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- rdf:value = " MODIFICACIÓN LA LEY ORGÁNICA CONSTITUCIONAL DE MUNICIPALIDADES EN LA GENERACIÓN DE LAS AUTORIDADES COMUNALES. Primer trámite constitucional.
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
En el Orden del Día, corresponde ocuparse, en primer trámite constitucional, del segundo informe del proyecto de ley que modifica la ley N° 18.695, Orgánica Constitucional de Municipalidades, en lo relativo a la generación de autoridades.
Antecedentes:
Certificado de la Comisión de Gobierno Interior, boletín N° 1674-06. Documentos de la Cuenta NB 2, de esta sesión.
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Cantero , Diputado informante de la Comisión de Gobierno Interior.
El señor CANTERO.-
Señor Presidente, el proyecto busca modificar la Ley Orgánica de Municipalidades en lo relativo a la generación de sus autoridades.
Por tener urgencia de "discusión inmediata", se omite el informe y los señores parlamentarios tienen a la vista una breve acta.
Asistieron a su trámite en la Comisión los Diputados señores Aguiló , Balbontín , Elizalde , Errázuriz , Jara , Leay , Longton , Silva , Turna , Ulloa , Urrutia,don Raúl ; Vilches y Zambrano , el Senador señor Ruiz-Ezquide , el Ministro del Interior, don Carlos Figueroa , y el Subsecretario de Desarrollo Regional, don Marcelo Schilling , acompañado de los asesores jurídicos señores Eduardo Pérez y Francisco Fernández .
El proyecto consta de dos artículos; el 1°, con seis numerales, y el 2° es de carácter transitorio.
La letra a) del numeral 1) del artículo lo suprime, en el inciso segundo del artículo 72, la oración "o, en su defecto, por el concejal que haya obtenido individualmente mayor votación ciudadana, sorteándose en caso de empate."
En consecuencia, este inciso queda de la siguiente manera:
"La primera sesión será presidida por el alcalde electo. Actuará como ministro de fe el secretario municipal respectivo."
La letra b) del numeral 1) intercala, en el inciso tercero, entre la forma verbal "tomará" y la preposición "a" que le sigue, la expresión "al alcalde y".
La letra c) reemplaza, en el mismo inciso tercero, la expresión "del cargo" por "de sus cargos".
En consecuencia, el inciso queda de la siguiente manera: "El secretario municipal procederá a dar lectura al fallo del tribunal electoral regional que dé cuenta del resultado definitivo de la elección en la comuna, y tomará al alcalde y a los concejales el juramento o promesa de observar la Constitución y las leyes y de cumplir con fidelidad las funciones propias de sus cargos."
La letra d) del numeral 1) suprime, en el inciso cuarto del artículo 72, el siguiente texto: "elegir al alcalde, cuando proceda, en la forma establecida en el artículo 115, y a", quedando de la siguiente forma: "El concejo, en la sesión constitutiva, se abocará a fijar los días y horas de las sesiones ordinarias."
Finalmente, la letra e) del numeral 1 sustituye el inciso quinto por el siguiente: "Si la sesión de instalación no se efectuare en la fecha indicada, el concejo deberá reunirse al día siguiente".
Estas son las modificaciones que introduce el numeral 1 al artículo 72 de la ley orgánica constitucional de Municipalidades.
El numeral 2), introduce, como artículo 97 bis, el siguiente: "Las elecciones municipales se efectuarán cada cuatro años." En consecuencia, queda abierta la posibilidad de establecer alguna fecha. El Ejecutivo señaló que estaba dispuesto a patrocinar una iniciativa legal que permitiera modificar la Carta Fundamental para proceder a esta adecuación.
Por ahora, la redacción de la norma quedará como lo señalé.
Por su parte, el numeral 3) introduce diversas modificaciones al artículo 98.
Su letra A sustituye la primera parte del inciso primero de dicho artículo antes del primer punto seguido, por el siguiente: "Las candidaturas a concejales sólo podrán ser declaradas hasta las veinticuatro horas del centésimo vigésimo día anterior a la fecha de la elección correspondiente:".
Lo que se ha hecho en la práctica es volver a los 120 días que establecía originalmente la ley vigente. En consecuencia, las modificaciones fueron desechadas.
Su letra b) agrega, en el inciso tercero, luego de la palabra "cargo", la frase "y su calidad de concejal", quedando la redacción de esta disposición de la siguiente manera: "Si un alcalde postulare a su elección como concejal en su propia comuna al momento de declarar su candidatura, quedará suspendido del ejercicio de su cargo por el solo ministerio de la ley hasta el día siguiente a la fecha de la elección, conservando empero la titularidad de su cargo y su calidad de concejal."
El numeral 4 reemplaza el artículo 99 por el siguiente: "Los partidos políticos que participen en un pacto electoral podrán subpactar entre ellos o con independientes, de acuerdo a las normas que sobre acumulación de votos de los candidatos se establecen en el artículo 112 de la presente ley, pudiendo excepcionalmente excluir en forma expresa, al momento de formalizarlo, la o las comunas en que no regirá dicho subpacto. Los subpactos estarán siempre integrados por los mismos partidos."
En los incisos siguientes señala ahí está lo medular la forma en que se establecen y se formalizan los pactos y los subpactos.
El numeral 5), agrega, en el artículo 108, la expresión "al alcalde y", entre los vocablos "determinar" y "los concejales", quedando su redacción de la siguiente manera: "Para determinar al alcalde y los concejales elegidos..." El resto del artículo sigue sin alteraciones.
El numeral 6) sustituye el artículo 115 por el siguiente:
"Será elegido alcalde el candidato a concejal que haya obtenido la primera mayoría en la comuna y que además pertenezca a una lista o pacto que cuente, a lo menos, con el treinta por ciento de los votos válidamente emitidos en la respectiva elección, excluidos los votos en blanco y los nulos."
El resto del artículo no sufre mayores alteraciones. Sólo establece el umbral del 30 por ciento, porcentaje que se aplicará a la lista o pacto.
He terminado de informar el artículo 1° con sus seis numerales.
El artículo 2° faculta al Presidente de la República para que, a través de decreto supremo emanado del Ministerio del Interior, fije el texto refundido, coordinado y sistematizado de esta ley orgánica constitucional.
Debo agregar que varias indicaciones fueron declaradas inadmisibles. En relación con otras que también recibieron esa calificación, el Ejecutivo comunicó su voluntad de otorgar patrocinio para tratarlas en el proyecto de desarrollo técnico gestional, que también se analiza en la Comisión de Gobierno Interior.
Finalmente, debo comunicar que la Comisión ha establecido que todas las normas del proyecto tienen rango orgánico constitucional.
Para ilustración de los señores parlamentarios y en atención a que no disponen del informe en detalle de cada una de las normas del proyecto, por su carácter de discusión inmediata, el Ejecutivo ha expresado interés y voluntad en otorgar patrocinio a una norma que permita modificar la fecha. Este tema se trataría en el proyecto que analiza la Comisión de Gobierno Interior.
Igual destino correría una iniciativa que tiene por objeto elevar la dieta de los concejales, tema que se tratará en el proyecto técnico gestional que estudiará la Comisión de Gobierno Interior.
Finalmente, la indicación introducida en la Sala durante la discusión general, que dice relación con el financiamiento de las elecciones municipales, fue declarada inadmisible por la Comisión; pero el Ejecutivo expresó su voluntad de otorgar patrocinio a una iniciativa de esta naturaleza para que sea estudiada en detalle durante el trámite legislativo, de modo que la Sala pueda pronunciarse al respecto. En consecuencia, la Comisión de Gobierno Interior invita a votar a favor de esta norma.
Es todo cuanto puedo informar.
He dicho.
El señor LEAY.-
Señor Presidente, ¿me permite plantear una cuestión de procedimiento?
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor LEAY.-
Señor Presidente, como en muchos artículos hay unanimidad y discrepancias en otros, solicito que establezcamos el procedimiento a seguir.
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
Señor Diputado, en este momento estoy formulando las consultas, por lo que voy a suspender la sesión por un minuto para adoptar una resolución.
Ruego a los jefes de Comités acercarse a la Mesa con tal objeto.
Se suspende la sesión.
Transcurrido el tiempo de suspensión
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
Continúa la sesión.
La Mesa sugiere a la Sala el siguiente procedimiento:
Dar por aprobados, de acuerdo con el Reglamento, los numerales y artículos que no fueron objeto de modificaciones ni de indicaciones, sobre los cuales se me ha manifestado que hay unanimidad.
Los numerales 1), 2), 4) y 5) del artículo le y el artículo 29 requieren quorum especial, por lo que debemos votar ahora.
Por lo tanto, el debate del artículo l9 queda restringido al antiguo numeral 1), que fue suprimido en el segundo informe y que disponía en el primer informe el incremento del número de concejales. Este, que fue suprimido, lo someteré a votación, porque es un cambio respecto del primer informe; aunque fue unánime, tengo que someterlo en votación. En segundo lugar, el numeral 3, porque fue modificado por la Comisión, y en tercer lugar, el numeral 6, que sustituye el artículo 115 que, si mal no recuerdo, es el motivo principal de la discusión.
Por tanto, si por cada numeral pueden hablar entre cuatro y seis Diputados, proponemos que, en total, haciendo una sola discusión, puedan intervenir 3 Diputados de la Democracia Cristiana, 3 de Renovación Nacional, 2 de la UDI, 2 del Partido Socialista y 2 del PPD.
Si hubiera acuerdo de la Sala adoptaríamos este procedimiento; si no, aplicaríamos el Reglamento en cada uno de los artículos separadamente.
Hay acuerdo de la Sala.
Muy bien. Entendemos que cada intervención es de un máximo de 10 minutos en sus dos discursos, y que si un parlamentario concede una interrupción lo vamos a autorizar dentro del plazo, para que así la bancada pueda ajustar su tiempo si lo estima de otra manera.
El señor MONTES.-
Pido la palabra.
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor MONTES.-
Señor Presidente, ¿es una restricción al número de parlamentarios o al tiempo? Por ejemplo, en nuestra bancada, en lugar de dos Diputados, podemos dividir los veinte minutos en tres intervenciones.
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
En realidad, la restricción es al tiempo. Lo que pasa es que la lógica con la cual se construyó el acuerdo es el número de parlamentarios.
Adoptaríamos este procedimiento por acuerdo de la Sala.
Pese a que hay consenso, prefiero que se voten aquellas disposiciones que no fueron objeto de indicación ni de modificación, pero que requieren quorum de ley orgánica para ser aprobadas.
En votación los numerales 1, 2, 4 y 5 del artículo l9 y el artículo 29.
Durante la votación:
El señor GARCÍA-HUIDOBRO Pido la palabra.
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor GARCÍA-HUIDOBRO.-
Señor Presidente, el caso de la discriminación de los independientes es distinto y debiera votarse en forma separada.
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
Señor Diputado, su petición me provoca un problema, pues debería haberla formulado antes de la votación, ya que consulté a los Comités y acordamos este procedimiento.
Como estamos en plena votación, no podría acceder a su solicitud, pero con todo gusto dejaremos constancia de su opinión en la versión.
El señor GARCÍA-HUIDOBRO.-
Muy agradecido, señor Presidente.
Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 83 votos. No hubo votos por la negativa ni abstenciones.
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
Aprobados, con el quorum requerido, los números 1,2,4 y 5 del artículo l9 y el artículo 29.
Votaron por la afirmativa los siguientes señores Diputados:
Acuña , Aguiló , Alvarado , Allende ( doña Isabel) , Ascencio , Aylwin (don Andrés) , Balbontín , Bayo , Bombal , Caminondo , Cantero , Ceroni ,
Coloma , Cornejo , Correa , De la Maza , Elgueta , Elizalde , Encina , Errázuriz , Estévez , Fantuzzi , Ferrada , Fuentealba , Gajardo , Galilea , García (don RenéManuel) , García (don José) , García (don Alejandro) , Gutiérrez , Huenchumilla , Hurtado , Jara , Jeame , Jocelyn-Holt , Jürgensen , Karelovic , Kuschel , Leay , León , Longton , Longueira , Luksic , Makluf , Matthei ( doña Evelyn) , Melero , Morales , Munizaga , Muñoz , Navarro , Ojeda , Ortiz , Palma (don Joaquín) , Paya , Pérez ( don Aníbal) , Pérez (don Ramón) , Pérez (don Víctor) , Pizarro , Prochelle (doña Marina) , Prokuri ^a, Rebolledo (doña Romy), Reyes , Ribera , Rocha , Sabag , Seguel , Silva , Solís , Sota , Taladriz , Tohá , Turna , Ulloa , Urrutia (don Salvador) , Valenzuela , Vargas , Vene gas, VieraGallo , Vilches , Villouta , Walker , Wórner ( doña Martita ) y Zambrano .
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
Ofrezco la palabra sobre los otros tres numerales del artículo 1°
El señor FUENTEALBA.-
Pido la palabra.
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor FUENTEALBA.-
Señor Presidente, quiero fijar la posición de los Diputados demócrata cristianos.
Nos asiste la convicción de que la actual fórmula electoral debe ser modificada, por las siguientes razones. En primer lugar, porque la elección de alcaldes en la mayoría de los casos impide que ella sea directa y, por consiguiente, el reflejo fiel de la voluntad soberana del pueblo. En su defecto, ha ocurrido que la elección del alcalde prácticamente ha sido efectuada por las directivas partidarias o políticas o por acuerdos formulados con tal efecto.
