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- rdf:value = " RECIENTE INAUGURACIÓN DE TRAMO DE UNIÓN DE CARRETERA AUSTRAL DE UNDÉCIMA REGIÓN CON EL NORTE DEL PAÍS
El señor STANGE.-
Señor Presidente , recientemente, con fecha 31 de marzo del año en curso, el Presidente de la República , señor Ricardo Lagos Escobar , inauguró el tramo de la Carretera Longitudinal Austral que une Puerto Montt con Villa O'Higgins, produciéndose con ello la vinculación terrestre definitiva de la Undécima Región con el norte del país.
Se incorpora así al resto del territorio una vasta zona de 135 mil kilómetros cuadrados que permanecía prácticamente incomunicada; inclusive los 68 mil habitantes que tenía la Undécima Región hacia 1985 carecían de vías de comunicación entre las distintas localidades, pues la escasa red de caminos, comunicaciones aéreas y marítimas existentes no representaban una solución para el aislamiento, debido a la difícil morfología geográfica y climática de la zona.
La Carretera Austral es entonces la continuación de la Longitudinal Panamericana, que nace en Alaska, cruza el continente americano de norte a sur y concluye su largo recorrido en las accidentadas tierras australes chilenas.
El territorio sobre el cual se extiende abarca de los 41.8 grados hasta los 48 grados de latitud sur, comprendiendo las provincias de Llanquihue, Chiloé y Palena , en la Décima Región de Los Lagos, y la totalidad de la Undécima Región "General Carlos Ibáñez del Campo", que abarca las provincias de Aisén, General Carrera, Capitán Prat y Coyhaique.
Para entender y conocer la importancia que hoy tiene esta carretera, es necesario remontarse a los inicios de ella y a su historia.
Desde la época del Presidente Carlos Ibáñez del Campo -quien trató de visualizar un proyecto como es ahora la Carretera Longitudinal Austral-, esta zona fue vislumbrada por sus bellezas naturales como un gran atractivo turístico; como una zona estratégica, por su ubicación geopolítica, y como la unión de la zona austral al resto del continente, como respuesta a la incomunicación de sus habitantes.
Digno de mencionar en este aspecto es el extraordinario aporte del explorador del Ministerio de Obras Públicas don Augusto Grosse Ickler, quien, con incansable tenacidad y durante 30 años, trató de encontrar vías que permitieran unir Aisén con Puerto Montt.
Entre las décadas del 50 y 70 se realizaron infructuosos intentos para conseguir rutas de penetración; sin embargo, para materializarlas faltaba un claro concepto nacional geopolítico. Los lugareños tenían que viajar a veces durante más de una semana a pie o a caballo hacia Argentina para adquirir sus bienes de consumo. Su vida dependía de las comunicaciones con el vecino país y no eran pocos los niños que debían asistir a escuelas fronterizas argentinas.
Sólo en 1976, por iniciativa del entonces Presidente de la República , don Augusto Pinochet Ugarte , fueron iniciados formalmente los trabajos, para lo cual tuvieron como mandante el Ministerio de Obras Públicas y como ejecutor efectivos del Cuerpo de Ingenieros del Ejército y contingente del Regimiento de Infantería Nº 12 Sangra, de Puerto Montt.
Esta carretera, en su parte austral -ahora inaugurada-, atraviesa una de las zonas geográficas más accidentadas del mundo, con grandes sectores de roca granítica, selvas vírgenes, fiordos, pantanos, ríos, lagos, acantilados, valles y bosques impenetrables.
Esos fueron los escenarios que los cerca de 10 mil miembros del Cuerpo Militar del Trabajo (CMT) debieron enfrentar, al comienzo sólo con palas, picota y carretilla, para abrir paso a las zanjas que más tarde se transformarían en los 1.150 kilómetros de la Carretera Longitudinal Austral y en los aproximadamente 229 kilómetros de caminos transversales.
Después de 24 años de trabajo se puso término ahora al último tramo longitudinal, que une Puerto Montt con Villa O'Higgins, las ciudades extremas de esta gigantesca obra vial, la más importante de Chile en la segunda mitad del presente siglo.
Durante esas dos décadas se levantaron más de 3 mil 86 metros lineales de puentes, se removieron sobre 4 millones de metros cúbicos de excavación en corte común y más de 7 millones de metros cúbicos en corte de roca. Además se utilizó una cantidad superior a 500 toneladas de explosivos. Para efectuar los redespliegues de personal y de maquinarias en las distintas faenas hubo necesidad de instalar 27 campamentos base.
