. . . . " El se\u00F1or \nGUMUCIO.\n \n \n En nombre del Honorable se\u00F1or Jerez y en el m\u00EDo propio, de la Acci\u00F3n Popular Independiente, del Partido Social Dem\u00F3crata y de la Izquierda Cristiana, deseo en esta sesi\u00F3n del Senado rendir homenaje a la memoria de Rodrigo Ambrosio. \nDesde el d\u00EDa aciago en que muri\u00F3, su figura ha sido justamente resaltada. Era, sin duda, una de las personalidades m\u00E1s completas e interesantes de una generaci\u00F3n juvenil que ha jugado un papel protag\u00F3nico en el proceso hist\u00F3rico que vive nuestra patria. Pero, entre muchos justos homenajes que recibi\u00F3, ninguno m\u00E1s grande y significativo que ese desfile silencioso de j\u00F3venes, hombres y mujeres que lo acompa\u00F1aron hasta su tumba. El dolor se expresaba en los rostros llorosos de una multitud proletaria. Las l\u00E1grimas eran el testimonio de la adhesi\u00F3n hacia un hombre que en su vida dio un ejemplo de consecuencia revolucionaria. \nPerd\u00F3nenme, Honorables colegas, si a la apreciaci\u00F3n general con que se ha valorado la rica personalidad de Ambrosio, deba agregar la propia, donde lo afectivo ocupa un lugar preponderante, pues juntos nos toc\u00F3 vivir etapas muy importantes en nuestras existencias, y eso no se olvida. \nSiendo presidente de la Democracia Cristiana, recib\u00ED una carta de un estudiante secundario que cursaba sus humanidades en provincia. La misiva planteaba con extraordinaria lucidez las inquietudes pol\u00EDticas de un joven de 16 a\u00F1os, cuyos conceptos indicaban discernimiento combativo poco com\u00FAn. Contest\u00E9 con gran inter\u00E9s esa carta que, al parecer, tambi\u00E9n se hab\u00EDa dirigido a otros presidentes de partidos. Nunca pens\u00E9 que \u00E9se ser\u00EDa el primer contacto con Rodrigo Ambrosio, precursor de muchos otros. \nPasados los a\u00F1os, ingres\u00F3 al Partido Dem\u00F3crata Cristiano y lo conoc\u00ED personalmente. Nuestra amistad, llena de vivencia humana, naci\u00F3 en ese primer encuentro. Los a\u00F1os y la acci\u00F3n en com\u00FAn enriquecieron esa amistad naciente. \nAun cuando aparezca extra\u00F1o, mis relaciones con la juventud del partido, a pesar del largo tiempo que hab\u00EDa desempe\u00F1ado funciones directivas, eran bastante limitadas. La raz\u00F3n era una y muy simple: nunca lleg\u00F3 a convencerme la pol\u00EDtica de la tercera fuerza; intu\u00EDa que la posici\u00F3n de ni derecha ni izquierda era una especie de evasi\u00F3n. Otros dirigentes, en cambio, interpretaban m\u00E1s fielmente esa posici\u00F3n, que era calurosamente acogida por la juventud. Rodrigo Ambrosio fue el primer joven que, a trav\u00E9s de su posici\u00F3n, me permiti\u00F3 conocer la extraordinaria evoluci\u00F3n ideol\u00F3gica producida. Fue por intermedio de \u00E9l como pude comprobar la existencia de una generaci\u00F3n juvenil no atada a los compromisos que la sociedad burguesa sabe desarrollar para esterilizar la acci\u00F3n de quienes quieren romper con el orden establecido. \nDespu\u00E9s vivimos juntos la dolorosa etapa de clarificaci\u00F3n interna del Partido Dem\u00F3crata Cristiano. Lo que sucedi\u00F3 entonces no fue, como podr\u00EDa creerse, una lucha fraccionalista determinada por peque\u00F1as ambiciones personales o ansias de poder. Fue un intento honesto y prolongado de j\u00F3venes y hombres maduros tendiente a reubicar, para ser fiel a su ideolog\u00EDa, al gran partido dentro del cauce revolucionario de la historia. Fue un largo debate, donde el eje de la discusi\u00F3n era la forma corno el partido deb\u00EDa ubicarse en el bando de los oprimidos. Llegan momentos en que la filosof\u00EDa se transforma en conciencia militante de la liberaci\u00F3n proletaria. Entonces, la confrontaci\u00F3n no se puede evitar, pues, por mucho que