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- rdf:value = " El señor PALMA (Presidente).- En votación.
(Durante la votación).
El señor RODRIGUEZ.- ¿Por qué?
El señor PALMA (Presidente).- Porque hay oposición, y las inserciones deben acordarse de inmediato.
El señor MONTES.-
Nosotros votaremos en contra de la petición formulada por el Honorable señor Moreno, porque las palabras que él pronunció en la mañana de hoy lo ubican, como era previsible, entre los más contumaces anticomunistas chilenos.
El Senador Moreno se transforma cuando se trata de lanzar barro, calumnias y canalladas en contra de los comunistas. Ha traído a colación sucesos suficientemente esclarecidos en este país, respecto de acusaciones de la Reacción chilena sobre supuestas irregularidades de militantes comunistas en 1947, y ha leído artículos de El Mercurio que el señor Senador ha invocado aquí como prueba suprema de la verdad, que es la verdad de ese diario. Que se quede con ella el Senador Moreno, pero que no pretenda mistificar acerca de la actitud de hombres que en aquella época, precisamente por actuar de manera diversa de aquella con la cual quiere enlodarlos, tuvieron que vivir un período de nuestra historia conocido como el tiempo de la infamia.
Por esa razón: porque se ha pretendido enlodar a los militantes y dirigentes de nuestro partido de aquella época, y porque él señor Moreno ha expresado aquí que él ha actuado siempre con las manos limpias, nosotros le hemos dicho que traeremos al Senado pruebas acerca de su actuación como Vicepresidente de la CORA en el Gobierno pasado, para demostrar irregularidades cometidas por él en el desempeño de ese cargo.
El señor Senador ha lanzado acusaciones falsas contra militantes comunistas basándose en una supuesta verdad escrita por el diario El Mercurio.
Como Su Señoría ha entrado a ese terreno, al que nosotros no queríamos llegar, nos veremos obligados a traer las pruebas de las irregularidades por él cometidas mientras desempeñó el cargo de Vicepresidente de la CORA, que demuestran, precisamente, que no actuó en esa institución ni salió de ella con las manos limpias; y también, para dejar establecido que gente como ésta, qué se ha dado vuelta la chaqueta de manera tan espectacular, que posó de demócrata durante mucho tiempo, se ha entregada ahora al frenesí reaccionario de esta época, poniendo sobre todo el acento en una especie de delirio anticomunista. Reitero que traeremos al Senado esas denuncias que tenemos y que, piadosamente, habíamos decidido guardar hasta ahora, cuando el señor Moreno ha pretendido enlodar miserablemente lanzando calumnias y canalladas sobre una generación de combatientes obreros.
Porque no podemos permitir tal actitud, decimos no a la proposición que el señor Senador ha hecho.
Reitero que presentaremos a esta Sala pruebas irrefutables de su actividad dolosa como Vicepresidente de la CORA, para dejar en claro que éstos son los anticomunistas de hoy, los que se han entregado en cuerpo y alma a quienes dijeron combatir ayer, pero a los que en la actualidad sirven con una obsecuencia digna de mejor destino.
Eso es todo.
El señor PALMA (Presidente).- Puede fundar su voto el Honorable señor Irureta.
