REP�BLICA DE CHILE DIARIO DE SESIONES DEL SENADO PUBLICACI�N OFICIAL LEGISLATURA 338�, ORDINARIA Sesi�n 3�, en martes 9 de junio de 1998 Ordinaria (De 16:13 a 20:7) PRESIDENCIA DE LOS SE�ORES ANDR�S ZALD�VAR, PRESIDENTE, MARIO R�OS, VICEPRESIDENTE, Y CARLOS CANTERO, PRESIDENTE ACCIDENTAL SECRETARIOS, LOS SE�ORES JOS� LUIS LAGOS L�PEZ, TITULAR, Y CARLOS HOFFMANN CONTRERAS, SUBROGANTE ____________________ � N D I C E Versi�n Taquigr�fica I. ASISTENCIA II. APERTURA DE LA SESI�N III. TRAMITACI�N DE ACTAS IV. CUENTA Acuerdos de Comit�s............................................................ V. ORDEN DEL D�A: Proyecto de ley, en segundo tr�mite, que modifica el C�digo Civil y otros cuerpos legales en materia de filiaci�n (vuelve a Comisi�n de Constituci�n) (1060-07)............................................................................. Proyecto de ley, en segundo tr�mite, que modifica el art�culo 46 del C�digo de Justicia Militar (se aprueba en particular) (85-07)............................... Proyecto de ley, en segundo tr�mite, que modifica el art�culo 194 del C�digo del Trabajo, en materia de protecci�n a la maternidad (queda para segunda discusi�n) (1760-13).................................................................. Proyecto de acuerdo, en segundo tr�mite, que aprueba el Convenio N� 151 sobre protecci�n de derecho de sindicaci�n y condiciones de empleo en la administraci�n p�blica (se aplaza su discusi�n) (1958-10)...................... Proyecto de ley, en segundo tr�mite, que instituye el 30 de agosto como D�a Nacional del Detenido Desaparecido (queda para segunda discusi�n) (1628-17)................................................................................................... Proyecto de ley, en segundo tr�mite, que modifica y adecua disposiciones del C�digo del Trabajo (se aprueba en general) (1745-13)........................ Proyecto de ley, en segundo tr�mite, que reduce monto de consignaci�n de la multa para apelar en causas de juzgados de polic�a local (se posterga su discusi�n) (2052-07)................................................................................ Proyecto de ley, en segundo tr�mite, que modifica el C�digo Penal, a fin de sancionar procedimientos ilegales o abusivos en cobranza de cr�ditos (se posterga su discusi�n) (1700-07)............................................................. Proyecto de ley, en primer tr�mite, que modifica la letra k) del art�culo 3� de la ley 19.325, sobre violencia intrafamiliar, con el objeto de que el recurso de apelaci�n se conceda en ambos efectos (se posterga su discusi�n) (2046-07)................................................................................ VI. TIEMPO DE VOTACIONES: Creaci�n de Comisi�n de Etica y de C�digo de Conductas Parlamentarias. Proyecto de acuerdo (se retira)................................................................. VII. INCIDENTES: Peticiones de oficios (se anuncia su env�o)............................ Insultos a Ej�rcito de Chile (observaciones de los se�ores Canessa y Mart�nez)..................................................................................................... Arica necesita nuevas acciones (observaciones del se�or Bitar)................... Insultos a Ej�rcito de Chile (observaciones de los se�ores Foxley, Zald�var (don Adolfo) y Moreno).............................................................................. Segunda etapa de embalse Convento Viejo (observaciones del se�or Moreno)................................................................................................... Insultos a Ej�rcito de Chile (observaciones del se�or Vega)........................... Visita de Comisi�n de Medio Ambiente y Bienes Nacionales a Rancagua (observaciones de los se�ores Vega y Moreno)........................................ Insultos a Ej�rcito de Chile (observaciones del se�or Cordero)................... Creaci�n de liceo t�cnico-profesional orientado al �rea mar�tima en Tongoy (Cuarta Regi�n). Oficios (observaciones del se�or Cordero).................. Insultos a Ej�rcito de Chile (observaciones de los se�ores Novoa, Stange y Lagos)...................................................................................................... Celebraci�n de D�a de la Infanter�a. Oficio (intervenci�n del se�or Lagos).................................................................................................... Insultos a Ej�rcito de Chile (observaciones del se�or Silva)........................ Problemas de pobladores de conjunto habitacional Huantajaya de Iquique. Oficios (observaciones del se�or Lagos)..................................................... VERSI�N TAQUIGR�FICA I. ASISTENCIA Asistieron los se�ores: --Aburto Ochoa, Marcos --Bitar Chacra, Sergio --Boeninger Kausel, Edgardo --Bombal Otaegui, Carlos --Canessa Robert, Julio --Cantero Ojeda, Carlos --Cariola Barroilhet, Marco --Cordero Rusque, Fernando --Chadwick Pi�era, Andr�s --D�ez Urz�a, Sergio --Fern�ndez Fern�ndez, Sergio --Foxley Rioseco, Alejandro --Frei Ruiz-Tagle, Carmen --Gazmuri Mujica, Jaime --Hamilton Depassier, Juan --Horvath Kiss, Antonio --Lagos Cosgrove, Julio --Larra�n Fern�ndez, Hern�n --Lavandero Illanes, Jorge --Mart�nez Busch, Jorge --Matthei Fornet, Evelyn --Moreno Rojas, Rafael --Mu�oz Barra, Roberto --Novoa V�squez, Jovino --P�ez Verdugo, Sergio --Parra Mu�oz, Augusto --P�rez Walker, Ignacio --Pinochet Ugarte, Augusto --Pizarro Soto, Jorge --Prat Alemparte, Francisco --R�os Santander, Mario --Romero Pizarro, Sergio --Ruiz De Giorgio, Jos� --Ruiz-Esquide Jara, Mariano --Sabag Castillo, Hosa�n --Silva Cimma, Enrique --Stange Oelckers, Rodolfo --Urenda Zegers, Beltr�n --Vald�s Subercaseaux, Gabriel --Vega Hidalgo, Ram�n --Viera-Gallo Quesney, Jos� Antonio --Zald�var Larra�n, Adolfo --Zald�var Larra�n, Andr�s --Zurita Camps, Enrique Concurrieron, adem�s, los se�ores Ministro del Interior subrogante; de Hacienda subrogante; de Justicia; del Trabajo y Previsi�n Social subrogante, de Vivienda y Urbanismo, y Directora del Servicio Nacional de la Mujer, y la se�ora Asesora del SERNAM. Actu� de Secretario el se�or Jos� Luis Lagos L�pez, y de Prosecretario, el se�or Carlos Hoffmann Contreras. II. APERTURA DE LA SESI�N --Se abri� la sesi�n a las 16:13, en presencia de 20 se�ores Senadores. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En el nombre de Dios, se abre la sesi�n. III. TRAMITACI�N DE ACTAS El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se da por aprobada el acta de la sesi�n 3�, ordinaria, en 31 de marzo del a�o en curso, que no ha sido observada. El acta de la sesi�n 4�, ordinaria, en 1 de abril del presente a�o, se encuentra en Secretar�a a disposici�n de los se�ores Senadores, hasta la sesi�n pr�xima, para su aprobaci�n. IV. CUENTA El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se va a dar cuenta de los asuntos que han llegado a Secretar�a. El se�or HOFFMANN (Prosecretario).- Las siguientes son las comunicaciones recibidas: Oficios Seis de la Honorable C�mara de Diputados: Con los tres primeros, comunica que ha dado su aprobaci�n a los siguientes proyectos de ley: 1) El que establece normas para la protecci�n de animales. (Bolet�n N� 1.721-12). --Pasa a la Comisi�n de Medio Ambiente y Bienes Nacionales, y se manda poner en conocimiento de la Excma. Corte Suprema. 2) El que modifica el decreto supremo (S) N� 220, de 1979, de la Subsecretar�a de Marina, que fij� la Planta de Oficiales y Empleados Civiles de la Armada. (Bolet�n N� 2.155-02). --Pasa a la Comisi�n de Defensa Nacional y a la de Hacienda, en su caso. 3) El que fortalece la Fiscal�a Nacional Econ�mica. (Bolet�n N� 2.105-03). --Pasa a la Comisi�n de Econom�a y a la de Hacienda, en su caso. Con los tres restantes, comunica que ha dado su aprobaci�n a los siguientes proyectos de acuerdo: 1) El que aprueba el Convenio N� 138, de la Organizaci�n Internacional del Trabajo, sobre la edad m�nima de admisi�n al empleo. (Bolet�n N� 2.137-10). 2) El que aprueba el Convenio N� 98, de la Organizaci�n Internacional del Trabajo, relativo a la aplicaci�n de los principios del derecho de sindicaci�n y de negociaci�n colectiva. (Bolet�n N� 2.139-10). 3) El que aprueba el Convenio N� 105, de la Organizaci�n Internacional del Trabajo, referido a la abolici�n del trabajo forzoso. (Bolet�n N� 2.140-10). --Pasan a la Comisi�n de Trabajo y Previsi�n Social y a la de Relaciones Exteriores. Del se�or Ministro del Interior, con el que responde un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Andr�s Zald�var, referido a la posibilidad de anexar la localidad de Quelentaro a la comuna de San Pedro. Del se�or Ministro de Defensa Nacional, con el que da respuesta a un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Cordero, relativo a las remuneraciones del personal de Carabineros. Del se�or Ministro de Econom�a, Fomento y Reconstrucci�n, con el que contesta un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Ominami, referido a la concesi�n de l�nea de transmisi�n el�ctrica que indica. Del se�or Ministro de Salud, con el que responde un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Horvath, relativo a los efectos que producir�a el uso de gas en veh�culos. Cinco del se�or Ministro de Obras P�blicas: Con el primero, contesta un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Horvath, relativo a la construcci�n de caminos de penetraci�n en la Und�cima Regi�n. Con el segundo, responde un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Moreno, referido al denominado Paso Superior Roma, en la Sexta Regi�n. Con el tercero, contesta un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Err�zuriz, relativo a las obras de pavimentaci�n del camino hacia la localidad de Iloca. Con los restantes, responde sendos oficios enviados en nombre del Honorable se�or Matta, referidos al mejoramiento de la caleta Pelluhue y al estudio de factibilidad del proyecto de construcci�n del embalse R�o Blanco, respectivamente. Del se�or Ministro de Transportes y Telecomunicaciones, con el que contesta un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Horvath, acerca del uso de gas en veh�culos. Dos del se�or Subsecretario de Pesca, con los que responde sendos oficios enviados en nombre del Honorable se�or Horvath, referidos al modo de funcionamiento del sistema de cuota regionalizada de los pescadores artesanales y sobre alternativas para el control de las cuotas de pesca en la Und�cima Regi�n, respectivamente. Del se�or Subsecretario de Desarrollo Regional y Administrativo, con el que responde un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Moreno, relativo a la factibilidad de instalar una antena repetidora de Televisi�n Nacional, en la Comuna de Navidad, Sexta Regi�n. Del se�or Presidente del Banco Central, con el que contesta un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Err�zuriz, mediante el cual solicit� informar respecto de los diversos cargos y denuncias formuladas por el se�or Iv�n Alberto Seisdedos Achiardo. Del se�or Superintendente de Bancos e Instituciones Financieras, con el que, en respuesta a un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Err�zuriz, remite copia de la respuesta de su organismo a la presentaci�n del se�or Iv�n Alberto Seisdedos Achiardo. De la se�ora Intendenta de la Regi�n del Maule, con el que responde un oficio enviado en nombre del Honorable se�or Larra�n, referido a la ejecuci�n de los proyectos que se�ala, en la comuna de Linares. --Quedan a disposici�n de los se�ores Senadores. Del se�or Secretario General de la Federaci�n de Asociaciones del Ministerio de Obras P�blicas, manifestando que no han emitido declaraci�n de acuerdo o desacuerdo en relaci�n al proyecto que moderniza el sistema de remuneraciones del personal del Ministerio de Obras P�blicas. --Se mand� transcribir a los se�ores Senadores. Del se�or Embajador de la Rep�blica de Polonia, con el que comunica que el d�a 21 de mayo reci�n pasado las dos C�maras del Parlamento de Polonia constituyeron un Grupo Parlamentario Polaco-Chileno, constituido por los Parlamentarios que indica. --Pasa a la Comisi�n de Relaciones Exteriores. Informes Segundo informe de la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento, reca�do en el proyecto de ley, en segundo tr�mite constitucional, sobre probidad administrativa de los �rganos de la Administraci�n del Estado. (Bolet�n N� 1.510-07). Informe de la Comisi�n de Gobierno, Descentralizaci�n y Regionalizaci�n, reca�do en el proyecto de ley, en primer tr�mite constitucional, que establece un sistema de elecciones separadas de alcaldes y concejales. (Bolet�n N� 2035-06). (V�ase en los Anexos, documento 8). --Quedan para tabla. Moci�n De la Honorable se�ora Carmen Frei y del Honorable se�or Matta, con la que inician un proyecto de reforma constitucional en materia de inscripci�n en los registros electorales y voluntariedad del sufragio. (Bolet�n N� 2179-07). --Pasa a la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento. Comunicaciones De la Comisi�n de Derechos Humanos, Nacionalidad y Ciudadan�a, con la que recaba el acuerdo de la Sala para trasladarse a la ciudad de Santiago los d�as lunes, durante un t�rmino prudente, con el fin de tomar conocimiento y reunir antecedentes relativos a casos de derechos humanos hipot�ticamente violados, en particular aquellos relacionados con casos de detenidos desaparecidos, con el fin de estudiarlos y adoptar alguna decisi�n sobre el particular. --Se accede a lo solicitado. Del Grupo de Amistad Chileno-Portugu�s, con el que comunica los integrantes del mismo, y que ha designado como su Presidente al Senador se�or Matta. --Se toma conocimiento. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Terminada la Cuenta. _________________ El se�or SILVA.- Pido la palabra. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Puede hacer uso de ella Su Se�or�a. El se�or SILVA.- Se�or Presidente, solicito el asentimiento de la Sala para que el proyecto que modifica la ley N� 19.234, que establece beneficios previsionales para exonerados por motivos pol�ticos, pase a la Comisi�n de Derechos Humanos, Nacionalidad y Ciudadan�a, una vez terminado su estudio en la Comisi�n de Trabajo. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- El Honorable se�or Silva est� pidiendo que la iniciativa de ley relativa a los exonerados, que es la segunda que se env�a sobre el tema y que actualmente se encuentra en la Comisi�n de Trabajo, adem�s sea estudiada, en la parte pertinente, por la Comisi�n de Derechos Humanos, Nacionalidad y Ciudadan�a. Si hubiera acuerdo, se podr�a solicitar a la Comisi�n que lo despache en un tiempo breve, para evitar que se prolongue su tramitaci�n. Tiene la palabra el Honorable se�or Ruiz De Giorgio. El se�or RUIZ (don Jos�).- Se�or Presidente, quiero hacer una contraproposici�n. Como se ha pedido despachar este proyecto con el m�ximo de celeridad y reci�n se est� empezando a tratar en Comisi�n, sugerir�a que las Comisiones de Trabajo y de Derechos Humanos lo trataran en conjunto. Me parece que ser�a mucho m�s adecuado, pues con ello se evitar�a su doble tramitaci�n en el Senado. Adem�s, como la iniciativa involucra gastos, de todas maneras deber� ir a la Comisi�n de Hacienda. De modo que tendr�a que pasar por tres Comisiones, lo que prolongar�a su tramitaci�n, a mi juicio, en forma inconveniente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- La proposici�n del Honorable se�or Ruiz De Giorgio es para que el proyecto pase a las Comisiones de Trabajo y de Derechos Humanos, unidas, en vez de la de Trabajo. Si le parece a la Sala, as� se acordar�a. Acordado. _________________ El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Vega. El se�or VEGA.- Se�or Presidente, la Comisi�n de Medio Ambiente y Bienes Nacionales est� comenzando a tratar el proyecto sobre el bosque nativo y fomento forestal, que, como usted muy bien sabe, se encuentra en tr�mite desde 1992. Como sucede que la Sala acord� sesionar ma�ana, de 10:30 a 14, en un horario que coincide con la reuni�n a que est� citada dicha Comisi�n, quiero solicitar la venia de la Sala para que aqu�lla pueda sesionar simult�neamente con el Senado. Se trata de un tema bastante urgente, que requiere de nuestra mejor atenci�n. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- �Habr�a acuerdo para autorizar a la Comisi�n de Bienes Nacionales para sesionar simult�neamente con la Sala? El se�or HAMILTON.- Pido la palabra, se�or Presidente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Para referirse al mismo tema, puede hacer uso de ella Su Se�or�a. El se�or HAMILTON.- Se�or Presidente, creo que debemos dar la autorizaci�n por las razones explicadas por el se�or Senador, pero deber�a suspenderse dicha reuni�n cuando se efect�e una votaci�n aqu� en la Sala. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En ese evento, se proceder� a avisar a los miembros de la Comisi�n cuando se requiera su presencia en la Sala para los efectos de la votaci�n de una norma cuya aprobaci�n exija qu�rum de ley org�nica constitucional. El se�or HAMILTON.- Perfecto. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Si le parece a la Sala, se dar�a la autorizaci�n en esos t�rminos. Acordado. ACUERDOS DE COMIT�S El se�or LAGOS (Secretario).- En sesi�n de hoy, los Comit�s resolvieron lo siguiente: 1.- Postergar para la tabla de F�cil Despacho de la sesi�n ordinaria del mi�rcoles 17 de junio la segunda discusi�n del informe de la Comisi�n Mixta, reca�do en el proyecto que modifica los art�culos 66 y 69 de la ley N� 19.253, sobre Protecci�n, Fomento y Desarrollo de los Pueblos Ind�genas, respecto de la constituci�n del dominio en la Isla de Pascua para los miembros de la comunidad rapa nui. 2.- Modificar la sesi�n ordinaria de ma�ana en el sentido de iniciarla a las 15:30 y darle t�rmino a las 18. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En todo caso, me parece que los Comit�s tambi�n acordaron, en el evento de que en la pr�xima semana contin�e la tramitaci�n del proyecto sobre filiaci�n, destinar al menos una sesi�n de la pr�xima semana al despacho de otros proyectos. Por lo tanto, la Secretar�a tambi�n debe registrar ese acuerdo. Reitero: adem�s de los acuerdos de Comit�s indicados por la Secretar�a, tambi�n se resolvi� destinar al menos una de las tres sesiones de la pr�xima semana a despachar otros proyectos de la tabla, fuera del de filiaci�n si contin�a en tr�mite. �se es el acuerdo. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Fern�ndez. El se�or FERN�NDEZ.- Se�or Presidente, tengo entendido que se adelant� la hora de la sesi�n ordinaria de ma�ana. Como la Comisi�n de Defensa est� citada para ma�ana, de 15 a 16, solicito la autorizaci�n para que pueda sesionar por media hora en forma simult�nea con la Sala, en el entendido que si hay alguna votaci�n, �sta se suspende para los efectos de que sus integrantes puedan concurrir a la Sala a votar. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En todo caso, solicitar�a a los se�ores Senadores concurrir a la Sala para los efectos de tener qu�rum para iniciar la sesi�n. Si le parece a la Sala, se otorgar� la autorizaci�n en esos t�rminos. Acordado. IV. ORDEN DEL D�A MODIFICACI�N DE R�GIMEN DE FILIACI�N El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Corresponde ocuparse en el proyecto de ley de la C�mara de Diputados que modifica el C�digo Civil y otros cuerpos legales en materia de filiaci�n, con segundo informe de la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento. Esta iniciativa tiene urgencia calificada de "Simple" y su discusi�n particular qued� pendiente. --Los antecedentes sobre el proyecto figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de ley: En segundo tr�mite, sesi�n 23�, en 6 de diciembre de 1994. Informes de Comisi�n: Constituci�n, sesi�n 12�, en 3 de diciembre de 1996. Constituci�n (segundo), sesi�n 12�, en 11 de noviembre de 1997. Discusi�n: Sesiones 24�, en 14 de enero de 1997 (queda pendiente su discusi�n general); 30�, en 5 de marzo de 1997 (se aprueba en general); 12�, 16� y 17�, en 6 , 19 y 20 de mayo de 1998 (queda pendiente su discusi�n particular). El se�or HAMILTON.- Se�or Presidente, entiendo que corresponder�a entrar a votar derechamente la indicaci�n N� 4. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- El se�or Secretario nos informar� sobre el estado de tramitaci�n del proyecto. El se�or LAGOS (Secretario).- Corresponde continuar la discusi�n de la indicaci�n N� 4, de Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica, para reemplazar el N� 2 del art�culo 1� del proyecto aprobado en general por el siguiente: "2.- Der�gase el art�culo 29.". El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En la sesi�n anterior, qued� pendiente la votaci�n. En el fondo, es exactamente lo mismo que se vot� en relaci�n con el N� 1. El se�or HAMILTON.- Se�or Presidente, entiendo que ya se vot�. Tengo anotado aqu� que se acept� la indicaci�n 19 votos contra 10. Pero puedo estar equivocado. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se vot� el N� 1. Pero qued� pendiente la votaci�n de la indicaci�n N� 4, que versa sobre la misma materia. El se�or VIERA-GALLO.- Creo que corresponder�a aplicar la votaci�n anterior y simplemente proseguir. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Efectivamente. Para ser coherentes con lo que se vot� en el primer art�culo, solicitar�a a la Sala que aprob�ramos la indicaci�n N� 4 con la misma votaci�n con que se aprobaron las indicaciones N�s 1, 2 y 3. Tiene la palabra el Honorable se�or Mart�nez. El se�or MART�NEZ.- Se�or Presidente, ello no ser�a posible, porque el n�mero de se�ores Senadores presentes ha variado. La vez pasada el N� 1 se aprob� por 19 votos a favor, 10 en contra y 2 abstenciones. Pero ahora hay m�s Senadores presentes. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Bien. Si Su Se�or�a lo solicita, tengo que someterlo a votaci�n. En votaci�n. --(Durante la votaci�n). El se�or HAMILTON.- Se�or Presidente, voto a favor de la indicaci�n, aunque estimo que esta votaci�n no debi� haberse efectuado, porque en la anterior se aprob� un criterio por parte del Senado y no se puede correr el riesgo de que, en un mismo proyecto, el pronunciamiento respecto de un art�culo sea contradictorio con el de otro. Pero �sa no es la �nica contradicci�n. Me llama la atenci�n el hecho de que todos los diarios de ayer publicaron que la UDI aprobar�a el proyecto de filiaci�n. Y tengo en mi mano la declaraci�n de varios se�ores Senadores que aqu� han votado por mantener la discriminaci�n. En esa declaraci�n p�blica, ante el pa�s entero, sostienen: "Los Senadores que firmamos esta declaraci�n expresamos que resulta fundamental y urgente eliminar toda discriminaci�n arbitraria que pueda estar vigente en nuestra legislaci�n, prop�sito que siempre hemos defendido y que siempre estaremos dispuestos a apoyar mediante una reforma legal. Es lo que hemos hecho a ra�z del proyecto del Ejecutivo sobre filiaci�n, en cuanto procura eliminar la discriminaci�n de hijos nacidos dentro o fuera del matrimonio.". Me parece que aqu� hay un verdadero farise�smo, toda vez que mediante la palabra "arbitraria" se permite estimar que no es arbitrario lo que est�n haciendo, pues dan la sensaci�n a la gente en general de que ellos estar�an en contra de toda discriminaci�n entre los distintos tipos de hijos. Protesto, porque estas pr�cticas hace mucho tiempo que estaban desterradas del ejercicio de la pol�tica en nuestro pa�s. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Debo hacer presente a Su Se�or�a que no puedo evitar someter a votaci�n una norma si cualquier se�or Senador lo solicita, aun cuando se produzca el efecto negativo que se�ala el se�or Senador. El se�or HAMILTON.- No estoy formulando cargos, sino recalcando una inconsistencia, que es as� y que el se�or Presidente reconoce. No se trata de una cr�tica a la Mesa. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Terminada la votaci�n. --Se aprueba la indicaci�n N� 4 (27 votos contra 12 y 3 pareos). Votaron por la afirmativa los se�ores Aburto, Bitar, Boeninger, Cantero, Cordero, Foxley, Gazmuri, Hamilton, Horvath, Lagos, Lavandero, Moreno, Mu�oz Barra, P�ez, Parra, Pizarro, R�os, Ruiz (don Jos�), Ruiz-Esquide, Sabag, Silva, Vald�s, Vega, Viera-Gallo, Zald�var (don Adolfo), Zald�var (don Andr�s) y Zurita. Votaron por la negativa los se�ores Bombal, Canessa, Chadwick, D�ez, Fern�ndez, Mart�nez, Novoa, Pinochet, Prat, Romero, Stange y Urenda. No votaron, por estar pareados, los se�ores Larra�n, Matthei y P�rez. _________________ El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Solicito el asentimiento del Senado para que ingrese a la Sala la Asesora del Servicio Nacional de la Mujer, se�ora Leonor Etcheberry. --Se accede. _________________ El se�or URENDA.- Se�or Presidente, quiero plantear una cuesti�n de orden. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Cuando sometamos a debate la pr�xima indicaci�n, puede hacer uso de la palabra Su Se�or�a. El se�or NOVOA.- Se�or Presidente, fuimos aludidos injuriosamente por el Senador se�or Hamilton. El se�or LARRA�N.- Se�or Presidente, no s�lo procedi� en forma indebida, sino tambi�n antirreglamentariamente. Por lo tanto, pido la palabra. El se�or P�REZ.- Art�culo 114 del Reglamento, se�or Presidente. El se�or LAVANDERO.- �Debe intervenir al final de la sesi�n! El se�or LARRA�N. �No! De inmediato. El se�or LAVANDERO.