En segundo lugar, porque creemos necesario restituir al electorado el imperio soberano y, al mismo tiempo, dotar al municipio de un jefe comunal representativo de sus gobernados que, a su vez, tenga bases sólidas de gobernalidad para el ejercicio de tan importante función.
Por último, la modificación de la actual fórmula electoral nos anima, porque el municipio constituye la base fundamental de nuestro sistema político. Por consiguiente, nos preocupa que en él se refleje fielmente la democracia y su práctica, no sólo en la confirmación de sus autoridades, sino también en el ejercicio de sus funciones y de su administración.
Los Diputados democratacristianos nos inclinábamos, primeramente, por una fórmula distinta de la actual, de la que votaremos hoy. Ella consistía en elegir en forma directa y separada al alcalde con el 50 por ciento más un voto y, en caso de no existir la mayoría absoluta, en una segunda vuelta demeritoria entre las dos primeras mayorías relativas. Sin embargo, debemos reconocer que esa fórmula no prosperó ni concitó el apoyo mayoritario de otras fuerzas políticas, lo que lo hizo fracasar, fundamentalmente, en el Honorable Senado.
Esta realidad nos motivó a buscar una fórmula distinta de aquélla, diferente de la actual contenida en la Ley Orgánica de Municipalidades y que sí nos permitiera mantener y resguardar los principios que he señalado, es decir, buscar consensos y coincidencias que resguarden la gobernabilidad, la representatividad y el ejercicio fiel, directo de la democracia en la elección de la máxima autoridad comunal.
La fórmula que votaremos y que apoyaremos los Diputados democratacristianos nos parece, francamente, la menos mala; pero, fundamentalmente, no burla la voluntad del electorado y asegura, sin embargo, los principios básicos de representatividad v gobernabilidad en el municipio que tanto nos preocupa.
He dicho.
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Cristián Leay.
El señor LEAY.-
Señor Presidente, la reforma electoral municipal es un tema público, que ha sido tratado con anterioridad a la llegada del proyecto de ley del Ejecutivo, respecto del cual la opinión pública ha tenido diversas posturas. En algunas hemos coincidido y en otras no.
Quiero hacer un poco de memoria y dar un elemento de luz sobre lo que primero señaló el Gobierno del sistema electoral. A través del Ministerio del Interior, consultó a los presidentes de partidos el proyecto inicial que proponía que fuera electo alcalde el concejal que obtuviera la primera mayoría de votos, independiente de la lista o el pacto; propuesta que, sin lugar a dudas, interpretaba el verdadero sentir nacional después de la triste experiencia que vivió el país de los resultados electorales de 1992, en los cuales se adulteró la voluntad popular a través de acuerdos y protocolos que permitieron que llegaran a ser alcaldes personas de muy baja representatividad ciudadana.
A esa propuesta accedieron plenamente y firmaron un acuerdo los partidos de la Oposición que conforman el Pacto Unión por Chile. Así, le manifestamos al señor Ministro del Interior la necesidad de buscar consenso en materia electoral, previo a la discusión técnica de la ley orgánica para perfeccionar los municipios.
Lamentablemente, el Gobierno propone lo que dispuso la Concertación. No es la primera vez que el Gobierno propone, pero quienes disponen son los presidentes de partidos de la Concertación. Una vez más al Gobierno se le dobla la mano para imponer los criterios y los intereses partidistas, en este caso respecto de la institucionalidad municipal.
Con posterioridad, se ha llegado a un acuerdo entre la Concertación y Renovación Nacional que rompe el principio inicial de la propuesta del Gobierno, al que habían adherido los partidos de la Oposición, principio que se basa simplemente en respetar la voluntad popular.
Es bueno analizar para qué sirven los sistemas electorales. Un sistema electoral sirve, simplemente, para dos objetivos que son claros: dar legitimidad a la autoridad, en este caso, a la autoridad del alcalde, y reflejar el orden de las preferencias en que los ciudadanos se han manifestado.
El acuerdo logrado entre la Concertación y Renovación Nacional rompe ese principio de respeto al pronunciamiento de los ciudadanos en las urnas; provoca una confusión, porque, de uno u otro modo, distorsiona las ventajas de la elección directa; como dije la voluntad popular al alterar el orden de preferencia, llegado a ser alcalde una persona que, nuevamente, logre una baja votación en las urnas; no legitima la autoridad del alcalde, porque al tener una baja votación y por medio de ella alcanzar su sitial, no es representativo de la comunidad.
Por lo tanto, de una u otra manera, el sistema propuesto destruye, en gran medida, la posibilidad de que la comunidad influya en las decisiones de la comuna. Y este punto específico de un régimen democrático sustancial queda simplemente como una consigna electorera.
El sistema electoral acordado repite exactamente los mismos errores de 1992: favorece nuevamente los intereses partidistas por sobre la institucionalidad municipal; favorece los arreglos entre partidos; favorece los acuerdos y los protocolos entre los partidos, pero lo único que no se respeta es la voluntad de los ciudadanos.
En definitiva, todos los sectores políticos, con posterioridad a la elección de 1992, criticaron el sistema; todos los partidos políticos se manifestaron por el cambio del sistema por uno más transparente, pero ¿a qué se ha llegado? Exactamente a lo mismo.
Espero que en septiembre de 1996, cuando estén asumiendo los nuevos alcaldes del país, quienes firmaron este acuerdo no tengan que decir nuevamente que se debe perfeccionar el sistema, que hay que modificar el sistema electoral, que fue un mal acuerdo, porque se cae en un grado de irresponsabilidad con los principios reseñados.
Parece que no se quiere aprender la lección, porque a la hora de decidir, a la hora de pensar un cambio, de nuevo prevalecen los mismos intereses partidistas por sobre los nacionales y por sobre la voluntad popular. O sea, las palabras sólo quedan en promesas.
¿En qué queda la iniciativa presentada por el Senador señor Piñera , en el sentido de que debiera ser electo alcalde la persona que obtuviera entre un 20 y un 25 por ciento de la votación, y en el caso de que no lo lograra ninguno de los candidatos, que hubiese una segunda vuelta entre las dos primeras mayorías relativas, con lo cual se consagra el principio de respetar la voluntad popular? ¿En qué quedan todos esos proyectos que se han hecho llegar al Congreso Nacional en términos de respetar dicha voluntad? La verdad es que, después de este acuerdo, simplemente en nada, y como dicen en la calle, en palabra de políticos, lo que, lamentablemente afecta la credibilidad del sistema democrático.
Se está proponiendo un sistema que es negativo para la institucionalidad municipal, que privilegia los intereses partidistas, que mantiene como dije los errores de la elección municipal de 1992, lo que es más grave porque ya hay una experiencia. Cuando se cometen errores, lo mejor en la vida es reconocerlos y enmendarlos; lo peores seguir cometiéndolos.
En definitiva, el sistema propuesto deslegitima el concepto de autoridad y lo que son los principios sustanciales de un sistema electoral democrático.
Rechazamos este acuerdo por los motivos reseñados. Pero rechazaremos también cualquier intento encubierto, que ya se viene tramando, para otorgar financia miento de las campañas políticas municipales.
Me parece reprochable el apoyo que le ha dado el Gobierno a esta iniciativa, a través del Ministerio del Interior. ¿Dónde está la preocupación verdadera del Gobierno por los pobres?
Hace poco el Parlamento tuvo que aprobar un reajuste de pensiones, y para ello el Gobierno señaló que no tenía recursos. Se debieron subir los impuestos a la bencina, y alzas en el IPC, que afectan preferentemente a la clase media. Pero ahora sí hay plata para financiar las burocracias partidistas.
Me parece que hay una tremenda incongruencia del Gobierno, de la Concertación y de quienes apoyan esta iniciativa cuando hablan de apoyar a los pobres. Hay que ser consecuentes.
Por lo tanto, como partido político, rechazaremos toda iniciativa en tal sentido.
He dicho.
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Aguiló.
El señor AGUILÓ.-
Señor Presidente, tal como quedó de manifiesto en la discusión en general, el país ha entendido la urgente necesidad de reformar la Ley Orgánica Municipal para perfeccionar disposiciones relativas a la gestión, administración y participación; asimismo, para modificar el actual sistema electoral que generan las autoridades municipales.
Del mismo modo, se explicó suficientemente que para un adecuado análisis era indispensable separar el tratamiento de las cuestiones de gestión de los temas electorales. Había, además, un problema de fechas absolutamente obligatorio de considerar.
Sin embargo, a juicio del Partido Socialista, los criterios concordantes que iluminaban el análisis de la gestión y administración municipal debían estar presentes también para el estudio de un mejor sistema electoral, que garantizara efectivamente su eficiencia y una gestión moderna y transparente en cada uno de los municipios.
En nuestra opinión, en materia de elección de las autoridades edilicias, estos propósitos de eficiencia, de transparencia y de modernidad debían traducirse en la búsqueda de un sistema electoral que simultáneamente permitiera la representación y la gobernabilidad. Es decir, que el alcalde obtuviera el mayor respaldo ciudadano y también lograra el mayor respaldo político posible del Concejo que lo va a acompañar en su gestión municipal. El sistema también debe tener transparencia, de manera que una vez que se hayan realizado los escrutinios, los ciudadanos puedan enterarse, efectivamente, ojalá ese mismo día o esa misma noche, de quiénes son sus autoridades.
En opinión de nuestro partido, la elección directa de alcaldes era el sistema más nítido para reflejar estos criterios. Era un requisito indispensable. Pero en opinión de los socialistas, no sólo era necesario un sistema que eligiera de manera directa a los alcaldes y concejales, sino que, además, permitiera una elección separada de éstos. Por ello, Senadores de nuestro partido presentaron una moción, que fue discutida en el Senado; pero, por desgracia, no tuvo el necesario acuerdo político.
Sin embargo, resulta evidente que el actual sistema electoral, que deja supeditado a un acuerdo ulterior del concejo quién será el futuro alcalde, es el peor de todos los sistemas, porque no garantiza transparencia, representatividad, como tampoco el de apoyo político del concejo.
Desde ese punto de vista, constatamos que se ha propuesto un sistema electoral que, sin ser el ideal, permite reunir las coincidencias suficientes para que al menos el alcalde sea elegido en forma directa, tenga alta representatividad y, al mismo tiempo, el adecuado apoyo político que, a su vez, garantice la gobernabilidad.
Desde el punto de vista, en la Comisión concurrimos a un acuerdo que designa como alcalde al candidato más votado de la lista que alcance el umbral del 30 por ciento, fórmula electoral que difiere sustancialmente de la que actualmente existe en el país.
En primer lugar, la fórmula propuesta en el proyecto es una elección directa y no indirecta como en la actualidad. Lamento que el Diputado señor Cristián Leay no haya percibido la diferencia entre una elección directa y una indirecta.
En segundo lugar, se garantiza que quien obtenga la más alta mayoría individual, si cumple con el requisito de ser miembro de una lista que alcance un umbral determinado, será elegido alcalde y, por tanto, se asegura la representatividad de quién asumirá el cargo de más alta responsabilidad en el municipio.
En tercer lugar, en el proyecto se advierte una preocupación por la gobernabilidad, es decir, que el alcalde no sea un solitario aislado, donde el concejo no tenga ninguna empatía, concordancia ni coherencia con las directrices fundamentales que a él le interesa impulsar en su comuna. Por tanto, el requisito de que la lista a que pertenezca el candidato más votado tenga un umbral al menos del 30 por ciento, permite garantizar la gobernabilidad en el municipio.
Estas son diferencias absolutamente sustanciales respecto del sistema vigente y, en nuestra opinión, modifican, perfeccionan, elevan la capacidad de gestión y de modernización de los municipios.
Si la UDI hubiera concordado desde su inicio, incluso en el Senado, con la elección separada de la primera autoridad municipal respecto del concejo, con mayoría absoluta para el primero, habría sido consecuente con su discurso de hoy. Sin embargo, los votos en contra de la UDI son parte de la explicación de que ahora estemos discutiendo una alternativa distinta, que sin ser la ideal, mejora sustancialmente la situación actual.
Por último, respecto de una segunda materia que ha estado presente en los debates, el Partido Socialista se muestra abierto, flexible, a que se modifiquen las fechas de las futuras elecciones municipales. Entendemos que en las fechas actuales, en plena época de invierno, una buena parte del país enfrenta problemas muy agudos. Por lo tanto, estamos dispuestos a estudiar el tema en el proyecto de ley sobre gestión y administración municipal.
He dicho.
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
Tiene la palabra el honorable Diputado señor Maximiano Errázuriz.
El señor ERRÁZURIZ.-
Señor Presidente, la política es el arte de lo posible. Nadie discute que el sistema de elección indirecta de alcaldes que ha existido hasta ahora no ha sido el mejor. Sin embargo, entre la opción que con la Unión Demócrata Independiente propiciamos, en el sentido de que debía ser elegido alcalde el que obtuviera la primera mayoría, cualquiera que fuere la lista o pacto que integrara incluso tratándose de un independiente, y el sistema actual, no cabe la menor duda de que era mejor la propuesta nuestra, porque era una manera de reflejar cuál era la votación ciudadana y como decía el Diputado señor Bayo el mejor vecino. Sin embargo, entre el sistema actual y lo que nosotros queríamos se ha llegado a un acuerdo, a un justo equilibrio, puesto que se ha encontrado la fórmula del candidato más votado de la lista que obtenga más del 30 por ciento de los votos. Pero ese acuerdo se alcanzó en la Comisión de Gobierno Interior.