El señor IRURETA.- Por cierto, los Senadores democratacristianos, que solidarizamos con el Honorable señor Moreno y le expresamos públicamente nuestra adhesión personal, estamos muy tranquilos ante las amenazas que acaba de proferir el señor Montes. Pero, como es evidente, no puede menos que extrañarnos que los Senadores comunistas hayan tenido que esperar la exhibición de cargos hecha esta mañana en la Sala por el Senador señor Moreno, para amenazar con las penas del infierno a quien se ha atrevido a desenmascararlos. Durante dos meses ellos han mantenido en este recinto, en la Cámara de Diputados, en su prensa, en las radioemisoras y en la televisión, una campaña afiebrada en la que disparan y propinan toda clase de injurias y calumnias a los adversarios del Gobierno. Este es un hecho que consta a todo el país. Y no podemos menos que señalar la conducta tan peculiar de los Senadores comunistas de que, cuando les duele, en lugar de contestar derechamente los cargos que se les formulan, responden con amenazas, prometiendo exhibir pruebas de supuestas irregularidades que a nosotros nos dejan muy tranquilos, pues nadie pretenderá que los comunistas, por una extraña virtud de la caridad, hayan guardado hasta ahora silencio respecto de cualquier cargo que pudiera afectar al Honorable señor Moreno. Sabemos que el señor Senador tiene las manos y su vida muy limpias para responder por él, por su partido y por las responsabilidades que tuyo en la CORA o en cualquiera otra parte donde ha actuado hasta ahora, tanto en su vida pública como en la privada.
Lo que sucede en estos momentos es otra cosa: estamos asistiendo a una farsa que se cae a pedazos. Recuerdo que en tiempos del Gobierno del señor González Videla solían montarse estas campañas contra el mercado negro y la especulación. Hubo dos ciudadanos que adquirieron fama y quedaron en la memoria de toda la gente que presenció los acontecimientos de hace veinte o veinticinco años. Eran los industriales del pan, los señores Ogando y Castaño: cada vez que la inflación subía un punto debemos reconocer que en aquel tiempo se elevaba en uno o en medio punto y no en decenas de puntos a la semana, como ocurre hoy, el Gobierno, de la noche a la mañana, tramitaba un proyecto de facultades extraordinarias y los señores Ogando y Castaño, como el guatón Loyola de las bofetadas, estaban listos para caer presos e iban a parar relegados a Putre, Codpa, Visviri, etcétera. Estos son hechos de nuestra historia. Por eso, no puede menos que darnos pena y repugnancia la campaña de corte goebbeliano a que estamos asistiendo en estos días. ¡Si está en la historia de la Alemania durante la guerra el hecho de que fue Goebbels quien inventó la excusa, tan usada hoy por los hombres de Gobierno en nuestro país, cuando empezaron a escasear los cigarrillos en la Alemania nazi! El fue el primero que descubrió que, para explicar esa escasez, había que atribuirla al aumento en el consumo de cigarrillos. Cuando aparecieron el racionamiento y el mercado negro en ese país, Goebbels también descubrió que había que echar la culpa a los judíos. Y aquí en Chile ahora nos encontramos con estos Goebbels de segunda clase que descubren que, cambiando a los judíos, debe responsabilizarse a la Oposición, a la contrarrevolución y al imperialismo de lo que es corrupción a la vista de todo el mundo.
Esta mañana, el Honorable señor Moreno dio una lista de dirigentes de FENSA implicados en irregularidades. Sobre ella no ha habido respuesta, salvo las dudas expresadas por el Honorable señor Rodríguez.
Por otra parte, todos los días vemos denuncias de acaparamientos, en las cuales, si sumamos los kilos y toneladas que se requisan, podemos comprobar que se trata de cantidades ínfimas, de pequeños porcentajes o de milésimas de las cantidades que Chile necesita consumir a diario y de las que disponía normalmente hasta que empezó el descalabro económico provocado por la actual Administración.
Los Senadores de Gobierno, al oponerse a que los parlamentarios de Oposición usen esta tribuna democrática para dar a conocer al país la verdad de los hechos, en lugar de ejercer su derecho legítimo de rebatirnos o de contestarnos, se destapan con injurias. Incluso el Senador señor Contreras, hombre a quien respeto no sólo por sus años, sino por su fibra de obrero legítimo, ha sido tan deformado por su militancia comunista, que esta mañana ha llegado al extremo, del que a mi juicio se lamentará él mismo, de decir que los obreros democratacristianos que estuvieron relegados en Pisagua junto a obreros comunistas y socialistas, cuando ese campo estuvo abierto por la ley de Defensa de la Democracia, eran dos gatos;
Hemos visto muchas muestras de sectarismo y de pasión en lo que va corrido de este Gobierno, pero nunca habíamos oído una injuria semejante proferida por un militante comunista, como es el Honorable señor Contreras, en contra de trabajadores que, para él, según parece, incurrieron en el pecado, y siguen incurriendo en él, de militar no en el Partido Comunista, sino en la Democracia Cristiana.