- �Qu� dice el Reglamento al respecto, se�or Presidente? El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- El se�or Secretario dar� lectura a la parte pertinente del art�culo 114. El se�or LAGOS (Secretario).- Dice: "en cualquiera parte de la misma o de otra sesi�n,". El se�or URENDA.- Se�or Presidente, quiero plantear una cuesti�n de orden, nada m�s. El se�or NOVOA.- Corresponde aplicar el inciso segundo del art�culo 114 del Reglamento, se�or Presidente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En conformidad a lo dispuesto en el art�culo 114, tiene la palabra un se�or Senador representante de la UDI. El se�or PIZARRO.- Se�or Presidente, una cuesti�n de Reglamento. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Ya otorgu� la palabra. Despu�s veremos otra norma reglamentaria. El se�or PIZARRO.- Se�or Presidente, el Honorable se�or Hamilton no se refiri� a ning�n se�or Senador en especial� El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- No le he concedido el uso de la palabra, se�or Senador. De manera que no puede intervenir. El se�or PIZARRO.- Por consiguiente, no puede aplicarse el art�culo 114 del Reglamento. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Larra�n. El se�or PIZARRO.- �El art�culo 114 no se refiere a lo que el se�or Presidente est� planteando! El se�or LARRA�N.- Se�or Presidente, deseo manifestar que las palabras del Honorable se�or Hamilton constituyen un error de proporciones que no podemos dejar pasar. En primer lugar, el se�or Senador ha cometido una transgresi�n del Reglamento, porque quien no vota en el momento que le corresponde, no tiene derecho a fundar su posici�n. Y eso ha sido transgredido por el Senador se�or Hamilton. En segundo lugar, la fundamentaci�n de voto que Su Se�or�a ha hecho no tiene nada que ver con la materia en discusi�n, sino que se ha salido de contexto para ofender a quienes p�blicamente hemos manifestado un punto de vista que, precisamente, tiene como prop�sito lograr la mejor legislaci�n en una materia delicada, como es la relativa a la familia y los hijos. Lamentablemente, el se�or Senador no s�lo ha tergiversado nuestras palabras, sino que ha utilizado una declaraci�n nuestra para hacer una fundamentaci�n a la que -repito- no tiene derecho, y que no viene al caso. Pero, obviamente, lo m�s grave es lo que hay de fondo en lo planteado. Porque Su Se�or�a se�al� que ha habido incoherencia en nuestra votaci�n. La verdad es que no pedimos votar nuevamente el art�culo. Y si hubiese sido nuestra la opini�n, habr�amos se�alado que la votaci�n ya se hab�a efectuado. Pero si un Senador lo solicita, tiene todo el derecho para fundar su voto. Y en ese sentido me parece que el se�or Presidente ha aplicado bien el Reglamento, y nadie puede quejarse de eso. En todo caso, lo que se vot� ahora y lo votado la sesi�n pasada no constituye para nada una contradicci�n con lo que afirmamos en esa declaraci�n. Porque la materia debatida en estas indicaciones, tanto en la sesi�n pasada como en �sta, tiene que ver con la existencia o no de hijos dentro y fuera de matrimonio. Y, a nuestro juicio, ese hecho -el mero reconocimiento- no constituye ning�n acto de discriminaci�n, sino simplemente el reconocimiento de una realidad, que podr� gustar o no. Pero, en s� misma, esa diferencia no establece ninguna discriminaci�n. A partir de ella podr� darse derechos a unos o a otros, y eso podr�a dar origen a una discriminaci�n. Pero lo que votamos, tanto la vez pasada como ahora, no constituye discriminaci�n. Y, en ese sentido, lo se�alado en nuestra declaraci�n mantiene absoluta coherencia con nuestra votaci�n de hoy. Lo que planteamos en este proyecto no es m�s que lo siguiente. Creemos que el objetivo real de la iniciativa es terminar con las discriminaciones existentes en materia de hijos. Y esa parte del proyecto, que no es menor, la compartimos plenamente. Y si de repente en este aspecto tenemos diferencias con la autoridad, eso no autoriza a nadie para descalificar el concepto de otro. Porque -repito- se trata de cuestiones que dicen relaci�n con la concepci�n personal que alguien pueda tener de la familia o de los hijos. Y sobre esto puede haber diferencias. Pero lo que ense�a, no s�lo nuestra tradici�n cultural, sino cualquier �tica, es a respetar esas diferencias y no hacer escarnio de ellas, aprovech�ndose, a prop�sito distinto, de esa materia. Es m�s -se lo manifest� a la se�ora Ministra antes de que el Senador se�or Hamilton hablara, y no era mi intenci�n hacerlo presente en el debate, porque simplemente �bamos a obrar-: hemos revisado las indicaciones que vienen por delante, y no insistiremos respecto de algunas de las que renovamos. No las retiraremos, pero por lo menos no las vamos a apoyar, porque consideramos que es factible buscar acuerdos de manera coherente con los objetivos tratando de eliminar las diferencias, a fin de que el proyecto sea el mejor posible. Mantendremos otras indicaciones, porque algunas de ellas nos parecen razonables y justificadas, muchas de las cuales tienen que ver, por lo dem�s, con un problema de t�cnica legislativa. Por lo tanto, no s�lo hemos sido coherentes con lo que votamos hoy, con lo que se�alamos en una declaraci�n por estos d�as, sino, adem�s, con lo que hemos anunciado que �bamos a realizar, cuesti�n que, antes de que el Senador se�or Hamilton interviniera, en forma absolutamente privada y sin otro af�n que el de manifestar cu�l ser�a nuestra actitud respecto de esta materia, ya le hab�a dado a conocer a la se�ora Ministra. En consecuencia, lo que ha hecho el Honorable se�or Hamilton -no s� con qu� af�n personal, que no calificar�, pero que en todo caso s� repruebo como actitud- ha sido, simplemente, una tergiversaci�n infundada de nuestras palabras, que tienen -as� lo creo- un muy buen esp�ritu. He dicho. El se�or HAMILTON.- Pido la palabra. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se�ores Senadores, quiero aclarar lo siguiente. En efecto, la Presidencia cometi� un error, pues no deber�a haber permitido que el se�or Senador fundamentara su posici�n, porque cuando no se vota en el orden de la llamada no se puede hacer uso de ese derecho. Esto lo aplicar� en lo sucesivo. Pero -repito- ha sido mi culpa el haberlo permitido. Ahora, en cuanto al contenido de la fundamentaci�n, la Mesa carece de facultades para calificar si lo que se est� diciendo corresponde o no a la materia que se vota. Eso queda a criterio de los se�ores Senadores. El se�or HAMILTON.- Pido la palabra. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- No podemos seguir con la discusi�n, se�or Senador. El se�or HAMILTON.- Tengo derecho a usar de la palabra, se�or Presidente, pues ahora yo he sido aludido. Y es muy breve lo que voy a decir. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Su Se�or�a no ha sido aludido. Se trat� de una respuesta a su intervenci�n. El se�or HAMILTON.- Se�or Presidente, ser� muy breve. Pero tengo derecho a intervenir. No voy a hablar 10 minutos, sino uno. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Si doy la palabra a Su Se�or�a, despu�s aludir� a las declaraciones formuladas, y seguiremos indefinidamente en un debate imposible. El se�or HAMILTON.- Se�or Presidente, se ha dicho que tergivers� una declaraci�n. Lo �nico que hice fue leer una declaraci�n y darle un sentido, como el que le han dado la prensa y la opini�n p�blica en Chile. Y he declarado que ese sentido es equivocado, porque lo que han querido se�alar es una cosa, y lo que aqu� se ha obrado es otra. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Pido a Su Se�or�a que no prosiga con el debate, porque no corresponde. Contin�a la discusi�n del proyecto. El se�or LAGOS (Secretario).- Respecto del N� 4 del art�culo 1� del proyecto aprobado en general, se ha renovado la indicaci�n n�mero 5, de Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica, para sustituirlo por el siguiente: "4.- Sustit�yese el art�culo 31 por el siguiente: "Art�culo 31.- Afinidad es la que existe entre una persona que est� o ha estado casada y los consangu�neos de su marido o mujer. "La l�nea y grado de afinidad de una persona con un consangu�neo de su marido o mujer, se califican por la l�nea y grado de consanguinidad de dicho marido o mujer con el dicho consangu�neo. As�, un var�n est� en primer grado de afinidad, en la l�nea recta, con los hijos habidos por su mujer o marido en anterior matrimonio; y en segundo grado de afinidad, en la l�nea transversal, con los hermanos de su mujer.". El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Larra�n. El se�or LARRA�N.- Se�or Presidente, entendemos que las votaciones ya verificadas se refieren a esta misma materia. Y, por lo tanto, esta indicaci�n y las dos que siguen deber�an darse por aprobadas. El se�or D�EZ.- No es as�, se�or Presidente. Es primera vez que hablamos de "afinidad". Hasta ahora se ha tratado de "consanguinidad". El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Efectivamente, creo que los dos se�ores Senadores tienen la raz�n. Es primera vez que hablamos de "afinidad", pero, en el fondo, esto tiene la misma justificaci�n. El se�or D�EZ.- A eso me voy a referir, se�or Presidente: no tiene la misma justificaci�n, porque aqu� el Gobierno cambi� de opini�n. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En discusi�n la indicaci�n renovada. El se�or D�EZ.- Pido la palabra. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra Su Se�or�a. El se�or D�EZ.- Se�or Presidente, aqu� el Ejecutivo definitivamente cambi� de opini�n, y establece una distinci�n entre el matrimonio y el no matrimonio. Dispone que afinidad "es la que existe entre una persona que est� o ha estado casada y los consangu�neos de su marido o mujer", distinta del parentesco, en el cual no hac�a distinci�n para el matrimonio. El Gobierno no se atrevi� a sacar todas las conclusiones de su principio de que lo �nico que importaba era la biolog�a. Si lo hubiera hecho, habr�a dicho que tambi�n eran afines los que hubieran tenido conocimiento o contacto carnal con una mujer, y los parientes de �sta. Y aqu� no se atreve, porque, en realidad, la l�gica del proyecto, llevada a ese extremo, produce absurdos muy grandes. Y me alegro de este no atreverse del Ejecutivo, y de que por lo menos en la afinidad entremos en la afinidad ordenada, leg�tima, que "es la que existe entre una persona que est� o ha estado casada y los consangu�neos de su marido o mujer. "La l�nea y grado de afinidad de una persona con un consangu�neo de su marido o mujer, se califican por la l�nea y grado de consanguinidad de dicho marido o mujer con el dicho consangu�neo.". De manera que aqu� el matrimonio es la causa del parentesco. Y en esto, a mi juicio, el Gobierno, aunque sea en alguna parte, ha admitido lo que es realmente una situaci�n de hecho. Se�or Presidente, aprovechando esta oportunidad, quiero plantear, en el mismo sentido del Senador se�or Larra�n, lo siguiente: el Ejecutivo obtuvo la anuencia del Senado para su indicaci�n sobre un nuevo art�culo 28, que define el parentesco por consanguinidad entre dos personas que descienden una de la otra, o de un mismo progenitor, en cualesquiera de sus grados, reemplazando la distinci�n entre parentesco leg�timo e ileg�timo del C�digo Civil, o matrimonial y no matrimonial del proyecto. Eso fue aceptado por esta Corporaci�n. Y como es coincidente con lo aprobado por la C�mara, ser�a ley de la Rep�blica. En consecuencia, interpretando la ley en el correcto sentido, ella no hace distingo alguno respecto de los hijos. Evidentemente, tienen padre y madre. �stos pueden ser ambos solteros -es una situaci�n-, o casados entre ellos -es la ideal, en la cual quisi�ramos ver a todas las familias chilenas-, o ser hijos de una persona casada con alguien distinto del progenitor. �sas son las tres posibilidades. Los hijos son iguales, pero los padres no est�n en id�ntica situaci�n. En esto puede haber circunstancias distintas respecto de las tuiciones, herencias, derecho a las guardas, patria potestad, curadur�as, impugnaci�n de la maternidad y la paternidad, o del car�cter de hijo o no hijo de una persona. Deseo proponer al Senado que, partiendo del principio ya aprobado en el art�culo 28, el proyecto vuelva a la Comisi�n por el plazo que se determine, de manera que, de acuerdo con la se�ora Ministra, pueda hacerse el acomodo de todo el texto a la nueva nomenclatura. De otro modo, nos encontraremos en situaciones muy dif�ciles. Puede que coincidamos en algunas materias y que estemos en desacuerdo en otras; pero diferiremos en el lenguaje y en una t�cnica jur�dica distintos de los existentes. No podemos dejar el proyecto entregado a la Comisi�n Mixta, cuyo informe tendremos que votar despu�s en bloque, aceptando o no aceptando sus proposiciones; o al veto del Ejecutivo. Lo l�gico es que el Senado, con su tradicional capacidad de seriedad para producir una legislaci�n adecuada, y partiendo del principio de lo ya aprobado y de la buena fe de todos nosotros, en un plazo razonable, juntamente con el Gobierno, podamos despachar una iniciativa de ley ordenada y coherente, que guarde relaci�n con el lenguaje utilizado por don Andr�s Bello. No vamos a coincidir en todas las soluciones. Por ejemplo, en materia de herencia, podemos no estar de acuerdo; pero ser� en un terreno normal, coherente, de C�digo, y no como ahora, en que verdaderamente nos costar� mucho transformar al Senado en una comisi�n particular para adaptar el articulado a la nueva nomenclatura que hemos aprobado. Por eso, quiero insistir a la se�ora Ministra que acordemos una soluci�n de esa especie, para bien de nuestro C�digo Civil, respetando los acuerdos que esta Alta C�mara ha adoptado, que corresponden, no s�lo a los art�culos aprobados, sino a la totalidad de los preceptos que tienen un mismo origen, respecto de los cuales el Presidente de la Rep�blica ha renovado indicaci�n. El Gobierno podr�, inclusive, decir que ha obtenido un triunfo pol�tico al lograr la renovaci�n de su indicaci�n. Nosotros nos contentamos con tener un buen C�digo Civil. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Viera-Gallo. El se�or VIERA-GALLO.- Se�or Presidente, entiendo el buen esp�ritu que anima al Senador se�or D�ez -s� que es as�, pues �l mismo se�al� que est� trabajando con gran perspectiva de futuro-; pero el proyecto ha sido acuciosamente estudiado en la Comisi�n y que, en general, todos tenemos un criterio claro sobre la materia, el cual se ha ido expresando en la Sala. En ese sentido, no veo por qu� no continuar con la votaci�n. De producirse alg�n error, son varias las instancias que restan del proceso legislativo. No veo que avancemos nada con que la iniciativa vuelva a Comisi�n, pues las discrepancias que tenemos no son en m�s de cuatro o cinco materias, que ya sabemos de memoria. Por ello, es mejor proseguir con la discusi�n y la votaci�n. Respecto del tema planteado por el mismo se�or Senador, en verdad, no es que el Gobierno haya retrocedido respecto de la afinidad, sino que establece lo que es natural: que ella se produce cuando hay matrimonio. Porque adoptar como criterio para determinar el parentesco de afinidad el conocimiento carnal entre dos personas, es evidente que el C�digo Civil cometi� un exceso, pues habr�a muchos parientes, o casi toda la gente en Chile estar�a emparentada, lo cual es muy dif�cil de establecer. Adem�s, no tendr�a ning�n efecto jur�dico. Entonces, creo que la adoptada por el Gobierno es una pol�tica de sano criterio. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Larra�n. El se�or LARRA�N.- Se�or Presidente, respecto de la proposici�n del Honorable se�or D�ez, no tenemos inconveniente alguno en apoyar la vuelta del proyecto a Comisi�n. No es lo que queremos, pero entendemos que si se adopt� un criterio fundamental, obviamente, se descompondr� en buena parte de lo ya aprobado por el organismo especializado. Me atrevo a pensar que, de no acordarse eso, ser� necesario efectuar no una mera revisi�n por la Secretar�a, sino una de car�cter m�s t�cnico. Porque, en rigor y para efectos pr�cticos, lo que estamos aprobando dice relaci�n a un C�digo, y la complejidad del mismo obliga a un trabajo acucioso de �ndole t�cnica que no equivale a lo que normalmente hace la Secretar�a una vez que se despacha un proyecto. Nosotros entendemos eso. Y en el �nimo que existe, estamos dispuestos a seguir discuti�ndolo en la Sala, si tal es el acuerdo, pero no tenemos inconveniente alguno -por el contrario, puede ser una soluci�n lo planteado por el Senador se�or D�ez- en que la iniciativa vuelva a Comisi�n, y por eso apoyamos la idea. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Boeninger. El se�or BOENINGER.- Se�or Presidente, adem�s de las razones dadas por el Senador se�or Viera-Gallo -entiendo perfectamente el esp�ritu que anima al Honorable se�or D�ez-, uno debiera suponer que quienes redactaron las indicaciones renovadas por el Ejecutivo se preocuparon de la compatibilizaci�n, partiendo del supuesto de que el art�culo 28 se aprobar�a, como lo plante� el se�or Senador. En todo caso, formulo la consulta a la se�ora Ministra. El se�or D�EZ.- �Que le contesten sus colegas de bancada, porque no se ha aprobado! El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Para los efectos del orden del debate, la Mesa desea expresar lo siguiente: se encuentra en discusi�n la indicaci�n N� 5. Por lo tanto, no se ha puesto en debate si se modifica la forma de despachar la iniciativa. Pido a los se�ores Senadores referirse a dicha indicaci�n. Tiene la palabra el Honorable se�or Pizarro. El se�or PIZARRO.- Se�or Presidente, iba a tocar un tema de procedimiento. Cuando corresponda, solicitar� el uso de la palabra. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Entonces, puede hacer uso de ella el Honorable se�or Mart�nez. El se�or MART�NEZ.- Se�or Presidente, si no me equivoco, est� en discusi�n la indicaci�n N� 5, tendiente a derogar el art�culo 32. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Sustituye el art�culo 31 por el que se indica en ella, se�or Senador. El se�or MART�NEZ.- �Es el que reemplaza el N� 4 que aparece en la primera p�gina del bolet�n comparado? El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Efectivamente, se�or Senador. El se�or VIERA-GALLO.- �Me permite, se�or Presidente? Conceptualmente, va unido al art�culo 32. El se�or MART�NEZ.- As� es. Frente a los antecedentes esgrimidos -entre ellos, la necesidad de coherencia con todo el sistema, observada por el Honorable se�or D�ez en su oportunidad-, tengo el deber de plantear un asunto. Me preocupa la legitimidad moral que se ha pretendido dar a la absoluta igualdad entre hijos nacidos dentro y fuera de la familia matrimonial. Y es importante, a mi juicio, abordar ahora esa materia, cuando hay la intenci�n de reestructurar el proyecto -as� me parece entenderlo-, el cual debe ser coherente. Esa legitimidad moral que se le ha dado en la discusi�n p�blica y en los antecedentes entregados a la opini�n p�blica, muchas veces se ha basado en una interpretaci�n -a mi juicio, antojadiza- de las declaraciones de Su Eminencia el se�or Arzobispo de Santiago, Monse�or Err�zuriz, las que han sido incompletamente transcritas en ciertos medios de comunicaci�n. Por eso, me parece conveniente entregar al Honorable Senado de manera textual las verdaderas y tan preclaras declaraciones del se�or Arzobispo, que hablan por s� mismas y no admiten interpretaciones. Una de ellas la expres� en la ceremonia de bendici�n de la sede de la Vicar�a de la Familia, donde se�al�: "Tremendo que haya una postergaci�n que resulta ajena a la voluntad de las propias criaturas que la sufren, y ese es el hecho de no nacer y crecer en el hogar formado por sus propios padres� asimismo, es menester que reciba todas las cosas fundamentales a las que tiene leg�timo derecho, como educaci�n, cari�o, respeto y aliento en la vida.". Agrego que "ser�a muy importante que se revisaran cu�les son los derechos de un ni�o y se fueran viendo uno por uno cu�l de ellos hay que reconocerle plenamente a un hijo que naci� fuera del matrimonio, y tambi�n qu� derechos no se le pueden otorgar en toda su plenitud.". Del mismo modo, en una larga entrevista al diario "La Segunda", el viernes 5 reci�n pasado, Su Eminencia dijo: "Yo creo que el proyecto de filiaci�n necesita una profunda y seria reflexi�n, para llegar a ser capaz de conciliar todos los puntos de vista en cuesti�n. No se puede partir del principio de la igualdad de derechos. No es sostenible. La ley podr� regular muchas cosas; m�s all� de la ley est� el campo de la solidaridad y del respeto, que trata a un hijo nacido fuera del matrimonio conforme a su dignidad de hijo de Dios. El Se�or pidi� una preocupaci�n especial por las viudas, los hu�rfanos, los extranjeros y los pobres. Es decir, por los grupos que pod�an quedar marginados de la sociedad. En esa lista hay que incluir a los hijos nacidos fuera del matrimonio.". Comparto plenamente los conceptos de Su Eminencia y siento el deber de advertir que este proyecto, tal como est� presentado, forma parte de un objetivo global que pretende introducir en nuestra sociedad un profundo cambio cultural, al m�s puro estilo gramsciano, que la aleja de su herencia y tradici�n val�rica y moral. El distinguido abogado don Hern�n Corral recoge este concepto y lo expresa con especial claridad cuando dice: "Este proyecto de ley parece fundarse en el mismo enfoque ideol�gico de quienes promueven el divorcio. En Europa, estas leyes de igualaci�n de los hijos se han anticipado a aquellas que aprueban el divorcio vincular. La evoluci�n ha continuado con la ley que despenaliza el aborto y hoy lo que all� se discute es c�mo regular la uni�n entre homosexuales.". Se�or Presidente, para terminar, debo manifestar que comparto esas palabras y que lo anterior es mi preocupaci�n fundamental. Evidentemente, hay que reordenar la iniciativa en estudio, porque, en mi opini�n, estamos afectando derechamente la ra�z de nuestra sociedad. Por eso mi votaci�n ha sido negativa en muchos aspectos, y lo ser� igualmente cuando lo estime as�. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Moreno. El se�or MORENO.- Se�or Presidente, pensaba hacer una proposici�n conforme al planteamiento del Senador se�or D�ez -la har� de todas formas-; pero las palabras del Honorable se�or Mart�nez me obligan a precisar mis ideas sobre los puntos que este �ltimo ha abordado. A mi modo de ver, es extraordinariamente equivocado e injusto sacar conclusiones respecto de lo que significa el proyecto en an�lisis, atribuir intencionalidad a sus autores y generar la imagen de una sociedad que se va a organizar sobre bases y elementos que muchos de los que estamos aqu� no compartimos. Nada m�s lejos del esp�ritu que contiene esta iniciativa legal. Nada m�s lejos de la realidad resulta el hecho de deducir que, a trav�s de la discusi�n o de la manera como se presentan las indicaciones, se intenta un debilitamiento de la familia o una sustituci�n de ella por formas an�malas a las existentes en la actual sociedad, cualquiera que sea su etapa de modernismo. Es exactamente lo contrario. Quienes sustentamos y apoyamos en todas sus instancias el proyecto del Gobierno deseamos, en primer t�rmino, dejar en claro nuestro profundo reconocimiento al derecho a la vida. �ste es el primer punto del esquema en que nos fundamos. Todo ser humano tiene derecho a vivir. Y, desde ese punto de vista, a cada uno no s�lo se le deben reconocer los derechos y facultades consagrados en la Constituci�n y las leyes, sino que tambi�n debe serlo en el esp�ritu de la sociedad en la cual �l se desenvuelve. Por eso somos contrarios al aborto; exactamente por eso: por el derecho a vivir. Por eso somos contrarios a las violaciones de los derechos humanos, que atentan contra la vida de las personas, cualquiera sea la argumentaci�n que en alg�n momento se pretenda dar, pues creemos que tal derecho es anterior a cualquier otro. Hay un segundo derecho que defendemos quienes tenemos una visi�n humanista y cristiana de la sociedad: la dignidad de todo ser humano que nace. Todo ser humano es digno, venga sano o venga enfermo, traiga o no traiga condiciones econ�micas o sociales adecuadas. La dignidad de �l no est� supeditada a ese tipo de circunstancias, aun cuando la vida, muchas veces, le convierta episodios de su transcurrir humano en situaciones no dignas. Por lo tanto, cuando defendemos la idea de que todo ser humano es digno de reconocimiento de su condici�n de tal, estamos exigiendo que la ley interprete la igualdad en el tratamiento de aqu�l. �ste no es un silogismo cartesiano, sino una fundamentaci�n ante la cual existen valores y circunstancias. En consecuencia, deseamos dejar absolutamente en claro que hoy d�a defendemos a la familia como el n�cleo de la sociedad; pero entendemos -y nadie puede negarlo en esta Sala- que la familia ha evolucionado en cuanto a su estructura, su mecanismo y su concepto. Familia no es s�lo lo que deseamos: un hombre y una mujer que adquieran un compromiso de por vida, procreen a sus hijos, los protejan y los eduquen. �se es el n�cleo central. Pero, hoy d�a, �qui�n niega que en nuestra sociedad exist�a un concepto de familia extendido, en donde numerosa prole se originaba directa o indirectamente por aquellos que estaban vinculados legalmente? Sin embargo, esa sociedad fue evolucionando, y en la actualidad las familias no son extendidas, sino nucleares, muchos m�s peque�as que antes, y la media de nacimientos de hijos no pasa de los 3 � 3.5 por pareja. As�, muchas familias tienen hoy d�a dos hijos y, a veces, tan solo uno. Sin embargo, surgi� entre nosotros otro concepto de familia -a juicio del Senador que habla, tiene todo el derecho a ser tratada como tal-: aqu�l en el cual falta uno de los generadores de la vida. Un hijo sin padre conocido tiene el derecho de ser tan familia como aquel que cuenta con padre y madre. Una madre soltera que cr�a a sus ni�os tiene todo el derecho a ser reconocida por la sociedad como la depositaria del concepto de familia. Pretender que la familia que ella constituye, los valores que transmite, el afecto que genera, la protecci�n que da, no est� reconocida en nuestra legislaci�n como tal es un grave retroceso en lo que significa la concepci�n moderna de la humanidad. Por lo tanto, creemos que la igualdad ante la ley debe reconocer a esos hijos e hijas que hoy d�a existen m�s all� de su voluntad. Y, por ende, su vida debe ser respetada, su dignidad reconocida y sus derechos adecuadamente precavidos. Ninguno de nosotros est� proponiendo desconocer la complejidad de los hechos que presenta la nueva legislaci�n. Nadie puede pretender que una familia bien constituida se rompa, como producto de lo que puede ser el aprovechamiento y la utilizaci�n arbitraria o no arbitraria del elemento de la paternidad. Est� en mi mente muy clara la situaci�n -y no me pronuncio sobre lo hechos- de un mundialmente destacado jugador de f�tbol, quien en una etapa de su vida fue acusado de ser padre de un ni�o. �l constituy� un matrimonio, que tiene vigente hasta hoy d�a, con hijas e hijos. Se ha defendido a su modo. Pero, como es obvio, alguien tendr� que dilucidar en alg�n instante si efectivamente se trata de su hijo, si los derechos de �ste han regido desde el momento mismo en que naci� y cu�les han sido las circunstancias que lo han rodeado. El caso lo tipifico por no ser nacional, pero ilustra la complejidad del tema. Por lo tanto, junto con reiterar el anuncio de nuestros votos favorables a las indicaciones del Gobierno, formular� una proposici�n, se�or Presidente, recogiendo el esp�ritu de lo dicho por el Honorable colega D�ez, cuyos argumentos en gran parte recojo en el sentido de que se legisla acerca de algo fundamental en el presente y el futuro de la vida del pa�s. Cuando se introducen modificaciones a los c�digos, todos queremos que ello sea realizado con la mayor eficiencia y calidad, pero tambi�n con la mayor presteza. Y las indicaciones del Gobierno que se votan esta tarde, en una segunda sesi�n, son todas, probablemente, coherentes con lo que ya fue objeto de pronunciamiento. Sugiero que se acuerde darlas por aprobadas conforme al mismo resultado que se registr� respecto de las atinentes a los dos primeros n�meros y que, en esas circunstancias, el proyecto se env�e a la Comisi�n, con el objeto de que se pueda sistematizar una presentaci�n adecuada. No se pretende que el �rgano t�cnico revise lo que la Sala vota, por el mandato que se otorga, pero creo que de la manera expuesta se emite una se�al clara de que el Senado se encuentra en condiciones no s�lo de que los sectores se escuchen mutuamente, sino tambi�n de situarse a la altura de las obligaciones que una legislaci�n de esta naturaleza demanda. He dicho. