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- rdf:value = " El señor PRADO.-
Señor Presidente, voy a referirme a un hecho conocido por la ciudadanía, que se está examinando a través de un debate público promovido en prensa y radio, y que nos causa preocupación, porque las circunstancias que vive el país no son ordinarias y porque creemos tener la obligación de pedir un esclarecimiento público al respecto y del modo más solvente, y no como lo hacen, lamentablemente, los medios de difusión controlados por el oficialismo.
Me refiero a la llegada a Pudahuel, a las 14 del sábado 11 de marzo, de un avión de la Compañía Cubana de Aviación y a la descarga de una cantidad todavía no precisada de cajas -ha llegado a afirmarse que eran más de veinte-, presumiéndose, por parte importante de la opinión pública, que se trataba de armas, debido a las circunstancias sospechosas en que se produjo dicha descarga.
No acostumbramos a aprovechar estas situaciones para convertirlas en uno más de aquellos elementos que podrían, con ligereza, juzgarse como el intento de sumar un nuevo factor de perturbación del orden social. No queremos proceder así, como no lo hemos hecho nunca.
Por eso, deseo exponer ante el Senado y la opinión pública algunos antecedentes que me permiten relacionar todo lo que se ha dicho con informaciones no conocidas respecto de esta operación de descarga, cuyas circunstancias constituyen un hecho grave que el Gobierno está obligado a esclarecer, y que, en nuestro concepto, mediante la inmediata intervención de los tribunales y la instrucción de los sumarios correspondientes, debe tener también el esclarecimiento que el país necesita y que a nosotros, por lo menos a los Senadores de la Democracia Cristiana, nos preocupa.
Según los antecedentes de que se dispone, y que la prensa y la radio han manejado profusamente en el curso de los últimos días, a las 14 del sábado 11 de marzo - hora no habilitada normalmente para las tramitaciones aduaneras; hora tranquila, en que no hay mayor movimiento y en que la mayor parte de los funcionarios está ausente - llegó a Pudahuel un avión de la Compañía Cubana de Aviación, al sitio ordinario de arribo de las máquinas de la Línea Aérea Nacional, que descargó un número indeterminado - se presume que eran veinte y tantas - de cajas pesadas, de gran tamaño, que podrían contener armas. Posteriormente se manipuló el avión fuera de ese sitio, en un lugar próximo al recinto sur del aeropuerto, distinto del ordinario de atraque.
El personal de la policía civil de Investigaciones transportó esa carga - lo que no es usual - en vehículos que, según hemos podido saber, pertenecen, uno, a la Ayudantía de la Dirección, el cual era conducido o iba a cargo del detective Carlos Bravo; dos, a la Subprefectura de Servicios Especiales, que por su naturaleza y funciones no debiera participar en nada del rol ordinario; otro, a cargo del Subinspector Jorge Mardones Reyes, aparte dos Fiat 125-S, también pertenecientes al Servicio de Investigaciones. Otro vehículo, que también presumimos que es de Investigaciones, arribó al lugar conducido por una persona a la cual no citaré, por no disponer de datos completos; sólo sé uno de sus apellidos, pero tengo razones para pensar que está vinculada a un funcionario de alto nivel en el Servicio de Investigaciones.
¿Por qué razón, a lo que podría haber sido un mero rumor, le atribuimos la gravedad necesaria como para exigir una investigación inmediata, y del modo más solvente, por parte de los tribunales de justicia y de la Contraloría General de la República? Por la forma como se ha operado en esta descarga, que pudo haber sido un hecho ordinario, usual y corriente. Pero no sólo por eso, sino también por varios hechos insólitos: por el despliegue del personal de Investigaciones, por la utilización de vehículos de ese servicio y, como los señores Senadores y el país podrán apreciar, por las contradicciones graves que, en nuestra opinión, se han producido en las declaraciones hechas por personeros y sectores oficiales del Gobierno.