Esos hechos dejan en descubierto la conducta antidemocrática de los Senadores comunistas y, en general, de los de Gobierno. Por eso, nosotros insistimos en la necesidad de hacer plena luz sobre lo que ocurre en estos días en el país en torno de especulación y mercado negro, y consideramos muy importante la publicación de toda clase de antecedentes al respecto.
Por lo expuesto, voto que sí.
El señor PALMA (Presidente).- Puede fundar su voto el Honorable señor Rodríguez.
El señor RODRIGUEZ.- En nombre del Partido Socialista y, según creo, de los colegas de la Unidad Popular, deseo expresar nuestra solidaridad con los Senadores del Partido Comunista.
A mi juicio, como lo he dicho más de una vez y como se lo representé en otro debate interesante al colega señor Moreno, toda su vehemencia y todo su aspecto crítico lo llevan exclusivamente a castigar a los sectores populares representados en el Senado. Hasta ahora, nunca se ha escuchado su voz para criticar alguna brecha del Partido Nacional o de los grupos fascistas. Todas sus palabras se han transformado en un lenguaje anticomunista reiterado una y otra vez, con un carácter cada vez más agresivo. Y la verdad es que cuando se toma ese camino del anticomunismo tan reiterado, eso, a propósito de lo que recordaba el Honorable señor Irureta, a veces huele a fascismo o a aproximación al fascismo. En mi opinión, ello es condenable en el colega señor Moreno.
Por eso, considero que todo el caudal de antecedentes que el señor Senador ha traído esta mañana con seguridad, algunos absolutamente veraces y otros que no son tales, como yo mismo lo he puesto en duda ha sido endilgado, como lo ha hecho el Partido Nacional, exclusivamente como un ataque de clase a un partido de estirpe obrera como es el comunista. Los socialistas rechazamos rotundamente tal procedimiento. Creo que, siendo cierto históricamente el ejemplo que puso el Honorable señor Irureta, se vuelve como argumento contra ellos mismos, pues no salen de estas bancas los arrestos fascistas y totalitarios, sino, precisamente, de las bancas de enfrente o de los sectores que ellas representan. Todas las tentativas fascistas, todas las actitudes conspirativas surgen de los antros fascistas de la Derecha. Y en esa ofensiva se ubica, por desgracia, el colega señor Moreno, con su voz, con su tono, con sus documentos y pruebas; todo se parece al fascismo.
Por lo expuesto, rechazo también la posibilidad de publicar los documentos que él mencionó, como una protesta por su actitud y en un acto de solidaridad con los colegas del Partido Comunista.
El señor PALMA (Presidente).- Puede fundar su voto el Honorable señor Valenzuela.
El señor VALENZUELA.- Señor Presidente, normalmente todos los Senadores democratacristianos hemos dado nuestra aquiescencia para la publicación de documentos solicitada por los diversos sectores del Senado. Nosotros no variamos en esa opinión.
En nombre de los Senadores de la Democracia Cristiana, yo también quiero hacer presente que solidarizamos con nuestro camarada el Senador señor Moreno frente a las imputaciones que se le puedan hacer o que se le han hecho, cosa que no sucede por primera vez. En oportunidad anterior, no un militante del Partido Comunista, sino la Honorable señora Carrera, que en este instante no se encuentra en la Sala, dijo lo mismo que expresó ahora el Honorable señor Montes. Sin embargo, jamás se ha podido exhibir un documento que atestigüe lo que ellos han manifestado. Y, como es indudable, no podrán traerlo, porque la actitud del Honorable señor Moreno como Vicepresidente de la CORA, como funcionario de alta categoría del Gobierno del Presidente Frei, fue siempre de absoluta corrección en los procedimientos como empleado público, como persona y como profesional. De ahí que nosotros rechazamos tales imputaciones por ser absolutamente falsas, no corresponder a la realidad y ser sólo producto del apasionamiento, y eso, como es indudable, no puede ser lo más conveniente para el momento político que vive el país.
