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- rdf:value = " El señor PABLO (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el Honorable señor Aguirre Doolan.
El señor AGUIRRE DOOLAN.-
Señor Presidente, el Senado de la República, en la tarde de hoy, hace un alto en su labor señera y constructiva, para rendir un justo y merecido homenaje.
El ciudadano de nuestra preocupación, vilmente asesinado en la madrugada del 27 de julio, no es un político, ni un ex parlamentario, ni un hombre que por largos períodos ocupara las primeras páginas de los rotativos nacionales o internacionales; pero sí fue un servidor de la nación, un miembro prominente de la Armada Nacional, con una extensa y relevante carrera: el Capitán de Navio, Edecán del Presidente de la República y Jefe de la Casa Militar de la Presidencia, don Arturo Araya Peeters.
Una carrera de sacrificios.
Valdría la pena detenerse en los datos biográficos de Arturo Araya, quien provenía de un respetable hogar de la pequeña burguesía chilena, y como todos ellos, honesto, meritorio y con virtudes públicas y ciudadanas.
El joven Araya tenía condiciones de inteligencia para elegir cualquier carrera, pero optó por la de las armas. Sabía por experiencia paterna que su ingreso a la Escuela Naval, su carrera en la Armada Nacional, le significaría sólo sacrificios y pobreza digna, compensados por la satisfacción de actuar dentro del honor y del respeto ciudadano. El 1º de enero de 1942 ingresó a la Escuela Naval para egresar como guardiamarina el 1º de enero de 1947.
Su primera destinación fue el Errázuriz, en viaje de instrucción, que llevaba también la misión de traer repatriados del Viejo Mundo, después de la segunda guerra mundial. Siendo un hombre que le agradaba escuchar, oyó de los labios de los repatriados los alcances y las tremendas atrocidades de la guerra que había desolado grandes territorios y segado la vida de millones de seres humanos, fruto del ofuscamiento y soberbia de mandatarios insensatos que produjeron ese conflicto bélico.
Entre 1948 y 1950, se desempeña en la 2ª Zona Naval, en la isla Quinquina, como Instructor de la Escuela de Grumetes.
En 1953 cursa la especialidad de Submarinista, la que lucía con no disimulado orgullo.
En 1957 es designado instructor de Cadetes en la Escuela Naval Arturo Prat.
En 1958 asciende a Capitán de Corbeta, y es embarcado en la Dama Blanca, La Esmeralda, como Instructor de Guardia-marinas. Cumple ahí la noble misión de consejero, maestro de rectitud, nobleza, ecuanimidad, de abrir el horizonte para que los jóvenes a su cargo comprendan mejor la vida y valoricen la noble carrera de la Armada.
En ese viaje inicia una indestructible amistad con su Comandante, que era quien es hoy Comandante en Jefe de la Armada, Almirante Raúl Montero.
En 1960 y 1961 cursa estudios en la Academia de Guerra Naval y egresa como Oficial de Estado Mayor.
En 1963 comanda el Patrullero Lautaro.
En 1965, junto con ascender a Capitán de Fragata, comanda el submarino Thomson y viaja a los Estados Unidos de América a cargo de las reparaciones de esa nave, y permanece en Filadelfia por largo tiempo, con actuaciones que merecieron los aplausos y respetos de sus superiores.
Entre 1968 y 1970 ocupa el delicado cargo de Jefe del Departamento de Relaciones Públicas de la Armada.
También en 1970 fue Subdirector de la Escuela Naval Arturo Prat; y recuerda entonces la firma que estampó de su puño y letra en el pergamino del curso que egresó de la Escuela: De las cubiertas bañadas con tu sangre brotarán la libertad y las futuras glorias de la Patria.
Edecán de la Presidencia de la República.
El 3 de noviembre de 1970 es designado en el honroso cargo de Edecán del
Presidente de la República, que sería el último. Era el más antiguo de los tres Edecanes y ocupó, en consecuencia, la jefatura de la Casa Militar de la Presidencia de la República. En esta destinación recuerda que con brillo la habían desempeñado tantos ilustres Almirantes como Torres Hevia, Holger y otros. Como el don del equilibrio le pertenece, aspira a estar a la altura de ellos, y su afán se puso en acción desde el primer instante, para cumplir las funciones de Edecán y consejero en materias de la Marina de Guerra de Su Excelencia.
En los últimos días de noviembre organiza la visita del Presidente al Apostadero Naval de Talcahuano, ASMAR, Escuela de Grumetes, etcétera, y posteriormente embarca en la Escuadra activa para que Su Excelencia apreciara el tiro de combate y la eficiencia de toda la Escuadra Nacional que venía ruta al Norte, desde los australes mares. Ahí, en el crucero Prat, tiene que cumplir sus gratas e ingratas funciones. El 2 de diciembre cumple una de suyo ingrata, cual era poner en conocimiento de Su Excelencia un grave incidente ocurrido en la Universidad de Concepción, donde habían chocado dos grupos rivales: el MIR y el Partido Comunista, y de éste último había salido una bala que había herido de muerte al estudiante Ríos. Ahí vio, en el Presidente de la República y su comitiva, la congoja que él también compartía y fue testigo de las medidas que debieron tomarse para que no continuaran tan graves y dolorosos enfrentamientos.
Al cumplir un año el Comandante Araya en su cargo de Edecán, el Ejecutivo envía un mensaje de ascenso a Capitán de Navio. Una tarde recibí un llamado telefónico suyo para que me preocupara del rápido trámite de su expediente en la Comisión de Defensa y la Sala del Senado, gestión que realicé con agrado y en breve tiempo, culminando con un cable que le envié a la Intendencia de Concepción, donde se encontraba acompañando a Su Excelencia, que en esos días gobernaba a
Chile desde la capital del Sur. De inmediato recibí su acuse recibo cordial y oportuno.
Su misión en el exterior.
El Comandante Araya continúa su trayectoria y eficientes funciones y acompaña más tarde al Primer Mandatario no sólo en sus giras por el país, sino también al exterior, formando parte de su comitiva a Argentina, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Cuba, México, Unión Soviética y Estados Unidos (Naciones Unidas).
En estas giras conoce a los grandes dignatarios de las naciones señaladas y puede hacer comparaciones del mayor o menor afecto que en esos países se tiene por Chile y los chilenos.
Honorable Senado: mi partido, la Social Democracia Chilena, por mi intermedio, repudia el alevoso asesinato del Comandante Araya y reitera su emocionada condolencia a su viuda, señora Alicia Moder de Araya y a sus hijos Arturo, Jorge, Enrique y Pedro, que pierden a su progenitor y guía; también a la Armada Nacional representada en su Comandante en Jefe, Almirante Raúl Montero Cornejo, rogando al señor Presidente hacerles llegar, a nombre del Senado, el pésame muy sincero de esta Alta Corporación.
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