Se trabajó en difíciles condiciones atmosféricas y en el más completo aislamiento geográfico, con ocho meses anuales de temperaturas bajo cero y diez meses de lluvias. La ejecución de esa obra significó luchar contra la naturaleza, la cual muchas veces se resistió a la presencia del hombre, y por ello cobró 25 vidas -tanto de civiles como de militares-, entre ellas las de cinco miembros del CMT, que las perdieron cuando en febrero de 1995 fueron sepultados bajo cerca de 60 metros cúbicos de roca y lodo que, por las constantes lluvias, se deslizaron desde los cerros.
Aunque la obra ingenieril contó siempre con la dirección del Ministerio de Obras Públicas y su principal ejecución estuvo a cargo del Cuerpo Militar del Trabajo, también pusieron sus esfuerzos hombres que trabajaban en el antiguo Plan de Empleo Mínimo (PEM) o en empresas privadas o que en gran número eran conscriptos del Ejército.
Algunos de los recursos generados en la zona, como los madereros, hidroeléctricos, fluviales y mineros, comenzaron a ser explotados gracias a la presencia del camino, incentivándose a la vez el intercambio comercial, que se ve posibilitado con el traslado expedito de la producción local, gracias a la presencia de la carretera y de vías transversales.
Cabe destacar que un número importante de los hombres que participaron en la apertura y construcción de la Carretera Longitudinal Austral y quienes siguen en esta grandiosa misión, han sido conscriptos del Regimiento de Infantería Sangra. Ello, porque las faenas por ejecutar -en tan difíciles condiciones climáticas y geográficas- no eran atractivas para las empresas constructoras particulares.
Sin embargo, el empleo de militares no fue fácil, y por ello es necesario reseñar la historia sobre la capacitación de los soldados conscriptos. A partir de 1940 el Servicio Militar adquirió una nueva perspectiva, cuando se comenzó la instrucción laboral de los conscriptos y se dieron los primeros pasos para instaurar el servicio militar del trabajo. Así, el Gobierno del Presidente Pedro Aguirre Cerda implantó en 1942 la instrucción de tractoristas para los planes estatales del agro, y el Ejército firmó en ese período un convenio con INACAP para preparar laboralmente a soldados conscriptos, en un lapso de cinco meses, en albañilería, instalaciones eléctricas, gasfitería y mecánica automotriz.
El servicio militar del trabajo quedó establecido oficialmente por medio del DFL Nº 13, de 9 de marzo de 1953, que considera la cooperación de las Fuerzas Armadas con los programas civiles de obras públicas. Además, estipula que se formarán del contingente total anual de reclutas unidades de trabajo especialmente destinadas a estos efectos en las diversas reparticiones. Posteriormente, todo el personal del servicio militar del trabajo pasó a la jurisdicción del Cuerpo Militar del Trabajo (CMT).
En 1963, 370 conscriptos siguieron cursos de capacitación en el Servicio de Cooperación Técnica y otros 582 fueron preparados por la Universidad Técnica del Estado. En el período 1965-1966 hubo un total de 6 mil 860 conscriptos capacitados como tractoristas, guardabosques o en programas de alfabetización, adiestramiento industrial y de mano de obra acelerada.
Gracias a esas disposiciones legales, el CMT cuenta con mano de obra capacitada para poder llevar a cabo la labor de apertura de caminos en zonas de extremo aislamiento y de alto riesgo. Los conscriptos que forman parte del Cuerpo Militar del Trabajo, al cumplir su período obligatorio, cuentan con la instrucción eficiente para desempeñarse posteriormente en el mundo laboral civil, o bien, pueden optar a ser contratados por ese mismo organismo.
Frente al gran desarrollo que ha significado para los habitantes de esa zona austral del país; a los esfuerzos que se realizaron para lograr concretar esta importante carretera; a la sacrificada mano de obra que hubo de soportar las inclemencias climáticas y los caprichos de la naturaleza intervenida por el hombre que se llevó con ella sus vidas, deseo hoy rendir homenaje al autor y propulsor de la iniciativa, al entonces Presidente don Augusto Pinochet Ugarte ; a los señores Ministros de Obras Públicas que participaron en ella, y a los funcionarios, de todos los grados y categorías, del Cuerpo Militar del Trabajo, quienes ejecutaron esa grandiosa obra que será futuro camino hacia una de las grandes maravillas del mundo.
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