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- rdf:value = " El señor GARCIA.- Señor Presidente, los Senadores nacionales votaremos en contra de este proyecto, porque no aceptamos el planteamiento demagógico con el cual el Ejecutivo ha pretendido justificar esta iniciativa de ley. El mercado negro que sufre la masa de consumidores del país tiene sus orígenes en la política sostenida por el Partido Comunista y es de responsabilidad exclusiva de dicho partido, que controla todo el aparato económico-administrativo nacional.
Fundaré brevemente nuestra posición, porque sólo disponemos de veinte minutos para expresar nuestros puntos de vista en este debate, ello debido a la presión que el Partido Comunista ha impreso al despacho de la ley en debate, al parecer con el objeto de que la opinión pública no conozca todos los antecedentes que existen sobre el mercado negro. Por este motivo, voy a leer mi discurso, para ser más rápido, y no aceptaré interrupciones.
Orígenes y propósitos de este proyecto.
Hay consenso casi total en el país en cuanto a que la gravedad de la escasez, manifestada en colas interminables por su duración y la cantidad de personas que en ellas participan, y en desórdenes, asaltos, verdaderos saqueos que son la consecuencia de aquélla, ha producido en el país un descontento de que no hay memoria en el curso de nuestra historia.
Camiones con abastecimiento son retenidos al pasar por pueblos adonde no iba destinada la mercadería, y obligados a entregarla. Registros ilegales de negocios, establecimientos, y, aun, de casas particulares; desórdenes permanentes, y la inquietud de la población por no saber si tendrá o no al día siguiente los bienes que necesita, son hechos que han llevado a la ciudadanía a los límites de la desesperación.
Este cuadro conduce irremisiblemente al marxismo gobernante a la más estruendosa derrota electoral.
Frente a ello se ha discurrido, por los afectados, montar la más desvergonzada maquinaria de publicidad, para imputar a la Oposición la causa de la falta de bienes, del desorden de la distribución y de los latrocinios perpetrados por las organizaciones gubernativas de la llamada área social.
No ha habido mentira, tergiversación o calumnia de que no se haya echado mano en esta campaña, y, para intentar demostrar que son los opositores los causantes de tantos daños, se nos presenta un proyecto para castigar, no a los causantes de este desastre, sino a las víctimas de las acciones del mercado negro, con lo cual el Gobierno aparece cautelando un buen sistema y tratando de castigar a los que lo infringen, aparentando, además, una postura de seriedad y una especie de exención de responsabilidad de sus enormes culpas.
El proyecto, entonces, no es otra cosa que parte de los elementos publicitarios destinados a impedir la más estruendosa derrota electoral de la Unidad Popular.
El llamado mercado negro: cómo y por qué se forma.
Hay que recordar situaciones obvias. Cuando hay más compradores e insuficiente abastecimiento de artículos, se producen distorsiones, pugnas, alzas de precios, trueques, y, en el mayor desorden, cada cual tiende a satisfacer sus propias necesidades. No creo del caso recordar en esta oportunidad los vergonzosos trueques que se hicieron en Italia y en Alemania para conseguir bebidas o cigarrillos en los tiempos posteriores a la guerra, pues es ineludible que, frente a una dramática escasez, prevalezca el desorden económico absoluto.
La escasez chilena fue prevista por el Presidente de la República el 1º de mayo de 1971, en el discurso que pronunció en un acto. ¿Qué dijo el Presidente de la República? Afirmó:
La producción, que lo entiendan, que se lo graben aquí para siempre, que se lo graben en el cerebro y en el corazón, repito que la batalla de ahora y de siempre es la batalla de la producción. Hay que producir más y, para aumentar la producción a largo plazo, necesitamos, también, aumentar las inversiones, los excedentes, óiganlo bien, los excedentes de las empresas. Las utilidades de las empresas servirán, en parte, para mejorar los sueldos y salarios de los que allí trabajan, pero el más alto porcentaje de esas utilidades y de esos excedentes deberán ser invertidos para crear nuevas fuentes de trabajo, nuevas empresas, para movilizar la capacidad ociosa de muchas de ellas...
Agregó:
Compañeros, si las empresas del sector público no tienen utilidades, imagínense ustedes si todo lo gastáramos en sueldos y salarios, ¿qué sucedería? ¿Cómo podríamos avanzar? Las llevaríamos directamente a la quiebra y la ruina.
