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Se dará lectura a dos indicaciones que han llegado a la Mesa.
El señor FIGUEROA (Secretario).-
Tres señores Senadores han formulado indicación para publicar in extenso la versión del debate de esta sesión.
Se aprueba.
El señor FIGUEROA (Secretario).-
Los Comités Demócrata Cristiano, Nacional y de Izquierda Radical formulan indicación para transcribir a los Comandantes en Jefe de las tres ramas de las Fuerzas Armadas la versión de este debate.
La señora CARRERA.-
Que se explique el motivo.
El señor SILVA ULLOA.-
Me parece inconveniente.
El señor VON MUHLENBROCK.-
¿Cuál es la razón para oponerse?
El señor FREI (Presidente).-
En votación.
(Durante la votación).
El señor JEREZ.-
Me parece bastante extraña esta indicación, pues toda persona con cierta cultura, dada la situación por que atraviesa el país, debe estar interesada en informarse de lo que ha ocurrido esta mañana en el Senado. Sin ofender a nadie, opinando como Senador y no como parlamentario de Gobierno, debo expresar que, a mi juicio, esta proposición constituye una especie de capitis deminutio o un intento de hacer calificación de méritos ante quienes saben perfectamente cuál es su deber como patriotas y como militares. Acordar el envío de la versión a los Comandantes en Jefe constituiría un acto de poca dignidad de parte del Congreso, pues no es necesario remitir oficios a las Fuerzas Armadas para que ellas conozcan su deber, pues sin necesidad de consejos ni de sugerencias saben perfectamente cuál es el papel que han cumplido y que deben cumplir de acuerdo con su tradición y sus funciones profesionales.
El señor PRADO.-
Sólo deseo anunciar que me abstendré, pues me parece improcedente la indicación. No veo su utilidad, particularmente si en este debate han expresado su pensamiento parlamentarios de Gobierno y de Oposición. No comprendo, entonces, para qué se hace una solicitud de esta naturaleza. Sólo por esta razón me abstengo.
El señor CARMONA.-
Votaré favorablemente, no obstante las razones que aquí se han dado para no comunicar el texto de este debate a los Comandantes en Jefe de las Tuerzas Armadas. Lo hago porque me parece evidente, después de haber escuchado al señor Ministro del Interior en esta oportunidad, la necesidad de darles a conocer lo que aquí se ha dicho.
El señor Ministro ha manifestado que la ley de Control de Armas es asunto que compete casi exclusivamente a las Fuerzas Armada. Esta sería razón más que suficiente para justificar el envío de la comunicación solicitada, teniendo en vista la tesis de Su Señoría. Pero lo cierto es que no sólo a aquellos institutos incumbe este asunto, sino principalmente a los Ministros del Interior y de Defensa Nacional, a quienes no hemos escuchado información alguna en este recinto sobre la aplicación de la ley en referencia.
El señor Ministro del Interior nos dio una versión respecto de los hechos protagonizados por una camioneta cargada con armas, que realmente nos hace dudar sobre su intención como personero y representante del Gobierno en cuanto a la aplicación de la ley de Control de Armas.
El señor BRIONES (Ministro suplente del Interior).-
El señor Senador no tiene derecho a dudar de mis intenciones.
El señor CARMONA.-
Lo dudo, señor Ministro, y lo digo claramente. Y lo dudo por una razón muy sencilla: porque usted no ha querido asumir las obligaciones que le corresponden como Ministro del Interior establecidas en la ley de Control de Armas.
Los primeros obligados a requerir a los juzgados y fiscalías militares son los Ministros del Interior y de Defensa Nacional. Sin embargo, usted nos ha dicho que a raíz de los sucesos protagonizados por esa camioneta fiscal, sólo se ha ordenado un sumario administrativo y no ha querido requerir, como corresponde, la intervención de la autoridad militar señalada en dicha ley, lo que daría gran fuerza al Gobierno.
El señor BRIONES (Ministro suplente del Interior).-
Yo he dicho otra cosa.
El señor CARMONA.-
Pido que se respete mi derecho, señor Presidente.
El señor FREI (Presidente).-
Señores Senadores, estamos en votación.
El señor CARMONA.-
Por otra parte, quiero hacer presente una vez más que, según la doctrina sobre la materia, las Fuerzas Armadas responden de la seguridad nacional ante el país y no ante un Gobierno determinado. Cuando en esta Sala se plantean problemas relacionados con el armamentismo y se señalan hechos reales y concretos, no cabe duda alguna del absoluto derecho que tiene la Corporación a imponer de estos antecedentes a las Fuerzas Armadas, pues la responsabilidad de ellas es para con toda la nación y no ante un Gobierno determinado.
Por esos motivos, voto favorablemente.
El señor PAPIC.-
También votaré a favor de la indicación, por las razones que señalaré.
El señor Ministro del Interior nada ha dicho de si el Gobierno iniciará alguna acción legal contra los grupos armados, respecto de si promulgará la reforma constitucional de las tres áreas, ni en cuanto a si devolverá las industrias usurpadas. Pero el señor Ministro ha dicho que hay que hablar claro, y yo lo voy a hacer.
Manifestó Su Señoría que el Gobierno defendería sus principios programáticos y que no transigiría al respecto. Pues bien, yo le pregunto: ¿acaso en los principios programáticos de la Unidad Popular se incluye el contrabando de armas? ¿Quién podría negar en Chile qué el Gobierno ha contrabandeado armas? ¿Armas para qué y para quiénes? ¿Acaso en estos principios programáticos se establece la usurpación de industrias y la formación de grupos armados?
