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- rdf:value = " DESCUENTO DE CUOTA MENSUAL A PENSIONES OTORGADAS POR EL SERVICIO DE SEGURO SOCIAL.
El señor FIGUEROA (Secretario).-
Proyecto de ley de la Cámara de Diputados que autoriza al Servicio de Seguro Social para descontar, con fines sociales, la cuota mensual que determine del monto de las pensiones que dicha institución otorga.
Los antecedentes sobre el proyecto figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 26º, en 3 de julio de 1973.
Informe de Comisión:
Trabajo y Previsión Social, sesión 49º, en 24 de julio de 1973.
El señor FIGUEROA (Secretario).-
La Comisión de Trabajo y Previsión Social, en informe suscrito por los Honorables señores Ballesteros (Presidente), Araneda, Jarpa y Lavandero, recomienda a la Sala aprobar el proyecto en los mismos términos en que viene de la Cámara.
El señor FREI (Presidente).-
En discusión general el proyecto.
Ofrezco la palabra.
El señor BALLESTEROS.-
Pido la palabra.
El señor FONCEA.-
¿Me permite, señor Presidente?
El señor LAVANDERO.-
Pido la palabra.
El señor FREI (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Ballesteros y, a continuación, los Honorables señores Foncea y Lavandero.
El señor BALLESTEROS.-
En líneas generales, concordamos con la iniciativa aprobada por la Cámara; sin embargo, hemos presentado indicación para que el descuento se haga con la autorización del respectivo pensionado. Esta sería la única enmienda que proponemos al proyecto en debate.
El señor FONCEA.-
Hace muy poco tiempo, no más de un mes o mes y medio, en esta misma Corporación se despacharon las observaciones a un proyecto de ley que creaba la Casa de la Cultura del Maestro en la ciudad de Talca. Un artículo de esa iniciativa establecía una cotización mensual, o sea, un descuento, de 10 escudos, para todos los miembros del Sindicato Único de Trabajadores de la Educación de dicha ciudad, con el fin de destinar su rendimiento a la habilitación, alhajamiento y mantención de la Casa de la Cultura del Maestro. Pues bien, ese precepto mereció un veto supresivo de parte del Gobierno, quien sostuvo, al formularlo, que no cabía autorizar tal cotización de los profesores de la provincia de Talca -por el monto que acabo de indicar, de diez escudos al mes-, por diferentes razones que, en verdad, no tienen fundamento alguno.
He querido recordar ese veto porque me parece muy extraño que el mismo Ejecutivo patrocine ahora el proyecto en debate, destinado a descontar a los pensionados del Servicio de Seguro Social una cuota mensual que, si bien sería pequeña, no lo es tanto si se considera que también son exiguas las pensiones que reciben los beneficiarios de ese sistema previsional. Resulta contradictorio, pues, aquel veto del proyecto relativo a los profesores de Talca, con el patrocinio del que ahora tratamos, que afecta a los pensionados del Servicio de Seguro Social.
Quiero señalar al Honorable Senado que son quinientos mil, nada menos, en estos momentos, los pensionados del Servicio de Seguro Social, entre jubilados por vejez, por invalidez, por viudez -es decir, montepiadas- y por orfandad; y que de esos pensionados, los que lo son por vejez o invalidez, que constituyen la mayoría, han recibido hasta ahora una pensión mínima de 1.900 escudos mensuales, que la ley de Anticipo de Reajuste aumentó en 60%, es decir a 3.040 escudos. Claro está que entre los pensionados que han de ser objeto del descuento figuran las viudas y los huérfanos, que reciben una suma inferior a la que he señalado, así como muchos otros tienen 'una pensión superior a ese mínimo.
¿Qué significa esto, señor Presidente? Algo que la Comisión de Trabajo y Previsión Social debió haber consignado en su informe: que el proyecto permite un descuento total de unos 5 millones de escudos mensuales, cantidad importante, sobre todo si se toma en cuenta que no se trata de una disposición temporal, transitoria, sino definitiva. Y, según se indica en el informe de la Comisión. ..
Veo que no hay mucho interés en la Sala por oír estos guarismos.. .
El, señor AGUIRRE DOOLAN.-
Todos lo escuchamos con mucho interés.
El señor DIEZ.-
Estamos escuchándolo, señor Senador.
El señor OCHAGAVIA.-
Estoy muy impresionado.. .
El señor FONCEA.-
No tiene por qué estarlo, señor Senador. Son simples guarismos ...
