-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/587898/seccion/akn587898-ds89-ds90
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Intervencion
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2836
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/2
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- rdf:type = bcnres:Participacion
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/15
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2836
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/322
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/587898/seccion/akn587898-ds89
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/587898
- rdf:value = "
El señor NOEMI.-
Señor Presidente: Razones de la intervención.
Creo que la opinión nacional informada, a pesar de todos los esfuerzos gastados para perturbarla, tiene un juicio claro respecto de lo que piensan, hacen y dicen en Chile tanto el Ejecutivo como la Oposición en general. Por eso quiero dejar establecido, desde el comienzo mismo de mi intervención, que al referirme al tema tan debatido de la forma contradictoria como el Gobierno de la Unidad Popular encara sus responsabilidades de Poder del Estado frente a sus tan reiteradas declaraciones de respeto a la democracia, lo hago frente a dos hechos muy determinados acaecidos en la provincia de Atacama, cuya representación invisto en esta alta Corporación.
En efecto, tengo en mi poder dos comunicaciones provenientes de dos ciudades de esa provincia, cada una de las cuales da a conocer una especial forma de atropello flagrante a los principios, al espíritu y a las prácticas democráticas, y de las cuales, en ambos casos, son responsables, personal y directamente, dos autoridades que son representantes directas fiada menos que del propio señor Presidente de la República.
La abierta contradicción entre lo que se dice y lo que se hace.
Vuelvo a repetirlo: creo que la opinión nacional informada, a pesar de todos los esfuerzos gastados por perturbarla, tiene un juicio claro respecto de la permanente y rotunda contradicción entre lo que dice y lo que hace el actual Ejecutivo y, particularmente, entre lo que dicen y hacen las autoridades, los personeros y los dirigentes de los partidos que forman la actual combinación de Gobierno.
Pero esta afirmación que hago, después de todo, es posible que sólo sirva para re presentar una apreciación subjetiva que traducida en palabras, bien podría ser estimada por nuestros adversarios de la Unidad Popular solamente como eso: palabras que no son más que aire que se disuelve en el aire. Y ellos, nuestros permanentes contradictores, podrían pretender quizás, contradecirnos, una vez más, lanzando a su vez palabras, sólo palabras, para convencer que respetan la democracia y sus valores, que respetan la ley y que respetan los derechos de las personas y de sus organizaciones libres.
Por eso, no quiero hacer aquí afirmaciones ni juicios subjetivos respecto del actual Gobierno y dé sus personeros. Deseo sólo referirme a lo que denuncia con indignación, en forma responsable y circunstancialmente, el Consejo Comunal del Partido Demócrata Cristiano de Chañaral, con relación a actuaciones del señor Gobernador de ese departamento, don Joaquín Blanco, conforme a la enérgica comunicación que me han hecho llegar mis camaradas Emilio Kobayashi Ferrada, Rafael Palma Zúñiga, Manuel Cubillos López, David Sequeira Martínez, José Luis Castillo Burgos, Manuel Vargas Bugueño y Julio Palma Vergara, integrantes todos de esa directiva política. Con el mérito de esos antecedentes que me dan a conocer y que con toda razón catalogan como abuso de autoridad y abierta violación a la ley 16.880, me solicitan, al igual que a toda la representación parlamentaria de Oposición de esa provincia, que se acuse y se destituya al señor Gobernador de Chañaral.
Pero tengo a la mano también una copia de la comunicación dirigida al Presidente Nacional de la Democracia Cristiana, en nombre del Consejo Comunal de Copiapó de mi partido y firmada por mis camaradas Carlos Bravo y Norma López, presidente y secretaria de aquella directiva, por medio de la cual ese organismo solicita al Consejo Nacional de la Democracia Cristiana que se acuse constitucionalmente también al señor Intendente ¿e Atacama don Roberto Turres, autoridad que aparece directamente responsable de todos los atropellos y vejámenes de que fueran víctimas miles de personas cuando, haciendo uso de los derechos que les franquea la Constitución y la ley, pretendieron protestar en contra de la dura e insostenible situación que está viviendo el norte chileno, como consecuencia de las torpezas, desaciertos, abusos, arbitrariedades e ilegalidades del actual régimen. Se trata, en este segundo caso, de sucesos verdaderamente indignantes, reñidos con el mínimo respeto -no digamos a la democracia, a la Constitución o a las leyes- a las prácticas más elementales de una sana convivencia social, política y humana propias de un país civilizado. Son hechos concretos, abonados con toda clase de antecedentes, publicaciones, etcétera; pero, sobre todo, con el testimonio público de toda una ciudad que presenció abismada cómo se hacía patente la hipocresía de una autoridad que a diario proclama su respeto a la institucionalidad en nuestro país, mientras arrasa impúdicamente con los derechos y libertades de todos aquellos que se resisten a sus cesáreos designios.