Quiero hacer presente también que nosotros tenemos el claro criterio de que en Chile se están ahondando situaciones que cada día son más graves. Varios señores Senadores han formulado aquí denuncias extraordinariamente serias con relación a abusos cometidos, sobre todo en las poblaciones, en lo atinente a la distribución de alimentos por parte de las JAP o de elementos de los partidos de la Unidad Popular.
Me constan hechos de esa índole. En la ciudad de Rancagua he visto cómo personas modestas, de avanzada edad, han recurrido a las autoridades para obtener la solución de sus gravísimos problemas.
Eso es verdad, y los Senadores representantes de la Unidad Popular deben comprenderlo. No se trata de invenciones motivadas por afanes de orden político-electoral, sino de una realidad muy vivida por las clases más modestas de nuestra población,
Por eso, voto afirmativamente, haciendo presente al mismo tiempo nuestra protesta por el hecho de que, sin prueba alguna, se hayan lanzado imputaciones tan injuriosas para el honor de nuestro camarada Senador Rafael Moreno.
El señor MORENO.- Señor Presidente, soy partidario de publicar los documentos cuya inserción solicité. Y explicaré la razón.
Esta mañana traje al Senado documentos, pruebas y afirmaciones que, si merecen alguna réplica, ella debe plantearse en el mismo terreno, con pruebas y antecedentes.
Jamás hemos levantado nuestra voz para injuriar y denostar a persona alguna. Siempre hemos defendido nuestras ideas, y lo haremos en forma irrenunciable, sea cual fuere el parecer, el agrado o desagrado que ello provoque a ciertas personas.
Nuestro mandato no emana del beneplácito del Partido Comunista ni de gracia suya. No estamos aquí porque esa colectividad nos haya permitido llegar. Gracias a Dios, aún subsiste en nuestro país la democracia, y quienes se sientan en esta Sala lo hacen por voluntad del pueblo y no por la de quienes muchas veces quieren negar a aquél ese derecho.
No es nueva esa amenaza stalinista que un Senador del Partido Comunista lanza en mi contra. La han lanzado desde los primeros días del año 1971, cuando yo tenía la oportunidad de participar, en representación de mi partido, en un programa del Canal Nacional de Televisión que posteriormente se clausuró. Siempre, velada, directa o indirectamente, fueron haciendo amenazas para que uno se abstuviera de decir lo que deseaba, para que cerrara su boca y para que, por temor o cobardía, se sometiera a aquellos que, sabiendo que no tienen la razón, apelan a la fuerza, cuando pueden, para intentar doblegar al adversario.
No me asustan ni la bravata, ni la amenaza, ni la estupidez de quien pretenda aquí enlodar mi honra. Desde que dejé mi cargo de Vicepresidente de la CORA, he estado en el país todos los días; no he salido de Chile un solo momento; he enfrentado el juicio público y el juicio privado; nada tengo que esconder; mi patrimonio lo conocen públicamente todos los que son mis amigos y quienes se relacionan conmigo; no poseo riquezas; mis manos están limpias; hoy día tengo lo mismo que tenía cuando asumí obligaciones gubernativas en el régimen anterior.
Por eso, me tienen sin cuidado las amenazas, las injurias y las calumnias que quieran lanzar en mi contra, porque aquí estoy para responder; y no callaré ante infamias de tal naturaleza.