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Silva. El se�or SILVA.- Se�or Presidente, en consonancia con lo que acaba de decir el Honorable colega que me precedi� en el uso de la palabra, al igual que con las inquietudes expresadas hace un instante por el Senador se�or D�ez, quiero simplemente traer a colaci�n algo que puede resultar muy �til. Porque no es la primera vez que el legislador se aboca al punto en an�lisis: ya lo resolvi� antes. Y lo hizo precisamente en los t�rminos a que se refer�a el Honorable se�or Moreno. Me permitir�, sencillamente, dar lectura a una ley muy reciente, aprobada en 1993: la N� 19.123, que crea la Corporaci�n Nacional de Reparaci�n y Reconciliaci�n. �Y qu� dice ese cuerpo legal, se�or Presidente? En el T�tulo II, "De la pensi�n de reparaci�n", y en cuanto a quienes tienen derecho a ella, dispuso que �ste corresponde a los familiares de la v�ctima. Pero, para esos efectos, se estim� necesario determinar qui�nes se hallaban ligados por v�nculos de familia. Y se se�al� as�, textualmente: "Se considerar� que ten�an el v�nculo de familia a la fecha de la muerte o desaparecimiento del causante los hijos leg�timos p�stumos; los hijos naturales, que obtuvieren dicho reconocimiento por sentencia judicial", etc�tera, los adoptivos y "los hijos ileg�timos a que se refiere el art�culo 20", es decir, aquellos que, de acuerdo con el art�culo 280 del C�digo Civil, tienen derecho a alimentos. En consecuencia, no es la primera vez que el legislador reconoce expl�citamente que dentro del concepto de familia quedan incluidos los hijos ileg�timos. Y me parece que la disposici�n que ahora nos ha ocupado reitera, simplemente, con caracteres mucho m�s generales pero mucho m�s razonables, lo que ya se estableci�. Nada m�s. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Hamilton. El se�or HAMILTON.- Se�or Presidente, deseo referirme, aunque sea en forma breve, a las palabras del Senador se�or Mart�nez, quien fundamenta su planteamiento sobre la base de su interpretaci�n de la posici�n del Arzobispo de Santiago, Monse�or Err�zuriz, por quien creo que creyentes y no creyentes sentimos en la Sala mucho respeto y simpat�a. La Comisi�n, cuando inici� el tratamiento del proyecto hace ya mucho tiempo, y al igual que su cong�nere en la C�mara de Diputados, invit� a confesiones religiosas, a la masoner�a y a la Iglesia Cat�lica, a trav�s de la Conferencia Episcopal. �sta �ltima mand� un representante, quien, en un documento que obra entre los antecedentes, respald� las ideas matrices, y, naturalmente, no se meti� en el articulado mismo, en la parte jur�dica. Respecto de la posici�n que un se�or Obispo ha hecho p�blica, con lo cual ha ejercido su derecho -y que contiene algunos errores, entre otras cosas, al aseverar que la Iglesia no ha sido consultada-, se han emitido varias declaraciones. El Obispo de Punta Arenas, Tom�s Gonz�lez, expresa, textualmente: "Yo estoy de acuerdo en suprimir esa discriminaci�n, porque los ni�os llamados ileg�timos son los que m�s necesitan inserci�n dentro de la sociedad". Puedo mencionar, tambi�n, al Vicario Episcopal de la Pastoral Social de la Iglesia de Santiago, Monse�or Baeza, quien asimismo se pronuncia clara y derechamente en favor de la iniciativa y en contra de la discriminaci�n. Y cuento con citas de Monse�or Err�zuriz, quien afirma que lo m�s importante es resguardar los derechos de todos los ni�os. Fue tajante al sostener que "deben ser iguales ante la ley". Escuch� una larga entrevista que le hizo el se�or Rector de la Universidad Cat�lica de Valpara�so, en el canal local de televisi�n de ese plantel de ense�anza superior, exhibida en dos oportunidades: al mediod�a y en la tarde. Es cierto que el fondo y lo principal de la conversaci�n no fue el tema de que se trata, pero se refiri� al asunto, preguntado por el entrevistador. No dispongo todav�a de la reproducci�n del video, pero tom� algunas notas de las declaraciones de Monse�or, cuya opini�n realmente me interesa. Afirm� que no exist�a dicotom�a entre el amor a Dios y el amor al pr�jimo, y que no habr�a distingo que valiera respecto de un tipo de hijo o de otro. Despu�s abord� algo a lo cual da gran importancia, que es la situaci�n en que la realidad y no la ley coloca a un hijo que nace fuera del matrimonio, quien normalmente, o al menos en muchas ocasiones, carecer� de padre o de madre y de hogar, lo cual provoca una serie de consecuencias para el desarrollo de su vida, en especial en su adolescencia. Expuso tambi�n que se deben armonizar los derechos del hijo con los derechos de la familia y que ello es mucho m�s importante que la preocupaci�n por los derechos de herencia. Dir�a, en buenas cuentas, que cada uno puede elaborar su interpretaci�n particular, pero creo que de las palabras de Monse�or no cabe desprender que est� por la discriminaci�n entre hijos matrimoniales y no matrimoniales. En seguida, el se�or Senador aludi� a una especie de proceso, al estilo espa�ol, que va con la disoluci�n de la familia y el matrimonio. No s� si habr� algo de eso, pero nada est� m�s lejos del �nimo de los Senadores de estas bancas que el caminar en esa direcci�n. Dir�a que el proyecto es parte de una evoluci�n que parti� hace ya muchos a�os. A mediados del siglo pasado, se dicta el C�digo Civil, que en materia de filiaci�n establece dos clases de hijos: los leg�timos y los ileg�timos. Los primeros son los que nacen dentro del matrimonio, y los segundos, fuera de �ste. Pero los ileg�timos se hallan clasificados con los naturales, que son los reconocidos por el padre o la madre, o por ambos. Y aqu� se mencion� el caso del Padre de la Patria. Los hijos simplemente ileg�timos no cuentan con el reconocimiento ni del padre ni de la madre. Tambi�n se contemplaban los hijos de da�ado ayuntamiento, esto es, los incestuosos, los adulterinos y los sacr�legos. En un contexto inspirado en una concepci�n religiosa, en que los hombres son considerados como hechos a imagen y semejanza del Creador, �se pueden efectuar esos distingos? �Se puede condenar de por vida a un inocente, como el hijo que nace, independientemente de su voluntad, fuera del matrimonio? Me parece que no se trata de un proceso para destruir la familia: constituye un proceso para reivindicar a los hijos. Y, as�, en 1935 se derog� la calidad de hijo de da�ado ayuntamiento. Con posterioridad, el Congreso Nacional aprob� el Pacto de San Jos� de Costa Rica, de 1969, el cual dice, a la letra, que se deben reconocer "iguales derechos tanto a los hijos nacidos fuera del matrimonio como a los nacidos dentro del mismo. El se�or Senador a quien estoy respondiendo no me dir� que la Constituci�n de 1980 es parte de un camino para destruir a la familia, porque en dicha Carta, el inciso primero del art�culo 1� del Cap�tulo I, Bases de la Institucionalidad, establece que los hombres nacen libres e iguales en dignidad y en derechos. En consecuencia, lo que hacemos aqu� es entregar a los hijos la dignidad y los derechos que les corresponden, al margen de la conducta en materia sexual que puedan haber tenido sus padres. Se han esgrimido argumentos constitucionales y morales, como tambi�n otros basados en la realidad de lo dram�tico que es este problema en Chile. No podemos decir que alguien en el Senado est� por un camino que vaya a la descomposici�n de la familia, al desmoronamiento del matrimonio. He dicho. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Foxley. El se�or FOXLEY.- Se�or Presidente, a prop�sito de la intervenci�n del Honorable se�or Mart�nez, quisiera aprovechar para hacer r�pidamente sobre el proyecto algunos comentarios generales que no alcanc� a realizar la vez pasada, ya que no estuve presente en la Sala. El Parlamento deber� legislar en los pr�ximos a�os ante un mundo que est� cambiando muy aceleradamente y donde est�n ocurriendo hechos y fen�menos absolutamente nuevos que no se han podido manejar adecuadamente con los instrumentos jur�dicos existentes. Un buen ejemplo de esto lo da la propia discusi�n realizada en el Senado hace algunas semanas, cuando legislamos respecto de la reproducci�n humana asistida. Este tema nos es impuesto por la realidad, pues los m�dicos est�n interviniendo todos los d�as en ese aspecto. Nos guste o no, el problema est� planteado y es mejor resolverlo con un marco jur�dico claro que dejarlo simplemente al libre arbitrio del ejercicio de la profesi�n de los m�dicos, el cual, puede ser bien o mal usado. En los pr�ximos meses, seguramente enfrentaremos en el Senado un problema que ya tenemos frente a nuestros ojos. El proceso de globalizaci�n mundial es tan acelerado, que est� llevando -en materia de informaci�n- a plantear problemas nuevos extraordinariamente importantes y significativos. El libre flujo de la informaci�n hace que algunas personas se vean enfrentadas a dilemas muy dif�ciles. Por ejemplo, el viernes pasado tom� el diario y al mirar los programas de televisi�n descubr� que, seg�n la informaci�n entregada por el peri�dico sobre la televisi�n por cable, en un s�lo d�a (el viernes) 25 programas hab�an sido censurados. Entonces, me pregunto qu� vamos a hacer en el futuro respecto de los flujos de informaci�n que se generan, por ejemplo, en INTERNET, donde existe libre acceso para poner y sacar informaci�n. �C�mo vamos a legislar? �Introduciremos normas selectivas para entrar en INTERNET? �Bloquearemos al pa�s respecto de este servicio? �Podremos o no tener acceso a la informaci�n que s� fluye libremente en Argentina, en Brasil y en todos los pa�ses que tienen econom�as de mercado abiertas? El Presidente de la Rep�blica est� hoy en Nueva York conversando con el sector financiero internacional, porque otra de las realidades de la globalizaci�n es que los flujos de capital ya no son m�s controlados por alg�n gobierno nacional. Y una de las consecuencias de ello ha sido que la Bolsa de Valores y el sector financiero chilenos hayan visto succionados sus recursos por el mercado de Nueva York. Hemos tenido que hacer un gesto y el Primer Mandatario viaj� hacia all� para dar un paso en el sentido de decir "queremos estar presentes en la globalizaci�n y vamos a legislar de una manera tal, que en este juego vamos a jugar en primera divisi�n y no en segunda o tercera". Digo esto simplemente para poner un contexto y no para indicar que los temas se�alados son equivalentes al que estamos tratando aqu�, el cual, por cierto, es un tema val�rico muy delicado. Lo �nico que se�alo es que este proyecto es en cierta medida emblem�tico de como se plantea el Parlamento, porque frente a la velocidad con que cambia este mundo, podremos tener o una actitud de temor, de freno, de mirar hacia atr�s y tratar de estancar las cosas, o tendremos que tomar con las dos manos este mundo desafiante y ser creativos en legislar, para caminar con el progreso de la Historia de acuerdo a nuestras creencias y valores, pero tambi�n estableciendo reglas jur�dicas claras para zanjar los nuevos problemas que exponen los cambios que ocurren en el mundo. Un segundo punto es que si estas cosas est�n sucediendo a nuestro alrededor, es evidente que nosotros, como personas, estamos siendo afectados por ellas. Una de las cosas que ocurren es que todos los d�as la gente est� modificando la forma como vive, respecto del consumo, respecto de su actitud frente al trabajo y al ocio, respecto de la relaci�n con los otros miembros de la familia -probablemente tiene menos tiempo que dedicarles- y tambi�n respecto de sus relaciones de pareja o de sus relaciones matrimoniales. Al expresar que la iniciativa tambi�n es emblem�tica desde el punto de vista del enfoque, por lo menos deseo decir cu�l es mi enfoque. Creo que no debemos asustarnos frente a los cambios respecto de la forma como la gente vive, sino asumir que queremos vivir como un valor positivo en una sociedad en la que se respete la diversidad. Por lo tanto, queremos vivir en una sociedad en la cual se respete a quien vive y piensa distinto, y donde se consagra como principio democr�tico fundamental el pluralismo. Por eso, para legislar y establecer reglas que igualen las oportunidades de todos, debe respetarse c�mo vive la gente. Y, a mi juicio, la gente vive hoy d�a en familia de maneras muy distintas, como se ha se�alado en esta discusi�n: familias monoparentales, uniones de hecho y todo tipo de situaciones sociol�gicas que escapan de la definici�n fundamental o tradicional de la familia. Si estas situaciones existen, corresponde reconocerlas como tales y como injustas en el caso de los hijos ileg�timos o naturales, y en consecuencia, deben aplicarse las normas del Derecho para corregir esas injusticias. La tercera consideraci�n, tambi�n de car�cter general, se refiere al criterio con que la sociedad acoge los nuevos problemas planteados, particularmente los vinculados con los lazos de afecto y los derechos de los miembros de la familia. Hace algunos d�as le�a con inter�s una entrevista, nada menos que del Presidente de la Sociedad de Fomento Fabril, en que �ste expresaba que despu�s de hacer un an�lisis de los temas econ�micos coyunturales, le parec�a que mirando hacia adelante, el pa�s ten�a que evolucionar desde un enfoque puramente centrado en el crecimiento econ�mico a un enfoque de desarrollo humano. Celebro esta expresi�n, porque es bastante coincidente con lo que pensamos muchas personas en el pa�s. En el contexto del proyecto que estamos discutiendo, rele� en la prensa el excelente debate de la sesi�n anterior, y uno de los temas planteados por parte de quienes se oponen a la iniciativa era que estad�sticamente el fen�meno de los hijos ileg�timos, no reconocidos o no acogidos por sus padres, era relativamente poco significativo respecto al resto de los hijos. Aqu� hay un criterio con el que discrepo. La pregunta es: �con qu� criterio la sociedad y el Parlamento acogen los nuevos problemas que enfrenta la sociedad al nivel de la familia. Deseo hacer una afirmaci�n que me parece obvia. El problema no es de estad�sticas. Si tenemos un criterio y un enfoque de desarrollo humano, aunque fueran muy pocos, aunque fuera uno solo el hijo ileg�timo discriminado, menoscabado en su dignidad deber�amos tomar en cuenta esa situaci�n. Pero se argumenta que no debemos legislar para casos particulares, sino ver cu�l es el efecto sobre toda la sociedad. Me parece correcto preocuparse de cu�l es ese efecto y preguntarse qu� observar� la sociedad despu�s de este debate en el Senado. La gente se pregunta: �Se legisla en esta Corporaci�n con sentido de humanidad? �Se repara el da�o, el menoscabo, la discriminaci�n que sufre un ni�o que sin ser culpable naci� fuera del matrimonio? �Se legisla s�lo con un sentido patrimonial de las cosas? �Qu� se�al se da a la ciudadan�a, a trav�s de esta legislaci�n, respecto de cu�l es y c�mo es el pa�s donde queremos vivir? �Con qu� criterio acoge la sociedad los nuevos problemas? Yo me quedo con los criterios del desarrollo humano. Me quedo con los criterios de la inclusi�n y no de la exclusi�n. Me quedo con el criterio de la igualdad de derechos. Y pienso que no hay que regatear los reconocimientos a los hijos que nacen fuera del matrimonio. Si en Chile todos los hijos sienten que la sociedad los trata como iguales y no como hijos de primera y de segunda clase, es m�s probable -subrayo esta expresi�n- que, cuando crezcan, sean capaces de constituir relaciones afectivas estables y tambi�n, en consecuencia, familias estables. Por lo tanto, es relevante preguntar si la ley que surja de la iniciativa en examen estimular� a reconocer lazos entre los padres, los hijos y los abuelos; si estimular� a un trato justo a los hijos, independiente de c�mo o d�nde nacen, y si a partir de esa situaci�n es probable o no que esos ni�os, al crecer, desarrollen relaciones de afecto que, como adultos, les permitan constituir una familia normal. Creo que este proyecto de filiaci�n responde adecuadamente a esas preguntas, y por eso lo votar� favorablemente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Larra�n. El se�or LARRA�N.- Se�or Presidente, deseo reiterar, en forma muy breve, nuestra voluntad de contribuir a dar continuidad al proyecto y lograr su debida armon�a. Para ello, estamos dispuestos a acoger el planteamiento hecho por el Senador se�or Moreno en respuesta al formulado antes por el Honorable se�or D�ez: aprobar las proposiciones del Ejecutivo y, sobre esa base, volver la iniciativa a Comisi�n a fin de que all� se proceda a rearticular las disposiciones, dejando pendientes las indicaciones que no sean incompatibles con el tenor de lo aprobado. El se�or GAZMURI.- Pido la palabra. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Zurita. El se�or ZURITA.- Se�or Presidente, estoy escuchando el debate con mucha atenci�n y de repente me parece que hemos vuelto atr�s; que estamos en la discusi�n efectuada el mi�rcoles de la semana pasada, y que no se aprob� la indicaci�n que dio una nueva redacci�n al art�culo 28. Ese art�culo es la piedra fundamental del proyecto, porque la relaci�n padre-hijo es la que da nacimiento hacia atr�s o hacia abajo al parentesco. A mi juicio, al aprobarse una norma b�sica que establezca que el parentesco de filiaci�n no tiene car�cter calificativo, que el hijo no es ileg�timo ni leg�timo, sino hijo, todas las dem�s disposiciones deber�n construirse sobre esta piedra sillar. Por consiguiente, las normas venideras tendr�n que adaptarse a esta situaci�n y habr� de hablarse de afinidad y consanguinidad, y no de legitimidad o ilegitimidad, etc�tera. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Prat. El se�or GAZMURI.- Pido la palabra. El se�or PRAT.- �Es para exponer una moci�n de orden, Su Se�or�a? El se�or GAZMURI.- Quiero formular una observaci�n acerca de las propuestas que se han hecho, se�or Senador. El se�or PRAT.- Le concedo una interrupci�n, con la venia de la Mesa. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Gazmuri. El se�or GAZMURI.- Se�or Presidente, entiendo que el debate sustantivo lo hicimos en funci�n del art�culo 1�, en el sentido de si vamos a establecer o no la distinci�n entre diferentes tipos de hijos. Y ese debate qued� resuelto. En la votaci�n que acabamos de realizar, la mayor�a se pronunci� en sentido congruente con ese distingo. �sa, en mi concepto, es una discusi�n b�sica. No se trata de volver a plantear los argumentos. Ahora estamos analizando el tema esencial de la igualdad de derechos y no el de la familia, cuestiones que, no obstante estar ligadas, son diversas. Y no repetir� los argumentos. Pues bien, considero que la proposici�n formulada apunta, en primer lugar, a repetir, ahora y aqu�, la votaci�n de todas las indicaciones dirigidas en el sentido de la aprobada primero, de manera tal de dirimir el debate que hemos venido sosteniendo tanto en la Comisi�n como en la Sala desde hace bastante tiempo; y en segundo t�rmino, sobre la base de un mandato claro, apunta a dar a la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n y Justicia la oportunidad de hacer el ajuste t�cnico -por as� llamarlo- para que el texto salga con una redacci�n completamente coherente, sin que ello constituya un elemento de dilaci�n en el despacho de la iniciativa, ni una nueva discusi�n sobre cuestiones ya analizadas en ese �rgano t�cnico, donde se aprob� por mayor�a un criterio que la Sala rechaz� en general por un margen bastante sustantivo. Si todos nos esforzamos para que el articulado, t�cnicamente, se despache en la forma m�s coherente posible, estaremos prestigiando la capacidad legislativa del Senado. Y �ste es un elemento de responsabilidad com�n que nos interesa a todos. El se�or D�EZ.- �Me concede una interrupci�n, Honorable colega? El se�or GAZMURI.- Propongo que se fije un plazo a la Comisi�n para cumplir dicho cometido. Y, al respecto, estoy plenamente de acuerdo con el planteamiento formulado por el Senador se�or Moreno. El se�or D�EZ.- �Me permite una interrupci�n, Su Se�or�a? El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- El Honorable se�or Gazmuri no puede otorg�rsela, se�or Senador, porque est� hablando por la v�a de la interrupci�n. El Honorable se�or Prat, quien est� con el uso de la palabra, s� podr�a concederla. El se�or PRAT.- La doy, se�or Presidente, en la creencia de que conservar� mi tiempo. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Debe ser con cargo a su tiempo, se�or Senador. Y Su Se�or�a es muy generoso. Tiene la palabra el Honorable se�or D�ez. El se�or D�EZ.- Se�or Presidente, creo que estamos a punto de llegar a una feliz soluci�n, y quiero expresar, con mucha franqueza, c�mo la vislumbro. La se�ora Ministra tiene un memor�ndum donde se consigna que la aplicaci�n lisa y llana de lo aprobado corresponde hasta el art�culo 188. Hago fe de lo manifestado por la se�ora Ministra y estoy dispuesto a dar por aprobados todos los art�culos, hasta el 188. En cuanto a los restantes, sugiero enviarlos a la Comisi�n. Si en ella existe unanimidad para formular una propuesta, que �sta se plantee a la Sala. Si no hay consenso acerca de alg�n punto relacionado con otras materias contempladas en el texto, que se traigan, asimismo, las dos alternativas a la Sala, pero ambas dentro de la sujeci�n a los recursos, los plazos y los diversos mecanismos, de modo que el Senado conserve su facultad soberana de elegir de entre las diversas opciones, en el entendido de que ellas vendr�n expresadas en forma l�gica y en el contexto de un c�digo. Considero que debe aprobarse esa proposici�n, fijando un plazo a la Comisi�n, que, aunque se encuentra abocada al estudio de la reforma del C�digo de Procedimiento Penal, podr�a dar preferencia al proyecto en debate -pienso que la se�ora Ministra de Justicia nos disculpar�- y, en unas tres o cuatro sesiones de 3 a 4 horas cada una, procurar despachar las enmiendas pertinentes. La se�ora BILBAO (Ministra Directora del Servicio Nacional de la Mujer).- Pido la palabra. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- La tiene, se�ora Ministra. La se�ora BILBAO (Ministra Directora del Servicio Nacional de la Mujer).