Debo agregar que, por informaciones recogidas de personas que trabajan vinculadas a esos recintos, me he formado la convicción de que esa zona fue aislada por personal de Investigaciones que llegó al lugar y que todo el cargamento se sacó de inmediato, sin control aduanero de ninguna especie. En un segundo más, me referiré a una declaración muy insuficiente, muy vaga y sin contenido, que hizo hoy el Servicio de Aduanas. Todavía más, señor Presidente: según informaciones recogidas en esos mismos medios por contactos de carácter personal, habría existido actitudes de amedrentamiento, bajo la explicación de que se trataba de asuntos pertenecientes al Servicio de Investigaciones que debían salir de inmediato y que no tenía que haber ninguna clase de exigencias por parte del Servicio de Aduanas.
Se me agregó que todas estas medidas impidieron que pudiera acercarse a la losa mucha gente que usual y ordinariamente tiene acceso al lugar de aterrizaje. La mayor parte de los testimonios proviene de personas que se dieron cuenta del hecho y permanecieron en los alrededores del lugar y que se extrañaron de esta clase de operaciones, las cuales - los señores Senadores tendrán que convenir en ello - nada tienen de usual ni de corriente, sino al revés, y que pueden inducir, con toda razón y justificación, a toda clase de sospechas.
Según nuestras informaciones, ninguno de estos efectos ha llegado ni al Servicio de Investigaciones, ni a la Presidencia de la República, ni a la casa del Jefe del Estado en Tomás Moro, ni a la Intendencia de la provincia, de tal manera que, una vez más, nos tienen que extrañar las declaraciones hechas con posterioridad y que, como he dicho, son bastante contradictorias.
¿Qué se ha dicho sobre esto? Al mediodía de hoy, escuché la Radio Portales, que según sabemos es de propiedad del Partido Socialista y funciona bajo el control político de esa colectividad. Por lo menos un sector de dicho partido no oculta - porque publica documentos - su planteamiento político fundamental, que es el abandono de la vía electoral y la adopción de la única táctica que le parece útil para producir el proceso de cambios del desarrollo social y político con la aceleración que, a juicio de ellos, el país requiere: el enfrentamiento armado. Esa radioemisora ridiculiza hoy el hecho y afirma que simplemente se trata de efectos personales, de equipaje del personal de policía, que fue desaduanado del modo ordinario.
No necesito repetir la forma como se procedió a esta descarga o desaduanamiento, para que nos formemos la convicción de que nada tuvo de usual ni de ordinario y de que altos funcionarios de Investigaciones actuaron en esto empleando todos los medios para proceder con una premura que no tiene explicación o respecto de la cual, por lo menos, no sirve la explicación que se ha dado al efecto.
El Subsecretario del Interior, señor Daniel Vergara, hizo una primera declaración en que afirmó que se trataba de conjeturas en términos infundados y faltas de seriedad, razón por la cual él había encargado al Servicio de Investigaciones informarle sobre esta materia.
Esta declaración fue seguida de otra del Subdirector de Investigaciones, señor Carlos Toro, que dice otra cosa. No sostiene que se trata de algo infundado o que no habría nada al respecto, sino que reconoce la existencia del cargamento y de las cajas que lo integraban. Citando una frase textual, dice que se trata de unos regalos que Fidel Castro envió al Presidente de la República y que no pasaron por la aduana.
Esta declaración enmienda un poco la anterior, porque expresa que no se trata de treinta bultos sino de ocho, y que los regalos eran ron y otros productos cubanos enviados al Presidente de la República.
El señor LORCA.-
¿Por qué no acordamos publicar in extenso lo que se está planteando, ya que es muy interesante?
El señor FERRANDO (Vicepresidente).-
Tiene que acordarse cuando haya terminado de pronunciarse el discurso.
El señor OCHAGAVIA.-
Pero la Sala por unanimidad puede acordarlo.
