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El señor PARETO (Presidente).-
Corresponde ocuparse de la observación del Presidente de la República al proyecto de ley que establece que es tiempo trabajado el que ocupen los dirigentes gremiales en sus labores como tales. Se encuentra en primer trámite.
La observación consiste en la desaprobación total del proyecto.
- El proyecto vetado por el Ejecutivo, impreso en el boletín Nº 575-70-0, es el siguiente:
"Artículo 1º.- El tiempo que los representantes de los trabajadores ocupen o hayan ocupado en el desempeño de sus funciones gremiales, como el que regidores y alcaldes empleen en las funciones municipales, se considerará trabajado para todos los efectos legales.
No obstante lo dispuesto en el inciso anterior, los representantes de los trabajadores deberán trabajar efectivamente en la tarea, función o cargo que les corresponda, al menos el 50% del tiempo de días y horas de trabajo a que están obligados por sus respectivos contratos, en el curso de cada mes.
Artículo 2º.- El Presidente de la República dictará el Reglamento necesario para el cumplimiento de esta ley, dentro de un plazo de hasta 90 días contado desde su publicación en el Diario Oficial.
Artículo 3º.- Los dirigentes nacionales y provinciales de la Central Única de Trabajadores (CUT) que sean elegidos por votación directa deberán dedicarse a estas funciones en forma exclusiva y estos tiempos se considerarán como efectivamente trabajados, conservando todas sus remuneraciones y demás regalías, como asimismo sus derechos a ascender. Las remuneraciones serán de cargo del empleador que tenga el dirigente de dicha organización en los momentos de ser elegido.
El incumplimiento de esta disposición de parte de los empleadores será sancionado por la Dirección del Trabajo con multa que irá de 3 a 20 sueldos vitales anuales, escala A) del departamento de Santiago.".
El señor PARETO (Presidente).- En discusión.
El señor CARRASCO.- Pido la palabra.
El señor PARETO (Presidente).- Tiene la palabra el Diputado señor Carrasco.
El señor CARRASCO.- Señor Presidente, el Ejecutivo ha vetado este proyecto que tiene suma importancia y trascendencia para los dirigentes de los trabajadores, para los regidores y alcaldes del país. En efecto, desde hace mucho tiempo, tanto los regidores como los alcaldes, que a la vez son funcionarios públicos, están solicitando que las funciones municipales que cumplen sean consideradas como legalmente trabajadas para todos los efectos que señala la ley. Lo mismo están pidiendo también desde hace largo tiempo, y es una sentida aspiración, los dirigentes nacionales y provinciales de la Central Única de Trabajadores elegidos por votación directa, para dedicarse en forma exclusiva a estas funciones.
Lamentablemente, el Ejecutivo, a pesar de que sé dice que es un Gobierno de los trabajadores, a pesar de que permanentemente dice tener una política en favor de los dirigentes gremiales, ha vetado los tres artículos del proyecto, impidiendo que tanto los alcaldes y regidores como los dirigentes nacionales, provinciales y locales de la CUT, puedan dedicarse, con tranquilidad, al desempeño de sus funciones.
Nosotros pensamos que este veto del Ejecutivo, que inhibe a los alcaldes, regidores y dirigentes laborales para desempeñar sus actividades con cierta dedicación y tranquilidad, es la prueba más clara y contundente de que todo lo que se dice en discursos radiales, en la prensa o en cualquier otro tipo de propaganda, ya sea por el propio Gobierno o por sus dirigentes, es lisa y llanamente una pantomima que no se concreta en hechos reales.
El problema, señor Presidente, se agrava sobre todo para los alcaldes, regidores y trabajadores dirigentes de la CUT que no están en el Gobierno y que, lógicamente, cuando son servidores públicos, son celosamente vigilados por los jefes de los servicios, quienes no les permiten desempeñar sus labores, tanto municipales como gremiales. Sin embargo, hay manga ancha, hay libertad absoluta, no existe ninguna medida que prohíba a Tos funcionarios de la Unidad Popular que gasten todo su tiempo en el desempeño de sus cargos de regidores o gasten todo su tiempo como dirigentes gremiales de la CUT. Para ellos no hay absolutamente ninguna medida administrativa...
El señor TEJEDA.- ¡Cuentos!
El señor CARRASCO.- Para los que no son del Gobierno están todas las medidas administrativas...
El señor TEJEDA.- ¡Falso!
El señor CARRASCO.- Este proyecto, señor Presidente, pretendía hacer justicia a todos estos trabajadores...
El señor TEJEDA.- ¡Demagogo!
El señor CARRASCO.- ...elegidos por el pueblo, en el caso de los regidores o alcaldes, o elegidos por los trabajadores mismos, tratándose de los representantes de la CUT.
Este proyecto pretendía hacer justicia a esa gran cantidad de trabajadores que deseaban entregar una parte de sus labores a trabajar como dirigentes gremiales o en bien de la comunidad, por medio de las municipalidades.
Ante esta inconsecuencia del Gobierno, de este Gobierno que se dice de los trabajadores pero que los inhabilita para desempeñar su trabajo, los Diputados democratacristianos vamos a votar en contra del veto.
El señor ROBLES.- Pido la palabra.
El señor PARETO (Presidente).- Tiene la palabra el señor Robles.
El señor ROBLES.-
Los parlamentarios comunistas, en la Comisión de Trabajo, cuando se analizó este proyecto, tuvimos una posición bastante clara en el sentido de que no estábamos de acuerdo en que los dirigentes sindicales, es decir, los dirigentes de los sindicatos industriales, profesionales, dedicaran su tiempo a diligencias particulares o sindicales. Y hoy, en que somos Gobierno, en que somos Gobierno de Unidad Popular, en que la mayoría de las industrias vitales, extractivas, en nuestro país están estatizadas, más que nunca creemos que los dirigentes sindicales tienen que dedicarse a la labor, a la creación de la producción en los centros industriales, en las fábricas.
Si en esa oportunidad tuvimos esa posición, hoy la reafirmamos al estar de acuerdo con el Ejecutivo. Hoy hay un Gobierno del pueblo, de los trabajadores....
El señor MONARES.- ¿Dónde es eso?
El señor ROBLES.- ... hay una relación directa en la administración de las industrias y, aunque el señor Carrasco diga todo lo contrario, nosotros, en alta voz reafirmamos la posición que tuvimos, en el sentido de que los dirigentes sindicales deben estar presentes en los consejos administrativos para la elaboración de los planes y estudio de los problemas de los trabajadores. Si algunos colegas tuvieran duda, bastará con que vean cómo en el salitre, en el cobre, en el carbón, en la pequeña y mediana minerías, los dirigentes sindicales están trabajando por el aumento de la producción y la solución de los problemas.
Por eso, señor Presidente, reafirmamos la posición que tuvimos en la Comisión de Trabajo y señalamos que hoy vamos a aprobar el veto del Ejecutivo.
Nada más.
El señor GUERRA.- ¡Muy apatronado lo veo ahora!
El señor PARETO (Presidente).- Tiene la palabra el Diputado señor Cardemil.
El señor CARDEMIL.- Señor Presidente, lamento que el Ejecutivo haya vetado este proyecto, proyecto que, en su oportunidad fue presentado por nuestro ex colega y amigo el DiputadoEduardo Sepúlveda Muñoz, a petición de gran número de dirigentes sindicales y debido a los problemas que se les han presentado como tales en el desempeño de sus cargos, porque aun cuando se ha avanzado mucho en materia de permisos, en los mismos convenios, como dice el veto, hasta el día de hoy no existe pleno respeto a la actividad del dirigente sindical. Y hay ejemplos. En Valparaíso, tenemos el caso de un dirigente de la Central Única de Trabajadores, quien no ha podido ser reintegrado a la Empresa de los Ferrocarriles del Estado porque, en el ejercicio de su cargo de dirigente provincial, debió ausentarse de su taller, y tuvo que hacerlo en reiteradas oportunidades. Por eso, le aplicaron las disposiciones reglamentarias de los Ferrocarriles del Estado; y, pese a las gestiones que hizo el presidente nacional de la CUT y ex DiputadoLuis Figueroa, no hubo forma de reintegrarlo, porque, de acuerdo con el promedio de asistencia, no podía continuar en la Empresa.
Yo respeto mucho la opinión del colega y amigo Robles, pero ha dado un argumento que cobra plena vigencia en relación con un proyecto que se encuentra en la Comisión de Trabajo y Seguridad Social, en virtud del cual se va a facultar a los dirigentes sindicales para ser inspectores ad honorem de las Cajas de Previsión.
El señor ROBLES.- Son dos cosas distintas.
El señor CARDEMIL.- ¿Bueno, en qué quedamos? ¿Se van a dedicar a la plena producción o a ser inspectores ad honorem? Si van a ser inspectores, con la lentitud anterior, actual y de siempre de los organismos previsionales, deberán tener oficinas en las Cajas de Previsión para poder acelerar los trámites de jubilación y de los demás beneficios.