- Se�or Presidente, percibo que hemos llegado a un punto en el cual, afortunadamente, existe un grado de acuerdo que de alguna forma refleja tambi�n el trabajo que durante casi dos a�os hemos realizado en la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n y Justicia. Nos parece adecuada la proposici�n formulada por el Senador se�or D�ez y estamos dispuestos a apoyarla. Sin embargo, nos gustar�a que se fijara un plazo concreto para el trabajo de la Comisi�n, con el objeto de no incurrir en una dilataci�n tan larga como la que ha habido hasta el momento. Lo anterior, en el entendido de que -como se�al� el Senador se�or D�ez- se dar�a por aprobado hasta el art�culo 188. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- De las diversas proposiciones y planteamientos, la Mesa desprende que la idea es dar por aprobado el proyecto hasta el art�culo 193, exclusive, con las indicaciones formuladas por el Ejecutivo. Eso es lo que entend� de las propuestas de los Senadores se�ores D�ez, Larra�n... El se�or D�EZ.- En la forma como viene el texto, se�or Presidente. La se�ora Ministra est� de acuerdo. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Conforme. Luego se volver�a el proyecto a Comisi�n, a fin de que, entre hoy y el mi�rcoles 1� de julio, proponga a la Sala un texto sobre el resto del articulado. Las disposiciones acogidas por unanimidad se dar�n por aprobadas y las que sean motivo de discrepancias se someter�n a debate y votaci�n en la Sala, con tratamiento preferente en una sesi�n por celebrarse a contar del 2 de julio. �Habr�a acuerdo? El se�or D�EZ.- Se�or Presidente, pido una semana m�s de plazo, porque hay en medio una semana regional, lo que impedir� evacuar a tiempo el informe respectivo. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- �Existir�a acuerdo para fijar el 8 de julio, sobre la base del procedimiento indicado? El se�or PIZARRO.- Pido la palabra. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Puede hacer uso de ella, Su Se�or�a. El se�or PIZARRO.- Se�or Presidente, yo no era partidario de suspender la discusi�n del proyecto y enviarlo de nuevo a Comisi�n. Entiendo que lo planteado constituye un avance. Significa, adem�s, que la Comisi�n tratar� de aunar criterios y formular� su proposici�n a la Sala. Pero me parece necesario fijar una fecha para el total despacho de la iniciativa. De lo contrario, no tendr�a sentido aprobar la f�rmula propuesta. Inclusive, podr�a considerarse una mala se�al que el Senado suspendiera la discusi�n. Y, en mi concepto, no es �ste el objetivo. En tal sentido, se�or Presidente, yo preferir�a derechamente, o que se convocara a una sesi�n especial -podemos hacerlo-, o fijar desde ya el martes 7 o el mi�rcoles 8 de julio. El se�or D�EZ.- Dejemos el martes 7 para que la Comisi�n pueda terminar su trabajo. El se�or PIZARRO.- Doy mi acuerdo, pero en el entendido de que el mi�rcoles 8 se tratar� el proyecto hasta su total despacho. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- �Habr�a acuerdo? El se�or VIERA-GALLO.- Se�or Presidente, quiero hacer una precisi�n. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra, Su Se�or�a. El se�or VIERA-GALLO.- Se�or Presidente, lo que dijo el Honorable se�or D�ez es importante: se aprobar�a el texto propuesto por la Comisi�n con las indicaciones del Ejecutivo. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Exactamente. El se�or VIERA-GALLO.- Gracias, se�or Presidente. El se�or BITAR.- �Hasta qu� art�culo se aprobar�a? El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Hasta el art�culo 193, exclusive. Si le parece a la Sala, as� se acordar�. --As� se acuerda. MODIFICACI�N DE C�DIGO DE JUSTICIA MILITAR El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Corresponde tratar el proyecto de la C�mara de Diputados que modifica el art�culo 46 del C�digo de Justicia Militar, con segundo informe de la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento. --Los antecedentes sobre el proyecto figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de ley: En segundo tr�mite, sesi�n 31�, en 9 de marzo de 1993. Informes de Comisi�n: Constituci�n, sesi�n 33�, en 29 de agosto de 1996. Constituci�n (segundo), sesi�n 34�, en 10 de septiembre de 1997. Discusi�n: Sesiones 10�, en 1� de julio de 1997 (queda para segunda discusi�n); 18�, en 17 de julio de 1997 (se aprueba en general). El se�or LAGOS (Secretario).- En el segundo informe de la Comisi�n, y para los efectos de lo dispuesto en el art�culo 124 del Reglamento del Senado, se deja constancia de lo siguiente: "I.- Debido a que esta iniciativa de ley consta de un art�culo �nico, compuesto de dos incisos, no hay preceptos que no hayan sido objeto de indicaciones ni de modificaciones. "II.- Tampoco hay art�culos que s�lo hayan sido objeto de indicaciones rechazadas. "III.- Indicaciones aprobadas: 3 y 4. "IV.- Indicaci�n aprobada con modificaciones: 1. "V.- Indicaci�n rechazada: 2." (puede ser renovada por los se�ores Senadores con las firmas reglamentarias). Adem�s, en el informe se hace un an�lisis de las indicaciones presentadas al proyecto aprobado en general y se deja constancia de su discusi�n y de los acuerdos adoptados al respecto. Los se�ores Senadores tienen a su disposici�n un comparado donde figuran, en la primera columna, el C�digo de Justicia Militar; en la segunda, el texto aprobado en general por el Senado; en la tercera, las modificaciones propuestas en el segundo informe de la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento; y, en la cuarta, el texto final sugerido por �sta. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En discusi�n particular el proyecto. Tiene la palabra el Honorable se�or Fern�ndez. El se�or FERN�NDEZ.- Se�or Presidente, el �nico inciso con que qued� el proyecto fue aprobado por unanimidad en la Comisi�n. Es muy simple: confiere a los secretarios de los juzgados militares las atribuciones y responsabilidades que tienen los archiveros judiciales en lo que respecta a los expedientes afinados de la justicia militar en tiempo de paz. Sobre el particular, fueron o�dos los distintos auditores de las Fuerzas Armadas. La Comisi�n de Constituci�n recomienda acoger la iniciativa en la forma como aparece en el informe. Por lo tanto, se�or Presidente, pido a la Sala aprobar el proyecto en tales t�rminos. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Si le parece al Senado, se aprobar� el texto contenido en el segundo informe de la Comisi�n de Constituci�n. --Se aprueba. MODIFICACI�N DE C�DIGO DEL TRABAJO SOBRE PROTECCI�N A LA MATERNIDAD El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Corresponde ocuparse en el proyecto, en segundo tr�mite constitucional, que modifica el art�culo 194 del C�digo del Trabajo, en materia de protecci�n a la maternidad, con segundo informe de la Comisi�n de Trabajo y Previsi�n Social. --Los antecedentes sobre el proyecto figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de ley: En segundo tr�mite, sesi�n 47�, en 9 de abril de 1996. Informes de Comisi�n: Trabajo, sesi�n 47�, en 7 de mayo de 1997. Trabajo (segundo), sesi�n 2�, en 3 de junio de 1998. Discusi�n: Sesi�n 17�, en 16 de julio de 1997 (se aprueba en general). El se�or LAGOS (Secretario).- Para los efectos de lo dispuesto en el art�culo 124 del Reglamento del Senado, el informe deja constancia de lo siguiente: "1) Art�culos que no fueron objeto de indicaciones: No hay. "2) Art�culos modificados como consecuencia de indicaciones aprobadas: Ninguno. "3) Art�culos que s�lo han sido objeto de indicaciones aprobadas: No hay. "4) Indicaciones aprobadas: N�s 1 y 5. "5) Indicaciones aprobadas con modificaciones: N�s 2, 3 y 4. "6) Indicaciones rechazadas: N� 6. "7) Indicaciones retiradas: Ninguna. "8) Indicaciones declaradas inadmisibles: No hay.". El se�or GAZMURI.- Pido la palabra, se�or Presidente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra, Su Se�or�a. El se�or GAZMURI.- Se�or Presidente, antes de iniciar la discusi�n, quiero hacer un planteamiento a la Sala. La iniciativa es bastante simple. Fue discutida intensamente en la Comisi�n de Trabajo y Previsi�n Social. Se trata, en fin, de un proyecto muy importante. El se�or Ministro del Trabajo subrogante asisti� hoy para participar en la discusi�n. Se le dijo que la iniciativa no se alcanzar�a a tratar, porque, supuestamente, el estudio de la atinente a filiaci�n iba a ser mucho m�s largo. Empero, con el acuerdo adoptado sobre este �ltimo proyecto, no sucedi� as�. En consecuencia, siendo relevante la presencia del se�or Ministro, pido segunda discusi�n, con el objeto de analizar ma�ana la iniciativa que nos ocupa. El se�or FERN�NDEZ.- Me parece bien. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Est� en su derecho, se�or Senador, como Comit�. --El proyecto queda para segunda discusi�n. PROTECCI�N DE DERECHO DE SINDICACI�N Y CONDICIONES DE EMPLEO EN ADMINISTRACI�N P�BLICA El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Corresponde tratar el proyecto de acuerdo, en segundo tramite constitucional, que aprueba el Convenio N� 151 sobre "La protecci�n del derecho de sindicaci�n y los procedimientos para determinar las condiciones de empleo en la administraci�n p�blica", adoptado por la Conferencia General de la Organizaci�n Internacional del Trabajo, congregada en Ginebra, el 7 de junio de 1978, con informes de las Comisiones de Trabajo y Previsi�n Social y de Relaciones Exteriores. --Los antecedentes sobre el proyecto figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de acuerdo: En segundo tr�mite, sesi�n 28�, en 22 de enero de 1997. Informes de Comisi�n: Relaciones Exteriores, sesi�n 26�, en 26 de agosto de 1997. Trabajo, sesi�n 26�, en 26 de agosto de 1997. Discusi�n: Sesiones 33�, en 9 de septiembre de 1997 (queda para segunda discusi�n); 34�, en 10 de septiembre de 1997 (se aplaza su discusi�n). El se�or LAGOS (Secretario).- Los objetivos del proyecto, en apretada s�ntesis, son: "Aprobar el Convenio N� 151 de la OIT, que establece, respecto de los empleados p�blicos, los siguientes criterios ordenadores para nuestra legislaci�n: "1.- Protecci�n del derecho de sindicaci�n. "2.- Facilidades que deben concederse a sus organizaciones. "3.- Procedimientos para la determinaci�n de las condiciones de empleo. "4.- Soluci�n de conflictos. "5.- Derechos civiles y pol�ticos.". La Comisi�n de Trabajo, en virtud de las consideraciones contenidas en su informe, recomienda, por 3 votos a favor y una abstenci�n, aprobar el proyecto de acuerdo en los mismos t�rminos en que lo hizo la C�mara de Diputados. Por su parte, la Comisi�n de Relaciones Exteriores, por las razones que expresa en su informe, aprueba la iniciativa de la Comisi�n de Trabajo y Previsi�n Social. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En discusi�n general y particular el proyecto de acuerdo. El se�or PRAT.- �Me permite, se�or Presidente? El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra Su Se�or�a. El se�or PRAT.- Se�or Presidente, se trata de un proyecto respecto del cual ser�a tambi�n conveniente -no s� si el Senado estar� de acuerdo- la presencia del se�or Ministro del Trabajo. Como as� ocurrir� en la pr�xima sesi�n, podr�a pedirse segunda discusi�n, a fin de tratarlo junto con el anterior. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- No procede, se�or Senador -seg�n me informa Secretar�a-, por cuanto ya fue solicitada. Tiene la palabra el Honorable se�or Mart�nez. El se�or P�REZ.- Exc�seme, se�or Presidente, �podr�a tratarse el proyecto en la sesi�n de ma�ana si as� fuere pedido por la unanimidad de los se�ores Senadores? El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Luego de que intervenga el Senador se�or Mart�nez plantear� su solicitud, Su Se�or�a. El se�or MART�NEZ.- Se�or Presidente, despu�s de estudiar el Convenio, e incluso, de leer las intervenciones de los miembros de las respectivas Comisiones, deseo hacer presente a la Sala un problema respecto del cual, a mi juicio, ser�a necesario intercambiar opiniones. Aqu� se deja abierta la posibilidad de sindicalizaci�n de las Fuerzas Armadas y la polic�a, lo que evidentemente va contra todas las disposiciones constitucionales y legales que rigen sobre la materia en Chile. Si bien es cierto que de la lectura de los informes de ambas Comisiones se desprende -conforme a algunas opiniones- que la legislaci�n actual proh�be la sindicaci�n en dichas Instituciones, sin embargo, en mi concepto, ello no queda suficientemente firme y expreso, dado los t�rminos en que se plantea. A pesar de que el C�digo respectivo y la legislaci�n nacional sobre esta materia excluyen de su �mbito de aplicaci�n a las Fuerzas Armadas y Fuerzas de Orden y Seguridad P�blica, deseo manifestar mi m�s profunda aprensi�n ante la posibilidad de que en alg�n momento pueda otorgarse a sus miembros mediante el Convenio que nos ocupa la autorizaci�n para formar sindicatos. Me refiero no s�lo a las Fuerzas Armadas y Carabineros, sino tambi�n a reparticiones dependientes del Ministerio de Defensa Nacional, por ejemplo, ASMAR y otras entidades. Si bien es cierto que actualmente se hallan bajo el fuero de la ley -todas ellas conocen muy bien su condici�n-, no me queda clara la situaci�n. Lo anterior me merece dudas y, a mi modo de ver, constituye un hecho negativo en este proyecto. El se�or GAZMURI.- �Me permite, se�or Presidente? El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra Su Se�or�a. El se�or GAZMURI.- Se�or Presidente, no deseo entrar al debate planteado por el Senador se�or Mart�nez. Sin embargo, entiendo que se ha tomado el debido resguardo para que Chile no se obligue, en circunstancia alguna, a aceptar cuestiones que contravienen la ley nacional. Es claro que, conforme a nuestro ordenamiento jur�dico -opini�n que, a mi juicio, es absolutamente mayoritaria en el pa�s-, el derecho a sindicaci�n no puede introducirse en las Fuerzas Armadas y Fuerzas de Orden y Seguridad P�blica. En tal sentido, entiendo que se hallan tomados los debidos resguardos en el Convenio que nos ocupa. Sin embargo, sin entrar al fondo del asunto, pido a la Mesa -me parece �til- que veamos, reglamentariamente, la manera de discutir el proyecto ma�ana, con la presencia del se�or Ministro, toda vez que se han planteado reservas que deben tomarse en consideraci�n y que no veo resueltas. En tal sentido, es mejor contar con la opini�n clara del Gobierno. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Basta solicitar a la Mesa aplazar la discusi�n de la iniciativa, conforme al n�mero 1� del art�culo 131 del Reglamento. Si le parece a la Sala, se aplazar�a para ma�ana la discusi�n general y particular del proyecto. Acordado. D�A NACIONAL DEL DETENIDO DESAPARECIDO El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Proyecto, en segundo tr�mite, que instituye el d�a 30 de agosto de cada a�o como el D�a Nacional del Detenido Desaparecido, con informe de la Comisi�n de Derechos Humanos, Nacionalidad y Ciudadan�a. --Los antecedentes sobre el proyecto figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de ley: En segundo tr�mite, sesi�n 31�, en 27 de agosto de 1996. Informe de Comisi�n: Derechos Humanos, sesi�n 29�, en 2 de septiembre de 1997. El se�or LAGOS (Secretario).- La Comisi�n de Derechos Humanos, Nacionalidad y Ciudadan�a, por dos votos contra uno, propone rechazar el proyecto en informe. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En discusi�n general y particular. Tiene la palabra el Honorable se�or Silva. El se�or SILVA.- Se�or Presidente, en verdad, la Comisi�n aludida corresponde a la conformada antes del 11 de marzo del a�o en curso. Sin embargo, deseo hacer presente que estudi� el informe emitido por dicho organismo t�cnico -cuyo Presidente fue el ex Senador se�or Martin- y que concuerdo con las conclusiones y el acuerdo alcanzados en �l. En realidad, �ste es un asunto que queda fuera de las disposiciones del art�culo 60 de Constituci�n sobre materias que son de contenido de ley. Por lo tanto, aqu�, espec�ficamente, se trata del uso de la potestad reglamentaria del Presidente de la Rep�blica, como ha sido en otros casos similares. En tal virtud, lo se�alado por el informe, en el sentido de que �sta es materia propia de potestad reglamentaria y no de ley, a nuestro juicio, es inobjetable, conforme a los preceptos constitucionales. Por eso, la Comisi�n recomienda rechazar el proyecto. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Viera-Gallo. El se�or VIERA-GALLO.- Se�or Presidente, me parece que aqu�, por una parte, se trata de una reivindicaci�n moral de extrema importancia en nuestra sociedad, y por otra, como bien ha se�alado el Presidente de la Comisi�n, Senador se�or Silva, de apreciaciones o aprensiones jur�dicas respecto a la competencia de la ley. A mi juicio, lo m�s conveniente ser�a pedir segunda discusi�n, a fin de que dispongamos del tiempo necesario para analizar los antecedentes de la iniciativa y tomar una decisi�n en su oportunidad. Porque una cosa es la legalidad de la materia -de por s� muy trascendente-, y otra, el fondo del problema, que ha preocupado al Senado y a la actual Comisi�n de Derechos Humanos. Por lo tanto, pido segunda discusi�n. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- �Su Se�or�a lo solicita en su calidad de Comit�? El se�or VIERA-GALLO.- S�, se�or Presidente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En la primera discusi�n, ofrezco la palabra. Ofrezco la palabra. Cerrado el debate. El proyecto queda para segunda discusi�n. MODIFICACI�N DE C�DIGO DEL TRABAJO El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Proyecto de ley, en segundo tr�mite constitucional, que modifica y adecua disposiciones del C�digo del Trabajo, con informe de la Comisi�n de Trabajo y Previsi�n Social. --Los antecedentes sobre el proyecto figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de ley: En segundo tr�mite, sesi�n 47�, en 9 de abril de 1996. Informe de Comisi�n: Trabajo, sesi�n 31�, en 3 de septiembre de 1997. Discusi�n: Sesi�n 34�, en 10 de septiembre de 1997 (se aplaza su discusi�n). El se�or LAGOS (Secretario).- Los principales objetivos del proyecto aprobado por la Comisi�n son, en primer lugar, modificar y adecuar disposiciones del C�digo del Trabajo en materia de trabajo de menores de edad y trabajos mineros subterr�neos de personas menores de 21 a�os, y en cuanto a gratificaciones y fuero laboral de candidatos a un directorio sindical; y, en segundo t�rmino, establecer que las causas laborales gozar�n de preferencia para su vista y conocimiento en la Excelent�sima Corte Suprema. El proyecto fue aprobado en general por la unanimidad de los miembros presentes de la Comisi�n. La Comisi�n en su informe hace una relaci�n de las normas contenidas en el art�culo �nico y deja constancia de su discusi�n y de los acuerdos respectivos. Asimismo, en su parte resolutiva, propone la aprobaci�n del proyecto de la Honorable C�mara de Diputados, con las modificaciones que se indican. La iniciativa consta de un art�culo �nico que contiene nueve letras. El se�or R�OS (Vicepresidente).- En discusi�n general. Tiene la palabra el Honorable se�or Urenda. El se�or URENDA.- Se�or Presidente, el proyecto en debate, de iniciativa del Ejecutivo y que fue aprobado un�nimemente en Comisi�n, en el fondo tiende a adecuar determinadas disposiciones del C�digo del Trabajo que, por otras leyes o circunstancias, quedaron discordantes. No hemos introducido concepto alguno que no sea procurar aclarar el sentido de determinadas normas o, fundamentalmente, establecer la adecuada concordancia. Tal vez la disposici�n que motiv� m�s debate fue la relativa a las gratificaciones, pues, mientras la analiz�bamos, hab�a pendientes algunos juicios en la Corte Suprema sobre interpretaci�n de las normas respectivas para el pago de �stas. No obstante ello, llegamos a la conclusi�n de que era conveniente resolver el problema, que ten�amos la facultad como Parlamento para aclarar las cosas y que, si esper�ramos a que nunca haya asuntos pendientes en la Corte Suprema, podr�amos quedarnos atascados para siempre. Por lo dem�s, los asuntos a que se hizo referencia ya fueron fallados. En consecuencia, el proyecto tiende esencialmente a corregir algunas anomal�as. A v�a de ejemplo, en las grandes empresas con muchos trabajadores pod�an constituirse sindicatos con 25 asociados y, en cambio, las m�s peque�as -con 50 empleados- requer�an 26. Esto implica una desarmon�a que significaba m�s del 50 por ciento. En ese estilo versan todas las reformas que se han planteado y es por ello que la Comisi�n de Trabajo y Previsi�n Social -el proyecto se trat� cuando su Presidente era el ex Senador se�or Thayer- aprob� por unanimidad, en general y particular, todas y cada una de las disposiciones. Si no se han presentado indicaciones, se entender�a que la iniciativa quedar�a aprobada en general y tambi�n en particular. No s� si este debate se justifica, pero para la orientaci�n de la Sala debo hacer presente que el grueso de estas modificaciones tiende a adecuar algunas normativas. Por ejemplo, podemos se�alar que el art�culo 14 del C�digo del Trabajo produce una desarmon�a, porque, para los efectos de rebajar de 21 a�os a 18 la mayor�a de edad, en la misma cantidad tambi�n se disminuye la edad para realizar trabajos subterr�neos. Sin embargo, se lleg� a la conclusi�n, y as� lo vimos en la Comisi�n, de que para los menores de veinti�n a�os se hac�a necesario rendir un examen previo de aptitud. Esto no tiene nada que ver con los derechos civiles del trabajador, sino con su salud. Por ello, se volvi� a la norma tradicional en el sentido de que los trabajadores mayores de 18 y menores de 21 requieren un examen de aptitud para efectuar trabajos subterr�neos. En otros casos, como digo, se trata de simples modificaciones de referencia. Se hace alusi�n a sustituir el guarismo 66 por 67, y toda la normativa se vincula con este tipo de enmiendas. Pienso que, habi�ndose discutido en profundidad el proyecto, en la Comisi�n que en aquel entonces estaba integrada por los ex Senadores Thayer (Presidente), Calder�n y Hormaz�bal y los Honorables se�ores Ruiz, Prat y el Senador que habla, hemos llegado a un texto un�nime. Por lo tanto, sugiero que aprobemos cada una de las disposiciones del proyecto, al igual como lo hicimos en general. He dicho. El se�or PRAT.- Pido la palabra, se�or Presidente. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Advierto a los se�ores Senadores que, al acoger en general el proyecto que consta s�lo de un art�culo, reglamentariamente corresponde aprobarlo tambi�n en particular, salvo que alg�n se�or Senador solicite plazo para presentar indicaciones y as� lo decida la Sala. El se�or PRAT.- Es justamente lo que quiero proponer, se�or Presidente. Deseo sugerir que aprobemos el proyecto en general y que se d� un plazo prudente para formular indicaciones. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Muy bien, se�or Senador. Tiene la palabra el Honorable se�or Ruiz de Giorgio. El se�or RUIZ (don Jos�).- Se�or Presidente, deseo pedir al Honorable se�or Prat que reconsidere su petici�n. Tal como planteaba el Senador se�or Urenda, se trata de una iniciativa de readecuaci�n, por cuanto su objetivo es normalizar una situaci�n que hab�a quedado discordante en virtud de una moci�n iniciada por el Honorable se�or Fern�ndez, la cual, a su vez, modific� la mayor�a de edad de 21 a 18 a�os. Esto origin� cambios en muchos cuerpos legales, pero el C�digo del Trabajo no se adecu� debidamente en lo relacionado con los trabajos mineros y labores pesadas. Por lo tanto, se produc�an contradicciones en la interpretaci�n del articulado vigente. Y lo que este proyecto pretende es solamente acomodar el C�digo del Trabajo, en lo pertinente, a una legislaci�n ya aprobada en el Parlamento. De acuerdo con lo anterior, sugiero -se lo pido al Senador se�or Prat- retirar la solicitud de aprobar en general y particular de la iniciativa, pues ya cuenta con el voto favorable de la unanimidad de los integrantes de la Comisi�n de Trabajo y no presenta ninguna modificaci�n que pueda tener otro efecto, excepto el de adecuar una disposici�n legal ya aprobada por el Congreso, en el sentido de modificar la mayor�a de edad de 21 a 18 a�os. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Considerando las peticiones del Honorable se�or Prat a fin de remitir el proyecto a Comisi�n y fijar un plazo para presentar indicaciones, y del Senador se�or Ruiz atinente a despacharlo en esta sesi�n, la Mesa se ve en la necesidad de consultar a la Sala para que resuelva. El se�or PRAT.- Se�or Presidente, quiero profundizar las razones de mi planteamiento. �sta es una iniciativa que, tal como se�ala el informe, data de septiembre de 1997. Adem�s, se encuentra inserto en una tabla de lata extensi�n, y mi �nimo s�lo apunta a conseguir que se otorgue un plazo para poder revisarlo. Normalmente, el tiempo que se fija para presentar indicaciones permite a los Senadores que no han participado activamente en la Comisi�n formular las observaciones que les parezcan necesarias. No considerar ese tr�mite impide a muchos contribuir al mejoramiento del texto. Por �ltimo, debe considerarse la presencia de nuevos Senadores y el hecho de que la iniciativa data de septiembre del a�o pasado. Adem�s, ha trascurrido un tiempo m�s que prudente y no se ha dado curso al tr�mite de la presentaci�n de indicaciones que siempre permite perfeccionar su contenido. El se�or ZURITA.- �Me permite, se�or Presidente? El se�or R�OS (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Zurita. El se�or ZURITA.