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- rdf:value = " El señor PALMA (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor García.
El señor GARCIA.- Señor Presidente, antes de pronunciar las pocas palabras con que deseo referirme al delito económico, recogeré las opiniones de algunos señores Senadores relacionadas con la interpretación que se ha dado al Reglamento.
Ellos no dicen que esa interpretación es equivocada. Para estas cosas, siempre usan un lenguaje que desearía aprender y lo aprenderé: hablan del abuso, del atropello, del vejamen, de la arbitrariedad.
Por eso, es conveniente dejar testimonio en la versión, frente a lo señalado, de que la forma de aplicar el Reglamento no es fruto de resquicios, por una razón muy simple: las mayorías no los necesitan; son las minorías que gobiernan las que andan buscándolos. Aquí, en el Parlamento, son las mayorías las que, con respecto a las minorías, aprueban o desaprueban los proyectos.
El señor RODRIGUEZ.- ¡Sin respeto a las minorías!
El señor GARCIA.- ¡Con respeto a las minorías!
El señor RODRIGUEZ.- ¡Aquí no han tenido ningún respeto por la minoría!
El señor GARCIA.- El primer argumento está bien claro.
El señor MONTES.- ¡Pero es falso!
El señor GARCIA.- Después de aprobado en general un proyecto, ¿puede ser rechazado íntegramente por la Sala?
El señor MONTES.- Claro.
El señor GARCIA.- Puede serlo.
El señor MONTES.- Por la Sala.
El señor GARCIA.- Y por la Comisión también.
El señor MONTES.-.No.
El señor GARCIA.- Y voy a citar un ejemplo muy simple: el proyecto sobre pactos electorales tramitado recientemente se aprobó en una Cámara; igual cosa ocurrió en la otra; el Presidente de la República lo desaprobó, y en definitiva se rechazó totalmente. Por consiguiente, no hubo ley al respecto. Pese a que se había aprobado no sólo la idea de legislar, nada quedó de esa iniciativa, ningún artículo. ¿Por qué? Porque las mayorías son las que resuelven en estos casos y son las que legislan.
Tanto es así, que después de aprobar la llamada idea de legislar vamos a ver si nos ponemos de acuerdo en cómo legislar, y por eso tratamos uno a uno todos los artículos. Y si no hay mayoría para acoger algunos preceptos, no existe ley en la parte pertinente esto puede afectar a toda la iniciativa, porque, no obstante la aprobación general, no se produce acuerdo respecto de la forma de legislar. Esto no admite la menor duda.
En segundo término, cuando se presenta una indicación, es indudable que sus autores en el caso cuestionado, los Senadores de estas bancas, de acuerdo con el artículo 104 del Reglamento, tienen derecho a proponer a la Comisión su enmienda o su aprobación parcial. Por consiguiente, respecto de una indicación compuesta de dos partes una, para dejar sin efecto todo el articulado; otra, para reemplazarlo, es factible pedir a la Comisión acoger una y desaprobar la otra.
Y eso fue lo que sucedió, y es lo más claro, aparte la imposibilidad de discutirlo.
También se ha hecho mucho caudal con la idea de que no había posibilidad de reabrir el debate. No obstante, en el Reglamento hay normas expresas sobre la materia. El artículo 113 señala que durante la discusión particular podrá también formularse indicación para reabrir el debate acerca de algunas disposiciones, pero sólo cuando del estudio de otra aparezca como necesaria dicha reapertura.
Si todo un proyecto queda sin efecto porque es rechazado, es motivo más que suficiente para que pueda pedirse reapertura del debate respecto de cada artículo que quede aislado, para lo cual se requiere, según el inciso segundo del artículo 113, el voto de los dos tercios de los Senadores presentes. En realidad, en la Comisión se cumplió ese requisito, de manera que pudo procederse sin dificultad alguna aplicando en forma estricta las normas reglamentarias.
Por consiguiente, todo lo dicho sobre abusos, arbitrariedades y otros epítetos que se dedicaron a la Comisión, no tiene fundamento de especie alguna.
Pero qué difícil resulta discutir cuando se está tan distante en las afirmaciones. Por ejemplo, el Honorable señor Contreras sostuvo que DINAC distribuía el 15% de los productos. Es posible que distribuya el 15% del total de la producción de Chile; pero lo real es que reparte el 100% de una inmensa cantidad de alimentos, como harina y aceite, y el 70% u 80% de otros productos de primera necesidad. Quizás distribuya, repito, el 15% del volumen total de la producción chilena no sé calcular el porcentaje, pero aquí estamos hablando sólo de los artículos esenciales, en cuyo caso DINAC reparte y controla prácticamente la totalidad.
