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El señor MONTES (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Patricio Hales.
El señor HALES .-
Señor Presidente , creo que debemos hacer un esfuerzo por aprobar el proyecto. Lamento que el Senado haya eliminado el artículo relativo a las viviendas rurales, pero si el Ejecutivo tiene la voluntad de patrocinar alguna iniciativa que ayude a resolver este tema, nosotros deberíamos, con la misma unanimidad que dimos ayer en la Comisión, después de haber discutido extensamente la materia, aprobar el proyecto y, por ende, contar con una normativa que permita poner en orden estas irregularidades, que son comunes en nuestras ciudades.
En verdad, este es un proyecto hecho para consagrar la ilegalidad; es decir, es la legalización de la ilegalidad. Esa es la realidad y tenemos que decirlo así. Suena absurdo que desde el propio Parlamento salga algo que atenta contra lo que es lo normal, pero en los hechos ha ocurrido así. La gente ha construido en muchas partes sin permiso por falta de recursos suficientes. Muchísima gente de escasos recursos, pobre, tiene necesidad de esta iniciativa, justamente porque, por el hecho de ser pobre, recibió una vivienda muy pequeña que con el tiempo tuvo que ampliar, hacer crecer, pero no dispuso de recursos para contratar los profesionales competentes y pagar los derechos municipales.
El objetivo del proyecto es permitir un blanqueo. Para quienes deseamos que en las ciudades reine el orden, la belleza y la armonía entre los vecinos, la generación de un espacio físico ordenado, y la ocupación armoniosa del suelo, esta iniciativa de ley es algo muy importante, ya que blanquea lo irregular y consagra la legalidad de lo que se hizo desordenadamente, aunque no se puede desconocer que por necesidad la gente ha tenido que actuar en forma irregular. Por eso nació este proyecto.
En consecuencia, pienso que debemos aprobar esta iniciativa aun cuando el Senado haya eliminado una parte; debe ser el Ejecutivo quien solucione el tema relativo a las áreas rurales.
En el caso de las viviendas rurales, la ley exige que tengan los permisos, las recepciones, planos y papeles en regla. ¿Qué ha sucedido en la práctica? Hasta hace muy pocos años, las direcciones de obras hacían vista gorda respecto del tema y no exigían llevar a cabo dicha tramitación. Sin embargo, con el transcurso del tiempo, las nuevas condiciones administrativas, los mejoramientos de la inspección y la tecnología y los cambios en la relación entre lo rural y lo urbano han transformado en exigentes a las direcciones de obras de las municipalidades rurales.
A mi juicio, la aprobación del proyecto de regularización puede originar un criterio inspectivo excesivo respecto de los sectores rurales, los que, de ser así, se van a ver sometidos a una situación muy difícil. En consecuencia, debe crearse una norma especial que proteja a dichos sectores, a fin de que, cuando el proyecto sea ley, los directores de obras se comprometan a no hacerles mayores exigencias.
Amo las ciudades ordenadas y hermosas; por lo tanto, en este momento me siento igual que un director de Impuestos Internos o un contador auditor estudiando un proyecto de blanqueo tributario. Debemos ser capaces de crear espacios ordenados en que se sienta el afecto por las ciudades y donde, con el correr de los años, la gente pueda decir que en las ciudades se vive mejor.
En todo caso, advierto tensión al votar a favor de un proyecto que regulariza lo irregular. Pero hay que ayudar a la gente, porque si el país tuviese los recursos o esa gente pobre, otro ingreso per cápita, no habría construido al margen de la ley. Sin embargo, hay que tener cuidado con los abusadores, ya que, como cuentan con recursos y mucho terreno, pueden aprovecharse y ampliar su casa en el silencio, en las sombras, en la imposibilidad de que lo vea un inspector y acogerse a esta normativa, cuyo plazo de vigencia vence en marzo del 2001. El proyecto establece claramente que es para regularizar lo construido hasta 1998; otra cosa sería una frescura, ya que se ha legislado en esta materia para beneficiar a quienes no han podido regularizar las construcciones anexas a la original. Alguien ha dicho que ésta no es la “ley del mono”, sino la versión tres del mono: “el mono contraataca”, porque hemos venido escuchando de estas “leyes del mono” desde hace mucho tiempo.
Por eso, tengo la esperanza de que con la aprobación de este proyecto y con el debate generado se logre un grado de conciencia y de seriedad en la gente, para que por fin entienda el valor de hacer las cosas de manera regular y adecuada. Muchas personas han formulado reclamaciones contra sus vecinos, ya sea porque construyeron en dos pisos donde no se podía, porque subieron la pandereta, porque hicieron pasar el alero hacia el lado, porque se extendieron más allá de la cuenta, porque ocuparon en un ciento por ciento un terreno sin autorización, porque pusieron una ventana hacia un sector, etcétera. Todos los días en nuestros distritos escuchamos problemas de ese tipo. Es probable que esta iniciativa represente un avance en ese sentido y la gente empiece a realizar sus ampliaciones y mejoras en forma ordenada y de acuerdo con la ley, porque las normas del espacio también están hechas para lograr una mejor convivencia entre los vecinos.
En consecuencia, invito a votar favorablemente las modificaciones del Senado a fin de regularizar definitivamente esta situación y con el objeto de ayudar realmente a la gente que se puede ver afectada por ella.
He dicho.
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