- Se�or Presidente, he pedido la palabra exclusivamente para manifestar que no pensaba que llegar�amos a tratar este proyecto. No obstante, en �l aprecio un inconveniente grav�simo que, como integrante de la sala laboral de la Corte Suprema, tuve oportunidad comprobar. La idea de dar preferencia a las causas laborales es muy laudable, pero, como todas las buenas ideas, a veces produce efectos perversos. �Qu� nos pas�? Fuimos dando preferencia a las causas laborales, a los despidos injustificados y a los desahucios, pero se nos empezaron a morir los litigantes previsionales. O sea, quien solicitaba un rec�lculo de su pensi�n previsional, quedaba m�s atr�s en la lista de espera porque no se trataba de una causa laboral, aunque bien podr�a haberse sostenido que s� lo era. Y, �qu� ocurr�a? Que se fallaba cuando el peticionario del mencionado reajuste hab�a muerto, lo cual nos llev� a decir: "Mire, se acab� la idea laudable y, sencillamente, las causas laborales y previsionales ir�n entrando en tabla, de acuerdo a su fecha de ingreso". Adem�s, me parece que una segunda discusi�n ser�a �til. El se�or R�OS (Vicepresidente).- En votaci�n general el proyecto. Si le parece a la Sala, se aprobar�a. Acordado. El se�or RUIZ (don Jos�).- En ese caso, retiro mi proposici�n. El se�or R�OS (Vicepresidente).- �Cu�l ser�a el plazo para presentar indicaciones? El se�or PRAT.- Podr�a ser la pr�xima semana. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Hasta el martes 16, a las 18. El se�or PRAT.- Propongo el martes 17. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Si no hay objeciones por parte de la Sala, se fijar� como t�rmino del plazo para presentar indicaciones el mi�rcoles 17 de junio de 1998, a las 12. Acordado. MULTAS EN CAUSAS DE JUZGADOS DE POLICIA LOCAL El se�or R�OS (Vicepresidente).- Corresponde ocuparse en el proyecto de la C�mara de Diputados que reduce el monto de consignaci�n de la multa para apelar en causas de juzgados de polic�a local. --Los antecedentes sobre el proyecto figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de ley: En segundo tr�mite, sesi�n 26�, en 26 de agosto de 1997. Informe de Comisi�n: Constituci�n, sesi�n 34�, en 10 de septiembre de 1997. El se�or LAGOS (Secretario).- La iniciativa cuenta con informe de la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento, la que propone a la Sala aprobarla sustituyendo su art�culo �nico por el que detalla. Tiene por objeto eliminar la obligaci�n de consignar previamente el valor de la multa para poder apelar de la sentencia condenatoria que dicte un juzgado de polic�a local. El se�or R�OS (Vicepresidente).- En discusi�n. Ofrezco la palabra. Tiene la palabra el Honorable se�or Larra�n. El se�or LARRA�N.- Se�or Presidente, el objetivo de la iniciativa es hacer viables las apelaciones mencionadas. Originalmente propon�a que el fallo fuese revisado, con una consignaci�n diferente. Sin embargo, si se busca establecer una consignaci�n muy elevada, lo que se logra en definitiva es entrabar la posibilidad de que se efect�e dicha revisi�n. Por esa raz�n, el mencionado objetivo inicial se modific� para efectos de dejar solamente lo que aqu� se se�ala. Se mantienen sin variaci�n las apelaciones por las sentencias definitivas dictadas en procesos por simples infracciones a la Ley de Tr�nsito que s�lo impongan multas. Al parecer se trata de una norma bastante razonable, y no creo que suscite mayor discusi�n. Por ello solicito a la Sala su aprobaci�n por unanimidad. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Urenda. El se�or URENDA.- Se�or Presidente, hasta donde me pude informar, la Comisi�n de Constituci�n introdujo una enmienda porque, si bien el proyecto reduce el monto de consignaci�n de la multa para apelar en causas de juzgados de polic�a local, en el hecho declar� inapelables las sentencias definitivas dictadas en procesos por simples infracciones a la Ley de Tr�nsito que s�lo impongan multas. Creo que eso tiene un alcance bastante distinto del que se�alaba el proyecto inicial. Me gustar�a por eso contar con mayor informaci�n por parte de los integrantes de la mencionada Comisi�n acerca de una medida que puede resultar bastante dr�stica. Esto, porque hasta donde recuerdo las condenas de tales juzgados pueden tener efectos ulteriores, es decir, es posible que las condenas sucesivas conduzcan a la suspensi�n de la licencia o a sanciones mayores. Por lo tanto, una sentencia, por inicua que fuere, si s�lo impusiera multa pasar�a a ser inapelable. Por eso me gustar�a saber por qu� el proyecto original fue modificado en este sentido por la Comisi�n. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Se�ores Senadores, propongo que veamos m�s adelante esta iniciativa. Aparentemente, el Senador se�or Fern�ndez, que form� parte de la Comisi�n, desea tambi�n analizarla con mayor profundidad. El proyecto se despach� por la Comisi�n en septiembre de 1997; algunos de quienes en ese entonces lo examinaron ya no son Senadores; se est� llamando al Secretario de la Comisi�n para que proporcione mayores informaciones. Si le parece a la Sala, se dejar� pendiente la discusi�n de esta iniciativa, y pasaremos al siguiente punto de la tabla. Acordado. --Queda postergada la discusi�n del proyecto. MODIFICACION DE C�DIGO PENAL EN LO REFERENTE A COBRANZA DE CR�DITOS El se�or R�OS (Vicepresidente).- A continuaci�n, trataremos el proyecto, en segundo tr�mite constitucional, que modifica el C�digo Penal estableciendo una figura penal que sanciona los procedimientos ilegales o abusivos en la cobranza de cr�ditos, informado por la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento. --Los antecedentes sobre el proyecto figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de ley: En segundo tr�mite, sesi�n 29�, en 16 de enero de 1996. Informe de Comisi�n: Constituci�n, sesi�n 34�, en 10 de septiembre de 1997. El se�or LAGOS (Secretario).- Por las razones expuestas en su informe, la Comisi�n de Constituci�n, por la unanimidad de sus miembros presentes, propone rechazar en general la iniciativa. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Este proyecto fue visto por los ex Senadores se�ores Otero y Martin y se�ora Feli�. Tambi�n lo despach� la Comisi�n en septiembre de 1997, y tengo la impresi�n de que, en lo que se refiere a estos proyectos, no se efectu� un estudio previo por parte de los presentes porque pens�bamos que el relativo a filiaci�n iba a ser el m�s importante asunto que nos ocupar�a durante esta semana. Por tales razones -creo interpretar a los se�ores Senadores- pienso que la iniciativa en comento, al no encontrarse presentes ninguna de las personas que lo estudiaron en la Comisi�n, requiere un poco m�s de tiempo para ser analizada debidamente. En consecuencia, propongo dejarla pendiente para incluirla en la tabla del pr�ximo martes, e ir avanzando en los asuntos de la convocatoria de hoy. El se�or PRAT.- O volver al proyecto sobre filiaci�n, se�or Presidente. --Se acuerda proceder en la forma propuesta por la Mesa. MODIFICACION DE ART�CULO 3� DE LEY N� 19.325, SOBRE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR El se�or LAGOS (Secretario).- En seguida, corresponde tratar el proyecto que modifica la letra k) del art�culo 3� de la ley N� 19.325, sobre violencia intrafamiliar, estableciendo que el recurso de apelaci�n se conceda en ambos efectos. El texto de la Comisi�n de Constituci�n propone que en los casos sobre actos de violencia intrafamiliar el recurso de apelaci�n se otorgue en ambos efectos cuando se trate de sentencia definitiva, y en el solo efecto devolutivo cuando se trate de otras resoluciones. La iniciativa fue aprobada por unanimidad en general y en particular en la Comisi�n, la que propone su aprobaci�n en la forma que indica en el informe. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Este proyecto fue analizado por el Honorable se�or Fern�ndez y los ex Senadores se�ores Otero y Mc-Intyre, este �ltimo autor de la moci�n. El se�or Secretario de la Comisi�n me informa que la iniciativa rese�ada, al igual que los proyectos signados con los n�meros 10, 11, 12 y 13 de la tabla, corresponden todos a un mismo per�odo y fueron estudiados por los se�ores Senadores mencionados. Por eso, al no existir un conocimiento profundo de ellos (proponen reformas importantes al C�digo y se refieren a otros aspectos aparentemente muy trascendentes), sugiero que el tratamiento de todos los indicados se postergue para la sesi�n del pr�ximo martes. En tal caso, continuar�amos con la discusi�n del siguiente, cuyos autores, Senadores se�ores Larra�n y Fern�ndez, s� se encuentran ahora presentes. Si la Sala aprueba lo sugerido, proceder�amos as�. --Se accede a lo propuesto. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Hemos llegado al t�rmino del Orden del D�a. Luego, en la sesi�n de ma�ana en la ma�ana figurar�a en primer lugar el proyecto signado con el n�mero 14. El se�or GAZMURI.- Exc�seme, se�or Presidente, no es que quiera dificultar el tr�mite de esa iniciativa, pero entiendo que para ma�ana quedar�n en primer lugar los proyectos respecto de los cuales se pidi� segunda discusi�n. El se�or R�OS (Vicepresidente).- As� es, se�or Senador. Tiene raz�n. Corresponde entrar al Tiempo de Votaciones. VI. TIEMPO DE VOTACIONES CREACI�N DE COMISI�N DE �TICA Y DE C�DIGO DE CONDUCTAS PARLAMENTARIAS. PROYECTO DE ACUERDO El se�or R�OS (Vicepresidente).- Proyecto de acuerdo suscrito por diversos se�ores Senadores que encomienda a la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento el proponer a la Sala las modificaciones reglamentarias necesarias a fin de que la Corporaci�n pueda contar con una Comisi�n de �tica y un C�digo de Conductas Parlamentarias. Si le parece a la Sala, se aprobar�. El se�or LARRA�N.- No, se�or Presidente. El se�or NOVOA.- No estamos de acuerdo. La se�ora FREI (do�a Carmen).- Se�or Presidente, �qui�nes firman el proyecto? El se�or R�OS (Vicepresidente).- Tiene la palabra el se�or Secretario. El se�or LAGOS (Secretario).- El proyecto de acuerdo est� suscrito por los Honorables se�ores P�ez, Hamilton, Pizarro, Zald�var (don Andr�s), Mu�oz Barra, Cordero, Gazmuri, Lavandero, Moreno, Boeninger, Bitar, Parra, Viera-Gallo, Matta, Ruiz (don Jos�), Ruiz-Esquide, Zald�var (don Adolfo) y Vald�s. El se�or LARRA�N.- Pido la palabra. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Reglamentariamente, en Tiempo de Votaciones no procede el debate, se�or Senador. El se�or LARRA�N.- Si me permite, se�or Presidente, no quiero iniciar un debate, sino plantear una cuesti�n de orden, que, creo, merece ser esclarecida. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Si le parece a la Sala, se autorizar�a al Honorable se�or Larra�n para intervenir antes de la votaci�n. Acordado. El se�or LARRA�N.- Se�or Presidente, deseo hacer la siguiente reflexi�n. El proyecto de acuerdo plantea encomendar a la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n y Justicia que proponga a la Sala ciertas modificaciones reglamentarias destinadas a crear una Comisi�n de �tica y un C�digo de Conductas Parlamentarias. No quiero entrar al fondo de la discusi�n, pero s� plantear un asunto que considero medular. No me parece que corresponda a una Comisi�n t�cnica del Senado el evacuar un proyecto de cambio de Reglamento, porque sus integrantes pueden tener visiones distintas sobre la materia; estar a favor o en contra, o, estando a favor, tener diferentes opciones. Por esa v�a, podr�amos encomendar, por ejemplo, a la Comisi�n de Salud una modificaci�n del r�gimen de ISAPRES, o cualquier otra, y estimo que eso no corresponder�a, porque implica tomar opciones de pol�tica. Por lo tanto, no es procedente que un proyecto de esta naturaleza, por el hecho de ser una modificaci�n reglamentaria, se le encomiende a la Comisi�n que ve tales modificaciones. Porque puede haber posturas diferentes. Me pongo en mi caso de Presidente de la Comisi�n: �por qu� tengo que redactar un proyecto con cuya elaboraci�n, a lo mejor, no estoy de acuerdo? �Por qu� me obliga la Sala a realizar esa tarea, cuando en realidad a lo que tiene que obligarme es a evacuar los informes sobre los proyectos que existan? A mi juicio, hay aqu� un problema conceptual -eso es lo que estoy tratando de plantear-, y, por lo tanto,� El se�or VIERA-GALLO.- �Me permite una breve interrupci�n, se�or Senador? El se�or LARRA�N.- Con la venia de la Mesa, con mucho gusto. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Con la venia de la Sala, conceder� primero la palabra al Senador se�or Ruiz, quien la solicit� antes, seguramente con la intenci�n de expresar ideas parecidas a las del Honorable se�or Viera-Gallo. Despu�s someteremos a votaci�n el asunto. El se�or LARRA�N.- �Me permite, se�or Presidente? Si no hay interrupci�n, quisiera terminar mi intervenci�n. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Tiene la palabra Su Se�or�a. El se�or LARRA�N.- En mi opini�n, un proyecto de acuerdo de esta naturaleza altera el sentido del Reglamento. Las Comisiones no fueron creadas para presentar iniciativas de ley o modificaciones reglamentarias, a menos que haya un acuerdo de ellas. De otra manera se contradice el sentido propio de su labor. Aqu� los Parlamentarios que quieran pueden presentar un proyecto de modificaciones reglamentarias que cree una Comisi�n de �tica, y nuestra Comisi�n, que es la t�cnicamente encargada, lo informar� a la Sala en general y en particular. Pero no se nos indique a nosotros que debemos elaborar obligatoriamente un proyecto de ley respecto de una materia en la que pueden existir las opiniones m�s variadas. Adem�s, reglamentariamente las Comisiones como tales carecen de iniciativa, per se, para presentar proyectos de ley, por lo que, a mi juicio, hay un error �repito� de car�cter reglamentario en la proposici�n que se nos hace. Por eso, sin entrar en el fondo del asunto, pedir�a a sus autores retirar el proyecto de acuerdo. No olvidemos que hay un concepto b�sico en Derecho, que tiene aplicaci�n aqu�: las obligaciones de hacer no se pueden obligar. Alguien puede convenir con un pintor en la realizaci�n de un cuadro, pero si el pintor finalmente no lo quiere pintar, no se lo puede obligar a ello. El se�or MORENO.- El Papa Julio II oblig� a Miguel �ngel, se�or Senador� El se�or P�REZ.- Pido la palabra, se�or Presidente. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Si le parece a la Sala, conceder� la palabra al Senador se�or Ruiz. Acordado. Tiene la palabra el Honorable se�or Ruiz. El se�or RUIZ (don Jos�).- Se�or Presidente, deseo clarificar el objetivo del proyecto de acuerdo, que, en lo personal, s� considero procedente. Primero que todo, no nos encontramos ante un proyecto de acuerdo que est� pidiendo a una Comisi�n que plantee o que proponga una modificaci�n a un c�digo semejante a la que podr�a hacer la Comisi�n de Salud a la legislaci�n de la Salud. Lo que estamos planteando es la necesidad de que el Senado de la Rep�blica cuente con un C�digo de Conductas Parlamentarias. Porque, evidentemente, hay una necesidad imperiosa de que una Instituci�n tan respetable como �sta tenga un C�digo que, a lo menos, regule o rija las conductas de quienes la componen. Ello pareciera una norma elemental, como existe en otras partes del mundo. El nuestro no es el �nico pa�s donde existir�a una normativa de ese tipo. En segundo lugar, una cosa es querer enfrentar el problema y otra querer eludirlo. En lo personal, creo que existe una necesidad, y cuando as� sucede, se crea el �rgano. Y el �rgano adecuado en este caso es la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n y Justicia, porque, justamente por tratarse de un tema extremadamente delicado, muy sensible, ser�a conveniente que una instituci�n interna del Senado hiciera una proposici�n a la Sala en la materia. Lo que le estamos pidiendo no es que elabore un C�digo, sino que haga una propuesta a la Sala, para que �sta la debata y apruebe. �Por qu� es conveniente que la elabore la Comisi�n? Porque est� compuesta por Senadores de distintas bancadas; en ella se reflejan el pensamiento, la voluntad y la opini�n de diversos sectores que componen el Senado. Por lo tanto, una proposici�n que provenga de la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n y Justicia tendr� mucho m�s aceptaci�n que una que surja de un partido pol�tico o de una coalici�n determinada. Por eso mismo, porque es una propuesta muy amplia que, en mi opini�n, es adem�s razonable y necesaria, creo importante que la Sala apruebe el proyecto de acuerdo. De lo contrario, estar�amos dando una muy mala se�al al pa�s: el Senado de la Rep�blica se niega a tener una Comisi�n de �tica. No me parece que eso sea razonable. Por tales razones, se�or Presidente, propongo que se vote el proyecto de acuerdo. El se�or LARRA�N.- A lo que nos negamos es a hacer el trabajo de los Senadores� El se�or PRAT.- Pido la palabra. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Se�ores Senadores, en la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n y Justicia se encuentra una moci�n del Honorable se�or Vald�s, iniciada el 15 de junio de 1994, y corresponde a un proyecto que agrega al T�tulo VI nuevo del Reglamento de la Corporaci�n la existencia de un Comit� de �tica en el Senado. La fecha de ingreso a la Comisi�n fue el 15 de junio de 1994. Se inici� su discusi�n y se escuch� al Honorable se�or Vald�s, autor del proyecto, el 2 de octubre de 1996. Actualmente, la Comisi�n espera algunas indicaciones anunciadas por el autor de la iniciativa sobre ciertos temas tratados en esa ocasi�n. Por tal raz�n, el proyecto de que se trata se encuentra en la Comisi�n. El se�or GAZMURI.- �No ha sido muy �gil la Comisi�n en el tratamiento de la iniciativa del Honorable se�or Vald�s! El se�or R�OS (Vicepresidente).- �se es otro problema. Por tal motivo, entendiendo lo planteado por los autores del proyecto de acuerdo y oyendo las opiniones de los diversos se�ores Senadores, al parecer ser�a m�s oportuno solicitar a la Comisi�n de Constituci�n que despache a la brevedad la moci�n del Honorable se�or Vald�s. Estamos de acuerdo todos. El se�or PRAT.- Pido la palabra. El Se�or VALD�S.- �Me permite, se�or Presidente? El se�or R�OS (Vicepresidente).- Pido la autorizaci�n de la Sala para iniciar debate acerca de esta materia. Acordado. Tiene la palabra el Honorable se�or Vald�s. El se�or VALD�S.- Deseo dar una informaci�n, se�or Presidente. Lo informado por Su Se�or�a es absolutamente ver�dico. He estado preparando ciertas indicaciones al proyecto, porque cuando fue tratado por la Comisi�n tuvo algunas objeciones, que consider� razonables, de parte de los miembros de ella. Y estoy en condiciones de afirmar que tengo pr�cticamente listas las modificaciones que har�, tomando en cuenta tambi�n algunos acuerdos de la C�mara de Diputados, en relaci�n con esta especie de c�digo o normas �ticas de los parlamentarios. El problema del proyecto era que no estaba referido a materias concretas, porque trataba de censurar -basado en cierta manera en lo que es la legislaci�n norteamericana y la francesa- actividades que no est�n bien definidas. Y eso es relativamente peligroso, pues se puede castigar a un congresal por ciertos actos suyos. Lo que importa es la definici�n -que no se hab�a hecho- de lo que puede considerarse faltas a la �tica, definici�n que debe ser precisa. No puede haber un �rgano que culpe sin sanciones que aplicar, ni ello puede quedar entregado al albedr�o de la comisi�n cuya creaci�n se ha propuesto. Quiero tranquilizar a mi distinguido colega Senador Ruiz De Giorgio, dici�ndole que espero que en la semana subsiguiente a la regional la Comisi�n podr� tener los antecedentes que necesita para dar curso, si lo estima conveniente, a ese proyecto. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or P�rez. El se�or P�REZ.- Se�or Presidente, en verdad las palabras del Senador se�or Vald�s ahorran mi intervenci�n. Soy partidario del proyecto de acuerdo presentado. Creo que debemos tener una comisi�n de �tica; pero tambi�n concuerdo con el Presidente de la Comisi�n de Constituci�n, en cuanto a que tal organismo no tiene por qu� abocarse a elaborar un texto determinado. Debe recibir una propuesta concreta al respecto. Junto con alegrarme de que el Honorable se�or Vald�s la haya presentado, comparto su posici�n. La Comisi�n tendr� que abocarse al estudio del proyecto con las indicaciones que el se�or Senador proponga. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Prat. El se�or PRAT.- Se�or Presidente, yo soy contrario tanto en cuanto al procedimiento empleado como en cuanto al fondo de la iniciativa. Yo creo que la legislaci�n actual es suficiente para regular el buen comportamiento de los legisladores. Y quien no proceda adecuadamente puede ser llevado ante el Tribunal Constitucional. Por tal raz�n, me parece inconveniente que la propia Corporaci�n establezca una suerte de tribunal. Existi� en la Constituci�n antigua y caus� profundas injusticias. Recuerdo lo sucedido con la Senadora Mar�a de la Cruz. El se�or P�REZ.- Era otra situaci�n. El se�or PRAT.- Ella fue destituida. El se�or GAZMURI.- Fue desaforada. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Est� con el uso de la palabra el Honorable se�or Prat. Ruego a los se�ores Senadores dejar para la discusi�n posterior los temas propios del proyecto. Puede continuar el Honorable se�or Prat. El se�or PRAT.- Pero el error de fondo de esa instituci�n fue que una mayor�a terminaba juzgando a una minor�a. Y eso fue lo que sucedi� con esa se�ora Senadora. Entonces, ser�a inconveniente un organismo como el propuesto ya no para los efectos de destituir, sino de aplicar una sanci�n con un probable efecto de da�o de la imagen de un parlamentario por una sanci�n �tica. Lo digo, porque personalmente he sido objeto, a mi juicio, de una sanci�n muy injusta. Yo habr�a preferido que la justicia ordinaria fuera la que trate estas materias. Un �rgano donde pesan las mayor�as, en mi opini�n, no debe tener atribuciones jurisdiccionales. Y, por lo tanto, generar un c�digo de �tica o entregar a una comisi�n de �tica el definir si los Senadores cumplen o no cumplen ciertas normas, no me parece conveniente. Repito: creo que la ley vigente es suficiente para regular la materia. Los Senadores est�n expuestos al juicio de la opini�n p�blica todos los d�as. Si act�an mal son sancionados por ella y en las votaciones el premio o el castigo a su actuaci�n se traduce fielmente. Por lo tanto, creo que la iniciativa no es feliz. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Ruiz De Giorgio. El se�or RUIZ (don Jos�).- Se�or Presidente, en vista de que se ha acogido en forma tan entusiasta el proyecto del Honorable se�or Vald�s -iniciativa que duerme desde hace tanto tiempo-, junto con los Senadores que presentamos este proyecto de acuerdo, hemos decidido retirarlo, porque se da por cumplida nuestra aspiraci�n con el hecho de que se discuta y se apruebe la iniciativa que ya se encuentra en este momento en la Comisi�n. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Queda retirado, entonces, el proyecto de acuerdo. VII. INCIDENTES PETICIONES DE OFICIOS El se�or LAGOS (Secretario).- Han llegado a la Mesa diversas peticiones de oficios. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Se les dar� curso en la forma reglamentaria. _________________ --Los oficios cuyo env�o se anuncia son del tenor siguiente: Del se�or CARIOLA: Al se�or Ministro de Vivienda y Urbanismo, sobre PROYECTO DE PAVIMENTACI�N DE AVENIDA PEDRO MONTT, EN VALDIVIA (D�CIMA REGI�N); al Intendente de la D�cima Regi�n, respecto de PROYECTO SOBRE REPARACI�N Y HABILITACI�N DEL COMPLEJO DEPORTIVO ANFA EL LAUREL; al Director Regional de la D�cima Regi�n de COREMA, sobre ESTUDIO DE IMPACTO AMBIENTAL DE LA EMPRESA AGUAS D�CIMA S.A.; al se�or Gerente General de la Empresa de Servicios Sanitarios de Los Lagos S.A, ESSAL, referente a COBRO EXCESIVO A USUARIOS DEL SERVICIO DE AGUA POTABLE Y ALCANTARILLADO EN LA REGI�N y a ESTADO DEL PROYECTO SOBRE SISTEMA DE AGUA POTABLE RURAL DE PUAUCHO, COMUNA DE SAN JUAN DE LA COSTA (D�CIMA REGI�N). Del se�or HAMILTON: Al Director Regional del SERVIU de la Quinta Regi�n, sobre PROYECTO DE REPARACI�N DEL CAMINO COSTERO DE RE�ACA A CONC�N. Del se�or HORVATH: Al se�or Ministro del Interior, respecto de PROTESTA EN LOCALIDAD DE PUERTO RA�L MAR�N BALMACEDA (UND�CIMA REGI�N) y a MEDIDAS PARA GENERAR TRABAJO EN EL LITORAL, y al de Agricultura, acerca de APLICACI�N DEL DL 701 EN LO RELATIVO A �RBOLES FRUTALES. Del se�or LARRA�N: A los se�ores Ministros de Relaciones Exteriores y de Obras P�blicas, tocante a FINANCIAMIENTO PARA CONSTRUCCI�N DE PASO FRONTERIZO PEHUENCHE EN S�PTIMA REGI�N; al de Educaci�n, sobre EXTENSI�N DE ASIGNACI�N POR A�OS DE SERVICIOS A PROFESORES CON M�S DE 30 A�OS, y al Alcalde de la Municipalidad de Linares, sobre DESCUENTOS AUTORIZADOS POR PROFESORES A COPEUCH. Del se�or MORENO: A la se�ora Ministra de Justicia, sobre MANTENCI�N DE OFICINA DEL REGISTRO CIVIL EN Z��IGA, SAN VIGENTE DE TAGUA TAGUA (SEXTA REGI�N); al se�or Ministro de Vivienda y Urbanismo respecto a AUMENTO DE SUBSIDIOS HABITACIONALES PARA SEXTA REGI�N, y al de Transportes y Telecomunicaciones, sobre OFICINA DE CORREOS EN LOCALIDAD DE Z��IGA, SAN VICENTE DE TAGUA TAGUA (SEXTA REGI�N). _________________ El se�or R�OS (Vicepresidente).- Por acuerdo de los Comit�s, se resolvi� dar preferencia en el uso de la palabra a dos se�ores Senadores, para referirse a temas de inter�s p�blico. Tiene la palabra el Honorable se�or Canessa. INSULTOS A EJ�RCITO DE CHILE El se�or CANESSA.