El Partido Comunista lanzó unos volantes y aquí se volvió a insistir sobre el particular donde se decía que se estaba llamando a activar el mercado negro y que El Mercurio participaba de esta acción, pues éste afirmaba que, si seguía el mercado negro, el Gobierno evidentemente experimentaría un desastre electoral. De esta frase dedujeron, tergiversaron e inventaron que lo que El Mercurio realmente quería era que se activara el mercado negro, en circunstancias de que ese diario estaba publicando el resumen de no menos de cien artículos desde mayo de 1971 hasta hoy que han estado apareciendo los días sábados en la página económica, y mediante los cuales se ha estado advirtiendo al Ejecutivo lo que le sucedería.
Por consiguiente, cuando dicen que no hay cooperación, yo respondo que si el Gobierno hubiera leído esos artículos, que fueron escritos por economistas bastante serios y competentes, habría bastado para que, atendiendo a esas razones, hubiera evitado el mercado negro y, con ello, el tremendo desastre electoral que sufrirá.
Cuando algunos nos dicen que nosotros vemos con alegría el mercado negro, yo no sé si el alma de aquéllos es tan negra como para pensar que alguien puede experimentar alegría por el dolor ajeno.
El desastre económico que vive el país sólo podrá reponerse en tres o cuatro años, siempre que el próximo Gobierno sea de reconstrucción nacional. Aún más, la actual Administración nos ha costado más que toda la Guerra del Pacífico. Las pérdidas ascienden a tres mil millones de dólares, considerando las producidas en la industria, en las minas, y el despilfarro en que se ha caído en las fuentes de producción. Y ello, a pesar de que a quienes nos gobiernan se les ha advertido con seriedad, que deben cambiar de rumbo y tomar otras medidas; que tienen que permitir que los campesinos cultiven tranquilamente la tierra; que no deben seguir emitiendo billetes a destajo ya han llegado a 50 mil millones de escudos; que deben poner orden en el cobre y entregar a personas expertas su manejo, porque esta industria no puede estar en manos de improvisados políticos.
Porque no han sabido escuchar, la población de Chuquicamata no tiene ahora qué comer. Por eso hay huelga y se han paralizado. Ahora dirán, seguramente, que en ese mineral hay huelga porque la CIA, porque los monopolistas, porque el imperialismo los ha lanzado a ella. En verdad, los trabajadores han ido a la huelga porque no tienen qué comer, porque están cansados de la tramitación, porque una y otra vez han pedido al Gobierno la solución de sus problemas y no han encontrado respuesta, y porque frente a esta realidad, aun cuando resulta muy doloroso para el país, no les ha quedado otro camino que paralizar sus labores. Pero por muy doloroso que sea, tenemos que atender a las causas principales que originan el movimiento.
Para abastecer a un mineral donde trabajan 25 mil personas se requiere una cosa muy importante: competencia, y no fervor político. Porque con fervor político no se saca cobre, no se produce en forma barata ni se da de comer a la gente.
El fervor político puede servir para las manifestaciones de masas, para hacer desfiles y propaganda, pero no es útil para hacer producir. Y mientras quienes nos gobiernan no comprendan esto, seguiremos de tumbo en tumbo y el desastre terminará no ya en tres mil millones de dólares, sino en cuatro mil o más millones de dólares de pérdida, y el resultado será peor que si hubiéramos estado en una guerra.
Por eso, precisamente, el Presidente de la República no pudo menos que reconocerlo al decir entramos en una economía de guerra. Pero ¿por qué entramos en una economía de guerra si el Gobierno ha obtenido todos los préstamos que ha querido y si en este período se han importado más alimentos que nunca? Inclusive Argentina nos acaba de otorgar un nuevo crédito por cien millones de dólares, y ya le estamos debiendo más de 200 millones de dólares por alimentos. Aún más, si se hace un recuento de los dineros que ha proporcionado el Fondo Monetario Internacional, podemos comprobar que ese organismo ha prestado al actual Gobierno mucho más que al anterior. No querer ver estas realidades es tener la ceguera del fanático.