Hay una contradicción muy grande, colega y amigo Robles, en el argumento dado por usted aquí, argumento que echa por tierra el proyecto que se encuentra en la Comisión de Trabajo porque, si la intención de todos es que los trabajadores aumenten la producción y los dirigentes estén en sus cargos para cumplir las tareas que se les fijen, ¿cómo los vamos a mandar entonces, de inspectores a las Cajas de Previsión? ¡Pongámonos de acuerdo! Aun para esta función de inspectores en las Cajas de Previsión, se necesita de este proyecto de ley, a fin de que se les puedan aplicar todas las disposiciones legales y se considere como legalmente servido el tiempo que ocupen en el desempeño de estos cargos.
Yo veo una incongruencia muy grande. Por eso, ruego que seamos muy consecuentes con las palabras y la conducta y exactitud que se ha tenido permanentemente en la Comisión y en la Sala, en relación con los trabajadores, y que se rechace el veto, porque este proyecto beneficia ampliamente al sector laboral, sobre todo a los dirigentes, porque todavía, pese al avance considerable que se ha logrado en esta materia, no hay pleno respaldo para su gestión gremial.
El señor PARETO (Presidente).- Tiene la palabra el señor Monares.
El señor MONARES.- Señor Presidente, el proyecto aprobado por el Congreso, cuyo veto está discutiendo la Cámara de Diputados en este momento, tiene el propósito de otorgar permiso o autorización para alejarse del trabajo y dedicar ese tiempo a funciones gremiales a determinadas personas que se precisan en el inciso primero del artículo 1º. Mediante este artículo, las ausencias de los representantes de los trabajadores, cualquiera que sea su condición, ya sean dirigentes gremiales del sector privado o del sector público - se incluyen también en esta idea del permiso a los regidores y alcaldes-, deberán considerarse como tiempo trabajado para todos los efectos legales.
El Ejecutivo ha observado la totalidad del proyecto. Los fundamentos del veto están contenidos, básicamente, en la idea de que el Gobierno no es partidario de establecer, por ley, un sistema de permisos regulado para los trabajadores del sector privado. Hay una contradicción manifiesta entre la disposición aprobada por el Congreso, que se refiere a todos los trabajadores, no solamente a los del sector privado, y el fundamento del veto. De manera, entonces, señor Presidente, que si efectivamente nos atuviéramos al sentido del veto, el Ejecutivo no debería haber observado en forma completa .este proyecto de ley; tendría que haber propuesto ideas sustitutivas, y esas ideas sustitutivas debieran ser consecuentes con los fundamentos del veto. Esta es la primera idea.
La segunda es que el Ejecutivo nos dice que, en todo lo relacionado con esta materia, es preferible atenerse a los convenios a que puedan llegar las partes, empresa y trabajadores, en el sector privado. Pues bien, si ésa era la idea en relación con el sector privado, el Ejecutivo debió proponer la sustitución en el sentido de garantizar por ley, por lo menos, un mínimo de tiempo, de horas, de días, a los dirigentes sindicales, para que lo puedan dedicar al desempeño de estas labores en beneficio de los trabajadores. Ese es, efectivamente, el sentido que tiene el veto. En él se dice que es preferible que esto no sea regulado por ley sino que quede al arbitrio de las partes. La ley siempre ha garantizado un mínimo de un determinado beneficio. Las partes, a través de los convenios colectivos, de las actas de avenimiento o, incluso, de los fallos arbítrales, han ido más allá de la ley. Entonces, era posible que este mínimo, que le sirve a muchos dirigentes sindicales y a muchas organizaciones gremiales, hubiese sido perfeccionado por la lucha gremial, por la lucha de los trabajadores. ¿Pero qué nos dice el Ejecutivo? Ha observado la totalidad del proyecto y ni siquiera esta idea, contenida en su propio fundamento, ha sido considerada.
La tercera idea contenida en el veto, señor Presidente, es que el Gobierno no es partidario de que los permisos sindicales sean financiados y pagados por las empresas, por lo cual debe establecerse por las partes, con cargo a los propios trabajadores, un sistema de financiamiento para que sus dirigentes sindicales se dediquen a estas labores. Esta idea es buena; me parece aceptable e, incluso, mejor que la que contiene el proyecto. Pero aquí se cae exactamente en lo mismo: que esta idea, siendo buena, era posible incluirla en el proyecto por la vía de la sustitución. El Ejecutivo no lo ha hecho y ha recurrido, otra vez, a la eliminación completa de un beneficio que, a nuestro juicio, es necesario establecer en este momento.
Señor Presidente, yo no pretendo en esta materia, de ninguna manera, cobrarle anticipadamente la palabra al Gobierno y a los Diputados de la Unidad Popular, pero creo perfectamente posible que, en base a los fundamentos del veto, se puede redactar un nuevo proyecto de ley que contenga la idea de que los dirigentes gremiales del sector público puedan dedicar un tiempo importante a las labores sindicales. En lo que dice relación con el sector privado, que preocupa al Ejecutivo, podemos incluir también las ideas contenidas en los fundamentos del veto.
En caso de que el veto del Ejecutivo fuera rechazado por la Cámara y no se reunieran los dos tercios para insistir y, en consecuencia, no hubiera ley sobre la materia, yo anuncio, en nombre de los parlamentarios que estamos interesados en esta iniciativa, la presentación de un proyecto de ley que contenga las ideas del propio Ejecutivo en el oficio en que nos da cuenta del veto. Y ahí vamos a ver si es factible convertirlas en ley, como lo dijo el colega Robles, si es que ellos efectivamente están interesados en la clase trabajadora y en dar un beneficio a sus dirigentes sindicales. Yo no quiero plantear problemas de animosidad, pero a mí me interesa que exista en esta materia una ley que beneficie a los trabajadores. Yo creo que el Ejecutivo ha dado pie para la presentación de otro proyecto; yo recojo esa idea y en los próximos días vamos a presentar el proyecto que he anunciado.
Muchas gracias, señor Presidente.
El señor MUÑOZ BARRA, don Roberto (Vicepresidente).- Tiene la palabra el DiputadoSepúlveda, don Eduardo.
El señor SEPULVEDA WHITTLE (don Eduardo).- Señor Presidente, el señor Robles ha informado que el Partido Comunista aprobará el veto. O sea, se opone al proyecto de ley, porque, según él, los dirigentes gremiales y sindicales están hoy ocupados enteramente en lo que se refiere al aumento de la producción, y no quieren, entonces, hacer uso de estos permisos para trámites que serían secundarios, que no tendrían nada que ver con la producción.
Creo que los fundamentos del veto contradicen al señor Robles, porque, como lo ha señalado muy bien el señor Monares, en ellos se establece que los permisos para los dirigentes ya están en vigencia en los convenios del sector privado. Lo triste y lo lamentable, como lo ha recalcado el colega Baldemar Carrasco, es que esos permisos se dan en forma sectaria y arbitraria, en la forma que caracteriza a la Unidad Popular.
- Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor SEPULVEDA WHITTLE (don Eduardo).- Por otra parte, los hechos también desmienten al señor Robles. El hablaba del aumento de la producción, y la verdad es que en todas las riquezas naturales que él ha señalado, como son: cobre, salitre, hierro y carbón, la producción, durante este Gobierno, ha bajado verticalmente.
Por otra parte, si el proyecto no se aprobara, se perdería la ocasión de hacer justicia a los alcaldes, que hoy ganan sueldos miserables, por no decir nada. En el proyecto se les reconoce el tiempo que sirvan para todos los efectos legales. La verdad es que los alcaldes deberían ser algo así como los gerentes de las respectivas comunas; pero para ello necesitarían entregarse por entero a sus labores, y hoy no lo pueden hacer, precisamente, porque no tienen renta alguna.
Yo espero que la sugerencia que ha hecho nuestro colega Monares, en orden a que estas ideas -las que contienen el proyecto en discusión y los fundamentos del veto- se conviertan en una nueva iniciativa, que pueda ser realidad en el más breve tiempo posible.
El señor TUDELA.- Pido la palabra.
El señor MUÑOZ BARRA, don Roberto (Vicepresidente).- Tiene la palabra Su Señoría.
El señor TUDELA.- Señor Presidente, las opiniones de los colegas Monares y Sepúlveda me ahorran, en cierta manera, tener que referirme a lo que deseaba plantear esta tarde: a la ligereza con que el Ejecutivo estudia los proyectos y los vetos. Yo creo que no hay consecuencia entre la exposición de motivos de los vetos y lo que después se propone. Si en la exposición de motivos da ideas buenas, no veo la razón por la cual usa después del veto supresivo con el objeto de liquidar proyectos que tienen ideas buenas, estudiadas por las Comisiones y por la Corporación. De tal forma que nosotros realmente debemos protestar, una vez más, de que el Ejecutivo vete con tanta ligereza proyectos que salen aprobados por la Corporación, ya que ello limita, por cierto, toda posibilidad de iniciativa en esta materia.
