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- rdf:value = " El señor DIEZ .-
Señor Presidente , no quiero hacer de esto -porque sería un error- un problema político. Los protagonistas de esta iniciativa son los enfermos, o la prevención en la salud. Uno no puede poner las cosas al revés de lo que verdaderamente son. El Estado crea servicios de salud precisamente para atender la salud. Y ésa es la finalidad primordial.
En seguida, la salud primaria está entregada a las municipalidades -a las cuales incluso se las ha tratado aquí, despectivamente, de "patrones"-, organismos generados democráticamente -son "manos" del Estado, porque están más cerca de la gente- y cuya acción nosotros debemos prestigiar.
Resulta absolutamente injusto para el sistema de democratización y participación del país entregar a las municipalidades un asunto de la gravedad del de la salud. Por una parte, se niegan los recursos que han venido reclamando desde hace muchos años y, en seguida, se dicta un Estatuto que las hará depender del Ministerio y les quita toda flexibilidad.
Ese es el problema. Dos de las partes de éste son los enfermos y los municipios, y la tercera, los funcionarios que trabajan en la salud, quienes tienen derecho a gozar de estabilidad, a un trato claro y a obtener remuneraciones y calificaciones justas. Porque no sólo a igual trabajo debe existir igual remuneración -la frase está incompleta-, sino que a igual trabajo, con igual eficiencia, debe existir igual remuneración. Entonces, nos encontramos con que hay varios problemas que debemos armonizar, lo que no hemos logrado en el largo tramitar de este proyecto. Porque cada uno, con razón y sin hacerse cargos políticos de ninguna especie, ha tratado de seguir el camino que considera más conveniente para servir a la comunidad.
Ahora, ¿en qué aspecto reglamentario nos encontramos hoy? Primero, estamos en presencia de un informe de Comisión Mixta que, por el número de artículos que la Cámara de Diputados no aprobó -por cualquier motivo que no lo haya hecho-, deberá ser seguido de un veto aditivo, porque la legislación está incompleta.
Por otra parte, el informe de la Comisión Mixta resuelve algunos de los desacuerdos entre la Cámara y el Senado de un modo que no a todos nos complace, por lo que también preferimos dejarlo abierto, para que el Ejecutivo se aboque a una solución por la vía del veto.
No votamos en contra del proyecto, porque no estamos en contra de la idea esencial de mejorar la situación de los trabajadores de la salud, pero queremos que el Presidente de la República disponga de la mayor cantidad de artículos para ejercer con amplitud el derecho a veto.
Y esperamos que, en el transcurso del plazo para vetar, el Ejecutivo llegue a acuerdo con nosotros -estamos dispuestos a ello- y con la Asociación de Municipalidades en este difícil problema.
Por esta razón, y no por otra,...
El señor DIAZ .-
¿Me permite una interrupción, señor Senador ?
El señor DIEZ.-
Con el mayor gusto, Honorable colega.
El señor DIAZ .-
¿Se prescinde de la participación del Colegio Médico y de los trabajadores?
No me agrada que se excluya a dichos sectores.
El señor DIEZ .-
Señor Presidente , he señalado que el Presidente de la República tendrá oportunidad de conversar con nosotros, con la Asociación de Municipalidades -Su Señoría me interrumpió cuando me faltaba terminar la frase-, e indiscutiblemente, con los trabajadores de la salud. De manera que si el señor Senador no hubiese sido tan impaciente, me habría permitido terminar la oración.
En una democracia moderna y contemporánea como la que tenemos, los acuerdos deben lograrse con la gente que participa en el problema. En efecto, es muy importante para el rendimiento de la salud el que los trabajadores que laboran en esa área se sientan comprendidos e incentivados, porque ellos son los que se encuentran con las personas. De manera que es imposible pasarlos por alto. Y la legislación, teniéndose presente las condiciones morales que caracterizan a ese sector laboral -que reconozco, porque he visitado los hospitales y postas del país-, debe darles personalidad, consideración. Por lo mismo, ellos deben entender que esperamos que tengan la misma preocupación nuestra por solucionar el problema de la salud y no sólo por su remuneración. Porque en toda actividad humana no sólo importa lo económico, sino también valores que a menudo pesan mucho más en la gente, los cuales dicen relación a la vocación, al sentido de humanidad, a veces, y al propio sentido de misericordia y de cumplimiento del deber, según lo hemos visto en los funcionarios de la salud, que con tanta frecuencia y en tantos rincones de Chile cumplen abnegadamente su labor, sin ceñirse a hora ni día.
Por eso, señor Presidente , nos abstendremos de votar el proyecto que propone la Comisión Mixta. Y esperamos que el Ejecutivo acoja la sugerencia que se ha formulado y que logremos un acuerdo. No soy representante de los trabajadores de la salud, ni de los enfermos, ni del municipio: soy un Senador de la República que los comprende a todos. Y, al hacerlo, no puedo olvidarme de los intereses de nadie, cualesquiera que sean los juicios que sobre mi modo de actuar tengan unos y otros, porque la que señalo es la manera de ejercer el cargo.
"
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