Por lo demás, ya procedieron en esa forma cuando fui candidato a Senador por la Agrupación de O'Higgins y Colchagua. Inventaron las cosas más truculentas e increíbles que se pueden imaginar; ni siquiera respetaron el honor de mi hogar: no se detuvieron ante nada. Y los resultados están a la vista. Probablemente, muchos de los que sirvieron de plumarios se están arrepintiendo hoy día de haber cometido el error de mentir tanto, pues la gente termina por descubrir dónde se halla la verdad.
No me asusta la amenaza de los Senadores del Partido Comunista, porque aquí me van a encontrar.
En la hora que estamos viviendo en Chile, no sólo yo soy actor o víctima de la increíble presión intelectual y física que se ha desatado. Hay un caso probablemente, la opinión pública lo conocerá en estos días que demuestra cómo el stalinismo ha llegado a atacar a gente de las propias filas de la Unidad Popular.
Helvio Soto, especialista en cinematografía, es reconocido militante de la Unidad Popular y partidario del actual Gobierno. Me agradaría que los señores Senadores y quienes leen las versiones de las sesiones del Senado vieran lo que dicen los diarios Puro Chile y El Siglo a ese hombre por haber cometido el pecado de decir su verdad acerca de lo que ocurrió en Lo Hermida. Lo están purgando; lo echan de todos los lugares donde trabaja; lo persiguen.
Si actúan de ese modo con uno de los suyos, ¿qué podemos pedir quienes discrepamos de ellos?
Pero que quede bien en claro esto: los democratacristianos vamos a defender nuestra verdad a cualquier precio y en cualquier terreno. Porque, en esta hora dramática de Chile, no seremos ni cobardes, ni rastreros, ni miserables, y no nos dejaremos doblegar ni por la amenaza, ni por la presión ni por un octavo de aceite.
Por eso, pido insertar los documentos a que me referí. Si pueden replicar con razones, háganlo. En caso contrario, el país será testigo de quiénes son los que calumnian, injurian y mienten.
Voto que sí.
El señor GARCÍA.-
Señor Presidente, siempre he votado a favor de las solicitudes de inserción de documentos, a menos que éstos sean muy extensos o que constituya abuso incluirlos en la versión. Pero cuando un documento es parte de un discurso y sirve para su comprensión, jamás he negado mi voto afirmativo, y por eso ahora acogeré la petición del Honorable señor Moreno.
Quiero, sí, hacer ver al Senado que tal vez será preciso corregir la versión, porque hubo aquí, en las expresiones de los Senadores comunistas, lo que Freud denomina acto fallido. ¿Cuál fue el acto fallido? Al dirigirse al Honorable señor Moreno, le expresaron: Ahora que usted es anticomunista, ahora que se ha tornado rabiosamente anticomunista, lo vamos a acusar de los dolos en que ha incurrido.
Esto ya lo sabe el país. Posiblemente, después se arregló un poco la frase. Pero todos oímos decir que a quien es anticomunista lo acusan, con razón o sin ella. Y, en Chile, ser anticomunista significará una sola cosa: tener una vida muy limpia. Porque el que no la tenga deberá saber que le sacarán a la luz todos sus antecedentes.
Por lo tanto, para el Honorable señor Moreno, a mi juicio, aquello es un acto de limpieza total, de reconocimiento absoluto de cuanto ha hecho. Mucho me he distanciado de Su Señoría en los aspectos doctrinario e ideológico; pero, en cuanto a corrección personal, él tiene ya un timbre perfectamente claro: es anticomunista. Y es anticomunista porque puede serlo. Y ya están amenazados quienes son anticomunistas: de ellos se dará a conocer todo cuando los pueda perjudicar.