Respecto de la reforma agraria, manifestó:
Pero no basta expropiar, hay que hacer producir la tierra y tenemos que respetar la ley. No podemos aceptar que se atropelle al propietario que tiene derechos frente a la ley, no podemos crear el caos en la producción. No podemos apropiarnos de las tierras y dejarlas sin producir.
Más adelante señaló:
El poder de compra que ustedes tienen ahora ha hecho que se venda como nunca antes. Pero hay que reponer ciertas cosas. Dentro de quince días o de dos meses se acaban los stocks, y si las industrias no producen, Chile no está acostumbrado a racionamientos, y no los queremos. Por eso, hay que producir en el campo, en las industrias, compañeros.
Más adelante insistió:
Si fracasamos en el campo económico fracasaremos en el campo político.
Y, al terminar, expresó:
Aun en aquellos países en donde la revolución triunfó, hubo de superarse el caos económico que creó la lucha...
Aquí podemos hacer la revolución por los cauces que Chile ha buscado, con el menor costo social, sin sacrificar vidas y sin desorganizar la producción.
No se necesitan otras explicaciones que las del propio Presidente de la República.
Pues bien, no ha habido excedentes y por consiguiente, no hay inversiones. Hay más de cincuenta mil millones de escudos de pérdidas que se han financiado con emisiones inorgánicas. Se han apropiado de las tierras, las dejaron sin producir y se creó el caos en la agricultura. Se acabaron los stocks y se ha producido de hecho un racionamiento, que es otro nombre con que se disfraza el mercado negro.
Se ha hecho la revolución con el sacrificio de más de cincuenta vidas. Se ha desorganizado totalmente la producción. Por último, cabe recordar la advertencia del Presidente de la República, que los comunistas quieren olvidar a toda costa, en el sentido de que si fracasan en el campo económico también fracasarán en el político.
El mercado negro, fruto de las empresas en manos del Estado.
El mercado negro aparece instantáneamente desde el momento mismo en que una actividad productiva pasa a ser manejada por funcionarios de la Unidad Popular, ya sea en calidad de interventores o de administradores de empresas intervenidas, requisadas o expropiadas.
¿Hay alguien que pueda desconocer el hecho de que mientras esas actividades son administradas por empresarios privados, funcionan con regularidad, mantienen su producción y satisfacen las necesidades del consumo?
La dura experiencia vivida durante estos dos años por cada habitante del país es suficientemente demostrativa de la veracidad de lo que estoy afirmando.
Se intervinieron las empresas textiles Yarur, Said, Hirmas. Comenzó de inmediato la escasez de toda clase de géneros, especialmente de crea, apareciendo las interminables colas de consumidores que pugnaban por adquirirlas.
Se requisaron empresas como Paños Continental, Polak, Paños Oveja Tomé, y comenzó el mercado negro de los casimires y telas de vestir.
Se requisaron las empresas pesqueras, y de inmediato apareció el mercado negro de las conservas de atún, salmón y otros productos de esta naturaleza.
Se requisaron las industrias productoras de cemento, como Cerro Blanco de Polpaico, El Melón y BíoBío, y surgió el mercado negro del cemento.
Se requisó a la Compañía Cervecerías Unidas, y comenzó la escasez de bebidas gaseosas y otros productos de esa empresa.
Para qué seguir. Tengo aquí 19 casos de empresas estatales que controlan la producción de ciertos rubros. Para ahorrar tiempo, me permito solicitar a la Mesa que se inserte en la parte pertinente de mi discurso el resto de esta enumeración.
La señora CARRERA.- No hay acuerdo. Que la lea.
El señor PALMA (Presidente).- Si le parece a la Sala, se insertará el documento de que hace mención el señor Senador.
No hay acuerdo.
Posteriormente se votará la petición del Honorable señor Irureta.
El documento cuya inserción se acuerda posteriormente es el que sigue:
Se intervinieron las fábricas de vidrios y cristales Cristavid, Cristalerías Chile y Lirquén, y comenzó de inmediato increíble mercado negro de botellas, que hoy día no existen y cuya entrega previa se exige para comprar cualquier producto embotellado.
Se intervinieron Mademsa, Ferriloza, CIC, Fensa, Fantuzzi, y surgió como por encanto el mercado negro de todos los productos de la línea blanca, y hoy no se encuentran refrigeradores, lavadoras, jugueras y otros productos sino a precios increíbles.
