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El señor PALMA (Presidente).- Con la venia de la Mesa, tiene la palabra Su Señoría.
El señor JEREZ.- Seré breve, porque hemos cedido parte de nuestro tiempo al señor Ministro, a fin de que él pueda expresarse con amplitud.
Deseo hacer una observación de carácter general en torno de algunas intervenciones de Senadores de Oposición que han responsabilizado de manera directa al Gobierno o a las autoridades de la existencia del mercado negro, respecto del cual se pueden señalar no sólo los casos mencionados por la Honorable señora Carrera, sino muchos otros más, de personas que ni siquiera son comerciantes, sino particulares que no hacen del comercio su profesión habitual y que son autores, cómplices, encubridores o beneficiarios. Y ello no ocurre solamente en personas fáciles de identificar, porque uno no anda a la pesquisa de ellas. Por ejemplo, en sectores de Santiago se ve gente que no tendría por qué estar interesada en operar en el mercado negro, porque es de situación más que acomodada. Es fácil ver automóviles en los cuales hay personas que ni siquiera son de clase media y, sin embargo, hacen todo tipo de negocios y transacciones en las calles principales, e incluso van casa por casa ofreciendo mercaderías acaparadas, naturalmente que a precio ilegal.
En este sentido, creemos que el problema debe ser analizado en forma seria y no adoptarse una actitud como la del Senador señor García, de aprovecharse del tono del debate o de la poca atención que se prestaba a sus palabras para expresar amenazas a fin de justificar el día de mañana posiciones que en el fondo impliquen destruir el proyecto.
A mi juicio, esta legislación debe ser aprobada por todos los que quieren el saneamiento de la economía. Y en ello quiero ser muy categórico: si el mercado negro implica responsabilidades para particulares, estamos de acuerdo en que, tal como lo establece el proyecto, sean sancionados. Pero también estamos de acuerdo y en esto el Gobierno ha sido consecuente en hacer responsable y castigar a cualquier funcionario público o autoridad que directa o indirectamente contribuya a la existencia del mercado negro o tenga alguna cuota de culpa. El Ministro señor Insunza ha sido tan categórico al respecto, que él mismo entregó una indicación, que fue aprobada en la Comisión, que inhabilita perpetuamente a los funcionarios públicos incluso aumenta las penas en relación con otros culpables copartícipes del delito. Quiero ser muy claro en esta materia: ningún dirigente responsable de la Unidad Popular, ni a pretexto de actuar en el plano de la división tradicional de Izquierda y Derecha, de Oposición y Gobierno, puede cohonestar, ni siquiera a un militante de su propio partido, acto alguno de ninguno de los funcionarios públicos que de alguna manera puedan ser cómplices de la situación que vive el país. En esto somos absolutamente categóricos: exigimos de nuestros propios compañeros que ejercen funciones en el área de la economía, la mayor diligencia, tanto para aumentar la producción como para extirpar estos males del ámbito general del país, y responsabilizamos a los funcionarios que puedan cometer alguna incorrección en este aspecto.
En segundo lugar, quiero hacer una reflexión muy breve respecto de una observación formulada en la sesión pasada por el Honorable señor Irureta. En esa oportunidad, le solicité una interrupción que, por desgracia, no me concedió.
El señor Senador hizo un parangón entre la situación actual de Chile y la de la Francia ocupada. A nuestro juicio, fue una comparación desproporcionada, pero sirve para sacar algunas conclusiones.
En 1940, Francia estaba ocupada por el fascismo. Y no tiene absolutamente nada que ver la situación que hoy vive Chile con la de un país que ha sido derrotado en la guerra. Por el contrario, momentos o sucesos históricos, como la propia Revolución Francesa, de la cual lo que queda es el recuerdo de los grandes valores que aportó a la humanidad, también sufrió el flagelo del mercado negro y de la especulación, en especial por parte de aquellas clases que se defendían de lo que ello significaba como proceso de avance en ese tiempo. En el caso muy concreto de Francia, debe recordarse que quien le infligió esa derrota, esa humillación y la llevó a situación tan deplorable como la que mencionó el Honorable señor Irureta, fue el fascismo, y quienes contribuyeron al triunfo de éste en Europa y a la derrota de Francia, fueron aquellos demócratas que, por pánico...
El señor GARCIA.- ¡La Rusia Soviética...!
El señor JEREZ.- Señor Senador, yo guardé silencio cuando usted hablaba. Por favor, tenga la bondad de no molestarme.
El señor PALMA (Presidente).- Han terminado los cinco minutos de la interrupción que le concedió el señor Ministro, Honorable señor Jerez.
El señor JEREZ.- Señor Presidente, es a la inversa: yo estoy haciendo uso de mi tiempo, y a continuación hablará el señor Ministro. Por favor, tenga claras las cosas.
Los responsables, entre otros, de la entronización del fascismo fueron aquellos demócratas que, por temor a los avances sociales, históricos en ese momento, del Frente Popular, preferían a Hitler antes que el pueblo subiera al poder en países como Francia, o en los que no se defendieron con vigor de la agresión fascista, como España. De esto hay claros recuerdos y, en especial, los vascos deben de hacer memoria sobre el particular.
Por eso, insisto en que una situación como ésta también debe hacer reflexionar, no sobre hechos circunstanciales como es el mercado negro situación que, a la postre, superan los países que avanzan, porque hay cosas más importantes que las contingencias en un proceso revolucionario, sino sobre la circunstancia de que quienes más lamentaron después la entronización del facismo los cincuenta y tantos millones de muertos; el retroceso cultural, histórico y humano que significó ese lamentable fenómeno fueron los que en esa época fueron sus cómplices por debilidad y los que abrieron el camino por temor a las transformaciones, que son inevitables, ahora mucho más que hace treinta años.
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