en apariencia se diga lo mismo, en verdad se siente distinto. Todo un bagaje ideol\u00F3gico empezaba a ser analizado sobre la base de la pr\u00E1ctica. El personalismo como doctrina que puede dar para todo: servir a la revoluci\u00F3n o ser su obst\u00E1culo m\u00E1s serio si sirve como evasi\u00F3n. El humanismo metaf\u00EDsico s\u00ED se contrapone al humanismo espont\u00E1neo del movimiento obrero que en el mundo ha tratado de interpretar el socialismo. El peligro del estatismo s\u00ED se le esgrime como pretexto para impedir la propiedad colectiva de los medios de producci\u00F3n. Ambrosio, con su talento y preparaci\u00F3n, fue sin duda quien, junto a Julio Silva Solar, uno de los que m\u00E1s aportaron en esa etapa de clarificaci\u00F3n ideol\u00F3gica. \nPero no cabe duda de que lo que determin\u00F3 nuestra posici\u00F3n definitiva fue la certitud de que la revoluci\u00F3n se ve\u00EDa posible por intermedio de la parte m\u00E1s consciente y din\u00E1mica de la clase obrera, que se encuentra representada pol\u00EDticamente en la Izquierda. Por eso, junto con Ambrosio, como l\u00EDder de la juventud, planteamos que la \u00FAnica alternativa de poder era la de la Unidad Popular, en la cual dese\u00E1bamos ver integrada a la Democracia Cristiana. Mucho caudal se hizo de una supuesta adhesi\u00F3n al marxismo totalitario, cuando la verdad es que sosten\u00EDamos algo l\u00F3gico: que el personalismo, so pena de transformarse en una caricatura et\u00E9rea y vac\u00EDa, deb\u00EDa incorporar a su propia sustancia la parte del marxismo que es una verdad hist\u00F3rica y doctrinaria. \nEn los debates de la Junta Nacional sobresal\u00EDan las intervenciones de Rodrigo Ambrosio. Solicitaba la palabra y, por anticipado, se sab\u00EDa que val\u00EDa la pena escucharlo. Ten\u00EDa un sentido pol\u00E9mico en los conceptos que s\u00F3lo permit\u00EDa concordar o discrepar, pues para Ambrosio no exist\u00EDan los matices que, a veces, esconden la verdad de un pensamiento. \nLleg\u00F3 para nosotros y entre \u00E9stos, para Ambrosio, junto a Chonchol, Jerez, Silva y otros la hora de poner fin al largo di\u00E1logo que hab\u00EDamos querido mantener en el Partido Dem\u00F3crata Cristiano; la lealtad con nuestras conciencias y las posiciones sostenidas determinaron el \u00E9xodo. Sal\u00EDamos adoloridos al mismo tiempo que agradecidos del partido, que no tom\u00F3 el camino tradicional de injuriar a los disidentes. Con posterioridad cupo a Rodrigo Ambrosio el trascendental papel de haber sido uno de los principales impulsores de la Unidad Popular. La gente del MAPU jug\u00F3 un papel important\u00EDsimo en la elaboraci\u00F3n del Programa. Durante todo el proceso de instalaci\u00F3n en el poder de la Unidad Popular, el MAPU supo ser consecuente con lo que era su raz\u00F3n de ser: trabajar por la unidad del pueblo, unidad que deb\u00EDa expresarse en gestos de generosidad y desprendimiento. Jacques Chonchol, jefe del partido, cont\u00F3 siempre con la leal colaboraci\u00F3n de Ambrosio. No hay por qu\u00E9 negar que exist\u00EDan diferencias entre Ambrosio, que pas\u00F3 a suceder a Chonchol, y algunos de nosotros; pero esas diferencias jam\u00E1s alteraron la entra\u00F1able y fraternal amistad y cari\u00F1o que siempre nos guardamos. D\u00EDas antes de morir hab\u00EDamos proyectado hacer un alto en el camino, para juntarnos a meditar un poco sobre el proceso que se est\u00E1 viviendo y de c\u00F3mo hacerlo m\u00E1s irreversible. El destino lo impidi\u00F3. \nDesde esta tribuna quisiera decir a Rodrigo Ambrosio que aqu\u00ED, en \u00E9sta su tierra, lo recordamos con emoci\u00F3n y que su ejemplar vida estar\u00E1 siempre presente como un modelo de lo que debe ser un revolucionario. Su lucha ser\u00E1 la nuestra y la de miles de chilenos. \n \n \n " . . . . .