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El señor TEITELBOIM.-
Bueno.
Ingratitud.
Conclusión primera: éste es el país con más libertad de prensa en el mundo. Y segundo: éste es el país, o uno de los países, porque no estoy tan enterado, pero puedo decirlo respecto de Inglaterra, de Francia, de Italia y de los demás grandes países del Occidente europeo, con más libertad y pluralismo en televisión. Y quiero fundamentarlo, porque hemos dejado repetir esta monserga tantas veces sin salirle al encuentro que ya creen en su verdad hasta aquellos Senadores que deben su investidura al pluralismo televisual del Canal 7; porque, al fin y al cabo, don Rafael Moreno no habría sido nunca elegido Senador por O’Higgins y Colchagua de no mediar el mil veces bendito para él programa A tres bandas.
El señor MORENO.-
¿Y por qué no presentaron a Orlando Millas o a Erich Schnake? Así podrían...
El señor TEITELBOIM.-
Porque nosotros no somos aprovechadores de los canales nacionales de televisión para hacer correr carreras políticas.
De manera que aquí, por colmo, se observa el mal agradecimiento más descomunal de la historia. Don Rafael Moreno debería todas las mañanas elevar una acción de gracias al Canal 7 y al programa A tres bandas por haberle permitido ser Senador de la República. Si no hubiera sido por él, no estaría en esta Corporación.
Los tres mosqueteros del pluralismo.
El domingo en la noche, ¡en ese Canal tan tremendamente sectario, donde apenas sólo 80% de sus funcionarios pertenecen al Partido Demócrata Cristiano!, escuché la voz, para mí familiar como sonido, del Honorable señor Hamilton ¡otro connotado miembro de la Unidad Popular...! que cada 15 días aprovecha el Canal Nacional de Televisión para echar todas las culpas del infierno sobre el Gobierno.
También vi y escuché en el Canal 7 que llega a millones de personas en el país¡ a ese apasionado comunista, el DiputadoSergio Diez... ! Le habló a todo el país a través de la televisión estatal, a través de ese canal que es la encarnación misma y el monumento al sectarismo, y que de ninguna manera permite que se diga nada por parte de la Oposición...
Estamos en el mundo de los al reveses; de confundir a la gente de todo lo contrario de lo que es la realidad; de hacerla comulgar con ruedas de carreta.
Por ejemplo, me gusta, por lo insólito, ese fantástico cartel colgado en el frontis del edificio de la Universidad Católica en la Alameda, por los muchachos que controlan la Federación de Estudiantes de ese plantel. Ellos han reemplazado el famoso lienzo de El Mercurio miente por el que dice: El Canal 7, el Canal de la mentira. Me parece formidable desde el punto de vista de una juventud que ama la verdad, porque se quedaron absolutamente mudos cuando se degolló el pluralismo en su propia casa, en el Canal 13. No sólo se quedaron mudos, sino que contribuyeron decididamente a matar el pluralismo. O sea, en del herrero, cuchillo de palo.
Es bueno el pluralismo en el 7, pero malo en el 13.
¡Magnífico el pluralismo en el Canal 7, pero de ninguna manera en el Canal 13 de la Universidad Católica!
Había en sus pantallas un programa bastante afamado que se llamaba La manivela, y en el Canal 13 le cortaron alegremente la cabeza. Y no escuché aquí al Honorable señor Moreno levantar los brazos al cielo y hacer diecisiete discursos en contra de la muerte del pluralismo en el Canal 13. No lo ha hecho en absoluto.
El señor MORENO.-
¿Me permite una interrupción para contestarle de inmediato, señor Senador?
El señor TEITELBOIM.-
Después tiene tiempo Su Señoría. Usted habla en todas las horas de Incidentes y tiene tribuna en La Tercera de la Hora, Las Ultimas Noticias, El Mercurio, La Segunda, etcétera. Vale decir, además tiene canales directos de comunicación.
Porque aquí estamos entrando de lleno al terreno de la farsa, que puede ser muy entretenida, pero que no por eso deja de ser farsa.