En ambos casos, vuelvo a insistir, se trata de hechos muy determinados; en arribos casos se pone en evidencia la distancia sideral que media entre las palabras y la conducta que observan el Gobierno y sus autoridades; en ambos casos, también el problema se refiere a actuaciones de autoridades que tienen la representación directa del propio Presidente de la República, y en ambos casos, por último, ellas revisten tal gravedad e importan tal desprecio por el orden legal, por la palabra empeñada y por los derechos de los ciudadanos, que nuestros dirigentes, en forma seria, responsable, honesta y digna, no han podido menos que concluir en la necesidad de enfrentar drásticamente tan lamentables actuaciones' de la autoridad, pidiendo que se las acuse constitucionalmente y se las destituya de sus altos cargos.
Una circunstancia digna de reflexión.
Creo que he de añadir a lo expresado que las autoridades involucradas en los casos que denuncio -las dos- son personas cuyas ideas democráticas jamás estuvieron en duda frente al juicio de los miles de personas que las conocimos. El caso afecta para ser más claro, a dos hombres que militan desde hace años en el viejo tronco radical; que siempre hicieron profesión de su fe en la democracia y en el régimen de derecho, y que jamás, que yo sepa, insinuaron la idea de que Chile debiera ser entregado alguna vez a cualquiera forma de dictadura. Incluso estas personas, a las que conozco muy bien, particularmente en el caso del señor Intendente de Atacama, don Roberto Turres -maestro primario y dirigente de su gremio por años-, en consonancia con la vieja tradición libertaria del radicalismo chileno, dieron muchas veces testimonio de su fe en la democracia, luchando y sacrificándose cívicamente por ella, cada vez que la creyeron amagada.
Si se tiene en consideración esta circunstancia que dejo expresada, ¿cómo explicarse, en ambos casos, que de la noche a la mañana y precisamente cuando se trata de la autoridad máxima en sus territorios jurisdiccionales respectivos, caigan en tales renuncios y contradicciones, en actuaciones tan aberrantes, censurables e indignas? ¿Qué hay, señor Presidente, en lo profundo de las ideas que genera y orienta la acción de este Gobierno, que es capaz de dar tal uniformidad a sus procedimientos, en los que invariablemente se dice y repite que se respete la democracia, mientras se la atropella y se la mutila en los hechos? ¿Hasta qué punto es connatural al régimen que nos gobierna esta característica que ni siquiera los hombres que no pertenecen a la línea marxista -cuyo dogmatismo absurdo ya sabemos que es capaz de las más increíbles aberraciones en nombre de aquella doctrina- son capaces de sustraerse a cometer actos antidemocráticos?
Sincera y seriamente, creo que éste es un hecho digno de reflexión. Particularmente para aquellos chilenos que por razones diversas creen que es posible continuar ayudando, o para otros que hemos abrigado una esperanza rectificadora de parte de aquellos que hoy dicen y repiten que respetan la democracia, pero cuya aspiración no oculta es una dictadura bajo el pretexto de liberar al proletariado de la explotación capitalista. ¿Cuál será su lugar -el lugar de esos demócratas que ayudan a abrir el camino a esta forma de socialismo cuyos modelos son siempre los países de regímenes totalitarios- el día, que yo espero no habrá de llegar jamás, en que, hecho el camino, gracias a la colaboración de estos desaprensivos compañeros .de ruta, los inviten a entrar en la nueva vía de la dictadura y del totalitarismo declarado?
El caso del Gobernador de Chañaral.
Pero, volviendo al caso concreto del Gobernador de Chañaral, ¿en qué consiste el problema?
