdos de la junta de accionistas. Los accionistas, entre sus derechos individuales, tienen poder para disponer libremente de sus acciones, ya sea para venderlas o no. Y aqu� se est� impidiendo la venta en ciertas condiciones a ciertos accionistas, no obstante que se hab�a contemplado un per�odo de transici�n para que se produjera una adaptaci�n al mercado. Al someter ese per�odo de transici�n a un acuerdo de la junta de accionistas, se est� vulnerando la disposici�n en virtud de la cual los derechos individuales de los accionistas no pueden quedar sometidos a acuerdos de las mayor�as, porque de esa forma, en definitiva, se est� perjudicando o poniendo en peligro los derechos de los accionistas minoritarios. No puede una mayor�a de una junta de accionistas resolver asuntos que competen en forma privativa a los accionistas. Si se transgrede ese principio, se estar� desprotegiendo a las minor�as. La ley puede establecer restricciones, pero no creo que �stas deban quedar entregadas a acuerdos mayoritarios. Quiero dejar constancia de este punto, porque me parece inconveniente que un derecho o principio, que se ha tratado de respetar en forma sistem�tica por nuestra legislaci�n �el de que los derechos de los accionistas individuales no pueden ser alterados por acuerdos de la mayor�a, porque ello perjudica a los accionistas minoritarios-, sea, ahora, vulnerado. Es cierto que en este caso se est� quebrantando el derecho a un controlador o accionista mayoritario. Si �l no concurre con su votaci�n, es dif�cil que pueda no respetarse su derecho. Creo que el principio en virtud del cual los derechos de los accionistas no pueden quedar sujetos a acuerdos de las mayor�as, en lo que se refiere por lo menos a su facultad para disponer libremente de sus acciones, no deber�a ser infringido. Por eso, se�or Presidente, y porque en esta norma en particular se han roto acuerdos a los cuales hab�amos llegado con el Ejecutivo, votar� en contra del informe de la Comisi�n Mixta. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Boeninger. El se�or BOENINGER.- Se�or Presidente, el Senado en su momento conoci� y aprob� en general y en particular el proyecto de ley sobre las OPAS, algunas de cuyas disposiciones, como acaba de recordarlo el Honorable se�or Novoa, fueron rechazadas por la C�mara de Diputados en el tercer tr�mite. Debo se�alar que el informe de la Comisi�n Mixta que hoy debemos votar coincide con lo aprobado anteriormente por el Senado, con excepci�n de la disposici�n a la cual justamente se refiri� dicho se�or Senador, referente a las condiciones que una sociedad an�nima debe cumplir para acceder al per�odo de transici�n de tres a�os, durante el cual el actual controlador puede vender sus acciones a precios significativamente mayores a los existentes en el mercado, operaci�n �y esto me parece muy importante- que s�lo puede hacerse por una vez. Es decir, cualquier compra posterior de control significa compartir el eventual premio del mismo con los accionistas minoritarios al gatillarse una oferta p�blica de acciones que incluye a todos los accionistas. El per�odo de transici�n ya estaba incorporado en el texto aprobado por el Senado. El cambio surgido en la Comisi�n Mixta, similar al contemplado en la indicaci�n que en su momento present� en la Sala el Senador se�or Ominami, consiste en que, para acceder al per�odo de transici�n no basta la decisi�n del controlador expresada en un acuerdo de directorio, sino que se requiere �conforme al texto de dicho �rgano t�cnico- el acuerdo de la junta de accionistas, vale decir, del 50 por ciento m�s uno de las acciones, porcentaje que en algunos casos el controlador no re�ne por s� solo. La nueva f�rmula fue acogida en la Comisi�n Mixta por 7 votos contra uno, y 2 abstenciones. A su vez, la C�mara de Diputados aprob� el informe emitido por aqu�lla con el voto en contra s�lo de Diputados que manifestaron su oposici�n no a esta particular f�rmula, sino a la existencia misma de un per�odo de transici�n. Por otra parte, acabamos de escuchar al Senador se�or Novoa manifestar su disconformidad con la f�rmula aprobada por la Comisi�n Mixta, por las razones que dio a conocer y por entender que el texto votado primitivamente por el Senado form� parte de un acuerdo pol�tico que s�lo respecto de este punto no fue posible mantener, pero que se ha respetado por las partes en todas las dem�s provisiones. Lo que deseo enfatizar es que la existencia del per�odo de transici�n nunca fue puesta en duda en el Senado a partir del momento en que se produjo el acuerdo pol�tico correspondiente. �ste, a excepci�n de lo que ya se�al�, ha sido respetado en todas sus partes. Otro tanto ocurre con los dem�s preceptos que fueron objeto de discusi�n en la Comisi�n Mixta. En primer lugar, el art�culo 69 ter que el Senado agreg� a la Ley de Sociedades An�nimas, fue aprobado por aqu�lla Comisi�n sin modificaciones. Esta norma establece que en el evento de que un inversionista adquiera los dos tercios de las acciones de una sociedad que haga oferta p�blica de acciones, se obligar� a realizar una oferta por las acciones restantes al mismo precio. Y a�ade que si dicha oferta no se materializara dentro del plazo de 30 d�as, los dem�s accionistas estar�n facultados para ejercer el derecho a retiro. En segundo t�rmino, en relaci�n con la Ley sobre Fondos de Inversi�n, el Senado modific� la norma aprobada por la C�mara de Diputados que otorga a la administradora de un fondo, en caso de que la asamblea acuerde sustituir a la administradora o la disoluci�n del fondo, la facultad de demandar perjuicios ante el �rbitro, siempre que no llegue a un acuerdo con la asamblea para determinar el monto de la indemnizaci�n. Nuestra Corporaci�n consider� que la indemnizaci�n deber� ser acordada tambi�n en caso de disoluci�n anticipada del fondo, y mantuvo el recurso de arbitraje. La Comisi�n Mixta aprob� por unanimidad la indicaci�n del Ejecutivo que dispone que en los casos citados podr� proceder una indemnizaci�n a la administradora por los perjuicios irrogados a �sta, sobre la base de un monto fijo preestablecido. De este modo se a�ade transparencia y certeza a la norma en cuesti�n. En tercer lugar, en cuanto al art�culo 14 nuevo aprobado por el Senado -que tambi�n form� parte del acuerdo pol�tico votado en esta Corporaci�n-, que otorga facultades a la Superintendencia de Bancos para denegar o condicionar a determinados par�metros una solicitud de fusi�n de bancos u otras formas de aumento de control que conduzcan a una participaci�n significativa en el mercado, la C�mara de Diputados rechaz� los incisos segundo y tercero, los cuales fueron repuestos por unanimidad por la Comisi�n Mixta. �stos se refer�an al informe del Banco Central como condici�n previa para el actuar de la Superintendencia, y al plazo de diez d�as que se daba al Instituto Emisor para evacuarlo. Asimismo, en dicho art�culo se acogi� una redacci�n aclaratoria del Ejecutivo, en el sentido de que el patrimonio efectivo del o los bancos, seg�n el caso, que exija la Superintendencia, debe ser superior al 8 por ciento de sus activos ponderados por riesgo, con un l�mite superior de 14 por ciento. Esta redacci�n no qued� clara en el texto aprobado primitivamente. Por �ltimo, deseo se�alar que urge la aprobaci�n definitiva del proyecto en comento, cuyo dilatado tr�mite ha causado desconcierto y confusi�n en el mercado. Se requiere que su despacho constituya un potente incentivo para inversionistas que lo ser�n en car�cter minoritario, a fin de dinamizar y democratizar el mercado accionario. En consecuencia, me parece que debemos aprobar el informe de Comisi�n Mixta sometido a nuestra consideraci�n. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Si le parece a la Sala, se autorizar� a algunos se�ores Senadores para depositar su voto en la testera, dado que tienen asuntos que resolver fuera de la Sala. EL se�or P�REZ.- Conforme. El se�or LARRA�N.- No, se�or Presidente. Trabajemos como corresponde. El se�or HAMILTON.- Apruebo la proposici�n de la Mesa. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Si no hubiere objeci�n, podr�a permitir selectivamente a algunos �no a todos- proceder en tal sentido. El se�or HAMILTON.- �Por qu� no iniciamos la votaci�n, se�or Presidente? El se�or PRAT.- D�moslo por aprobado, se�or Presidente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se puede empezar a votar y fundamentar el voto. El se�or PRAT.- �Habr� alg�n se�or Senador que vaya a pronunciarse en contra? Podr�a darse por aprobado el informe. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- �Habr�a acuerdo en aprobarlo? El se�or PRAT.- S�, se�or Presidente. El se�or FOXLEY.- Pido la palabra, se�or Presidente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Est� inscrito el Senador se�or Foxley. En votaci�n. --(Durante la votaci�n). El se�or FOXLEY.- Se�or Presidente, el proyecto que nos ocupa ha experimentado una largu�sima tramitaci�n �alrededor de tres a�os-, y en este momento se encuentra en su etapa final para ser aprobado. La iniciativa responde a algunas necesidades fundamentales de la econom�a chilena para dar un paso adelante en su actual fase de desarrollo. Moderniza y flexibiliza la posibilidad de organizar fondos de inversi�n en el pa�s, incluyendo los de capital de riesgo, conforme a las inversiones de la nueva econom�a. Tambi�n permite una participaci�n mucho m�s activa de las administradoras de fondos de pensiones en los referidos fondos de inversi�n, modificando los l�mites. El proyecto responde, adem�s, a dos deficiencias fundamentales existentes en el manejo de operaciones accionarias en el sector privado, particularmente cuando se trata de transferir el control de una empresa hacia otro grupo Permite avanzar notablemente en la transparencia con que se realizan esas operaciones, pues exige que se anuncien p�blicamente, obliga a hacer oferta p�blica de ellas, y el trato que da a quienes poseen acciones en el extranjero es el mismo que otorga a los accionistas nacionales. Por lo tanto, significa un avance bastante importante en la forma de llevar a cabo las operaciones de transferencia de control. Asimismo, mejora significativamente las normas en cuanto a gobierno corporativo, es decir, acerca de la forma como funcionan las empresas chilenas, y corrige algunos vicios que tienen �stas o los grupos controladores, sobre todo al efectuar transacciones con partes relacionadas. Esta legislaci�n ha sido largamente esperada por parte de numerosos inversionistas. Tengo en mis manos un informe del Deutsche Bank que se�ala que ella pondr� a Chile a la vanguardia en cuanto a la protecci�n de accionistas minoritarios en Am�rica Latina. Todo lo dicho s�lo tiene por objeto hacer notar que las discrepancias que ha habido respecto de algunas materias, frente al conjunto de lo que representa esta legislaci�n, son, en verdad, muy menores. Por lo tanto, se�or Presidente, me parece que el Senado deber�a dar una se�al -como lo sugiri� Su Se�or�a hace un momento- y aprobar con un amplio respaldo el informe de la Comisi�n Mixta, a fin de convertir el proyecto en ley de la Rep�blica en el m�s breve plazo. Voto a favor. El se�or MORENO.- Se�or Presidente, como muy bien se ha explicado en la Sala, el proyecto ha sido largamente discutido no s�lo en la C�mara de Diputados y el Senado, sino tambi�n en otros foros y circunstancias. Desde ese punto de vista, quiero dejar establecido que grupos de Diputados y dirigentes de organizaciones sociales y econ�micas, con los cuales hemos conversado, han manifestado algunas dudas respecto a la forma como el informe ser� aprobado. Por lo tanto, dado que debemos pronunciarnos favorable o negativamente sobre el informe de la Comisi�n Mixta, dejo constancia de mi voto afirmativo, en la esperanza --y �sta es la petici�n formal que hago-- de que el Ejecutivo env�e un veto que considere el problema del plazo de los tres a�os, sobre lo cual se han realizado varios debates y que implican derechos de minor�as que, a juicio de algunas personas, quedar�an conculcados, si el informe se aprueba. Cabe agregar que �sta es la opini�n del Consejo Nacional de la Democracia Cristiana sobre la materia. Voto favorablemente, se�or Presidente, reiterando la solicitud al Ejecutivo para que redacte el veto en los t�rminos sugeridos. El se�or OMINAMI.