Ahora, con respecto a lo que decía el colega Eduardo Sepúlveda sobre el tiempo ocupado por los alcaldes y regidores, al rechazarse la idea del artículo 1°, se está justamente en contra de muchos alcaldes y regidores, que tienen que desempeñar sus funciones, pero que por su trabajo, por ser modestos representantes populares, muchas veces no pueden hacerlo. Esta discriminación podría llevar a que, de ahora en adelante, sólo pudieran optar a cargos de representación popular en las municipalidades las personas con medios económicos y con tiempo para hacerlo, y que los trabajadores, la gente que pudiera también desempeñar estas funciones, que tiene méritos, por el sólo hecho de no serle remunerado el tiempo que gasta, ni siquiera pudiera optar a esos cargos. Por eso es discriminatorio y casi clasista el veto que en esta ocasión se ha presentado en este proyecto de claro beneficio popular.
Espero que los Diputados de la Unidad Popular y el Ejecutivo acojan la idea expresada por el colega Monares, a fin de que pueda transformarse en un proyecto que lleve, en cierto modo, un beneficio, que es importante para los trabajadores.
El señor MUÑOZ BARRA, don Roberto (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Diputado señor Saavedra.
El señor SAAVEDRA (don Sergio).- Señor Presidente, es sólo para agregar algo muy breve.
Estoy plenamente de acuerdo con lo expresado por el colega Monares, y tengo la esperanza que esto se pueda corregir a través de un nuevo proyecto de ley. Sin embargo, quiero referirme en forma especial a un problema que se ha mencionado muy poco y que atañe a regidores y alcaldes. La verdad es que cualquier justificación que haya tenido el Ejecutivo, olvida referirse a por qué veta la parte de la disposición que favorece a alcaldes y regidores.
La verdad es que se cae con demasiada facilidad, en este tiempo, en un vicio que hubo desde muy antiguo, desde la época en que las funciones parlamentarias se servían gratuitamente y, por eso, sólo podían acceder a ellas la gente que tuviese tal renta que no necesitara recibir una dieta o asignación. En la medida en que la democracia se ha perfeccionado, se ha hecho posible que gente de trabajo: profesionales, empleados y obreros pueden acceder no sólo al Parlamento sino a las municipalidades. El negar entonces a los regidores y alcaldes la posibilidad de disponer por ley del tiempo que necesitan para ejercer sus funciones, es negar un fundamento de la democracia.
Aquí, y recuerdo más de alguna disposición referente a la dieta de los parlamentarios, es muy fácil hacer demagogia barata para decir: ¡No, qué cosa más escandalosa! Pero, sólo pueden decir eso los que disponen de una gran fortuna o los que reciben por otros conductos las remuneraciones que les aseguren la disponibilidad de tiempo para dedicarse a sus funciones.
El señor INSUNZA.- La gente honesta.
El señor SAAVEDRA (don Sergio).- Los honestos a medias, porque para nadie resulta un misterio hoy día el saber que entregándoles uno o dos automóviles a precio oficial, se puede hacer, con la diferencia de precio, la renta de cuatro años de un parlamentario. Y hemos visto casos bastante recientes en que a un partido se le entregaron cincuenta y cinco automóviles no sólo para financiar seguramente sus campañas, sino también podrían estarse financiando dietas, sobre-dietas, viáticos y sueldos de parlamentarios.
Hay otros partidos que les fijan ellos su dieta al parlamentario y no sabemos si ella será inferior o superior a la que perciben.
El señor TEJEDA.- Inferior.
El señor SAAVEDRA (don Sergio).- Pero la verdad es que con este sistema podemos llegar a conculcar la posibilidad de que la gente de trabajo se dedique honestamente al ejercicio de sus funciones parlamentarias. Lo mismo se está haciendo a través de este veto, cuando se impide a regidores y alcaldes considerar como tiempo servido, para todos los efectos legales, el que ocuparen en el servicio de sus funciones comunales.
Así, estamos restringiendo la democracia, porque o hacemos que los regidores sean gente de muy alta renta propia o los hacemos serviles de intereses particulares o de otros que pueden ser hoy día los del Estado, a través de una asignación por cualquier método, porque hoy día asignándole un televisor se le puede "fabricar" la renta de todo un año a un regidor. ¡Para qué decir asignándole un auto! Entonces estamos conculcando la democracia.
Por eso, tengo esperanza y confianza en que si se vuelve a tratar un proyecto de ley, que precise los alcances del permiso que se quería conceder a los representantes de los trabajadores, se incluya también esta materia, que para mí es fundamental, porque garantiza la democracia al permitir a regidores y alcaldes ejercer libremente sus funciones edilicias. Espero que este proyecto no sea vetado por el Ejecutivo.
El señor MUÑOZ BARRA, don Roberto (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Diputado señor Carrasco, en su segundo discurso.
El señor CARRASCO.- Señor Presidente, es sólo para insistir en algunas ideas.
La verdad es que lo que más enerva en vetos como éste es la inconsecuencia del Gobierno. Las ideas sostenidas en este proyecto son las que los militantes de la hoy Unidad Popular, especialmente de los Partidos Comunista y Socialista, han venido sosteniendo durante largos años, y resulta que cuando se concretan en un proyecto de ley, simplemente se lo veta, porque ahora ellos pueden usar la herramienta del Poder, para que los adictos al Gobierno tengan lo que antes no podían gozar.
Piensa que éste es uno de los vetos más reaccionarios que ha pasado por la Cámara, porque ni siquiera se pide que todo el tiempo de los trabajadores, alcaldes y regidores sea destinado a labores gremiales o municipales, sino simplemente el 50% de sus actividades. Aún más, en el proyecto iba incluida una idea para evitar los abusos, ya que se facultaba al propio Presidente de la República para que, en el plazo de 90 días, pudiera dictar un reglamento que permitiera a los dirigentes gremiales, a los regidores y alcaldes, desempeñar con eficiencia el trabajo que su comunidad laboral, o la comunidad toda, les habían encomendado cuando los eligieron para los cargos de dirigente sindical, regidor o alcalde.
De ahí que negar este justo derecho a las personas que están prestando un servicio a la comunidad, es, lisa y llanamente, tomar una medida reaccionaria, ser inconsecuente con lo que se ha mantenido durante toda una vida, y ser dogmático, sobre todo, como lo hemos dicho aquí, porque hoy los dirigentes y regidores de la Unidad Popular no necesitan fuero ni autorización legal para cumplir con su deber, pero sí lo necesita la gente que no está en el Gobierno. Este es el quid del veto que estamos analizando. Por eso es necesario que los trabajadores de Chile conozcan cuál es la actitud que tiene este Gobierno en el día de hoy, y qué fue lo que dijeron durante largos años cuando fueron oposición. Eso es lo que deben condenar los trabajadores y eso es lo que debe quedar en claro cuando estamos tratando en el Congreso materias que realmente permiten saber quiénes están con los trabajadores y quiénes no lo están.
- Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor MUÑOZ BARRA, don Roberto (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Diputado señor Insunza.
El señor INSUNZA.- Señor Presidente, en el curso de este debate hemos escuchado argumentos que a los Diputados comunistas nos parecen atendibles. Por eso podemos expresar que, en relación con ellos, los Diputados de estas bancas estudiarán con atención el proyecto de ley que los Diputadosdemocratacristianos presentaran a través del señor Monares.
Pero aparte de los argumentos hemos escuchado diatribas e insidias.
El señor CANTERO.- Dichas con mala fe.
El señor INSUNZA.- Dichas con mala fe. Por eso queremos expresar nuestra opinión.
En primer lugar, todo lo que ha manifestado el Diputado señor Carrasco, a propósito de la supuesta excepción que en favor de la Unidad Popular se pretendería hacer con este veto, no resiste ningún análisis lógico. Los dirigentes sindicales, la inmensa mayoría, lo son de las empresas del sector privado. Hay treinta mil empresas en este sector. Y los patrones no son en general partidarios de la Unidad Popular. De modo que no quedará ninguna situación de excepción, absolutamente ninguna, respecto de los dirigentes sindicales comunistas o socialistas.
El sentido del veto, la forma en que está planteado, se refiere a la necesidad de considerar, por parte del Gobierno, situaciones reales, como aquellas que competen al desarrollo de la batalla de la producción y a la necesidad de mantener la vinculación del dirigente sindical con su base, lo que hace preferible que los permisos o sistemas de trabajo sean acordados a través de pliegos, calificando la asamblea de trabajadores aquello que estime necesario para que el dirigente sindical cumpla apropiadamente en función de los intereses de los trabajadores.
En este sentido, tampoco es argumento lo dicho por el Diputado señor Cardemil, que pretende ver entre este veto y la calidad de inspectores ad honores del sistema previsional de los trabajadores una contradicción, puesto que de lo que se trata en este proyecto es, precisamente, que los dirigentes sindicales puedan, en sus empresas, ejercer la calidad de inspectores para los efectos del cumplimiento riguroso por parte de los patrones de sus compromisos con el sistema previsional. Para ello, no se requiere ni de oficinas en el sistema central ni de tiempo extra, sino de la decisión, por parte de los trabajadores, de controlar, asumiendo legalmente las funciones que actualmente no pueden desempeñar y que el proyecto de ley, que aprobará, esperamos, este Parlamento, les va a otorgar.