Somos extraordinariamente celosos de nuestras atribuciones y facultades parlamentarias, y jamás habríamos aceptado órdenes de partido que prohíbe la ley de partidos políticos ni indicaciones externas. Lo que se produjo en la Comisión de Gobierno Interior de la Cámara fue una simple coincidencia en cuanto a los porcentajes, porque un señor Diputado de la Concertación propuso, días atrás, una indicación para que fuera elegido alcalde quien obtuviera la mayor cantidad de votos de la lista que superara el 33 por ciento de dichos votos, y votamos en contra de ella.
Finalmente, conversando con los Diputados integrantes de la Comisión, se llegó al acuerdo del 30 por ciento; pero reitero, esa fórmula obedece exclusivamente a un criterio adoptado al interior de la Comisión.
En cuanto a la fecha, lamento que no se haya podido resolver ahora.
Está presente en la Sala el Senador señor Mario Ríos , Presidente de la Comisión de Gobierno Interior del Senado que aprobó un proyecto de reforma constitucional enviado por el Ejecutivo que, textualmente, establece:
" Incorporare como disposición trigésima quinta transitoria la siguiente:
"Trigésima quinta: Los alcaldes y concejales en actual ejercicio continuarán en el desempeño de sus funciones hasta 90 días después de la fecha de la elección que fije la ley respectiva."
Este texto que repito fue aprobado por la Comisión de Gobierno Interior del Senado, pasará a la Sala la primera semana de octubre.
Aquí se produjo el absurdo de que el Ejecutivo envió al Senado el proyecto de reforma constitucional relativo a las municipalidades, y a la Cámara de Diputados, la reforma a la Ley N° 18.695.
Espero que este problema se pueda resolver favorablemente para que en todo el país, no sólo en la zona central y norte, tengamos en la próxima elección la mayor participación ciudadana.
Reitero que lamento lo ocurrido. La Unión Demócrata Independiente puede haberse sentido sobrepasada, porque entre el actual sistema y el que hemos aprobado en la Sala, éste último es mucho más representativo. Insisto, sin embargo, que el ideal al menos para mí habría sido que fuera alcalde quien obtenga la primera mayoría individual.
He dicho.
El señor ESTÉ VEZ (Presidente).-
Tiene la palabra el honorable Diputado señor Zambrano.
El señor ZAMBRANO.-
Señor Presidente, en representación de la bancada de la Democracia Cristiana reiterando lo planteado por nuestro jefe de bancada, anunció el voto favorable a este proyecto que reforma la Ley orgánica de municipalidades.
Como ha sido de público conocimiento, nuestra bancada y el Partido Demócrata Cristiano somos partidarios de la elección directa y separada de alcaldes, con un piso mínimo de votos, posición que es congruente con los acuerdos de nuestro congreso y de la Junta Nacional del partido. En nuestra opinión, ésta es la fórmula que refleja mejor el parecer de la ciudadanía y garantiza la gobernabilidad del municipio. Sin embargo, debemos expresar que una cosa es lo que se considera el ideal, y otra lo que es posible obtener conforme a las realidades políticas que vivimos. La política decía un colega que me antecedió en la palabra es el arte de lo posible.
Nuestro partido ha privilegiado a la Concertación y ha considerado prioritariamente mantener y consolidar la alianza de Gobierno, cediendo quizás en nuestras posiciones o en nuestros legítimos intereses electorales, teniendo en vista que es más importante el interés de Chile, de su Gobierno v de los partidos que lo apoyan.
Además, nuestra bancada se alegra de que en la Comisión de Gobierno Interior hayamos logrado coincidencias con los colegas de Renovación Nacional, a fin de concordar una fórmula electoral que permita alcanzar los objetivos planteados en el proyecto de ley; esto es, mejorar la gobernabilidad del municipio y hacer más transparente el ejercicio de la soberanía popular.
Los Diputados de la Concertación de Partidos por la Democracia y de Renovación Nacional hemos votado favorablemente en la Comisión la fórmula por la cual será elegido alcalde el candidato a concejal que haya obtenido el mayor número de preferencias individuales y cuya lista o pacto cuente, a lo menos, con el 30 por ciento de los votos válidamente emitidos. Si no se diere dicho supuesto, será elegido alcalde el candidato a concejal que haya obtenido la primera mayoría comunal y cuya lista o pacto haya alcanzado la mayor votación en la comuna.
En caso de no verificarse ninguno de los supuestos anteriores, será elegido alcalde el candidato a concejal que haya obtenido individualmente la mayor votación dentro de la lista o pacto mayoritario en la comuna.
Finalmente, debemos expresar que por el momento hemos cedido nuestra intención de modificar el sistema electoral, en cuanto al número par de concejales por elegir y al voto dirimente del alcalde.
Asimismo, debemos reconocer la buena disposición del Gobierno para acoger las sugerencias de la Comisión de Gobierno Interior y cumplir con el compromiso contraído por el señor Ministro del Interior de estudiar una propuesta de varios señores Diputados tendiente a hacer más transparente el financiamiento de las campañas políticas y, concretamente, determinar un sistema de financiamiento público para la próxima campaña de alcaldes y concejales. Con esto daríamos los primeros pasos en cuanto a la recomendación de la Comisión Especial sobre E tica Política de que las campañas políticas deben contar con un aporte del Estado a fin de garantizar mejor la igualdad ante la ley de los distintos candidatos a un cargo de representación popular, aminorando con ello la influencia de los diferentes recursos financieros con que cuenta cada candidatura.
Anuncio el voto favorable de la bancada de la Democracia Cristiana al presente proyecto de ley.
He dicho.
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
Tiene la palabra el honorable Diputado señor Tuma.
El señor TUMA.-
Señor Presidente, la instalación de los municipios democráticos, en junio de 1992, ha significado un claro avance para el país.
Chile apostó a la descentralización y al acercamiento del gasto público a los problemas del hombre y la mujer común. Y ésa es una apuesta del país que el Partido por la Democracia comparte en plenitud.
El futuro del país qué duda cabe necesita municipios más democráticos, más profesionalizados, con mayores espacios de participación y más eficientes; pero, por sobre todo, requiere municipios con más responsabilidades, atribuciones y recursos, porque son la cara del Estado más cercana a la ciudadanía, más capacitada para escuchar y procesar las demandas reales de la gente y el instrumento más eficaz para mejorar concretamente la calidad de vida de los chilenos en el ámbito local, donde los ciudadanos perciben con claridad las fortalezas y debilidades de nuestro sistema democrático.
Por ello, no son indiferentes los mecanismos que regulan la democracia local. No da lo mismo la forma de elegir a las autoridades. Esta decisión es uno de los actos más cercanos que los ciudadanos tienen para incidir en la agenda pública.
Por eso, el Partido Por la Democracia y su bancada parlamentaria celebra el acuerdo que hoy hemos logrado en materia de elección de autoridades comunales. En él se expresa nuestra voluntad de reformar la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades, posibilitando la participación más directa de los ciudadanos.
El consenso alcanzado en torno al proyecto representa un claro avance en el proceso de profundización de la democracia municipal y en la consolidación de nuestro sistema democrático, que paso a paso se va perfeccionando, sorteando los obstáculos propios de la institucionalidad, y también los temores que abrigan quienes resisten la voluntad mayoritaria del cambio.
Señor Presidente, a decir verdad, el sistema que estamos aprobando hoy no es perfecto, pero es el más cercano a lo que desea la ciudadanía, considerando las limitaciones que un acuerdo de esta naturaleza conlleva, toda vez que requiere del requisito de que sea un acuerdo políticamente viable. Y éste, afortunadamente, lo ha sido.
Con la reforma que aprobaremos aseguraremos el respeto de la voluntad ciudadana. Digámoslo con claridad. Ningún sistema electoral es totalmente satisfactorio, pero, obviamente, hay algunos sistemas que permite de manera más nítida la voz democrática de la gente y otros posibilitan desatenderla e, incluso, ahogarla. Es el caso del actual sistema, que traslada la decisión definitiva de quién será el alcalde en cada comuna del país, al secreto y restringido veredicto de los concejales.
En las próximas elecciones, los ciudadanos podrán elegir entre todas las alternativas disponibles y optar entre los distintos liderazgos locales, sin intervención de las cúpulas, asegurándose que será elegido alcalde el candidato a concejal que obtenga un amplio respaldo, que concite la adhesión mayoritaria de la comuna, y que además pertenezca a una lista o pacto que cuente, a lo menos, el 30 por ciento de los votos válidamente emitidos en la respectiva elección, excluidos los votos en blanco y los nulos.
En definitiva, hemos cumplido con el objetivo mayor de transferir a la ciudadanía el poder de elegir a sus alcaldes, evitando protocolos antes y después de la elección. Nadie reemplazará al pueblo en la decisión de elegir a su alcalde a lo largo de las 336 comunas del país. La misma noche de la elección, los ciudadanos podrán reconocer al futuro alcalde y celebrar el triunfo con la certeza de que no se torcerá la voluntad soberana expresada en el sufragio. La elección directa de alcaldes y concejales en una misma cédula constituye un avance democrático en la relación de la ciudadanía con los municipios, así como, en la gobernabilidad de las comunas.
De este modo impulsamos en el proceso de descentralización del país la expresión de los liderazgos comunales y preservamos la diversidad democrática. El país percibirá nuestra clara señal de flexibilizar el sistema político y respetar las autonomías locales en el proceso de generación de sus máximas autoridades.
Con relación a la fecha de las elecciones municipales, nuestra bancada también está dispuesta a apoyar un cambio de ella; particularmente, por los inconvenientes que tienen los ciudadanos rurales, en especial de la zona sur del país, para concurrir a las urnas durante el invierno, lo cual constituye un gravamen injustificado que atenta contra el principio de igualdad de oportunidades.
Del mismo modo, nuestra bancada está dispuesta a apoyar un proyecto que permita la transparencia en el gasto de las campañas electorales.
Con este acuerdo, que otorga mayor trasparencia al proceso de elección de alcalde se pone término asimismo a la división de los períodos municipales que ha significado un obstáculo y discontinuidad en la gestión comunal. Sin duda, la mayor legitimidad de la autoridades fortalece a los gobiernos comunales y contribuyente al proceso de modernización de los municipios, tarea a la que nos abocaremos con la celeridad que nos permite el acuerdo, que hoy aprobaremos en materia de generación de autoridades y que el Partido por la Democracia y su bancada parlamentaria han impulsado decididamente.
Esperamos que los discursos y promesas que se han expresado en el ámbito de la gestión municipal se traduzcan en un amplio acuerdo que permita, en un futuro próximo, aprobar el proyecto de ley en trámite en el Congreso en este momento en la Cámara y que persigue la modernización de los gobiernos locales.
¿Qué duda cabe de la incidencia creciente de los municipios en la vida de los ciudadanos? Hoy gestionan el 2,3 por ciento del producto geográfico bruto, y tenemos la voluntad de aumentar esa capacidad de administración de los recursos públicos. Para ello, era indispensable superar la desconfianza ciudadana que suscitaba la elección indirecta de los alcaldes, lo que se logra con el proyecto que la Cámara aprobará mayoritaria mente hoy.
También tenemos por delante la importante tarea de perfeccionar el marco legal que regula la gestión municipal para dotar al país de municipalidades asentadas en la realidad local y con capacidad de responder a los requerimientos de los ciudadanos.
Del éxito de estas reformas dependerá, en gran medida, la consolidación de nuestra democracia y también la modernización de esta institución fundamental en la administración del Estado.
Señor Presidente, ahora los partidos políticos tenemos la oportunidad también de contribuir al acercamiento de los municipios
con los ciudadanos. Hemos levantado la principal barrera que nos separaba para permitir la expresión de su voluntad democrática, sin intermediaciones, en la elección de alcaldes de 1996, y nos comprometemos a abordar con responsabilidad las reformas que requiere la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades para fortalecer la democracia comunal y así consolidar el régimen democrático para Chile.
He dicho.
El señor ESTÉ VEZ (Presidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Longton.
El señor LONGTON.-
Señor Presidente, por su intermedio concedo una interrupción al Diputado señor Ferrada .
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor FERRADA.-
Señor Presidente, respecto de esta materia, intervengo en nombre de un número importante de parlamentarios de mi bancada, para señalar que para nosotros también ha sido muy difícil, como lo ha expresado el Diputado señor Leay , discrepar con un partido aliado al que tenemos un gran afecto, que respetamos profundamente en sus ideas y con cuyos militantes hemos caminado juntos como sin duda lo haremos en el futuro en las materias más importantes que se debaten en el país.
Sin embargo, en el punto en discusión hemos tenido una divergencia que, en nuestro concepto, no toca a ninguna cuestión de principio fundamental.
El Diputado señor Turna ha dicho una gran verdad hoy en la Sala, que recoge la doctrina prácticamente universal de los constitucionalistas y expertos en sistemas electorales.
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
Señor Diputado, ¿usted va a hablar en vez del Diputado señor Longton ?
El señor FERRADA.-
En lo posible, señor Presidente.
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
Es posible con acuerdo de la bancada, pero debemos mantener las normas de procedimiento; si no hace uso de la interrupción, Su Señoría toma el lugar del señor Longton .
