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- rdf:value = " El señor VON MÜHLENBROCK.-
Trataré de ser lo más breve posible, en obsequio a la aprobación general de este proyecto.
Los conceptos emitidos por el Honorable señor Barros obligan a los partidos políticos a manifestar su opinión frente a lo que es intrínsecamente el Cuerpo de Carabineros y su labor.
No me pronunciaré, por supuesto, sobre la polémica de carácter político habida aquí entre los parlamentarios de los Partidos Comunista y Socialista y el Honorable señor Barros, pero creo que ha sido puesto en tela de juicio el Cuerpo de Carabineros. Por eso, con el mismo criterio y valentía con que el Honorable señor Aguirre Doolan se refirió a esa institución, los Senadores liberales y conservadores queremos hacer presente nuestra adhesión, nuestro homenaje y nuestro tributo de respeto y veneración a ese brillante Cuerpo.
Basta recordar la reacción vibrante, vigorosa, plena de emoción con que Chile presenció los acontecimientos de Laguna del Desierto, para aquilatar cuán profundamente se confunde el Cuerpo de Carabineros con el alma chilena, con nuestra nacionalidad, con nuestra idiosincrasia, con todos los valores que nuestra raza ha creado en el curso de su historia. No fue sólo el acontecimiento internacional, no fue sólo el honor herido de Chile con la invasión y la agresión a nuestro territorio, lo que se expresó en esas duras horas de crisis. Fue también el profundo afecto que la nación entera siente por el Cuerpo de Carabineros, institución modelo, que realmente encarna y representa la capacidad admirable de este país. Y acepto la frase del Honorable colega señor Barros, al hablar de esta nación de grandezas y miserias. La parte grande, luminosa, positiva de lo que Chile exhibe ante el mundo, son sus bomberos voluntarios y su Cuerpo de Carabineros.
Al discutirse el proyecto de ley en la Comisión de Hacienda, revisamos cifras escalofriantes. Un carabinero raso, de aquellos que cumplen servicio en todas las latitudes de nuestra complicada y difícil geografía, de estos hombres que trabajan 16 horas diarias sometidos a una disciplina de acero, que ha sido copiada por numerosas naciones en el mundo -porque el Cuerpo de Carabineros, en su organización, jerarquía y disciplina, ha sido imitado y reproducido en numerosísimas naciones que envían a sus oficiales y jefes a formarse en las filas de esta meritoria institución-, un carabinero raso, digo, percibe un sueldo, incluyendo gratificaciones y asignaciones de rancho, vestuario y equipo, inferior a 200 escudos.
Algo similar ocurre con el personal de la Dirección de Investigaciones, admirable organismo cooperador de la justicia, que actúa eficazmente en la represión de la delincuencia y en la cual se ha distinguido brillantemente su director, ex Coronel de Carabineros señor Emilio Oelckers, quien ha querido transformarlo en una institución moderna, técnicamente eficiente y realmente asesora del Cuerpo de Carabineros en su labor de control del orden público y en la lucha contra los delincuentes.
Suponer que el Cuerpo de Carabineros es una institución represiva, a mi modo de ver, resulta absurdo. Conviene recoger este concepto para que los 22 mil hombres que lo forman, que están esperando la aprobación del proyecto y requieren de este refuerzo de mil hombres para tener un poco de alivio en la pesada y recargada labor que cumplen en todo el territorio nacional, sepan que no forman parte de una entidad represiva, sino de una institución del Estado con fines específicos claramente delimitados y cuya labor se extiende desde la custodia de nuestras fronteras -porque el Cuerpo de Carabineros, en la práctica, es una entidad militar que, en caso de guerra, se moviliza inmediatamente con la práctica y eficiencia de nuestras Fuerzas Armadas- hasta la cooperación con nuestros tribunales de justicia, el mantenimiento del orden público y la salvaguardia de las funciones de nuestras instituciones democráticas, así como nos cuidan a nosotros en este templo de las leyes, siempre silenciosos, siempre ceñidos a la disciplina, pero compenetrados de lo que es orgullo y fuerza de nuestra nación: su concepto del derecho, su fórmula superior de convivencia.