Estaba diciendo que este proyecto, inocente en apariencia, significa, según mis cálculos, un rendimiento de unos cinco millones de escudos mensuales. Se estipula que tendría por objeto dotar de sedes sociales a las asociaciones de pensionados que se han constituido, y que son varias. Pero es de suponer que en determinado momento, en un año, año y medio o tal vez antes, se haya cumplido esa finalidad. Sin embargo, el descuento subsistirá.
Por otra parte, no puedo entender que tales sedes sociales vayan a beneficiar, desde luego, á las viudas. Me merece ciertas dudas que las montepiadas vayan a frecuentar sedes sociales.. .
El señor SUAREZ.-
Depende.
El señor FONCEA.-
Pueden frecuentar partidos políticos, señor Senador; pero aquí estamos hablando de sedes sociales. Y quienes no creo que puedan concurrir son los huérfanos, porque sólo se tiene derecho a pensión de orfandad hasta los dieciocho años, es decir, mientras el niño es estudiante. Finalmente, los inválidos; por razones obvias, difícil es que hagan vida social. Sin embargo, en el proyecto se incluye a todos o, por lo menos, no se aclara que no sea así. Me gustaría que el señor Ballesteros, que es el Presidente de la Comisión, me escuchara también, como lo escuché a él.
Algunos aspectos no se aclaran en forma alguna. Por ejemplo, según se indica en el inciso segundo del artículo 1°: Este descuento deberá ser entregado, por meses vencidos, por el Servicio de Seguro Social a los Tesoreros de la respectiva Asociación. Si, como lo reconoce el proyecto, en cada ciudad funcionan varias asociaciones -dos, tres o cuatro; no sé el número exacto-, ¿cómo se hará la distribución? Se dice, o se da a entender, que el monto del aporte de cada asociado se entregará a la asociación a que éste pertenezca; pero, al mismo tiempo, incluye el proyecto a los que no pertenecen a ninguna asociación, que son la mayoría de los pensionados. Y a mí nadie me va a convencer de que los que vivan en Pelarco o en cualquier otro rincón apartado del sector campesino vayan a hacer vida social y a concurrir a estas sedes. Tal vez lo hagan, pero en forma muy esporádica.
En suma, reitero la contradicción que señalaba anteriormente, que resulta evidente: para los trabajadores de la educación de Talca, porque en el SUTE de Talca la Oposición es mayoritaria, veto al descuento de 10 escudos mensuales. Para estas asociaciones de pensionados, luz verde, amplia. Yo quisiera que alguien me explicara una contradicción tan evidente como ésta, tan burda, tan irritante, diría yo.
Soy partidario de mejorar el proyecto. Desde luego, de excluir de él a las viudas, los huérfanos y los inválidos; y de seguir el sistema que siempre se ha establecido en casos similares a éste: que el descuento se hará siempre y cuando el interesado, por escrito, exprese su voluntad de concurrir con ese aporte; que se modifique, en consecuencia, la redacción del inciso final del artículo 1°, que expresa: En todo caso, no procederá este descuento, cuando el pensionado manifieste expresamente su negativa por escrito, a través de la Directiva de su respectiva Asociación de Pensionados, en caso de ser miembro de alguna de estas instituciones o, directamente, ante la Oficina del Servicio de Seguro Social que efectúa el pago de su pensión. Me parece que debiera ser todo lo contrario: que el interesado deba expresar por escrito su autorización para que se le haga el descuento.
Me voy a permitir presentar las indicaciones correspondientes a las enmiendas que sugiero y las haré llegar a la Mesa, porque, repito, tienden a perfeccionar la iniciativa.
El señor FREI (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Araneda.
El señor ARANEDA.-
Señor Presidente, los trabajadores, a lo largo de todo el país, han ido desarrollando su organización sindical; y es evidente que, para ejercer la acción que corresponde a sus organismos de clase, necesitan del financia-miento que les permita contar con los elementos básicos que requiere el ejercicio de la labor sindical.
Es así como el conjunto de los trabajadores chilenos en actividad ha logrado, mediante disposiciones legales, que se haga por planillas el descuento de sus cuotas sindicales. El propio Congreso Nacional lo ha determinado claramente en el caso de la Central Única de Trabajadores de Chile, por citar la organización mayoritaria de esta índole; y con ello englobamos a las diversas entidades sindicales, ya sean del sector estatal o del privado, las que de ese modo efectúan los descuentos respectivos. Así lo establece, por lo demás, él propio Código del Trabajo en el caso de los obreros industriales, de los trabajadores profesionales y de los empleados. En lo que se refiere a la Administración Pública, las asociaciones también han logrado obtener el descuento de la cuota sindical por medio del Estado.