El señor FERRADA.-
Señor Presidente, lamento no haber esclarecido el sentido de mi intervención.
Decía que el Diputado señor Turna ha dicho una verdad que es incuestionable, reconocida universalmente. No existen sistemas electorales perfectos, y una discusión al respecto podría llevamos muchos días, meses o años, y nadie podría concluir cuál es, en definitiva, mejor que otro. Lo que siempre el legislador debe cuidar es que, al menos, el sistema electoral sea libre, honrado y lo más representativo posible. Desde este punto de vista los Diputados de Renovación Nacional piensan que escoger un sistema que determine que quien resulte elegido con la primera mayoría relativa no cumple con los requisitos de la representatividad exigible, no es una discusión nueva en el país.
Es oportuno recordar aunque espero que no resulte incómodo y que se entienda es un argumento de academia jurídica, que no importa ningún juicio político que a raíz de la elección de presidentes de la República que obtuvieron primera mayoría, muchas veces sé cuestionó si esa votación primera mayoría relativa era suficiente para concederle el gobierno a la Nación.
Esto se discutió en 1958, en 1970 y cada vez que un candidato a la Primera Magistratura alcanzaba la primera mayoría, pero que, en definitiva, no necesariamente representaba una mayoría absoluta que le diera a su gobierno, a su mando, la fortaleza requerida para conducir realmente los destinos del país.
¿Qué ocurría en esa época? Desde luego, se sabía que el Congreso procedía a una suerte de segunda vuelta, pero que al país tampoco le parecía suficiente, y se fue imponiendo una mala tradición, que el Congreso no era capaz de superar, ya que el pueblo proclamaba a quién obtenía la primera mayoría sin que el segundo trámite fuera necesario.
Entonces, se planteó la segunda vuelta. Ahora, nuevamente y para este efecto, se menciona una segunda vuelta, pero los mismos que la postulan, generalmente se quejan de que el país vive en elecciones y del excesivo gasto que significan, se quejan y con razón, que comparto de que las elecciones paralizan el país y la marcha normal de la economía, que ponen una nota de suspenso y que el país no merece pasarse de elección en elección.
Por eso, quienes piensan así, han llegado muchas veces a la conclusión de que debería existir un sistema de uniformidad electoral que permitiera que las elecciones de concejales se efectuaran junto con las de parlamentarios o éstas junto con la de Presidente de la República. Pero no es posible imponer un sistema de segundas vueltas que condene al país a vivir en permanentes elecciones, tampoco lo es entregar a las comunas un gobierno que descanses sólo en el concepto de las primeras mayorías relativas. Si así fuera, podría ocurrir que la alcaldía la asumiera una primera mayoría relativa, que sin ser representativa de un grupo social que al menos represente ese 30 por ciento que en las elecciones presidenciales se consideraba muy poco, no pueda dar gobierno a la comuna.
Los Diputados de Renovación Nacional pensamos, al igual que el Diputado señor Leay , que la comuna es, en definitiva, el órgano esencial de la democracia chilena. La comuna es a la sociedad en general lo que la familia es al orden de las personas; es la extensión natural del hogar chileno. Allí es donde los vecinos, nuestros ciudadanos comunes, encuentran la solución de sus problemas domésticos, del desarrollo de su familia, en educación, vivienda, salud y policía, que no son capaces de resolver solos.
En consecuencia, para nosotros, lo mismo que para la Unión Demócrata Independiente, es esencial asegurar a la comuna un buen gobierno, adecuado, pero creemos que a través de este sistema, como muy bien lo ha explicado también el Diputado señor Errázuriz , sin ánimo de quebrar ninguna cuestión de principios, vamos a avanzar y a obtener que ¡os alcaldes sean las personas más queridas de la comuna, las más respetadas, las más distinguidas, pero al mismo tiempo, las más representativas, de modo que sus gobiernos sean eficaces y efectivamente contribuyan durante el largo tiempo que deben desempeñarse, a dar a la administración sentido y orientación definidos.
Muchas gracias.
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
Tiene la palabra el honorable Diputado señor Encina.
El señor ENCINA.-
Señor Presidente, todas las fuerzas pol��ticas coinciden en la necesidad de avanzar en el sistema electoral municipal.
En ese sentido, el Ejecutivo desglosó la iniciativa, y quiero plantear la opinión de mi colectividad respecto de este tema.
El Partido Socialista valora la experiencia acumulada en la gestión municipal en estos años, y en la búsqueda de una mayor extensión de la democracia a nivel local, ha sostenido como también lo hizo en el pasado, que el sistema más conveniente para el municipio y la ciudadanía era la elección directa y separada de alcalde y concejales. Para nosotros se trataba de la mejor alternativa que tenía la ciudadanía, incluso considerando la segunda vuelta electoral si es de la votación. Este sistema nos parecía representativo de la expresión mayoritaria de la ciudadanía, tanto a nivel de los candidatos a alcaldes como de los concejales.
Es más, esta idea fue presentada como moción parlamentaria que fue rechazada por la Sala del Senado por los senadores señora Carmen Frei , Ricardo Núñez e, incluso, por senadores de Oposición. No obstante, aquí vemos un doble discurso de muchas fuerzas políticas: se quiere modernizar la gestión y administración municipal; sin embargo, no se quiere modernizar el sistema electoral del municipio.
Es importante, entonces, detenerse en lo que significa y aquí voy a discrepar del Diputado señor Ferrada la segunda vuelta electoral.
Al señalar que es ir demasiado lejos plantear una segunda vuelta electoral en el sistema municipal, se concluye la poca importancia que se le da al municipio, desde el punto de vista de lo que es la gestión de un cargo unipersonal como el de alcalde. La elección de autoridades unipersonales a través de una segunda vuelta, no debe ser ni traumática ni desproporcionada. Este país tiene que acostumbrarse a proceder así, porque, de hecho, para la elección presidencial existe, y además, en muchos países del mundo se utiliza, sin por ello considerarla traumática. En Francia, por ejemplo, el umbral es del 40 por ciento, aunque cueste más recursos, pero se justifica la búsqueda de un sentido democrático. El sistema de segunda vuelta es lo más justo que pueda existir, y en tal perspectiva, deberíamos avanzar en Chile para que ese sistema se implemente. Esa es la verdad, y es lo que ha planteado el Partido Socialista desde un principio.
Sin embargo, pensamos que existía la necesidad de perfeccionarlo. Quiero recordar que en la moción senatorial que mencionaba, hubo partidos de Oposición que se negaron rotundamente a esta alternativa, concretamente la UDI. En cambio, senadores de Renovación Nacional, e incluso institucionales, votaron a favor de la segunda vuelta electoral con el 40 por ciento como umbral.
Estamos plenamente conscientes de la necesidad imperiosa de perfeccionar los gobiernos locales y la forma de elegir alcaldes y concejales. En este sentido, el Partido Socialista ha aceptado, posteriormente, la idea de la elección directa y conjunta con el umbral del 30 por ciento.
Una vez aceptada esta idea central o matriz, la discusión se centra en el problema de los umbrales, que no es menor. La necesidad de tener una mayoría absoluta para la elección de los cargos unipersonales se convirtió en un problema para el ejercicio democrático del poder en el país.
El problema del umbral, como expresaba, no es menor; al contrario, tiene un gran componente de representatividad y democracia. Partimos de la base de que la elección directa y conjunta de alcalde y concejales no es lo ideal; sin embargo, el problema del umbral no es un asunto ajeno al principio democrático de las mayorías ciudadanas, porque estamos conscientes de que este sistema híbrido que se aprobará hoy, que combina mayorías colegiadas el concejo, con mayorías individuales el alcalde, electo en forma conjunta y directa, no es el mejor.
Por lo tanto, nos parece de toda lógica que corresponda fijar un umbral, pues sólo así se respeta el criterio que ha logrado un mayoritario consenso político en la Comisión de Gobierno Interior, entre Gobierno, partidos de la Concertación y sectores parlamentarios de la Oposición de privilegiar la mayoría individual con la mayoría colegiada.
Por otra parte, consideramos importantísimas las reformas referentes al número de concejales, que el proyecto del Ejecutivo contenía originalmente.
Como fruto de este consenso, se ha decidido conservar el número par y, además, el de concejales por segmentos de electores, según las comunas.
Por último, nos parece de real importancia una serie de artículos nuevos presentados a través de diversas indicaciones parlamentarias relativas al control de ingresos y gastos de campañas electorales, como de límites de gastos y subvenciones estatales para las campañas electorales. Aquí debemos recordar el compromiso del Ejecutivo de estudiar estas materias y hacerlas compatibles con el tratamiento de la Ley Municipal desde un punto de vista de gestión y administración.
Por último, anuncio que el Partido Socialista votará favorablemente el proyecto, lamentando que no haya primado el criterio de combinar las mayorías colegiadas y unipersonales, como era la idea matriz del Gobierno, fijando el umbral del 40 por ciento. Sin embargo, estamos acordes con el consenso mayoritario de un umbral del 30 por ciento de la lista del candidato que obtenga la primera mayoría individual comunal, para ser electo alcalde.
Los socialistas estamos convencidos de que así contribuiremos con un primer paso que permitirá acercar la democracia a la gente en su instancia institucional más próxima, su entorno territorial y vida cotidiana, constituidos por la comuna.
He dicho.
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor García-Huidobro .
El señor GARCÍA-HUIDOBRO.-
Señor Presidente, la proposición del Gobierno es que el alcalde no sea elegido entre los candidatos con más votos, sino de los bloques políticos que reciban mayor votación, que sólo de ellos se elija al candidato que obtenga más votos. Así, en definitiva, se privilegiará la votación política por sobre la decisión de los electores.
Lo anterior, lo ha apoyado y aprobado la mayoría de la Comisión de Gobierno Interior de la Corporación.
Me parece que se busca una ley para privilegiar a los políticos y sus partidos, en lugar del ciudadano y sus decisiones. Asimismo, creo que debe ser electo alcalde la persona, y no el bloque político, que obtenga la primera mayoría individual cualquiera que sea la lista en que postule y deben ser electos los concejales que obtengan las votaciones individuales siguientes, estableciéndose así el orden de sucesión para el edil. El electorado debe expresarse y debemos permitir que lo haga en la proporción que él mismo determine, a través de sus preferencias para decidir quién es electo alcalde y quiénes, concejales.
De esta forma, se evitará toda politización de los municipios permitiendo que, tanto alcaldes como concejales, se elijan de entre las mejores figuras y personas de cada comuna, y no de entre bloques y partidos políticos.
En la actualidad, hay que mirar al municipio mucho más allá. Es una institución que se asemeja a una gran empresa, de la cual dependen la salud, la educación, el desarrollo social, etcétera.
Pregunto: ¿los gerentes que deben conducir las grandes empresas, se eligen por su color político o por su capacidad de administración? ¿Por qué se pretende hacer algo diferente en las municipalidades? Ahí está la respuesta a muchos resultados funestos de un gran número de actuales municipios, porque si sigue discriminando en favor de los partidos y en contra de los independientes que constituyen la inmensa mayoría de los chilenos.
La Constitución Política establece claramente la igualdad de oportunidades y prohíbe toda discriminación entre militantes de partidos políticos e independientes. Cualquiera disposición en contrario, vulnera este principio fundamental en una democracia.
El artículo 18 de nuestra Constitución Política y leeré una parte dice: "... se garantizará siempre la plena igualdad entre los independientes y los miembros de partidos políticos, tanto en la presentación de candidaturas como en su participación en los señalados procesos."
Hemos visto que algunos sectores políticos atacan la institución de los Senadores designados, pero, con este sistema electoral, son los mismos que amparan la institución de alcaldes y concejales designados por los grandes partidos o bloques; aún más, se cometa que se pretenderá dejar abierta la posibilidad de postergar las elecciones municipales, lo que también significa convertir a los actuales alcaldes y concejales en designados por el Congreso, por un período, a espaldas de lo que el pueblo eligió, que fue por cuatro años.
Asimismo, quiero manifestar mi rechazo a un posible proyecto para usar recursos de todos los chilenos para el financiamiento de las campañas de concejales y alcaldes. Las necesidades del país son urgentes y mucho mayores que estar sacándoles plata a los más pobres para entregársela a los políticos.
También rechazaré cualquier proyecto, si no se solucionan primero las urgentes necesidades sociales del país, que vaya en beneficio de las campañas de los partidos políticos o de los candidatos a concejales y alcaldes.
En consecuencia, votaré en contra del numeral 6), que sustituye el artículo 115 de esta ley.
He dicho.
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
Tiene la palabra el honorable Diputado señor Pizarro.
El señor PIZARRO.-
Señor Presidente, según nuestro partido, el proyecto reconoce, de manera fundamental, la importancia de los organismos intermedios en un sistema democrático respecto de la necesidad de participación real en la formulación de políticos públicas y que permiten el creciente y consistente fortalecimiento de la sociedad demo crética.
Este consenso generalizado de los diferentes sectores políticos del país respecto de la necesidad de modificar aspectos de esta normativa, incide directamente sobre los conceptos de democracia local y participación ciudadana en el desarrollo comunal.
Nos parece que la municipalidad tiene un rol fundamental en la actual y futura institucionalidad, que debe avanzar conjuntamente con la sociedad hacia niveles crecientes de desarrollo económico y social, y debe también reforzar nuestra identidad cultural.