La directiva de Chañaral dice:
En un principio el Gobernador Joaquín Blanco trató de imponer, amparado en su autoridad, la tarjeta de racionamiento para la mayor parte de los artículos de primera necesidad, mediante el control de las JAP. Su intento -continúan los denunciantes- fue rechazado por la comunidad.... En seguida, agregan: El Gobernador Departamental aducía en su pretensión, que ésta obedecía a la petición de las Juntas de Vecinos de la comuna en tal sentido. Operaban en ese entonces, aunque sólo de forma esporádica, tres Juntas constituidas provisoria- mente y controladas por la U. P. Median te la movilización de diversas organizaciones, la intentona fue desbaratada y no hubo tarjeta.
En fecha reciente, sin embargo, la gobernación volvió a la carga, tratando de llevar adelante por todos los medios la tarjeta de racionamiento, pretextando esta vez que era la única forma de poder racionalizar la entrega de alimentos. No insistió en el medio de las JAP, esta vez asando ahora para tal fin a los centros de madres, que en su mayoría controla la U. P., pero cuyas directivas deben ser renovadas en fechas de los meses próximos.
Más adelante, los denunciantes expresan: En el intertanto de los dos empeños oficialistas, las Juntas de Vecinos comenzaron a constituirse, esta vez de acuerdo a la Ley y con duro revés para la Unidad Popular. La comuna en cuestión se divide en 10 juntas: ocho Chañaral, una El Salado y una Barquito. Tres eligieron sus directivas en las semanas recientes correspondiendo, para desesperación de la Gobernación, en las tres que reúnen a los sectores< más numerosos y populares de Chañaral, los siguientes resultados: La Junta 6,-de Ampliación Sur, cuatro de Oposición y dos de la U. P.; la Junta 7, de Ampliación Norte, 5 de Oposición y ninguno de la U. P.; la Junta 4, de las poblaciones CORVI, 5 de la Oposición y solamente uno de la U. P.
Y a mayor abundamiento añaden: Aparte de ello controla la oposición las Juntas 1 y 2 con amplia mayoría, y aunque deben renovarse en fecha próxima, serán controladas por los partidos democráticos sin mayores contrapesos.
Por si todo lo anterior no bastara, terminan de pintar el cuadro dramático para la U. P., señalando: Deben constituirse en los días próximos (junio y julio) además, las Juntas 5, de Bellavista, 9 de Barquito y 10 de El Salado, estimándose el triunfo amplio de los partidos democráticos encabezados por el nuestro.
Así planteadas las cosas en las bases populares y vecinales, las juntas de vecinos, al anunciarse la puesta en marcha de la tarjeta, se constituyeron ante la Gobernación, a fin de hacer presente la disposición mediante la cual la ley 16.880 faculta exclusivamente a estos organismos para los efectos de colaborar en las tareas de fiscalización y distribución de alimentos.
¿Qué sucedió en esa oportunidad y cuál fue la salomónica decisión de la autoridad ejecutiva? Denuncian los dirigentes: Esta vez el Gobernador se llegó a reconocer la facultad legal de las Juntas de Vecinos, insistiendo que de cualquier forma serían los Centros de Madres quienes cumplieran tal labor. Al hacérsele presente lo ilegal de su determinación de negarse a reconocer a las Juntas de Vecinos, mantuvo sin embargo su predicamento de que, según sus palabras, será aplicado bajo cualquier circunstancia.
En forma simple, y latamente narrada, éstos son los acontecimientos tal como nos los han hecho llegar nuestros dirigentes.
De ellos se deduce:
1º-Que el señor Gobernador -presionó a la comunidad para que ésta, considerando la catastrófica situación de desabastecimiento en la zona, con su infaltable secuela de mercado negro, especulación, colas, desfiles de protesta, creciente desabastecimiento, hambre, indignación y desesperación, consecuencias todas derivadas de la desastrosa gestión del Gobierno, aceptara la tarjeta de racionamiento, que en un comienzo la comunidad rechazó, por razones que es fácil imaginar;
2º-Que en esta primera pretensión de implantar la tarjeta de racionamiento, el señor Gobernador quiso poner en marcha a las desprestigiadas y politizadas JAP, absolutamente ilegales y arbitrarias, lo que fue rechazado con indignación por la inmensa mayoría de los vecinos;
3º-El señor Gobernador, a continuación, apremiado sin duda por el creciente drama del desabastecimiento y su fatídica secuela, adujo, como medio de convencimiento, que eran las juntas de vecinos las que le estaban exigiendo esta forma de racionamiento;
4º-Debido a la situación planteada, la comunidad se movilizó para organizarse, conforme lo dispone la ley, en las correspondientes juntas de vecinos. Los resultados de las elecciones para constituir las distintas directivas fueron catastróficos para las pretensiones del Gobierno y de la Unidad Popular.