Me preocuparé de la versión, porque esas palabras deben quedar para el conocimiento del país, pues ello es muy importante. ¿Por qué esta gente nos preguntamos a veces se halla al lado de los comunistas? Ahora vamos a dudar de quiénes están de su parte. Debe de ser por miedo, a causa de algo que hicieron en la juventud. Quizás tengan algún pecado que ya está registrado, y por temor se encuentran al lado del Gobierno. Y cuando a solas nos digan que determinada cosa es mala pero que no pueden pronunciarse al respecto, y den alguna razón de orden sentimental, sentiré en mi corazón que se hallan imposibilitados de hacerlo por algún pecado cometido.
En consecuencia, el Honorable señor Moreno no necesita otro antecedente que el escuchado aquí para sentirse muy tranquilo en cuanto a su honra.
Voto que sí.
El señor CONTRERAS.-
Señor Presidente, aquí se ha dicho que se calumnia. Yo no sé quién tiró la primera piedra. Pero después se espera que aquellos que han sido calumniados permanezcan sentados y tranquilos.
Hay gente que afirma que los comunistas amenazan. Pero en las páginas de los diarios de Derecha, sobre todo en los de la cadena El Mercurio, cada día se sostiene que los marxistas hacen esto o lo otro. Como quien dice, ser marxista es un estigma, implica cometer un pecado mortal; en buenas cuentas, constituye un crimen profesar una doctrina científica.
Durante la discusión del proyecto, un señor Senador nos hizo aparecer a los comunistas como gente que ha tenido un pasado negro, de abusos, de robos.
En la Administración de Gabriel González Videla, tuvo la responsabilidad de dirigir el Instituto de Economía Agrícola, en el carácter de Vicepresidente, Juan Chacón Corona. ¡Qué no se dijo de él! ¿Y quiénes lo dijeron? La prensa derechista y la Derecha en general, formada en aquel tiempo por los Partidos Liberal y Conservador.
A mí me llama la atención que gente que compartió responsabilidades de Gobierno en aquella época facilite el uso de la palabra para que se calumnie miserablemente a los comunistas. Nosotros tenemos un pasado. Y desde el comienzo del desarrollo del movimiento popular en Chile, el compañero Luis Emilio Recabarren fue calumniado de manera vil: se lo acusó primero de estar vendido al oro peruano, y, en seguida, de ser instrumento del comunismo internacional.
Pero todo esto no lo ha borrado el tiempo, sino la conducta de nosotros, los comunistas. La opinión pública más consciente, los trabajadores, han llegado al convencimiento de que no sólo pretendemos ser honrados, sino que lo somos. Y bien saben los señores de la Derecha chilena los de ayer y los de hoy; quienes se han incorporado en este instante a ese sector cómo llegamos al Gobierno de Gabriel González Videla y por qué salimos. No llegamos como ladrones ni salimos como tales. Salimos, con nuestra frente en alto, cuando González Videla nos dijo que permaneceríamos en el Gobierno siempre que fuéramos incondicionales suyos. Y nuestro Secretario General, Ricardo Fonseca, le expresó: ¡El Partido Comunista no es incondicional ni siquiera de su Secretario General! Allí se produjo el rompimiento. El Presidente nos dijo: Ustedes se van del Gobierno. Y nos fuimos. ¿Adonde? ¿A medrar alrededor de otros partidos políticos, para acoplarnos con quienes nos ofrecieran garantías personales? Afrontamos hidalgamente nuestra situación política del momento. Y más de dos mil compañeros fueron a poblar el campo de concentración de Pisagua; otros tantos poblaron las islas del país. El que habla, habiendo sido Ministro de Gabriel González Videla, el traidor, fue a la inhóspita isla de Melinka, donde vivió a expensas de la atención que pudieron dispensarle sus familiares.
Y ahora unos cuantos que participan en política, que ascendieron por el hecho de haber ocupado un cargo público o porque contaron con muchos recursos se sienten con derecho a injuriar y a enlodar la honestidad de muchos que, a costa de grandes sacrificios, y no por voluntad de don dinero ni de las empresas, hemos llegado a ocupar estas bancas. Hemos sido elegidos por los trabajadores. No amenazamos a nadie, pero dejamos en claro que la calumnia y la infamia la responderemos en todas partes.