El señor PRADO.-
Hasta el día de hoy no se había dado explicación razonable de ninguna especie sobre este hecho. A pesar de que la buscamos, porque al intervenir esta tarde queríamos hacernos cargo de cualquier afirmación, sólo hemos podido encontrar una declaración hecha por el Servicio de Aduanas, que publica el diario Ultima Hora de hoy y que resulta todavía más extraña. Conozco el Servicio de Aduanas. Por tal razón he leído y analizado con mucho interés esa declaración. Dice lo siguiente:
Ante las versiones de prensa y radio respecto de un misterioso cargamento llegado al país el sábado once del presente en la aeronave de Cubana de Aviación, la administración de la Aduana de Pudahuel se hace un deber de informar a la opinión pública lo siguiente: 1) Efectivamente en la citada compañía arribaron al país diversos pasajeros portando consigo sus equipajes como es habitual tales como maletas, bolsos,... etcétera. 2) El jefe de la revisión de aduana y personal a su cargo el día de ocurridos los hechos constataron personalmente el contenido de los bultos - se está refiriendo a les equipajes de los pasajeros que llegaron - y fehacientemente se estableció que eran efectos de uso personal, algunos regalos consistentes en licores, comestibles, cigarros, libros y objetos de artesanía popular cubana. 3) Aduana de Pudahuel se hace un deber en expresar que el trato tanto para los pasajeros comunes y corrientes, como para las más altas autoridades del país, es el mismo en su equipaje: si bien es cierto muchas autoridades a su llegada son recibidas en el salón V. I. P. no ocurre lo mismo con los equipajes que traen consigo, los que deben ser enviados a la sala de revisión, operación que muchas veces y no sólo en las autoridades se hace por sorteo, atendiendo a la calidad del pasajero, sin considerar filiación política o religiosa, y 4) Frente al hecho expresado por algunos órganos de prensa y radio, en el sentido de que a la llegada de la aeronave cubana, se haya restringido la entrada de personas a la losa, cábenos manifestar que ello no es efectivo, y que toda persona que tenga que intervenir funcionariamente en el cumplimiento de sus funciones y obligaciones tiene acceso a ella, solamente está vedada la pasada, por razones de seguridad emanadas por la Dirección de Aeronáutica para aquellos ajenos a cualquiera operación en este recinto.
Me resulta realmente extraña esta declaración del Servicio de Aduanas, después de las declaraciones hechas por el Subdirector de Investigaciones y por el Subsecretario del Interior. ¿Por qué no dijo el Servicio de Aduanas que habían llegado tantos bultos, no como equipaje acompañado de un pasajero, sino como donación para el Gobierno? Hay una partida de donaciones en el Arancel Aduanero. Hay disposiciones expresas que exigen que exista una ley liberatoria para que opere la liberación; y, aún así, se requiere el control previo del Banco Central para que pueda llegar la mercadería. Incluso debe dictarse un decreto, aplicando disposiciones de esta clase. ¿Por qué no dice que se trataba de ocho o diez bultos que contenían ron para la Presidencia de la República u otros regalos u obsequios, o que llegó un equipaje no acompañado de determinado funcionario? ¿Por qué elude y habla en general? En mi opinión, porque es el tipo de declaraciones que no sirven, porque son pedidas o exigidas. Yo no quiero responsabilizar directamente a los funcionarios, porque deseo referirme al hecho político, que nos interesa más. Creo que ésta es una muy mala declaración, porque elude expresamente decir nada concreto respecto al hecho que preocupa a la opinión pública: si llegaron efectivamente determinados bultos y fueron movidos dentro del recinto o de la zona primaria donde nada tiene que ver el Servicio de Investigaciones, por expresa disposición de la Ordenanza de Aduanas; y si fueron cambiados del sitio de la LAN a otro lugar. Cabe preguntarse: si fueron sacados de inmediato, ¿dónde están las pólizas de desaduanamiento? Y si se trataba de algunos otros efectos que tuvieran que admitirse temporalmente en el país, ¿dónde está la solicitud previa de admisión temporal? ¿Cuál es el documento que ampara esta operación?
Esta declaración, en vez de esclarecer las cosas, - se advierte que se hizo con demasiado apresuramiento -, no hace más que agravarlas, y agravar suficientemente nuestras sospechas y reafirmar nuestra decisión de que esto se aclare definitivamente.