Cuando uno trata de hacer resaltar esto, porque el ideal sería que el país caminara y que no estuviéramos en esta lucha, se encuentra con que quienes dirigen el país no atienden razones. En estas condiciones, no queda otro camino que recurrir a las elecciones y propinar al Ejecutivo la derrota más tremenda, pues sólo así es posible esperar que recapacite.
El señor PALMA (Presidente).- Perdón, señor Senador. ¿Me permite una pequeña interrupción?
Debo hacer presente a la Sala que hay cinco señores Senadores inscritos para intervenir en el debate. Si el Honorable señor García hace uso de todo el tiempo a que tiene derecho según lo dispone el Reglamento, sólo quedarán disponibles diez minutos antes de cerrar la discusión y empezar a votar.
Por eso, me permito solicitar la unanimidad de los señores Senadores para suprimir la hora de Incidentes y prorrogar la sesión por el lapso que sea necesario, a fin de que puedan usar de la palabra cada una de las personas inscritas, a quienes, dentro de lo posible, se les limitará el tiempo. En esta forma, empezaríamos a votar al término de la hora de Incidentes.
El señor MONTES.- ¿Por qué no votamos mañana en la mañana?
El señor PALMA (Presidente).- Para mañana en la mañana ha sido solicitada una sesión especial por una serie de parlamentarios, para tratar diversos problemas pendientes y que tienen urgencia.
El señor MONTES.- Pero en la tarde hay sesión ordinaria.
El señor PALMA (Presidente).- Exactamente, pero se va a seguir con los proyectos que están en la tabla.
El señor RODRIGUEZ.- Lo que ocurre es culpa de la Mesa, por no haber distribuido el tiempo entre los Comités, como se acostumbra a hacer en este tipo de debates.
El señor PALMA (Presidente).- Estamos en la discusión particular.
El señor RODRIGUEZ.- No obstante ser una discusión particular, la mayoría de los colegas que han hablado han usado de dos tiempos.
El señor PALMA (Presidente).- En la mañana, cada Senador que usó de la palabra agotó su tiempo reglamentario.
El señor RODRIGUEZ.- Esto sucede porque la Mesa no previo la situación que ahora se ha presentado.
El señor PALMA (Presidente).- Creo que la proposición formulada por la Mesa permitirá distribuir racionalmente el tiempo pendiente y posibilitará que los inscritos hasta el momento usen de la palabra.
La señora CARRERA.- Votemos mañana.
El señor RODRIGUEZ.- ¿Por qué no prorrogamos la sesión por una hora?
El señor PALMA (Presidente).- Como decía, la proposición de la Mesa permitirá usar de la palabra a los Senadores inscritos, o sea, a los señores Rodríguez, Moreno, Aguirre Doolan, Irureta y a la señora María Elena Carrera.
El señor FONCEA.- ¿Por qué no votamos primero y después hablan?
El señor PALMA (Presidente).- Propongo cerrar las inscripciones y distribuir el tiempo disponible hasta el término de la hora de Incidentes, a las ocho de la noche.
La señora CARRERA.- No.
El señor AGUIRRE DOOLAN.- No hay acuerdo.
El señor PALMA (Presidente).- No hay acuerdo.
Puede continuar el Honorable señor García.
El señor GARCIA.- Para dejar tiempo al Honorable señor Rodríguez,...
El señor RODRIGUEZ.- Yo voy a usar de todo el tiempo que usaron los señores Senadores.
El señor GARCIA.- Si Su Señoría suma los tiempos que han usado los Honorables señores Montes y Contreras, podrá apreciar que hemos dispuesto de un lapso bastante menor.
El señor RODRIGUEZ.- Estoy hablando de mi partido, y nadie de mi colectividad ha hecho uso de la palabra.
El señor GARCIA.- Sobre el tema en debate, es poco lo que me falta decir, señor Presidente.
Respecto de esta materia se han hecho tergiversaciones y se ha insultado a las personas. Por ejemplo, en un diario se dice: Los Senadores amparan a los ladrones, y luego aparecen, en un dibujo el SenadorBulnes, don Pedro Ibáñez, el Senador Carmona y el que habla. Inclusive se señala que teníamos hasta mataderos propios.