Se requisó Gasco, y el drama para la adquisición de califonts y balones de gas licuado se hizo cada día mayor.
Se requisaron las industrias electrónicas, como Mellafe y Salas, por ejemplo, y ya nadie pudo adquirir televisores en el comercio, pero aparecieron avisos ofreciendo televisores en cualquier parte y a cualquier precio.
Se requisaron o intervinieron las empresas automotrices, para crear el estanco, automotriz a fin de defender a los consumidores, y el mercado negro de los autos y las estafas en las alzas de precios y entregas de los vehículos adquirieron caracteres de escándalo nacional.
Se requisaron las distribuidoras de cigarrillos, y de inmediato los cigarrillos se hicieron humo, surgiendo el más despiadado merca negro, como puede comprobarse en cada quiosco y esquina de cualquier ciudad de Chile.
Se requisaron las industrias productoras de aceite, como Coprona, Comarsa, Fanac, Cía. Industrial y Alcoholes Patria, y los consumidores tienen que hacer colas interminables, a veces hasta de días enteros, para conseguir un cuarto o un octavo de litro de aceite; mucho más después que con absoluta incompetencia e irresponsabilidad, destruyeron, por negligencia, parte de la principal industria aceitera del país, radicada en Temuco.
Se intervino INSA, y de la noche a la mañana, surgió el mercado negro de los neumáticos.
Además de intervenir INSA, se hizo lo mismo con la fábrica Helvetia, y desaparecieron las baterías.
Se intervinieron otras industrias conserveras, como Nieto y Perlak, por ejemplo, y desaparecieron los productos en conservas que fabricaban dichas empresas.
Se intervinieron las empresas distribuidoras y se creó DINAC, y hoy día todo el país es víctima de la política de ese Organismo Estatal creado para perseguir y arruinar a los comerciantes, mediante la negación de suministros. Su resultado no ha sido otro que los kilómetros y kilómetros de colas en todos los lugares de Chile, para adquirir aquellos productos cuya distribución DINAC acaparó para sí.
Se intervino Madeco, y además otras fábricas de cañerías, cerrajerías y pernos, y comenzó la escasez y el mercado negro de toda clase de artículos de este rubro, que paraliza a la construcción por los infinitos trastornos que le crea.
Se requisaron numerosas industrias de alimentos para aves, y comenzó de inmediato el mercado negro para obtener dichos alimentos a fin de mantener los criaderos de aves de matanza y ponedoras.
Se intervinieron las empresas y fábricas de lanas, y la población comenzó a hacer colas para adquirirlas, paralizándose miles de pequeños talleres de tejidos artesanales por falta de esa materia prima.
El señor GARCIA.- En resumen, Honorable Senado, cada uno de los artículos y productos que escasean en el mercado regular y que no pueden normalmente adquirirse en los, negocios y comercio establecidos, son los que copan el mercado negro y para comprarlos el público debe hacer toda clase de sacrificios, pagando el precio que le pidan en los lugares donde los encuentra. Proceden en su totalidad de empresas, industrias y fábricas intervenidas o requisadas, todas las cuales, sin excepción, se encuentran controladas por funcionarios de la UP, responsables del desabastecimiento, del mercado negro y de los abusos que se cometen por quienes tienen acceso a las influencias del Gobierno para intervenir fraudulentamente en su distribución.
El mercado negro surge solamente cuando hay escasez y ésta, a su vez, emana sólo cuando se produce menos o cuando se desvían los bienes y servicios a canales de distribución irregulares u ocultos.
Todo Chile sabe que las empresas que producen los artículos que escasean están en manos de la Unidad Popular y que su distribución también se encuentra entregada a los marxistas, a las mismas manos que crean, administran y reciben las ganancias fabulosas de un mercado que han hecho surgir, o por su incompetencia, o por su venalidad o, lo que es más grave, para crear el caos económico.
El mercado negro es consustancial al régimen marxista.
Después de cuarenta años de experiencia, en la Unión Soviética se inició, en 1961, la más grande de las campañas en contra del delito económico. En esta campaña inclusive se volvió a la pena de muerte, que ya había sido abolida, porque frente a la escasez y a la falta de producción se pensó que se podría ahogar la protesta popular mediante el fusilamiento, llegando, asimismo, a la monstruosidad, denunciada por la Comisión Internacional de Juristas, de dar a las disposiciones que la establecían carácter retroactivo.