- Voto a favor del informe de la Comisi�n Mixta, porque, finalmente, ha corregido una situaci�n que era de sentido com�n. Discutimos mucho acerca de la conveniencia de incorporar el art�culo d�cimo transitorio, producto de la historia del debate por acuerdos a los que fue preciso llegar. Para posibilitar la aprobaci�n de la iniciativa, se introdujo la norma transitoria fijando un periodo de tres a�os. Como lo sostuve en una sesi�n anterior, la decisi�n fundamental para algunas compa��as de acogerse a las disposiciones transitorias o de regirse por la norma permanente no pod�a ser adoptada por los propios directores, pues estaban directamente involucrados. Ello me llev� a plantear la necesidad de introducir una correcci�n al proyecto, estableciendo que no fueran los directores, sino las juntas de accionistas las que, por mayor�a simple de las acciones emitidas, resuelvan sobre el particular. Afortunadamente, a ra�z de la tramitaci�n posterior de la iniciativa tanto en la C�mara de Diputados como en la Comisi�n Mixta, fue posible modificar el art�culo d�cimo transitorio, en el sentido de entregarle a las juntas de accionistas la facultad de resolver sobre la materia, lo que constituye un perfeccionamiento muy importante en el proyecto, raz�n por la cual lo voto favorablemente. El se�or P�REZ.- Se�or Presidente, voto a favor la iniciativa, en la esperanza contraria a la expresada por el Senador se�or Moreno: para que el Presidente de la Rep�blica no mande ning�n veto, ya que, a mi juicio, el plazo de tres a�os es simplemente una medida que tiene por prop�sito proteger derechos adquiridos por determinado tipo de accionistas antes de que se dicte la ley. El se�or RUIZ-ESQUIDE.- Se�or Presidente, voto favorablemente el proyecto, pero, adem�s, quiero solicitar al se�or Ministro que recoja la opini�n de quien habla, a fin de que se estudien los puntos de vista de la Democracia Cristiana --contenido en el acuerdo que hemos tomado hace 48 horas--, que plantean la necesidad de un veto del Presidente de la Rep�blica. �sta es la posici�n mayoritaria de los se�ores Senadores del Partido; por lo tanto, creemos que ser�a bueno considerar el punto. El se�or BITAR.- Se�or Presidente, adem�s de los argumentos dados en la Sala a favor del proyecto, en relaci�n a la apertura del mercado de capitales y su fluidez; a la seguridad para los peque�os accionistas, y a la creaci�n de capital de riesgo para las nuevas tecnolog�as, quiero destacar el art�culo 14, que incorpora un nuevo art�culo 35 bis a la Ley General de Bancos y me lleva a votar favorablemente el informe de la Comisi�n Mixta. Tal art�culo establece que, para la fusi�n o adquisici�n de bancos, la Superintendencia debe considerar el factor de la concentraci�n, a fin de resguardar una situaci�n m�s competitiva del sistema financiero y, adem�s, cuidar que no exista una sola banca que pueda afectar el funcionamiento del sistema, en caso de una crisis generada en otro pa�s. Destaco dicha modificaci�n y se�alo mi inclinaci�n hacia la petici�n de que el Gobierno proceda conforme se hab�a conversado, en cuanto a fijar un porcentaje o cifra que indique una suerte de alarma, a partir de la cual la Superintendencia pueda velar, medir y apreciar, por ejemplo, si una fusi�n que excede el 20 por ciento del total de las colocaciones del sistema financiero, acarrear� efectos negativos al momento de autorizarla. Nunca he entendido esta cifra como una prohibici�n o una limitaci�n estricta, sino simplemente como una se�al para proceder al estudio de los efectos de una concentraci�n en el sistema financiero. Alguien perfectamente podr�a pensar que una fusi�n de bancos sobre ese veinte por ciento puede ser conveniente para el pa�s; sin embargo, estimo necesario que exista un umbral a partir del cual se desate un proceso de an�lisis adicional. Voto el proyecto sobre la base de los planteamientos que ha hecho el Gobierno y la Superintendencia de Bancos, aunque el punto no est� en la iniciativa, pero s� en algunas normas internas para proceder en la materia. Respecto del art�culo d�cimo transitorio, manifiesto que, cuando se discuti� lo relativo a los tres a�os, me pronunci� en contra. La redacci�n actual es mejor que la de entonces, porque, por un lado, se establece, con claridad, que solamente una vez al a�o un grupo controlador puede vender con ventaja sobre el precio y, por otro, se faculta a la junta de todos los accionistas para que resuelva y no lo haga un directorio. �stas son ventajas que protegen mejor a los peque�os accionistas. No puedo dejar de mencionar que preferir�a no disponer de una norma de esta naturaleza. Con todo, y debiendo votar en conjunto el informe de la Comisi�n Mixta, considero que los factores positivos superan, con creces, la objeci�n que he hecho respecto al art�culo transitorio, relativo a los tres a�os. Dejo constancia de ello y voto a favor. �sta es una iniciativa de mucha importancia para la modernizaci�n del sistema financiero chileno. Voto que s�. El se�or LAVANDERO.- Voto a favor los art�culos permanentes y, de mala gana, el transitorio. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Si la Sala lo permite, fundar� mi voto desde la testera. Voy a pronunciarme a favor del informe de la Comisi�n Mixta, y lo hago en el convencimiento de que la ley que finalmente se ha de dictar se ha logrado en un �mbito que es muy necesario y conveniente para el pa�s. Sin embargo, reconozco que existe todo el derecho a solicitar una revisi�n por medio del veto. Asimismo, deseo dejar en claro que, junto con el Honorable se�or Ominami, patrocinamos la indicaci�n - que despu�s fue recogida en la Comisi�n Mixta-, seg�n la cual, para los efectos de poder eximir su aplicaci�n por tres a�os, deber�a contarse con la mayor�a en la junta de accionistas. Por lo tanto, creo que se lleg� a un buen acuerdo en el Parlamento, reconociendo, por supuesto, el derecho constitucional de veto que asiste al Ejecutivo, quien, si desea ejercerlo, debe analizar su conveniencia; pero hay un acuerdo, que ser�a bueno implementar y llevarlo adelante. Voto que s�. El se�or HOFFMANN (Secretario).- �Alg�n se�or Senador no ha emitido su voto? El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Terminada la votaci�n. --Se aprueba el informe de la Comisi�n Mixta (37 votos por la afirmativa, y uno por la negativa). Votaron por la afirmativa los se�ores Aburto, Bitar, Boeninger, Canessa, Cariola, Cordero, D�ez, Fern�ndez, Foxley, Frei (don Eduardo), Gazmuri, Hamilton, Horvath, Lagos, Larra�n, Lavandero, Mart�nez, Matta, Matthei, Moreno, Mu�oz Barra, Ominami, P�ez, Parra, P�rez, Pizarro, Prat, R�os, Ruiz-Esquide, Sabag, Silva, Stange, Urenda, Vega, Viera-Gallo, Zald�var (don Andr�s) y Zurita. Vot� por la negativa el se�or Novoa. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Terminado el despacho del proyecto en este tr�mite. Tiene la palabra el se�or Ministro. El se�or EYZAGUIRRE (Ministro de Hacienda).- Se�or Presidente, muy brevemente quiero agradecer a Sus Se�or�as por la aprobaci�n de esta iniciativa, y a la vez congratularme por este hecho que marca el fin de la tramitaci�n de un proyecto de ley largamente esperado por el mercado de capitales, sustancial desde el punto de vista de la reactivaci�n econ�mica de hoy en d�a, de la tranquilidad de nuestros mercados cambiarios, del desarrollo del mercado de capitales y, en definitiva, de la transformaci�n de la econom�a a trav�s del fuerte impulso que su aplicaci�n introducir� al capital de riesgo y a las PYMES en las venturas de la nueva econom�a. Debo reconocer que �ste es un proyecto de tr�mite dif�cil, por cuanto ha sido necesario conciliar dos aspectos igualmente importantes, cuales son los leg�timos derechos de los accionistas minoritarios, a la vez que la estabilidad del mercado y, de alguna forma, los intereses adquiridos por aquellos que previamente ten�an el control de las compa��as. En virtud de un acuerdo pol�tico de car�cter general, global, del que los chilenos debemos congratularnos, hemos obtenido una buena soluci�n �no olvidemos el dicho que reza que "lo �ptimo es enemigo de lo bueno"-, que enviar� una se�al clar�sima a los mercados internacionales de c�mo sabemos hacer las cosas aqu� respecto de temas tan trascendentes como son los referentes a los gobiernos corporativos. El Gobierno se declara plenamente satisfecho con el informe de la Comisi�n Mixta y agradece en lo que vale el apoyo recibido por este distinguido Parlamento. MODIFICACI�N DE C�DIGO DE AGUAS El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En seguida, corresponde tratar el proyecto de ley de la C�mara de Diputados que modifica el C�digo de Aguas, con informes de las Comisiones de Obras P�blicas, de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento y de Hacienda. Como ya estaba acordado, se autoriza el ingreso a la Sala de los se�ores Subsecretario de Obras P�blicas y Director de Aguas. --Los antecedentes sobre el proyecto (876-09) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de ley: En segundo tr�mite, sesi�n 26�, en 26 de agosto de 1997. Informes de Comisi�n: Obras P�blicas, sesi�n 5�, en 17 de octubre de 2000. Constituci�n, sesi�n 5�, en 17 de octubre de 2000. Hacienda, sesi�n 5�, en 17 de octubre de 2000. El se�or HOFFMANN (Secretario).- Las Comisiones ya mencionadas hacen constar en sus informes que los principales objetivos de la iniciativa son los siguientes: 1) Establecer el pago de una patente por la no utilizaci�n de las aguas y un procedimiento judicial de cobranza de las mismas; 2) Modificar el sistema de concesi�n de derechos de aprovechamiento; 3) Fortalecer el sistema de conservaci�n y protecci�n de aguas y cauces; 4) Considerar la relaci�n entre aguas superficiales y subterr�neas en el otorgamiento de derechos de aprovechamiento; 5) Perfeccionar el procedimiento de regularizaci�n de t�tulos contenido en el art�culo 1� transitorio del C�digo de Aguas; 6) Establecer obligaciones a los Conservadores de Bienes Ra�ces con relaci�n al Catastro P�blico de Aguas, y 7) Conceder personalidad jur�dica a las comunidades de aguas. La Comisi�n de Obras P�blicas detalla los antecedentes considerados durante el an�lisis del proyecto, resume la discusi�n habida en ella y se�ala que lo aprob� en general por la unanimidad de sus miembros presentes, los Honorables se�ores Cordero, Pizarro, Sabag y Urenda, con modificaciones respecto del texto despachado por la C�mara de Diputados. Por su parte, la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento expresa en su informe que, en cumplimiento de un acuerdo adoptado por los Comit�s el 11 de agosto del pasado a�o, ratificado por la Sala en sesi�n celebrada en esa misma fecha, se pronunci� sobre la iniciativa tanto en general como en particular. La aprobaci�n en general fue por tres votos a favor (Honorables se�ores Aburto, Hamilton y Viera-Gallo) y dos abstenciones (Senadores se�ores D�ez y Larra�n). La aprobaci�n en particular cont� con la unanimidad de los miembros presentes, salvo en los casos de los art�culos y numerales descritos en las p�ginas 125 a 128 del informe. En consecuencia, la Comisi�n propone la aprobaci�n del proyecto despachado por la Comisi�n de Obras P�blicas, con algunas modificaciones. A su vez, la Comisi�n de Hacienda expresa en su informe que se aboc� al estudio de las materias de su competencia, contenidas en los art�culos 129 bis 4 a 129 bis 8 y 129 bis 18 a 129 bis 20, todos del art�culo 1� del proyecto, analizando, adem�s, los art�culos 1� y 2� transitorios. En lo referente al financiamiento, se�ala que la iniciativa no representa costo fiscal para el presente a�o. Asimismo, deja constancia que por tres votos a favor (Honorables se�ores Boeninger, Ominami y Sabag) y dos en contra (Senadores se�ora Matthei y se�or Prat) acogi�, con las enmiendas que figuran en las p�ginas 21 a 26, el texto de las citadas normas propuestas en el informe de la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento. Por �ltimo, cabe destacar que la Comisi�n de Hacienda acord� solicitar a la Sala disponer, para el segundo informe, que el proyecto sea enviado a las Comisiones de Hacienda y de Obras P�blicas, unidas. Corresponde tener presente que diversas normas de la iniciativa deben ser aprobadas con qu�rum de ley org�nica constitucional, esto es, con el voto favorable de los cuatro s�ptimos de los se�ores Senadores en ejercicio, en virtud de los dispuesto en el inciso segundo del art�culo 63 de la Constituci�n Pol�tica. En consecuencia, su aprobaci�n en general requiere del voto conforme de 27 se�ores Senadores. