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- rdf:value = " La señora CARRERA.-
Señor Presidente, he escuchado con suma atención las palabras del Honorable señor Prado.
La verdad es que los discursos -igual acontece con cualquier acción humana- se pronuncian con un objetivo. Y cuando uno trata de ver, de estudiar, de analizar cuáles son los objetivos de una cosa y, realmente, no los encuentra claros o no los ve, es porque hay algo oculto o no los alcanza a ver, aun cuando efectivamente existen. Entonces deben buscarse y analizarse en el contexto del tema de que se trata, en este caso, en un contexto político actual y contingente.
Después de escuchar el discurso del Honorable señor Prado, me pregunto: ¿para qué fue convocada esta sesión especial del Senado? ¿Con qué finalidad la citaron, según entiendo, los Senadores democratacristianos? ¿Para traer aquí al Ministro del Interior y vapulearlo con una serie de acusaciones? ¿Para conocer algo de real importancia para el país? ¿Para ridiculizar los atentados o para decir que éstos no existen? Pensé que por ese .camino Su Señoría había dirigido casi el 80 por ciento de su discurso; pero después me convencí de que no era así, porque dijo que había un clima de alarma, que él está alarmado, que muchas cosas pueden suceder. Y también nosotros sabemos y creemos que hay muchísimas cosas que pueden ocurrir.
Hemos estudiado los documentos secretos de la I. T. T., que es el hecho más importante que está acontecimiento en el país y al cual el resto del mundo da la relevancia que realmente tiene. Sin embargo, aquí sectores políticos interesados tratan de echarle tierra, de desestimarlo, de descalificarlo. Y, ante este hecho, creo que hubo un poco de falta de coordinación en la táctica seguida por la Derecha. Al principio no fue clara, pero después tomaron rumbos y empezaron a descalificar al hombre que había entregado a la luz pública los documentos de la I. T. T., y empezaron a hablar de que el señor Anderson había atacado a Felipe Herrera, a fin de demostrar contradicción entre ambas actitudes. A nosotros no nos interesa saber quién es el señor Anderson. Nos interesa saber si son auténticos o no lo son los documentos que publicó. En la sesión en que se discutió la- materia, se pidió ene fueran dados a conocer, se levantaros voces airadas de las bancas de Sus Señorías para manifestar que era indispensable conocerlos, y se preguntó por qué se ocultaban. Se acaban de difundir tales documentos en 80 mil ejemplares, y, a pesar de que no he tenido el gusto de leer la declaración de los parlamentarios democratacristianos al respecto, entiendo que en ella se quejan por tal publicación. Por eso digo que no está bien la táctica y que hay algo que está mal, que no está coordinado, pues no es lógico que primero critiquen porque no conocen los documentos y que, posteriormente, se quejen por su difusión.
Estimo que este asunto de la I.T.T. es lo más importante, y, por eso, pienso, sin hilar demasiado fino, que esta sesión está destinada a ocultar su importancia, a armar un escándalo con una gran caja de resonancia, a través de sus medios de comunicación de masas -radio, prensa, televisión-, para ocultar la real trascendencia de tales documentos confidenciales, en cuanto a lo que puede ocurrir en Chile. En ellos se nombra al ex PresidenteFrei, que dio el consentimiento para lanzar el caos económico. En la sesión que mencioné leí el discurso del ex Ministro de Hacienda señor Zaldívar, que coincide exactamente con las instrucciones de la CIA. La culpa no es mía. Ello aparece en los documentos. Y todos escuchamos el discurso que pronunció. Hubo diez millones de chilenos, exceptuando a las guaguas, que escucharon al señor Zaldívar, porque su intervención se transmitió por cadena de radioemisoras y canales de televisión. No es culpa nuestra ni del señor Anderson, que no nos importa, enes con él nada tenemos que ver. Los documentos están reconocidos como auténticos por la I. T. T. y por Estados Unidos, y existe una comisión del Senado norteamericano que los está investigando. Sin embargo en Chile se les quiere echar tierra, se convoca a una sesión especial y se pronuncia un discurso cuyo objetivo no se ve claro, salvo que sea el de echar tierra - repito- a cosas que están sucediendo en Chile y que implican a destacados políticos de Derecha y hasta altos funcionarles del Gobierno pasado.
Pensamos que la CIA no se detiene aquí y que no solamente ha actuado en la forma señalada en estos documentos. Todos los antecedentes de lo que la CIA ha hedió en Chile podría llenar, seguramente, todo el piso de esta sala, si estuvieran escritos y fueran descubiertos. No nos cabe la menor duda de que la Central de Inteligencia continúa trabajando en nuestro país.
Ahora quisiera hacer una advertencia.
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