Un periodista que hizo un estudio de la prensa soviética durante dos años, de mayo de 1961 a mayo de 1963, registró 162 condenados a muerte, por delitos económicos.
Hungría, Polonia, Bulgaria y todos los países sometidos a la hermana mayor han tenido y tienen toda clase de problemas de mercado negro. Testigos presenciales me han expresado, incluso, que para mejorar en los trenes las condiciones de viaje de ciertas personas los conductores y jefes de ferrocarriles reciben dólares. Por ejemplo, un grupo de becados viajó espléndidamente por Polonia mediante este mecanismo. En Moscú se cotiza el dólar negro a seis veces más que el dólar oficial.
René Dumont, asesor de Fidel Castro, señaló en varias ocasiones en su libro de 1971 que en Cuba, en el mercado negro, la carne se cotiza a siete veces más que el precio oficial; los porotos, de quince a veinticinco veces más, y el arroz; a diez veces más. En el fondo, lo que se pretende es liquidar síquicamente a los pueblos por el terror de privarlos de alimentos, para poder manejarlos políticamente.
Los economistas soviéticos señalan que en la Unión Soviética se dedican 30 mil millones de horas anuales a hacer colas. Así se señala en la obra Problemas económicos, Moscú, 1960, Nº 4º, página 52.
Otras fuentes soviéticas revelan que una dueña de casa dedica, por término medio, dos o tres horas al día a hacer compras, y que la mitad de ese tiempo se destina a hacer colas. Por consiguiente, El Siglo no tiene autoridad moral para anunciar la liquidación de las colas y para decir que se entregará a cada cual, equitativamente, lo que necesita. Se sabe, y está demostrado, que, habiendo escasez, la tarjeta de racionamiento no evita ni las colas ni el mercado negro. Solamente sirve para establecer un control político sobre la población. El Siglo está, pues, en contra del Presidente de la República, que señaló que Chile no soportaba racionamientos.
El Gobierno tiene medios legales más que suficientes para impedir cualquier abuso.
El decreto ley Nº 520, de 30 de agosto de 1932, debió ser refundido, pues, en materias de control económico, sus preceptos hablan sido modificados por las siguientes leyes: 5.238, de 1933; 7.200, de 1942; 7.747, de 1943; 9.839, de 1950; 10.583, de 1952; 8.894, de 1947; 8.918, de 1947, y 11.622, de 1954.
Con posterioridad, una vez modificada la estructura del Comisariato de Subsistencias y Precios, nació la Superintendencia de Abastecimientos y Precios y, después, la Dirección de Comercio (D.F.L. Nº 242, de 1960). Sus disposiciones se alteraron por la ley Nº 13.959, de 1960, que estableció la pena de presidio menor en cualquiera de sus grados para el comerciante que se negare a vender o condicionare la venta de alimentos, vestuario o elementos de construcción. La ley Nº 14.824, de 1962, en sus artículos 16, 17 y 18 aumenta la penalidad, subiendo hasta quince sueldos vitales las sanciones respectivas, y permite la clausura de los establecimientos después de la primera infracción. La ley Nº 15.560, de 1964, señala disposiciones sobre fijación de precios de productos agrícolas. La ley Nº 16.282, de 1965, estableció penas para delitos relacionados con la economía en casos de sismos o de catástrofe. El artículo 49 de este texto legal fue modificado por la ley Nº 16.289, del mismo año.
El señor MONTES.- No se escucha.
El señor GARCIA.- La ley 16.464, de 1966, estableció todo un sistema de fijación de precios y control económico. Nuevamente se determinaron las penas de presidio para los infractores. Esta ley fue modificada y perfeccionada por el artículo 20 de la ley Nº 17.066, de 1969.
El señor MONTES.- El señor Senador va muy rápido. No se entiende nada.
El señor GARCIA.- Pero no es eso todo. La Dirección de Comercio tiene en sus manos disposiciones legales, de las cuales ha hecho uso y abuso, que le permitirían controlar a los interventores y funcionarios de las empresas llamadas del área social, respecto de los cuales el proyecto en debate no establece precepto ni sanción alguna.
El señor MONTES.- No se escucha.
El señor GARCIA.- Señor Presidente, no se me ha dejado hacer uso de la palabra debidamente a raíz de estas continuas interrupciones. Parece que el señor Senador no quiere que el país conozca los latrocinios del mercado negro.