Lo que sucede, y lo digo porque hay que hablar claro, es que este Gobierno está totalmente fracasado, y el marxismo no quiere reconocerlo. Al marxismo no le conviene que América Latina y el mundo lo sepan. Por eso, antes que reconocer su fracaso, como Gobierno, prefiere desatar la guerra civil. De ahí que estén armados y que sean ellos quienes desean desencadenarla.
Hablando con absoluta claridad, digo que soy partidario de que las Fuerzas Armadas, que son las llamadas a velar por el cumplimiento de las leyes, la Constitución y el orden institucional en Chile, tomen conocimiento de lo que piensa el Senado de la República.
El Senador señor Corvalán, Secretario General del Partido Comunista, se permitió amenazar a los parlamentarios de Oposición el domingo en el teatro Caupolicán. Lo mismo han hecho parlamentarios del Partido Socialista y dirigentes de grupos armados extremistas. Hago presente, que ni el señor Corvalán, ni el Partido Comunista, ni el Partido Socialista ni los demás grupos armados me preocupan. No les tengo temor alguno. Si se trata de ir a la guerra civil que ellos propician, creo que tendrán la respuesta del pueblo de Chile.
El señor FREI (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Lorca.
El señor LORCA.-
He escuchado las razones que han dado algunos Honorables colegas para no enviar a las Fuerzas Armadas el texto de los discursos pronunciados en esta sesión. Yo comparto ese criterio. Está presente el Ministro de Defensa Nacional, representante en el hecho de las Fuerzas Armadas, y creo que él lealmente, como siempre ha actuado, les llevará la información completa. Por lo demás, se acaba de acordar la publicación in extenso del debate. Sería, entonces, exagerarla nota enviarles una comunicación con los discursos.
Además, soy contrario a la indicación porque me parece que no debemos caer en la actitud en que en otras ocasiones ha incurrido el Partido Socialista, representado por su líder revolucionario, el señor Altamirano, ausente siempre del Senado, quien se permite señalar al país lo que éste, los trabajadores y el Parlamento deben hacer. Ha enviado un mensaje, hasta ahora no desmentido por los Ministros de Estado, en el cual invita a las Fuerzas Armadas a deliberar, pues no otra cosa significa pedirles incorporarse a esta revolución totalitaria marxista y a que ayuden a dirigir el país.
Como no quiero que exista ninguna posibilidad de que alguien piense que estamos llamando a aquellos institutos a incorporarse en la lucha para destruir el marximo, voto en contra de la indicación, pues creo innecesario enviar estos discursos, que ya escucharon los señores Ministros y que se publicarán en la prensa.
Por estas razones, me abstengo.
El señor PABLO.-
Autorizado por el Comité Socialista, pues estoy pareado, voto que no.
El señor DIEZ.-
Por las razones expuestas por el Honorable señor Carmona, voto que sí.
El señor GARCIA.-
Votaré afirmativamente la indicación, pues me parece necesario que no sólo las Fuerzas Armadas sino que todo el país, conozcan el planteamiento del MIR, publicado en el diario Las Noticias de Ultima Hora, perteneciente a varios Ministros de Estado aun cuando ellos dicen no participar en su dirección. Supongo que esto es efectivo pero lo cierto es que el diario les pertenece, según consta en la escritura social.
La declaración dice como sigue:
Nada sería hoy más peligroso y suicida, que abandonar las posiciones tomadas y abrir tregua. Eso significaría, se quiera o no se quiera, se diga o no se diga, desmoralizar, desorganizar y dividir a la clase obrera y el pueblo, hacerla retroceder y desde allí implacablemente las clases patronales le caerían encima con toda su fuerza sanguinaria.
Hoy como nunca la clase obrera y el pueblo han evidenciado que hay fuerzas demás para continuar la contraofensiva. Más aún, no hacerlo en estas condiciones y con la perspectiva abierta, es suicida. Sembrar ilusiones en la oposición democrática o en el freísmo, es hoy desarmar al pueblo y fortalecer el campo enemigo. Hoy es más claro incluso que en octubre, el carácter del enfrentamiento social y político: entre trabajadores y patrones. Extendamos la contraofensiva revolucionaria y popular. Impulsemos un paro nacional de nuevo tipo.
Por todo ello la tarea de los revolucionarios y de los trabajadores es desarrollar y extender la contraofensiva popular y revolucionaria en desarrollo.
La señora CARRERA.-
Estoy recién llegada al país, pero sé lo que pasa porque las noticias de Chile se leen en todos los diarios del mundo.
Aquí se ha hablado mucho de armamentismo, y lo cierto es que en el extranjero hay plena conciencia de que quien está armada es la Derecha, en contra del Gobierno de la Unidad Popular.
Hace poco se publicó en todos los diarios del mundo la noticia de un golpe militar dirigido por un señor Souper. Entiendo que este señor no es marxista y que la gente que estaba con él, íntima de los Senadores nacionales, de las bancas de enfrente, se asiló en algunas embajadas. Y entiendo también otra cosa: que el diario Tribuna, que pertenece al Partido Nacional, como en numerosas ocasiones lo han reconocido personeros muy relevantes de esa colectividad, en el día de ayer publicó una interesante crónica, que tuve oportunidad de leer, en la que reclama y se duele porque militares leales dispararon y aplastaron el golpe sedicioso. Eso llama la atención a cualquier persona que observe lo que pasa en Chile.
Pero antes de emitir mi voto deseo enfatizar en el desagrado profundo que siento porque el Senado aparezca como dando explicaciones y tratando de halagar a las Fuerzas Armadas. Me parece que ello no corresponde al estilo que ha caracterizado a esta Corporación; pero no me extrañaría que ahora empezara a usarse. En todo caso, personalmente digo que me desagrada, y por eso votaré en contra.