Pero queremos hacer presente, además, que hemos visto, con sorpresa, deslizarse en la intervención del Diputado señor Saavedra algunas apreciaciones, que deseamos puntualizar, con mucha precisión, por lo que a nosotros como comunistas nos toca y porque corresponde a toda la Unidad Popular.
Nuestra opinión es que el sistema burgués, la estructura que actualmente tiene la política en nuestro país, genera, en algún modo, sobre la base de las excepciones, una situación de privilegio, en los hechos, para los representantes populares, que, en último término, los separa del pueblo que representan. Ocurre esto con dirigentes sindicales, por ejemplo, que aprovechando ciertas conquistas no trabajan nunca y terminan por desclasarse, como ha ocurrido, sobre todo en el pasado con alguna frecuencia, en algunas grandes empresas donde imperaban las concepciones "amarillas" en los dirigentes sindicales; pero que se da de una manera mucho mayor en el servicio de otras funciones públicas, .. .
El señor TUDELA.- ¡En los patos blancos!
El señor INSUNZA.- inclusive en el terreno de la situación de los propios parlamentarios.
Por eso los comunistas no recibimos ni cobramos la dieta parlamentaria, y vivimos con salarios infinitivamente más modestos que lo que la dieta significa, comparable con lo que gana un obrero calificado, y no más. Y lo hacemos y lo hace el Partido en el entendido de que eso ayuda a evitar cualquier fenómeno de oportunismo o desplazamiento...
El señor MUÑOZ BARRA, don Roberto (Vicepresidente).- ¿Me permite, señor Diputado?
El señor INSUNZA.- que pudiera producirse por los acomodos...
El señor MUÑOZ BARRA, don Roberto (Vicepresidente).- Me permito señalarle que ha llegado la hora de término del Orden del Día.
El señor AGURTO.- ¿Por qué no se le prorroga el tiempo...?
El señor MUÑOZ BARRA, don Roberto (Vicepresidente).- ¿Habría acuerdo para concederle más tiempo al Diputado señor Insunza, para que termine su intervención?
El señor FUENTES (don César Raúl).- Sí, hay.
El señor MUÑOZ BARRA, don Roberto (Vicepresidente).- Acordado.
Puede continuar el Diputado señor Insunza.
El señor FUENTES (don César Raúl).- Sin perjuicio de Incidentes...
El señor INSUNZA.- Señor Presidente, agradezco a la Sala.
El señor MUÑOZ BARRA, don Roberto (Vicepresidente).- Se entiende, señores Diputados, que continúa el Orden del Día, ...
El señor FUENTES (don César Raúl).- Exacto.
El señor MUÑOZ BARRA, don Roberto (Vicepresidente).- sin perjuicio, naturalmente, de Incidentes.
El señor INSUNZA.- Gracias, señor Presidente.
Agradezco a los señores Diputados su deferencia.
Decía que nosotros, parlamentarios comunistas, tenemos un sistema que nos hace vivir con una cantidad de dinero considerablemente inferior a la dieta parlamentaria. Pero quisiera agregar, señor Saavedra, que éste no es un sistema que se aplique sólo respecto de los parlamentarios, sino que se impone como norma de vida a todos los funcionarios de nuestro Partido que cumplen labores en la Administración Pública. Es conocido en el país que los funcionarios del Partido Comunista, en las empresas del sector social, renuncian a parte de sus salarios. Voy a dar un ejemplo. La renta del Gerente de Chuquicamata, en el régimen pasado, era equivalente, hoy día, a Eº 260.000 mensuales. El compañero David Silberman, que ejerce ese cargo, militante de nuestro Partido, cobra el tope de los veinte sueldos vitales y los otros Eº 200.000, o más, los reincorpora a la empresa, pasando allí a fondos generales. El mismo compañero no utilizaba la casa que estaba asignada a los Gerentes: "la casa 2.000". Se ha ido a una casa modesta y "la casa 2.000" está hoy día transformada en un centro para los niños de Chuquicamata, para los hijos de los trabajadores de esa empresa.
Por esta vía, los funcionarios públicos que no son miembros del Partido Comunista y que no pueden devolver los fondos, en el caso de servir empleos en la Administración central, entregan esos fondos a la Junta Nacional de Jardines Infantiles. Sólo en el curso del medio año que ha corrido entre enero y junio, se entregaron a esa Junta 6 millones de escudos, provenientes de los salarios que no cobran: los funcionarios del Partido Comunista.
De modo que en cuanto a nosotros, en cuanto al espíritu que se impone en la Unidad Popular acerca de la forma en que debe cumplirse el servicio público, hay una política muy clara, que lucha por establecer una moralidad que haga que en todo el Gobierno se comporte de acuerdo con la situación que existe en el país, con los requerimientos del pueblo e incluso con las dificultades en las que temporalmente todavía vive...
El señor SAAVEDRA (don Sergio).- ¿Me permite una interrupción, Diputado?
El señor INSUNZA.- Con todo gusto, señor Diputado.
El señor MUÑOZ BARRA, don Roberto (Vicepresidente).- Con la venia de Su Señoría, puede hacer uso de la interrupción el señor Saavedra.
El señor SAAVEDRA (don Sergio).- Yo diría que lucha, pero sin éxito. Si no, no me explicaría las palabras del Presidente de la República, el otro día, llamando a la moralidad y señalando el caso de los interventores, por ejemplo, a quienes él veía disputando por usar los "Mercedes-Benz", los autos y las casas de los antiguos gerentes.
Reconozco que se lucha, y lo veo en las propias palabras del Presidente de la República, pero usted mismo tendrá que reconocer que ha sido una lucha poco eficaz.
El señor INSUNZA.- Ha sido, señor Diputado, muy eficaz. Se podría -y ése, naturalmente, no es nuestro interés-empezar a emular, en este terreno, a los Gobiernos del pasado; pero se trata, precisamente, de superar a los Gobiernos anteriores en todo lo que hicieron de dañino para la moral pública y para el estilo de trabajo de los políticos, hasta el extremo de que en este país se ha llegado a identificar al dirigente político con una suerte de negociante de ocasión. Eso no ha ocurrido, naturalmente, por responsabilidad de los partidos populares, sino por aquellos que ejercieron sin dignidad las funciones de dirección del aparato del Estado en el pasado.
Refiriéndome en concreto al proyecto, queremos expresar que las normas que aquí se contemplan son por lo demás exageradas. Establecer un 50%; del tiempo para dedicarlo a funciones sindicales, a nosotros nos parece un exceso. Y pensamos que de una disposición como ésta deriva un riesgo que es peor para el movimiento sindical, que es el riesgo de la separación de los dirigentes sindicales de las masas que deben dirigir y de las dificultades de control sobre sus dirigentes sindicales, precisamente, por las masas que ellos representan. En este sentido, es preferible, en todo, el hecho de que sean las propias asambleas las que determinen, a través de los pliegos, los sistemas que se acomoden a las propias formas de trabajo de las empresas...
El señor MUÑOZ BARRA, don Roberto (Vicepresidente).- Ha terminado el tiempo de su primer discurso. Puede continuar en el tiempo de su segundo discurso.
El señor INSUNZA.- Gracias. Voy a terminar muy rápidamente. No quiero abusar de la actitud que ha tenido la Sala al permitirme terminar mis observaciones.
Nosotros estimamos que el sistema mejor para el desarrollo sano del movimiento sindical, será aquel que parta del control que las asambleas ejerzan sobre todos estos sistemas de excepción.
En este terreno, considerando esos factores y las ideas que el veto contempla, nosotros estaremos dispuestos a contribuir a la elaboración de un buen proyecto y a su aprobación rápida por el Parlamento. Naturalmente, deseamos dar el máximo de derechos al movimiento sindical, para un desarrollo democrático, positivo, realmente controlado por las masas populares, generando, en el propio proyecto, sistemas de control que impidan cualquier deformación de los dirigentes sindicales, cualquier creación de situaciones de excepción. De este modo no permitiremos que el cargo de dirigente sindical se transforme en un "carrerismo" que pueda conducir a deformaciones y a traer grandes dificultades al movimiento sindical como tal.
Hoy en día, sistemas como el que aplica nuestro Partido, por ejemplo, respecto de regidores y alcaldes, a los cuales el Partido, con sus fondos, les financia salarios que les permiten cumplir con sus funciones, corresponden en mucho a la tradición de este país, que tiene tradición de partidos, los que no debieran existir sólo para la presentación de listas, sino también para la generación de sistemas que no creen situaciones de excepción, que no perjudiquen el desarrollo del progreso y de la producción y que, al mismo tiempo, permitan a cualquier persona, cualquiera que sea su posición social, ejercer dignamente los cargos de representación popular a los que pueda acceder.
Muchas gracias, señor Presidente.
El señor MUÑOZ BARRA, don Roberto (Vicepresidente).- Queda pendiente el debate sobre las observaciones del Ejecutivo al proyecto de ley que establece que es tiempo trabajado el que ocupen los dirigentes gremiales en el cumplimiento de sus funciones.
Terminado el Orden del Día.