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En la discusi�n general, tiene la palabra el Honorable se�or Hamilton. El se�or HAMILTON.- Se�or Presidente, el agua es un recurso escaso y precioso. En efecto, a pesar de que las tres cuartas partes del planeta est�n cubiertas por agua, 97 por ciento de ella es salada y s�lo el tres por ciento restante es dulce. De este �ltimo porcentaje, la mayor porci�n se encuentra en forma de capas de hielo, glaciares o napas subterr�neas, por lo que �nicamente menos de uno por ciento del total es agua dulce disponible para el consumo humano. Por su parte, en Chile la distribuci�n de los recursos h�dricos es extremadamente desigual, lo cual torna su gesti�n en un tema muy complejo. As� es como tenemos un norte muy seco y un sur muy h�medo. La disponibilidad de agua desde la Regi�n Metropolitana al norte es inferior a mil metros c�bicos por habitante al a�o, alcanzando en algunas regiones a quinientos metros c�bicos por habitante al a�o, que son umbrales considerados internacionalmente como altamente restrictivos para el desarrollo econ�mico. Por el contrario, en el extremo sur del pa�s, dicha disponibilidad excede con creces los 200 mil metros c�bicos por habitante al a�o. Esta realidad determina alternativas de desarrollo para nuestras regiones que se vinculan con la mayor o menor disponibilidad de recursos h�dricos. Asimismo, dentro de las regiones, las aguas naturalmente se van destinando a las actividades econ�micas m�s rentables y productivas, lo que produce en algunos casos notables externalidades negativas, tanto desde el punto de vista social como ambiental. Si a lo anterior sumamos el hecho de que, desde la Octava Regi�n al norte, ya la casi totalidad de los recursos h�dricos est�n comprometidos y asignados, comprobaremos con facilidad que la presi�n sobre este vital elemento de la naturaleza se torna realmente cr�tica. Seg�n ha estimado la Direcci�n General de Aguas, hacia el a�o 2017 los requerimientos de agua para usos dom�sticos, mineros e industriales casi se duplicar�n con relaci�n a los existentes en 1992. El uso agr�cola podr�a aumentar hasta en 20 por ciento, y la demanda para usos hidroel�ctricos multiplicarse por diez, aunque esta cifra probablemente se vea atenuada por el ingreso del gas natural a la generaci�n energ�tica. En resumen, lo que queremos decir es que el agua ser� cada d�a un factor m�s determinante para las posibilidades de desarrollo de nuestro pa�s. La legislaci�n de aguas vigente en el pa�s La legislaci�n vigente recoge con especial fuerza el car�cter del agua como bien econ�mico, lo que no ocurre con las otras caracter�sticas de este recurso, como ser un bien social y ecol�gicamente imprescindible. Lo anterior ha significado que esa normativa no ha logrado resolver adecuadamente el conflicto que encierra la administraci�n de este recurso, al que, por ser un elemento de primera necesidad para la vida humana y con especiales caracter�sticas f�sico-qu�micas, todo ser humano debe tener acceso y el Estado, como representante del bien com�n, debe garantizarlo tanto en cantidad como en calidad adecuadas y suficientes. El marco jur�dico-econ�mico en la pr�ctica se ha mostrado eficiente desde el punto de vista de la inversi�n en proyectos productivos asociados a la explotaci�n de los recursos naturales, lo cual se explica principalmente por la estabilidad jur�dica que se otorga a los derechos de los particulares sobre el aprovechamiento de las aguas. Asimismo, creemos positiva la flexibilidad y movilidad en el cambio de uso de las aguas, que permite dar al recurso un destino m�s eficiente y productivo que puede encontrar el due�o del derecho de aprovechamiento. Pero as� como reconocemos esos aspectos positivos, no podemos dejar de identificar los problemas que requieren una soluci�n urgente y que, en mi concepto, son los siguientes: a) La forma en que se asignan por la autoridad los derechos de agua, as� como el nulo miramiento en dicho proceso a las consideraciones de mediano y largo plazo sobre el uso del recurso, hacen que se hayan consolidado situaciones como las que se�alo a continuaci�n: a.1. Posiciones monop�licas en la tenencia de derechos de agua. A este respecto es conveniente hacer presente lo que ha resuelto la Comisi�n Antimonopolio. Y cito textualmente: "En ejercicio de sus atribuciones de car�cter preventivo, recomienda a la Direcci�n General de Aguas que, en general, se abstenga de aprobar nuevos derechos de aprovechamiento de aguas no consuntivos, mientras no est� en vigencia un mecanismo legal y/o reglamentario, seg�n corresponda, que asegure un adecuado uso de las aguas, a menos que se trate de proyectos espec�ficos de inter�s general que as� lo justifiquen.". Es decir, el organismo encargado de velar por la libre competencia ha determinado que la legislaci�n actual no asegura un buen uso de las aguas, y ha recomendado mecanismos legales o reglamentarios que solucionen este problema. a.2. Peticiones de derechos de agua por caudales que no se justifican, atendidos los fines a los cuales se pretende destinar el recurso. Esto se explica porque la legislaci�n contiene un incentivo perverso. En efecto, entre pedir toda el agua disponible y hacerlo s�lo respecto de la cantidad que efectivamente se necesita nada en la legislaci�n lleva a actuar en esta �ltima forma. a.3. Vinculado con lo anterior, la mantenci�n de grandes caudales de agua sin utilizaci�n actual ni futura previsible. Ello, una vez m�s, derivado de que no exista obligaci�n de usar las aguas y que no hacerlo no trae aparejada sanci�n social alguna. a.4. Establecimiento de barreras a la participaci�n de nuevos competidores, ya que si se controlan los derechos de agua, en definitiva se controla qui�nes podr�n entrar a competir en mercados en los que el agua es un insumo insustituible. Ejemplos patentes de esta situaci�n son los mercados inmobiliarios y de generaci�n hidroel�ctrica. b) Por otra parte, la legislaci�n vigente no atiende a la importancia de evitar la contaminaci�n de las aguas ni otros factores ambientales y ecol�gicos. As�, por ejemplo, la desmesurada importancia del agua como bien econ�mico ha relegado a un segundo plano su irremplazable rol como recurso natural vital para el medioambiente. En este sentido, la legislaci�n ni siquiera contempla la necesidad de manejar un flujo m�nimo de agua en los cauces naturales para la preservaci�n de los ecosistemas, como lo recomiendan especialistas nacionales y extranjeros. De esta forma, la pregunta fundamental es: �C�mo es posible explicar que nuestra legislaci�n permita que se constituyan derechos de agua por caudales much�simo mayores a los que de verdad se necesitan, y que los mismos se puedan mantener en el patrimonio de los particulares hasta la eternidad sin ser utilizados? Un prop�sito como el descrito no existe en ning�n otro pa�s del mundo. El proyecto en tr�mite Es justamente el diagn�stico al que me refer� el que ha motivado el proyecto de modificaci�n del C�digo de Aguas que ahora discutimos, en el que las materias m�s importantes que aborda son el instrumento de patente por no uso y las nuevas atribuciones para la autoridad. A) La patente por la no utilizaci�n de las aguas El instrumento de la patente por la no utilizaci�n de los derechos de agua pretende dar soluci�n al acuciante problema existente en la gesti�n y aprovechamiento del recurso h�drico del pa�s: aquellos derechos de aprovechamiento, constituidos principalmente bajo la vigencia del C�digo de Aguas de 1981, que no se utilizan -y para los cuales no se prev� un uso productivo ni siquiera en el largo plazo- y que impiden que otros interesados en utilizar dichas aguas lo puedan hacer, constituy�ndose en importantes barreras de entrada a diversos mercados, como el inmobiliario, hidroel�ctrico y agr�cola. La idea de crear esta patente surgi� de la discusi�n parlamentaria del proyecto en la C�mara de Diputados como alternativa a la propuesta original del Ejecutivo para dar soluci�n al problema ya rese�ado, mediante la caducidad de los derechos de aprovechamiento si no eran utilizados dentro de determinados plazos. �sa es la soluci�n que el mismo problema ha tenido en la legislaci�n comparada: la caducidad despu�s de cierto per�odo en que los derechos no son utilizados. Tal soluci�n se ha planteado considerando que siempre, al igual que en Chile, los recursos de agua son bienes del dominio p�blico. En los pa�ses m�s liberales en esta materia, como Estados Unidos, se considera que el derecho de agua deja de existir desde el momento en que no se utiliza. Al respecto, se aplica la m�xima "Lo usa o lo pierde.". A partir de lo anterior, debe reconocerse que el pago de una patente por el no uso constituye un esfuerzo in�dito en el �mbito mundial por incorporar un mecanismo econ�mico coherente con un enfoque de mercado. Justificaci�n econ�mica de la patente por no uso El proyecto pretende corregir una distorsi�n de los mercados asociados al aprovechamiento del agua, considerando que lo conveniente para la sociedad es que las aguas que est�n f�sicamente disponibles en sus cauces por no existir proyectos, tambi�n est�n legalmente disponibles para quienes quieran utilizarlas en otras iniciativas. Por lo tanto, el proyecto persigue incentivar el uso de los recursos h�dricos por quienes los requieren para fines productivos, incorporando un costo a los actuales tenedores. De este modo, se ver�n obligados a evaluar la conveniencia econ�mica de mantener los derechos sin uso pagando patente, darle un uso productivo o, finalmente, desprenderse de los mismos por renuncia o transacci�n con terceros. Los derechos que podr�n quedar afectos a patente son una fracci�n de los derechos de agua existentes en el pa�s, aunque, debido a su caudal, tienen gran trascendencia para su desarrollo. Si se considera que los derechos constituidos por la autoridad bajo la vigencia del C�digo de 1981 son del orden de 10 mil, y de ellos s�lo una fracci�n no se encuentra utilizada, la proporci�n de derechos que efectivamente ser� objeto del instrumento dise�ado no alcanza al uno por ciento del total. En la materia es necesario recordar que los derechos de agua (antes llamados mercedes) hasta la dictaci�n del citado cuerpo legal, se constitu�an en forma definitiva s�lo cuando exist�an las obras de aprovechamiento necesarias, por lo que es posible asumir que los derechos constituidos antes de esa fecha no podr�n ser objeto de cobro de patente. Adem�s, seg�n el mismo proyecto, estar�n exentos del pago de patente aquellos derechos consuntivos de ejercicio permanente inferiores a 10 litros por segundo desde las Regiones Primera hasta la Metropolitana, y a 50 litros por segundo en el resto del pa�s; y los no consuntivos inferiores a 100 litros por segundo desde las Regiones Primera hasta la Metropolitana, y a 500, en el resto del pa�s. Seg�n la informaci�n entregada por la Direcci�n General de Aguas, la situaci�n existente relativa a los derechos que en la pr�ctica son objeto de la normativa propuesta es la siguiente: a) En materia de derechos no consuntivos, existen constituidos derechos por cerca de 13 mil metros c�bicos por segundo, siendo que se utilizan aproximadamente s�lo dos mil. Si atendemos a los derechos solicitados, aunque a�n no constituidos, los caudales que pueden ser comprometidos en el futuro como derechos no consuntivos podr�an llegar a 30 mil metros c�bicos por segundo, esto es, el total del potencial hidroel�ctrico del pa�s. Es decir, las disposiciones del proyecto, que s�lo han de tocar a menos del uno por ciento del total de los derechos, afectar�n al 90 por ciento de los derechos no