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El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor José Antonio Galilea .
El señor GALILEA.-
Señor Presidente, señores Diputados, la democracia, sin duda alguna, ha traído cosas buenas a nuestro país. Los parlamentarios de Renovación Nacional, desde luego, celebramos la incorporación de Chile a la vida democrática.
Nos alegra debatir en esta Sala todas aquellas materias importantes para los hombres y mujeres que han puesto sus esperanzas en nosotros, en nuestra gestión, en esta nueva etapa que vive el país.
La democracia es el mejor sistema de gobierno, y es bueno aprender a vivirla, no sólo por los ciudadanos, sino también por los gobernantes y, particularmente, por los parlamentarios. Ello significa que nunca hay que sobredimensionar los múltiples beneficios que la vida en democracia trae consigo. Hoy vemos, con preocupación, que así sucedió; que en el régimen pasado, el sector que hoy gobierna especuló con la democracia e hizo pensar y creer a los chilenos, al trabajador, al pobre, al empresario, que la democracia por sí sola resolvería los problemas pendientes en nuestra sociedad, y que bastaría su advenimiento para que, mágicamente, superáramos las injusticias sociales, los asuntos de derechos humanos y tantos otros que, muchas veces, eran percibidos unilateralmente.
Para ser justos, tengo que decir que sólo en contadas ocasiones advirtieron que las correcciones demorarían; pero cuando lo hicieron, ya era tarde. En cada chileno, en forma individual, estaba la semilla de la esperanza sobredimensiona- da de la solución inmediata de su problema particular.
Fue imprudente, señor Presidente, alentar tantas expectativas. Por ello, hoy, para eludir disimuladamente la responsabilidad que les cabe a los que hoy son Gobierno, escogen el fácil camino de culpar a la actual Oposición de adoptar posturas rígidas, que no permiten efectividad y eficiencia en las medidas del Ejecutivo para enfrentar los problemas presentes, en un país que busca su salida al pleno desarrollo.
¡Qué injustas resultan esas acusaciones! Parecen extraídas de las viejas prácticas políticas, en las que, para descolocar al adversario, no había mejor receta que tergiversar sus declaraciones y actuaciones y poner en ellas intencionalidades inexistentes.
No digo esto con el ánimo de descalificar, sino, simplemente, para dejar en claro que la actitud de la Centro-Derecha ha sido de cooperación en todas aquellas iniciativas de Gobierno que nos han parecido prudentes y de buena intención. Desde luego, nos hemos opuesto a aquéllas que nos parecen contrarias al interés nacional. Esta actitud nuestra es perfectamente coincidente con cada una de las declaraciones que hiciéramos al asumir el Gobierno el Presidente Aylwin . Dijimos, en pocas palabras, que colaboraríamos y apoyaríamos todas, aquellas medidas que entendiéramos beneficiosas para el país y, especialmente, para los más necesitados.
Por tanto, las acusaciones e imputaciones son inexactas. Estamos seguros de que la opinión pública tiene plena conciencia de que las luces rojas que hemos puesto en señal de alerta ante lo que consideramos que son errores del Gobierno, tienen como propósito que esos errores se corrijan. Así se afianza la democracia y se genera un clima de estabilidad que posibilita el desarrollo de Chile.
He querido referirme a estos hechos porque en el país el aire está enrarecido, y en muchos ámbitos de la vida nacional existe incertidumbre y compás de espera. Necesitaríamos ser ciegos para no ver la inquietud y la desorientación que se advierte en la agricultura, en la construcción, en la actividad pesquera, forestal y otras. Chile está perdiendo su ritmo.
No somos precisamente nosotros los que pusimos al país en este ambiente. No ha sido nuestra supuesta dureza la que está comprometiendo el desarrollo económico y social de nuestra Nación; pues al término de este período de Legislatura Extraordinaria se concluye que el Gobierno está más preocupado de legislar mirando al pasado que de hacerlo con los ojos puestos en el futuro. Salvo algunas iniciativas, vemos con preocupación que la tendencia en el próximo período ordinario de sesiones puede repetirse.
En todo esto hay un hecho claro: los chilenos observan en forma más preocupante el futuro que hace 6 meses atrás. Ello es por la falta de orientación que en materias trascendentes para el país deja traslucir la acción del Gobierno.
Señor Presidente, aun después de lo expuesto, soy optimista y creo que, tanto el Gobierno como este Parlamento, están todavía en posición de recuperar la confianza en el futuro, siempre y cuando actuemos con prudencia y demos cabida al entendimiento.
En este sentido hago, por su intermedio, un llamado a los Honorables colegas para que, a tiempo, enmendemos rumbos y demos al debate de los grandes problemas, y por ende de las grandes soluciones, la altura de miras necesaria con la prioridad que ellos merecen.
Quiero pensar, señor Presidente, que es mejor y más patriótico postergar la aplicación de estrategias políticas, con el propósito de ocuparnos en resolver problemas reales y preocupantes para las grandes mayorías.
Quiero pensar, finalmente, que en cada Diputado que integra esta Sala existe el convencimiento de que la Historia nos juzgará, principalmente, por aquello que hicimos en beneficio del futuro, y no por lo hecho para enmendar el pasado.
Muchas gracias.
He dicho.
-Aplausos en la Sala.
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