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- rdf:value = " 13.- CALIFICACION DEL TIEMPO QUE OCUPEN LOS DIRIGENTES GREMIALES EN SUS LABORES COMO TALES.- OBSERVACIONES
El señor PARETO (Presidente).-
Corresponde ocuparse de la observación del Presidente de la República al proyecto de ley que establece que es tiempo trabajado el que ocupen los dirigentes gremiales en sus labores como tales. Se encuentra en primer trámite.
La observación consiste en la desaprobación total del proyecto.
- El proyecto vetado por el Ejecutivo, impreso en el boletín Nº 575-70-0, es el siguiente:
"Artículo 1º.- El tiempo que los representantes de los trabajadores ocupen o hayan ocupado en el desempeño de sus funciones gremiales, como el que regidores y alcaldes empleen en las funciones municipales, se considerará trabajado para todos los efectos legales.
No obstante lo dispuesto en el inciso anterior, los representantes de los trabajadores deberán trabajar efectivamente en la tarea, función o cargo que les corresponda, al menos el 50% del tiempo de días y horas de trabajo a que están obligados por sus respectivos contratos, en el curso de cada mes.
Artículo 2º.- El Presidente de la República dictará el Reglamento necesario para el cumplimiento de esta ley, dentro de un plazo de hasta 90 días contado desde su publicación en el Diario Oficial.
Artículo 3º.- Los dirigentes nacionales y provinciales de la Central Única de Trabajadores (CUT) que sean elegidos por votación directa deberán dedicarse a estas funciones en forma exclusiva y estos tiempos se considerarán como efectivamente trabajados, conservando todas sus remuneraciones y demás regalías, como asimismo sus derechos a ascender. Las remuneraciones serán de cargo del empleador que tenga el dirigente de dicha organización en los momentos de ser elegido.
El incumplimiento de esta disposición de parte de los empleadores será sancionado por la Dirección del Trabajo con multa que irá de 3 a 20 sueldos vitales anuales, escala A) del departamento de Santiago.".
El señor PARETO (Presidente).- En discusión.
El señor CARRASCO.- Pido la palabra.
El señor PARETO (Presidente).- Tiene la palabra el Diputado señor Carrasco.
El señor CARRASCO.- Señor Presidente, el Ejecutivo ha vetado este proyecto que tiene suma importancia y trascendencia para los dirigentes de los trabajadores, para los regidores y alcaldes del país. En efecto, desde hace mucho tiempo, tanto los regidores como los alcaldes, que a la vez son funcionarios públicos, están solicitando que las funciones municipales que cumplen sean consideradas como legalmente trabajadas para todos los efectos que señala la ley. Lo mismo están pidiendo también desde hace largo tiempo, y es una sentida aspiración, los dirigentes nacionales y provinciales de la Central Única de Trabajadores elegidos por votación directa, para dedicarse en forma exclusiva a estas funciones.
Lamentablemente, el Ejecutivo, a pesar de que sé dice que es un Gobierno de los trabajadores, a pesar de que permanentemente dice tener una política en favor de los dirigentes gremiales, ha vetado los tres artículos del proyecto, impidiendo que tanto los alcaldes y regidores como los dirigentes nacionales, provinciales y locales de la CUT, puedan dedicarse, con tranquilidad, al desempeño de sus funciones.
Nosotros pensamos que este veto del Ejecutivo, que inhibe a los alcaldes, regidores y dirigentes laborales para desempeñar sus actividades con cierta dedicación y tranquilidad, es la prueba más clara y contundente de que todo lo que se dice en discursos radiales, en la prensa o en cualquier otro tipo de propaganda, ya sea por el propio Gobierno o por sus dirigentes, es lisa y llanamente una pantomima que no se concreta en hechos reales.
El problema, señor Presidente, se agrava sobre todo para los alcaldes, regidores y trabajadores dirigentes de la CUT que no están en el Gobierno y que, lógicamente, cuando son servidores públicos, son celosamente vigilados por los jefes de los servicios, quienes no les permiten desempeñar sus labores, tanto municipales como gremiales. Sin embargo, hay manga ancha, hay libertad absoluta, no existe ninguna medida que prohíba a Tos funcionarios de la Unidad Popular que gasten todo su tiempo en el desempeño de sus cargos de regidores o gasten todo su tiempo como dirigentes gremiales de la CUT. Para ellos no hay absolutamente ninguna medida administrativa...
El señor TEJEDA.- ¡Cuentos!
El señor CARRASCO.- Para los que no son del Gobierno están todas las medidas administrativas...
El señor TEJEDA.- ¡Falso!
El señor CARRASCO.- Este proyecto, señor Presidente, pretendía hacer justicia a todos estos trabajadores...
El señor TEJEDA.- ¡Demagogo!
El señor CARRASCO.- ...elegidos por el pueblo, en el caso de los regidores o alcaldes, o elegidos por los trabajadores mismos, tratándose de los representantes de la CUT.
Este proyecto pretendía hacer justicia a esa gran cantidad de trabajadores que deseaban entregar una parte de sus labores a trabajar como dirigentes gremiales o en bien de la comunidad, por medio de las municipalidades.
Ante esta inconsecuencia del Gobierno, de este Gobierno que se dice de los trabajadores pero que los inhabilita para desempeñar su trabajo, los Diputados democratacristianos vamos a votar en contra del veto.
El señor ROBLES.- Pido la palabra.
El señor PARETO (Presidente).- Tiene la palabra el señor Robles.
El señor ROBLES.- Los parlamentarios comunistas, en la Comisión de Trabajo, cuando se analizó este proyecto, tuvimos una posición bastante clara en el sentido de que no estábamos de acuerdo en que los dirigentes sindicales, es decir, los dirigentes de los sindicatos industriales, profesionales, dedicaran su tiempo a diligencias particulares o sindicales. Y hoy, en que somos Gobierno, en que somos Gobierno de Unidad Popular, en que la mayoría de las industrias vitales, extractivas, en nuestro país están estatizadas, más que nunca creemos que los dirigentes sindicales tienen que dedicarse a la labor, a la creación de la producción en los centros industriales, en las fábricas.
Si en esa oportunidad tuvimos esa posición, hoy la reafirmamos al estar de acuerdo con el Ejecutivo. Hoy hay un Gobierno del pueblo, de los trabajadores....
El señor MONARES.- ¿Dónde es eso?
El señor ROBLES.- ... hay una relación directa en la administración de las industrias y, aunque el señor Carrasco diga todo lo contrario, nosotros, en alta voz reafirmamos la posición que tuvimos, en el sentido de que los dirigentes sindicales deben estar presentes en los consejos administrativos para la elaboración de los planes y estudio de los problemas de los trabajadores. Si algunos colegas tuvieran duda, bastará con que vean cómo en el salitre, en el cobre, en el carbón, en la pequeña y mediana minerías, los dirigentes sindicales están trabajando por el aumento de la producción y la solución de los problemas.
Por eso, señor Presidente, reafirmamos la posición que tuvimos en la Comisión de Trabajo y señalamos que hoy vamos a aprobar el veto del Ejecutivo.
Nada más.
El señor GUERRA.- ¡Muy apatronado lo veo ahora!
El señor PARETO (Presidente).- Tiene la palabra el Diputado señor Cardemil.
El señor CARDEMIL.- Señor Presidente, lamento que el Ejecutivo haya vetado este proyecto, proyecto que, en su oportunidad fue presentado por nuestro ex colega y amigo el DiputadoEduardo Sepúlveda Muñoz, a petición de gran número de dirigentes sindicales y debido a los problemas que se les han presentado como tales en el desempeño de sus cargos, porque aun cuando se ha avanzado mucho en materia de permisos, en los mismos convenios, como dice el veto, hasta el día de hoy no existe pleno respeto a la actividad del dirigente sindical. Y hay ejemplos. En Valparaíso, tenemos el caso de un dirigente de la Central Única de Trabajadores, quien no ha podido ser reintegrado a la Empresa de los Ferrocarriles del Estado porque, en el ejercicio de su cargo de dirigente provincial, debió ausentarse de su taller, y tuvo que hacerlo en reiteradas oportunidades. Por eso, le aplicaron las disposiciones reglamentarias de los Ferrocarriles del Estado; y, pese a las gestiones que hizo el presidente nacional de la CUT y ex DiputadoLuis Figueroa, no hubo forma de reintegrarlo, porque, de acuerdo con el promedio de asistencia, no podía continuar en la Empresa.
Yo respeto mucho la opinión del colega y amigo Robles, pero ha dado un argumento que cobra plena vigencia en relación con un proyecto que se encuentra en la Comisión de Trabajo y Seguridad Social, en virtud del cual se va a facultar a los dirigentes sindicales para ser inspectores ad honorem de las Cajas de Previsión.
El señor ROBLES.- Son dos cosas distintas.
El señor CARDEMIL.- ¿Bueno, en qué quedamos? ¿Se van a dedicar a la plena producción o a ser inspectores ad honorem? Si van a ser inspectores, con la lentitud anterior, actual y de siempre de los organismos previsionales, deberán tener oficinas en las Cajas de Previsión para poder acelerar los trámites de jubilación y de los demás beneficios.