consuntivos susceptibles de constituirse. b) Con respecto a los derechos consuntivos subterr�neos, es importante considerar que la situaci�n se presenta en forma muy distinta de la existente en el agua superficial, ya que en este caso supone para los interesados en ellos la tenencia del terreno donde se har� el pozo y la realizaci�n de inversiones para el alumbramiento de las aguas y la comprobaci�n de su disponibilidad. As�, en la pr�ctica, la patente ser� aplicable s�lo cuando los pozos se encuentren abandonados o destruidos, por tratarse de construcciones de antigua data. Bas�ndose en catastros realizados por la Direcci�n General de Aguas en algunos acu�feros de la zona norte, se estima que del orden del 20 por ciento de este tipo de derechos permanece sin utilizaci�n. Esta situaci�n se explica principalmente por el desconocimiento de los titulares de la existencia, valor y vigencia de dichos derechos. Sin embargo, de acuerdo a la legislaci�n, ellos deben ser considerados por este organismo en sus balances, impidiendo en ocasiones la constituci�n de nuevos derechos. c) Respecto de los derechos consuntivos superficiales en las regiones del sur del pa�s, constituidos a partir de 1981, se puede se�alar, por ejemplo, que en la Novena Regi�n, aun cuando s�lo un 15 por ciento del �rea tiene f�sicamente su disponibilidad h�drica comprometida desde el punto de vista legal, 85 por ciento del �rea tiene bloqueados sus recursos permanentes y continuos. Obviamente, ello constituir�, sin lugar a dudas, una grave traba para la reconversi�n agr�cola del sector, la cual considera el riego como una palanca fundamental del proceso. La patente cumple el objetivo econ�mico de desincentivar la tenencia de derechos sin uso La patente cumple plenamente el prop�sito de desincentivar la permanencia indefinida de los derechos sin proyecto de utilizaci�n, impidiendo otros desarrollos. Y es as� porque la patente tiene un costo creciente hasta el und�cimo a�o de no utilizaci�n, estando dise�ada para que a partir de ese momento alcance un valor equivalente a la rentabilidad potencial del agua. Definitivamente, de acuerdo con el dise�o de la patente, mantener los derechos de agua por grandes caudales inutilizados, en per�odos excesivamente prolongados, resulta antiecon�mico y hace m�s conveniente para sus titulares incorporarlos al mercado o renunciar a ellos. Impacto de la patente en los proyectos hidroel�ctricos Es �til ejemplificar c�mo la patente impactar�a sobre la inversi�n en proyectos hidroel�ctricos. Al respecto, cabe se�alar que obviamente dicho impacto depender� del tiempo que los derechos de agua se mantengan sin utilizaci�n. Si se recurre a los proyectos Ralco y Pangue, considerando los per�odos de prefactibilidad, factibilidad, anteproyecto final y ejecuci�n o construcci�n previstos, se puede apreciar que si los derechos de agua se obtienen al inicio de la ejecuci�n, la patente s�lo representar� 0,2 � 0,4 por ciento, respectivamente, de la inversi�n total del proyecto. Finalmente, en el caso de los derechos consuntivos, tambi�n resulta f�cilmente comprobable que la patente no inhibe el desarrollo de proyectos si ellos se realizan en plazos razonables (menos de 15 a�os). B) Respecto de las nuevas atribuciones para la autoridad �ste es uno de los aspectos fundamentales del proyecto, y apunta a lograr los siguientes objetivos principales: b.1.- Justificaci�n de caudales Para evitar que se soliciten caudales mucho mayores a los que efectivamente se requieren, se propone que en la solicitud de derechos de agua el peticionario indique "la cantidad de agua que se necesita extraer", debiendo acompa�ar una "memoria explicativa en la cual se justifica la cantidad de agua que se necesita extraer". Ser� el propio peticionario el que establecer� el destino que dar� a las aguas, sin que la autoridad pueda intervenir de ninguna forma en ello, exigi�ndose s�lo que se pida el agua necesaria. Ahora bien, como contrapartida, se faculta al Director General de Aguas para denegar o limitar la solicitud "si no hubiere justificado la cantidad del agua que se necesita extraer atendidos los fines invocados por el peticionario". En todo caso, es necesario puntualizar que "para la aplicaci�n de esta causal, ser� necesario que previamente se dicte un reglamento, que establezca relaciones t�cnicas objetivas entre usos del agua y caudales requeridos". b.2.- Caudales ecol�gicos En segundo lugar, se propone facultar expresamente a la Direcci�n General de Aguas para que, al constituir los derechos de aprovechamiento, garantice "la preservaci�n de la naturaleza y protecci�n del medio ambiente, debiendo, en especial, asegurar un caudal ecol�gico m�nimo", estableci�ndose que la forma de precisarlo se deber� reglamentar por el Presidente de la Rep�blica, no pudiendo, en general, ser superior a 20 por ciento del caudal medio anual de la respectiva fuente superficial y que esta facultad s�lo se emplear� en la constituci�n de nuevos derechos de aprovechamiento. b.3.- Posibilidad de denegar solicitudes Finalmente, se propone facultar al Primer Mandatario para que, "mediante decreto fundado, con informe de la Direcci�n General de Aguas y por circunstancias excepcionales y de inter�s general", pueda disponer la denegaci�n total o parcial de una solicitud de derecho de aprovechamiento. Esta importante atribuci�n para la adecuada gesti�n del recurso h�drico es complementaria a la ya existente en la legislaci�n, consistente en que el Jefe del Estado pueda evitar un remate y asignar directamente el derecho a uno de los que pod�an participar en el mismo, cuando razones excepcionales y de inter�s general lo justifiquen. Conclusi�n En estas condiciones, dada la urgencia de legislar en esta materia y el m�rito del proyecto, sin perjuicio de los perfeccionamientos que se le puedan introducir durante su discusi�n particular, anuncio mi voto favorable al mismo. He dicho. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Presidente de la Comisi�n de Hacienda, Honorable se�or Ominami. El se�or OMINAMI.- Se�or Presidente, el organismo t�cnico que presido dedic� varias sesiones a discutir en profundidad los principales conceptos involucrados en este proyecto, que modifica el C�digo de Aguas. La principal conclusi�n a que arrib� apunta en la direcci�n de reafirmar la necesidad de legislar sobre la materia, porque entiende, de un modo un�nime, que no es normal la situaci�n existente en cuanto a la distribuci�n de dichos derechos. Concretamente, hay en el pa�s una concentraci�n, un acaparamiento de los mismos, que es el resultado de los procesos de privatizaci�n que tuvieron lugar en la d�cada de los a�os ochenta. Si pudiera considerarse normal el hecho de que una empresa p�blica fuera titular de gran cantidad de derechos de agua, no lo es que, una vez privatizada, tales derechos pasen a formar parte de un patrimonio privado. Hay, por lo tanto, una situaci�n manifiestamente irregular que debe corregirse. Ella importa, adem�s, un freno desde el punto de vista del desarrollo de un conjunto de iniciativas productivas, que requieren disponer con mayor libertad de esos derechos de agua. Durante el debate del proyecto, y tambi�n por unanimidad de los integrantes de la Comisi�n, se plante� concretamente al Ministerio de Obras P�blicas la posibilidad de introducir un concepto distinto, de patente por el no uso. Se hizo ver al Ejecutivo que, desde el punto de vista de la teor�a econ�mica, m�s que una patente por no uso de los derechos de agua, tendr�a sentido establecer un sistema de tarificaci�n por la utilizaci�n de tales derechos, con lo cual se liberar�a a la autoridad, entre otras cosas, de la necesidad de calificar los usos que de estos derechos se haga para los efectos de acogerse a los beneficios establecidos por la propia ley. El Gobierno hizo presente la existencia de un impedimento de tipo institucional para proceder de esa manera: que no existe informaci�n suficientemente detallada y completa como para proceder de modo adecuado a establecer un sistema de tarificaci�n donde se cobre por el uso de estos derechos, independientemente del tipo de utilizaci�n a que se destinen. Tal es la raz�n por la cual, desde el punto de vista del Ministerio, no result� posible acceder al planteamiento formulado por la Comisi�n de Hacienda en cuanto a cambiar el concepto b�sico. S� quiero destacar como un hecho positivo que se haya incorporado al proyecto en su estado actual una norma tendiente a generar un catastro nacional de derechos de agua, resultado de lo cual, en algunos a�os m�s, ser� posible contar con un nivel de informaci�n mucho mayor que aquel de que se dispone en la actualidad. Por los motivos se�alados, la Comisi�n de Hacienda decidi� recomendar a la Sala la aprobaci�n general de la iniciativa, sin perjuicio de volver sobre los aspectos espec�ficos durante la discusi�n particular. Al efecto, se propuso -como se indic� en la relaci�n del se�or Secretario- constituir las Comisiones de Obras P�blicas y de Hacienda, unidas, con el fin de buscar la soluci�n econ�micamente m�s adecuada para este importante problema. Gracias, se�or Presidente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Cordero. El se�or CORDERO.- Se�or Presidente, perm�tame hacer algunas reflexiones acerca del proyecto puesto a nuestra consideraci�n desde la perspectiva, no de un experto en aguas, sino de una persona que ama profundamente a su pa�s, su gente, sus recursos y su soberan�a. No es novedad para nadie la importancia trascendental del agua para la vida. S�lo la falta de aire nos matar�a m�s r�pido. A ella le debemos protecci�n desde que somos concebidos. Al respecto, mencionemos la alimentaci�n; el transporte por r�os, lagos y mares; la producci�n de la mayor�a de los bienes que consumimos, y la generaci�n de energ�a de mayor importancia: la hidroelectricidad. Cuando los representantes del Ejecutivo nos explicaron este proyecto en la Comisi�n de Obras P�blicas de esta Honorable Corporaci�n, pudimos percibir la importancia de la materia que est�bamos tratando, ya que deb�amos pronunciarnos sobre la modificaci�n m�s trascendental hecha al C�digo de Aguas de 1981. Dicho cuerpo legal sent� las nuevas bases de regulaci�n del aprovechamiento de las "aguas terrestres" (es decir, las no mar�timas), estableciendo con ello los principios sobre los cuales nuestra sociedad pod�a aprovechar las aguas tanto para fines dom�sticos, como para usos productivos, sean estos agr�colas, industriales o de cualquier naturaleza. De un Estado omnipresente en la asignaci�n y uso del recurso h�drico, pasamos a uno cuya intervenci�n era m�nima, donde se reservaba la facultad de otorgar las aguas a las personas que las solicitan, y dejando en manos del mercado su posterior circulaci�n. De esa manera, se limit� la intervenci�n de la autoridad administrativa, cuyas potestades eran demasiado amplias, situaci�n que, sin duda, constituy� un avance en esta materia. �Qu� ocurri� en la pr�ctica con el rol del mercado? Las cifras tenidas a la vista durante la discusi�n en la Comisi�n de Obras P�blicas, nos indican que en los hechos el funcionamiento del mercado ha sido m�nimo, y aunque ha operado, no ha sido capaz de resolver los graves problemas generados. En efecto, la sola posibilidad de solicitar el aprovechamiento de aguas sin pagar por ellas, sin justificar su uso y sin obligaci�n alguna de ser utilizadas, signific� que algunas empresas hayan pedido derechos de aprovechamiento de agua sobre la totalidad de los caudales de algunos r�os, sin probabilidad de uso en el mediano o largo plazo. Algunas cifras me han preocupado sobre manera. Seg�n la Comisi�n Nacional de Energ�a (as� figura en las p�ginas 60 y siguientes del informe de la C�mara de Diputados sobre la presente iniciativa), ENDESA posee el 67 por ciento del recurso hidroel�ctrico en explotaci�n del Sistema Interconectado Central (SIC). Asimismo, ella se encuentra en posesi�n del 77 por ciento de los recursos por desarrollar desde hoy hasta el a�o 2020. Finalmente, si a dicha empresa se le adjudican todos los derechos de agua en tr�mite, llegar�amos a una cifra a lo menos preocupante, ya que dispondr�a del 77 por ciento