- Se�or Presidente: He solicitado hacer uso de la palabra, porque deseo hacer presente en esta Sala un asunto que me parece especialmente grave para el prestigio de la actividad legislativa. Hace una semana, en la C�mara de Diputados, se ofendi� al Ej�rcito de Chile. �A nuestro Ej�rcito! �Al Ej�rcito de todos los chilenos! A esta instituci�n fundamental de la Rep�blica que ha sostenido la voluntad de ser de la naci�n a lo largo de cuatro siglos, con singular abnegaci�n y esp�ritu de sacrificio, tanto en la paz como en la guerra. No puedo, se�ores Senadores, permanecer indiferente ante un hecho que no por excepcional, carece de significaci�n. Sin lugar a dudas, gravita negativamente sobre la relaci�n pol�tico-militar y ensombrece en alto grado la confianza mutua que ha de presidir la gesti�n de los estratos dirigentes del Estado. Es pertinente que, en raz�n del cargo que ocupo, manifieste aqu� mi m�s en�rgico repudio ante las ins�litas acusaciones formuladas por el Diputado se�or Rodolfo Seguel a prop�sito de un hecho denunciado a la justicia, como corresponde, por el propio Comandante en Jefe. No hablo, claro est�, en nombre del Ej�rcito. �l tiene su propia cadena de mandos y sus responsables ya han hecho p�blico su rechazo a este ataque. Hablo como Senador y en defensa de la dignidad de la funci�n parlamentaria. Winston Churchill, arquetipo del parlamentario en este siglo, dec�a que las cosas valen, en primer lugar, por qui�n las dice, luego, por c�mo las dice, y finalmente, por qu� es lo que se dice. Siguiendo estrictamente ese principio, las imputaciones del mencionado Diputado no deber�an causar inquietud alguna. Es �l quien se ha degradado y no el Ej�rcito. Sin embargo, se trata de un parlamentario y sus invectivas fueron pronunciadas en el hemiciclo. Por eso es que sus palabras nos afectan. No descender� a contestar sus diatribas en el terreno en que �l se movi�. Faltar�a al respecto de esta Honorable Corporaci�n si as� lo hiciera. Me duele, eso s�, que la opini�n p�blica pueda llegar a imaginar que el nivel moral y cultural de los parlamentarios es el exhibido por el se�or Seguel. En efecto, con frases que no llegaron a conformar conceptos coherentes y se agotaron en una serie deshilvanada de expresiones sin sentido l�gico, pero manifiestamente ofensivas, dispar� a la bandada y con ello pretendi� enlodar al personal de la instituci�n en cuanto tal. S�lo le falt� decir que algunos militares se drogaban. Esta provocaci�n resulta incomprensible y, por su misma torpeza, crea dudas sobre la altura de miras con que se opina sobre la contingencia en el Parlamento. Es notorio que gran parte de la ciudadan�a se siente desilusionada por el funcionamiento de las instituciones p�blicas. La actitud del se�or Diputado da pie a esa sensaci�n. Por hechos como el mencionado, la funci�n que desempe�amos va cayendo en el descr�dito. Y sin embargo, nada puede ser m�s injusto. Durante los �ltimos a�os el Congreso en Chile ha contribuido de manera ejemplar, con sabidur�a y patriotismo, a cimentar un orden p�blico, econ�mico y social que refleja las m�s caras aspiraciones de su pueblo. Los deseos de paz, prosperidad y seguridad de la naci�n chilena, han sido puntualmente recogidos por sus representantes, aunando en un prop�sito com�n -el servicio a la patria- las diferencias de opini�n que son naturales en una sociedad libre. Con todo, en pro de la armon�a y la dignidad de la tarea que desempe�amos, hay un umbral que en cualquier discusi�n no tenemos derecho a sobrepasar. Es el respeto entre nosotros y, a trav�s nuestro, entre las instituciones se�eras del Estado, es una frontera infranqueable. Tenemos que defender esos l�mites del comportamiento con ardor y sinceridad. Faltar�amos a un deber fundamental si consinti�ramos con nuestro silencio a que bajo el amparo del fuero se ofendiese a quienes merecen respeto y gratitud. Las Fuerzas Armadas -perm�tanme recordarlo- no son s�lo el brazo armado de la naci�n; representan, adem�s, la columna vertebral de la patria y el �ltimo reducto de la soberan�a del Estado. En consecuencia, todo lo que de alg�n modo las perjudique, compromete a la comunidad nacional en su conjunto. Es tambi�n deber nuestro, entonces, contribuir a que ellas puedan cumplir, en todo momento, con su alt�sima misi�n. El Senado de la Rep�blica -estoy cierto de ello- tiene un alto concepto del Ej�rcito. Me atrevo a suponer que no hace suyos ni el estilo ni el contenido de las infamantes palabras de que ha sido v�ctima. Antes bien, comprende que m�s all� de la coyuntura prevalecer�n en sus filas, por el bien de Chile, las tradicionales virtudes de reciedumbre, disciplina y capacidad de combate, hasta vencer o morir, que desde Pedro de Valdivia y Lautaro, en adelante, han distinguido al soldado chileno. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Mart�nez. El se�or MART�NEZ.- Se�or Presidente, se�ores Senadores: He sido testigo, a trav�s de la televisi�n, en el noticiero de las 21, del pasado 4 de junio, de un lamentable espect�culo p�blico protagonizado por un se�or Diputado, en donde se pronunciaron ofensas inaceptables en contra del Ej�rcito de Chile, aplicando calificativos injuriosos y denigrantes a los chilenos que se formaron en sus filas. Una ofensa de este tama�o y calibre no tiene registro en los anales de nuestra vida legislativa, al menos en los �ltimos a�os, m�xime si estas expresiones, altamente injuriosas, fueron dichas en el hemiciclo de la C�mara de Diputados, donde el fuero protege y hace inviolable a la persona que las expresa; en circunstancias de que si tales palabras se hubieran manifestado en otro lugar, caer�an, sin la menor duda, en la categor�a del delito de injurias graves hechas con publicidad. A mi juicio, entonces, no basta que posteriormente varios actores pol�ticos, afines al se�or Diputado, hayan minimizado de alguna forma este hecho, llegando alguno a restarle importancia, lo que incluso signific� que dichas palabras altamente ofensivas se borraran de las actas como si ello impidiera mantener en la memoria de la ciudadan�a lo visto y o�do en el noticiero de televisi�n. Lo �nico honorable ser�a, a lo menos, dar explicaciones p�blicas y las disculpas correspondientes con la misma amplia difusi�n que tuvo el hecho original. Pero esto tampoco ser� del caso, pues el mismo se�or Diputado expres� que manten�a absolutamente todo lo que dijo durante su intervenci�n en la Sala, porque hab�a que acostumbrarse a las cr�ticas pol�ticas. Personalmente, estimo que si �sta es la concepci�n de la forma de hacer pol�tica a que se quiere volver, significa que algunos de nuestros hombres p�blicos no han aprendido nada del pasado reciente. Frente a esto, cabe preguntarse entonces qu� hay detr�s de estos insultos, m�xime si se sab�a que hace un par de a�os ya el caso hab�a sido denunciado a la justicia y la investigaci�n se encuentra dentro de su jurisdicci�n y potestad. La respuesta es que no nos encontramos frente a un mero exabrupto producto de una reacci�n emocional e incontenible de un Honorable se�or Diputado, sino a una estrategia acuciosamente concebida y ejecutada que busca, sin fijarse en la legitimidad de los m�todos, desprestigiar y descalificar a las Fuerzas Armadas y de Orden como garantes de la institucionalidad chilena y, por v�a de la denuncia escandalosa, desproporcionada, sesgada y sensacionalista, debilitar el ascendiente institucional de aqu�llas frente a la sociedad, el cual est� fundado en su gloriosa trayectoria hist�rica, su incontrovertible vocaci�n de servicio e incondicional compromiso con los genuinos intereses y destino de la naci�n. Pero es necesario aclarar un punto: con mi intervenci�n no estoy defendiendo a malos patriotas, sino recordando que ninguna instituci�n est� libre de que algunas de las personas que la conforman cometan faltas y delitos. Pero de ah� a generalizar, para incluir a todos en un mismo calificativo despectivo e insultante, hay una grav�sima injusticia que debe repararse cada vez que ocurre. Y sin hacer mayor cuesti�n de algo que es tambi�n grave: esas personas tienen derechos a ser juzgadas por la justicia y no por el pol�tico y condenadas con una ligereza que se aparta totalmente de quien, por formaci�n y propia autodefinici�n, debiera respetar la doctrina cristiana al respecto. De lo visto, aparece que hay un olvido total de los derechos humanos. Me queda, entonces, la sensaci�n de un doble est�ndar. Y esta aprensi�n me obliga a no guardar silencio ante esta ofensa, y a no aceptar que ella pase tan r�pidamente al olvido como si nada hubiere ocurrido. Soy hijo de un distinguido oficial de Ej�rcito que gracias al extraordinario amor a su carrera y a su instituci�n alcanz� los m�s altos grados del generalato. Dio toda su vida en esforzarse para que la instituci�n fuera grande y respetada. Su memoria y la de tantos hombres que hicieran de su paso por el Ej�rcito de Chile la realizaci�n de sus aspiraciones al servir a su patria, me llevan a rechazar en�rgicamente, por injustas, arbitrarias y antipatri�ticas, las expresiones vertidas el pasado 4 de junio. Y al hacerlo, en este momento, al menos, espero que queden en las actas respectivas para la historia de Chile, como un grito de indignaci�n, uni�ndonos a tantos compatriotas que no pueden expresarse en forma p�blica, pero que silenciosamente contribuyen a engrandecer a su patria. El Ej�rcito de esos a�os es el mismo del presente. Me preocupa sobremanera la p�rdida del sentido c�vico que est� ocurriendo al atacar el prestigio y la imagen de las instituciones fundacionales y fundamentales de la Rep�blica. De continuarse por esta v�a, se ir�n demoliendo las bases del Estado de Derecho, situaci�n que sabemos cu�ndo comienza, pero no en qu� termina. A la luz de la experiencia hist�rica reciente de nuestro Chile, no quiero que esto ocurra. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Conforme al acuerdo de los Comit�s, corresponde el turno al Comit� Socialista; posteriormente, al Comit� Institucionales 2, y, luego, al Dem�crata Cristiano. El se�or GAZMURI.- Se�or Presidente, cedemos nuestro tiempo al Partido Por la Democracia. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Tiene la palabra el se�or Bitar, en el tiempo del Comit� Socialista. ARICA NECESITA NUEVAS ACCIONES. OFICIO El se�or BITAR.- Se�or Presidente, usar� los minutos del Comit� Socialista, y si fuere necesario, solicito agregar los del Partido Por la Democracia. Quiero intervenir, hoy d�a, sobre un tema, a mi juicio, importante para el Senado y para todos los chilenos: la situaci�n de la ciudad de Arica, que represento en el Senado. Y ante los hechos vividos en los �ltimos d�as, creo que se hace a�n m�s importante que en esta Corporaci�n hagamos una evaluaci�n de las pol�ticas de Estado respecto a la �nica ciudad fronteriza del pa�s, frente a la situaci�n de dificultad y estancamiento econ�mico que presenta. En ese sentido, es preciso se�alar que desde 1973 el esfuerzo impulsado en los �ltimos a�os es el de mayor envergadura. He sido uno de los m�s fervientes impulsores del Plan Arica y de la Ley Arica, aprobada por unanimidad en el Senado, y la evaluaci�n que hoy hacemos nos permite afirmar que lo realizado resulta insuficiente para lograr resultados importantes. Las medidas adoptadas por el Senado a trav�s de la ley, y por el Gobierno mediante el Plan, se fundaron en cuatro puntos principales. El primero se refiere al rol que corresponde al Estado en las zonas deprimidas: establecer incentivos para alentar la inversi�n privada y realizar obras de infraestructura. Una segunda idea ha sido la de estimular al sector privado, por ejemplo, creando ventajas tributarias y algunos beneficios adicionales en sectores como el de tratamiento industrial, ampliando el concepto de zona industrial, de extensi�n, y estableciendo otras medidas que tambi�n han favorecido algunas actividades en el campo portuario. En tercer lugar, se ha supuesto que �bamos a avanzar en una proyecci�n internacional m�s r�pida de la que hemos logrado hasta el momento. Sin embargo, dimos pasos en el sentido de autorizar a ciudadanos de pa�ses vecinos (bolivianos y peruanos) para adquirir inmuebles, cosa que estaba prohibida. Y, en cuarto lugar, se contempl� en el Plan mismo el impulso a nuevos sectores de actividad econ�mica, especialmente en la agricultura y el turismo. Pero �por qu� tales acciones han resultado d�biles para enfrentar este desaf�o? Debemos que recordar que, hist�ricamente, tal vez el impulso m�s relevante llevado a cabo para el desarrollo de Arica fue en la �poca del Presidente Ib��ez, con el puerto libre. M�s tarde vino el impulso a la industria automotriz y electr�nica, que dur� hasta comienzo de los a�os setenta; y tambi�n ayud� la creaci�n de un instrumento muy importante, la Junta de Adelanto de Arica. Con posterioridad a 1975, sobrevino una gran declinaci�n, que a comienzos de los a�os noventa se intent� revertir con algunas importantes decisiones adoptadas en el per�odo 1990-1994 por el Presidente Aylwin, como la pavimentaci�n de la Carretera con La Paz, que estableci� la primera conexi�n pavimentada con Bolivia. Y m�s tarde, en el per�odo 1994-1998, se dio un impulso mucho m�s coherente, que es el que se�al� antes. A la hora de hacer una evaluaci�n, opino que las dificultades para lograr este desarrollo provienen de los siguientes factores, que debemos corregir en un nuevo Plan de Acci�n. Primero, Arica no tiene un motor econ�mico que sostenga un desarrollo de mediano plazo. Sus distintas actividades tienen un nivel mediano de desarrollo, y no hemos podido quebrar esta tendencia de estancamiento. Si bien cumplen un papel el sector agr�cola, el turismo, el sector comercial y la pesca misma, ninguno de ellos ha sido factor y motor suficiente de desarrollo de la ciudad. Segundo, el intento de dar mayor velocidad a la integraci�n con Per� y Bolivia ha resultado m�s lento de lo que esper�bamos. Tercero, la base industrial precaria y el tama�o reducido de los incentivos son exiguos para sostener este desarrollo. He llegado al convencimiento de que el mercado no es herramienta suficiente, ni lo son tampoco los incentivos correspondientes, para lograr el desarrollo de una zona extrema del pa�s. Por lo tanto, el rol del Estado debe ser mucho m�s intenso que el que hemos visto hasta este momento. Tambi�n concluyo que la base empresarial de la ciudad es d�bil, y que la gesti�n p�blica para impulsar un plan de desarrollo de esta naturaleza ha sido bastante pobre. Desde esa perspectiva, entonces, urge un nuevo Plan de Acci�n que nos permita, en el corto plazo, generar m�s actividad -especialmente trabajo- y sostener un ritmo de crecimiento que hasta ahora no hemos podido lograr. En ese sentido, el Plan de Acci�n a futuro debe contemplar, a lo menos, los cinco elementos siguientes: Primero, la constituci�n de una Corporaci�n de Desarrollo de Arica y Parinacota. Segundo, la ampliaci�n del Plan Arica. Tercero, el env�o de un nuevo proyecto de ley para elevar los beneficios existentes (de tipo tributario y otros), a fin de fortalecer la ley vigente. Cuarto, un conjunto de medidas de emergencia de corto plazo. Y, quinto, el inicio de conversaciones m�s intensivas con los pa�ses vecinos y, tambi�n, de avance en el Corredor Bioce�nico, para crear bases m�s fuertes de integraci�n. Sobre la primera materia, la relativa a la constituci�n de una Corporaci�n de Desarrollo, la experiencia hist�rica demostr� que una ciudad a 2 mil kil�metros de Santiago, y a 300 de la capital de la Regi�n (Iquique), no est� en condiciones de funcionar adecuadamente si no cuenta con instrumentos m�s aut�nomos de desarrollo. Por lo tanto, una corporaci�n -seg�n entiendo, el Gobierno quiere establecerla inicialmente por v�a administrativa; pero, a mi juicio, debe actuarse m�s tarde con una nueva ley- debe contener un fondo de desarrollo con recursos adicionales. Un camino adecuado, adem�s de que la coordinaci�n de los fondos de inversi�n p�blica est� en manos de esta Corporaci�n, es establecer un fondo equivalente al monto que el Estado entregaba a la industria automotriz, fondo que, por t�rmino de las normas del Estatuto Automotriz, ha debido desaparecer (estamos hablando de cifras del orden de 20 � 30 millones de d�lares al a�o, que pueden permitir el impulso de nuevas actividades bastante m�s relevantes). Adem�s, una corporaci�n de esta naturaleza debe tener atribuciones -y esto ser�a objeto de una iniciativa legal, ya que no puede ser hecho de otro modo- para crear empresas mixtas con el sector privado, o empresas productivas estatales, con el compromiso de privatizaci�n en un plazo determinado. No hay otra forma de impulsar un conjunto de actividades que no sea la de dar fuerza inicial a esta funci�n del Estado. Respecto del segundo elemento, la ampliaci�n del Plan Arica, debo se�alar que una ciudad como la nuestra debe tener base de sustento propio. Y, en tal sentido, existen tres iniciativas m�s relevantes que, a mi juicio, es necesario sostener. En primer lugar, soy partidario de la creaci�n de una zona franca tur�stica en la ciudad de Arica. En Iquique existe una zona franca de productos importados. En Tacna igualmente se cre� una zona franca de productos importados, que ha generado una depresi�n en Arica, ya que pr�cticamente ha liquidado el comercio, que ha sido una de las actividades m�s importantes en la d�cada de los ochenta. Es perfectamente atendible la idea de constituir en Arica, con proyecci�n internacional, una zona franca de turismo, que signifique la eliminaci�n de todo tipo de tributos a las actividades que presta en ese servicio. Asimismo, considero necesaria la instalaci�n de una zona franca de productos nacionales. As� se complementar�a la Zona Franca de Iquique, que opera con productos importados. En segundo lugar, considero relevante un proyecto agr�cola. En este momento, el Gobierno debe respaldar y dar las facilidades para un proyecto que en los pr�ximos tres o cuatro a�os signifique una inversi�n aproximada de cincuenta millones de d�lares en la instalaci�n de una planta de aguas servidas que procese del orden de 500 litros por segundo y que ponga en regad�o una superficie de alrededor de mil hect�reas -lo que se est� estudiando en este momento-, con tecnolog�a de agricultura des�rtica, la que ha dado buenos resultados, tanto en el valle de Azapa cuanto en el de Lluta, lo que puede significar dar ocupaci�n directa a 2 mil personas, e indirecta a otras tantas, totalizando aproximadamente 4 mil trabajadores, en un lapso de tres o cuatro a�os. En el pasado, no era dable imaginar que una zona des�rtica tendr�a actividad agr�cola. Hoy, con las modernas tecnolog�as, s� se puede avanzar en esa direcci�n. En tercer t�rmino, la escasa industria automotora existente en el pa�s est� instalada en Arica, cuya situaci�n, con el t�rmino del Estatuto Automotriz, se torna m�s delicada. No obstante, es posible adoptar un conjunto de medidas, por tratarse de zonas deprimidas, que permitan afirmar dicha industria y atraer a la zona a los fabricantes de piezas y partes. Por ejemplo, la prolongaci�n de los intercambios compensados; cr�ditos m�s ventajosos para financiar exportaciones de camionetas al resto de Am�rica Latina, y algunas otras medidas que posibiliten expandir las ventas al MERCOSUR, para lo cual ser�a indispensable un acuerdo sobre cuotas, especialmente con Brasil. A estas iniciativas conviene agregar una decidida acci�n de Obras P�blicas y de la nueva Empresa Portuaria de Arica, para mejorar el camino entre Arica y La Paz, m�s competitivo que el de Ilo a la capital boliviana, que estar� en funcionamiento a fines de 1999. Adem�s, con una adecuada expansi�n del puerto y una disminuci�n de tarifas, Arica podr� competir mejor con los puertos de Ilo y Matarani, del sur del Per�, y, por la v�a de la infraestructura, permitir� sostener la ampliaci�n del Plan Arica, entre otras acciones. A lo anterior, debe agregarse la miner�a. Ello supone la revisi�n, por parte del Gobierno, de la reserva Las Vicu�as, en Parinacota, para estudiar la posibilidad de exploraci�n y explotaci�n de la actividad minera en el altiplano y, de esa manera, alentar una nueva actividad econ�mica. Otra de las acciones por emprender es el env�o de un nuevo proyecto de ley, que es iniciativa del Ejecutivo, en el cual se contemplen los siguientes aspectos: Primero, ampliaci�n del cr�dito tributario, de 20 a 40 por ciento, medida que, por lo dem�s, se est� considerando para la regi�n austral. Segundo, extensi�n de los beneficios de la Ley Arica, que terminan el a�o 2000, por 10 a�os adicionales. Tercero, construcci�n de una corporaci�n aut�noma, con un fondo de desarrollo para las provincias de Arica y Parinacota. En seguida, debe incluirse la extensi�n de los beneficios del decreto ley N� 889 (subsidia la contrataci�n de mano de obra), que vencen en 1999, por un lapso adicional para esta zona deprimida, para los trabajadores contratados en las citadas provincias. Luego, se requiere de un cambio legal, de manera que el 15 por ciento de los ingresos brutos de la ZOFRI originados en Tarapac�, que por ley deben destinarse a las comunas de la provincia de Iquique, puedan tambi�n beneficiar a las de Arica y Parinacota en la proporci�n correspondiente a los ingresos brutos generados en las dos �ltimas capitales. Adem�s, considero indispensable ampliar por ley el fondo contemplado en el decreto ley N� 15 para financiar proyectos en la Regi�n. En la actualidad, te�ricamente se entrega al empresario 20 por ciento de la inversi�n que realiza, pero en la pr�ctica no est� operando, pues los recursos son muy escu�lidos y las cifras son mucho m�s bajas y se conceden en forma discrecional, con lo cual se termina absolutamente con el concepto de incentivos. Asimismo, hace unas semanas el Servicio de Impuestos Internos aplic� disposiciones que vinieron a agravar la situaci�n regional, al cerrar las compras por mandato desde Arica a Iquique, aumentando la desocupaci�n en el sector comercio, por lo que se estima conveniente la adopci�n de disposiciones de reemplazo que permitan operar directamente a la ZOFRI y hacer las mismas ventas que realizaba antes por mandato. Tambi�n, considero necesaria la ampliaci�n de la cobertura territorial de las becas "Primera Dama" para Arica y Parinacota, lo que requiere tambi�n de ley. Por otra parte, es indispensable agilizar la acci�n de la ZOFRI. Por tener el Estado m�s del 50 por ciento de las propiedades, la empresa debe presentar sus proyectos al Ministerio de Hacienda, que transforma el procedimiento en uno muy burocr�tico. En tal sentido, proponemos dos caminos alternativos: uno, la venta de 2 por ciento de la ZOFRI a privados, de manera que el Estado mantenga el 49 por ciento, con lo cual retiene pr�cticamente el mismo porcentaje de utilidades para el desarrollo de la Regi�n, pero evita el tr�mite por dicha Secretar�a de Estado para los fines de aprobar proyectos, que los hace m�s lentos. De concretarse, es conveniente establecer un reglamento tarifario que resguarde los intereses de los usuarios de la ZOFRI, manteniendo adem�s el derecho de los directores de la CORFO sobre decisiones claves de la empresa. Una alternativa ser�a el establecimiento de lo que podemos llamar una v�a r�pida de decisi�n del Ministerio de Hacienda para los proyectos que presente la ZOFRI, en el entendido de que si en 15 d�as no hay respuesta, se consideran aprobados. Por �ltimo, considero indispensable que el Ministerio de Hacienda implemente un programa de emerg0encia de empleo para j�venes de Arica, teniendo en cuenta que existe un programa financiado en el Presupuesto para tales actividades, lo que permitir�a combatir la drogadicci�n, fen�meno bastante grave entre ellos. El cuarto cap�tulo que deseo destacar para un Nuevo Plan de Acci�n es el relativo a la aceleraci�n de las medidas pendientes en el llamado Plan Arica -�stas no se han agilizado, creo, por dificultades y entrabamientos burocr�ticos- y a la necesidad de adoptar otras medidas de emergencia. Sobre el particular, deseo hacer resaltar las siguientes que, a mi juicio, deben implementarse de inmediato: la construcci�n de los complejos fronterizos de Chacalluta y Chungar�, aprobados por el Presidente Frei (est�n asignados los fondos, y a�n no se levantan); la modernizaci�n de la piscina ol�mpica de Arica, que puede ser un centro de atracci�n tur�stica para la zona y para los pa�ses vecinos; el encauzamiento de las aguas del r�o San Jos�; el funcionamiento efectivo de la Comisi�n de Desarrollo Tur�stico para Arica y Parinacota; la instalaci�n de un "duty-free", comprometido en el Plan Arica, pero que no se ha desarrollado, y la instalaci�n de un centro de acopio para minerales de Bolivia, tambi�n comprometido hace a�os, pero la obra est� absolutamente retardada por falta de agilidad. Asimismo, considero indispensable la instalaci�n de la Oficina de Atenci�n y Promoci�n de Inversiones, con "ventanilla �nica", prometida hace varios a�os y que a�n no se materializa. Estas medidas, al igual que la explotaci�n de pozos de agua cercanos a la L�nea de la Concordia, que ya est� decidida pero que todav�a no se implementa, son algunas de las que han quedado rezagadas, no obstante estar contempladas en el Plan Arica. Es indispensable impulsarlas con mayor celeridad. Entre las de emergencia, adem�s de las se�aladas, considero indispensable que el programa "Chile Barrio" y el Ministerio de Vivienda y el de Obras P�blicas aceleren y adelanten actividades, que, conjuntamente con