Uno de los sectores de trabajadores pasivos que hasta la fecha no han podido ver cristalizado este anhelo de contar con los recursos económicos que les permitan financiar su organización, es precisamente el de los pensionados, lo que constituye una evidente injusticia, dada la forma, que todos conocemos, como actualmente desarrollan sus actividades sindicales, a menudo en calidad de allegados, en locales de otros trabajadores e inclusive proporcionados por el Estado. ¡Para qué decir que carecen de los elementos más necesarios, como escritorios, sillas, estufas, bibliotecas u otros que son indispensables para la vida societaria!
Por ello, consideramos que este mensaje del Ejecutivo viene a hacer justicia, convirtiendo en realidad una sentida y antigua aspiración de los pensionados de Chile, ex imponentes del Servicio de Seguro Social.
De ahí que nos pareciera extraordinariamente positivo el hecho de que la Comisión que estudió este proyecto lo aprobara por unanimidad, pues así se daba una respuesta positiva a los pensionados de la ley Nº 10.383. Y me ha llamado mucho la atención la disparidad de opiniones que posteriormente ha surgido en la Sala.
Es muy sencilla la respuesta al planteamiento hecho por el señor Foncea respecto de los maestros de la provincia de Talca: el SUTE tiene autorización para descontar la cotización sindical a todos los educadores del país, ya sean de la enseñanza básica, de la media, de la técnica o de la profesional.
El señor FONCEA.-
Esto es para la directiva o para el Consejo Nacional.
El señor ARANEDA.-
Para el Consejo Nacional, para los consejos provinciales y para las organizaciones de base. En esa forma se distribuye la cuota.
Lo mismo ocurre en el caso de la CUT: un porcentaje de la cuota corresponde al Consejo Directivo Nacional, y otro, a los respectivos consejos provinciales, departamentales o locales. Por eso, cuando por encima de lo ya establecido y aprobado en los propios congresos nacionales del magisterio se planteó una situación especial en la provincia de Talca para gravarlos con un monto adicional, el Ejecutivo, aunque ese monto era modesto, lo vetó en resguardo de la situación que mencioné.
Esa es la explicación, Honorable señor Foncea. No se trata de que el gremio esté dirigido por la Oposición o por el Gobierno, pues eso nada tiene que ver al' respecto.
Ahora, ¿cómo se distribuyen o cuál es la inversión que se da a. esos recursos en la provincia de Talca? Lo ignoramos. No lo sabemos.
He querido dar respuesta a la inquietud del señor Senador mediante estas observaciones que he formulado para fundar nuestra posición favorable a la aprobación del proyecto. Estimo que en esta oportunidad debiéramos haber manifestado la misma opinión concordante que hubo en la Comisión, a fin de que todos los sectores políticos del Senado hubiéramos estado de acuerdo con el proyecto en debate.
Ninguno de nosotros nos sentiremos realizados si mañana, en los días de pago de los pensionados, vemos que al lado de la caja donde éstos reciben sus pensiones se encuentran los dirigentes de cada asociación con una cajita o un talonario de recibos recaudando los dineros. Por lo demás, la propia disposición del artículo 1° de la iniciativa en debate dispone que aquellos pensionados que no estén de acuerdo con el descuento podrán manifestar su negativa a él.
Hago notar a los señores Senadores que dicho descuento asciende al 5 por mil; es decir, es un monto extraordinariamente pequeño que no sólo va al organismo nacional, sino que se percibe en la base, en el organismo existente en cada localidad. Y si hay dos o tres asociaciones, como ha señalado el Honorable señor Foncea -efectivamente existen-, no cabe duda de que cada una de ellas recaudara la parte que le corresponde de acuerdo con el número, de socios o de personas que la integran, o de pensionados que pertenecen a ella.
El señor FONCEA.-
¿Y los que no pertenecen a ninguna asociación?
El señor ARANEDA.-
En virtud del inciso cuarto del artículo 1º del proyecto, si los pensionados no quieren cotizar, tienen la posibilidad de no hacerlo, como lo señala la iniciativa al decir: En todo caso, no procederá ese descuento, cuando el pensionado manifieste expresamente su negativa por escrito, a través de la Directiva de su respectiva Asociación de Pensionados, en caso de ser miembro de algunas de estas instituciones o, directamente, ante la Oficina del Servicio de Seguro Social que efectúa el pago de su pensión, en caso de no serlo. Esto último, entonces, en caso de no estar afiliado a asociación alguna.