de los derechos m�s convenientes a desarrollar desde hoy hasta el a�o 2025. Pero, �qu� pasa si esa empresa decide no desarrollar los proyectos? Naturalmente, no por un simple capricho, sino, sencillamente, por el aumento en la oferta de recursos energ�ticos, el precio de la energ�a deber�a bajar. La preocupaci�n aumenta al doble si pensamos que las decisiones de desarrollar ese tipo de proyectos desde hace alg�n tiempo ya no se toman en Chile, sino que, al ser comprada esa empresa por capitales extranjeros, dependemos de factores y criterios externos a nuestro pa�s. En otras palabras, ya no estamos discutiendo s�lo de aprovechamiento del elemento m�s indispensable para el desarrollo de nuestro pa�s: nos encontramos en presencia de un problema geopol�tico y de soberan�a nacional. �Podemos estar tranquilos frente a esta amenaza real y no hipot�tica? Nuestro rol, como legisladores, no se limita a aprobar o rechazar leyes porque nos parezcan convenientes o no seg�n criterios generales. No debemos olvidar que de acuerdo a nuestra Constituci�n Pol�tica (art�culo 22), "Los chilenos tienen el deber fundamental de honrar a la patria, de defender su soberan�a y de contribuir a preservar la seguridad nacional y los valores esenciales de la tradici�n chilena.". La soberan�a, Honorables colegas, se defiende en cada acto que realicemos en el ejercicio de nuestras obligaciones parlamentarias, no s�lo discutiendo el presupuesto del Ministerio de Defensa, o aprobando o rechazando tratados internacionales. �No nos enga�emos! En el proyecto sometido a votaci�n general en este minuto, se nos exige pronunciarnos espec�ficamente sobre este punto. C�mo podemos pensar siquiera en permitir a una empresa espa�ola que pueda detentar el monopolio de los derechos de agua de nuestro pa�s sin que tenga obligaci�n alguna de utilizarlos, impidiendo con ello el desarrollo econ�mico y social de Chile, m�xime si en Espa�a, con la ley de aguas de 1985, se establece una causa de extinci�n de un derecho al uso privativo de las aguas cuando �ste "haya permanecido sin explotar durante tres a�os consecutivos". La misma instituci�n existe en pr�cticamente todas las legislaciones mundiales que regulan el aprovechamiento del recurso h�drico. Se usa o se pierde. Para resolver el problema descrito, el Ejecutivo someti� a nuestra consideraci�n una iniciativa (ya lleva ocho a�os en tr�mite) que establece una patente por el no uso de las aguas, cuyo objetivo es, precisamente, incentivar el aprovechamiento del recurso h�drico. En este momento, nos corresponde votar la idea de legislar sobre la materia. Los pormenores del proyecto podremos discutirlos en particular en las Comisiones respectivas. Sin embargo, en esta etapa, debemos resolver si estamos de acuerdo con la idea de establecer una patente destinada a resolver los inconvenientes descritos. Seguramente, se�or Presidente, muchos de los aqu� presentes coincidir�n conmigo respecto del problema descrito, y podr�n decir que se trata de un tema que debe ser resuelto. Es probable que otros puedan se�alar la existencia de mecanismos diferentes para solucionar el inconveniente expuesto. Sin perjuicio de que dicha discusi�n no obsta para aprobar en este momento la idea de legislar sobre la materia y, por lo tanto, acceder a que el proyecto de reforma en comento siga su curso, me permitir� hacer algunas reflexiones sobre las soluciones planteadas por algunos colegas. En primer lugar, merece atenci�n la propuesta para resolver la acumulaci�n abusiva de derechos de agua consistente en la expropiaci�n de los ya otorgados. Tal mecanismo tiene varios reparos, a saber: 1.- Parece �ticamente reprochable que el Estado deba pagar grandes sumas de dinero por un derecho otorgado por �l mismo en forma gratuita sobre un bien nacional de uso p�blico (como es el agua), sin contraprestaci�n alguna, sin obligaci�n de uso, y que se mantiene inactivo generando barreras de entrada a otras personas que cuentan con proyectos concretos que pueden generar riquezas y fuentes de empleo; 2.- La expropiaci�n de derechos de agua s�lo podr�a resolver (si es que lo hace) el problema de los derechos ya constituidos, pero dejar�a pendientes todas las solicitudes actualmente en tr�mite, que deber�an otorgarse. Sostener lo contrario, significar�a el absurdo de que, dado el estado actual de la legislaci�n, habr�a que constituir una gran cantidad de derechos de agua, para despu�s expropiarlos; 3.- Existe la imposibilidad econ�mica del Estado para llevar a cabo tal medida. Significar�a destinar gran cantidades de recursos para solucionar un problema generado por el af�n especulativo de unos pocos, impidiendo focalizar los gastos hacia aquellas �reas socialmente m�s sensibles, tales como salud, educaci�n, vivienda y seguridad. 4.- La expropiaci�n ser�a un mecanismo que no solucionar�a nunca el problema, sino que, al contrario, lo agravar�a m�s, toda vez que constituir�a un incentivo para obtener en forma gratuita derechos de aguas con miras a que se expropien en forma posterior; 5.- Finalmente, el mecanismo de la expropiaci�n nos plantea lo siguiente: �qu� organismo del Estado la realiza?, �con qu� fin?, �para entregar el derecho de agua a una persona que s� tenga un proyecto? �No es eso volver al sistema de que el Estado decide la asignaci�n de los recursos y las actividades productivas? Todas esas interrogantes nos hacen descartar tal mecanismo de soluci�n para el problema de la acumulaci�n de derechos de agua. Tambi�n se ha planteado para resolver la dificultad planteada que se recurra al sistema contemplado en la legislaci�n antimonopolios, esto es, negar nuevos derechos de agua a aquellas empresas que ya tienen incorporados gran cantidad de ellos en su patrimonio, por afectar eso a la libre competencia. Sin embargo, la propia Comisi�n Antimonopolios ha resuelto que la Direcci�n General de Aguas se debe abstener de "aprobar nuevos derechos de aprovechamiento de aguas no consuntivos, mientras no est� en vigencia un mecanismo legal y/o reglamentario que asegure un adecuado uso de las aguas, a menos que se trate de proyectos espec�ficos de inter�s general que as� lo justifiquen". En otras palabras, es el m�ximo organismo encargado de resguardar la libre competencia en nuestro pa�s quien recomienda la aprobaci�n de una ley �la cual no existe en la actualidad- que solucione el grave problema en estudio. Adicionalmente, se ha propuesto durante la discusi�n general en las Comisiones respectivas de esta Honorable Corporaci�n que la idea de cobrar una patente por el no uso de las aguas ser�a un caso �nico en el mundo (cobrar por no usar). Mejor ser�a cobrar una patente por el solo hecho de tener un derecho de agua, independientemente de su uso efectivo. Para establecer un r�gimen de patentes a todo evento (tal como ocurre con las concesiones mineras), debe exigirse que est�n claramente determinados y formalizados todos los derechos de agua de nuestro pa�s, toda vez que para cobrar una patente es necesario tener identificado el derecho que ser� gravado por este tipo de tasa o impuesto. Sin embargo, de los 350 mil usuarios de agua de nuestro pa�s, s�lo unos pocos tienen sus derechos de agua formalizados y registrados con identificaci�n clara de los vol�menes de agua que les corresponden. Una patente por la sola tenencia de esos derechos exige la certeza de cada uno de ellos, lo que en este minuto es imposible cumplir. Frente a ese hecho se presentan dos alternativas. La primera consiste en dedicarnos a criticar la patente propuesta por el Ejecutivo desde hace ya siete a�os, argumentando de mil maneras que no es la mejor forma de resolver la cuesti�n, y la otra es aprobar esa idea y estudiar en la discusi�n particular el mejor modo de implementar la patente por no uso de las aguas. Se�or Presidente, Honorables colegas, no dejemos de resolver una grave dificultad que se enfrenta hoy en el aprovechamiento de nuestro recurso natural m�s importante con el simple argumento de que podr�a haber mejores soluciones. La iniciativa en debate lleva ocho a�os en el Congreso Nacional y hasta la fecha no tengo conocimiento de un borrador de proyecto de ley con una soluci�n distinta de la planteada por el Gobierno. No podemos permitir que una sola empresa haya solicitado todas las aguas del r�o m�s caudaloso de Chile, en la desembocadura, no s�lo comprometiendo el desarrollo de la Und�cima Regi�n, sino tambi�n corriendo el riesgo de que aqu�llas queden sin uso productivo para el pa�s por decisiones que lamentablemente se toman fuera de nuestras fronteras. Es cierto que somos una naci�n abierta a capitales extranjeros. Estamos orgullosos de ello. Tenemos una econom�a sana y con reglas del juego claras, que incentivan la inversi�n nacional e internacional. Nos hallamos cada vez m�s preparados para una econom�a globalizada y cada d�a mejoramos nuestros est�ndares de infraestructura f�sica y tecnol�gica. Soy un firme partidario del papel primordial del sector privado en el desarrollo econ�mico y social de Chile. La normativa que ahora se discute en general tiende precisamente a ese fin, incorporando incentivos potentes para el empleo efectivo del recurso h�drico mediante el mecanismo de la patente por su no uso. Lo anterior, sin perjuicio del estudio en detalle de que ser� objeto la iniciativa en las Comisiones pertinentes. Por todo lo expuesto, anuncio mi voto favorable. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Boeninger. El se�or BOENINGER.- Se�or Presidente, el punto de partida de la discusi�n y del articulado que nos ocupa radica, evidentemente, en que el agua es un recurso escaso en el pa�s, y en algunas regiones, en grado sumo. De manera que es claro, tambi�n, que derechos gratuitos y de plena propiedad como los vigentes en Chile no facilitan un mercado efectivo y suelen constituir m�s bien barreras de entrada en lo que respecta a derechos tanto consuntivos como no consuntivos. Se observa, en definitiva, un conjunto importante de problemas acumulados que es necesario resolver. En consecuencia, resulta indispensable legislar con ese prop�sito. En realidad, ocho a�os, como recordaba el Honorable se�or Cordero, significan que "ha pasado mucha agua bajo los puentes". Pero no hemos solucionado lo relativo a los derechos de agua. Ahora bien, �cu�les son dichos problemas? En primer lugar, se advierte una acumulaci�n hist�rica a partir de los derechos no consuntivos otorgados o heredados en 1981, lo que da a una sola empresa un control casi monop�lico sobre los existentes, gran porcentaje de los cuales no ha sido usado. Adem�s, la misma entidad re�ne un porcentaje desmesurado de las solicitudes a�n pendientes de decisi�n. He ah� una cuesti�n medular. En seguida, es claro que se registra, como consta en los antecedentes entregados por el Ministerio de Obras P�blicas en las Comisiones, una cantidad de solicitudes, tanto de derechos consuntivos como no consuntivos, muy en exceso respecto de las disponibilidades de agua, de modo que la Direcci�n correspondiente no cuenta con ninguna posibilidad de responderlas positivamente y necesita criterios y procedimientos de decisi�n para hacer frente a esa realidad. Adem�s de todo lo anterior, cabe consignar, sobre la base de la situaci�n actual y la legislaci�n vigente, la existencia de iniciativas aguas arriba, por ejemplo, respecto de derechos no consuntivos otorgados m�s abajo. Tambi�n, iniciativas aguas abajo y aspectos relativos a aguas subterr�neas carecen de soluci�n si no se contempla la regulaci�n legal pertinente. Planteado as� el asunto, no cabe duda de que se requiere legislar. Se�or Presidente, la respuesta ortodoxa obvia, ante un recurso escaso, es cobrar por utilizarlo. Por ende, la salida que aparece a primera vista como m�s l�gica consiste en aplicar un derecho por el uso del agua. Sin embargo, la discusi�n en las Comisiones -por lo menos en aquellas a las que he asistido- me ha ido convenciendo de que un conjunto de razones no hacen viable esa medida en un plazo razonable. Ciertamente, en los derechos consuntivos se presentan al menos dos situaciones muy dif�ciles de superar. Una de ellas es que no hay un registro de los derechos hist�ricos de agua anteriores