¡Y este diario pertenece a tres Ministros de Estado, los mismos que ahora están pidiendo al Congreso que les den legislación! ¿Cómo se atreven, o tienen la cara tan dura para creer que nosotros con un mínimo de dignidad frente a esta canallada, a los insultos y la mugre que reparten por todo el país, vamos a cooperar, como dicen, con patriotismo con gente que no tiene la menor decencia para afrontar los problemas que vive Chile?
Y en el terreno de las tergiversaciones, veamos la más clara de todas. ¿Por qué nos hemos opuesto siempre a la existencia de una legislación que pueda solicitar el Gobierno sobre esta materia y sobre cualquier otra? Porque todo lo usa con fines proselitistas, con fines sectarios, con fines políticos, y nada en beneficio de la población en general.
Todavía más, cuando el Gobierno pide normas sobre delito económico, empieza por señalar quiénes son los causantes. Esto es, identifica a quienes se va a aplicar toda esta legislación. Y según el ex Ministro de Economía, Fernando Flores con el enroque que hubo, ahora es de Hacienda, los causantes, de acuerdo con el discurso que pronunció, estarían en la Oposición, pues afirma que el Ejecutivo tiene conciencia de que existe un conjunto de dificultades; de que existe el mercado negro; de que existe desabastecimiento. Y textualmente señala: Para nosotros, la causa fundamental de estos problemas está en la acción de los grupos perjudicados por el Programa de profundas transformaciones que impulsan las masas trabajadoras y el Gobierno.
De manera que, a juicio de ellos, es la Oposición la que se opone al programa y la que tiene la culpa del mercado negro. Y si vienen a pedir legislación punitiva es para aplicarla a los opositores, sin ver todas las causas que señalé antes.
Insistiré en algunos puntos de la exposición del señor Ministro; porque, debido a que ella es tan larga, la gente se ha saltado sus partes principales, y aquí las haremos resaltar para que se vea lo que se quiere. Se dice: El mercado negro no se combate fortaleciendo al capitalismo sino que profundizando el control de las masas y las acciones y medidas tendientes a reemplazar el sistema vigente por normas de producción y distribución que apuntan a la sociedad socialista.
De manera que la lucha contra el mercado negro no se realizará mediante una legislación capitalista ni sobre la base de instituciones que el Ministro de Hacienda califica de caducas más adelante en su exposición y que son las que impiden al Gobierno llevar a cabo su labor. No. La lucha contra el mercado negro se llevará a cabo mediante un sistema que nos llevará hacia el socialismo.
Aquí se ha reiterado que no hay tarjetas de racionamiento, y yo diría que basta leer tres o cuatro pasajes de la exposición del señor Ministro se repiten a lo largo de ese texto para que no haya duda alguna en cuanto a lo que piensa el Gobierno sobre la materia. Se dijo incluso que las JAP no tienen intervención de especie alguna en lo que sucede actualmente. Voy a leer lo que dice el señor Ministro acerca de la intervención de estas siniestras JAP en la economía chilena: La programación, distribución y control del abastecimiento minorista en cada unidad vecinal es una tarea que sólo podemos enfrentarla por medio de la acción conjunta de los trabajadores y el Gobierno. "Sobre la base de una cuota de productos necesarios por familia"...
¿Qué significa esto?
Significa racionamiento que se establecerá, que estará compuesta se refiere a la cuota de productos necesarios por artículos como aceite, azúcar, arroz, café, carne, para alcanzar a alrededor de 30 productos, las organizaciones del pueblo a nivel local (JAP, Comandos Comunales), en las que participan los comerciantes, programarán las necesidades periódicas de productos esenciales y determinarán las responsabilidades que en su comercialización cabe a cada local comercial.
Las JAP, tal como lo han venido haciendo, denunciarán en el vecindario a los comerciantes inescrupulosos; evitarán la presencia generalizada en las poblaciones de afuerinos...
Es decir, se controlará al que va a una población o a un lugar distinto de aquel donde vive. Ya no sólo quieren privarnos de todas las libertades, sino incluso del derecho de circular dentro de Santiago. Ya no sólo establecen impedimentos para salir del país, sino que también prohíben a los ciudadanos la entrada a cualquier parte donde las JAP los califique de afuerinos.
Esto es lo que ha pretendido el Ministro de Hacienda.
Las denuncias que las JAP hagan de los afuerinos y de los especuladores no excluye la acción directa y responsable para impedir la especulación, el mercado negro y demás infracciones de este tipo.