Por eso, nos parece que una legislación en ese sentido ayuda y facilita la perspectiva de la descentralización del Estado, y devuelve poder de decisión a las instancias territoriales de gobierno y de administración, a fin de lograr el desarrollo armónico y equilibrado que tanto anhelamos.
El mecanismo electoral que está siendo sometido a discusión en la Cámara, debe ser consecuente con un objetivo básico de toda democracia, y el mecanismo electoral debe dar la mayor legitimidad posible a las autoridades que deseamos elegir.
De esta manera, mejoramos y perfeccionamos la calidad de la gestión municipal, porque éste debe conocer e interpretar adecuadamente las aspiraciones y necesidades de la comunidad con la cual dialoga y aúna esfuerzos para obtener su desarrollo integral.
En este marco, la modificación en trámite, en nuestra opinión, debe estar necesariamente orientada por los principios antes expuestos, que busca corregir las deficiencias, y los problemas y defectos del actual sistema.
La mayor complicación que debemos ser capaces de superar es la de la elección directa del alcalde; es decir, al final del día de la elección, necesariamente la gente deberá saber quién será la persona que regirá los destinos de la comuna.
El actual sistema de elección indirecta permitió que sólo en 51 comunas del país un candidato lograse superar el 35 por ciento de los votos. Eso significó que, prácticamente, en el 85 por ciento del resto de los municipios se debió elegir a los candidatos de manera indirecta, lo que, obviamente, provocó la frustración de la gente al no saber quién era su jefe comunal y, además, una serie de protocolos, negociaciones, acuerdos; en fin, una serie de situaciones que no han sido buenas ni para los gobiernos municipales, ni para la gente, ni para los partidos, ni menos para quienes salieron electos.
Por ello nos pareció fundamental como lo han dicho mis colegas de partido establecer una elección directa y separada de los alcaldes, con segunda vuelta. Es decir, hemos propuesto que la gente vote para elegir alcaldes en ciertas papeletas y para concejales, en otras. La razón es que nos parece fundamental que la gente pueda distinguir quién cumple la función de alcalde y quién la de concejal, para el buen funcionamiento de la comuna.
Como distintos colegas se han referido mucho a este tema, creo importante recordarles a quienes han hecho aseveraciones de que también ha estado por la votación directa y separada de alcaldes, han actuado de manera distinta a lo que han dicho al país.
También deben recordar que el proyecto planteado para la elección directa y separada de alcaldes, en el Senado lo votaron en contra quienes en la Cámara han manifestado estar dispuestos a una elección directa y separada. Eso es algo que la gente debe saber.
Es bueno que el país sepa lo que pasa en el momento de emitir el voto. Una cosa es lo que se dice y, otra, lo que se hace.
Quienes, en el Senado de la República votaron en contra la propuesta de elección directa y separada de alcaldes, no pueden venir a seguir tratando de dar lecciones de democracia en circunstancias de que se opusieron en el momento que tuvieron la oportunidad de votar en consecuencia.
Por estas razones no se puede llegar y decir que la elección directa y separada como lo hizo un Diputado de la UDI en la discusión general de este proyecto es negativa, ya que no permitiría la legitimidad de quien sea electo.
En la discusión habida hace 15 días en esta misma Cámara, se planteó este problema y la pregunta obvia de cualquier persona es ¿cómo no va a ser legítimo un sistema en el que la gente opta libremente por los candidatos que considere los mejores para alcalde? Y si, como ocurre en la elección de Presidente de la República, ningún candidato obtiene la mayoría absoluta en la primera votación, se va a una segunda vuelta entre las dos primeras mayorías.
Si somos capaces de hacerlo cuando elegimos al Presidente de la República, que es la autoridad máxima de nuestro sistema democrático, ¿cómo no podemos hacerlo en el momento de elegir a quien dirigirá el gobierno comunal?
La propuesta presentada por el Gobierno reemplaza la moción que no prosperó en el Senado, y hemos sostenido que nuestro objetivo fundamental es modificar la actual ley electoral, por lo que nos parece de gran importancia que se elija directamente a los alcaldes. Esa es la razón por la cual la Democracia Cristiana se ha allanado a este proyecto.
Entendemos que así como este proyecto garantiza la elección directa, permite otro principio elemental, que es la eliminación de las omisiones entre los distintos partidos. También es importante porque a los ciudadanos no se les puede limitar la oferta electoral, y en los pactos, tal como se establezcan en las listas que se configuren, podrán escoger entre la más variada gama de candidatos con una misma concepción o postura.
El pueblo debe poder escoger de entre todo el abanico político, de todas las tendencias y partidos; de todas las sensibilidades, incluso, perfectamente de los independientes; porque es de mucha trascendencia que los partidos no restrinjan su capacidad de representación, ni menos su posibilidad de crecer y competir.
En este marco, y entendiendo que el proyecto del Gobierno, efectivamente, permite la elección directa del alcalde, nos parece que la elección directa y conjunta como se le ha llamado debe contener, además, elementos de justicia electoral.
Por tal razón, la priorización del concepto en la primera mayoría comunal nos parece relevante para la determinación del alcalde pero, al mismo tiempo, entendemos que el buen gobierno local debe garantizarse; es decir, debe reflejarse también en la representación popular de los partidos en la elección de concejales, permitiendo de ese modo que el alcalde electo cuente con el respectivo equipo de concejales para la ejecución de sus tareas y, por otro lado, que exista un número prudente de concejales que cumpla las funciones de control que toda oposición debe tener.
Ese objetivo, junto al de la no restricción de la oferta electoral, sólo se cumple en la elección directa conjunta a partir del establecimiento de un umbral de lista igual o similar al propuesto en este caso. Nos hemos allanado a un umbral del 30 por ciento, en el entendido de que garantiza que determinados pactos o alianzas concurran a la elección, priorizando no sólo la candidatura del alcalde, sino también la de sus respectivos concejales. Si no fuera de este modo, a algunos sectores les gustaría llevar sólo un candidato que, concentrando la votación de cualquiera de los sectores y gracias a la distorsión del otro bloque, con su sola votación permitiera alcanzar el porcentaje exigido para la lista, y de esa forma asegurar electoralmente la alcaldía, en perjuicio del buen gobierno o de la buena gestión local.
Algunos colegas han manifestado que el umbral violenta la voluntad ciudadana porque no respetaría la votación de la ciudadanía, y que es conveniente que sólo resulte elegido alcalde quien recibe más votos, independientemente de los que obtenga la lista o, incluso, ese candidato.
Tal planteamiento pretende que una minoría se transforme artificialmente en mayoría, y desconoce la legitimidad de la gente a expresarse por una concepción de gobierno local que está representada a través de partidos políticos, alianzas o pactos que se formen. Si los partidos de la Derecha o la UDI quisieran que resultara elegido alcalde quien recibe los votos directos de la ciudadanía, lo lógico habría sido aplicar el principio de la elección directa y separada de concejales y alcalde, y permitir que éste obtuviera la mitad más uno de los votos, requisito que, como he dicho anteriormente, se exige al candidato a Presidente de la República. Esa es la única manera de que, para gobernar, un alcalde cuente con la legítima y verdadera mayoría de su comuna.
El mejor procedimiento que permitía esta situación significaría, además, cambiar el actual sistema binominal existente en el país y que también se aplica en la elección de concejales. Hay que tener presente que este sistema fue ideado por la UDI en la negociación hecha en su oportunidad.
Asimismo, es bueno recordar algunas de las afirmaciones del Diputado representante de la UDI. Me referiré a sólo tres de ellas.
En primer lugar, quiero recordar su alusión a las propuestas del Gobierno, en cuanto a que éste propone una cosa, y después los partidos la cambian. Me parece una buena noticia de que la UDI nos diga que los partidos políticos no tienen derecho a cambiar las proposiciones del Gobierno o a discrepar de ellas.
Por primera vez escucho que un partido de Oposición renuncia a la posibilidad de plantear opiniones distintas u ofrecer alternativas diferentes a una propuesta de Gobierno. Por lo tanto, les pido a los colegas de la UDI, que van a tener una buena oportunidad de actuar en consecuencia con lo dicho por el colega Leay , que no se opongan y que apoyen con sus votos la propuesta del Presidente Frei que ayuda a la reconciliación y al fortalecimiento de nuestra institucionalidad democrática.
En segundo término, respecto de los juicios peyorativos sobre el sistema electoral de 1992, quiero rememorar que la gran responsable del acuerdo político adoptado para esas elecciones fue la Unión Demócrata Independiente, que exigió el número par de concejales para lograr un sistema binominal ampliado y la elección indirecta, porque de lo contrario no habría tenido posibilidades de obtener ni un solo alcalde en el país. Esa es la verdad. Como nosotros teníamos un objetivo mayor, es decir, la necesidad de democratizar los municipios, tuvimos que aceptarlo, tal como lo estamos haciendo con esta fórmula, que si bien no es la que más nos gusta, permite avanzar realmente en el principio de la democracia y de la participación de la gente, al posibilitar la elección directa de alcalde junto con los concejales.
Por último, en lo relativo al financiamiento, ¡por Dios!, dijimos que hay que tener un mínimo de consecuencia. Las preguntas de cajón son: ¿Por qué la UDI se opone a un financiamiento público y establecido, con tope, para las campañas electorales? ¿De dónde sale la plata? Nos gustaría tener igualdad de oportunidades para poder competir; que la posibilidad de salir elegido no dependiera de los millones y millones de pesos que se gastan en algunas campañas y candidaturas millonarias. ¿Cuánto le costó al líder natural de la UCC su campaña a Senador o a Presidente?
Cuando se quiera hablar en serio, hablemos en serio y no hagamos demagogia. Aquí hay varios señores Diputados que deberían decir cuánto les costaron sus campañas y de dónde salieron las platas. Tal vez de los poderes tácticos; y ello debe ser porque tienen buenas relaciones con los grupos económicos, y nosotros no.
Lo que pasa es que cuando se habla de establecer un sistema transparente, de igualdad de oportunidades, en el cual todos podamos competir, queridos colegas de la UDI y de la UCC, lo que corresponde es que voten en consecuencia. ¡Pongámosles límite a las campañas millonarias! ¡Pongámosles límite a campañas como la que hizo, por ejemplo, el Diputado señor Bombal en Las Condes ! ¿Cuántos millones de pesos gastó? ¡Con lo que él gasto podríamos haber financiado la campaña municipal de todos los candidatos a concejales de todas las listas! De eso es lo que estamos hablando, señor Presidente.
Por eso, cuando aquí se viene a hacer demagogia, hay que hacerlo con seriedad y con responsabilidad.
He dicho.
El señor ORTIZ (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Jorge Ulloa.
El señor ULLOA.-
Señor Presidente, sin duda, estamos frente a un proyecto que importa mucho a la gente. Y le importa mucho pues es esta Corporación la que debe dar muestras de respeto por lo que piensan los electores de nuestro país.
Tengo la impresión de que si se quisiera discutir en serio el tema del financiamiento, la UDI estaría absolutamente dispuesta a hacerlo, pues no tenemos nada que esconder. Por el contrario, en relación con el comentario hecho por el señor Diputado que me antecedió en el uso de la palabra, creo que lo que tenemos que hacer es, sencillamente, aplicar la misma regla para todos. Estamos absolutamente de acuerdo con colocarle un límite al gasto en las elecciones. Pero no creemos que sea ético ni una conducta normal que a pesar de tener aún tanta pobreza por superar, estemos destinando recursos estatales a las elecciones; no estamos hablando de recursos de particulares. Si ustedes quieren hacer efectivamente un planteamiento transparente, estamos de acuerdo con ponerle límite al gasto de las campañas; no tenemos inconveniente alguno. Lo que no queremos es que se dilapiden los recursos del Estado, porque no resulta lógico otorgar recursos que les han sido negados sistemáticamente a muchos sectores de la sociedad a un sector bastante pequeño, estimado entre el 6 y el 7 por ciento, que representamos los partidos políticos.
Ahora bien, aquí se ha objetado la razón por la cual se establecen porcentajes en la elección. Seamos sinceros y prácticos. Hoy, la gran mayoría de los alcaldes no tiene dificultades con los concejales, excepto con los de su partido. Si no lo creen, es cosa de revisar los diarios y ver los problemas que normalmente tienen los alcaldes de la Democracia Cristiana con sus pares, y muchos de ellos, para gobernar bien en sus comunas, deben hacerlo exclusivamente con el apoyo de los concejales de Renovación Nacional y de la UDI.
En consecuencia, no vengamos a sustentar la tesis de que una elección con porcentaje permite gobernabilidad, porque eso significa ignorar lo que ocurre en la práctica.
Alguien se refirió pomposamente al sistema electoral perfecto. Si es obvio que no existe. Sin embargo, hay sistemas menos malos que otros, y el que se está aprobando aquí en virtud del acuerdo al que llegó y al cual nosotros, legítima y orgullosamente, no concurrimos creemos que es más malo que el que nosotros propusimos.
En esta materia, quiero referirme a un párrafo de " El Mercurio ", del martes 18 de julio, en el cual el Presidente de Renovación Nacional, señor Andrés Allamand , señala que el principio básico que el pacto opositor defiende en esta materia se refiere a la materia municipal es la elección directa y conjunta de alcaldes y concejales, y que el jefe comunal sea quien obtenga efectivamente el mayor número de votos. Lo señala como un principio básico. De manera que cuando un señor Diputado plantea que no es un problema de principios, al menos en esta materia, tendríamos que ponernos de acuerdo sobre cuáles son principios básicos y cuáles no.