a 1981, fecha del cambio de legislaci�n. En consecuencia, en muchos casos no habr�a a qui�n cobrar un derecho por el uso. Y se suscita un punto complejo, asimismo, con relaci�n al hecho de que la contribuci�n de bienes ra�ces agr�colas implica la incorporaci�n del valor del agua cuando se trata de suelos regados. Finalmente, en cuanto a los derechos no consuntivos sin utilizar, la verdad es que la patente por uso, en s� misma, no alterar�a para nada la realidad. Por ese conjunto de motivos, no parece viable la aplicaci�n de una patente por uso del agua en la contingencia que hoy se enfrenta. Tampoco se puede aplicar la soluci�n, bastante dr�stica -m�s com�n, entiendo, en Estados Unidos y en los pa�ses europeos-, de la simple caducidad del derecho cuando se deja de usar por cierto per�odo o no cumple determinadas condiciones. De ah�, entonces, que la idea heterodoxa de una patente por no uso del agua aparece, por muy original y �nica que sea en t�rminos de legislaci�n comparada, como una opci�n que, ante la dificultad presentada por otras -sobre todo, porque lo atinente a la caducidad no es posible en Chile por razones constitucionales-, se debe considerar seriamente. Y en este instante tiendo a favorecerla. Lo que estoy diciendo es sin perjuicio del papel que podr�an jugar, complementaria o alternativamente, los mecanismos antimonopolios existentes, �mbito en que las facultades respectivas se podr�an adaptar o fortalecer al efecto. Pero tambi�n resulta claro, como lo acaba de puntualizar el Senador se�or Cordero �me parece-, que la misma Comisi�n Antimonopolios ha sostenido que sin un marco normativo no puede actuar con eficacia en ese campo. Por todas las razones se�aladas, estoy de acuerdo con la idea de legislar, y parto de la base, en lo personal, de que lo m�s probable es que la mejor respuesta a la cuesti�n esencial que se enfrenta consiste en la patente por no uso. Lo anterior no significa, sin embargo -y dej� constancia de ello en la Comisi�n-, que me parece que se encuentran resueltas las dificultades planteadas por una situaci�n tan compleja. Y estimo indispensable precisar, para reforzar o reiterar lo consignado por el se�or Secretario respecto de la petici�n de que el segundo informe sea tratado por las Comisiones de Obras P�blicas y Hacienda, unidas, que existe un conjunto de aspectos sin resolver. Muy brevemente, quisiera enumerar algunos de ellos. Primero, en cuanto al valor de la patente por no uso, con respecto al costo de inversi�n, he visto c�lculos contradictorios. El punto dice relaci�n tanto al monto absoluto de lo que corresponder�a pagar como a su trayectoria en el tiempo, ligado esto �ltimo a las decisiones de inversi�n, a los pasos que es normal dar antes de formalizarlas, a los problemas que se pueden encontrar en el camino, sea por recursos judiciales -pensemos, por ejemplo, en los recursos sobre cuestiones ecol�gicas- o porque la situaci�n de mercado aconseje diferir una decisi�n en determinado lapso. Todos ellos son problemas complejos. Como dije, he visto cifras muy contradictorias en cuanto al costo de la patente con relaci�n al de la inversi�n total. Y creo que en el segundo informe ser�a importante despejar esas variables. De otra parte, me parece complicado -y es del caso precisar este aspecto- modificar la normativa vigente para obligar a los solicitantes de derechos de aguas a que justifiquen los caudales necesarios. Porque aqu� hay dos cosas. Por un lado, est� claro que no es posible otorgarlos de manera infinita; pero, por otro, la transferibilidad de los derechos -que, en mi opini�n, no aparece expl�citamente enmendada en el proyecto- se contradice con la justificaci�n inicial, porque si despu�s se cambiara el destino, �sta perder�a bastante su raz�n de ser. Luego est� el problema relativo a la fijaci�n de un procedimiento claro para que la Direcci�n General de Aguas, dentro de las disponibilidades, otorgue nuevos derechos de aprovechamiento. Y, sobre el punto, hay cuestiones que no me parecen claramente resueltas. Por ejemplo, qu� ocurrir� si las solicitudes coinciden s�lo parcialmente en lo relativo a la cantidad y origen de los caudales a que se refieren. De otro lado, es necesario dilucidar -el proyecto no lo hace- la relaci�n entre las facultades y el rol de la Direcci�n General de Aguas en cuanto al manejo de cuencas y las atribuciones de las juntas de vigilancia. No estoy sugiriendo que se transfieran a �stas o a otro organismo facultades de aquella Direcci�n; pero es indispensable establecer en forma expl�cita los marcos de acci�n de cada cual. En seguida, considero que la inexistencia de registros hist�ricos sobre derechos de aguas, lo que hoy impide cobrar por el uso en el caso de los consuntivos, hace menester una correcci�n legal mediante una combinaci�n de incentivos y desincentivos �"de zanahorias y garrotes", en definitiva-, para que esos registros puedan completarse dentro de un per�odo razonable. De lo contrario, en veinte a�os m�s deberemos discutir nuevamente el tema, y seguramente diremos: "Estamos en el 2020 y no tenemos ning�n registro hist�rico de los derechos anteriores a 1981". Y eso, obviamente, no es procedente. Por otra parte, estimo del caso precisar con m�s cuidado lo atinente al caudal ecol�gico, en forma de no interferir con derechos existentes; o sea, c�mo resguardar el consumo humano y, al mismo tiempo, no interferir con la transparencia de las decisiones sobre asignaci�n de derechos de aguas, consuntivos o no consuntivos, para determinados proyectos de inversi�n. Se�or Presidente, podr�a referirme a diversas otras materias; empero, el objetivo de esta sesi�n es pronunciarnos sobre la idea de legislar. En conclusi�n, primero, anuncio mi voto favorable, pues considero absolutamente indiscutible la necesidad de legislar sobre la materia. Segundo, entendiendo que todav�a �ste sea un tema pol�mico, en lo personal me declaro partidario de la idea matriz de la iniciativa en su forma actual: la aplicaci�n de derechos por no uso. Y tercero, reitero que existe un conjunto de materias -econ�micas, sobre facultades administrativas y de otro orden; ya me refer� a algunas- que requieren una decisi�n m�s cuidadosa. En tal virtud, creo que, una vez aprobado en general el proyecto -como espero-, debiera fijarse un plazo holgado para que durante la discusi�n particular el Ejecutivo y los Senadores formulemos las indicaciones pertinentes de manera oportuna y con la prolijidad que, a mi juicio, todav�a nos hace falta. El se�or HORVATH.- �Me permite, se�or Presidente? El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- S�, se�or Senador. El se�or HORVATH.- Considerando que el gran n�mero de oradores inscritos impedir� agotar el debate de la iniciativa en esta sesi�n y, por ende, despacharla, solicito a Su Se�or�a recabar el asentimiento de la Sala para que se pueda rendir el homenaje previsto en memoria del Teniente Hern�n Merino Correa. El se�or SABAG.- Pido la palabra. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- La tiene, se�or Senador. El se�or SABAG.- Concuerdo absolutamente con lo planteado por el Honorable se�or Horvath, sobre todo teniendo en cuenta que la Comisi�n Especial de Presupuestos debe sesionar a las 18:30 en este Hemiciclo. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- �Habr�a acuerdo para suspender el debate, dar t�rmino al Orden del D�a y proceder al homenaje? --As� se acuerda. HOMENAJE EN MEMORIA DE TENIENTE HERN�N MERINO CORREA El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Para rendir homenaje, tiene la palabra el Honorable se�or Horvath. El se�or HORVATH.- Se�or Presidente; se�oras y se�ores Senadores; se�ores oficiales, suboficiales y funcionarios de Carabineros de Chile en servicio activo y en retiro; se�oras Ana Mar�a y Cecilia Ver�nica y don Carlos Merino Correa, hermanos del Teniente Hern�n Merino, presentes en las tribunas; Capitanes de Carabineros se�ores Hern�n Merino Brice�o, Marcelo C�ceres Merino y Guillermo Felipe Merino, sobrinos del Teniente Hern�n Merino Correa; se�ores miembros del Sal�n Teniente Hern�n Merino Correa; se�ores representantes de la Corporaci�n de Defensa de la Soberan�a; se�ores representantes del Centro de Estudios Hist�ricos Lircay; se�ores representantes del Club Hist�rico Fern�ndez Concha; se�ores representantes del Instituto Arturo Prat; se�oras y se�ores: Hern�n Merino Correa tendr�a hoy 64 a�os, y con seguridad, dado su car�cter y su sano esp�ritu, hijos y nietos. Y, por su preparaci�n, capacidades y voluntad de servicio, ser�a probablemente un General, tal vez en retiro. Esa natural proyecci�n de vida tuvo un final muy distinto, marcado por una peque�a gran diferencia: la lealtad y el compromiso con los ideales, esos valores que hacen seguir la senda de las dificultades, el no evitar el camino con m�s adversidades, "el camino no seguido", en palabras del poeta Robert Frost. El Teniente Merino jur� defender su patria aunque tuviera que dar la vida si fuese necesario. A 35 a�os de la tragedia de Laguna del Desierto, cabe hoy la pregunta: �Podr�a haberse evitado ese sacrificio? Y a ello debemos sumar la verg�enza de haber cedido, en condiciones francamente ilegales e irresponsables, el territorio mediante una ocupaci�n por la fuerza, m�s tarde sancionada por un arbitraje absurdo. Conociendo el territorio y a sus pobladores originales, la respuesta es francamente afirmativa. Bastaba con hacer caminos, integrar la zona f�sicamente, permitir las condiciones m�nimas para el desarrollo digno de sus habitantes y dar a conocer las maravillas �nicas de su geograf�a a niveles nacional e internacional. Es cierto que tambi�n hubo muchas equivocaciones, producto principalmente del abandono y la ignorancia, a�n desgraciadamente generalizada, respecto a nuestro territorio y su configuraci�n hist�rica. Estos factores influyeron y siguen teniendo todav�a un rol preponderante en la definici�n de los l�mites de Chile. Un caso concreto son los 82 kil�metros que restan por definir y los 119 que quedan por demarcar, si se puede hacer en hielo m�vil, entre Ais�n y Magallanes, en el Campo de Hielo Patag�nico Sur. Algunos de esos vac�os tambi�n quedaron incluidos de alguna manera en el arbitraje brit�nico con el fallo de 1902, que cost� a Chile la mayor�a de las cuencas del Pac�fico de la Patagonia, y que, pese a los esfuerzos por demarcar la zona en 1903, no se dejaron todos los sectores bien determinados. Si se hubiera aplicado respecto de ellos el buen esp�ritu de los discursos p�blicos de las autoridades de las respectivas naciones, nunca habr�a habido problemas. El capit�n ingl�s Crosthwait, con riesgo de su vida y de la de sus ayudantes, en un precario bote de lona y posteriormente a pie y a caballo, en 1903 instal� la base para el hito 62 en las m�rgenes meridionales del lago O�Higgins y estableci� la l�nea demarcatoria por el cord�n Mart�nez de Rozas hasta el imponente monte Fitz Roy, ya definido en 1898 como hito natural y ratificado como tal en 1902, no obstante saberse que se encontraba en cuenca atl�ntica. El valle de Laguna del Desierto, al oeste de la l�nea demarcatoria, -entonces a�n oficialmente desconocido-, se fue ocupando pac�ficamente a partir de 1921, en su mayor�a por pobladores chilenos y unos pocos europeos al comienzo, sancionando en los hechos para nuestro pa�s dicha zona. Las exploraciones del sacerdote salesiano Alberto de Agostini y de Augusto Grosse, detallaron las familias chilenas del sector, lo que permiti� darles los respectivos t�tulos y pedirles a la vez los correspondientes pagos de contribuciones. La vida se desarrollaba en plenitud, con la especial filosof�a de los colonos, fogueados en la adversidad y el aislamiento. Una de las testigos m�s elocuentes y queridas del proceso colonizador, do�a Luisa Sep�lveda C�rdenas, falleci� hace pocos meses en Villa O�Higgins. En 1965, en medio de una serie de errores diplom�ticos y en una franca descoordinaci�n de las autoridades, lo que ha sido tambi�n demostrado en publicaciones recientes como la de don Mario Valenzuela Lafourcade, esa parte del territorio fue ocupada por la fuerza, en una acci�n conjunta de Gendarmer�a y de las Fuerzas Armadas del