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- rdf:value = " El señor BRIONES (Ministro del Interior suplente).-
Señor Presidente, concurrí a esta sesión del Honorable Senado invitado, según lo decía la citación, para abordar el problema relativo al cumplimiento de la ley de Control de Armas.
No obstante, las intervenciones de los Honorables señores Aylwin y Bulnes no han tocado la materia sustantiva para la cual fue convocada esta sesión especial.
He escuchado con mucha atención, detenimiento y respeto las intervenciones de los señores Senadores a que me he referido anteriormente, y sería largo que yo también hiciera un análisis, desde el punto de vista del Gobierno, de los juicios críticos expresados por los señores Senadores mencionados en términos extraordinariamente graves, que corresponden a la posición política de sus respectivos partidos. El Gobierno, por mi intermedio, está dispuesto a recogerlos con el propósito ya expresado al país en mi intervención del lunes pasado, de restablecer la convivencia democrática en Chile y de restablecer el imperio de la razón y del derecho, dentro de las respectivas concepciones programáticas.
El Honorable señor Aylwin, personero oficial de su colectividad, ha dicho aquí que el Partido Demócrata Cristiano está dispuesto al diálogo. Por mi intermedio, el Gobierno declara en esta Corporación, con toda responsabilidad, que también está abierto al diálogo. Pero, tal como lo señaló el Honorable señor Aylwin, este diálogo debe entablarse con respeto recíproco para todas nuestras posiciones, principios y programas.
Estaría de más que yo hiciera en esta oportunidad algunas rectificaciones a ciertos juicios apocalípticos vertidos en la Sala.
Es efectivo que el país vive un clima de tensión, de intenso dramatismo, que debe hacernos meditar a todos los chilenos, como decía el señor Aylwin, en las responsabilidades a que estamos enfrentados, cómo asumirlas y cómo conducir a Chile por la senda de la democracia y del respeto a la vida institucional, conforme a los principios programáticos del Gobierno de la Unidad Popular.
En la oportunidad a que me referí anteriormente señalé algunos puntos extraordinariamente críticos, respecto de los cuales las tensiones son más agudas. Es el caso del Canal 9 de Televisión de la Universidad de Chile; el del conflicto relativo de la reforma constitucional; el de la ocupación de industrias y fábricas; el del control de las armas, etcétera. Con mucha claridad, por expresa instrucción del Jefe del Estado, precisé cuál era y cuál es la posición del Gobierno al respecto. Esa intervención está escrita, fue radiodifundida y televisada, y el país y los señores Senadores la conocen. En consecuencia, en mi condición de Ministro del Interior, declaro que me encuentro con el ánimo abierto al diálogo democrático, cordial y respetuoso, sin que ello signifique que el Gobierno transa sus principios.
Y, con la misma energía con que el Honorable señor Aylwin destacó la celosa defensa de los puntos de vista de su partido de Oposición, como lo es la Democracia Cristiana, destaco También aquí la celosa defensa que el Gobierno hará de sus puntos de vista programáticos, que constituyeron el compromiso que contrajo con el pueblo de Chile.
En esta brevísima intervención, deseo insistir en los planteamientos que el Gobierno formula por mi intermedio. Pero, en el curso de las exposiciones que, ha escuchado el Senado, se han hecho afirmaciones que no corresponden al pensamiento del Presidente de la República ni al del Gobierno. Y es hora de que hablemos con claridad. Es hora de que nos entendamos y de que cada uno, dentro de su respectiva ubicación, tenga la entereza de plantear al país sus criterios sobre la materia.
No hay más autoridad que la que legítimamente corresponde al Gobierno, a través de sus órganos constitucionales. La autoridad en la conducción y el manejo del Estado, en la dirección del país, reside en el Primer Mandatario y sus Ministros. La preservación del orden público, que es obligación fundamental de un Gobierno, está a cargo del Cuerpo de Carabineros e Investigaciones y en las Fuerzas Armadas, en determinadas circunstancias.
La investigación sobre los grupos armados que, según aquí se ha señalado con alarma, existirían en el país, así como su sanción, corresponde a las Fuerzas Armadas, de acuerdo con la ley existente sobre el particular, originada, según entiendo, en una iniciativa del Honorable señor Carmona que, posteriormente, fue complementada con indicaciones del señor Ministro de Defensa de la época, es decir por el Gobierno.
Allí residen el poder y la autoridad competente para realizar todas las investigaciones en conformidad con la ley, instruir los procesos correspondientes y sancionar a quienes resulten culpables. Esa autoridad no será interferida, y el señor Ministro de Defensa podrá proporcionar mayores antecedentes sobre la materia.
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