Hay una contradicción muy grande, colega y amigo Robles, en el argumento dado por usted aquí, argumento que echa por tierra el proyecto que se encuentra en la Comisión de Trabajo porque, si la intención de todos es que los trabajadores aumenten la producción y los dirigentes estén en sus cargos para cumplir las tareas que se les fijen, ¿cómo los vamos a mandar entonces, de inspectores a las Cajas de Previsión? ¡Pongámonos de acuerdo! Aun para esta función de inspectores en las Cajas de Previsión, se necesita de este proyecto de ley, a fin de que se les puedan aplicar todas las disposiciones legales y se considere como legalmente servido el tiempo que ocupen en el desempeño de estos cargos.
Yo veo una incongruencia muy grande. Por eso, ruego que seamos muy consecuentes con las palabras y la conducta y exactitud que se ha tenido permanentemente en la Comisión y en la Sala, en relación con los trabajadores, y que se rechace el veto, porque este proyecto beneficia ampliamente al sector laboral, sobre todo a los dirigentes, porque todavía, pese al avance considerable que se ha logrado en esta materia, no hay pleno respaldo para su gestión gremial.
El señor PARETO (Presidente).- Tiene la palabra el señor Monares.
El señor MONARES.- Señor Presidente, el proyecto aprobado por el Congreso, cuyo veto está discutiendo la Cámara de Diputados en este momento, tiene el propósito de otorgar permiso o autorización para alejarse del trabajo y dedicar ese tiempo a funciones gremiales a determinadas personas que se precisan en el inciso primero del artículo 1º. Mediante este artículo, las ausencias de los representantes de los trabajadores, cualquiera que sea su condición, ya sean dirigentes gremiales del sector privado o del sector público - se incluyen también en esta idea del permiso a los regidores y alcaldes-, deberán considerarse como tiempo trabajado para todos los efectos legales.
El Ejecutivo ha observado la totalidad del proyecto. Los fundamentos del veto están contenidos, básicamente, en la idea de que el Gobierno no es partidario de establecer, por ley, un sistema de permisos regulado para los trabajadores del sector privado. Hay una contradicción manifiesta entre la disposición aprobada por el Congreso, que se refiere a todos los trabajadores, no solamente a los del sector privado, y el fundamento del veto. De manera, entonces, señor Presidente, que si efectivamente nos atuviéramos al sentido del veto, el Ejecutivo no debería haber observado en forma completa .este proyecto de ley; tendría que haber propuesto ideas sustitutivas, y esas ideas sustitutivas debieran ser consecuentes con los fundamentos del veto. Esta es la primera idea.
La segunda es que el Ejecutivo nos dice que, en todo lo relacionado con esta materia, es preferible atenerse a los convenios a que puedan llegar las partes, empresa y trabajadores, en el sector privado. Pues bien, si ésa era la idea en relación con el sector privado, el Ejecutivo debió proponer la sustitución en el sentido de garantizar por ley, por lo menos, un mínimo de tiempo, de horas, de días, a los dirigentes sindicales, para que lo puedan dedicar al desempeño de estas labores en beneficio de los trabajadores. Ese es, efectivamente, el sentido que tiene el veto. En él se dice que es preferible que esto no sea regulado por ley sino que quede al arbitrio de las partes. La ley siempre ha garantizado un mínimo de un determinado beneficio. Las partes, a través de los convenios colectivos, de las actas de avenimiento o, incluso, de los fallos arbítrales, han ido más allá de la ley. Entonces, era posible que este mínimo, que le sirve a muchos dirigentes sindicales y a muchas organizaciones gremiales, hubiese sido perfeccionado por la lucha gremial, por la lucha de los trabajadores. ¿Pero qué nos dice el Ejecutivo? Ha observado la totalidad del proyecto y ni siquiera esta idea, contenida en su propio fundamento, ha sido considerada.
La tercera idea contenida en el veto, señor Presidente, es que el Gobierno no es partidario de que los permisos sindicales sean financiados y pagados por las empresas, por lo cual debe establecerse por las partes, con cargo a los propios trabajadores, un sistema de financiamiento para que sus dirigentes sindicales se dediquen a estas labores. Esta idea es buena; me parece aceptable e, incluso, mejor que la que contiene el proyecto. Pero aquí se cae exactamente en lo mismo: que esta idea, siendo buena, era posible incluirla en el proyecto por la vía de la sustitución. El Ejecutivo no lo ha hecho y ha recurrido, otra vez, a la eliminación completa de un beneficio que, a nuestro juicio, es necesario establecer en este momento.
Señor Presidente, yo no pretendo en esta materia, de ninguna manera, cobrarle anticipadamente la palabra al Gobierno y a los Diputados de la Unidad Popular, pero creo perfectamente posible que, en base a los fundamentos del veto, se puede redactar un nuevo proyecto de ley que contenga la idea de que los dirigentes gremiales del sector público puedan dedicar un tiempo importante a las labores sindicales. En lo que dice relación con el sector privado, que preocupa al Ejecutivo, podemos incluir también las ideas contenidas en los fundamentos del veto.
En caso de que el veto del Ejecutivo fuera rechazado por la Cámara y no se reunieran los dos tercios para insistir y, en consecuencia, no hubiera ley sobre la materia, yo anuncio, en nombre de los parlamentarios que estamos interesados en esta iniciativa, la presentación de un proyecto de ley que contenga las ideas del propio Ejecutivo en el oficio en que nos da cuenta del veto. Y ahí vamos a ver si es factible convertirlas en ley, como lo dijo el colega Robles, si es que ellos efectivamente están interesados en la clase trabajadora y en dar un beneficio a sus dirigentes sindicales. Yo no quiero plantear problemas de animosidad, pero a mí me interesa que exista en esta materia una ley que beneficie a los trabajadores. Yo creo que el Ejecutivo ha dado pie para la presentación de otro proyecto; yo recojo esa idea y en los próximos días vamos a presentar el proyecto que he anunciado.
Muchas gracias, señor Presidente.
El señor MUÑOZ BARRA, don Roberto (Vicepresidente).- Tiene la palabra el DiputadoSepúlveda, don Eduardo.
El señor SEPULVEDA WHITTLE (don Eduardo).- Señor Presidente, el señor Robles ha informado que el Partido Comunista aprobará el veto. O sea, se opone al proyecto de ley, porque, según él, los dirigentes gremiales y sindicales están hoy ocupados enteramente en lo que se refiere al aumento de la producción, y no quieren, entonces, hacer uso de estos permisos para trámites que serían secundarios, que no tendrían nada que ver con la producción.
Creo que los fundamentos del veto contradicen al señor Robles, porque, como lo ha señalado muy bien el señor Monares, en ellos se establece que los permisos para los dirigentes ya están en vigencia en los convenios del sector privado. Lo triste y lo lamentable, como lo ha recalcado el colega Baldemar Carrasco, es que esos permisos se dan en forma sectaria y arbitraria, en la forma que caracteriza a la Unidad Popular.
- Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor SEPULVEDA WHITTLE (don Eduardo).- Por otra parte, los hechos también desmienten al señor Robles. El hablaba del aumento de la producción, y la verdad es que en todas las riquezas naturales que él ha señalado, como son: cobre, salitre, hierro y carbón, la producción, durante este Gobierno, ha bajado verticalmente.
Por otra parte, si el proyecto no se aprobara, se perdería la ocasión de hacer justicia a los alcaldes, que hoy ganan sueldos miserables, por no decir nada. En el proyecto se les reconoce el tiempo que sirvan para todos los efectos legales. La verdad es que los alcaldes deberían ser algo así como los gerentes de las respectivas comunas; pero para ello necesitarían entregarse por entero a sus labores, y hoy no lo pueden hacer, precisamente, porque no tienen renta alguna.
Yo espero que la sugerencia que ha hecho nuestro colega Monares, en orden a que estas ideas -las que contienen el proyecto en discusión y los fundamentos del veto- se conviertan en una nueva iniciativa, que pueda ser realidad en el más breve tiempo posible.
El señor TUDELA.- Pido la palabra.
El señor MUÑOZ BARRA, don Roberto (Vicepresidente).- Tiene la palabra Su Señoría.
El señor TUDELA.- Señor Presidente, las opiniones de los colegas Monares y Sepúlveda me ahorran, en cierta manera, tener que referirme a lo que deseaba plantear esta tarde: a la ligereza con que el Ejecutivo estudia los proyectos y los vetos. Yo creo que no hay consecuencia entre la exposición de motivos de los vetos y lo que después se propone. Si en la exposición de motivos da ideas buenas, no veo la razón por la cual usa después del veto supresivo con el objeto de liquidar proyectos que tienen ideas buenas, estudiadas por las Comisiones y por la Corporación. De tal forma que nosotros realmente debemos protestar, una vez más, de que el Ejecutivo vete con tanta ligereza proyectos que salen aprobados por la Corporación, ya que ello limita, por cierto, toda posibilidad de iniciativa en esta materia.