vecino pa�s, desconociendo los acuerdos asumidos en Mendoza por los gobernantes de la �poca, don Eduardo Frei Montalva y don Arturo Illia, e incluso hasta los acuerdos de retirarse del sector antes de cierta fecha por parte de gendarmes y carabineros, para cuyo efecto se fijaban los plazos necesarios debido a las dificultades para comunicarse con esa aislada porci�n de Chile. Una peque�a patrulla de carabineros estudiaba el sector por petici�n de pobladores chilenos a quienes se les hab�a comunicado que se pretend�a instalar en sus predios puestos fronterizos de Gendarmer�a. Esa patrulla -compuesta por cuatro carabineros en el Puesto de la Viuda o Puesto Arbilla, y dos carabineros que recog�an las enflaquecidas cabalgaduras para regresar a sus bases y proyectos de vida-, que hab�a sido instruida claramente de que sin lugar a dudas el sector era chileno, lo cual hab�a sido ratificado en terreno algunos d�as antes de ese momento por expertos de la Canciller�a, fue emboscada por un contingente de gendarmes argentinos 25 veces superior, con gran despliegue de prensa del pa�s vecino. La reacci�n del Teniente Hern�n Merino Correa de cubrir a su jefe, el Mayor Miguel Torres, cuando �ste intentaba parlamentar con los atacantes dado que hab�an sido advertidos por dos ni�os hijos de los colonos del sector, tiene una evidente concordancia con su vida y su manifiesto compromiso con los ideales que siempre profes�. El amor patrio y sus m�s caros valores se forjaron en su familia y en la noble instituci�n de Carabineros de Chile. Su padre, Carlos Merino Charpentier, fue uno de los primeros tenientes de Carabineros derivados de la fusi�n de las instituciones policiales, y su madre, Ana Correa de la Fuente, de profesi�n contadora, se dedic� en forma plena a la familia. Hern�n Merino Correa tuvo una s�lida formaci�n de valores en el hogar, junto a sus hermanos Ana Mar�a, Cecilia Ver�nica y Carlos, a quienes am� entra�ablemente, dejando de ello variados testimonios en su significativa vida. Su esp�ritu sano, deportivo, solidario, su amor a la patria y a Carabineros fueron siempre muy definitivos. Demostrado tambi�n queda su car�cter firme y respetuoso, su buen esp�ritu y la capacidad de tomar resoluciones acertadas en condiciones muy dif�ciles. El rescate desde las aguas del r�o Biob�o de una madre embarazada, durante su desempe�o en Santa B�rbara en 1959, y m�s tarde, en 1963, el rescate del �nico sobreviviente del accidente a�reo ocurrido en el cerro P�rez, del fiordo Ais�n, contra el cual se hab�a estrellado un avi�n de la Fuerza A�rea de Chile con 20 pasajeros (entre los cuales se encontraba Monse�or C�sar Gerardo Vielmo), son claros testimonios de lo aseverado. Su acucioso trabajo como polic�a en todos los �mbitos en que le toc� actuar se halla reflejado en numerosos testimonios y entrevistas de quienes lo conocieron, y de manera muy especial en los documentos -plenamente vigentes- confeccionados por el propio Hern�n Merino Correa y publicados este a�o por el Coronel Iv�n Stenger Larenas en el importante libro "Teniente Merino: h�roe nacional de la soberan�a". El relato pormenorizado de la vida de Hern�n Merino, desde los libros de guardia, testimonios y la denuncia formulada por los hermanos H�ctor y Domingo Sep�lveda C�rdenas sobre la ocupaci�n por parte de Gendarmer�a del sector del valle de Laguna del Desierto, nos van introduciendo en un hilo conductor donde se va haciendo de su vida una segunda lectura, que da coherencia espiritual a una tragedia que lo llev� al sacrificio, pues en todo momento actu� en consecuencia con su sagrado voto y juramento por los valores humanos y patrios. Todos esos valores impulsaron al joven y comprometido Oficial a defender con su sola presencia a los pocos compa�eros de armas que lo acompa�aban, quienes -muy lejos de sus familiares, seres queridos y en particular de las autoridades del centro del pa�s-, rodeados por la inmensidad de los cordones monta�osos de la Patagonia, fueron testigos de la balacera que le quit� abruptamente la vida, haci�ndolo regar con su sangre la tierra del valle de Laguna del Desierto. En pleno duelo nacional el Gobierno retir� a los carabineros del sector, sin lograr que los gendarmes tambi�n cumplieran su compromiso. Los pobladores chilenos lo perdieron todo. En el pr�logo del libro "El Enigma de Laguna del Desierto", del autor mencionado anteriormente, el poeta y ensayista Armando Uribe expresa: "�Puede un pa�s que revela conductas impropias, intelectual y organizativamente, de un Estado civilizado moderno, mantener una pol�tica internacional s�lida y satisfactoria, que salvaguarde los intereses permanentes de su naci�n? He ah� el dilema, el enigma que esconde este caso de la Laguna del Desierto.". As� como todos en alg�n momento juramos ante nuestra bandera, autoridades y familia rendir la vida si fuese necesario, es conveniente recordar que tambi�n las autoridades siempre juran cumplir con la Constituci�n Pol�tica de la Rep�blica, que en el inciso segundo del art�culo 22 estatuye: "Los chilenos tienen el deber fundamental de honrar a la patria, de defender su soberan�a y de contribuir a preservar la seguridad nacional". Todos podemos hacerlo y debemos actuar en consecuencia, amar el territorio y nuestra patria. En una Patagonia chilena aislada, desconocida por las autoridades pol�ticas -imbuidas por intereses menores en un centralismo que hace perder las verdaderas perspectivas de naci�n-, Hern�n Merino Correa sigui� fiel su rumbo, dando a su sacrificio el claro sentido del h�roe nacional, el claro sentido de que fue una ofrenda llena de valor que, junto al dolor en que dej� a sus familiares, amigos y compa�eros de Carabineros, y a todos quienes tuvieron el honor de conocerlo y -m�s importante aun- a cuantos no tuvimos la oportunidad de conocerlo, nos hace sentir que su vida entera nos sobrecoge, nos hace reaccionar en forma positiva y sigue forjando el esp�ritu nacional y alimenta el amor patrio que sanamente nos identifica de modo tan necesario en un mundo que, por desgracia, tiende a relativizar los valores y a integrarse muchas veces renunciando a la soberan�a. El ejemplo de Hern�n Merino Correa permite abrigar continuamente la esperanza de que, con prudencia y tenacidad, valores patrios que enriquecen y ennoblecen la vida en diversidad, no mueren nunca. Eso es lo que logra un h�roe nacional. Esto -al igual como nuestros h�roes de la Guerra del Pac�fico que ofrendaron su vida- es lo que hace que Chile siga siendo respetado en todo el mundo y que �ntimamente nos sintamos orgullosos de ser chilenos. Gracias, Teniente Hern�n Merino Correa. Reciban �l, su familia y su instituci�n, tan querida, este homenaje del Senado con motivo de cumplirse 35 a�os de su tr�gico fallecimiento. --(Aplausos en la Sala y tribunas). El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Cordero. El se�or CORDERO.- Se�or Presidente, Honorables se�ores Senadores, gracias a una feliz anuencia del se�or Presidente de esta Corporaci�n, don Andr�s Zald�var, me permito agradecer, en nombre de todos los se�ores Senadores, el sentido homenaje del Honorable se�or Horvath al joven Teniente de Carabineros don Hern�n Merino Correa, con motivo de conmemorarse el 6 de este mes el trig�simo quinto aniversario de su heroica muerte en Laguna del Desierto. En sus palabras ha trasuntado el hondo significado que tuvo para Chile, para su instituci�n y especialmente para su juventud, la intr�pida acci�n de tan insigne oficial de Carabineros, ya que su muerte se convirti� en leyenda y ejemplo para muchas generaciones. El 6 de noviembre de 1965, el joven Teniente antofagastino, bravo centinela en la frontera, ofrend� su vida protegiendo la soberan�a nacional que hab�a jurado defender. Ese mismo d�a naci� la leyenda, cuya llama vivir� siempre en el coraz�n de todo un pueblo agradecido por el objetivo, por su hombr�a y, especialmente, por el ejemplo que irradia su sacrificio. Tuve el honor de mandar el mismo Destacamento que con tanto acierto ejerci� Hern�n Merino �la Tenencia Santa B�rbara-, y conoc�, como su amigo personal, muchos testimonios escritos que reflejan, en cada l�nea, su acendrado amor por los valores patrios. En uno de estos testimonios, enviado desde Laguna del Desierto por el Teniente Merino a su jefe, el Mayor Miguel Torres, cuando reci�n hab�a instalado la avanzada, le dice: "Mantendr� la soberan�a, aunque me queme". Con esto, nuestro joven h�roe revela su inquebrantable decisi�n, que le cost� la vida y que es una respuesta para quienes piensan que actu� en forma irreflexiva. En el h�roe chileno del siglo 20 est�n encarnados el valor, el coraje, la decisi�n y el absoluto desprecio por su propia existencia, que traspasa los umbrales que separan la vida de la muerte, transform�ndose en un ser que no vacila en su propio sacrificio en aras de sus principios. Hoy, quisiera rescatar de la historia reciente lo que signific� para Chile el traslado de los restos de nuestro h�roe a la Cripta de los M�rtires de Carabineros el 27 de abril de 1997, ya que, aparte de las autoridades nacionales, encabezadas por el Presidente de la Rep�blica, don Eduardo Frei Ruiz-Tagle, tambi�n estuvo presente el Comandante General de la Gendarmer�a Argentina, con un destacamento de cadetes de su instituci�n, con el fin de rendir homenaje, teniendo a Chile como testigo, al joven Teniente Hern�n Merino Correa, que a�os antes hab�a ca�do v�ctima de sus propias balas. Este gesto sirvi� a la pol�tica nacional para que Chile y Argentina fueran estrechando sus relaciones de amistad, que son las �nicas condiciones para que los pa�ses hermanos puedan crecer y desarrollarse. En esta tarea de integraci�n, Carabineros siempre ha tenido una participaci�n decisiva, y, en este caso, por un heroico acto de un joven oficial, orgullo de nuestra naci�n. Es as� como en esta creciente relaci�n de amistad se perpet�a la memoria de Hern�n Merino Correa, quien nos dej� como valiosa herencia la de que s�lo la dignidad, la altivez de la raza, el valor de nuestros hombres, el esp�ritu de los h�roes, la defensa de nuestra soberan�a, est�n m�s all� de la propia vida, m�s all� del leg�timo anhelo de supervivencia. Lamentando la ausencia en la Sala de muchos Senadores, agradezco al Honorable se�or Horvath por recordarnos esta gesta, ocurrida hace 35 a�os, donde el Teniente Hern�n Merino Correa entreg� su eterna lecci�n de amor a la patria, ofrendando su bien m�s preciado: su propia vida. He dicho. --(Aplausos en la Sala y tribunas). El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Stange. El se�or STANGE.