Se acusa a los comunistas, por ejemplo, de negar o de coartar la libertad. ¿Quiénes son los que nos atacan en estos instantes? Los mismos que ensangrentaron sus manos en El Salvador, donde cayeron mujeres y niños segados por la metralla; los mismos que ayer masacraron a los pobladores en Puerto Montt nos vienen a hablar de amor a la clase obrera; los mismos que ayer pusieron en práctica las listas negras, los mismos que despidieron a seiscientos trabajadores en Valparaíso, se creen con autoridad moral para injuriar y reprochar la conducta de los comunistas.
No necesitamos perdón de nadie. Sabemos que es la opinión pública la que debe juzgar nuestras actuaciones. No son ni la Derecha chilena ni algunos democratacristianos los llamados a darnos pautas de honradez, porque llegado el momento pondremos las cartas sobre la mesa y analizaremos cuál fue su conducta durante la Administración pasada.
El señor PALMA (Presidente).- ¿Cómo vota, señor Senador?
El señor CONTRERAS.-Voto que no.
El señor PRADO .-
Señor Presidente, lamento las expresiones vertidas esta mañana por el Partido Comunista por intermedio de los Honorables señores Contreras y Montes en especial por este último, pues le han dado al debate un cariz que no debió alcanzar.
En verdad, el Honorable señor Moreno ha sido muy duro, extraordinariamente duro. Y lo fue, porque lo que pretende realizar el Gobierno expuesto en el discurso del Ministro Flores es para mí, igual como apuntaba recientemente el Honorable señor Aguirre Doolan, un inexplicable paso, un increíble paso, un error y una irresponsabilidad política.
Al margen del malabarismo de palabras no sé cómo lo calificó el Senador Moreno, es muy grave lo propuesto por la actual Administración. En consecuencia, ¡no insistan Sus Señorías en que no habrá racionamiento! ¿Dónde están parados? ¿En qué campana están encerrados? ¿No se dan cuenta de que el problema radica en que la economía no produce manejada por ustedes? Esto es una verdad tan vertical como la de que el cobre, administrado por ustedes tiene los costos más altos de la historia de Chile, sobre todo después de que se retiraron más de doscientos ingenieros de esa actividad.
Esa es la experiencia de ustedes. Y les voy a traer otra en algunos días más: lo que ocurre en la Refinería de Ventanas, donde hay mala administración, desconfianza e insolvencia personal.
Entonces, el Honorable señor Moreno ha sido duro, tremendamente duro, porque además de la situación económica, que hace que el país esté sufriendo escasez en todas partes, el Gobierno descubre una martingala, una especie de estrategia: como ya no pueden negar que la economía está fracasada, tratan de trasladar la responsabilidad a otros sectores. Esa maniobra está a ojos vista. Por eso puedo decirlo tan claramente.
El Honorable señor Valenzuela me acaba de confirmar que es efectiva la denuncia formulada en el sentido de que en Rancagua ya se están repartiendo tarjetas de racionamiento para distintos tipos de productos, pero sólo a comunistas y socialistas.
Yo, que no soy anticomunista de profesión, puedo decir con mucha tranquilidad a los comunistas pues suelo tener diálogos muy francos con ellos y con los socialistas aquí en los pasillos que estoy cansado y que me da no sé qué traer las denuncias, una por una, que prueban él sectarismo increíble que los está carcomiendo, desgraciadamente, ante la incapacidad e indecisión del Presidente de la República, señor Allende, para elegir, de una vez por todas, uno de los dos caminos, porque no hay dos.
