-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/670260/seccion/akn670260-po1-ds8-ds62
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Intervencion
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1678
- rdf:type = bcnres:Participacion
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/2
- rdf:value = "
El señor HORMAZÁBAL.-
Señor Presidente, vamos a establecer algunas coincidencias en este debate.
Me agrada que todos concordemos en que uno no escoge dónde nace, lo cual ya es un progreso. Es un hecho indiscutible. Y cada cual puede estar orgulloso del lugar de su nacimiento, porque, además, las concepciones del humanismo cristiano, sus ideas y compromisos -como lo sabemos quienes las profesamos- no dependen de la clase social, de la raza o de otras consideraciones. Su dignidad esencial se basa en la característica del ser humano. Y hay circunstancias y pruebas notables en la historia de hombres nacidos en cuna de oro cuyo compromiso social y difusión de ideas solidarias son relevantes.
Hay una segunda cuestión importante de precisar: es en los sectores más pobres donde la gente reclama más justicia; nos pide que existan más cuarteles de Carabineros, y quiere que el servicio de vigilancia se preste de una manera tal que no se repitan prácticas anteriores. Porque hay una circunstancia objetiva: durante cierto número de años, la función policial derivó no sólo a la prevención y represión de la delincuencia común, sino, además, a la discrepancia. Y aún existen marcados elementos culturales que a muchos nos toca reconocer en las regiones. Todavía hay lugares en sectores poblacionales donde la fuerza pública, motivada especialmente para enfrentar la delincuencia, muchas veces considera como sospechosos a los jóvenes que están en la calle de las poblaciones en la noche. Y ocurre que esos jóvenes no tienen salas de estar ni de televisión en sus hogares. El hábitat normal en los hogares más pobres -donde conviven muchas personas- es la calle. Y la crisis familiar es fuerte. Entonces el problema es que el muchacho se siente marginado, pues muchas veces se le considera como un enemigo.
Y muchos de nosotros estamos tratando de colaborar en la función preventiva y educativa de los organismos policiales, haciendo ver a la juventud y a los más humildes que el papel de Carabineros e Investigaciones es precisamente preservar los valores, las ideas, los bienes y la propiedad de aquélla y que el elemento represivo-político ha quedado atrás.
Adicionalmente, comparto el hecho de que en todo estrato social existen valores. Un gran filósofo cristiano, católico, Jacques Maritain escribía en "El Hombre y el Estado" que incluso en las circunstancias de una sociedad represiva y bárbara existe permanentemente la línea que separa lo bueno de lo malo. Pero, en circunstancias objetivas de represión, esa línea no desaparece, sino que se desplaza. Es la tesis sustentada por uno de los moralistas, quien señala que precisamente, a veces, la gran contradicción de ellos es tener que decir que siempre, existiendo el bien y el mal, hay una línea que toma una posición distinta, de acuerdo a las condiciones en que se esté ejerciendo la actividad humana.
Estamos de acuerdo en que los pobres de Chile reclaman justicia, y que les preocupa que a veces solamente sea noticia un robo, una violación o un secuestro en el Barrio Alto y no lo sea el drama diario que se vive en los sectores populares. Se trata de reconocer un hecho que no genere permisividad. Entonces, aquí yo engarzo nuevamente el sentido de las normas jurídicas, que deben ser parte de un proceso completo, genérico, donde la gente se sienta vinculada a la justicia.
Hoy día, por ejemplo, si uno examina los antecedentes en los juzgados, cabría preguntarse: ¿cuánta gente pobre tiene acceso a los tribunales de justicia? Las estadísticas demuestran que todo lo que el país gasta en los tribunales beneficia a los bancos e instituciones financieras, los cuales utilizan los juzgados en el mayor porcentaje de las causas. Son datos estadísticos que todos los señores Senadores pueden revisar.
¿Qué sector popular puede acceder en un momento determinado a ese elemento de justicia? Queremos que los pobres entiendan que quienes están lesionando sus vidas, sus escasos bienes, tengan una sanción. Y la gente nos pide castigo para los responsables. Pero en lo que debemos tener cuidado es que a los que no actúan directamente en el delito se les empiece a tener una consideración distinta. Esto no es juicio referente a los delincuentes como tales. Es encubridor aquel que, reuniendo determinadas características, protege, por ejemplo, a una persona declarada reo por hurto o robo. No estamos afectando el bien jurídico que pretendemos proteger todos, sino que se está extendiendo.
Lamento que no haya el tiempo suficiente para escuchar en la Comisión respectiva a los especialistas en el tema, porque, por ejemplo, en el mismo informe citado por el Honorable señor Pacheco , cuando se da una opinión respecto a las implicancias de la indicación, el abogado señor Ortiz Quiroga llega a la conclusión de que sería conveniente dejar al juez la libertad para ponderar estos hechos, porque es el magistrado el llamado a tener en su despacho el conjunto de los elementos antes de decidir. Pero la indicación lo convierte en un hecho meramente objetivo, pues el juez tendría que considerar la existencia o inexistencia de tal condición y no podría aplicar su criterio.
Es cierto: en las poblaciones -según se dice- hay gente que habitualmente sabe que tales o cuales personas encubren. El problema se presenta en cómo lograr determinar la habitualidad. Es difícil de probar, porque la gente a veces tiene miedo de comparecer antes los tribunales. Las normas protectoras que estamos estableciendo sólo rigen durante el sumario, porque si no comprometerían otros valores de las normas jurídicas.
¿Por qué no estudiar, entonces, una indicación que permita al juez ponderar estos antecedentes, como lo sugieren los especialistas?
Sostengo, señor Presidente , que es bueno que el Senado trate estos debates con la máxima información disponible, porque ello evita rigideces. Y tenemos que reconocer todos con humildad -ya que la soberbia no es precisamente una actitud recomendable- que podemos aprender lecciones de todos aquellos que, con buena fe y conocimientos, traten de ilustrar a esta Alta Corporación.
"
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/670260
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/670260/seccion/akn670260-po1-ds8