Si no se respeta mi derecho a hablar, que no se cuente con el asentimiento de los Senadores nacionales para ningún acuerdo de Comités.
Decía que este proyecto no establece precepto ni sanción alguna para esos casos. En efecto, señala el artículo 40 del texto definitivo del decreto ley Nº 520:
El que impida, resista o dificulte el cumplimiento de las ordenas de la autoridad competente relativas a la preferencia en el acarreo o transporte de artículos declarados de primera necesidad,...
El señor MONTES.- Señor Presidente, le solicito una interrupción por intermedio de la Mesa al señor Senador.
El señor PALMA (Presidente).- El Honorable señor García no desea ser interrumpido.
El señor GARCIA.- Será penado con prisión o presidio menor en cualquiera de sus grados, según la trascendencia del hecho.
Además, este organismo tiene la facultad de decretar la clausura de los establecimientos comerciales o industriales que desobedezcan las órdenes de la Superintendencia, lo que ha dado origen a que resoluciones administrativas, utilizando este resquicio legal, se conviertan en órdenes, pudiendo de esta manera clausurar los establecimientos que a las autoridades les parezca.
A lo anterior podemos agregar que los delegados provinciales pueden requisar y vender por cuenta de sus dueños los bienes que sean objeto de acaparamiento, ocultamiento, negación de venta u otra forma de especulación.
La Ley de Seguridad Interior del Estado castiga a quienes propaguen noticias o informaciones tendenciosas y falsas, destinadas, entre otras finalidades, a perturbar el régimen económico o monetario, la normalidad de los precios, la estabilidad de los valores y el abastecimiento de las poblaciones. Es decir, el Gobierno no ha usado de los instrumentos legales, pues en primer término, tenía la obligación de aplicárselos a sus propios funcionarios ya que, desde la existencia misma de la República, nadie ha destruido ni alterado en mayor medida que ellos el abastecimiento, la estabilidad de los precios y el sistema monetario.
¿Cómo podemos creer en los funcionarios de Gobierno que dicen que la nueva ley tiende a una sistematización de los mecanismos legales sobre delitos en materia económica? Si a la inmensa lista que he señalado agregamos el Código Penal, la ley de Cambios Internacionales y la ley Nº 15.192, llamada Ley del Oro, que sanciona el incumplimiento de las resoluciones del Banco Central, tenemos que concluir que el proyecto de ley no aclara, no sistematiza, no facilita la aplicación ni ordena las 16 leyes que existen sobre esta misma materia, sino que introduce un factor increíble de desorden legal, de confusión y de dificultad en la aplicación de esos preceptos.
Teníamos la obligación de probar lo que dijimos en un comienzo: que éste...
El señor MONTES.- Señor Presidente, le solicito una interrupción al señor Senador.
El señor PALMA (Presidente).- El señor Senador no desea ser interrumpido.
El señor GARCIA.- Es un proyecto electorero, destinado a eludir responsabilidades y a buscar armas publicitarias ante la desesperación de la derrota. Creo que lo hemos probado, a la luz de los antecedentes que estoy dando a la Sala.
El señor Ministro de Justicia, para justificar el proyecto, nos ha manifestado que el problema del desabastecimiento que sufre la población no obedece, en la mayoría de los casos, a causas reales, sino a conductas de personas inescrupulosas.
Sobre el particular, debemos reconocer que tiene razón el señor Ministro.
Es inescrupulosa la política económica sostenida por la UP y llevada a cabo por el Partido Comunista, que ha destruido las fuentes de producción. Es inescrupulosa la política monetaria impulsada por el partido Comunista, destinada a envilecer la moneda con emisiones inorgánicas. Es inescrupuloso el sistema de distribución de los bienes que efectúan los interventores y administradores de las empresas estatales. Es inescrupulosa la campaña que realizan las JAP en contra del comercio establecido, al que han reemplazado por organismos sectarios, incompetentes y venales. Es inescrupulosa la falta de aplicación de las disposiciones legales que permiten perseguir a los delincuentes que han cometido estos delitos. Y, por último, es inescrupulosa la actitud de pedir al Congreso la aprobación de un proyecto de ley punitivo por parte de los mismos que deberían recibir las sanciones por los delitos, abusos y depredaciones en que han incurrido en contra de los consumidores del país.
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