Deseo plantear algo más. Si analizamos esta sesión del Senado, comprobaremos que, al igual que muchas otras, sirve para aclarar la situación política y la táctica que se está adoptando en determinado momento.
Sabemos perfectamente que la estrategia de nuestros enemigos es derrocar al Gobierno, para lo cual se usan diferentes tácticas, y en este momento se está utilizando una que es interesante destacar: consiste, so pretexto de la aplicación de la ley de Control de Armas, en colocar al Ejército en contra del pueblo. Es así como se ha llevado a las Fuerzas Armadas a registrar cementerios y a abrir sepulturas para buscar armas que no se encuentran; igualmente, nada han hallado en las empresas estatales en donde han efectuado pesquisas.
En verdad, se las ha puesto en ridículo, aparte que es perfectamente, comprensible que en este tipo de acciones las Fuerzas Armadas incurran en algunos actos que pueden poner al pueblo en contra del Ejército. Y ésa es la táctica que en este momento está desarrollando la Derecha. Nosotros no caeremos en ella.
Podríamos formular denuncias a fin de mantener al Ejército permanentemente ocupado en esa tarea menguada, pero somos responsables y no lo haremos.
Desde mi punto de vista, encuentro absurdo enviar una comunicación a las Fuerzas Armadas respecto de lo que aquí se discutió. También podríamos hacerlo permanentemente, pero depende del estilo que se quiera emplear.
Por las razones expuestas, voto en contra de la indicación.
El señor SILVA ULLOA.-
A mi juicio, es de extraordinaria gravedad la proposición que en estos instantes vota el Senado; inclusive creo que no debió haberse puesto en votación, porque contradice un precepto muy claro lie la Constitución, el artículo 22, que dice lo siguiente: Las fuerza pública está constituida única y exclusivamente por las Fuerzas Armadas y el Cuerpo de Carabineros, instituciones esencialmente profesionales, jerarquizadas, disciplinadas, obedientes y no deliberantes.
Creo que en él mismo momento en que el Senado acuerde enviarles oficialmente el texto completo del desarrollo de esta sesión, está invitando a las Fuerzas Armadas a deliberar, porque no tiene otro propósito, y con ello, naturalmente, se está faltando a la Constitución.
Pienso que la indicación es producto de la guerrilla permanente que se esté librando en el campo político.
Durante el transcurso de esta sesión, estuve optimista por momentos, como por ejemplo, cuando escuchaba al señor Ministro del Interior enfatizar sobre los problemas que deben preocupar a Chile, que es indispensable abordarlos con rapidez y serenidad; cuando lo oí decir que es una guerra que nos compromete a todos y que, naturalmente, todos debemos hacer esfuerzos por alcanzar el bienestar que el país necesita y que las mayorías nacionales reclaman. Sin embargo, a juicio del Senador que habla, la culminación de este debate con la indicación que ahora votamos no puede ser más desdichada, porque estamos renunciando conscientemente no voy a hacer la ofensa a ninguno de mis colegas de decir que no medita sobre lo que vota a ciertas prerrogativas e incitando a las Fuerzas Armadas a deliberar, a preocuparse de los problemas contingentes, cuya definición es propia de quienes actuamos en el campo político.
Por eso voto en contra.
El señor MUSALEM.-
Señor Presidente, no pensaba hablar, pero las palabras del Honorable señor Silva Ulloa me llevan a expresar que él está dando una interpretación errada al texto constitucional al analizar la indicación que se está votando.
El hecho de que el Congreso transcriba su pensamiento respecto de la aplicación de la ley de Control de Armas, que, según ha dicho el propio Ministro del Interior, corresponde aplicar principalmente a las, Fuerzas Armadas, no significa que el Senado esté invitando a esos institutos a deliberar.
Además, me parece que la publicación en E1 Mercurio no es una forma de plantear la inquietud del Parlamento a cualquier autoridad. Todos los días estamos enviando oficios a distintas autoridades, no sólo para pedir informes, sino para hacerles notar irregularidades que se están cometiendo en sus servicios, a fin de que adopten las medidas pertinentes.
En esta oportunidad se trata de una materia relacionada con la ley de Control de Armas, cuyo cumplimiento corresponde hacer efectivo a las Fuerzas Armadas de Chile. Aún más, no estamos, sino destacando a la luz del día, derecha y claramente, la inquietud del Congreso por el diario incumplimiento de la ley mencionada y por las trasgresiones a sus normas.
Por las razones expuestas, voto que sí.
El señor MORENO.-
Tampoco era mi propósito fundar el voto, porque creo que el objeto de esta sesión se estableció claramente en las intervenciones de quienes hicieron uso de la palabra.
La posición del Partido Demócrata Cristiano fue fijada en forma precisa por el Presidente de nuestra colectividad, Senador Aylwin. Su opinión es compartida por todos los Senadores demócratacristianos, ya que sus palabras nos interpretan tanto en el fondo como en la forma.
Por ello, no podemos menos que rechazar categórica y definitivamente la imputación calumniosa y absurda que algunos señores Senadores pertenecientes a los partidos de Gobierno han pretendido levantar al sostener que el Senado estaría invitando a deliberar a las Fuerzas Armadas al proponerse el envío del texto de esta sesión a los respectivos Comandantes en Jefe.