Lamentamos de verdad que nuestro pacto tenga dificultades, precisamente porque se alteran las reglas del juego después que se establecen. Sinceramente, creemos que es mejor señalar con claridad sobre qué bases pensamos trabajar.
El señor ORTIZ (Vicepresidente).-
Señor Diputado, ha terminado el tiempo del Comité de la Unión Demócrata Independiente. Le ruego que redondee su idea.
El señor ULLOA.-
Debemos buscar objetivamente lo que sin duda buscamos todos, es decir, cómo mejorar la condición de los chilenos. Pero este provecto es el camino equivocado.
He dicho.
El señor ORTIZ (Vicepresidente).-
En el tiempo correspondiente al Comité del Partido Socialista, tiene la palabra el honorable Diputado señor Carlos Montes.
El señor MONTES.-
Señor Presidente, hablaré brevemente, sólo para dejar constancia de un punto de vista sobre esta materia.
Estamos discutiendo la forma de generar autoridades a nivel municipal, pero se ha postergado la discusión relativa al tema de la gestión.
Gobernabilidad y buen gobierno son dos otras de la misma moneda. La forma de generar gobernabilidad condiciona seriamente la gestión; condiciona el buen gobierno. Entre otras cosas, la fuerza ejecutiva de un alcalde depende de la legitimidad que alean ce, de la capacidad de liderazgo que demuestre.
La Comisión de Gobierno Interior nos presenta un proyecto aprobado en forma unánime, para tratar de superar las actuales disposiciones que no les parecen bien a ninguno de los sectores de la Cámara. Y se formula una propuesta: que el alcalde se elija de entre la lista con más del 30 por ciento y que tenga primera mayoría comunal individual, o en su defecto de la lista con más votos.
Creo que el mayor defecto de esta propuesta es que el alcalde puede ser minoritario en el concejo, y lo será en un porcentaje de las comunas, del país; 10,15 ó 20 por ciento, no lo sabemos. Hoy tenemos una cantidad de situaciones que distorsionan la adecuada representación y gestión municipal, y la verdad es que la reemplazamos por un sistema que también tiene un gran defecto, un gran forado.
Por otra parte, se mantienen los concejos pares.
Durante el debate del primer informe nos referimos a los defectos y problemas de los concejos pares y a la necesidad de que fueran impares, para que decidieran de manera más fluida un conjunto de cuestiones. También planteamos que su tamaño era discutible. Hoy existen en el país a lo menos diez comunas donde hay más concejales que funcionarios. Este solo hecho ameritaría una reflexión.
En verdad, si se piensa en alternativas, resulta curioso que todas las bancadas, con excepción del PPD, hayan sostenido la conveniencia de la elección separada de alcaldes y concejales. Y se ha sostenido no sólo hoy, sino que también en el debate de la reforma municipal de fines de 1991 y comienzos de 1992. Las bancadas de la Democracia Cristiana, del Partido Socialista, de la UDI y de Renovación Nacional, al menos a través del planteamiento del Diputado señor Cantero , así lo manifestaron. No obstante, a pesar de que todos estamos sosteniendo lo minino, al final está saliendo una propuesta que no refleja bien esa posición.
Un grupo de parlamentarios formulamos una propuesta, con el ánimo de asegurar una determinada manera de generar la autoridad, más coherente con el tema del buen gobierno. Partimos de la base de que las comunas del país son muy heterogéneas. Por lo tanto, proponemos que haya una diferenciación según su tamaño, tanto en la manera de generar la autoridad lo que hoy está en debate como en muchos aspectos que tienen que ver con la gestión, porque no es lo mismo dirigir una comuna de 200 ó 300 electores que una de 200 mil. La naturaleza de los problemas es diferente.
En este país, en 70 comunas vive el 70 por ciento de los chilenos, las cuales cuentan con más de 30 mil electores y más o menos 50 mil habitantes. En esas comunas está la mayor parte de los estudiantes del país, los mayores requerimientos de atención en salud y donde hay más necesidades de buenos servicios públicos. Por otra parte, existen 178 comunas de menos de 10 mil electores.
¿Qué hemos propuesto? Que en las 70, comunas grandes se realicen elecciones separadas de alcaldes y de concejales, con una segunda vuelta...
El señor LATORRE.-
¡En todas!
El señor MONTES.-
... y que los electores puedan votar por el candidato que deseen para alcalde, pues una persona puede ser un muy buen concejal, pero no un buen alcalde.
La segunda vuelta permite que haya un proceso político de entendimiento entre las fuerzas y asegura alcaldes de mayoría, con amplia legitimidad, capaces de ejercer todas las funciones que les estamos asignando.
Para las 266 comunas con menos de 30 mil electores, podría ser factible la propuesta presentada a la Sala por la Comisión de Gobierno Interior. Además, creemos que los concejos hay que diferenciarlos en forma más proporcional. Para las 178 comunas con menos de 10 mil electores, proponemos cinco concejales y, para las más grandes, aumentar su número en algunos tramos. En todas los casos, deben ser impares, porque ello permite mayor fluidez en las decisiones.
Estoy convencido de que si aprobamos la reforma en los términos planteados, en poco tiempo más, después de las elecciones, esta taremos pensando en la tercera modificación al sistema de generación de la autoridad municipal.
Pensamos que es necesario reflexionar más al respecto; esperamos que el Senado profundice en estas materias y que busque formas efectivas de compatibilizar representatividad, gobernabilidad con buen gobierno, y no generar mecanismos que lleven a distorsiones como las señaladas.
El criterio electoral de los intereses partidarios nos parece muy importante y necesario en una democracia, pero no puede ser el único elemento ordenador de todo. Es necesario que la ciudadanía pueda contar con un sistema más perdurable. Ojalá que los debates sobre la forma de generar la autoridad no los hagamos a poco tiempo de las elecciones, porque cuando ello sucede, es éste el criterio que predomina y no el de fortalecer el municipio como una instancia democrática eficaz, donde haya cabida para una real participación ciudadana.
He dicho.
El señor ORTIZ (Vicepresidente).-
Ha terminado el tiempo del Comité Socialista.
En el tiempo del Comité del Partidos Renovación Nacional, tiene la palabra el honorable Diputado señor Carlos Cantero.
El señor CANTERO.-
Señor Presidente, el sistema electoral vigente ha recibido todo tipo de calificativos: inadecuado, impropio, perverso, antidemocrático, producto de una situación muy confusa. Lo cierto es que no protege el derecho de los ciudadanos a elegir democráticamente a sus autoridades. Es un sistema perverso, porque, finalmente, son los pactos, los acuerdos o los protocolos los que terminan eligiendo a las autoridades del ámbito municipal. Esa es la esencia del sistema electoral que hoy tiene Chile.
Las dificultades que ha acarreado son más que evidentes, son obvias, están a la vista, han sido escandalosas en el país.
¿Qué se ha propuesto Renovación Nacional? Modificar ese sistema perverso y escandaloso, para lo cual ha buscado distintas fórmulas. Las materias de representatividad, de gobernabilidad y de transparencias están insertas en la raíz de la generación de la autoridad; el respeto a la expresión ciudadana es de la esencia de la elección democrática y, sin embargo, no se cautela.
Se ha sostenido que el sistema electoral es una cuestión de principios; novedosa información que vale la pena tener en cuenta cuando hay algunos que recorren de puerta en puerta intentando modificar el sistema electoral binominal. Está bien.
Otro elemento importante: se ha argumentado que había un acuerdo vigente respecto del sistema de elección de autoridades municipales. Quiero señalar que ese acuerdo no existe ni existió en su momento, y voy a dar las razones del porqué.
El señor Ministro de Interior, don Carlos Figueroa , propuso un sistema electoral sin umbral y de listas conjuntas. Hasta allí, la fórmula era perfectamente aceptable. ¿Qué ocurrió más adelante? Se incorporaron elementos técnico gestionales. Recuerdo que algunos de los parlamentarios que reclaman de la validez y vigencia de ese acuerdo estaban en la reunión cuando le dijimos al Ministro del Interior que no deseábamos firmarlo, porque el alcance de las materias técnico gestionales era, desde nuestra perspectiva, perverso. Por ejemplo, rechazamos en los términos más categóricos el que toda la plana de directores de los municipios fuera de la exclusiva confianza del alcalde. Por eso, rechazamos el acuerdo propuesto por el Ministro Figueroa , sin perjuicio de que ya, a su turno, la Concertación también le había quitado piso a esa opción.
En consecuencia, desde esa perspectiva el argumento de que había un acuerdo de mi sector, deja de tener validez, porque repito, ese acuerdo perdió piso muy tempranamente.
Aunque así hubiese sido, quiero preguntar lo siguiente: ¿la lealtad de un parlamentario, debe ser al acuerdo de un pacto que no apunta hacia la esencia de lo que él pretende, cual es modificar el sistema electoral? Si la fórmula del pacto es inviable y no tiene destino, ¿el parlamentario debe seguir ese camino? ¿La lealtad del parlamentario es con el pacto? ¿La lealtad del parlamentario es con una orientación política de su Partido, de la cual no participa? La lealtad del parlamentario, en definitiva, es con su conciencia. POP eso quiero clarificar que no ha habido un acuerdo, como lo calificó un parlamentario de la Unión Demócrata Independiente, sino coincidencias en el trámite legislativo. Los parlamentarios, en uso de su legítimo derecho y soberana facultad de legislar, han optado en el trámite legislativo. Es cierto que esas coincidencias tienen un respaldo en una decisión ratificada dos veces por la Comisión Política y que, en consecuencia, marca una línea páralos parlamentarios.
Es bueno despejar este tema.
¿Es lógico que un acuerdo o seudoacuerdo pueda constituirse en un verdadero veto a la facultad de un parlamentario de tomar opciones? Obviamente, eso no resulta lógico ni aceptable, menos cuando los acuerdos se han adoptado en el marco de una figura o idea que no se llegó a concretar, porque el proyecto del Ministro señor Figueroa no se tradujo en iniciativa legal.
Algunos dice que, en verdad, esto significa romper acuerdos. Me pregunto ¿por qué? Cuando se discutió el tema, teníamos la opción del 25 por ciento, expuesta por la Unión Demócrata Independiente, y del 40 por ciento, presentada por la Concertación. Renovación Nacional planteó el 30 por ciento. Ocurre que se rompe un acuerdo cuando Renovación Nacional propone el 30 por ciento y, paradójicamente, ello no ocurre cuando un Partido, también del Pacto, plantea el 25 por ciento.
Este doble estándar, llama la atención. Se parece mucho a la “ley del embudo”. Ahora, ¿qué logra este acuerdo, este consenso?, ¿Qué surge de estas coincidencias al interior del trabajo legislativo? Surge un sistema de elección de autoridades en forma directa, sin intervención de protocolos, de pactos. Es la soberanía ciudadanía la que elige a las autoridades, y eso nos parece bien. ¿Qué otra cosa se logra? Que no se aumente el número de concejales; no hay más gasto en burocracia, y eso nos parece bien. Hubo acuerdo unánime sobre esto al interior de la Comisión. ¿Qué otra cosa se logró? Mantener el voto dirimente para resolver los empates al interior del concejo, también con acuerdo unánime. Además, se logró que el voto del alcalde fuera excluido cuando se trate de materias de fiscalización de la gestión municipal. El alcalde pierde esa facultad, y nos parece bien. Hubo un acuerdo amplio respecto de estudiar una fórmula que permita concordar una fecha más adecuada, y eso nos parece bien. Entonces, hubo un. acuerdo prácticamente unánime en todas las materias, excepto en el umbral, entre el 25 y el 40 por ciento, surgió la opción del 30, y eso nos parece bien, nos parece positivo y en nada contradice ni atenta contra principio alguno.
Sin duda, es un disparate decir que el sistema electoral es una cuestión de principios.
Por último, en la perspectiva de mi sector político, de lo que busca cautelar Renovación Nacional, que es el interés del pacto Unión por el Progreso de Chile, creemos que está más que cautelado.
Las cifras sobre la materia, tanto de los estudiosos de la Concertación como de los del propio efecto al cual estoy haciendo referencia, han demostrado que urna simulación aplicada a la elección última nos habría dado mucho mejores resultados con este modelo que con el anterior.
En consecuencia, ¿qué se pretende? Lo perfecto es enemigo de lo bueno. Lo peor que podría haber ocurrido es desacuerdo y mantener un sistema perverso, negativo, que todo el mundo rechaza y que atropella la voluntad de los ciudadanos.
Renovación Nacional, con beneplácito, se alegra de estas coincidencias, y si algunos tratan de decir veladamente que hay acuerdos subterráneos que buscan atender hacia el financiamiento o hada otras ideas, es una argumentación perversa, engañosa, falsa y tendenciosa, que no tiene fundamento alguno.
Por eso, Renovación Nacional votará favorablemente en forma unánime, este acuerdo, esta fórmula, estas coincidencias que han surgido del trabajo legislativo.
He dicho.
El señor ORTÍZ (Vicepresidente).-
A Renovación Nacional le restan 9 minutos de loe 30.
En el tiempo del Comité de la Democracia Cristiana, al que también le restan 9 mi ñutos de los 30, hay dos inscritos, los Diputados señores Elizalde y Balbontín.
Tiene la palabra el Diputado señor Elizalde.