las del Fondo para Programas de Emergencia del Ministerio de Hacienda, puedan generar ocupaci�n para el sector juvenil en un plazo breve. Tambi�n estimo imprescindible para alentar el comercio local la eliminaci�n del impuesto de 5,2 por ciento, que a�n persiste para las zonas francas, tanto de la Primera Regi�n cuanto de la Duod�cima, y que con las rebajas arancelarias generales han quedado obsoletas. Deseo finalmente referirme a la quinta �rea de acci�n: nuestras relaciones fronterizas. Al respecto, quiero manifestar mi desaz�n por la pr�xima firma de un acuerdo con Per� que deja fuera, una vez m�s, al norte de Chile, a pesar de haberse se�alado este punto con bastante fuerza hace un a�o, advirtiendo que el MERCOSUR hizo lo mismo, que excluy� las zonas del norte. Ello da origen a la paradoja de que siendo la zona franca un elemento de apoyo, se va transformando en uno negativo, al marginar tales zonas de estos acuerdos internacionales. En el caso del acuerdo que se firmar� con el Per�, al dejarse fuera al norte de Chile y al sur del vecino pa�s, se comete un serio error, pues no se contempla el impacto clave para el desarrollo de la zona norte de Chile de la integraci�n fronteriza. Por lo tanto, estimo indispensable que el Gobierno inicie negociaciones con Per� para agilizar las actividades fronterizas de comercio y turismo, y la entrega, de una vez por todas, de las obras del Tratado de 1929, que las tenemos hechas y que siguen demor�ndose por el lado peruano. Ello nos impide, incluso, poner en la cima del Morro un Cristo que se halla en el Regimiento Azapa, por considerarse que �ste ser�a el monumento contemplado en dicho Tratado que deber�a hacer culminar las negociaciones; y, como �stas no han terminado, aquella obra a�n est� pendiente. Las fronteras con Per� se cierran de noche, lo que representa un atraso incre�ble para los tiempos actuales, pese a la voluntad expresada por el Gobierno de Chile de abrirlas en forma permanente. Igualmente, es indispensable tomar iniciativas m�s relevantes con Bolivia, que es nuestro principal cliente tanto de la ZOFRI como de los puertos de Arica y Antofagasta, y tiene un potencial de crecimiento fundamental. En tal sentido, debemos mirar las relaciones tambi�n desde la perspectiva de una integraci�n fronteriza, regional, con el vecino pa�s y de manera m�s audaz que hasta ahora, con propuestas de inversiones comunes, como lo hicimos con el Ferrocarril Arica-La Paz. La ciudad ha mejorado su abastecimiento de agua, dispone de un camino pavimentado hasta La Paz y permite la adquisici�n de inmuebles. Todo ello posibilita alentar, en el campo del turismo, una relaci�n con Bolivia bastante m�s activa que la existente en la actualidad. Finalmente, hemos planteado la idea de un corredor bioce�nico. Incluso, en un momento se pens� en un financiamiento tripartito, entre Chile, Bolivia y Brasil, para terminar, con aportes nacionales, las partes chilena y brasilera, y con financiamiento externo, la v�a que va de Santa Cruz hasta la frontera con Brasil, de manera de tener una ruta pavimentada para mover granos, soya y minerales desde el centro de Am�rica del Sur hacia nuestros puertos, para lo cual se requiere la ampliaci�n tanto del de Arica cuanto del de Iquique. Esto puede configurar una nueva mirada al desarrollo del norte de Chile. Estoy convencido de que esta zona, la Primera Regi�n, puede constituirse en la de m�s r�pido crecimiento en el siglo XXI, fundada en su posibilidad de articulaci�n internacional, en la actividad minera y en otras, como lo ha venido demostrando, al menos, la ciudad de Iquique. Pero eso debe extenderse al resto. Lo anterior no s�lo es responsabilidad de una Regi�n. Estamos frente a una cuesti�n geopol�tica. La ciudad de Arica cumple una funci�n important�sima desde el punto de vista de la soberan�a nacional. Por lo tanto, la adopci�n de medidas m�s potentes y que signifiquen una participaci�n m�s activa del Estado, con una visi�n estrat�gica de mayor alcance, a mi modo de ver, resulta absolutamente indispensable. En tal sentido, pido que estas consideraciones se hagan llegar al Gobierno, con los elementos concretos que he planteado ac�, instando a que los tome en cuenta en las decisiones que est� por adoptar para ampliar tanto el plan como la ley. Asimismo, deseo exhortar hoy a mis colegas Senadores a tener la m�xima amplitud para acoger lo que esperamos que sea un nuevo proyecto de ley destinado a crear esta Corporaci�n de Desarrollo y extender los beneficios e incentivos a la Regi�n, con el fin de tener para el siglo XXI una ciudad en ascenso, rompiendo el estancamiento de las �ltimas d�cadas. He dicho. El se�or R�OS (Vicepresidente).- La Mesa entiende que la petici�n del se�or Senador es para que sus palabras sean transcritas al Ejecutivo; concretamente, al Ministerio del Interior. �Es as�? El se�or BITAR.- Efectivamente, por cuanto en esta materia el Presidente Frei dict� un decreto que crea el Comit� Interministerial para el Desarrollo de Arica y Parinacota, que es presidido por el Ministro del Interior, instancia a la que corresponde coordinar las acciones pertinentes. --Se anuncia el env�o del oficio solicitado, en nombre del Senador se�or Bitar, en conformidad al Reglamento. _________________ El se�or R�OS (Vicepresidente).- Se ha solicitado autorizaci�n para que la Comisi�n de Miner�a funcione paralelamente con la Sala. --Se accede. El se�or R�OS (Vicepresidente).- La Comisi�n de Salud pide recabar el acuerdo del Senado a fin de realizar una visita de conocimiento al Hospital Carlos Van Buren, de Valpara�so. Sobre el particular, considero que la referida Comisi�n est� autorizada de suyo para tal efecto. No es necesario el pronunciamiento de la Sala. Si les parece a Sus Se�or�as, me encargar� de conversar al respecto con los miembros de dicho organismo t�cnico, a fin de no ir sentando jurisprudencia administrativa en estos aspectos. --As� se acuerda. _________________ El se�or R�OS (Vicepresidente).- En el tiempo del Comit� Institucionales 2, ofrezco la palabra. No har� uso de ella. El Senador se�or Bitar ocup� todo el tiempo del Comit� Mixto. Corresponde el turno al Comit� Dem�crata Cristiano. Tiene la palabra el Honorable se�or Foxley. INSULTOS A EJ�RCITO DE CHILE El se�or FOXLEY.- Se�or Presidente, quiero referirme a las intervenciones de los Senadores se�ores Mart�nez y Canessa. Creo que en la vida p�blica y en la vida pol�tica es indispensable la coherencia para ser cre�bles, y adem�s, que la norma del respeto a las personas y a las instituciones no debe sobrepasarse nunca -ni antes ni ahora- en una democracia. Este pa�s vivi� largamente -por m�s de veinte a�os- la experiencia de un estilo en que los desbordes verbales se convirtieron, muchas veces, en la norma de la convivencia pol�tica. Desbordes verbales ha habido bastantes: contra la democracia, durante largo tiempo; contra instituciones de pa�ses amigos. Como expres�, si uno quiere ser cre�ble, debe ser coherente: con lo que estuvimos en desacuerdo antes estamos en desacuerdo hoy d�a. Lo anterior es especialmente importante cuando ello ocurre por expresiones de una persona que forma parte del mismo partido pol�tico donde uno milita. Para decirlo con absoluta claridad, no hacemos nuestras las palabras ofensivas -que no corresponden en democracia- que el Diputado aludido por los Senadores se�ores Canessa y Mart�nez expres� p�blicamente respecto del Ej�rcito. Creemos que las Fuerzas Armadas son instituciones fundamentales para el desarrollo futuro de Chile. Nos parece indispensable cautelar su prestigio. En lo personal, deseo agregar -tal como lo hizo el Honorable se�or Mart�nez hace un momento- que estoy muy orgulloso de pertenecer a una familia de padre marino. Tengo el honor de haber servido en la Armada, donde cumpl� el Servicio Militar. Por lo tanto, desde muy peque�o se me inculc� un respeto por la labor que las Instituciones Armadas realizan en el pa�s. En mi concepto, el respeto a las Fuerzas Armadas debe dispensarse tambi�n a todas las instituciones de la democracia. Cuando se comienza a desprestigiar a las instituciones, se provoca asimismo un menoscabo a la funci�n p�blica y se debilita lo que entre todos hemos construido con tanto esfuerzo en los �ltimos a�os. Por eso, en lo personal, lamento y rechazo las expresiones que profiri� el Diputado se�or Rodolfo Seguel, de mi Partido, respecto de las Fuerzas Armadas. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Adolfo Zald�var. El se�or ZALD�VAR (don Adolfo).- Se�or Presidente, quiero tomar las declaraciones que hoy d�a nos ocupan como un episodio dentro de la vida democr�tica del pa�s. Pero de ninguna manera constituyen una regla general, a tal punto que por eso escandalizan. Porque se salen del marco del respeto que nos debemos. Si fuese la norma entre nosotros, por cierto que habr�a que preocuparse y tener conciencia de que estamos en un camino sin salida. Sin embargo, nos hallamos ante una excepci�n. Y en ese sentido hay que tomar dichas expresiones. No las comparto: las rechazo terminantemente. Y creo que las reacciones de los Senadores se�ores Mart�nez y Canessa son comprensibles y justificadas, porque se trata de palabras que ofenden. Ahora bien -lo digo con toda claridad-, no s�lo debemos rechazar ese tipo de acciones, sino, adem�s, tener plena conciencia de que los partidos pol�ticos deben actuar con enorme responsabilidad. Pero no por aquello puede llegarse a la conclusi�n de que una acci�n aislada posibilita entrar en el terreno de las generalizaciones. Sobre el particular, lo m�s grave radica en que se entra en el terreno de las generalizaciones. Y ocurre que las responsabilidades penales son de car�cter personal. Me alegro, en ese sentido, de que el Alto Mando del Ej�rcito haya dispuesto oportunamente que la situaci�n se investigue y que se sancione como corresponde. Pero tambi�n deseo puntualizar que hubiera sido m�s propio que esos hechos, susceptibles de ser tratados como delitos comunes, fuesen de la competencia de la justicia ordinaria. No nos parece bien, ni para la democracia, ni para el Ej�rcito, ni para las Fuerzas Armadas, en general, que sigan en el �mbito de la justicia militar. Es mejor, para la transparencia, e incluso para la fortaleza de las instituciones castrenses, que se vuelva a normas anteriores, en cuanto al conocimiento de esa clase de delitos. Quisiera reconocer, s�, que el planteamiento del Senador se�or Canessa y el del Honorable se�or Mart�nez fueron una r�plica elevada y con la cual, por cierto, se registra una convergencia en cuanto a la motivaci�n que nos anima a todos. Sin embargo, no puedo menos que hacer presente que en parte de lo expuesto por el Senador se�or Mart�nez, al suponerse una acci�n de muchos o de varios y no percibirse s�lo una acci�n aislada, igualmente se entra en el terreno de las generalizaciones. Rechazamos las declaraciones a que se ha hecho referencia, las lamentamos, porque constituyen un exceso lesivo para el libre juego democr�tico. Pero no se puede suponer que todos, o m�s de alguno, en este caso, act�an en forma concertada para enlodar a las Fuerzas Armadas. En los �ltimos ocho a�os hemos dado muestras reales de convergencia, de reencuentro. Y estimo que en el Parlamento las acciones de respeto rec�proco -como muy bien lo asever� el Senador se�or Canessa- han sido muchas m�s que las de desencuentro. Gracias. El se�or R�OS (Vicepresidente).- A�n resta tiempo al Comit� Dem�crata Cristiano. Ofrezco la palabra. La tiene el Honorable se�or Moreno. El se�or MORENO.- Se�or Presidente, manifiesto mi completa solidaridad con lo dicho por los Senadores se�ores Foxley y Adolfo Zald�var. Por lo tanto, en nombre del Partido Dem�crata Cristiano, adhiero plenamente a sus expresiones. SEGUNDA ETAPA DE EMBALSE CONVENTO VIEJO. OFICIOS El se�or MORENO.- Se�or Presidente, deseo ocuparme en un asunto de la zona que represento. Y tiene que ver con lo que implica mirar el futuro del pa�s en torno de la disponibilidad de uno de los recursos no renovables probablemente m�s preciados, cual es la superficie de riego. La Sexta Regi�n se ha convertido hoy en la principal exportadora de productos frut�colas, y es factible que pr�ximamente se encuentre en una situaci�n muy similar, si no an�loga, en relaci�n con productos forestales. En particular, todo lo vinculado con el estero de Chimbarongo, con los afluentes del r�o Teno, converge en lo que se denomina "Cuenca Hidrogr�fica de Convento Viejo", obra proyectada en el Gobierno del Presidente Eduardo Frei Montalva y que abri� la posibilidad de regularizar una superficie de riego bastante importante. Se ejecut� durante la Administraci�n de don Patricio Aylwin. Y, sin �nimo de realce personal, puedo consignar que, en mi calidad de Subdirector Mundial de la FAO, me correspondi� organizar la misi�n para, junto con el Banco Mundial, preparar los proyectos pertinentes y llevar a cabo la primera etapa. Ello ha significado levantar un muro y generar las condiciones de seguridad de riego para un n�mero limitado de personas; pero se ha dejado inconclusa una obra con una potencialidad que permitir�a a nuestro pa�s agregar una superficie de entre 100 mil y 110 mil hect�reas de riego nuevas. Constituye, tal vez, el proyecto de mayor envergadura que Chile puede impulsar en la zona central. Y me parece que no escapar� al sano criterio de ning�n se�or Senador que, para los pr�ximos 20, 30 � 40 a�os, las perspectivas de nuevas fuentes de trabajo se encuentran en los pa�ses que disponen de tierras con las condiciones productivas de nuestro valle central; con accesibilidad a puertos que se est�n construyendo o ampliando en este momento; con caracter�sticas ecol�gicas y clim�ticas adecuadas, e incluso, con una superficie libre de plagas que afectan a los competidores. Por lo tanto, solicito que se oficie en mi nombre al Ministerio de Obras P�blicas, tanto a la Direcci�n General de Aguas como a la Direcci�n de Riego, y al se�or Ministro de Agricultura, con el objeto de dar un apoyo real a la segunda etapa del embalse Convento Viejo. �ste no s�lo resulta un beneficio para las comunas de Chimbarongo, de Ch�pica, de Santa Cruz, de Lolol, de Paredones, de Pumanque -incluso, para la de Pichilemu-, sino que probablemente convertir� a esta parte de Chile en un polo de desarrollo que puede constituir una condici�n para la exportaci�n de productos extraordinariamente preciados en la vida futura del mundo. En consecuencia, pido consultar al se�or Ministro de Obras P�blicas con qu� prioridad se considera la continuaci�n de la obra, qu� estudios existen, cu�les son los costos financieros alternativos previstos para la construcci�n de la segunda etapa, y asimismo, cu�les son los pasos para que las actualizaciones de los costos puedan ser materializadas a la brevedad posible. He dicho. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Su Se�or�a ya hizo llegar a la Mesa un oficio que pidi� enviar sobre lo mismo, con alcance menor que el precisado ahora. Por tal motivo, si le parece, se recoger�n las observaciones que acaba de expresar, que son m�s amplias, y se dejar� al margen el otro documento. El se�or MORENO.- Muchas gracias, se�or Presidente. --Se anuncia el env�o de los oficios solicitados, en nombre del Senador se�or Moreno, conforme al Reglamento. El se�or R�OS (Vicepresidente).- En el turno del Comit� Dem�crata Cristiano, ofrezco la palabra. Ofrezco la palabra. El Honorable se�or Vega desea intervenir. Entiendo que el Comit� mencionado lo autoriza para ocupar algunos minutos. El se�or VEGA.- Creo que qued� tiempo del Comit� Institucionales 1, que quisiera aprovechar ahora para� El se�or R�OS (Vicepresidente).- Cuando ofrec� la palabra, no fue usado, se�or Senador. Su Se�or�a puede intervenir en el tiempo del Comit� Dem�crata Cristiano. INSULTOS A EJ�RCITO DE CHILE El se�or VEGA.- Se�or Presidente, dar� cuenta de una visita que la Comisi�n de Medio Ambiente realiz� a la ciudad de Rancagua hace algunos d�as. Pero, antes de referirme en particular a ese tema, quiero manifestar mi adhesi�n a lo expuesto por los Senadores se�ores Canessa y Mart�nez con relaci�n a las expresiones tan hirientes que verti� el Diputado se�or Seguel respecto del Ej�rcito y que cubren, indudablemente, de todas maneras, al resto de las Instituciones de la Defensa. Se�alo lo anterior porque pertenec� toda mi vida a una de ellas, la Fuerza A�rea, y conozco el profesionalismo, la vocaci�n, el esp�ritu de sacrificio de cada uno de sus integrantes. Se trata de un personal silencioso, que carece de la expresi�n de un gremio, de la expresi�n normativizada de un partido pol�tico, a trav�s de lo cual hacer presentes sus leg�timos intereses. S� que nuestra democracia va en camino de solidificaci�n, y es responsabilidad de todos nosotros lograrla para enfrentar el pr�ximo siglo. Lo fundamental para un pa�s desarrollado es contar con una democracia con equidad, s�lida, en la cual puedan fluir libremente las diferentes ideas dentro del respeto mutuo. Las instituciones son parte integral de la democracia, de la sociedad y de nosotros depende su real integraci�n, porque son interdisciplinarias, interactivas. El modernismo les exige esta interacci�n, pues las tecnolog�as que manejan requieren del apoyo de todos los estamentos institucionales, particularmente de los acad�micos. Por esta raz�n, todos estos intentos de dividir, de desconciliar, deben ser rechazados, y �ste es uno muy particular. Estamos en un momento muy especial de fines de siglo en nuestro pa�s, y pienso que la comprensi�n y el reconocimiento de los unos a los otros nos posibilitar� transitar eficientemente hacia el desarrollo superior que el pueblo de Chile necesita. Por consiguiente, reitero mi adhesi�n a las palabras expresadas por los Senadores se�ores Canessa y Mart�nez. No es el momento de emitir este tipo de dichos. VISITA DE COMISI�N DE MEDIO AMBIENTE Y BIENES NACIONALES A RANCAGUA. OFICIOS El se�or VEGA.- La Comisi�n de Medio Ambiente se traslad� v�a a�rea a la ciudad de Rancagua para conocer un problema muy especial que tiene que ver con el Plan de Descontaminaci�n de Caletones. La Divisi�n El Teniente produce anualmente 370 mil toneladas de cobre fino, lo que representa el 30 por ciento de la producci�n de CODELCO. Todo el proceso productivo genera un considerable impacto ambiental, emiti�ndose 800 mil toneladas de anh�drido sulfuroso y 3 mil toneladas de material particulado al a�o. Estos elementos arrojados por la chimenea de Caletones se van depositando lentamente en el �rea circundante a Rancagua y gran parte de �l tambi�n afecta al valle del Gran Santiago. Por lo tanto, creo que el prop�sito de este Plan es absolutamente leg�timo y consecuente con las pol�ticas de perfeccionamiento medioambiental que hoy d�a est� poniendo en marcha el Gobierno. Esta situaci�n origin� que en 1994 la Secretar�a General de la Presidencia dictara un decreto supremo que declar� saturada por anh�drido sulfuroso un �rea que comprende zonas pobladas, como San Francisco de Mostazal, Codegua y Requinoa, disponiendo que la Divisi�n El Teniente deb�a cumplir con las normas de calidad del aire a m�s tardar el 1� de enero de 2003. Para dar cumplimiento a lo anterior, la empresa inici� el Plan de Descontaminaci�n de Caletones, que permitir� capturar 93 por ciento del anh�drido sulfuroso y 90 por ciento del material particulado, contempl�ndose la construcci�n de dos plantas para la captura de estos elementos y su posterior reconversi�n en anh�drido sulf�rico. Es una inversi�n importante: asciende a 270 millones de d�lares. La primera planta de limpieza comenzar� a operar este mes de junio, siendo necesario contar con una ruta provisional para el transporte del �cido desde Caletones hasta el puerto de embarque en la Quinta Regi�n. Esta ruta operar� hasta 2002, oportunidad en que la Empresa deber� tener habilitado el camino definitivo, pudiendo elegir una de las cuatro alternativas que la COREMA de la Sexta Regi�n declar� ambientalmente adecuadas. Existe preocupaci�n en la ciudad de Rancagua, ya que eventualmente la ruta transitoria podr�a atravesar o casi colindar con lugares poblados que fueron revisados por la Comisi�n. Esta situaci�n determin� que la Comisi�n se trasladara a Rancagua para verificar en el terreno estos problemas y reunirse con las autoridades regionales, profesionales en general, pobladores, la COREMA y otros. Se elabor� un documento extenso, con diversos puntos de vista y con las conclusiones que citar� m�s adelante. En este momento, solicito a la Mesa el env�o de este informe al se�or Ministro Secretario General de la Presidencia, al se�or Director Ejecutivo de la Comisi�n Nacional del Medio Ambiente y al se�or Presidente Ejecutivo de CODELCO-Chile. Dicho documento ha considerado las aspiraciones regionales recogidas por esta Comisi�n y propone las siguientes recomendaciones: a) Incentivar la investigaci�n e integraci�n de tecnolog�as limpias en procesos productivos contaminantes. Es un requisito de la globalidad esta imprescindible modernizaci�n. Este programa particular de CODELCO-Chile es un ejemplo que debe imitarse. b) Reactivar el tramo de la red ferroviaria de la red comprendida en la ruta del transporte del �cido entre Caletones y San Antonio, contribuyendo, adem�s, a un esfuerzo de restauraci�n y desarrollo de este medio de transporte que, contando con importantes inversiones, es la alternativa �ptima en cuanto a seguridad, econom�a y calidad ambiental. Considero este punto muy relevante. c) Propiciar se concilie la soluci�n definitiva elegida con la estrategia de desarrollo de toda la Regi�n, en especial, con la planificaci�n de la infraestructura vial y urbana y con las econom�as en la etapa de comercializaci�n de productos exportables. d) Considerar la contribuci�n de la Comisi�n de Medio Ambiente y Bienes Nacionales para la discusi�n de los temas ambientales que requieren procesos adecuados de participaci�n ciudadana. Asimismo, se acord� que copia del presente documento se remita a la se�ora alcaldesa de Calera de Tango y a los se�ores alcaldes de Rancagua, Machal� y Codegua. He dicho. _________________ El se�or R�OS (Vicepresidente).- Solicito el asentimiento de la Sala para que el Senador se�or Cantero presida la sesi�n. Acordado. --Pasa a presidir la sesi�n, en calidad de Presidente accidental, el Honorable se�or Cantero. _________________ El se�or MORENO.- Se�or Presidente, con el permiso de la Mesa, quisiera complementar lo se�alado por el Honorable se�or Vega. El se�or CANTERO (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Senador se�or Moreno. El se�or MORENO.- Se�or Presidente, formando parte de la Comisi�n que preside el Senador se�or Vega, tuve la grata posibilidad -junto con los Senadores se�ores Stange, Horvath, Vald�s y el Honorable se�or Chadwick, quien se integr� a la Comisi�n- de recorrer la zona y de comprobar a lo que probablemente podr�a ser considerado como m�todo de trabajo bastante interesante del Senado. El tema hab�a convulsionado plenamente a la ciudad de Rancagua y a sus pueblos vecinos, dado que el transporte del �cido -coincido plenamente con el programa de descontaminaci�n de la chimenea de Caletones- ha generado un segundo problema no previsto: la seguridad de la poblaci�n ante el paso diario de 40 camiones en esta etapa y posteriormente de 120 por zonas pobladas. No obstante la pericia de los choferes y de la empresa que trabaja para El Teniente, nadie puede garantizar que otros conductores, no tan experimentados, no embistan o agredan en el camino, generando accidentes. Por lo tanto, lo que era un muy buen paso inicial, se convirti� en un problema social, pol�tico y ciudadano. En vista de ello, la gente de las poblaciones de Rancagua, sobre todo de una de las m�s modestas -la poblaci�n Dintrans- plante� la inquietud de por qu� los camiones iban a pasar cerca de sus casas. Eso, naturalmente, cre� un contraste muy fuerte. La Comisi�n se instal� en la Intendencia de la Sexta Regi�n y, pr�cticamente, constituy� una audiencia p�blica. Sin tener la facultad legal de resolver el problema, de hecho lo resolvi� gracias a la presencia de seis Senadores y a la forma en que la Comisi�n escuch� a todas las partes involucradas, y emiti� una opini�n en su momento, la cual resumi� muy bien el Presidente de la Comisi�n, el Honorable se�or Vega. En consecuencia, aqu� hay un m�todo que es �til comprender: en aquellas situaciones en las cuales existen incluso posiciones encontradas dentro de la ciudadan�a, el Senado, a trav�s de una de sus Comisiones, puede convertirse no s�lo en un receptor de dichos criterios, sino que tambi�n en elaborador de una forma de encauzar los problemas. Desde todo punto de vista, es positivo lo que ha ocurrido. Apoyo plenamente las conclusiones de la Comisi�n y lo planteado por el Senador se�or Vega. La soluci�n est� en lo que Chile abandon� hace algunos a�os: el ferrocarril. En este momento, no hay otra alternativa viable y definitiva que no sea rearticular la red ferroviaria entre Caletones y el puerto de San Antonio. De otra forma, vamos a estar enfrentados a las situaciones emergentes en Calera de Tango, en Melipilla y en otros poblados, donde con carreteras concesionadas o no, con doble v�a o sin ella, el grado de peligrosidad puede ser menguado pero no eliminado. Por lo tanto, me sumo a las expresiones del Senador se�or Vega y solicito formalmente que se pida al Gobierno, a trav�s del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, y en particular al se�or Presidente de la Empresa de los Ferrocarriles del Estado, la implementaci�n de un plan extraordinario para activar de inmediato la red ferroviaria entre Rancagua y San Antonio, en el cual, obviamente, CODELCO deber� contribuir, procurando que el transporte de esa mercader�a peligrosa sea considerado relativamente aceptable por la poblaci�n. --Se anuncia el env�o de los oficios solicitados, en nombre del se�or Senador, en conformidad al Reglamento. El se�or CANTERO (Presidente accidental).