- Se�or Presidente del Senado; se�oras y se�ores Senadores; distinguidas Delegaciones de jefes, oficiales y funcionarios de Carabineros de Chile en servicio activo y en retiro; se�ores Miembros del Sal�n Hern�n Merino Correa, de Santiago y Valpara�so; distinguida familia del Teniente Merino Correa, representada por sus hermanas se�oras Ana Mar�a y Cecilia Merino Correa, junto a sus sobrinos, los Capitanes de Carabineros Marcelo C�ceres Merino, Hern�n Merino Brice�o y Guillermo Felipe Merino: Al conmemorarse hoy, en este mes de noviembre, 35 a�os desde el holocausto del Teniente de Carabineros don Hern�n Francisco Merino Correa, rindo homenaje sincero, en nombre del Comit� de Senadores UDI e Independientes, al hombre, al chileno, al Carabinero que no titube� en ofrendar su vida, aquel 6 de noviembre, en defensa del territorio patrio, amenazado por potencia extranjera. Pocas personas tenemos a�n el privilegio de haberlo conocido en vida, de haber aprendido en la misma alma m�ter de Carabineros las nociones fundamentales c�vicas de amor a la Patria, las lecciones del verdadero esp�ritu del servicio p�blico, o el significado del cumplimiento del juramento como integrantes de Carabineros de Chile, o de haber cabalgado por los mismos senderos de la Patagonia, o de haber comandado el mismo cuartel en aquella lejana ciudad de Cochrane del inh�spito Ais�n. Es por ello que, al recordar hoy al H�roe Nacional del Siglo XX y las tr�gicas circunstancias que ocasionaron su homicidio en territorio que hasta entonces sab�amos chileno, mis sentimientos se entremezclan como chileno, como Carabinero y como Senador. Hace 35 a�os, el nombre del Teniente Hern�n Merino surgi� a los titulares de los diarios, conmoviendo a todos los chilenos. Carabineros enlut� sus estandartes y las melanc�licas notas del clar�n vibraron como nunca en la postrera despedida del m�rtir. Han pasado los a�os y su nombre ha seguido vigente, imperecedero en el tiempo y en el alma de la naci�n chilena. Monumentos y bustos con su figura adornan lugares p�blicos de ciudades y pueblos, y escuelas, plazas, calles o clubes deportivos llevan su nombre. Es un digno reconocimiento de un pueblo agradecido hacia quien diera su vida por defender el suelo patrio. Los pocos a�os en que el h�roe prest� servicios en la Instituci�n bastaron para que dejara huellas indelebles de su vocaci�n de servicio y amor por sus semejantes. Dos hechos sobresalen: el rescate que hiciera de dos personas, en 1959, desde las caudalosas aguas del Biob�o; y posteriormente, en 1963, al ubicar un avi�n de la Fuerza A�rea, siniestrado en las cercan�as cordilleranas del estuario de Ais�n, el rescate del �nico sobreviviente, a quien el Teniente Merino transport� por horas sobre sus hombros hasta el centro hospitalario m�s cercano. Caballeroso deportista, compenetrado de su responsabilidad en el sector fronterizo de su tenencia, entusiasta gu�a de sus subalternos, fueron algunas de sus cualidades por las cuales, precisamente, se le asignara reforzar el sector de Laguna del Desierto, aquel olvidado rinc�n de nuestra Patria, en que reina el viento, el silencio, la nieve y la soledad. Se viv�an d�as de tensi�n entre Chile y Argentina por los l�mites de la Laguna del Desierto, aquella laguna a cuyos pies del sur emerge altivo el Monte Fitz Roy; aquella laguna que seg�n nuestros mapas era chilena, pero que Argentina tambi�n reclamaba como suya. Y Chile aseguraba su soberan�a, pues eran colonos chilenos los que la habitaban. Ten�an terrenos entregados por el Estado chileno; pagaban sus contribuciones en nuestra Patria. �C�mo entonces pod�a a pretenderla Argentina? Intensas gestiones diplom�ticas culminaron con un Tratado entre los Presidentes de Chile y Argentina el 5 de noviembre de 1965, que obligaba a los Gobiernos a retirar las fuerzas policiales del sector boscoso y monta�oso que enmarca la Laguna del Desierto. Por problemas de comunicaciones, se hab�a convenido tambi�n que el Gobierno chileno dispondr�a de 48 horas para ordenar el retiro del destacamento de Carabineros, que al mando del Mayor Miguel Torres e integrado por el Teniente Hern�n Merino Correa y seis funcionarios a contrata, se hab�a instalado al sur de la Laguna, en una r�stica choza de troncos partidos de la estancia "Arbilla". Lamentablemente, el avi�n de Carabineros que deb�a comunicar el repligue del personal no alcanz� a llegar a tiempo� El 6 de noviembre, alrededor de las 16:30, avanzaron las tropas de Gendarmer�a argentina, reforzadas con armamento autom�tico y acompa�adas por fot�grafos y periodistas. As�, mientras el personal de Carabineros preparaba su regreso de acuerdo al protocolo suscrito, cien gendarmes rodeaban el puesto "Arbilla", en abierta desobediencia al compromiso adquirido por el Presidente argentino. No fue una batalla. No puede considerarse como combate un hecho en el que hubo solamente disparos de parte de Gendarmer�a argentina. No se puede denominar combate la acci�n entre personal de Carabineros desarmado y tropas argentinas fuertemente armadas y diez veces superior en n�mero. En este desigual desenlace cay� herido de muerte el Teniente Merino y qued� gravemente herido el Suboficial Miguel Manr�quez. Arriada la bandera chilena por manos argentinas, se consum� el alevoso atentado a nuestra dignidad soberana. Abatido en tierra yac�a el Teniente Merino, rubricando con su sangre el juramento de servicio: "Rendir la vida si fuere necesario en defensa del Orden y de la Patria"� Y aquel d�a imprevisto lleg� y fue su inmolaci�n. La historia escribi� entonces su nombre junto a los dem�s h�roes de Chile. Pero no de un h�roe de guerra, sino un h�roe de la paz, de la soberan�a, de la dignidad chilena. Al inmolarse en defensa de la patria, puso t�rmino a su vida terrenal y naci� para Chile el �nico h�roe nacional del siglo XX. Se�or Presidente, en nombre del Comit� de Senadores de la Uni�n Dem�crata Independiente e Independientes, expreso a los distinguidos familiares Correa Merino que participan de esta ceremonia nuestro m�s emocionado reconocimiento hacia quien, al morir en su puesto del deber, demostr� una vez m�s la altivez de nuestra raza chilena. A la familia Merino Correa y a sus compa�eros de promoci�n, gracias por haber dado de entre ustedes a un h�roe para Carabineros, un h�roe para Chile. He dicho. --(Aplausos en la Sala y en tribunas). El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Gazmuri. El se�or GAZMURI.- Se�or Presidente, delegaciones de Carabineros que nos acompa�an esta tarde, estimadas hermanas y familiares del Teniente Merino, en nombre del Comit� de Senadores del Partido Socialista me sumo al homenaje que hoy d�a se rinde en su memoria. Recuerdo como si fuera hoy la conmoci�n que se produjo en Santiago y en todo el pa�s cuando se supo del sacrificio del Teniente Merino. En ese tiempo �ramos j�venes universitarios y salimos multitudinariamente a las calles �eso ocurr�a en el Parque Forestal-, para rendir homenaje al m�rtir ca�do y para reprobar el alevoso ataque que no cumpl�a, como se ha recordado ac�, los acuerdos que los Presidentes democr�ticos de ambos pa�ses hab�an suscrito pocos d�as antes. Todav�a la Historia no ha aclarado cu�l fue el origen de la orden que termin� en aquel enfrentamiento. Ello ocurri�, adem�s, pocos meses antes �como nos lo record� en otra ocasi�n el ex Canciller Vald�s- de que un golpe militar terminara con el Gobierno del Presidente Ill�a. Por lo tanto, fue un punto de mucha aspereza y dureza en nuestras relaciones con la Argentina. Y en ese momento el ejemplo del Teniente Merino, sin duda, evoc� para todos los chilenos valores que nos son muy propios: la altivez, la dignidad, el valor del servicio y la consecuencia con un juramento que se convierte en realidad cuando hay hombres como el Teniente Merino. "Rendir la vida si fuere necesario", en hombres como el Teniente Merino, y en Carabineros de Chile, no es una frase dicha al pasar, sino un compromiso de vida, y fue �sa la actitud que lo llev� a salvar otras vidas. En el desempe�o de su funci�n policial esa misma actitud lo llev� tambi�n a rendir la vida en defensa de la Patria. Corren, felizmente, otros vientos internacionales. Estamos intentando construir relaciones de s�lida paz y entendimiento con nuestros vecinos, particularmente con la Rep�blica Argentina. Pero siempre queda en la memoria de los chilenos, como ejemplo, el recuerdo de hombres como el Teniente Merino, que nos hacen presente el esp�ritu de servicio y el amor a la patria. En nombre de los Senadores del Partido Socialista saludo respetuosamente a sus hermanas, a sus herederos, que son dignos oficiales de Carabineros, y a toda esa Instituci�n Policial representada hoy por las delegaciones que nos acompa�an, porque el ejemplo del Teniente Merino no s�lo honra a Carabineros de Chile, sino tambi�n a las instituciones fundamentales de nuestra Patria �Muchas gracias a Carabineros y a su familia por este gran hijo de la tierra que todos queremos tanto! He dicho. --(Aplausos en la Sala y en tribunas). El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Ruiz De Giorgio. El se�or RUIZ (don Jos�).- Se�or Presidente, distinguida familia del Teniente Merino, compa�eros de armas de la Instituci�n a que perteneci� y que tanto honr�, Honorables colegas: Vivimos en una zona austral donde las distancias son enormes, y donde el esfuerzo por hacer patria es extremadamente duro. All� se enfrenta diariamente la incomprensi�n de los Gobiernos centrales, a los que les es dif�cil asumir la realidad de aquellas lejan�as, Desde los primeros a�os, cuando el Presidente Bulnes tuviera el gesto de poblar las tierras australes, nos encontramos con que la osad�a de quienes dirig�an esas experiencias aventureras de poblamiento e intentaban hacer cumplir lo que no s�lo eran nuestras normas nacionales, sino tambi�n los tratados internacionales y exigir los derechos de Chile en esas regiones australes, no recib�a muchas veces ni la comprensi�n ni el apoyo de las autoridades centrales, que miraban esas tierras como innecesarias o in�tiles para el pa�s. Fue un largo camino. Llegamos al siglo reci�n pasado �el siglo XX- y a�n la permanencia de Chile en el austro no se ha consolidado. Hoy todav�a tenemos extensos espacios abandonados, los que no hemos logrado incorporar plenamente al desarrollo nacional. La soberan�a no se hace s�lo con presencia militar, sino tambi�n con poblamiento, que requiere del apoyo del Estado, de medidas especiales y de incentivos. No basta contar con un cuartel de Carabineros en la frontera para decir que tenemos dominio sobre esos territorios. Pobladores esforzados junto con Carabineros intentaron hacer realidad nuestra soberan�a nacional. Otras instituciones de la Defensa Nacional participaron en distintos sectores. Sin embargo, deseo destacar hoy m�s que nunca que el ejemplo de hombres como el Teniente Merino nos va mostrando caminos. Son ejemplos motivadores. �Cu�ntos j�venes ingresaron a Carabineros de Chile a lo largo de los a�os despu�s del sacrificio de Merino, inspirados en un hombre que ofrend� su vida generosamente en el cumplimiento de los postulados de la Instituci�n que lo form�! Creo que su sacrificio no fue en vano. Independientemente de las vueltas que haya tenido la vida, no es la primera vez que hoy en el Senado se le rinde homenaje, y seguramente seguiremos recordando al Teniente Merino. Y es bueno que as� sea porque �stos son los ejemplos que deben inspirar a nuestras juventudes en el cumplimiento de sus deberes para con la patria y para con sus semejantes. El Teniente Merino es, realmente -como se dijo aqu�-, no s�lo un h�roe del siglo XX, sino un h�roe para mantenerlo siempre presente en la memoria de los chilenos. Por eso, en representaci�n de la bancada de Senadores democratacristianos, quiero saludar a la familia del Teniente Merino y a Carabineros de Chile, y expresarles que el nombre de este m�rtir de la patria estar� siempre presente en nuestra memoria. He dicho. --(Aplausos en la Sala y en tribunas). El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se dejar� constancia en la Versi�n Taquigr�fica de todas las intervenciones realizadas con motivo del justo homenaje que el Senado de la Rep�blica ha querido rendir hoy en honor y memoria del Teniente Hern�n Merino Correa. PETICIONES DE OFICIOS El se�or HOFFMANN (Secretario).- Han llegado a la Mesa diversas peticiones de oficios. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se les dar� curso en la forma reglamentaria. )----------------------( --Los oficios cuyo env�o se anuncia son los siguientes: Del se�or CHADWICK: A los se�ores Ministro de Obras P�blicas e Intendente de la Sexta Regi�n, acerca de MEDIDAS PARA EVITAR DESBORDE DE R�O TINGUIRIRICA (SEXTA REGI�N). Del se�or FERN�NDEZ: A la Superintendencia de Electricidad y Combustibles, sobre REVISI�N DE INSTALACIONES DE GAS EN VIVIENDAS DE MAGALLANES (DUOD�CIMA REGI�N) . Del se�or HORVATH: A lo se�ores Ministro de Econom�a y Presidente de la Comisi�n Nacional de Energ�a, e Intendente de Und�cima Regi�n, en cuanto a POSIBLES ALZAS DE TARIFAS EL�CTRICAS EN AIS�N (UND�CIMA REGI�N). Del se�or MORENO: Al se�or Ministro de Obras P�blicas, respecto de CONSTRUCCI�N DE DEFENSAS FLUVIALES EN R�O TINGUIRIRICA, y sobre PAVIMENTACI�N DE CAMINO ENTRE NAVIDAD Y PUPUYA (SEXTA REGI�N). Del se�or N��EZ: Al se�or Ministro de Obras P�blicas, referente a PROYECTO DE NUEVO AEROPUERTO EN REGI�N DE ATACAMA (TERCERA REGI�N). Del se�or STANGE: Al se�or Ministro de Obras P�blicas, respecto de INSTALACI�N DE SE�AL DE TR�NSITO EN CARRETERA AUSTRAL (D�CIMA REGI�N). )-----------------( El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Habi�ndose cumplido su objetivo, se levanta la sesi�n. --Se levant� a las 18:27. Manuel Oca�a Vergara, Jefe de la Redacci�n