5º-En vista de lo anterior y de las perspectivas cada vez más adversas para el oficialismo en la renovación de las directivas, el señor Gobernador pretendió esta vez que fueran los centros de madres, controlados por la Unidad Popular, pero cuyas directivas en todo caso deberán renovarse, quienes se hicieran cargo de poner en marcha el sistema de la tarjeta de racionamiento.
6º-Frente a la respetuosa representación de las directivas de las juntas de vecinos, para reclamar sus derechos en toda posible forma de racionamiento de los alimentos, el señor Gobernador pretendió -y pretende- desconocer los derechos de estos organismos creados por la ley y organizados de acuerdo con sus disposiciones, agregando, como síntesis poco feliz de su pensamiento, que su determinación de desconocer los derechos legales de las juntas de vecinos y su criterio de traspasar estas facultades a los centros de madres serán aplicados bajo cualquier circunstancia.
Como si todo lo anterior fuera poco para mostrar su arbitraria y antidemocrática conducta, el señor Gobernador ha iniciado una campaña de amedrentamiento a la opinión pública, por todos los medios de expresión a su alcance, amenazando que quienes no acepten su sistema ilegal de racionamiento por intermedio de sus centros de madres y, en consecuencia, no posean tarjeta de racionamiento, serán condenados poco menos que a morirse de hambre, puesto que sólo recibirán alimentos -según él- si hay excedentes tras las compras de quienes acepten su método de control. De la misma manera y para barrer con toda posible resistencia de parte de los comerciantes, ha asegurado que sólo continuarán recibiendo cuotas de productos alimenticios aquellos que acepten someterse a su régimen.
Pero hay más, todavía, señor Presidente, y lo que terminan diciendo los reclamantes y acusadores del Gobernador, señor Blanco, me induce a mostrar de quién será la responsabilidad de lo que pueda suceder de persistir esta arbitraria, torpe y sectaria actitud. Ellos expresan: Todo ello constituye un atentado grave contra el pueblo que nos respalda en esta posición ... La situación torna a volverse crítica en Chañaral a cada momento, ante lo cual este Consejo y a fin de hacer efectiva nuestra posición a la brevedad, es que hemos determinado solicitar de ustedes se sirvan viajar a la brevedad posible a esta ciudad.
Estos son los hechos, señor Presidente. Desde ya, la responsabilidad debe asumirla el Gobierno que así actúa, sin que puedan sus hipócritas protestas de respeto a la democracia destruir la realidad irrefutable de los hechos que los acusan y condenan.
El caso de antidemocracia sucedido en Copiapó.
Los partidos políticos de Oposición, las organizaciones sindicales libres, juntas vecinales y organizaciones de la comunidad de la capital de Atacama, acordaron llamar a una manifestación pública con el propósito de dar a conocer allí su pensamiento frente a los graves momentos que vive el país: el desabastecimiento alimentario, la violación de la Zona Libre Alimenticia para la provincia de Atacama el respaldo a la justa huelga legal de los mineros de El Teniente, etcétera.
Los dirigentes políticos de los partidos opositores, conocedores de sus derechos y de la forma en que debía procederse en un caso como el que enfrentaban, realizaron oportunamente, conforme a las leyes vigentes, todos los trámites ante las autoridades respectivas.
La fecha señalada para efectuar esta manifestación pública autorizada: el viernes 15 de junio; y el lugar señalado para ella: el Estadio Techado Municipal.
Pues bien, llegado ese día, ¿qué sucedió? Me remito a la denuncia de los dirigentes políticos, quienes expresan: ...desde tempranas horas los dirigentes marxistas amparados por el Intendente de Atacama Roberto Raúl Turres, y desde la radioemisora local Atacama, que está en poder de un grupo socialista miristas, empezó una campaña de amedrentamiento y provocación, ordenando la paralización de actividades en los centros laborales donde los marxistas tienen predominio, tales como sindicato de la construcción, pirquineros de Tierra Amarilla, etcétera.