Ahora, con respecto a lo que decía el colega Eduardo Sepúlveda sobre el tiempo ocupado por los alcaldes y regidores, al rechazarse la idea del artículo 1°, se está justamente en contra de muchos alcaldes y regidores, que tienen que desempeñar sus funciones, pero que por su trabajo, por ser modestos representantes populares, muchas veces no pueden hacerlo. Esta discriminación podría llevar a que, de ahora en adelante, sólo pudieran optar a cargos de representación popular en las municipalidades las personas con medios económicos y con tiempo para hacerlo, y que los trabajadores, la gente que pudiera también desempeñar estas funciones, que tiene méritos, por el sólo hecho de no serle remunerado el tiempo que gasta, ni siquiera pudiera optar a esos cargos. Por eso es discriminatorio y casi clasista el veto que en esta ocasión se ha presentado en este proyecto de claro beneficio popular.
Espero que los Diputados de la Unidad Popular y el Ejecutivo acojan la idea expresada por el colega Monares, a fin de que pueda transformarse en un proyecto que lleve, en cierto modo, un beneficio, que es importante para los trabajadores.
El señor MUÑOZ BARRA, don Roberto (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Diputado señor Saavedra.
El señor SAAVEDRA (don Sergio).- Señor Presidente, es sólo para agregar algo muy breve.
Estoy plenamente de acuerdo con lo expresado por el colega Monares, y tengo la esperanza que esto se pueda corregir a través de un nuevo proyecto de ley. Sin embargo, quiero referirme en forma especial a un problema que se ha mencionado muy poco y que atañe a regidores y alcaldes. La verdad es que cualquier justificación que haya tenido el Ejecutivo, olvida referirse a por qué veta la parte de la disposición que favorece a alcaldes y regidores.
La verdad es que se cae con demasiada facilidad, en este tiempo, en un vicio que hubo desde muy antiguo, desde la época en que las funciones parlamentarias se servían gratuitamente y, por eso, sólo podían acceder a ellas la gente que tuviese tal renta que no necesitara recibir una dieta o asignación. En la medida en que la democracia se ha perfeccionado, se ha hecho posible que gente de trabajo: profesionales, empleados y obreros pueden acceder no sólo al Parlamento sino a las municipalidades. El negar entonces a los regidores y alcaldes la posibilidad de disponer por ley del tiempo que necesitan para ejercer sus funciones, es negar un fundamento de la democracia.
Aquí, y recuerdo más de alguna disposición referente a la dieta de los parlamentarios, es muy fácil hacer demagogia barata para decir: ¡No, qué cosa más escandalosa! Pero, sólo pueden decir eso los que disponen de una gran fortuna o los que reciben por otros conductos las remuneraciones que les aseguren la disponibilidad de tiempo para dedicarse a sus funciones.
El señor INSUNZA.- La gente honesta.
El señor SAAVEDRA (don Sergio).- Los honestos a medias, porque para nadie resulta un misterio hoy día el saber que entregándoles uno o dos automóviles a precio oficial, se puede hacer, con la diferencia de precio, la renta de cuatro años de un parlamentario. Y hemos visto casos bastante recientes en que a un partido se le entregaron cincuenta y cinco automóviles no sólo para financiar seguramente sus campañas, sino también podrían estarse financiando dietas, sobre-dietas, viáticos y sueldos de parlamentarios.
Hay otros partidos que les fijan ellos su dieta al parlamentario y no sabemos si ella será inferior o superior a la que perciben.
El señor TEJEDA.- Inferior.
El señor SAAVEDRA (don Sergio).- Pero la verdad es que con este sistema podemos llegar a conculcar la posibilidad de que la gente de trabajo se dedique honestamente al ejercicio de sus funciones parlamentarias. Lo mismo se está haciendo a través de este veto, cuando se impide a regidores y alcaldes considerar como tiempo servido, para todos los efectos legales, el que ocuparen en el servicio de sus funciones comunales.
Así, estamos restringiendo la democracia, porque o hacemos que los regidores sean gente de muy alta renta propia o los hacemos serviles de intereses particulares o de otros que pueden ser hoy día los del Estado, a través de una asignación por cualquier método, porque hoy día asignándole un televisor se le puede "fabricar" la renta de todo un año a un regidor. ¡Para qué decir asignándole un auto! Entonces estamos conculcando la democracia.
Por eso, tengo esperanza y confianza en que si se vuelve a tratar un proyecto de ley, que precise los alcances del permiso que se quería conceder a los representantes de los trabajadores, se incluya también esta materia, que para mí es fundamental, porque garantiza la democracia al permitir a regidores y alcaldes ejercer libremente sus funciones edilicias. Espero que este proyecto no sea vetado por el Ejecutivo.
El señor MUÑOZ BARRA, don Roberto (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Diputado señor Carrasco, en su segundo discurso.
El señor CARRASCO.- Señor Presidente, es sólo para insistir en algunas ideas.
La verdad es que lo que más enerva en vetos como éste es la inconsecuencia del Gobierno. Las ideas sostenidas en este proyecto son las que los militantes de la hoy Unidad Popular, especialmente de los Partidos Comunista y Socialista, han venido sosteniendo durante largos años, y resulta que cuando se concretan en un proyecto de ley, simplemente se lo veta, porque ahora ellos pueden usar la herramienta del Poder, para que los adictos al Gobierno tengan lo que antes no podían gozar.
Piensa que éste es uno de los vetos más reaccionarios que ha pasado por la Cámara, porque ni siquiera se pide que todo el tiempo de los trabajadores, alcaldes y regidores sea destinado a labores gremiales o municipales, sino simplemente el 50% de sus actividades. Aún más, en el proyecto iba incluida una idea para evitar los abusos, ya que se facultaba al propio Presidente de la República para que, en el plazo de 90 días, pudiera dictar un reglamento que permitiera a los dirigentes gremiales, a los regidores y alcaldes, desempeñar con eficiencia el trabajo que su comunidad laboral, o la comunidad toda, les habían encomendado cuando los eligieron para los cargos de dirigente sindical, regidor o alcalde.
De ahí que negar este justo derecho a las personas que están prestando un servicio a la comunidad, es, lisa y llanamente, tomar una medida reaccionaria, ser inconsecuente con lo que se ha mantenido durante toda una vida, y ser dogmático, sobre todo, como lo hemos dicho aquí, porque hoy los dirigentes y regidores de la Unidad Popular no necesitan fuero ni autorización legal para cumplir con su deber, pero sí lo necesita la gente que no está en el Gobierno. Este es el quid del veto que estamos analizando. Por eso es necesario que los trabajadores de Chile conozcan cuál es la actitud que tiene este Gobierno en el día de hoy, y qué fue lo que dijeron durante largos años cuando fueron oposición. Eso es lo que deben condenar los trabajadores y eso es lo que debe quedar en claro cuando estamos tratando en el Congreso materias que realmente permiten saber quiénes están con los trabajadores y quiénes no lo están.
- Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor MUÑOZ BARRA, don Roberto (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Diputado señor Insunza.
El señor INSUNZA.- Señor Presidente, en el curso de este debate hemos escuchado argumentos que a los Diputados comunistas nos parecen atendibles. Por eso podemos expresar que, en relación con ellos, los Diputados de estas bancas estudiarán con atención el proyecto de ley que los Diputadosdemocratacristianos presentaran a través del señor Monares.
Pero aparte de los argumentos hemos escuchado diatribas e insidias.
El señor CANTERO.- Dichas con mala fe.
El señor INSUNZA.- Dichas con mala fe. Por eso queremos expresar nuestra opinión.
En primer lugar, todo lo que ha manifestado el Diputado señor Carrasco, a propósito de la supuesta excepción que en favor de la Unidad Popular se pretendería hacer con este veto, no resiste ningún análisis lógico. Los dirigentes sindicales, la inmensa mayoría, lo son de las empresas del sector privado. Hay treinta mil empresas en este sector. Y los patrones no son en general partidarios de la Unidad Popular. De modo que no quedará ninguna situación de excepción, absolutamente ninguna, respecto de los dirigentes sindicales comunistas o socialistas.
El sentido del veto, la forma en que está planteado, se refiere a la necesidad de considerar, por parte del Gobierno, situaciones reales, como aquellas que competen al desarrollo de la batalla de la producción y a la necesidad de mantener la vinculación del dirigente sindical con su base, lo que hace preferible que los permisos o sistemas de trabajo sean acordados a través de pliegos, calificando la asamblea de trabajadores aquello que estime necesario para que el dirigente sindical cumpla apropiadamente en función de los intereses de los trabajadores.
En este sentido, tampoco es argumento lo dicho por el Diputado señor Cardemil, que pretende ver entre este veto y la calidad de inspectores ad honores del sistema previsional de los trabajadores una contradicción, puesto que de lo que se trata en este proyecto es, precisamente, que los dirigentes sindicales puedan, en sus empresas, ejercer la calidad de inspectores para los efectos del cumplimiento riguroso por parte de los patrones de sus compromisos con el sistema previsional. Para ello, no se requiere ni de oficinas en el sistema central ni de tiempo extra, sino de la decisión, por parte de los trabajadores, de controlar, asumiendo legalmente las funciones que actualmente no pueden desempeñar y que el proyecto de ley, que aprobará, esperamos, este Parlamento, les va a otorgar.