El Canal 7 fue una creación necesaria del Gobierno anterior, pero ni corto ni perezoso lo dejó atiborrado con funcionarios incrustados, algunos de los cuales pueden ser muy capaces.
El señor MORENO.-
Idóneos.
El señor TEITELBOIM.-
Algunos sí.
Que cumpla el vecino; yo no.
Y yo debo hacerle presente a Su Señoría que no estoy por las borratinas; no estoy por las cacerías administrativas. No, pero respetémonos un poco más.
¡Si la mayoría del Canal 7 salvo unos pocos ejecutivos son del antiguo régimen, son de la Democracia Cristiana, y han aprovechado ese Canal a las mil maravillas!
Yo veo poco televisión. Sintonizo a ratos programas de los tres canales de la capital, porque, sin duda, es imposible hacerlo en forma simultánea. Pero si en el Canal 7 en un momento determinado hubo cierta inclinación a cargar los tonos, yo creo que ha habido una seria corrección en esta materia, igual como la ha habido en el Canal 9. Esos Canales no son hoy lo que eran, como definición teñida, hace algunos meses. Hay un concepto de autorresponsabilidad mucho mayor. En cambio, el Canal 13, que fue un buen canal de televisión, con una vocación pluralista, hoy la está perdiendo. Yo no digo que la haya perdido del todo; pero no es el canal que fue hace cuatro o cinco meses, o sea, antes de que llegara una nueva dirección; antes de que fuera expulsado de allí un periodista que era el jefe de prensa.
Al fin y al cabo, esos no son méritos pluralistas. ¡Y si los exigimos al vecino, exijámonos primero a nosotros mismos! Esto es ley de la consecuencia y requisito de la autoridad moral.
En Chile hay amplia libertad televisual.
Por lo tanto, quiero proclamar al Honorable señor Moreno, Senador por obra y gracia del Canal 7; hijo del Canal 7; Senador en virtud del Canal Nacional de Televisión.
De manera que al sistematizar una especie de sambenito o estribillo para abjurar de ese Canal, es un poco como si estuviera golpeando en el rostro a alguien que políticamente le ha servido mucho, aunque ése no fuera el propósito del Canal 7. Pero en el hecho ha sido así.
Y me gustaría que hiciéramos un estudio de los canales nacionales y que también trazáramos un paralelo, un análisis comparativo entre la televisión de otros países desarrollados, a los cuales muchos Senadores democratacristianos tienen por arquetipo o modelos probables, para apreciar que en Chile también la libertad en materia de televisión va mucho más lejos que en las naciones occidentales más civilizadas.
Porque, al fin de cuentas, aquí se construyen ciertos mitos y se fabrican ciertas malas famas sobre la base de la reiteración. Por eso es que también nos obligan a reiterar. Yo lo he dicho muchas veces. Y mientras pueda, seguiré diciéndolo: éste es el país con más libertad de prensa en el mundo. Y creo que nadie puede desmentirlo.
Pero quiero avanzar una proposición relativamente nueva: de que Chile es un país en donde la televisión sobre todo la estatal da tribuna a sus más enconados enemigos, como en ninguna otra parte del mundo. Por ejemplo, la Televisión Nacional se la da a los enemigos del Gobierno, aparte que allí la inmensa mayoría de sus funcionarios está reclutada en un partido de la Oposición.
El señor MORENO.-
Pero ese programa que da tribuna fue creado por el Gobierno anterior, y el actual ha tratado de suprimirlo.
El señor PAPIC (Vicepresidente).-
Ruego al Honorable señor Moreno no interrumpir.
El señor TEITELBOIM.-
¡Siempre intentos, siempre desgracias para el día de mañana, siempre cosas que se quisieron hacer y no se hicieron!
El señor MORENO.-
Porque no pudieron.
El señor TEITELBOIM.-
¡Siempre a, b, c razones, pero el hecho real es que ese programa existe y que el Honorable señor Moreno está encumbrado en este sitial sobre todo por la audición A tres bandas del Canal Nacional de Televisión! Y ahora puede darse el lujo de ser infinitamente ingrato con el gran medio de publicidad que le permitió pasar de una especie de disponibilidad administrativa, después de dejar el cargo de Vicepresidente de la CORA, al puesto de Senador agresivo y furibundo de la Oposición.
