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El señor RUIZ (don José).-
Señor Presidente , uno de los argumentos vertidos en la Sala es que las trabajadoras de casa particular forman parte de la familia. Si así fuera efectivamente -ello me gustaría-, esta modificación no tendría ningún sentido, es decir, estaría de más. La verdad es que si se presenta esta proposición es porque no es ésa la realidad, como lo fue en el pasado. La realidad es otra. Las trabajadoras de casa particular se encuentran en la indefensión. Además, nadie sabe qué contiene el proyecto que enviará el Ejecutivo , pero me alegro de que en esta Sala haya tanto estado de ánimo favorable a las iniciativas del Presidente de la República , porque pareciera que aquí se eliminaron las barreras de Oposición y Gobierno, y todos están esperando lo que hará el Ejecutivo. Ojalá su indicación sea apoyada.
Pero deseo destacar otro elemento importante. Aquí se plantea reiteradamente el tema de las consecuencias que podría tener la aprobación de la sugerencia de la Comisión. Se habla de la informalidad en el empleo, de los problemas que originará la proposición en la eventual cesantía que puedan enfrentar las trabajadoras de casa particular. Estas aprensiones son similares a las que ha habido cada vez que se ha discutido un proyecto que modifica el Código del Trabajo, e, incluso, cuando se dictó dicho Código. Siempre que se establecen normas de protección obviamente se están creando condiciones peligrosas -por decirlo de alguna manera- para el empleo. Cada vez que se ponen restricciones o exigencias al empleador de algún modo se generan problemas a la contratación. Eso es cierto. Pero en una economía globalizada como la que existe hoy, a la cual Chile se ha abierto -yo diría precozmente-, son mucho más importantes los eventos que suceden a nivel mundial que, incluso, las decisiones que estamos discutiendo en el Parlamento.
Estamos enfrentando la crisis de Asia. No dependen de nosotros los problemas que se originan en Japón o en los países del Asia oriental. Sin embargo, nos encontramos con que las consecuencias de esa crisis repercuten seriamente en la economía nacional. En la década de los ochenta, enfrentamos una fuerte recesión internacional que afectó grandemente al país. Llegamos a tener en 1984 y 1985 niveles de desempleo del orden de 30 por ciento.
¿Alguien me podría decir cuál fue la incidencia que tuvieron las normas del Código del Trabajo en esa cesantía de más de 30 por ciento? ¿Quién podría decirme que el Código del Trabajo tiene algún instrumento cuyas normas, de alguna manera, pueden evitar que las trabajadoras clandestinas que laboran hoy en Chile provenientes de países limítrofes (por ejemplo, Perú) estén trabajando en forma ilegal?
No está pasando nada de eso, porque carecemos de instrumentos, herramientas o elementos como para impedir el ingreso de estas personas motivado por las dificultades que están enfrentando en su país.
Por lo tanto, frente al argumento de que, a raíz de la aprobación de esta norma, vamos a enfrentar una cesantía entre las trabajadoras de casa particular y la norma terminará perjudicándolas, solamente voy a decir algo muy simple:
Desde hace más de 30 años, las trabajadoras de casa particular están pidiendo que se les entregue fuero maternal. Incluso bastante más atrás, desde cuando estaba don Jorge Alessandri en el Gobierno, quien planteaba que nunca en el Parlamento se aprobaría una ley que proteja a las trabajadoras de casa particular, porque, según sus expresiones, todos los Parlamentarios tienen empleada doméstica.
No creo que sea ésa la razón. Pero sí debo decir que esta reivindicación no es nueva, sino muy antigua.
A estas alturas del desarrollo, cuando en Chile se empieza a hablar de la modernidad en la forma en que se está haciendo, debemos modernizar también nuestras instituciones y permitir que los trabajadores en condición de indefensión frente a los cambios profundos que se están produciendo en nuestro sistema económico, tengan algún resguardo para evitar ser discriminados. Las trabajadoras de casa particular requieren de protección, especialmente, en el momento en el que están en situación de embarazo.
En consecuencia, lamento profundamente que esta proposición se vaya a perder, y más aún si ello va a ocurrir debido a la intervención del Gobierno.
Voto a favor.
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