El señor ELIZALDE.-
Señor Presidente, deseo señalar que respetaré irrestrictamente los acuerdos políticos que sobre este proyecto han alcanzado la Concertación, la Oposición aunque sea parcelada y el Gobierno.
Sin embargo, quiero plantear mis aprensiones. La primera está dada por lo manifestado por el Diputado señor Cantero , que dice que la simulación aplicada va a mejorar la situación de la Oposición. Ese es el primer argumento que me hace fuerza para pensar que el umbral que hoy acordamos es excesivamente bajo, porque pues, tanto el pacto de la Concertación como el de Unidad y Progreso, alcanzan el 30 por ciento en todas las comunas.
Me parece bastante perverso el discurso de la UDI al tratar hoy de representar que están por una elección directa, ya que como lo señaló el Diputado señor Cantero si el umbral hubiese sido de un 25 por ciento, habrían concordado en dar la unanimidad.
Naturalmente que es así, porque, en muchos casos, bastaba con que el pacto alcanzase un 25 por ciento y el candidato obtuviese un 10 por ciento para que éste llegara a ser alcalde. Si realmente hubiese consecuencia, debiéramos haber aprobado el sistema que permitía la elección directa de los alcaldes en una segunda vuelta, modificación con la que se comprometieron todos los candidatos presidenciales, todos los partidos políticos y todos los candidatos a parlamentarios, y que hoy no se da.
Adicionalmente, quiero plantear la interrogante quizás más difícil: En el país no habrá candidatos a concejales; todos lo serán a alcaldes. La experiencia pasada nos ha indicado que alcaldes frustrados, que no consiguieron su objetivo, han sido en cada uno de los municipios el mayor escollo para una buena gestión municipal. En consecuencia, esta es una situación que no ha sido resuelta.
No obstante reafirmar que la fórmula en discusión, al igual que la pasada, son democráticas, deseo manifestar que en la elección anterior la Democracia Cristiana vivió un proceso traumático con el sistema electoral propuesto. Esto significó que muchos, por interés personal más que por el bien común, rompieran los acuerdos y no acataran las decisiones. Como consecuencia de ello, en muchos municipios se crearon conflictos que han perdurado en el tiempo.
Por lo tanto, la Democracia Cristiana acordó en su Junta Nacional y en el Congreso, no excluirse de los próximos procesos electorales. La gran ventaja del sistema es permitir la no exclusión. Vamos a competir, vamos a llevar nuestros mejores hombres en cada una de las comunas del país, y trataremos que cada uno de nuestros hombres, mujeres, jóvenes, se conviertan en los alcaldes de esas comunas, y conseguir un número importante de concejales.
Para la Democracia Cristiana, esto no es cualquier tema. Ya, en 1964, habíamos dicho que el gobierno del pueblo se inicia en el municipio, que es el que hoy tiene atribuciones concretas para resolver los problemas de la gente. En consecuencia, en la medida en que logremos elegir un gran número de concejales y de alcaldes, vamos a construir en Chile municipios que colaboren leal y fielmente con la tarea del Gobierno del Presidente Frei.
He dicho.
El señor ORTIZ (Vicepresidente).-
En el tiempo del Comité del PPD, tiene la palabra el honorable Diputado don Víctor Jeame Barrueto.
El señor BARRUETO.-
Señor Presidente, lo principal de esta discusión es que logremos tener elección directa de alcaldes. Esa es la demanda principal en las comunas, y la fórmula que permite satisfacerla, la única, la mejor y más realista: es la elección directa conjunta. Los planteamientos que propugnan la elección separada de alcaldes como algo mejor son discutibles.
Si analizamos con realismo político la posibilidad de tener elección directa separada de alcalde con los bloques políticos actuales, las cúpulas de los partidos políticos en Santiago decidirían quién es candidato en cada comuna y a qué partido debe pertenecer. Ello, porque en un enfrentamiento electoral de alcaldes, los bloques políticos estarían obligados a presentar un solo candidato y, por lo tanto, a decidir centralmente, en un protocolo peor que el anterior se hizo después de una elección, puesto tendría que celebrarse antes de saber siquiera qué opina la ciudadanía y decidir qué partido va en tal o cual comuna y qué señor lo representará. Por lo tanto, la solución sería peor que el actual sistema, reconocido por todos como lo más malo. Desde ese punto de vista, la elección directa conjunta se plantea como la mejor fórmula.
Y quiero ser veraz y realista para no contarnos cuentos.
Más allá de los motivos de la UDI para defender su tesis, creo que tiene razón al señalar que habría sido mejor establecer una elección directa conjunta sin umbral. A mi juicio, eso habría sido más transparente, más claro, más democrático y más legítimo, porque con el actual sistema podrían producirse casos van a ser los menos en que no necesariamente sea elegido alcalde quien obtenga la mayor votación, y tengamos concejales con mayores votaciones que los alcaldes.
Sin embargo aquí también vale el realismo el sistema sin umbral es más democrático, más participativo, favorece la presencia independiente y la expresión de las minorías.
Entiendo que la UCC reclame por el actual sistema, como también lo podrían hacer los comunistas si tuvieran representantes en la Sala. Es bueno que en democracia las minorías también puedan elegir representantes. Sin embargo, tenemos que reconocer que eso no es viable y, por lo tanto, la UDI no tiene razón al oponerse a esto.
El Diputado señor Cantero dijo y tiene razón que esta fórmula, sin ser la mejor, hace viable el cambio del sistema. De lo contrario, nos habríamos entrampado en una discusión eterna y, finalmente, quedado con un sistema como el actual que todos, unánimemente, han reconocido como lo peor y lo más grave para la gestión municipal.
Por otro lado, quiero hacer una breve reflexión sobre el financiamiento de las campañas.
No entiendo, a no ser que sea pura demagogia, los planteamientos de la UDI. Este es un tema que tendremos que discutir. Si se quiere que en la política mande el dinero, tendremos que seguir con situaciones como la actual, pero si se quiere un sistema democrático más pleno, más trasparente, me parece que es deber fundamental del Estado facilitar el cambio. No se trata de pasar dineros del Estado a los políticos; ésa es una manera demagógica de plantear las cosas. Lo que estamos pidiendo son recursos para que el electorado esté informado de manera más fidedigna y más clara.
Estoy seguro de que los pobres se verían mucho más favorecidos si con esos recursos se lograra un sistema democrático trasparente, en lugar de otorgarles una cantidad de recursos que se podrían utilizar en elecciones, porque la democracia no es sólo cuestión de políticos, sino que tiene que ver cómo resolver los problemas de la gente. Y si esa democracia es representativa, transparente y clara, los primeros favorecidos serán los pobres, que son los que tienen menos oportunidades.
De manera que me sumo a la inquietud de algunos que se preguntan por qué se oponen tanto. ¿No será que lo tienen mejor resuelto como está hoy? Estamos por la igualdad de oportunidades en el sistema electoral y creemos que es muy importante hacerlo.
Finalmente, la reflexión del Diputado señor Ferrada de realizar las elecciones nacionales y locales al mismo tiempo, es muy mala idea.
Se puede tratar de disminuir las elecciones, realizando todas las nacionales por un lado y todas las locales por otro. Esperemos que en el futuro se puedan elegir los intendentes, los presidentes de los gobiernos regionales, pero efectuar ambas elecciones, en conjunto, es atentar derechamente contra la descentralización y regionalización del país; es diluir la elección local, donde debemos privilegiar los problemas de la comuna, los liderazgos locales, y no reproducir exactamente los mismos esquemas políticos partidarios que atraviesan todo el país. Eso es anular la localidad, la región y la filosofía de la descentralización, que busca privilegiar los problemas regionales, zonales y locales por sobre los ideológicos y políticos nacionales, que son de otro carácter.
Desde ese punto de vista, es importante mantener la especificidad de las elecciones municipales, con una fecha separada de las nacionales. También es importante y deberíamos discutirlo ahora, buscar la fórmula para aumentar los grados de democracia directa y participativa a nivel zonal y regional. Las consultas a la ciudadanía, los plebiscitos, son un proceso normal al que se puede recurrir a nivel comunal para resolver grandes y pequeños problemas de la vida cotidiana de la gente.
Por último, me parece digno de estudio la posibilidad de cambiar la fecha de la elección pensando, fundamentalmente, en el sur del país, puesto que las campañas electorales son muy difíciles en invierno, por cuanto se dificulta la información a las personas. Es claro que esto no se logra cambiando la fecha un mes antes de la elección, porque si se hace en septiembre, de todas formas la campaña será en los meses de junio, julio y agosto.
Por lo tanto, habría que evaluar la conveniencia de hacer estas elecciones en diciembre, de manera que las campañas se puedan hacer durante la primavera, ya que para el electorado del sur zona que representamos muchos de los Diputados presentes en esta Sala facilitaría inmensamente el proceso informativo, pedagógico y positivo, y no negativo como algunos han dicho que para el país significan las elecciones.
Señor Presidente, con su venia, le concedo una interrupción a la Diputada señora Romy Rebolledo .
El señor ORTIZ (Vicepresidente).-
En los dos minutos y treinta segundos que restan del tiempo del Comité del Partido por la Democracia, tiene la palabra la Diputada señora Romy Rebolledo.
La señora REBOLLEDO.-
Señor Presidente, deseo reforzar uno de los planteamientos hechos por nuestra bancada en una materia que nos parece de fundamental importancia para la igualdad de oportunidades en la participación política en nuestro país, como es la fecha de la elección municipal.
Para quienes representamos distritos rurales, es importante plantear con mucha fuerza en esta Sala que si la elección se mantiene en junio, para los campesinos y habitantes de la zona sur del país será sumamente dificultoso participar, porque en invierno los caminos son intransitables; las mujeres no tienen con quién dejar a sus hijos, lo que implica, prácticamente, abandonar el hogar por un día completo, y con el frío que hace en el sur, sacar a los niños a la calle es realmente injusto.
Por lo tanto, este Parlamento debe hacer un esfuerzo por postergar esa fecha para la primavera de 1996.
Sabemos que esta discusión no se llevó a cabo en la Comisión de Gobierno Interior de la Cámara, pero planteamos la urgente necesidad de que se realice en el Senado.
Como muchos partidos, planteamos al comienzo una fórmula electoral distinta; pero hoy estamos profundamente complacidos de haber llegado a un acuerdo en el que todos hicimos renuncias. Este no es un sistema perfecto; pero, obviamente, es un avance muy importante respecto de lo que tenemos hoy.
Por lo tanto, la gente va a estar contenta de poder elegir directamente a sus alcaldes, con los requisitos y condiciones establecidos en este proyecto de ley, que fija un umbral del 30 por ciento que, como se ha dicho, asegura gobernabilidad para el municipio, lo cual es sumamente importante.
Finalmente, la reforma al sistema electoral municipal debe ir en conjunto con un mejoramiento sustantivo de la gestión. Esperamos contribuir como corresponde al proyecto de ley complementario de éste, cuya discusión continúa, porque de los municipios depende hoy gran parte del éxito de las políticas sociales del país y, por supuesto, el mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes.
He dicho.
El señor ORTIZ (Vicepresidente).-
Terminó el tiempo del Comité del Partido por la Democracia.
Restan 4 minutos y 30 segundos al Comité del Partido Demócrata Cristiano.
Tiene la palabra el honorable Diputado señor Ignacio Balbontín.
El señor BALBONTÍN.-
Señor Presidente, quiero hacer distinciones de carácter conceptual.
Estoy de acuerdo en que, respecto de los regímenes electorales, se pueden tener muy diversos puntos de vista, sin constituir cuestiones de principios. Pero sí hay regímenes que se acercan más, y otros menos, a mejores soluciones.
Hay que dejar en claro que en este proceso de reforma municipal partimos desde un punto determinado. Eso sí se refiere a cuestiones de principios. Partimos de una dictadura a un sistema democrático. El proceso va desde aquellos que fueron designados "a dedo" y quienes fueron elegidos por el pueblo. En ese proceso, ha costado enormemente llegar a aproximaciones sucesivas. Por eso hablamos de que lo mejor es enemigo de lo bueno, y de que tenemos que buscar soluciones intermedias.
Creo que vamos a tener una próxima reforma en el terreno municipal para lograr una mayor descentralización. Eso también es una cuestión de principios. Pero la combinación de fuerzas políticas da lugar hoy sólo a este acuerdo.
Quiero decirlo claramente frente al país: no me asusta que tengamos criterios políticos. No me asusta la condición de político. Creo indispensable que asumamos la dignidad de la política. No estoy de acuerdo con quienes sistemáticamente bombardean al Congreso ya las instituciones democráticas, tratando de desgarrar, a través de los medios de comunicación de masas, el prestigio de las instituciones democráticas.
En definitiva, el sistema ha derivado en un desglose, pero para hacer consistente dos cosas: el sistema de elección que decidimos, que no es lo mejor, pero por lo menos permite que haya consistencia con la capacidad de gestión. Es decir, que haya un gobierno de mayorías y que el alcalde sea elegido en forma directa y conjunta, o sea, que el día en que haya una elección se sepa quién va a ser el alcalde de la comuna.
Lo anterior implica transparencia para la gente, significa la determinación de quién va a gobernar no va a quedar sólo en arreglos de pasillos. En consecuencias, va a darle una legitimidad y gobernabilidad mejores, no perfectas.
Estos elementos me convencen de que estamos en una aproximación hacia lo mejor; no hacía lo perfecto.