Diagnóstico y tratamiento.
Yo entiendo todo esto, aunque prefiero la crítica constructiva, que puede ser muy enérgica, pero que también busca una salida, un punto de solución y que no se solaza en la descripción de las supuestas o reales lacras, sino que también busca una curación. No sólo hacer el diagnóstico del mal, sino también proponer un tratamiento y un remedio, porque, al fin y al cabo, estamos actuando sobre el cuerpo de la República, sobre la salud del país, y acerca de esto una persona con responsabilidad política no puede comprobar simplemente los efectos de un mal imaginario o verdadero, sino que debe avanzar también las proposiciones para ponerle coto y poder realmente superar la enfermedad que puede estar dañando a un organismo vivo como es el país.
Por eso, discrepo profundamente de lo expuesto aquí por el Honorable señor Moreno; no por el fondo de lo que dice, sino por la forma como lo dice. Porque es una puerta cerrada que no conduce realmente a ninguna solución; y a veces cuida tan poco el lenguaje que, a pesar de que yo sé muy bien y todos lo sabemos que es un Senador del Partido Demócrata Cristiano, resulta muy difícil distinguir la línea divisoria que lo separa del Partido Nacional, porque, al fin de cuentas, las cosas que dicen unos y otros y la forma como las dicen, son las mismas.
Hoy día con asombro probable de muchos, y con asombro también de algunas gentes de la Izquierda dije unas palabras cuando se rindió homenaje a la memoria de Pérez Zujovic.
Nos separaban de él muy hondas divergencias. Teníamos concepciones políticas abismantemente diferentes en muchos aspectos. Pero usé de la palabra porque quería significar actitud que puede ser incomprendida por los llamados termocéfalos, que también están al flanco izquierdo de la Unidad Popular, más allá de ella que en este país la crítica más acerada puede y debe ejercerse por quienes la creen necesaria. No obstante, para que una crítica tenga destino y sentido políticos, es menester que apunte también a una solución.
Los lanzadores de vitriolo y ácido sulfúrico.
Aquí hay gente interesada en manejar el ácido sulfúrico y en arrojar vitriolo al rostro del Gobierno, de sus adversarios políticos, todos los días y a toda hora, y de embadurnar a este país con los detritus más espesos, para confundir la conciencia pública y producir entre diferentes sectores de la opinión ciudadana un distanciamiento que imposibilite a Chile solucionar sus problemas, como casi siempre lo ha hecho, por una vía que elimine el enfrentamiento mortal, la violencia generalizada; es decir, la muerte colectiva, la guerra civil, el conflicto armado.
El señor MORENO.-
Su Señoría sabe que ésa no es la actitud de la Democracia Cristiana,...
El señor TEITELBOIM.-
Sé que ésa no es la actitud de la Democracia Cristiana. Pero a veces perdóneme por lo que le voy a decir...
El señor MORENO.-
... ni la del Senador que habla.
El señor TEITELBOIM.-
De eso no estoy seguro.
El señor MORENO.-
Su Señoría debe recordar que el señor Allende fue elegido por nosotros.
La metamorfosis del Senador Moreno.
El señor TEITELBOIM.-
Recuerdo que Salvador Allende fue elegido en un Congreso Pleno en donde votaron a su favor no sólo Senadores de la Unidad Popular, sino también Senadores de la Democracia Cristiana. Pero desde entonces hasta ahora, Honorable señor Moreno, veo en usted y creo que todo el país lo percibe una profunda metamorfosis, una involución política: Su Señoría, estando en la Democracia Cristiana, se ha convertido en una bandera de la ultraderecha. Y yo, naturalmente, no soy nadie, y no podría, aunque tuviera alguna significación, introducirme en su conciencia íntima. Pero estoy hablando en cierto consenso público; no quiero decir que sea general, pero mucha gente lo piensa así.
El señor MORENO.-
Por lo demás, sería minoritario, porque por algo fui elegido limpia y libremente...
El señor TEITELBOIM.-
Favorecido por el apoyo del Canal 7 o estatal,...