Para nadie es un secreto que nuestras Fuerzas Armadas son garantes del sistema constitucional chileno, y ha sido el propio Gobierno de la Unidad Popular quien, en forma pública y notoria, las ha invitado a participar en las gestiones del Ejecutivo, hecho que sucedió, por ejemplo, cuando se las llamó a contribuir en el mes de octubre del año pasado a restablecer la normalidad y a dar garantías suficientes para que funcionara el proceso electoral que renovó el Congreso Nacional.
En consecuencia, pensar que constituye deliberación el hecho de que nuestras Fuerzas Armadas conozcan la opinión de los sectores del Senado, que representan los distintos partidos políticos, sobre la situación que vive nuestro país, o es suponerles una ignorancia muy grande, o presumir que los Senadores presentes somos unos estúpidos.
Lo real es que en la Sala se ha debatido, entre otros problemas vitales que aquejan a nuestro país, la aplicación de la ley Nº 17.798, sobre Control de Armas, cuya responsabilidad recae expresamente en las Fuerzas Armadas.
Por esa razón, apoyándome en estos argumentos, voto por que el debate habido en esta sesión se envíe a los representantes de nuestros tres institutos armados.
Rechazo las intervenciones que han tenido parlamentarios de la Unidad Popular, quienes han pretendido imputar a los Senadores que votan a favor de la indicación propósitos distintos de los que animan a nuestro partido, que fueron precisados con absoluta nitidez por el Presidente de nuestra colectividad.
El señor AGUIRRE DOOLAN.-
Señor Presidente, recuerdo que cuando presidía la Comisión de Defensa Nacional el ex Senador Raúl Ampuero, cuyo partido tiene un solo representante en el Senado, mi distinguido colega el Honorable señor Silva Ulloa, hubo un planteamiento semejante en esta materia.
En aquel tiempo ocupaba la Cartera de Defensa Nacional el actual Senador Carmona, y el que habla apoyó la indicación del Senador Ampuero sobre el particular, lo cual a posteriori me trajo muy malos ratos dentro de mi colectividad, porque no todos concordaban con esa idea.
Por lo tanto, consecuente con ésta actitud de hace ocho años, ahora voto que sí.
El señor VON MUHLENBROCK.-
Señor Presidente, los conceptos del Honorable señor Silva Ulloa me obligan a fundar él voto.
El largo proceso político de Chile, el drama de la democracia chilena se acerca a su fin. Todos los chilenos estamos conscientes de este proceso trágico.
No hace un mes, el Honorable señor Altamirano, Secretario General del Partido Socialista, invitaba a las Fuerzas Armadas a incorporarse al proceso revolucionario que condujo a la implantación en nuestro país del marxismo leninismo.
No hace 15 días, el señor Presidente de la República, en uso de sus atribuciones constitucionales, convocaba a los institutos armados a integrar su Gobierno.
En consecuencia, ¿qué de extraño o de disímil puede haber en que el Senado de la República transcriba a los jefes de las Fuerzas Armadas el debate de esta sesión? Al contrario, creo que estamos cumpliendo una actitud histórica y asumiendo responsabilidades, y para ello hay un antecedente extraordinario.
Se encuentra, creo que por mandato del destino, un hombre de derecho, con una trayectoria completa de servicios a la República, al frente del Ministerio del Interior. Posiblemente en estos tres últimos años es el único hombre de Gobierno con el cual se podría dialogar, y él ha expresado en esta Sala que está dispuesto a hacerlo.
Las Fuerzas Armadas de Chile deben tener conocimiento profundo de este debate. Deben saber, después de la exhortación del Senador Altamirano, que las invitaba a incorporarse al proceso revolucionario; después de la invitación oficial del Presidente de la República a compartir las tareas de Gobierno, lo que significa el diálogo sostenido aquí entre el Ministro del Interior, la Democracia Cristiana, el Partido Nacional, el PIR y otras colectividades, y los términos y condiciones tajantes que aquí se han emitido.
En consecuencia, los institutos armados tienen un motivo mayor de conocimiento y de profundización del proceso chileno.
De ahí que entienda que este acto de honestidad política del Ministro del Interior, su sinceridad, su pureza de pensamiento, debe tomarse como una ayuda al diálogo, y por eso creo que este debate debe ser transcrito en forma íntegra a los tres Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas, a fin de que su intención no sea desvirtuada.
Por lo tanto, voto que sí.
El señor OCHAGAVIA.-
Señor Presidente, al fundar mi voto, deseo comenzar señalando que, en su primera intervención, el señor Ministro del Interior manifestó que durante esta sesión se habían formulado planteamientos de orden político y no se había dado cumplimiento estricto al objetivo indicado en la citación.
No comparto ese juicio de Su Señoría, por considerar que los planteamientos de los jefes de los partidos de Oposición en el sentido de que la falta de aplicación oportuna de la ley de Control de Armas tiene al país en el quiebre absoluto de la institucionalidad, son atinentes a la materia motivo de la citación, porque se trata precisamente de una ley que el Congreso Nacional despachó para entregar a las Fuerzas Armadas la responsabilidad de fiscalizar la posesión de armas, con el objeto de impedir la existencia de grupos para-militares o de facciones que pudieran arrogarse las facultades que tienen nuestros institutos armados.
Si el Congreso Nacional ha hecho confianza en las Fuerzas Armadas y les ha entregado la atribución concreta del control de las armas, es su deber velar por el cumplimiento de la ley en referencia. A ello obedecen esta sesión y los planteamientos formulados, al término de los cuales se ha llegado a conclusiones muy claras. Se ha establecido, entre otras cosas, que son precisamente el Gobierno, los partidos que lo apoyan y los órganos de prensa, radio y televisión que le son adictos los que están promoviendo la creación de esas organizaciones paramilitares, con una sola finalidad: provocar en Chile el quiebre institucional.