Pero, porque las cosas son así, el diario Ultima Hora de hoy, martes 14, dice que lo que traía ese avión no era ni ron para la Presidencia de la República ni regalos; que no se trata de algo infundado, como dijo el Subsecretario, ni en consecuencia se trata tampoco de lo que dijo el Subdirector de Investigaciones, sino que el cargamento estaba constituido por cuadros famosos que traía el avión cubano para la exposición que se inaugura mañana. Esto lo dice hoy día el diario. Se ve que hay falta de concierto, porque cuando se procede mal pasan estas cosas. Hubo demasiada diligencia para justificarse por todos lados, a nuestro juicio. Entonces, la noticia que aparece en el interior del diario anuncia la exposición de mañana y en seguida dice que estos bultos o cajas pesadas traían cuadros, y que de eso se trata.
Nosotros creemos que estas contradicciones son realmente graves.
¿Cuál es la situación aduanera de esas mercaderías? ¿Por qué razón creemos que aquí hay responsabilidades y que en todo caso debe haber una investigación, puesto que todo esto afecta a funcionarios de varios servicios públicos? La situación es muy clara: lo que haya venido tiene que haberse declarado en el manifiesto del avión. Se presume delito de contrabando respecto de cualquier mercadería que no aparezca manifestada. ¿Dónde están, dentro del manifiesto, los bultos que contenían cajas de ron? ¿Dónde está el manifiesto de la autoridad competente? No cabe la menor duda de que si contenían cuadros, éstos no podían internarse al país, aunque vinieran para una exposición pública, sin un trámite. Se trata de una típica operación, llamada admisión temporal, la que debe ser aprobada por la Junta General de Aduanas. Debió presentarse una solicitud al efecto, la cual tuvo que ser conocida y aprobada.
Yo pregunto, si se trata de cuadros, ¿se necesitaba el despliegue del personal de Investigaciones a que he hecho referencia? ¿Se necesitaba del secreto y del sigilo en el cambio de sitio? ¿Se necesitaba que los miembros de la policía civil de Investigaciones se convirtieran en cargadores de cajas pesadas y que éstas se sacaran sin control aduanero de ninguna especie?
Si la declaración del Servicio de Aduanas no menciona ningún documento, tengo razón para presumir que no puede hacerlo, que no puede mencionar pólizas, que no puede mencionar manifiesto y que no existe una solicitud de admisión temporal. No hay documento aduanero al parecer, aparte que, como se me anota, ni siquiera expresa la declaración de qué mercadería se trata.
Si existe una declaración ambigua del Servicio de Aduanas aparecida en el diario oficialista Ultima Hora; si la Radio del Partido Socialista, la Portales, difundió expresiones del Subdirector de Investigaciones contradictorias con todo lo anterior; si en la declaración del Subsecretario del Interior se manifiesta que no ha ocurrido nada y que la noticia es .totalmente infundada, creemos que en esto hay una situación que puede ser muy grave. No se nos escapa que podría no existir nada de lo que estamos hablando. Podría tratarse de una operación cualquiera. Según las informaciones que tenemos, no es la primera vez que llegan aviones con carga en condiciones irregulares. Esta vez se pudo descubrir un poco más. He conversado con personas pertenecientes a estos servicios. En la medida en que uno pueda saber de estas cosas - aunque no en forma oficial, naturalmente -, se rumorea - no estaba presente el administrador, sino un funcionario subalterno - que todo fue demasiado rápido, en circunstancias de que se sabe que ningún trámite aduanero, en especial en un país como éste, que no se caracteriza por la rapidez de su burocracia, se puede realizar en términos de minutos.
También se sabe que el espacio entre esta zona cerrada, de la valla hacia el interior, sea del Aeropuerto de Pudahuel o de cualquiera otro, como también de todo puerto marítimo, constituye zona primaria donde nada tiene que hacer el Servicio de Investigaciones, a menos, naturalmente, que se trate de una pesquisa en que le corresponda actuar en cumplimiento de una orden judicial. Pero aquí no hay nada de eso.
En estos momentos el Director General del Servicio de Investigaciones se encuentra en Cuba. Conocemos su opinión. Conocemos su pasado político. Conocemos las defensas de la tesis del enfrentamiento armado y de la preparación para ello que hacen sectores del Gobierno. No negamos que hay otros sectores políticos en posiciones de ultraderecha. Pero nosotros no queremos contribuir a que se creen condiciones de desafío o de reto entre estos extremos. Estamos entre las fuerzas políticas que desean que sigan subsistiendo la democracia y la convivencia democrática en este país. No nos interesa que se busquen tales condiciones de reto a la paz social.