Pero queremos hacer presente, además, que hemos visto, con sorpresa, deslizarse en la intervención del Diputado señor Saavedra algunas apreciaciones, que deseamos puntualizar, con mucha precisión, por lo que a nosotros como comunistas nos toca y porque corresponde a toda la Unidad Popular.
Nuestra opinión es que el sistema burgués, la estructura que actualmente tiene la política en nuestro país, genera, en algún modo, sobre la base de las excepciones, una situación de privilegio, en los hechos, para los representantes populares, que, en último término, los separa del pueblo que representan. Ocurre esto con dirigentes sindicales, por ejemplo, que aprovechando ciertas conquistas no trabajan nunca y terminan por desclasarse, como ha ocurrido, sobre todo en el pasado con alguna frecuencia, en algunas grandes empresas donde imperaban las concepciones "amarillas" en los dirigentes sindicales; pero que se da de una manera mucho mayor en el servicio de otras funciones públicas, .. .
El señor TUDELA.- ¡En los patos blancos!
El señor INSUNZA.- inclusive en el terreno de la situación de los propios parlamentarios.
Por eso los comunistas no recibimos ni cobramos la dieta parlamentaria, y vivimos con salarios infinitivamente más modestos que lo que la dieta significa, comparable con lo que gana un obrero calificado, y no más. Y lo hacemos y lo hace el Partido en el entendido de que eso ayuda a evitar cualquier fenómeno de oportunismo o desplazamiento...
El señor MUÑOZ BARRA, don Roberto (Vicepresidente).- ¿Me permite, señor Diputado?
El señor INSUNZA.- que pudiera producirse por los acomodos...
El señor MUÑOZ BARRA, don Roberto (Vicepresidente).- Me permito señalarle que ha llegado la hora de término del Orden del Día.
El señor AGURTO.- ¿Por qué no se le prorroga el tiempo...?
El señor MUÑOZ BARRA, don Roberto (Vicepresidente).- ¿Habría acuerdo para concederle más tiempo al Diputado señor Insunza, para que termine su intervención?
El señor FUENTES (don César Raúl).- Sí, hay.
El señor MUÑOZ BARRA, don Roberto (Vicepresidente).- Acordado.
Puede continuar el Diputado señor Insunza.
El señor FUENTES (don César Raúl).- Sin perjuicio de Incidentes...
El señor INSUNZA.- Señor Presidente, agradezco a la Sala.
El señor MUÑOZ BARRA, don Roberto (Vicepresidente).- Se entiende, señores Diputados, que continúa el Orden del Día, ...
El señor FUENTES (don César Raúl).- Exacto.
El señor MUÑOZ BARRA, don Roberto (Vicepresidente).- sin perjuicio, naturalmente, de Incidentes.
El señor INSUNZA.- Gracias, señor Presidente.
Agradezco a los señores Diputados su deferencia.
Decía que nosotros, parlamentarios comunistas, tenemos un sistema que nos hace vivir con una cantidad de dinero considerablemente inferior a la dieta parlamentaria. Pero quisiera agregar, señor Saavedra, que éste no es un sistema que se aplique sólo respecto de los parlamentarios, sino que se impone como norma de vida a todos los funcionarios de nuestro Partido que cumplen labores en la Administración Pública. Es conocido en el país que los funcionarios del Partido Comunista, en las empresas del sector social, renuncian a parte de sus salarios. Voy a dar un ejemplo. La renta del Gerente de Chuquicamata, en el régimen pasado, era equivalente, hoy día, a Eº 260.000 mensuales. El compañero David Silberman, que ejerce ese cargo, militante de nuestro Partido, cobra el tope de los veinte sueldos vitales y los otros Eº 200.000, o más, los reincorpora a la empresa, pasando allí a fondos generales. El mismo compañero no utilizaba la casa que estaba asignada a los Gerentes: "la casa 2.000". Se ha ido a una casa modesta y "la casa 2.000" está hoy día transformada en un centro para los niños de Chuquicamata, para los hijos de los trabajadores de esa empresa.
Por esta vía, los funcionarios públicos que no son miembros del Partido Comunista y que no pueden devolver los fondos, en el caso de servir empleos en la Administración central, entregan esos fondos a la Junta Nacional de Jardines Infantiles. Sólo en el curso del medio año que ha corrido entre enero y junio, se entregaron a esa Junta 6 millones de escudos, provenientes de los salarios que no cobran: los funcionarios del Partido Comunista.
De modo que en cuanto a nosotros, en cuanto al espíritu que se impone en la Unidad Popular acerca de la forma en que debe cumplirse el servicio público, hay una política muy clara, que lucha por establecer una moralidad que haga que en todo el Gobierno se comporte de acuerdo con la situación que existe en el país, con los requerimientos del pueblo e incluso con las dificultades en las que temporalmente todavía vive...
El señor SAAVEDRA (don Sergio).- ¿Me permite una interrupción, Diputado?
El señor INSUNZA.- Con todo gusto, señor Diputado.
El señor MUÑOZ BARRA, don Roberto (Vicepresidente).- Con la venia de Su Señoría, puede hacer uso de la interrupción el señor Saavedra.
El señor SAAVEDRA (don Sergio).- Yo diría que lucha, pero sin éxito. Si no, no me explicaría las palabras del Presidente de la República, el otro día, llamando a la moralidad y señalando el caso de los interventores, por ejemplo, a quienes él veía disputando por usar los "Mercedes-Benz", los autos y las casas de los antiguos gerentes.
Reconozco que se lucha, y lo veo en las propias palabras del Presidente de la República, pero usted mismo tendrá que reconocer que ha sido una lucha poco eficaz.
El señor INSUNZA.- Ha sido, señor Diputado, muy eficaz. Se podría -y ése, naturalmente, no es nuestro interés-empezar a emular, en este terreno, a los Gobiernos del pasado; pero se trata, precisamente, de superar a los Gobiernos anteriores en todo lo que hicieron de dañino para la moral pública y para el estilo de trabajo de los políticos, hasta el extremo de que en este país se ha llegado a identificar al dirigente político con una suerte de negociante de ocasión. Eso no ha ocurrido, naturalmente, por responsabilidad de los partidos populares, sino por aquellos que ejercieron sin dignidad las funciones de dirección del aparato del Estado en el pasado.
Refiriéndome en concreto al proyecto, queremos expresar que las normas que aquí se contemplan son por lo demás exageradas. Establecer un 50%; del tiempo para dedicarlo a funciones sindicales, a nosotros nos parece un exceso. Y pensamos que de una disposición como ésta deriva un riesgo que es peor para el movimiento sindical, que es el riesgo de la separación de los dirigentes sindicales de las masas que deben dirigir y de las dificultades de control sobre sus dirigentes sindicales, precisamente, por las masas que ellos representan. En este sentido, es preferible, en todo, el hecho de que sean las propias asambleas las que determinen, a través de los pliegos, los sistemas que se acomoden a las propias formas de trabajo de las empresas...
El señor MUÑOZ BARRA, don Roberto (Vicepresidente).- Ha terminado el tiempo de su primer discurso. Puede continuar en el tiempo de su segundo discurso.
El señor INSUNZA.- Gracias. Voy a terminar muy rápidamente. No quiero abusar de la actitud que ha tenido la Sala al permitirme terminar mis observaciones.
Nosotros estimamos que el sistema mejor para el desarrollo sano del movimiento sindical, será aquel que parta del control que las asambleas ejerzan sobre todos estos sistemas de excepción.
En este terreno, considerando esos factores y las ideas que el veto contempla, nosotros estaremos dispuestos a contribuir a la elaboración de un buen proyecto y a su aprobación rápida por el Parlamento. Naturalmente, deseamos dar el máximo de derechos al movimiento sindical, para un desarrollo democrático, positivo, realmente controlado por las masas populares, generando, en el propio proyecto, sistemas de control que impidan cualquier deformación de los dirigentes sindicales, cualquier creación de situaciones de excepción. De este modo no permitiremos que el cargo de dirigente sindical se transforme en un "carrerismo" que pueda conducir a deformaciones y a traer grandes dificultades al movimiento sindical como tal.
Hoy en día, sistemas como el que aplica nuestro Partido, por ejemplo, respecto de regidores y alcaldes, a los cuales el Partido, con sus fondos, les financia salarios que les permiten cumplir con sus funciones, corresponden en mucho a la tradición de este país, que tiene tradición de partidos, los que no debieran existir sólo para la presentación de listas, sino también para la generación de sistemas que no creen situaciones de excepción, que no perjudiquen el desarrollo del progreso y de la producción y que, al mismo tiempo, permitan a cualquier persona, cualquiera que sea su posición social, ejercer dignamente los cargos de representación popular a los que pueda acceder.
Muchas gracias, señor Presidente.
El señor MUÑOZ BARRA, don Roberto (Vicepresidente).- Queda pendiente el debate sobre las observaciones del Ejecutivo al proyecto de ley que establece que es tiempo trabajado el que ocupen los dirigentes gremiales en el cumplimiento de sus funciones.
Terminado el Orden del Día.
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