Por eso quiero solicitar a los señores Senadores que prestemos nuestros votos favorables a este planteamiento que representa una aspiración de los pensionados y que, en buenas cuentas, permitirá a aquéllos contar con locales donde reunirse.
Es un grupo de ex trabajadores que tiene derecho a disponer de un- mínimo de comodidades, del mismo modo que las viudas, los huérfanos y los inválidos. ¿Cómo no va a ser justo que esos ex servidores puedan disponer de locales adecuados, confortables y con condiciones mínimas donde ellos pasen parte de sus vidas desarrollando una actividad, una acción societaria o una labor comunitaria?
Por eso, insisto en que el mencionado descuento tiene la finalidad que señalé, obedece a una petición expresa de los propios pensionados y beneficia fundamentalmente a la base. Por lo demás, dicho descuento se hace en los lugares respectivos de funcionamiento de las asociaciones y, por último, aquel que desee eximirse de él, puede plantearlo y no se le aplicará.
El señor FREI (Presidente).-
Ofrezco la palabra.
Tiene la palabra el Honorable señor Zaldívar.
El señor ZALDÍVAR.-
Señor Presidente, a mi juicio, el proyecto que en estos momentos estamos analizando en la Sala, en realidad, no debe convertirse en ley, puesto que si los afiliados a las asociaciones de pensionados desean que se les haga un descuento, basta que lo manifiesten por escrito en tal sentido para que así se proceda. Considero que es un mal sistema hacer obligatorio por ley un descuento, sobre todo porque, como dijo el Honorable señor Foncea, existe un sinnúmero de organizaciones dispares de pensionados que, incluso, representan a sectores diferentes de ese gremio en una misma provincia.
Según tengo entendido, en Santiago existen dos asociaciones distintas.
Por otra parte, una gran cantidad de pensionados del Servicio de Seguro Social no se encuentra afiliada a organización alguna de ese tipo.
Quiero hacer presente también, en forma responsable, que, por lo menos, en las dos provincias que represento, durante la campaña electoral pasada se utilizó un diario publicado por una de esas organizaciones para hacer campaña política a favor de determinado candidato y para atacar a otro, de determinada posición.
Por eso, considero que la iniciativa en debate es absolutamente inconveniente mientras no exista reglamentación sobre la materia y mientras no se establezca un estatuto de afiliación para los efectos, aparte administrar los fondos, que pueden ser cuantiosos.
Estaría de acuerdo con el Honorable señor Araneda si las organizaciones que representan a los pensionados contaran con una estructuración sujeta a determinadas normas reglamentarias y si éstos tuvieran algún control sobre aquéllas. Si ésa fuera la situación, también estaría de acuerdo con que se hicieran descuentos 9 se establecieran facilidades de tipo sindical o de asociación para que ese gremio de ex trabajadores pudiera disponer de locales adecuados u otros elementos necesarios para realizar sus labores, ya que no es posible que, en virtud de las disposiciones en estudio, se entreguen sumas superiores a 15 millones de escudos, monto al que podría ascender el descuento del 5 por mil a todos los pensionados.
Por las razones expuestas, creo que el proyecto en debate no ha sido estudiado suficientemente para ser aprobado por la Sala, y lo estimo absolutamente inconveniente en los términos en que está propuesto.
El señor FREI (Presidente).-
Ofrezco la palabra.
La señora CAMPUSANO.-
¿Me permite, señor Presidente?
La intervención del Honorable señor Zaldívar introduce una nueva forma de realizar el trabajo legislativo: el desquite, pues de sus palabras se desprende que, al parecer, durante su campaña electoral el señor Senador no recibió buen trato de parte de los pensionados. En vista de que éstos no lo apoyaron, ahora el señor Zaldívar se opone a entregar recursos para que las asociaciones de pensionados puedan tener sedes sociales o lugares de recreación.
Me parece bastante extraña la forma como el señor Senador plantea su oposición al proyecto. Por eso, rogaría al señor Zaldívar que aclarara sus palabras, pues de lo contrario podría quedar muy mal puesto. ¡Quedaría más pequeño aún...!