Consideramos, por ejemplo, que la actuación del Ministro Vuskovic en el plano económico tiene relación con lo que estoy planteando y con la situación política por que atraviesa el país. Estimamos, como tuvimos ocasión de afirmarlo con algún fundamento hace algunos meses, cuando se produjo un conflicto en la Universidad Católica de Valparaíso, donde el MIR actuó impune y gravemente, y así lo denunciamos, que estos hechos que se están produciendo o empezando a producir, por parte de la ultraizquierda chilena y por sectores que hoy pertenecen al Gobierno, constituyen un intento de interrumpir un proceso que, democráticamente, está desgastando a ojos vistas a las fuerzas políticas que apoyan al Gobierno, y que, si subsiste esta convivencia democrática y se ejercen los mecanismos electorales como método de opinión y de consulta popular, no cabe duda de que la Unidad Popular será derrotada. Creo que se pretende eludir esto; que hay una verdadera estrategia destinada a producir un próximo enfrentamiento, y los enfrentamientos requieren armas. Por eso nos preocupa este hecho.
Si no hay armas en esos bultos, querría decir que, cuando menos, hay violación de disposiciones como la Ordenanza General de Aduanas, el Arancel Aduanero y leyes relativas al Banco Central. Ninguna mercadería, ni siquiera un poco de ron para la Presidencia de la República, puede salir en esta forma de un aeropuerto, porque no hay excepciones en la legislación chilena. Toda donación debe quedar sometida a estas leyes y debe revisarse, ya que el Servicio de Aduanas, según disposiciones que tengo a la mano pero que no alcanzo a reseñar en esta oportunidad, tiene la obligación de controlar todo lo que entra al país, aunque sólo sea para los efectos de llevar una estadística. Si se tratara de pertrechos militares también debería aplicarse un control. Para, estos casos hay partidas en el arancel aduanero y, naturalmente, se otorga un tratamiento especial; pero siempre quedan bajo control y los pertrechos no salen como han salido estas mercaderías, según las informaciones de que disponemos.
No cabe duda de que, además de la posibilidad de incumplimiento de disposiciones que rigen al Servicio de Aduanas en cuanto a su obligación de controlar las mercaderías que ingresan al país, y aparte resultar extraña la presencia del Servicio de Investigaciones en el recinto, tenemos la situación que afecta a la Dirección de Aeronáutica, que tiene ciertos deberes y atribuciones. Tratándose de líneas de aviación comercial como la mencionada, que no realiza servicios regulares a Chile, existe el deber de declarar expresamente a qué vienen, cuándo llegan y a qué recinto. Deben ser expresamente autorizadas y, en ciertos casos especiales, la Dirección de Aeronáutica fija condiciones particulares de control.
¿Cuenta la actitud del Servicio de Investigaciones con el visto bueno de la Dirección de Aeronáutica, que tiene atribuciones para intervenir en este caso y que es un organismo estatuido, establecido y autorizado por ley? ¿Sabe la Dirección de Aeronáutica de qué se trata? ¿Lo saben el Servicio de Aduanas y el Banco Central? ¿Dónde están los documentos previos? No se han presentado hasta esta hora, en que estoy interviniendo anta el Senado.
Si no hay armas, no cabe eluda de que existe clara violación de disposiciones legales con la tolerancia de algunos servicios públicos y, quizás, con la complicidad de funcionarios. No deseo presumirlo, pero debo dejar en claro que los antecedentes de que disponemos justifican plenamente lo que estamos afirmando. Pero si hay armas, como se ha dicho - desde luego, no me consta, pero en el cuadro político que vive el país es posible presumirlo -, el hecho resulta extremadamente grave, porque existen grupos que en este momento están cuestionándolo todo, incluso al Congreso Nacional. Seguramente será cuestionada esta intervención, como se descalificará mañana la preocupación de algunos Senadores, de una de las ramas del Congreso o de todo el Parlamento, por un hecho de esta magnitud, así como ha sucedido con el derecho de esta Corporación o del Parlamento en general a intervenir en un proceso de transformación del país. Se trata de coartar nuestro derecho a modificar la Constitución Política. El Gobierno intenta detener esta iniciativa a través de un subterfugio o de una teoría buscada a última hora, que tiene la ventaja, simplemente, de no permitir que culmine en la forma debida el proyecto de reforma constitucional. Por esta razón, se está conversando seriamente con el Gobierno.