Ustedes están profesando una vía totalitarista, de estirpe totalitaria, y eso no lo pueden hacer en un país que tiene un marco democrático. Para hacerlo, necesitan lo que han tenido en otros países socialistas. ¿Y saben lo que necesitan? Que las fuerzas militares estén al servicio del Partido Comunista, lo que no ocurre aquí en Chile. Y ustedes saben que aquí esa realidad no existe, y nosotros también tenemos conciencia de ello. Ese es el fondo del asunto.
Todo lo que están levantando y que antes llamamos irracionalidad, no es sino consecuencia de este proceso.
Y a cincuenta días de una elección no se inventa ni se programa un sistema de regimentaci��n de la vida en cada manzana de las ciudades de Chile, Honorable señor Rodríguez. A usted, que habla de totalitarismo aquí en el Senado, debo decirle que eso no se hace.
Las JAP son organismos paralelos a las juntas de vecinos, que sí son entidades legales que deben tener las atribuciones de las llamadas JAP. Pero como ustedes son totalitaristas se lo digo con mucha tranquilidad, no pudieron permitir que las juntas de vecinos, organismos legales, asumieran determinadas funciones, por lo cual tuvieron que inventar las JAP.
Podría poner muchos ejemplos, como el del Canal 9 de la Universidad de Chile. Allí, después de realizarse un plebiscito, hay gente que sencillamente se chanta, se para y dice no cumplo, obligando a otros a sacar el fusil, a pegar, a protestar. Y, aún más, obligan a ponerse en posiciones extremas. Ustedes, precisamente, están creando y llevando a una situación extrema a quienes se ubican en el otro lado; extrema y probablemente violentista, porque las actitudes que están tomando en el país producen esas consecuencias.
Entonces, el Honorable señor Moreno ha planteado con dureza su pensamiento. Pero, ¿cómo no va a ser duro y grave que obreros y dirigentes comunistas y socialistas estén repartiéndose los refrigeradores y las unidades de la línea blanca a que se hizo mención? ¿Qué clase de mística o pureza revolucionaria hay detrás de eso? De ahí emana una desconfianza fundamental en la moralidad.
Pero no me cabe duda de que el Honorable señor Víctor Contreras es un hombre intachable. Nadie ha puesto en duda su persona ni su conducta. Esa es la verdad de las cosas. El Senador Moreno tampoco lo hizo. El mencionó antecedentes políticos.
Por otro lado, los comunistas no han sido muy suaves estos últimos días, particularmente a través de El Siglo o por intermedio de la actuación de un Senador comunista hechos que no quiero tocar, porque no deseo volver sobre ese tema que formuló una denuncia que nos afectó a todos, y eso fue hecho de una manera muy felona; pero repito no quiero referirme a esa materia.
Ante tales sucesos, pues, Sus Señorías no pueden esperar blandura. En Chile estamos viviendo un clima que encuentro muy irracional, muy negativo. Y de aquí tiene que emerger este tipo de consecuencias. Y la peor de todas quiero terminar mis palabras con esto fue la amenaza increíble y absurda del Senador Montes.
Eso no se hace. Yo puedo admitir que cualquier Senador de cualquier partido político tenga discrepancias con el Senador
Moreno, por su estilo, por su manera de pensar, por lo que quieran, pero no puede ser aceptable valerse de determinadas apreciaciones para poner en tela de juicio la honra de las personas.
Este tipo de cosas queda como un chantaje extrajo, indigno entre nosotros. Yo no haría eso. El día que tenga que decir algo y deba exponerlo a la luz pública, lo haré directamente, pero no en la forma que lo hizo el señor Montes. Creo que la suya fue una actuación fría que no lo prestigia. Al revés. Además, nos deja un amargo sabor.
Al igual que el resto de los Senadores democratacristianos, quiero expresar al Honorable señor Moreno mis palabras de adhesión a su persona y mi solidaridad en todo lo que se refiere a su honra personal.
Y por esa misma razón, creo que debe acordarse la inserción del documento que se solicita.
Se aprueba la inserción solicitada (10 votos por la afirmativa, 5 por la negativa y 3 pareos).
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