- Honorable se�or Cordero, �Su Se�or�a desea hacer uso de la palabra? El se�or CORDERO.- En efecto, siempre que el Comit� UDI e Independientes me ceda parte de su tiempo. Es muy breve el que necesito utilizar. El se�or CANTERO (Presidente accidental).- Al Comit� Dem�crata Cristiano le queda un minuto cuarenta. El se�or MORENO.- Se lo cedemos con mucho gusto. El se�or CANTERO (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Honorable se�or Cordero. INSULTOS A EJ�RCITO DE CHILE El se�or CORDERO.- Se�or Presidente, en primer t�rmino, quiero manifestar mi adhesi�n a lo expresado por los Senadores se�ores Canessa y Mart�nez. CREACI�N DE LICEO T�CNICO-PROFESIONAL ORIENTADO AL �REA MAR�TIMA EN TONGOY (CUARTA REGI�N). OFICIOS El se�or CORDERO.- En segundo lugar, me referir� a un grave problema que afecta a Tongoy. En esta localidad numerosos j�venes ven frustradas sus expectativas de continuar estudios superiores por no contar con establecimientos educacionales donde se imparta instrucci�n t�cnico-profesional que abarque, entre otras, el �rea mar�tima. Si bien las casas universitarias cercanas, como las de Valpara�so y La Serena, ofrecen carreras en el �mbito referido, como por ejemplo acuicultura e ingenier�a en pesca, no satisfacen la totalidad de los intereses de la juventud de Tongoy, que se hallan orientados prioritariamente a desempe�ar funciones de car�cter t�cnico en el campo laboral. En ese entendido, se hace imprescindible crear all� un liceo t�cnico-profesional que, junto con permitir la formaci�n integral del individuo, arraigue a los nuevos profesionales en la zona, con el consiguiente desarrollo que esto lleva impl�cito. En m�rito de lo anterior, solicito que se oficie al se�or Ministro de Educaci�n, don Jos� Pablo Arellano, a fin de que se sirva arbitrar los medios necesarios para la creaci�n en Tongoy de un liceo t�cnico-profesional que en su malla curricular contemple, entre otras, carreras relacionadas con el �rea mar�tima. El se�or CANTERO (Presidente accidental).- Si le parece a Su Se�or�a, se oficiar�a tambi�n al gobierno regional. El se�or CORDERO.- Muy bien. --Se anuncia el env�o de los oficios solicitados, en nombre del se�or Senador, en conformidad al Reglamento. El se�or CANTERO (Presidente accidental).- El turno siguiente corresponde al Comit� UDI e Independientes. Tiene la palabra el Honorable se�or Novoa. INSULTOS A EJ�RCITO DE CHILE El se�or NOVOA.- Se�or Presidente, en representaci�n de los Senadores del Comit� UDI e Independientes, adhiero a los conceptos expresados por los Honorables se�ores Canessa y Mart�nez y, al mismo tiempo, manifiesto nuestro repudio a los t�rminos con que un Diputado de la Rep�blica agravi� al Ej�rcito. Cabe se�alar que la degradaci�n del debate pol�tico debilita a la democracia, puesto que atenta contra uno de sus elementos b�sicos: el respeto rec�proco que se deben quienes intervienen en la vida p�blica. En este caso particular, al agraviar a una instituci�n fundamental de la Rep�blica tambi�n se tiende a debilitar la convivencia democr�tica. En nuestra opini�n, es inaceptable que se usen las prerrogativas parlamentarias para denostar a personas o instituciones. Por ello, consideramos que quien incurra en dichas conductas deber�a o bien rectificar sus dichos o renunciar a la inviolabilidad parlamentaria, para no dejar en la indefensi�n a las entidades o personas que hayan sido injustamente agraviadas. Destacamos como un hecho muy positivo las intervenciones de los Senadores se�ores Foxley, Adolfo Zald�var y Moreno, quienes, prescindiendo de su vinculaci�n partidaria, manifestaron en forma muy clara su rechazo a tales excesos. Aun cuando podr�a considerarse que no se trata de conductas generalizadas, ser�a conveniente que todos las repudiaran, y de manera muy especial aquellos que puedan tener una relaci�n m�s directa con los que incurran en ellas. Hace algunos d�as el se�or Presidente del Senado tuvo que hacer una declaraci�n en defensa de esta Corporaci�n, porque un actor pol�tico hab�a emitido expresiones que de alg�n modo la menoscababan y deterioraban el debate pol�tico. He dicho. El se�or STANGE.- Pido la palabra. El se�or CANTERO (Presidente accidental).- Puede hacer uso de ella, Su Se�or�a. El se�or STANGE.- Se�or Presidente, el Comit� de Senadores Independientes solidariza con lo manifestado por los Honorables se�ores Canessa y Mart�nez a ra�z de las ofensivas expresiones vertidas por el Diputado Rodolfo Seguel en el seno de la C�mara Baja hace algunos d�as. Rechazo esos t�rminos insultantes. No entiendo la raz�n que puede haber tenido el mencionado Parlamentario para referirse en esa forma a la instituci�n militar m�s antigua del pa�s. Tal vez sea una modalidad inventada por ese Diputado para presentarse ante la opini�n p�blica, por no tener otra capacidad para sobresalir entre sus pares. No puedo permanecer impasible ante esos insultos. Pertenec� a Carabineros y conozco la capacidad, la seriedad, el entusiasmo de cada uno de los integrantes del Ej�rcito de Chile. Por ello, expreso mis respetos a los dignos funcionarios de esa instituci�n, y en especial al Senador se�or Canessa. Reitero mi adhesi�n a lo manifestado por �l y por el Honorable se�or Mart�nez. El se�or CANTERO (Presidente accidental).- Resta tiempo al Comit� UDI e Independientes. El se�or NOVOA.- Lo cedemos al Senador se�or Lagos. El se�or CANTERO (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Honorable se�or Lagos. El se�or LAGOS.- Se�or Presidente, Honorables colegas, en nombre del Comit� Renovaci�n Nacional adhiero a las palabras de los Senadores se�ores Mart�nez y Canessa. Ante la infamia vertida contra el Ej�rcito de Chile por el Diputado se�or Rodolfo Seguel, es mi deber se�alar lo siguiente: En una nueva demostraci�n de falta de valor y de criterio, el mencionado Diputado se ha dedicado a injuriar al Ej�rcito de Chile en la C�mara de Diputados. Amparado por la inviolabilidad parlamentaria, ha inventado toda clase de mentiras con el �nico fin de enlodar a una instituci�n que merece y tiene el respeto de los chilenos, a sabiendas de que ella no se puede defender en el mismo terreno. El Diputado deber�a ser m�s hombre y decir sus mentiras en la calle y no escondido en el fuero constitucional, pero no se atreve porque sabe que podr�a ser procesado por calumniador y enfrentado por quienes no aceptamos esas injurias contra nuestras Fuerzas Armadas. La inmensa mayor�a de los chilenos respeta y aprecia la tradici�n de honor y rectitud de los miembros del Ej�rcito de Chile, y repudia las infamias del se�or Seguel, que s�lo lo averguenzan a �l porque el buen nombre de esa instituci�n armada no puede ser alcanzado por sus falsedades. Hace algunas horas celebramos el D�a de la Infanter�a y recordamos a los soldados que con su valor y su sangre dieron gloria y grandeza a Chile. Formulo un llamado a todos los patriotas de coraz�n para rechazar con energ�a este nuevo intento de ensuciar el nombre del Ej�rcito de Chile y para entregar nuestro decidido respaldo y solidaridad a todos sus integrantes, injustamente agraviados por el descriterio de un Diputado que lo �nico que pretende es figuraci�n en los medios de comunicaci�n. CELEBRACI�N DE D�A DE LA INFANTER�A. OFICIO El se�or LAGOS.- Se�or Presidente, al amanecer del 7 de junio celebramos el D�a de la Infanter�a en la cima del Morro de Arica. La vista de los soldados nos permit�a recordar la gesta hist�rica, tan llena de valor y de tradici�n, que all� se desarroll�. Rememor�bamos c�mo nuestros antepasados -esos mismos soldados de Cancha Rayada y de Maip�-, en 55 minutos, lograron el triunfo ante un ej�rcito numeroso como era el peruano, precisamente en la cuna de las Fuerzas Armadas de ese pa�s. Ve�amos a las mujeres y a los hombres del Ej�rcito revivir el pasado, en una escena aleg�rica donde el alma nacional crec�a. �se es un alimento que tenemos todos los a�os, y para todo el a�o, los habitantes del norte. Y, al otro d�a, bajo la presencia de nuestra majestuosa bandera en el Morro de Arica, las Instituciones de la Defensa Nacional desfilaron, sintiendo, a su paso, el apoyo del pueblo hacia sus soldados. Por tal raz�n, cuando uno escucha estas calumnias, realmente ya no sabe qu� calificativos usar. Como reservista del Ej�rcito de Chile, me toc� estar en el r�o Lauca cuando nuestro pa�s estuvo pr�ximo a un conflicto. Con 15 � 20 grados bajo cero, estuve en Chapiqui�a y otras partes del altiplano chileno. Y, ante el calor, el fr�o y el hambre del norte, nunca vimos a un oficial, a un sargento primero o a un cabo dar un ejemplo diferente al de amar a la patria y sufrir como todos los conscriptos. En mi opini�n, los habitantes del norte sentimos distinto y somos diferentes a los de otras regiones, pues queremos y amamos cada pedazo del territorio conquistado por nuestros soldados, que son los mismos de Cancha Rayada, de Pampa Germania, de Dolores, de Pisagua y de Iquique. Por todo lo anterior, se�or Presidente, aprovecho de rendir un homenaje al Ej�rcito de Chile en el D�a de la Infanter�a, y solicito que se env�en al se�or Comandante en Jefe del Ej�rcito las expresiones que he formulado. --Se anuncia el env�o del oficio solicitado, en nombre del se�or Senador, de conformidad al Reglamento. El se�or CANTERO (Presidente accidental).- Todav�a restan 12 minutos a su Comit�, Su Se�or�a. El se�or SILVA.- �Me permite, se�or Senador? El se�or CANTERO (Presidente accidental).- El Honorable se�or Silva solicita usar parte de su tiempo, se�or Senador. El se�or LAGOS.- Con todo gusto, se�or Presidente. El se�or CANTERO (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Senador se�or Silva. INSULTOS AL EJ�RCITO DE CHILE El se�or SILVA.- Se�or Presidente, en representaci�n del Comit� Institucional N� 2 -que no ha hecho uso de la palabra por no haber dispuesto de tiempo para ello-, quiero expresar mi solidaridad con las expresiones de los Senadores se�ores Canessa y Mart�nez. Luchamos mucho en otra �poca por la recuperaci�n de la democracia. En consecuencia, sabemos lo que ella es, as� como sufrimos lo que no es. La democracia es, por esencia, debate contradictorio; pero manteniendo el rec�proco respeto, dentro de la discrepancia, por las ideas expresadas bajo la sana raz�n y la solidaridad. Jam�s hemos concebido y podremos concebir que la democracia d� pie a expresiones soeces o que no se avengan con el respeto que las personas se deben tener, aunque unas y otras difieran profundamente. Por eso, se�or Presidente, creemos que no se contribuye a afianzar o a perfeccionar la democracia cuando se recurre a procedimientos aviesos, absolutamente repudiados por la sana raz�n. El se�or CANTERO (Presidente accidental).- Recupera la palabra el Honorable se�or Lagos. PROBLEMAS DE POBLADORES DE CONJUNTO HABITACIONAL HUANTAJAYA DE IQUIQUE. OFICIOS El se�or LAGOS.- Se�or Presidente, Honorables colegas, debo referirme a la grave situaci�n que aqueja a los pobladores del conjunto habitacional Huantajaya 1, 2, 3 y 4, de Iquique, qienes, debido a la crisis que desde hace a�os afecta al sector pesquero de la Regi�n, se encuentran privados de sus ingresos y corren el riesgo de perder sus viviendas, a las que accedieron mediante el Programa Especial de Trabajadores (PET). Por la falta de viviendas en la Primera Regi�n, esta gente tuvo que vender lo que no ten�a a fin de reunir dinero para el pie, lo que le permitir�a mejorar su condici�n de ahorrante y obtener la vivienda propia. El decreto supremo N� 235, de 1986, del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, estableci� un sistema de Programas Especiales de Construcci�n de Viviendas Sociales destinado a beneficiarios del subsidio habitacional, exceptu�ndolos del requisito de inscripci�n en el registro establecido en el Decreto N� 62, de 1984. Una de las variantes de dichos programas la constituye el Programa Especial de Trabajadores (PET), mediante el cual se hizo posible la construcci�n de viviendas para grupos de trabajadores organizados, especialmente del sector pesquero. La normativa que rige estos programas especiales de vivienda contempla una ayuda estatal limitada �nicamente a un subsidio habitacional de 90 UF, exigiendo de los beneficiarios el ahorro previo y estableciendo que el saldo del valor de la vivienda se debe financiar a trav�s de entidades bancarias o financieras, mediante cr�dito hipotecario complementario o mutuo hipotecario endosable. Tales cr�ditos se otorgan expresados en unidades de fomento, en condiciones similares a las de aplicaci�n general para sectores de m�s altos ingresos. La aplicaci�n de estos programas especiales ha permitido acceder a la vivienda propia a importantes grupos de trabajadores organizados, los que, sin embargo, por ser considerados un sector de ingresos medios, han quedado marginados de toda otra ayuda o subsidio estatal, lo que los deja en una situaci�n desmejorada y vulnerable ante cualquier disminuci�n de sus ingresos. Eso es lo que ha ocurrido a los pobladores de Huantajaya, en la ciudad de Iquique -un sector de puros trabajadores de clase media-, que enfrentan una dif�cil situaci�n, sin encontrar respuesta de algunas autoridades. Hace algunos a�os, grupos de trabajadores pesqueros de Iquique se organizaron para buscar una forma de lograr la aspiraci�n natural de contar con casa propia. Se trataba de trabajadores esforzados que hab�an logrado reunir el ahorro previo para la vivienda, pero no por ello pasaban a integrar el sector de ingresos medios. Acogidos al Programa Especial de Trabajadores (PET), construyeron el conjunto habitacional Huantajaya 1, 2, 3 y 4, para lo que recibieron el subsidio habitacional, debiendo recurrir, para el saldo, a cr�ditos hipotecarios del Banco del Estado. Se trata de mil 200 viviendas correspondientes a igual n�mero de familias de trabajadores pesqueros. Al inicio no se presentaron mayores inconvenientes. En el a�o 1990, el dividendo ascend�a a poco m�s de 10 mil pesos mensuales, y los trabajadores manten�an sus ingresos provenientes de la actividad pesquera. Sin embargo, al acentuarse la crisis -de todos conocida- por la que pasa el sector pesquero, dichos trabajadores quedaron sin empleo -el �ltimo a�o se ha despedido a 700 trabajadores m�s- o con sus ingresos fuertemente reducidos, lo que ha significado que en la actualidad se encuentren morosos en el pago de los dividendos al Banco del Estado, y en muchos casos el monto de la deuda por concepto de intereses se ha triplicado, debiendo agreg�rsele todav�a los gastos de los abogados del Banco del Estado, los cuales deben pagar los pobladores. Aqu� hay un manejo del Banco del Estado que no sabemos realmente qui�n lo controla, porque se ha recurrido muchas veces a la autoridad y no lo ha resuelto. A lo anterior se suma el fuerte incremento en las tarifas de agua potable, que han elevado las cuentas mensuales entre un 70 y un 80 por ciento -hay que tener en cuenta que en las Regiones de Tarapac� y Antofagasta se pagan las cuentas de agua m�s altas de Latinoam�rica-, y no pueden acogerse al subsidio especial vigente para el pago del agua potable, porque se les excluye de dicho beneficio s�lo por haberse favorecido con el Programa Especial de Vivienda para Trabajadores (PET), que fue la alternativa ofrecida por las autoridades. O sea, en este pa�s hay un castigo, en vez de favorecer a la gente de bien que trata de construir su casa y de hacer cosas por su familia. Por otra parte, no obstante el tiempo transcurrido, a�n no se resuelve el problema de los muros de contenci�n que es preciso construir para la seguridad del conjunto habitacional. El se�or Ministro del ramo me envi� una carta respuesta a trav�s del Senado donde hace presente que no hay ning�n problema relativo a muros de contenci�n, y la verdad es que el informe que han hecho llegar a dicho personero -del cual recibimos copia- se contrapone con lo que est� ocurriendo en la zona. Hace pocos d�as el se�or Ministro fue a Iquique, y no lo llevaron adonde est�n los problemas; s�lo le mostraron la parte linda de la ciudad. Para construir estos muros de contenci�n se ofreci� una soluci�n participativa, en la que concurr�an la Intendencia Regional, el SERVIU y los pobladores. En 1993 se solicit� a los pobladores para dichos efectos un aporte de 200 mil pesos. Con gran esfuerzo reunieron esa cantidad en efectivo, y la entregaron mediante un vale vista. Despu�s de dos a�os sin que se hubiese hecho nada para resolver el problema, se les devolvi� dicha suma sin reajuste ni inter�s alguno, no obstante que se sabe que la obra de construcci�n de tales muros ascender�a s�lo a un mill�n 200 mil pesos. Pero ello no es todo. El conjunto habitacional Huantajaya se ve afectado tambi�n desde hace tiempo por un grave problema ambiental provocado por malos olores que emanan de las lagunas de aguas servidas de Alto Hospicio, sin que las autoridades regionales hayan adoptado medida alguna tendiente a resolver tal dificultad. Generalmente, dado el centralismo existente en nuestro pa�s, cuando existe smog y contaminaci�n -todos deseamos una soluci�n al respecto- se habla de la gran preocupaci�n por las calles sin pavimentar. Sin embargo, en Iquique hay gente viviendo sobre el cementerio N� 2, donde est�n sepultados los restos de quienes murieron a ra�z de la peste negra y bub�nica; los ni�os no cuentan con un lugar donde jugar; las calles carecen de pavimento, y las pocas canchas de deportes existentes tambi�n son de tierra. Asimismo, el SERVIU construy� gran cantidad de casas en Alto Hospicio. A este poblado han llegado compatriotas de diferentes puntos del pa�s, y nosotros, la Primera Regi�n, hemos debido hacernos cargo de los cesantes provenientes de la Segunda, Tercera, Cuarta, Quinta y dem�s Regiones. Sin embargo, los pozos s�pticos y el sistema de alcantarillado que se llevaron a cabo en dicha localidad son insuficientes, convirti�ndose en una laguna de aguas servidas y en todo cuanto los se�ores Senadores pueden imaginarse. Ello constituye un foco de infecciones, especialmente en los d�as de calor, lo cual se hace insostenible. No obstante la situaci�n descrita, y pese a que las autoridades regionales conocen perfectamente la crisis que afecta al sector pesquero, que ha significado la disminuci�n o p�rdida de los ingresos de los trabajadores pesqueros -debe partirse de la base de que actualmente las empresas del rubro dan cinco mil pesos semanales a cada uno para su subsistencia, por cuanto no hay pesca- que conformaron el conjunto habitacional Huantajaya, hasta ahora los pobladores no han encontrado forma alguna de soluci�n a sus problemas. M�s a�n, ante sus reiteradas solicitudes, el SERVIU de Tarapac� se ha desentendido totalmente de la situaci�n que los afecta, se�alando que, por tratarse del Programa Especial de Trabajadores, es un asunto entre ellos y el Banco del Estado y que, por tal motivo, ser�a una materia entre particulares, en la que SERVIU no tiene nada que ver, como si dicha entidad bancaria fuese un banco privado y no formara parte del mismo Estado del que depende dicho Servicio. El SERVIU expresa que para obtener el cr�dito los trabajadores comprobaron que contaban con los ingresos suficientes para pagarlo y que lo hicieron voluntariamente (se minti� al respecto, por cuanto todos deseaban tener una casa, o de lo contrario deb�an seguir viviendo a la intemperie). Ciertamente, as� ocurri�, pero no es aceptable desconocer que la situaci�n que los llev� a estar en mora no fue responsabilidad de ellos, sino de la crisis que afecta al sector pesquero, que los condujo a una condici�n de pobreza que no se les quiere reconocer. La dificultad m�s ins�lita por la cual atraviesan los pobladores de Huantajaya es que, por haberse acogido al Programa Especial de Trabajadores, son considerados como gente que percibe ingresos medios y se les margina de todo subsidio estatal, aduciendo que no encuadran en el nivel de la ficha CAS correspondiente y que la normativa que los rige los excluye de otros beneficios, aun cuando hoy sean tan pobres como cualquier otro chileno que s� tiene acceso a esos subsidios. Las autoridades no pueden desentenderse de su problema so pretexto de que supuestamente pertenecen a un estrato social excluido de los dem�s subsidios estatales, lo cual -como se expres�- no es cierto, conforme a la situaci�n en que se hallan. Tampoco es aceptable se�alar que la normativa aplicable al PET impide atender la soluci�n de sus problemas, porque, de ser efectivo, corresponde modificar dicha normativa, y no condenar a ese importante grupo de iquique�os a la miseria y al despojo de sus viviendas obtenidas con mucho esfuerzo, por efecto de la cobranza judicial del Banco del Estado. El Gobierno est� obligado a buscar una soluci�n a la dificultad por la que atraviesan esos compatriotas, que hoy han perdido sus posibilidades de trabajo y sus ingresos por causas que les son completamente ajenas. Se trata de trabajadores pesqueros honestos que siempre han estado dispuestos a cumplir sus compromisos, pero ocurre que actualmente no pueden hacerlo, ya que se encuentran en una situaci�n obligada de pobreza derivada de la crisis del sector. Se�or Presidente, ante la situaci�n que afecta a los pobladores del conjunto habitacional Huantajaya 1, 2, 3 y 4, especialmente en cuanto a los ingresos con que contaban al adquirir sus viviendas (que se han visto fuertemente disminuidos por efecto de la crisis por la que atraviesa el sector pesquero, y no por causas imputables a ellos, lo que ha significado que se hallen en mora en sus dividendos con el Banco del Estado), y al hecho de encontrarse marginados de toda ayuda social del Gobierno, solicito enviar los siguientes oficios, en mi nombre, transcribiendo lo precedentemente expuesto. En primer lugar, al se�or Presidente del Banco del Estado, para que disponga de inmediato las medidas conducentes a que los pobladores del conjunto habitacional Huantajaya 1, 2, 3 y 4 puedan reprogramar sus deudas hipotecarias en consideraci�n a la situaci�n que los afecta, especialmente con el objeto de que se ponga t�rmino a las cobranzas judiciales -dicha entidad bancaria cuenta con un sistema diferente en este tipo de materias-, condonando los intereses penales y los cobros -son los m�s altos- por concepto de abogados, a fin de que puedan ponerse al d�a en el pago de sus dividendos, como, asimismo, que se sirva informar de las medidas adoptadas. En segundo t�rmino, al se�or Intendente Regional de Tarapac�, con el fin de que ordene una evaluaci�n de la situaci�n socioecon�mica de los pobladores del conjunto habitacional Huantajaya, para comprobar que deben ser incluidos en los programas de subsidios sociales del Gobierno, particularmente en lo relativo al subsidio por agua potable, que no pueden obtenerlo por las razones antes se�aladas. Asimismo, para que instruya al SERVIU de Tarapac� en el sentido de que adopte las medidas tendientes a construir a la brevedad los muros de contenci�n y a evitar los efectos ambientales de las lagunas de aguas servidas de Alto Hospicio que perjudican al referido conjunto habitacional, informando de lo obrado en esta materia. En tercer lugar, al se�or Ministro de Vivienda y Urbanismo, para que se sirva disponer la modificaci�n de la normativa aplicable al Programa Especial de Trabajadores (PET), con el prop�sito de que los beneficiarios de �ste puedan acogerse a los subsidios sociales del Estado en raz�n de su situaci�n real, suprimiendo las restricciones que se les imponen en tal sentido, y, al mismo tiempo, informe de lo resuelto al respecto. Por �ltimo, al se�or Ministro Salud, solicit�ndole que ordene una investigaci�n en cuanto al problema sanitario que afecta al poblado de Alto Hospicio por las aguas servidas y otro tipo de materias org�nicas, que son altamente peligrosas para la salud de la poblaci�n. He dicho. --Se anuncia el env�o de los oficios solicitados, en nombre del se�or Senador, en conformidad al Reglamento. _________________ El se�or CANTERO (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Honorable se�or Mart�nez. El se�or MART�NEZ.- Se�or Presidente, en la presente sesi�n, por acuerdo un�nime de los Comit�s, se autoriz� publicar en la prensa las intervenciones completas del Senador se�or Canessa y de quien habla. Deseo consultar -es algo que est� absolutamente fuera del acuerdo adoptado por los Comit�s- si es posible adem�s transcribir por completo las intervenciones del resto de los se�ores Senadores, que fueron muy interesantes. Es un asunto reglamentario, pero quiero hacerlo presente. El se�or CANTERO (Presidente accidental).- En efecto, existe acuerdo para publicar in extenso las intervenciones de los Honorables se�ores Canessa y Mart�nez. Desgraciadamente, Su Se�or�a, no hay n�mero suficiente de se�ores Senadores en este momento para resolver acerca de su petici�n. Por lo tanto, ello se dejar� pendiente, a fin de que en la pr�xima sesi�n los Comit�s adopten un acuerdo al respecto. Habi�ndose cumplido su objeto, se levanta la sesi�n. --Se levant� a las 20:7. Manuel Oca�a Vergara, Jefe de la Redacci�n