Volviendo al problema que nos preocupa, debo recordar que existen diversos antecedentes políticos internos del Gobierno, así como algunas declaraciones contradictorias en busca de otras explicaciones, que nos hacen pensar que, si se tratara de armas, la situación sería mucho más grave. No olvidemos que se ha mencionado al Presidente de la República. Se ha dicho que los bultos contendrían regalos para él. No sé si calificar esto de mal gusto o de irresponsabilidad, pero sucede que primero se compromete al Primer Mandatario y después resulta que no hay tal, sino que se trata de cuadros para una exposición. ¿Cómo se puede estar jugando con estas cosas cuando se plantean asuntos que realmente pueden ser graves? Por eso deseamos pedir un esclarecimiento.
No nos parece bueno para la salud política del país ni para la subsistencia de un clima democrático que Chile necesita en estos momentos, que el asunto quede en explicaciones vanas y en declaraciones contradictorias de importantes personeros del Gobierno. No nos parece bueno. No estamos afirmando nada a priori. Sólo destacamos que resulta extraño que no haya la información adecuada y que se produzcan tales contradicciones. El Gobierno, que aparece como responsable de la situación en alguna medida, por afirmaciones de los propios personeros que lo integran, no dice con claridad de qué se trata. Estimamos que esto merece un esclarecimiento y que, como está comprometido el Servicio de Investigaciones por la forma en que se desarrollaron los hechos, son los tribunales de justicia y la Contraloría General los que, de inmediato, deben proceder a indagar lo ocurrido.
El señor PABLO.-
Y la Cámara.
El señor PRADO.-
Seguramente la Cámara designará una Comisión investigadora.
Por mi parte, creo que, en lo tocante a la Dirección de Aeronáutica, al Servicio de Aduanas y al Banco Central, le corresponde intervenir a la Contraloría General de la República, y por eso pido al señor Presidente que, en mi nombre, se envíe a ese organismo un oficio pidiéndole instruir un sumario de inmediato para establecer si se aplicaron o se violaron las distintas disposiciones que, en todo caso, correspondía aplicar.
En cuanto al hecho más grave que podría desprenderse de lo sucedido, me parece que le corresponde intervenir a la justicia ordinaria. Por esa razón, solicito dirigir oficio a la Corte Suprema pidiéndole designar de inmediato un ministro en visita para que se aboque al definitivo esclarecimiento e investigación de lo que he relatado.
Igualmente, solicito dirigir un oficio a la Cámara de Diputados para los efectos de que, si lo estima conveniente, designe una Comisión investigadora ya que es esa Corporación la que tiene facultades fiscalizadoras y, en consecuencia, de trasladarse al lugar de los hechos y conocer de cerca lo sucedido, por testimonio directo de las personas y funcionarios que participaron en ello, quienes, seguramente, proporcionarán una información que jamás darían los órganos oficiales.
Esto es cuanto quería decir, señor Presidente, no como intervención de carácter personal, sino como demostración de una profunda preocupación de los Senadores de la Democracia Cristiana por este problema, quienes me han encargado formular estas observaciones para lograr el debido esclarecimiento de este asunto, que afecta no sólo a nuestro partido, sino a todo el país en un momento bastante crítico para la paz social.
Nada más, señor Presidente.
El señor REYES.-
Que el oficio se dirija a nombre del Comité Demócrata Cristiano.
El señor FERRANDO (Vicepresidente).-
Se enviarán los oficios solicitados por Su Señoría en nombre del Comité Demócrata Cristiano.
Se ha formulado indicación para publicar in extenso estos discursos y para incorporar en ellos los documentos que anteriormente se señalaron.
Si le parece a la Sala, así se acordará.
Acordado.
"
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