¡Aquí está la acción directa en contra del pequeño comercio! ¡Aquí está la acción directa en las poblaciones donde se persigue a las personas! ¡Aquí está la acción directa en contra de quienes son atropellados y vejados! ¡Aquí están las montoneras que rodean a los comerciantes y exigen a gritos la venta de mercaderías! ¡Aquí está el saqueo de muchísimos establecimientos comerciales pequeños!
Todo lo anterior representa la acción directa cuya existencia el propio Ministro de Hacienda recomienda, para echar a los afuerinos, vigilar al comercio y repartir lo que ellos juzguen necesario. Pero no se dice, sí, que las JAP, conforme al viejo proverbio de que quien reparte se deja la mejor parte, toman el trozo del león.
El Ministro de Hacienda, seis, siete u ocho párrafos más adelante, agrega: Las JAP tomarán las medidas necesarias para relacionar de modo estable a las familias con los comerciantes ubicados en el área.
Ya lo saben los chilenos: se quiere que cada uno de nosotros compre sólo en un local y no en otros, que quedemos relacionados con un almacén situado en el vecindario. ¿Y quién señalará este local comercial? Las personas que acabamos de mencionar, que carecen de toda facultad en la materia y que pretenden es un engaño decir lo contrario tomar el control total del comercio.
El señor Flores añade:
Así se trata de obtener que la clientela de cada comerciante sea todo lo regular que se pueda.
Esto es necesario para asegurar a todas las familias un abastecimiento adecuado de los productos básicos. Para que esto se logre, dadas las condiciones actuales del mercado negro, es indispensable saber cuáles son las necesidades reales de tales productos para cada comerciante y para cada familia del área respectiva. Por consiguiente, la JAP definirá, de acuerdo con la canasta popular, las necesidades reales de cada familia.
Ya lo sabe cada familia chilena: señores que pertenecen a las JAP respectivas, manejadas por el Partido Comunista, obras del Partido Comunista que en Cuba hicieron posible la revolución, indicarán a cada grupo familiar cuáles son sus necesidades y, de acuerdo con éstas, lo adscribir��n a determinados locales comerciales, impidiéndole abastecerse en otras áreas.
¡Peor dictadura no sé le hubiera ocurrido a nadie! Porque ni en la Unión Soviética se han llevado a cabo tales medidas. Han pasado muchos años y aun hoy día los soviéticos aunque hay mercado negro no están adscritos a un local comercial único, porque todavía les es posible comprar en establecimientos distintos.
Pero en Chile se quiere llegar hasta los extremos, pues aquí hay una Oposición organizada que está dispuesta a combatir y que ganará las próximas elecciones parlamentarias. Por consiguiente, es preciso apurarse para destruirla mediante la aplicación de todos los mecanismos señalados.
Pero no sólo se han contentado con lo que acabo de relatar. En Rancagua, por ejemplo, ya está funcionando ese tipo de sistema, y el comerciante que no está adscrito a determinada JAP no recibe mercadería alguna.
En los campos de la zona que represento se están haciendo presentes inspectores con el objeto de concretar lo relativo a los estancos del trigo y del ganado. A los agricultores les quitan todo el trigo, inclusive el destinado a siembra y que les ha costado tres o cuatro veces más caro que el corriente. Es decir, están llevando la anarquía total a los campos. Y cuando en Chile falte todo lo necesario para comer, dirán que ello es culpa de los monopolios, del imperialismo, de la CIA, en circunstancias de que son ellos mismos quienes están destruyendo todas las fuentes de producción.
Como les parece poco la destrucción que han llevado a cabo, desean continuar entusiastamente en esta tarea, creyendo que así aprisionarán y sojuzgarán al pueblo chileno.
¡Ahí está su profunda e inmensa equivocación!
Mientras mayor es la intención del Gobierno de la Unidad Popular de aprisionarnos y aherrojarnos, más clara es la posición del pueblo chileno para levantarse en su contra. Por eso, no me cabe duda de que en marzo la ciudadanía lo aplastará definitivamente, y lo dejará como el peor de los recuerdos que haya tenido la república.
El señor VALENTE.- ¿Terminó ya?
El señor GARCIA.- Sí, para dejar tiempo al Honorable señor Rodríguez.
El señor MONTES.- Es que estaba hablando muy fuerte.
La señora CARRERA.- ¡Grita tanto Su Señoría...!
El señor GARCIA.- Pero ustedes no oyen nada. Son sordos y ciegos, pero no mudos.
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