El señor MORENO.-
... por campesinos, mujeres y jóvenes.
El señor TEITELBOIM.-
... y las tres bandas.
La responsabilidad de las palabras.
Por eso digo que me gustaría que el Senador Moreno tuviera siempre la opinión de la Democracia Cristiana, que sé que es muy distinta de la de la Unidad Popular. Pero la Democracia Cristiana, como partido, no anda buscando el enfrentamiento armado; siempre busca la polémica política, y le interesa mucho que todo conduzca a la derrota de la Unidad Popular, pero a través de las vías democráticas.
Concibo que a veces los políticos no advirtamos el alcance de nuestras palabras. Algún escritor sostuvo cierta vez que las palabras son algo más que una expiración de aire y la expresión de un pensamiento. A veces, dijo, las palabras son piedras; en otras ocasiones tienen el valor del fuego; pueden ser quemantes y destructoras o pueden ser creadoras, aunque siempre medie una diferencia neta entre las distintas posiciones políticas.
He escuchado aquí a muchos Senadores de la Democracia Cristiana que no están de acuerdo con nosotros, pero que repudian el dejarse llevar por las palabras, que contienen dentro de sí cierta carga radiactiva, cuya expresión puede resultar algo así como desencadenar todos los demonios de la botella del brujo y llegar mucho más allá de donde el orador lo deseaba al pronunciarlas.
El señor MORENO.-
Es lo que el señor Senador desearía escuchar.
Los atizadores de la hoguera.
El señor TEITELBOIM.-
Esta no es una opinión solitaria, sino colectiva. No quiero decir que sea total, porque este país está dividido por muchas concepciones. Pero hay gran cantidad de gente serena que está al medio, que está al centro, que está en la Democracia Cristiana, que mira con preocupación esto de lanzar palabras que son como latas de petróleo sobre una hoguera envolvente.
Siempre he dicho que aquí hay dos minorías que no desean una solución propiamente política y democrática del problema chileno, sino que anhelan precipitarnos al abismo y lanzar nuestra convivencia al barranco, con consecuencias desastrosas: una está en la ultraderecha, y la otra, en la ultraizquierda.
A veces esto es muy sabroso, desde el punto de vista de la demagogia de los términos; se aparece tan heroico, tan gallardo, tan ufano y desafiante, que en lo político resulta seductor adoptar la posición del duro. Duros, sí, es necesario serlo en los principios; pero de una dureza flexible y meditada, en que uno siempre debe saber adónde va, a quién sirve y qué puede haber detrás y más allá de ella.
Queremos insistir en que continuaremos sosteniendo que este país tiene una posibilidad cierta de llevar adelante los cambios de estructura por los cuales luchó en su tiempo el Senador Moreno.
El señor MORENO.-
Y sigo luchando, igual que siempre.
El señor TEITELBOIM.-
No igual que antes.
El señor MORENO.-
Lo que sucede es que ustedes han desvirtuado el sentido de los cambios. Y ahí está la diferencia que nos separa, que será inzanjable mientras mantengan esa actitud.
Un hombre que cambió.
El señor TEITELBOIM.-
En ocasiones me tocó defender al señor Moreno, antes de que, gracias al apoyo inconmensurable del Canal 7, del canal estatal y de las tres bandas, lograra ser elegido Senador. Lo defendí contra sus amigos de hoy, contra aquellos que lo abrazan, contra quienes se colocan detrás suyo para hacer propaganda a la odiosidad ambiente, con el fin de cortar todos los puentes. No fui el único que lo defendió. Lo defendió, por cierto, la Democracia Cristiana, y también lo hizo la Unidad Popular. No puedo olvidar los debates promovidos en el Senado a propósito del proyecto de reforma agraria,...
El señor PAPIC (Vicepresidente).-
¿Me permite, señor Senador?
Ha terminado el tiempo de Su Señoría.
El señor TEITELBOIM.-
... que nosotros apoyamos.
El señor PAPIC (Vicepresidente).-
Ha terminado el tiempo de Su Señoría.
El señor TEITELBOIM.-
O sea, nosotros no hemos cambiado: quien ha cambiado es el Senador Moreno.
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