Por eso, estimo indispensable que los institutos armados sepan que el Parlamento, mediante los planteamientos de las fuerzas mayoritarias en él representadas, reafirma en esta oportunidad la confianza que depositó en ellos y exige que actúen.
El Gobierno, por desgracia, no está animado del mismo propósito. Para demostrarlo, debo recordar las palabras que pronunció el Secretario General del Partido Comunista, SenadorLuis Corvalán, cuando se iniciaba la tramitación del proyecto sobre control de armas.
¿Qué nos decía el Honorable señor Corvalán al hablar de la entrega del control de armas a las Fuerzas Armadas? Lo siguiente: Eso significaría mezclar al Ejército en un asunto poco serio; mezclarlo en una función política o politiquera bastante baja. Yo creo que el Ejército no quiere esto tampoco, ni está dispuesto a ello. El Ejército se transformaría también en una fuerza policial, cosa que también creo que el Ejército rechaza.
La Senadora señora María Elena Carrera ha repetido esta mañana los conceptos del Partido Comunista.
Por mi parte, pregunto: ¿es admisible calificar de poco serio, de que sería rebajar a nuestras Fuerzas Armadas, el propósito de impedir la creación de grupos paralelos a ellas? Digamos las cosas con absoluta claridad: ¿hacia quién están dirigidas las acciones de los grupos para-militares cuya creación patrocinan los partidos de Gobierno? ¿Acaso en contra nuestra, de los partidos de Oposición? No. Simplemente, están dirigidas contra las tres ramas de las Fuerzas Armadas. Y, por eso, no sólo tienen que escuchar lo manifestado aquí, sino también pensar en ello y actuar en consecuencia.
Voto que sí.
El señor FREI (Presidente).-
Tiene la palabra, para fundar su voto, el Honorable señor Contreras.
El señor CONTRERAS.-
Señor Presidente, suscribo en todas sus partes la exposición del Honorable señor Silva Ulloa relacionada con la inconveniencia de transcribir a los Comandantes en Jefe de las tres ramas de las Fuerzas Armadas los discursos aquí pronunciados. En primer lugar, porque, salvo los de los señores Ministros de Defensa Nacional y del Interior, todos corresponden al pensamiento de los Senadores de Oposición. Los Senadores de Gobierno no hemos hablado. En consecuencia, dejamos en claro...
El señor HAMILTON.-
Eso es censura.
El señor CONTRERAS.-
No se trata de censurar. No lo hemos hecho nunca. Quien censura es, precisamente, la mayoría de este Senado. En esta oportunidad no se nos ha permitido usar de la palabra, y eso quiere decir censura.
En consecuencia digo, me parece manifiesto abuso transcribir la versión de una sesión donde se contienen sólo las intervenciones de un sector de los Senadores en ejercicio.
Por otra parte, muchas veces hemos escuchado decir que nuestras Fuerzas Armadas no son deliberantes. Sin embargo, los señores Senadores están realizando el máximo de esfuerzos para hacerlas deliberar, para que empiecen a existir dentro de sus filas grupos alineados: unos a favor de un bando y otros a favor de uno distinto.
También se habla mucho de la violencia. Pero nosotros jamás hemos hecho uso de ella: ni cuando éramos opositores, ni ahora que somos Gobierno. No sacamos a los niñitos escolares a las calles para que rompan vidrios y efectúen toda clase de destrozos en la vía y en los edificios públicos. Tampoco tuvimos participación en la asonada de hace una semana, mediante la cual se quiso destruir a tiro de cañón el Palacio Presidencial.
¡No se ría, Honorable señor Ochagavía, porque en su tienda política hay bastantes personas que han estado o están vinculadas a ese plan conspirativo, cuya finalidad era la de derrocar al Gobierno de la República!
El señor OCHAGAVIA.-
¡Eso es falso! Y me río al pensar que un tanque habría destruido todo lo que hubiera deseado. Sin embargo, no se disparó un solo cañonazo...
El señor CONTRERAS.-
¡Es la forma más descarada y manifiesta de negar los hechos!
Cuando asistió al Senado el Ministro de Defensa, señor Tohá, hicieron una chirigota de la sesión, por lo cual ese personero gubernativo debió retirarse de la Sala.
¡Para eso invitan a los Ministros de Estado: para hacer toda clase de críticas injustas y arbitrarias!
Por último, algunos Senadores dijeron que sólo en las mentes enfermizas de algunas personas estaba el peligro de un golpe de Estado. ¡Nada son lo sucedido hace algunos días y lo descubierto en estos instantes...!
Espero que la justicia militar ordene realizar las investigaciones pertinentes y que se someta a proceso a todas las personas implicadas en los últimos sucesos.
En esta sesión algunos Senadores han querido buscar las cinco patas al gato, evitando precisamente establecer quiénes tienen en sus manos gran cantidad de armamentos y dónde se hallan éstos. Y ¿para qué las tienen? Para repetir lo que ya hicieron en otra oportunidad, como fue el asesinato del General Schneider.
Voto que no.
El señor RODRIGUEZ.-
Señor Presidente, creemos que el debate no se agotó en esta sesión. Y los Senadores de la Unidad Popular pediremos una sesión especial para seguir analizando como expresaba denantes en profundidad los problemas de tipo político fundamentales que han tocado los Honorables colegas de la Oposición.