¿Cuál fue el resultado de esta democrática actitud de la autoridad y de los partidos que dicen respetar la democracia en nuestro país? Lo dan a conocer los denunciantes con las siguientes palabras: A pocas horas de iniciarse el acto fue tomado el Estadio Techado Municipal, lugar donde se iba a realizar el Acto Público. En esta toma participaron el alcalde y obreros municipales ocupando vehículos de la institución. Al trasladarnos a la Plaza de Armas, -continúan diciendo- recinto que habíamos señalado como lugar alternativo frente a las dificultades que pudieran surgir para el primero de ellos, tampoco pudimos ocuparlo, pues elementos de la U. P. habían tomado el kiosco y sus inmediaciones.
¿Puede darse una actitud más despreciable, prepotente y provocadora de quienes se dicen respetuosos de la democracia y de la ley, particularmente de las autoridades encargadas de ser custodias del orden y defensoras de los derechos de las personas? Estos son, señor Presidente, los mismos que vociferan contra la guerra civil y que acusan a la Oposición de fascista y violentista.
Ante esta situación -continúan los denunciantes- los dirigentes de los partidos de Oposición nos entrevistamos con el Prefecto de Carabineros, para exigirle se diera cumplimiento al compromiso que en la mañana del mismo día el Intendente ante la presencia de todos los dirigentes y jefes de Carabineros e Investigaciones se comprometiera a hacer respetar. Sin embargo, al ser requerido, se negó a ordenar el desalojo de la plaza en circunstancia que había fuerza policial más que suficiente para hacerlo.
¿Cómo entender a estos permanentes denunciadores de la violencia opositora, de la pretendida provocación fascista y constantes predicadores de la paz, a los provocadores profesionales encabezados por sus jefes y amparados por la autoridad, que impiden la acción cívica, pacífica y legal de las fuerzas opositoras? ¿Quiénes son verdaderamente los fascistas, los violentistas, los aventureros totalitarios, prepotentes y sembradores del terror?
No estábamos preparados para un enfrentamiento, dicen los jefes políticos de la Oposición democrática. Los elementos marxistas que salieron a la calle iban provistos, en cambio, de cascos, cadenas e incluso armas de fuego.. Tuvimos que realizar nuestro acto no en los lugares autorizados, sino que en medio de una calle y rodeados de fuerte vigilancia policial. Como era de preverlo, al momento de dar término a dicho acto, en el cual sólo intervinieron dirigentes locales, fuimos objeto de agresiones.
En otra parte de su dramática acusación, dicen estos dirigentes políticos democráticos : Además queremos insistir en que a través de Radio Atacama la Unidad Popular está llamando continuamente a la sedición, lanzando a los trabajadores a las calles e incitándolos para que ataquen las residencias de los dirigentes de Oposición.
O la vía de la cordura o la siembra del odio.
No me corresponde pronunciarme respecto del curso de estas dos acusaciones. La segunda está dirigida, por intermedio del Presidente Nacional de nuestro partido, al Consejo de nuestra colectividad, el cual tendrá que resolver sobre el procedimiento que considere atingente al caso. En cuanto a la petición que la Directiva de Chañaral me ha hecho llegar, he cumplido el deber de ponerla también en manos de la Directiva Nacional del Partido, único organismo con atribuciones para pronunciarse acerca de ella.
Sin embargo, he querido dejar constancia en esta Sala de dos actuaciones repudiables de dos autoridades ejecutivas que en mi provincia se han prestado para servir de dóciles instrumentos a las huestes del totalitarismo rojo. No quiero que nadie venga mañana a rasgar vestiduras porque en Chile hay violencia, cuando el pueblo, arrinconado, atropellado, vejado y burlado en sus derechos, se defienda con los medios que ponen en sus manos la desesperación y la impotencia. Que nadie se mueva a engaño. Sabemos que los chilenos -como se dijo hace muchos años- tienen sueño de marmota, pero un despertar de león. Nosotros seguiremos buscando, a pesar de todo, patrióticamente, un camino democrático para los cambios que Chile necesita, en armonía con su tradición, con su talento cívico, con su buen sentido político. Dios ha de permitir que logremos imponer este camino por la vía de la cordura, dentro del respeto a la ley y a los derechos de las personas. Si la hipocresía de los que fingen estar contra la guerra civil y practican la violencia; si su sectarismo, su fanatismo y su beatería marxista los lanzan, contumaces, por la vía de la provocación, no quiero pensar lo que puede llegar a sucederles, porque la historia es pródiga en ejemplos que demuestran que quienes alguna vez se atrevieron a sembrar vientos fueron implacablemente aventados por horrorosas tempestades.
"