El carabinero, por su amor al pueblo, porque es puro pueblo, representación de la raza chilena, de esa raza que idealizó Senén Palacios, ha sido capaz de llegar al extremo de preocuparse del problema de los menores en situación irregular, de organizar hogares para ellos e, incluso, de crear una brigada femenina que dignifica a los niños huérfanos, a los menores abandonados por la inconsciencia o irresponsabilidad de sus padres.
Hacer un esbozo de lo que significa el Cuerpo de Carabineros de Chile es demasiado arduo, pero sí puedo decir que es una institución fundamental, un pilar de nuestra nación, y merece el respeto y consideración de toda la ciudadanía, en particular por la superación diaria que caracteriza a sus hombres.
Estamos viviendo por excelencia el problema social. Todos los seres humanos buscan la independencia económica, la realización de los más caros anhelos que cada uno lleva en sí. ¡Qué decir del Cuerpo de Carabineros, constreñido por una disciplina férrea, sufriendo en carne propia los problemas económicos, con sus altos cuerpos directivos, oficiales y clases recibiendo rentas misérrimas! Por lo expuesto, se desprende que ha sido una reacción inteligente, muy justa y valiosa del Poder Ejecutivo la de separar esta iniciativa del proyecto de reajuste de los demás servidores del Estado.
En este proyecto se mejora parcialmente la situación del Cuerpo de Carabineros, que necesita, además, como lo informó la Comisión de Gobierno, de 5.500 plazas nuevas, ya que desde la Administración Alessandri, en 1960, su planta no ha experimentado más que un leve aumento de 500 hombres. El Cuerpo de Carabineros y la Dirección de Investigaciones necesitan con urgencia reforzar su personal. Nuestras ciudades han crecido; la capital ha duplicado rápidamente su población; cinturones de poblaciones callampas rodean las grandes ciudades de Chile, como consecuencia del éxodo del campesinado a los centros urbanos, por las inferiores condiciones de vida que les ofrece el campo.
Al mismo tiempo, la nación ha ido desplazándose hacia aquellas regiones en que prácticamente no ejercía su soberanía, y hoy día el Cuerpo de Carabineros debe llenar algunos vacíos incluso en los territorios australes. Por donde se observe, se advierte la necesidad de personal de tropa de Carabineros, de reforzar su plana mayor, de elevar el número de los técnicos que capacitan a la oficialidad en estudios cada vez más especializados y eficientes.
Estos mismos esfuerzos han sido trasladados a la Dirección de Investigaciones, cuyo director, señor Emilio Oelckers, tiene el propósito de convertir a ese importante servicio, pobre y modesto por el número y rentas de su personal, pero con prestigio internacional, y que constituye, también, orgullo para este país, en una institución cada vez más eficiente y digna. De ahí que todo cuanto nosotros, desde un ángulo moral, podamos verter sobre el Cuerpo de Carabineros y el personal de Investigaciones, representa para los Partidos Liberal y Conservador el cumplimiento de un deber estricto. No se trata de crear fuerzas represivas, sino de un cuerpo destinado al mantenimiento del orden social, requisito fundamental para el desarrollo, desenvolvimiento y progreso del país en una colectividad civilizada. Es en este campo donde los carabineros se desempeñan y desarrollan su labor: desde la custodia de nuestras fronteras, hasta la redención del niño abandonado por padres irresponsables. Una institución de esta especie merece nuestra veneración y el prestigio de que goza.
Al anunciar nuestros votos favorables a la iniciativa en debate, agregamos nuestro homenaje de tributo, fe y adhesión, en nombre de los Partidos Liberal y Conservador, al glorioso Cuerpo de Carabineros de Chile, con el cual se confunde nuestra nacionalidad, pues dicho instituto se identifica con nuestra historia, con nuestras glorias, con la capacidad de la raza. Al mismo tiempo, nuestra palabra de aliento hacia ese otro Servicio tan interesante, tan importante y abandonado por el legislador y por los Gobiernos: la Dirección General de Investigaciones. De ahí nuestra profunda complacencia por el hecho de que el Poder Ejecutivo pretenda concederle los medios, dentro de los precarios recursos financieros de la nación, para mejorar su actual situación y darle mayor eficiencia.
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