Además, considero indispensable que en la Comisión, producto de los acuerdos que allí se han insinuado con el Ejecutivo, se llegue progresivamente a un criterio compartido para buscar el financiamiento público de las elecciones. No me asusta que exista este financiamiento en las elecciones de este país, porque eso da lugar a la transparencia, a que no sea el poder del dinero que resuelva en definitiva quién va a ser elegido y en qué parte, porque no será la ruleta de la plata la que va a permitir que un candidato a alcalde en Conchalí se compre la elección. Eso no es, no es necesario y no es lo que el país quiere.
Hay algunos que hacen gárgaras con los pobres, pero quiero decirles que estuvieron 17 años en un Gobierno que no tuvo control; sin embargo, solamente en 5 años, 4 años del Gobierno del ex Presidente don Patricio Aylwin , disminuimos en un millón de personas el número de pobres. Solamente en dos años, de acuerdo con elementos objetivos, como es la encuesta CASEN 1992-1994, hemos disminuido prácticamente en 500 mil personas la cantidad de pobres.
Por lo tanto, no sigan haciendo gárgaras y usando a los pobres para no permitir la transparencia electoral. Me parece indispensable que pongamos las cosas claramente de frente.
Esto es lo que quería señalar: hemos logrado no lo mejor, no lo perfecto, pero hemos dado un paso más en la democracia y no jugaremos más a la ruleta de los que tienen más plata para ser elegidos.
He dicho.
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Galilea.
El señor GALILEA.-
Señor Presidente, no vale la pena hacer referencia al último discurso que hemos escuchado.
Quiero referirme a un tema que me preocupa, el cual dice relación con una cuestión práctica, respecto de las próximas elecciones municipales, que muchos señores Diputados han mencionado, pero respecto del cual, como uno lo ha escuchado en conversaciones entre nosotros, no hay una real voluntad para desplazar las fechas de las elecciones municipales.
Esta Cámara estaría negando la voluntad de los votantes si no toma la decisión de desplazar la fecha de las próximas elecciones de 1996 a, por lo menos, la primavera, para que les permita a todos los electores del país, sin excepción y más allá de la zona geográfica en la que habiten, cumplir con un deber ciudadano.
Afortunadamente, lo ocurrido en buena parte de la zona sur del país en este último año es una clara señal de lo que eventualmente puede ocurrir si estas elecciones no son desplazadas a la primavera de 1996.
El Gobierno ha declarado zona de emergencia e, incluso, de catástrofe, a amplios sectores de la zona sur. De haberse realizado una elección el último domingo de junio, en un año como el que estamos viviendo, cientos de miles de ciudadanos se habrían visto impedidos de acudir a las urnas. De manera que yo no entendería, y creo que la ciudadanía del sur tampoco, que en esta Cámara no hubiera voluntad para desplazar esas elecciones.
No creo válido el argumento de que los parlamentarios artificiosamente les vamos a postergar o ampliar el mandato a quienes hoy ocupan los cargos de alcaldes o concejales. Si alguien dijera que estamos haciendo esto para postergarles su mandato en dos o tres años, quizás ese argumento podría tener algún asidero; pero no tiene validez alguna cuando hablamos de postergar una elección que debe realizarse en junio, a octubre o noviembre, porque no creo que se requiera de un gran esfuerzo de creatividad y de intelecto para ponernos de acuerdo en la fecha.
Espero que recojamos el sentir ciudadano en esta Corporación para que cuando nos corresponda pronunciarnos respecto de la segunda parte de esta iniciativa, relativa a las reformas municipales, tengamos la visión de permitirles a muchos chilenos cumplir con su deber ciudadano, cuestión a la que tienen derecho.
He dicho.
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Vilches.
El señor VILCHES.-
Señor Presidente, en esta oportunidad en que tratamos una materia tan interesante para el país, debe prevalecer la cordura sobre las pequeñas diferencias.
La posición de Renovación Nacional mira fundamentalmente el interés del país, porque será la ciudadanía la que tendrá oportunidad, de aprobarse el proyecto, de elegir el alcalde y los concejales en forma directa y conjunta.
Como respecto de este tema no ha existido una proposición que lograra una votación mayoritaria, ha sido necesario buscar las coincidencias para modificar el sistema vigente, el cual la ciudadanía considera perverso, pues no recoge la voluntad mayoritaria y que, a través de pactos entre los partidos políticos, ha permitido la elección de muchos de los alcaldes que hoy encabezan los gobiernos comunales.
Pensamos que este proyecto, sin ser el mejor, recoge la voluntad ciudadana y, particularmente, defiende los intereses de los independientes, ya que el sistema actual exige que un candidato independiente debe tener un 35 por ciento de los votos; hoy la exigencia es de sólo un 30 por ciento a la lista para elegir al alcalde.
Hago un llamado a todos los colegas del Pacto Unión por Chile, porque estamos convencidos de que esta pequeña diferencia no refleja una cuestión de principio, sino sólo un porcentaje de oportunidad que permite entre la propuesta de la UDI de un 25 por ciento y el proyecto que consideraba un 40 por ciento acordar un 30 por ciento para reflejar la voluntad ciudadana para elegir alcalde.
Este proyecto representa la voluntad mayoritaria del país y defiende los derechos de los independientes.
Por ello estimamos que el trabajo realizado por la Comisión de Gobierno Interior, presidida por el Diputado señor Carlos Cantero , ha proporcionado la equidad y ecuanimidad necesarias para legislar, porque estas coincidencias nos permiten despachar el mejor proyecto posible.
Por las razones expuestas, los Diputados de Renovación Nacional votaremos favorablemente la iniciativa.
Esperamos que se proceda de igual manera con los próximos proyectos relacionados con la gestión municipal, ya que se acaba el tiempo para legislar sobre estas materias.
He dicho.
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
Han llegado a la Mesa dos indicaciones que requieren la unanimidad de la Sala para tratarlas.
Se trata de permitir que un alcalde que postule como candidato renuncie 60 días antes de la elección y no en el plazo actual.
Tiene la palabra el Diputado señor Viera-Gallo.
El señor VIERA-GALLO.-
Señor Presidente, lo que en este proyecto se ha pretendido modificar es el sistema electoral. Bien o mal, ha habido acuerdo sobre esa materia.
Lo que no se entiende es por qué se ha modificado sólo parcialmente el artículo 98 de la ley y no aquel aspecto, en su inciso final, que exige que el alcalde renuncie cuatro meses antes, dejando el municipio acéfalo. Pido que Su Señoría solicite la unanimidad.
Muchas gracias.
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
Señor Diputado, no podemos hacer debate en este momento.
Hay una indicación en ese sentido.
Solicito el asentimiento unánime de la Sala para acogerla a tramitación.
No hay acuerdo.
La segunda indicación apunta a que la elección de candidaturas no sólo se presente a nivel nacional, sino que también pueda ser ante el Director Regional del Servicio. El señor Secretario le dará lectura.
El señor LOYOLA (Secretario).-
La indicación es de los honorables Diputados señores Vilches , Longton , Caminondo y Galilea , para agregar en el artículo 100, después de "Director del Servicio Electoral", suprimiendo la coma (,), "o del Director Regional del Servicio".
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
¿Habría acuerdo para acogerla a tramitación?
No hay acuerdo.
Tiene la palabra el Diputado señor Walker.
El señor WALKER.-
Señor Presidente, sólo una pregunta aclaratoria, ya que vamos a votar.
En la página 3, numeral 3, letra a), dice: "Sustituyese la primera parte del inciso primero se refiere al artículo 98 de la actual ley por la siguiente:", y la frase que aquí aparece es exactamente la misma de la actual ley. Por eso digo que es una pregunta aclaratoria.
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
Vamos a pedir al señor Diputado informante que nos aclare el punto.
El Diputado señor La torre está pidiendo la palabra.
El señor LATORRE.-
Señor Presidente, quiero que la Mesa informe respecto de la indicación a que hizo alusión en su discurso el Diputado señor Carlos Montes . Quiero saber si está efectivamente presentada y si será votada.
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
Según entiendo, la indicación del Diputado señor Montes se presentó en el debate de la Comisión y no fue acogida en ella.
Tiene la palabra el Diputado señor Cantero.
El señor CANTERO.-
Señor Presidente, quiero ratificar lo último que usted ha señalado. Esa indicación efectivamente se presentó en la Comisión y no fue acogida.
En segundo lugar, quiero señalar que tiene razón el señor parlamentario. Lo que debería haber dicho el informe es que en definitiva se vuelve al texto original, es decir, a los 120 días previos. Ese es el sentido.
He dicho.
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
Ahora me confundí yo. O sea, está corrigiendo el primer informe, pero volviendo a la actual ley.
Tiene la palabra el Diputado señor Cantero.
El señor CANTERO.-
Señor Presidente, en la votación general se estableció un plazo distinto. En consecuencia, lo que se hizo fue introducir una indicación donde se repuso el número 120 establecido en la ley vigente. Por lo tanto, debemos votar esa indicación para ratificar que se aprobó volver a los 120 días originales.
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
Señor Diputado, según entiendo, sería lo mismo que suprimir o rechazar la letra a) del primer informe.
El señor CANTERO.-
Así es.
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
Entonces, eso es lo que haremos, desde el punto de vista de la técnica legislativa.
En primer lugar, entiendo que hay acuerdo respecto de la supresión del numeral 1 del primer informe, aquel que ampliaba el número de concejales a elegir.
Si le parece a la Sala, se aprobará la supresión.
Aprobada.
En segundo lugar, entiendo que existe acuerdo para suprimir la letra a) del numeral 3 del primer informe, con lo cual se obtiene el mismo objeto que con la redacción aquí propuesta, esto es, dejar los plazos que establece la ley actual.
Si le parece a la Sala, se aprobará la supresión.
Aprobada.
¿Habría acuerdo, además, para aprobar la letra b) del numeral 3, que dice: "b) Agrégase, en el inciso tercero, luego de la palabra “cargo", la frase: "y su calidad de concejal."?
Tiene la palabra el Diputado señor Elizalde .
El señor ELIZALDE.-
Señor Presidente, respecto de la letra b), es preciso aclarar que la renuncia del alcalde no significa que pierda su calidad de concejal. Al eliminar la frase, estamos diciendo que el alcalde renuncia cuatro meses antes y, por tanto, deja de ser concejal. En consecuencia, pensamos que debe mantenerse la letra b) en los términos en que está propuesta.
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
Señor Diputado, hubo una confusión. La idea era aprobarla por unanimidad.
Tiene la palabra el Diputado señor Sabag.
El señor SABAG.-
Señor Presidente, en el mismo sentido.
El mensaje del Ejecutivo hablaba sólo de un plazo de 30 días para que el alcalde renuncie. Me parece muy grave que un municipio permanezca 120 días sin un jefe que conduzca y dirija su destino. En la ley anterior se justificaba porque los candidatos no eran conocidos; en cambio, los alcaldes que están en los cargos y postulan, evidentemente tienen una ventaja muy grande...
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
Excúseme, señor Diputado, pero no puedo acceder a que continúe su argumentación.
En este momento corresponde votar la letra b) del artículo 3o. No hubo acuerdo para la indicación que se presentó, la que quedará para el otro proyecto.
Si le parece a la Sala, se aprobará por unanimidad la letra b) del numeral 3.
Aprobado por los más de 83 Honorables Diputados presentes, de un total de 115 en ejercicio.
El numeral 6 del artículo Io requiere 66 votos para ser aprobado.
En votación.
Efectuadala votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 83 votos; por la negativa, 15 votos. No hubo abstenciones.
El señor ESTÉVEZ (Presidente).-
Aprobado.
Despachado el proyecto.
Votaron por la afirmativa los siguientes señores Diputados:
Acuña , Aguijó , Allende ( doña Isabel) , Arancibia , Ascencio , Avila , Aylwin (don Andrés) , Balbontín , Bayo , Cantero , Cardemil , Ceroni , Cornejo , De la Maza , Elgueta , Elizalde , Encina , Errázuriz , Escalona , Estévez , Ferrada , Fuentealba , Gajardo , Galilea , García (don René Manuel) , García (don José) , Gutiérrez , Hamuy , Hernández , Huenchumilla , Hurtado , Jara , Jeame , Jocelyn-Holt , Jürgensen , Kuschel , Latorre , León , Letelier ( don Juan Pablo) , Letelier (don Felipe) , Longton , Luksic , Martínez (don Gutenberg) , Makluf , Munizaga , Muñoz , Naranjo , Ojeda , Ortiz , Palma ( don Andrés) , Palma (don Joaquín) , Pérez (don Aníbal) , Pérez (don Ramón) , Pizarro , Prokurica , Rebolledo ( doña Romy) , Reyes , Rocha , Rodríguez , Sabag , Salas, Seguel , Silva , Solis , Soria , Sota , Taladriz , Tohá , Tuma , Urrutia (don Raúl) , Urrutia (don Salvador) , Valcarce , Valenzuela , Vargas , Vega , Venegas , Viera-Gallo , Vilches , Villegas , Villouta , Walker , Wömer ( doña Martita )y Zambrano .
Votaron por la negativa los siguientes señores Diputados:
Bartolucci , Bombal, Coloma, Correa , Chadwick , García (don Alejandro), Karelovic, Leay, Longueira, Masferrer , Matthei ( doña Evelyn , Melero , Paya, Pérez (don Víctor) y Ulloa.
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- bcnres:tieneProyectoDeLey = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/proyecto-de-ley/1674-06