Estimo que esta sesión no cumplió los objetivos señalados en la citación. Pensábamos que los Senadores de Oposición iban a señalar casos concretos, definidos numerosísimos, según anticipaban en la prensa, acerca del descontrol de las armas. La verdad es que, aparte el caso de la camioneta de CORA que citaron algunos Honorables colegas, no ha habido por parte de la Oposición denuncias sobre situaciones específicas.
En segundo lugar, quiero hacer mía la posición del Honorable señor Silva Ulloa. Lamento que la Mesa no se haya anticipado a declarar la inconstitucionalidad de la indicación que formularon algunos Honorables colegas de la Oposición, porque ésta implica una franca y abierta invitación a las Fuerzas Armadas al diálogo y a la deliberación. Me parece que no es el camino más aconsejable en cuanto a las resoluciones del Senado, pues éste se minimiza y, sin duda, se somete en sus debates a la opinión de los institutos en referencia. Es un contrasentido, algo que atenta contra el Reglamento de la Corporación y contra la Carta Fundamental.
En tercer término, debo dejar expresa constancia de que tanto en la exposición del Honorable señor Aylwin como en la del Senador señor Bulnes se echó de menos un alcance siquiera lejano o remoto al levantamiento del día 29 de junio. No ha habido para Sus Señorías ningún hecho fundamental que haya trastocado las libertades democráticas a raíz del intento de asaltar el Poder realizado por un grupo minoritario que pretendía derrocar al Gobierno legítimamente constituido.
El señor AYLWIN.-
El señor Senador estaba distraído.
El señor RODRIGUEZ.-
Ha sido un silencio culpable el no hacer referencia alguna sobre el particular.
El señor AYLWIN.-
Repito que Su Señoría estaba distraído.
El señor RODRIGUEZ.-
Si el señor Senador se refirió a ese hecho, lo hizo de modo tan tangencial, que no le dio importancia alguna.
En cuarto lugar como se recordaba en una brevísima interrupción, deploro que el Honorable señor Aylwin, en su calidad de Presidente del partido más importante de la Oposición, no haya analizado lo medular, lo sustantivo del grupo Patria y Libertad. Su Señoría no dedicó ni siquiera un par de líneas para analizar lo que es Patria y Libertad, su contenido fascista, totalitario; su declaratoria de guerra para atrapar el Poder en cualquier circunstancia, y que incluso envía mensajeros al exterior para conspirar contra Chile, como ocurre con el señor Marshall en Bolivia.
El Presidente de la Democracia Cristiana ha silenciado todo eso. Y ello es grave. Porque cuando se habla de libertad, de democracia, de la defensa a plenitud de los derechos humanos y políticos en Chile, es bueno recordarse de todo: de los vicios que se observan en la Izquierda, también de los defectos que se aprecian en los sectores de la Derecha.
Por estimar que constituye grave error lo que está acordando la mayoría del Senado, rechazo la indicación que presentó la Oposición.
El señor TEITELBOIM.-
Señor Presidente, también adhiero a lo que manifestó aquí el Honorable señor Silva Ulloa. A mi juicio, la indicación es un error desde el punto de vista constitucional, y la Mesa debió declararla inadmisible por contravenir una norma expresa de la Carta Fundamental.
Considero muy grave lo que se propone, pues se convierte al Senado en una especie de monitor de las Fuerzas Armadas, de maestro de ellas que les enseña cuál es su deber o las instruye respecto de algo que se supone que no saben; porque si se supone que lo saben, no hay para qué instruirlas al respecto. Además, la proposición encierra una incitación abierta a deliberar.
Por ese motivo, creemos que no se puede inferir a los institutos armados algo que yo reputo como ultraje, o bien; como manifestación de desconfianza en cuanto a que no van a cumplir con la misión que la ley les encomienda.
Estimo que esta resolución, en apariencia inocente, tendrá repercusiones hacia el futuro. Y este Senado se está pareciendo demasiado al del año 1890.
Comprendo que las pasiones son muy fuertes y que a veces nos llegan a todos, especialmente en un recinto como éste, donde se congregan cincuenta personas que, individualmente consideradas, pueden ser muy racionales, pero que en conjunto y por la presión del ambiente, transforman la atmósfera en poco propicia para el debate y para poder pensar fríamente en qué es lo que estamos viviendo y cuál es la responsabilidad de nuestras palabras o acciones.
Deseo recordar que cuando en 1969 se produjo el tacnazo, el Partido Comunista adoptó una actitud de respaldo real al régimen constituido: la CUT salió a la calle a defender un Gobierno que no era el nuestro y por el cual no teníamos simpatía. Y lo hicimos porque consideramos que la defensa del régimen democrático representaba un valor superior.
Por eso, estimo que las palabras pronunciadas por el Secretario General del Partido Comunista al discutirse la ley sobre Control de Armas y recordadas aquí por el Senador señor Ochagavía, en el sentido de que se trataría de mezclar al Ejército en una función que no le correspondía se corría el riesgo de que así fuera, se han visto justificadas, por desgracia, con el caso de una denuncia tan irresponsable como la referente al depósito de armas en el Cementerio Metropolitano. Al fin y al cabo, que gente de Derecha, responsable, tenga algo que ver en una denuncia realmente macabra y que induce a fuerzas tan respetables, sólo en virtud del mérito de la denuncia, a abrir muchas tumbas como las fotografiadas por el diario El Mercurio y publicadas por éste en su edición del domingo pasado, es un hecho que debiera hacernos reflexionar. Porque si a ese deporte tan poco honroso nos dedicamos tanto los de Derecha como los de Izquierda, Chile puede convertirse en el país de las mil denuncias diarias, ponerse más insufrible y hacer que su atmósfera se torne más intolerable.