El señor ZALDÍVAR.-
Deseo aclarar que no me he referido a ataque alguno dé tipo personal que se me haya hecho, pues considero que no es lógico traer este tipo de problemas cuando se debate un proyecto en la Sala. Creo, no obstante, que si la iniciativa en estudio fuera sometida a un estudio más profundo; si consideráramos cuál es el número de pensionados realmente afiliados a este tipo de organizaciones; si supiéramos en qué forma son manejadas éstas, y si conociéramos sus publicaciones, podríamos llegar a conclusiones totalmente diferentes de las que señala la Senadora señora Gampusano.
Por lo demás, yo no aceptaría que se atacara a la señora Senadora ni a ningún otro Senador, de cualquier color político que sea, utilizando ese medio.
Me referí a la materia para analizarla en términos generales. Pienso que esta iniciativa no ha sido estudiada a fondo ni existen antecedentes serios sobre la afiliación actual de los pensionados y sobre el tipo de organizaciones que los agrupan. Esa es la razón por la cual considero que el proyecto en debate no debe aprobarse, y no por el fondo que involucra.
La señora CAMPUSANO.-
¿Terminó, señor Senador? ¡Muchas gracias por la deferencia... !
Continúo mi intervención, señor Presidente.
Me extraña que el Senador señor Zaldívar diga que no conoce las organizaciones de los pensionados, en circunstancias de que cuando él fue Ministro de Hacienda, las organizaciones nacionales de los pensionados llegaron a golpear a las puertas de su oficina para exigirle el pago de sus dineros. ¿Cómo puede desconocerlas si en muchas oportunidades se quedaron debiendo las pensiones? Usted los vio, señor Zaldívar. Yo los acompañé en una oportunidad. Las organizaciones de pensionados deben de tener, según creo, no menos de veinte años de existencia. En realidad, hay dos asociaciones: la que agrupa a los pensionados por enfermedades profesionales, y la que concentra a los mismos por vejez. No existe división alguna por razones de otra índole. Por lo demás, es sabido que han realizado esfuerzos para unirse y organizarse y, según me parece, están agrupados en un solo organismo. En provincias no existen dos entidades de este tipo; casi siempre hay sólo una.
En las provincias que nosotros representamos, señor Zaldívar, existen también estas organizaciones de pensionados. Me habría gustado que en alguna oportunidad el señor Senador hubiera llegado a cualquiera de ellas y hubiera visitado los locales miserables que tienen en localidades como Salamanca, Coquimbo o Combarbalá. Por ser entidades de ex trabajadores y, principalmente, por estar integradas, en las zonas que representamos, por pampinos o por ex obreros del cobre o del fierro, son dirigidas por gente muy organizada y responsable, que quiere a su organismo gremial y desea hacerlo progresar. Por ello, estos ex trabajadores han insistido en el descuento mensual de las cuotas, a fin de evitar que los tesoreros, que son personas ancianas, se vean obligados a recaudar los dineros en los locales donde les pagan sus pensiones; es decir, como lo han señalado los propios interesados, desean que el descuento se realice en forma más cómoda.
No quisiera pensar que, como siempre, aquí también hay un problema de clases.
Hace años se discutió en el Senado un proyecto para crear el Registro Nacional de los Comerciantes y para consignar normas relativas a los descuentos que por concepto de cuotas sociales se harían a los mismos. ¿Y cómo se aseguró la vida de esa organización? ¿Cómo se afianzó la vigencia de ese Registro y la participación en él de los comerciantes? Con una sanción tremenda con la cual han arruinado a gran número de comerciantes, pues si éstos no están al día en sus cuotas, la municipalidad respectiva no les renueva las patentes.
Reitero, pues, mi anhelo de que ojalá en este caso no se esté presentando otro problema de clases, como sería, por un lado, favorecer, fortalecer y entregar medios económicos a una organización como el Registro Nacional de Comerciantes y, por el otro, negar recursos para que las asociaciones de pensionados cuenten con locales adecuados para sus sedes sociales, en circunstancias de que se trata de entidades que agrupan a proletarios, a trabajadores, a gente que anda arrastrando sus pies y necesita sillas donde sentarse y en cuyas asambleas deben permanecer de pie por no contar con los elementos necesarios.
Estimo que el Senado no podría dar a la luz pública esta posición tan clara de clases: manga ancha para las organizaciones en que se sienten representados algunos señores Senadores, y lo peor, la parte angosta del embudo para las entidades que agrupan a los trabajadores.
El señor FREI (Presidente).-
Ofrezco la palabra.
Ofrezco la palabra.
Cerrado el debate.
En votación.
Se rechaza en general el proyecto (17 votos contra 10).
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