Junto con señalar que, a mi juicio, es a las Fuerzas Armadas a quien corresponde aplicar la ley, estimo que en alguna forma el denunciante de hechos como el anteriormente denunciado, debe hacerse responsable de la verosimilitud o seriedad de sus denuncias.
Por esas razones y confiando en que El Mercurio no mienta, por lo menos en cuanto a la transcripción de las versiones textuales del Senado creo que basta con lo que aparezca allí, me pronuncio claramente en contra de la petición de transcribir el debate a los Jefes de las Fuerzas Armadas.
El señor HAMILTON.-
Señor Presidente, en esta sesión todos hemos estado de acuerdo fundamentalmente en dos cosas.
En primer lugar, en que el régimen democrático e institucional de nuestro país está quebrado. Eso lo han planteado con responsabilidad los dirigentes de la Oposición, y así lo ha aceptado también el señor Ministro del Interior.
En segundo lugar, en la necesidad de que haya diálogo y de restablecer el pleno, imperio del sistema democrático, para lo cual el Presidentedel Partido Demócrata Cristiano ha señalado una condición previa cuyo cumplimiento depende esencialmente del Gobierno: la disolución y desarme de los grupos armados. Es aquí, a nuestro juicio, donde el Congreso Nacional ha cumplido su obligación al proporcionar al Ejecutivo la herramienta que representa la ley sobre Control de Armas, que permite disolver esos grupos y requisar las armas con el objeto de que impere la norma constitucional que prohíbe la existencia en el país de organizaciones armadas distintas de las consagradas expresamente en la Constitución: la Marina, el Ejército, la Aviación y Carabineros.
Al respecto, tanto el Ejecutivo como los institutos castrenses tienen deberes que cumplir; pero aquél -lo decimos con responsabilidad y honestidad- no ha cumplido el suyo, puesto que la ley en referencia fue dictada hace mucho tiempo y aún no se sabe de grupo armado alguno que haya sido disuelto. Las pocas armas encontradas, de las muchas que el Gobierno reconoce que existen en el país, lo han sido por circunstancias tan fortuitas como, por ejemplo, la del choque de una camioneta en la localidad de Curimón, o la del choque a la otra perteneciente a la CORA.
El señor AGUIRRE DOOLAN.-
O como ocurrió en los casos de Yungay y Talcahuano.
El señor HAMILTON.-
Y hay muchos casos más. Pero todos ellos son obras de la casualidad, de las circunstancias, y en ningún caso debido a la acción del Gobierno.
Quienes también tienen responsabilidad y están cumpliendo sus obligaciones en este instante son las Fuerzas Armadas. Y es bueno que éstas sepan que uno de los Poderes Públicos, el Senado, las respalda en el cometido que ellas realizan respecto de la ley sobre Control de Armas y repudia la campaña que parte del propió Ministerio del Interior y que es muy grave. Porque así como no puede aceptarse que el señor Subsecretario de esa Cartera, al igual como lo ha hecho aquí el Honorable señor Teitelboim, ridiculice las denuncias hechas por infracciones a esa ley, tampoco puede serlo el que se someta a la befa y a la mofa de la opinión pública a quienes, muchas veces equivocadamente, pero siempre persiguiendo la finalidad de restablecer la paz, la tranquilidad y el imperio de la ley, formulan aquéllas con el objeto de investigar la existencia de armas, sea que éstas se encuentren en el Cementerio, en La Moneda o en cualquiera otra parte.
Si las autoridades de Gobierno están por la aplicación de la ley de Control de Armas, no pueden ridiculizar a quienes denuncian a los infractores de la misma, ni tampoco reírse de las Fuerzas Armadas por las acciones que éstas emprendan en cumplimiento de su deber.
Entonces, transcribir a los institutos castrenses un debate oficial de una de las ramas del Congreso Nacional no es deliberar.
Por lo demás, no tienen autoridad moral para hablar de estas materias quienes han llevado la deliberación al seno de los institutos armados.
No tienen autoridad moral los que han llevado a los Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas a concentraciones políticas y los han exhibido desde los balcones del Palacio de Gobierno ante los adictos al régimen. No tienen autoridad moral quienes tentaron la zona de emergencia como lo han expresado claramente y como aquí se ha repetido para quedar con las manos libres y permitir que su gente armada pueda actuar. Las Fuerzas Armadas, en cambio, con errores o sin ellos, actuaban sin discriminación y en forma objetiva.
No tienen autoridad moral los que llevaron a las Fuerzas Armadas al Gabinete y entregaron el Ministerio del Interior nada menos que al Comandante en Jefe del Ejército.
No tienen autoridad alguna quienes han querido, deliberada, pública e irresponsablemente como lo ha dicho el Secretario General del Partido Socialista, que piensa muy distinto de lo expresado aquí por el Honorable señor Rodríguez, comprometer a las Fuerzas Armadas en el proceso revolucionario chileno, en el programa de la Unidad Popular, en el ensayo fracasado que realiza el marxismo desde el Gobierno.
No tienen autoridad moral quienes ayer insultaban a los institutos armados con la misma vehemencia y poca responsabilidad con que hoy día los están aplaudiendo y halagando.
Y para que no se diga que éstas son palabras o expresiones mías, citaré las dichas por la Honorable señora Carrera al referirse en este Senado a las Fuerzas Armadas con la autoridad moral de quienes intervinieron en el tacnazo, de quienes azuzaron a las Fuerzas Armadas y al pueblo a llenar el vacío de poder reconozco que aquí existe una diferencia entre ellos y sus aliados comunistas, cuando aquéllos precisamente tenían como jefes al General Schineider y al actual Comandante Prats:
Trágico destino. Los herederos de las Glorias del Ejército de los Andes, que se movilizó para cooperar a la liberación de las Colonias Españolas, son ahora gendarmes de las pertenencias norteamericanas en el Cono Sur.
No tengo tiempo para repetir lo que sostuvo al respecto el Honorable señor Altamirano, pero fue encarcelado y encargado reo por la justicia ordinaria por ofender e injuriar a las Fuerzas Armadas. También tengo citas del propio Salvador Allende en las que dice que la Armada de Chile estaba al servicio de los intereses norteamericanos en la Operación Unitas.
No tienen autoridad moral para hablar en estas materias.
El señor FREI (Presidente).-
Ha terminado su tiempo, señor Senador.
El señor HAMILTON.-
Voto que sí.
El señor LAVANDERO.-
Señor Presidente, creo que votar favorablemente la indicación para transcribir la versión del debate de esta sesión del Senado a los Jefes de las Fuerzas Armadas es caer en el mismo error en que ha incurrido el Subsecretario del Interior cuando, por el hecho de que algún ciudadano seguramente con espíritu democrático y con justo temor denuncia el incumplimiento de una ley vigente como la del control de armas y a lo cual tiene derecho, declara: Ahora tienen la impudicia y desvergüenza de formular denuncias que no vacilamos en calificar de irresponsables y desprovistas de toda veracidad y fundamento. Y añade el señor Subsecretario del Interior: Este hecho revelaba una actitud tendenciosa y alarmista. Estas expresiones muestran que el señor Vergara no sólo desconoce la ley, los derechos de los ciudadanos y la independencia y profesionalismo de las Fuerzas Armadas, sino que tampoco valoriza la actitud de éstas.
Por tales razones, a mi juicio, el envío o no envío de esta versión no tiene mayor trascendencia, ni menos el carácter de sedición o incitación que ha querido atribuirle el Honorable señor Silva Ulloa.
Las Fuerzas Armadas son suficientemente independientes, conocen sus derechos y tengo confianza en ellas. Creo, como cualquier ciudadano, que ellas no sólo leen las versiones oficiales del Parlamento, sino que están interesadas en saber cuál es la opinión de los distintos Poderes Públicos.
Por otra parte, no creo necesario participar en una campaña de reproches como los formulados por el Honorable señor Rodríguez al imputarnos el hecho de no habernos referido en esta ocasión al Movimiento Nacionalista Patria y Libertad. La misma razón que él invoca en este caso sin embargo, hemos hecho referencia a ello en diferentes oportunidades nos obligaría a preguntar al señor Senador y a la Unidad Popular, por qué no se han referido a las últimas actuaciones del MIR conocidas por toda la ciudadanía, que es otro organismo extremista de la misma importancia que el anterior. No obstante ello, silenciaron su voz al respecto.
Reitero que no deseo entrar en esta campaña de reproches. Prefiero despejar el camino. Valoro las importantes y graves palabras pronunciadas por el señor Ministro del Interior, y las aprecio en el orden personal, como seguramente también lo hace la Democracia Cristiana. Asimismo, valoro las intervenciones de los representantes de la Oposición en esta oportunidad, especialmente las palabras responsables de nuestro Presidente, el señor Patricio Aylwin; y no me parece conveniente que por cuestiones casi de segundo orden, como es el de preocuparse de si las Fuerzas Armadas leerán o no leerán la versión oficial del Senado, se pongan obstáculos que empañen o alejen de los problemas de fondo planteados y que, a juicio de muchos, constituyen la última posibilidad de diálogo democrático que pueda existir en Chile.
Es grave lo que puede ocurrir. El propio ex Ministro de Relaciones Exteriores hoy de Defensa sabe que si nada se hace por evitarlo, puede llegarse al extremo de una guerra civil, y el territorio nacional, incluso, podría ser desmembrado o convertido en un Vietnam de América Latina.
Por esas razones, me abstengo esperando que este último diálogo fructifique sobre cosas de fondo, y no entorpeciendo el camino con cuestiones sin importancia y que nada aportan, menos a las Fuerzas Armadas.
El señor JARPA.-
Señor Presidente, considero absolutamente indispensable que las Fuerzas Armadas tomen conocimiento oficial de las expresiones vertidas en el Senado en esta oportunidad, tanto por los señores Senadores como por el Ministro del Interior, respecto de las interpretaciones y de la aplicación de la ley sobre Control de Armas.
A mi juicio, cuando una institución quiere dirigirse a otra, no publica en el diario un debate, sino que le envía una comunicación directa. Por lo demás, se trata de una norma de buena conducta.
También considero necesario que las Fuerzas Armadas de nuestra patria conozcan y valoricen la denuncia hecha aquí por el Honorable señor Aguirre Doolan respecto de la impresión de un libro que falsifica la historia de Chile y atenta contra el prestigio y las tradiciones de aquéllas. Deploro que el señor Ministro de Defensa no se haya hecho cargo de tal denuncia; no obstante, espero que los organismos castrenses lo hagan oportunamente y restablezcan su honra, su honor y su prestigio esclareciendo esos capítulos de la historia de Chile que corresponden a una interpretación marxista, amparada y dirigida desde el Gobierno, no sólo para destruir los fundamentos tradicionales de nuestra nacionalidad, sino que también para desprestigiar y destruir el espíritu y la moral de los institutos armados.
Voto que sí.
Se aprueba la indicación (16 votos por la afirmativa, 6 por la negativa, 5 abstenciones y 1 pareo).
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